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Corporación de Asistencia Judicial

Consultorio de Puente Alto


S. P.

EN LO PRINCIPAL: Contesta acusación fiscal de oficio


EN EL PRIMER OTROSI: Consideración de atenuantes
EN EL SEGUNDO OTROSI: Beneficios de la ley 18.216
EN EL TERCER OTROSI: Medios Probatorios
EN EL CUARTO OTROSI: Copias simple del fallo
EN EL QUINTO OTROSI: Se tenga presente
EN EL SEXTO OTROSI: Se tenga Presente

S. J. L. del Crimen. (2°)

Raúl Andrés Rogers Señoret, Abogado Jefe de la Corporación de Asistencia


Judicial Consultorio de Puente Alto, representando a doña Mabel Oliva Pérez
Quevedo, en proceso seguido en su contra como autor de presunto delito de Lesiones
Graves, causa rol Nº 68.880, a U. S., respetuosamente digo:

Que por este acto y en conformidad a los artículos 447 y siguientes del Código
de Procedimiento Penal, vengo en contestar la acusación fiscal de autos, respecto del
presunto delito por el cual se acusa al doña Mabel Oliva Pérez Quevedo, teniendo en
consideración los fundamentos de hecho y de derecho que paso a exponer:
LOS HECHOS:

Conforme lo establecido en autos, especialmente en el parte policial que rola a


fojas 1. El día 08 de Marzo de 2004 en horas de la tarde, aproximadamente a las 13:00
horas, cuando doña Patricia Álvarez Maulen, caminaba por Av. Los Toros de la
comuna de Puente Alto, para recoger a su hijo del establecimiento escolar “Andes del
Sur”, donde fue interceptada por una mujer cuando ya venia de vueltas del lugar, quien
la insulto, producto de ello se inicio una discusión y actos seguido la agredió con un
golpe de pie y puño en diferentes partes de su cuerpo, ocasionándole lesiones de
pronostico grave, que suelen sanar, salvo complicaciones entre 32 a 35 días con igual
tiempo de incapacidad.

Debo hacer presente que tales circunstancias no concuerdan ni con el parte


Policial de foja 1 ni con las declaraciones de la acusada y la supuesta victima.
Produciéndose graves contradicciones en desmedro de mi representada y que esta
defensa en seguida esclarecerá a V. S.

EL DERECHO:

1. Solicito se conceda la absolución a la acusada doña Mabel Oliva Pérez


Quevedo, en atención a que de los antecedentes que obran en el proceso no
puede concluirse, el grado de convicción exigido por la ley, que a ésta le ha
cabido algún grado de participación en el delito que no sea, sino bajo la figura de
la legitima defensa propia, y que esta siendo acusada por un delito y ella opto
por la actitud propia de una eximente de responsabilidad penal.

A juicio de esta defensa, no existen en el proceso medios probatorios que tengan


la fuerza, seriedad o peso necesarios para lograr formar la convicción a U. S., de
la participación como autora del delito. Es por ello, y por la gravedad que implica
condenar a alguien, dado el carácter de extrema o última ratio del Derecho
Penal, que esta defensa considera que la reacción del ordenamiento jurídico
frente a los hechos materia del presente juicio, en relación a doña Mabel Oliva,
deben conducir necesariamente a su absolución. Para apoyar la afirmación
anterior, se pasan a analizar los diversos medios de prueba que obran en el
proceso, y que no pueden llevarnos sino a la conclusión planteada por esta
defensa:

Parte policial de foja 1.

Sólo se limita a señalar que se detiene a la acusada, que puede ni siquiera ser
ella, ya que en el parte policial no es indualizada y la victima no lo hace, porque no
conoce la identidad de la persona y que no necesariamente puede concordar con la
persona de la acusada, por lo tanto, podría haber sido cualquier otra mujer y se le
imputa este supuesto delito a mi defendida por ser la amante, tras tener un ataque de
celo y locura.

En primer término, el personal aprehensor sólo puede dar cuenta de la detención


de mi representada y no de la presunta comisión de algún ilícito. En este sentido, de
acuerdo a lo manifestado en el parte, los funcionario de Carabineros de Chile, NO SON
TESTIGOS PRESENCIALES DE LOS HECHOS, sino sólo cumplieron con la detención
de una persona que hace una denuncia.

Por último cabe señalar que, de acuerdo a lo preceptuado en el artículo 110


inciso segundo del Código de Procedimiento Penal, el parte policial sólo puede ser
considerado como un antecedente más del proceso, apreciable de acuerdo a las reglas
generales; vale decir, dicho documento carece de valor probatorio por sí mismo y tan
sólo puede llegar a constituir una base para la construcción de una presunción judicial,
de cumplirse todos los requisitos legales.

Minuta del detenido de fojas …...


Se debe dejar presente que en la minuta del acta del detenido donde se le han
leído sus derechos, no esta la impresión digital del dedo derecho del reo para dejar
constancia que fueron leídos sus derechos como ciudadano en cumplimiento a lo
estipulado en la ley 19.567.

Declaración de doña Mabel Olivia Pérez Quevedo.

Tal declaración demuestra que existen grandes contradicciones con el parte


policial y la declaración de la victima:

Es así que quien comenzó la discusión fue doña Patricia Álvarez y que no
agredió verbalmente primero a la acusada, sino a una menor de edad, hija de mi
representada y posteriormente la agrede a ella por el hecho de que era amante de su
cónyuge y al tratar mi representada de conversar con ella pese a los insultos dirigios a
su hija y a ella, trata de decirle que converse con su marido para aclarar esta situación
de índole sentimental, es en ese momento que comenzó agredirla tironeándole el pelo,
por lo que no quedo más que mi representada se defendiera, transformándose este
hecho en una riña, que concluyo cuando decidió seguir su camino y parar así con tal
situación y en esos momentos se acercaba una patrulla de Carabineros de Chile y les
contó lo sucedido y realizo la denuncia correspondiente, ya que resulto con lesiones
leves.

Por lo tanto, queda claro S. S., que estas lesiones fueron provocadas por celos y
odio, resultado de que el cónyuge de la victima mantiene una nueva relación con mi
representada.

Quiero dejar presente que los hechos ocurrieron frente de menores de edad y
peor aun en presencia de sus hijos.
Declaración de doña Patricia del Rosario Álvarez Maulen.

Sin perjuicio de la declaración de la acusada, el parte policial y la presente


encontramos la contradicción clara de la victima ya que no fue golpeada en todo el
cuerpo, sino en el solo rostro, por lo tanto, si cotejamos el parte policial y la declaración
de la victima, ambos documentos no señala los hechos verídicos, sin perjuicio que
ambas partes se agredieron.

Por otro lado, si la victima presenta otras lesiones que no son en su rostro
obviamente no fueron hechas por mi defendida.

Según el artículo 110 del Código Procedimiento Penal, la Confesión Judicial no


constituye medio de prueba para comprobar el delito. Es más, respecto de la
determinación del delincuente el mismo código en su artículo 111 reza lo siguiente; “El
delincuente puede ser detenido por uno o más de los medios expresados en el artículo
que precede, y además por la confesión del mismo, acorde con los datos que
comprueben el hecho punible”. Por lo tanto, podemos deducir que por el hecho que el
citado artículo mencione la palabra “además”, implica que la confesión por si misma no
constituye medio probatorio suficiente para determinar la persona del delincuente.

2. Según la acusación de autos de fojas 50 y 51 los hechos fueron provocados por


mi representada y traen como consecuencia lesiones graves en la persona de
Doña Patricia Álvarez Maulen, bajo la figura de la legitima defensa, que doña
Mabel Oliva Pérez Quevedo uso cuando fue agredida por una esposa
engañada y obviamente con una gran frustración y odio hacia mi defendida por
ser la amante de su cónyuge, por lo tanto, configura una eximente de la
responsabilidad consagrada en el Código Penal en su artículo 10 N° 4, 5, 6.

La Legitima Defensa es una causa o circunstancia eximente de la


responsabilidad criminal; la de más arraigado en el Derecho penal, y la menos discutida
en teoría, salvo su redacción técnica.
Para la Escuela positivista la legitima defensa no suscita ninguna medida de
seguridad (salvo los síntomas relevados en el exceso), por cuanto el sujeto no muestra
peligrosidad; ya que sólo ha reaccionado ante un acto antisocial, y ejerciendo la
defensa social.

REQUISITOS:

La legítima defensa se encuentra regulada en el N° 4 del Art. 10° del Código


Penal, precepto que distingue tres clases de legítima defensa: propia, del cónyuge y
parientes y de extraños.

El ejercicio legítimo de tal facultad de defensa supone la concurrencia de ciertos


requisitos:

Una agresión antijurídica actual o inminente;

La necesidad racional del medio empleado para impedir o repeler el ataque; y

Falta de provocación suficiente por parte del que se defiende. En el caso de la


defensa de parientes la ley exige que «en caso de haber precedido provocación por
parte del acometido, no tuviere participación en ella el defensor». En la defensa de
extraños se añade además como requisito que «el defensor no sea impulsado por
venganza, resentimiento u otro motivo ilegítimo.

En la llamada «legítima defensa privilegiada», la ley presume la concurrencia de


los requisitos señalados para quien se defiende a sí mismo, a parientes o extraños
frente a determinadas agresiones particularmente graves. (Echeverri. Derecho Penal,
parte general, Tomo I, 3ª edición, Pág. 259 y SS.

La doctrina penal trata la legítima defensa dentro del sistema de causas de


justificación. La teoría del delito define este último como la acción u omisión típica,
antijurídica y culpable. Las causales de justificación operan como excluyentes de la
antijuricidad, de modo que, cuando concurren, una conducta típica y culpable debe
clasificarse como conforme a derecho.

Las causales de justificación son entendidas como un conjunto de normas


permisivas «que levantan la prohibición - contenida en el tipo - bajo determinados
presupuestos» (H.H. Jeschek. Tratado de Derecho Penal. Parte general, Volumen
Primero, Pág. 441) y que responden a la necesidad legislativa de dar cuenta de la
variada gama de situaciones en las que existen «motivos bien fundados» para no
prohibir el ataque plenamente imputable de un bien jurídico penal.

Estas reglas permisivas tienen por función la resolución, válida para todos, de
conflictos sociales en contextos complejos, que suponen intereses contrapuestos y que
exigen una coordinación de principios «con fundamento en la cual, en situaciones de
necesidad, el sistema normativo resuelve objetivamente la situación de conflicto de
intereses otorgando al sujeto necesitado una facultad de salvaguarda e imponiendo al
sujeto afectado un correspondiente deber de tolerancia de la acción de salvaguarda
agresiva. (Francisco Baldó, Estado de Necesidad y Legítima Defensa, J. M. Bosch
Editor S.A., 1994, Pág. 37.

LA DOCTRINA NACIONAL

Nuestra doctrina utiliza mayoritariamente el esquema de fundamentos y


coordinación de ideas rectoras que inspiran las causales de justificación desarrollado
por Mezger, quien plantea la existencia de dos principios: el de ausencia de interés que
da lugar a la justificación basada en el consentimiento del interesado; y el del interés
preponderante, que en su forma específica de «preservación de un derecho», permitiría
fundar la institución que comento. Específicamente, en la legítima defensa cabría la
preservación de intereses propios y ajenos en cuanto preponderante respecto de los
sacrificados. (Cury, Derecho Penal, parte general, 1ª Edición, Tomo I, Pág. 320.
Etcheberry, op.cit. Pág. 239. Garrido Montt, Nociones Fundamentales de la Teoría del
Delito, Pág. 123).

Las categorías de Mezger parecen describir bien qué sucede cuando concurre
una causal de justificación (preponderancia de un interés), pero no explican por qué se
ha preferido (o debiera preferirse) que un interés determinado prevalezca sobre otro.

En ese sentido, la doctrina nacional no ha asumido con suficiente «ardor cívico»


la necesidad de dar un fundamento sólido a las causales de justificación en nuestro
derecho, dejándose llevar más o menos a gusto, por un criterio con mayores virtudes
clasificatorias

PARTICIPACION DE NUESTRO DEFENDIDO.

Para el caso poco probable de que U. S. estime que a nuestro defendido ha de


imponérsele por sus presuntos delitos pena condenatoria que el caso escasamente
amerita, esperamos se tengan presentes las siguientes razones de hecho y de derecho
que a continuación detallamos:

Nuestro defendido siempre tuvo la voluntad de colaborar con todas las


diligencias de la investigación.

Que los hechos relatados y explicados por ella en sus declaraciones fueron
siempre apegados a la verdad.

Que en el evento de su culpabilidad el motivo que lo habría impulsado a actuar


fue la mera desesperación de defenderse, bajo la eximente de la legitima defensa lo
que configura claramente un estado eximente, si vemos que su prioridad, según el
mismo declaró a fs .
Que de las declaraciones de la acusada se desprende su completa conciencia de
haber obrado mal, pero por defender a su hija y su honor y del mérito de autos
rescatamos su arrepentimiento.

Que siendo una persona de intachable conducta anterior como consta en fs , es


útil para servir a la sociedad, no necesita ser reformado y por ende, sería un mal mayor
castigar a doña Mabel Oliva Pérez Quevedo con el máximo rigor de la ley.

Ahora bien, teniendo presente que nuestro representada se encuentra


actualmente reconociendo las lesiones que provoco, estamos ante la certeza del
artículo 456 bis del Código de Procedimiento Penal, pero en este caso S. S., apeló a su
sentido inequívoco de prudencia y humanidad, y solicitamos se acoja a los principios
pro reo de nuestros tribunales.

EXIMENTES DE RESPONSABILIDAD CRIMINAL.

1. Artículo N° 10 Ns° 4, 5 6 CP. En este caso no tengo más que dejar claro que mí
representada siempre actuó bajo la legítima defensa, tanto de ella y su hija.

POR TANTO
RUEGO A U. S, tener por contestada la acusación fiscal deducida en autos en contra
de doña, en atención a los argumentos presentados en el cuerpo principal.
POR TANTO,
RUEGO a US., tener por contestada la acusación fiscal deducida en autos en contra de
doña Mabel Oliva Pérez Quevedo, absolviéndolo en atención a los argumentos
presentados en el cuerpo principal.

PRIMER OTROSÍ: Debido a lo anteriormente expuesto es que considero que no existen


los antecedentes suficientes para considerar a mi representada como autor del delito
Lesiones Graves, pero en el evento de que sea condenada solicitamos a U. S.,
considerar la circunstancia atenuante de responsabilidad del artículo 11 N° 6 del
Código Penal que expresa “Si la conducta anterior del delincuente ha sido
irreprochable”, mi representada solo actuo como cualquier persona que es agredida
en medio de la caye, situación que llevaria claramente a cualquier persona a
defenderse, pero esa es un conducta atípica en ella lo cual se ratifica con el extracto de
filiación el cual no registra anotaciones; solicitando que se tenga por muy calificada
según lo señala el artículo 68 bis del mismo cuerpo legal que expresa:“Sin perjuicio de
lo dispuesto en lo cuatro artículos anteriores, cuando sólo concurra una
atenuante muy calificada el tribunal podrá imponer la pena inferior en un grado al
mínimo de la señalada al delito.”; además solicito se acoja la atenuante del artículo
11 N° 9 del Código Penal que expresa: “Si del proceso no resulta contra el
procesado otro antecedente que su espontánea confesión”. En dicho caso, para el
evento de acoger ambas atenuantes, ruego a U. S., aplicar en favor de mi representado
el artículo 68 Inciso tercero del Código Penal.

SEGUNDO OTROSI: Ruego a U. S., que para el evento incierto de que mi


representada sea condenada a una pena privativa de libertad, se le otorgue alguno de
los beneficios establecidos en la ley 18.216, uno en pos de otro.

TERCER OTROSÍ: Ruego a U. S., se sirva tener presente que se requiere la apertura
del término probatorio, en el cual me valdré de todos los medios de prueba que
contempla la ley para dar por acreditados los fundamentos esgrimidos en esta
presentación.

CUARTO OTROSI: Ruego a U. S, tener presente que el acusado se encuentra acogido


al Privilegio de Pobreza Legal contemplado en el artículo 600 del Código Orgánico de
Tribunales y, que en consecuencia, no procede su condena en costas.

QUINTO OTROSI: Ruego a U. S., otorgarme copias simple de la sentencia de autos,


con el objeto de cumplir con los tramites administrativos de estas Corporación.
SEXTO OTROSI: Solicito a U. S, tener presente que el Abogado Jefe de la Corporación
de Asistencia Judicial, Consultorio Puente Alto, sólo viene en contestar la acusación
ordenada por el Tribunal, pero en ningún caso asume el patrocinio del acusado.

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