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Lennix Dayanne Espíndola Somasa.

2152707.
Seminario de Impactos Económicos.
Profesor José Joaquín Álzate Marín.
Universidad Industrial de Santander.

LA IMPORTANCIA DEL COSTO DE CAPITAL EN UNA


FUENTE FINANCIERA.

Un componente clave de la teoría financiera se genera en que cualquier uso que se le dé


al dinero implica la renuncia del retorno de un activo específico a cambio del rendimiento
mayor que generará otro proyecto de inversión de igual riesgo; indicando que el uso
corporativo de los recursos monetarios se deben evaluar frente a las otras opciones
existentes, originando la formulación del costo de capital; el cual provee los mecanismos
que son necesarios para realizar tal comparación, pues es una medida de rentabilidad y
valoración del desempeño. Claramente, su preponderancia es de enorme magnitud,
debido a los niveles de transacciones que se realizan anualmente, siendo así, bastaría con
seleccionar en forma errónea alguno de sus factores de cómputo para aumentar el pago
de intereses o el rechazo del activo que está siendo valuado. Por tanto, ante esta
disyuntiva, han surgido cierta de cantidad de metodologías que buscar explicar su cálculo,
generando debates entre analistas, empresarios, alumnos y docentes de las escuelas de
negocios sobre cuál es la mejor forma de hacerlo, teniendo en cuenta que ya existen dos;
el Costo de Capital Promedio Ponderado (WACC), que es enfocado a valuar los recursos
totales de la compañía; y el otro, constituido por el Modelo de Precios de Activos de
Capital (CAPM), que ha sido el preferido para estimar el costo de los fondos aportados por
los accionistas comunes.

Partiendo de esto, podemos definir que es el costo de capital, es la tasa de rendimiento


esperada que los participantes del mercado demandan con la finalidad de generar fondos
para un proyecto en particular expresado generalmente como un porcentaje; otra forma
de exponerlo se enfoca en el monto anual de dólares que el inversor requiere o espera
realizar versus la cantidad monetaria aportada. En términos económicos y para una
transacción en particular, se formula como un costo de oportunidad o sea la ganancia
sacrificada por elegir una mejor rentabilidad en otra alternativa de inversión de igual
riesgo, situación que se relaciona directamente con el “Principio Económico de
Sustitución”, que expresa el por qué un capitalista no destinará sus fondos en un activo
específico si existe otro con mayores beneficios. Otra manera de enunciarlo es la
siguiente: “es el retorno que una compañía se compromete a pagar con la finalidad de
obtener financiamiento proveniente de deuda o de acciones preferentes y/o comunes”
(TREJO., 2011)
El coste del capital es uno de los factores principales de la determinación del valor de la
empresa al ser utilizado como la tasa de descuento que actualiza la corriente de flujos de
caja que la compañía promete generar. Por tanto, un riesgo alto implica un coste del
capital alto, es decir, una mayor tasa de descuento y, por ende, una baja valoración de los
títulos de la empresa (lo contrario ocurriría si el riesgo es bajo). Y dado que la emisión de
estos títulos es la encargada de proporcionar la financiación necesaria para acometer la
inversión, el coste de dichos recursos financieros aumentará cuando el valor de dichos
títulos sea bajo, y descenderá cuando el valor de éstos aumente. Si la empresa consigue
una rentabilidad sobre sus inversiones suficiente para remunerar a sus fuentes financieras
es de esperar que el precio de mercado de sus acciones se mantenga inalterado.

Ahora bien, si la rentabilidad de sus inversiones supera al coste de los recursos financieros
empleados en ellas, el precio de las acciones ascendería en el mercado; por el contrario, si
dicho coste fuese mayor que el rendimiento esperado del proyecto y, aun así, éste se
acometiese (lo que sin duda sería un error) el valor de mercado de las acciones
descendería reflejando la pérdida asociada a esa mala decisión de inversión.
En resumen, cada tipo de recursos financieros (deuda, acciones preferentes y ordinarias)
deberían ser incorporados en el coste del capital de la empresa con la importancia relativa
que ellos tienen en el total de la financiación de la empresa.

Las principales razones para conocer el coste del capital de una empresa son1:

 La maximización del valor de la empresa que la alta dirección deberá perseguir


implica la minimización del costo de los factores de producción, incluido el del
capital financiero. Y para poder minimizar éste último, es necesario saber cómo
estimarlo.

 El análisis de los proyectos de inversión requiere conocer cuál es el coste del


capital de la empresa con el objetivo de realizar inversiones adecuadas.

 Otros tipos de decisiones, incluidas las relacionadas con el leasing, la refinanciación


de la deuda, y la gestión del fondo de rotación de la empresa, también requieren
conocer el valor del coste del capital.

Es importante conocer los factores que intervienen en el tamaño del coste del capital de
una empresa. El primero, las condiciones económicas el cual determina la demanda y la
oferta de capital, así como el nivel esperado de inflación. El segundo, las condiciones del
mercado, que su interés está centrado en la tasa de rendimiento requerida. El tercero, las
condiciones financieras y operativas de la empresa, interviniendo el riesgo o variabilidad
del rendimiento, también procede de las decisiones realizadas en la empresa. El cuarto, la
cantidad de financiación, que cuando las necesidades de financiación aumentan, el coste

1
Tomado del artículo El coste de capital. Juan Mascarillas. https://www.gacetafinanciera.com/WACC.pdf
de capital de la empresa varía debido a una serie de razones. Consigo, el coste del capital
tiene unos supuestos básicos, para poder simplificar el cálculo del coste del capital, ellos
son:
1. El riesgo económico no varía: El nivel del riesgo de la empresa está determinado
por la política de inversiones seguida por la directiva de la compañía.
1. 2. La estructura de capital no varía: se utiliza la misma composición del capital.
2. La política de dividendos no varía: Se supone que los dividendos aumentan
indefinidamente a una tasa constante. Se supone por la capacidad generadora de
beneficios de la empresa y no de un aumento de la tasa de reparto de beneficios,
que es el reflejo de la política de dividendos, se mantendrá inalterada a lo largo del
tiempo.

Seguidamente, la obtención del coste del capital medio ponderado de la empresa lo


podemos enumerar en tres pasos:
1. El cálculo del coste de cada fuente financiera individualmente considerada.
2. La determinación del porcentaje de cada fuente financiera en el total de la
financiación de las inversiones futuras.
3. El cálculo del coste medio ponderado.

Teniendo en cuenta el cálculo del costo de capital, es claro que si el objetivo de la


empresa es maximizar la riqueza de sus accionistas ordinarios, los directivos deben
retener los beneficios solo si la inversión fuese por lo menos tan atractiva como la mejor
oportunidad de inversión que tengan dichos accionistas. Por tanto, si estos tienen unas
oportunidades de inversión mejores, todos los beneficios deberían ser distribuidos vía
dividendos. Siendo así, la tasa requerida de los accionistas debería ser igual al rendimiento
esperado de la mejor inversión disponible. Para medir dicho rendimiento requerido se
utilizaran tres aproximaciones: el primero, el modelo del crecimiento de los dividendos; el
segundo, el modelo de valoración de activos financieros (CAPM); y el tercero, el modelo
de valoración a través del arbitraje (UPM).

El modelo del crecimiento de los dividendos, la tasa de rendimiento requerida de la


inversión en acciones ordinarias se puede medir a través de la corriente de dividendos que
espera recibir el propietario de una acción, para lo cual utilizaremos el modelo de Gordon-
Shapiro. Este modelo parte del supuesto de que el precio teórico de una acción es igual al
valor actual de los dividendos futuros que ella es capaz de proporcionar. A su vez, los
dividendos crecerán a una tasa media constante y acumulativa (g) por un tiempo
indefinido (TREJO., 2011, pág. 18).

El modelo de valoración de activos financieros (CAPM), Este modelo5 , desarrollado


inicialmente por el premio Nobel William Sharpe, parte de la base de que la tasa de
rendimiento requerida de un inversor es igual a la tasa de rendimiento sin riesgo más una
prima de riesgo, dónde el único riesgo importante es el riesgo sistemático. Éste nos indica
cómo responde el rendimiento de la acción ante las variaciones sufridas en el rendimiento
del mercado de valores, dicho riesgo se mide a través del coeficiente de volatilidad
conocido como beta (ß) (TREJO., 2011, pág. 19).

El modelo de la valoración por arbitraje (APM), Al igual que el CAPM, el modelo de


valoración por arbitraje (APM o arbitrage pricing model) 12 es un modelo de equilibrio de
cómo se determinan los precios de los activos financieros. Esta teoría desarrollada
originalmente por Stephen Ross se basa en la idea de que en un mercado financiero
competitivo el arbitraje13 asegurará que los activos sin riesgo proporcionen el mismo
rendimiento esperado. El modelo se basa en la idea de que los precios de los títulos se
ajustan conforme los inversores construyen carteras de valores que persiguen la
consecución de beneficios de arbitraje. Cuando ya no existan dichas oportunidades se
alcanzará el equilibrio en los precios de los activos financieros.

Un error muy común que se da entre los profesionales y asesores es que confunden la tasa
histórica con la tasa esperada de retorno: El costo de capital es un concepto que se refiere a una
proyección futura. Los retornos históricos raramente son demandados por los inversionistas, aun
si se extrapolaran hacia el futuro, siempre se estaría en la posibilidad de obtener resultados
equivocados en la mayoría de las veces, esa información sólo debería utilizarse como una guía de
las expectativas venideras.

Para concluir, el costo de capital de la empresa está en función de la estructura o esquema


de financiamiento utilizado para la ejecución de las inversiones y del costo de las fuentes
de financiamiento. Además se puede determinar en tres etapas: la primera, es establecer
que proporciones de cada recurso se utilizaran; el segundo, es calcular el costo de cada
recurso de capital; y el tercero, con el costo y las proporciones, estimar los modelos
presentados. El modelo de los dividendos, el CAPM y el APM, son los tres métodos
comúnmente usados para estimar el rendimiento exigido a las acciones comunes.

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