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RESUMEN SUMMARY
Objetivo: Realizar una revisión y actualización Purpose: To review and to update the current
acerca de los actuales enfoques diagnósticos, diagnostic and therapeutic approaches and the
terapéuticos y fisiopatológicos de la orbitopatía pathogenesis of thyroid orbitopathy. To propose a
tiroidea y plantear un abordaje clínico sencillo, practical, basic and precocious approach based in
precoz y práctico, basado en el conocimiento de la the knowledge of the disorder.
enfermedad. Methods: Literature review and exposition of our
Métodos: Revisión de la literatura publicada experience in the management of thyroid
referente a la orbitopatia tiroidea y exposición de orbitopathy.
nuestra experiencia, casuística y manera actual de Results: Thyroid orbitopathy is an inflammatory
enfocar esta patología. orbital disease that probably has an autoimmune
Resultados: La orbitopatía tiroidea es una origin and most of the time is related to systemic
enfermedad inflamatoria orbitaria con un posible disorders of the thyroid gland. The disease has a
origen autoinmune y que suele asociarse a variable clinical presentation and it may cause
trastornos metabólicos de la glándula tiroidea. Su severe damage in vision and orbital architecture,
presentación clínica es muy variada y puede therefore, producing a decrease in the patient’s
causar alteraciones significativas de la visión y de quality of life and may also alter significantly the
la arquitectura orbitaria, lo que se traduce en una personal behavior. Pathogenesis of the disease is
disminución importante de la calidad de vida de not yet fully understood, but it is widely held that
los pacientes y muchas veces provoca una severa there is a common autoantigen shared between the
afectación de la personalidad. thyroid gland and the orbital adipogenic
Fisiopatológicamente su mecanismo sigue siendo fibroblasts. Women are more likely to develop
incierto, pero se cree que existe un autoantígeno thyroid orbitopathy, and the disease is clearly
común entre la glándula tiroides y los fibroblastos affected by several factors such as smoking, age,
preadipociticos de la órbita. Afecta mayormente a sex and race.
mujeres y está negativamente influenciada por Conclusions: Clinical knowledge is essential for
factores como el tabaquismo, la edad, el sexo y la the early diagnosis of this disorder, and it is the
raza. most important factor for the proper management
Conclusiones: El conocimiento clínico es of the disease. The medical treatment must be
esencial para el diagnóstico precoz de la initiated promptly and should be aggressive and
enfermedad, el cual será el mejor elemento para based in the current phase of the disease, in order
su adecuado tratamiento. El tratamiento médico to avoid the severe damage that follows thyroid
debe ser precoz, agresivo y acorde a la fase en que orbitopathy. The surgical approach must be
se presente el paciente con el fin de evitar las logical and sequential, but, on the other hand,
graves consecuencias de la orbitopatia tiroidea. El must be rapid and aggressive in order to return the
tratamiento quirúrgico deberá ser lógico y patient to his/her labour, social and familiar
ordenado, pero a su vez rápido, con el fin de environment (Arch Soc Esp Oftalmol 2003; 78:
devolver al paciente al entorno laboral, social y 407-432).
familiar.
Key words: Orbit, Thyroid, Graves’ Disease,
Palabras clave: Orbita, Tiroides, Enfermedad de Ophthalmopathy, Orbitopathy.
Graves, Oftalmopatía, Orbitopatía.
Recibido: 2/7/03. Aceptado: 20/8/03.
Instituto Internacional de Órbita y Oculoplástica.
1
Doctor en Medicina.
2
Licenciado en Medicina.
Los autores no tienen interés comercial ni han recibido apoyo económico alguno.
Correspondencia:
J. V. Pérez Moreiras
Cl. Eduardo Pondal, 30 - 2.ª planta
15702 Santiago de Compostela (A Coruña)
España
E-mail: orbita@clinicamoreiras.com
INTRODUCCIÓN
FISIOPATOLOGÍA
HISTOPATOLOGÍA
Fig. 2. Músculo recto medio con edema intersticial (-) y leve infiltrado
linfoplasmocitario. H & E x 300.
Los tabiques conjuntivos que rodean los lóbulos de tejido adiposo se encuentran
engrosados, pudiéndose observar a este nivel focos de células inflamatorias
(linfocitos, células plasmáticas y ocasionales neutrofilos polinucleares), aunque esto
suele ser más evidente en los músculos extraoculares.
La retracción palpebral inferior es un signo que es notado con menor frecuencia por
el paciente. Se producen las mismas alteraciones del párpado superior, pero los
cambios son menos intensos por las características anatómicas del mismo. La
retracción palpebral inferior esta principalmente producida por un mecanismo
mecánico, debido al exoftalmos y al aumento del volumen graso, el párpado por
gravedad tiende a retraerse (fig. 6), lo que explica la disminución del mismo luego
de cirugía de descompresión y lipectomia. En casos de retracciones importantes se
puede observar entropión del párpado inferior, lo que sumado a la exposición
causada por la proptosis y la retracción palpebral superior puede empeorar la
integridad de la superficie ocular.
Fig. 6. Retracción palpebral inferior con exposición escleral. Se observa el
factor mecánico ejercido por el exoftalmos sobre el párpado inferior, siendo
mayor en OD que en OI, lo que origina una retracción de 6 mm en OD y de
4 mm en OI.Orbitopatía con signos de actividad inflamatoria.
Los cambios inflamatorios que se producen en los párpados son indicadores muy
importantes de la actividad de la enfermedad (y por ende del diagnostico precoz).
Los pacientes suelen presentar edema palpebral periorbitario que es más acentuado
en horas de la mañana, lo que algunas veces puede ser confundido con una
reacción alérgica por el oftalmólogo inexperto, aunque el paciente tiroideo no
presenta reacción folicular conjuntival y además tiene otros signos asociados como
molestias en la lectura, astenopia, e incluso manifestaciones sistémicas de
hipertiroidismo. El grado de edema puede no corresponder con el grado de
exoftalmos ni con la retracción palpebral, pudiendo aparecer todos estos signos o
solo uno de ellos, generalmente están presentes todos ellos pero con diferente
grado de afectación. Durante la fase inflamatoria activa se observa hiperemia
palpebral, la cual debe buscarse en la zona preseptal para ser representativa de
enfermedad tiroidea, ya que es común encontrar hiperemia en el borde palpebral y
la zona pretarsal (cerca del margen) en pacientes normales o con blefaritis.
Exoftalmos
Restricción de la motilidad
Los músculos más afectados clínicamente son el recto inferior (60%), sobre todo en
pacientes de edad, y el recto medio (50%), por lo que en la clínica es frecuente la
desviación hacia abajo y hacia adentro del globo ocular así como la dificultad en la
mirada hacia arriba y hacia fuera. El recto superior (25%) y el recto lateral son
músculos poco afectados y aún con menor frecuencia los oblicuos. Autores como
Cabanis y cols y Nugent y cols (17,18) demuestran en estudios de imágenes, que
radiológicamente el músculo más afectado en frecuencia es el recto superior.
Cambios intraoculares
Diagnóstico precoz
Clasificación
Existen muchas clasificaciones de la OT, entre ellas, la más utilizada desde 1969
fue la de la Asociación Americana de Tiroides (ATA), dirigida por Werner, también
llamada NOSPECS, que actualmente tiene un interés histórico por tener poco valor
en el aspecto clínico, terapéutico y de pronóstico. Nosotros, al igual que otros
autores como Rootman, Dolman, (19) o Mourits (20) con su propuesta de
clasificación clínica de actividad (clinical activity score o CAS), preferimos clasificar
la enfermedad orbitaria tiroidea en términos de su espectro de presentación clínica,
basándonos en la presencia o no de factores inflamatorios que nos revelen la
actividad de la enfermedad.
Fig. 12. Los recuadros superiores evidencian pacientes con marcados cambios
por la orbitopatía tiroidea (estrabismo, exoftalmos, retracción palpebral y
redistribución grasa) pero sin signos de actividad inflamatoria. Los recuadros
inferiores muestran dos pacientes con actividad inflamatoria evidente
(quemosis, hiperemia palpebral-conjuntival, edema palpebral) además de
presentar exoftalmos, retracción y estrabismo.
Como vemos, los signos y síntomas de actividad, son en buena parte subjetivos
(también objetivos), por lo que además de evidenciarse clínicamente (edema,
hiperemia, quemosis, exoftalmos, etc.) son percibidos por los pacientes (dolor,
presión, lagrimeo, visión borrosa, diplopía, etc.), lo que nos da un arma muy
valiosa para realizar el diagnostico precoz de la orbitopatia, que es el mejor
determinante para la respuesta terapéutica y la evolución de la enfermedad. El
endocrino, elaborando un simple cuestionario al paciente puede detectar la
presencia de actividad clínica de OT en sus pacientes con enfermedad de Graves,
mucho antes de que exista evidencia clínica de ella. En un estudio realizado en la
unidad de orbita del Hospital General de Vancouver (6) donde se entregó un
cuestionario, con preguntas basadas en exposición ocular, proptosis, visión y
estrabismo en las consultas de endocrinología, se evidenció que se detectaban
pacientes con signos clínicos de enfermedad orbitaria 8 meses antes, de lo que
hubiesen sido referidos por los canales regulares. Esta experiencia demuestra que a
través de sencillos métodos podemos hacer un diagnostico precoz eficiente y evitar
las grandes deformidades y consecuencias, que aún hoy, vemos en algunos
pacientes con OT.
Una vez realizado un completo examen oftalmológico, debemos tener claro el grado
de afectación orbitaria y la presencia o no de actividad de la OT, con lo que
plantearemos nuestra decisión terapéutica según los hallazgos clínicos. Aún así es
necesario el estudio paraclínico del paciente para confirmar el diagnostico y
descartar otras patologías. Es importante también tener un adecuado conocimiento
del estado metabólico del paciente por lo que tenemos que tener un estrecho
contacto y colaboración con el endocrino tratante, de igual manera debemos saber
las decisiones terapéuticas que se van a realizar al paciente para el control de su
hipertiroidismo (drogas antitiroideas, yodo radiactivo o cirugía).
Ecografía
Fig. 13. Ecografía modo A y B (corte sagital). Engrosamiento del vientre muscular
con
tendón de inserción normal. Baja reflectividad interna en modo A (sugiere
inflamación).
Tomografía computarizada
Fig. 15. RM. A: protónico axial, engrosamiento del vientre de ambos rectos
medios.
B: T2 coronal, engrosamiento muscular asimétrico con mayor afección de recto
medio e inferior de OI. C: T1 coronal, discreto engrosamiento muscular con
aumento del tejido graso. D: T2 axial, gran exoftalmos con rectificación del nervio
óptico AO.
En el centro de órbita hemos tratado en los últimos 30 años 1.632 pacientes con
patología tiroidea, con una media de 110 casos/años en los últimos años. En el
apartado de cirugía hemos descomprimido 604 órbitas con una media en los
últimos años de 85 órbitas/año, lo que nos permite apoyar nuestros enfoques
terapéuticos actuales en la experiencia.
— Los pacientes con orbitopatia activa (en fase inflamatoria) deberán ser tratados
con medicación antiinflamatoria como son:
— Los pacientes con orbitopatía no activa (en fase no inflamatoria) deberán ser
tratados quirúrgicamente (de ser necesario) según la rehabilitación requerida:
• Descompresión orbitaria.
• Retracción palpebral.
• Estrabismo.
• Lipectomía periorbitaria.
• Blefaroplastia.
Orbitopatía activa
Para los casos con mayor grado de inflamación se debe indicar el uso de esteroides
a dosis mayores para conseguir efectos no solo antiinflamatorios (interfierir en la
función de los linfocitos T y B, a la vez de reducir los neutrófilos, macrófagos y
monocitos, inhibir las citoquinas como mediadoras y actúar también sobre los
fibroblastos disminuyendo la síntesis y la secreción de GAG) sino también
inmunosupresores. Es importante recalcar que dosis de 60 mg de prednisona en
pacientes con actividad evidente son insuficientes y de esta dosis solo obtendremos
los efectos colaterales negativos de los corticoides (los cuales además tenderán a
prolongarse en el tiempo) sin efectos beneficiosos para los pacientes. Para los
pacientes con OT activa nos planteamos dos alternativas terapéuticas de ataque, la
primera es el uso oral de 120-150 mg/prednisona/día, por un mínimo de 9 días, y
si la respuesta es positiva se baja la pauta progresivamente hasta 30 días,
continuando si es necesario con una dosis mínima de mantenimiento por 2-3
meses. Otra alternativa son los pulsos intravenosos de 1 g/metilprednisolona/día 3
días seguidos o alternos cada 4-5 semanas en casos de marcada inflamación. El
beneficio de los pulsos I.V. de cortisona es porque se ha demostrado un efecto de
linfocitolisis (6) además del efecto de supresión de la actividad inflamatoria. Los
pacientes suelen necesitar menos de tres pulsos I.V. de tratamiento, pero se
pueden repetir incluso hasta 6 veces. El beneficio de esta modalidad terapéutica es
que se evita el efecto colateral del uso de corticoides por largo tiempo (hirsutismo,
HTA, aumento de peso, úlcera péptica, descalcificación, diabetes, cataratas,
enfermedad de Cushing, etc) ya que no es necesario indicar tratamiento oral luego
de los pulsos (aunque algunas veces puede hacerse), lo que lo hace más indicado
en pacientes diabéticos (en los que a veces es necesario el uso de insulina durante
los bolos de esteroides) que, sin embargo, suelen responder peor que los pacientes
no diabéticos. El mayor inconveniente es que su aplicación requiere de un medio
hospitalario (durante 4 a 5 horas) para control de los parámetros sistémicos como
glicemia, tensión arterial, electrolitos y la realización de un electrocardiograma.
1. Inmunosupresores:
• Ciclosporina (3-5mg/kg/día).
• Azatioprina (2 mg/kg/día).
• Ciclofosfamida (2 mg/kg/día).
• Metotrexate (20 mg/semana).
Orbitopatía no activa
Es el objetivo de esta revisión recalcar el gran valor del diagnóstico precoz y por lo
tanto del tratamiento temprano de esta enfermedad, para evitar las alteraciones
orbitarias que produce las fase inflamatoria y que son solo susceptibles a
tratamiento quirúrgico, por lo que debemos considerar este último como el fracaso
del tratamiento de la OT.
Descompresión orbitaria
Nuestra experiencia y aplicación de las técnicas quirúrgicas esta ampliamente
detallado en otras publicaciones (1) por lo que limitaremos la descripción de la
técnica quirúrgica de descompresión a la que mas empleamos hoy en día.
Utilizamos la técnica personal de descompresión de la pared interna de la órbita y
del suelo en su parte interna (por dentro del canal del N. Infraorbitario) por vía
transpalpebral, dejando la descompresión de la porción externa del suelo y de la
pared lateral para casos de gran exoftalmia donde también realizamos un fresado
de su parte media y posterior hasta alcanzar la fosa temporal y posteriormente la
duramadre. La vía caruncular para descompresión media (suelo y pared interna) es
una muy buena alternativa para casos en los que solo se vaya a realizar la
descompresión sin otra cirugía agregada, palpebral o muscular.
Retracción palpebral
Fig. 20. Debilitamiento del complejo elevador por vía conjuntival. A: eversión y
anestesia subconjuntival. B: disección de la conjuntiva. C: disección del músculo
de
Müller entre la conjuntiva y el elevador. D: disección del tercio externo del
elevador.
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