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Postres al final de una larga vida

Cuando llegamos al final de un año, o de un proyecto, o cuando celebramos un


cumpleaños o aniversario, siempre es bueno hacer una evaluación de lo vivido, lo
logrado, las lecciones aprendidas. Yo soy Rebeca, la hija y editora de Juan Stam, y
quiero compartirles algunos de los pensamientos actuales de mi papá. Ahora que el
cuerpo se le ha puesto más lento y aletargado – le falla la vista y le tiembla el pulso -
pero la mente sigue inquisitiva y activa, le ha dado por repasar sus nueve décadas, y los
diversos capítulos de su vida. Le caen al pelo las palabras del poeta Amado Nervo
cuando habla del “ocaso de la vida”: “Vida, nada me debes. Vida, estamos en
paz.” Pero, como si eso fuera poco, ¡le siguen pasando cosas buenas! Después de
tantos años de trabajo arduo y luchas por la paz y la justicia conforme a nuestras bases
bíblicas, se le ocurre que ahora está disfrutando el “postre” de su vida. O tal vez varios
postres. Al finalizar el 2018 y darle la bienvenida al 2019, permítanme compartir
algunos de esos postres con ustedes, sus amigos y amigas:

1er postre: las visitas, los estudiantes, los profesores, amistades. ¡Le encanta recibir
visitas y disfrutar una buena conversada! En estos últimos años ha tenido la visita
constante, cada semana o dos, de un grupo de estudiantes liderado por José Miguel
Cubillo, un joven ya graduado como abogado que ahora desea seguir con un doctorado
en filosofía. Llegaron un día cualquiera, y José Miguel, muy serio, hacía muchas
preguntas. Primero mi papá lo percibió tal vez un poco desafiante; luego descubrió que
era su inmenso deseo de aprender. ¡Preguntó si podría venir todos los sábados a hablar
con mi papá! Rara vez se ha visto un compromiso tan fiel y definitivo, especialmente
de parte de un joven que tantas otras cosas podría estar haciendo los sábados, pero ha
preferido conversar con un viejito y hacer buen uso de su biblioteca. ¡Ya van cuatro
años de estar llegando! Según mi papá, ha resultado ser una de las experiencias más
gratificantes de su vida. ¡Gracias a Dios por jóvenes como José Miguel, deseosos de
aprender y crecer!

2do postre: La inmensa bendición de contar con amistades que se han ido construyendo,
en algunos casos, a través de cinco o seis décadas. Fueron estudiantes y/o colegas en el
Seminario Bíblico, y compañeros de vida que se han ido uniendo. El grupo se llama los
“genarios” – empezaron siendo quizás sexagenarios (o quién quita que más jóvenes), y
ya son octogenarios – y se reúnen fielmente el último sábado de cada mes. Son amigos
y amigas del alma, y los ratos compartidos valen oro. Las más de las veces hablan de
teología, otras de política, o de recuerdos o experiencias cotidianas, enriquecido con
chistes, buen humor y buenas comilonas. Se celebran los cumpleaños y metas
cumplidas, o la sencilla bendición de la amistad. Todo ser humano debe tener un grupo
de amigos como el que tienen mis papás. Son relaciones humanas que le dan un gran
sentido a la existencia. Y después de tantos años ¡imagínense la solidaridad y las
tertulias que disfrutan!
3er postre: un doctorado honoris causa por parte de la UNELA. Aunque tiene su
doctorado en teología, desde hace muchos años, de la Universidad de Basilea, este
doctorado Honoris Causa de la UNELA fue sumamente especial por el reconocimiento
que significa por parte de la educación teológica costarricense y la iglesia local. En el
“ocaso de la vida” no deja de ser valiosos sentir que el trabajo es apreciado y
recompensado, que al fin y al cabo valió la pena. ¡Gracias, UNELA, por validar de esa
forma la trayectoria de vida de Juan Stam! Y ¡gracias a los muchos amigos que
compartieron ese momento con su presencia, fotografías, y felicitaciones!

4to postre: En el mes de julio la iglesia Vida Abundante Coronado honró a Juan y Doris
con un homenaje por su trayectoria de vida y ministerio. Los entrevistaron, tomaron
fotos, y realizaron un video que incluía además escenas de su juventud, matrimonio y
primeros años en América Latina. Fue trasmitido en todos los cultos del último fin de
semana de julio, y aparentemente también en otras iglesias de la red Vida Abundante de
Costa Rica. Fue de gran bendición, y le damos humildemente las gracias a Dios por este
recuento de sus años como misioneros y pioneros de la educación teológica evangélica
en Costa Rica. Pueden ver el video acá.

5to postre: En agosto papi cumplió 90 años y ¡lo celebramos en grande! La decoración
era típica costarricense, con racimos de banano, caña brava, metates, pilón, y con
también Quijotes en diversos lugares. El tema era “El Quijote de la Moto”, uno de sus
apodos por ser quijotesco – alto, flaco y sabio - y por andar muchos años en moto. Papi
dio unas palabas sobre ese y otros dos apodos que tuvo: “el misionero hippie” o “el
hippie bíblico” (por el pelo largo y las patillas), como también “la pulga teológica”
(porque brincaba de un lado a otro cuando enseñaba tanto en la Universidad Nacional en
Costa Rica como en el Seminario Bautista en Managua). En la fiesta nos acompañaron
muchos de ustedes, amigos y amigas de muuuuuchos años, y cantamos con la
reconocida soprano Zamira Barquero, acompañados con guitarra por Hugo Picado,
Loida Pretiz, y mi persona (Rebeca), además de la participación del gran músico y
compositor costarricense Carlos Guzmán con “Caña Dulce”, con su propio “Soy tico” y
otras típicas, y hasta canciones “viejitas” del grupo Gaviota. ¡Fue todo un éxito! ¡Mi
papá se sintió súper celebrado!!!

6to postre: la venta de sus libros, especialmente sobre Apocalipsis. En estos últimos
años él ha sentido mucha conexión con lectores que compran y leen sus libros, que se
comunican con él con preguntas y comentarios. Un colega, cristiano y con muchos años
de ministerio, le escribió lo siguiente: “Estoy leyendo su libro con título… Es tan
provechoso que me parece que me está cambiando la vida. ¡Muchísimas gracias!” Eso
le llegó mucho a mi papá. Es de gran – y humilde – bendición, saber que Dios usa sus
escritos de esta manera. ¡Gloria a Dios por esa bendición!
7mo postre: La distribución cibernética de sus artículos y escritos, por ejemplo, a través
de intelectuales evangélicos como Leopoldo Cervantes o Harold Segura, o redes como
su propio blog o “Protestante digital”. También hay mucha difusión en medios
brasileños, y hasta traducciones al portugués. Es de inmensa bendición saber cómo las
redes sociales y páginas web multiplican el alcance y eficacia de un mensaje liberador y
de victoria, como es el del Apocalipsis. ¡Gracias a Dios por la apertura y divulgación de
esas redes!

8vo postre: En el mes de noviembre tuvimos la increíble bendición de participar en la


inauguración de la nueva “Cátedra Juan Stam” impulsada por la facultad teológica
evangélica AETE del Perú y que se va a seguir realizando cada dos años. Fue una
actividad de gran solidez y divulgación teológica, y agradecemos especialmente a Efraín
Barrera y todo el personal de AETE por su excelente organización y coordinación. Para
mi papá fue de mucha bendición y honra sentirse tan apreciado por tanta gente. Vimos
a adultos mayores que fueron estudiantes de él en el Seminario Bíblico Latinoamericano
o en alguno de sus viajes para enseñar en el Perú. Y pudo conocer también a una gran
cantidad de jóvenes estudiantes que han leído y estudiado sus libros, y se emocionaban
al conocer al autor y tomarse fotos. Agradecemos con toda humildad este gesto de
aprecio por parte de la Facultad y de mucha gente querida. Definitivamente forma parte
importante del “postre” de la vida. Agradecemos asimismo a los amigos de Sociedades
Bíblicas del Perú por el reconocimiento realizado conjuntamente. Ha sido de suma
importancia para mi papá poder colaborar con las Sociedades Bíblicas internacionales, a
quienes aprecia inmensamente por su búsqueda de transmitir y difundir el mensaje de la
Biblia. Pueden conocer más sobre la Cátedra Juan Stam en este enlace.

9no postre: La familia, y la paz y estabilidad que ésta le brinda. Su amada Doris,
compañera de 64 años, “siempre una paso adelante” como dice él, ha sido una roca
segura y constante. Los tres hijos, cinco nietos, y la bisnieta todos estamos bien, y eso
le infunde mucha paz y tranquilidad a mi papá. Mi hermano Roberto y cuñada Catalina
Foulkes tienen ya 37 años de casados y tienen dos hijos mayores, profesionales y
amorosos. Mi hermano Ricardo (Ricky) comparte diariamente con mis papás, y los
apoya en cosas desde lavar platos hasta las situaciones más complicadas de la
computación. Y yo (Rebeca), trabajo en aviación pero trato de volar lo menos posible
para poder ayudarles a mis papás con las citas médicas, escritos y visitas. Mis papás
están celebrando conmigo que tengo un compañero a quien conocen y admiran desde
hace muchos años por su trayectoria académica y política, y les alegra mucho verme
bien acompañada. Mis tres hijos, también ya grandes y cariñosos y muy trabajadores,
apoyan y ayudan en todo lo que puedan, desde la cocina, lugar para visitas, o con citas
médicas y mandados, según se necesite. Mi hijo menor, Juan, siguió los pasos
teológicos del abuelo y tocayo, y es pastor de jóvenes en una iglesia en Miami. ¡Damos
gracias a Dios por la estabilidad y fuerte unión de la familia, y también por la bellísima
y talentosa bisnieta Alessandra que nos alegra a todos la existencia!
Yo creo que los seres humanos fuimos creados para estar en comunidad y que las
relaciones cercanas y conversaciones frecuentes alargan la vida. Los 90 años de don
Juan Stam parecen corroborarlo. ¡Gracias a cada uno/a de ustedes, por formar parte de
su red de amistades y gente querida tan importante para la vida!

Para mi papá, al finalizar el 2018 y empezar un nuevo año 2019 y, tal vez más
importante, al disfrutar “el postre” de su vida, no hay más que gozo y agradecimiento a
Dios por los frutos y resultados de sus propósitos de vida, sus luchas, su legado. Junto a
Amado Nervo, puede decir: “Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. ¡Vida, nada me
debes! ¡Vida, estamos en paz!”

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