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Definición de Valor

El valor es una cualidad que le otorga a las cosas, hechos o personas una estimación ética o estética
según corresponderá en cada caso y que podrá ser positiva o negativa.

Al ser una cuestión sumamente importante y ampliamente estudiada dentro del campo de la
filosofía es que dentro de esta existe una rama que se ocupa únicamente de su caso y estudio: la
axiología. Básicamente esta se ocupará de la naturaleza y la esencia del valor en cuestión.

Respecto entonces a su naturaleza, las corrientes filosóficas del Idealismo y el Materialismo


proponen dos cuestiones bien contrapuestas entre sí. Dentro del Idealismo hay dos posturas, por
un lado el Idealismo Objetivo cree que el valor se encuentra fuera de las personas o cosas, en tanto,
para el Idealismo Subjetivo el valor lo podremos encontrar en la conciencia de las personas.

Y por su lado, el Materialismo, considera que la naturaleza del valor reside y dependerá de la
capacidad que tenga cada ser humano para valorar al mundo de manera objetiva.

Por otro lado, los valores también son utilizados para darnos una acabada idea de las características
morales que ostentan las personas. Entre los valores más destacados y que la mayoría de las
personas buscan alcanzar a modo de meta personal, podemos citar la responsabilidad, humildad,
solidaridad y piedad.

Los valores, además, para la sociedad o comunidad en la cual cada ser humano se desarrolla, vive y
convive con el resto, suelen ser utilizados para impartir enseñanzas respecto de cuáles serían las
acciones o actitudes a seguir y cuales a dejar de lado porque dañan la feliz convivencia dentro de
una sociedad o porque son ampliamente dañinas para el desarrollo de nuestro prójimo.

En la casa o en la escuela, muchas veces, los valores se ponen como ejemplos de las relaciones
sociales para que los chicos aprendan a actuar siempre con respeto hacia el otro. Seguramente,
cuando alguien obre consecuentemente con alguno de los valores que citamos más arriba, se dirá
que esa persona tiene valores. Por esta cuestión de la convención social acerca de los mismos se
dice que los valores son también creencias de suma importancia, que una cultura comparte luego
que hayan surgido como consecuencia de la convención social.

De esto surgirá la famosa escala de valores que impera en cada sociedad, la cual propondrá los
valores yendo de lo más positivo a lo más negativo.
Definición de Virtud

Del latín virtus, el concepto de virtud hace referencia a una cualidad positiva que permite producir
ciertos efectos. Existen distintos usos del término vinculados a la fuerza, el valor, el poder de obrar,
la eficacia de una cosa o la integridad de ánimo.

Una virtud es una cualidad estable de la persona, ya sea natural o adquirida. Existen virtudes
intelectuales (vinculadas a la inteligencia) y virtudes morales (relacionadas con el bien).

La virtud intelectual está formada por la capacidad de aprendizaje, el diálogo y la reflexión en la


búsqueda del conocimiento verdadero; dentro de sus límites, es posible distinguir entre la razón
teórica y la razón práctica.

La virtud moral, por su parte, es la acción o el comportamiento moral. Se trata del hábito que es
considerado como bueno y conforme a la ética. La justicia (dar al prójimo lo que le es debido), la
fortaleza (capacidad de resistirse ante las tentaciones), la prudencia (actuar conforme a un juicio
recto) y la templanza (moderar la atracción de los placeres) son las virtudes cardinales.

En el lenguaje cotidiano, virtud se utiliza para hacer referencia a las cualidades de cualquier persona:
“Ser paciente es una de mis virtudes”, “Franco Fagioli tiene muchas virtudes como cantante, entre
las que se encuentran su agilidad y su dotes interpretativos”.

Como virtud se denomina la cualidad humana de quien se caracteriza por obrar bien y
correctamente. Como tal, es una cualidad moral considerada buena. Asimismo, puede referirse a la
eficacia de ciertas cosas para producir determinados efectos.

La palabra virtud, como tal, proviene del latín virtus, virtūtis, y se deriva del vocablo latín vir, que
significa ‘varón’, ‘hombre’, pues se refiere a la cualidad del valor, asociada a lo masculino en el
pensamiento antiguo.

En este sentido, la virtud puede designar la fuerza, el vigor o el valor que una persona presenta ante
determinadas situaciones: “A pesar de lo que le ha pasado, Magdalena ha demostrado la virtud de
seguir siempre adelante”. De allí que también pueda hablarse de virtud para referirse a la entereza
de carácter de alguien.
Definición de Libertad

La libertad es un concepto abstracto de difícil definición; en principio, está vinculada a la facultad


que posee todo ser vivo para llevar a cabo una acción de acuerdo a su propia voluntad.

A partir del siglo XVIII, la libertad comenzó a unirse a otras facultades o virtudes, como la justicia y
la igualdad. Este cambio social fue acompañado por el desarrollo de nuevas formas de organización
de la sociedad y el surgimiento de regímenes políticos hasta entonces inéditos.

Un ser libre no está atado a la voluntad de otros de forma coercitiva. La libertad garantiza el respeto
por la voluntad individual e implica que cada uno debe hacerse responsable de sus actos. Se conoce
como libertinaje a la libertad absoluta, lo cual lleva inevitablemente al descontrol social.

Por ejemplo: una persona puede hacer uso de su libertad para crear un negocio y obtener, a través
de la actividad comercial, los recursos que le permitan subsistir. Esa libertad, sin embargo, está
limitada por la Ley, que le prohíbe vender productos que no cumplan una serie de requisitos y que
lo obliga a pagar impuestos. Estas imposiciones, sobra la aclaración, exceden la voluntad del sujeto;
sin embargo, dada la forma en la que los seres humanos organizamos nuestra vida, no atentan
contra su libertad.

Esto deja en evidencia una cuestión muy particular: no existe la libertad absoluta. Al respecto,
existen diversas posturas, pero ninguna que asegure la posibilidad de mantener vigentes nuestros
principios morales y éticos al mismo tiempo que rompamos con nuestras barreras invisibles y
actuemos con total soltura a cada paso. En esos códigos, inventados por nuestra especie, reside la
razón (por muchos irrefutable) de los límites de la libertad.

Libertad Tomemos como ejemplo tres prohibiciones que la mayoría de las personas creemos
entender, que aceptamos como justas y razonables: no podemos tomar lo que es de otros; no
podemos mantener relaciones sexuales con nuestros padres o hermanos; no podemos matar a otro
ser humano. El robo y el asesinato son delitos penados por las leyes de cada país, y el incesto puede
ser visto de diferentes maneras, pero la moral a la que respondemos en nuestra cultura nos dice
que se trata de algo repugnante y antinatural, algo que jamás haríamos.

No gozamos de libertad absoluta porque preferimos la comodidad que nos proporciona que alguien
nos organice la vida y nos proteja. Si un lobo intenta arrebatarle un trozo de carne a su líder, éste le
recordará por qué ocupa ese puesto en la manada; en cambio, los seres humanos confiamos este
tipo de situaciones a un sistema de justicia, el mismo que criticamos negativamente cuando no lo
necesitamos.

Intentando contrastar esta idea de los límites de la libertad, se puede pensar que ésta no incluye
aquellas cuestiones mencionadas anteriormente, dado que no acepta en su definición ningún acto
que perjudique a otro ser vivo o que atraviese los muros de la moral que cada nación ha levantado
durante siglos. Es importante recordar que la libertad no es un concepto que compartamos con el
resto de las especies del planeta, sino que se trata de un invento nuestro y, si así lo deseamos,
podemos asegurar que todos somos absolutamente libres.
Definición de Justicia
Qué es justo y qué no? Difícil saberlo y definirlo. La justicia depende de los valores de una sociedad
y de las creencias individuales de cada persona.

El concepto tiene su origen en el término latino iustitĭa y permite denominar a la virtud cardinal que
supone la inclinación a otorgar a cada uno aquello que le pertenece o lo concierne. Puede
entenderse a la justicia como lo que debe hacerse de acuerdo a lo razonable, lo equitativo o lo
indicado por el derecho.

Por ejemplo: “Quiero que haya justicia y que los culpables sean condenados”, “¡No hay justicia en
el mundo! Trabajo diez horas por día y apenas me alcanza para comprar comida”, “Ninguna sociedad
puede alcanzar la paz si no tiene justicia”.

Por otra parte, la justicia hace referencia al Poder Judicial y a las sanciones o penas. De esta forma,
cuando la sociedad “pide justicia” frente a un crimen, lo que hace es pedir al Estado que garantice
que el crimen sea juzgado y castigado con la pena que se merece de acuerdo a la ley vigente.

Partiendo de esta acepción podrían exponerse diversos ejemplos que sirven para entenderla mucho
mejor. Así se encuentran los siguientes: “El presidente de la Sala del Tribunal fue el encargado de
impartir justicia y de declarar culpable al detenido” o “Después de haber intentado solucionar el
conflicto mediante el diálogo y no lograr los resultados esperados, Miguel acudió a la justicia para
ponerle fin a los desagradables hechos que le enfrentaban con su vecino”.

En general, es posible afirmar que la justicia cuenta con un sustento cultural (de acuerdo al consenso
compartido a nivel social sobre qué es lo bueno y qué es lo malo) y una fundamentación formal (que
implica una determinada codificación en leyes escritas que son aplicadas por tribunales o jueces).

En este sentido hay que subrayar que de manera habitual la justicia se simboliza con la figura de una
mujer que porta en la mano una balanza equilibrada y que tiene sus ojos tapados con una venda.
De ahí que en muchas ocasiones se utilice de manera habitual la expresión “la justicia es ciega”.

Con esa frase lo que se intenta es dejar patente que la justicia no “mira” a quien debe juzgar para
actuar de manera arbitraria, sino todo lo contrario. Es decir, que actúa de manera equitativa y
siempre tratando por igual a todos los ciudadanos con independencia de su raza, sexo, condición
sexual, origen…Todos somos iguales ante la ley.

Unos principios que, sin embargo, no se han mantenido siempre a lo largo de la historia. Pues los
encargados de impartir justicia en determinadas épocas o acontecimientos se han quitado la venda
para actuar según les convenía y en función siempre de quien era la persona que tenían que juzgar.

Esto ha ocurrido de una manera especialmente significativa durante la etapa que estuvo
funcionando la Inquisición o durante el régimen de Hitler. En este último caso, los judíos fueron
despojados de todos sus derechos o libertades.
Definición de Equidad
Del latín aequĭtas, el término equidad hace referencia a la igualdad de ánimo. El concepto se utiliza
para mencionar nociones de justicia e igualdad social con valoración de la individualidad. La equidad
representa un equilibrio entre la justicia natural y la ley positiva.

La tendencia a juzgar con imparcialidad y haciendo uso de la razón también se conoce como
equidad. Esta disposición del ánimo se propone a otorgar a cada sujeto lo que se merece.

De la misma forma, también se hace uso del término equidad para referirse a lo que sería la
moderación tanto en lo que son las condiciones de los contratos de diversa tipología como en el
precio que tienen todas las cosas en el mercado.

La equidad debe alcanzarse en diversos ámbitos de la vida. En el aspecto económico o financiero,


se conoce como equidad a la distribución justa de la riqueza entre los miembros de una sociedad, a
la moderación en los precios y a la justicia en los términos de un contrato.

Por ejemplo: si una empresa se encuentra en una situación monopólica, tendrá la capacidad de fijar
los precios de sus productos o servicios a su antojo. El gobierno, por su parte, deberá establecer las
condiciones necesarias para que la actividad comercial se realice con equidad.

Es importante subrayar además que en el ámbito de la religión también es frecuente hacer


utilización del concepto que nos ocupa. En concreto, dentro del ámbito de la Iglesia Católica se
establece, en lo que sería su Derecho canónigo, el principio de equidad para referirse a lo que sería
la aplicación de una ley con el claro objetivo de que una persona pueda salvar su alma de manera
eterna.

La equidad de género, por otra parte, defiende la igualdad del hombre y la mujer en el uso y control
de los bienes y servicios de una sociedad. Esto supone que las mujeres deben recibir la misma
remuneración que los hombres por igual tarea. También implica que ambos sexos deben tener
poder para la toma de decisiones.

Si un hombre y una mujer se desempeñan en cargos ejecutivos dentro de una empresa, con
idénticas responsabilidad y horas de trabajo, ambos tendrán que ganar el mismo sueldo para que
exista la equidad de género.

En este sentido tendríamos que destacar también la existencia de la organización feminista Equidad
de Género, que aboga por la familia, la ciudadanía y el trabajo. En la década de los años 90 fue
cuando se puso en marcha aquella entidad que tiene como clara misión el conseguir la igualdad
entre hombres y mujeres en todos y cada uno de los ámbitos de la sociedad.

Además de todo ello no podemos olvidar tampoco la existencia de una entidad que se da en llamar
como el término que estamos analizando. Nos estamos refiriendo concretamente a la Fundación
Compañía Social Equidad que es una organización sin ánimo de lucro que tiene como objetivos
fundamentales no sólo el proteger nuestro entorno natural sino también el acometer todo tipo de
proyectos e iniciativas para lograr que todo el mundo pueda tener acceso a la tecnología, y
concretamente a Internet.
Definición de Pluralismo
El pluralismo es un concepto que tiene aplicaciones en diversos ámbitos y que está vinculado a la
pluralidad y convivencia de cosas muy distintas entre sí. Un sistema plural es aquél que acepta,
reconoce y tolera la existencia de diferentes posiciones o pensamientos.

En la esfera de la política, el pluralismo implica la participación de varios grupos sociales en la vida


democrática. Esto quiere decir que el pluralismo valora y hasta promueve que sectores con
diferentes ideologías formen parte de los procesos electorales o de la toma de decisiones de un
gobierno, por ejemplo.

La heterogeneidad social, cultural, ideológica, religiosa y étnica es protegida por el pluralismo. Un


gobierno pluralista, en este sentido, no ejerce la representación monopólica de un solo sector social,
sino que construye su poder a partir del diálogo y el debate. Se trata, por lo tanto, de ampliar la base
del poder.

En la filosofía, el pluralismo es una posición metafísica que considera que la totalidad del mundo
está compuesta por realidades independientes e interrelacionadas. Esta posición se diferencia del
monismo, que defiende que la realidad es una sola.

El pluralismo teológico es la noción que cree que todas las religiones son caminos útiles para llegar
a Dios. El cristianismo, el judaísmo y el resto de las religiones predominantes del mundo occidental
consideran que Dios es uno, aún cuando reciba diversos nombres y se lo venere de distintas formas.
Cada religión, de todas maneras, suele denominarse a sí misma como la forma válida de acercarse
a Dios.

PluralismoSi se aplicaran los principios del pluralismo a la ética, entonces sería correcto admitir que
en esa rama de la filosofía que trata acerca de la moral no se existe tan solo una visión válida sobre
una misma cuestión; en otras palabras, se podría considerar que la ética es una materia subjetiva y
que admite múltiples ideas y basamentos. De este modo, sería posible aceptar diversos puntos de
vista para analizar una misma conducta, entendiendo que todos ellos responderían a la ética.

El ejemplo más utilizado para entender la pluralidad ética tiene como protagonistas a los abogados
que deben defender causas o juicios contra personas acusadas de haber cometido violaciones,
secuestros, asesinatos o narcotráfico. En estos casos, algunos profesionales prefieren mantenerse
a un lado, dado que no desean formar parte de la liberación de un peligroso criminal, y solo aceptan
trabajar en dichas defensas cuando tienen un conocimiento cercano de los defendidos, cuando
pueden asegurar que se trata de individuos inocentes.

Por otro lado, existen quienes respetan una posición ética que sostiene que toda persona tiene
derecho a ser defendida, incluso el más temido de los criminales, y que son justamente los abogados
quienes tienen la obligación de asumir dicha defensa.De acuerdo a la sensibilidad de cada persona,
ciertas causas pueden parecer justas o injustas, tal como ocurre con la defensa propia. ¿Debe pagar
del mismo modo que un asesino quien ante un ataque reacciona apuñalando a su agresor? Al
observar la realidad social de algunos países, salta a la vista que la ética no es precisamente una
ciencia exacta; una rápida mirada de nuestro planeta nos muestra que mientras hay quienes
consideran que la homosexualidad es un crimen, otros dejan impunes a quienes torturan, humillan
y asesinan cruelmente a un toro frente a una multitud sedienta de sangre.
Definición de Tolerancia
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define la tolerancia como el respeto por los
pensamientos y las acciones de terceros cuando resultan opuestos o distintos a los propios.

El concepto se origina en el latín tolerare (“soportar”) y hace referencia al nivel de admisión o


aprobación frente a aquello que es contrario a nuestra moral. Se trata, en otras palabras, de la
actitud que adoptamos cuando nos encontramos con algo que resulta distinto a nuestros valores.

Supongamos que una persona es vegetariana: no ingiere carne porque cree que los animales tienen
derecho a vivir en paz y no deberían ser sacrificados para convertirse en alimento de los seres
humanos. Al encontrarse con un sujeto que come carne todos los días, el vegetariano resultará
tolerante si no condena la decisión del carnívoro, pese a que no la comporta.

Es importante tener en cuenta que la tolerancia no es sinónimo de indiferencia. Es decir, no


prestarle atención o, directamente, negar los valores que defiende el prójimo no es una actitud
tolerante. La tolerancia implica, en primer lugar, respeto, y en el mejor de los casos, entendimiento.

Hay que destacar que, pese a que la tolerancia invita a respetar y comprender los valores de los
otros, no supone aceptar aquellos que avasallan los derechos de los demás. Si un sujeto defiende
convencido la supremacía racial y busca el exterminio de quienes son diferentes, de ninguna manera
significa que haya que tolerar su postura.

El Proyecto Trevor es un movimiento norteamericano que lucha especialmente contra el suicidio de


jóvenes homosexuales y transexuales a causa de la discriminación y los ataques, producto de la
intolerancia. Fue fundado por el escritor James Lecesne, la directora Peggy Rajski y el productor
Randy Stone, creadores de un cortometraje titulado Trevor, ganador de un premio Oscar en el año
1994. La historia trata la vida de un adolescente que, luego de ser rechazado por sus amigos al salir
del armario, intenta quitarse la vida.

Los realizadores del corto entendieron que la trama representaba la realidad de muchas personas
y, al descubrir que no existía ninguna línea telefónica de apoyo, decidieron dedicar sus esfuerzos a
formar una organización que promoviera la aceptación de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales
y a los jóvenes en general, que atravesaran períodos difíciles de introspección. Su objetivo principal
es ayudar a superar las crisis y prevenir el suicidio.

Asimismo, el Proyecto Trevor ofrece asistencia online, a través de un chat. Cabe mencionar que fue
el primer servicio de este tipo en Estados Unidos y que ofrece a sus usuarios absoluta
confidencialidad. Además, estrellas internacionales tales como Daniel Radcliffe, actor de Harry
Potter, lo han apoyado públicamente. Lamentablemente, a pesar del esfuerzo de grupos como éste,
el índice de suicidio por abuso y rechazo crece día a día.

Los seres humanos somos los únicos capaces de atentar contra nuestra especie y contra el resto de
los seres vivos; desplegamos un nivel de violencia preocupante, y sin motivo aparente. Pero resulta
aún más llamativo que también existan personas que luchen por la paz, por la aceptación, por los
derechos de los animales, que intenten resolver los errores del extremo opuesto. ¿Cómo confiar en
una especie que presenta tal dualidad?
Definición de Solidaridad
Antes de definir el término es necesario establecer su origen. Este concepto proviene del término
del latín soliditas que hacía referencia a una realidad homogénea, entera y unida donde los
elementos que conformaban ese todo eran de igual naturaleza.

De este modo, el concepto de solidaridad describe la adhesión de modo circunstancial a una causa
o a proyectos de terceros. El término se utiliza en forma habitual para denominar una acción de
perfil dadivoso o bienintencionado. De todas maneras, su raíz etimológica hace referencia a un
comportamiento in-solidum, es decir, que se enlazan los destinos de dos o más personas. Por lo
tanto, ser una persona solidaria no se limita al ofrecimiento de ayuda, sino que implica un
compromiso con aquel al que se intenta ayudar.

El sentido más básico de la solidaridad supone que se desarrolla sin distinción, límites o
condicionamientos de sexo, raza, nacionalidad, religión ni de afiliación política. La única finalidad de
la solidaridad puede apuntar al ser humano en estado de necesidad. De todas formas, el uso del
término ha quedado desvirtuado ante el abuso del discurso político y el denominado marketing
solidario.

La verdadera solidaridad es ayudar a alguien sin recibir nada a cambio y sin que nadie se entere. Ser
solidario es, en su esencia, ser desinteresado. La solidaridad se mueve sólo por la convicción de
justicia e igualdad.

Fue la teología cristiana quien lo adoptó por primera vez al referirse a la sociedad de todos los seres
humanos, iguales entre sí por ser hijos de Dios y unidos en los vínculos de una sociedad. La primera
comunidad cristiana se basaba en este concepto y en ella la fraternidad era fundamental,
impulsándolos a buscar el bien de todos los que formaban parte del grupo.

Desde el punto de vista filosófico de la concepción cristiana de una sociedad, la solidaridad es la


forma en la que debe organizarse política y socialmente un grupo, donde el fin principal es el
bienestar de todos y cada uno de los individuos que lo conforman. La solidaridad es el elemento
fundamental para conseguir un desarrollo de la doctrina social sana, y debe ocupar siempre un
espacio especial. El bien común, la autoridad y la subsidiaridad son además los fundamentos de toda
filosofía social, sin ellos una sociedad no podría jamás encaminarse a un fin de provecho colectivo.

Por su parte, la ciencia del Derecho utiliza este término para referirse a un individuo enmarcado en
un grupo jurídicamente homogéneo, con bienes y derechos unívocos. En este caso la solidaridad
incluye una alta responsabilidad de cada individuo con respecto al todo. El Derecho considera que
la solidaridad también es fundamental para que una sociedad pueda progresar, pues es el modo en
el que derechos y obligaciones se equilibran y se encuentra la armonía.

Hoy en día, a su vez, el término ha cobrado una dimensión social globalista. La posibilidad de
comprender lo que ocurre en todos los rincones del planeta y las relaciones entre los diferentes
países, ha llevado a crear una conciencia social colectiva donde las personas solidarias son aquellas
que luchan contra las injusticias sociales en cualquier aspecto (la pobreza, el hambre, la
discriminación sexual, etc) en pos de un mundo más unido y pacífico.
Definición de Respeto
La palabra respeto proviene del latín respectus y significa “atención” o “consideración”. De acuerdo
al diccionario de la Real Academia Española (RAE), el respeto está relacionado con la veneración o
el acatamiento que se hace a alguien. El respeto incluye miramiento, consideración y deferencia.

En este caso, partiendo de dicha definición, podemos establecer que un claro ejemplo de ello es
cuando tenemos que asistir al funeral o sepelio de alguien conocido. Así, nos acercamos a los
familiares del fallecido y les mostramos nuestros respetos por este trágico acontecimiento, le
mostramos nuestro apoyo y le damos a conocer nuestra tristeza también.

Asimismo tampoco podemos pasar por alto el hecho de que en otras ocasiones el término respeto
es utilizado con distintas acepciones. Así, nos encontramos con que en Alemania se habla de respeto
para referirse a dos cuestiones. En primer lugar se puede emplear como sinónimo de espada, y en
segundo lugar para definir a toda aquella persona que está manteniendo relaciones de tipo amoroso
y sexual con otra.

Por otra parte, mirar a algo o alguien con respeto también puede hacer referencia al temor o al
recelo. Por ejemplo: “Al mar hay que tenerle respeto, ya que puede ser peligroso”.

El respeto es un valor que permite que el hombre pueda reconocer, aceptar, apreciar y valorar las
cualidades del prójimo y sus derechos. Es decir, el respeto es el reconocimiento del valor propio y
de los derechos de los individuos y de la sociedad.

El respeto no sólo se manifiesta hacia la actuación de las personas o hacia las leyes. También se
expresa hacia la autoridad, como sucede con los alumnos y sus maestros o los hijos y sus padres.

El respeto permite que la sociedad viva en paz, en una sana convivencia en base a normas e
instituciones. Implica reconocer en sí y en los demás los derechos y las obligaciones, por eso suele
sintetizarse en la frase “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.

Por el contrario, la falta de respeto genera violencia y enfrentamientos. Cuando dicha falta
corresponde a la violación de una norma o de una ley, incluso es castigada a nivel formal. Este
castigo puede ser una multa económica o hasta el encarcelamiento.

Muchas, y de diversa gravedad, son las faltas de respeto que existen en el marco de nuestra sociedad
actual. Así, por ejemplo, están las que se acometen en el seno del ámbito laboral como cuando el
jefe no trata a sus trabajadores como seres humanos sino como esclavos. No obstante, también
tienen lugar dentro de la familia cuando los hijos realizan a sus padres desplantes o les gritan.

La mala educación, la falta de tolerancia con respecto a las ideas o formas de vida del prójimo, la
ausencia de valores, la soberbia y el egocentrismo son algunos de los elementos que más
frecuentemente originan esas faltas de respeto. Las cuales son cada vez más frecuentes en ámbitos
como, por ejemplo, la educación donde ha aumentado el número de alumnos que se enfrentan e
insultan a sus profesores.

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