Nuestro camino de unidad

Las organizaciones y movimientos que hoy nos encontramos levantando el proceso de

convergencia tenemos una larga trayectoria, individual y colectiva, en distintas luchas
sociales que representan los espacios de trabajo más resentidos por el modelo
neoliberal, lo territorial, estudiantil, feminista, sindical y socioambiental, han desatado las
mayores movilizaciones desde la vuelta a la democracia, hemos estado presentes en
ellas por separado y, hoy, pretendemos potenciar nuestro aporte a la lucha social.

Queremos construir izquierda. Una izquierda que toma como enseñanza la acumulación
histórica de décadas de organización y experiencia de diversas orgánicas y corrientes
ideológicas que dieron vida y movimiento a diversos proyectos de transformación,
siendo el más cercano a nuestras generaciones el impulso creativo de la Unidad
Popular. Sin embargo, reconocemos que somos una izquierda que, viviendo la post
dictadura y la transición, somos críticos y críticas de ese proceso, por tanto, estamos
por construir una izquierda que sintetice la experiencia acumulada y los desafíos de la
construcción de un socialismo con mirada de futuro.

Nos hemos reconstruido desde la lucha social contra el neoliberalismo y la política de la

transición, es decir, nos hemos armado contra la política del despojo de derechos
sociales y colectivos que hoy nos afectan a todos y todas. Algunos y algunas hemos
madurado, otros y otras hemos aprendido, cómo desde el movimiento social es posible
disputar la política, proponer, crear y no solo demandar. Nos hemos articulado para la
disputa de espacios de poder, a nivel social, sindical y político, pero también
institucional, porque creemos en una izquierda que no le teme a la disputa con los
grandes poderes de la política corrupta y cada vez más deslegitimada. Venimos desde
la izquierda, pero queremos también transformar la izquierda para transformar Chile,
para disputar poder. No es construir izquierda, sino que transformar Chile.

El contexto actual es complejo, las derechas se articulan para la disputa del sentido
común y el poder. El modelo nos está llevando a una crisis civilizatoria que pone en
peligro nuestra supervivencia a raíz de la privatización de los recursos naturales y el
desatado extractivismo sin la implementación de políticas de renovación de estos
recursos. La izquierda que debemos construir es una que piensa en este código, que
sea capaz de re-mirar y re-pensar táctica y estratégicamente un nuevo modelo de
desarrollo que se constituya como alternativa posneoliberal. Construir esta izquierda, a
su vez, concita desafíos relevantes como la construcción de una democracia de verdad
y un nuevo tipo de Estado, abierto a los nuevos fenómenos latentes en el país, como la
migración, la revolución tecnológica, los cambios en el ámbito del trabajo y la necesidad
del feminismo como un eje transversal para la construcción de partido y sociedad.

“Claro que no somos una pompa fúnebre,

a pesar de todas las lágrimas tragadas
estamos con la alegría de construir lo nuevo
y gozamos del día, de la noche
y hasta del cansancio
y recogemos risa en el viento alto”
[Gioconda Belli]