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La Iglesia, una vez más reserva moral del

mundo del trabajo


EN LA SUREÑA comuna de Padre las Casas, Región de la Araucanía, entre el 20 y 24
de abril del presente año, se efectuó la 97ª Asamblea Plenaria de la Conferencia
Episcopal realizada por la Iglesia Católica. El lugar no fue escogido al azar ni por
motivos de comodidad de transporte, ya que como bien es sabido la Iglesia cuenta con
dos mil años de experticia en asuntos políticos y sociales. Entonces, haber designado a
esa comuna específica para dar lugar a la reunión de la Conferencia Episcopal debe
entenderse cual clara señal enviada a quienes tienen el mando de la nación en asuntos
económicos y políticos.

Padre Las Casas es la segunda comuna con mayor población de la Región de la


Araucanía. Según las cifras del Censo de Población 2002 esta comuna presenta una
población total de 58.795 habitantes, que corresponden al 6.8% del total de la población
de la Región. Con un crecimiento intercensal de 24,6%. La distribución de la población
según sexo es de un 49.9% hombres y un 50.1% mujeres, es decir un índice de
masculinidad de 99.5.

La comuna de Padre Las Casas tiene una superficie total de 400,7 km2, de los cuales el
1% (3,82 km.2) corresponde actualmente a superficie urbana, y el 99 % restante
corresponde a superficie rural. Del total de superficie rural, 102,37 Km2. son tierra no
mapuche y 294,51 Km.2, es decir, el 73 % del total de la superficie de la comuna, se
encuentra en poder mapuche. La comuna de Padre Las Casas tiene 58.795 habitantes
que en un 57,3% se clasifican como población urbana y en un 42,7% en rural. En la
comuna existe una densidad de la población con un índice de 146,7 habitantes por Km2.
La densidad de población del sector urbano es de 8,8 habitantes por km.2 y en el área
rural es de 63 habitantes por km.2.

Las cifras estadísticas demuestran que la elección de Padre las Casas como lugar para
llevar a cabo la Conferencia Episcopal significa, sin duda alguna, que los máximos
pastores del catolicismo chileno han decidido poner en movimiento sus excelentes
oficios en orden a defender -por fin- a la clase trabajadora, la que viene siendo
explotada, engañada y sobreutilizada sin conmiseración por los detentadores de este
sistema económico inserto en el más salvaje de los capitalismos. Y junto a los
trabajadores se alinean también los hermanos de etnias originarias, abusados,
despreciados y perseguidos con una crueldad que hoy día encuentra parangón
únicamente en el bestialismo racista norteamericano en Irak y Afganistán, o en las
masacres perpetradas por las fuerzas armadas israelíes en Gaza contra la población civil.

El Presidente de la Conferencia Episcopal, obispo Alejandro Goic, conversó con la


prensa y señaló con decidida convicción que los trabajadores chilenos debían
sindicalizarse, ya que esa organización -el sindicato- es la única reserva y fortaleza que
posee el mundo laboral para defender los derechos de los más débiles y, a la vez, poner
un grado de igualdad de oportunidades en la balanza social.

A este respecto, el obispo declaró:


“”Me preocupa la falta de organización de los trabajadores. Son muy pocos los
trabajadores sindicalizados. Lo que uno quisiera, y la doctrina social de la Iglesia lo
señala claramente, es que los trabajadores tengan una organización sólida, fuerte,
liberada de los partidos políticos. Que defiendan la dignidad y derechos de los
trabajadores. Que no estén sindicalizados es una pérdida muy grande en relación a
tiempos pasados en que teníamos una gran organización sindical. Que los trabajadores
se organicen, que sean libres de los partidos políticos, que defiendan sus derechos, el
legítimo derecho a expresarse, pero con respeto a las personas y a los bienes de la
comunidad.

“”Lamentablemente a veces se infiltran personas -que no están en las organizaciones


laborales- para crear caos y desorden, y eso no lo podemos aceptar. Estamos tratando
de informar a la gente para que se organice. Así como los empresarios están
organizados, el gobierno está organizado, los trabajadores tiene que organizarse, y
estudiar y profundizar en lo que significa una organización que defiende los legítimos
derechos de los trabajadores.”"

La razón asiste, por cierto, al obispo Goic y a la Conferencia Episcopal, ya que los datos
estadísticos son indesmentibles y ellos muestran la significativa relación positiva que
existe entre la disminución de la brecha económica y la realización de negociaciones
colectivas. A buen entendedor, pocas palabras. En los países donde el universo de
trabajadores posee acceso legal a la negociación colectiva, se ha producido un
acortamiento ostensible de la brecha económica, lo cual debe leerse como “efectiva
redistribución de la riqueza”. España, Argentina, México, Uruguay, Brasil, son naciones
que sirven de ejemplo a lo mencionado recién, ya que allí es la mayoría del mundo del
trabajo la que posee acceso a negociar de forma colectiva, y, por supuesto, la brecha
económica es tremendamente inferior a la que caracteriza a nuestro país.

En Chile, el porcentaje de trabajadores con derecho legal a negociar colectivamente es


bajo, exiguo, casi privilegiado (20% aproximadamente de la masa laboral), y para ser
francos debemos reconocer que es en el Poder Legislativo donde se encuentra la más
férrea oposición a permitir que la mayoría de la fuerza laboral chilena tenga acceso legal
a estos eventos. La relación “sindicato-negociación colectiva” conforma un todo único,
un cuerpo homogéneo, pero es exactamente ese punto el que muchos empresarios
desean desconocer y luchan en su contra, puesto que si bien la actual legislación permite
que la asamblea de trabajadores nomine a una directiva de entre sus asociados para
representar al colectivo ante la empresa en la mesa negociadora, resulta un hecho de la
causa que son las directivas sindicales quienes pueden desempeñar mejor y a cabalidad
ese importante rol.

Es social y civilizadamente inexplicable que el ‘legislador’ (léase diputados y


senadores) abra los ojos con espanto ante la posibilidad de actuar positivamente en
beneficio del sindicalismo, creyendo equivocadamente (o quizá interesadamente) que la
inexistencia de organizaciones sindicales “ayuda al crecimiento de la empresa y al
aumento del empleo”.

Los desgraciados sucesos conocidos en estas últimas semanas en relación a la salud


pública, como ha sido la dioxina cancerígena y la “listeriosis” en algunos productos
animales provenientes de cerdos y aves, así como la deleznable colusión de las tres
mayores cadenas de farmacias, habrían sido de difícil ocurrencia si hubiese existido al
interior de esas empresas una sólida organización sindical protegida e incentivada por la
legislación, ya que en las naciones donde el sindicalismo sí cuenta con apoyo oficial, los
trabajadores -que son los primeros en detectar falencias, ilícitos e irresponsabilidades en
la producción de bienes y servicios de su propio lugar de acción laboral- se adelantan a
las consecuencias nefastas originadas por el deseo desmedido de ganancias económicas
que caracteriza a la mayoría de los empresarios, sean estos grandes, medianos o
pequeños, evitándole a la comunidad males mayores, como los que estamos
conociendo en estos momentos.

Sobre el punto anterior, en nuestro país, desgraciadamente, nos hemos acostumbrado a


enterarnos que el sindicalismo no solamente carece de protección y apoyo oficiales
(pues la legislación al respecto no apunta precisamente a la defensa del recurso
humano), sino además resulta ser de diaria ocurrencia observar los permanentes
esfuerzos realizados por conocidas mega empresas para impedir el accionar de sus
propios sindicatos, persiguiendo abiertamente a quienes osen siquiera opinar
favorablemente respecto de una organización de tal laya.

Sin ánimo de estructurar una polémica, inconducente a estas alturas de los


acontecimientos, y habida consideración de entender que tanto las enfermedades
señaladas en las líneas anteriores como la misma actual crisis financiera que sacude al
planeta han sido producidas irresponsablemente por grandes empresarios y financistas,
la Iglesia Católica (reiterando que dispone de una experticia de veinte siglos en estas
materias) ha levantado su voz para aconsejar oportunamente a nuestra clase política
respecto de la principal llaga que hiere al mundo del trabajo, al pueblo y al país todo.

Y a objeto de no dejar suspendida en el aire una posible feble argumentación que


pudiese cruzar por la mente de algún defensor a ultranza del capitalismo salvaje, el
obispo Alejandro, refiriéndose a la crisis financiera-económica, declaró:

“Tenemos una especial preocupación por ese tema. Hacemos un llamado al gobierno, a
los empresarios y trabajadores, a que hagamos todo el esfuerzo posible para mantener la
fuente laboral. También hacemos un llamado a los docentes, a las universidades, para
que hagan un estudio acabado sobre el tema. Lo que está claro es que los pobres no
pueden pagar el costo de la crisis económica que no fue provocada por ellos”.

“La crisis económica es fruto del egoísmo y de la codicia humana. Gracias a Dios Chile
está bastante mejor preparado para enfrentarla, pero tenemos que hacer un esfuerzo muy
serio. Un buen empresario, aunque tenga que ganar un poco menos, pero es capaz de
mantener la fuente laboral de sus trabajadores, construye la patria, y ése es el esfuerzo
que tenemos que hacer”.

LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

El Sindicato

Participación de los trabajadores


Comenzó en su andadura desde los inicios de la industrialización, debido a la necesidad
que sintieron los obreros de protegerse contra la explotación despiadada que sufrían de
manos del capitalismo. No fue fácil para los obreros conseguir que se reconociera el
derecho sindical, hoy sin embargo ya consta en todas las constituciones democráticas.

Defensa obrera contra el capitalismo

La industrialización plantea la cuestión social de forma nueva: la maquina sustituye al


hombre por un lado, ocasionando desempleo: pero asimismo la maquina complementa y
potencia el trabajo del hombre por otro, dividiendo el bienestar.

Con la industrialización se desencadena un éxodo masivo del campo a la ciudad,


surgiendo los suburbios de pobreza y cinturones de miseria, cuyas características son:

1. hacinamiento masivo

2. carencia de infraestructura

3. falta de higiene

4. ausencia de escuelas y servicios

Por otra parte los obreros en las fábricas reciben bajos salarios, jornadas de 16 y 18
horas. Sin condiciones de seguridad ni higiene: empleándose mayoritariamente a
mujeres y niños, sin seguridad en el empleo. A estos trabajadores de esta primera época
de la industrialización se le dio el nombre de proletarios porque su única propiedad era
la prole (sus hijos.)

Las etapas de la reivindicación sindical se esquematiza de la siguiente forma:

1. El Muatismo

reivindicaciones personales sobre salarios, jornadas, condiciones

asociaciones de socorros mutuos, para ayudarse en caso de necesidad de los propios


obreros

Nacen mutuas, cooperativas y ateneos mediante una modesta cuota que pagaban sus
afiliados.

2. La Lucha Sindical

* reivindicativa primero de un grupo de trabajadores en una empresa luego se


extiende a localidades, provincia, región y nación

* Política debido a que la clase patronal cuenta con la ayuda del estado es necesario la
conquista del poder para poder participar en la emancipación de la clase trabajadora.

Para que se lograra la libertad sindical en los primeros tiempos estos eran clandestinos
luego pasaban por un periodo de legalización y otros periodos de suspensión legal hasta
establecer el derecho sindical, lógicamente en esta lucha se desarrollaron muchas
muertes, heridos, encarcelados, refugiados, despedidos y otras represiones parecidas.

En los países democráticos se fueron aceptando las reivindicaciones obreras de los


primeros tiempos como ser: salario, jornada, seguridad en el empleo, condiciones de
trabajo, seguros sociales en salud, descanso, jubilación, formación profesional... por ello
evolucionó también el sindicalismo hacia formas de cooperación con la dirección de la
empresa aceptando incluso la intervención del estado.

La Iglesia y el Sindicato

La iglesia tuvo sus prevenciones sobre el sindicato, en el principio; compresible ya que


era un fenómeno nuevo que surge de la cuestión social planteada por la revolución
industrial. Mas tarde se alarmo debido a la influencia y la atracción del comunismo
sobre la clase trabajadora; intentó crear sindicatos de signos cristianos que defendiendo
sus intereses no perjudicaran a la empresa orientándose a la D.S.I.

Derecho a la libertad y Asociación Sindical

Para Juan Pablo II la cuestión no ofrece dudas " sobre la base de todos estos derechos
junto con la necesidad de asegurarlos por parte de los mismos trabajadores, brota aun
otro derecho, es decir, el derecho a asociarse a formas que tengan como finalidad la
defensa de los intereses vitales de los hombres empleados en diversas profesiones.

Modelos sindicales

1. En relación con la clase

Sindicato de clase exclusivamente o compuesto por obreros con autonomía de la


patronal.

Sindicatos amarillos aquellos que aceptan las intervenciones patronales en sus


decisiones.

2. En relación a la producción

Sindicatos campesinos para obreros del campo.

Sindicatos industriales para los obreros de la industria y la fabrica.

Sindicatos comerciales y de servicios para los que trabajan en el comercio y las


finanzas.

Otros sindicatos de los funcionarios de los técnicos de los policías.

3. En relación al modelo político

Sindicatos reivindicativos se limitan a la reivindicación de los derechos laborales

Sindicatos políticos.
Conceptos Básicos de la Iglesia hacia los Sindicatos

Los sindicatos son elementos indispensables de la vida social; su finalidad es la defensa


de los intereses vitales de los hombres empleados en diversas profesiones. Son u n
exponente de la laucha por la justicia social y un factor constitutivo de orden social y de
solidaridad de la que no se puede prescindir.

Luchar por la justicia y no-egoísmo de grupo o clase: La lucha de los sindicatos debe
ser vista como una dedicación normal a favor del justo bien y no como una lucha contra
los demás. Su finalidad no es eliminar a su adversario, sino que alcanzar la justicia
social. Las exigencias sindicales no pueden transformarse en una especie de egoísmo de
grupo o de clases.

La actividad sindical entra en el campo de la política: entendida como una prudente


solicitud por el bien común. Luchan no solo por mejoras saláriales y de condiciones de
vida y trabajo, sino que también para corregir los defectos del sistema de propiedad y de
administración de los medios de producción con miras al bien común de toda la
sociedad y teniendo en cuenta las limitaciones que impone la situación económica
general del país.

Los sindicatos no son partidos políticos : los sindicatos deben evitar asumir el papel de
los partidos políticos que luchan por el poder. Las decisiones de los sindicatos no deben
estar sujetas a las decisiones de partidos políticos.

La excesiva polinización de los sindicatos se ve como negativa y contraria a su


finalidad.

Su papel educativo: es función del sindicato desarrollar en los trabajadores la conciencia


de la dignidad y la voluntad de lograr su promoción. Se debe desear que, gracias a la
obra de los sindicatos el trabajador puede no solo tener mas, sino, ante todo, sé más; es
decir pueda realizar mas plenamente su humanidad en todo los aspectos.

Los sindicatos actuando a favor de los justos de sus miembros, se sirvan del método de
huelga: es un medio necesario aunque extremo reconocido por la enseñanza social
católica. Las huelgas son legitimas en las debidas condiciones y en sus justos limites. Es
un derecho que se le debe asegurar a los trabajadores sin sufrir sanciones penales por
participar en una de ella.

La regresión contra dirigentes sindicales constituye abusos frecuentes en nuestros


países. Este abuso debe ser combatido por la autoridad del trabajo.

Apoyo pastoral y moral a los dirigentes sindicales: la iglesia debe acompañar a los
trabajadores cristianos comprometidos en la vida sindical.

La iglesia es más partidaria de la autonomía sindical así como de una unidad en la


pluralidad pero evitando que los sindicatos apoyen acciones comunistas de signos
totalitario.

EL ESTADO
Sindicato

Sindicato es toda asociación permanente de trabajadores, de patronos o, de profesión u


oficio independiente, constituida exclusivamente para el estudio, me protección de sus
respectivos intereses económicos y sociales comunes.

Según el código de trabajo de Honduras, las asociaciones de trabajadores de toda clase


están bajo la protección del Estado, siempre que persigan cualquiera de los siguientes
fines:

1o.-La capacitación profesional.

2o.- La cultura y educación de carácter general o aplicada a la correspondiente rama de


trabajo.

3o.- El apoyo mutuo mediante la formación de cooperativas o cajas de ahorro.

4o.- Los demás fines que entrañen el mejoramiento económico y social de los
trabajadores en defensa de los intereses de su clase.

Podemos decir que algunas de las funciones principales de los sindicatos son:

1.- Estudiar las características de la respectiva profesión y los salarios, prestaciones


sistemas de protección o de prevención de accidentes y demás condiciones de trabajo
referentes asociados para procurar su mejoramiento y su defensa;

2.-Celebrar convenciones colectivas y contratos de trabajo; Garantizar su cumplimiento


de sus afiliados y ejercer los derechos y acciones que de ellos nazcan.

3.- Asesorar a sus asociados en la defensa de los derechos emanados de un contrato de


trabajo correspondiente.

4.- Promover la educación técnica y general de sus miembros;

5.- Participar en la integración de los organismos estatales que les permita la ley,

6.- Prestar socorrer a sus afiliados.

PROHIBICIONES

1.- Efectuar operaciones comerciales de cualquier naturaleza, sea con los trabajadores o
con terceros,

2.- Promover cualesquiera cesaciones o paros en el trabajo, excepto en los casos de


huelga declarada de conformidad con la ley,

3.- Suministrar maliciosamente datos falsos a la autoridad de trabajo,


4.- Promover o patrocinar cualesquiera actos de violencia frente a las autoridades o en el
perjuicio de los patronos.

LA TECNOLOGÍA Y LA GLOBALIZACIÓN

En momentos como los actuales, cuando han desaparecido los mercados cautivos,
donde hasta los productos de la más ínfima calidad podían sobrevivir; ahora, cuando se
busca la apertura de las fronteras para que la producción circule libremente en los
mercados nacionales e internacionales, la necesidad de unificar los esfuerzos del capital
y el trabajo se ha transformado en un imperativo impostergable. No es ninguna
exageración advertir que en las relaciones obrero-patronales descansa,
fundamentalmente, la capacidad o incapacidad de los sectores productores del mundo
para sobrevivir y sacar provecho a la globalización económica y comercial.

Las nuevas tecnologías ni crean ni destruyen empleo: lo transforman, dependiendo de la


forma en que se usan en las empresas. Las dos economías más tecnológicamente
avanzadas del mundo, con diferencia, Japón y Estados Unidos, tienen las tasas más
bajas de paro: 3,2% en Japón y 5,1% en Estados Unidos en agosto de 1996. A pesar de
la incorporación masiva de la mujer al trabajo, no hay paro masivo porque en Japón se
mantiene la creación de empleo estable y en Estados Unidos en los cuatro últimos años
se han creado diez millones de nuevos puestos de trabajo, el 60% de los cuales son de
nivel técnico y profesional, con un nivel de educación superior a la media de la actual
fuerza de trabajo

El problema es que las empresas, enfrentadas con costos laborables más altos que sus
competidores, tienden a introducir tecnología para eliminar trabajo, compran insumos
industriales de otros países de menor costo. Si quieren integrarse plenamente en la
economía global es muy dudoso que se pueda permitir la continuación del estado del
bienestar actual y de la relativa estabilidad de empleo. Y no parece realista pensar que
los gobiernos y empresas van a renunciar a dicha integración en los mercados globales.

Esto no significa que los trabajadores no tengan otro remedio que aceptar los postulados
neo-liberales de la globalización y resignarse al retroceso de conquistas sociales y poder
de negociación salarial. No estamos en el fin de la historia, con la apoteosis de un
capitalismo salvaje, sino en el principio de una nueva era, en la que el extraordinario
desarrollo tecnológico puede permitir, a la vez, más ganancia para las empresas y
mejores condiciones para los trabajadores: la cuadratura de ese círculo se llama
productividad.

Los sindicatos son el principal instrumento de los trabajadores

Pero la elaboración de un nuevo modelo de crecimiento económico y reparto social


debe partir del reconocimiento de donde están los problemas y de la movilización para
plantear, negociar y obtener soluciones. Y aquí es donde el trabajo y empleo debilitan
estructuralmente la posición tradicional de los sindicatos que, se diga lo que se diga,
son, con todos sus límites, los principales instrumentos con que cuentan los
trabajadores, y la población en general, para la defensa de sus derechos. Lo que las
nuevas tecnologías de información y comunicación permiten es la individualización
creciente del proceso de trabajo y la organización de la producción en red, mediante la
utilización sistemática de subcontratos, de consultarías y servicios especializados, de
trabajadores temporales, a tiempo parcial o a la tarea. Y esto en todos los niveles de
cualificación. La empresa moderna es una red de producción, servicios e información
que se conecta con otras empresas igualmente reticulares, de forma que cada trabajador
recibe una tarea o un salario de forma cada vez más individualizada.

Hacia la empresa virtual

La tendencia es hacia la creación de empresas virtuales en las que el proceso de trabajo


se organiza a distancia y por empleadores diferentes. Aunque la mayoría de las
empresas aún utilizan los métodos tradicionales de producción y gestión, la flexibilidad
y productividad del nuevo modelo irá eliminando las empresas que no entren en las
nuevas formas de producción internacional. En esas condiciones, ¿cómo organizar a los
trabajadores, cuyas condiciones de trabajo, empleo, sueldo y protección social son
individualizadas?. Si el trabajo es local y el capital global, ¿cómo actuar sobre una
empresa si la respuesta puede ser el cierre y la reinversión del capital en otra región, en
otro país o en otro continente?.

Reinventar el movimiento obrero

Si los sindicatos se mantienen negociando en el marco de la empresa, la globalización o


informacionalización de las empresas acabará desarticulándolos. Los sindicatos sólo
pueden sobrevivir, y con ellos la defensa de los derechos de los trabajadores, planteando
un debate social y político sobre las nuevas formas de organización económica, social y
política, buscando un modelo que garantice la conexión entre productividad,
competitividad, reparto de la riqueza y bienestar social en las nuevas condiciones
tecnológicas.

La toma de conciencia de la nueva situación histórica y un amplio debate, a partir de


información adecuada, son requisitos indispensables para re-inventar un movimiento
obrero (aunque ahora sean obreros de la información) que corresponda a la reinvención
de sí mismo que ha operado un capitalismo de nueva planta. No para volver a la lucha
de clases, superada por una sociedad mucho más compleja que la del capitalismo
clásico.

Sino para recordar a las empresas, al mundo y a nosotros mismos, que podemos y
debemos pasar de vivir para producir y a producir para vivir.

Ya pasó el tiempo de culpar a los patronos por todos los males, como ya pasó el tiempo
de enriquecerse por la única vía de explotar a los trabajadores. Ahora llegó el momento
en que el capital y el trabajo unifiquen voluntades para hacerle frente al libre mercado.
Empleados y empleadores deben admitir que ninguno podrá sobrevivir sin el concurso
del otro.

CONCLUSIONES

Debemos reconocer que los sindicatos, son la principal arma con la que cuentan los
trabajadores para defender sus derechos.

Lo que sucede en nuestra sociedad e interfiere con que este fin se cumpla es el hecho, de
que la relación obrero patronal es una lucha sin cuartel en donde el empresario quiere
obtener las mayores ganancias con el mínimo de costo, y el obrero quiere ganar lo
máximo, con el mínimo esfuerzo.

Sabemos que como personas nos merecemos un salario con el cual se pueda vivir una
vida digna, con el cual los trabajadores puedan alimentar, vestir y educar a sus hijos.

Lo ideal seria un equilibrio entre estas dos partes, reconocer que se necesitan
mutuamente y no considerarse una a otros como enemigos, luchando para conseguir lo
mejor para sí sin pensar también que el bien del otro, ayuda a su propio bien pues un
empleado motivado puede ser más productivo y una empresa prospera genera mas
empleo y mejores salarios.

Una de las principales amenazas que tenemos en nuestro país para que esta negociación
sea justa es que actualmente una de las mayores fuentes de empleo son las maquilas las
cuales asignan un salario, en donde no hay presión que valga pues el empleado, debe
aceptar esta situación debido a que como es una inversión extranjera, simplemente si no
le gusta el nivel de salario que se le exige simple y sencillamente hacen sus maletas y se
van a invertir a otro lado, quedándose las personas totalmente desempleadas.

Otra situación muy importante a tomar en cuenta es el hecho de que es muy poca la
mano de obra calificada, debido a que hay un alto índice de analfabetismo. Entonces los
niveles de salarios para estas personas serán muy bajos.

Para lo cual la solución la puedo encontrar a través de una concientización de ambas


partes y trabajar en sociedad por su propio bien y el del otro.

Berta Patricia Ortiz .

Podemos ver, que los sindicatos generalmente en vez de ayudar a sus afiliados lo que
consiguen es perjudicarlos, porque no emplean el significado del sindicato tal como es,
es decir que deben de procurar que los afiliados puedan gozar de sus beneficios,
derechos a los que ellos en su contrato tengan establecidos.

Los sindicatos se crearon para poder ayudar a los empleados de cualquier empresa, pero
no para destruir o perjudicar tanto a los empleados como a los dueños.

Carmen Araceli Matute .

Es un grupo formado por personas que persiguen un mismo fin, a través de los
sindicatos estas personas exigen derechos que les corresponden ya sea como ciudadano
de un país o como trabajador de una empresa.

Los sindicatos tienen mucha influencia en toda empresa, ya que están formados por sus
trabajadores, al momento de que ellos exijan algo y estos no lo consideren pueden llevar
a un paro total de las actividades que se lleven a cabo en la empresa.

En economía se cree, que el poder monopólico de los sindicatos puede llevar a una
inflación por el alza de los costos.
Ya que cuando estos exigen incrementos saláriales, y los empresarios no tienen capital
para incrementar estos, lo encuentran aumentando el precio de los productos o servicios
que su empresa ofrece a la sociedad.

Se le llama espiral de precios y salarios.

Sindicatos Aumentos Saláriales Aumento de Precios

Es un juego vicioso ya que se exigen aumentos saláriales, porque el costo de vida


aumenta al incrementarle los precios a los productos.

Muchos países para tratar de disminuir la crisis que en estos existe, disminuyen el valor
relativo del trabajo o capital variable al aumentar los precios o controlando que los
sindicatos no exijan aumentos saláriales, esto hace que disminuya la demanda creándose
nuevamente la crisis.

Michelli Torres .

Mi opinión personal es que los sindicatos son buenos siempre y cuando todos los
miembros asociados al mismo comprendan verdaderamente la función y los objetivos
que este tipo de organización persigue y luego que sean aplicados adecuadamente.

Un sindicato debe velar porque se respeten y cumplan los derechos de todos los
empleados en una empresa (un salario justo, condiciones de higiénicas, pensiones,
oportunidad de desarrollo profesional, horarios justos de acuerdo a la ley), estableciendo
un diálogo con los empleadores. Un sindicato debe promover la educación de sus
integrantes.

Si bien es cierto en Honduras el capitalismo liberal en las empresas ha incrementado, se


debe crear constantemente una conciencia en aquellos que no han caído en las redes de
esta ideología en la cual lo que menos importa es el bien común, y a los que ya tienen
esta mentalidad hacerles ver las consecuencias de sus actos.

El diálogo es básico en la relación patrono-trabajador para evitar la injusticia social que


a la vez trae consigo consecuencias graves en la empresa, familia, sociedad y país. Una
de las razones por las cuales este país no puede competir internacionalmente es por las
ideas erradas de unos cuantos buscando favorecer sus intereses individuales y que son
transmitidos a una masa sin criterio personal, ni decisión.

Los sindicatos deben darse cuenta que una huelga no afecta a la que llama su agresor
"patrono" sino también a ellos mismos y que esta definitivamente no es la solución, no
sé esta buscando quien tiene el poder sino el bien común.

Rocío Sierra .

Hemos visto como los sindicatos han luchado por tener derechos y buenas condiciones
de trabajo para los trabajadores, es una muy buena arma del empleado para hacer valer
sus derechos aunque muchas veces es objeto de abusos por parte de sus dirigentes como
lo podemos ver en países como Honduras en los que muchas personas ven como una
oportunidad los sindicatos para poder sacarle lo más posible a la empresa. La lucha
entre empresa y empleado al final lo que termina haciendo es perjudicando a la misma
empresa.

La opción de la iglesia es muy buena y clara, hacer que los empleados sean parte de la
empresa, llegando a que los empleados disfruten de las utilidades de la empresa pero
también de sus perdidas, así habría un compromiso mayor de todos por hacer crecer
cada vez mas la empresa, al sentirse que también es parte de ellos. Realmente desde mi
punto de vista no deja de ser una utopía ya que las diferencias individuales, la
diversidad cultural y sus creencias, sencillamente lo imposibilitan, ya que para poder tan
siquiera plantearlo se necesitan un nivel educativo y de comprensión alta, en el cual las
personas tengan conciencia de que se quiere lograr, pero la misma ignorancia no nos
hace progresar. Ante esta barrera lo que podemos hacer es valernos de los sindicatos
para que el empleado se sienta protegido y no solamente sentirse abusado por parte del
patrono. Ahora bien hay sindicatos que se sobre pasan en cuanto a lo que ellos
consideran que les es justo y la empresa no tiene una capacidad económica de
satisfacerlos, es ahí donde entra a regular es estado, porque la empresa debe de
concederles un ambiente de trabajo bueno y acorde a su trabajo, seguridad, higiene, etc.,
pero no así hay que tenerlos en un hotel porque hay que tener en cuenta que sobre todo
lo que se busca es que el empleado esté satisfecho con su trabajo y que mejore su
productividad.

En la actualidad vemos que todo nuestro entorno evoluciona de manera sorprendente


ante las necesidades de internacionales y debemos de estar conscientes y preparados, ya
que las empresas pequeñas cada vez están desapareciendo ante grandes corporaciones
que están divididas por todo el mundo y no tienen un contacto directo con los
empleados, las cuales se les hacen mejor mover sus operaciones a otro lugar ante
amenazas de sindicatos. Por eso también los sindicatos deben evolucionar, así como las
leyes y estatutos para que sean mas justas y se busque una mejor alternativa, como ser el
de unirse en otras empresas pequeñas e ir creciendo mutuamente.

Para lograr una mejor relación entre la empresa y los empleados la manera más eficaz
siempre es la comunión y él diálogo, la cual nos puede llevar a comprender las
necesidades de ambos a modo de tener una conciliación por ambas partes, claro esta que
para llegar a este dialogo debe de haber mutuo interés de llegar a un acuerdo.

Mauricio Matute .

Para mí los sindicatos es uno de los medios en que los empleados pueden asegurar su
interés dentro de la empresa.

Los sindicatos son buenos ya que son gremios los cuales se interesan que todos los
derechos de los trabajadores se cumplan y al mismo tiempo los trabajadores tengan
formas de trabajo dignas de todo ser humano.

Los sindicatos no son medios para poder quitarle el poder a los patronos de las empresas
sino que poder tener una armonía o diálogos para que los trabajadores trabajen
satisfechamente y motivados.
Hoy en día en nuestro país los sindicatos se han proliferado y están actuando de formas
equivocadas ya que alteran el orden publico y lo único que consiguen es que todo se
sala de su orden.

Los sindicatos deben tratar de mejorar las condiciones de vida de todos los trabajadores
que estén aliados o reunidos en tales gremios, para así poder tener una mejor repartición
de bienes y en el que todos puedan salir ganando.

Iglesia Católica estadounidense cuestiona acuerdos sindicales con sus propios


empleados
Por: IPS (Madhuri Mohindar)
Fecha de publicación: 03/08/05

imprímelo mándaselo a
tus panas
NUEVA YORK, ago (IPS) Uno de los sindicatos más combativos de Estados Unidos se
enfrenta a la jerarquía católica, planteando un nuevo tipo de conflicto entre la Iglesia y
el Estado.

Un tribunal de la Iglesia Católica estadounidense decidirá a la brevedad ”la validez


canónica” de los acuerdos laborales firmados entre cinco parroquias de la Diócesis de
Brownsville, en el meridional estado de Texas, y el poderoso Sindicato de Trabajadores
Agrícolas de Estados Unidos (UFW por sus siglas en inglés).

Dichos acuerdos, firmados tres años atrás, sentaron un importante precedente al ser los
primeros en su tipo en Estados Unidos.

En esa pobre región del sur de Texas, mayoritariamente habitada por población de
origen latinoamericano, la Iglesia Católica siempre ha apoyado los derechos de los
trabajadores rurales a organizarse y a exigir justicia en sus relaciones laborales.

La actual coyuntura pondrá a prueba la capacidad de la Iglesia Católica de aplicar los


mismos principios que ha preconizado, ahora respecto de sus propios empleados,
afirman sindicalistas.

”Cuando firmamos estos contratos, acordamos que la Iglesia consultaría al Vaticano


para ver si eran válidos o no, según la ley de la Iglesia, con la condición de que nos
mantuvieran informados acerca del proceso”, dijo Rebecca Flores, directora de la UFW
en el estado de Texas.

”Luego de un tiempo durante el cual no se nos informó nada, ahora nos llaman a
presentarnos a testificar ante el Tribunal. Si resulta que el fallo es en nuestra contra, se
pondrá en cuestión uno de los pilares de la Iglesia Católica: su apoyo histórico a la
organización sindical y a la lucha por la justicia social a lo largo del siglo pasado”,
agregó.

En una aclaración publicada en su página web, la Diócesis sostiene que sigue apoyando
a los sindicatos.
”La cuestión no es el sindicato”, dice el texto. ”El Tribunal Eclesiástico de la Diócesis
de Brownsville celebró varias sesiones en junio a fin de examinar la validez canónica
del acuerdo firmado el 23 de mayo de 2002 entre la parroquia Holy Spirit de McAllen y
el UFW. No está tratando de determinar si un nuevo pastor tiene que obedecer el
contrato, sino la validez del mismo”.

Pero las consecuencias del fallo del Tribunal no están claras. Si fallara que los acuerdos
no tienen validez canónica, ¿significa que quedarán anulados? ¿Podrán firmarse nuevos
contratos en el futuro? ¿O la sindicalización de los empleados de la Iglesia habrá sido
apenas una cosa pasajera?

Las consultas de IPS al portavoz de la Diócesis de Brownsville no tuvieron respuesta.

La formación de sindicatos en las parroquias se llevó a cabo luego de que empleados de


la Iglesia protestaran por un cambio en los sistemas de pensiones operado por el obispo
de la diócesis, Raymundo Peña.

La diócesis reemplazó su Plan de Beneficios Definido, en el cual ésta y sus parroquias


contribuían a un fondo común garantizando el cobro de cierta cantidad de dinero
mensual en concepto de jubilación, por otro denominado 403(b) o Plan de
Contribuciones Definidas, según el cual los empleados pueden elegir cómo se habrán de
administrar sus fondos de pensión.

La Diócesis mantiene que el nuevo plan se originó en respuesta a un pedido de los


propios empleados y luego de haberlo consultado con expertos en esa materia. El
sindicato no piensa lo mismo.

”(El) 403(b) depende de los movimientos de la bolsa de valores y beneficia a los


empleados jóvenes. No da a nuestras trabajadoras, todas mujeres, todas de avanzada
edad y con muchos años de trabajo, el tipo de seguridad que sólo puede brindar una
jubilación cierta y sólida”, manifestó Flores.

”Por esta razón formamos sindicatos en estas cinco parroquias, para asistir a los
trabajadores de la Iglesia que se sintieron engañados”.

Un mes después de firmados los contratos, un nuevo sacerdote de la parroquia Holy


Spirit de McAllen envió una notificación de despido a cuatro trabajadoras, lo que
generó angustia y preocupación tanto entre los empleados como entre los parroquianos.

”El obispo Peña comenzó a atacar los contratos desde el primer día.. Llegó a decir a los
nuevos párrocos que asumieron la dirección de las parroquias que despidieran a todos
los empleados anteriores. Así es como se logra la confianza de los trabajadores”, criticó
Flores.

”Creíamos que todos los empleados iban a perder su trabajo. Conseguimos que un juez
firmara una orden de restricción, y luego de varias denuncias públicas, manifestaciones
y la atención que el caso obtuvo en los medios masivos, los trabajadores conservaron
sus puestos”.

En una carta a su feligresía, el obispo Peña explicó su posición..


”En la Ley de la Iglesia hay dos tipos de jurisdicciones: una ordinaria y otra
extraordinaria. La jurisdicción ordinaria se refiere a las cosas que tienen que ver con el
funcionamiento de la parroquia o de la diócesis, con el día a día. La jurisdicción
extraordinaria se refiere a todas esas otras cosas que escapan a lo cotidiano, como firmar
un contrato de largo plazo”, sostuvo.

Según esta lógica, los contratos laborales fueron negociados por sacerdotes anteriores a
título personal, sin consultar al obispo y, por consiguiente, su validez de acuerdo al
derecho canónico resulta cuestionable o dudosa, de aquí la necesidad de un Tribunal.

El obispo agregó que el nuevo sacerdote de Holy Spirit actuó conforme a la ley
ordinaria, por lo que no correspondía que él le diera una contraorden.

El deseo de reestructurar la parroquia había partido del propio párroco, que había
llegado a esa decisión luego de una larga meditación y diversas consultas, y en ningún
momento existió la intención de despedir a todos los empleados, sino solamente a esos
cuatro mencionados, añadió.

Hubo rumores de que la diócesis retendría los fondos destinados a las parroquias que
habían firmado acuerdos con los sindicatos, aunque esto fue negado de plano por la
jerarquía eclesiástica.

Finalmente, la Iglesia y el UFW alcanzaron un acuerdo por el cual se garantizan los


derechos de los trabajadores de la Iglesia hasta conocerse la resolución del caso,
conforme a la Ley de la Iglesia.

”La Iglesia paga salarios de siete dólares la hora, lo cual apenas alcanza para vivir.
Instituye un plan de pensión que no es beneficioso para la mayoría de sus empleados.
Ofrece, eso sí, un seguro de salud. En otras palabras, en dos de tres aspectos no está a la
altura de condiciones de trabajo en otros lugares”, expresó Flores.

”Existen numerosos sindicatos formados en entidades subsidiarias de la Iglesia Católica,


como cementerios, escuelas y hospitales”. ¿Por qué no puede existir un sindicato de los
empleados de la Iglesia?”, cuestionó la dirigente sindical.

”En este caso, se trata principalmente de mujeres hispanas (latinoamericanas) que viven
en una de las regiones más pobres de Estados Unidos y que han estado trabajando por
años”, argumentó.

Flores citó el ejemplo de una empleada de 64 años que había trabajado por más de 30 en
la parroquia Our Lady of Refuge (no sindicalizada) y que fue despedida menos de un
año después del nombramiento de un nuevo párroco.

En su página web, la Diócesis de Brownsville hace una referencia al Papa León XIII,
quien en 1891”declaró la exigencia moral de la intervención estatal en los asuntos
económicos, e insistió en los derechos de los trabajadores a organizarse, lo que fue
considerado una posición radical para la época”.
”Siempre digo que Jesús vino a dar alivio a los afligidos y a afligir a los confortados. La
Iglesia es la que debe marcar el camino y dar el ejemplo”, alegó Flores.

La respuesta de la Iglesia Católica ante la “Cuestión Social”, a fines del siglo XIX y
comienzo del XX. Historia de Aragón.
En algunos pueblos del Bajo Aragón: Híjar, Urrea de Gaén, Etc.

El año 1891 el papa León XIII publicó la encíclica "Rerun Novarum", uno de los
documentos pontificios más importantes en la historia de la Iglesia. Puede decirse que
hay un antes y un después. Este documento es la toma de postura de la Iglesia ante la
grave y acuciante "cuestión social", provocada por la revolución industrial y la
introducción del sistema capitalista liberal, que había dejado en una situación de
desamparo a amplios sectores de la sociedad, tanto obreros en las ciudades, como
proletarios o pequeños propietarios del campo.

Desde otras opciones políticas;como el socialismo, anarquismo, la reacción fue


relativamente rápida, tratando de mejorar y de dar respuestas, profundamente
revolucionarias, a esos amplios sectores de la sociedad marginados y explotados, por
una clase social burguesa, en cuyos planteamientos no había otro interés que el
enriquecimiento.

La Iglesia católica fue a remolque de los acontecimientos, respondió cuando ya estaban


muy extendidos los partidos políticos y sindicatos socialistas y anarquistas, tanto en
Europa como en España. En 1864 se celebró ya en Londres la Iª Internacional, fecha en
la que la clase obrera europea habla ya de su emancipación frente al capital. España,
aunque no estuvo representada en Londres, celebró en junio de 1870 en Barcelona el I
Congreso de la Sección española de la Internacional. Pronto surgirían diferencias dentro
del movimiento obrero español, ya que en 1872 hay una Federación Regional Española
de carácter anarquista bakunista, y otra Federación Madrileña de carácter marxista. En
1881 ya existía una Federación de Trabajadores de la Región Española(anarquista); en
1878, se creó el P.S.O.E., y en 1888 la Unión General de Trabajadores.

En cambio desde el aparato gubernamental español, hubo que esperar al año 1883 para
que se creara una Comisión de Reformas Sociales en las Cortes con la misión de
estudiar el problema social y proponer soluciones al Gobierno. Esta Comisión recogió
informes y testimonios, pero que no sirvieron para nada, ya que ni había recursos para
afrontar los problemas de la clase obrera, ni había especial interés en solucionarlos al
chocar con los intereses de los industriales.

Por parte de la Iglesia católica española no se produjo ninguna iniciativa, salvo los
Círculos Obreros del padre Vicent, para afrontar la problemática inherente a la llamada
cuestión social, a no ser otra que la estrictamente benéfico-caritativa, como podían ser
las Conferencias de San Vicente o las Escuelas Dominicales. Las primeras llegaron a
España desde Francia, y datan ya en España en 1849 y trataban sus componentes de la
mejora espiritual de sus miembros y de los pobres, así como auxiliarles en sus
necesidades con la beneficencia domiciliaria, roperos, asilos y comedores. En Híjar las
Conferencias de San Vicente existían ya a primeros de 1892(1), ya que en esta fecha
están documentadas, aunque lo más probable que fuera tras la llegada a Híjar de las
Hermanas de San Vicente de Paul a comienzos de los años 80.
En la misma línea estaban las Escuelas Dominicales, cuya primera presencia en España
es de 1857 en Madrid, promovidas por el jesuita Mariano Cortés y por la duquesa de
Humanes. En Zaragoza estaban el 1859, en Huesca en 1861 y en Híjar en 1864(2).
Ignoro de donde sacaron estos datos para Híjar. No obstante, según la prensa
zaragozana su creación en Híjar fue el año 1892. Trataban las Escuelas Dominicales de
promocionar socialmente a los trabajadores a través de la formación cultural,
fundamentalmente con enseñanzas de primeras letras y las cuatro reglas aritméticas, con
un conato de enseñanza técnica. Es muy interesante el documento de el "Diario de
Avisos" de Zaragoza de 12 de febrero de de 1892, para conocer los objetivos de las
Escuelas Dominicales en Híjar, además de que aparecen como una creación de las
Conferencias de San Vicente. La reseña es la siguiente, que por su interés reproduzco:

"Y ya que hablo de obras de caridad e instrucción, no debo omitir la Escuela Dominical
para jóvenes que la Conferencia de San Vicente de Paul abrió el 1º de enero, a la que
acuden todas las tardes de los días festivos unos 150 mozos y chicos. Instruidos señores
y labradores dirigen los grupos, enseñando la lectura, escritura y moralidad con un celo
y un cariño admirables. Así fraternizan con sus inferiores en edad y posición los socios
de dicha Conferencia, dando ejemplo a la sociedad y pueblos de lo que debe hacerse
para evitar las grandes catástrofes que nos amenazan. Dar limosna al pobre, visitarlo e
instruir y moralizar al jóven, es el tema de dicha Conferencia y de este modo ejercitan la
caridad cristiana que considera a todos como hermanos."

En cuanto a los Círculos del padre Vicent tenían fines religiosos, instructivos,
recreativos y económicos. Entre los primeros estaba el conservar, arraigar y propagar
las creencias religiosas, apostólicas y romanas. El fin instructivo era el de impartir
conferencias o clases. Los fines económicos no tenían nada de reivindicaciones. En
efecto había socios que no eran obreros, sino patronos y señoras protectoras. En todo
caso, el fin económico quedaba reducido a medidas de carácter cooperativo o de ayuda
mutua: socorros para obreros enfermos, Cajas de Ahorros, tienda de abastecimientos,
cocinas económicas, etc. En 1895 el padre Vicent había conseguido que sus Círculos de
obreros fueran 169 y sus socios sobrepasaban el de 36.000, por las diócesis de Valencia,
Tortosa, Barcelona y hacia el interior de la península. Por todo ello el padre Vicent ha
sido considerado como el patriarca del catolicismo social en España, no obstante debido
a las características de estos Círculos, no podían servir para solucionar la problemática
social de la clase obrera, lo cual el mismo lo comprendió.

Puede decirse que antes de la aparición de la "Rerum Novarum" no encontramos en


España un verdadero movimiento católico-social, una experiencia amplia y organizada
de acción católico-social. Debemos precisar el término "catolicismo-social", como algo
diferente a la postura caritativa(limosna, beneficencia, filantropía) ante la problemática
social; que rechaza el liberalismo económico, que preconiza un intervencionismo
legislativo del Estado y la creación de instituciones en nombre de la justicia.

Duroselle señala el carácter moderno del catolicismo social, que surge ligado a la nueva
sociedad industrial; nacido de la síntesis de dos nociones: la del problema obrero, de
carácter económico; la del progreso, de carácter intelectual. Ligar el progreso social a la
mejora de la suerte de los obreros.
La actitud católico-social implica una nueva conciencia del problema social como algo
más que un problema de beneficencia y caridad. Es el lento proceso que lleva a
descubrir las exigencias de la justicia, además del deber moral de la caridad.

Esta nueva actitud del catolicismo-social en España era desconocida en los ambientes
cristianos, antes de la "Rerum Novarum", no así en otros paises europeos como en
Bélgica, Francia, Italia y Alemania, donde ya existía ya a partir de 1871. Se puede
considerar como influencia en la redacción de la Encíclica la de la "Unión de Estudios
Sociales de Friburgo" y Mons. Mermillod. En cambio en España los precedentes
españoles de la Encíclica son irrelevantes. Podría decirse que en España la Encíclica no
viene a confirmar un movimiento previo, como en Alemania o Francia, sino más bien a
despertar e impulsar una conciencia nueva.

En cuanto a los contenidos de la obra de León XIII, en la introducción señala los


factores que a su juicio han provocado el problema social: los adelantos de la industria;
el cambio de relaciones entre patronos y obreros; la acumulación de riquezas en manos
de unos pocos y la pobreza de la inmensa mayoría.

En la 1ª parte critica al socialismo como alternativa al problema social, justificando la


propiedad individual. Su alternativa es la necesaria contribución de la Iglesia, el Estado
y los propios interesados(obreros y patronos), para el encauzamiento y superación del
problema social.

Reclama y reivindica la legitimidad de la intervención de la Iglesia. Frente a las utopías


socialistas, León XIII plantea el fin último de armonizar las clases sociales. La Iglesia
convoca a las dos partes, patronos y obreros, al cumplimiento de sus respectivos
deberes: En cuanto a los obreros: cumplir el contrato de trabajo; no ser violentos ni
revolucionarios en la defensa de sus derechos(condena implícita de huelgas y de
agitaciones políticas); respetar a los patronos, y no dañar al capital. Por su parte los
ricos y patronos deben- les recuerda en tono duro y concreto- no considerar a los
obreros como esclavos; reconocer la dignidad del trabajo; cuidar de las necesidades
espirituales y morales de sus obreros; limitar la jornada y demás condiciones de trabajo
según el sexo, edad y fuerzas de los trabajadores; dar un salario justo.

Del mismo modo defiende la intervención del Estado para llevar a cabo una acción que
alivie grandemente la situación de los trabajadores,

Finalmente el Papa aborda la contribución de las partes directamente interesadas. Se


refiere elogiosamente a las distintas instituciones existentes: sociedades de socorro
mutuo, instituciones de previsión y seguros, patronatos. Ante el constante crecimiento
de las asociaciones obreras de resistencia y de la influencia socialista, plantea como
alternativa la necesidad de crear asociaciones de obreros cristianos.

De una manera breve he resumido los principales contenidos de la Encíclica. En cuanto


a su recepción en España fue dispar. El diario republicano "El País" señaló que no
ofrecía ninguna solución eficaz al problema social. Los conservadores, que por entonces
trataban de aprobar en las Cortes unos primeros proyectos de reforma social,
identificaron su programa con el de la Encíclica. Castelar criticó al Papa por inmiscuirse
en un ámbito que no era el suyo.
Dejando aparte la recepción política de la Rerum Novarum, la propiamente católica-
confesional, en los medios católicos oficiales y en la publicística católica, fue débil y
escasa. Salvo algunas excepciones( Pastorales de Sancha, Catalá, y Albosa, Morgades),
los comentarios breves y tópicos de la mayoría de los obispos, al presentarla a sus
diocesanos, revelan una escasa comprensión de los contenidos. Los comentarios se
reducen, en la mayoría de los casos, a elogiar la capacidad de magisterio de la Iglesia y
el carácter imprescindible de su aportación para la solución del problema social.

Las conclusiones del Congreso Católico de Sevilla (1892), referentes a la cuestión


social, constituyen el mejor testimonio del retraso y desfase en la recepción primera de
la Encíclica recien publicada. Hasta la publicación de "Socialismo y Anarquismo" del
padre Vicent, no encontramos en la publicística católica española, un comentario
verdaderamente amplio y profundo de la Encíclica. Sólo a partir de 1894-95 se produce
una recepción madura de la "Rerum Novarum".

Una sencilla valoración de la Peregrinación obrera a Roma, en 1894(cuyos efectos


impulsores del catolicismo social español son ciertos) en comparación con las
peregrinaciones obreras francesas, expresan el desfase y retraso, una vez más, del
catolicismo español. Mientras las peregrinaciones francesas tienen un carácter
predominamente obrero, por los participantes y por los objetivos, los de la
peregrinación española son más religiosos y eclesiales(exaltación de la Iglesia y del
Papado) que sociales. Mientras la alocución del Papa a los peregrinos franceses
interpreta y matiza las directrices de la Rerum Novarum y las cuestiones polémicas de la
acción católico-social, la alocución a los peregrinos españoles, si bien invita a la
creación de los Círculos Católicos, se centra en la cuestión de la unidad de los católicos
españoles, y la postura adecuada ante el régimen liberal vigente.

En esta peregrinación participaron todas las diócesis españolas, en un número de 18.000


a 19.000. La diócesis de Zaragoza aportó un total de 376. Entre ellos iban 9 hijaranos,
con el sacerdote Manuel Espinosa, que a la vuelta costearon una fiesta en honor del
patrón S. José; y después de la misa, 4 de los 9 peregrinos se pusieron a laa puertas de la
Iglesia con bandejas y repartieron 2.600 medallas bendecidas por el Papa.( 3)

El Congreso de Tarragona en 1894 comienza a situar la reflexión del catolicismo


español al nivel europeo, en temas como el del salario familiar, o la definición del
principio intervencionista.

Sólo al final de la última década del siglo, especialmente a partir de 1899, con las
reseñas bibliográficas de Amando Castroviejo en la "Revista Católica de Cuestiones
Sociales", comienzan a llegar al catolicismo español, noticias y comentarios de las
revistas demócrata-cristianas francesas e italianas. Esta propaganda se hace más intensa
a partir de la publicación de Graves de Comuni.

El repaso de las publicaciones católico-sociales de autores españoles, y, especialmente,


de las traducciones de las obras más significativas del catolicismo social europeo,
confirman la tesis del retraso. En la década de los 90, el panorama de las publicaciones
españolas es muy escaso y poco original. La obra de Vicent y las pastorales de Maura
pueden salvarse de este juicio.
La traducción sistemática de los autores y obras más influyentes del catolicismo social
europeo no se hace hasta la primera década del siglo XX, en colecciones como la
promovida por "la Paz Social", y, más adelante, en la Biblioteca Fomento Social. Puede
servir de ejemplo el libro de Max Turmann, El desenvolvimiento del catolicismo social
desde la Encíclica Rerum Novarum, publicado en octubre de 1907, prologado y
traducido por Severino Aznar,

El retraso y desfase del catolicismo social español hay que entenderlo, por una parte, en
el contexto del retraso general del reformismo social español- que se manifiesta en la
tardía aparición de la primera legislación socio-laboral- y, por otro, en relación con las
peculiaridades del catolicismo español.

En el primer punto de vista, el retraso del reformismo español esta relacionado con el
escaso desarrollo industrial, que imposibilita el tomar conciencia del problema social.

Por lo que respecta al segundo aspecto la Iglesia católica española está más preocupada
por cuestiones religiosas( confesionalidad del Estado; el laicismo; la enseñanza católica,
la cuestión de las órdenes religiosas), que van a absorber la mayor parte de sus energías.

Además hay unas convergencias en el catolicismo social español con el reformismo


conservador, tanto a nivel teórico y práctico.

Una vez definido el concepto de catolicismo-social español y de la misma manera visto


el contexto en que surge y se desarrolla, paso a describir las distintas instituciones
preconizadas por

la iglesia católica en Híjar y algunos pueblos del entorno, además de las ya comentadas
anteriormente.

En el mes de septiembre de 1901 aparece documentada la existencia de la "Sociedad de


Socorros Mutuos del Santísimo Cristo del Milagro de Híjar". Fundada, reglamentada,
dirigida y sostenida en parte por el clero.( 4)

La finalidad era de auxiliar a los socios en sus enfermedades. Era una sociedad sin
carácter político, aunque los socios podían tener sus opiniones particulares, de las que
debían de prescindir en todos los actos de la Sociedad. Podían pertenecer todos los
varones católicos, con residencia en Híjar, cuya inmoralidad no fuera motivo de
escándalo.

Debían gozar de buena salud, exenta de toda afección crónica, lo que se acreditaba con
un certificado del médico de la localidad.

Los socios eran fundadores, activos y honorarios.Los activos debían tener más de 20
años y menos de 41, y según la fecha de ingreso pagaban de cuota de entrada de 2,50 a
10 pesetas. La admisión era competencia de una Junta Directiva, que no permitía la
entrada a los que blasfemasen, faltasen al respeto a las autoridades, practicasen juegos
prohibidos, se embriagasen o trabajasen los días festivos. Una vez admitidos, debían
pagar 1 peseta al mes.Todos los socios activos debían formar parte de la Junta para los
cargos que fueran propuestos. Del mismo modo debían asistir obligatoriamente a la
Juntas Generales. Debían igualmente asistir a la fiesta anual celebra la Sociedad en
honor del Santo Cristo del Milagro y a la Misa de Requiem por los socios fallecidos.

A partir del cuarto mes de ingreso, los socios activos y fundadores eran asistidos en las
enfermedades con 1,50 pesetas los primeros tres meses, y con 1 peseta el cuarto.

Para el buen gobierno de la Sociedad habrá una Junta Directiva compuesta por el
Presidente, Vicepresidente, Tesorero, Secretario, Vicesecretario y tres vocales.

Este tipo de mutualidades eran muy antiguas, y no necesariamente tenían que ser
confesionales. Una de las primeras era la Sociedad de Socorros Mutuos de San
Homobono de los sastres de Zaragoza, fundada ya en el siglo XVII. En 1894 se fundó la
de Nuestra Señora de Bonaria de Zaragoza. La comentada de Híjar es bastante
temprana, y en cuanto a sus objetivos son claros, tratando de proteger a los campesinos
u obreros agrícolas ante una situación de enfermedad, y de evitar la situación de
auténtico desamparo en la que se quedaban, ante cualquier contratiempo de la salud.
Desde cualquier punto de vista que se analice esta iniciativa de la iglesia católica tiene
que ser positiva. En 1909 había 49 mutualidades católicas en todo a Aragón.

Otra institución del catolicismo social muy interesante también, de 24 de enero de 1903,
según la escritura ( 5) fue: "Pósito o Granero de San José de Urrea de Gaen".

Fue creado con la autorización de las autoridades eclesiástica y civil, bajo la protección
de San José y bajo la tutela de una Junta Directiva, cuyos presidente y vicepresidente
eran respectivamente el Párroco y Alcalde del pueblo.

La patrocinadora fue Doña Serapia Cabañero y Temprado,que cedió de su pecunio


particular 120 cahíces de trigo y lo que fuera necesario. Pertenecía a una de las familias
más ricas del Bajo Aragón, los Esponeras, ya que su padre era D. Francisco Cabañero
Esponera.

Su objetivo era el de atender las apremiantes necesidades de los labradores que, en el


tiempo de la siembra especialmente podían utilizarlo, prestándoles determinadas
cantidades de grano con la obligación de devolverlo en los meses de la recolección con
un pequeño rédito, que redundase en beneficio del propio Pósito, para no verse en la
triste circunstancia de caer en las garras de los prestamistas usureros.

Las Ligas Católicas en el Bajo Aragón.

En el año 1903 aparecieron en varios pueblos del Bajo Aragón, como Alcañiz, Caspe e
Híjar, las llamadas Ligas Católicas. En Zaragoza se fundó el 25 de diciembre de 1902.

Estas instituciones surgieron con la finalidad de aceptar y defender las enseñanzas de la


Iglesia, especialmente las consignadas en los documentos de Pío IX y León XIII;
propagar y fomentar la prensa católica; favorecer a la clase obrera, con cuantos medios
sea posible, fundando Asociaciones y Círculos conforme a las enseñanzas de León XIII;
y procurar el voto de los católicos en la elección de los candidatos netamente católicos.
(6)
"La Liga Católica de Híjar" fue fundada el 25 de octubre de 1903.(7) Un mes antes , en
las fiestas patronales, estuvo en Híjar Norberto Torcal, vocal de la Junta de la Liga
Católica de Zaragoza, hablando durante una hora sobre estas instituciones en el salón de
la escuela de párvulos, con todos los sacerdotes del capítulo de Híjar, los frailes
capuchinos y algunas personalidades. De esta charla saldría una Junta Gestora,
compuesta por el párroco Domingo Gascón, el capuchino Basilio de Gea, y D. José
Monzón, para propagar la idea y designar la fecha en que había de tener lugar el
meeting católico para la constitución de la L. C. en Híjar. Debieron trabajar bien ya que
se constituyó muy pronto, un mes más tarde.

El día de la inauguración, 25 de octubre de 1903, todo comenzó por la mañana con una
Misa Mayor, oficiada por mosen Pedro Dosset (beneficiado de la iglesia de San Pablo e
hijarano de la influyente familia de los Dosset) y que en el sermón explicó el significado
de las Ligas Católicas. Por la tarde, a continuación de vísperas y de la función del cuarto
domingo en honor de la Virgen del Carmen, 800 hombres se reunieron en el salón de las
escuelas a oir el discurso de Norberto Torcal. Lo fundamental, además de criticar a los
partidos turnantes, fue explicar el significado de las Ligas Católicas. Señaló que estas no
tenían otros intereses que los de Dios y la Patria, luchando en el terreno de la política a
fin de que las leyes y las instituciones se informasen del espíritu católico. Habló
también de la acción católico social, que no debían los cristianos darse por satisfechos
ante la grave cuestión social con la caridad, sino con la mutualidad y la asociación, y
que debían seguir las doctrinas de León XIII. Acabó señalando que los católicos
españoles debían imitar a los católicos de Bélgica, Alemania y los Estados Unidos, que
habían sabido fundar instituciones sociales para mejorar la condición de la clase obrera,
apartándolos de la revolución y la anarquía. Al acabar el dicurso se inscribieron más de
300 socios y otros no pudieron hacerlo por ser ya muy tarde.

Capellanía de la Buena Prensa de Híjar. El 31 de diciembre de 1906 se produjo su


inauguración en la Ermita de la Virgen del Carmen, para aplicar diariamente el Santo
Sacrificio por la prosperidad de la Buena Prensa y obligaciones de los fundadores con la
obligación al capellán, de enseñar gratis el latín a los niños de esta arciprestazgo que
manifestasen inclinación a la carrera eclesiástica. Para explicar los fines de la fundación
estaba prevista la llegada el canónigo D. Santiago Guallar, al no poder podido llegar a
tiempo le suplió mosen Pedro Dosset. (8 )

El catolicismo social estaba muy interesado por tener a su disposición una buena prensa,
para hacer frente al resto de los periódicos: republicanos, socialistas, anarquistas o
liberales. En septiembre de 1908 se celebrará en Zaragoza la II Asamblea de la Buena
Prensa, en cuya presidencia estaba el deán Florencio Jardiel, ilustre hijarano y que fue
nombrado hijo adoptivo.

Los momentos decisivos del catolicismo-social en Híjar.

A comienzos de 1907, en el mes de febrero en "El Noticiero" se cruzaron 2 cartas: la 1ª


era de un hijarano anónimo y la 2ª una réplica del capítulo eclesiástico de Híjar.( 9)

En la primera se acusa a los clérigos hijaranos de falta de iniciativa, de no imitar al


padre Vicent, a la hora de crear algún tipo de asociación para hacer reformas sociales en
el pueblo.
En la réplica, los sacerdotes se defienden señalando que han sabido fundar obras de
carácter social, como la Sociedad de Socorros Mutuos, que en el tiempo funcionaba
muy bien, aunque su esfera de acción era limitada, no por falta de celo del clero, sino
porque los socios eran muy pobres, y por ello no podían aportar a la Sociedad más que
una peseta. No obstante señalan cierto desencanto porque faltaba unión, y que la Liga
Católica estaba en franca decadencia, a pesar de su éxito inicial, ya comentado.

En octubre de 1907, ese desencanto de la clerecía hijarana con respecto a la posibilidad


de crear obras de acción social católica, parece que estaba desapareciendo. Todo puede
estar relacionado con la reciente llegada a Híjar del nuevo párroco Gregorio Marcuello,
que según "El Noticiero"(10 ) estaba muy ilusionado con estas obras.

A comienzos de enero de 1908 (11), en el mismo periódico católico, comprobamos que


se acababa de crear una Junta para realizar obras sociales católicas, en la que figuraban
como presidentes honorarios (el cura párroco, mosen Pedro Dosset y el alcalde,
Mariano Sorribas),y, como efectivos y directores otras personas, por ello comenzaban a
sonar proyectos de Círculo Católico, teatro, rondalla, Caja de Ahorros, Cooperativas,
etc.

Por estas fechas se estaba produciendo un fuerte movimiento del catolicismo social en
el mundo rural. En el campo los esfuerzos de la Iglesia católica fueron recompensados
con el éxito. Primero, porque la religión católica tenía mayor fuerza en los ámbitos
rurales del norte y buena parte del centro, que en los pueblos mineros y en lo suburbios
industriales de las grandes ciudades; en segundo lugar, porque a los pequeños
campesinos se les ofrecían cosas ventajosas, sin atacar los intereses de los grandes
propietarios católicos. En muchas comarcas rurales españolas, a comienzos del siglo
XX, aún se podía hacer frente a los socialistas y anarquistas, ya que estas ideologías a
unos pequeños campesinos que deseaban asegurar su propiedad y hacerla más
productiva no podían serle atractivas. Estas palabras si hay un lugar donde puedan
aplicarse con rotundidad total era Híjar.

Aunque había grupos agrícolas católicos desde comienzos de siglo, cuando cobró fuerza
el sindicalismo católico agrario, fua a partir de la ley de Sindicatos Agrarios de enero de
1906, que dio status legal a las asociaciones de agricultores y a las instituciones de
crédito agrario, prometiéndoles ventajas fiscales y arancelarias en lo referente a
maquinaria, simientes, animales de cría y fertilizantes.

En estos momentos el arzobispo de Zaragoza convocó una gran Asamblea de párrocos


de la diócesis, que se desarrolló de 16 al 19 de octubre de 1906. En ella habló el padre
Vicent sobre los Sindicatos Agrícolas, como medio de defensa contra la usura, el
individialismo. Muchos párrocos se entusiasmaron por la obra fundacional de los
sindicatos agrícolas, pero reconocieron la cortedad de sus medios para realizarla, y por
ello solicitaron el apoyo de propagandistas, entre los cuales cabe mencionar a Inocencio
Jiménez. Para los mismos objetivos la Biblioteca de "El Pilar", publicó en 1906 el libro,
"Vademecum del propagandista de Sindicatos Agrícolas", firmado por Le
Soc( seudónimo de Inocencio Jiménez).

El Boletín Eclesiástico Oficial del Arzobispado de Zaragoza,de 28 de marzo de 1908,


publicó una Circular instando a los párrocos a fundar los Sindicatos Agrícolas. La obra
pronto comenzó a crecer, ya que en enero de 1909, en la archidiócesis de Zaragoza
había 42 Sindicatos Católicos Agrícolas. Entre ellos estaba el de Híjar, que en esta
localidad surgiera con tanta prontitud, no debe extrañarnos dadas sus características
religiosas.

Patronato Católico de Obras Sociales, Sindicato Agrícola, Seguro de Caballerías y Caja


de Ahorros y Préstamos de Híjar.

A mediados de 1908 surgieron todas estas obras sociales en Híjar, la Caja de Ahorros y
Préstamos fue más tarde de marzo de 1910.

La inauguración oficial de todas esta obras el 10 de enero de 1909. (12) Fue un acto
lleno de pompa y boato, en el que la presidencia la ejerció D. Florencio Jardiel, el
discurso lleno de doctrina social de la Iglesia fue de D. Santiago Guallar, y en el que no
podía faltar la presencia de mosen Pedro Dosset, los sacerdotes del Capítulo, así como
los capuchinos del convento de Híjar.

El Patronato Católico de Obras Sociales era una Asociación destinada a la creación,


fomento y apoyo de dichas obras, procurando el perfeccionamiento moral, intelectual y
material de sus asociados. Del Patronato surgirían las que describo a continuación.

El Sindicato Católico Agrícola, surgía para defender los intereses de sus asociados,
comprando maquinaria de uso común, simientes seleccionadas, superfosfatos, almacen
de productos agrícolas, etc.

El Seguro de Caballerías era importantísimo, ya que venía a poner a salvo a los


agricultores de las terribles consecuencias de la muerte de una de sus animales de
labranza. Todas las noticias del momento nos confirman que la muerte de una caballería
para un agricultor era la ruina total.

La Caja de Ahorros y Préstamos servía para que los agricultores pudieran librarse de los
prestamistas usureros, que frecuentemente les cobraban unos intereses desorbitados en
metálico o en especie.

Todas estas obras surgidas de la iniciativa de la Iglesia católica, estaban supervisadas


por los clérigos, ya que en todas las Juntas estaban los párrocos o coadjutores, como
consiliarios.

A partir de la creación de estas obras el dinamismo fue muy grande. Las conferencias
fueron muy frecuentes. En enero de 1909, el capuchino de Híjar, Jerónimo de
Villarquemado, habló sobre de los Patronatos, de los Socorros Mutuos, Cajas de
Ahorros. En febrero del mismo año, el mismo capuchino habló especialmente de las
Cajas de Ahorro, ya que las conocía por su presencia en Navarra; así como de aperos de
labranza, y de selección de razas. El Párroco de Samper de Calanda, D. José María
Blasco, por las mismas fechas habló sobre "el espíritu de asociación". En marzo de
1909, disertó sobre el grave problema social del alcoholismo el médico de la localidad,
don Pelayo Marquesán. Al mismo tiempo se hacían representaciones teatrales, lecturas
de poesías, sorteos de libros, etc.

Para corroborar la pujanza de todas estas obras del catolicismo social hijarano, a
mediados de 1911, podemos servirnos nuevamente del periódico católico "El
Noticiero"(13 ). En él se nos cuenta que los socios fundadores del Sindicato fueron 50 y
que en esos momentos eran ya 408. Se habían adquirido varias máquinas agrícolas,
entre ellas una seleccionadora, 3 arados de vertedera y 2 segadoras para usos de sus
asociados, se compraban superfosfatos, que iban desterrando la rutina en el trabajo
agrícola. La Caja de Ahorros y Préstamos llevaba una vida próspera, ya que en caja
había una existencia de 6.000 pesetas. Funcionaba muy bien el Seguro de Caballerías
por un valor de 115.000 pesetas.

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