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CAPÍTULO III
Lavado gástrico
INTRODUCCIÓN
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CAPÍTULO III: LAVADO GÁSTRICO
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GUÍAS PARA MANEJO DE URGENCIAS
ATENCIÓN DE ENFERMERÍA
La atención de enfermería del paciente en • Valoración clínica del paciente para verifi-
quien se realiza un lavado gástrico se divide car la permeabilidad de la vía aérea, venti-
en tres etapas: antes del procedimiento y la lación, circulación y estado neurológico.
inserción de la sonda gástrica, durante el la- • Lavado de manos.
vado gástrico y las actividades posteriores al • Colocación de la bata, las gafas protecto-
procedimiento. ras y los guantes limpios.
• Disposición de un sistema de aspiración de
secreciones.
ANTES DEL LAVADO GÁSTRICO • Remoción de las prótesis dentales.
• Colocación del paciente en una posición
• Si el paciente colabora, explicar el proce- adecuada: sentado para la inserción de la
dimiento, proporcionando la información sonda en pacientes que están conscien-
necesaria para que actúe según se le indi- tes; si el paciente se encuentra obnubilado
que con el fin de obtener el mejor resulta- o en coma se coloca en decúbito lateral
do en el menor tiempo posible y por lo tan- izquierdo. Para realizar el lavado se colo-
to con la menor molestia para él. ca el paciente en decúbito lateral izquierdo
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CAPÍTULO III: LAVADO GÁSTRICO
en Trendelenburg (cabeza hacia abajo en- lanta nada intentando una introducción muy
tre 10º a 15º); esta posición disminuye el rápida, pues lo único que se consigue es
paso del contenido gástrico hacia el duo- lesionar las zonas por donde discurre la
deno durante el lavado y disminuye el ries- sonda.
go de aspiración pulmonar del contenido 8. Si el paciente presenta tos, estridor, ciano-
gástrico si se producen arcadas o vómito. sis o no puede hablar se debe sospechar
que la sonda está en la tráquea; en este
caso se debe retirar la sonda, tranquilizar
PROCEDIMIENTO PARA LA INSERCIÓN el paciente e intentar el procedimiento nue-
DE LA SONDA GÁSTRICA vamente.
9. Se verifica la colocación de la sonda aspi-
1. En el adulto se mide la distancia entre la rando el contenido gástrico o inyectando
punta de la nariz y el lóbulo de la oreja más 20 a 30 mL de aire con una jeringa mien-
la distancia desde el lóbulo de la oreja al tras se ausculta el burbujeo de aire sobre
extremo de apéndice xifoides, y se marca el epigastrio.
esta distancia en la sonda. En el niño se 10. Se asegura la sonda al dorso de la nariz
mide la distancia desde el lóbulo de la ore- con esparadrapo y el extremo distal con
ja hasta el punto intermedio entre el apéndi- una pinza nodriza y esparadrapo a la bata
ce xifoides y el ombligo. La medición de la del paciente. Esto último para que, en caso
longitud de la sonda evita que algún seg- de tracción accidental de la sonda, se evi-
mento excedente del tubo se enrolle den- ten desplazamientos o traumatismos.
tro del estómago; una sonda de longitud
excesiva puede producir distensión, trau-
matismo de la mucosa y perforación del PROCEDIMIENTO PARA LA INSERCIÓN
estómago; por el contrario, una sonda de DE LA SONDA OROGÁSTRICA
longitud corta puede dar por resultado el
lavado del esófago con un riesgo mayor de 1. Se mide la distancia entre los labios y el
emesis y aspiración. ángulo de la mandíbula más la distancia
2. Examen de la nariz para seleccionar la fosa desde la mandíbula al apéndice xifoides,
nasal permeable. y se marca la sonda en este punto.
3. Lubricación de la punta de la sonda. 2. Se coloca el protector oral.
4. Colocación de la cabeza del paciente en 3. Se pasa la sonda con suavidad por la boca,
posición neutra. dirigiéndola hacia abajo y hacia atrás en
5. Inserción de la sonda a través del orificio dirección a la faringe.
nasal en un ángulo de 60 a 90 o respecto al 4. Se continúa con el sexto paso de inserción
plano de la cara. de la sonda nasogástrica.
6. Una vez que la sonda esté en la orofaringe,
el paciente debe flexionar la cabeza hacia
adelante y deglutir varias veces. El tubo es LAVADO GÁSTRICO
avanzado, mientras el paciente deglute,
hasta el punto demarcado previamente en • El lavado gástrico se inicia una vez se haya
la sonda. comprobado la correcta ubicación de la
7. La introducción de la sonda ha de ser sua- sonda en el estómago.
ve y continua aprovechando los movimien- • El lavado puede efectuarse con agua co-
tos de deglución del paciente. No se ade- rriente o con solución isotónica tibia (37 ºC)
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para evitar la hipotermia del paciente, au- puede recibir dosis adicionales por medio
mentar la solubilidad de las sustancias in- de una sonda nasogástrica estándar.
geridas y retrasar el vaciamiento gástrico.
• Se instilan entre 150 y 300 mL en adultos y DESPUÉS DEL PROCEDIMIENTO
entre 10 a 15 mL/Kg o 50 a 100 mL en los
niños; se deja en el estómago durante unos • El paciente debe quedar cómodo y con el
minutos y a continuación se aspira o se deja máximo bienestar posible.
drenar. Volúmenes mayores incrementan • Se debe explicar al paciente y la familia la
el riesgo de que el contenido gástrico se posibilidad de vómito, mareo, molestias o
desplace hacia el duodeno y las cantida- dolor.
des menores no son prácticas debido al es- • Se registra en la historia clínica, la técnica
pacio muerto del tubo (aproximadamente ejecutada, el tipo de solución utilizada, el
50 mL en el caso de una sonda calibre 36 balance de entrada y salida de líquido, las
Fr). La cantidad de líquido que se recupe- características del drenaje, la respuesta del
ra debe ser similar a la que se introdujo. paciente y los problemas presentados du-
• La agitación manual del estómago, antes rante el procedimiento.
de extraer el líquido administrado, puede
incrementar la recuperación de material
tóxico; para ello se realiza compresión sua- COMPLICACIONES
ve de la pared abdominal sobre el epigas-
trio. Relacionadas con la colocación de la sonda:
• El volumen total óptimo de solución de la-
vado no se puede establecer; una reco- • Lesión de los cornetes nasales, de la mu-
mendación frecuente es de 1-2 litros adi- cosa nasal que produce epistaxis, lesiones
cionales después de que el líquido recu- de faringe, esófago o estómago al realizar
perado sea claro. la introducción de la sonda por la vía nasal
• Hay que disponer de un equipo de aspira- o durante el avance de la sonda.
ción si el paciente presenta vómito duran- • El paciente puede presentar laringoespas-
te la técnica. mo.
• Una vez terminado el lavado, puede estar
indicada la administración de un medica- Durante el lavado:
mento quelante o catártico, como carbón
activado o sulfato de magnesio, a través • Alteración en la función cardiorrespiratoria:
de la sonda gástrica. Cuando ésta ya no taquicardia y taquipnea, así como disminu-
se necesita, se extrae cerrada para evitar ción de la saturación de oxígeno. El excesi-
el “escurrimiento” del contenido gástrico vo estímulo vagal, ocasionado por el refle-
hacia la vía respiratoria. jo nauseoso, puede originar bradiarritmias.
• Dado el creciente empleo de dosis repeti- • Alteración hidroelectrolítica por la gran can-
das de carbón activado, la sonda gástrica tidad de líquido que se emplea durante el
se deja después de concluir el lavado. Sin procedimiento; este problema se puede en-
embargo, como esta gran sonda es irritan- contrar más en los niños.
te y puede predisponer a reflejo faríngeo, • Hipotermia como complicación durante el
babeo o aspiración, deberá retirarse. El pa- lavado gástrico con líquidos fríos o como
ciente alerta debe tomar las dosis subse- agravante de la condición del paciente por
cuentes por vía oral. El paciente obnubilado su patología.
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CAPÍTULO III: LAVADO GÁSTRICO
• Aspiración del contenido gástrico o líquido sicas de Enfermería. Cuarta edición. Fondo Na-
de lavado a los pulmones: en pacientes que cional Universitario. Universidad Nacional de Co-
presentan disminución del nivel de cons- lombia, Bogotá, 1992.
3. Davis R. Gastric lavage in The United States.
ciencia y disminución del reflejo nauseoso,
BallarR Medical Products. Draper, 1992.
por lo cual se recomienda protección de la 4. Esteve J, Mitjoins J. Enfermería Técnicas Clíni-
vía aérea, la colocación de la sonda orogás- cas. Primera edición. McGraw Hill. Madrid, 2000.
trica, la instilación de 150 – 300 mL en adul- 5. Grierson R, Green R, Sitar D, et al. Gastric lavage
tos y de 10-15 mL/kg o 50-100 mL en los for liquid poisoning. Ann Emerg Med 2000; 35:435–
niños y la posición adecuada del paciente. 439.
La aspiración puede producir neumonía; 6. Hayes L. ¿Cuál es su actuación ante una ingesta
esta complicación no es fatal, pero lleva a de tóxicos? Nursing 2001; 19: 8–13.
7. Jones A, Volans G. Management of self poisoning.
una alta morbilidad e incremento en los
BMJ 1999; 319:1414– 1417.
costos del manejo asistencial. 8. Jordan KS. Lavado gástrico. En: Enfermería de
• Sobredistensión: ocurre cuando se admi- Urgencias. Editado por Emergency Nurses
nistra un exceso de líquido dentro del es- Asociation. McGraw Hill. Madrid, 2001.
tómago; esto puede facilitar el vómito y por 9. Lord L. Introducción de una sonda nasogástrica
ende aumentar el riesgo de aspiración. de gran calibre. Nursing 2002; 20:24–26.
Asimismo, se produce un efecto hidráulico 10. Mckinney P. Descontaminación del paciente intoxi-
de empujar el contenido gástrico a través cado. En: Procedimientos clínicos, Medicina de
urgencias. Editado por J Roberts, J Hedges.
del píloro hacia el duodeno haciendo invá-
McGraw Hill. México, 2000.
lido el lavado gástrico y la remoción de 11. Morillo FJ. Manuales Prácticos de Enfermería.
material tóxico. Edición especial. McGraw Hill. Bogotá, 1997.
• Sangrado: puede ocurrir como resultado de 12. Potter Do, Rose MB. Urgencias en Enfermería.
una succión agresiva durante el procedi- Interamericana. México, 1987.
miento. 13. Proehl J. Procedimientos en Enfermería de Urgen-
• Lavado pulmonar: es una complicación in- cias. Segunda edición. McGraw Hill. Madrid, 2000.
usual y ocurre cuando la sonda queda mal 14. Shrestha M, George J, Chiu M, et al. A comparison
of three gastric lavage methods using the
colocada o se desplaza de su posición.
radionuclide gastric emptying study. Ballard R
• Perforación: puede ser del esófago o del Medical Products. Draper, 1992.
estómago; es la más rara de las complica- 15. Smeltzer S, Bare B. Enfermería Medicoquirúrgica
ciones. de Brunner y Suddarth. Novena edición. McGraw
Hill. México, 2002.
16. Sparks K. Lavado gástrico. En: Urgencias en En-
LECTURAS RECOMENDADAS fermería. Editado por P Kidd, P Sturt. Harcourt/
Oceano. Barcelona, 1998.
1. Baily E, Lloyd M, Marchesseault L, et al. Enciclo- 17. Tabasco J, Roseman S. Evaluation of a new
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2. Buitrago M, Pinzón E, Gutierrez E, et al. Princi- Products. University of Pittsburg, 1992.
pios Científicos aplicados en las Actividades bá- 18. Zimmerman J. Manegement issues in toxicology.
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