Enterocolitis necrosante (ECN)
DEBORAH K. RASCH, M.D.
RAJAM S. RAMAMURTHY, M.D.
Se cree que la enterocolitis necrosante (ECN) es una respues-
ta patológica del intestino inmaduro a una lesión hipóxica is-
quémica, debida probablemente a la asfixia del feto o del re-
cién nacido. En el 50% de los lactantes con ECN se produce
una invasión bacteriana a través de la mucosa dañada y una
sepsis generalizada1. Los lactantes expuestos a un riesgo más
alto son los prematuros de <32 semanas de gestación y con
un peso <1.500 g1,2. Otros factores de riesgo son la enferme-
dad de la membrana hialina, la hipotensión, el conducto ar-
terial persistente (CAP), la hipotermia, el cateterismo de vasos
umbilicales, la exanguinotransfusión y la policitemia1,3. Los
signos iniciales consisten en un aumento de residuos gástri-
cos, distensión abdominal, vómitos alimenticios, íleo y heces
sanguinolentas, que progresan hacia perforación intestinal,
peritonitis y shock séptico. La neumatosis intestinal y la pre-
sencia de gas en las venas intrahepáticas en la exploración ra-
diográfica confirman la ECN. La presencia de neumatosis
gástrica, aunque rara, supone una ECN fulminante4.
A. Realice la valoración habitual de un lactante prematuro y
evalúe el estado de hidratación (perfusión periférica, diu-
resis, constantes vitales y equilibrio acidobásico). Adminis-
tre expansores de la volemia (líquidos, coloides o sangre)
para corregir la hipovolemia secundaria al shock endotó-
xico y a las pérdidas de líquidos hacia terceros espacios in-
traabdominales. El peso no es una medida fiable de la vo-
lemia. Corrija la acidosis metabólica hasta un pH >7,20.
Analice la necesidad de apoyo vasopresor con dopamina.
Valore las pruebas de coagulación y administre antes de la
intervención concentrados de plaquetas a los lactantes
trombocitopénicos con hemorragias. La apnea puede de-
berse a hipoxia, shock o distensión abdominal1, y puede
requerir de intubación preoperatoria. Revise las radiogra-
fías de tórax (RxT), la gasometría o la gasometría capilar
(GMC). El tratamiento médico consiste en la colocación
de una sonda nasogástrica (NG) de aspiración, líquidos
i.v. y antibióticos. La cirugía se reserva para los lactantes
con perforación intestinal o acidosis progresiva2; estos pa-
cientes pueden estar gravemente enfermos.
B. Además de la preparación habitual para un recién nacido,
calcule las dosis de los fármacos de reanimación (como
glucosa al 25%, cloruro cálcico o bicarbonato sódico) an-
tes de la intervención. Tenga preparada una infusión de
dopamina. Monitorice directamente la PA, la glucosa y la
gasometría. Las líneas arteriales umbilicales suelen quitar-
se en los lactantes con sospecha de ECN; así pues, valore
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la colocación de un catéter arterial periférico. Encienda los
calentadores de sangre y los calefactores o los humidifica-
dores, y tenga sangre preparada en el quirófano. Coloque
una trampa de aspiración en el equipo de aspiración qui-
rúrgico y una balanza para pesar las esponjas.
C. Intube al paciente despierto, dado lo debilitado de su esta-
do, la situación hemodinámica limítrofe y el potencial de
regurgitación y de aspiración. En raras ocasiones puede
estar indicada la ISR. A menudo se necesita una reanima-
ción rápida con líquidos al abrir el abdomen, de modo que
prepare, al menos, dos líneas i.v. funcionantes antes de
realizar la incisión cutánea.
D. La inducción y el mantenimiento de la ATG se lleva a cabo
con ketamina (1 a 2 mg/kg i.v.) en el lactante hipovolémico,
o fentanilo (10 a 20 μg/kg) si el lactante está estable. Se ad-
ministra una mezcla de oxígeno y aire para conseguir una
PaO2 de entre 80 a 100 mmHg. Evite el N2O, ya que pue-
de aumentar el tamaño de las burbujas gaseosas en la pared
intestinal y en el sistema porta hepático. Utilice vecuronio o
pancuronio, a dosis de 0,1 a 0,2 mg/kg, para lograr la rela-
jación quirúrgica. Controle la ventilación manualmente
para valorar los cambios de la distensibilidad. Administre
dopamina en caso de necesitar soporte vasopresor (co-
mience a una dosis de 5 μg/kg/min y ajústela según el efec-
to). Valore la administración de 20 mg/kg i.v. de cloruro cál-
cico por cada tercio de volumen de sangre repuesto para
prevenir la hipotensión y las arritmias asociadas al citrato
(quelación de calcio), y para mejorar la contractilidad mio-
cárdica. Puede ser de gran ayuda consultar con el neonató-
logo en el período intraoperatorio para controlar los líqui-
dos, los electrólitos y el equilibrio acidobásico.
E. Mantenga intubados a los pacientes y con ventilación me-
cánica. La distensión abdominal postoperatoria, la reposi-
ción masiva de líquidos y la persistencia de la acidosis
pueden comprometer la respiración durante varios días.
BIBLIOGRAFÍA
1. Kliegman RM, Fanaroff AA: Necrotizing enterocolitis, N Engl J Med
310:1093–1103, 1984.
2. Rasch DK, Ramamurthy RS, Gurkowski MA: Newborn emergencies.
In: Rasch DK, Webster DE, editors: Clinical manual of pediatric
anesthesia, New York, 1993 McGraw-Hill.
3. Noerr B: Current controversies in the understanding of necrotizing
enterocolitis. Part 1, Adv Neonatal Care 3 (3):107–120, 2003.
4. Travadi JN, Patole SK, Simmer K: Gastric pneumatosis in neonates:
revisited, J Paediatr Child Health 39 (7):560–562, 2003.