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La salud en el marco de los cambios neoliberales

El Estado de Bienestar desapareció y mostró un enorme desmantelamiento en las áreas de


producción y servicios. Las actividades de interés se privatizan para el sector privado, como causa
de la ineficiencia del Estado para operar con políticas de bajo costo, reinando un discurso donde
los valores de universalidad y responsabilidad se quiebran. Sin duda, estos hechos entre otros
propician la existencia de profundas transformaciones en las áreas sociales negando la existencia
de los derechos de salud, educación y vivienda digna. Por consiguiente, analizar la salud dentro
de este marco de cambios implica situarla fuera del falso debate estatal/ privado y contemplar las
causas económicas que originaron las profundas transformaciones en el modelo de acumulación
que condujo a la crisis del Estado Benefactor y auge de las políticas neoliberales. Modelo
hegemónico, médico, curativo, biologista al que abastecen altas industrias altamente rentables
como las de medicamentos y aparatos que ha producido un incremento en los gastos que se tornó
insostenible.

Es así como, "El análisis de la problemática de salud no puede obviar que los cambios en los
procesos productivos, laborales, de distribución de los bienes y servicios que una sociedad
produce impactan en las formas de enfermar y de morir, y definen la modalidad en que organiza la
atención de la salud -enfermedad". (Iriart, C, Leone, F y Testa, M, 1995, 7) Es decir, estas
transformaciones tienen una notable incidencia en la subjetividad y producen un gran número de
malestares, a saber un sufrimiento psíquico que podría denominarse sufrimiento social.

Silvia Bleichmar dice que no es la realidad económica en sí misma la que genera las formas de
desmantelamiento de la subjetividad, sino el hecho de que esta realidad incide en el psiquismo
creando una sensación de fracaso del proyecto individual - colectivo y condiciones de vida
diferentes. Por ejemplo: el hambre genera desnutrición y enfermedades de todo tipo, es decir se
resta, fuerza biológica a la sociedad. Asimismo, la representación de un gran vacío y exterminio
con la cual los seres humanos buscan comida en bolsas de basura en las puertas de
supermercados genera desesperanza dolor o furia homicida. Y el saqueo económico realizado por
las corporaciones financieras en alianza con la corporación política dejó al país sin fondos
patrimoniales. Finalmente, la realidad de los pacientes es de una indigencia material profunda y la
misma da cuenta de un gran sufrimiento psíquico-social.

Por otra parte, es importante situar cómo las causas económicas de estos cambios se encuentran
en el poder de los aspectos financieros, éstos adquieren una fuerte incidencia respecto de los
demás incidiendo en la acumulación del capital y produciendo sin duda un reordenamiento del
capitalismo movilizándolo a través de las fronteras nacionales. Los orígenes de la globalización
financiera implican la acumulación de excedentes de liquidez, liberación de los controles al capital
y transformación tecnológica en la informática y las comunicaciones.

Por ende, esta política neoliberal instala profundas transformaciones en la sociedad argentina
impactando todos los niveles de la salud colectiva. La concepción de salud deja de ser un derecho
universal y responsabilidad del Estado para convertirse en un bien de mercado que cada individuo
debe conseguir por sí mismo.
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El capital financiero y su inserción en las políticas de salud

Dentro de esta política neoliberal, los sectores capitalistas que hegemonizan la re- estructuración
productiva en salud, a saber grupos ligados al capital financiero dieron sus recursos para agenciar
los procesos de producción subjetiva de acuerdo al actual modelo hegemónico reproduciendo
modelos capitalistas.

El capital financiero adquirió en los años 90 una hegemonía muy considerable en el sector salud,
por medio de su desregulación y favoreciendo su entrada masiva. Asimismo, el complejo médico-
industrial se reubicó a través de la radicalización de la medicalización creando estrategias de
comunicación dirigidas a los usuarios, cambiando la definición de enfermedades, presentando
nuevas entidades nosológicas, aprobando nuevos fármacos, tecnologías y tratamientos para ser
financiados por los seguros de salud públicos y privados, difundiendo protocolos clínicos y la
medicina de la evidencia.

Es así como, este capital financiero entró en la administración de servicios de atención de salud.
Por ejemplo: grupos financieros compraron hospitales y residencias para pacientes crónicos. En
definitiva, el capital administró los espacios y recursos físicos cobrando por su utilidad a grupos de
profesionales independientes instalados en esos establecimientos. Este proceso puede leerse
como "la revitalización de la concepción liberal, pero sólo se trata de una forma de eliminar la
relación laboral entre administradores y profesionales, y de poner el peso de la responsabilidad
legal y financiera en estos últimos". (Iriart, C. 2008,1622)

En el presente, los profesionales se ven obligados para atender a los pacientes a llenar formularios
y protocolos de entrada y salida al sistema de atención, sin que exista previamente un trabajo
clínico que conlleve el análisis singular del paciente. Asimismo, las obras sociales regulan,
especifican y determinan la frecuencia de atención y duración de los procesos de una manera
homogénea, es decir se aplica la misma fórmula de atención para todos los pacientes. A su vez
ellas están reguladas por otros entes financieros que entran como capital.

Por ende, "Nuestro presente está más que nunca, moldeado por una subjetividad financiarizada.
Como bien señaló Michael Foucault, y más tarde Gilles Deleuze, en tiempos industriales la lógica
central de dominación es el disciplinamiento al que hoy se agrega el control, especialmente el
control sobre el futuro (...). La subjetividad financiera capta nuestros futuros y obstruye así
nuestro devenir" (Roig Alexandre 2018, 6)

Es así como en el actual proceso, se produce "la subordinación de los profesionales de salud a la
lógica administrativa - financiera y la drástica reducción de la práctica profesional independiente,
ya que los profesionales deben ofrecer sus servicios a las aseguradoras o a las propietarios de
grandes centros prestacionales " ( Waitzkin, 1994, Waitzkin & Fishman, 1997). Por lo tanto,
decisiones profesionales se someten a la de los administrativos para maximizar ganancias y se
limitan los servicios vía control de prescripciones y derivaciones, sustentadas en lo que se
denomina como se señaló en principio como medicina de la evidencia.
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A este proceso ya había apostado el complejo médico - industrial, dirigiendo la promoción de sus
productos a los médicos quiénes son en definitiva desde el comienzo de todo este recorrido los
detentadores privilegiados de la relación con los usuarios y potenciales inducidores de consumo y
fundamentalmente creadores de nuevas subjetividades en la producción de salud. Es decir, este
movimiento impacta la creación de nuevas subjetividades en los usuarios. Por lo tanto, con este
fin se utilizó el concepto de consumidor de salud y las estrategias se centraron en mostrar la
necesidad de que los pacientes / usuarios se transformaran en clientes/ consumidores.

Ahora bien, los intereses del capital financiero se enfrentaron con los del complejo médico
industrial en los años iniciales de las reformas gerenciadoras y hacia mediados de los noventa las
grandes corporaciones farmacéuticas y productoras de tecnología desarrollaron reformas para
posicionarse en el mercado y redefinirse bajo el modelo médico hegemónico que radicalizaron la
medicalización y la redefinieron como biomedicalización.

"La biomedicalización supone la internalización de la necesidad de autocontrol y vigilancia por


parte de los individuos mismos, no requiriendo necesariamente la internación médica. No se trata
solamente de definir, detectar y tratar los procesos mórbidos, sino de estar informados y alertas
de potenciales riesgos e indicios que pudieran devenir en patología." ( Iriart, Cecilia 2017, 1009)

Este proceso de biomedicalización determinó que la industria farmacéutica ponga más productos
en el mercado, cambiando en algunos casos la composición de algunos medicamentos para
ampliar el consumo de los mismos. Asimismo, expertos pagados por comités científicos
redefinieron diagnósticos y determinaron nuevos cuadros nosológicos, transformando riesgos en
enfermedades y es así como en los noventa advinieron nuevos padecimientos psíquicos
denominados del estilo de vida.

El objetivo central fue retomar capacidad de influenciar los procesos subjetivos relacionados con
el proceso salud- padecimiento - atención, teniendo efectos en las decisiones de consumo de los
usuarios y venta de medicamentos para los sanos. Sin embargo, se intenta destacar la
biomedicalización, proceso que crea una nueva subjetividad en el proceso de salud- padecimiento-
atención, diferenciado de la medicalización, puesto que éste se centra en el padecimiento, la
enfermedad, el cuidado y la rehabilitación, la biomedicalización se centra en la salud como un
mandato moral con la inclusión del auto-control, la vigilancia y la transformación personal.

Cabe señalar que los procesos de reforma hegemonizados por el capital financiero que heredamos
se iniciaron en Estados Unidos a fines de los ochenta y se exportaron a otros países en los
noventas. La masiva entrada del capital financiero y su lógica en el sector salud, modificó no sólo
las reglas económicas, sino como ya se mencionó introdujo grandes cambios en las subjetividades
individuales y colectivas en relación al concepto de salud- padecimiento- atención.

Después de lo expuesto, se hace necesario abrir la discusión acerca de si es posible tener una
mirada diferente a la lógica impuesta por el capital financiero multinacional, a partir de la
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reconfiguración capitalista que sobrevino después de la crisis de mediados de la década de los


sesenta.

que apunte a establecer otro sentido

Atención generalizada

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