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El verdadero final del evangelio

de Marcos
4 Julio, 2012por Alan Brain

“La Tumba De Cristo”, Sisto Badalocchio. La controversia sobre la autenticidad de los doce
versículos finales del evangelio de Marcos empezó en los primeros siglos de nuestra era.

Entre los últimos versículos del evangelio canónico conocido como el evangelio de Marcos,
duerme anestesiada una historia que demuestra que la Biblia más que la pura y perfecta
palabra de Dios es la palabra de muchos hombres.

Mientras leemos los emocionantes pasajes finales del evangelio de Marcos en los
que Jesucristo resucita, aparece ante los apóstoles y asciende a los cielos, no tenemos ni
idea de la histórica controversia que existe sobre la autenticidad de esos últimos doce
versículos del evangelio de Marcos.
Según varios eruditos del estudio de la Biblia, originalmente, el evangelio de Marcos tenía
un final diferente al que podemos leer en nuestras Biblias. Un final en el que no se
menciona la aparición de Jesucristo a los apóstoles ni su ascensión final a los cielos. Un
final que anuncia la resurrección de Jesucristo pero no la comprueba pues no relata ninguna
de las apariciones de Jesucristo resucitado.
La controversia sobre el final del evangelio de Marcos existe desde el segundo siglo de
nuestra era y es un ejemplo perfecto para ilustrar porque la Biblia es mucho más humana
que divina.

Lo que veremos en este artículo es conocido por los estudiantes de sacerdocio, por quienes
siguen cursos de teología y por los especialistas en la ecdótica bíblica o crítica textual de la
Biblia. Evidentemente, esta información no suele ser incluida en el sermón de la misa del
Domingo o en los discursos del papa Benedicto XVI.

“El evangelista San Marcos”, Domenico Ghirlandaio.

Los doce versículos finales


Los últimos pasajes del evangelio de Marcos, específicamente desde el versículo 9 hasta el
versículo 20 del capítulo XVI, son el centro de la controversia. Para un grupo de estudiosos
de la Biblia, estos versículos son originales. Para otro grupo, estos versículos son agregados
posteriores al manuscrito original del evangelio realizados por algún escriba o copista de
los primeros siglos de nuestra era.

Revisemos los pasajes finales del evangelio de Marcos. En estos se narra la crucifixión de
Jesucristo y su entierro a manos de José de Arimatea. Luego, María Magdalena y dos
mujeres llegan la tumba de Jesucristo para ungir su cuerpo:

Marcos, XVI, 2-8, Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé
compraron aromas para ir a embalsamarle. Y muy de madrugada, el primer día de la
semana, a la salida del sol, van al sepulcro. Se decían unas otras: «¿Quién nos retirará la
piedra de la puerta del sepulcro?»Y levantando los ojos ven que la piedra estaba ya
retirada; y eso que era muy grande. Y entrando en el sepulcro vieron a un joven sentado en
el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron. Pero él les dice: «No os
asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí. Ved el
lugar donde le pusieron. Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de
vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.» Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues
un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas, y no dijeron nada a nadie porque
tenían miedo…

“Aparición a María Magdalena”, Duccio di Buoninsegna.


Para muchos eruditos del estudio de la Biblia, este habría sido el final original del evangelio
de Marcos. Los pasajes posteriores al versículo 8 del capítulo XVI, en los que se narra las
apariciones de Jesús resucitado y su ascensión a los cielos, serían invenciones posteriores
de algún escriba. Revisemos estos versículos, denominados como el “final largo de
Marcos”:

Marcos XVI, 9-20, Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se


apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a
comunicar la noticia a los que habían vivido con él, que estaban tristes y llorosos. Ellos, al
oír que vivía y que había sido visto por ella, no creyeron.
Después de esto, se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino a una
aldea. Ellos volvieron a comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos. Por
último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su
incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le habían visto
resucitado. Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la
creación.
El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales
que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en
lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará
daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.» Con esto, el Señor
Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos
salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la
Palabra con las señales que la acompañaban.
“El Cristo muerto”, Sisto Badalocchio.

Como bien explica Bart Ehrman, reconocido erudito de crítica textual de la Biblia, estos
doce versículos finales de Marcos presentan algunas de las escenas más conmovedoras y
poderosas de todo el Nuevo Testamento:

“Es uno de estos pasajes el que utilizan algunos cristianos pentecostales para mostrar que
los seguidores de Jesús serán capaces de hablar en lenguas ‘desconocidas’ como sucede
en sus rituales; y es el pasaje principal usado por los grupos de adiestradores de serpientes
Apalaches que hasta el día de hoy cogen serpientes venenosas con sus manos para
demostrar su fe en las palabras de Jesús…Pero, hay un problema…este pasaje no estaba
originalmente en el evangelio de Marcos. Fue agregado posteriormente por un escriba.”
No es motivo de este artículo dilucidar sobre lo que podría implicar el hecho de que estos
doce versículos no sean auténticos sino demostrar las corrupciones o modificaciones que
han sufrido los textos del Nuevo Testamento a lo largo de la historia y dejar en claro que el
Nuevo Testamento, en su estado actual, está muy lejos de poder ser considerado el legado
de Dios. Quizás, alguna vez lo fue, pero lo que tenemos ahora es un libro escrito por
hombres, editado por hombres, modificado, alterado y corregido varias veces por
hombres…
Para entender la controversia sobre los doce versículos finales de Marcos debemos
trasladarnos al universo de los manuscritos antiguos.

El Papiro P52, también conocido como “el fragmento de San Juan”, es el manuscrito más
antiguo que tenemos. Es casi del tamaño de una tarjeta de crédito ya que mide 8.9cm x 6
cm. El Papiro P52 solo contiene algunos versículos del evangelio de Juan y ha sido datado
hacia el año 125 d.C. Se conserva en la Biblioteca de la Universidad John Rylands en
Inglaterra.

Los manuscritos antiguos cristianos


Como hemos explicado en nuestra serie titulada Historia de la Biblia, los evangelios fueron
escritos, años después de la muerte de Jesucristo, en manuscritos. Los eruditos de la crítica
textual de la Biblia han determinado que el evangelio de Marcos es el más antiguo de los
evangelios canónicos y que fue escrito, en griego, alrededor del año 70 d.C.
Lo más probable es que el evangelio de Marcos haya sido escrito en un manuscrito, del cual
se hicieron tres o cuatro copias que fueron distribuidas. Dependiendo del nivel de
conocimiento del griego y de la experiencia del copista o de la persona encargada de copiar
el manuscrito, la fidelidad de la copia variaba considerablemente.
El texto que encontramos en los evangelios y cartas del Nuevo Testamento de las Biblias
actuales no es (al margen de la traducción) completamente fiel al texto del manuscrito
original en el que se escribieron estos escritos.

Entre los errores de los escribas, las manipulaciones intencionales, la pérdida de los
manuscritos originales y las traducciones a diferentes idiomas, el texto original ha sido
modificado varias veces.

En la actualidad, tenemos más de 25,000 manuscritos antiguos que contienen: un fragmento


de uno de los libros de la Biblia, uno de los libros de la Biblia o la Biblia completa.

Papiro 45 o P45. El manuscrito más antiguo que tiene fragmentos del evangelio de Marcos
pero no el evangelio completo. P45 ha sido datado hacia el 250 d.C. y se conserva en la
Biblioteca Chester Beatty de Irlanda. Cada uno de sus folio mide 20cm x 25cm.

Según Bart Ehrman, hay más variaciones entre estos manuscritos que palabras en la Biblia.
La mayoría de estas variaciones no tienen consecuencias serias pues son simples cambios
de letras, errores de ortografía u orden diferente de las palabras. Sin embargo, existe un
pequeño porcentaje de variaciones que sí afectan el significado del texto, el final del
evangelio de Marcos es uno de estos casos.
El método más simple para conocer, con certeza, el texto original del final del evangelio de
Marcos, sería consultar el manuscrito original. Esto es imposible, ya que no tenemos los
manuscritos originales de ninguno de los libros que componen el Nuevo Testamento.

Los tres manuscritos más antiguos que conocemos que contienen el evangelio de Marcos
son: el papiro 45 también conocido como P45 que está datado alrededor del 250 d.C., el
Códice Vaticano, que es una colección de manuscritos datada hacia el año 325 d.C., y el
Códice Sinaítico, otra colección de manuscritos datada hacia el año 370 d.C.

Si bien el papiro P45 es el más antiguo, no nos sirve porque solo contiene un fragmento del
evangelio de Marcos, y no la parte final.

El Códice Vaticano y el Códice Sinaítico


Entonces, los dos manuscritos más antiguos que contienen el evangelio de Marcos son el
Códice Sinaítico y el Códice Vaticano, ambos del siglo IV. Estos dos códices son, de
alguna manera, las Biblias más antiguas del mundo porque son colecciones de manuscritos
que contienen la mayoría de libros incluidos en la Biblia. Es difícil determinar cual de los
dos es más antiguo, se calcula que el Códice Vaticano es la Biblia más antigua del mundo.
Lo relevante es que ninguno de estos dos códices tienen el final largo de Marcos. Es decir,
en estos códices el evangelio de Marcos termina en el versículo ocho del capítulo XVI.
Esta es la página del Códice Vaticano en la que el evangelio de Marcos termina en el
versículo ocho. Luego del versículo ocho el escriba dejo un espacio en blanco que no existe
en ninguna otra parte del codíce.

Los defensores del final tradicional del evangelio de Marcos alegan que en el Códice
Vaticano existe un sospechoso espacio en blanco entre el final de Marcos (versículo 8 del
capítulo XVI) y el inicio del evangelio de Lucas. Este espacio en blanco no se encuentra en
ningún otra página del Códice Vaticano (ver imagen arriba). Para quienes sostienen que el
final largo de Marcos es auténtico, este espacio en blanco es prueba de que el final largo era
conocido por el escriba que copió el códice pero que este decidió no incluirlo. Lo cierto es
que varios investigadores han comprobado que el espacio en blanco no es suficiente para
que entren los doce versículos faltantes.

Lo que podemos suponer es que el escriba conocía la existencia del final largo de Marcos
pero que el manuscrito que le servía de original no lo incluía, entonces el escriba podría
haber calculado el espacio en blanco que debía dejar en caso de que alguien decidiese
posteriormente incluir el final largo.

Algo similar sucede con el Códice Sinaítico que fue rescatado del olvido por el cazador de
manuscritos Konstantin Von Tischendorf quien lo encontró en un monasterio en Egipto. En
este códice, las cuatro páginas en las que están escritos los versículos finales del evangelio
de Marcos y el inicio del evangelio de Lucas han sido reemplazadas. El reemplazo se hace
evidente porque las cuatro paginas tienen una escritura diferente al resto del manuscrito. Es
decir, fueron escritas por otro escriba.
Esto ha sido usado por los defensores de la autenticidad de los doce versículos finales de
Marcos para alegar que estas paginas fueron reescritas con la intención de eliminar el final
largo de Marcos. Se han realizado análisis que demuestran que las páginas reemplazadas no
son suficientes para contener el texto completo del final largo de Marcos.

Esta es la página del Codíce Sinaítico en la que termina el evangelio de Marcos en el


versículo ocho del capítulo XVI. En la segunda columna, luego de las últimas letras en griego
se puede apreciar una línea ornamental y, más abajo, una inscripción que dice “Kata
Markon” (de acuerdo a Juan). Si le interesa navegar por las páginas de la segunda Biblia
más antigua del mundo, lo invito a visitar su sitio web.

Además, como detalle adicional, después del versículo 8 del capitulo XVI, el escriba
realizó una línea ornamental y mas abajo escribió “KATA MARKON” que significa “de
acuerdo a Marcos”, cerrando el evangelio y dejando en claro que ese era el final. Si le
interesa navegar por las páginas de la segunda Biblia más antigua del mundo, lo invito a
visitar susitio web.
Cantidad versus calidad
Otro de los argumentos de los defensores de la autenticidad de los doce versículos finales
de Marcos es que la gran mayoría de manuscritos existentes, que se cuentan entre los miles,
incluyen el final largo. Esto es cierto, si hablamos de cantidad podemos afirmar que son
muchos más los manuscritos que incluyen el final tradicional de Marcos que los que lo
omiten.

En cuanto a la calidad de las evidencias, los dos manuscritos más antiguos y más
importantes omiten el final: El Códice Sinaítico y el Códice Vaticano.

Para complicar más la controversia, podemos añadir que la mayoría de los primeros padres
de la iglesia como Ireneo de Lyon, Papias, Tertuliano, Tatiano, Hipólito y, probablemente,
Justino Mártir mencionan el final largo de Marcos. Por otro lado, otros padres de la Iglesia
como Eusebio y San Jerónimo no hacen referencia al final largo.

El obispo Teodoro de Mopsuestia (350 – 428) no parece haber conocido el final largo de
Marcos. En una de sus obras escribió:

“Todos los evangelistas nos narraron su resurrección de los muertos…el bendecido Lucas,
sin embargo, que también es el escritor de un evangelio, añadió que El (Jesús) ascendió a
los cielos para que podamos saber donde está después de su resurrección.”
Detalle de “El ascenso de Cristo”, Andre Mantegna.

El comentario de Teodoro de Mopsuestia es interesante puesto que los únicos evangelios


que mencionan la ascensión de Jesucristo son el de Marcos, justamente en los doce
versículos finales, y el de Lucas, en el capítulo 24.

La evidencia interna
Algunos eruditos de crítica textual bíblica, como Bruce Metzger, afirman que los doce
versículos finales de Marcos no son auténticos porque el vocabulario y el estilo de los
versículos del 9 al 20 no corresponden al resto del evangelio de Marcos. Algunas palabras
usadas en este pasaje no se encuentran en ningún otro lugar del evangelio de Marcos. Otros
eruditos, como Bruce Terry sostienen que este análisis se puede aplicar a otros fragmentos
del evangelio de Marcos con resultados similares.

El paso del versículo 8 al 9 es visto como demasiado abrupto por muchos eruditos. La
narración cambia de “Ellas estaban asustadas” a “Ahora, después de que él se levantó”.
Además, el texto del final largo vuelve a presentar a María Magdalena, quien ha sido
presentada pocos versículos antes.
Como hemos visto, la controversia es fuerte y existen evidencias para sustentar las dos
posiciones. Lo peor de todo es que existen otros dos finales diferentes del evangelio de
Marcos. Aunque estos finales alternativos han sido unánimemente calificados por los
eruditos de la critica textual bíblica como falsos o no auténticos, igual vale la pena
conocerlos.

El primero de estos finales alternativos se encuentra en algunos manuscritos de los siglos


VII, VIII y IX de nuestra era:

“Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado
de ellas, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo…Pero ellos (¿los apóstoles?)
reportaron brevemente a Pedro y a aquellos con él todo lo que se les había contado. Y
después de esto, el mismo Jesús envió para ellos, de este a oeste, la sagrada y impredecible
proclamación de salvación eterna.”

Detalle de “La aparición de Cristo a Maria Magdalena”, Francisco Henriques.

El segundo final alternativo, que existe solamente en un manuscrito del siglo V, menciona
la era de Satán:
“Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció (Jesucristo) y les echó
en cara su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le habían
visto resucitado. Y ellos se disculparon diciendo: Esta era de anarquía y falta de creencias
religiosas está bajo Satán, quien no permite que la verdad y el poder de Dios prevalezcan
sobre las cosas impuras de los espíritus. Por tanto, revela tu rectitud ahora, ellos dijeron a
Cristo. Y Cristo les respondió a ellos, “El plazo de años del poder de Satán se ha
cumplido, pero otras cosas terribles se acercan. Y por aquellos que han pecado yo fui
entregado a la muerte para que ellos regresen a la verdad y no pequen más, para que así
ellos puedan heredar la espiritual e incorruptible gloria de rectitud que esta en el cielo.”
Ante la incertidumbre sobre la autenticidad de estos doce versículos, los comités editoriales
de las diferentes Biblias y la Iglesia Católica decidieron hace un buen tiempo no hacer nada
al respecto. Los doce versículos finales de Marcos están presentes en todas las Biblias.
Pero, como en los contratos de seguros más leoninos que escriben en letras minúsculas lo
que el seguro no cubrirá, algunas Biblias tienen una advertencia o nota a pie de página
sobre los doce versículos finales de Marcos..

Algunas Biblias tienen un asterisco al lado del versículo ocho del capítulo XVI del
evangelio de Marcos. El asterico, en la mayoría de las veces, advierte que los versículos
que siguen son agregados posteriores, que el final original del evangelio se perdió y que los
mejores y más antiguos manuscritos terminan en el versículo ocho.

Entonces, si los comités editoriales de las Biblias, de alguna manera reconocen que los doce
versículos finales no son originales, ¿por qué decidieron mantener los doce versículos
finales del evangelio de Marcos?
“San Marcos el evangelista”, Gioacchino Assereto.

El final largo de Marcos se mantiene en la mayoría de Biblias porque aunque las evidencias
indiquen que no fue escrito por el autor original del evangelio, su presencia en la tradición
católica es tan fuerte que no se puede ignorar y en reconocimiento a eso se incluye en la
Biblia. Bruce Metzger nos lo explica:

“Hoy en día sabemos que los últimos doce versos del evangelio de Marcos (Capítulo XVI,
9-20) no se encuentran en los más antiguos manuscritos griegos, latinos, sirios, coptos, y
armenios, y que en otros manuscritos existen astericos o símbolos que marcan estos versos
como dudosos o falsos. Eusebio y Jerónimo de Estridón, que estaban al tanto de estas
variaciones en los manuscritos, discutieron sobre cual forma del texto era la correcta.
Debemos destacar, sin embargo, que ninguno sugirió que una forma del texto era canónica
(oficial) y la otra no lo era…En el segundo siglo, por ejemplo, el llamado final largo de
Marcos era conocido por Justino Martir y por Tatiano, quien lo incorporó en su
Diatesarón. Por consiguiente, parecen existir suficientes razones para concluir que aunque
la evidencia externa e interna contra la auntenticidad de los últimos doce versos de
Marcos es concluyente en tanto que estos versículos no provienen de la misma pluma de la
que proviene el resto del evangelio, el pasaje debe ser aceptado como parte del texto
canónico (oficial) de Marcos.”
Este es el mejor ejemplo para entender la verdadera naturaleza de los textos del Nuevo
Testamento, mucho más cercana a las imperfecciones del hombre que a la supuesta
perfección divina o a un legado celestial.

La Biblia del Oso, titulada así porque en su portada se aprecia a un oso comiendo miel, es la
primera Biblia publicada en español. Fue publicada en 1569 por Casiodoro de la Reyna y es
la base de la famosa Biblia Reyna-Valera.

Sin los manuscritos originales, es imposible determinar las palabras exactas no solo del
final del evangelio de Marcos sino de la mayoría de los escritos del Nuevo Testamento.
Podemos tratar de dilucidar cual podría haber sido la versión más antigua de un
determinado texto pero no podemos afirmar, con certeza, cual es el texto original.

Quizás el autor del evangelio de Marcos quiso terminarlo en el versículo ocho dejando a su
público con una gran interrogante, quizás el pedazo del manuscrito en el que estaba escrito
el verdadero final del evangelio de Marcos se desprendió accidentalmente y alguien inventó
el final largo que conocemos, quizás es un evangelio que el autor dejó inconcluso en el
versículo ocho por motivos personales, quizás el autor escribió un final que fue censurado y
reemplazado por el final que llegó hasta nuestros tiempos, quizás los escribas que
escribieron el Códice Vaticano y el Códice Sinaítico decidieron no incluir el final largo
porque les pareció superficial, quizás el verdadero final es el que conocemos y estamos
buscándole tres pies al gato…

Lo único que queda claro después de esta larga y enrevesada historia es que el Nuevo
Testamento está muy lejos de ser la palabra de Dios. En todo caso, es una colección de
relatos y cartas escritos, corregidos, modificados y editados por mortales, sobre la vida
y obra del fundador del cristianismo…
Fuentes:
– Bart Ehrman.(2007). Misquoting Jesus. HarperOne.
– Bruce Metzger. (2005). A Textual Commentary on The Greek New Testament. Hendrickson Pub.
– Bruce Metzger. (1987). The Canon of the New Testament: Its Origin, Development and Significance.
Clarendon Press.
– F.H.A.Scrivener. (1894). A Plain Introduction the Criticism of the New Testament. George Bell and Sons.
– John William Burgon. (2008).The Last Twelve Verses of Mark. The Old Path Publications.

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