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Carta a la Tierra

¿Qué es la Carta a la tierra?

La Carta de la Tierra es una declaración de principios éticos fundamentales para la


construcción de una sociedad global justa, sostenible y pacífica en el Siglo XXI.

¿Cómo nace Carta a la Tierra?

El proyecto de la Carta de la Tierra comenzó como una iniciativa de las Naciones


Unidas, pero se desarrolló y finalizó como una iniciativa de la sociedad civil. En el
año 2000, se concluyó el documento y la Comisión de la Carta de la Tierra; se dio
a conocer públicamente como una carta de los pueblos, el 29 de junio en el
Palacio de Paz, en la Haya, Holanda.

¿Cuál es el objetivo de Carta a la Tierra?

La Carta reconoce que los objetivos de la protección ecológica, la erradicación de


la pobreza, el desarrollo económico equitativo, el respecto a los derechos
humanos, la democracia y la paz son interdependientes e indivisibles. El
documento ofrece un nuevo marco ético integral para guiar la transición hacia un
futuro sostenible.

La Carta a la Tierra consta de:

Un preámbulo
4 situaciones mundiales
16 principios

La Carta busca inspirar en todos las personas un nuevo sentido de


interdependencia global y de responsabilidad compartida para el bienestar de toda
la familia humana, de la gran comunidad de vida y de las futuras generaciones. La
Carta es una visión de esperanza y un llamado a la acción. La Carta de la Tierra
se preocupa especialmente por la transición hacia estilos de vida sostenibles y el
desarrollo humano sostenible. La integridad ecológica es uno de sistemas
principales. Sin embargo, la Carta reconoce que los objetivos de la protección
ecológica, la erradicación de la pobreza, el desarrollo económico equitativo, el
respecto a los derechos humanos, la democracia y la paz son interdependientes e
indivisibles. Por consiguiente, el documento ofrece un nuevo marco ético integral
inclusivo para guiar la transición hacia un futuro sostenible.

La Carta es el producto de un dialogo intercultural que se llevó a cabo durante una


década a nivel mundial en torno a diversos objetivos en común y valores
compartidos. El proyecto de la Carta de la Tierra comenzó como una iniciativa de
las Naciones Unidas, pero se desarrolló y finalizó como una iniciativa de la
sociedad civil. En el año 200, se concluyó el documento y la Comisión de la Carta
de la Tierra, una entidad internacional independiente, la dio a conocer
públicamente como una carta de los pueblos, durante una ceremonia el 29 de
junio en el Palacio de Paz, en la Haya, Holanda. La redacción de la Carta de la
Tierra abarcó el proceso más inclusivo y participativo que se haya efectuado
jamás en torno a la creación de una declaración internacional. Este proceso es
precisamente la fuente de su legitimidad como marco ético rector. La legitimidad
del documento se ha fortalecido aún más mediante el respaldo obtenido demás de
6000 organizaciones, lo que incluye a diversos organismos gubernamentales e
internacionales.

A la luz de esta legitimidad, una creciente cantidad de juristas internacionales


reconoce que la Carta de la Tierra está adquiriendo un estatus de documento de
ley blanda. Se considera que este tipo de documentos, tal como la Declaración
Universal de Derechos.

La Carta de la Tierra es una declaración de principios éticos fundamentales para la


construcción de una sociedad global justa, sostenible y pacífica en el Siglo XXI. La
Carta busca inspirar en todos las personas un nuevo sentido de interdependencia
global y de responsabilidad compartida para el bienestar de toda la familia
humana, de la gran comunidad de vida y de las futuras generaciones. La Carta es
una visión de esperanza y un llamado a la acción.

La Carta de la Tierra se preocupa especialmente por la transición hacia estilos de


vida sostenibles y el desarrollo humano sostenible. La integridad ecológica es uno
de sus temas principales. Sin embargo, la Carta reconoce que los objetivos de la
protección ecológica, la erradicación de la pobreza, el desarrollo económico
equitativo, el respecto a los derechos humanos, la democracia y la paz son
interdependientes e indivisibles. Por consiguiente, el documento ofrece un nuevo
marco ético integral inclusivo para guiar la transición hacia un futuro sostenible.
La Carta es el producto de un diálogo intercultural que se llevó a cabo durante una
década a nivel mundial en torno a diversos objetivos en común y valores
compartidos. El proyecto de la Carta de la Tierra comenzó como una iniciativa de
las Naciones Unidas, pero se desarrolló y finalizó como una iniciativa de la
sociedad civil. En el año 2000, se concluyó el documento y la Comisión de la Carta
de la Tierra, una entidad internacional independiente, la dio a conocer
públicamente como una carta de los pueblos, durante una ceremonia el 29 de
junio en el Palacio de Paz, en la Haya, Holanda.

El texto de la Carta está estructurado en torno a 4 principios básicos o angulares,


desplegados en 16 principios generales, desarrollados y complementados a su
vez en 61 principios de detalle o de apoyo. Todos ellos van precedidos de
un Preámbulo, y finalizan con un texto de conclusión (El camino hacia adelante).

Éstos son los 16 principios generales:

I. Respeto y cuidado de la vida.

1. Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad.

2. Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor.

3. Construir sociedades democráticas que sean justas, participativas, sostenibles y


pacíficas.

4. Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para las


generaciones presentes y futuras.

II. Integridad ecológica

5. Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra, con


especial preocupación por la diversidad biológica y los procesos naturales que
sustentan la vida.

6. Evitar dañar como el mejor método de protección ambiental y, cuando el


conocimiento sea limitado, proceder con precaución.

7. Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que salvaguarden las


capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar
comunitario.

8. Impulsar el estudio de la sustenibilidad ecológica y promover el intercambio


abierto y la extensa aplicación del conocimiento adquirido.
III. Justicia social y económica

9. Erradicar la pobreza como un imperativo ético, social y ambiental.

10. Asegurar que las actividades e instituciones económicas, a todo nivel,


promuevan el desarrollo humano de forma equitativa y sostenible.

11. Afirmar la igualdad y equidad de género como pre-requisitos para el desarrollo


sostenible y asegurar el acceso universal a la educación, el cuidado de la salud y
la oportunidad económica.

12. Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno natural y social


que apoye la dignidad humana, la salud física y el bienestar espiritual, con
especial atención a los derechos de los pueblos indígenas y las minorías.

IV. Democracia, no violencia y paz

13. Fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y


brindar transparencia y rendimiento de cuentas en la gobernabilidad, participación
inclusiva en la toma de decisiones y acceso a la justicia.

14. Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la vida, las


habilidades, el conocimiento y los valores necesarios para un modo de
vida sostenible.

15. Tratar a todos los seres vivientes con respeto y consideración.

16. Promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz.


Agenda 21

¿Qué es la agenda 21?

Es un conjunto de estrategias integradas con el propósito de detener y revertir las


consecuencias negativas de las actividades humanas sobre el medio ambiente,
fomentando en los países, el desarrollo económico sostenible.
Durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo que se celebró en Río de Janeiro del 3 al 14 de Junio de 1992. Agenda
21 fue suscrita por 172 países miembro de Naciones Unidas.

¿Cuál es el objetivo de agenda 21?

El primer objetivo de la Agenda es la propuesta de una nueva alianza mundial


basada en la cooperación para alcanzar el bienestar para todos. La cooperación y
la solidaridad aparecen como las bases constructivas. La Agenda se centra en el
ser humano, viviendo en armonía con la Naturaleza.

¿Cuándo nace la agenda 21?

El concepto de Programa 21 se dio en la Conferencia Mundial sobre el Medio


Ambiente y Desarrollo Sostenible organizada por Naciones Unidas en Río de
Janeiro (Brasil) el año 1992, también conocida como Cumbre de la Tierra. Se
trataba de apoyar iniciativas que construyeran un modelo de desarrollo sostenible
para el siglo XXI, de ahí su nombre.

La Agenda 21 consta de:

Un prólogo e introducción
La Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo
Las 4 Secciones de la Agenda con un total de 40 capítulos
Principios relativos a los Bosques

La Agenda 21 fue suscrita por 172 países miembro de Naciones Unidas. Estos
países se comprometen a aplicar políticas ambientales, económicas y sociales en
el ámbito local encaminadas a lograr un desarrollo sostenible. Cada región o cada
localidad, por su parte, desarrolla su propia Agenda Local 21, en la que deberían
participar tanto ciudadanos, como empresas y organizaciones sociales, con el
objetivo de generar un programa de políticas sostenibles.

Se podría definir la Agenda 21 como una estrategia global que se lleva a la


práctica de manera local y que implica a todos los sectores de una comunidad:
sociales, culturales, económicos y ambientales. Es, en definitiva, un compromiso
hacia la mejora del medio ambiente y, por ende, de la calidad de vida de los
habitantes de una comunidad, municipio o región.

En principio, la Agenda 21 debe contemplar tres aspectos:

1. La sostenibilidad medioambiental
2. La justicia social
3. El equilibrio económico.

Todas ellas dependen de la participación ciudadana. No es posible la Agenda 21


sin la participación de la ciudadanía, de manera efectiva por los poderes públicos y
las diferentes asociaciones públicas o privadas.

Son muchos los temas que trata la Agenda 21. En cuanto a los temas más
estrictamente medioambientales son, entre otros, la protección de la atmósfera, la
planificación y la ordenación de los recursos de tierras, la lucha contra la
deforestación, contra la desertificación y la sequía, el desarrollo sostenible de las
zonas de montaña, el fomento de la agricultura y del desarrollo rural sostenible, la
conservación de la diversidad biológica, la protección de los océanos y de los
mares, así como de las zonas costeras, la calidad y el suministro de los recursos
de agua dulce, la gestión racional de los productos químicos tóxicos, de los
desechos peligrosos, sean o no radioactivos, y de los desechos sólidos.

Cualquier comunidad puede poner en marcha su propia Agenda 21 Local siempre


que se logre la participación de las fuerzas sociales que la componen.

Escala municipal
Entre los municipios sobresalen los del estado de Aguascalientes, donde se
intentó ligar el planteamiento de la Agenda 21 a los Planes Municipales de
Desarrollo. En 1996 la delegación de la Semarnat expuso el tema de la Agenda 21
y la gestión ambiental municipal en varios talleres realizados sobre el tema de la
gestión ambiental. Allí se presentó una propuesta que incluyó la elaboración de un
diagnóstico y definición de proyectos prioritarios, la integración de Programas
Municipales para el Desarrollo Sustentable y la presentación oficial de los
programas de los 11 municipios del estado. En enero de 1997 el municipio de San
Francisco del Romo fue nombrado sede del proyecto piloto de apoyo a la Agenda
21 "nuestra comunidad, nuestro ambiente". Este proyecto buscó difundir los
contenidos de la Agenda 21, promover la participación social y apoyar las
acciones ambientales en el municipio. También se elaboró una estrategia de
comunicación comunitaria relacionada a la Agenda 21 que ha incluido la
producción y emisión, desde 1996, de una serie de programas radiofónicos en la
radio universitaria y la elaboración y distribución de un boletín denominado El
Garabato. Agenda 21... Qué hacer hoy para el mañana. Debe reconocerse la
importancia de estos trabajos y fomentarse su continuación con las nuevas
autoridades municipales sobre todo respecto a sus ejercicios de planeación y
administración del desarrollo.

En Tamaulipas recientemente se han establecido comités municipales de


desarrollo sustentable en la mayoría de los municipios y se espera tenerlos en la
totalidad de ellos.

Escala estatal
Algunas entidades federativas han avanzado en el desarrollo de diversas tareas
propias de la planeación de una Agenda 21 estatal. Este es el caso de Querétaro,
donde se establecieron consejos de participación para la discusión y trabajo de
grupos temáticos, y recientemente se creó una Secretaría de Desarrollo
Sustentable. Aguascalientes, por su parte, busca integrar un Programa Estatal
para el Desarrollo Sustentable.

También se deben considerar los casos de Puebla y Tlaxcala, donde grupos de


Organizaciones no gubernamentales y académicos han impulsado trabajos para
conformar Agendas Ambientales Estatales.

Otros insumos de importancia en la escala estatal, por su carácter intersectorial,


son los trabajos que en materia de ordenamiento ecológico estatal realizan varios
estados, como Baja California, Coahuila, Colima, Estado de México, Hidalgo y
Guanajuato. También hay que considerar las Agendas Estatales de Prioridades
que con diverso grado de madurez han realizado las delegaciones de la Semarnap
en los estados, y que buscan empatar las prioridades ambientales federales con
las estatales.
Un instrumento interesante que promueve la Semarnap para apoyar a las
entidades federativas en su consolidación institucional ambiental y en la ejecución
de proyectos prioritarios, son los Fondos para la Gestión Ambiental, que requieren
que cada una elabore un Plan de Acción Ambiental Estatal (ver recuadro página
siguiente) esperándose que a partir de la obtención de dichos planes para todos
los estados y el compromiso de una contraparte estatal, se inicien los primeros
fondos el año 2000.

Escala regional
Los Programas de Desarrollo Regional Sustentable (PRODERS), están enfocados
a la atención de zonas rurales marginadas, de gran biodiversidad y fuerte
presencia de grupos indígenas. Actualmente se trabaja en 28 microrregiones
prioritarias, ubicadas en 16 estados del país. En varios de ellos, mediante la
coordinación con los gobiernos estatales y otras dependencias federales, pero
sobre todo mediante una alianza con las fuerzas sociales locales, se han logrado
constituir Consejos de Desarrollo Regional. Tal es el caso del Consejo Regional de
la Montaña de Guerrero; del Consejo de la Huasteca en Hidalgo; de los Consejos
Consultivos de los Centros de Atención Social Regional en la región de la Selva
Lacandona y Marqués de Comillas, en Chiapas; del Subcomité Regional de la
Meseta Purépecha, en Michoacán, y del Consejo del Bosque Modelo en la región
de la Mariposa Monarca, en Michoacán. Estos consejos, que han permitido una
mejor coordinación institucional y han representado importantes espacios de
participación social, se constituyen como un grupo de trabajo en el seno de los
Comités de Planeación del Desarrollo Estatal (COPLADES).

Los PRODERS, que tienen mucho en común con la Agenda 21 Local, han logrado
vincularse con mayor o menor éxito a la planeación reglamentaria; incluso puede
decirse que los Consejos de Desarrollo Regional Sustentable y los Programas
Anuales de Inversión Regional son elementos que hay que estudiar y ampliar.

Desde el inicio de esta administración ha venido articulándose la coordinación


interinstitucional, para atender a zonas rurales marginadas (la Semarnap participa
en algunas de ellas a través de los Proders). Con este interés se estableció en
mayo de 1999 el Programa Nacional de Atención a Regiones Prioritarias que
involucra a las secretarías de: Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (SAGAR);
Comunicaciones y Transportes (SCT); Desarrollo Social (SEDESOL); Medio
Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP); Reforma Agraria (SRA);
Comercio y Fomento Industrial (SECOFI); Educación Pública (SEP) y Salud
(SSA). "Este programa conforma una estrategia federal, para que, en el marco del
proceso de federalización, los tres niveles de gobierno y la sociedad coordinen
acciones, programas y recursos dirigidos a promover el desarrollo sustentable en
las regiones del país con mayor rezago social". Entre sus elementos destaca el
fortalecimiento de los Subcomités de Atención a Regiones Prioritarias en el seno
de los Coplades de cada entidad federativa para organizar, supervisar y apoyar la
formación y operación de los Consejos Regionales, así como para autorizar,
gestionar y dar inicio a los Programas Operativos Anuales Regionales, todo ello
para lograr la coordinación del Gasto Social para el Desarrollo Regional.

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