TITULO II
LA CONTABILIDAD EN LA EDAD MEDIA
INTRODUCCION
En Historia universal, la caida del Imperio romano de Occidente y la in-
asin de los Barbaros se consideran con razén como los acontecimientos que
marcan el fin de una civilizacién y el nacimiento de un mundo nuevo. Mas
para el historiador de las técnicas, y en particular de las técnicas auxiliares de
Ja economia, cabe plantearse una cuestién de metodologia. Esto es asi porque
Ta técnica del registro contable nace y se desarrolla con el intercambio comer-
cial, del que es uno de: los érganos de expresién. Dicha técnica permanece»
estacionaria, degenera ¢ incluso desaparece con el estancamiento, la desinte-
gracién y el hundimiento del sistema econémico del que forma parte, Ahora
bien, con objeto de facilitar la exposicién, todos los que hasta ahora se han
ocupado de la historia de las cuentas, pasan de la antigiiedad clasica a la Edad
Media occidental, como si de historia universal se tratase. Esta manera de
obrar, evidentemente, es cémoda y halaga a nuestro instinto de sistematizacién.
Pero, jes légica? Cabe hacerse esta pregunta porque si nuestra civilizacién
es la heredera de sus s griega y romana, no es menos cierto que en
a ia se refiere, se vuelve a partir de la
, ya que nuevamente encontramos én sus comienzos los mismos, halbuceos
que entre los s sumerios, y no puede.en forma alguna relaciondrzela
cot Ta técnica iY atiligiiedad. Es preciso sefialar, ademds, que
7 ientos eed romianos, no tenemos, en
primeros testimonios contables directos,
' Légicamente, pues, no es posible relacionar la contabilidad de, le Edad
Media con sus predecesoras dela antigiiedad clasica, pu
Tieién 3 del sistema. La ‘evolucién de la contabilidad en la Edad
Media, Ss ‘a"la’Partida Simple, y de ésta a la Partida Doble, esJOSEPH - 1, VLAEMMINCE
2 JOSE MARIA GONZALEZ FERRANDO .
totalmente independiente del hecho de que hubiera ya existido o no una téc-
nica contable en la Edad Antigua (1).
En cambio, si nos situamos en la verdadera prolongacién histérica de la
técnica de las cuentas, la perspéctiva del historiador varla por completo. Al
comprobar la presencia de una técnica contable en una civilizacién econémica
determinada, se ve obligado a seguir su desarrollo paso a paso, hasta que las
fuentes histéricas Ieguen a agotarse, Este es el iinico medio que existe para
comprender Ja evolucién del sistema en si mismo y para confirmar, ademés,
el paralelismo que debe existir « priori entre esta evolucién y la de Ja civili-
zacién econémica,
Pues bien, Ja contabilidad helénica no presenta la laguna milenaria que si
existe en la de la Europa occidental. Por consiguiente, no podemos pasar al
estudio de otro sistema contable —el de la Edad Media— hasta haber agotado
todas las posibilidades de deteccién del proceso evolutivo de las cuentas grie-
as, cuyos procedimientos se impusieron particularmente en el Egipto ptole-
maico, romano y bizantino. Incluso puede seguirse durante largo tiempo esta
evolucién, dado que Egipto ha vivido al abrigo de las grandes invasiones y
ofrece, desde antes que éstas trastornasen al Imperio romano, el cuadro de
una sociedad que evoluciona lentamente hacia una estructura medieval. Sabe-
mos que Ja causa inmediata de las profundas transformaciones que sefialaron
en este pais el fin de la Edad Antigua es ¢l agotamiento de la poblacién por
la presién fiscal. Se puede seguir esta inexorable evolucién, especialmente en
las cuentas, en los recibos de impuestos, en las quejas y demandas de los con-
tribuyentes, gracias a los papiros que el valle del Nilo ha sido casi el tinico en
conservarnos (2). En tanto que no poseemos ningtin verdadero texto contable
romano, tenemos, por el contrario, cuentas egipcias muy tardias, tales como Ia
larga cuenta de ingresos y gastos procedente de los archivos de las propieda-
des de los Apién, que data del afio 590 (3).
Hacia el afio 650, el Islam invadié a Egipto y sus arenas nos deparan en
() Frente a esta idea corrientemente admitida, Tommaso Zrnst ha opuesto una con-
cepeién totalmente original, segiin la cual existe efectivamente un lazo de unién entre
1a contabilidad de los romanos —tabulae rationum— y los precedentes histéricos de le
partida doble; es decir, los libros de deudores y acreedores, que dicho autor denomina
libros tabulares, Cir. Tommaso Zerst, Le Origine della Partita Doppia, Marzorati, Mi-
lan, 1952, pp. 61-67 y péssim, (N, del T.).
@) Claire Présvx, La fin de VAntiquité en Egupte, Chronique. d'¥gypte, n2 48, ju-
Yio 1949, p, 123,
(3) _Cfr, E, Loser, E. P. Wecexen, C. H. Rosenrs, H, L, Bett, The Oxyrhynchus Papyri,
parte XIX, Londres, Egypt Exploration Society, 1938,HISTORIA ¥ DOCTRINAS DE LA CONTABILIDAD a)
adelante cuentas drabes que suceden a las griegas. Poseemos inventarios,
cuentas corrientes, extractos de cuentas, cuentas domésticas, etc., en los pa-
piros encontrados en Egipto (4). Tal vez haya aqui un interesante campo para
los arabistas, tanto mas cuanto que esta civilizacién arabe se desarrollé en
grandes centros comerciales: Bagdad, Damasco, Sevilla, Cérdoba,.. Ademés,
conviene sefialar que el Cordn, que lleva la huella del origen mercantil de
Mahoma, lejos de proscribir el comercio, lo dice agradable a Dios. Es sabido
que los arabes fueron grandes comerciantes y que en todo el mundo musul-
man se establecié una importante corriente de intercambio (5).
Sin embargo, de los tres mundos —bizantino, arabe y cristiano de occiden-
te— que coexistian en la cuenca del Mediterraneo y no mantenian por cierto
més que relaciones limitadas, el mundo occidental cristiano es el que nos inte-
resa, i cuyo tificado que Jos historiadares de la contabilidad
“"Miés arriba hemos sefialado los dos objetivos de 1a historia de la contabi-
Tidad: la evolucién interna del sistema y la influencia externa del ambiente
econémico. Por lo que se refiere al primero de estos fines, no creemos que
sea de interés seguir adelante con el estudio de las cuentas egipcias, puesto
que técnica mas desarrollada fue Ja de los banqueros atenienses y no parece
que fuera sobrepasada por los bancos de Alejandria, sino todo lo contrario.
Por lo que se refiere a las cuentas dé las grandes haciendas privadas, basta
con que comparemos, por ejemplo, las cuentas de Zenén’ del siglo III a. J. C.,
con las de Heroninos, que datan del siglo III'de nuestra era, para darnos cuen-
ta al primer vistazo de que durante ese medio milenio no se hizo ningun
progreso en materia de técnica contable.
En cuanto a poner de manifiesto la influehcia.del sistema econdmico.sobre
Ia técnica de las cuentas, sélo podriamos hacerlo alargando desproporcionada-
angate. ¢st@.dibra: No obstante, los grandes rasgos dé este paralelismo resaltan
Suficientemente en el breve estudio de la contabilidad antigua que hemos
dedicado a los Sumerios, a los Egipcios, a los Griegos y a los Romanos. Por
+ "(4 Cfr, especialmente la pequefia coleccién de papiros arabes comprados en Egipto,
en Albert Drerricy, Arabische Papyri aus der Hamburger Staats- und Universititsbiblio-
thek, Abhandlungen fiir die Kunde des Morgerlandes, XXIII, 3, Leipzig, 1937.
(5) “Henti Cows, Précis d'Histoire du Commerce, Tomo I, pp. 99 sq. Paris, Berger=
Levrault, 1876.