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El cuerpo que all� estaba

No hab�amos dado ni dos pasos dentro de la casa cuando la vimos, all�, sobre el
sof�, parec�a que dorm�a. Pude o�r su lacerante respiraci�n, su sangre cayendo
sobre el piso, el sudor fr�o sobre su frente mientras se acercaba tambale�ndose
hacia nosotros - Vine... vine por...- intentaba decirnos, su boca se abr�a y
cerraba con desesperaci�n, como buscando aferrarse a esas �ltimas palabras. Cuando
apenas quisimos socorrerla, hab�a muerto. �de donde hab�a salido ella? �c�mo lleg�
hasta aqu�? Imaginar que alguien se pierda en el bosque es probable, sin embargo,
con una herida mortal llegar hasta aqu� es pr�cticamente imposible.
A la ma�ana siguiente la enterramos lejos. Mi compa�ero dijo unas palabras, yo no
pod�a soportar el olor de la sangre. Lo sent�a all�, adherido en mi piel, en el
aire, entre mmis dientes. Llegamos casi a la misma hora de ayer, dej� la pala y
entramos juntos.
No hab�amos dado ni dos pasos dentro de la casa cuando la vimos, all�, sobre el
sof�, con el cuerpo sangrante cubierto de tierra, apuntando con su mano
absurdamente blanca hacia �l, repitiendo: - �Maldito! He venido por ti.

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