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Géneros y Formas.
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ÍNDICE
Introducción 4
2
5.6.3. Artes de representación 115
5.6.3.1. Ópera 117
5.7. Cine de difusión de la cultura 118
5.8. Promocionales 119
5.9. Cine industrial 120
5.10. Cine ensayo 120
5.11. Cine biográfico 124
5.12. Cine de animación 126
5.13. Cine de compilación o recopilación 127
5.14. Cine experimental 128
5.14.1 Experimental y vanguardia 129
5.14.1.1 Sobre el concepto experimental 130
5.14.1.3. Sobre el concepto vanguardia 135
5.15. Cine documental 147
5.15.1. Definición de documental 148
5.15.2. Funciones del documental 155
5.15.3. La realidad 155
5.15.4. Verosimilitud 157
5.16 La forma del documental 158
5.16.1. Documental y periodismo 158
5.16.1.1. Noticiarios 158
5.16.1.2. Reportaje
5.16.2. Documental y ficción 163
5.16.2.1. La significación 172
5.17. Objetividad y subjetividad 172
5.17.1. El punto de vista 175
5.17.1.1. El narrador 176
5.17.1.1.1. Ideología 177
5.17.1.1.2. Estilo 179
5.18. Documental y experimentación 180
5.19. Representación 181
5.20. Funciones del documental 182
5.21. Géneros del documental 186
5.21.1 Las tradiciones 186
5.21.1.1. La tradición naturalista 186
5.21.1.2. La tradición realista 187
5.21.1.3 La tradición histórica 188
5.21.2. El autor como género 189
5.21.3. Las modalidades 190
5.21.4. Los tipos de documental 195
5.21.5. Los géneros más comunes 196
5.22. Tendencias del documental 197
5.22.1. La tendencia social
5.22.2. La tendencia antropológica 198
5.22.3 La tendencia política 199
5.22.4 La tendencia de reconstrucción histórica 201
5.23. El falso documental 203
5.24. El docudrama 205
Bibliografía general 207
3
Introducción
Entre las primeras materias de cine para las que fui invitado a impartir en la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM estuvo “Cine
documental”, una materia que para mí no resultaba sencilla puesto que aunque
en esa época yo era alumno de cine del Centro Universitario Cinematográfico,
también de la UNAM, y había llevado algún curso de documental, la mayoría
de las materias que cursaba estaban enfocadas al cine de ficción.
Tal proceso me llevó a conocer textos muy interesantes donde, sin duda,
destacaba el libro de Richard Meram Barsam Non-Fiction Film. A Critical
History (New York, 1973. Penguin Books) que abría el panorama
completamente sobre el estudio del cine documental. En el texto, al mismo
tiempo que se abordan los conceptos, características, estructuras del cine
documental, se plantea su relación con algunos otros géneros que
históricamente han sido comparados, minimizados o diferenciados con dicho
género pero que finalmente Barsam los agrupaba en una interesante
denominación de cine de no ficción.
4
podría existir algún tipo de confusión sobre la temática, sino que también la
confusión existía en los autores que habían abordado el problema, o por lo
menos no había una unificación de puntos de vista, cosa que si bien no es
extraña en las temáticas de la estética y el arte, si resultaba desconcertante
encontrar puntos de vista colocados en puntos de vista tan opuestos.
Como será evidente a lo largo del trabajo, la influencia que Richard Meram
Barsam ejerce será fundamental y tal influencia está resumida en la siguiente
cita que cambió definitivamente mi visión sobre el problema a tratar:
Por supuesto que el mismo Barsam será cuestionado en este trabajo debido a
los numerosos cambios y evolución del estudio del fenómeno cinematográfico
pero su idea fundamental ahí queda, como punto de inicio de muchos trabajos
que le seguirían con más o menor suerte y del que esta investigación es sólo
un trabajo de investigación más.
El presente trabajo, sin duda cuestiona muchas de las ideas con la que la
mayoría de la gente que estudiamos nos desarrollamos profesional y
académicamente, comenzando por el uso del concepto, precisamente de cine
de no ficción. Como se verá en el trabajo, la primera idea con la que el
concepto “lucha” es que la gran mayoría de los teóricos y profesionales es de
igualar este término con el documental. A lo largo de los primeros temas de los
capítulos iniciales se verá que esto es totalmente falso a partir de la idea de
5
Barsam y se tratará de comprobar, precisamente (y a pesar de él mismo) que
“no todo el cine de no ficción es documental”.
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abordan términos, nombres, conceptos, etc. que no están dentro del rango del
muy conocido cine de ficción. El cine, como tal, ha superado ampliamente el
sigo de vida, sin embargo, el cine documental todavía no llega a ese siglo
oficialmente pues el concepto se acuña a principios de los años veinte del siglo
pasado. El concepto de cine de no ficción, comparado con los anteriores es
muy joven, si establecemos que las primeras alusiones al mismo las hace el
investigador Richard Meram Barsam a principios de los años 70.
Por supuesto, las definiciones son muy útiles para establecer diferencias y categorías
y, ciertamente, uno puede hacer diferencias y categorías y, ciertamente, uno puede
hacer esas diferencias tan precisas como lo desee (1973: 85)
Ante esta situación, es evidente que no es fácil teorizar sobre algo que no es
fácilmente aceptado, pero de la misma manera no es posible aceptar que un
estudio de ese tipo no deba llevarse a cabo. Quizás ahora es el momento de
abordar el problema y aunque es fácilmente reconocible la aceptación por parte
de otros estudiosos y profesionales del cine, de lo que aquí se expone, se trata
de justificar, con la ayuda de estudios previos y aprovechando (galimatías),
aseveraciones, y hasta los errores para demostrar que el cine de no ficción es
un fenómeno perfectamente estructurado en diversos géneros con formas
particulares y diferentes en sus contenidos y sobre todo, no solamente es cine
documental.
Como Richard M. Barsam señala, “las definiciones son muy útiles para
establecer diferencias y categorías y, ciertamente, uno puede hacer estas
diferencias y categorías tan precisas como lo desee” (1973: 85). Es decir, todos
los puntos de vista son válidos.
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CAPÍTULO 1.
EL CINE DE NO FICCIÓN.
1.1. Orígenes.
Las películas de los hermanos Lumieré son famosas por ser los primeros
ejemplos de creación cinematográfica. Por supuesto, todos ellas son ejemplos
arcaicos del cine pues se trata de películas de apenas un minuto de duración,
filmadas en un plano abierto y con la cámara fija. La mayoría de los
historiadores del cine las considera, al mismo tiempo que los primeros ejemplos
del cine, los primeros ejemplos del género documental. Es decir y en resumen,
se considera que el cine se inició con el documental.
Sin embargo, es necesario precisar que a pesar de que existe una relación
semántica entre palabras, a estas películas difícilmente podría otorgárseles el
“título” de documentales, aun y cuando obtienen su imagen directamente de la
realidad, antes que nada porque documental es un término que simplemente
no existía en la época pero fundamentalmente porque están lejos de presentar
una cierta estructura necesaria para ser consideradas como tales.
Por lo tanto, es fundamental señalar que los Lumieré no eran cineastas o algo
parecido, más bien eran empresarios que manejaban una industria dedicada a
la elaboración de cámaras fotográficas y en su momento estuvieron
interesados en crear un aparato que captara una imagen con un mayor apego
a la realidad, es decir, con movimiento, es decir, lo que más tarde sería
bautizado como el cinematógrafo.
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que le podrían sacar ganancias económicas, aunque fundamentalmente con la
venta de los aparatos más que con la creación de las películas.
Sobra mencionar que los hermanos Lumieré no tenían idea alguna sobre cine
de ficción, cine documental u otros géneros cinematográficos. Por supuesto,
nadie puede negar el gran aporte que hicieron a la naciente y futura forma de
arte más importante del ya próximo siglo XX.
Si bien debe hacerse énfasis en que las películas de los Lumieré representan
el origen del cine, al mismo tiempo deben ser presentadas como el capítulo
final de un largo proceso donde convergieron diversos conocimientos
enfocados a desarrollar y lograr la imagen en movimiento. En este sentido, es
fundamental dar crédito a un grupo de diversos científicos que realizaron
experimentos con el fin de desarrollar una herramienta adecuada para probar,
desarrollar y comprobar sus experimentos en diversas ramas de la ciencia (y,
por lo mismo, claramente alejados del cine).
Es en este sentido que Tossi afirma que la historia del cine no se inició con el
cine documental (como también se afirma aquí) sino más bien al cine científico.
Sin embargo, para no demeritar el aporte histórico que los Lumieré hicieron al
cine, en cuanto a géneros cinematográficos, ellos fácilmente podrían ser
considerados como precursores de lo que poco más adelante se conoció como
traveloges. Mucha de la fama ganada por los hermanos Lumieré fue que
distribuyeron por muchas partes del mundo (entre ellas México) a enviados
especializados en manejar el recién nacido cinematógrafo y éstos se dedicaron
a mostrar imágenes de una y otra parte al resto del mundo.
Los traveloges tuvieron mucho éxito pues mostraban lugares que en la época
eran poco conocidos o muy difíciles alcanzar. La técnica comenzó a
desarrollarse y alcanzó un gran desarrollo en los Estados Unidos, donde se
promovieron largos viajes a regiones poco exploradas a la parte norte del
territorio norteamericano. Uno de estos exploradores, fue Robertert Flaherty
quien emprendió varios de estos viajes patrocinado por la empresa francesa
Révillon Frères y de quien se hablará ampliamente más adelante.
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Lo verdaderamente importante a destacar en estos orígenes del cine es
que considerando al cine científico como la célula germinal y al cine de
viajes, como un desarrollo primario de las temáticas impulsadas por los
Lumieré, se distinguen ya géneros de lo que muchos años más adelante
sería englobado en el concepto de cine de no ficción. Un detalle a
destacar, por supuesto, es la inexistencia hasta ese momento de
cualquier atisbo del concepto de cine documental, el cual, también,
vendría a aparecer años más tarde.
Flaherty realizó varios viajes a la región donde retrató diferentes lugares pero
sobre todo, a los habitantes. En 1920 comenzó la filmación de una película
clave en la historia del cine mundial, Nannok (Nanook of the North, EEUU,
1922), en donde hay un cambio radical de estrategia en su forma de filmar de
Flaherthy, en ella, trata a los personajes (habitantes) de una manera diferente,
ya no de manera general sino que centra la narración en un individuo (Nanook)
y su familia, con lo cual convierte a Nanook en un personaje, cercano a lo que
ocurre en un personaje de una película de ficción, incluso, Flaherty utilizó
recursos fílmicos de la ficción como la construcción de sets o la puesta en
escena para realizar su película que en ese momento no era otra cosa que un
traveloge más. La película constituyó un éxito de taquilla, algo inusitado para
una película de este tipo.
Al final, lo que este breve relato histórico pretende son dos cosas: por una parte
dejar claro que los primeros años del cine de no ficción, no fueron otra cosa
que el surgimiento sucesivo y casi espontáneo de varios géneros (cine
científico, primero y luego cine de viajes o traveloges) que principalmente
respondían a las necesidades y las búsquedas del naciente medio y, por otra
parte, que las películas de los hermanos Lumiére de ninguna manera pueden
ser consideradas como los primeros ejemplos de cine documental. En primer
lugar, el concepto, como se ha visto, nace muchos años después, pero todavía
más importante, dichos films estaban muy alejados de los principios
estructurales que llevaron a Grierson a determinar que no es sino hasta
Nanook donde puede hablarse de cine documental.
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experimentales de investigadores interesados en el fenómeno de la recreación
del movimiento. Los Lumiére recogieron dichos principios y se dedicaron a
filmar la realidad, y al hacerlo extendieron su campo más allá de sus propios
límites espaciales. Esta faceta pasó de forma natural hacia viajeros y
exploradores que se dedicaron a mostrar el mundo de una manera que no
había sido posible hacerlo antes, todo bajo una forma que fue conocida como
travelogue. Al ejecutar de una manera diferente la manera general de realizar
los travelogues, Robert Flaherty provocó el nacimiento del género documental.
Como puede verse, los géneros fueron surgiendo uno tras otro y en este
desarrollo, el documental sólo fue uno más de los, hasta entonces, llamados
géneros de lo real. En este periodo, que no es muy corto, considerando la
todavía breve historia del cine, el documental surgió con una fuerza
impresionante y como consecuencia de ello, la posición que guardaban con
respecto a él, el resto de los géneros de lo real, algunos, como ya se vio, sus
antecedentes directos.
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películas representativas de las vanguardias artísticas de la década de los años
veinte.del siglo XX que rompieron las reglas tradicionales la cinematografía de
ficción y se convirtieron en los primeros ejemplos del cine experimental.
A pesar de la marcada huella que ya habían dejado los primeros casos del cine
científico, el cine experimental y, por supuesto, el ya muy sólido cine
documental, en un nivel de estudios teóricos seguía negándose la existencia de
otro tipo de cine que no fuera el de ficción.
Uno de los casos más sobresalientes, por la importancia de los nombres que lo
integraban y que sostenía este punto de vista, era el grupo de los teóricos que
encabezaba Jacques Aumont y que completaban Michel Marie, Alain Bergala y
Marc Vernet, quienes de manera colectiva en el libro Estética del cine
(Barcelona, Paidós, 1983) afirmaban que “Lo propio del filme de ficción es
representar algo imaginario, una historia” (1983: 100); y, sin embargo,
sostenían que en realidad todo el cine está constituido en uno solo, el de
ficción: “En el cine, representante y representado son los dos ficticios. En ese
sentido, cualquier filme es un filme de ficción” (ibid) por lo que finalmente
puntualizan: “La película industrial, el filme científico o el documental, caen bajo
esta ley que quiere que, por sus materias de expresión (imagen en movimiento,
sonido), todo filme irrealice lo que representa y transforme en espectáculo”
(Ibíd.).
Por ejemplo, sin explicar qué o cuáles son las diferencias que existen entre
algunos géneros cinematográficos, afirman que
Por otra parte, el interés del cine científico o documental reside a menudo en que
presenta aspectos desconocidos de la realidad que tienen más de imaginario que de
real.
Tanto si de trata de moléculas invisibles al ojo humano, como de animales exóticos con
costumbres sorprendente, el espectador se encuentra sumergido en lo fabuloso, en un
orden de fenómenos diferentes a lo que habitualmente tiene el carácter de realidad
para él. (Aumont et al, 1983: 101)
Lo anterior, para estos autores, constituye una constancia de que todo cine es
cine de ficción. La justificación teórica de este punto de vista está dada con
explicaciones matizadas, aunque demasiado elementales
(…) hay otras razones por las que ni el cine científico ni el documental pueden escapar
por entero a la ficción. En primer lugar, todo objeto es signo de otra cosa, está tomado
en un imaginario social y se ofrece como el soporte de una pequeña ficción (Ibidem)
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tiempo son consideradas como “fenómenos estéticos” ya que afirman que
“Además, la preocupación estética no está ausente del cine científico o
documental, que tiende siempre a transformar el objeto en bruto en un objeto
de contemplación, en una ‘visión’ que lo acerca a lo imaginario” (Ibíd: 101-102).
Pero no sólo eso, sino que además el concepto lo llevan todavía más allá,
considerando que, por ejemplo, el cine científico “no puede escapar por entero
a la ficción, dado que está tomado de un imaginario social” (sic). Resulta difícil
pensar en la influencia que el imaginario social tendría sobre una película
científica que describa fenómenos físicos como por ejemplo, un eclipse solar o
la contemplación de la bipartición de una célula.
Es evidente que el concepto de cine científico no está claro para los autores.
Esto queda confirmado cuando se toca el punto de vista más interesante en
estos autores y del que se puede realmente plantear un punto de discusión y
es aquel que tiene que ver con un concepto que hasta el momento no se ha
tocado: la narración.
Es necesario reconocer que las ideas planteadas por Aumont y el resto de sus
colegas no son las únicas en este sentido, ya antes, el destacado teórico
francés Jean Mitry señalaba la “ausencia de lenguaje” en ciertos géneros (sin
especificarlos como parte del cine de no ficción) y señalando que de este tipo
de films sólo el documental es capaz de convertirse en lenguaje,
específicamente en “poema”
El film pedagógico, el documental didáctico, que no tienen otro fin que presentar una
cierta realidad que mantiene por sí misma todo su poder y que justamente, deben
esforzarse por presentarla lo más objetivamente posible, no son de ninguna manera
lenguaje ni obra de arte, aunque sea necesario cierto arte para concebirlos y
realizarlos.
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No se puede evitar pensar que más que de género cinematográfico, se está hablando de
estructura y más que pensar en si se habla de un género, se está hablando de recursos.
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Ellos no significan nada, no explican nada por sí mismos. Cuando el documental, por el
contrario, presenta una visión original y personal del mundo y de las cosas, es decir
cuando se convierte en mirada, se vuelve “poema”. Al convertirse en poema, se
organiza, se compone dialécticamente y se vuelve lenguaje (1973: 166-167).
Por lo tanto, sólo se reconoce a cierto contenido artístico en este tipo de cine
en la manera de hacerlo. Ante esta afirmación resulta complicado compartir un
punto de vista tan generalizado como el que presenta Mitry, pues resulta difícil
aceptar que filmes no considerados como documentales, pero que buscan una
significación explícita, como puede ser un film con fines estrictamente
pedagógicos no conlleve en sí mismo un manejo de lenguaje para que su
mensaje sea comprendido en su totalidad. Sin duda, se trata de una visión
idealista del autor de un cierto tipo de documentales que él califica como
“poemas”, pero que, de ninguna manera esto signifique que todos los
documentales deberán ser poemas.
Una visión tan cerrada como esta deja fuera a cualquier tipo de películas que el
autor no considere que reúnen las características (que además no hay reglas
específicas) que él mismo determina, incluso sin señalarlas, describirlas, para
que dichas películas puedan ser construidas bajo esas bases.
Por otra parte, también es necesario señalar que existen detractores del cine
de no ficción más contemporáneos que todavía siguen esos principios sin
considerar la evolución que ha tenido el cine. Por ejemplo, el libro del francés
Francois Niney, dedica su libro La prueba de lo real en la pantalla (CUEC-
UNAM, México, 2009) al estudio del cine documental y al mismo tiempo
refiriéndose al resto de los géneros del cine de no ficción con calificativos
despectivos:
Así como el cine de ficción tiene sus ‘churros’, el género documental tiene sus
guiones estereotipados (turísticos, industriales, pedagógicos, militantes), de los
cuales da claro testimonio el apodo ‘docu’” (Niney 2002: 90).
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relato de ficción y el reportaje televisivo. Y, en tercer lugar, se hablará de los
documentales educativos, que tienen unas técnicas de realización muy concretas y
reiterativas, donde se compagina la producción en exteriores, interiores y gran soporte
de grafismos y simulaciones (Fránces, 2003: 89-90)
Como puede verse claramente, una vez que se entra al terreno del cine de no
ficción se entra a una problemática que hasta el momento está muy difícil de
ser definida. Quizás ahora se trata de establecer un camino que, iniciando con
comprender la diferencia entre cine de ficción y cine de no ficción pueda llevar
de una manera más sencilla hacia comprender los diferentes que se pretende
expliquen los géneros y las formas del cine de no ficción que según la hipótesis
que se pretenden demostrar en este trabajo son varios y varias, pero sobre
todo, concediéndoles su debida importancia y funcionalidad a cada uno y a
cada una. Lo que este principio afirma, es precisamente la respuesta a las
problemáticas planteadas por algunos teóricos, como Aumont y sus colegas
que afirman que “todo cine es de ficción y no existe otro”: y la de Niney, quien
afirma que el cine de no ficción, si existe, solamente hay de un tipo y ése es el
documental.
NOTAS:
1- EN UN FALSO DOCUMENTAL LOS PERSONAJES SON FICTICIOS
PERO NO SON DRAMÁTICOS.
2- EN CINE SOBRE ARTE PUEDE ENTRAR EL VIDEO CLIP
3- AL FINAL SE PUEDE DECIR QUE NO TODOS LOS SOCUMENTALES
SON FICCIÓN NI TODAS LAS PELICULAS DE FICCIÓN SON
DOCUMENTALES.
4-
1.3. El reconocimiento al cine de no ficción.
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A pesar de los problemas y dificultades que ha tenido para probar su
existencia, el concepto de cine de no ficción, al menos en sus primeras ideas,
en realidad no es tan novedoso. Fue, precisamente, el inventor del término
documental, el cineasta y teórico inglés, John Grierson, quien a principios de
los años 30, después de haber establecido por primera vez dicho concepto,
reflexionaba precisamente sobre el documental y los otros géneros que le eran
afines pero cuyo parecidos entre sí, comenzaban a generar algunas
confusiones a los estudiosos. Grierson señalaba:
Hasta ahora hemos considerado que todas las películas realizadas a partir de
material vivo pertenecen a esta categoría. La utilización de los hechos tal y como
ocurren en la realidad se ha considerado como la característica fundamental de este
tipo de cine. Siempre que la cámara filmaba en el lugar (ya fuera para un noticiario o
para una revista o bien por “intereses” discursivos o dramáticos, así como material
didáctico o científico…) se podía hablar de un documental. Este despliegue de
espacios es, desde luego, poco manejable para la crítica, y algo se tiene que hacer al
respecto. En estos filmes se pueden apreciar diferentes calidades de intenciones en
la observación y, por supuesto, muy diferentes capacidades y ambiciones en cuanto
a la organización del material. Por eso, me propongo, luego de unas breves palabras
sobre las categorías menores, usar el concepto de documental sólo para las
categorías mayores (1971: 69)
Si la realidad era la materia prima, y sin que así lo haya planteado Grierson,
este cine podría ser designado como cine de lo real, únicamente para poder
establecer una primera clasificación:
CINE DE LO REAL
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En 1973 apareció el texto fundamental de Richard Meram Barsam: Non-Fiction
Film. A Critical History (Penguin. New York) donde de alguna manera,
retomaba algunas de las principales ideas y conceptos de Grierson. Pero entre
sus principales aportes se pueden citar dos:: por un lado, subrayar que el
hecho de documental era el término más abusado y al mismo tiempo el que
menos se comprendía pues “se aplica indistintamente a noticiarios, películas
educativas, a promocionales turísticos, así como a programas especiales de
televisión” (1971: 85). Es decir, el concepto ya quedaba corto para la
complejidad y número de formas cinematográficas que el cine había
desarrollado, además de que, obviamente, existían diferencias específicas
entre todos ellos.
17
CINE
Cine de ficción Cine de no ficción
(Géneros realistas)
noDocumental
Cine documental
Cine sobre guerra
Cine de viajes y
exploración
Cine sobre arte
Cine avant-garde
Cine de capacitación
Cine didáctico.
Con esta distribución ganérica, Barsam sostiene que existe una diferencia entre
el documental y el resto de las películas de no ficción.
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Esta situación, no es la única, pues cuando Barsam establece claramente que
la característica de todos estos géneros de no ficción, lo hace con base en que
todos estos géneros de una u otra manera tienen como base creativa la
realidad. No obstante, en esta lista Barsam incluye al género que denomina
cine avant-garde. Aunque de este tipo de cine se hablará a profundidad
capítulos adelante, es necesario señalar en este momento que en dicho grupo
existen películas, que históricamente son consideradas como abstractas que
precisamente tienen la característica de ser lo opuesto a la realidad.
Evidentemente, esto implica es que la denominación de cine de hechos no
puede aplicarse a este tipo de películas, lo que plantea que la amplitud
genérica todavía es superior a la del panorama presentado por Barsam en su
momento.
En los 80’s, el cine de no ficción fue formado también por otros factores. El más
importante de estos fue el crecimiento en la cantidad y calidad de la producción, el
surgimiento de una nueva generación de cineastas, la viabilidad e influencia de la
producción en el formato de video, el surgimiento de nuevas fuentes de
financiamientos y distribución, y la extraordinaria popularidad del cine sobre arte,
también factores de apoyo como estudios a nivel universitario de historia, teoría,
crítica y producción de cine, festivales dedicados al cine de no ficción…y escritos
más serios sobre el tema (1973: 358).
19
que han sido muy pocos los autores, investigadores y teóricos que se han
aportado nuevas ideas al tema.
Otra práctica que han utilizado algunos investigadores, aunque muy similar a la
anterior, ha sido la de utilizar diferentes nombres o denominaciones para
referirse al cine de no ficción, aunque sin nombrarlo de dicha manera. Por
ejemplo, el afamado autor norteamericano Bill Nichols habla de discursos de
sobriedad, donde señala que dichos discursos “raramente son receptivos a
personajes, acontecimientos o mundos enteros ‘ficticios’ (…) Son vehículos de
dominio y conciencia, poder y conocimiento, deseo y voluntad” (1997: 17).
20
CAPÍTULO 2.
21
Dado que es muy importante establecer la diferencia con el cine de no ficción,
se hace necesario la explicación de algunos puntos intermedios entre estos dos
extremos para matizar la complejidad de la relación. Para empezar la
discusión, se puede tomar una frase del mismo Richard M. Barsam que señala
que “la principal diferencia entre el cine de ficción y el de no ficción es que el
primero dramatiza personajes mientras el segundo dramatiza hechos de la
realidad”3. Tan sólo en esta aparente sencilla frase se concentran varios
conceptos que merecen ser estudiados para poder rearmarlos en una
explicación convincente sobre el tema general del trabajo.
Por otra parte, lo que se conoce como cine de ficción, está basado en el drama
que es una estructura basada en el conflicto dramático, es decir un choque de
fuerzas representadas por personajes, es decir, como lo señalaba Barsam, la
ficción dramatiza personajes.
3
Debido a la importancia de la frase pero con el objetivo de no distraer demasiado de la
temática tratada es necesario tomarla con cuidado, sobre todo en lo que se refiere al cine de no
ficción, ya que como había sido señalado líneas arriba donde se señala que Barsam, a pesar
de sus avanzadas ideas sobre el cine de ficción, coloca en el mismo sitio al cine de no ficción y
al documental. En ese contexto, es evidente que en la frase, el autor no puede referirse al cine
de ficción, sino al cine documental y sin duda abarca irremediable al concepto de no ficción..
22
Finalmente, el drama se desarrolla dentro de una estructura narrativa que se
conoce como trama. Ésta narra la sucesión de los hechos que conforman el
total de la historia. La trama, o narración de hechos consta de un enlace, un
desarrollo, un clímax (donde se refleja el conflicto dramático) y un desenlace.
Por lo tanto, el cine dramático es necesariamente narrativo.
Todo este, evidentemente parece muy complejo, pero sobre todo difícil de
aceptar ante la fuerza de las tradiciones y costumbres adquiridas a lo largo de
los años. Por lo tanto, es necesario profundizar no sólo en las definiciones
4
Es necesario aclarar que las interpretaciones son a partir de la lectura del texto y no citas
textuales, con excepción del nombre. En ese sentido, industrial, es un concepto particularmente
extraño, pues es difícil admitir que estos autores se refieran solamente como narrativas a las
películas que tengan un corte “industrial”, dejando de lado cualquier otra película de ficción o
narrativa que haya sido producida fuera de dicho contexto.
23
ampliadas sino también en cada uno de los conceptos de las que están
compuestas, para, de esta manera determinar cuáles son los elementos que
determinan al cine de no ficción.
LA NO FICCIÓN.
Por ejemplo, una pelota de plastilina que tiene pies y manos y camina
sobre un escritorio lleno de libros (sólo eso), es un personaje de ficción,
pero al no tener intenciones dramáticas, no es más que eso. Cuando
adquiere intenciones de lograr una meta, es decir intenciones dramáticas,
aunque sea una pelota con manos, pies y ojos, será un personaje de
ficción dramática.
LA NARRACIÓN.
De las dos definiciones que se hacen del cine de ficción, y de las cuales se ha
mencionado que básicamente quieren decir lo mismo, no deja de ser curioso
que de los conceptos que manejan ambas, el único en común que existe en las
dos es el de narración. Por lo tanto, para diferenciar ambos grupos
cinematográficos Aumont y sus colegas declaran que para diferenciarlos se
puede afirmar que el cine de ficción es narrativo mientras que el cine de no
ficción (si existiera, para ellos) sería no narrativo, por lo tanto, es importante
hablar de la narración y comprobar si sólo el cine de ficción es narrativo.
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Evidentemente, la representación es un paso básico para la construcción de la
narración cinematográfica de ficción puesto que ninguna narración es posible o
se entiende sin la imagen representativa.
2.1.1.1.1. Lo narrativo.
Sin duda, la estética del cine de ficción plantea que es la narración, con su
coherencia y lógica bien estructuradas, la que da la posibilidad de establecer
una comunicación entre el creador y el espectador (precisamente por los
códigos que ambos comparten) para lograr una total comprensión del mensaje
artístico. Christian Metz señalaba que “entendemos un film porque conocemos
su sistema y logramos el entendimiento de su sistema porque entendemos al
film” (en Monaco: 1992: 56), y es que el lenguaje del cine tiene como ventaja
que no hay que comprender reglas de antemano para disfrutar el proceso
cinematográfico.
25
Como hemos observado en varias ocasiones, la representación del espacio y la del
tiempo en la imagen están ampliamente determinadas por el hecho de que ésta, la
mayoría de las veces, representa un suceso, situado a su vez en el espacio y el tiempo.
La imagen representativa es, pues, con mucha frecuencia una imagen narrativa,
aunque el acontecimiento contado sea de poca amplitud. (1992: 257).
establece una distinción entre diégesis, relato y narración: La historia o diégesis hace
referencia a un universo semántico global y coherente. De manera más simple,
diégesis se identifica con “lo narrado” distinguiéndose así del relato (discurso que
narra) (Ibid: 183).
26
2.1.1.2. La no narración.
Se llega así a un punto clave en la discusión de este trabajo que parte del
hecho de que si se admite la existencia de una oposición entre la ficción y la no
ficción, se puede considerar de la misma manera la existencia de una oposición
a la narración, es decir, la existencia de la no narración
Una manera simple de comenzar este proceso sería considerar que si el cine
narrativo se entiende como una estructura cargada de significación y basada
en reglas y convenciones de representación espacio-temporal, lo obvio, sería
establecer que en el caso del cine no narrativo se encontraría una estructura
opuesta, es decir, una estructura sin representación, sin significación y sin
lógica. Es evidente que esto puede no resultar tan sencillo. Sin embargo, es
importante señalar que el concepto no es nuevo y autores como Jacques
Aumont y colaboradores, admiten que
Con esta declaración, sin duda, Aumont y sus colegas caen en una
contradicción, pues si anteriormente habían admitido que no existe el cine de
no ficción, no existe una lógica en admitir la existencia de un cine no-narrativo
pues según dichos principios éste no debería existir, ya que señalan que la
narración no es una condición para el cine. Aún reticentes a admitir la
existencia de un cine no narrativo imponen condiciones para aceptarlo:
Por último, para que un film sea plenamente no-narrativo, tendría que ser no
representativo, es decir, no debería ser posible reconocer nada en la imagen, ni percibir
relaciones de tiempo, de sucesión, de causa o de consecuencia entre los planos y los
elementos, ya que estas relaciones percibidas conducen inevitablemente a la idea de
una transformación imaginaria, de una evolución ficcional regulada por una instancia
narrativa (1983: 93).
27
características como es el caso de diversas películas vanguardistas
experimentales abstractas, muy populares en distintas épocas en la historia del
cine.
“hay otros tipos de forma fílmica que son tan importantes como la forma narrativa. Los
filmes educativos, los anuncios políticos, las películas experimentales (…), puede que
no contengan ninguna historia en absoluto. Tienen sistemas formales no narrativos
(1995: 102)
Todos los tipos de la película tienen que ser en cierto modo semejantes, aunque cada
tipo tiene que diferenciarse de los otros. Por lo general, la película tendrá un tema
amplio que organice su forma global, y luego introducirá categorías que dividan la
película en segmentos (Ibíd.: 105).
28
El objetivo de este tipo de películas es conseguir que el público tenga una opinión
sobre el tema y, quizás, actúe de acuerdo con dicha opinión. Este tipo de películas va
más allá del tipo categórico, puesto que intenta convencer al espectador de algo con
consecuencias prácticas (Ibíd.: 112).
29
En esta forma no-narrativa, la relación entre las imágenes que lo conforman,
pueden ser de lo más variable y obviamente no existen patrones
predeterminados. Un aspecto de suma importancia a considerar en esta forma,
es que aun y cuando en ocasiones las imágenes utilizadas correspondan a
objetos reales, (puesto que los cineastas yuxtaponen las imágenes para crear
relaciones de forma, color, etc.), la película está todavía utilizando una forma
abstracta.
Primero: el cineasta, por lo general, agrupa las imágenes en grupos amplios, cada uno
de los cuales crea una parte diferente y unificada de la película. Cada grupo de
imágenes se puede luego contrastar con otros grupos de imágenes. (…) en segundo
lugar, como en otros tipos de forma artística, la película utilizará motivos repetidos para
reforzar las conexiones (Ibíd.: 129).
30
estar preparados para cambiar nuestras expectativas frecuentemente y para especular
sobre las conexiones posibles. (Ibíd.: 130)
31
Aunque apenas podamos clasificar conscientemente las películas que vemos como
“retóricas” o “asociativas”, diferenciamos entre diferentes tipos de filmes y contamos
con una gama de técnicas visuales a las que podemos recurrir dependiendo de cuál
sea la apropiada. (…) Normalmente, el tipo de forma que se elige está relacionado con
los fines e intereses del cineasta y con las posibilidades disponibles en el contexto de
producción” (103).
Para ellos, aparentemente, lo más importante no es la forma misma de cada
una de las películas presentadas sino la relación que éstas tienen con respecto
al espectador: “Las diferencias entre los tipos de forma no narrativa son
importantes porque cada tipo requerirá diferentes convenciones y provocará
distintos tipos de expectativas en el espectador” (103).
32
compuesto secuencial en ocasiones complejo pero obligado a dar sentido a las
ideas y provistos de una gran significación. La estructura que rige la narración,
como un acontecimiento o una sucesión de acontecimientos ocurre también en
otros géneros. Por lo tanto, habría que reforzar la idea, para dejar muy claro
que lo narrativo no es exclusivo del cine narrativo5.
Por lo tanto, es preciso comprender que una narración, un hecho narrado, no
hace un relato ni una historia, es el conjunto de las mismas lo que, bien
estructurado, puede lograr este fin. Una narración puede ser sólo un evento
descrito pero que sólo no constituye un relato, es más, puede haber varias
narraciones, pero sin una estructura, nunca constituirán un relato y menos una
historia.
Por el contrario, el cine que se proclama no-narrativo porque evita recurrir a uno o
varios rasgos del cine narrativo, conserva siempre un cierto número de ellos (1982: 92-
93).
5
Por supuesto, lo más correcto sería decir cine dramático-narrativo
33
Además, estos autores señalan que “el dispositivo cinematográfico en sí
mismo, lo es por igual ya sea para un filme narrativo o para un filme no
narrativo” y agregan: “lo narrativo no es lo cinematográfico, ni a la inversa
(Ibíd.: 95). Con esta declaración, admiten que la narración no es una condición
para el cine, por lo tanto no todo el cine es narrativo y, por lo tanto existe (y eso
se deberá probar aquí) un cine no narrativo. Es evidente que la línea entre
posiciones, lo narrativo-no narrativo, es muy delgada y sólo toma una forma
más clara cuando se comienzan a establecer algunas precisiones.
34
estructura dramático narrativa, cuando se debe pensar en otras posibilidades
estructurales.
Por último, para que un film sea plenamente no-narrativo, tendría que ser no
representativo, es decir, no debería ser posible reconocer nada en la imagen, ni percibir
relaciones de tiempo, de sucesión, de causa o de consecuencia entre los planos y los
elementos, ya que estas relaciones percibidas conducen inevitablemente a la idea de
una transformación imaginaria, de una evolución ficcional regulada por una instancia
narrativa (La estética: 93).
Así se tendrá que mientras por un lado siempre quedará el cine de ficción con
su nombre completo:
Cine de ficción-dramático-narrativo
Por el otro lado, quedará un esquema mucho más complejo que trata de
abarcar todo el panorama que presenta este tipo de cine:
35
CAPÍTULO 3.
EL ARTE Y LA ESTÉTICA.
Acha sostiene que lo estético es inherente al ser humano, tiene que ver con su
sensibilidad, con su gusto individual, con la belleza natural y con el ambiente
que le rodea, mientras que lo artístico no tiene necesariamente que ver con las
bellezas naturales.
36
aunque el mismo objeto, y esto es lo más importante, no sea artístico, o más
bien, no tenga dicho valor, sino hasta que se le otorga tal legitimación con base
a ciertas virtudes externas y complementarias, con lo cual ese objeto podrá ser
considerado, eventualmente, una obra de arte.
Quizá lo más importante de la diferenciación entre lo estético y lo artístico sea que nos
permite situarnos en la realidad de la correlación dialéctica sujeto-objeto, para centrar
lo estético en el sujeto, producto social y ejecutor de la producción y del consumo; e
identificar lo artístico con el objeto, los sistemas productivos y la cultura que esto
presupone como producto humano; así se enfrentan hombre y objeto o bien naturaleza
y cultura. Lo estético, después de todo, está en el hombre mismo y, por ende, en su
sensibilidad” (1988: 23)
Acha deja muy clara su postura con respecto a la estética señalando que:
37
de ideas. Cualquier ser humano posee la capacidad estética, aunque esto no
quiera decir que dicha capacidad le permitirá crear automáticamente obras de
arte, puesto que para ello influyen otros factores fundamentales como el nivel
de conocimientos complementarios, que en muchas ocasiones puede
determinar que una creación no sea considerada una obra artística.
De la misma manera funciona con los aspectos educativos. Acha señala que es
muy útil separar la educación estética de la artística dado que mientras la
primera es ecológica, sensitiva y muda, la segunda es más racional que
sensitiva y más verbalizada que sensorial (Ibíd.: 27). Este proceso lo
ejemplifica cuando un niño sin ninguna educación artística pinta un cuadro, en
ese momento, el chico está realizando una actividad estética, pero al carecer
de elementos socioculturales, la obra nunca llega a tener un importante
resultado artístico.
Así, puede darse el caso de encontrarse con obras que son estéticamente
catalogadas como bellas y que producen un cierto placer en ese sentido, pero
que al carecer del juicio de valor artístico no pasan de dicho nivel y tienen
pocas posibilidades de trascender su momento histórico y social, es decir, no
serán consideradas obras de arte.
38
cierto valor estético dado que la contemplación o escucha de dicha obra puede
no proporcionarnos algún gusto o placer6
Acha lleva tal afirmación al terreno de la comparación entre una obra original y
la copia o reproducción. La obra original, siempre con todos sus valores
artísticos, está cargada de sus propios valores estéticos, mismos que,
aparentemente, debe conservar la copia, sin embargo, esta última carece de
los valores artísticos que contiene el original, simplemente por tratarse de eso,
de una copia o una reproducción. Y Acha concluye señalando que “Lo
importante, como vemos, no son los productos sino los procesos y las
relaciones, las motivaciones productivas y los efectos consuntivos, todo en
unidad con el producto en cuestión” (Ibíd.: 22).
Sin duda, eventualmente, el concepto de “obra de arte” es, como muchos otros,
totalmente relativo, por esa razón existen obras en el marco histórico que han
cumplido cabalmente los dos planteamientos fundamentales y por esa razón
han trascendido el tiempo y el espacio.
Por lo mismo, Acha no niega nunca la relación entre estos dos universos ya
que ésta existe de manera natural: “El arte depende de las leyes impuestas por
la estética, que (a su vez) es el estudio del arte” (Ibíd.: 24). Sobre esta
afirmación, inevitablemente, se hace énfasis en los ideales del concepto de
belleza, mismo que maneja de forma natural la estética, y es que la idea más
clásica que se le presenta a la estética ha sido, justamente, el estudio de la
belleza. Claro, la belleza como idea abstracta pero que se acerca
irremediablemente, a la perfección de la representación del rostro y la figura
humana.
6
Acha señala que Kulka aclara que obras del tipo de Las señoritas de Avignon de Picasso son
incapaces de causarnos placer y, sin embargo, las apreciamos; su valor es artístico y no
estético (1988: 20-21)
39
Acha afirma que el concepto de lo bello, más bien se sostiene en la relación
dialéctica entre el objeto y el sujeto que lo aprecie, pues existen elementos que
deben ser reconocidos por las diferentes culturas y las épocas. Y
consecuentemente señala que además de la belleza existen otras categorías
estéticas, como “la fealdad, el dramatismo, lo cómico y lo sublime, lo trivial y lo
típico” (Ibíd.: 42).
Esta conceptualización es fundamental porque da lugar a ver a los objetos de
arte de una manera diferente, y todavía más importante es el hecho de que con
esta nueva visión se pueden analizar las obras de arte que se salgan de una
conceptualización en la que los elementos artísticos no coincidan plenamente
con los conceptos de la estética tradicional, sino que pueden contener factores
externos que influyan en la apreciación final de tales obras.
dicha diferenciación, tiene una importancia que va más allá de lo terminológico, sobre
todo en las artes contemporáneas, donde los usuales parámetros manejados por los
objetos artísticos han sido trastocados y donde ya no solamente están en juego dentro
de las obras de arte elementos estéticos sino otros, como los políticos, religiosos o
educativos y donde también se llega al extremo, incluso, de suprimir dichos elementos
y valores estéticos, sin que la obra pierda su condición artística (Ibíd.: 31 )
…el cine no se convierte en lenguaje sino en la medida en que es arte. Siendo ante
todo un medio de registro y reproducción puede muy bien no ser arte ni lenguaje y no
mantener su valor, sino el de la cosa que reproduce (1973: 166-167)
40
Es decir que contrario a lo que antes afirmaba que cualquier película es arte,
ahora sostiene que en ocasiones el cine no es arte. Lo más difícil de aceptar es
cuando se refiere especialmente a varios géneros del cine de no ficción.
El film pedagógico, el documental didáctico, que no tienen otro fin que presentar
una cierta realidad que mantiene por sí misma todo su poder y que justamente,
deben esforzarse por presentarla lo más objetivamente posible, no son de ninguna
manera lenguaje ni obra de arte, aunque sea necesario cierto arte para concebirlos y
realizarlos. Ellos no significan nada, no explican nada por sí mismos (Ibid)
Cuando el documental, por el contrario, presenta una visión original y personal del
mundo y de las cosas, es decir cuando se convierte en mirada, se vuelve “poema”. Al
convertirse en poema, se organiza, se compone dialécticamente y se vuelve lenguaje
(Ibid).
Sin dejar de reconocer la gran importancia del documental como una forma
completa y compleja de construcción de estética y lenguaje cinematográficos,
se considera sumamente difícil determinar, no sólo para el espectador, sino
para el investigador, determinar esa “visión original y personal” de un
realizador. Es, sin duda, una consideración relativa y de un gusto muy personal
cuando a dicho autor un documental le parezca que el mismo deba convertirse
en “poema”.
41
tradicional pueden estar presentes pero también pueden transformarse,
adaptarse, alterarse o incluso, desaparecer, por lo que el estudio del cine de no
ficción debe de recomponerse a partir de los principios adecuados, tanto
artísticos como estéticos, para dicha tarea.
3.2. El arte.
El cine, al igual que cualquier otra forma de arte, requiere para su elaboración,
además de una o varias técnicas, de una estructura y de un lenguaje que
permita la comunicación y el disfrute estético para aquellos para los que fue
concebido. Todos estos elementos, necesarios para la construcción de tal
estructura surgen y se van transformando según las necesidades de
determinadas etapas históricas del desarrollo de la propia manifestación artista
en cuestión. Las diversas posibilidades del arte cinematográfico han sido,
precisamente, las que han marcado las diferentes formas de alcanzar a los
más variados tipos de público que las aceptan y consumen, o por el contrario,
las rechazan.
James Monaco sostiene que el cine es una industria que sin separarse de la
visión artística conserva su mutifuncionalidad en todos sus productos, que por
su carácter de obra artística, se ven involucrados en un proceso
socioeconómico que incluso se considera como algo natural, ya que “Una vez
que la obra de arte ha sido completada tiene, en un sentido, vida propia. Es,
primero que nada, un producto económico para ser explotado” (1977:13).
42
Ésa es la necesidad de percibir al cine como obra de arte, su necesidad de
expresión, de difusión, pero también, como una consecuencia, su aspecto
económico. Sería difícil sostener la idea de que existe una sola película en la
historia de la cinematografía que no haya buscado el éxito y eventualmente una
recuperación y ganancia económica. Sin embargo, tampoco se puede proponer
una idea que sostenga que todas las películas pueden clasificarse de la misma
manera y mucho menos basadas en un factor de comercialización de la obra.
Así de complejo es el cine y por lo mismo, cada aspecto que le compete del
mismo, puede ser tratado con profundidad, lo que da como resultado una
particular visión del fenómeno.
“Todo film es obra de un artista”, dice Jean Mitry, por lo que podría entonces
afirmarse que todo film es una obra de arte. No obstante, también cabría
preguntarse si todas estas obras de arte cinematográfico tienen la misma forma
y características. De esto trata el presente capítulo, de saber si todas las obras
de arte cinematográficas pertenecen a un grupo común que cuenta, por un
lado, con los mismos elementos estéticos de creación y, por otro, si existen las
mismas intenciones comunicativas y/o de significación en toda obra de arte
cinematográfica. Al mismo tiempo, sería interesante conocer si esta obra de
arte tiene el mismo sentido a lo largo de los dos polos del camino que recorre,
que va de la mente del artista a la recepción final por parte del espectador.
43
Por lo tanto, se debe aceptar que por las diversas aproximaciones, no puede
existir una sola definición de arte, sino varias. Quizás de las más trascendentes
están las que proporciona Calabrese en su citado libro, donde según el autor,
por arte se debe entender
a) hay una definición general que incluye toda capacidad creativo-expresiva destinada
al logro de un efecto estético.
b) Hay una definición específica que nos dice cuáles son las artes, incluso desde el
punto de vista anterior, si bien las limita a las expresiones que se dan por medio de
materiales visuales (…)
c) Hay una definición que relaciona la obra con un juicio positivo de base idealista (el
Arte y lo Bello están unidos), pero que se basa sobre la obra misma (su
“naturaleza” y su “originalidad”), o sobre el conjunto de obras de un autor (…)
d) Finalmente hay una definición que se limita al cómo se produce una obra cuando
está sujeta a técnicas “específicas”. (Ibíd.)
Calabrese resume todos estos puntos en un solo concepto que establece una
definición amplia de arte:
44
A la anterior definición de arte, se puede dar la que proporcionan los
españoles Alberto Carrere y José Saborit:
Jean Mitry precisa que el hombre depende del arte para manifestarse,
para expresarse, no necesariamente de manera lógica y estructurada, sino más
bien libre. Por lo mismo afirma que
El arte no ofrece ninguna explicación y no tiene por qué darla. No se dirige a la razón
sino a la pasión. Su único designo es traducir sentimientos, emocionar u ofrecer un
reflejo del mundo tal que permita al hombre superar su angustia, una imagen que lo
tranquilice o lo afirme dándole la ilusión de poder sobre el mundo o sobre las cosas.
Hay pues en el arte, a un tiempo, un fenómeno social, una necesidad psíquica
y una realidad estética (1978:10).
45
que hay desde luego, intenciones artísticas y que el arte exige un aprendizaje (Ibíd.:
318-319)
Los puntos de vista de Aumont, al mismo tiempo que tocan muchos aspectos
importantes y trascendentes del fenómeno artístico, demuestran lo abiertas que
pueden ser estas definiciones, así como lo limitadas que están ante el rápido
desarrollo del fenómeno mismo.
Con la intención de cerrar este proceso hacia una definición final de arte es
conveniente regresar a Juan Acha, quien ante el amplio panorama que se
presenta, advierte la existencia de cinco falacias sobre el arte y que, según él,
han sido convertidas equivocadamente en axiomas:
a) Arte es belleza, con lo cual se confunde ésta con lo bonito y azucarado
b) Arte es entretenimiento.
c) Arte es sentimiento, con lo que se refiere al sentimentalismo
d) Arte es representación fiel a la realidad, con lo que se insiste en la minucia
fotográfica y en el lugar común visual
e) Arte es religión, con lo que se hacen funcionar supersticiones y pretendidos
milagros que nunca llegan (1988: 30)
Evidentemente, estos axiomas deben verse con toda la distancia que el caso
requiere y Acha lo reafirma con un pensamiento al respecto:
Si existe una aseveración que podría funcionar como buen inicio para
este apartado es la que expresan Alberto Carrere y José Saborit en las
primeras páginas de su libro Retórica de la pintura (Cátedra, Madrid. 2000)
para referirse al proceso comunicativo del arte, y al que ellos designan como
46
proceso de realización: “El arte es comunicación, por lo tanto, todas las formas
de arte son comunicación” (2000: 25)
De esta manera, el placer estético está conformado por la suma de las virtudes
que poseen los elementos propios del objeto artístico, más la suma de los
valores culturales, sociales, e ideológicos, tanto del creador como del
espectador, Valores que funcionan en combinación cuando se contempla una
obra artística.
De cualquier manera, para que este proceso pueda ser llamado placer estético
o realización, como se prefiera, es importante señalar que dicha relación entre
las diferentes etapas del mismo se da por medio de la percepción, ya sea
visual, auditiva, táctil o combinada. De hecho, debe afirmarse que sin la
percepción no existe comunicación. Todo lo que se ve o se escucha, es a
través de la percepción que logra establecer un sistema de comunicación en el
que se observa una obra de arte que fue concebida por alguien que quiere
transmitir algo y que gracias a ella, el espectador se convierte en un
participante activo de dicho proceso.
La obra
47
Producción Consumo
El artista El espectador
(Mónaco,1977:11)
Donde “el examen de la relación entre el artista y la obra (además de las
mencionadas relaciones de comunicación a partir de la percepción) conlleva
teorías de la producción de arte, mientras que en la relación entre la obra y el
espectador proporciona las teorías de consumo” (Ibíd).
Así, el artista, al dar forma a sus emociones no comunica el sentido que dio origen a
tales obras, sino un cierto significado de las vivencias que se han materializado en el
objeto artístico, el cual es el medio físico que hace posible el fenómeno de la
comunicación. Cuando el público reciba el mensaje, rescatará primero el significado y
después le conferirá sentido, que de ninguna manera será idéntico al del artista (ya que
es incomunicable) sino el suyo propio y se aproximará al sentido del artista sólo en la
medida en que exista una alta afinidad estructural entre ambos (Olea, 1999: 136)
De esta manera, se puede observar el proceso afirmando que toda obra de arte
es un mensaje, y que como tal, posee una cierta significación. Sin embargo,
dicho mensaje tiene la característica fundamental que señala que no se trata
de un mensaje de tipo común lenguaje hablado o escrito, sino que se trata de
mensaje artístico, por lo que la posible significación cambia completamente,
pues en este caso “no tiene implicación alguna en relación con el contenido,
tema, narración o influencia ideológica implícita en la obra de arte” (Olea, 1998:
138), por lo que es necesario calcular la probabilidad de que a partir del
sistema de comunicación utilizado, el receptor sea capaz, o no, de recuperar el
significado y el sentido original del mensaje.
3.2.2.1. El artista.
48
mismo tiempo, poseedor de características particulares y excepcionales,
además de dominar ciertas técnicas y herramientas para crear un objeto al que
a su vez le transmitirá sus propias características, lo que lo convertirá en único
y diferente al resto de otros similares.
Por esa razón, es importante tener presentes las características del proceso
creativo para entender el proceso comunicativo. En el artista existen dos
factores que hacen de éste un ser fuera de lo común: la expresión y el estilo.
3.2.2.1.1. La expresión.
Mitry, tomando como base la cita de Hegel, afirma que el cine es arte porque
pretende expresar los sentimientos, ideas e inquietudes de un creador y, sobre
todo, porque intenta transmitirlas a sus semejantes, por lo tanto, todo hecho
estético es expresión (1978: 20) .
49
Las nuevas formas artísticas, con todas sus licencias creativas, asumidas o no
por el espectador, han eliminado muchas de las antiguas asociaciones entre
los participantes principales del proceso comunicativo. En este contexto, el
artista cada vez recurre más a esa libertad creativa sin tener la misma
consideración y displicencia hacia su complemento directo, el receptor de su
obra.
Es esta débil relación la que permite afirmar que las nuevas formas artísticas
han transformado la manera de significar y sobre todo de interpretar una obra,
por lo tanto, es necesario revalorar el concepto de expresión, colocándolo, en
muchas de las ocasiones, en un plano superior al de la significación.
Sin duda, son innumerables las influencias que llegan a un artista, su situación
existencial, familiar, social, cultural, además dependiendo del momento
temporal en el que se encuentre, surgirá la obra que reflejará específicamente
dicha situación. De lo que puede no haber duda es del deseo del artista por
expresar algo. Boulez lo plantea de la siguiente manera:
Lo que se llama temperamento, personalidad, ¿es responsable del estilo por el cual
transmito lo que deseo expresar? ¿Soy consciente de lo que quiero “expresar” y si
tengo intención de expresar algo, tiene que ser definido antes de ser descrito? ¿debo
partir con un fin delimitado o tengo tiempo de encontrar en el camino lo que se volverá
retrospectivamente el móvil de mi búsqueda y le dará un sentido? (1981: 60).
50
Le ocurre al compositor encontrarse en periodos de conquista, de descubrimiento: su
preocupación esencial: explotar nuevas posibilidades en todos los dominios de su
actividad, lo llevará a producir obras más “caóticas”; Son en general, obras de reflexión,
de las que se tiene una profunda necesidad para poder ejercitar la propia vitalidad
interior (Ibíd.: 63)
De lo que se puede inferir que las características que hasta hace tiempo eran
exclusivas y particulares del lenguaje musical, como su temporalidad y su “no
significación”, ahora se extienden a otras formas de arte. Y éste es,
precisamente, el caso del cine experimental de vanguardia, donde ya en varias
ocasiones se ha manifestado que sus principales influencias provienen de la
música y la pintura contemporáneas. Por lo mismo, no es difícil considerar la
posibilidad de que de la misma manera, herede sus mismas intenciones en
cuanto a la comunicación, sin preocuparse tanto por la significación,
apegándose más hacia un proceso meramente expresivo, donde lo que se dice
es menos importante que el cómo se dice.
3.2.2.1.2. El estilo.
51
conoce como los rasgos de autoría (el estilo, la firma) que distinguen a un autor
de otro y que lo hacen trascender la historia (2000: 37).
La noción de estilo no es por otra parte sencilla, puesto que puede remitir a dos
realidades semicontradictorias:
- la del individuo: “el estilo del hombre”; en este sentido es, por ejemplo, como lo
entiende Roland Barthes, al oponer en Le Deg’re zéro de l’écriture el nivel individual del
estilo al de la escritura; y en este sentido también es como lo entienden muchas
expresiones del lenguaje corriente.
- La de grupo; el estilo se define entonces como caracterizador de un período o una
escuela, como en el “estilo barroco”. (1992: 303)
El estilo que un artista impone afecta a toda la obra, no sólo a sus partes, y
cuando un artista impone su estilo, que, como propio, éste será al mismo
tiempo, nuevo. Puede decirse que entre más nuevo es el estilo, más expresivo
es, ya que todo se resume en una búsqueda individual y con originalidad.
Para esta ruptura, en ocasiones tan innovadora, Aumont señala que “La obra
expresiva es, muy a menudo, la que sorprende por el frescor de su trabajo
formal, a costa de lo que aparece como deformación” (Ibíd.: 306). Claro está
que dicha deformación no tiene ninguna acepción peyorativa, sino simplemente
la comparación natural con la forma con la que se le compara, por lo que
resulta que un estilo expresivo es un estilo que conlleva una cierta deformación
de la obra.
52
desaparecerlo y termina señalando que el estilo también se define en relación
con cierto tratamiento de la materia, con un gusto por ciertas formas o ciertos
colores, como por ejemplo, el uso de la luz, tanto en la historia de la pintura
como de la fotografía, cine y video.
En el caso del arte contemporáneo, al artista marca una cierta evolución en los
campos de la expresión y el estilo, dado que sus experiencias en los últimos
tiempos han expandido su panorama creativo. Actualmente debe de hablarse
de tendencias que hasta hace poco no estaban en la mente de los artistas.
Cambios fundamentales han ocurrido y el arte contemporáneo ha tenido que ir
adaptando las nuevas formas de discurso a los diferentes lenguajes artísticos.
3.2.2.1.3. La ideología.
El artista cuando inicia un acto creativo, está rodeado de una gran cantidad de
convenciones establecidas, culturales, estéticas y prácticas. Todo lo que lo
rodea se convierte en un sistema de referencia para su obra. La obra, resultado
de tal proceso, está ligada a cierta época, como lo está a todas las obras que
nacieron en el mismo período, y se convierte así en un representante que hizo
funcionar y desató dichas convenciones.
Boulez señala, que la otra parte que constituye el “genio” o el talento consiste,
precisamente, en sentir del modo más agudo estas funciones que ligan al
artista a su propia sociedad y tiempo (1981: 44). Por lo tanto, el dispositivo de
la comunicación en el arte se define por sus efectos ideológicos. La función
ideológica interviene tanto en la concepción y creación de la obra como en la
contemplación. El dispositivo, de alguna manera se convierte en una forma de
transmisión de ideología y de manera de representar al mundo que va de una
clase social a otra.
Sin embargo, se puede precisar que aunque en la mayoría de las veces dicho
objeto realmente existe y ocupa un lugar y un espacio, tal y como ocurre en la
53
escultura, la pintura y la fotografía, también en ocasiones se encuentra que ese
objeto es intangible y sólo existe en el factor tiempo, donde se permite su
desenvolvimiento, como es el caso de la literatura o la música, y, finalmente,
cuando ese objeto necesita de ambos factores (espacio y tiempo) para existir,
entonces se está hablando del teatro, y, por supuesto, del cine.
El arte, como fenómeno cultural, irremediablemente con el paso del tiempo, ha
sufrido grandes e importantes transformaciones, desde aquellas primeras
manifestaciones que coexistieron en el mundo antiguo y que en dicho contexto
se reconoció su división en siete formas básicas: historia, poesía, comedia,
tragedia, música, danza y astronomía. Algunas de estas formas han mudado
de campo y ahora, más bien, son ramas de la ciencia (la astronomía) o de la
humanística (como la historia). El resto, han permanecido como formas de arte,
pero han evolucionado y en algunas ocasiones, fusionado para crear formas
nuevas, como por ejemplo, la comedia y la tragedia, que ahora son ramas del
drama y junto con la poesía, constituyen categorías del arte literario.
Finalmente, otras han seguido su evolución en el mismo campo del arte que las
vio nacer, como es el caso de la música y la danza.
A partir de estos dos postulados básicos, las artes se consolidaron y formaron
lo que hasta nuestros días se conoce como las bellas artes, mismas que se
pueden dividir en tres grupos:
54
Todas estas formas artísticas producen, con diferentes estructuras, un tipo de
obra de arte.
Puede verse que definir a la obra de arte es complejo y algo abstracto, sin
embargo, para mantener cierta coherencia, por lo menos, se puede afirmar que
la obra de arte como tal, debe ser, incluso, más perfecta que la realidad que la
provoca, es decir, se trata de una estilización de lo real: “La obra de arte es
necesariamente creadora de formas que prolongan, traducen o transponen a
las que las han inspirados y a las que siempre reemplazan” (Ibíd.: 19).
55
varios contextos y dicha relevancia, a su vez, determinará el valor utilitario de la
obra, además de su originalidad.
Es así que en cierto nivel de la existencia del objeto artístico comienzan a jugar
diferentes variables de valor: ¿Qué o quién determina que un objeto sea un
“objeto de arte? ¿Qué es un objeto utilitario? ¿Dónde o cuándo ocurre la
transición del objeto común a objeto artístico?
Según Gerard Genette, para que un objeto cualquiera sea considerado como
artístico
Lo que es cierto es que este objeto de arte puede tener diversos elementos que
de alguna manera, contribuyen a ratificar su propio concepto de obra de arte.
Al final, el objeto artístico cumple con ciertos valores, reglas creativas de uso
común entre objetos de sus mismas características que lo convierten en un
objeto de arte, pero la “unicidad” o su carácter de único” será fundamental para
distinguirlo de la generalidad, y esa característica o características “únicas”
serán aprobadas o desaprobadas por los diferentes actores del proceso que
complementa la creación, como son la recepción, la aceptación y la crítica. Por
ejemplo, en cuanto al hecho cinematográfico Eisenstein señalaba:
56
artísticos, obras no artísticas (los ready made) con la intención de incidir, cuestionar y
renovar las ideas básicas que sostienen nuestros comportamientos artísticos. En otras
palabras, los sectores progresistas de las artes arremetieron contra la sobrevaloración
del objeto, propia de la sociedad de consumo y desistieron en los componentes
sensitivos del objeto, con el fin de subrayar las acciones y los conceptos. Después de
todo, las acciones son más humanas que los objetos, y los conceptos más que las
formas (Acha, 1988: 62-63)
3.2.2.2.1. La significación.
57
Todo mensaje comunicativo conlleva una cierta significación desde el momento
en que fue concebido, creado y expresado, hasta el momento en que es
percibido por el receptor para decodificarlo, y de alguna manera, interpretarlo.
Si esto aplica para el lenguaje hablado, también aplica para el proceso artístico,
donde, el mensaje es la obra de arte.
Los puntos de vista encontrados van desde algunos muy radicales como el de
Dorfles, quien nombra a la obra de arte “signo estético” y señala la cualidad de
su valor como tal, pues en él se incorporan todos los valores específicos del
mismo. En este caso, todos los valores contenidos en la obra serán parte del
signo mismo, dado que la obra es el signo. Dorfles señala que con esta
situación se mantiene la posición del arte como comunicación, pero aclara que
se trata de una especie especial de comunicación, que “atañe únicamente a los
58
valores y no a las afirmaciones o a los elementos verídicos, propios del
discurso científico o lógico” (1963: 44).
La intención comunicativa de que el mensaje llegue tan claro como sea posible,
representa una particularidad en lo que se refiere al proceso artístico, mismo
que no puede ser equiparable al proceso de significación del lenguaje hablado.
La significación artística, por su parte, ofrece no una, sino varias lecturas que
son percibidas por el espectador. Se considera entonces que el lenguaje del
arte, por su diversidad, puede provocar la existencia de varios tipos de signos,
dependiendo, incluso, de la complejidad de la forma misma.
Por otra parte, Susanne Langer sostiene que el arte es simbólico pero de
ninguna manera, discursivo, lo que lo aleja, irremediablemente, de su
semejanza con el lenguaje hablado y lógico.
Para Jean Mitry, sólo hay significación cuando el signo es susceptible de
entendimiento, se trate de un signo verbal o visual. Inclusive, aclara, que este
entendimiento no implica ninguna traducción verbal inmediata, es inmediato en
la medida en que es simplemente lógico.
La imagen cuando significa, significa otra cosa por entero distinta de lo que muestra.
De este modo, la imagen significa lo que el signo puede significar. Pero en
tanto que imagen, es decir en tanto que “representación”, por su naturaleza de imagen,
no significa nada: muestra, eso es todo.
Mientras más se penetren en el mecanismo de la significación, mejor se verá
que las cosas no significan en razón de su ser, sino en virtud de rasgos formales que
las distinguen de las otras cosas de la misma clase que nos incumbe deslindar (1971:
30)
59
Sin embargo, esta posibilidad estructural es aún menor en la pintura o el
dibujo, ya que si en la música los signos más representativos están dados por
las notas (sonidos de alguna manera identificables), en pintura es imposible
encontrar tal semejanza, dado que no hay un número finito de signos y por
supuesto, éstos nunca son reconocibles. “En esta (forma artística) no se
encuentra ni siquiera el concepto de unidad, pues por ejemplo los colores no
designan, no remiten a nada, no sugieren nada de manera unívoca” (1971: 65)
Aun con estas dudas planteadas, Benveniste sugiere como solución posible,
para hablar de la significación en el arte (en este caso la pintura), considerar
“que en las artes de la figuración el artista crea su propia semiótica: instituye
sus oposiciones en rasgos que él mismo hace significantes en su orden”.
Concluye señalando que las relaciones significantes del “lenguaje artístico” hay
que descubrirlas dentro de cada composición.
La significancia del arte no remite nunca, pues, a una convención idénticamente heredada
entre copartícipes. Cada vez hay que descubrir sus términos, que son ilimitados en
número, imprevisibles en naturaleza, es decir, ineptos para fijarse en una institución. (Ibíd.)
A pesar de respaldar estas ideas, Alberto Carrere y José Saborit señalan que la
iconicidad tiene la desventaja de dejar de lado las imágenes abstractas, y es
que, precisamente, en el arte, en general, se presenta el problema de poder
establecer los sistemas significantes. En el caso del arte contemporáneo, el
60
problema se acentúa, Óscar Olea señala que por definición, el significado
posee el principio escolástico: principio por medio del cual se ordena (o regula)
un acto y en síntesis identifica el significado de la obra artística con su
estructura, por las relaciones sintácticas entre los signos.
Y es que si bien es cierto que el concepto de significación es universal para
toda obra de arte, la aplicación del mismo ha cambiado y evolucionado a través
de su estudio. Por ejemplo, Christian Metz, en el cine, planteó que el estudio
de la significación coloca al signo en todos los elementos que conformaban el
proceso cinematográfico. Más adelante, Jean Mitry, sostuvo que el signo
cinematográfico está conformado por las relaciones entre dichos elementos.
Tomando ideas más contemporáneas, Óscar Olea identifica el significado de la
obra artística con su estructura, ya que ésta está determinada por las
relaciones sintácticas que se generan en el universo simbólico dentro del cual
operan los signos en direcciones opuestas: por un lado, una convergente, que
mantiene la cohesión simbólica dentro de los patrones establecidos, y, por otro
lado, una divergente, donde radica el cambio y la creatividad como capacidad
para reestructurar el lenguaje con base en nuevas necesidades expresivas
(1998, 22). Por lo mismo, Olea es determinante cuando afirma que:
En este trabajo el término “significado” debe entenderse como un conjunto estructural
de un número finito de elementos discernibles que, aunque distanciados, están unidos
en un contexto de relaciones” (1998, 31)
Olea también menciona que el lenguaje del arte no da forma al intelecto sino a
la emotividad, lo cual lo aleja sensiblemente de los lenguajes naturales y por
esa razón y como lo que está en juego, son las emociones, el término
significado en el lenguaje del arte tiene, en sí mismo, un significado único,
diferente.
Estos puntos de vista se podrían sumar al de Juan Acha, quien sostiene que
es, precisamente, la historia del arte, la que ha marcado la transición del
significado en el lenguaje artístico. Acha, como ya se estableció, señala que es
a partir del surgimiento del arte contemporáneo cuando el significado en la obra
se traslada de la etapa semántica hacia la sintáctica, donde el significado deja
de ser pasivo para encaminarse hacia una posición más activa.
De esta manera, se puede ver que a pesar de que el análisis semiótico es una
metodología ampliamente utilizada, varias posiciones teóricas, cuestionan su
aplicación y más cuando se trata de algunas formas artísticas contemporáneas.
61
actualidad, dentro de las nuevas formas de arte. Los artistas, en el presente, se
expresan de maneras muy diferentes. Nunca es más adecuada la frase que
indica que ha dejado de ser importante el qué se quiere decir para dar lugar al
cómo decirlo. Ya se ha repetido más de una vez: el arte contemporáneo es un
arte de procesos más que de resultados.
Hans Daucher lo pone muy claro cuando habla de una “moderna visión
artística” y sostiene que esta “visión” ya no es una facultad innata del ser
humano, como lo es el habla, sino que es una visión que debe ser aprendida,
pues es una facultad anatural el ver la forma sin el significado. El significado
figurativo de la forma queda reducido a su significado formal y en este sentido,
un arte no figurativo, como la pintura moderna, se acerca cada vez más a la
música, que es el arte claramente más libre de contenidos significativos (1978:
54).
3.2.2.3. El espectador
7
Por ejemplo, para Pierre Boulez, no hay discusión posible, simplemente la música es un arte
no significante (2001: 18).
62
Siempre la probabilidad de descifrar un significado cualquiera podrá ser mayor a cero,
pero siempre menor que uno en función del grado de interferencia que inevitablemente
existe en todo proceso informacional. Todo lo cual significa que siempre existirá una
pérdida de significado original (1998: 31).
De esta manera, no siempre es fácil descifrar un mensaje artístico. A partir de
la percepción y de que el espectador esté capacitado para recibir el mensaje se
deben considerar otros factores como las particularidades que toda obra de
arte tiene y que la hacen diferente de otras formas parecidas. Al final de
cuentas, lo importante es tratar de encontrar las afinidades que existen entre el
artista creador y el receptor, porque a mayor cantidad de factores comunes,
mayor será la posibilidad para el receptor de poder descifrar el significado de la
obra y, finalmente obtener un cierto sentido. Por ejemplo, si se trata de una
obra literaria, es condición fundamental, para poder disfrutar de la misma,
conocer el idioma en el que está escrita, aunque en ocasiones eso no es
suficiente, ya que se requiere dominarlo y hasta poseer un cierto de nivel de
técnica literaria.
Por lo tanto, cultivar el sentido estético obliga a desarrollar una cultura estética
que a la vez fomente la sensibilidad y que, finalmente, permita alcanzar el
gusto por las diferentes formas arte, y donde todo llevará a encontrar, más
63
fácilmente, el significado y el sentido de las mismas. Ya que como lo apunta
Acha, no se trata más que de una labor complementaria:
3.2.2.3.1. El gusto.
En otras palabras, el gusto es algo natural, propio del hombre, y como tal, su
aplicación y uso resulta fácil ante la contemplación y percepción de cualquier
obra de arte. Sin embargo, como toda categoría estética, éste puede educarse
y desarrollarse. Es imposible aislar al gusto de ciertos conocimientos ya que
depende de ellos, pues el contemplar una obra con una mayor cantidad de
información permitirá una mayor satisfacción.
64
El gusto, por supuesto, ha cambiado y evolucionado con los años, así como por
los cambios de estilos propuestos por los artistas. Por ejemplo, durante
muchos años, el gusto musical estuvo regido por el sistema tonal clásico que
indicaba cómo eran las formas adecuadas y hasta sensibles de “gustar” un
determinado género musical. Por supuesto, el espectador no sólo estaba
adaptado a la tonalidad, sino a la rítmica y a la métrica del mismo. Al cambio
de las formas y los estilos, como la atonalidad y el serialismo, el gusto ha
tenido que adaptarse a estas nuevas formas. Desde luego, esto no resulta tan
fácil para todo el mundo y el espectador no preparado para un cambio de esas
dimensiones puede resultar desconcertante.
Así, un estilo nuevo puede encontrar dificultades para poder integrarse al gusto
popular o general. Los más diversos factores afectan a la percepción y, como
consecuencia, al gusto.
Podría imaginarse que un oyente potencial, buen lector de Kafka y García Márquez,
capaz de disfrutar con una apuesta teatral de Tadeusz Cantor o con una película de
Godard o de Tarkovski, en el momento de escuchar música elige obras del pasado o
expresiones de música popular de autor con cierto grado de estilización en su lenguaje
(1998: 132 en De Arcos, 2006: 113).
65
3.2.2.3.2. La cultura estética.
66
Las artes de presentación corresponden a las artes donde las obras de arte
son actuaciones o presentaciones de danza, o canto, que ocurren en un tiempo
y espacio reales. Es decir, sólo existen efímeramente.
Dos sistemas ordenadores, uno principalmente con orígenes en el s. XIX y otro más
contemporáneo, sugiere que el más viejo de estos sistemas de clasificación depende
para su definición de un grado de abstracción inherente en un arte particular. Esta es
una de las más viejas teorías, llegando a la época de Aristóteles. Según el filósofo
griego, el arte era mejor entendido como un tipo de mimesis, una imitación de la
realidad dependiendo del medio (a través del cual era expresada) y un modo (la
manera en que el medio era utilizado). Entre más mimética es un arte, menos abstracta
es. En ningún caso, sin embargo, es un arte completamente capaz de reproducir la
realidad (1981: 8)
ARTES
67
Como muestra el cuadro, mientras el factor más cercano a la mimesis se
encuentra hacia las artes prácticas y las ambientales, mientras que el extremo
opuesto (que vendría ser lo abstracto) está dominado por las artes
relacionadas con la música. Al mismo tiempo, se puede observar que existen
varias formas artísticas que se interrelacionan, y contienen particularidades que
abarcan varias formas de expresión, aunque también adquieren una visión
particular con determinadas características.
Aun y cuando una foto, un film o un sonido grabado no son realidad, sino más
bien la representación de esa realidad, las artes de registro transformaron, con
su aparición, la forma de ver el arte porque la han llevado hacia una mayor
verosimilitud.
Dada esta situación, las artes de registro, cubren en una buena parte el rango
del espectro clásico del arte. La fotografía podría ser un caso especial muy
relacionado a la pintura representativa (por ello se sitúa más en el área
pictórica del espectro) y, por supuesto, un componente fundamental del cine. Y
específicamente, sobre ello, Monaco menciona que “en general, cubre un
rango que va de lo práctico (como una invención técnica que es una importante
herramienta científica), lo ambiental, pasando por lo pictórico, lo fotográfico, lo
dramático, lo narrativo y llegando hasta la abstracción de la música” (Ibíd. 9).
A pesar de que todos estos principios creativos planteados por Monaco son
irrebatibles y hasta compartidos, quizás sería importante en el contexto
establecer la posición del cine experimental de vanguardia. A pesar de tratarse
68
de un género específico del cine, su situación puede no encontrarse muy
cercana a esa posición en general, sino en un campo totalmente diferente.
Para entender un poco más sobre el origen y desarrollo del cine experimental,
es necesario establecer varios puntos a lo largo de este capítulo. Primero que
nada, que la evolución de las artes responde a una transformación estética de
las mismas. En la actualidad, no hay quien dude que ésta ha ido cambiando
notablemente en los diferentes lenguajes del arte, pero para comprender el
surgimiento y avance del cine experimental, deben subrayarse en dicha
evolución las dos formas que determinaron su surgimiento: la pintura y la
música.
Toda obra artística, una pintura, una escultura y por supuesto, una película,
poseen una determinada forma (es decir una estructura), y con este concepto,
se entra, automáticamente, a la cuestión de cómo se organizan los diferentes
elementos del discurso estético y las diversas funciones que desarrolla cada
uno de ellos. Todas estas partes son dependientes entre sí y se afectan unas a
otras. Así, el estudio y la comprensión de la forma estética, se convierten en un
método del análisis.
69
Para los autores David Bordwell y Kristin Thompson, la aplicación correcta de
cierta forma de discurso es lo que ha definido y redefinido una y otra vez el
concepto de la estética, ya que “la forma tiene una importancia fundamental en
cualquier obra artística, independientemente de cuál sea su medio. El estudio
completo de la naturaleza de la forma artística es competencia de la estética”
(1995: 41)
Obedeciendo o violando las normas, los artistas relacionan sus obras con otras obras.
En las artes, sin embargo, no existen unos principios formales absolutos que
todos los artistas deban seguir. Las obras de arte son productos culturales. Así,
muchos de los principios de la forma artística son cuestión de convención. El artista
obedece (o desobedece) las normas: conjuntos de convenciones, no leyes (Ibíd.: 46).
70
percibe lo que al mismo tiempo ha resultado ser una forma funcional, clara,
ordenada y bella.
Dependiendo del tipo de obra que se refiera, la forma puede ser tangible o no,
es decir, una escultura es una estructura convertida en un objeto existente real,
físico y tangible, mientras que una estructura musical no lo es, y sólo estará
presente en la percepción del espectador a través de su oído y su mente, pero
en cualquiera de los dos casos, la forma puede ser reconocible.
Por supuesto, dentro del universo que abarca la forma se encuentra el discurso
estético, es decir “el discurso que instaura la obra de arte, misma que es capaz
de comunicar, si bien en una forma diferente, a la de otros objetos, y que
transmite una verdad diferente a la de otros discursos; como puede ser el de la
interpretación.
71
las obras artísticas confían en esta cualidad dinámica y unificadora de la mente
humana. Nos proporcionan oportunidades de ejercer y desarrollar nuestra capacidad
de prestar atención, de anticiparnos a los hechos futuros de extraer conclusiones y de
construir un todo a partir de las partes.
Evidentemente, por lo tanto, la obra artística y el observador dependen el uno
del otro. La mejor respuesta a esta cuestión parece ser que la obra artística nos lleva a
ejercer una actividad concreta. Si no siguiéramos y captáramos las pistas que nos
ofrece una obra artística no sería más que un objeto. En general, cualquier obra de arte
ofrece pistas que pueden dar lugar a una actividad concreta por parte del observador
Como espectadores u oyentes no dejamos simplemente que las partes desfilen
ante nosotros, sino que participamos de forma activa, creando y reajustando las
expectativas sobre la forma a medida que se produce la experiencia” (1995: 44-45).
Si bien es cierto que la percepción es lo que mueve las ideas de estos autores,
no deja de ser importante la marcada tendencia a basar la experiencia de dicha
percepción en patrones tradicionales perfectamente probados por la
experiencia previa del espectador. Algo que, por supuesto, determina y preveé
la respuesta del mismo.
De esta manera, la visión de Bordwell y Thompson sigue sin dejar de lado las
convenciones formales, ya no sólo de la obra, sino de las que como
espectadores nos creamos en la relación entre la forma de la obra y la
percepción.
Desde luego en esta visión donde la percepción predomina es obvio que la emoción
desempeña un importante papel en nuestra experiencia de la forma. Para entender
este papel, tenemos que distinguir entre las emociones representadas en la obra
artística y la respuesta emocional del espectador.
Todo lo que podemos decir es que la emoción que sienta el espectador surgirá
de la totalidad de las relaciones formales que percibe en la obra. Ésta es una de las
razones por las que intentamos percibir tantas relaciones formales como sea posible en
una película, cuanto más rica será nuestra percepción, más exacta y compleja podrá
ser nuestra respuesta (1987: 48).
72
sólo a partir de la percepción de la obra original, sino también a partir de la
experiencia que ha tenido a través de otro tipo de obras, relacionadas o no con
esta última.
Con el fin de reconocer la forma fílmica, pues, el público tiene que estar preparado para
comprender las pistas formales mediante el conocimiento de la vida y de otras obras
artísticas.
Todo arte estilizado, desde la ópera, el ballet y hasta la comedia, dependen del
consentimiento del público para invalidar las leyes de experiencia ordinaria y aceptar
convenciones concretas.
Los géneros, o tipos de obras artísticas ofrecen muchos ejemplos del uso de
convenciones ampliamente aceptadas. Como otros medios artísticos, el cine nos pide a
menudo que adaptemos nuestras expectativas a las convenciones que utiliza un
género concreto (Ibíd.: 46).
Por esta razón, los valores y su importancia son difíciles de medir, sobre todo
en lo que se refiere al número de elementos involucrados y la relación que se
establece entre ellos dentro de la estructura. Bordwell y Thompson señalan que
si una película es compleja, es mejor, esto, por supuesto, se logra buscando
un equilibrio en toda la obra, sin descuidar otros elementos, como sería la
coherencia.
A pesar de todo, debe quedar claro que cuando Bordwell y Thompson hablan
de la funcionalidad de todos estos valores, siempre están refiriéndose al cine
narrativo, que es donde se pueden aplicar de manera efectiva, pues la
construcción del mismo, siempre es transparente y por lo mismo, controlable.
73
porque comienza a dar origen a una forma nueva con una estructura diferente y
original.
Pero quizás las palabras más importantes de Aumont, son las que señalan que
el límite para tal deformación será aquel que permita “la forma socialmente
aceptable”. En ello reconoce el hecho de que la pintura del siglo XX ha
ejecutado ciertas deformaciones “para encontrarse a sí misma”, como por
ejemplo la abstracción, que trató de reencontrar el objeto a través de una
simplificación de la forma que “apunta en ella tanto al lirismo como a la
claridad” (Ibíd.: 165). Sin embargo, ese logro de la pintura –la intelectualización
o la emocionalización como inmediatamente vinculadas al material- es lo que
sigue prohibido para el cine, ya que cualquier intento en este sentido es
totalmente discutible, dado que la imagen cinematográfica, decididamente, no
es un grafismo. Tales afirmaciones, por supuesto, siguen en la mesa de
discusión.
Y es que debe comprenderse que una obra de arte, cualquiera que esta sea,
es una estructura variable, que aunque posea ciertos elementos
74
característicos, puede alterar su forma, su situación e incluso algunos de los
elementos que la componen, sin que esto quiera decir que deban alterarse las
funciones, ni de dichos elementos ni de la totalidad de dicha forma.
Por esa razón, es importante dar crédito a planteamientos novedosos como los
de Bordwell y Thompson que reconocen la existencia de “posibles
alteraciones” en la forma, para dar lugar a una cierta “variedad” en la
construcción, considerando que dichos cambios no constituyen problemas o
errores. y sólo se atribuyen a la creación de expectativas formales en el
espectador.
Lo más evidente, aun en estas circunstancias, es que los autores asumen que
para los espectadores, las expectativas no varían, son siempre las mismas,
dado que éstas han sido preestablecidas antes del encuentro con la obra
artística.
75
El discurso estético en el arte contemporáneo requiere de la creación de
nuevos valores que vayan desde el replanteamiento de los signos tradicionales
hasta nuevas aportaciones tecnológicas que nunca antes hayan sido utilizadas
o que, incluso, puedan ser exclusivas de una sola obra de arte y que jamás
volverán a ser usadas. Los valores únicos pueden convertirse, de esta manera,
en universales.
Sólo desde este punto de vista interior puede discutirse si la obra es buena o mala. Si
su forma resulta mala o demasiado débil, es que es mala o débil para provocar
vibraciones anímicas puras. Por otra parte, un cuadro no es bueno porque la exactitud
de sus valores o porque esté casi científicamente dividido entre frío y calor, sino porque
posee una vida interior completa. Un buen dibujo es aquel en el que no puede alterarse
nada en absoluto sin destruir su vida interior. De igual modo han de utilizarse los
colores, no porque existan o no en la naturaleza con ese matiz, sino porque ese tono
sea o no necesario para el cuadro…Ni son necesarias la anatomía u otras ciencias, ni
la negación por principio de éstas, sólo es necesaria la libertad sin trabas del artista
para escoger sus medios… Artísticamente, el derecho a esa libertad corresponde al
citado plano interior moral.
La pintura es un arte, y el arte en conjunto no significa una creación inútil de
objetos que desvanecen en el vacío sino una fuerza útil para el desarrollo y la
sensibilización del alma humana que apoya el movimiento del mencionado triángulo
espiritual. El arte es el lenguaje que habla al alma de las cosas que para ella significan
el pan cotidiano y se sólo puede obtener en esta forma.
…surge la opinión en que el arte puro no ha sido dado al hombre para ningún fin
especial, sino que es gratuito; que el arte existe sólo por el arte. (L’art por l’art)
El artista debe tener algo que decir, pues su deber no es dominar la forma sino
adecuarla a un contenido.
Es bello lo que brota de la necesidad anímica interior. Bello será lo que sea
interiormente bello. (1911: 106 y ss.).
Como regla general, puede decirse que para lograr todos estos cambios, es
necesario comprender y dominar las estructuras tradicionales para después
proponer modificaciones sustanciales que den lugar a las nuevas formas. Por
esta razón, en el caso del cine, antes que nada tiene que haber un
acercamiento hacia la esencia de los elementos básicos, fundamentalmente los
que corresponden al cine narrativo, para posteriormente encontrar los cambios
que por su lado propone el cine experimental.
76
belleza”. Esta afirmación ciertamente encierra un paradigma, ya que si toda
obra de arte es estudiada por la estética, y la estética es la ciencia de lo bello,
toda obra de arte debería, por principio, ser bella.
La noción de lo bello ha sido analizada desde hace siglos, con varios puntos de
vista, pero entre las más importantes definiciones está la del filósofo Immanuel
Kant, quien indica que la noción de lo bello se vuelve subjetiva: “Es bello, lo
reconocido sin concepto como objeto de una satisfacción necesaria” (Mitry,
1978: 2); Hegel, por otra parte, sostiene que si se trata de lo bello, “el arte es lo
que permite alcanzar la idea mediante la forma” (Ibíd.).
77
Todo arte, toda forma de arte, si tiende hacia la expresión de armonía y equilibrio que
hemos afirmado, es decir, de “reposo” en el seno mismo del movimiento y, a veces, con
el propio movimiento, requiere, si no reglas, al menos algunos criterios susceptibles de
definir, mínimamente desde el exterior, lo que puede y debe ser para alcanzar la
perfección.
Así pues, lo bello, la idea de o bello, no puede ser más que una arbitrariedad.
De ella depende toda una concepción de arte, toda una disposición de las formas: un
orden y, a partir de aquí, una cultura. Pero esta arbitrariedad es en sí función de una
determinada disposición del espíritu, o sea ya de una cultura. La idea de lo bello está,
pues, determinada ante todo, por las costumbres, la moral, el ámbito social (Ibíd.: 134-
135).
René Tom plantea que lo bello no aparece más que en relación con un
esquema inteligible de tipo discursivo. Es decir, el discurso estético del arte
debe ser comprendido para ser apreciado. Dicho discurso, evidentemente, está
expresado en cualquier manifestación artística (en Aumont, 1987: 145)
Para Carrere y Saborit, el placer estético es un juicio de valor y dicho placer se
da a partir de la exigencia de cierto orden en la construcción del objeto, al
mismo tiempo que se debe evitar la complejidad en el mismo.
A pesar de todo, muchos otros autores reconocen que los conceptos de bello o
el de belleza son abstractos y relativos en su significación; de lo que se puede
concluir que no se trata sólo de la búsqueda de la perfección en todas las
formas tradicionales del arte. No hay duda de que con las nuevas reglas y
criterios que el arte contemporáneo proporcionó, conceptos fundamentales,
como bello y perfección, se han transformado irremediablemente en términos
78
por completo relativos. Así, el estudio de los fenómenos artísticos (o estéticos)
en el ámbito de lo bello se hizo mucho más complejo en dicha transición. Gillo
Dorfles menciona que
Para Dorfles, hablar de discurso estético, no quiere decir hablar de arte, sino
debatir en el discurso de las obras mismas, identificadas en sus lenguajes
específicos. Y es que desde su nacimiento y posterior evolución, en el arte
contemporáneo surgieron elementos que alteraron de manera sensible los
conceptos más tradicionales, tanto del arte como de la perfección buscada.
De la misma manera, para Dorfles, ya desde finales de los años cincuenta, era
difícil sostener que el concepto de lo bello en la estética era el único término
predominante. Con el despliegue de nuevas formas de arte, los estudiosos
fueron dándose cuenta de que la comunicación dentro del arte había dejado de
ser tan directa y comenzaron a surgir algunas “interferencias” que hacían difícil
la comprensión o la transmisión de los significados originales de las obras,
desde el creador hasta el espectador.
Otra visión que ratifica las anteriores sería la de Ponofsky, quien señala que la
estética no es la ciencia de lo bello eterno y absoluto, sino que “es una
evaluación de la adecuación entre un proyecto artístico, una definición local de
arte y las producciones emanadas de esta definición” (en Calabrese, 175). Y es
que cuando se habla de la alteración de las formas tradicionales, debe
entenderse que si bien el origen, como en toda obra de arte, nace del creador,
79
del artista, la realización por su parte, es complementada por el espectador,
que también participa al tener conocimiento de los procesos que han ocurrido
frente a él, donde la esencia de lo estético se ha alejado del concepto
tradicional de la belleza y como consecuencia, la percepción de la obra de arte
también ha sufrido cambios y transformaciones.
Una vez más podría decirse que lo artístico no siempre es lo mismo que lo
estético y que lo estético no es necesariamente lo bello. Y es que no se debe
olvidar que puede darse el caso que una obra aceptada y reconocida con un
valor artístico, no goce de la aceptación general. Acha refiere que algunas
obras, sobre todo las de arte contemporáneo, tienen dificultad para provocar
algún tipo de placer estético, por lo mismo, no apreciamos su valor estético, y
sin embargo, estamos conscientes de su valor artístico (1988: 20 y ss.). Para
ejemplificar este hecho, toma una reflexión de Tomás Kulka 9 “quien aclara
cómo obras del tipo de Las Señoritas de Avignon de Picasso son incapaces de
causarnos placer y, sin embargo, las apreciamos; su valor es artístico y no
estético” (Ibíd.).
8
Más difícil estar de acuerdo con la segunda parte, sin duda vale la pena discutir la diferencia
entre objeto de arte y obra de arte, aunque tal vez, éste no es el momento ni el espacio para
hacerlo.
9
Tomas Kulka, The Artistic and the Aesthetic Value of Art en The British Journal of Aesthetics.
80
No es gratuito, entonces, el hecho de que a la par de la diversificación del arte
contemporáneo surjan nuevas categorías estéticas que consideren todas las
posibilidades recientes del arte, dado que este último ha dejado, ya desde hace
tiempo, de buscar la belleza como meta única y principal. No se trata de la
negación de lo bello en el objeto de arte, sino más bien de que no
necesariamente lo formalmente bello es lo que debe predominar en el nuevo
discurso estético de las artes contemporáneas y por supuesto, del tema que
nos ocupa: el cine experimental de vanguardia. Aquí mismo se ha declarado
que las vanguardias artísticas fundamentan su existencia, precisamente, en los
rompimientos de las formas anteriores a ellas, y en esa constante ruptura han
ocurrido cambios que obligan a reconsiderar el análisis estético desde nuevas
perspectivas que permiten comprender la importancia y trascendencia de las
nacientes manifestaciones creativas.
81
CAPÍTULO 4
EL LENGUAJE CINEMATOGRÁFICO.
-en el cine, hay una distancia variable entre el espectador y la escena representada, de
ahí una dimensión variable de la escena que tiene lugar en el cuadro y la composición
de la imagen;
- la imagen total de la escena se subdivide en una serie de planos de detalle (principio
de planificación.
- hay variación del encuadre (ángulo de toma, perspectiva) de los planos de detalle
dentro de una misma escena;
82
- finalmente, la operación del montaje asegura la inserción de planos de detalle en una
serie ordenada en la que no sólo se suceden escenas enteras, sino también tomas de
los detalles más pequeños de una misma escena. La escena en su conjunto parece
yuxtaponerse en el tiempo a los elementos de un mosaico temporal (en Aumont et al.,
1983: 165).
En efecto, esta idea está en la encrucijada de todos los problemas que se plantea la
estética del cine desde sus orígenes. Ha servido estratégicamente para mostrar la
existencia del cine como medio de expresión artística. Para probar que el cine era un
arte, era preciso dotarlo de un lenguaje específico, diferente al de la literatura o del
teatro (1983: 159).
10
Cabe notar que los autores toman como base, por una parte, los apuntes sobre el tema, de
Béla Balazs y por otra que aquí hacemos una interpretación al lenguaje terminológico de uso
común en México y dicha situación cambia de la traducción original al español de España.
83
De este modo se asoma el evidente hecho que la mayoría de los teóricos del
cine históricamente han establecido, la idea de que el lenguaje cinematográfico
debe crear sentido, pues de otra manera, es imposible encontrar una
significación. Tal problemática se encuentra, por ejemplo, en Jean Mitry, para
quien el lenguaje cinematográfico es:
De lo que no cabe duda es que tal y como se afirma, “la historia del cine, es la
historia de sus teorías”, éstas se reflejan concretamente en el desarrollo del
lenguaje cinematográfico, que ha logrado crear un medio creativo, expresivo.
Asimismo, también es necesario recordar que este desarrollo estado se basa
en las teorías que han estudiado al cine narrativo de ficción. También en este
campo, se comprueba el hecho de que Jean Mitry, no concibe la posibilidad de
un cine diferente al narrativo. Por lo que Mitry se refiere a una construcción, la
que él considera como significativa, donde si un cine no significa, no existe. Sin
duda, esta visión es demasiado estrecha e imposible de considerar como útil y
de respeto.
84
‘primitivas’ ni las no narrativas tienen lenguaje”. El verdadero problema es que
en ningún momento deja claro Aumont entonces qué son y dónde las ubica.
Podría uno preguntarse ¿Al no tener lenguaje dejan de ser películas y, en
consecuencia, cine? Entonces, ¿qué son? Por otro lado, se abre la posibilidad
de preguntar se absolutamente todas las películas (dramático) narrativas son
obras de arte.
Por lo tanto, no debe caber ninguna duda de que el cine de no ficción utiliza un
lenguaje cinematográfico, y por lo tanto se deben destacar dos situaciones
elementales: 1) el lenguaje cinematográfico, y todos los elementos que lo
componen, se utilizan desde el momento mismo de la creación de la obra, sin
importar la forma cinematográfica que a él acuda, y 2) puede haber casos en
que según sea el género, se podrán encontrar alteraciones estilísticas o
incluso, la eliminación del mismo lenguaje.
85
CAPÍTULO 5.
Como cita Richard M. Barsam, los filmes de viajes o traveloges, como más
comúnmente se conocen, son una de las formas más populares y antiguas de
cine de “no-ficción”. Este tipo de filmes en sus inicios fueron realizados por
viajeros aficionados con una cámara profesional. De hecho, en su época, se
trató de películas muy populares.
86
de 1912 ya señalaba que “una utilidad incuestionable de la película geográfica
es la de unir un tanto a las colonias respecto a la madre patria (2002: 52-53).
A pesar de ser uno de los géneros de no ficción con mayor difusión, al mismo
tiempo se trata de uno de los más minimizados pues es designado
frecuentemente como documental, por lo tanto, su recepción y tratamiento
causa muchas confusiones, sin embargo, como se mencionó antes, se trata de
uno de los géneros más antiguos y con mayor tradición, que si es reconocido
87
de manera correcta es un digno exponente en sus intenciones e intereses de
difusión y conocimiento.
Por lo tanto, no hay duda, “El cine nace como exigencia de la investigación científica,
como una tecnología aplicada a la investigación, al descubrimiento, a la documentación
del fenómeno…El mismo inventor “oficial” del cine como espectáculo, Louis Lumiere,
en una de sus declaraciones afirma que cree en el futuro del film sólo como “una
curiosidad científica” (Tosi, 1981: 8).
Por ejemplo Tosi señala que ya en 1900 “El Congreso Etnológico Internacional,
aprobó un documento que decía: Todos los museos de antropología debieran
agregar archivos cinematográficos idóneos a sus colecciones…esto puede ser
transmitido a la posteridad sólo por medio de registros cinematográficos
precisos (Tosi: 276).
El cine científico dio lugar a varias tendencias, entre ellas el uso didáctico del
cine en áreas específicas, específicamente la medicina y sus diferentes
especialidades como la cirugía, la didáctica y la medicina forense.
88
cine fundamentalmente aborda estudios de ciencias exactas y aplicadas,
aunque, por supuesto, no son las únicas, sino que también tiene aplicación en
las ciencias sociales, fundamentalmente en lo que se refiere a la etnografía,
donde funciona como herramienta de observación y registro.
Jean Painlevé, científico francés, dice que este tipo de filmes pueden ser
definidos como aquellos que cuentan con el propósito de descubrir, incluso
cuando dicho propósito no se logre… o bien, aquellos que inducen a un
descubrimiento aunque éste no fuese el propósito original”.
Aún existe un gran malentendido y hasta cierto grado de desconfianza entre los
científicos e “investigadores puros” por un lado, y aquellos que popularizan la ciencia
por el otro. Los primeros reprochan a los segundos el que distorsionan los hechos
científicos al simplificarlos, los segundos culpan a aquellos de no difundir el
conocimiento científico al tomar una actitud y un estilo de “círculo cerrado (1981: 50).
89
Guadalupe Zamarrón y quien señala que el cine científico comprende tres
grandes rubros de actividad:
El cine científico es de todos ellos la forma más pura, donde los especialistas
de las ciencias exactas utilizan al cine como una forma de registro de
experimentos, procesos y fenómenos, a veces únicos e irrepetibles que no
tienen otro fin que el estudio de dichos eventos y no buscan un público
diferente a los mismos científicos y/o sus alumnos, también especialistas de la
misma área. En otras palabras, no se trata de un cine para el espectador
común y corriente del cine.
Para los científicos, lo que se denomina “metraje en bruto” o simple celuloide puede ser
de gran valor. Aunque no está montado ni organizado en una forma de sistema textual
más elaborada, sigue comunicando información significativa acerca del mundo…
(Nichols 1997: 117)
Para sólo dar un ejemplo, se puede retomar el film de Jensen de líneas arriba,
El paso de Venus frente a la luna, un película cuya trama no va más allá del
título, es decir, “el paso de Venus frente a la luna”, hecha por un científico y del
mismo tipo de interés para un público especializado.
En este sentido es muy interesante citar que por las características que
presenta, no son pocas las ocasiones en las que se puede hablar de la
ausencia de una estructura definida en el cine científico. Es decir, dado el
hecho de que la filmación es lo más cercana a la realidad, al mismo tiempo que
existe una indefinición tanto de imagen como de lógica narrativa, este tipo de
cine no presenta una estructura, por lo menos en el sentido de lenguaje
cinematográfico. Una película de este tipo, sin importar su duración puede
consistir de una sola toma, por dar sólo una posibilidad de construcción. En
este constante, puede afirmarse, en lo que respecta al cine científico, lo
importante no es una historia sino la imagen resultante de los procesos
desarrollados y los alcances de la investigación misma.
90
De esta manera el cine científico, por principio puede ser considerado como un
cine no narrativo, sin embargo, se trata, de nuevo, de un caso particular de cine
ya que aunque las imágenes resultantes resultan significativas para un
determinado grupo de especialistas, consecuentemente también puede ser
considerado narrativo.
91
visual de organismos y objetos de estudio en cuanto a su composición,
comportamiento, estructura organización, forma, etc., así como un
acercamiento a sistemas y procesos de funcionamiento en diversas especies
del ámbitos que sea (animal, vegetal, mineral, etc.)
Al respecto, los científicos alemanes Gotthard Wolf y Bruno Lier señalan que
“sobre comportamientos típicos de los animales, la cinematografía permite
documentar estos comportamientos y, por lo tanto, comparar especies vivientes
lejanas entres í, o procesos no contemporáneos o actitudes que se presentan
rara vez o fenómenos que no podrían ser observados nunca directamente uno
de otro (1981: 34).
Se puede entender por cine astronómico a todo cine que está relacionado con
el estudio del espacio, el universo y todo aquello que se nos escapa de las
manos por estar fuera de nuestro ámbito terrestre. Como su nombre lo indica,
el género astronómico tiene como principal objetivo el estudio de los astros y
todo aquello relacionado con el funcionamiento y sistemas de nuestro universo
“relativamente” cercano y asible de acuerdo al avance tecnológico de cada
época.
92
- Congelación de la imagen o freeze frame. Te trata de inmovilizar un
cuadro específico de una escena para estudiarlo con detenimiento.
- Animación cuadro por cuadro. Una técnica muy utilizada ya que permite
acelerar procesos demasiado lentos que sería imposible llevarlos al cine
de manera realista. Por ejemplo el nacimiento de una planta. La técnica
consiste en fotografiar la imagen cada determinado tiempo (un cuadro
por hora, por ejemplo) y luego al proyectarse a velocidad normal, el
proceso se acelera.
No hay ninguna duda respecto a la relación que existe entre el cine científico y
el cine de divulgación. Sin duda, la diferencia entre estos dos géneros del cine
de no ficción es la forma de tratamiento del tema que se presente. Es decir, se
puede tratar el mismo tema pero la forma, la estructura cambia sensiblemente.
Partiendo del hecho de que el cine científico está hecho, generalmente por
especialistas (no cineastas) interesados en temas muy particulares y que
tienen la finalidad de profundizar en sus estudios e investigaciones y que en
consecuencia el público que se espera que vea estas películas también va a
ser limitado, en consecuencia se puede partir del supuesto de que el cine de
divulgación será completamente lo opuesto. Es decir, se trata, de que a partir,
probablemente, de la misma investigación, de un cine hecho por especialistas
del cine que saben construir con la ayuda de especialistas de la ciencia y
mediante el uso de lenguaje cinematográfico un mensaje (de tipo científico) que
llegará de una manera más clara y sencilla a un público más abierto y por lo
tanto más numeroso.
93
La importancia de la divulgación científica radica principalmente en cuatro
aspectos fundamentales de su utilización:
94
Un realizador de cine de divulgación científica al hacer una película acerca de
un nuevo logro científico debe, según Vassilkov debe seguir las siguientes
reglas:
1. Condiciones culturales.
El público para una película de ciencia popular no tiene entrenamiento científico
especial: un extracto de una película de investigación debe ser “introducido” dentro del
tema general del film de tal modo que sea comprendido por aquellos que no tienen un
alto nivel de conocimientos. En ciertos casos, esta “introducción” puede servir como un
hilo que conecta a toda la película y se puede empezar con el problema general y de
ahí ir particularizando el punto importante: el objeto de la investigación descrita.
En otros casos se puede usar el artículo investigado como el núcleo de la exposición,
por analogía si es necesario, de una pregunta general parar que pueda ser fácilmente
asimilada por el público.
2. Condiciones técnicas.
Como son las cosas, la mayoría de las películas de investigación se hacen bajo
condiciones técnicas especiales.
3. Condiciones artísticas.
Si propiamente hablando, la película de investigación no trae consigo problemas
estéticos, tal cosa no sucede con películas de ciencia popular (1981: 104).
Lo que quiere decir que sin alejarnos de la temática base que se presenta,
debe existir una clara intención de convertir una información aparentemente
difícil de asimilar en un entretenimiento que mantenga la atención del
espectador como si se tratara de cualquier película de ficción.
Para lograr la comunicación es necesario hacer una traducción del lenguaje de los
contenidos al lenguaje del medio utilizado cuyo código sea familiar al espectador. Y
éste es el segundo gran problema en la difusión de la ciencia. No sólo su
naturaleza es diferente a la de los contenidos usuales en los medios sino también
95
lo es su lenguaje. Entender y manejar estos dos lenguajes es fundamental para
lograr primero una buena traducción y de aquí partir para realizar un espectáculo.
Por otra parte, tampoco hay que pasar por algo que la estructura de una
película de divulgación no va más allá de la explicación misma y en ocasiones
la explicación no tiene una conclusión, es decir, cabe la posibilidad de que el
final quede abierto, esto según sea la temática presentada, incluso, puede
terminar con una pregunta más que una conclusión.
Es por estas características que puede afirmase que el cine etnográfico está
más cercano al cine científico que al cine documental antropológico.
El cine etnográfico es más un trabajo de campo, para el mostrar y conocer un
tipo de sociedad específico, una realidad social de la que se sabe muy poco y
que si bien se pretende mostrar, al mismo tiempo se muestra un debido respeto
para no alterar su funcionamiento con la intromisión de factores o elementos
exteriores. Lo más probablemente será que cuando se ha penetrado una
cultura de este tipo, quiera y deba dejarla intacta. El material filmado será sólo
96
una prueba de la existencia de dicha cultura y en ocasiones, incluso podrá
ocultarse su ubicación.
El uso científico del cine pone esta relación en un primer plano y quizás en
ningún sitio tan patente como en el cine etnográfico en el que los criterios de
investigación científica topan con las dimensiones narrativa, poética, expresiva
y subjetiva del documental. Esencialmente, esta alianza entre ciencia y
documental, en especial el cine etnográfico, dentro de los discursos de
sobriedad indica que se superarán las representaciones sumamente
problemáticas del otro en la ficción (Nichols, 1997: 257).
97
No obstante, y esto resulta curioso, hay ocasiones que los más aventurados
antropólogos recurren a técnicas de filmación particulares en las que se
capacita a los miembros de la misma comunidad estudiada para que ellos
mismos realicen las filmaciones y el “objeto de estudio”, es decir, la comunidad,
no se “contamine” de la intervención externa. Se trata pues de la obtención de
una “percepción natural” citada por Renov.
Por otra parte, Francois Niney hace énfasis en el film etnográfico como una
forma de observar la vida, filmada de manera imprevista en una especie de
voyeurismo intempestivo de la cámara oculta (2002: 80-81)
98
La obra de Jean Rouch resulta paradigmática, (…) porque plantea la antropología
visual no como una forma de ilustrar los productos orales de nuestra disciplina, o como
una especie de cuaderno para “tomar notas visuales” y difundir el trabajo de campo,
sino ante todo, como un procedimiento radicalmente distinto de aproximarse al estudio
de la realidad social. Un método que encarna en sí mismo una profunda transformación
de la antropología y su relación con “lo real” y la representación de lo real, pues no
parte de la distancia y la supuesta pero dudosa objetividad científica, sino de la
cercanía y la mutua participación del sujeto observador y el observado en la
representación como performance: es decir, como inscripción de una experiencia
intersubjetiva (2008: 84).
El cine didáctico o educativo, hermano menor del cine científico surgió cuando
la pedagogía, disciplina participante del estallido científico-técnico del S.XX, se
moderniza y renueva sus métodos, y entre ellos incorpora al cine como un
auxiliar didáctico de importancia y efectividad desconocidas hasta entonces
(Torres, 1981: 107)
Algunas de las ventajas que puede dar el cine didáctico, desde la perspectiva
enseñanza-aprendizaje, son:
99
- la existencia de una presentación que oriente al espectador sobre una
lista de interrogantes y problemas que ayudan a su posterior análisis
junto al profesor;
- la recapitulación de temas al final de un ciclo de lecciones; y el papel
que desempeña este tipo de cine para enseñar y memorizar todos los
elementos relacionados con ejercicios prácticos de cualquier laboratorio
científico.
Para Richard M. Barsam, los filmes educativos, o como él los llama, los filmes
de capacitación,
Para el mismo Frances, el film educativo (aunque cabe aclarar que siempre
refiriéndose al mismo como documental educativo) sigue al pie de la letra los
contenidos curriculares (…) normalmente va acompañado de una guía de
explotación didáctica para trabajarlos en diferentes sesiones en las aulas a fin
de explotarlos didácticamente (Ibidem).
100
No está de más agregar que, como la mayoría de las películas de no ficción, se
trata de material no destinado a una proyección comercial, sino que en una
evidente oposición, este tipo de producciones tienen como destino final los
salones de clase, de cualquier nivel.
Concreción.
La precisión dentro de las películas y programas didácticos es fundamental ya
que no está permitido divagar en un tema, el cual debe ser específico y
suficientemente claro para el espectador, con lo que se evita que haya alguna
duda sobre el tema. El cine didáctico se plantea normalmente sobre áreas y
aspectos concretos del conocimiento; sus líneas argumentales han de sortear
la dispersión de los conceptos. No se debe olvidar que es un tipo de cine
diseñado para aprender. La fuerza de este medio se encuentra en su
capacidad de retener la atención del espectador.
Claridad.
El lenguaje cinematográfico utilizado debe evitar cualquier tipo de equívoco en
la imagen y el sonido. El cine didáctico no utiliza técnicas narrativas o
expositivas tan elaboradas….no deben intervenir en sus planteamientos
distractores excesivos en perjuicio de sus objetivos. La claridad ayuda a que
las ideas visuales y auditivas sean percibidas de mejor manera, lo que hace
que el conocimiento sea más comprensible.
Reiteración.
La reiteración debe estar siempre presente en el cine didáctico, puede hacerse
al final de la película o de forma parcial a medida que la película avanza ya sea
mediante esquemas o volviendo a escenas anteriores. Muy frecuentemente, la
reiteración es provocada deteniendo la imagen en los puntos que se
consideran claves, e incluso se procede a una segunda proyección. Teniendo
en cuenta que lo que se pretende es que el espectador aprenda o aplique algo,
el cine didáctico se realiza de tal forma que ese algo suele estar presente
varias veces a lo largo de la película. Normalmente se utilizan estructuras
101
narrativas y expositivas simples. Se muestra determinado hecho, se le
describe, y al final se insiste en él a modo de síntesis recordatoria.
Motivación.
El cine didáctico también puede ser una experiencia afectiva. Por lo que tiene
que saber integrar su efecto de motivación y el contenido instructivo del
mensaje. Uno de los problemas que tiene el cine didáctico es su carencia
creativa. El realizador de cine didáctico ha de tener en cuenta que debe
propiciar aprendizajes más fluidos y desde este punto de vista la motivación es
decisiva. Lewis Herman dice: “Una película didáctica ha de ser capaz de captar
la atención de su audiencia. En este sentido hay que considerar cómo tal
película ha sido realizada. Es decir, si ha incluido entretenimientos,
dramatización técnicas narrativa, humor, etc.”.
Comprensibilidad.
Para que los efectos comunicativos de una película didáctica sean efectivos,
hay que valorar su información, conocimiento e instrucción, de forma que estén
totalmente claros para la audiencia hacia la que se dirige. El lenguaje usado en
la narración debe estar obviamente en los niveles de la audiencia prevista.
Duración.
Para establecer algún tipo de criterio tendríamos que valorar los aspectos como
tipo de mensaje, la edad del receptor y el contexto en el que proyecto la
película en cuanto a infraestructura y recursos técnicos.
Por otro lado, el cine que tan fácilmente pretende captar nuestra atención tiene
el defecto de aburrirnos o fatigarnos cuando se prolonga en exceso o sus
planteamientos son densos o complejos.
Tipos de Películas:
a) Cortas complementarias: Amplían el alcance del profesor para la
explicación de un tema gracias a sus características.
b) Monográficas: Permiten al profesor concretar el tema; es un
estudio muy completo y detallado de un tema concreto o una
especialidad.
c) De recapitulación: Prestan coherencia entre distintos temas y los
relacionan.
102
d) De introducción: presentan la información previa al tratamiento de
un tema.
e) De motivación: que sirvan de estímulo; pueden tener como
principal objetivo el cambio de actitud e incluso llegan a ser de
autosuperación.
Educación Informal.
El contenido y presentación de las producciones de educación informal del cine
didáctico maneja información que es de interés para el público en general y que
aún no están organizados según los moldes característicos de los sistemas
escolares y universitarios. Un criterio importante de la educación informal del
cine didáctico informal es el hecho de que “proporciona instrucciones directas
para acciones dirigidas a cambios prácticos en el comportamiento de los
espectadores, en lugar de ser una medidora de conocimientos generales”.. En
este apartado se pretende incluir una relación de distintas opciones
cinematográficos con posibilidades educativas e incluso didácticas.
Tipos de películas.
a) Películas de divulgación científica o técnica: estas películas mantienen
cierta relación con el cine científico, sin embargo sólo dan a conocer un
conocimiento especifico en cuanto a la realización y el objetivo de aplicar
este conocimiento de la ciencia o la técnica.
b) Películas industriales: se refieren a procedimientos concretos de
determinadas industrias interesadas en la enseñanza, capacitación y
aplicación de técnicas que sirvan a sus empleados. De esta manera es
más fácil y menos costoso capacitar a los empleados.
c) Películas de actualidad, con temas esencialmente sociales, económicos
y cívicos: estas películas plantean temas educativos que se relacionan
con las ciencias sociales así como las humanidades en un fin
meramente docente sin manifestar un punto de vista especifico. Los
temas que plantean estas películas interesan a las instituciones para la
enseñanza de valores cívicos e incluso morales.
d) Películas educativas y didácticas infantiles: este tipo de películas o
programas de televisión están dirigidos a niños entre uno y doce años de
edad, en donde se tratan temas que tienen que ver con su primer
acercamiento al conocimiento esencial, como pueden ser los números,
colores, letras o manualidades simples.
e) Películas didácticas de actividades dentro del hogar: Dentro de estas se
describe de forma simple cómo hacer o realizar labores sencillas dentro
del hogar, como decorar, cocinar y otras.
f) Película didáctica como instructivo: este tipo de películas tiene como
objetivo principal el mostrar la utilización correcta de algún producto o
servicio.
g) Película didáctica de oficios: este tipo de cine tiene como objetivo el
aprendizaje de un oficio como puede ser la carpintería, la mecánica,
plomería y otros.
Animación.
103
La técnica de animación se suele utilizar abundantemente en el CD por las
posibilidades que ésta tiene como la ejemplificación o el tratamiento de algún
tema abstracto que no pueda ser filmado o grabado de la realidad debido a la
carencia de equipo cinematográfico…Para determinadas edades la animación
se basa en figuras vivas humanas y animales.
Esquemas.
El esquema es muy frecuente en el CD. Hay que tener en cuenta que en
muchas ocasiones resulta inevitable su uso por la inclusión de conceptos más
o menos abstractos…Normalmente el esquema (con animación o sin ella)
adquiere un valor de síntesis. Contribuye a recordar lo expuesto anteriormente.
Sonorizada o insonorizada.
Lo más frecuente en el cine didáctico es que haya algún recurso sonoro. En
muchos casos existe algún tipo de música. El problema que plantea la
utilización de fondos musicales es algo delicado. La música, que tan idónea
parece para muchas de las películas de ficción, puede crear problemas en el
cine didáctico. Nos referimos a la posibilidad de convertirse en un efecto
distractor, y esto es así porque en determinadas películas distorsiona el
mensaje.
La labor de los que hacen este tipo de cine o programas de televisión debe
estar centrada en la utilización de un adecuado material audiovisual que sea lo
suficientemente entretenido, informativo, explicativo, claro y concreto para que
de esta manera el espectador pueda tomar como punto de partida una película
que le ayudará a ser más eficaz o a adquirir un conocimiento.
Así como en general se toma en cuenta el nivel del contenido que tiene la
película, sería igualmente importante, considerar la duración adecuada de un
film didáctico. Un alumno de educación básica difícilmente logrará mantener la
104
atención en la pantalla por un tiempo prolongado, mientras que un alumno de
mayor nivel educativo podrá focalizar su atención más fácilmente a una película
de mayor duración con el consecuente nivel de profundidad en los tópicos
presentados.
El cine de guerra, por supuesto se trata de una aplicación práctica del cine
didáctico, pues en este grupo entran todos los films “de no ficción para la
educación y entrenamiento de las fuerzas armadas” Según Barsam, se
muestran durante todas las etapas de la vida militar y sirven como inducción,
orientación, entrenamiento y hasta las actividades de desmovilización y
preparación para la vida en la posguerra. Estas lecciones incluyeron cómo
mirar al enemigo, cómo vestir, higiene, cómo cuidar el equipo, cómo sobrevivir
en el desierto y cómo evitar enfermedades. (1974: 254).
Por supuesto, el género es muy amplio y también existen películas que fueron
filmadas directamente en diversos campos de batalla, en tierra, aire y más y
tenían como función mostrar las atrocidades de la guerra.
Otro subgénero del film de guerra fueron aquellos que tenían propósitos
militares y civiles específicos de propaganda donde la mayoría de ellos
describe de una forma u otra, los efectos de la guerra en los participantes de la
misma.
105
5.6. Cine sobre arte.
El cine sobre arte nació en Europa a principios de los 1930’s, y sus primeros
temas fueron principalmente películas sobre pintura, escultura, arquitectura, así
como sus principales artistas. La idea, por supuesto, era reinterpretar una obra
de arte en una película. Aunque dicha tendencia original se ha mantenido hasta
nuestros días, es decir, celebrar a obras y artistas, en los últimos tiempos ha
habido una extensión hacia lo educativo.
Los films sobre arte son aquellos que se realizan “a partir de una obra de arte.
La idea fundamental es establecer ciertas líneas esenciales que contiene una
obra de arte de cualquier tipo, aunque evidentemente por las características del
cine, lo más común son obras plásticas, aunque no están exentas las
presentaciones de conciertos, obras de teatro y ópera. Para lograr esta
reinterpretación se utilizan ciertas disposiciones privilegiadas que tienen la
función de orientar la atención y el interés del espectador hacia ciertos puntos o
técnicas de realización de la obra.
Debe quedar perfectamente claro que si bien una obra plástica en el contexto
de un museo o galería es analizada por la mirada del espectador de manera
general, gracias al cine recrea una mirada particular sobre la obra. Como lo
establece Jean Mitry “Conviene, por ello, fragmentar y ordenar en el tiempo
elementos que, organizados en el espacio, constituyen la estructura
homogénea del cuadro” (1973: 13).
Esto, sin embargo, para algunos como Mitry, es una desventaja puesto que el
cineasta que elabora este tipo de films “utiliza una realidad ya interpretada,
elaborada con miras a una significación precisa. Se sirve de un qualia estético
del que toma elementos que ya, por sí mismo, tienen un valor de signo” (Ibid:
304-305). Por lo tanto,
No sólo el cineasta construye ‘su’ obra con la de otro, sino que incluso lo hace con los
residuos de una obra desmantelada de cuyas posibilidades y valores fundamentales se
106
apropia. Tomas de las imágenes de las que no es autor, las organiza bien que mal y no
tiene sino que agregarles su firma (Ibidem)
Sin duda, todo esto significa nada menos que restarle al cineasta todo mérito
creativo de reinterpretar una obra, práctica sumamente común en el los medios
artísticos, como la reelaboración de obras clásicas por el jazz, sólo por dar un
ejemplo. Al final es como dice Bazin “Indignarse al respecto es tan absurdo
como condenar a la ópera en nombre del teatro y la música” (Ibid: 304-305).
Es, como señala Mitry, tomando su mismo punto de vista contrario a estos
films:
De esta manera se refuerza el punto de vista de que sin las obras de arte no se
puede hacer cine sobre arte, y es a partir del trabajo cinematográfico mismo
que se puede juzgar una película de este tipo.
Jean Mitry es otra voz opuesta al género pues sostiene que un cuadro está
hecho para exponerse solo y por lo tanto todo lo que quiere expresar está en sí
mismo y su universo está delimitado por sus propios límites que en su caso son
el cuadro mismo.
“un cuadro (…) está hecho para ser visto en su conjunto, para ser captado como un
todo orgánico. Todo lo que tiende a destruir la simultaneidad de sus elementos tiende a
destruir en el acto su sentido y su equilibrio. (…) La finalidad buscada por el cineasta
no es la obra pintada sino una emoción nueva obtenida al olvidarse totalmente el
carácter estético de la pintura “ (Ibid: 1986, 302).
De alguna manera resultaría muy difícil contrariar el punto de vista de Mitry. Sin
embargo, no es posible desechar fácilmente un género cinematográfico con
gran repercusión pública, en varios sentidos y con más de una función práctica.
El cineasta que “se atreve” a retomar una obra de arte para reelaborarla con el
lenguaje del cine, lo hace con plena conciencia de que la obra ante él es una
obra terminada y reconocida y que su labor únicamente pretende acercarla de
otra manera al público, proporcionarle puntos de vista a los que no tiene
acceso, características físicas de la obra o bien, técnicas utilizadas. Se trata de
un trabajo cuidadoso que más que demeritar la obra, trata de enaltecerla al
presentar una nueva visión sobre ella. Y si como el mismo Mitry señala, que “la
validez de este tipo de propuestas, “arriesgadas” en ocasiones, se queda
reducida a un cariz didáctico o divulgativo” (149-150), esto tampoco disminuye
el valor, ni de la obra presentada ni de la reinterpretación.
107
Lo mismo ocurre en el caso de la escultura, la utilización del lenguaje
cinematográfico debe utilizar todos los posibles puntos de vista y movimientos
de cámara pero también reinterpretar una dimensión, que tiene una obra de
este tipo, misma que en el cine no existe. Si bien es una tarea difícil es
completamente válida.
Mitry critica tanto el cine sobre pintura como sobre escultura porque este tipo
de obras están hechas para ser contempladas como un todo y que el
“desmembramiento de la obra” que hace el cine es un procedimiento
inadecuado. En el caso particular de la escultura, la situación empeora dada la
tercera dimensión, característica natural de estas obras y el cine está limitado a
dos dimensiones, por lo tanto, ninguna reinterpretación sería fiel.
Otra limitante más que expone Mitry es que, en el caso de la pintura, “las cosas
pintadas no pueden ’desprenderse’ del plano, aparecer vivas, ‘especializadas”
como las imágenes animadas” (1973: 311). Es decir, limita el mundo pictórico a
su propio lenguaje sin darle una oportunidad al lenguaje cinematográfico
manifestarse con sus propios medios, como son los movimientos de cámara,
por ejemplo. Cuando más le da a este tipo de trabajos un valor de
representación o interpretación del artista original de la obra: “Desarrollada en
una duración posible, en una serie de relaciones temporales concebibles, la
tela sólo puede introducirnos en el universo del artista (…) y a esto se debe que
los films sobre arte no sean válidos sino cuando los cuadros son utilizados con
fines psicológicos (Ibid: 312)
Sin duda, al final debe interpretarse este tipo de cine como lo que es, una
reelaboración de una obra que tiene mucho de cine didáctico o de divulgación
cuya función es dar a conocer detalles y precisiones de una obra de arte
utilizando al lenguaje cinematográfico. Respetando en todo momento la
esencia de la obra misma en su totalidad.
108
En realidad el cine sobre arte se dedica, a través de las imágenes, a la
descripción, presentación, difusión, de una obra artística terminada, ya sea una
pintura, escultura u obra arquitectónica, así como una obra de teatro, musical o
de danza.
El belga Henry Storck es considerado el padre del cine sobre arte; fue él quien
en sus primeros cortometrajes realizados en los años 30 introduce la manera
de cómo se debe realizar una obra cinematográfica sobre arte ya que hace la
descripción de estas películas en la obra de Rubens.
Durante esos años, este género llevó a directores e historiadores del arte a un
intento de obtener del nuevo medio divulgativo a su alcance unas normas de
carácter fílmico apropiadas para el trabajo con las obras de arte, el movimiento
que se lograba mediante la cámara de cine fomentaba un cambio progresivo en
la percepción tradicional de las obras de arte.
Otra personalidad significativa en el campo del cine sobre arte fue Carlo
Ludovico Ragghianti…(quien) concibió el concepto de critofilm. El “critofilm”
está basado en la crítica de una obra de arte. Ragghianti decía que “si el cine
es un lenguaje como el lenguaje artístico, un lenguaje en donde los procesos
espacio-temporales se verifican al más alto grado, en el modo puro entonces
también la crítica se puede hacer con este lenguaje, la crítica como
entendimiento, como comprensión”. Lo cierto es que el critofilm se convirtió, en
su época, en la forma más pura de hacer cine sobre arte debido a que se basa
en la “pura visibilidad” es decir, que no se involucra con ningún otro factor que
no tenga que ver con la obra; incluso se deja de lado al autor de la obra
descrita en la película (Mitry, 1973: 20). Para Ragghianti el cine se había
convertido en una forma de arte que a su vez, mediante el uso del lenguaje
cinematográfico, se convertía en un instrumento propio y adecuado para
estudiar la historia del arte.
109
Anthony Roland, el creador y dueño de un catálogo importante de películas como
cine sobre arte, plantea el concepto central acerca de que una película que hable
sobre arte debe transportar la vida de las obras artísticas, creando así un filme con
una vida paralela a la misma obra artística. Él dice: “Una interacción rica se establece
entre el artista, la obra de arte, el director de la película como artista y el espectador;
en algún sentido la película puede llegar a convertirse en una extensión de la obra de
arte”. (Mitry, 1973: 20).
Además de poder mostrar una obra artística, el cine de arte pretende valorar el
trabajo del autor, aprehender el tiempo real de la creación, su duración En
muchas de las ocasiones no se puede ver por completo la realización de la
obra o sólo se ve la obra terminada y el montaje ayuda a lograr esa sensación
de que el tiempo transcurre en pocos minutos además de que refuerza la idea
de espacio y grandeza de la obra artística.
110
En armonía con el concepto de la película de arte como medio extensivo de la
obra artística, Anthony Roland presta gran atención al mérito de la música y de
la narración de una película así como la fuerza y la visión del director. Varios
directores se han dedicado a hacer películas con estas características, muchos
de los guiones están hechos por los historiadores más autoritarios del arte.
Es evidente que en este tipo de cine, se pueden emplear todos los medios y
recursos disponibles para lograr el objetivo. Debe considerarse que el observar
una obra o la obra de un artista, a través del lente de la cámara debe ser una
experiencia totalmente diferente que la que se logra cuando se está frente a la
obra. El lenguaje cinematográfico es un vehículo para alcanzar puntos de vista
que el espectador originalmente no tiene.
En el caso de las películas que utilizan como material este tipo de arte,
el director puede hacer una interpretación propia de la obra siempre y cuando
resalte los elementos más representativos y que considera importantes para
después fragmentarlos y ordenarlos bajo su propia visión que debe ser capaz
de transmitir al espectador.
111
del volumen y así evitar en la medida de lo posible que la obra escultórica se
vea plana en la pantalla.
Lo más común en el cine sobre arte dedicado a las artes plásticas es que el
autor no es el tema sino las obras, sin embargo sí hay lugar para datos
biográficos, como ubicación espacio temporal en el contexto de la historia del
arte. También hay lugar para calificaciones tanto de la calidad de la obra como
del mismo artista, aunque éstas siempre son definitivas, es decir, sin lugar a la
discusión.
5.6.1.1. Estructura.
112
Hablando de la estructura de este tipo de películas es importante señalar que,
ésta es por lo general lineal y se utiliza un recuento es cronológico, a veces
separada en etapas, para ver la evolución estilística en la obra del artista.
Evidentemente, es necesario aclarar que dado que en este cine se puede
mostrar desde una obra hasta varias, la estructura puede variar sensiblemente.
11
Como ocurre con muchos géneros de no ficción, y por razones básicamente económicas, la
mayoría de éstos ya no son filmados en cine sino grabados en video, por lo que debe
entenderse que si se dice “filmar” se refiere también a grabar.
113
de manera directa, ya sea para una posible transmisión en vivo o bien para ser
post producido y proyectado posteriormente. El segundo método consiste en
una realización más intencionada y por lo tanto más detallada del proceso de
interpretación que puede incluir diversos procesos de creación de la obra.
Cuando se trata de un film que por sus intenciones podrá o deberá ser post
producido, la situación cambia radicalmente, pues incluso las intenciones
también podrán ser diferentes. Junto con el evento se podrán incluir otras
imágenes de diversas fuentes con el fin de enriquecer la fuente original. Incluso
podrá desarrollarse una intención didáctica en la que se incluyan datos,
características, etc. de la obra principal. Esto, por supuesto, dependiendo del
tipo de obra que se presente.
Quien elabore una película sobre un concierto de música popular (rock, balada,
etc.) no debe olvidar que la música es el eje sobre el que se actúa y que el cine
o video lo único que pueden hacer es resaltar las características que
proporciona la temática.
Para ello, se debe utilizar todos los recursos posibles como el uso de cámaras
múltiples para obtener todos los ángulos posibles, no únicamente los
tradicionales sino es necesario un juego visual de ángulos imposibles para el
114
espectador presente, tomas del público asistente, no sólo del intérprete, juegos
de efectos, combinación de concierto con entrevistas u otros conciertos 12, etc.
115
escenario sigilosamente sin que afecte la atención de los actores o bailarines y
sin que se vuelva una representación hecha para cine y sí una representación
teatral o dancística, grabada para un espectador ansioso de ver más allá de lo
que puede mirar desde su butaca.
La iluminación en el caso del cine sobre arte que tenga como material el teatro
o la danza está determinada por la que se use dentro del lugar destinado a la
función, aunque no se debe descartar la posibilidad de jugar con luces que
ayuden en la pantalla; ya que no hay que olvidar que es muy distinto un
escenario a una pantalla de cine y que ese filtro puede distorsionar muchas
veces la idea que tenía el iluminador en una presentación en vivo.
El espectador al ver una película de este género debe tener la noción de estar
asistiendo a un museo para observar con detalle las obras que más le agraden,
por lo que la misión del cineasta será crear una atmósfera que atrape al
espectador, quien podrá encontrar una armonía entre la cámara y la obra
artística que fue filmada o grabada.
116
Es muy difícil establecer reglas para realizar una buena película de CSA
porque a fin de cuentas el arte es material subjetivo basado en las emociones a
transmitir. “El arte es la expresión de lo subjetivo. El hecho artístico se produce
cuando el hombre vuelve la vista hacia sus imágenes internas y las sublima a
través de algún medio de expresión. Es en esa necesidad de sublimación
transformada en gesto (pictórico, literario, musical, etc.) donde la expresión
primaria alcanza dimensión artística”. Sin embargo, es importante que el que se
dedique a este tipo de cine tenga un gusto por el arte y sobre todo, por
transmitir y comunicar lo que una obra artística quiso conectar con el
espectador, pero que ahora lo hace a través de un filtro llamado pantalla, el
cual no debe convertirse nunca en una barrera entre el espectador y la obra
artística que se quiera describir en una película de CSA.
5.6.3.1. Ópera.
La ópera filmada es uno de los subgéneros que más tradición tienen en el cine
sobre arte y varios ejemplos han surgido con el advenimiento del VHS primero,
del dvd, posteriormente, hasta llegar a los nuevos sistemas como el blue-ray.
Y es que muchas óperas clásicas y contemporáneas han sido
filmadas/grabadas como un método sencillo de difusión y conocimiento de esta
forma de arte de representación.
Se dice que la ópera es de las formas de arte más completas porque reúne a
otras formas de arte en un solo escenario, se tiene música instrumental, canto,
teatro, literatura, e incluso hasta la forma arquitectónica. Por lo mismo y en
apariencia, habría poco qué agregarle al ser reinterpretada por el cine. Sin
embargo, este gran número de valores estéticos le concede una gran cantidad
de posibilidades audiovisuales para su reinterpretación, entre los cuales se
deben destacar, primero, los más evidentes:
117
- Es muy conveniente que el director de este tipo de films, sepa interpretar
una partitura para determinar su dirección en los puntos de interés así
como personajes.
-
Las posibilidades del cine sobre ópera son tantas que en realidad se puede
hablar de dos tipos de aproximación al género: uno, el más tradicional, sería la
filmación de la obra en el teatro donde originalmente ocurre la representación y
utilizando el mayor número de recursos audiovisuales posible; dos, cuando se
saca a la obra del teatro para colocarla en escenarios exteriores donde se
procede a una filmación mucho más apegada al proceso de filmación de tipo
cinematográfico, generalmente mucho más cuidado y otros procedimientos de
realización, tanto creativos como técnicos, como por ejemplo el doblaje de
voces, el uso de efectos visuales, etc.
Finalmente, vale la pena señalar que una ópera, por estructura y tal como
ocurre en el cine de ficción, está basada en una estructura dramática, sin
embargo, eso no la hace una película de ficción, se trata, siempre, de una
película sobre arte, en este caso, de representación.
Por su diversidad, la forma que presenta este tipo de films tiene una gran
diversidad de recursos (tal y como ocurre en el caso de la difusión de la
ciencia). Por ejemplo, es muy factible recurrir a entrevistas, o explicaciones de
expertos para lograr una mayor profundidad sobre el tema. Incluso el tema se
puede dividir y ordenar en subtemas por su importancia.
118
También puede haber recreaciones o representaciones, comparaciones entre
objetos aparentemente iguales, el uso de gráficos o animaciones, etc. Todo con
el fin específico de hacer un film ameno y entretenido que atrape la atención
del público desde el principio.
Una característica muy importante en este tipo de film/video es que para una
mejor estructuración y en consecuencia claridad de la información que debe
proporcionar, lo lógico es que todo esté por escrito, es decir, mediante un guión
ex profeso de la situación. Y todavía más allá, muchas veces este guión es a la
vez una guía de la imagen necesaria y que sólo ilustra claramente las
necesidades del guión aunque en ocasiones pueda parecer repetitivo. Esto
podría revelar una preferencia por lo que se dice que por lo que se muestra, es
decir, la información proporcionada es más textual que visual. Por supuesto,
esto no quiere decir que haya un descuido en la calidad y estética cuidada de
la imagen. Es decir un cuidado cinematográfico que incluirá movimientos
interesantes de cámara, iluminación artística, montaje creativo, uso de tomas
aéreas, etc.
Como complemento a la información proporcionada se pueden utilizar otro tipo
de recursos como letreros, con el nombre de los entrevistados, los lugares
presentados, las cifras mencionadas, etc.
Usualmente, sin que esto sea una regla general, el remate de este tipo de
programas y dada su carga informativa puede presentar un “remate” final sin
texto alguno sino sólo imagen que de alguna manera resume el programa, ya
sin orden establecido sino una presentación global de todos los temas
revisados pues se asume que el espectador ya posee cierta cantidad de
información.
5.8. Promocionales.
119
por otro, esté enfocado en las características particulares y especiales del
producto o persona. Se trata de mensajes breves.
Por lo tanto, se puede hablar de una estética sumamente cuidada, tanto que,
en ocasiones, un promocional puede ser considerado como una “obra de arte”.
O bien, puede decirse de esta otra manera: el cine ensayo combina los
procesos del documental con la libertad del cine experimental de vanguardia.
Por un lado dramatiza hechos de la realidad pero creando una mezcla con
elementos de la ficción. Igualmente en su construcción se propone una mezcla
visual sin reglas estrictas para seguir. Puede utilizar material de stock con
material basado en la recreación de un hecho del pasado, por ejemplo.
120
Es decir, el cine ensayo no es exactamente una cosa definida sino que en él
concurren diferentes formas de representación, es decir, en su construcción se
puede recurrir a diversas fuentes, tanto de contenido como de imagen y sonido
para crear una forma no muy definida y que puede ser considerada “abierta” en
la que el autor reflexiona sobre un tema, ajeno o personal sobre la base de una
reflexión sobre sí mismo y sobre la propia construcción fílmica.
Lo que es más posible es que surja una interesante combinación, según Nora
Alter, entre imágenes objetivas de hechos, personajes, lugares, etc,
estructuradas a partir de un discurso subjetivo: “es decir, que incluso aquellas
imágenes vacías de ‘la mirada” (si es que tal vacío existe) se someten a la
reflexión del pensador, y en consecuencia se transforman en lo subjetivo. (17)
121
- Representación de la realidad
- Afirmaciones indecisas.
- Narrativa no lineal, fragmentada y con múltiples sentidos interpretativos
- Recursos de distintos medios y formas
En el caso del cine ensayo, la voz jugará un papel guía dentro de esta
reflexión. Será ésta una suerte de “voz de dios” que podrá tener las siguientes
características:
Esta voz está basada en un texto que es lo que constituye la opinión subjetiva,
y que de alguna manera viene a constituir el guión para el cine ensayo. Este
texto, por supuesto, debe transmitir mucho más que mera información, ya que
constituye el punto de vista del autor, por lo que debe ser construido con
determinada elocuencia que le llegue de forma directa al espectador.
Una posible respuesta a esta incógnita es que para los fines reflexivos que a
este tipo de películas ocupan, es necesario un distanciamiento entre el director
y la imagen, y luego entre el espectador y la imagen. Es entonces la palabra la
que parece unirlos y conducirnos por una reinterpretación determinada, pues si
bien es una forma abierta. Hay “algo” específico que se está diciendo, no es
cualquier cosa, no es un film cualquiera que no sabemos definir, no, es una
opinión, un sujeto, una voz.
Así podemos decir, tal como lo hace Philli Lopata, que el film ensayístico tiene
un texto que puede ser hablado o escrito, una voz que se presenta como única
(puede ser la del director, la del guionista o bien la de ambos unida de forma
que parezca una), una línea de discurso razonado (o que al menos lo
pretende), que transmite mucho más que mera información, pues incluye
122
claramente un punto de vista y debe procurar se elocuente, interesante y estar
bien escrito (si se considera la ya mencionada importancia del texto).
1. crear o escribir un texto para luego encontrar sus imágenes. Con esto, por
supuesto, no decimos que se ilustra el texto, pues el film ensayo no es un texto
con ilustraciones en movimiento ni mucho menos. Aquí el director hará uso de
todas sus capacidades y conocimiento en cuanto a lenguaje cinematográfico
para lograr con éxito la realización, que si bien puede recurrir a la ilustración,
también puede usar un contrapunto entre imagen y texto.
2. Obtención de las imágenes fílmicas, sean éstas propias o de archivo, viejas o
nuevas y posteriormente escribir la reflexión.
3. Escritura- obtención de imágenes –escritura- obtención de imágenes… y así
hasta obtener lo que se busca.
En este punto queda claro que en la realización del cineensayo existe una
suerte de guión previo o posterior a la obtención de las imágenes; es decir, que
hay una idea básica que sirve de guía.
Para Torreiro y Cerdán, en el film ensayo todo puede ser político, es decir,
aunque aparentemente no lo sea en todo momento pues el fin político puede
combinarse con otro tipo de acciones. Por supuesto, que no se trata de una
visión política como la que maneja el documental, ya que en este caso es más
importante la reflexión personal sobre el tema que el contenido político del
mismo. En este sentido Torreiro y Cerdán señalan que:
Obviamente, en el film ensayo las ideas no se tienen, sino que se hacen, se construyen
de manera literal. Este constructivismo debe contemplarse en sus dos vertientes,
puesto que no sólo se construyen, se manufacturan, las ideas, sino que las
herramientas que trabajan estas ideas, hasta el punto de que, en el film-ensayo, ambos
procesos se confunden. (2005:130)
123
la propia identidad del sujeto escritor. Según Beadujour, el autorretrato es una
memoria que media entre el individuo y su cultura.
124
Jim Lane señala que uno de los principales enfoques del documental
autobiográfico el journal entry approach, una modalidad que se basa en el
rodaje de acontecimientos diarios durante un periodo de tiempo mantenido y en
su posterior montaje siguiendo una estructura cronológica y narrativa. El
resultado final se acercará más al diario literario o se parecerá más a un
documental clásico, si bien su estructura básica mantendrá la premisa de
“entrada” o fragmentos de vida ordenas cronológicamente.
Este género en específico suele concluir con algún tipo de resolución o cierre
narrativo, como puede ser el encuentro con el padre (… ) el nacimiento de un
hijo (…) o la muerte.
Junto con el formato diario, Jim Lane señala una segunda veta explorada por el
género autobiográfico, que se puede encuadrar bajo el término de “retrato”, con
sus variantes de “autorretrato” y “retrato familiar.
125
El retrato autobiográfico recurrirá a esos documentos como fuente de
conocimiento o como instrumento inductor de la memoria familiar, con un
tratamiento que va desde enfoques más convencionales hasta otros más
reflexivos, que desvelan las grietas escondidas tras su aparente ingenuidad.
Actualmente las técnicas que más se consideran como propias del cine de
animación, según el mismo Blanco en su libro El cine de animación (Filmoteca
de Zaragoza, Madrid, 1982) son las siguientes:
126
1) Dibujo animado. Fotografía sobre una superficie plana con técnica de
cuadro por cuadro. En algunos casos la acción se desarrolla sobre
fondos fijos.
2) Recortes articulados. Figuras articuladas de papel, cartón, hojalata, etc.
que también son articulados mediante la técnica del cuadro por cuadro.
3) Muñecos animados mediante la técnica cuadro por cuadro pero
permitiendo decorados de tres dimensiones.
4) Dibujo en película. Esta grabado o pintado directamente sobre una
película que después se utiliza como negativo.
5) Animación en objetos. Animación cuadro por cuadro. Puede ser
materiales que se van transformando (plastilina en figuras) u objetos
móviles (escaleras o sillas que caminan, saltan o bailan)
6) Animación multiplaza. Coloca dibujos, recortes, etc., no ya sobre un solo
plano sino sobre tres o más placas de vidrio, permitiendo así tratar la
profundidad.
7) Animación por computadora.
127
computadora, o cualquier otra técnica (lo mismo que los espacios), pero al final,
todo estará al servicio de la estructura dramático-narrativa.
Según los mismos autores, dicho proceso creativo contempla tres fases: el acto
de apropiación, el trabajo de ensamblaje o remontaje de los fragmentos y el
efecto de recontextualización o creación de un nuevo sentido (T y C 54).
128
La que parece ser la tendencia que más ha estimulado a los creadores es la
yuxtaposición de materiales de fuentes muy diversas para crear montajes en
los que se juega de una forma muy productiva con el contexto,
(des)contextualizando o (re)contextualizando las imágenes.
Es bien sabido que el cine, en sus origines, fue producto de experimentos que
en un principio no tenían un carácter artístico específicamente, sino más bien
apuntaban hacia la solución de ciertos problemas de índole científica. Sin
embargo, la historia nunca es previsible y el cine se convirtió en una respuesta
a muchas inquietudes que había despertado la modernidad de finales del siglo
XIX, y entre ellas, por supuesto, las artísticas. Así, como una forma de arte
relativamente nueva, el cine desarrolló, a través de este poco más de un siglo
de existencia, un lenguaje particular y al mismo tiempo buscó estructuras que
le ayudaron a expresarse de diferentes maneras.
Cabe aclarar que como género, el surgimiento del cine experimental es sólo un
poco posterior al nacimiento del cine, pero a pesar de ello, no ha podido ser
definido de manera unificada por todos los que lo han estudiado, esto, sobre
todo, porque en muchos casos sólo ha sido tratado superficialmente,
Un posible camino para encontrar el nombre más adecuado para este tipo de
cine, tiene, al mismo tiempo, la intención de desentrañar de cierta forma los
orígenes y las formas alternas, paralelas y hasta contrarias que justifiquen una
solución final al problema, lo que sin lugar a dudas, encuentra su principal
dificultad en -como se comprobará más adelante- la complejidad misma de la
forma cinematográfica que se está por estudiar.
129
En esta abundante cantidad de nombres para designar a un solo tipo de cine,
lo primero que viene a la cabeza es la dificultad que existe para elegir el más
adecuado, además de la poca fortuna que han tenido muchas de esas
designaciones para unificar el concepto. Con la intención de aclarar el
panorama, de las concepciones mencionadas anteriormente, y por razones
muy elementales, se podrían descartar de inmediato algunas que no se
adecuan al término experimental:
El resto de los nombres aquí citados son menos utilizados y no vale la pena
detenerse a analizarlos. No obstante, hay uno que es particularmente
indispensable destacar: el de vanguardia, que, inclusive, rivaliza en importancia
con el de experimental, y de hecho, muchas veces, ambos son utilizados de
manera indistinta para designar al mismo género. Cabe incluso preguntarse
cuál de los dos es el correcto o bien encontrar cuáles son sus semejanzas y
diferencias, lo que permitiría llegar a un nombre correcto para designar a este
género cinematográfico.
130
5.14.1.1. Sobre el concepto experimental.
Se podría concluir entonces que cuando se habla de que el cine nació como un
experimento, y que como tal se ha desarrollado, se puede decir que el cine ha
estado lleno de pruebas y ensayos; que ha sufrido modificaciones, cambios y
mudanzas; que ha probado y examinado sus propiedades por la práctica y la
experimentación; es decir, el cine se ha experimentado a sí mismo.
131
un recurso más en todos y cada uno de los géneros que lo componen, sea el
documental, el de ficción, entre otros, incluyendo, por supuesto, el cine
experimental13.
Para Jean Mitry no existe ninguna duda de que experimental es el término más
adecuado para designar a este género, especialmente por los elementos
característicos que contiene. Para él, el cine experimental “fue el
descubrimiento de un cine puro, es decir, desligado de lo que no era
específicamente fílmico, partícipe de hecho en estructuras extrañas al cine y no
originadas en el cine en sí mismo (1974: 27)
Al respecto de los puntos de vista expuestos por Mitry, se debe dar énfasis a
un par de observaciones, en primer lugar, señalar la importancia de todo el cine
previo los años veinte para la consolidación del género: “Todo film que
contribuyó al descubrimiento y al perfeccionamiento de un lenguaje en busca
de sus medios expresivos, puede ser considerado como experimental, aunque
haya formado parte –obra maestra o no- de la producción corriente” (Ibíd.:26).
Cine experimental
(Jean Mitry)
Expresionismo
Abstraccionismo
13
En el caso del cine de ficción la experimentación más evidente se encuentra en la narración,
donde se experimenta en la forma de la narración, donde por ejemplo recientemente han
existido películas como Memento y Violación que experimentan al narrar la película del final
hacia delante. Es decir, una experimentación narrativa pero que no interfiere en nada con el
hecho de que sigue tratándose de películas de ficción dramático narrativas.
132
Escuela soviética
Surrealismo
Escuela
documentalista
Free cinema
Cine directo
Cine underground.
Enseguida, Mitry considera al cine abstracto como una categoría del cine
experimental. Si bien, el abstraccionismo es un elemento importante en la
construcción del género, estrictamente al uso de la imagen abstracta no puede
considerarse vanguardia, puesto que la abstracción es sólo una forma de tratar
a la imagen, aunque puede señalarse que el nivel y el manejo de la abstracción
pueden llegar a determinar algunas vanguardias artísticas.
133
particularmente, pues cabe aclarar que la evolución del abstraccionismo no se
detuvo en la vanguardia francesa sino que es una técnica artística que llega
hasta nuestros días.
En tercer lugar, Mitry reconoce como una “vanguardia” más del cine
experimental a la llamada “escuela soviética”, apoyándose en una importante
evolución técnica desarrollada en la época: el montaje cinematográfico. El
problema, desde el punto de vista de este trabajo, es que el montaje es una
técnica que no sólo es utilizada por el cine experimental, sino que fue un
recurso fundamental para todos los géneros, incluyendo el cine de ficción y el
documental. De esta manera, Mitry mete “en el mismo saco” a cineastas como
Vertov, Pudovkin, Eisentein, autores muy alejados entre sí, tanto en su
concepción creativa como en sus procesos de realización, y donde las
diferencias en el estilo de montaje de cada uno de ellos, no son suficiente
razón para poder afirmar que el cine soviético es una forma de cine
experimental, ya que los puntos comunes entre todos estos autores están más
en su ideología política que su estética. En otras palabras, debe quedar claro,
una vez más, que experimentar con técnicas de producción cinematográfica, en
este caso el montaje, no significa que necesariamente, se hable de cine
experimental. Por ejemplo, no se puede negar el nivel de experimentación en el
montaje alcanzado por Eisenstein, pero tampoco puede existir alguna duda de
que su obra está inscrita totalmente dentro del cine de ficción.
Sin embargo, el caso del surrealismo es único y con él, termina el desarrollo
paralelo entre una vanguardia particular y el cine experimental. La siguiente
categoría de “cine experimental” que menciona Mitry es “la escuela
documentalista”, lo cual sorprende, pero a la vez, el autor reconoce este error
en su propia clasificación al mencionar que “…el documental no puede ser
considerado como film experimental. Por el contrario, se trata de una cierta
manera no muy convencional de aprehender el mundo (1974: 179). Por
supuesto, no se puede estar más de acuerdo con esta puntualización de Mitry
dado que más allá de tratarse de dos géneros del cine de no-ficción no existe
ninguna relación estructural entre ambos. Su razonamiento, incluso, llega más
lejos cuando explica dos “vanguardias” como ejemplo del cine documental: el
free cinema y el cine directo. Y nuevamente reconoce, sobre dichas
“vanguardias”:
Los films de carácter realista –social o de otra clase- no pueden ser considerados como
experimentales en el sentido formal ni en el sentido onírico o surrealista del término. Su
experiencia tiene otras características. Se trata de una aproximación más auténtica a la
134
realidad, de una aprehensión objetiva –lo más objetiva posible- del comportamiento
humano (1974: 263).
Por último, y para cerrar esta crítica a la clasificación del cine experimental que
hace Mitry, se puede agregar el hecho de que el autor incluye en ella a la
corriente norteamericana del cine underground de los años 60, donde el uso
del término mismo es difícil de abordar, puesto que debe entenderse que éste
no es ni siquiera un género cinematográfico (mucho menos una vanguardia)
sino, más bien, como ya fue señalado anteriormente, se trata de una posición
ideológica. Y así lo establece Mitry: “Todos lo que pertenecen al Underground
están ligados de algún modo al coincidir en un mismo circuito de distribución…”
(1974: 301). Es decir, todos los cineastas, sin importar el tipo de cine que
dominaran (cine de ficción o no ficción, en cualquiera de sus géneros) se
debían a una misma ideología política de enfrentar al mainstream representado
por la gran industria.
Por supuesto, no se puede negar que dentro del gran número de producciones
y variedad de películas del cine underground existen varios ejemplos de cine
experimental pero de ninguna manera constituyen el total de dicha producción,
donde más bien abundan los casos de cine de ficción, con la característica
común, eso sí, de tratarse, en todos los casos, de películas de bajo
presupuesto, lo que de ninguna manera determina el género.
Para terminar, se podrían citar a otros autores que han incluido el término
experimental en algunas citas de sus obras, pero, en realidad, ninguno le
concedió al mismo la importancia y profundidad que recibió de parte de Jean
Mitry y quien lo colocó en la discusión como una manera diferente de ver al
cine.
135
Hugo), aunque es el socialista utópico Claude Saint-Simon quien la utilizó en sus
Opinions littéraries de 1825). Desde 1845, vanguardia es una voz de la crítica literaria
como demuestran los escritos de Baudelaire…En este ámbito concreto, vanguardia
alude al conjunto de movimientos, escuelas, tendencias o actitudes que durante las
primeras décadas del siglo XX se rebelaron agriamente contra la tradición artística
occidental, en particular contra un humanismo aburguesado cuyo origen se remonta al
Renacimiento y contra el imperio de la razón cuyo auge data de la Ilustración del siglo
XVIII, pero cuyo adocenamiento y convencionalismo era más reciente (2004: 14-15)
Por lo tanto, el concepto puede resumirse en todo aquello que está a la cabeza,
al frente o bien, lo que se opone a lo ya establecido. Lo que profundiza las
cuestiones ideológicas y estéticas, para provocar los principales encuentros
estilísticos que provocan los mayores cambios y transformaciones en los
diferentes ámbitos, principalmente del arte.
Al respecto, Ledo Andión añade que los rasgos que identifican a la vanguardia
son “la militancia, el anticonformismo, la búsqueda anticipatoria y, sobre todo,
confianza en el tiempo, confianza en el paso del tiempo, es decir, sentido de
futuro” (Ibíd.: 21). Consecuentemente, podría afirmarse que lo que caracteriza
a la vanguardia es el hecho de convertirse en la representación de una época,
legitimada por la sociedad que la vio nacer, desarrollarse dentro de una
perspectiva de futuro.
Ante esta situación, no podría esperarse menos que los resultados y productos
de la vanguardia sean igualmente múltiples, y de las más diversas
características, despertando al mismo tiempo, diferentes respuestas de los
espectadores que reciben y aceptan o rechazan finalmente tales productos,
entre ellos, el cine.
136
Respecto al término vanguardia utilizado para designar este tipo de cine, en
una revisión bibliográfica, éste se encuentra con más frecuencia que el de
experimental. Algunos libros que lo incluyen en sus títulos son: Ill cinema
d’avanguardia 1910-1931 (El cine de vanguardia 1910-1931), de Saggi
Marsilio, Avant-Garde Film Motion Studies (Estudios de cine de vanguardia)
(1993) de Scott MacDonald, L’avant-garde cinématografique en France dans
les annés vingt (La vanguardia cinematográfica en Francia) (1995) de
Noureddine Ghali, y los muy recientes Cine y vanguardias artísticas (2004) de
Vicente Sánchez-Biosca y Documental y Vanguardia (2004, Barcelona: Paidós)
de los compiladores españoles Casimiro Torreiro y Josetxo Cerdán
Sobre esta situación podrían hacerse varias preguntas. Una de ellas sería,
precisamente, si los conceptos efectivamente “están emparentados” tal y como
el autor lo menciona, aunque cabe señalar que algunos de estos
cuestionamientos ya se han ido resolviendo en este mismo capítulo, por tal
motivo, este trabajo sólo está enfocado a revisar a profundidad la relación que
existe entre vanguardia y experimental.
Si bien el concepto experimental lo aplicó Jean Mitry para definir “las corrientes
que van más allá de los planteamientos vigentes”, en ese sentido,
efectivamente, se podría considerar cierta relación con el término vanguardia
de Sánchez-Biosca, al que define pluralmente como “los movimientos,
escuelas, tendencias y actitudes de las primeras décadas del siglo XX que se
rebelaron agriamente contra la tradición artística occidental…” (2004: 15). Esto
puede significar que La vanguardia, al haber sido un movimiento artístico
opuesto a otras corrientes más tradicionalistas de la época, fue un movimiento
que puede ser definido como experimental.
137
ubicadas en un determinado momento histórico. Aunque, desde luego, éste no
fue el único, a él le siguieron muchos otros como el underground, la vanguardia
soviética, etc., lo que permite al autor establecer una clasificación de lo que él
considera las principales vanguardias, lo cual podría presentarse de la
siguiente manera:
Cine de vanguardia
(Sánchez-Biosca)
Expresionismo alemán
Cine soviético
Surrealismo
Cine de Hollywood (1910-1929) (sólo un grupo de películas)
Cine independiente
Cine del pop art
Cine minimalista (sólo cierto tipo de películas)
La vanguardia documental política.
En este momento sería importante también destacar las semejanzas entre las
dos aproximaciones teóricas: el primer punto de encuentro ocurre con la
llamada “vanguardia” del cine soviético. En relación a ésta, Sánchez-Biosca es
más específico que Mitry y parte de un film en particular, El acorazado
Potemkin (URSS, 1925) de Serguei M. Eisentein. A partir de la propia definición
del autor, se puede decir que ni siquiera se trata de una vanguardia con
características estilísticas comunes, sino simplemente, de una aplicación
”vanguardista” de lenguaje cinematográfico, particularmente en la técnica del
montaje.
138
Como ya fue mencionado al hacer referencia al listado de Mitry, nadie podría
dudar que los extraordinarios alcances estéticos de El Acorazado y de otros
films de Eisentein (particularmente en el aspecto del uso y desarrollo del
montaje) fueron, sin duda alguna, alcances vanguardistas en el desarrollo de
un lenguaje, pero sólo aplicables en la forma de mezclar y combinar diferentes
planos para lograr diversos significados. No obstante, debe recordarse que
aunque el cine soviético fue un movimiento formado por varios cineastas, cada
uno desarrolló sus propias ideas y técnicas. Es en esta escuela soviética donde
se encuentran los más diversos estilos y formas, y dentro de ella entran todos
los géneros cinematográficos, la ficción, el documental y, por supuesto, el
experimental.
139
Quizás aquí está, precisamente, la principal dificultad de asimilar al
expresionismo como la primera vanguardia cinematográfica aplicada a un cine
de tipo experimental: la falta de claridad para resolver problemas estéticos
estructurales del género que pretendía definir.
A la luz de este dilema, Mitry encuentra una contradicción con sus propios
conceptos, ya que critica el acercamiento del expresionismo experimental al
teatro. Aquí el autor está utilizando el concepto experimental de una manera
diferente a la que él mismo plantea en los primeros capítulos de su libro, donde
textualmente dice: “El origen del film experimental está en efecto en la pintura y
no del todo en el cine” (1974:27). Por lo mismo, se puede entender que al tener
orígenes teatrales, además de pictóricos, el expresionismo cinematográfico, tal
como lo plantea Mitry, enfrenta un problema estructural, ya que lo experimental
o lo narrativo se están combinando en un solo producto y de esta manera, es
difícil establecer los límites entre uno y otro. Lo único que hace Mitry, es
justificar el hecho con una sustitución de nombre:
Parece evidente que Fritz Lang, Paul Wegener, Lupu Pick y muchos otros entienden
por expresionismo lo que nosotros hemos llamado intencionalmente “caligarismo” a fin
de distinguir las formas aplicadas de la pintura con una expresión propiamente
cinematográfica. (Ibíd.: 54)
(…) Es necesario liberarse del teatro o de la novela y crear con los medios del cine,
únicamente con la imagen. El verdadero poeta del film debe ser la cámara. Podré
concebir un arte cinematográfico que no utilice más que superficies móviles, sobre las
cuales se desarrollarían acontecimientos que aún participarían del natural, pero que
trascenderían las líneas y los volúmenes de lo real. O también marionetas o pequeñas
maquetas en tres dimensionas a las que animaría imagen por imagen, ya al ralenti, ya
a mucha velocidad, en un montaje más o menos rápido; así nacerían imágenes
fantásticas que provocarían en el espectador asociaciones de ideas absolutamente
nuevas (Wegener en Mitry 1974: 17).
140
cinematográfico: la ambivalencia entre dos géneros, lo narrativo y lo
experimental.
Esta dificultad para empatar la ficción con la vanguardia artística fue abordada
por Antonio Costa, quien la explica tomando como base la diferencia “entre
vanguardias”. Costa señala el hecho de que ciertamente existió “una completa
interacción entre el cine y las vanguardias artístico-literarias” (1988:82),
aunque, al mismo tiempo, señala que es mejor “hablar de interacción entre cine
y vanguardia, en lugar de –directamente- cine de vanguardia” (Ibíd.), ya que
esto supone la existencia de dos fenómenos (las vanguardias por una parte, y
el cine, por la otra, que se relacionan entre sí con modalidad, finalidad y
resultados distintos.
Tal afirmación no hace más que reiterar el hecho, ya planteado, de que una
vanguardia puede interactuar con cualquier género cinematográfico,
incluyendo, por supuesto, el experimental.
Por lo tanto, es claro que se puede hablar del desarrollo del expresionismo
como vanguardia artística pero no como vanguardia aplicable al cine narrativo.
Consecuentemente, se puede afirmar que nunca existió un cine expresionista
experimental, idea que se refuerza con el punto de vista tanto de Mitry como de
Sánchez-Biosca: la primera vanguardia, efectivamente, puede haber sido el
expresionismo alemán, pero ello no quiere decir que se trate también del
nacimiento del cine experimental, lo que más bien ocurría, en otras
vanguardias artísticas, más libres y que estaban surgiendo de manera
simultánea en otras partes del mundo.
141
De esta manera, y de acuerdo a los postulados de Mitry y Sánchez-Biosca,
resulta sumamente difícil utilizar el concepto de vanguardia para este tipo de
cine tomando como base los movimientos estéticos señalados.
Irremediablemente, sigue existiendo la dificultad de unificar el criterio entre lo
que son los conceptos de vanguardia y de experimental.
El libro contiene los más diversos puntos de vista sobre el problema de definir a
la vanguardia. Entre los más desarrollados, se encuentra el de Margarita Ledo
Andión, quien señala que la utilización del concepto vanguardia en el cine es
posterior a la que se aplicó en otras manifestaciones artísticas como la pintura,
la música y la literatura. El concepto atribuido a nuevos fenómenos culturales
como el surgimiento de la industria y la cultura. Es en este contexto donde
aparecen las designaciones de vanguardias como surrealismo o
constructivismo. Es interesante darse cuenta de que la autora habla de un
hecho histórico fundamental y profundamente ignorado: la tradición de las
vanguardias que en su momento sólo afectaron a formas artísticas primarias,
como la pintura y la música, mismas que fueron anteriores al nacimiento de
cualquier vanguardia cinematográfica.
142
En este amplio panorama, Ledo Andión señala también la gran variedad de
acepciones que el concepto ha alcanzado a partir de sus diversas
posibilidades:
143
similares, no sólo por el hecho de compartir su origen histórico (principios de
los años veinte del siglo XX), sino, sobre todo, porque en dicho origen, el
documental aún no había consolidado la estructura propia que hoy lo identifica
como tal. Efectivamente, es en ese punto donde se mencionan películas que
son consideradas como ejemplos de documental, pero que también en su
momento estaban reflejando determinadas tendencias vanguardistas. Dichos
trabajos (dependiendo del análisis que se haga de ellos) pueden ser tratados
como documentales, o bien como películas experimentales de vanguardia. Los
casos más relevantes de este tipo de producción son: Rien que les heurs
(1926) de Roberto Cavalcanti, Berlin, sinfonía de una ciudad (1927), de Walter
Ruttmann y El Hombre de la cámara (1929) de Dziga Vertov, entre otros.
Algo similar ocurre con otros géneros que han surgido de prácticas que pueden
considerarse como vanguardistas, ejemplo, los llamados Compilation films
(películas de recopilación), que es un tipo de cine que está construido a partir
de found footage (pietaje encontrado), término que alude a la elaboración de un
film con trozos de película de los más diversos tipos. Esto, más que a un
género, se refiere al uso de una técnica (como ocurrió con el montaje en el cine
soviético) o un proceso creativo. Por supuesto, el término remite,
irremediablemente, a los objets trouvés (objetos encontrados) de Duchamp, un
artista representativo de la vanguardia artística.
Si el cine quería ser realista tenía que haberse subido al carro de la vanguardia, que
perseguía una visión profunda de la realidad, en lugar de confiar en la esencia del
documental que se conformaba con preservar el testimonio de una visión de muy corto
alcance (2005:111).
Por otra parte, el libro resulta muy interesante cuando menciona las diversas
vanguardias cinematográficas, pues sólo considera las vanguardias que
abordan imágenes representativas, es decir realistas, y deja fuera cualquier
vanguardia que considere a la imagen abstracta o de animación, es más, éstas,
simplemente no existen. Al respecto Catalá señala:
En este sentido podemos decir que el cine de vanguardia también ha tenido siempre
una vocación realista, utópicamente realista, sólo que en lugar de encarar una realidad
ajena a los procedimientos técnicos, epistemológicos y estéticos, como pretende hacer
el documental, se dedica a jugar directamente con la imagen del mundo, caso del
surrealismo, o a buscar una nueva imagen de ese mundo a través de una percepción
15
Por supuesto, aquí no se cuentan los ensayos dedicados exclusivamente al documental
144
renovada que, de todas formas, se produce mediante una serie de estrategias de
reconversión de las imágenes del mundo, como ocurre principalmente en la vanguardia
norteamericana (2005: 119)
De los dos, el término “poema fílmico” tiene la ventaja de subrayar una analogía útil: la
relación del tipo de film discutido en este libro con el cine narrativo comercial que es de
muchas maneras como aquella de la poesía con la ficción de nuestros tiempos (…) La
analogía es también útil en que no pone un valor en los films en cuestión. La poesía no
es por esencia mejor que la prosa. El cine “experimental”, por otra parte, implica una
titubeante relación a un cine más estable” (1974: XII)
145
Por lo tanto, vale la pena señalar que en la categorización del cine avant-garde
que hace Sitney, por primera vez, se elimina toda relación con cualquier otro
tipo de cine, incluyendo el de no ficción:
Cine avant-garde
(P. Adams Sitney)
Cine trance (Trance film)
Cine mitopoético (Mythopoeic film)
Cine lírico (Lyric film)
Cine estructural (Structural film)
16
La cita de la autora es la entrevista con Yannik Koller, en Pratiques, 14, otoño de 2003)
146
Lo más importante es que debe quedar claro que cuando se habla de este
género, se habla fundamentalmente de una estructura alterada y diferente,
incluso, una ausencia de la misma.
Pero por otra parte, también es necesario señalar que considerar como
experimental a este tipo de cine, no elimina automáticamente al concepto de
vanguardia. En lo que se refiere al término, si bien puede ser aplicable también
a las formas, recursos y géneros cinematográficos que transgreden reglas
establecidas y proponen novedosos métodos, técnicas y procesos creativos, tal
y como ocurre con el concepto de experimental, por ahora, su uso se centrará
básicamente en su utilización para definir a los movimientos artísticos de una
época en particular, no sólo de cine, sino de otras formas artísticas. Y dado que
el término afecta los procesos tradicionales de creación cinematográfica, todo
movimiento que utilice dichos principios estilísticos puede ser llamado
vanguardia cinematográfica. En consecuencia, parece ser que ése es el mejor
método de organizar este tipo de cine, dada su evolución, tanto histórica como
una forma de expresión, ya que las vanguardias, siempre han estado presentes
ante las principales transformaciones estéticas entre los diferentes momentos
que el cine experimental han atravesado.
Es por estas razones que para hacer más específico el campo de estudio de
este tipo de cine, se deba hablar de una definición que agrupe
consecuentemente las principales características de ambos conceptos en un
cine que es a la vez experimental y que muestra su evolución en diferentes
vanguardias, por lo que el término más adecuado para distinguir este género
cinematográfico debe ser el de cine experimental de vanguardia.
147
revisión, lo más completa posible, acerca de lo que es el documental, partiendo
de su definición y revisando las anteriormente citadas características para
finalmente tomar una decisión en lo que implica la construcción del cine
documental.
148
Evidentemente, Barsam hace referencia a su propia posición de distinguir al
cine documental de lo que él mismo llamó, en su momento, cine de hechos.
Por supuesto, la posición de Barsam cuestionando una definición de
documental no es la única, pues al crecer el interés por el género también se
propusieron nuevas, que por supuesto, atraían a sus respectivos detractores.
Otro punto de vista importante es el de Philip Rosen, quien señala que “los
defensores clásicos de la tradición documental en el cine, repetidamente
definen documental como lo que no es” (Renov, 64), pero además agrega que
la confusión llega a momentos donde las diferencias son tan radicales que
pueden llegar a ser semánticas: “Es precisamente la distinción entre actualidad
y significado, documento y documental” (Renov, 66)
El teórico y realizador Michael Rabiger se suma a este punto de vista de
cuestionar la mayoría de las definiciones:
El punto de vista de Rabiger va más allá del propio, y especulando sobre una
verdad conocida aunque no totalmente comprobada señala que: “Si
preguntáramos a los documentalistas lo que es un documental, con seguridad,
no se pondrían de acuerdo… (buscar cita). Hecho que aparentemente se
comprueba cuando algunos de estos realizadores tienen que aceptar dicha
situación. Por ejemplo, Juan Carlos Rulfo señala:
Por eso no encuentro una definición clara y, si tengo una –por lo menos la que a mí
me interesa-, consistes en usar los elementos que existen en la realidad para contar,
desde un punto de vista personal, algo sobre esa misma realidad. Lo que busco a
partir a partir de la realidad es crear drama en una película, permitiéndome incluir lo
que me atraiga también a partir de mi propia subjetividad (2008: 34)
149
ocurrió cuando al presenciar Moana (1923) de Robert Flaherty la describió
como “el tratamiento creativo de la actualidad” (1973: 12).
Los principios del documental de Grierson son fundamentales. Creía en primer lugar
que el documental era una forma de arte nueva y vital que observaba, seleccionaba y
hacía accesible el mundo real; en segundo lugar, que el documentalista tenía un
grado más imaginativo para interpretar el material, que el realizador de cine de
ficción: y, en tercer, que los materiales e historias tomadas “al natural” podían ser
más reales que las escenas actuadas. (Ibid: 91)
No fue sino hasta 1948, cuando se intentó consolidar en una, todas las ideas
alrededor del concepto y la Unión Mundial de Documentalistas definió al
documental como
150
duda, se encuentran los elementos fundamentales para la construcción del
documental.
Pare Lorentz establece al documental como “Un film de hechos reales con un
toque dramático”. El cineasta inglés Basil Wright insiste en que el “documental no es
sólo un tipo de film, sino simplemente es un método de acercarse a la información
pública”. Richard MacCann se inclina hacia la creencia de que no es “la autenticidad
de los materiales, sino la autenticidad de los resultados”, lo que importa en una película
documental; por su parte…Willard Van Dyke, considera el documental como “Un filme
en el que los elementos del conflicto dramático representan las fuerzas políticas o
sociales más que a las individuales. Por lo tanto, tiene una calidad épica. Asimismo,
tampoco puede ser una reconstrucción. El documental social se hace con personas y
situaciones reales, es decir, con verdad (1973: 84)
Barsam también cita a Jean Rouch, quien en 1936 proporciona una definición
que resume las principales características del género:
El método documental, como clase distintiva de películas, es una interpretación de
sentimientos y pensamientos filosóficos totalmente diferentes en propósitos y formas
que los motivos de entretenimiento de una película de ficción. El documental se ha
materializado largamente como el resultado de los requerimientos sociales, políticos y
educativos (Ibid: 15)
Barsam cita que 37 años más tarde, el mismo Rouch, más influenciado por sus
trabajos etnográficos agrega características más específicas: “documental es la
historia cotidiana porque trata cómo viven las personas, lo que quieren y cómo
tratan de alcanzarlo” (Ibidem). En los mismos párrafos, Barsam atrae la
definición de Lewis Jacobs: “el documental puede ser identificado como un
género especial de film con un propósito social claro…” (Ibid).
151
Estamos de acuerdo en que la palabra documental denota una clase de film que
presenta en una u otra forma una realidad o una actualidad –cualquiera de ellas puede
ser tratadas-, a no ser que esa realidad o actualidad revele claramente un sentimiento
humano como el que podamos reconocer la significación que tiene esa realidad o
actualidad (Barsam, 1973; 16)
O bien, dos que son muy concretas, pero no por eso no menos importantes:
“Documental es simplemente antropología filmada” (Ibid), y por último, y como
contraste, Barsam señala que
El film documental se distingue de las películas basadas en hechos por sus fines
sociopolíticos (…) es, de hecho, una forma muy especial de arte.(…) Puede ser un
instrumento para influir en el cambio social (Barsam, 1973: 87-88).
el sustantivo “documental”, parece haber entrado al lenguaje hasta el siglo XIX, cuando
“documentación” era bastante común… Sin embargo, el Diccionario Oxford agrega una
nueva definición en 1989: “De hechos, realista, aplicado especialmente a obra fílmica y
literaria, etc, basada en hechos o circunstancias reales y propuesto principalmente para
propósitos de instrucción o grabación (1993: 66)
A pesar de esto, en realidad, Nichos da sólo una (la del realizador) que, de
primera vista incluso puede parecer “ingenua” para el nivel de discusión que
aquí se ha tratado de llevar:
152
Un modo engañoso de definir el documental desde el punto de vista del realizador se
basa en términos de control: los realizadores de documentales ejercen menos control
sobre su tema que sus homólogos de ficción (Ibid: 42).
Por el contrario, una definición muy concreta y que ya resume el punto de vista
contemporáneo que se tiene sobre el género y su cercana relación con el cine
de ficción, es la de Miquel Frances, quien afirma que “Un documental
constituye una ficción elaborada a partir de elementos seleccionados y
extraídos de la realidad. (2003: 92).
Es decir, Frances está entre los autores que combinan la actual y muy utilizada
tendencia de mezclar la realidad con los elementos constitutivos de la ficción.
Esta tendencia señala, como se verá más adelante, que un documental se
construye de manera semejante a un drama, incluyendo un clímax dramático,
algo que debe ser analizado con calma.
Por último, Michael Rabiger, en uno de los textos más recientes dedicados al
género, afirma que “la noción de documental explora personas y situaciones
reales. La definición de documental que Rabiger proporciona es muy escueta:
“Documental es una construcción hecha a base de evidencias” (2009: 13),
aunque también menciona características que obligatoriamente debe explorar
un documental, por ejemplo que el documental suele cubrir el presente o el
pasado, aunque puede proyectarse también hacia el futuro.
153
El documental es un género cinematográfico, por lo tanto, una forma de arte,
narrativo, perteneciente al cine de no ficción en donde dentro de la esfera de lo
humano se presenta un conflicto de carácter social, antropológico, económico o
político, en donde los personajes y situación pertenecen, generalmente, a la
realidad y la temática a tratar puede estar enmarcada en un contexto del
pasado, actual o, inclusive, en el futuro.
Es a partir de esta definición que debe quedar claro que todo documental debe
presentar estas características para poder ser considerado como tal, de otra
manera no se tratará de un documental sino, muy probablemente de otro
género de cine de no ficción. Es decir si se trata de un film donde los
protagonistas, son animales, o bien es la descripción de un lugar, no es un
documental, podrá ser una película de no-ficción pero no un documental. Si no
tiene un conflicto social y/o carece de una estructura, no es un documental. Si
no es una película narrativa, no es una película de ficción.
154
Como es evidente, en esta gama de definiciones, es evidente que ciertas
característica básicas del documental se van destacando y la suma de las
mismas pueden ir sirviendo para construir una definición lo más amplia posible
pero que al mismo tiempo, distinga al documental de otros géneros con los que
comúnmente ha sido confundido a lo largo de su desarrollo.
Se debe insistir que, sin duda, existe una clara línea divisoria entre el cine de
ficción y un documental, de la misma manera existe una división entre el
documental y el resto de los géneros del cine de no ficción.
Nadie mejor que el creador del término para establecer las funciones del
documental, para Grierson el cine documental era una herramienta para la
educación y propaganda (1973:54).
Por supuesto, los de Grierson no eran los únicos, de hecho señala los que
quien es considerado el padre del documental, Robert Flaherty como sus
propias reglas de creación:
1) Debe dominar sus materiales desde el sitio de origen y llegar a la intimidad con ellos
a fin de ordenarlos…
2) Hace una distinción entre la mera descripción y el drama. Creo que debemos
descubrir que hay otras formas del drama – más precisamente, otras formas de
películas- que la que Flaherty ha escogido; pero es importante hacer una primera
distinción entre un método que solamente describe los valores superficiales de un
tema, y aquel que más explícitamente descubre la realidad. (Ibid: 71).
155
argumentación, pues todo documental es la representación del mundo, a través
de una perspectiva de un autor haciendo un comentario sobre el mundo. Esto
lo lleva, señala Nichols, a través del domino de una técnica, con un estilo y con
el uso de la retórica.
5.15.3. La realidad.
El realismo del documental, agrega Nichols “se puede abordar desde una
perspectiva menos histórica en función de al menos tres niveles de
verosimilitud mimética: realismo empírico, psicológico e histórico (Ibid: 223).
Es, por otra parte, comprensible que quien desarrolla un trabajo cinematográfico que se
nutre de lo que sucede en el ámbito de la historia lo postule como verdadero, por más
que el nexo entre realidad, cine documental y verdad sea subjetivo y, por tanto,
discutible (2008: 190).
Por lo tanto, por lo menos en cine, como lo señala Miquel Frances, “situar los
límites entre la verosimilitud y realismo, es complicado” (2003: 30). Por lo tanto,
el documental aunque se basa en los hechos de la realidad, su construcción,
156
por su propia naturaleza, tiende a no respetar dicho principio debido a estar
situado, precisamente entre los dos campos, ambos propios del cine.
Finalmente, Miquel Frances remata señalando que “Mostrar “lo real”, como
pretenden hacerlo los noticiarios y los reality shows, carece de sentido, a
menos que sea el de lo ya visto (2003: 36).
Pero por otro lado, queda la esencia estética creativa del documental que lo
acerca irremediablemente a la construcción del cine de ficción puesto que en la
forma documental es posible encontrar elementos narrativos que fácilmente
pueden reconocerse como dramáticos, como el conflicto, el personaje e incluso
el clímax.
Sin duda, este es uno de los puntos más importantes que pretende desarrollar
este libro, dado que se sostiene que precisamente la forma de un género es la
base para su funcionamiento. Un género no es tal si no cumple con los
requisitos que le exige su propia forma. Sobre la forma se han manifestado
diversas opiniones.
157
Con estas bases podemos analizar las dos posibilidades en los siguientes
apartados.
5.15.4. Verosimilitud.
Una vez que se asume la importancia de la oposición que existe entre la ficción
y la realidad y la posición y el tratamiento de esta última dentro del marco del
ámbito del cine documental, es igualmente imprescindible hablar de otra
oposición fundamental pero, al mismo tiempo, muy cercana, la existente entre
los conceptos de verdad y veracidad.
Edmonds señala que “la verdad puede ser extraña a la ficción, pero la
veracidad puede ser extraña a la verdad” (1971: 18), y es que la verdad, en
efecto, es, como la realidad extraña a la ficción, porque tan sólo existe como
tal, y probablemente no es en el cine donde va a encontrar el mejor campo
para su existencia, es, precisamente en la realidad donde sólo puede existir en
toda su amplitud.
Es así que en el documental, como forma de arte y por tanto, apegada a las
funciones estéticas inherentes al arte mismo, si bien lo mostrado puede no ser
verdadero, siempre tendrá que ser algo verosímil que convenza al espectador
de que lo que esta presenciado está apegado a la verdad.
158
de que el documental es opuesto a la ficción, más bien los límites entre estas
dos formas, están muy cercanos, por no decir, desapareciendo.
5.16.1.1. Noticiarios.
Sin embargo, es importante conservar al género con un lugar dentro del cine
de no ficción por el hecho de que casi desde los orígenes del cine, el noticiero
cinematográfico tuvo un importante desarrollo y marcó varias épocas
florecientes, particularmente en los tiempos de guerra.
Naturalmente, a medida que la televisión fue creando su propia dinámica, el
cine tuvo que ir cediendo poco a poco ese privilegio de transmitir noticieros que
se volvían rápidamente arcaicos ante el avance del video y su inmediata
transmisión televisiva.
La materia prima para elaborar los noticiarios son los hechos de la realidad que
ocurren diariamente. Es importante señalar que al tratarse de material
periodístico las noticias no tienen una posición especial o un punto de vista
definido. Una noticia periodística debe presentarse bajo un criterio de
objetividad, natural y obligatorio para un reportero, aunque es importante
señalar que en muchas ocasiones existirá una autoridad institucional a la cual
está sometida la del reportero que marca una determinada tendencia (que bien
podría considerarse) editorial.
5.15.1.2. Reportaje
159
completa y documentada del mismo tema. De alguna manera, se puede decir
que el reportaje es la ampliación de la noticia original.
Los reportajes informativos nos incitan a mirar pero no a preocuparnos, a ver pero no a
actuar, a saber pero no a cambiar Las noticias no están ahí para guiarnos hacia la
acción sino para perpetuarse como un artículo comercio, algo que fetichizar y consumir
(Ibid: 249).
160
Puede decirse que el reportaje ofrece una visión más completa y documentada
del hecho periodístico. Para lograr esta visión, la construcción de un reportaje
parte, antes que nada, de una debida investigación en la que se proporcionan
antecedentes, comparaciones, derivaciones del tema presentado. Dicho trabajo
recopilará toda la información sobre el tema, que podrá estar en forma de
entrevista, nota, material de archivo, etc.
El reportaje presenta:
- Actualidad: que el tema esté siendo tratado en el mismo momento en
otros medios.
- Sencillez: sobre todo en el lenguaje
- Interés.
- Humanismo
- Colorido
- Vigor
- Vivencia personal.
- Punto de vista objetivo
- Es un género periodístico
161
Sin duda, el punto de vista se convierte en una de las características que
determinan la diferencia entre ambos géneros, por lo mismo, Michael Rabiger
se pregunta “¿son estos noticiarios películas documentales?, y aclara
inmediatamente que estos materiales “carecen de la identidad de una
verdadera película documental, debido a que cada uno de ellos es episódico e
inconexo….Por lo tanto, a aquellos…les falta el tipo de visión interpretativa
“(2009: 19).
Y es que es difícil olvidar que a pesar del parecido, existe una clara diferencia
entre los géneros, aunque no sea del todo explícita, principalmente entre
creadores, tal y como lo revela una frase anecdótica de Everardo González que
menciona con respecto a su documental Los ladrones viejos: Las leyendas del
artegio (México, 2007): “Juan y yo teníamos mucho miedo de que nuestro
documental pareciera reportaje de televisión” (2008: 16).
Tal opinión despectiva que es reforzada por el teórico Francois Niney quien
menciona que “El documental es el pariente pobre y desaliñado (del cine de
ficción) entre otras cosas porque su otra línea familiar lo emparienta con el
periodismo (2002: 11).
Por otra parte, y con una tendencia a ver más el lado positivo de la situación,
no son pocos los realizadores que piensan que el documental es cosa de
162
periodistas, muchos aseguran que cada vez resulta más difícil establecer la
línea de separación entre documental y reportaje. Por ejemplo, Miquel Frances,
citado por Soler, señala que
163
El mismo Meram Barsam asimila este problema cuando lo presenta señalando
más bien el hecho de la construcción en la que se basaba el cine de ficción, el
drama y que, de alguna manera también debe ser aprovechado por el
documental, aunque conservando sus características particulares:
He discutido, entonces, que todas las formas discursivas (el documental incluido) son,
si no ficcionales, al menos ficticias, esto por la virtud de su carácter trópico.
Toda representación documental depende de su propia desviación de lo real, a través
de las profanaciones (defiles) del significante audiovisual… El itinerario de un pasaje de
la verdad para el documental esta, así, cualitativamente afín a la de la ficción. Ésta es
164
sólo otra manera de decir que no hay nada inherentemente menos creativo acerca de
representaciones no ficcionales, ambas pueden crear una “verdad” del texto (1993: 7).
la frontera entre ambos polos no existe como tal, sino que es una escala de grados.
¿A partir de qué momento un film es más un documental que una ficción? Si todo film
puede ser un documento, y todo documento nos cuenta una historia, la frontera entre
ficción y documental se vuelve difusa y etérea (2002: 15)
165
Enlace Desarrollo Desenlace
Y si algo le saca a uno sangre de la frente, es la creación del clímax del último acto: el
pináculo y la concentración de todo el significado y la emoción, la realización para la
cual todo lo demás es una preparación, el centro decisivo de la satisfacción del público.
Si esta escena falla, la historia falló. Hasta que uno no lo haya creado, no se tiene una
historia (2008: 78)).
166
desarrollo ya existe una tendencia marcada por el punto de vista del realizador
o de quién encomendó la tarea.
Esto no quiere decir que un documental deba ser plano, sino que la
combinación de estructuras permitirá, por un lado, cumplir los lineamientos
elementales de un discurso documental con su problemática y, por otra parte,
integrar elementos de construcción de ficción para agregar momentos que se
acerquen a la construcción dramática para crear tensión, expectativa, etc.,
167
Sin duda, es cierto que existen muchas características que podrían ser
compartidas por el documental, pero como Renov lo señala, no sólo el
documental comparte esta característica, sino que es posible encontrar tal
semejanza en la mayoría de las formas fílmicas, y sostiene que en realidad la
separación entre géneros es apenas perceptible ya que tanto el documental
tiene de ficción, como la ficción del documental (1993: 10)
Ya en los 90’s, Bill Nichols continúa en este sentido de reducir las diferencias
estructurales entre los dos géneros, cine de ficción y documental colocándolos
incluso en una situación de igualdad pero también supeditando al documental
a la estructura de la ficción por los diversos procesos de creación que éste
atraviesa.
168
social y aceptando que existen personajes y situaciones, o bien, también
aceptando la gran influencia que tiene del periodismo, particularmente con el
reportaje, y basado en el trabajo de investigación, necesario para su creación,
por lo tanto, aunque se plantee una estructura de tres partes para un
documental, ésta de ninguna manera comparte las mismas características, más
bien esta estructura se acerca a una estructura científica, más cercana a la que
presenta un reportaje.
Esto se debe, sin duda, a que ambos géneros fundamentan sus respectivas
estructuras a las importantes características que las acercan al método
científico, como por ejemplo, la necesidad de un proceso de investigación
previo a la realización (por supuesto, las diferencias entre los géneros también
serán discutidas en capítulos subsecuentes).
169
mundo, mientras que la ficción es sólo una semejanza o imitación del mismo.
(Ibid: 153). Lo cual, desde luego, no constituye un nuevo u original aporte.
Por lo tanto para Nichols, en cuanto estructura (o texto, como lo llama él) no
existe diferencia entre los dos géneros, sino más bien en el nivel de la
representación que se construye a través de la retórica, la persuasión y “la
argumentación que con la similitud o la reproducción” (características de la
ficción) (Nichols), y para precisar aún más señala que “En el núcleo del
documental no hay tanto una historia y su mundo imaginario como un
argumento acerca del mundo histórico…El documental representa al mundo”.
(Ibid: 155)
Por último, Michael Rabiger, deja claro que es muy difícil conocer la línea que
separa al documental de la ficción y dicha situación es una discusión
interminable.
Jacques Aumont tiene su propia visión sobre el problema: “Por último, el cine
científico y el documental recurren muchas veces a procedimientos narrativos
para “sostener el interés”. Citemos, entre otros, la dramatización que convierte
un reportaje en un pequeño filme de suspense (…); el viaje o el itinerario,
frecuente en el documental establecen casi siempre, como en una historia, un
desarrollo obligado, una continuidad y un final (1985: 102).
170
más notables, que carecen de una estructura narrativa, son el cine científico
puro y algunos casos de cine de experimental de vanguardia.
Bill Nichols señala que este proceso de construcción narrativa del documental
tiene sus bases en que el éxito narrativo es proporcional a la reivindicación de
la historia contada y “por el contrario, los documentales arriesgan en cierta
medida su credibilidad cuando reconstruyen un suceso: se produce una ruptura
en el nexo indicativo entre imagen y referente histórico” (1997: 58).
171
ese aspecto es posible encontrar varios de los aspectos que se encuentran en
la narración dramática, como personajes, conflicto y resolución.
5.16.2.1. La significación.
Y agrega que “La película debe responder completamente por aquello que
selecciona, por su coherencia, por su modo de creencia y por el lugar que le
asigna al espectador” (Ibid: 184-185).
172
5.17. Objetividad y subjetividad.
pienso que por un lado de la escala está totalmente lo objetivo, según el tipo de programa...en
el otro lado está, completamente comprometido, el documental subjetivo, que es hecho por un
hombre que quiere usarlo para decir algo de él mismo (en Edmonds 1974: 13-16).
Entonces, encontramos que hacemos clara la mirada para que el artesano distorsione
la “actualidad” y que, cuando la distorsión está “bien” archivada, nos sentimos
complacidos y decimos que el realizador es un buen artesano. Así, hemos tirado la
objetividad por la ventana, o al menos hemos alejado la necesidad de objetividad tan
lejos como la actualidad estética sea concebida (Barsam: 46).
173
La objetividad requiere exactitud en la descripción, no perspicacia interpretativa. El
periodista que informa de los hechos, y sólo de los hechos, no puede cargar con la
responsabilidad si más adelante se prueba que esos hechos estaban manufacturados
(Ibid: 243).
De hecho, para Niney existe un punto de vista sino El punto de vista, que no es
otra cosa que la intención propagandística, característica fundamental del
documental: “la propaganda no dice solamente “quienes no están conmigo,
están en contra mía”, sino: “están contra la fuerza de las cosas” (Ibid: 114)
Es como dice Miquel Frances: “un documental tiene una intención muy clara
que es de imponer su punto de vista y que como consecuencia se logre la
manipulación de la opinión pública”.
174
severa que puede llegar el momento en el que la película ya no se parezca a la
realidad en la que fue percibida.
Es por ello que una idea que debe ser desechada en la construcción de un
documental es la de objetividad, un documental no es objetivo sino todo lo
contrario, es subjetivo, es el punto de vista del realizador el que prevalece, no
los hechos, no las situaciones ni los personajes.
Por lo tanto, no se debe perder nunca de vista que una de las finales que tiene
un documental es mostrar el punto de vista del autor, aunque en ocasiones
este autor trabaje bajo ideas preconcebidas a partir de una visión hecha por
encargo y por lo mismo, la visión ya no pertenecerá completamente al autor
sino a quien le ha pagado para realizar dicho trabajo.
175
de los documentales ya que existe un verdadero interés porque el mensaje
propuesto llegue de la manera más clara, transparente al receptor final que es
el espectador. Para lograrlo el realizador expone la problemática de la manera
más sencilla
“Por eso no debe extrañarnos que normalmente la tendencia sea identificar el punto de
vista de un film…con la expresión del juicio u opinión que el discurso formula sobre el
conjunto de personajes, elementos y situaciones que componen el discurso de la obra,
y que son manipuladas, como pretexto, a través de una organización, de una
disposición de materiales, con la finalidad, más o menos consciente, de llegar a
transmitir unas posiciones que, de esta manera, son dadas a la lectura del espectador
potencial” (Carmona, 1991: 194).
Por supuesto en el caso del documental, la decisión va más allá de todas estas
cuestiones elementales y alcanza el enfoque y el rumbo que tome la historia
que se está mostrando en la realización. El punto de vista es un elemento
estructural fundamental en la construcción de un documental. Para así
demostrarlo el director utilizará desde el lenguaje visual hasta el lenguaje
hablado donde llega a recurrir a métodos específicos como la retórica para
tratar de convencer al espectador de lo acertado que es su punto de vista
respecto al problema presentado.
Todo esto lo hará por medio de una argumentación ordenada donde justificará
dicha visión del mundo y donde se explican las razones personales e incluso se
debilitarán las argumentaciones contrarias a dicho punto de vista. En el
documental se presentan opiniones pero sólo prevalece un punto de vista.
Al final, el punto de vista, no muestra otra cosa que una posición y difusión de
ideología personal que es la que se muestra en el trabajo documental. Llorenc
Soler afirma: “La autoría… el modo de pensar y la ideología del documentalista
es imposible que no quede reflejada en su obra” (Soler en Frances: 2000).
Por lo tanto, debe quedar claro, como de alguna manera lo menciona Michael
Rabiger, el documental muestra no a la realidad tal cual, sino que se trata de
una realidad percibida a través de un determinado punto de vista, el del
realizador y que será quien se encargue de darle un grado de verosimilitud
para convencer a quien presencie dicho mensaje. Según Rabiger, El
documental refleja la riqueza y la ambigüedad de la vida, y esto le lleva más
allá de la observación objetiva” (2009: 13)
176
5.17.1.1. El narrador.
Por supuesto, que la voz del narrador es la voz imperante, la que domina,
evalúa, reconsidera, reflexiona, califica, convence y regula la participación del
resto de los “actores” documentales. Al final no se trata más que de la voz
ideológica y el punto de vista subjetivo del documentalista o del grupo social al
que representa.
Sobre esta forma de “narrar” (pié de página: Entiéndase que conceptos como narrador,
narrar, en este caso, se refieren únicamente a un elemento auxiliar de la narración estructrual
del documental, donde el verdadero narrador es el realizador de la película ) un documental,
Barsam señala las siguientes posibilidades:
5.17.1.1.1. Ideología.
Es una realidad que el documentalista, como cualquier otro artista y por ende,
cualquier otro cineasta carga con una formación que va alimentando lo que se
conoce como ideología. La ideología es el “conjunto de ideas que caracterizan
a una persona, grupo, época o movimiento cultural, religioso o político”
177
(Larousse ilustrado). Es decir, el punto de vista del cineasta se ve influido
directamente por la ideología que posee, ya sea individual o colectiva.
A nivel local, entre los pocos teóricos nacionales que han trabajado el
fenómeno del cine documental, un lugar destacado lo tiene el profesor José
Rovirosa quien sostenía que en el cine documental todos los elementos
formales que estructuran su lenguaje siempre llevan implícita la posición
ideológica del realizador…en una película que dramatiza la realidad es
imposible ocultar la visión del mundo del realizador.
La ideología es una visión del mundo, o sea una construcción intelectual que explica y
justifica un orden social existente, […] es el conjunto de aspiraciones, sentimientos e
ideas que reúne a los miembros de un grupo y los opone a otros grupos; las visiones
del mundo se manifiestan a través de ciertas formas que constituyen su expresión
coherente y adecuada –y al mismo tiempo individual y social. En el plano de la
conducta (por ejemplo un partido político), del concepto (un sistema filosófico) o de la
imaginación (una obra literaria)…
El documental representa los puntos de vista de individuos, grupos o entes que van
desde un realizador solitario…hasta el gobierno de un Estado. El documental también
expone una representación, o una defensa, o una argumentación, acerca del mundo
explícita o implícitamente (Nichols: 154)
178
una proposición acerca de cómo es el mundo –qué existe dentro de él, cuál es
nuestra relación con estas cosas, qué alternativas puede haber- que pide
nuestro consentimiento.
Adquirimos una mejor preparación a través del conocimiento que nos ofrece la
argumentación del texto y a través de la subjetividad que transmite su retórica
para adoptar una posición específica dentro del ruedo de la ideología (188-189)
Los buenos documentales son aquellos cuyo tema principal está “correcto” y con
aquellos cuyo punto de vista del espectador agrada al espectador. Lo que está
involucrado puede ser una cuestión de honestidad, pero es seguido también una
cuestión de adherencia (ideológica), de ahí de legitimación (1993: 96).
179
5.17.1.1.2. Estilo.
Podría decirse que el uso de un narrador, sería uno de los primeros elementos
que mostraría el estilo de un realizador cuando se elabora un documental. Un
documental no es más que el reflejo de quien lo ejecuta, es su forma de actuar,
su forma de hacer y por supuesto, su forma de pensar. Cada película que
realiza lleva su marca personal.
Sin duda alguna, y tal vez con excepción del llamado cine experimental de
vanguardia, el cine documental es el más experimental de los géneros
cinematográficos del cine de no ficción.
180
documental pierde su valor; sin experimentación el documental deja de existir
(en Niney, 2002: 117).
5.19. Representación.
181
hace pensar en la realidad, por oposición al cine de ficción, que es falso”
(Niney: 187) “. Aunque en realidad, este recurso ha existido en el documental
desde sus mismos orígenes. Niney recuerda que
“Es Flaherty, con Nanook el esquimal, quien inaugura el género del documental
actuado;…Así, de la simple organización de la caza de la morsa…y el suspenso
animalesco creado por medio del montaje en Historia de Lousiana (1947), se dibuja
una línea continua (pero graduada) que va del documental al cine de ficción, una
mezcla variable de tomas en vivo y de puesta en escena. ¿Dónde termina el
documental, dónde comienza el cine de ficción?
Este recurso ha sido utilizado desde los mismos orígenes del documental,
como es el caso más representativo en el Nanook de Flaherty, que por otra
parte, al mismo tiempo muestra, precisamente su principal objeción. La dudosa
credibilidad del recurso, pues al ser utilizado, el realizador puede intentar
engañar al espectador ofreciéndole como cierta, una imagen que no lo es.
182
5.20. Funciones del documental.
Sobre las funciones señaladas por Grierson, Richard M. Barsam, señalaba que
Grierson con estos principios había creado una forma de arte nueva donde la
materia prima era la realidad y donde las exigencias creativas al mismo tiempo
que eran diferentes a las del cine de ficción, eran más creativas en el momento
de llevarlas a la realización, siempre con un compromiso social, cívico y hasta
nacional.
183
tema fundamental y de interés general. Esto lleva a considerar otra función
importante del documental, que es la de influir y/o provocar el cambio social.
los documentales sí tienen este propósito y los cineastas que lo trabajan desean usar
el cine para fines que vayan más allá del entretenimiento o la educación. El realizador
desea persuadir, influir y cambiar a su público. El propósito puede ser inmediato (1973:
93)
Renov precisa que estas cuatro funciones operan como modalidades de deseo,
impulsos que avivan el discurso documental (1993: 22). De esta manera Renov
señala a la primera de estas funciones, grabar, revelar, preservar, como la más
elemental de todas, ya que está basada en el proceso práctico de la cámara de
cine y las consecuencias del resto de los procesos cinematográficos, pues toda
filmación es un documento, un testimonio que muestra y que puede ser
conservado para una posterior utilización.
La última de las funciones señaladas por Renov, expresar, tiene que ver con la
función estética, función que dice, ha sido subvaluada en el género (opinión
que no es compartida en este texto). Tiene que ver en el cómo se difunden los
contenidos en el documental y que si bien, lo más importante es transmitir lo
más claramente un mensaje, debe procurarse, al mismo tiempo, que esto se
haga de la manera más placentera posible.
Por otra parte, Bill Nichols expresa otras funciones del documental. Para él el
documental debe ser una experiencia compartida del mundo histórico y a lo
largo de su texto, precisa varios puntos:
184
- El documental es una parte esencial de las formaciones discursivas, los
juegos sintácticos y las estratagemas retóricas a través de los que placer
y poder, ideologías y utopías, sujetos y subjetividades reciben
representación tangible (Ibid: 39)
- El documental tiene la responsabilidad de describir e interpretar al
mundo de la experiencia colectiva (Ibid: 40)
- Una de las expectativas fundamentales del documental es que los
sonidos y las imágenes tienen una relación indicativa con el mundo
histórico (ibid: 58)
- El documental suele dirigir nuestra atención hacia un tema, concepto o
problema que está en el centro de la argumentación de la película.
- El documental también nos invita a considerar lo específico como una
ejemplificación de algo más general, de una forma de ser del mundo en
un esquema más amplio.
Nichols señala que el documental también puede crear una tendencia hacia un
placer del conocimiento en lo que denomina epistefilia, lo que al mismo tiempo
se convierte en una forma de compromiso social y no tanto hacia el placer
visual. Por supuesto que esta disposición está basada en los aportes de John
Grierson quien exhortaba hacia la creación de una ciudadanía informada. Para
Nichols el documental se basa en gran medida en su estatus probatorio, sus
capacidades de representación y sus estrategias argumentativas (ibid: 257).
Para Francois Niney, las funciones del documental son bastante prácticas y
conocidas como la de convertirse en una forma de manipulación de la realidad:
“El documental hace de un esquimal un familiar, del vecino un ser burlesco.
Puede hacer cercano lo lejano, exótico lo doméstico, romántico lo cotidiano”
(2002: 49). No obstante, Niney no pierde de vista las funciones básicas que
pueden resumirse en que “-…la película es un instrumento único de educación
y de persuasión de las masas, de propagación de los ideales y por lo mismo de
dirigismo político (Ibid: 113)
185
sobre el mundo circundante cuando una mirada inteligente y curiosa se halla
tras la cámara. (Ibid: 199).
La inquietud y el interés por la calidad de vida y la justicia entre los hombres lleva al
documental más allá de los meros hechos, a una dimensión moral y ética por cuanto es
un examen de la organización de la vida humana y constituye un acicate para la
conciencia. (Rabiger: 2009: 13).
186
documental al ser el género más sólido. Entre los muchos aportes importantes
que hace Barsam, destaca el hecho de “bautizar” a las etapas de evolución del
documental en tradiciones para diferenciarlas de las corrientes del cine de
ficción. Las tradiciones (como ocurre con las corrientes) son representativas de
varios cineastas, incluso de diferentes países, que conservan varias
características comunes.
Por otra parte, el trabajo de Flaherty con dichas características, no era el único
pues fue repetido, con ciertas características particulares en otros lugares
como en la naciente Unión Soviética en trabajos de cineastas como
Dovchenko, específicamente, que se encargaba de reflejar el triunfo del
hombre trabajador socialista en las grandes llanuras del país.
Pero el documental realista, con sus calles y ciudades, sus barrios y mercados, casas
de cambio y fábricas, implica realizar la tarea poética donde ningún poeta lo ha
intentado antes y donde no se encuentran con facilidad los fines suficientes para los
propósitos del arte. Realizar este tipo de trabajo requiere no sólo buen gusto, sino
inspiración. Es decir, se precisa, de hecho, de un esfuerzo laborioso, de una visión
profunda, de una simpatía muy grande (Barsam: 74)
187
Los principios documentales de Grierson son fundamentales: él creía que el
documental era una forma nueva y vital en la que se observaba, seleccionaba y
se mostraba el mundo real; que el realizador de documentales tenía un grado
más imaginativo de interpretación sobre su material que la que tenía un
realizador de cine de ficción y; que los materiales eran más reales que los
actuados.
Entre las acciones más importantes llevadas a cabo por Robert Grierson fue la
creación del Empire Marketing Bord Film Unit en 1928 con el fin de organizar la
producción documental de manera institucional.
Paul Rotha fue otro cineasta que es fundamental en el desarrollo del cine
documental social inglés. A él se deben importantes avances en el género a
partir de la práctica periodística como el uso de la entrevista, la opinión editorial
y la utilización de material periodístico en la reinterpretación documental.
Otro país que también fue un fuerte impulsor del documental de esta tradición
fue Alemania, que en los años 30’s, consideraba al cine un medio ideal de
propaganda política, aunque a diferencia del cine soviético, dedicado más a
reflejar la importancia de la clase trabajadora, el cine alemán hacía énfasis en
un fervor emocional-nacionalista que otorgaba un poder total al Estado.
Una tercera vertiente del documental político y tal vez como respuesta precisa
al cine nazi, fue la que desarrolló el cineasta holandés Joris Ivens, quien hizo
mucho énfasis en un punto de vista abiertamente político, a tal grado que la
política eventualmente intentaba convertirse en una forma de arte.
Curiosamente, la mayor parte del documental político de Ivens no fue
desarrollado en los Países Bajos, su país natal, sino en el extranjero, como en
España, donde fue protagonista en la Guerra Civil Española, siempre al lado
del ejército republicano contrario al fascismo.
188
antropológico. Es obvio que en este panorama se cubren los principales
aspectos planteados por el género desde una época muy temprana en su
evolución.
Sin embargo Barsam continúa su repaso histórico y señala que en los años
50’s surgen otros movimientos que marcan cambios importantes en el género,
aunque en esa ocasión no se trata de características estructurales, que era lo
que marcaba a las tradiciones sino más bien de cambios y avances
tecnológicos. No obstante esta notable diferencia Barsam no deja de
mencionarlas debido a que en dichos cines se reúnen características que
marcaron de manera colectiva el quehacer cinematográfico del documental.
Ha sido llamado “romántico” ya que Flaherty no estaba filmando una forma de vida
común sino una filtrada a través de los recuerdos de Nanook y su pueblo. Sin duda, el
film refleja la imagen de su vida tradicional (45).
189
los principales temas que han sido discutidos en este trabajo y que claramente
se han marcado las diferencias. Barnouw afirma, de manera muy discutible.
que
5.21.3. La modalidades.
Una clasificación de los géneros del documental más reciente es la que elaboró
el teórico Bill Nichols en su libro La representación de la realidad, de 1997.
Nichols hace una clasificación en lo que denomina modalidades, donde, según
sus propias palabras, se “identifican las principales divisiones históricas y
formales dentro de la base institucional y discursiva de forma que
complementan los estudios de estilo pero basándolos al mismo tiempo en
prácticas materiales” (1997: 53-54).
190
En los documentales expositivos la lógica del argumento tiene mayor importancia
que la continuidad espacial y temporal de unos planos a otros. (Ibid: 53-54)
191
tradicionales, desde el cine experimental constructivista de Vertov hasta el cine
cercano al cine ensayo de Raúl Ruiz
El documental reflexivo (Dziga Vertov, Raúl ruiz) surgió de un deseo de hacer que las
propias convenciones de la representación fueran más evidentes y de poner a prueba
la impresión de realidad que las otras tres modalidades transmitían normalmente sin
problema alguno (1997: 66).
192
En el mismo sentido de la aplicación de la objetividad se podría hacer una
mención crítica más a la modalidad expositiva de Nichols es que éste ubica en
el mismo grupo a las noticias del mundo, la investigación del funcionamiento
del átomo o del universo.
Finalmente, el espectador por lo general esperará que el texto expositivo tome forma
en torno a la solución de un problema o enigma: presentando las noticias del día,
investigando el funcionamiento del átomo o del universo…el documental expositivo se
erige a menudo sobre una sensación de implicación dramática en torno a la necesidad
de una solución (Ibid: 72).
En este sentido, queda la duda de si estas temáticas que Nichols cita pueden
ser equiparables en su interés e importancia. Sin duda, resulta muy difícil
comparar las noticias del día con la investigación del átomo o el universo, sobre
todo cuando el punto en común es la “necesidad de una solución”. Si se asume
la objetividad de una noticia, sería complicado plantearle una solución a un
hecho consumado, como lo es buscar una solución a la inmensidad del
universo.
Una vez más, parece ser que Nichols se aleja de la estructura que un
documental necesita para ser reconocido como tal y más bien parece que la
noticia (obviamente) queda entre los lineamientos del periodismo mientras que
las investigaciones sobre el átomo y el universo, estarían más dentro del
campo del cine científico.
193
distinguen a un hablante nativo de otro. Si se puede obtener algo de una forma efectiva
de aprendizaje, el cine de observación ofrece un foro vital para una experiencia
semejante (Ibid: 76)
Los textos reflexivos son conscientes de sí mismos no sólo en lo que respecta a forma
y estilo, como ocurre con los poéticos, sino también en lo tocante a estrategia,
estructura, convenciones, expectativas y efectos (Ibid: 93).
194
siempre predominando la demostración de un profundo conocimiento del tema
tratado.
Las expectativas del espectador son muy diferentes para las películas interactivas y
para las de observación. Las películas expositivas y de observación, a diferencia de las
interactivas o reflexivas, tienden a ocultar el trabajo de producción, los efectos del
aparato cinematográfico en sí y el proceso tangible de enunciación, la verbalización de
algo distinto de lo que se dice… (Ibid: 92).
Sin duda, las modalidades de Bill Nichols son interesantes pero en realidad
aportan poco a clasificaciones más conocidas y por lo tanto, más claras. A esto
se le puede agregar que, sin duda, de trata de categorías de análisis (lo que no
es para nada un problema) pero proponen poco en cuanto a las ideas que un
realizador inexperto podría tomar de ellas. Esto se demuestra al darle un peso
específico a la participación del espectador en un proceso que más bien
debería de ser de creación.
195
documental ya que se refieren más que al contenido de la obra, a la manera en
que ha sido abordada una problemática y al mismo tiempo el efecto y
respuesta esperada de parte de el espectador ante dicho material presentado.
Una clasificación muy abierta pero también muy superficial, sin puntualización
alguna sobre estructura, con muchas temáticas en la que se mezclan varios los
tipos de documental, pero no sólo esos sino también algunos géneros se ha
señalado que más bien son géneros del cine de no ficción.
Frances también hace mención al autor Jaime Barroso quien propone una
división temática a la hora de clasificar los documentales en educativos,
informativos, estéticos, experimentales, sociales, de arte, científicos y de
investigación y culturales. Se trata de una clasificación muy semejante a la
anterior con las mismas deficiencias señaladas. Tal vez la mayor aportación
que distingue a Barroso es que al mismo tiempo habla de abordar todas estas
categorías con tres intenciones: la estética, la informativa y la científica
(Barroso, 1995: 506). Para Frances, la propuesta de Barroso tiene más en
cuenta los contenidos del tratamiento argumental y de realización que se le
quiera dar a la estructura narrativa (p.103-104), cuestión que
irremediablemente estará unida a los géneros que él mismo propone.
196
y para diferenciarlos entre sí, considera el elemento narrativo como la clave
para lograr un tratamiento diferente. Los géneros planteados por Rabiger son:
- La película histórica.
Desde el momento en que todo film reproduce aquello que ya pasó, todas las películas
son históricas. Por lo tanto, el cine es intrínsecamente un excelente medio para
resucitar el pasado. El documental histórico…Su objetivo puede ser un personaje o un
determinado asunto inspirado por la pasión o por un sentimiento latente de injusticia
(254)
Entre las diferencias que cabe destacar, se puede señalar el hecho de que
entre las propuestas existe una visión que irremediablemente distingue entre
los autores puramente teóricos y los que reflejan una experiencia basada en el
proceso de producción. Basándose en estas conclusiones parciales no queda
más que intentar hacer una propuesta específica basada, por principio, en los
mismos lineamientos del resto de los autores aunque en este caso se intenta
no expandir demasiado el panorama para no perderse en el número de
clasificaciones y por el contrario intentar una clasificación más específica y
centrada en áreas de interés específico en lo que se denominará tendencias
del documental.
197
El documental nació con un género específico, el social. Todo documental trata
acerca de la sociedad y sus problemáticas en cualquiera de sus niveles.
Sin embargo, podría señalarse que existen temas, que por su contenido
específico pudieran considerarse más “sociales que otros” y otros temas,
aunque sociales, tienen características particulares que los ponen en otra
dimensión, en otro nivel.
Para varios autores, entre ellos Williard van Dyke y Michael Renov, con
palabras más o menos parecidas, la tendencia social del documental tiene sus
bases en gente real hablando a gente real sobre problemas reales del mundo
real. Bajo este principio, intentando darle un carácter práctico, las temáticas
principales de esta tendencia estarán fincadas en problemas muy cercanos a la
sociedad y que la afecten directamente. Temas a tratar serán la economía, la
religión, la policía, la represión, la discriminación, etc. Siempre temas que
despierten el sentido de afectación a la comunidad, pero también la posibilidad
de encontrar una solución.
198
puntual y que por lo tanto, se busca sean conocidas, respetadas, conservadas,
etc. puesto que, debido, precisamente a dicha situación, es necesario dar a
conocer su problemática para que se transforme de un problema local a un
problema social de mayores proporciones.
En este aspecto, vale la pena mencionar la gran similitud que existe entre el
documental antropológico y el cine etnográfico. Éste último, ya se ha
mencionado con anterioridad, guarda también una importante relación con el
cine científico, dado el deseo de preservar intacta una determinada cultura o
sociedad.
Como siempre ocurre con temas tan delicados, existen diversos puntos de
vista. Por ejemplo para Michael Renov, precisa que el film antropológico está a
medio camino entre el cine etnográfico y el cine científico, tanto por el tipo de
acercamiento del primero como por el rigor académico del segundo.
Quizás, una vez más, nos encontramos ante el hecho que ya se revisó en el
caso del cine científico. El cine etnográfico está hecho por antropólogos a
quienes los interesa más la evidencia irrefutable del hecho científico, mientras
que para lograr un documental antropológico es necesaria la experiencia
cinematográfica que sólo tiene un realizador con un grado de conocimiento
suficiente de construir un film de carácter documental.
199
Uno de los argumentos familiares dados por los antropólogos para validar el uso
instrumental recomendado del film y de la gente es deshacerse todo el trabajo de
cineastas que “no son antropólogos profesionales” o “etnógrafos amateurs” bajo el
pretexto que ellos no son “antropólogos informados”, ya que ellos no tienen
“significancia teórica desde un punto de vista antropológico”.
Se puede comenzar a conversar sobre esta tendencia con una cita del cineasta
Jean Luc Godard: “Hay cine sobre política y hay cine político (2008: 55). Es
precisamente en ese punto donde entra el documental. Hacer política es una
de las tendencias fundamentales del documental, tendencia que persigue fines
específicos de orientación, educación y convencimiento, específicamente
políticos.
John Grierson, señalaba que además de las funciones política y educativa que
cumple el documental está la de hacer política porque es el punto de vista de
una persona sobre determinados temas;
Grierson, incluso señalaba que en sobre ese punto, todavía se podía ir más allá
y llegar a hacer propaganda sobre lo que se consideraba “lo correcto”. La
propaganda, como forma superior de la política, busca acrecentar la
comprensión a la vez que justificar el cambio de ideas.
Contemporáneas a las ideas de Grierson, están las del cineasta holandés Joris
Ivens para quien cine y política simplemente no pueden ser separados y el
cineasta es un participante directo de los hechos más importantes en todo el
200
mundo. Por supuesto que por lo mismo, el cineasta ve el mundo con un
determinado punto de vista y registra una opinión.
Dado que una de las prerrogativas del documental es trabajar con temas
ocurridos o personajes del pasado, presente o futuro, esta tendencia se
especializa específicamente en temáticas, personajes, situaciones, lugares del
pasado para reelaborar o reforzar un determinado punto de vista adaptándolo a
un momento más actual.
201
testifican. Se expresa entonces una idea que, por supuesto, sólo existe debido a esta
relación (1973: 432)
Por otra parte, Erick Barnouw, aunque en su punto de vista minimiza esta
tendencia, señalando que se trata más bien de un subgénero del documental,
nunca niega su importancia:
Así un investigador de los 70’s u 80’s explorando un archivo amplio puede producir
material que arroje nueva luz a hechos del pasado, -hechos que han sido pobremente
entendidos- o totalmente malinterpretados- por el público de su tiempo (1974: 318)
Esta tendencia ya era utilizada por los primeros creadores del documental. Por
ejemplo, el cineasta Joris Ivens hablaba de la importancia de hablaba de las
imágenes de archivo señalando que: “[:::] se pueden usar las mismas tomas de
un noticiero en un documental pero persiguiendo fines distintos. Los noticieros
conforman un archivo gigantesco de datos reales que habrán de usar más
tarde los documentales (Kleimier: 144).
202
…es decir, durante el proceso en que el documentalista convierte esos pasajes
de historias de lo inmediato que fueron en tanto noticieros fílmicos, en testimonios
históricos, al ser situados en un contexto determinado y al sujetarlos a un proceso de
interpretación (mismo autor anterior: (Ibid: 144-145)
Otro autor que reconoce la importancia del género es Francois Niney, quien
agrega a lo ya dicho que las fuentes originales para la elaboración de este tipo
de trabajo no se limitan a noticias del pasado sino que pueden proceder de
cualquier otra fuente, como películas industriales, médicas, militares,
educativas, películas de familia, de aficionados e incluso, películas de ficción17.
Por lo mismo, es necesario aclarar, una vez más, que no son las imágenes, por
impactantes o excepcionales que sean, las que construyen la narración
documental sino la estructura lograda a través de un armado con esa
determinada intención.
Para terminar con este apartado sobre las tendencias consideradas para ser
tratadas dentro de la temática documental, por lo que cabe mencionar que
todas observan y respetan las características fundamentales del documental y
que las diferencias sólo enfatizan algunas prioridades a nivel temático que la
determinada tendencia tiene interés en destacar.
17
Se trata de un recurso ampliamente utilizado por el cineasta Michel Moore en sus películas.
203
El falso documental o como los autores españoles lo denominan, mofumental
(derivación de la palabra inglesa mockumentary) es un género relativamente
nuevo en el proceso de producción de documentales. Algunos otros autores,
como Torreiro y Cerdán lo han llamado “documental de ficción”.
Sin lugar a dudas, la primera pregunta que surge ante este género es si se
trata de un documental o no. Por supuesto que la duda surge a partir del
reconocimiento de una de las características básicas del documental: el cine
documental está hecho a partir de hechos, situaciones y personajes reales, y
una de las principales características del falso documental es que ni los
hechos, ni las situaciones ni los personajes son reales. Entonces, de primera
instancia se podría afirmar que el falso documental no es un documental.
Para poder llegar a una conclusión definitiva se hace necesario hacer una
revisión de las diferentes opiniones de algunos de los especialistas que hemos
consultado a lo largo de este trabajo.
Pero sobre todo, nos ponen frente a frente ante la crisis de los géneros de la verdad: de
hecho, creemos que, hoy día, debemos enmarcar toda investigación de los falsos
documentales en un proyecto más amplio que consista en el estudio de la presencia
sistemática e hiperconsciente de la mentira en los medios de comunicación (2005: 85-
86).
Esto último, sin duda, es cierto, pues la verdad, como tal, queda totalmente
expuesta, aunque cabe señalar que una afirmación repetida en varias
204
ocasiones en este texto otorga al cine, la capacidad de manipulación, y no sólo
en el cine de ficción sino en todos los géneros cinematográficos.
En realidad, lo que el falso documental toma del cine de ficción, más que su
forma son sus mecanismos de hacer verosímil lo no verdadero, convertir a
actores en “personajes reales”, y lo mismo con lugares y situaciones para que
lo que finalmente se muestre sea asimilado como completamente real y
posibles cuestionamientos.
205
Si alguna observación puede hacerse al falso documental es probablemente su
carácter paródico, aunque debe señalarse que tal característica solamente se
observaría en su tema, no en la forma, pues es, como se ha dicho, en la forma
donde se encuentra su fuerza principal la legitimación del tema, por más falso o
irreal que éste sea.
5.24. El docudrama.
De esta manera, con este género se cierra el gran círculo que se inicia en el
cine de ficción y concluye con la mezcla de géneros que lo une con ese
complejo concepto que es el de cine de no ficción.
206
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
207
Tosi, Virgilio. (1993). El cine antes de Lumière. México. D.F. UNAM.
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