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Plutarco: sobre Solón en "Vidas Paralelas"

José Andrés Castro Ramírez - jocara558@gmail.com


Κοινῶν UCR
3 de abril, 2014

Nacimiento y juventud
Posible hijo de Execéstidas, su madre, según Plutarco, era prima de Pisístrato, de quien contraería gran amistad y,
según Plutarco, serían incluso amantes en su juventud; sería este un importante antecedente que estrecharía lazos entre
ambos hombres políticos. Provenía de una familia medianamente acomodada, pero tras perder su padre su fortuna, se
dedicó al comercio con bastante éxito. Realizaba actividades comerciales no con el fin primario de lucro, sino más bien
insiste el biógrafo en sus viajes eran motivados un sentimiento emprendedor de aventuras y búsqueda de
conocimiento: “Decía que eran igualmente ricos el que posee una gran copia de oro y plata, campos extensos de
abundantes mieses, y mulas y caballos, y el que sólo tiene un pasar honesto que le baste a comer y vestir cómodamente; y
si en mujer e hijos a esto acreces belleza y juventud, la dicha es llena.” (II)
Desde temprana edad habría de comenzar a escribir versos, primeramente solo con fines lúdicos, pero luego
comenzaría a tratar temas cívicos y filosóficos. Esta actividad la continuaría por el resto de la vida, usando a veces la
poesía para reforzar sus posturas políticas.
Solón se habría reunido con los otros grandes Sabios de Grecia en Corinto, en casa de Periandro, donde se habría
celebrado el banquete famoso por el episodio de la entrega del trípode (que ningún sabio habría aceptado, por considerarse
inferior a otro). Con tales habría mantenido una relación relativamente cercana, habiendo incluso visitado Mileto por una
temporada para conferenciarse con él. Allí recibiría la noticia de la muerte de su hijo, a lo que Tales habría respondido que,
por esta razón, era mejor no tener familia, ni amigos, ni riquezas. Solón se opuso filosóficamente a esta posición.
Se cuentan de él varios hechos importantes en el ámbito de dirección militar. Tuvo un importante rol en la guerra
que Atenas sostenía contra Megara por Salamina, de cuya resolución Plutarco da dos versiones: la primera muestra a
Solón como un doble agente de Atenas, que habría convencido a los megarenses de dirigirse a cierto lugar para ser
emboscados; la segunda (que Plutarco considera más acertada) muestra a Solón arengando al pueblo en la plaza pública,
tras lo cual se le habría puesto a cargo del ejército y poco después habrían recuperado Salamina. También, mediante
exhortaciones públicas, habría motivado a los atenienses a dirigirse a Delfos en la conocida guerra sagrada, para defender
la ciudad (y, bueno, no pueden descartarse los beneficios de ejercer influencia sobre Delfos), aunque el mérito de la
dirección de la empresa se hubiera concedido a otro.
Poco después, se le elige para dirimir un conflicto entre el bando popular y el aristocrático, para lo cual instituyó un
tribunal de trescientos hombres para que dirimieran el conflicto (aquí puede verse un antecedente para las reformas
políticas y administrativas que haría después), que culmina con la expulsión de la ciudad de los partidarios de Cilón. Narra
también Plutarco la amistad que traba con Epiménides de Creta, quien habría purificado la ciudad y reformado los ritos
sagrados, con el fin de hacer más virtuosos a los atenienses.

Arcontado, reformas políticas y administrativas


Solón fue elegido arconte de Atenas en virtud de su posición moderada: “a satisfacción de los ricos, por ser hombre
acomodado, y de los pobres, por la opinión de su probidad” (XIV). Se le llegó a ofrecer la tiranía, pero Solón la rechazó,
pues consideraba que “muy buena posición es la tiranía, pero no tiene salida” (XIV). Luego lo que acontece a Pisístrato le
daría la razón. Además, poco después se le daría a Solón el título de reformador del gobierno y legislador, “poniendo en su
arbitrio no unas cosas sí y otras no, sino todas absolutamente, magistraturas, juntas, tribunales, consejos, (...)” (XVII).
Las reformas de Solón fueron relativamente moderadas, no queriendo él hacer propuestas tan extrañas que no
fueran bien recibidas. Entre ellas se contemplan:
 Extinción de créditos adquiridos, y eliminación de la prestación sobre personas de ahí en adelante.
 Reformas económicas: con lo que una mina valdría 100 dracmas y no 73, “con lo que dando lo mismo en número, aunque
menos en valor, los que pagaban quedaban muy aliviados” (XV).
 Liberación de esclavos.
 Abolición de las leyes de Dracón, con la sola excepción de la de los casos de homicidio.
 Reforma censitaria: estableciendo un sistema de clases con base en la riqueza: quinientarios, ecuestres, yunteros,
proletarios y jornaleros.
 Establecimiento de la presentación de querella en nombre de otra persona.
 Establece el Areópago (aunque en esto parece haber controversia), conformado por los que habían sido arcontes, y el
Consejo, cuyos miembros eran elegidos de cada tribu (100 individuos por tribu = 400 miembros).
 Eliminación de la dote femenina en el matrimonio, ya que quería que “esta sociedad del hombre y la mujer se fundase
precisamente en el deseo de la procreación, en el carilo y en la benevolencia” (XX).
 Prohibió el insulto a los muertos, y las injurias a los vivos de palabra en sacrificios, juicios, juntas y espectáculos.
 Estableció el procedimiento del testamento.
 Limitó las condiciones bajo las cuales una mujer podía salir de casa.
 Dada la estabilidad económica de Atenas, y viendo el fenómeno de inmigración que se daba, motivó a los hombres al
estudio de las artes, y limitó la posibilidad de obtención de la ciudadanía.
 Permitió la muerte a la mujer sorprendida en adulterio, pero penó económicamente a los violadores.
 De las exportaciones, solo permitió la del aceite.
 Hizo una reforma en el calendario lunar ateniense.
Estableció sus leyes en famosas tablas de madera, de las que Plutarco menciona que, en su época, aún se
observaban vestigios. Luego de promulgadas, dice el biógrafo que Plutarco decide marcharse de Atenas, acosado por
quienes le preguntaban acerca de sus reformas.

Viajes y muerte
Su actividad poética se mantuvo aún después de su actividad como hombre de Estado. Realizó viajes a Egipto (del
cual Platón narra), donde habría escuchado un relato sobre la Atlántida; viajó también a Chipre, donde habría participado en
la refundación de una ciudad, cuyo rey le daría el nombre de Solos. Plutarco admite la historia del viaje de Solón a Sardes,
donde se habría entrevistado con Creso. Al negar Solón que la felicidad se basara sobre la riqueza, habría sido no grato a
Creso; no obstante, narra Plutarco que cuando Ciro toma Sardes y procede a matar a Creso, el antiguo rey habría
finalmente entendido el mensaje que quería transmitirle Solón y, al contarle el evento a Ciro, habría sido liberado por este.
Solón habría vuelto a Atenas en razón de nuevos disturbios internos. A pesar de su avanzada edad, habría sido
consultor de Pisístrato, su antiguo amigo y ahora tirano de Atenas, cargo que merecía el repudio del Sabio, quien habría
incluso arengado al pueblo para no permitir que el ateniense llegara a la tiranía. En esa época habría también criticado
fuertemente el nuevo arte escénico de Tespis, por considerarlo vulgar e inútil.
Sobre la fecha de su muerte no hay mucha seguridad, pero dice Plutarco que, según Fanias de Éreso, habría vivido
hasta el arcontado de Hegestrato, arconte que sucede la tiranía de Pisístrato. Su cuerpo habría sido cremado, y sus cenizas
aventadas por la isla de Salamina.

Fuente: Plutarco, “Vidas Paralelas.”

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