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Las OOII pueden responder a diversas clasificaciones si bien la clasificación de estas no da ligar a categorías
estancas y excluyentes, sino a categorías yuxtapuestas e interrelacionadas, ya que es normal que una misma
Organización responda a mas de una tipología de Organización. Las clasificaciones pueden ser:
• Organizaciones universales o cerradas, según si están abiertas a todos los Estados que desean
participar o no.
• Organizaciones con fines generales o con fines específicos, según el tipo de fin que persigan.
Tales principios fueron los siguientes: Creación de una Europa con libre circulación de personas, ideas y
bienes; elaboración de una Carta de Derecho Humanos que garantizase ciertas libertades; creación de un
Tribunal de Justicia capaz de hacer cumplir esa Carta de Derechos Humanos y de imponer sanciones en caso
de que no se respetara; creación de una Asamblea europea donde estuviesen representadas las fuerzas vivas
de todas las naciones allí reunidas.
Sin embargo, finalizado el Congreso de la Haya y llegado el momento de reunir a los representados de los
Gobiernos europeos, surgieron las dos posturas contrapuestas a las que me he referido anteriormente: de un
lado la integradora, defendida por Francia y Bélgica, continuadora de los planteamientos integracionistas
sustentadas sobre la base de la creación de una Organización Internacional federalistas dotada de un
Parlamento europeo con capacidad de adoptar normas vinculantes para los Estados miembros. De otro, la
partidaria de una cooperación estrictamente intergubernamental, sin cesión de soberanía alguna, defendida
por el Reino Unido y algunos Estados escandinavos.
Como vamos a ver, el modo en el que fue concebido el Consejo de Europa resultó de una transacción entre
ambas posturas:
a) Un único órgano con poder decisorio limitado.
b) Un órgano deliberante de representación parlamentario pero sin elección directa y sin competencias
legislativas.
c) Una Secretaría General.
Así, mediante el Estatuto de Londres de 5 de mayo de 1949, se crea el Consejo de Europa, Organización
Internacional de cooperación. De acuerdo al art. 1 a) del Estatuto de Londres, la finalidad del Consejo de
Europa “consiste en realizar una unión más estrecha entre sus miembros para salvaguardar y promover los
ideales y los principios que constituyen su patrimonio común y favorecer su progreso económico y social”,
añadiendo el apartado b) que “se perseguirá, a través de los órganos del Consejo, mediante el examen de los
asuntos de interés común, la conclusión de acuerdos y la adopción de una acción conjunta en los campos
económicos, social, cultural, científico, jurídico y administrativo, así como la salvaguardia y la mayor
efectividad de los derechos humanos y las libertades fundamentales”.
· Marco institucional
La integración europea ha sido un objeto presente desde antiguo en el pensamiento europeo; un objetivo que
se ha concretado en multitud de proyectos.
Antes de ver concretamente lo que es de nuestro interés, cabe llamar la atención sobre la evolución de la
Sociedad Internacional, en la cual – de acuerdo a Truyol y Serra – es posible distinguir 4 etapas:
1. Sistema de Estados europeos. Comprende el período de los siglos XV a XVIII siendo este un período
caracterizado por el paso de la Edad Media a la Edad Moderna con la consiguiente caída de los
poderes imperantes en la Edad Media y la aparición de los Estados; Estados soberanos e iguales en
Derecho que no reconocen ninguna autoridad superior.
2. Sistema de Estados de civilización cristiana. Cubre el siglo XVIII, caracterizándose por la secesión
de las colonias inglesas en América y la creación de los EEUU.
3. Sociedad de Estados civilizados. Comprende el siglo XIX, en el que tanto Europa como América se
proyectan hacia Oriente manteniendo relaciones con oriente. En este momento se produce la
revolución industrial que produce la desigualdad de los Estados europeos y d ellos EEUU frente a
los demás.
4. Sociedad mundial. Comprende el siglo XX, que como su nombre indica, conlleva una Sociedad
Internacional: universal, planetaria y cerrada.
Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, los proyectos de unificación resurgen, consolidándose
alguno de ellos como el del BENELUX (1943).
Fruto de los partidarios de la cooperación intergubernamental (sin cesión de soberanía), surge el Consejo de
Europa (1949), Organización Internacional de cooperación de base gubernamental. La posición contraria a
estos, es decir, los partidarios de la integración (con cesión de la soberanía), dio lugar a la creación en 1951
de la COMUNIDAD EUROPEA DEL CARBÓN Y DEL ACERO (CECA), tras la Declaración del
Ministro de Asunto Exteriores francés Robert Schuman.
Como señala la citada Declaración, de 9 de mayo de 1950, el objetivo no era otro que evitar que se
reprodujera la rivalidad franco-alemana con ocasión de la producción de ambos metales. Por eso, propone
Schuman la puesta en común de la producción del carbón y del acero en manos de una Organización
Internacional de nueva creación – la CECA – a la que se le cederían las competencias necesarias y a las que
también se dotaría de instituciones con poderes efectivos e inmediatos.
Esta propuesta de Schuman fue aceptada por Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo quienes, el
18 de abril de 1951 firmaban el Tratado CECA.
La Organización Internacional de integración – frente al Consejo de Europa, Organización Internacional de
cooperación – así creada se compone de cuatro órganos: la Alta Autoridad (con capacidades decisorias); el
Consejo (integrado por representantes de los Gobierno de los Estados miembros y dotados de poderes
recomendatorios), la Asamblea y el Tribunal de Justicia.
Dado el éxito de la CECA, los Estados miembros apostaron por nuevas formas de integración económica.
Nacen, así, los Tratados de Roma de 25 de marzo de 1957 de creación de la Comunidad Económica
Europea (CEE) y del Ente Europeo para la Energía Atómica (EURATOM). Se trata de dos
Organizaciones Internacionales de integración a las que los Estados miembros ceden competencias en
ámbitos comerciales distintos de la producción del carbón y del acero, abarcando la práctica totalidad de la
libre circulación de personas, mercancías y capitales en el conjunto de los sectores económicos de mayor
peso a nivel nacional.
Con posterioridad, nuevos Tratados modificativos irán avanzando en el proceso de integración y ampliando
progresivamente las competencias de las Comunidades Europeas: el Acta Única europea (AUE) (1987); el
Tratado de Maastrich (1992); el Tratado de Ámsterdam (1997); el Tratado de Niza (2001) y el Tratado de
Lisboa (2007) (TUE). En virtud de este último, los Estados miembros crean la Unión Europea (Organización
Internacional de integración que sustituye y sucede a la Comunidad Europea) y a la cual los Estados
miembros “atribuyen competencias para alcanzar sus objetivos comunes” (art. 1 TUE).
Cesión de poderes soberanos. Para que la UE pueda funcionar como entidad autónoma, necesita autonomía.
Esta autonomía se la tienen que dar los Estados miembros, por medio de un Tratado. En este se establecen las
potencias que se transfieren. No se trata de una cesión, es una transferencia; y no poderes soberanos sino
ejercicio de competencias. Transferencia de ejercicio de competencias.
¿Qué sucede cuando la UE recibe estas competencias? NUNCA. Lo que se transfiere, se ha transferido.
Política de ampliacion / PEV. En cada uno de los procesos de ampliacion, se modifican las políticas, las
normas. No hay ninguna referencia a lo que es Europa, por lo que no nos podemos acoger a ningún articulo
para negar la entrada.