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PRESUPUESTOS DE LA REPARACIÓN CIVIL

Como premisa mayor la Segunda Sala Penal de Apelaciones Nacional para que prospere el pedido
de pago de una indemnización por responsabilidad civil, se toma en consideración los elementos
de la responsabilidad civil extra contractual establecida en el ámbito civil (artículos 1969° y
siguientes del Código Civil) que son las siguientes: antijuridicidad, factor de atribución, la relación
de causalidad y el daño producido.

Respecto a la antijuridicidad, señalamos que mi patrocinado no participó ni cometió delito


conforme a que no causó lesión a la esfera jurídica ajena actuando en su deber de ciudadano;
siendo así que no se ha generado un daño contra el Medio Ambiente de acuerdo a la sentencia
absolutoria expedida por el Colegiado...

Que, en relación a los factores de atribución, no se comprobó la existencia del dolo en la actuación
de mi patrocinado debido a que no se acreditó en todo el juicio su participación en los hechos que
se le imputan.

Que, no existe la vinculación entre la acción dañosa y el evento lesivo, debido a que mi
patrocinado no participó en la realización de las supuestas lesiones ocasionadas al Medio
Ambiente.

Que, asimismo la conducta de mi patrocinado no configura delito, puesto que no presentó ningún
comportamiento contrario a las normas jurídicas al orden público y a las buenas costumbres por lo
que no se encuentra responsabilidad civil en su actuar dentro y fuera de la sociedad en un estado
social de derecho.

AGRAVIOS DE MI PATROCINADO

El análisis efectuado por la Procuraduría es errado, pues el hecho generador del daño por parte de
mi patrocinado no existe, es más no se acreditó el daño causado por parte de la Procuraduría, en
razón que no tuvo participación en los hechos ilícitos, de acuerdo a la sentencia absolutoria
expedida.

Aunado a que los presupuestos para establecer la responsabilidad civil no han sido debidamente
sustentados, toda vez que si bien se indica la supuesta existencia de una relación de causalidad,
estos presupuestos deben estar vinculados estrechamente al hecho generador del daño, situación
que no se ha precisado objetivamente en el presente caso; en consecuencia, no es posible
establecer la existencia de un ilícito civil posible, causado por mi patrocinado para ser sancionado.

Finalmente, se ha inobservado lo dispuesto en el Acuerdo Plenario N° 006-2006/CJ-116, puesto


que, el fundamento de la responsabilidad civil, que origina la obligación de reparar, es la existencia
de un daño civil, causado por un ilícito penal.
En el juicio oral, mi defensa reprodujo los términos de su impugnación, señalando que no existe
nexo causal que amerite la imposición de la Reparación Civil.

MINISTERIO PÚBLICO

Que, en sus fundamentos de agravio el Ministerio ha señalado lo siguiente:

i) Que, existe un error in procedendo, en la decisión tomada por el Juzgado Colegiado de no


aprobar el acuerdo de los acusados que reconocieron haber incurrido en los hechos imputados por
el Ministerio Público, pues de acuerdo al código penal debieron expedir sentencia. Adicionalmente
como fundamentos para la no aprobación del acuerdo respecto de la reparación civil el Juzgado
Colegiado erróneamente consideró que como al inicio del juicio se indicó que la responsabilidad
sería solidaria no podía variarse a mancomunada.

En consecuencia, sabemos que dentro del ejercicio del principio de legalidad y objetividad, por
parte del Ministerio Público, su Requerimiento acusatorio reúna determinados requisitos, que
permitan no solo al Juzgador tener claro los hechos que se imputan debidamente
circunstanciados, sino también a la defensa poder tomar conocimiento de dichos hechos, con
relevancia penal que considere y así poder ejercer su defensa frente a las imputaciones que se
formulen en su contra.

Por otro lado, el hecho que la imputación formulada por el Ministerio Público se encuentre
debidamente “circunstanciada”, en tiempo, espacio, modo, lugar y persona, permitirá al Juzgador
y a la defensa, realizar cada uno la labor que cesa la perspectiva del Juzgamiento le corresponde,
verificar si la conducta imputada se adecúa al tipo penal denunciado, y por el otro, ejercer la
defensa frente a dichas circunstancias denunciadas.

Razón por la que, una imputación, no circunstanciada, o genérica, no permitirá ejercer al acusado
una debida defensa frente a la imputación formulada, y menos al Juzgador, realizar una el juicio de
subsunción típica o verificación de si la conducta atribuida se adecua al tipo penal imputado,
situación que no puede aceptarse en Juicio por lo que procede absolver a los acusados de dicha
imputación.

Además, el hecho de que el imputado o algunos de ellos, reconozcan el haber incurrido en los
hechos que se les imputa, sin que se haya realizado una debida imputación circunstanciada, en
tiempo, espacio, lugar, modo y demás partícipes, consideramos que en un Estado Constitucional
de Derecho, no puede servir como confesión en Juicio, si es que no se acredita las circunstancias
de comisión del hecho, ergo, sin que se aporte las pruebas de su comisión, que justamente
permitan establecer las circunstancias de comisión de la conducta atribuida, por lo que mal podría
imponerse un juicio de culpabilidad sin que se cumpla este requisito; e incluso para poder ser
aceptada como tal deben concurrir de manera copulativa los requisitos establecidos por el
numeral 2) del Artículo 160° del Código Procesal Penal.

Corresponde tener en consideración para el caso de estos acusados, el Acuerdo Plenario 5-


2008/CJ-116, el cual establece en su fundamento 7°, al citar lo resuelto por la Sala Penal
Permanente de la Corte Suprema, en la Ejecutoria Suprema Vinculante número 1766-2004/Callao,
del veintiuno de septiembre de dos mil cuatro, que “el Tribunal de mérito, si advierte que el hecho
aceptado es atípico o resulta manifiesta la concurrencia de cualquier circunstancia determinante
de la exención de responsabilidad penal o de su perceptiva atenuación, puede dictar la sentencia
que corresponda”.

Dicho Acuerdo plenario señala además que, si bien el Juez está obligado a respetar la descripción
del hecho glosado en la acusación escrita –vinculación absoluta con los hechos o inmodificabilidad
del relato fáctico (vinculatio facti), por razones de legalidad y justicia, puede y debe realizar un
control respecto de la tipicidad de los hechos, del título de imputación, así como de la pena
solicitada y aceptada, por lo que la vinculación en esos casos (vinculatio criminis y vinculatio
poena) se relativiza en atención a los principios antes enunciados.

Así, el juzgador está habilitado para analizar la calificación aceptada y la pena propuesta e incluso
la convenida por el acusado y su defensa: esa es la capacidad innovadora que tiene frente a la
conformidad procesal.

Por ende, si bien al inicio del presente proceso, no se aprobó el acuerdo arribado en mérito a la
conformidad declarada por alguno de los acusados, y se estableció que el Juzgamiento respecto a
ellos, se establecería para determinar la pena y reparación civil a serles impuesta, ello no es óbice,
para, a la luz del análisis de la imputación formulada por el Ministerio Público, éste Colegiado
realice una control respecto a la tipicidad de los hechos imputados.

ii) Que, existe vicio en la motivación de la sentencia apelada dado que no existe congruencia entre
lo solicitado como parte agraviada y lo resuelto -únicamente hace referencia a uno de los
presupuestos de la responsabilidad civil extracontractual como es la conducta ilícita y omite
pronunciarse respecto al daño, relación de causalidad y factor de atribución-, además tampoco por
sí misma la resolución judicial expresa una suficiente justificación de la decisión adoptada.

Ya el Tribunal Constitucional, sobre el principio de congruencia procesal, se ha pronunciado en los


extremos siguientes:

Sentencia Exp. 0896 – 2009-PHC/TC, del veinticuatro de mayo del dos mil diez “…el principio de
congruencia procesal exige que el juez, al momento de pronunciarse sobre una causa
determinada, no omita, altere o se exceda en las peticiones ante él formuladas…”.

Sentencia Exp. 03365 – 2010-PHC/TC, del quince de noviembre del dos mil diez “…La necesidad de
respetar la congruencia entre los términos de la acusación y la sentencia deriva del derecho de
defensa. La Constitución reconoce el derecho de defensa en el inciso 14), artículo 139°, en virtud
del cual se garantiza que los justiciables, en la protección de sus derechos y obligaciones,
cualquiera que sea su naturaleza (civil, mercantil, penal, laboral, etc.), no queden en estado de
indefensión. El contenido esencial del derecho de defensa queda afectado cuando, en el seno de
un proceso judicial, cualquiera de las partes resulta impedida, por concretos actos de los órganos
judiciales, de ejercer los medios necesarios, suficientes y eficaces para defender sus derechos e
intereses legítimos”.

Por su parte el Acuerdo Plenario número 4-2007/CJ116, del dieciséis de noviembre del dos mil
siete, las Salas Penales y Transitorias de la Corte Suprema de Justicia de la República, establecieron
que, desde los principios acusatorio y de contradicción, los hechos imputados deben respetarse,
no pueden alterarse; es decir, la sentencia no puede contener un relato fáctico que configure un
tipo legal distinto o que introduzca circunstancias diferentes o nuevas que agraven –de oficio, sin
necesidad de previo debate, aunque el Tribunal puede incorporar circunstancias atenuantes – la
responsabilidad del acusado [ello no significa que una exactitud matemática entre hecho acusado
y hecho condenado, pues el Tribunal –conforme a la prueba actuada y debatida en el juicio oral -
puede ampliar detalles o datos para hacer más completo y comprensivo el relato, siempre que no
impliquen un cambio de tipificación y que exista una coincidencia básica entre la acusación y los
hechos acreditados en la sentencia.

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