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doi:10.5477/cis/reis.162.

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Cambio y continuidad en tres generaciones de


mujeres: un análisis longitudinal cualitativo de las
formas de trabajo
Change and Continuity in Three Generations of Women: A Qualitative
Longitudinal Analysis of Forms of Work

M. Teresa Martín-Palomo y Constanza Tobío Soler

Palabras clave Resumen


Análisis longitudinal Este artículo indaga en la relación entre la transmisión de pautas laborales
cualitativo a través de generaciones de mujeres y la generalización del empleo
• Empleo femenino. Se trata de ver cómo un fenómeno macro, la incorporación de
• Generaciones las mujeres al mercado laboral, opera a escala micro y en qué medida
• Género hay continuidades entre abuelas, madres e hijas que retrasan o adelantan
la tendencia a la inserción laboral de todas las personas adultas. En este
sentido podría hablarse de path dependency, concepto que puede ser de
utilidad para comprender la transmisión entre generaciones de mujeres
de la relación con la actividad. Utiliza metodología cualitativa longitudinal
a partir de los relatos de diez tríadas femeninas que representan
diferentes combinaciones de trabajo monetarizado y no monetarizado
caracterizadas como tradicionales, de transición, regresivas y modernas.

Key words Abstract


Qualitative longitudinal This article examines the relationship between the transmission of
analysis employment patterns over generations of women and the spread of
• Employment women's employment. It looks at how a macro phenomenon, the
• Generations incorporation of women in the labour market, operates at the micro level
• Gender and the extent to which continuities exist between grandmothers, mothers
and daughters that delay or advance the trend toward the insertion of all
adults in the labour market. In this sense we can speak of path
dependency, a concept that can be useful to understand the transmission
among generations of women of their relationship to economic activity.
Qualitative longitudinal data is used, based on the discourses of ten triads
of women, each characterised as traditional, transitional, regressive or
modern, representing different combinations of paid and unpaid work.

Cómo citar
Martín-Palomo, M. Teresa y Tobío Soler, Constanza (2018). «Cambio y continuidad en tres
generaciones de mujeres: un análisis longitudinal cualitativo de las formas de trabajo». Revista
Española de Investigaciones Sociológicas, 162: 39-54. (http://dx.doi.org/10.5477/cis/reis.162.39)

La versión en inglés de este artículo puede consultarse en http://reis.cis.es

M. Teresa Martín-Palomo: Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Universidad de Granada | mtmartinpalomo@ugr.es


Constanza Tobío Soler: Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas, Universidad Carlos III de Madrid | ctobio@polsoc.uc3m.es

Reis. Rev.Esp.Investig.Sociol. ISSN-L: 0210-5233. Nº 162, Abril - Junio 2018, pp. 39-54
40 Cambio y continuidad en tres generaciones de mujeres: un análisis longitudinal cualitativo de las formas de trabajo

Introducción a lo largo de las vidas de las entrevistadas, de


la actividad doméstica (D) o laboral (L):
Este artículo indaga en la relación entre la
Tríada tradicional: DDD. Las tres genera-
transmisión de pautas laborales a través de
ciones se han dedicado a lo largo de sus vi-
generaciones de mujeres y la generalización
das al trabajo no monetarizado.
del empleo femenino. Se trata de ver cómo
un fenómeno macro, la incorporación de las Tríada de transición: D ➔ L. Se produce a
mujeres al mercado laboral, opera a escala lo largo de las vidas de las tres generaciones
micro y en qué medida hay continuidades un cambio (de la primera a la segunda gene-
familiares entre abuelas, madres e hijas. En ración, o de la segunda a la tercera genera-
este sentido podría hablarse de path depen- ción) del trabajo no monetarizado a la activi-
dency (dependencia del camino o del pasa- dad laboral.
do). Aunque este concepto se aplica gene- Tríada regresiva: L ➔ D. Se produce a lo
ralmente a la inercia de las instituciones largo de las vidas de las tres generaciones un
económicas o políticas (Pierson, 2001), se ha cambio (de la primera a la segunda genera-
utilizado también en el análisis de las ocupa- ción, o de la segunda a la tercera generación)
ciones (Botticini y Eckstein, 2008) o de la de la dedicación a lo laboral a la actividad no
transmisión de unas generaciones a otras de monetarizada.
la pobreza y la violencia (Moncrieffe, 2009). Tríada moderna: LLL. Las tres generacio-
Puede ser también de utilidad para com- nes se han dedicado a lo largo de sus vidas,
prender la transmisión entre generaciones de a la actividad laboral.
mujeres de la relación con la actividad.
Hipotéticamente, el modelo basado en
El caso español es especialmente ade-
tríadas de transición es el dominante hoy, ya
cuado para este tipo de análisis porque el
que refleja a escala micro la tendencia al em-
retraso en la actividad laboral femenina, en
pleo femenino como nuevo fenómeno social.
comparación con otros países europeos y
Las tríadas tradicionales, por el contrario,
con el mundo occidental en general, que se
reflejan la resistencia al cambio, mientras
compensa a partir de los años ochenta del
que las tríadas modernas son las pioneras,
pasado siglo con un rápido aumento (Eche-
adelantándose a lo que previsiblemente
barría y Larrañaga, 2004), permite observar
constituirá en el futuro la norma, basada en
nítidamente el cambio a través de las gene-
el mantenimiento de la actividad laboral a lo
raciones.
largo de toda la vida. La tríada regresiva
Por otra parte, el incremento de las tasas constituye una anomalía histórica, reflejando
de inserción laboral no se produce homogé- el retorno de las más jóvenes al viejo modelo
neamente para las mujeres de todas las eda- del ama de casa, cuando sus madres o
des, sino que son las más jóvenes en cada abuelas ya habían abandonado el hogar
momento las que protagonizan y mantienen como dedicación exclusiva.
a lo largo de la vida las nuevas tendencias de
acceso y mantenimiento del empleo. Ello La consideración de la clase social1 pro-
hace todavía más nítida la observación del blematiza el esquema anterior, a la vez que
cambio a través de las generaciones, ya que
cada una de ellas permanece, por lo general,
1  Elenfoque de clase social utilizado parte de Wright
presa a lo largo de la vida de las decisiones
(1994,1997), quien establece una tipología según la po-
tomadas en su juventud: ser ama de casa o sición de los individuos respecto de los medios de pro-
tener un empleo (Tobío, 2005). ducción (propietarios y asalariados), así como de los
niveles de cualificación de estos últimos. Se trata de una
Partimos de una tipología de tríadas gene- perspectiva que combina elementos marxistas y webe-
racionales, según la continuidad o el cambio, rianos.

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muestra las dificultades del concepto andro- a mujeres según la clase social2. Por ello no
céntrico de trabajo cuando se aplica a las hemos encontrado tríadas modernas de cla-
mujeres (Borderías et al., 1994; Martín Palo- se baja, ya que las propias protagonistas, las
mo, 2008). La diferenciación entre trabajo abuelas o incluso las madres, no se recono-
doméstico y extradoméstico aparece históri- cen en el concepto de ocupadas. Afirman
camente antes para los hombres, cuando la que fueron amas de casa, aunque por lo que
casa deja de ser a la vez unidad de produc- nos han contado de sus vidas, trabajaron
ción y consumo con la desaparición del cam- mucho, dentro y fuera de su hogar. De ma-
pesinado y la extensión del trabajo asalaria- nera opuesta, las pocas tríadas regresivas
do (Carbonell, 2005). María Ángeles Durán que hemos detectado son de clase baja,
señala que «trabajo no es lo mismo que em- donde todavía el estatus de ama de casa
pleo» (2012: 21) y destaca que esta es una aparece como un indicador de movilidad so-
frontera que no se define en términos lingüís- cial ascendente con un atractivo que ha per-
ticos sino políticos y en ese sentido aboga dido para las mujeres de clase media. Estos
por considerar el trabajo doméstico como resultados cuestionan el enfoque de Wright
trabajo. Aunque aún hoy trabajar se asimile (1997) de la relación entre la clase social y el
metonímicamente a un tipo de trabajo, el género al mostrar que su complejidad reside
monetarizado (ibid.: 41-41). Ese trabajo se no tanto en la combinación entre posiciones
convierte en «el trabajo» y va adquiriendo un respectivas de clase de mujeres y hombres
en hogares conyugales como en el carácter
estatus del que carece el no monetarizado
androcéntrico de las categorías de clasifica-
que realizan en los hogares las mujeres
ción laboral habitualmente utilizadas, en es-
(Stolcke, 1978; Berg, 1987). Pervive hasta
pecial en lo que se refiere a la diferenciación
muy tardíamente la idea de que lo que hacen
entre amas de casa y ocupadas. Hay una
las mujeres, incluso siendo una actividad ex-
tendencia al ocultamiento de ciertas formas
tradoméstica y asalariada, es una aportación
de actividad laboral que realizan las mujeres
genérica al hogar que no alcanza para que
que aparece claramente en nuestra investi-
quien la realiza adquiera un estatus laboral.
gación.
Ello se da especialmente en los medios rura-
les o entre las clases bajas, donde predomi- La primera parte del artículo aborda el
nan los trabajos de menor cualificación reco- enfoque metodológico, el análisis generacio-
nal como una modalidad de la perspectiva
nocida. Quienes los realizan son mujeres
cualitativa longitudinal, así como el contexto
que, trabajando o habiendo trabajado como
histórico de la investigación empírica, tríadas
asistentas, criadas, temporeras en la agricul-
de abuelas, madres e hijas en la España del
tura o en tantas otras actividades similares,
siglo XX. A continuación, se explica el diseño
dicen de sí mismas que son amas de casa.
de la investigación, describiéndose la selec-
En suma, el trabajo es una categoría dispu-
ción muestral a partir de la Encuesta Redes
tada, reinventada y negociada constante-
Familiares de Andalucía de 2005 (en adelan-
mente entre los diferentes agentes sociales
te, ERF) y la obtención de los relatos de vida
(Prieto, 2007: 22-23).
de las componentes de cada una de las tría-
En nuestra investigación empírica hemos
observado que son las mujeres ocupadas en
empleos que requieren una capacitación for- 2  Cambia también de unas generaciones a otras, deli-
mal las que afirman que trabajan o han tra- mitándose cada vez con más claridad la diferencia entre
el trabajo doméstico y extradoméstico. En las genera-
bajado a lo largo de su vida. Es decir, el pro- ciones más jóvenes hay una percepción más fuerte de
pio concepto de trabajo cambia de hombres que el trabajo no monetarizado es también «trabajo».

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das3. El siguiente apartado detalla la estrate- observarse desde una óptica transversal o
gia analítica, presentándose para cada mo- longitudinal. En el primer caso, se contem-
delo de tríada la forma en que reproducen, plan abuelos, padres, hijos o nietos coetá-
adelantan o retrasan la tendencia a la incor- neos, en un momento dado de tiempo, cada
poración de las mujeres al empleo. uno con su propia trayectoria más o menos
larga. Como resultado del aumento de la es-
peranza de vida, la coincidencia entre gene-
El análisis generacional raciones ha aumentado mucho. Hoy, padres
e hijos comparten generalmente medio siglo
Desde el punto de vista conceptual, las ge-
de vida, abuelos y nietos, treinta años (Ha-
neraciones se entienden de diferentes mane-
gestad, 2000).
ras. El enfoque de Mannheim (1993 [1928])
las inscribe en procesos históricos y sociales En nuestra investigación adoptamos una
vividos por quienes, perteneciendo a las mis- doble perspectiva. Nos centramos en las ge-
mas categorías de edad, comparten una neraciones de abuelas, madres, hijas, vistas
ideología, una forma de comprender la reali- en perspectiva longitudinal, pero al mismo
dad. A través de las generaciones, se produce tiempo las entendemos como generaciones
el cambio social, ya que su encadenamiento históricas que son el producto de distintos
sucesivo es el vehículo de la transformación momentos de la historia reciente de nuestro
y rejuvenecimiento de las ideas, los valores y país.
los comportamientos. La diferenciación entre El análisis longitudinal ha sido frecuente-
edad y generación ha sido minuciosamente mente utilizado en las aproximaciones cuan-
estudiada por la demografía, dando lugar a titativas, tanto mediante la técnica de la en-
diferentes estrategias analíticas, la transver- cuesta retrospectiva como a través de los
sal y la longitudinal (Samuel, 2008), así como estudios de panel (Díaz de Rada, 2007). Si la
a análisis empíricos de los errores a los que primera adolece de las lagunas de memoria
conduce su confusión, especialmente en de los entrevistados, que se acentúa cuanto
momentos de cambio social (Attias-Donfut, más tiempo ha pasado, tampoco la utiliza-
1988). Las pautas de consumo o la orienta- ción del panel está exenta de problemas. En
ción política, por ejemplo, podrían atribuirse este caso, la muestra de personas que se
—y sucede con frecuencia— al efecto de la entrevista en distintos momentos a lo largo
edad, cuando en realidad se explican por la del tiempo tiende a ir perdiendo parte de sus
pertenencia generacional, es decir, tener una componentes que, por las propias caracte-
cierta edad en un momento determinado, lo rísticas de la técnica basada en el segui-
cual no indica que las sucesivas cohortes miento de los mismos entrevistados, no son
vayan a comportarse de la misma manera en reemplazables. Llega un punto en que el pa-
el futuro. nel se hace inviable, por lo que no se puede
utilizar para observaciones largas.
Otro enfoque distinto es el que contem-
pla las generaciones como linaje familiar o Mucho más reciente es la investigación
relación de filiación entre abuelos, padres e longitudinal cualitativa que ha aumentado de
hijos, como un «peldaño genealógico» (At- manera importante en los últimos años (Caïs,
tias-Donfut y Arber, 1999: 2) en la sucesión. Folguera y Formoso, 2014). Se reproducen
A su vez, las generaciones familiares pueden en la perspectiva cualitativa las dos modali-
dades de indagación retrospectiva, en la que
se incluyen los relatos de vida y las encues-
3  Esteartículo toma como base el estudio matriz deta- tas repetidas a entrevistados en distintos
llado en Martín Palomo, 2010. momentos, lo cual permite reconstruir sus

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trayectorias vitales desde la perspectiva del Mercedes Alcañiz (2008) para indagar en el
presente de la persona encuestada. Estas proceso de individualización de las mujeres
últimas requieren el mantenimiento en obser- a partir de entrevistas a tres generaciones
vación de los sujetos durante periodos tem- seleccionadas según la edad en el momento
porales más o menos largos. La investiga- de la recogida de información. Ambos estu-
ción dirigida por M. José González y Teresa dios tienen en común la referencia a etapas
Jurado (2015), por ejemplo, se basa en en- de la historia reciente de nuestro país, as-
trevistas en profundidad a cincuenta y ocho pecto que se contempla también en nuestra
parejas en dos momentos de su ciclo vital, propia investigación empírica.
poco antes de tener su primer hijo y cuando A lo largo del siglo XX, en España pueden
la criatura tenía entre dieciocho y veinticuatro identificarse, a grandes rasgos, tres etapas
meses de vida. Los tiempos y la intensidad de producción económica diferentes: una
pueden ser mayores, como en la investiga- primera en que se produce la pérdida progre-
ción de McLeod y Yates (2006) en la que se siva de peso de la agricultura en el conjunto
encuestó a lo largo de siete años a veintiséis de la economía, acompañada del auge de la
jóvenes dos veces al año. industria; una segunda caracterizada por la
Un enfoque distinto de la investigación pérdida de empleos industriales e incremen-
cualitativa longitudinal es el análisis de gene- to del sector servicios, de manera destaca-
raciones. Tal como plantean Caïs, Folguera y ble en el sector público, y una última etapa
Formoso (2014: 47), el estudio de generacio- en la que se produce una disminución gene-
nes se sitúa en un punto intermedio entre lo ralizada del empleo industrial, así como un
micro y lo macro, lo cual lo hace especial- estancamiento del sector público, al tiempo
mente útil para analizar el cambio social, en que se reestructuran las condiciones labora-
particular cuando el enfoque es vertical, es les bajo el signo de la precariedad (Alonso,
decir, cuando lo que se estudia son las ge- 2007). Estas tres etapas se corresponden de
neraciones sucesivas a lo largo de sus res- forma aproximada con los contextos en los
pectivas trayectorias vitales. El enfoque ho- que transcurrió la vida de las mujeres que
rizontal, en cambio, se podría denominar hemos estudiado, si bien el criterio para se-
longitudinal-transversal, ya que estudia las leccionar a las entrevistadas es su posición
relaciones o las diferencias entre generacio- familiar, no el año de nacimiento, por lo que
nes que coexisten. el marco histórico solo puede plantearse
El caso español se adapta bien al análisis aquí de forma muy general. Las entrevista-
generacional por la rapidez del cambio social das han nacido en momentos diferentes: las
en las últimas décadas, que permite obser- abuelas entre 1908 y 1938, han sido madres
varlo nítidamente a lo largo de generaciones y han trabajado en un contexto de guerra,
sucesivas. Con un enfoque de tipo horizontal postguerra y aislamiento; las madres entre
se realizó en España a comienzos de los 1942 y 1971, han experimentado la materni-
años noventa una interesante investigación dad y trabajado en un contexto de apertura
(De Miguel; Castilla y Caïs, 1994) con la fina- económica y desarrollismo; y las hijas-nietas,
lidad de estudiar el carácter y las relaciones entre 1973 y 1985, son jóvenes que viven en
entre las generaciones que los autores iden- un contexto de integración europea y de glo-
tifican como la de la Guerra Civil, la del 68 y balización económica. A lo largo del siglo XX,
la generación X. Las personas entrevistadas tras la fuerte restricción que conlleva el Fue-
se seleccionaron de acuerdo a su fecha de ro del Trabajo de 1938, se experimentan
nacimiento y se decidió que no estuvieran cambios en la propia legislación que permi-
emparentadas. Otra investigación de tipo ge- ten incrementar la participación de las muje-
neracional a destacar es la realizada por res en la actividad laboral (Tobío, 2005).

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Nuestro enfoque es vertical ya que se tra- pación, relación con la actividad económica
ta de analizar la transmisión de pautas labo- y relación de parentesco, resultando así dos
rales a través de las generaciones familiares clases sociales: media y baja5. La clase alta
de mujeres. Pero también es histórico ya que queda fuera de nuestro ámbito de análisis,
las vidas estudiadas se desarrollaron en con- tanto por la dificultad de localizar este tipo de
textos muy diferentes que marcan las condi- personas como, tal como se ha mostrado
ciones de posibilidad de las decisiones y en otras investigaciones (véase, por ejem-
comportamientos respecto de unas y otras plo, Subirats, 2012), en la sociedad contem-
formas de trabajo, el monetarizado y el no poránea hay dos grandes grupos sociales,
monetarizado. diferentes en su inserción laboral, posición
económica y hábitos culturales, que se co-
rresponden con los que hemos denominado
Diseño de las tríadas clase media y baja.
El diseño de las tríadas partió de un modelo La selección de las tríadas ha contado con
teórico de generaciones de mujeres con ocho el marco que proporciona la ERF6, tanto para
tipos diferenciados resultantes del cruce de identificar las personas a entrevistar como
dos categorías analíticas: la relación con la para conocer sus características sociodemo-
actividad y la clase social. La primera se en- gráficas principales. Siguiendo la metodolo-
foca en las siguientes cuatro posibilidades: gía adoptada por Claudine Attias-Donfut
(2003: 21-25) en la Encuesta de Tres Genera-
— Modelo tradicional, la actividad principal ciones realizada en Francia, se tomó como
de las tres generaciones es el trabajo del persona de referencia la denominada «gene-
hogar no monetarizado (amas de casa a ración pivote», es decir, mujeres que son ma-
tiempo completo). dres de al menos una hija adulta y que tienen
— Modelo de transición, a partir de la se- a su madre viva. La generación pivote (G2) es
gunda (G2)4 o tercera generación (G3) las la que mantiene una relación más intensa con
entrevistadas tienen como actividad prin- la abuela (G1) y con la hija (G3), de acuerdo
cipal el trabajo remunerado. con lo señalado por Martine Segalen (1992:
— Modelo moderno, la actividad principal 89) acerca de su carácter de «punto de unión
de las tres generaciones es el trabajo re- dentro de la estructura», así como por las pro-
munerado. pias entrevistadas que se refieren a ella como
— Modelo regresivo, la primera generación «el pilar de la familia». Las entrevistadas de la
(G1) está formada por mujeres laboral- segunda generación, pivote, proceden de una
mente ocupadas y la tercera por amas de explotación ad hoc de dicha encuesta que
casa a tiempo completo, produciéndose proporcionó un listado de las personas ante-
la regresión en G2 o en G3.

La clase social de las tríadas se ha deter- 5 En el caso de entrevistadas ocupadas, se clasificaron
minado a partir de la generación intermedia como «clase media» las empresarias con asalariados,
las directivas y las empleadas en actividades que re-
G2 —es decir, es única para las tres mujeres quieren una cualificación profesional equivalente a ti-
pertenecientes a cada tríada— y se ha cons- tulación universitaria. Se clasificaron como «clase baja»
truido operativamente con las variables ocu- las restantes entrevistadas ocupadas. En el caso de
entrevistadas no ocupadas, se clasificaron de acuerdo
con la posición de clase de sus cónyuges o progeni-
tores.
4 Las tres generaciones se identifican a lo largo del tex- 6 En línea: http://www.juntadeandalucia.es/instituto-
to con la siguiente nomenclatura: G1, primera genera- deestadisticaycartografia/redesfamiliares/index.htm. Ac-
ción; G2, segunda generación, y G3, tercera generación. ceso el 16 de noviembre de 2016.

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riormente entrevistadas en la misma que híbridas entre lo doméstico y lo extradomés-


cumplían los requisitos establecidos para ca- tico (trabajadoras temporeras del campo,
racterizar las tríadas según su relación con la trabajo asalariado a domicilio o ayudas fami-
actividad principal (doméstica o laboral) y cla- liares en la propia explotación o empresa) en
se social (media o baja). La muestra así obte- la primera generación (G1), con cambio a la
nida permitió el contacto con diez mujeres, dedicación doméstica exclusiva en la segun-
que aceptaron ser nuevamente entrevistadas da generación (G2) y nuevo cambio a la ac-
y convencieron a sus madres y a una de sus tividad laboral formalizada en la tercera ge-
hijas para participar también en la investiga- neración (G3). Retomando la notación
ción7. El trabajo de campo se realizó entre anterior se trataría de un modelo:
2006 y 2007 en distintas localidades de la
L’ ➔ D➔L
provincia de Sevilla, entrevistándose, en for-
ma de conversaciones abiertas, a diez muje- donde L’ es una modalidad de empleo que
res, a sus madres y a una de sus hijas adultas. podría casi calificarse de precapitalista. En
La relación de entrevistas efectuadas con sus estos tres casos, la secuencia generacional
perfiles se puede ver en la tabla A.1, «Relación se acompaña de una mejora en el nivel de
de entrevistas efectuadas». formación, común al conjunto de la pobla-
ción, así como de una formalización e indivi-
dualización del empleo. Ello no significa, sin
Análisis de las tríadas embargo, que se produzca una movilidad
De acuerdo con la hipótesis planteada, la social ascendente, ya que esta solo se ha
mayoría de las tríadas seleccionadas a par- observado en uno de los casos del modelo
tir de la ERF, seis de diez, son de transición de transición de clase baja.
(D ➔ L), es decir, la secuencia generacional En consonancia con las hipótesis inicia-
conduce a la actividad laboral femenina, les, el modelo tradicional (DDD) es minorita-
desde la dedicación en exclusiva a lo do- rio —solo aparece en una de las tríadas es-
méstico de abuelas o madres hacia el em- tudiadas— y de clase media. El rol de ama
pleo de hijas o nietas. Aparecen, sin embar- de casa en exclusividad era en nuestro país,
go, variantes, según el momento —en la hasta bien entrado el siglo XX, un rol burgués
segunda o en la tercera generación— o la que solo hogares con un considerable des-
intensidad del cambio —inserción laboral ahogo económico podían permitirse (Varela,
continua o discontinua. 1997). Lo que es menos frecuente es que ya
en el siglo XXI, y entre mujeres que han tenido
La clase social, como se ha visto ante-
fácil acceso a la formación, se mantenga una
riormente, complejiza el concepto de empleo
rigurosa división de roles de género. En el
ya que este se adapta mejor a las trayecto-
caso encontrado, la transmisión generacio-
rias de clase media que a las de clase baja.
nal de un fuerte maternalismo es seguramen-
Aparece así una modalidad particular de tra-
te el factor explicativo principal.
yectoria en tres de las tríadas de transición
que se caracterizan por formas de trabajo El modelo regresivo en sentido estricto
(L ➔ D) se ha encontrado en una tríada de
clase baja, en la que la abuela estuvo emplea-
7 Para organizar el trabajo de campo, desde las oficinas
da toda su vida y la movilidad social ascen-
del Instituto de Estadística de Andalucía se contactó con dente se asocia a quedarse en casa porque la
mujeres que habían sido entrevistadas en la ERF y cuyos familia se lo puede permitir. Por último, la mo-
perfiles habían sido seleccionados mediante muestreo
estructural cualitativo (para más detalle, véase Martín dernidad (LLL) está representada por dos tría-
Palomo, 2010). das, una de clase media y otra de clase baja,

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en las que la continuidad laboral cuenta ya la escasa valoración de quien no trae dinero
con tres generaciones. a casa. La vertiente reivindicativa aparece
en dos sentidos, respecto de ella misma y
El modelo tradicional respecto de su hija (G3). En el primero de
los casos, considera que está muy mal que
La abuela de esta tríada tenía noventa y ocho no tenga una pensión propia «porque he-
años cuando fue entrevistada. En el discurso mos cuidado de nuestros hijos». Es decir,
que elabora cobra especial relieve la demar- eleva el trabajo de cuidado a actividad so-
cación entre la familia y el mundo exterior, cialmente útil que merece el reconocimiento
diferencia acentuada por el hecho de haberse económico de la sociedad. En cuanto a su
ido a vivir a Sevilla al casarse con un varón de hija, que dejó su empleo al ser madre, afir-
su misma localidad natal de Girona, quien fue ma que le cuesta aceptar esa renuncia por-
a trabajar en las obras de la Exposición Uni- que «la mujer ha luchado mucho para ser
versal de 1929 y siguió ya siempre allí. Más independiente». Una independencia econó-
allá de la familia, todo es para la entrevistada mica que ella jamás tuvo pero que cobra
un mundo exterior y ajeno. Articula un discur- especial importancia ante la eventualidad,
so radical de rechazo al trabajo monetarizado ya no descartable en ningún matrimonio, de
de las mujeres, hasta el extremo de afirmar una separación, experiencia que ha vivido
que a las madres no deberían darles empleo. en su propio hijo.
Ella misma se dedicó íntegramente al hogar y
La representante de la G3 estudió una
a los hijos, aunque sí hubiera aceptado, e in-
carrera y trabajó durante diez años en un em-
cluso deseado, la participación en un negocio
pleo muy satisfactorio. Sin embargo, al ser
familiar porque en su imaginario ello no supo-
madre decidió convertirse en ama de casa.
nía traspasar las fronteras de la casa.
Elabora en la entrevista un discurso de valo-
En la segunda generación (G2), la hija re- rización del trabajo doméstico, de su necesi-
produjo el comportamiento de la madre, dad y complejidad, así como del carácter
asumiendo la maternidad en exclusiva y el insustituible de la presencia permanente de
papel de ama de casa. De joven estudió, la madre para los hijos pequeños. No renun-
pero como una actividad complementaria cia a volver a buscar empleo, le gustaría,
para prepararse para un buen matrimonio, pero le pone tantas exigencias al retorno la-
sin intención de acceder al mercado laboral. boral que no parece fácil.
Su madre fue un referente absoluto, así
Se observan en esta tríada cambios en
como la persona más cercana y quien le en-
consonancia con la tendencia al empleo fe-
señó la práctica del cuidado. De acuerdo
menino, primero a través de la formación y
con el imperativo maternal, nada más casar-
después de la propia experiencia laboral. Sin
se encadenó varios embarazos seguidos
embargo, el modelo de maternidad intensiva,
que la sumieron en una crisis escasamente
exclusiva y excluyente, heredado de la abue-
comprendida por su entorno.
la, parece imponerse hasta ahora.
A pesar de haber seguido escrupulosa-
mente las pautas de la primera generación,
El modelo de transición
de su madre, (G2) elabora un discurso sobre
las mujeres, el empleo y sus derechos muy Este modelo refleja la tendencia dominante ha-
distinto, mucho más moderno y reivindica- cia la generalización del empleo femenino des-
tivo. Cuando se refiere al hecho de no haber de el modelo anterior en que predominaba el
tenido empleo dice, repetidamente, «no ha- trabajo no monetarizado como actividad prin-
ber ganado dinero», afirmación que conecta cipal de las mujeres. Permite observar a es-
con menciones a lo largo de la entrevista a cala micro cómo opera el cambio estructural.

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Se ha definido la transición como una campesina de Galicia con su propia tierra y


secuencia en la que la generación más joven en el tercero la familia tenía una tienda de
(G3) tiene empleo. En las tríadas de clase ultramarinos junto a la vivienda. En contra
media, la transición se produce desde las de lo que podría pensarse, en la siguiente
abuelas dedicadas íntegramente al hogar. generación (G2) no se produce el paso a la
Sin embargo, el momento histórico y el me- actividad laboral moderna, el empleo for-
dio social imponen ya, como nueva norma- malizado, sino al papel de ama de casa,
lidad, la educación universitaria de las hijas. plenamente asumido como tal. En uno de
En efecto, en los dos casos observados, la los casos, la entrevistada trabajó en labores
G2 estudió una carrera, aunque solo una agrícolas y en un almacén de envasado de
ejerció, la otra no. La primera hizo oposicio- aceitunas hasta que se casó. Además del
nes y se mantuvo en el empleo durante toda marido y de los hijos que vinieron, se tuvo
su vida, incluso mientras los dos hijos, exac- que hacer cargo de su madre viuda y de dos
tamente los que quiso tener, eran pequeños. hermanos más pequeños. Dice de sí misma
Percibe su empleo como la condición nece- que su vida es «venga limpiar, lavar, plan-
saria de su autonomía económica y perso- char, guisar… Claro, una criada de todos los
nal. Ante la pregunta de si en algún momen- que están aquí, y ya está. Y no hago nada
to se planteó dejarlo o reducir la jornada, su de lo que me gusta». Para las otras dos en-
respuesta fue: «Nunca, nunca, nunca». La trevistadas de este tipo, ser ama de casa ha
segunda estudió una carrera y siempre qui- sido una elección satisfactoria en un con-
so trabajar en la enseñanza, pero la priori- texto de movilidad social ascendente del
dad del empleo del marido, que estuvo des- marido y en comparación con la vida dura
tinado en distintas ciudades, así como la de trabajo, dentro y fuera de casa, que re-
atención a los hijos que fueron llegando, no cuerdan de sus madres. Así lo expresan
lo hizo posible. Ella no quería ser ama de abiertamente:
casa. La renuncia laboral produjo como
efecto el sentimiento de «no haberse realiza- […] a mí aquí, estar en mi casa, a mí la casa, a mí
do», manifestado en ansiedad y depresiones la calle no me gusta. […] Mi madre siempre ha
por haber tenido que adoptar un rol que no estado en comercios, fuera y yo siempre he echa-
era el deseado: «lo que a mí me habrá cos- do de menos mucho mi casa.
tado llorar el amoldarme a ser ama de casa». […] me encanta la casa y todo. No tengo ningún
En ambos casos, las nietas, la G3, han estu- problema… hay quien paga a una muchacha para
diado, trabajan en su campo profesional y trabajar porque no le gusta la casa y yo me en-
esperan tener una continuidad laboral a lo cuentro bien. Hago lo que me da la gana, soy una
largo de la vida. persona muy independiente, o sea que a mí tam-
Las transiciones de las tríadas de clase poco me ata mucho la casa.
baja son más complejas, tal como se ha co-
mentado anteriormente. En tres de las cua- La restante tríada de transición de clase
tro tríadas de este tipo las mujeres de la G1 baja tiene la particularidad de que G1 fue
realizaron actividades monetarizadas por ama de casa en exclusiva. Ahora bien, la ma-
estricta necesidad, pero en actividades es- dre de G1 trabajó de esa manera intensa e
casamente individualizadas o formalizadas indistinta entre lo monetarizado y lo no mo-
y por una remuneración entendida como netarizado. Parecería así que en este caso
una aportación indiferenciada al hogar. En se adelanta en una generación la secuencia
un caso la entrevistada vivía en el campo y L ➔ D durante un periodo histórico de nues-
trabajaba a jornal sembrando o recogiendo tro país (la posguerra, 1939-1959) en el que
cosechas; en otro se trataba de una familia difícilmente las familias de clase baja podían

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permitirse renunciar a algún ingreso. La este último no siempre reconocido como tal,
abuela de esta tríada nos cuenta que ni su así como el rechazo masculino a la mujer
padre ni su marido permitieron que trabajara asalariada, son, seguramente, algunas de las
fuera de casa, a pesar de que ella hubiera claves para comprender por qué la nieta se
preferido aportar algunos dineros a su fami- considera un ama de casa feliz. A ello se
lia, que siempre vivió en la escasez. A medi- añade, en el caso estudiado, la escasa inver-
da que se va implantando el modelo obrero sión en capital escolar.
de familia basado en un varón proveedor La abuela cuenta que trabajó desde los
(Lewis, 1992), el empleo femenino habla de doce años hasta que se casó y que su mari-
la incapacidad del hombre para mantener a do no permitía que desarrollara ninguna ac-
los suyos; de ahí quizá el rechazo radical a la tividad remunerada fuera del hogar. El relato
actividad laboral de las mujeres. Seguramen- pormenorizado de su trayectoria muestra,
te la trayectoria generacional de esta tríada sin embargo, que de hecho lo hizo durante la
ejemplifica el cambio ideológico en el deber mayor parte de su vida, en un puesto de pes-
ser familiar (el hombre provee, la mujer cuida) cado del mercado municipal que montó su
cuando las condiciones salariales no acaban marido como segundo empleo. Ella era en
de hacerlo posible. realidad quien se encargaba, y allí estaba
La familia que Parsons describía y pres- desde las ocho de la mañana hasta las tres
cribía (2003 [1956]), sin embargo, se limita a o cuatro de la tarde. Ese trabajo monetariza-
un tiempo histórico, el de la industrialización, do, pero no reconocido, de la entrevistada se
que ha resultado ser muy corto en el mundo sustentaba, además, en el trabajo, todavía
occidental (Casey, 1990; Goody, 1986), y menos reconocido, de otras dos mujeres que
muy especialmente en España (Alberdi, asumían el cuidado de los hijos menores: pri-
1999; Chacón y Bestard, 2011). En la gene- mero su madre, y, después, su hija mayor,
ración más joven (G3), todas las entrevista- que con once años dejó de ir a la escuela
das tienen un empleo y esperan tenerlo du- para asumir la responsabilidad del hogar,
rante toda su vida. El entusiasmo hacia la mientras la madre estaba en el puesto del
actividad laboral es mayor en las que tienen mercado. A pesar de la evidencia de su des-
estudios universitarios, y también en otra de empeño laboral, la abuela mantiene que nun-
las entrevistadas que trabaja en una empresa ca trabajó de casada, precisamente lo que
familiar, pero incluso aquella para la que el su marido quería, y acepta agradecida su
empleo tiene un sentido más instrumental pensión de viudedad como conforme al de-
cree que mantendrá una actividad monetaria ber ser.
durante toda la vida. La hija, la G2, es casi analfabeta. A duras
penas puede leer y escribir. Cuenta que a nin-
El modelo regresivo guna de las tres hermanas le gustaba estu-
diar, y cómo su padre daba importancia a la
Así como el modelo tradicional es caracterís- formación de los hijos varones e insistía en
tico de la clase media —que se podía permi- que ellos estudiaran. También ella trabajó
tir que la mujer no tuviera ingresos propios—, desde muy joven, desde los catorce años,
el modelo regresivo lo es de la clase baja, pero al casarse dejó, en este caso definitiva-
donde el ama de casa se prolonga hasta la mente, su empleo. Lo explica diciendo que, al
generación más joven cuando la movilidad no tener ningún tipo de formación, solo podía
social es ascendente, a pesar de que en el aspirar a trabajar en el campo o limpiando ca-
conjunto de la sociedad no goza de gran sas, y que eso no le compensaba. En cambio,
prestigio social. El trabajo intenso dentro y le tocó hacerse cargo del cuidado cotidiano
fuera de casa de las abuelas de clase baja, de su longeva madre, con quien todavía vive

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en el momento de la entrevista, así como de las que tenían estudios secundarios y al 78%
sus dos hijas y del marido. Elabora un discur- entre las que habían alcanzado estudios su-
so resignado acerca de su destino de ama de periores (Tobío y Fernández Cordón, 2015:
casa, frecuentemente comparando con la du- 209). Por otra parte, el conjunto de las muje-
reza de la vida de su madre, que se ejemplifi- res de esa edad que vivía en pareja con hijos
ca en el paso de lavar a mano a hacerlo con tenía asimismo una actividad (61%) menor a
lavadora y de la casa sin agua corriente a la la del total (68%) (ibid.). En ese sentido, G3
que tiene agua caliente. forma parte de un grupo de mujeres cuya
La nieta, la G3, es un ama de casa feliz. baja tasa de actividad está asociada a la vez
Se casó con un deportista de élite, rápida- a su reducido nivel formativo y a la pertenen-
mente enriquecido, y al no haber terminado cia a una familia formada por una pareja con
sus estudios universitarios, que sí empezó, hijos menores. El carácter atípico de la entre-
cree que el mundo laboral poco puede ofre- vistada estriba, sin embargo, en su elevado
cerle de interés. Se reivindica como ama de nivel económico, alcanzado a través del ma-
casa, incluso como «maruja-maruja», preci- trimonio, que le da acceso a recursos de la
samente porque lo es en condiciones muy sociedad de consumo a los que accede de
distintas a como lo fueron las generaciones forma entusiasta.
anteriores. De acuerdo con las preguntas que orien-
tan esta investigación, se trata de indagar si
Soy ama de casa. Y, además, encantada. Sí, por- la inercia generacional incide en la inactivi-
que tengo amigas que quieren trabajar y que quie- dad de G3. Si bien no aparece un rechazo al
ren… y yo no. Porque ni, gracias a Dios, me hace empleo femenino más allá del marido de la
falta ahora mismo económicamente ni… es que abuela (G1), tampoco aparece en los discur-
no quiero trabajar, vamos. […] Tengo muchas ami- sos de las entrevistadas ningún interés por
gas que quieren trabajar, aunque no les haga falta acceder al empleo. Se trata de un tipo de
económicamente, pero yo no. Soy muy maruja. familia en el que las mujeres no han sido ani-
madas a estudiar y que en cada generación
Vive como una mujer independiente y mo- abandonaron los estudios antes de lo que
derna, que conduce su propio coche, le gusta era habitual, sin encontrar oposición en sus
leer y está bien informada a través de Internet progenitores. Cabe por ello afirmar que hay
de todo lo que tiene que ver con lo doméstico, una dependencia generacional de carácter
la salud y la crianza. Disfruta de los aspectos indirecto, a través de la reproducción de ba-
más gratificantes del hogar, como la cocina, y jos niveles educativos de las mujeres que
comparte aficiones con su pareja, así como el producen tendencialmente una baja activi-
cuidado del hijo, que tiene en su padre un pro- dad laboral.
genitor activo y cercano.
El perfil de la generación más joven de El modelo moderno
esta tríada se corresponde con el de las mu-
jeres con menor tasa de actividad que el Las tríadas modernas, en las que las tres
conjunto de la población femenina en Espa- generaciones han mantenido una actividad
ña. En efecto, según datos de la Encuesta de laboral a lo largo de la vida, aparecen tanto
Población Activa, en el año de realización de en la clase media como en la baja. En el
las entrevistas (2007), las mujeres entre 25 y primer caso, la abuela, G1, estudió una pro-
49 años que vivían en pareja con hijos y solo fesión «femenina», Magisterio, durante los
habían alcanzado a realizar estudios prima- años veinte del siglo XX. El padre nunca per-
rios tenían una reducida tasa de actividad mitió que su esposa, que tenía estudios de
laboral, un 46%, que se elevaba al 60% entre piano, siguiera una carrera profesional.

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Aceptó que la hija estudiara, pero solo una tivo es «trabajar en lo mío, que para eso es-
carrera de las que entonces se considera- toy estudiando». Tiene novio, prevé tener
ban aceptables para una mujer. Ella así lo hijos y quiere tener una familia igualitaria.
hizo y, además, opositó para maestra. Ejer-
ció durante casi toda su vida, se casó tar- Yo soy persona que no… que no me gusta estar
díamente y tuvo solo dos hijos, los que que- en casa y que el hombre trabaje, por ejemplo. Yo,
ría tener. Su marido nunca se opuso a su me gustaría trabajar los dos y tener dos sueldos.
actividad laboral, a pesar de que durante […] (hablando de las cosas de la casa) Aquí o lo
varios años tenían destinos en distintas lo- hacemos los dos o yo tampoco hago nada.
calidades y cada hijo vivía con uno de los
progenitores. La siguiente generación, G2, La vida de su madre (G2) fue muy distin-
estudió también Magisterio, que comple- ta, a pesar de que también trabajó fuera de
mentó con Filología, y desde entonces ha su hogar la mayor parte de su vida. El mari-
trabajado como profesora en un colegio. do no asumió ninguna tarea doméstica o de
Cerca ya del final de su vida laboral, cobra cuidado, aunque en un momento de la en-
conciencia de lo que le ha aportado el em- trevista afirma que si pudiera retroceder en
pleo y se alegra de no haber sido ama de el tiempo haría que su marido se implicara
casa. más en el hogar. Tuvo trabajos monetariza-
dos la mayor parte de su vida, pero al no
[…] y entonces me empecé a dar cuenta de que acabar los estudios secundarios —fue ma-
era fantástico tener un trabajo, no ser una amita dre a los dieciséis años—, solo lo hizo lim-
de casa […] Me di cuenta de las ventajas que te- piando casas u oficinas y cuidando niños.
nía, la mente, otras cosas […] las amitas de casa Sus empleos han sido inestables y preca-
reducidas a su casita, ¡qué corto se queda el ho- rios, con poca o nula cotización, que tampo-
rizonte! co reivindica porque sabe que ya no le será
posible alcanzar el mínimo para una pen-
La orientación al mundo laboral de la ge-
sión. Prefiere, sin embargo, tener un empleo
neración más joven, G3, es aún más fuerte.
a quedarse en casa, tanto por razones eco-
Ya no estudió una carrera femenina sino
nómicas, «cuanto más se tiene, más se gas-
Ciencias Empresariales, y trabaja como res-
ta», como porque la casa todo el día la ago-
ponsable de Informática en una empresa. La
bia y prefiere cambiar de ambiente.
idea de ser ama de casa ni se le pasa por la
cabeza y en la entrevista explica largamente Para la generación de más edad, G1, el
su trayectoria profesional en la que hay pe- trabajo monetarizado nunca fue una opción
riodos de desempleo —no le renovaron el sino estricta necesidad. Hija de una viuda de
contrato en una empresa después de tener a un fusilado republicano con cinco hijos, a los
su hijo mayor—, otros de búsqueda intensiva catorce años ya empezó a trabajar en un al-
de empleo y, por fin, cierta estabilidad y el macén de envasado de aceitunas, donde
reconocimiento profesional. Mientras los hi- siguió trabajando después de casada, hasta
jos fueron pequeños tuvo ayuda tanto de su que una enfermedad crónica la retiró de la
marido como de cuidadoras contratadas, actividad laboral. En el momento de la entre-
además de llevarlos a la guardería. vista, ya viuda, está satisfecha con sus dos
La generación más joven (G3) de la tríada pensiones, una suya y otra del marido. Para
de clase baja coincide con la anterior en la ella, recibir una remuneración formaba parte
fuerte orientación laboral. La entrevistada de una difícil supervivencia.
está estudiando un grado superior y al mis- En la modernidad, las trayectorias de las
mo tiempo trabaja como camarera. Su obje- mujeres de clase media y baja acaban con-

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fluyendo en un modelo en el que la forma- aportaciones variadas a la economía fami-


ción es la llave para el empleo estable y este liar, sin que las identidades de asalariada o
lo es para la familia igualitaria. Si en el primer ama de casa fueran el rasgo definitorio de su
caso la inercia generacional se basa en los posición social. Ello corresponde a un mo-
estudios, en el segundo se basa más bien en mento histórico en que todavía no hay una
el nivel de vida familiar, que el empleo de las individualización de la remuneración ni del
mujeres incrementa, permitiendo así superar propio trabajo, en especial en el caso de las
la reticencia masculina hacia las que trabajan mujeres en ocupaciones agrícolas o en ne-
«en la calle». gocios familiares. Será más tarde, a partir de
los años cincuenta del pasado siglo XX,
cuando el predominio del sector industrial
Conclusión separa claramente el empleo del trabajo do-
méstico y aparece también en la clase baja
Esta investigación ha indagado en la forma en el ama de casa a tiempo completo. Por ello,
que un cambio social macro, la generalización la transición en las tríadas de clase baja tie-
del empleo femenino, opera a escala micro a ne en realidad tres fases: una primera, de
través de generaciones familiares. Se trata, en trabajo de supervivencia familiar en que no
este sentido, de una investigación longitudinal se puede diferenciar la posición de ama de
vertical, ya que se han estudiado generacio- casa a tiempo completo/empleada; una se-
nes sucesivas a lo largo del tiempo, lo cual gunda, en la que se extiende a las clases
exige considerar el propio devenir histórico en populares el papel de ama de casa, y una
el que se inscriben las trayectorias vitales tercera, de acceso al empleo. La transición,
analizadas, las cuales reproducen a escala por tanto, se produce de la G2 a la G3, en un
micro las grandes tendencias de cambio so- proceso tardío pero acelerado de cambio
cial, en nuestro caso la extensión de la activi- social característico del caso español. La
dad laboral femenina. Las tríadas caracteriza- inercia generacional (path dependency) se
das como modelo de transición son las que observa en los modelos tradicional y moder-
encarnan de manera más clara ese proceso. no. En el primer caso, se reproduce de ma-
Sin embargo, las trayectorias difieren según la dres a hijas un imperativo maternal intensivo
clase social. En la clase media hay un recorri- que frena o retrasa la incorporación al em-
do que conduce directamente del ama de pleo. Solo se ha podido observar en un caso
casa a tiempo completo a la mujer asalariada, y es de clase media. En el modelo moderno
tal como se puede observar a escala macro a los estudios se reproducen de unas a otras
lo largo del siglo XX. En la clase baja, las tra- generaciones (en la clase media) y conducen
yectorias son más complejas porque en las al desempeño laboral. En la tríada de clase
generaciones de más edad, las G1, no es fácil baja es más bien la necesidad económica la
diferenciar entre trabajo doméstico y moneta- que adelanta la incorporación al mercado
rizado. Este aspecto arroja una nueva luz a la laboral de las mujeres, con escasos niveles
investigación empírica sobre clases sociales de rechazo masculino, a diferencia de lo ob-
y género, al mostrar que más allá de la cues- servado en los otros tres modelos.
tión de cómo determinar la posición de clase El modelo regresivo puede interpretarse
de las mujeres no ocupadas (Wright, 1997) se como una transición no culminada. Se trata
plantea la cuestión de la consideración de de un modelo que solo aparece en la clase
ciertas formas de actividad laboral femenina, baja y donde la movilidad social ascendente
frecuentemente oculta. conduce a la viabilidad del ama de casa, vivi-
El trabajo para las mujeres de la G1 de da como descanso y progresión social, frente
clase baja era un conjunto indiferenciado de al empleo precario y mal remunerado y a los

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problemas de conciliación. La G3 de esta tría- rupturas conceptuales. Barcelona/Madrid: Icaria/


da, un ama de casa feliz, puede entenderse FUHEM.
como similar a las G2 de clase baja del mo- Botticini, Maristella y Eckstein, Zvi (2008). «Path De-
delo de transición, amas de casa cuyas ma- pendence and Occupations». En: Durlauf, S. N.
dres también sufrieron el empleo de supervi- y Blume, L. E. The New Palgrave Dictionary of
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vencia, habiendo podido ellas escapar a él.
Caïs, Jordi; Folguera, Laia y Formoso, Climent (2014).
En resumen, las trayectorias micro anali-
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zadas permiten comprender cómo operan
cambios estructurales, en este caso la incor- Carbonell, Monserrat (2005). «Trabajo femenino y
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rridos de las tríadas generacionales reprodu-
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cen la tendencia dominante, muestran tam-
Espasa Calpe.
bién factores, como el nivel de estudios o la
representación de la maternidad, que la ade- Chacón, Francisco y Bestard, Joan (dirs.) (2011). Fami-
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lantan o la retrasan. Es decir, hay una inercia
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RECEPCIÓN: 29/11/2016
REVISIÓN: 16/01/2017
APROBACIÓN: 20/09/2017

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54 Cambio y continuidad en tres generaciones de mujeres: un análisis longitudinal cualitativo de las formas de trabajo

Anexo

TABLA A.1.  Relación de entrevistas efectuadas (perfiles)

Número de
Modelos Tríadas Posición familiar Actividad principal Clase social
entrevista

E1 Abuela Trabajo remunerado Media


Tríada 1:
E2 MODERNA Madre Trabajo remunerado Media
E3 Nieta Trabajo remunerado Media
E4 Abuela Trabajo indiferenciado Baja
Tríada 2:
E5 TRANSICIÓN Madre Trabajo hogar Baja

E6 Nieta Trabajo remunerado Baja


E7 Abuela Trabajo indiferenciado Baja
Tríada 3:
E8 TRANSICIÓN Madre Trabajo hogar Baja
E9 Nieta Trabajo remunerado Baja
E10 Abuela Trabajo indiferenciado Baja
Tríada 4:
E11 TRANSICIÓN Madre Trabajo remunerado Baja
E12 Nieta Trabajo remunerado Baja
E13 Abuela Trabajo hogar Media
Tríada 5:
E14 TRADICIONAL Madre Trabajo hogar Media
E15 Nieta Trabajo hogar Media
E16 Abuela Trabajo indiferenciado Baja
Tríada 6:
E17 MODERNA Madre Trabajo indiferenciado Baja
E18 Nieta Trabajo remunerado Baja
E19 Abuela Trabajo hogar Media
Tríada 7:
E20 TRANSICIÓN Madre Trabajo remunerado Media
E21 Nieta Trabajo remunerado Media
E22 Abuela Trabajo indiferenciado Baja
Tríada 8:
E23 TRANSICIÓN Madre Trabajo hogar Media
E24 Nieta Trabajo remunerado Media
E25 Abuela Trabajo remunerado Baja
Tríada 9:
E26 REGRESIVO Madre Trabajo hogar Baja
E27 Nieta Trabajo hogar Baja
E28 Abuela Trabajo hogar Media
Tríada 10:
E29 TRANSICIÓN Madre Trabajo hogar Media
E30 Nieta Trabajo remunerado Media

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doi:10.5477/cis/reis.162.59

Change and Continuity in Three Generations of


Women: A Qualitative Longitudinal Analysis of
Forms of Work
Cambio y continuidad en tres generaciones de mujeres: un análisis
longitudinal cualitativo de las formas de trabajo

M. Teresa Martín-Palomo and Constanza Tobío Soler

Key words Abstract


Qualitative longitudinal This article examines the relationship between the transmission of
analysis employment patterns over generations of women and the spread of
• Employment women's employment. It looks at how a macro phenomenon, the
• Generations incorporation of women in the labour market, operates at the micro level
• Gender and the extent to which continuities exist between grandmothers, mothers
and daughters that delay or advance the trend toward the insertion of all
adults in the labour market. In this sense we can speak of path
dependency, a concept that can be useful to understand the transmission
among generations of women of their relationship to economic activity.
Qualitative longitudinal data is used, based on the discourses of ten triads
of women, each characterised as traditional, transitional, regressive or
modern, representing different combinations of paid and unpaid work.

Palabras clave Resumen


Análisis longitudinal Este artículo indaga en la relación entre la transmisión de pautas laborales
cualitativo a través de generaciones de mujeres y la generalización del empleo
• Empleo femenino. Se trata de ver cómo un fenómeno macro, la incorporación de
• Generaciones las mujeres al mercado laboral, opera a escala micro y en qué medida
• Género hay continuidades entre abuelas, madres e hijas que retrasan o adelantan
la tendencia a la inserción laboral de todas las personas adultas. En este
sentido podría hablarse de path dependency, concepto que puede ser de
utilidad para comprender la transmisión entre generaciones de mujeres
de la relación con la actividad. Utiliza metodología cualitativa longitudinal
a partir de los relatos de diez tríadas femeninas que representan
diferentes combinaciones de trabajo monetarizado y no monetarizado
caracterizadas como tradicionales, de transición, regresivas y modernas.

Citation
Martín-Palomo, M. Teresa and Tobío Soler, Constanza (2018). “Change and continuity in three
generations of women: a qualitative longitudinal analysis of forms of work”. Revista Española de
Investigaciones Sociológicas, 162: 59-74. (http://dx.doi.org/10.5477/cis/reis.162.59)

M. Teresa Martín-Palomo: Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Universidad de Granada | mtmartinpalomo@ugr.es


Constanza Tobío Soler: Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas, Universidad Carlos III de Madrid | ctobio@polsoc.uc3m.es

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40 Change and Continuity in Three Generations of Women: A Qualitative Longitudinal Analysis of Forms of Work

Introduction The transitional triad - Dà E: There is a


change from unpaid domestic work to paid
This article explores the relationship between economic activity over the course of the lives
the transmission of employment patterns of the three generations (from the first to the
over generations of women and the spread second generation or from the second to the
of women’s employment. It looks at how a third generation).
macro phenomenon, the incorporation of
The regressive triad - E àD: There is a
women into the labour market, operates on a
change from paid employment to unpaid do-
micro scale, and to what extent there are
mestic work over the course of the lives of
continuities between grandmothers, mothers
the three generations (from the first to the
and daughters. In this regard, we could
second generation or from the second to the
speak of the existence of a path dependen-
cy. Although this concept is generally applied third generation).
in reference to the inertia of economic or po- The modern triad - EEE: The three gen-
litical institutions (Pierson, 2001), it has also erations have all carried out paid economic
been used in the analysis of occupations activity throughout their lives.
(Botticini and Eckstein, 2008) and the trans- Hypothetically, the transitional triad mod-
mission of poverty and violence from one el is the one that is dominant today, since it
generation to another (Moncrieffe, 2009). It reflects at the micro level the trend toward
may also be useful to understand the trans- women's employment as a new social phe-
mission of the relationship to economic acti- nomenon. The traditional triads, in contrast,
vity between generations of women. reflect resistance to change, while the mod-
The Spanish case is particularly appropri- ern triads represent pioneers, anticipating
ate for this type of analysis as the delay in what would be normal in the future: being
women’s entry into the labour market in employed throughout working-age life. The
Spain in comparison to other European regressive triad represents an historical
countries and in the West in general, followed anomaly, reflecting the return of younger
by a rapid increase starting in the 1980s women to the old model of being a house-
(Echebarría and Larrañaga, 2004), permits us wife, which their mothers and/or grandmoth-
to observe this change over generations. In ers had already left behind.
addition, we find that the rates of labour mar-
Taking social class1 into consideration
ket integration have differed depending on
makes the preceding schema problematic; it
age; with young women always being at the
also reveals the difficulties in the androcen-
forefront in fostering new trends in access to
tric concept of work when applied to women
and maintenance of employment. This makes
(Borderías et al., 1994; Martín Palomo, 2008).
the observation of change over generations
The distinction between domestic and extra-
even clearer, since each generation has gen-
domestic work appeared earlier for men, with
erally remained locked into the decision
the disappearance of the peasantry and the
made in early adulthood throughout life: to
be a housewife or to have a job (Tobío, 2005). spread of wage labour, as the home lost its
role as both unit of production and consump-
We start from a typology of four genera-
tional triads, based on continuity or change
in domestic (D) or employment (E) activity 1 The social class approach is that used by Wright (1994,
over the course of the interviewees’ lives: 1997), who establishes a typology according to the
The traditional triad - DDD: The three gen- position of individuals with respect to the means of
production (owners and employees), as well as the levels
erations have carried out unpaid domestic of qualification of the latter. It is a perspective that
work throughout their lives. combines Marxist and Weberian elements.

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tion (Carbonell, 2005). María Ángeles Durán few regressive triads we have found are from
points out that “work is not the same as em- the lower class, where the status of house-
ployment” (2012: 21), emphasizing that the wife still appears as an indicator of upward
relationship between work and employment social mobility, with an appeal that has been
is not defined linguistically but is political; in lost for middle-class women. These findings
this regard, she argues that domestic labour question Wright’s approach (1997) on the re-
should be considered work. However, even lationship between social class and gender.
today work is metonymically likened to one They reveal that the complexity does not lie
type of work, that which is paid (Ibid: 41-41). so much in the combination of class posi-
Thus, paid work becomes “work,” acquiring tions of the women and men in married cou-
a status that the work carried out by women ples, but in the androcentric nature of the
in the home does not have (Stolcke, 1978; classifications commonly used to refer to
Berg, 1987). The idea has persisted until very work, particularly in regard to the distinction
recently that what women do, including extra made between housewives and employed
domestic and paid work, is a generic contri- women. In our research we have found a
bution to the household that does not attain clear tendency to hide certain types of paid
the status of an occupation for the woman work carried out by women.
who does it. This is particularly the case in
The first part of this article addresses our
rural areas or among lower classes where
methodological approach: using generation-
unskilled work predominates. Those who are
al analysis as a modality of a longitudinal
doing this kind of work are women who,
qualitative perspective, as well as incorporat-
working as maids, cleaners, seasonal work-
ing the historical context of the empirical re-
ers in agriculture or in many other similar ac-
search, as represented by the triads of
tivities, refer to themselves as housewives.
In short, exactly what constitutes work con- grandmothers, mothers and daughters in
tinues to be disputed, negotiated and rein- Spain in the 20th century. Afterwards, we ex-
vented among different social agents (Prieto, plain the design of the study, describing the
2007: 22-23). sample selection based on the Family Net-
works Survey carried out in the region of An-
Our empirical research has shown that it
dalusia in 2005 (from here on, the FNS) and
is women with jobs requiring formal training
the obtention of the life stories of each mem-
who say that they work or have worked
ber of the triads3. In the following section we
throughout their lives. That is, the very con-
describe the analytical strategy used, pre-
cept of work changes from men to women
senting for each triad model the way in which
depending on social class2. For this reason,
they reproduce, advance or delay the trend
we have not found lower class modern tri-
toward women’s incorporation into the la-
ads, as these women – the grandmothers or
bour market.
even the mothers – do not consider them-
selves to be employed. They call themselves
housewives, but from what they have told us
about their lives, they worked a lot, both in-
Generational analysis
side and outside of the home. In contrast, the The concept of generations can be unders-
tood in different ways. Mannheim’s approach
(1993[1928]) looks at the historical and so-
2 It also changes from one generation to another,
marking more and more clearly the difference between
domestic and extra domestic work. In the younger
generations, there is a stronger perception that unpaid 3  Thisarticle is based on a previous study detailed in
work is also “work.” Martín Palomo, 2010.

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42 Change and Continuity in Three Generations of Women: A Qualitative Longitudinal Analysis of Forms of Work

cial processes experienced by those belon- Longitudinal analysis has frequently been
ging to the same age groups, who therefore used in quantitative approaches, through
share an ideology and a way of understan- both the technique of retrospective surveys
ding reality. Social change occurs over gen­ and through panel studies (Díaz de Rada,
erations, as each successive generation is 2007). While the former technique suffers
the vehicle for transforming and rejuvenating from the problem of gaps in interviewees’
ideas, values and behaviour. The differentia- memories, which become greater as time
tion between age and generation has been passes, the use of panel studies is also not
thoroughly studied within demography, gi- without its problems. In the latter case, the
ving rise to two different analytical strate- sample of individuals interviewed at different
gies, the transversal and the longitudinal moments over time tends to shrink, as par-
(Samuel, 2008), as well as to empirical analy- ticipants, who cannot be replaced, tend to
ses of the errors caused by confusing the disappear, as the technique is based on fol-
two, especially in moments of social change lowing the same individuals over time. It can
(Attias-Donfut, 1988). Patterns of consump- reach a point in which the panel is no longer
tion or political orientation, for example, viable for long-term observations.
could be attributed to the effect of age, as Much more recent is the use of longitudi-
often happens, when in reality they are ex- nal qualitative research, which has become
plained by membership in a particular gene- increasingly significant in the past few years
ration; that is, having a certain age at a cer- (Caïs, Folguera and Formoso, 2014). From a
tain time, which does not indicate that qualitative perspective, both modalities of
successive cohorts will behave in the same retrospective research are used. This takes
way in the future. the form of life stories and repeated surveys
Another distinct approach looks at gen- with interviewees at different moments in
erations as family lineages or filial relation- time, making it possible to reconstruct life
ships between grandparents, parents and paths from the present perspective of the
children – as “genealogical steps” (Attias- person surveyed. Surveys require subjects to
Donfut and Arber, 1999: 2) in succession. In be followed over more or less long periods of
turn, family generations can be observed time. A study carried out by González and
from a cross-sectional or longitudinal per- Jurado (2015), for example, was based on
spective. In the former, grandparents, par- in-depth interviews with fifty-eight couples at
ents, children and grandchildren who are two moments in their lives: shortly before the
contemporaries, are viewed at a given mo- birth of their first child and when that child
ment in time, each with their own longer or was between eighteen and twenty-four
shorter trajectory. As a result of increased life months old. The overall period of time exam-
expectancy, different generations living at the ined and the frequency of interviews can be
same time has become much more common; greater, as with the study by McLeod and
today parents and children generally share Yates (2006) in which twenty-six young peo-
half a century of life, and grandparents and ple were interviewed two times per year over
grandchildren thirty years (Hagestad, 2000). a seven year period.
In our study, we have adopted a dual per- A different approach to longitudinal qual-
spective. We have focused on the genera- itative research is the analysis of generations.
tions of grandmothers, mothers and children As understood by Caïs, Folguera and For-
from a longitudinal perspective, but at the moso (2014: 47), the study of generations
same time, we understand them as historical falls at an intermediate point between the
generations, the product of different periods micro and the macro, which makes it espe-
in Spain’s recent history. cially useful for analysing social change, par-

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ticularly when the focus is “vertical”; that is, ness (Alonso, 2007).These three stages
when successive generations are studied roughly correspond to the contexts in which
over the course of their respective life trajec- the lives of the women we have studied have
tories. A “horizontal” approach, on the other taken place, although the criterion for select-
hand, could be referred to as cross-sectional ing the interviewees was their family position,
longitudinal because it studies the relation- not the year of their birth, so the historical
ships or differences between coexisting gen- framework can only be considered here as a
erations. broad context. The interviewees were born in
The Spanish case is well suited to gen- different times: the grandmothers, born be-
erational analysis because of the rapidity of tween 1908 and 1938, worked and were
social change in recent decades, allowing it mothers in a context of war, postwar and iso-
to be clearly observed over successive gen- lation; the mothers born between 1942 and
erations. Some interesting research with a 1971, have experienced motherhood and
horizontal approach was carried out in have worked in a context of economic open-
Spain at the beginning of the 1990s (De ness and development; while, the daughters/
Miguel, Castilla and Caïs, 1994), with the granddaughters, born between 1973 and
purpose of studying the character of the in- 1985, are young women who have lived in a
dividual generations and their relationships context of European integration and eco-
with each other; the authors identified a nomic globalisation. In addition, after the end
Civil War generation, a 1968 generation and of the restrictions established by Francoist
what has come to be referred to as Genera- labour law (the so-called 1938 Fuero del Tra-
tion X. The persons interviewed were cho- bajo), the 20th century has been witness to
sen based on their date of birth and were the gradual increase of the participation of
unrelated. Another generational research women in the labour force in Spain (Tobío,
project was carried out by Mercedes Alcañiz 2005).
(2008) and studied the process of individu- Our approach is vertical, as we analyse
alisation among women, using interviews the transmission of employment patterns
with three generations selected according over intra-family generations of women. But
to age at the time of data collection. Both it is also historical because the lives studied
studies have the reference to stages in the have developed in very different contexts
recent history of the country in common, that have marked the conditions affecting
something that is also part of our own em- decisions and behaviour regarding types of
pirical research. work: paid or unpaid.
Broadly speaking, we can identify three
different stages of economic production over
the course of the 20th century in Spain: a first Triad design
stage, in which agricultural production grad-
The design of the triads is based on a theo-
ually loses importance in the overall econo-
retical model of the three generations of wo-
my, accompanied by a rise in industrial pro-
men using two analytical categories – econo-
duction; a second stage, characterised by
mic activity and social class - and results in
the loss of industrial jobs and an increase in
eight different types. Regarding economic
the service sector, notably in the public sec-
activity there are the following four possibili-
tor, and a final stage in which there is a wide-
ties:
spread decline in industrial employment, as
well as stagnation in the public sector, with – Traditional model: the main activity of the
employment and working conditions simulta- three generations is unpaid work in the
neously being characterised by precarious- home (full-time housewives).

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44 Change and Continuity in Three Generations of Women: A Qualitative Longitudinal Analysis of Forms of Work

– Transitional model: starting with the se- Following the methodology adopted by At-
cond generation (G2)4 or the third gene- tias-Donfut (2003: 21-25) in her Encuesta de
ration (G3), the main activity is paid work. Tres Generaciones [Survey of Three Genera-
– Modern model: the main activity of all tions] carried out in France, the so-called
three generations is paid work. “pivot generation” was taken as the person
of reference; that is, women who are mothers
– Regressive model: the first generation
of at least one adult daughter and whose
(G1) consists of women with paid work
mother is alive. The pivot generation (G2) is
and the third generation of full-time hou-
the one that has the most intense relation-
sewives, producing a regression begin-
ship with the grandmother (G1) and with the
ning in G2 or G3.
daughter (G3), in line with what was pointed
The social class of the triads is deter- out by Martine Segalen (1992: 89) regarding
mined based on G2, – in other words, it is it as the “point of union within the structure”,
considered the same for all three women in as well as because the interviewees them-
each triad: It has been constructed using the selves refer to this person as “the pillar of the
variables occupation, relationship to eco- family”. The pivots come from an ad hoc use
nomic activity and family relationship, and of the survey, which provided a list of the per-
results in two social classes, middle and sons interviewed who met the requirements
low5. The upper class is not considered in established to characterise the triads ac-
our analysis. This is due, first of all, to the cording to their relationship to economic ac-
difficulty of finding individuals from this social tivity (unpaid work in the home or paid em-
class. In addition, as has been shown in oth- ployment) and their social class (middle or
er studies, (see, for example, Subirats, 2012), lower). In this way we obtained a sample of
it is because there are two major social ten women, who agreed to be interviewed
groups in society today, differentiated by again and who convinced their mothers and
their insertion in the labour market, econom- a daughter to also participate in the study7.
ic position and cultural habits, which corre- The fieldwork was carried out between 2006
spond to those we have called middle and and 2007 in different locations in the prov-
lower class. ince of Seville, interviewing these ten wom-
en, their mothers and one of their adult
The selection of triads was based on the
daughters in the form of open conversations.
framework provided by the FNS6, to both
The list of interviews carried out with their
identify participants and to establish their
profiles can be seen in the table A.1, “Inter-
main socio-demographic characteristics.
views carried out”.

Analysis of the triads


4 The three generations are identified throughout the text
as G1, G2 and G3, respectively.
5 In the case of the women interviewed that were
According to our hypothesis, the majority of
economically active, women entrepreneurs were
classified as “middle class”, along with managers and the triads selected from the FNS – six out of
those employed in activities that require professional ten – are transitional (Dà E); that is, the gen­
qualifications equivalent to a university degree. The
remaining economically active women were classified as
“lower class”. The women interviewed that were
economically inactive were classified according to the 7 To organise the fieldwork the Statistics Institute of
class position of their spouses or parents. Andalusia contacted the women who had been
6 Online: http//www.juntadeandalucia.es/institutode interviewed in the FNS and whose profiles had been
estadisticaycartografia/redesfamiliares/index.htm. Last selected through qualitative structural sampling (for more
consulted 16 November 2016. detail, see Martín Palomo, 2010).

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erational sequence leads to women’s emplo- century, and among women who have had
yment: from grandmothers’ or mothers’ ex- easy access to education, is the mainte-
clusive dedication to the domestic sphere to nance of a rigorous division in gender roles.
the employment of daughters or In the one case found, the generational
granddaughters. Variations appear, however, transmission of a strong maternalism is sure-
depending on the period in time – in the se- ly the main explanatory factor.
cond or third generation – or the intensity of The regressive model in the strict sense
the change – continuous or discontinuous (EàD), is found in a lower class triad, in
integration in the labour market. which the grandmother had been employed
Social class, as explained above, makes her whole life and the upward social mobility
the concept of employment more complex is associated with staying at home because
as it is more adapted to the trajectories of the this is something the family can afford to do.
middle class than to those of the lower class. Finally, the modern triad (EEE) was found in
Thus, a particular type of trajectory appears two triads, one middle class and one lower
in three of the transitional triads, which is class, where continuous employment is
characterised by hybrid forms of work be- found in all three generations.
tween the domestic and the extra-domestic
(seasonal farm-workers, salaried work at The traditional model
home and family assistance on the farm or in
The grandmother in this triad was 98 years
a family business) in the first generation (G1).
old at the time of the interview. In her dis-
This changes to work in the domestic sphere
course, the boundary between the family and
exclusively in the second generation (G2) and
the outside world takes on a special impor-
then a new change to formal employment in
tance, a difference accentuated by the fact
the third generation (G3) Thus, the model
that she went to live in Seville when she ma-
would correspond to:
rried a man from her home town of Girona,
E’à Dà E who had gone to work there at the time of the
Universal Exposition of 1929 and then remai-
where E’ represents a modality of work that ned there. Beyond the family, everything else
could almost be qualified as pre-capitalist. In is the outside world and foreign. Her discour-
these three cases, the generational sequen- se is radical, rejecting paid work for women
ce is accompanied by an improvement in to the point of saying that mothers should not
education level, common to the population be given jobs. She dedicated her life entirely
overall, as well as to the formalisation and to her home and her children, although she
individualisation of work. This does not would have accepted, and even wanted, to
mean, however, that upward mobility has oc- participate in a family business because, in
curred, as this is only found in one of the ca- her imaginary, this did not involve going be-
ses of transition from the lower class. yond the boundaries of the home.
Consistent with our initial hypotheses, the In the second generation (G2), the daugh-
traditional model (DDD) is in the minority – it ter reproduced the behaviour of her mother,
only appears in one of the triads – and middle assuming the role of being exclusively a moth-
class. In Spain, the role of being a housewife er and housewife. As a young person, the
exclusively only existed among the upper mother studied, but this was complementary
classes well into the twentieth century, as to preparing herself for a good marriage, with
such households were the only ones with the no intention of entering the labour market. Her
economic resources to afford it (Varela, mother was an absolute reference for her, as
1997). What is less common, now in the 21st well as the person to whom she was closest

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in her life and the one who taught her the male employment, first in regards to educa-
practice of providing care. In line with the ma- tion and then regarding employment experi-
ternal imperative, marriage led to one preg- ence. However, the model of exclusive
nancy after another, plunging her into a crisis devotion to motherhood inherited from the
little understood by those around her. grandmother, excluding work outside the
Despite having scrupulously followed the home, seems to prevail to the present.
example of her mother, the first generation,
the discourse of G2 on women, employment The transitional model
and their rights is very different; it is a much
This model reflects the dominant trend of a
more modern discourse, recognising and de-
generalisation of women’s integration into
manding those rights. For example, in relation
the labour market, away from the previous
to not having held a job, she says repeatedly,
model in which the dominant activity of wo-
“not having earned money,” a statement that
men was unpaid work. It enables us to see
connects with mentions throughout the inter-
how structural change operates on the micro
view of the lack of value given to those who
scale.
do not bring money into the home. Recogni-
tion of women’s rights appears in reference to This transition is defined as a sequence in
both herself and her daughter (G 3). In relation which the youngest generation (G3) is em-
to herself, she believes it is very wrong she ployed. In the middle class triads, this transi-
does not have a pension of her own “because tion begins with grandmothers (G1) entirely
we’ve taken care of our children.” That is, she dedicated to working in the home. The his-
believes that care work is a socially useful ac- torical moment and social environment es-
tivity and that its economic value should be tablished university education for daughters
(G2) as a new norm. Indeed, in the two G2
recognised by society. In relation to her
cases observed, the women attended univer-
daughter, who quit her job when she became
sity, although only one of them had a career.
a mother, she says it is difficult for her to ac-
The one who did worked all of her life, even
cept this, stating “women have fought hard to
while her two children – the number she
be independent,” referring to an economic
wanted to have – were very young. She
independence that she never had, but that is
thought of her work as necessary for her
particularly important given the possibility of
economic and personal independence.
the break up of a marriage, an experience that
When asked if she had ever considered leav-
her own son had gone through.
ing her job or working less, her answer was:
The representative of G3 got a university ”Never, never, never.” The other woman com-
degree and worked for ten years in a job she pleted a university degree and always want-
really liked. However, when she became a ed to be a teacher, but her husband’s em-
mother she decided to become a housewife. ployment was given priority, and as he had to
In her discourse in the interview, she talks travel for his work, and with taking care of the
about the value of work in the home, of its children it was not possible for her to pursue
necessity and complexity, as well as impor- a career as a teacher. She did not want to be
tance of the mother being at home with small a housewife. Not having a job made her feel
children. She does not rule out looking for as if she “had not realized herself,” and this
employment again – she would like that – but manifested in anxiety and depression for
returning to work would put so many de- having had to take on a role she did not want:
mands on her that it does not seem easy. “I have cried a lot to adapt to being a house-
In this triad we see generational changes wife”. In both women’s cases, their daugh-
that are consistent with the trend toward fe- ters, G3, have studied, are working in their

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fields and expect to work throughout their a housewife. However, G1’s mother worked
lives. in that intense and indistinct way between
The transitions in the lower class triads are paid and unpaid work. Thus, it would seem
more complex, as was mentioned before. In that in this case the sequence, E’àD, was
three out of four of the triads of this type, the one generation ahead. This was an historical
G1 women had paid work strictly out of need, period in our country (the post-war period
but in activities that were rarely individualised from 1939-1959) in which lower class fami-
or formalised and for remuneration under- lies could not afford to renounce any income.
stood as an undifferentiated contribution to The grandmother of this triad told us that
the household. In one case, the interviewee neither her father or husband would allow her
lived in the countryside and worked planting to work outside the home, even though she
and harvesting crops; another was a peasant would have preferred to have contributed
family in Galicia with their own land and in the some money to her family, which never had
third case, the family had a grocery store next enough to live on. As the working class mod-
to their house. Contrary to what one might el of the family based on the male provider
imagine, there was no transition to formal em- was being established (Lewis, 1992), women
ployment in the next generation (G2), but working suggested that men were unable to
rather to the role of housewife, which was provide for their families and as a result, per-
fully accepted. In one of the cases, the inter- haps, there was a radical rejection of women
viewee worked in agriculture and in an olive being employed. Certainly, the generational
packing warehouse until she got married. In path of this triad exemplifies the ideological
addition to her husband and the children they change in family obligations (the male pro-
had, she had to take care of her mother who vides, the woman cares) when wage condi-
was a widow and two younger brothers. Talk- tions did not actually permit that.
ing about herself she says her life is “cleaning, The family that Parsons described and
washing, ironing, cooking…of course, a maid prescribed (2003[1956]), however, is limited
for eve­ryone else, and that’s that. And I don’t to a historical period, that of industrialisation,
do anything I like.” For the other two inter- which has turned out to be very short in the
viewees of this triad type, being housewives Western world (Casey, 1990; Goody, 1986),
has been a satisfying choice in the context of and especially in Spain (Alberdi, 1999; Chacón
their husbands’ upward social mobility and in and Bestard, 2011). In the younger genera-
comparison to the hard life of work, inside and tion (G3), all of the interviewees have a job
outside the home, their mothers had to do. and expect to work throughout their lives.
Thus, one openly says: The enthusiasm for work is greater among
those who have university degrees, and also
…for me, here, in my home, at home, I don’t want in another interviewee who works in a family
to be outside […] My mother was always in shops, business. But even the woman for whom
outside, and I always missed my home a lot. I love work has a more instrumental meaning be-
my home and everything. I don’t have any pro- lieves she will continue to have paid employ-
blem... There are people who pay someone to clean ment throughout her life.
because they don’t like taking care of the house,
but I feel good. I do what I want; I’m a very indepen- The regressive model
dent person. I’m not tied down to the house.
Just as the traditional model has been found
to be characteristic of the middle class (hou-
The other lower class transitional triad seholds that could afford the mother not ha-
has the particularity of G1 being exclusively ving paid work), the regressive model is cha-

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racteristic of the lower class. In situations of cleaning houses and that doing so was not
upward mobility in the lower class, women worth it. However, she was responsible for
being exclusively housewives persist to the the daily care of her elderly mother (with
youngest generation, despite this role not ha- whom she still lived at the time of the inter-
ving much social prestige in the overall socie- view), as well as her two daughters and her
ty. The intense work of grandmothers in the husband. Her discourse reflected a feeling
lower class both within and outside the home, of resignation about being a housewife; she
with the latter not always recognised as work, frequently compared her own life to the dif-
as well as men’s rejection of women having ficulties of her mother’s life, exemplified in
paid work, are certainly some of the keys for the change from having to wash everything
understanding why the granddaughter says by hand to having a washing machine, and
that she is happy as a housewife. In the case from living in a home without running water
examined, what must also be added is the to having hot water.
scarce investment in educational capital.
The granddaughter, G3, is a happy house-
The grandmother explained how she wife. She married a professional athlete,
worked from the age of twelve until she was quickly became rich, and having not com-
married; after marriage her husband would pleted the university studies that she had
not allow her to carry out any kind of paid begun, she believes that the world of work
work outside the home. However, a more de- offers very little for her. She is proud to be a
tailed account of her path shows that she did typical housewife, precisely because her
in fact work for most of her life in a fish mar- situation is very different from that of prior
ket stall her husband set up as a second job. generations in her family.
She was really the one in charge, there from
eight in the morning until three or four in the I am a housewife. And more than that, I am happy
afternoon. This paid but unrecognised work about it. Yes, because I have friends who want to
was also supported by the even less recog- work, I don’t. Because, thank God, I don’t need to
nised work of two other women, who took economically, and I don’t want to work. […] I have
care of her young children: first her own many friends who want to work, even though they
mother and then later, her eldest daughter, don’t need to for economic reasons, but I don’t. I
who at the age of eleven stopped going to am very much a housewife.
school to take responsibility for the home
while the mother was working in the market She lives like an independent and modern
stall. In spite of the evidence of the work she woman, drives her own car, likes to read, and
carried out, the grandmother maintains that is well informed through the internet about
she never worked as a married woman, pre- everything having to do with domestic life,
cisely what her husband had wanted, and health and raising children. She enjoys the
she gratefully accepts her widow’s pension most gratifying aspects of home-making, like
as what it should be. cooking, sharing hobbies with her husband
The daughter, G2, is almost illiterate. She and taking care of their child. The father is a
can barely read and write. She explained that very close and active parent.
none of the three sisters liked studying, and The profile of the youngest generation in
how her father felt it was important for the this triad is that of women with a lower rate
sons to study. She also worked from the age of economic activity than the overall popula-
of fourteen, but stopped working when she tion of women in Spain. Indeed, according to
got married. She explained this by saying data from the Labour Force Survey in the
that since she did not have any education, year the interviews were carried out (2007),
she could only have worked in agriculture or only 46% of women between 25 and 49

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M. Teresa Martín-Palomo and Constanza Tobío Soler 49

years of age, who lived with a partner and studied piano, to pursue a professional ca-
children and who only had a primary educa- reer. He did allow his daughter to study, but
tion, were economically active. This rose to only for a profession that was considered to
60% among those who had completed sec- be acceptable for women, which is what she
ondary school and 78% among those with did as she became a certified teacher. She
higher education (Tobío and Fernández worked as a teacher almost all her life, was
Cordón, 2015: 209). For this age group of married late and had two children, the num-
women who lived with a partner and children, ber of children she had wanted. Her husband
61% were economically active, a lower rate never opposed her working, despite the fact
than that found for women overall (68%) that they worked in different places for many
(Ibid). In this regard, G3 forms part of a group years, and each child lived with one of the
of women whose low level of activity is as- parents. The daughter, G2, also received a
sociated with both their low education level teaching degree, complemented by studies
and belonging to a family consisting of a in philology, and since that time, has taught
couple with young children. The atypical in a school. Now close to the end of her ca-
character of the interviewee in our study lies, reer, she is aware of how much working has
however, in her high economic level, attained given her and happy that she was not a hou-
through marriage, which gives her access to sewife.
the resources of the consumer society, which
she enthusiastically accepts . […] and then I realized that it was fantastic to have
Using the questions guiding this research, work, not be a housewife […] I realized all the ad-
we attempt to examine whether inter-gener- vantages it had, intellectually, other things […]
ational inertia has an influence on G3’s inac- being a housewife stuck at home, it really limits
tivity. Although there is no clear rejection of your perspective!
women’s employment other than by the
The orientation toward employment is
grandmother’s husband (G1), the discourses
even stronger in G3. She did not study for a
of the interviewees do not reveal any interest
traditionally female career, but studied busi-
in having a job. This is a type of family in
ness administration instead, and works as
which the women have not been encouraged
an IT manager in a company. The idea of
to study and in each generation have
being a housewife never even crossed her
dropped out of school sooner than was com-
mind. In the interview she talked a lot about
mon and without any opposition from their
her professional career in which she has had
parents. It therefore appears that an indirect
periods of unemployment – they did not re-
generational dependency exists, reproduced
new her contract in on company after the
through the low level of education among the
birth of her oldest child – and other periods
women, which is associated with low levels
of intensively looking for work and, ultimate-
of economic activity.
ly, a certain stability and professional recog-
nition. While her children were small, she
The modern model
had the help of her husband, as well as
There are two modern triads, in which all babysitters, in addition to taking them to a
three generations have been employed daycare centre.
throughout their lives, one middle class and The youngest generation, G3, of the low-
one lower class. In the middle class triad, the er class triad coincides with the middle class
grandmother, G1, got a teaching degree, a one in her strong orientation toward employ-
typically “female profession”, in the 1920s. ment. She is studying for an advanced voca-
Her father never allowed his wife, who had tional training degree and at the same time,

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working as a waitress. Her goal is “to work in In modernity, the paths of middle class and
my field, that’s why I am studying”. She has lower class women end up converging in a
a boyfriend, plans to have children and wants model in which education is the key to stable
to have an equal relationship. employment, which, in turn, is the basis of an
egalitarian family. If in the middle class triad,
I am a person who doesn’t want to stay at home, generational inertia is based on education, in
with the man working, for example. I want both of the lower class it is based more on the family’s
us to work and to have two salaries […] (referring standard of living, which women’s employ-
to household tasks) Here we both do it, or I don’t ment increases, overcoming male reticence
do it either. toward women working outside the home.

Her mother’s life (G2) was very different, Conclusion


despite the fact that she worked outside the
home most of her life. Her husband did not In this study we have examined the way a
take on any household or childcare responsi- macro social change –the expansion of
bilities, although at one moment in the inter- women’s employment– operates on the mi-
view she said that if she could go back in time, cro scale, by looking at three generations of
she would make her husband be more in- women. In this sense, this is a vertical, longi-
volved in the household. She had paid em- tudinal study, as we have looked at succes-
ployment most of her life, but because she did sive generations over time. Doing this has
not finish secondary education – she became also required that we consider the historical
a mother at 16 – she worked cleaning houses periods in which the life paths analysed have
and offices and taking care of children. Her taken place, as these reproduce on the micro
employment was unstable and precarious, level the major trends in social change, in our
with little or no contribution to a pension, case, specifically, the spread of women’s
which she does not pursue because she employment. The triads characterised as re-
knows that it will not be possible to even reach presenting a transition model are those that
the minimum contribution necessary. She pre- most clearly reveal this process. However,
fers, however, to have a job rather than to stay trajectories differ according to social class. In
at home, for economic reasons, “the more you the middle class there is a path that leads
have, the more you spend” and because stay- directly from full-time housewife to working
ing at home all day would be oppressive and woman, as can be seen on a macro scale
she prefers a change in environment. throughout the 20th century. In the lower
For the older generation, G1, paid work class, trajectories are more complex becau-
was never a choice, but rather, a strict neces- se in the older generations, G1, it is not easy
sity. The daughter of a widow of a Republi- to differentiate between domestic and paid
can who was executed, and one of five chil- work. This aspect sheds new light on empi-
dren, she began to work when she was rical research on social classes and gender;
fourteen in an olive-packing warehouse, as it shows that, beyond the issue of deter-
where she continued to work after getting mining the class position of economically
married until a chronic illness forced her to inactive women (Wright, 1997), the issue of
retire. At the time of the interview, now a certain, often hidden, forms of women’s work
widow herself, she was content with her two must be considered.
pensions, one hers and the other, her hus- Work for lower class G1 women was an
band’s. For her, paid work had been essential undifferentiated series of varying contribu-
for her survival. tions to the family economy, without the

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identity of wage-earner or housewife being G3 of this triad, content as a housewife, can


the defining feature of their social position. be understood as similar to the G2 of the
This corresponds to a historical period in lower class model of transition, housewives
which there was still no individualization of whose mothers suffered carrying out paid
remuneration or of work itself, especially in work for bare survival, which they were able
the case of women in agricultural occupa- to escape.
tions or who worked in family businesses. It To summarise, the micro trajectories
would be later, starting in the 1950s, that the analysed permit us to understand how
predominance of the industrial sector would structural changes operate – in this case the
clearly separate employment from work in incorporation of women into the labour mar-
the home, and the full-time housewife would ket as a new social norm. Although the
appear in the lower class. For this reason, paths of the generational triads reproduce
the transition in the lower class triads actu- the dominant trend, they also reveal factors,
ally has three phases: a first phase, from such as the level of education or the repre-
work for family survival in which we cannot sentation of maternity, that speed or delay
differentiate the position of full-time house- the process. That is, there is a generational
wife/wage-earner; a second phase, in which inertia that is an independent element of
the role of housewife spreads to the lower structural determination and which mani-
classes and a third phase, of widespread fests in the pace of incorporation of social
access of women to employment. The tran- change.
sition, therefore, takes place between G2
and G3 in a late but rapid process of social
change, characteristic of the Spanish case.
Generational inertia (path dependency) can
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Studies in Class Analysis. Cambridge: The Press
Sindicate of the University of Cambridge.

RECEPTION: November 11, 2016


REVIEW: January 16, 2017
ACCEPTANCE: September 20, 2017

Reis. Rev.Esp.Investig.Sociol. ISSN-L: 0210-5233. Nº 162, April - June 2018, pp. 39-54
54 Change and Continuity in Three Generations of Women: A Qualitative Longitudinal Analysis of Forms of Work

Annex

TABLE A.1.  Interviews carried out (profiles)

Interview
Triad models Family position Main activity Social class
number

E1 Grandmother Paid work Middle


Triad 1:
E2 MODERN Mother Paid work Middle
E3 Granddaughter Paid work Middle
E4 Grandmother Undifferentiated work Lower
Triad 2:
E5 TRANSITION Mother Housework Lower

E6 Granddaughter Paid work Lower


E7 Grandmother Undifferentiated work Lower
Triad 3:
E8 TRANSITION Mother Housework Lower
E9 Granddaughter Paid work Lower
E10 Grandmother Undifferentiated work Lower
Triad 4:
E11 TRANSITION Mother Paid work Lower
E12 Granddaughter Paid work Lower
E13 Grandmother Housework Middle
Triad 5:
E14 TRADITIONAL Mother Housework Middle
E15 Granddaughter Housework Middle
E16 Grandmother Undifferentiated work Lower
Triad 6:
E17 MODERN Mother Undifferentiated work Lower
E18 Granddaughter Paid work Lower
E19 Grandmother Housework Middle
Triad 7:
E20 TRANSITION Mother Paid work Middle
E21 Granddaughter Paid work Middle
E22 Grandmother Undifferentiated work Lower
Triad 8:
E23 TRANSITION Mother Housework Middle
E24 Granddaughter Paid work Middle
E25 Grandmother Paid work Lower
Triad 9:
E26 REGRESSIVE Mother Housework Lower
E27 Granddaughter Housework Lower
E28 Grandmother Housework Middle
Triad 10:
E29 TRANSITION Mother Housework Middle
E30 Granddaughter Paid work Middle

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