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Una cartografía
TESINA
ÍNDICE
0. INTRODUCCIÓN
1. PANORAMA
1.1 Una nueva alianza
1.2 Temporalidad y Caos
1.3 Orden y sistemas abiertos
1.4 Información y Auto-organización
1.5 Auto-referencia y auto-poiesis
1.6 Zonas comunes
2. UN NUEVO PARADIGMA
2.1 Complejidad
2.2 Retos epistemológicos
2.2.1 Contra el método y la epistemología
2.2.2 Realidad compleja, conocimiento complejo
2.2.3 Objetividad y subjetividad
2.2.4 Método como principio de organización
a) A-método
b) El triple muro
c) “Caminante no hay camino…”
d) Reorganización conceptual
2.2.5 Complejidad y Método
3. TRANSDISICPLINARIEDAD
3.1 Actitudes
3.2 Primeros pasos
3.3 Modelo, Modelización, Simulación
3.4 Imaginación y subjetivación
3.5 Modos y objetos transdisciplinares
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
2
0. INTRODUCCIÓN
3
En lo que respecta a la cuestión metodológica, nos ha parecido pertinente
exponer la crítica escéptica de Paul Feyerabend, que resalta cuestiones
fundamentales y problemas importantes a resolver para cualquier discurso
teórico que aspire a dar cuenta de sus prácticas científicas. Esto nos permitirá
poner en perspectiva la posibilidad o imposibilidad de cualquier método para
cualquier labor epistemológica, que sugerimos requerirá una renovación a fondo.
Sólo así será posible evitar que la complejidad recaiga en viejos problemas, o
que repita dogmas que ella misma pretende superar. Detallamos a continuación
el programa epistemológico de la complejidad tal y como lo ha señalado Edgar
Morin, así como algunos obstáculos a vencer junto a algunos conceptos que se
pueden implementar para ello. Finalmente, procedemos a retratar, junto con
Sergio Vilar, la estrategia transdisciplinaria para abordar las realidades
complejas, una práctica concreta que intenta continuar con las pautas señaladas
por el pensamiento emergente y que ha tenido un considerable éxito en casi
todos los ámbitos del saber. Esperamos que de este modo podamos situarnos y
orientarnos mejor dentro de este panorama contemporáneo en el que empieza a
emerger no sólo una ciencia nueva, sino una nueva racionalidad, y que nos
conduce hacia un llamado cada vez más urgente para la filosofía.
4
1. PANORAMA
Sin embargo, en los últimos años han surgido una serie de conceptos por
parte de algunas ramas de las llamadas “ciencias naturales” que permiten un
acercamiento diferente al problema del hombre y la naturaleza. Uno de sus
precursores es Ilya Prigogine, Premio Nobel de Química en 1977, quien, desde
la termodinámica, plantea y propone una ciencia reformulada, atenta al mundo
del devenir y por tanto al mundo más inmediato de la vida. Esta línea ha sido
seguida de cerca por otros campos como la biología, la cibernética, la
meteorología y la sociología, que, en el estudio de fenómenos ricos y complejos,
han tenido que hacerse de una serie de conceptos capaces de abordar la
multiplicidad de dimensiones aparentemente inconmensurables y a la vez
imprescindibles para una comprensión no trivial de sus objetos. Dicha
“migración” de conceptos, inconcebible desde la ciencia clásica (continuadora
del paradigma cartesiano-newtoniano), ha posibilitado la proliferación de muchos
otros campos que nos sugieren la necesidad de repensar la racionalidad
moderna y el proyecto mismo de la ciencia; ciencia que, al poseer un peso tan
excepcional en nuestras sociedades, configurando nuestras prácticas y
creencias, nuestros modos de ver y relacionarnos con el mundo, habrá de
pensarse siempre en perspectiva, desde una reflexión que no excluya la
5
dimensión antropo-social. Sin embargo, parece que también nos encontramos
actualmente en una posición de incertidumbre: la proliferación y continuo
desarrollo de conocimientos nos desbordan por sí mismos. Surge, pues, la
pregunta: ¿cómo implementar el horizonte humano si difícilmente podemos
hacer frente a las dificultades teóricas de cada campo? Sin embargo, teóricos
contemporáneos han lanzado una proclama: no podemos seguir desorientados,
si queremos que la ciencia nos ayude a mejorar integralmente la calidad de vida
de los seres humanos, y no simplemente a producir mejores artilugios técnicos,
habrá que apostar por una visión global que, sin ser completa o absoluta, nos
permita reintegrar el hombre a la naturaleza sin el peligro del reduccionismo.
Necesitamos una teoría potente, capaz de seguir un principio de explicación
complejo y capaz de reunir sin empobrecer las realidades antropo-sociales con
la realidad físico-biológica, de congeniar el ideal científico con la incertidumbre
propia del ámbito humano.
6
industrial donde todo parece abocado hacia el gasto, en la que es
abrumadoramente partente la irreversibilidad del tiempo.
7
complejo a lo simple. Este análisis incluye, por supuesto, eliminar el tiempo,
reducir lo contingente a lo necesario. Frente a fenómenos desbordantes en los
que entran en juego una enorme cantidad de variables, fenómenos deterministas
y sencillos, inteligibles y manipulables como el movimiento de un péndulo. Entre
un extremo y otro emergen procesos sorprendentes de complejización, de
surgimiento de lo complejo a patir de lo simple donde lo uno y lo otro se mezclan
e incluso coexisten sin oposición jerárquica, donde es posible dar cuenta de
procesos creativos y regulares de la naturaleza a partir del desorden y la
inderterminación (del caos que circunda a las condiciones iniciales). Ejemplos
donde el estudio del surgimiento del orden complejo a partir del caos ha
resultado enormemente fructífero son la teoría de los sistemas dinámicos de
Poincaré y la teoría de catástrofes, con exitosas aplicaciones en la meteorología,
la estadística y la geología.
8
o los organismos vivos). Un sistema abierto puede comprenderse también en
términos de equilibrio o desequilibrio físico: una mesa o una piedra intercambian
poca energía con el exterior, son sistemas cerrados y altamente estables al
contrario que un organismo que necesita constantemente interactuar con su
medio para mantenerse. Así, a diferencia de los sistemas cerrados, el
desequilibrio interno del flujo energético provee a los sistemas abiertos de un
delicado equilibrio (estabilidad y continuidad) que, al clausurarse, tiende a
degradarse. Al contrario de lo que sucedía en la filosofía cartesiana (donde los
sistemas vivos eran consideradas como entidades cerradas y no como sistemas
organizados), la TdS ha permitido redescubrir las leyes de lo viviente como leyes
de desequilibrio y dinamismo estabilizados, forzándonos a estudiar no sólo los
sistemas mismos, sino su relación con el medio ambiente; relación no sólo de
dependencia, sino de constitución y conformación, dándonos a entender un
doble vínculo (íntimo y a la vez extraño) entre el organismo y su medio. Su
estudio, pues, habrá de contemplar el sistema en interacción, no aislado,
abriéndose paso la teoría de la evolución metasistemática, donde las
interacciones entre sistema y ecosistema se entienden mediante intercambios
de flujos tanto materiales como energéticos, organizacionales e informacionales.
Concebir al sistema como unidad cerrada y acabada implica, pues, una versión
meramente clasificatoria, analítica y reduccionista del mundo que resulta muy
limitada.
9
Se ha producido una revuelta epistemológica a partir de la noción de
sistema abierto (algunos han dicho que el teorema de Gödel permite pensar la
lógica como sistema abierto), lo que muestra la gran fecundidad de esta teoría
como caldo de cultivo, pero también de confusión. Aún quedan vacíos
conceptuales, sobre todo en lo que respecta a la noción de sistema y su
analogía con los organismos vivientes que, aunque haya resultado muy fecunda
en su aplicación en las ciencias de la vida, no queda exenta de querer forzar la
inteligibilidad de la vida en un impulso tecnocráctico (sobre todo en su aplicación
a la teoría social).
10
relevantes para la transmisión de nuevos mensajes. La ecuación shannoniana
de la información (H=KlnP) parece un reflejo en negativo de la ecuación de la
entropía (S=KlnP); parece que en TdI del caos puede surgir un nuevo orden. He
aquí la noción de order out of noise que Von Förster resalta para caracterizar
los efectos de estas distorsiones y que a su vez ha sido incorporada al estudio
de los seres vivientes. Atlan ampliará este concepto order out of noise hasta
darle en su lugar un sentido de complexity out of noise: el ruido puede ser una
oportunidad para el desarrollo y no sólo para el orden (el ruido que una máquina
descodifica como información, por ejemplo). La TdI nos da pues, una doble
perspectiva con una respectiva doble lógica: desde el punto de vista externo al
sistema, un mensaje puede percibirse como “ruido”; desde un punto de vista
interno como información. Se hace necesario y relevante destacar las
consecuencias metodológicas del papel del participante, del intérprete que
participa, si bien no en la construcción de todo el sentido, sí de una parte.
11
organizada depende de la estabilidad, mientras que las auto-organizadas de un
equilibrio oscilante entre la organización, la desorganización (entropía) y la
reorganización (neguentropía). De la auto-organización surge un orden que,
para mantenerse, debe complejizarse a partir del desorden, o más aún, a partir
del ruido.
12
En el ámbito sociológico Niklas Luhmann ha implementado el concepto de
auto-poiesis para analizar fenómenos de auto-organización y auto-producción
colectivas en situaciones de riesgo e incertidumbre (medios desequilibrados)
como los movimientos sociales. Sus análisis sugieren la necesidad y posibilidad
de articular el problema científico de la complejidad con el problema
hermenéutico del sentido.
13
e imprecisiones en nuestro conocimiento, sugiriéndonos en lugar de una Razón
como instancia última la implementación de nuevos procesos de
racionalización más acordes a una ciencia dialéctica, orientada por estas
nociones de circularidad, auto-organización, clausura y apertura.
2. UN NUEVO PARADIGMA
2.1 Complejidad
14
El filósofo Edgar Morin, sensible a todas estas cuestiones, dedica buena parte
de su obra a reflexionar sobre otras implicaciones científicas, epistemológicas,
filosóficas y sociales de esta creación de conceptos por parte los nuevos
saberes. Morin apuesta directamente por la unificación de las ciencias físicas
y las ciencias “antropo-sociales”, por esa “nueva alianza” a la que aludíamos
anteriormente, tarea para la que propone una reorganización radical de la
estructura misma del saber, una reorganización en cadena de aquello que
llamamos ciencia con el imperativo de mantener la complejidad propia de
nuestra realidad, relacionando sus aspectos múltiples y a la vez haciendo
proliferar la diversidad de matices con que las diferentes disciplinas la
enriquecen, potenciando la creatividad en lugar de blindando a las teorías en
sistemas cerrados.
“Complejidad” es, pues, el término clave; surgido en la ciencia del siglo XX pero
con cabida anterior en la filosofía dialéctica. Según Morin2, fue gracias al trabajo
de Wiener, Ashby, von Neumann y la cibernética, que el término se introduce de
lleno en la ciencia para remitir:
1) a los fenómenos cualitativos donde entran en juego una enorme cantidad
de variables que desafían nuestras capacidades de cálculo
2) a los fenómenos aleatorios y al azar, la incertidumbre y la indeterminación
que los acompañan
3) a los sistemas semi-aleatorios cuyo orden depende de un azar
simultáneo, previo o aleatorio.
15
uso ciego y muchas veces poco efectivo a la hora de tratar problemas concretos,
inmediatos y urgentes en el ámbito de lo social.
16
La “buena distinción” entre conocimientos implica una compartimentalización;
la fragmentación del saber en campos muy diversificados como la Física, la
Biología, la Antropología, etc., que, al desarrollarse cada una según sus propios
métodos y lenguajes, se vuelven sordas a las aportaciones de las demás,
llegando a sugerir un universo de hechos atómicos y aislados al que sólo
disciplinas hiperespecializadas podrán acceder y nunca en su conjunto. Según
Morin, esta resolución resulta poco más que un corte arbitrario en la realidad
que ingenuamente pretende descubrir mediante la medida y el cálculo un orden
perfecto, que sin embargo carece de una articulación global que nos permita su
comprensión.
17
1. Principio dialógico, en el que hay datos opuestos que se presentan
recíprocamente constitutivos, por lo que la confirmación de uno no
significa el rechazo del otro.
2. Recursividad, en el que distinguir la causa del efecto se torna imposible
(el efecto se revela a su vez como una causa; es tanto producto como
agente productor).
3. Hologramaticidad, de copertenencia recíproca del todo y las partes
donde no hay reducción posible de lo uno a lo otro.
18
metacientífico atravesado por la ciencia. Morin recurre al célebre dicho de
Adorno, “la totalidad es la no-verdad” para subrayar esta resistencia a los
saberes parcelizados e inarticulados, reduccionistas.
19
demasiado. El nuevo paradigma intenta hacer frente a la vieja realidad
constituida por entidades cerradas, antagónicas y mutuamente aniquiladoras,
estudiadas por una ciencia reduccionista y cuantitativa, aprehendidas por una
lógica homeostática (encargada de procurar la estabilidad del sistema mediante
la eliminación de la contradicción y el error) cuya epistemología juega siempre el
papel verificador del aduanero. Una realidad en la que la imaginación y la
creatividad son despreciadas y los únicos criterios aceptados son aquellos de
“racionalidad, eficacia, medición, clasificación y reificación”.
20
2.2 Retos Epistemológicos
21
siguiente), no pautas transhistóricas (y necesarias).”4 Si hay ideas filosóficas
que han triunfado durante largo tiempo y han sido tan eficaces, lo han sido sólo
porque funcionaron como fuerzas históricas, esto es, de un modo a-filosófico.
4 Provocaciones filosóficas, p. 87
22
2) hay teorías y leyes que parecen tener éxito en la misma área pero que
están construidas de forma diferente e incluso contradictoria. ¿A cuál le
otorgamos entonces mayor validez?
3) Las teorías que funcionan y suelen tener éxito no entran al mundo
científico “perfectamente terminadas”. Las teorías empiezan
modestamente, van creciendo, librando obstáculos y sufriendo derrotas.
Cada logro puede ser formulado y establecido como una regla, cada regla
contribuye a la supervivencia de la teoría, pero en una explicación general
de las circunstancias, la enunciación de las normas se ve imposible sin
aludir a una explicación detallada de las condiciones y los eventos
históricos que les dieron pie. Todo lo que podemos decir es quién hizo
qué, en qué circunstancias, cómo resultó, y recordar estas acciones para
acciones futuras.
5 Ibídem., p. 95
23
abstractos (”toda teoría es tan buena como cualquier otra”). Si bien las
condiciones sociales juegan un papel importante, no es como lo pinta el
relativismo cultural; las sociedades pluralistas tienen muchas tendencias y se
mueven entre virulentas reacciones; los científicos no están del todo
determinados por su contexto, tienen elección sin estar sometidos a una sola
presión. Así mismo ideas adoptadas por “la sociedad” nunca permanecen
inalterables. Para Feyerabend “tanto los sociólogos como los epistemólogos
tienen opiniones bastante ingenuas acerca de los elementos que intervienen en
el cambio científico” 6 La pregunta es evidente: ¿necesitamos una teoría
especial, una filosofía, para explicar el “éxito de la ciencia”? Feyerabend dice
que no, puesto, además de todo lo anterior, no hay siquiera una entidad
unificada y coherente que llamar “ciencia”, que proceda de modo unitario y que
pueda ser transmitido como un todo.
6 Ibíd., p. 97
24
sistemático, basado en medios locales y cuyas generalidades surjan, como
las generalidades de la ciencia, de las experiencias que han sido acumuladas en
su curso.
25
ciencias y el ya clásico problema sujeto-objeto. La estrategia será navegar entre
la ciencia y la filosofía, apelando simultáneamente a la necesidad de una
fundamentación y a la imposibilidad de fundamentos. La tarea se torna casi
imposible: respetar los requisitos para la investigación y verificación del
conocimiento científico, y a la vez los requisitos de reflexión del
conocimiento filosófico. A diferencia de lo dicho por Feyerabend, continuando
esa necesidad de reunificación teoría-práctica, Morin intentará conciliar esa
oposición tajante entre productores y no-productores de saberes científicos en
una ciencia filosófica y autoconsciente.
26
de clausura entre quien conoce y lo conocido, implica una discontinuidad
entre el mundo exterior nosotros mismos.
27
enfocarse en nuestros eco-sistemas biológicos y eco-sistemas sociales,
reconociendo nuestras subjetividades sin que éstas se convierta por eso en el
criterio último de validez para nuestras teoría.
Morin sabe ver que la ciencia se adapta mejor a los tiempos presentes
gracias a las migraciones conceptuales, nos dice que “los conceptos viajan y
más vale que viajen sabiendo que viajan. (...) La ciencia estaría totalmente
trabada si los conceptos no migraran clandestinamente”. 7 Al igual que la
filosofía debe dialogar con la ciencia, la ciencia debe dialogar con la filosofía;
sólo así se podrán evitar las racionalizaciones dementes, permitiendo configurar
y cultivar una razón más adaptativa.
28
saberes están disociados entre si, pero ¿debe pagarse el necesario aislamiento
del objeto para su estudio a profundidad con la disyunción e incomunicabilidad
entre los saberes? ¿debe pagarse la especialización funcional con una
parcelación absurda? ¿Es necesario que el conocimiento se disloque en mil
saberes ignorantes?
Morin hace suyas las palabras de Rabelais: “la ciencia sin conciencia
no es más que ruina del alma”. No es proclama ésta por una conciencia moral,
social o política, sino por la simple auto-consciencia, de saberse atravesada en
su quehacer por muchas dimensiones tan determinantes como el poder, el
interés y la filosofía. La ciencia, además, tendrá que ser consciente de su
dimensión histórica, de sus constantes transformaciones, y de que carece por
tanto de un concepto absoluto y eterno (aunque en el ámbito de la Institución
Científica reine la creencia contraria).
a) A-método:
29
El “método” en sentido cartesiano es un instrumento “conducir bien la
razón y buscar la verdad en las ciencias”. Si se busca un método para la
complejidad, el primer paso será establecer una duda que, al contrario de la
duda cartesiana segura de sí misma, dude de sí misma, de la posibilidad de
ejercer una tábula rasa sobre todo el conocimiento heredado. En todo caso, será
un método que detecte y no oculte las uniones, articulaciones, solidaridades,
implicaciones, imbricaciones, interdependencias y complejidades; que en el caso
de partir desde una nueva ignorancia e incertidumbre, sea consciente en todo
momento de estas decisiones.
b) El muro múltiple
Para Morin, sin embargo, estas pretensiones pueden ser seriamente objetadas y
cuestionadas:
1. ¿Acaso no se requeriría un saber enciclopédico bestial, imposible de
agotar en una sola vida?
2. Si queremos constituir una relación allí donde había disyunción, ¿con qué
principio podremos unir lo separado? (muro epistemológico)
3. ¿Acaso la interpenetración saberes-realidad no nos conduce a un círculo
vicioso y absurdo, imposible de resolver y por lo tanto irrelevante para el
conocimiento? (muro lógico)
30
Para Morin la idea del hombre requiere una idea de la naturaleza, que a la vez
postula una idea renovada del hombre. Es esta una relación de dependencia
mutua e incertidumbre que deja irrelevante el cuestionarse sobre la primera
naturaleza de la realidad. Muchos científicos ven en esta circularidad la
imposibilidad de cualquier conocimiento objetivo, además de que afirman que
dicha unión entre realidades antinómicas produce un círculo vicioso. Para
ellos, la única unión concebible entre estos campos distintos es la reducción de
la biología a la física, y de la esfera antropo-social a la biológica. Sin embargo,
para Morin romper esta circularidad, eliminando las antinomias, es volver a caer
bajo el principio de disyunción y simplificación. Propone, en su lugar, conservar
esta circularidad, rechazando reducir cualquier dato complejo a un principio
mutilante y con ello rechazando la “hipóstasis” de un concepto-maestro (Materia,
Espíritu, Energía, Información, Lucha de Clases, etc), así como la impuesta
linealidad del discurso, con punto de partida y término.
31
Ahora bien, la dificultad enciclopédica del pensamiento complejo habrá
de aceptarse sólo si no se concibe la palabra “enciclopedia” con el sentido
acumulativo y “alfabetonto” que le fue atribuido en la Ilustración. Morin recupera
el sentido griego, agkuklios paideia, de aprendizaje que pone el saber en ciclo,
que aprende a articular diferentes puntos de vista en un ciclo activo. El
enciclopedismo de la complejidad no pretende englobar todo el saber (nos
resuenan de nuevo las palabras de Adorno: “la totalidad es la no-verdad”, todo
sistema que pretende encerrar el mundo en su lógica es una racionalización
demencial); el esfuerzo en-ciclo-pédico nos llevará no a la totalidad de
conocimientos, sino a aquellos conocimientos cruciales, puntos estratégicos,
nudos de comunicación, articulaciones organizacionales entre esferas disjuntas.8
32
límites, tratando de realizar lo mejor posible en lugar de una unificación rígida
una conexión laxa pero indispensable.
33
ella por un tronco común, definida por metamorfosis y transmutación.
Insólitamente, Morin propone el método contra la concepción llamada
“metodológica”, que consiste en una reducción de los procedimientos creativos
de la ciencia a meras recetas; un método desde el paradigma de la complejidad
(y por lo tanto un método no-cartesiano que opte por el orden, la claridad, la
distinción, la disyunción y la simplificación lógica, excluyendo el desorden, lo
oscuro, las comunicaciones y los trasvases, al sujeto, la antinomia y la
complejidad). Para Morin “el único conocimiento que vale es aquel que se nutre
de incertidumbre y el único pensamiento que vive es aquel que se mantiene a la
temperatura de su propia destrucción”.9
d) Reorganización conceptual:
Una pauta orientativa que nos ha servido para acercarnos a este paradigma ha
sido el trabajo conceptual realizado tano por parte como por la filosofía y que
nos han arrojado nociones como, desorden, evento, ser, existencia, trabajo,
entropía, neguentropía, información, etc. Conceptos que no se han constituido
como entidades cerradas, que no cercan dominios, sino que dibujan “líneas de
fuerza”, que en lugar de aislar las esencias ponen en relieve las relaciones y las
interacciones entre sí. En lugar de conceptos atomizantes, habrá que optar por
macro-conceptos que unan distintas e incluso antagónicas nociones entre sí.
Morin nos habla de “constelaciones conceptuales”10 (organización que implica
producción/transformación/praxis/ser-máquina/apertura-cerradura, etc),
procesos conceptuales en la base de la physis; conceptos con doble
identidad, siempre abiertos sobre un Umwelt (entorno) a un más allá, a un meta
del que son inseparables. Es esta la “dimensión ecológica” del concepto, todo es
susceptible de ser visto como un meta-sistema y desde una meta-perspectiva.
9 Ibíd. 38
10 Ibíd. 426
34
A estos conceptos de doble identidad (identidad ecológica e identidad
interna) se le suman conceptos de doble y triple entrada (física, biológica y
antropo-social como lo son los conceptos de sistema, máquina e información) y
conceptos de doble foco (foco-objeto y foco-sujeto); todos ellos permiten
apreciar el horizonte de complejidad, de la irrupción de antagonismos en el
corazón de los fenómenos organizados, y de las contradicciones en el corazón
de la teoría. Pensar dos ideas conjuntamente y sin incoherencias que, sin
embargo, son contrarias nos ayudará a encontrar ese meta-punto de vista que
por un lado relativiza la contradicción y que por otro inscribe en un bucle esa
asociación, haciéndola productiva.
35
interacciones que producen organización, a través del bucle de las relaciones
entre sujeto y objeto”. 11 Atendemos pues a un cambio decisivo de base: no hay
una entidad de partida para el conocimiento, sino un juego circular que genera
las entidades que aparecen como uno de los tantos momentos de una
producción continua. “Las relaciones fundamentales de exclusión y/o de
asociación entre conceptos primarios, es decir, las alternativas y asociaciones
preliminares constituyen precisamente los paradigmas que controlan y orientan
todo el saber, todo pensamiento y por tanto toda acción (el saber es
transformador y transformable)”. 12
11 Ibídem., p. 429
12 Ibíd., p. 430
36
Morin. La complejidad es un movimiento en el infinito misterio de donde surge lo
real, donde sólo lo insuficiente es productivo. La complejidad retrata ese
progreso del conocimiento que aporta el misterio de lo desconocido y que nos
libera de toda racionalización delirante.
37
simultáneamente su auto-conocimiento. Y quizá entonces se habiliten nuevos
modos de actuar: el saber transforma y nos transforma en su dimensión
praxiológica y antroposocial . Morin nos dice claramente que “no es fuera de la
praxis donde se constituirá un nuevo saber, sino en una meta-praxis que seguirá
siendo una praxis.”13
13 Ibíd., p. 435
38
3. TRANSDISCIPLINARIEDAD
39
de la organización pluridisciplinaria, donde se limitan a ofrecer una mera
yuxtaposición de disciplinas, una suma elemental de monólogos que nunca
llegan a articularse entre sí. En el panorama pluridisciplinar cada científico
marcha por su lado sin participar en el conocimiento de los demás.
40
Últimamente, sin embargo, ha habido una proliferación y valoración de la
perspectiva transdisciplinaria, por parte de empresarios más inteligentes y
abiertos (por ejemplo el Presidente de la Patronal Francesa, François Périgot o
ciertos empresarios japoneses), que reclaman un nuevo tipo de formación
universitaria que supere las especializaciones, incapaces de proporcionar una
visión global de los hechos y acontecimientos y que ha llevado a la urgencia de
métodos transdisciplinarios. Sin embargo, al margen del empleo y la utilidad
empresarial, la perspectiva transdisciplinar busca facilitar el desarrollo intelectual
del ser humano mediante la multidimensionalidad de su ser, proporcionándole
nuevas herramientas intelectuales para aprender a gobernar un mundo más
interdependiente, donde se multiplican las incertidumbres, las imprevisibilidades
y las vulnerabilidades.
3.1 Actitudes
41
Los métodos transdisciplinarios conciben el quehacer científico como
conocimiento aproximado (similar a las concepciones de Bachelard, Popper,
Kuhn, etc.) y no como ejercicio de dominación de la Verdad. El principio de
humildad y de diálogo se sostiene sólo si somos conscientes de nuestra
condición de microsabios (especializados) y macroignorantes (con limitaciones
en otros campos ajenos a los nuestros). A la hora de iniciar un equipo
transdisciplinar, ha de ejercerse un diálogo entre los integrantes sincero,
receptivo a la crítica y a la autocrítica, y sobre todo, que apueste por el
abandono de conocimientos cerrados para elaborar conocimientos flexibles y
abiertos. Mientras más esfuerzos previos individuales se hayan hecho, de haber
adquirido saberes suficientes en la propia disciplina y en algunas otras, mejor;
pues a la hora de formar un equipo habrá de tenerse constantemente en cuenta
que el objetivo no es repetir lo que ya se ha dicho hasta hoy y enfocarse en sus
aplicaciones, sino proyectarse hacia la innovación en la materia que sea.
42
superficiales pero que resultan cruciales para el buen desarrollo de la
investigación. En primer lugar cabe destacar las dificultades de comunicación
entre los científicos de diversas especialidades, que se traduce en diferencias
conceptuales e incluso en la proliferación de conceptos análogos. Que no resulte
extraño que allí donde algunos ven carencias o banalidades científicas otros
aprecien informaciones elementales en la rama que ellos practican. Por otra
parte, se producen habituales desfases cuando se trata de difundir los
conocimientos de una especialidad a otra. Las ciencias y técnicas se renuevan
muy rápido (en periodos de meses, un año a lo mucho), mientras que la
comunicación de estos nuevos saberes a otras ciencias que no comparten el
mismo trasfondo técnico se retrasa desde dos a cinco años o más. Debemos
sumar también las ignorancias perpetuas, sobretodo en los casos de quien
trabaja en las ciencias duras y quiere abordar un problema con investigadores
de las humanidades y viceversa. No debemos olvidar otros problemas de tipo
físico o profesional, que pueden traducirse en inseguridades, tensiones y
ansiedades así como los problemas de tipo psicológico que puedan surgir
cuando grandes y reconocidos investigadores y catedráticos se ven “reducidos”
a la condición de estudiantes.
43
nuevas formas de ejercer la práctica del conocimiento, enriqueciendo
simultáneamente la perspectiva propia y del resto de los integrantes del equipo.
44
Como ya hemos sugerido anteriormente, uno de los mayores obstáculos para la
práctica transdisciplinar es la falta generalizada de imaginación, alimentada por
la convicción del cientificismo de que ha de estar bien separado y diferenciado
de disciplinas como las artes (que se concentran en las sensaciones-
percepciones-elaboraciones) y que ha de tratar de manera ultra-determinista sus
objetos (cosas, técnicas) en poco o nulo contacto con los sujetos.
45
propone “leyes”, regularidades; el artista mezcla estas leyes y las transgrede,
busca universos singulares y sin normas o crea los suyos con sus propias
manos. El científico quiere explicarlo todo, el artista está consciente del misterio,
de lo desconocido.
46
elementos cuantitativa o cualitativamente simétrica en su plenitud”15, nos dice
Vilar; cada sujeto es una pieza única aunque después se encaucen en
conductas gregarias… La transdisciplinariedad se hace cada vez más necesaria
en nuestro marco histórico concreto, en el que se ha iniciado un periodo histórico
donde los componentes nacionales tienen cada vez menos importancia, en el
que cada vez son más los efectos locales de la mundialización. ¿Qué riesgos y
peligros constituyen el conjunto de fenómenos que amenazan a la humanidad?
A pesar de todo, las complejidades de los procesos económicos, sociales,
culturales y políticos siguen tratándose con conocimientos simples, que
provocan más problemas que los que resuelven: he aquí la falta de imaginación;
hemos introducido numerosas innovaciones técnicas, pero seguimos
gobernados por la vieja racionalidad (cartesiana-newtoniana) anacrónica y
cada vez más ineficiente. Como decía Morin, es necesario revolucionar el
pensamiento, poner en práctica, pensar y relacionarnos con el mundo mediante
una nueva racionalidad.
Métodos interdisciplinarios:
1) las que van del todo a las partes (top-down)
2) De una parte hacia el todo (bottom-up)
3) Las que combinan 1) y 2)
4) Las que se caracterizan por una especificidad dominante en las que
varias disciplinas se coordinan y gracias a la que varios científicos
especializados interactúan para generar meta-conocimientos aplicables a
los problemas específicos de cada una de sus disciplinas
Surge una oscilación hacia la transdisciplinariedad sobre todo cuando:
47
5) observamos los problemas en dinámicas de acentuada emergencia,
transformación y co-evolución
6) en la convivencia, los científicos consideran necesario que intervengan
algunos administradores o gestores “ejecutivos”
7) cuando consideran necesario tener en cuenta los puntos de vista y
coordinarse según los criterios de políticos, instituciones, gobernantes o
instituciones de impacto social
8) abordan un problema complejo con repercusiones éticas y estéticas
16 Ibídem., p. 223
17 Ibíd.
48
El lenguaje científico se nutre del lenguaje natural, así como se
enriquece de aportaciones poéticas y narrativas. El lenguaje científico puede
ser más preciso, pero es también más rígido; contrario al movimiento de lo real.
Los lenguajes tienden a objetivarse en estructuras lógicas, pero esta objetivación
puede resultar en una especie de prisión límite para nuevos conocimientos y
sensibilidades, así como que tienden a enquistarse y perpetuarse gracias a las
universidades, editoriales, los “críticos”, la gestión de empresas, etc. Contra el
enquistamiento, este nuevo paradigma nutrido por las ciencias propone múltiples
imágenes y metáforas, nuevos conceptos, nuevos sistemas simbólicos, tropos,
figuras, símbolos, e instrumentos conceptuales a incluir en nuestra ya de por sí
compleja “caja de herramientas”. Las metáforas y los símbolos no sólo nos
liberan de lo conocido, sino que también nos orientan. La proliferación de signos
contribuye a la construcción de nuevas teorías, a nuevos avances científicos,
nuevas formas de sensibilidad y prácticas.
CONCLUSIONES
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La propuesta de este paradigma puede resumirse en un cambio de mentalidad
acompañada por un cambio y valoración de la sensibilidad, las realidades
socioeconómicas, políticas, culturales, etc.; por una reorganización de los
saberes coherente con nuestras necesidades, intereses y deseos inmediatos.
Quizá la mejor manera de llamarlo es una “revolución simbólica”, preconizada
por la epistemología piagetiana-edelmaniana-prigogiana, etc., pero que se
proyecta hasta los límites de la ciencia y la filosofía de la ciencia, hacia la
construcción de un nuevo paradigma total.
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correspondencia adecuada o conveniente entre la situación percibida y el
proyecto concebido. Si queremos que nuestro pensamiento se vuelva más
potente, no se descuidará la conjunción entre una observación detallada de lo
real y una imaginación que interprete dicha observación en pos de una finalidad.
Si las estrategias modifican en función de las informaciones recibidas y la
experiencia, reconociendo lo nuevo sin reducirlo a los esquemas de lo conocido,
estamos ante una racionalidad múltiple, que puede ser enriquecida por cada
sujeto y su capacidad anticipadora. Necesitamos una racionalidad capaz de
interrelacionar lo inevitable y lo deseable, de proponer diversas combinaciones
entre las acciones y los procedimientos innovadores; de plantearse finalidades
múltiples en una continua evolución permanente y transformación continua.
Vilar lo dice de una forma muy evocadora: “La verdadera evolución del
hombre no es la evolución según las leyes o lo imprevisible de la naturaleza: es
la evolución en función de la voluntad humana: de ahí la necesidad de saber lo
que se quiere”. 18 Por eso creemos que desde la filosofía surge una nueva
invitación para ejercer el pensamiento activo, sacándola del silencio al que las
ciencias, la literatura y ella misma la habían condenado. La complejidad se
presenta como un fructífero campo en el que hace falta construir nuevas
subjetivaciones, nuevos sentidos, significaciones. y libertades múltiples; para
pensar la complejidad, para hacerle frente sin que nos desborde por completo,
sobre todo si queremos utilizarla en nuestro beneficio, habrá de fomentarse un
producción inmaterial urgente.
18 Ibídem., p. 223
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BIBLIOGRAFÍA
Básica
Complementaria
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