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SOCIOLOGÍA DE LA EMPRESA, EL TRABAJO
Y LAS ORGANIZACIONES
Un enfoque crítico

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Carlos Jesús Fernández Rodríguez (Madrid , 1974). Profesor contratado doctor del Departa-
mento de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), del que forma parte
de su plantilla docente desde 2007. Doctor en Sociología por la propia UAM, es además
licenciado en Económicas (UAM) y Sociología (UNED), además de MBA por la Escuela
de Organización Industrial. Está especializado en Sociología del Trabajo y de las Orga-
nizaciones, con especial interés en los denominados Critica/ Management Studies. Ha rea-
lizado estancias de investigación en varias universidades británicas y finlandesas ,
presentando ponencias y comunicaciones en numerosos congresos nacionales e interna-
cionales. Ha publicado unos treinta artículos y capítulos de libro sobre estos temas y es
autor de varios libros , entre los que destacan El discurso del management: tiempo y na-
rración (Madrid , CIS, 2007) y la edición de Vigilar y Organizar: una introducción a los
Critica/ Management Studies (Madrid , Siglo XXI , 2007).
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Rafael lbáñez Rojo (Madrid, 1973). Profesor contratado doctor del Departamento de Socio-
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logía de la UAM, del que forma parte de su plantilla docente desde 2001 . Doctor en Cien-
en

cias Políticas y Sociología por la UNED, Becario del Ministerio de Educación y Ciencia en
el Departamento de Sociolog ía de la UAM, durante el periodo 1997-2000. Ha trabajado
H

como investigador para la Federación de Industria de CC.00. desde el año 2005 hasta
la actualidad. Como profesor del Departamento de Sociología de la UAM ha sido res-
ponsable de la docencia en numerosas asignaturas , estando especializado en Sociología
de la Economía y del Trabajo. Es autor de numerosos informes y artículos científicos.

Pedro Romero Balsas (Murcia , 1983). Licenciado en Sociolog ía y Máster en Antropología


Social. Actualmente es becario en el programa de Formación de Personal Investigador
(MICINN) por el proyecto "El uso social de los permisos parentales" (Plan l+d+i) en la Fa-
cultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Mad rid
(Departamento de Sociolog ía) .
SOCIOLOGÍA DE LA EMPRESA, EL TRABAJO
Y LAS ORGANIZACIONES
Un enfoque crítico

CARLOS JESÚS FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ


RAFAEL IBÁÑEZ ROJO
C

PEDRO ROMERO BALSAS


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Sociología de la empresa , el trabajo y las organizaciones: un enfoque crítico

© A lfaomega Colomb iana S.A., 20 16


© delos textos: Los au tores
© de la edición original: Editoria l Grupo 5, Madrid, España
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Edi tor: M iguel Fernández González
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Diseño de interio r: LDM Ediciones
Impreso en Colom bi a, feb rero 2016
ISBN: 978 -958 -778-083-3
;

Indice
Introducción.. .... ... .. .... ... ... ...... .... ...... ....... ... ... .......... .. ... ....... .. ..... ...... .... .... ...... .... ... ... .... 13
1. Sociología y sociología de la empresa ... ............... ....... .... ... .... ...... .......... .... ... ...... . 15
Cómo caracterizar la perspectiva sociológica. ....... .. ......... ..... .. .. .. ...... ..... ......... ..... 15
Ver lo general en lo particular, 16
Separar " lo social" y " lo individual", 17
El sociólogo y su actividad profesional , 21
Los problemas y los límites de la investigación social.... ......... .... .. ......... .. ...... .. .. .. . 21
El fracaso de la sociología como física social , 21
Ciencias sociales e ideología , 23
La empresa como objeto de estudio de las ciencias sociales, 26
La sociología y el mundo de las organizaciones empresariales, 28
Métodos y técnicas de investigación social ..... ........... .. ... .. ...... ....... .. ........ .. ... .. ... .. . 30
C

El método cuantitativo, 31
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La técnica de la encuesta estadística, 34


en

El método cualitativo, 37
H

La técnica de la entrevista abierta , 38


la técnica del grupo de discusión, 40

2. Empresa y racionalidad en la sociología clásica ........ ....... ... ................. ... .. ..... ... .. 45
Introducción: la importancia de los conceptos en sociología. .... .... ....... .... ...... ..... . 45
Saint-Simon: sociología del industrialismo... .... ....... .. ... .... ...... ..... ...... .... .. .............. 46
Superar la revolución burguesa: hacia un gobierno tecnocrático, 46
Hacia un nuevo cristianismo, 48
Auguste Comte: sociología del orden ... .... ........ .. ... .. .. .. ..... .. .. .. ..... ........ ... ... .. ... .... ... 50
Los principios del conocimiento científico, 50
Estática y dinámica social , 51
Filosofía positiva y orden social , 53
La sociología fuera de Francia : Spencer, Tónnies...... .................. .. .. .... ..... ......... .... 54
Spencer: el darwinismo social , 54
Ferdinand Tonn ies: comunidad y asociación , 56
Karl Marx y Friedrich Engels: el materialismo histórico ... .. ..... ......... ... ...... .. .. ..... ... 58
El materialismo histórico: Karl Marx y Friedrich Engels, 58
Sociología de la empresa, el traba¡o y las organizaciones: un enfoque crítico

Karl Marx y Friedrich Engels (11) : el capitalismo, 61


Émile Durkheim . División del trabajo y corporaciones profesionales . ................. 64
Solidaridad mecánica frente a solidaridad orgánica , 65
La remoralización de la econom ía, 67
Max Weber: racionalidad formal y burocratización del mundo . .. .. .................... 69
La ética protestante y el espíritu del capitalismo, 70
Los tipos ideales de la acción social, 72
El poder y las formas de dominación, 7 4
Racionalidad formal y aparición de la burocracia , 76
Conclusión ........ ............ .......... ... .. ... ... ... ........ ....... ..... ... ···· ·· ··· ······ 81

3. Industria y organización de la producción. F. W. Taylor, H. Ford


y el nacimiento de la sociedad de consumo ........... ............. .......... ............... 83
Introducción........... .... . ... .... ... .. ...... .. ..... .... .... .... ....... .. 83
Las condiciones para el desarrollo de la Revolución Industrial... .. .... ....... ...... .... .. 84
La revolución comercial , 84
La revolución demográfica, 85
C

La modernización agraria, 87
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Las bases de la empresa industrial moderna. Los primeros pasos


en

en la división del trabajo, 89


El nacimiento de la empresa capitalista y el nacimiento de la sociedad
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de mercado en la I Revolución Industrial (fines del S. XVlll-1873) .......... 90


La emergencia de la producción en masa, 91
El capitalismo liberal y competitivo del siglo XIX, 92
La extensión de la relación salarial y la formación
del mercado de trabajo moderno, 94
La gestión moderna del taller industrial : F. W . Taylor y la organización
científica del trabajo ........ ...... ............ ................ .... ....... .......... ................ . ... .......... 95
Los principios técnicos del taylori smo, 98
Principios psicológicos del taylorismo, l 01
Las consecuencias sociales del taylorismo, l 03
La extensión de los principios de la organización formal .... ..... .. .... ... ..... ... .... ... . l 05
El fayolismo , l 05
Las dimensiones estructurales de la organización , l 08
Críticas a las perspectivas formalistas de la organización , l 09
El fordismo y la norma de consumo de masas. ... ... ... ... ......... .. ... .. ... .. .. . l l O
La visión de Ford , l l l
Primeras contribuciones de Ford , 113
Las consecuencias de la implantación del fordismo ... .... .... ...... ..... ... ... ...... ..... .... 118
Índice

Cambios en el nivel de la producción, 118


La necesidad de la reforma social y el reequilibrio
entre producción y consumo, 120

4. la Escuela de las Relaciones Humanas ........ ..................................... .................. 125


Introducción : el descubrimiento de la organización informa l .... .... .. ......... ........ .. 125
El experimento de Hawthorne.. .. ........ .. .......... .. ..... ... ..... .. .... ... .. ........ ....... ..... ... .... . 126
Conclusiones de los experimentos de Hawthorne .. .. ..... ... .. . ........ .... ...... .... .. . .. .. ... 128
Los incentivos emocionales, 128
Grupo formal versus grupo informal , 130
El trabajo es una actividad social , 131
El " ambiente moral" en el trabajo, 131
El legado de Chester Barnard ....... ....... .. ...... ..... ............................. .......... . ..... ...... 132
Críticas y consecuencias generales del nacimiento de la Escuela
de las Relaciones Humanas ........ ... .. ........ ...... .... .. .... .... ...... ...... .... ... ..... .. .. ... ... ... ... 134
Críticas, 134
Consecuencias generales, 135
Herederos de la Escuela de Relaciones Humanas (1) : los estudios
C

sobre la motivación en el trabajo ............. .... .... .. ............ ... .... ... .............. .... ........ . 136
ry

La teoría de las necesidades de Abraham Maslow, 136


en

La teoría de la ERC , 138


Herederos de la Escuela de Relac iones Humanas (11) : la Escuela
H

de las Neorrelaciones Humanas ..................................... ............. .. .... .... .......... .. .. 138


Los dos factores de la motivación según Frederick Herzberg, 139
La teoría Y de McGregor, 141
Empresa y comunitarismo: Amitai Etzioni ..... ....... ...... ..... ... .. .. ... ... .. ....... ... ... ... ..... 143
Conclusión ......... ........... .. ............... .. . .. .... .. .... .. .... .. ..... ... .. ............. ... .. ..... .... . .. .... .... 146

5. la era de la gestión racional .. .. ... ... . .. .. ..... .. .............. .. ... . .. .... ....... ..... .. ... ... ..... ...... 147
Introducción. ..... .. ....... .......... ..... .. .. ........... ....... .. ..... .. .. .... .. ....... .. .... ..... ....... ...... .... .. 147
Una sociedad a la búsqueda de lo racional .... .............. ..... ... .......... .... .... ... .... .... 148
El nacimiento de la empresa moderna , 148
El capitalismo de los gerentes, 150
Cooperación y nuevas formas de gestión, 153
El funcionalismo como el espíritu de la época, 156
Las grietas del sistema ... ..... ....... .... ... ............................... .......... ...... .. ...... ... ...... .. .. 157
Los problemas de la burocracia , 157
Las disfunciones de la burocracia, 158
El problema del poder (1) : las élites, 160
Sociología de la empresa, el traba¡o y /as organizaciones: un enfoque crítico

El problema del poder (11) : la tecnocracia, 16 1


La crisis de los años setenta ......... ................. . ...... .... ......... .. .... ......... ... ... ............. 164
El problema de la legitimación , 164
La crisis en marcha, 165
Crisis del modelo keynesiano: recuperación de los principios
y consejos de la teoría económica neoclásica, 168
Cambios en la regulación del trabajo, 170
Conclusión: crisis del modelo fordista y exploración de alternativa s.. ..... ... ..... ... 173

6. De la reorganización postfordista hasta nuestros días ...... ... .. .. .... .......... ...... ... .. 175
Introducción .. ... ..... .... ... .......... ...... .. .. .... ... ..... .. .... ... .. .. .. .... ... ..... .... ...... ... ... ........ .... .. 175
La alternativa inesperada : el sistema de producción Toyota ...... .. ..... .... ....... ....... 176
El contexto de aparición del "ohnismo", 17 6
El sistema ¡ust-in-time, 177
El postfordismo como sa lida de la crisis .. ........ .... ...... .... ... ..... .. ..... ... .. .... .... ... .... ... 179
Reaju stando el capitali smo, 180
La globalización económ ica y financiera , 182
C
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La flexibilidad entra en escena , 184


La reducción del tamaño de las empresas
en

y la descentralización productiva , 185


H

Los cambios hacia una recualificación de la mano de obra


y una intensificación del trabajo, 188
La desregulación de los mercados de trabajo, 189
La cri sis sindical y la individualización de las relaciones laborales, 191
La reforma del Estado, 192
El auge del con sumismo, 195
Nuevas formas organizativas: empresas en red en un mundo inestable .... .. .... ... .. 197
Conclusión: el camino hacia una nueva forma de organización en red .. .. ..... .... .. 20 l

7. El nuevo gerencialismo. .... ..................... .. .. .......... .... ... .. ... ... ... .. .. ... .... .... .. .... .... .... .. 205
Introducción : la explosión del gerencialismo .......... ...... .... ....... .... ... .. ....... .. ... .. .. ... 205
La ubicuidad de las nuevas ideolog ías gerenciales.. ... ...... ... .. ............. .. ... ........... 207
El nuevo gerencialismo: nuevos conceptos en el vocabulario de gestión ..... 2 1O
Crisis, incertidumbre y cambio, 213
La flexibilidad y la libertad , 214
El cliente-rey, 214
De la burocracia a la red, 215
Compromi so y nueva cultura empresarial , 215
Índice

Emprendedores frente a pasivos, 216


Liderazgo y carisma, 217
Innovación y creatividad, 217
La gestión como arte, 218
Competencias y sociedad del conocimiento, 218
Ética empresarial y responsabilidad social corporativa, 219
El gerencialismo en el sector público: mercantilización y privatización , 220
La difusión de las ideas gerenciales ............ .. .... ........ ...... ..... .... .. ... .. ... .............. ... 220
Escuelas de negocios y consultorías, 222
Gurús y literatura empresarial, 224
Prensa económica y otros, 227
El malestar con el gerencialismo ..... ................... ... .:.......... ..... ... ....... ..... .. .... ......... 228
El proyecto de la americanización , 229
Estado del Bienestar y relaciones laborales, 229
Burocracia y servicio público, 230
La gestión empresarial como mito o mitología, 230
Crisis financiera y ética empresarial , 232
C

Alternativas al gerencialismo: los Critica/ Management Studies. .... ........ ............ 233
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Conclusión............. ............... .... ... ......... .. .. .. .... ......... ..... ...... .... .. ... .. .... ..... ............. . 236
en

8. Relaciones laborales...... ... ..... ..... ...... ........ .. .. ..... ........ .... ...... ....... ..... ... .......... ........ 239
H

Introducción: definición y actores en las relaciones industriales o laborales ..... ...... 239
Definición, 239
Los actores de las relaciones laborales, 241
La evolución histórica de las relaciones laborales.. ...... .... ......... ... ... ..... .. ......... .... 245
El proceso de reforma social, 245
Del sindicalismo de oficio al sindicalismo de clase, 247
La institucionalización de las relaciones laborales en el marco
del Estado del Bienestar ( 1945-1973) ... ... ... ....... ..... ........... .. ... ... .. .. .......... ..... ...... 256
La institucionalización de la negociación colectiva
y del derecho del trabajo, 256
El fin del sindicalismo revolucionario, 258
La intervención del Estado como mediador
y regulador del conflicto laboral, 259
Modelos sindicales..... ..... ... .. .. .... ......... ...... ......... .... ....... ... ... ...... ....... .. ................. . 260
Los criterios de representatividad, 262
La cobertura de la negociación colectiva, 264
Cuatro modelos sindicales, 264
Los sindicatos en España ......... ......................... .......... .... ...... ............... ... ..... .... .... . 268
Representación sindical, negociación colectiva
y conflictividad laboral en España .. .. ........ .......... ....... . 272
La representación de los trabajadores en la empresa, 272
Las características de la negociación colectiva
y el concepto de convenio colectivo, 275
La evolución y el papel actual de la conflictividad laboral, 281

9. Política social y empresa.. ...................................... ............. ..... .. .. .. ............ .......... 289


Introducción: el entorno social y cultural de las empresas....... ...... .... ......... ....... . 289
Política social, Estado del Bienestar y Regímenes del Bienestar.... ... .... ... ............ 289
Mercantilización y desmercantilización, 290
Los riesgos sociales, 293
Clasificación de Regímenes del Bienestar (Esping-Andersen), 295
Clasificación de modelos del bienestar de Fouquet, 296
Clasificación de modelos respecto a las políticas
familiares (Anne-Helene Gauthier), 297
C

Estado del Bienestar familiarista versus desfamiliarización, 300


ry

Género e igualdad en la empresa actual, 300


en

Debates sobre las políticas de conciliación entre trabajo


remunerado (productivo) y no remunerado (reproductivo) en Europa.... ..... .. ... 301
H

Clasificación de países respecto a los permisos, 302


Permisos y políticas relacionadas con el apoyo a la familia en España, 304
Algunas encuestas europeas sobre conciliación del trabajo
de la vida laboral y personal, 305
Crisis del Estado del Bienestar y disyuntiva "igualdad versus empleo"... ..... ...... 307
Los enfoques en el estudio del Estado del Bienestar
y sus transformaciones, 308
Procesos migratorios y gestión de la diversidad cultural...... ......... ....... ..... .. ... ..... 309
Inmigración y gestión de la diversidad cultural, 309
España inmigrante y sus características, 312
La Teoría de la segmentación del mercado de trabajo, 313
Conclusiones...... ... .......... ... .. ... .............. ... .... ... ........................ .... ... ........... . 315

Conclusión: por una sociología crítica de la empresa .................. .......................... 317


Introducción

El texto que aquí se presenta es, esencialmente, un manual que pretende reco-
ger, en una versión sencilla y orientada a un alumno de grado, los principales
contenidos que podrían impartirse en asignaturas como sociología de la empresa ,
del trabajo o de las organizaciones, presentes en diversos planes de estudios de
universidades españolas y latinoamericanas . Su propósito es el de proporcionar
a los alumnos un material docente sobre el que enfocar el estudio de la asignatura
complementando las lecciones del profesor. El enfoque, por tanto, será eminente-
mente divulgativo.
C

En esta obra desarrollaremos un análisis de las organizaciones (particularmente


ry

la empresa) desde una perspectiva sociológica, haciendo un énfasis importante en


en

las siguientes cuestiones: el desarrollo y evolución de la institución empresarial a lo


largo de los dos últimos siglos, en relación con el contexto histórico en el que emerge;
H

las trarisformaciones organizativas (tanto en térm inos de gerencia como de organi-


zación del trabajo) que ha sufrido la misma ; un repaso a los paradigmas teóricos
que, desde la sociología , han dado cuenta de tales cambios; y una contextualización
del fenómeno empresarial dentro del entorno actual , con énfasis tanto en las grandes
tendencias sociales y económicas mundiales (con menciones a la globalización, la
sociedad de la información o el cambio climático) como en los impactos concretos
de las mismas (mercado de trabajo, políticas sociales, etc .). El texto no es, por falta
de espacio, todo lo exhaustivo que pudiera ser ni puede hacer repaso de todas las
aportaciones teóricas: si los lectores encuentran lagunas, les rogamos que nos dis-
culpen y prometemos incorporarlas en ediciones futuras.
El valor añadido de este texto respecto a otros manuales consagrados es el de
apostar por una presentación de los conten idos desde una doble óptica : por una
parte, un interés por los elementos históricos que, a nuestro juicio, sirven para expli-
car mejor los orígenes y causas de lo social ; por otro, un enfoque eminentemente
crítico con el que se pretende que el alumno pueda reflexionar con mayor profundi-
dad tanto a lo que significa socialmente la empresa como sobre el entorno en que
van a desempeñar su vocación laboral futura . Confiamos que los contenidos de estas
páginas puedan servir a cumplir dichos objetivos.

13
Sociología de la empresa, el traba¡o y las organizaciones: un enfoque crítico

Deseamos expresar nuestro agradecimiento a Editorial Grupo 5 por acometer la


tarea de publicar este trabajo en estos tiempos de incertidumbre económica , a nues-
tras familias y a nuestros compañeros del departamento de Sociología de la Univer-
sidad Autónoma de Madrid (y especialmente a Alfonso Ortí, sobre cuyos apuntes se
han construido, con frecuencia de forma casi literal , algunos de los capítulos de este
libro) .

Los autores
En Madrid, a 18 de junio de 2012

C
ry
en
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14
1
Sociología y sociología
de la empresa

Cómo caracterizar la perspectiva sociológica

Cuando estudiamos lo que ocurre en nuestras sociedades lo hacemos desde


una determinada perspectiva. ¿Cómo podemos caracterizar la perspectiva socio-
lógica? Nos encontramos ante una difícil disyuntiva. Por una parte, hemos asistido
al fracaso del proyecto de construir una ciencia social totalizadora {el caso de
August Comte, que acabó convirtiéndose en una especie de sacerdote de una nue-
C

va religión llamada sociología) y por otro, observamos que el propio proceso de


ry

industrialización capitalista y de aplicación de la Segunda Revolución Tecnológica


en

conduce a que las ciencias sociales asuman un carácter más práctico, más eficaz,
pero sean también incapaces de construir una visión global. Nuestro deseo desde
H

la sociología es el de ser capaces de comprender mejor los distintos fenómenos


sociales y por ende cómo somos, pero existen otras disciplinas que son capaces
de hacerlo también, desde distintos enfoques : el derecho, la antropología, la psi-
cología, la ciencia política, la economía, la lingüística , la historiografía, etc. El
problema es, así, el saber dónde se sitúa la sociología, y el debate al respecto ha
fluctuado desde las concepciones más "imperialistas" {de por ejemplo un Comte,
donde la sociología es la cúspide del conocimiento) hasta las más restrictivas (de
por ejemplo un Weber) .
Parece bastante claro que, por su objeto de estudio, es bastante difícil definir
a la sociología, o qué labor realiza exactamente un sociólogo: se hacen vagas
alusiones a un "estudio de la sociedad" , y bueno, nos podemos plantear qué sig-
nifica eso. Desde luego que a lo largo de la literatura sociológica el tema de la
definición de la disciplina ha dado mucho juego, pero nosotros vamos a plantear
aquí una definición , una que encaja entre otras muchas posibles, desde luego, y
que se va a caracterizar por ser una definición abierta : la vamos a entender como
una determinada mirada sobre la realidad social, en la que lo que define a la
disciplina {la sociología) no es tanto sus ob¡etos de estudio, como la manera de
abordar dichos ob¡etos de estudio.

15
Sociología de la empresa, el traba¡o y las organizaciones: un enfoque crítico

Ver lo general en lo particular

En primer lugar, es importante que tengamos en cuenta que la perspectiva socio-


lógica es una perspectiva esencialmente generalista, cuyo objetivo es casi siempre
contextualizar. Pero es todavía más importante comprender que sí es posible inves-
tigar cómo las cuestiones y las variables generales influyen en las particulares y en
las personales, porque la vida social tiene una estructura.
Esta perspectiva generalista ha provocado que la sociología haya sido acusada
de una notable imprecisión en sus explicaciones. En comparación, parece que el
resto de disciplinas (psicología, derecho) tienden a la especialización. Además, entre
los tertulianos de los medios de comunicación (personas que se dedican a dar su
opinión "experta" en torno a cualquier tema en programas de televisión) abundan
los sociólogos. ¿Por qué hay tanto sociólogo tertuliano? Se les supone capaces de
hablar de casi cualquier cosa o, al menos, de aportar la mirada más general. En el
caso español, algunos sociólogos han llegado a ser hasta ministros, secretarios de
Estado o directores generales por el mismo motivo: esa capacidad de ver las cosas
con perspectiva, aunque eso no significa que acierten en sus políticas (ni q~e una
C
salida profesional de la sociología sea la de ser ministro) . Esta mirada generalista
ry

no implica que los sociólogos sólo se centren en los grandes problemas de la socie-
dad: también pueden ocuparse de temas muy específicos, pero eso sí, desde esa
en

perspectiva general. Esto ha generado algunos problemas en la inserción profesional


H

de los sociólogos, pues en el mercado no siempre este tipo de enfoques es bienvenido


(salvo algunos sectores específicos que comentaremos después). Es por ello que mu-
chos sociólogos trabajan para el sector público y sus diferentes administraciones,
pues son casi el único cliente que necesita, al menos en el caso español, profundizar
en el conocimiento de determinados aspectos sociales, que servirán para orientar su
forma de intervención.
Un ejemplo de lo que estamos relatando aquí sería el siguiente: imaginemos
que la Comunidad de Madrid quiere tener un estudio sobre el fracaso escolar en
un distrito madrileño (por ejemplo San Bias, pero puede ser el barrio Salamanca).
Este estudio podría ser encargado para que lo realizase alguno de los siguientes
profesionales: un psicólogo, un pedagogo, un educador, y por supuesto a un so-
ciólogo. Si se le encargase a este último, su aproximación al problema partiría
de la base de que el fracaso escolar no es un problema meramente individual,
sino que está ligado al contexto social en el que se insertan los estudiantes. Y es
que aunque tendemos, como individuos, a pensar que somos libres y autónomos,
en gran medida nuestra forma de ver el mundo y de actuar se encuentra fuerte-
mente influida por el contexto en el que crecemos y vivimos . Ahí encontramos la
importancia que tiene el ver las cosas desde lo general y, como veremos a conti-
nuación, desde lo social.

16
Sociología y sociología de la empresa

Separar "lo social" y "lo individual"

En las sociedades occidentales contemporáneas estamos acostumbrados a pen-


sar y pensarnos en términos individuales. Entendemos la realidad que nos rodea
desde un punto de vista en el que somos individuos aislados que vamos tomando
decisiones libremente según lo que nos vamos encontrando en nuestras trayectorias
personales. Sin embargo, el esfuerzo de la sociología va a ser el de pensar la con-
dición humana desde lo social, lo que nos obliga a aprender a separar lo social y
lo individual. Para explicar esto mejor, recurriremos a un ejemplo clásico: el análisis
del suicidio, uno de los ejemplos más brillantes en relación al quehacer de la so-
ciología y que expuso a finales del siglo XIX uno de los padres de la disciplina , el
francés Emile Durkheim .
El análisis del suicidio planteado por Durkheim es ejemplar para explicar la dife-
rencia entre sociología y psicología. El objetivo del maestro francés era el de tratar
de demostrar que hacía falta una disciplina distinta para estudiar los fenómenos so-
ciales, que necesitaba de sus propias reglas y de sus propias formas de investigar.
De hecho, el propio tema de estudio era controvertido, porque trataba de mostrar
cómo la cantidad y el tipo de suicidios dependen de factores sociales. Y lo demos-
C

traba con las estadísticas de diferentes países, donde existían diferencias radicales
ry

que sólo pueden obedecer a factores sociales . Y, claro, significaba afirmar que el
en

hecho más íntimo, más personal que podamos imaginar, más individual en cierto
sentido puede ser explicado de manera colectiva , a través de factores sociales. La
H

teoría de Durkheim la analizaremos con detalle en un tema posterior, pero podemos


adelantar que la clave en el número de suicidios era el grado de integración social,
de cohesión social que existía en cada sociedad: esto es, la fuerza de unos valores
comunes, la capacidad de cada sociedad para dar un sentido a nuestras vidas . Pue-
de haber factores como el clima que puedan influir, pero en el suicidio los factores
sociales aparecen como fundamentales: ello se demuestra en el hecho de que existen
más suicidios en las sociedades en desintegración , que atraviesan cambios rápidos .
Algunos ejemplos serían los siguientes:

• Los aborígenes en Australia : la tasa de suicidios en Australia entre los indíge-


nas es sei s veces superior a la media de la población.
• Los esquimales (inuit) : los jóvenes inuit del Canadá presentan una de las tasas
de suicidio más elevadas del mundo, once veces superiores a la media nacional.
• Los indios en las reservas de Estados Unidos hace algunos años.

El suicidio depende por tanto de factores sociales, aunque no necesariamente vin-

17
Sociología de la empresa, el trabajo y las organizaciones: un enfoque crítico

culados a estas transiciones. Las empresas, por ejemplo, son lugares en los que el
factor social es muy importante (trabajamos con otros) y en la prensa se han desta-
pado casos en los que la presión había conducido a un número anormalmente ele-
vado de suicidios: France Telecom ha sido un escándalo reciente en Francia con más
de veinte suicidios en dos años. Lo que supone todo esto es que existe una esfera de
"lo social" que es distinta de "lo individual", y eso pese a que en la actualidad, la
esfera de "lo social" tiende a ser borrada, incluso la palabra, en casi todas las dis-
ciplinas. En resumen, la forma más fácil de entenderlo sería comparando dos pre-
guntas distintas: a) la individual: por qué se ha suicidado Pepito, y b) la social, o por
qué en Rusia las tasas de suicidio en la década de los noventa fueron diez superiores
a las de España. Esto es lo más importante de entender y lo más difícil: la explicación
que vamos a denominar "social" y la "individual" no son por supuesto excluyentes,
siempre hacen falta las dos, pero aquí queremos recalcar que la individual se la con-
sidera obvia y ello hace imprescindible enfatizar que también existe la otra. Y más
aún: ninguna puede ser explicada sólo a partir de la otra, ni en una dirección ni en
otra: ni todo lo psíquico (individual) se puede explicar por lo social, ni todo lo social
puede explicarse mediante la mera agregación de procesos individuales (tal y como
hace, por ejemplo, la microeconomía).
C

Todo esto supone decir que la mirada sociológica sobre cualquier fenómeno im-
ry

plica buscar las determinaciones socia/es que intervienen en la definición de ese pro-
en

ceso. Por ejemplo, supone que:


H

a) Si analizamos por ejemplo el mercado de trabajo, prestaremos atención a las


determinaciones sociales, al uso de la flexibilidad, etc.
b) Si analizamos la evolución de la productividad del trabajo, no tener en cuenta
sólo consideraciones técnicas o de rendimiento individual, sino cómo se orga-
niza y qué situaciones sociales tienen lugar en la oficina o la planta industrial.
c) Si analizamos los procesos de selección y de gestión de los recursos humanos,
prestar atención a los perfiles sociales analizados y qué franjas de edad, gé-
nero o etnia son las más beneficiadas o perjudicadas en los mismos.

Por ejemplo, si estudiamos un fenómeno como el absentismo laboral, podemos


analizarlo desde dos perspectivas. Podemos contratar a un psicólogo, y este se cen-
trará en analizar, de forma individualizada, las razones de cada una de las personas
detrás de sus ausencias en el puesto de trabajo, dando recetas para superarlo. Pero
si contratásemos al sociólogo, este adoptaría una perspectiva basada en una mirada
a lo social y estudiaría el absentismo analizando el clima de trabajo, las condiciones
laborales, el papel de la dirección, etc. Otro ejemplo sería algo que a los lectores de
este manual les tocaría muy de cerca, y es conocer por qué motivo uno ha seleccio-

18
Sociología y sociología de la empresa

nado una determinada carrera . Por ejemplo, imaginad que un sociólogo decide in-
vestigarlo, y os pregunta por qué habéis elegido vuestra carrera (Económicas, Em-
presariales, Derecho, Derecho y ADE, Sociología, Gestión Aeronáutica, Turismo, etc.)
o por qué habéis seleccionado una universidad específica . Evidentemente, cada uno
tendría su respuesta personal, su propia racionalización individual de los motivos
de su elección: por qué no se ha puesto a trabajar, por qué no ha hecho un módulo
de formación profesional en lugar de una carrera univers itaria, etc., y cada uno de
vosotros respondería de distinta manera :

• No me dio la nota para estudiar lo que yo quería .


• Me lo han dicho mis padres o quien sea en el instituto.
• Porque quiero ser banquero o consultor o lo que sea .
• Porque no sabía qué hacer pero un par de colegas se apuntaron.
• Por cualquier otro motivo.

Todo lo que digáis, evidentemente, será cierto. Pero si el sociólogo, en su análisis,


C

no os toma a vosotros como individuos, esto es, si adopta una perspectiva sociológica
ry

y trata de explicar por qué tantos miles de jóvenes se meten a cursar por ejemplo
una carrera de Económicas o Empresas, nunca lo podrá hacer a partir de vuestras
en

expl icaciones personales . Porque esas decisiones personales en gran medida res-
H

ponden a tendencias y procesos generales de la sociedad , en este caso española, y


que púeden ser distintos en otros países. Si, por aludir a un tema reciente y cercano
a la situación de la universidad española, yo como sociólogo trato de explicar por
qué ha caído tan brutalmente la demanda de la carrera de Económicas, que en los
últimos años ha tenido una nota de corte de 5 cuando a principios de los noventa
era casi de 7, podría argumentar que existen motivos sociales vinculados a este cam-
bio: nuevas un iversidades privadas, crisis de los servicios públicos del Estado y su
progresivo desprestigio, etc . Si lo que nos preguntamos ahora es por qué creció tanto
la demanda de estudios universitarios en la segunda mitad de la década de los
ochenta en España pues tendré que recurrir a la elevada tasa de paro, particular-
mente juvenil , al desprestigio de la Formación Profesional , a la desindustrialización ,
a la prolongación de la edad de emancipación económica, etc.
Este tipo de análisis puede servirnos para prácticamente cualquier situación social.
Si por ejemplo le preguntamos a alguien por qué vive en el centro de Madrid y se
trata de una pareja joven universitaria, me puede decir que porque le gusta Lavapiés,
la zona de La Latina o Arganzuela, que el piso era de un conocido, que los barrios
residenciales le aburren, etc . No obstante, si yo quiero explicar por qué tantas pa-
rejas jóvenes con un determinado nivel de vida han podido acceder a viviendas en

19
Sociología de la empresa, el traba¡o y las organizaciones: un enfoque crítico

el centro de Madrid, no me queda más remedio que explicarlo a partir de la política


municipal de remodelación del centro, a la especulación inmobiliaria, a cómo están
expulsando a la población de la tercera edad que pagaba rentas antiguas a base
de declarar los edificios en ruina para poder remodelarlos y venderlos mucho más
caros, a las bajas pensiones del gobierno, etc. Esto es, detrás de cada comporta-
miento individual se encuentra un contexto y una estructura social que en la mayor
parte de las situaciones se convierte en un factor determinante.
Esto dota al menos a la sociología, o más bien a la mirada o a la perspectiva so-
ciológicas, de una característica fundamental que podemos intentar nombrar al me-
nos de dos maneras:

a) Encontrar lo general en lo particular. se trata de ser capaces de ver cómo se ma-


nifiestan las pautas sociales generales de comportamiento en la experiencia per-
sonal de cada uno o dicho de otra forma : encontrar lo social en lo individual.
b) Poner en estructura: en este caso, se trata de ser capaces de situar, dentro de
un cuadro global, el lugar que ocupa nuestro objeto y comprender todo el
conjunto de relaciones que lo atraviesan . Probablemente ese el objetivo del
C

sociólogo al abordar cualquier problema social: ser capaz de captar las de-
ry

terminaciones que atraviesan y definen un determinado fenómeno o una si-


en

tuación concreta. En el análisis de estas estructuras el cambio histórico va a


jugar un papel muy importante: las estructuras son cambiantes, pues siempre
H

se hayan insertas en dinámicas de conflicto y cambio. Implica además tomar


conciencia de que esas estructuras cambian porque son objetos de conflictos
entre grupos sociales. Saber que existen dichas estructuras, el tomar conc iencia
de ellas, es lo que perm ite actuar para cambiarlas.

Este enfoque implica que, en muchas ocasiones , con la actividad de investiga-


ción sociológica no pueda llegarse más que a conclusiones muy generales y hasta
cierto punto obvias {esto es, que cualquiera con una cierta cultura general podría ,
quizás, haber deducido también). De hecho, muchos autores insisten precisamente
en que ser sociólogo no es más que desarrollar un determinado tipo de mirada:
por ejemplo, en un clásico texto de la sociología (La imaginación sociológica),
Charles Wright Milis afirma que la mirada sociológ ica se trata, sencillamente, de
la capacidad para entender las relaciones y las consecuencias que para la vida
individual de cada uno tiene el escenario histórico exterior en que se desenvuelve.
Ello implica que el sociólogo quizá se encuentre en una situación de deficiente
profesionalización si le comparamos con un abogado o un psicólogo, aunque esta
apuesta por la generalidad puede ser vista bien como una deficiencia o como un
valor : eso ya depende de cada uno .

20
Sociología y sociología de la empresa

El sociólogo y su actividad profesional

Como hemos señalado anteriormente, parece que las salidas profesionales de los
sociólogos se han concentrado, en el caso español, en el sector público. Existen al-
gunos organismos que cuentan en su organigrama con puestos cuyo perfil puede
ser cubierto por sociólogos: evidentemente el Centro de Investigaciones Sociológicas,
pero también otras instituciones como el CSIC, universidades, Consejos de Juventud,
etc. Asimismo, algunos sociólogos con especialización han terminado trabajando en
el tercer sector, para organizaciones no gubernamentales (ONG) de diversa índole.
Esto no significa que el perfil del sociólogo no sea también demandado en el sector
privado, aunque debemos reconocer que cuenta con algunos problemas de inserción
debido a la dificultad de definir los límites de su actividad.
No obstante, existen dos sectores en los que el sociólogo puede desarrollar una
carrera profesional evidente: los estudios de opinión pública y la investigación de
mercados (muy relacionada con el marketing) . Los estudios de opinión pública son
aquellos dedicados a la realización de informes destinados a conocer la opinión de
la población en torno a una serie de temas. Tratan de indaga r sobre los diferentes
estados de opinión en relación a temas de los más va riopintos : la situación política,
C
la intención de voto, la recepción de determinadas leyes, la situación social y eco-
ry

nómica, etc. Las compañías que se dedican a la exploración de estos temas suelen
trabajar para grandes medios de comunicación . Mientras tanto, los profesionales de
en

la investigación de mercados se integran en equipos de estudio que indagan sobre


H

nuevos mercados y tratan de estimar las posibilidades de crecer en determinados


países; entre determinados grupos sociales, en determinadas subculturas urbanas,
etc . En el mundo de la empresa las oportunidades no se quedan ahí, no obstante: en
depa rtamentos habituales como marketing o recursos humanos la formación socio-
lógica es asimismo valorada siempre que exista una especialización posterior, pues
son departamentos en los que una cierta sensibilidad hacia lo social puede ser una
herramienta útil. Por lo tanto, tener al menos una mínima base en sociología es im-
portante, de ah í que en muchos grados y postgrados (en ciencias económicas, or-
ganización y dirección de empresas, ciencias políticas, turismo, gestión aeronáutica,
marketing, investigación de mercados, etc.) existan asignaturas de sociología .

Los problemas y los límites de la investigación social

El fracaso de la sociología como física social

La Sociología nació impulsada por los esfuerzos ilustrados, muy optimistas, de


conocer e interpretar el mundo a través de la razón. Ello implicó que, como el resto

21
Sociología de la empresa, el traba¡o y las organizaciones: un enfoque crítico

de las ciencias sociales, naciera con la pretensión originaria de ser como las ciencias
naturales, teniendo los siguientes objetivos :

l . Encontrar principios universales aplicables a toda sociedad humana y en cual-


quier época de la historia .
2. Definir leyes objetivas: la pretensión en un principio era la de formular leyes
iguales que la de la gravedad de Newton . Por ejemplo, lo que hoy conocemos
como microeconomía tenía la intención de construirse de la misma manera
que las leyes de la mecánica .

Las ciencias sociales modernas nacieron , por tanto, con la pretensión de descubrir
un orden natural inmanente, completamente nuevo tras la crisis de la concepción teo-
lógica del mundo. Inmanente en el sentido de opuesto a la trascendencia de Dios: ya
no es la voluntad de Dios (o el rey, o el papa) la que crea, organiza y ordena a los
seres humanos, sino que ahora el orden social debe ser explicado a través de términos
naturales, inmanentes. Esto es, ahora se trata de definir las leyes de la naturaleza hu -
mana como se definían las leyes de la física . La manera en la que cada autor ilustrado
C
realiza esta operación puede ser distinta, pero la forma de operar es siempre la misma .
ry

Es obligado el recurso a la naturaleza humana como principio, como base perfecta-


mente sólida, tanto como lo pueda ser la ley de la gravedad, desde la que se construye
en

la totalidad de un orden social. Así trabajan todos los grandes pensadores, padres to-
H

dos ellos de las ciencias sociales modernas (aunque luego alguna disciplina o corriente
teórica concreta haya tratado de apoderarse de ellos).
El contexto de la ilustración es el de una plena confianza en la razón, y en la ca-
pacidad de esta no sólo para destruir los viejos mitos religiosos , sino para construir
una explicación universal y válida sobre las leyes que gobiernan la sociedad y el
comportamiento humano. Tras la crisis de la concepción teológica del mundo, el or-
den social debería poder ser expJicado en términos naturales. Pretende, así, encontrar
un orden natural en el comportamiento del ser humano, definiendo un conjunto de
leyes que gobiernan la conducta humana y que, por tanto, puedan igualmente ex-
plicar el funcionamiento de la sociedad. Esto sólo es comprensible desde la más ab-
soluta confianza en la razón , en la existencia de una razón universal que en realidad
definiría un destino único para la humanidad. El objetivo era la posibilidad de pre-
decir comportamientos: no se trata simplemente de controlar la naturaleza, sino la
realidad humana, pues quien encontrara sus leyes de funcionamiento gobernaría el
mundo (no por casualidad Maquiavelo fue uno de los padres fundadores de las cien-
cias sociales: indagaba en la naturaleza humana para dar mejores consejos al Prín-
cipe de forma que este gobernase con mayor astucia).
Sin embargo, en la actualidad podemos considerar aquella pretensión como una
utopía . Esto se puede comprobar cuando intentamos valorar el proyecto sociológico

22
Sociología y sociología de la empresa

de autores como August Comte, el fundador de la disciplina. Para Comte, la socio-


logía era una física social donde el papel del sociólogo era similar al de un ingeniero
que definía las estructuras de la sociedad del mismo modo que se definen y diseñan
las de un edificio. Pero este proyecto fracasó de forma inevitable, pues las ciencias
sociales (la sociología, pero también la economía, la psicología, etc .) no pueden ser
como las ciencias naturales, como veremos en la siguiente sección .

Ciencias sociales e ideología

Uno de los debates más intensos y controvertidos en la sociología contemporánea


ha sido el del estatus del conocimiento que se obtiene o debería obtenerse en las
ciencias sociales. Tras ese primer esfuerzo por constituir una ciencia similar a una fí-
sica social, en el cambio de siglo entre los siglos XIX y XX se generará una contro-
versia en torno a la distinción entre ciencias físicas y ciencias del espíritu (como las
denominaba Dilthey) o ciencias sociales y ciencias naturales. Esta diferencia, pensada
como polémica, estimulará una división entre diferentes perspectivas epistemológicas.
Así, autores como Karl Popper argumentan que las ciencias sociales, si quieren tener
vocación real de ciencia, deben adoptar la metodología de las ciencias físico-natu-
C

rales. Argumentaba por ejemplo que la ciencia social más avanzada era la econo-
ry

mía , gracias a su formalización en modelos matemáticos (aunque parece que los


en

economistas rara vez son capaces de anticipar nada) . Sin embargo, otras corrientes
teóricas como las de la Escuela Histórica Alemana (Dilthey, Windelband, Rickert) ha-
H

cen un9 diferencia explícita entre las leyes físicas y las sociales: el mundo de la física
presenta condiciones invariables en todo tiempo y lugar, por lo que sus leyes se cum-
plen siempre. Por el contrario, las leyes sociológicas difieren , pues las condiciones
sociales varían según la particular situación histórica . Los experimentos de la física ,
bajo las mismas condiciones previas, arrojan los mismos resultados; sin embargo,
no ocurre así en las ciencias sociales por las diferencias histórico-culturales entre las
distintas sociedades.
En este sentido, uno de los elementos que tenemos que tener en cuenta en el aná-
lisis de las ciencias sociales es que éstas son distintas a las naturales en, al menos,
los siguientes aspectos:

1. Lo implicación del investigador. Tal y como señalan Macion is y Plummer, la


figura y rol del investigador social difiere , por las características de su ob-
jeto de estudio, del que se ocupa del mundo físico:
a) Debido o que la sociedad reacciono y cambio cuando se siente observado
y analizado, la presencio de un investigador -y en general la acción de los
ciencias sociales- afecto y transformo los fenómenos sociales ob¡eto de estu-

23
Sociología de la empresa, el traba¡o y las organizaciones: un enfoque crítico

dio. No es igual contestar a una encuesta on -line en la que se nos pide que
demos una información anónima sobre nuestra adscripción ideológica, há-
bitos sexuales o exponer opiniones sobre determinadas instituciones que tener
delante a un encuestador, aunque la respuesta se trate con confidencialidad.
b) Debido a que los sociólogos y la sociología forman parte del mundo so-
cial que estudian, su perspectiva tiende a estar afectada por los sitemas
de pre¡uicios e intereses contrapuestos existentes en la sociedad. Esto es
importante porque todo lo que yo diga como investigador va a tener
consecuencias en la investigación . Las palabras contribuyen a dar una
forma a nuestra realidad , a cambiarla, a transformarla : de ahí la obse-
sión por lo políticamente correcto. Habrá que tener cuidado con no for-
mular en la pregunta que hagamos que la inmigración es un problema,
o ser cautelosos con lo que se dice sobre el paro, la mujer, los temas de
género, etc. Y es que lo que decimos contribuye a influir en las cosas en
una dirección o en otra . El lenguaje, además, no es unívoco: mientras
que en el campo de las matemáticas si sumo uno y uno siempre va a dar
dos, en el ámbito de las ciencias sociales las palabras significan muchas
cosas distintas, incluso las que nos parecen más evidentes . La precarie-
C

dad laboral es un concepto hoy en día reconocible por todos los que es -
ry

tán leyendo este libro, pero en la década de los sesenta no existía ,


en

aunque las condiciones de trabajo de algunos segmentos de la población


estaban afectadas por una cierta precariedad. Un concepto como el de
H

" ser de izquierda" es manejado de forma muy distinta por aquellos que
sienten una simpatía por el PSOE, IU , Izquierda Anticapitalista o la CNT.
c) El ob¡eto de estudio en la sociología es, también, un su¡eto. Esto tiene im-
portantes consecuencias , como por ejemplo que la gente mienta en las en-
cuestas (por ejemplo respecto a las relaciones de género), pero también
ocultan información (como hacen muchas empresas) . Como sociólogo, mi
objeto de estudio reacciona y no puedo manejarlo como una cosa . Hay
quien para evitarlo trabaja como un investigador infiltrado, y aunque no
sea muy ético, se llega a ir hasta de incógnito para obtener información
para la investigación . El periodista Günter Walraff, por ejemplo se disfrazó
de obrero turco para conocer las condiciones de trabajo reales de los in-
migrantes turcos en la República Federal Alemana a mediados de los
ochenta (que describió en su magnífica obra sociológica Cabeza de turco).
Además , el hecho de que el sujeto forme parte del objeto supone que exis-
tan implicaciones afectivas e intereses personales: si se encarga al servicio
de estudios de un banco un estudio sobre la liberalización de las farmacias,
es probable que el informe final la termine bendiciendo, pues existe una
posibilidad de negocio para el banco. Finalmente, debemos tener en cuenta
que aunque el investigador se mueve para intentar comprender algo, oque-

24
Sociología y sociología de la empresa

llo sobre lo que investiga también se mueve y reacciona : yo intento inves-


tiga r a un colectivo pero ese colectivo me está investigando también a mí.

2. El factor temporal: las pautas sociales cambian constantemente; lo que es cierto


en un tiempo y lugar puede no serlo en otro.
a) Frente a la linealidad del tiempo en las ciencias naturales (donde los se-
gundos para calcular la aceleración son siempre los mismos, y el tiempo
es además reversible en el sentido de que puedo pensar y puedo trabajar
como si fuera reversible), el tiempo en que se desenvuelven las ciencias so-
ciales es histórico. ¿Es lo mismo el 11 de septiembre del 2001 (o el de
1973) que el 1O de septiembre? Incluso podemos hablar de tiempos dis-
tintos, tal y como hacía Fernand Braudel: el tiempo corto de los acontec i-
mientos, el med io plazo de la organización de la producción, de la forma
de las organizaciones, y del Estado y sus formas de intervención , etc .), y
el tiempo largo de las estructuras de larga duración , de las prácticas cul-
turales, de las estructuras de parentesco, de las relaciones entre países .
b) La conducta humana es además demasiado compleja para permitir a los
C
sociólogos e investigadores sociales predecir exactamente las acciones in-
ry

dividuales y colectivas . Si por ejemplo tomo el colectivo inmigrante y con-


sidero toda una serie de factores para definir mi objeto de estudio: país de
en

origen , tiempo de permanencia, tiene o no fam ilia en el país de destino,


H

trabaja/no trabaja, etc. tendré n dimensiones, pero siempre term inaré en-
contrado una nueva dimensión n+ 1. Lo mismo me ocurrirá si yo hago un
estudio sobre la organización del trabajo en la planta de la Citroen en
V igo. La formalización (típica de la microeconomía o la econometría) será
aquí una deformación , puesto que requiere de la reducción de las dimen-
siones, y al final la sociedad se escapará por muchos más sitios en cual-
q uier modelo (por eso nunca se aciertan las crisis económicas).

En cualquier caso, de momento , aho ra mismo, no parece posible hacer ningún


tipo de equiparac ión entre el tipo de conocimiento que producen las ciencias natu-
rales con el que producen las ciencias sociales. Por ello, frente al carácter de ciencias
duras o " ciencias-ciencias" de las ciencias naturales, las cienci as sociales no pasan
de ser "ciencias blandas", es deci r, simples imitadoras de un rigor y eficacia científica
cuyo nivel jamás podrán conseguir. Por mucho que avancen las ciencias sociales en
sus refinamientos teóricos y metodológicos, así como en la fiabilidad de sus instru-
mentos técnicos, las ciencias sociales nunca dejarán de estar mediadas y determina-
das por las ideologías dominantes en una sociedad y en una situación histórica
concretas. De aquí el que, sin renunciar a una intencionalidad científica (sistemática,

25
Sociología de la empresa, el traba¡o y las organizaciones: un enfoque crítico

crítica, con la pretensión de objetivar) así como a una necesaria ética científica por
parte del investigador social (es decir, a una honestidad basada en el amor a la ver-
dad aunque esta parezca estar en contra de nuestros intereses y prejuicios, etc .), las
ciencias sociales pueden ser consideradas como teorías sociales: es decir, teorías
más o menos racionales, y con una mayor o menor referencia empírica, pero que se
encuentran condicionadas por la personalidad y posición social de sus autores, y
por tanto inevitablemente mediadas por juicios de valor que expresan el contexto
ideológico de producción de todo análisis social.
Esto conduce a algunos autores como Adam Schaff a afirmar que las ciencias so-
ciales y, en particular, la sociología son ciencias ideológicas, lo que no significa que
sean teorías deformadas sino que son siempre representación orientada y parcial
de la realidad social :

• Orientada por los intereses y valores de los sujetos, que hacen que siempre la
investigación social tenga una intención directa o indirecta de intervenir sobre
la realidad social.
• Parcial puesto que no existe nadie capaz de adoptar una mirada universal,
C

por decirlo así, que sea inmediatamente aceptada y asumida por todos los
ry

demás. Nuestra mirada siempre estará planteada desde algún lugar nacido
en

de las contradicciones y conflictos sociales existentes y dentro de los cuales


nos desenvolvemos .
H

En este mismo sentido, de una forma quizá más clara y con términos más sencillos
afirmaba un economista, Joseph A. Schumpeter, que toda teoría analítica sobre la
realidad se encuentra mediada y se funda sobre lo que él denominaba una visión
preanalítica de esa misma realidad social. Esta visión preanalítica es, para el propio
Schumpeter, intencional y valorativa , es decir, responde a un proyecto determ inado
de interpretación de la realidad y a un conjunto de deseos del sujeto investigador.

La empresa como objeto de estudio de las ciencias sociales

El desarrollo del capitalismo industrial supuso sin lugar a dudas una de las trans-
formaciones mayores en la historia de la humanidad -el Antiguo Régimen feudal
colapsó dejando paso a una nueva sociedad de clases . En esta nueva sociedad, la
institución que conocemos como empresa se convertirá en uno de los objetos de
estudio fundamentales, si bien no se va a articular una rama dentro de la sociología
que la estudie de forma específica (habitualmente la sociología de la empresa se
incluye dentro de la sociología de las organizaciones) . La empresa es, además, un

26
Sociología y sociología de la empresa

hecho social muy complejo, con límites muy fluidos que llevan a una difícil delimi-
tación de los aspectos sociológicos a estudiar {una vez que disciplinas como los
estudios organizacionales, la psicología industrial o los estudios de relaciones la-
borales estudian algunos de los elementos que van a interesar al sociólogo, como
la cultura empresarial , la organización de las ta reas de trabajo o las condiciones
de los contratos) . La empresa es, además, un hecho social muy heterogéneo, pues
es difícil ver las similitudes entre un negocio fam il iar y empresas como Samsung o
General Motors .
Como hemos señalado, existen varias ciencias sociales que tienen a la empresa
como objeto de estudio:

a) La economía: en la teoría económica convencional , la empresa se concibe co-


mo un agente del mercado, una unidad del sistema económico que adquiere
insumos y vende productos y servicios, contrata o despide fuerza de trabajo,
ajusta precios o salarios. No hay mucho interés por lo que ocurre dentro de
ella. La empresa es una co¡a cerrada, con un cartelito que indica su tamaño,
sus activos, su cotización en bolsa, su facturación , etc.
b) La psicología social: esta disciplina se va a centrar en las relaciones indivi-
C

duales, y en todo caso, los pequeños grupos en el interior de la empresa; sin


ry

embargo, no entra ni puede entrar en las relaciones exteriores de la empresa.


en

Los psicólogos se dedican en las empresas a la selección del personal, a cursos


para estimular la capacidad de liderazgo, a terapias (para solucionar pro-
H

blemas de comunicación, para crear determinado ambiente, determinado es-


píritu de trabajo), etc. Para todas estas tareas se han creado ramas
especialmente orientadas a la empresa, como son psicología organizacional
o la psicología industrial. No obstante, existe un espacio compartido con la
sociología en el terreno de teorías y conceptos, como veremos en temas pos-
teriores .
c) La sociología: la sociología intenta move rse un poco entre medias de las
dos disciplinas anteriores, en un esfuerzo doble . Por una parte, un análisis
hacia adentro: la empresa es estudiada como organización, un espacio en
el que existe una cultura , unas relaciones de poder entre sus miembros, y
una organizaci ón y divisi ó n del traba jo. Estos elementos son el núcleo de
la sociología industrial y de las organizaciones . La diferencia respecto a la
Psicología es que ese análisis no se hace de fo rma aislada, sino que nece-
sariamente se hace en interacción con un análisis hacia fuera , en la que se
concibe la empresa como una institución mediada por otras instituciones.
¿Y qué es una institución? En sociología se han utilizado muchas definicio-
nes, pero una que nos podría servir es la de un conjunto de mecanismos
sociales destinados a una cierta normalización de los comportamientos de

27
Sociología de la empresa, el traba¡o y las organizaciones: un enfoque crítico

grupos con un número variable de individuos. Así , entre esos mecanismos


encontraríamos el Estado , la familia , el mercado de trabajo, el sistema edu-
cativo , determinadas formas de competencia con otras empresas , etc. La
perspectiva en la que se debería mover la sociología aplicada a la empresa
es en la interrelación entre las dos cosas.

Existen otras disciplinas más modernas que están empezando a ganar un espacio
en el análisis de la empresa y a las que se debe hacer asimismo mención :

a} La teoría organizacional o estudios organizacionales: la teoría organizacional


es una disciplina híbrida que combina elementos de otras ciencias sociales
(entre ellas, la sociología} para tratar de explicar el fenómeno de la gestión .
Trata de dar cuenta de lo que sucede en el interior de las empresas buscando
razones para explicar el éxito o fracaso de las distintas estrategias empresa -
riales . La empresa, en este caso, es una estructura susceptible de ser estudiada
desde un enfoque multidimensional.
C
b} Las relaciones industriales, de empleo o laborales: como en el caso anterior,
ry

se trata de una disciplina orientada a la explicación de los marcos institucio-


nales en los que funcionan los mercados de trabajo y en donde se insertan los
en

distintos actores relacionados con el mundo del empleo. Es también una dis-
H

ciplina híbrida que encuentra su inspiración en otros terrenos de la investiga-


ción social.
c) Los estudios culturales: este campo de conocimiento multidisciplinar tiene, como
objetivo, el de explorar la forma en la que los significados sociales se constru-
yen y difunden en forma de discursos, y cómo éstos influyen sobre las identi-
dades de los individuos. En el terreno de la empresa , se enfocarían en el
estudio de los discursos de los diferentes actores y en la emergencia de una
"cultura" organizacional.

En estas tres disciplinas aparece, a menudo, una importante influencia de la so-


ciología tanto en el uso de referentes teóricos concretos como en la utilización de
técnicas de investigación específicas.

La sociología y el mundo de las organizaciones empresariales

Desde que Marx puso al trabajo en el centro de la vida social , la sociología ha


dedicado una gran parte de sus esfuerzos al conocimiento no solo de éste sino de su

28
Sociología y sociología de la empresa

organización y significado. El nacimiento de la empresa moderna a finales del siglo


XIX y la segunda revolución industrial cambiaron por completo el paisaje del capi-
talismo, dando paso a un nuevo modelo basado en las grandes corporaciones con
grandes plantillas de trabajadores y una gestión profesionalizada que captó la aten-
ción de historiadores y sociólogos. Asimismo, se produce un paulatino crecimiento
de la actividad estatal como resultado de su burocratización y colonización de dis-
tintos ámbitos de la vida humana: Weber será el gigante sobre el que se edificará
paulatinamente una obra en la que la organización " racional" del mundo se con-
vertirá en la idea central en el ámbito organizacional. Los rápidos cambios sociales
aparejados y el recrudecimiento del conflicto en el espacio laboral a principios del
siglo XX convertirán a las organizaciones en un espacio de análisis preferente dentro
del quehacer sociológico, desde distintas perspectivas que serán exploradas a lo lar-
go de los siguientes capítulos .
Según el sociólogo español Ángel Infestas, dentro de la sociología se han desa-
rrollado un conjunto de disciplinas que han prestado atención a distintos problemas
del mundo organizacional. En este sentido, la sociología desarrolló una rama, la so-
ciología económica, que abarca desde el estudio de comportamientos e instituciones
sociales hasta el cambio económico y social o las relaciones existentes (y evidentes,
diríamos nosotros) entre las estructuras económicas y sociales. La sociología industrial,
C

por su parte, trató de integrar un conocimiento no sólo sobre el espacio de la empresa


ry

sino sobre las relaciones industriales en general, aproximándose al mundo organi-


en

zacional desde una perspectiva eminentemente macro. La sociología del trabajo se


encontraría fuertemente vinculada a ella y se concentraría en el hecho y relación so-
H

cial que es el trabajo, prestando atención a las condiciones del mismo dentro de una
determinada organización socioeconómica y sus consecuencias tanto individuales
(sobre la identidad, la subjetividad, la condición física) como colectivas (a nivel de
planta , de comunidad, de movimientos sociales asociados al factor trabajo, de modo
de producción) . La influencia de Karl Marx será enorme en este enfoque. La sociolo-
gía de las organizaciones representará, de alguna forma, un análisis con vocación
más formalista , en la que se pretende trabajar con modelos de organización ideales
con atención a sus distintas dimensiones. Entre ellas será de gran importancia la cues-
tión de la racionalidad, siendo la obra de Max Weber central en la configuración de
muchos de sus debates. Finalmente, la sociología de la empresa estaría enfocada a
analizar el mundo de la empresa tomando a esta como una suerte de micro-sociedad
en la que podríamos visualizar, en pequeña escala, una especie de pequeño mapa
de nuestra sociedad . En nuestra opinión , la sociología de la empresa tendríamos que
tomarla, simplemente, como una versión redux de la disciplina de sociología de las
organizaciones, la cual trata de anclarse al significante "empresa" en un contexto en
el que la corporación privada goza de una imagen social muy elevada (en compara-
ción con décadas anteriores, aunque esto puede cambiar pronto) y la convierte, por
tanto, en un concepto relativamente fácil de "vender" académicamente.

29
Sociología de la empresa el trabajo y las organizaciones: un enfoque crítico
1

Métodos y técnicas de investigación social

La realidad social la conforman un sinnúmero de hechos sociales muy complejos.


En torno a esos hechos sociales existen distintas formas de aproximación hacia éstos
por parte del investigador1 distintas perspectivas. La discusión en el terreno de la so-
ciología se ha centrado en si existe algo que pudiéramos llamar método científico
en las ciencias sociales. El sociólogo Miguel Beltrán, respecto a este tema, señala
que no podemos hablar de la unicidad de un método científico 1 por cuanto cada
disciplina debe guiarse por una serie de metodologías particulares. En su opinión
(compartida por nosotros) las ciencias sociales no deberían guiarse por las físico-
naturales1 ~ebido a la extraordinaria complejidad del objeto de estudio 1 la necesidad
de un pluralismo cognitivo (no convendría por ello la unicidad de método), y el plu-
ralismo metodológico al que atendemos en las ciencias sociales. La sociología y
demás ciencias sociales, ante la diversidad metodológica que exigen 1 y la multidi-
mensionalidad de su objeto de estudio 1 la realidad social (enormemente compleja),
requieren de un pluralismo cognitivo.
C

Existen varios métodos de acercamiento a la realidad social. Atendiendo a la ti-


ry

pología establecida por el propio Beltrán 1 podemos distinguir los siguientes:


en
H

1. Método histórico: el sociólogo interroga a la realidad social acerca de la cons-


titución de los fenómenos sociales. Así se puede percibir la historicidad de
1

esos fenómenos 1 buscando una síntesis entre explicación y comprensión de los


fenómenos. Esto no significa realizar predicciones 1 sino esforzarse en analizar
la formación de los fenómenos sociales a lo largo de un lapso de tiempo con-
veniente.
2. Método cuantitativo: pese a que se rechace la posibilidad de adoptar los cri-
terios de las ciencias físico-naturales, las ciencias sociales sí pueden adoptar
métodos cuantitativos (estadísticas 1 test1 etc.), aunque sólo en aquellos aspectos
que lo exijan y permitan. En ningún caso se deberá caer en un cientifismo que
abuse de los instrumentos matemáticos. Sin embargo 1 hoy en día ese cientifis-
mo se ha extendido; el método cuantitativo se ha convertido, de hecho, en el
método de investigación más en boga actualmente (si bien las razones de este
éxito serían algo extensas de señalar y no las comentaremos aquí).
3. Método cualitativo: el método cualitativo se sustenta en la lingüística 1en el len-
guaje como medio de llegar a analizar la sociedad. Hablamos de subordinar
la tecnología estadística al análisis semiológico. El método cualitativo es tan
empírico como el cuantitativo: la diferencia estriba en que no fijamos los datos
en unidades, sino en identidades y diferencias. El método cualitativo se fun-

30
Sociología y sociología de la empresa

damenta en ciertas referencias teóricas (estructuralismo, semiótica, dialéctica)


que dan lugar a determinados métodos de investigación (grupo de discusión) .
4. Método crítico-racional: frente al positivismo, que busca la adecuación entre
medios y fines con la utilización casi exclusiva de métodos cuantitativos, la
Teoría Crítica reivindicaría la restitución de los fines del hombre al ámbito
de la racionalidad . Tras reconocer la imposibilidad de una cienc ia social li-
bre de valores, se trata de devolver el componente normativo a estas disci-
plinas . Los fines sociales deberán ser susceptibles de una consideración
científica, racional y crítica. Es, en grandes rasgos, el planteamiento de la
Escuela de Frándort.
5. Método comparativo: el método comparativo parte del relativismo cultural,
consecuencia de una conciencia de la diversidad humana en las distintas es-
feras (cultural, racial , etc.). Se elimina así el etnocentrismo y variantes como
el naturalismo. Generalmente, hay un interés por las diferencias, semejanzas
y diferentes perspectivas. El método comparativo permite la mirada del inves-
tigador sobre otra cultura combinando comprensión y neutralidad. Es muy uti-
lizado en la antropología .
C

Todos estos métodos tienen validez: podemos hablar así de un pluralismo cog-
ry

nitivo en las ciencias sociales, ya antes apuntado . Cada uno de ellos presenta un
en

campo determinado en las ciencias sociales, con sus propias técnicas de investi-
gación (grupo de discusión , entrevista, encuesta, etc .). En este trabajo, nos centra-
H

remos .en los que entendemos que son los métodos más importantes: el cuantitativo
y el cualitativo.

El método cuantitativo

Aunque en las ciencias físico-naturales puedan existir aspectos cualitativos, es po-


sible afirmar que su metodología es fundamentalmente cuantitativa, en el sentido de
que la medición , el resumen estadístico, y en general el lenguaje matemático consti-
tuyen características habituales de su forma de trabajo: esto es, contar, pesar y medir,
con niveles crecientes de complejidad . Las ciencias sociales, por su parte, también
pueden (y deben) utilizar el método cuantitativo, pero sólo para aquellos aspectos
de su objeto que lo exijan o lo permitan. El método cuantitativo es útil para aquellas
facetas de la realidad social en las que una cantidad y su variación constituyan el
objeto de la descripción o del problema que debe ser explicado. Esto, por supuesto,
no impide que cuando un problema pueda ser medido (por ejemplo, el descenso de
la tasa de natalidad) su explicación no pueda ser cualitativa (haciendo referencia a
las causas sociales de un descenso en la natalidad). Todo esto implica que, con fre-

31
Sociología de la empresa , el traba¡o y las organizaciones: un enfoque crítico

cuencia , los datos simplemente describan una realidad , que debe ser interpretada
por el sociólogo.
Las características del método cuantitativo son las siguientes :

a) Debe someterse al registro de hechos "objetivos" (esto es, observables y que


puedan ser medidos) que van a ser registrados como " datos".
b) El objetivo final es algún tipo de explicación causal , en diverso grado .
c) La base de la explicación causal es la distinción entre variables dependientes
y variables independientes : la dependiente es lo que yo quiero explicar, las
independientes son las que considero como posibles causas , que me explican
cómo cambia dicha variable dependiente.

Algunos ejemplos serían los siguientes:

l . Voto en elecciones : la variable dependiente sería la orientación del v;to, las


C
independientes serían el barrio de residencia , el nivel de ingresos, el nivel edu-
ry

cativo, la rel igiosidad, etc.


en

2. Compra de un automóvil : la variable dependiente sería la marca del coche,


las independientes ya quisieran conocerlas las empresas .
H

A veces lo que demuestran las técn icas cuantitativas es que no existe relación :
por ejemplo, si tomamos como variable dependiente la nota media del expediente
en educación secundaria y como independiente el resultado en un test de inteli-
gencia , puede sal ir una correlación igual a cero . O si tratamos de explicar la vio-
lencia doméstica desde la clase social : todos los estudios demuestran que no hay
correlación .
Han sido muchos los trabajos que han señalado las críticas y limitaciones del mé-
todo cuantitativo. El principal problema que tiene este método es que funciona cuando
lo que yo registro son literalmente cosas objetivas, pero se convierte en un problema
cuando se aplica a opiniones, a cuestiones subjetivas en torno a las que medir empieza
a ser un problema. Por poner un ejemplo evidente, ¿cómo podemos medir la satisfac-
ción en el trabajo? En las encuestas de opinión : ¿cómo medir que alguien es de iz-
quierdas o es de derechas? De este modo, encontramos desviaciones en el registro de
los datos, fundamentalmente porque la gente tiende orientar la respuesta hacia lo que
considera habitual o acertado, o hacia lo que cree que el entrevistador espera oír. Los
entrevistados, al exponer su opinión , tienden a inclinarse sobre lo que cree que goza
de mayor aceptación general dentro del medio social en el que se desenvuelven . Esto

32
Sociología y sociología de la empresa

es, el entrevistado expresa realmente la simple adhesión individual a una u otra opinión
estereotipada. Esto sucede también cuando estoy investigando comportamientos (y no
tanto opiniones sub jetivas) : costumbres alimenticias, costumbres sexuales, prácticas co-
mo la automedicación, el clima laboral de la empresa, etc.
No se puede negar que la investigación por ejemplo con encuesta (que ahora ve-
remos es la técnica básica de investigación en el método cuantitativo) tiene un com-
ponente de examen , es decir, que el encuestado se siente evaluado. Por eso, ante
determinadas preguntas:

• Tiende a negar que se automedica .


• Tiende a decir que mantiene relaciones sexuales con más frecuencia de la real.
• Hasta fechas recientes , tendía a negar que votaba al PP o a otros partidos a
la derecha de este .
• Tiende a adaptarse al contexto político del momento. Por eso la gente decía
que era franquista bajo el franquismo (encuesta de 1974, 80% de los espa-
ñoles) y demócrata en la democracia (80% de los españoles en 1976).
• Tiende a decir (al menos hasta ahora) que es tolerante con los inmigrantes
C

(está mal visto contestar otra cosa , aunque habría que escucharlos en el bar
ry

o en una entrevista más tranquila) .


en
H

lnduso hay que cuidar en las encuestas elementos como la vestimenta, edad, sexo,
etc. de los entrevistadores, ya que según a quién , o a qué barrio vayan a encuestar,
su aspecto puede influir mucho en las respuestas .
Por tanto, el registro de las opiniones funcionará bien cuando se trata de recoger
opiniones que ya están cristalizadas en la sociedad , como por ejemplo la orientación
del voto o cuando ya existen las alternativas que se van a plantear al entrevistado
(por ejemplo una opinión sobre los supuestos del aborto) . Sin embargo, este registro
será defic iente cuando la pregunta versa sobre un fenómeno nuevo sobre el que la
soc iedad en su conj unto no tiene una opinión formada , o sobre algo que esté cam-
bia ndo muy deprisa. Tam poco funciona cuando existe una presión social en torno al
tema que estoy investigando, lo que ocurre casi siempre cuando se hace una encuesta
en el interior de las empresas. Por ello, en este nivel, la encuesta ya empieza con
frecuencia a patinar. El mejor ejemplo es el aludido antes en torno al apoyo al fran-
quismo: en la encuesta de 1974 , el 80% de los españoles se declaraba franquista y
en 1976, dos años después, el 80% se declaraba demócrata. ¿Qué realidad hay
detrás de eso? Bien , la encuesta recoge las opiniones y la mayor parte de la gente
dice es lo que es políticamente correcto, lo que sabe que el encuestador quiere oír
pero ¿qué hay de sustantivo en todo esto? ¿Es que los españoles han pasado todos

33
Sociología de la empresa el traba¡o y /as organizaciones: un enfoque crítico
1

de franquistas a demócratas en dos años? ¿O es más bien que ni eran sencillamente


franquistas en el 7 4 ni eran sencillamente demócratas en el 76?
Otro problema importante son los malentendidos semánticos. Estos se producen
fundamentalmente porque las palabras pueden significar cosas diferentes para dis-
tintas personas o distintos grupos sociales. Estar satisfecho o feliz es un buen ejemplo 1
pueden significar cosas totalmente distintas para dos individuos. Por ello, siempre es
importante buscar estrategias como caminos indirectos (preguntar lo mismo de dos
formas distintas) para encontrar las posibles incoherencias.
Estos problemas no invalidan obviamente la pertinencia de las encuestas, y ambos
pueden ser tenidos en cuenta y ser, más o menos, superados. Sin embargo, son pro-
blemas que plantean ya la cuestión de la sub¡etividad y del lengua;e en el propio
proceso metodológico de la encuesta estadística.

La técnica de la encuesta estadística

La técnica de investigación social más representativa del método cuantitativo es,


C
como señalamos antes, la encuesta estadística. Dado que este no es un libro de me-
ry

todología, nos limitaremos a proporcionar unas breves pinceladas de la misma para


que los lectores se familiaricen con ella. La encuesta consta de las siguientes fases:
en
H

1. Definición de ob¡etivos identificación de las variables y operacionalización


1 1

de los conceptos: de lo que se trata aquí es de transformar los conceptos en


variables que puedan ser medidas.
2. Diseño de la muestra: en esta fase, es imprescindible realizar las siguientes
tareas:
a) Acotar lo más perfectamente que sea posible el universo de estudio o po-
blación (esto es, el conjunto de elementos objeto de estudio). Para ello, nor-
malmente se utiliza la información suministrada por los censos 1 aunque
ésta debe ser convenientemente actualizada pues los censos, debido a su
elevado coste, se actualizan sólo cada diez años (en el último de hecho la
metodología ha cambiado de forma sustancial con el fin de ahorrar costes).
Cuando no puedo utilizar los datos censales los problemas son mucho ma-
yores: si mi población objetivo, por ejemplo, son los médicos tendré que
recurrir a los colegios profesionales; si son los alumnos universitarios, ten-
dré que recopilar todos los datos de matriculación 1 etc.
b) Una vez que he acotado la población, paso a seleccionar el tamaño de
la muestra. La determinación del tamaño de la muestra depende de leyes
estadísticas en las que no vamos a entrar aquí pero que tienen un único

34
Sociología y sociología de la empresa

objetivo: maximizar la representatividad de la muestra. Para ello es im-


prescindible tener en cuenta la ley de la regularidad estadística y el teo-
rema del límite, que afirman que las estimaciones realizadas a partir de
muestra s muy pequeñas se desvían considerablemente de la realidad ,
produc iéndose un a juste cada vez mayor a medida que se añaden nue-
vos elementos a la muestra . Esto tiene un límite, a pa rtir del cual la me-
jora de las estimaciones realizadas exige un aumento desproporc ionado
del número de elementos de la muestra. Por decirlo de otro modo: a par-
tir de un cierto tamaño de la muestra, el aumento de nuevos elementos
a la muestra no aumenta , o aumenta muy poco, la fiabilidad de las es-
timaciones .
c) El objetivo es poder hacer inferencias a partir de un número reducido de ele-
mentos sobre el conjunto de la población que constituye el objeto de estudio.
Pero más allá de las leyes estadísticas, hay una cuestión de sentido común
que conviene tener en cuenta : si yo estudio una población muy homogénea,
el tamaño de la muestra necesario será menor. El muestreo suele ser aleato-
rio, pero lo más normal es que sea estratificado (por ejemplo, por tamaño
del hábitat de residencia , por facultades, por ramas de comercio, etc.).
C

3 . La elaboración del cuestionario: siguiendo la presentación de la encuesta que re-


ry

aliza el sociólogo Manuel García Ferrando debemos tener en cuenta en esta fase
en

lo siguiente:
a) Hay que ser muy cuidadosos con la formulación de las preguntas, lo que exige
H

un gran esfuerzo de reflexión durante el proceso de redacción. Hay que con-


seguir no sólo que sean bien entendidas, sino que lo sean de la misma forma
por parte de todos los entrevistados. A la vez, en términos más prácticos, es
necesario conseguir un cierto grado de motivación para responder al cues-
tionario, redactando las preguntas de una forma atractiva e interesante.
b) El lenguaje debe adaptarse a todos los niveles educativos de los entrevis-
tados, incluyendo una definición clara , en la propia pregunta, de los tér-
minos que se sospecha pueden causar confusión : por ejemplo, ¿qué opina
usted sobre la "Defensa Civil", esto es, sobre la organización de voluntarios
para proteger y ayudar a la población en caso de un desastre o catástrofe?
c) En este sentido, las preguntas deben redacta rse de acuerdo con el nivel de
información de la población encuestada. Se debe evitar que el entrevistado
sienta que no sabe (por no tener información , otra cosa es por no tener
opinión) responder a la pregunta .
d) Se debe por supuesto evitar cond icionar la respuesta del entrevistado. No
se pueden formular las preguntas en lo siguientes términos : ¿diría usted
que favorece un sistema de control del gasto público? ¿Es usted partidario

35
Sociología de la empresa, el trabajo y /as organizaciones: un enfoque crítico

de que España permanezca en la OTAN para que el ejército esté mejor


preparado contra la amenaza de una guerra? Se deben evitar preguntas
que hayan adquirido una fuerte carga emocional e inducen a una respues-
ta estereotipada, por ejemplo: ¿es usted demócrata? ¿Está usted en contra
del terrorismo? ¿Está usted en contra de la violencia? ¿Es usted tolerante
con los inmigrantes? ¿Está usted satisfecho en su vida sexual? Haría falta
dar un rodeo, pues son temas difíciles, ya que tocan la personalidad, por-
que el propio entrevistado no tiene información, nunca se ha preguntado
sobre eso, etc.
e) Esto lleva a que hagan falta aproximaciones indirectas: por ejemplo para
no caer en los tópicos ya muy estereotipados sobre hombre-mujer en el ho-
gar. Ahora se realizan encuestas sobre los usos del tiempo, una forma com-
pletamente indirecta pero muy bien diseñada de acercarse a los objetivos
de la investigación.
f) La ordenación del cuestionario. Se deben dejar para el final las preguntas
clasificatorias.
g) Una vez que se disponga del cuestionario, es imprescindible reali~ar una
C
prueba o pretestdel mismo. Para ello, se debe seleccionar un pequeño gru-
ry

po representativo para evaluar el buen funcionamiento del cuestionario,


antes de lanzarse a la encuesta global.
en

4. Realización de las entrevistas: la mayoría de las encuestas que circulan (las


H

más conocidas son los barómetros del CIS) son entrevistas cerradas que se
sirven de un cuestionario precodificado. La fase de realización de las en-
trevistas es a la que habitualmente denominamos trabajo de campo . Es una
fase muy complicada, que puede presentar muchos problemas según cuál
sea el objetivo de la investigación, pero en torno a la cual no existen recetas
perfectas para solucionar las dificultades; es más bien la experiencia y la
singularidad de cada investigación la que debe aconsejar la mejor manera
de llevar a cabo las entrevistas. Por otra parte, varios estudios han demos-
trado que la ideología de los entrevistadores influye y orienta las respuestas
de los entrevistados: la forma en la que establecen la comunicación, la en-
tonación ... en definitiva, la manera coloquial en que unos y otros entrevis-
tadores realizan la entrevista puede orientar en una y otra dirección el
resultado de las respuestas. Por ello, en primer lugar, cuando no es el propio
investigador quien realiza las entrevistas (siempre que hay un número im-
portante de ellas) debe realizarse una cuidadosa preparación del equipo
de entrevistadores, y ello sin entrar en cuestiones más prácticas sobre el
sueldo de los entrevistadores, si se les paga a destajo (por encuesta reali-
zadaL la motivación que puedan tener, etc. Aquí aparece un problema de
fondo de las investigaciones mediante encuesta, y es la implícita separación

36
Sociología y sociología de la empresa

entre el trabajo manual (de los entrevistadores, muchos de ellos jóvenes des-
cualificados o precarios, con empleo temporal) y el trabajo intelectual (bien
remunerado, de los investigadores) .
5. Análisis e interpretación de los datos: esta última fase incluirá en primer lugar
un análisis estadístico (en el que no entraremos) donde se podrán utilizar todo
tipo de técnicas: análisis de correspondencias, regresiones múltiples y logísti-
cas, análisis factoriales, etc .; y una interpretación de los datos, en la que se
trascénderán los límites de ese método cuantitativo .

El método cualitativo

Las características del enfoque cualitativo podrían resumirse en una frase simple :
" frente a las cuentas ... los cuentos", o si se quiere, frente a la medición de cantidades,
la comprensión de los relatos de los individuos. No nos centramos en este método
en los hechos (datos objetivos y susceptibles de medición) sino en los discursos, lo
que la gente dice o verbaliza . Es una aproximación más abierta, pues no se reduce
a un número lo que la gente piensa o hace .
C

En la encuesta , si hemos realizado (o nos han hecho) una encuesta con cuestio-
ry

nario cerrado, el sujeto entrevistado con frecuencia critica los términos de la pregunta
en

y debate con el entrevistador sobre su intencionalidad (diciendo por ejemplo que a


qué viene esa pregunta) o sobre su sentido último (preguntando a qué se refiere re-
H

almente) . Ante estas ambigüedades y dificultades, al final el entrevistado se resigna


finalmente (presionado por el entrevistador) a suscribir, casi por compromiso, la al-
ternativa con la que se encuentra en menor desacuerdo (exactamente igual que cuan -
do votamos) . Sin embargo, con los métodos cualitativos lo que pretendemos es poder
comprender las concepciones existentes en torno a un fenómeno social , esto es, el
sistema de representaciones sociales y de imágenes en torno a ese fenómeno. Por
ejemplo, lo que pretendemos es no tanto saber qué puntuación le dan a un determi-
nado político sino por qué se la dan ; no quiero medir cuánta gente compra móviles
Nokia o coches BMW si no por qué lo hace. En todo esto, evidentemente, existen
cuestiones motivaciona les que no pueden ser medidas. Por ello, con el método cua-
litativo nos va mos a situa r en el nivel de la comprensión , que implica una capacidad
del investigador para ponerse en el lugar del otro, estableciendo una empatía con ,
en este caso, el /los sujeto/s investigados . Inevitablemente, en esta metodología el
sociólogo o investigador trabaja como un intérprete, lo que hace irremediable la
presencia de la subjetividad del sociólogo/ investigador social, puesto que es él el
encargado de poner en relación el análisis de la situación micro del grupo de discu-
sión/ entrevista abierta/ historia de vida con la situación macro o global (sociedades,
o clase social de pertenencia de los grupos o individuos) . Por esta razón (la presencia

37
Sociología de la empresa, el traba¡o y fas organizaciones: un enfoque crítico

de la subjetividad del investigadorL las técnicas y prácticas cualitativas de investiga-


ción son consideradas como poco fiables por los sociólogos más positivistas.

La técnica de la entrevista abierta

La técnica de la entrevista abierta es una de las más características del enfoque


cualitativo descrito. En sus orígenes, tenía como primer objetivo el de obtener infor-
mación allí donde no había documentos, estando fuertemente vinculada a la historia
oral. Hoy en día, una de sus principales virtudes sigue siendo la de contribuir a la
recuperación de la memoria, a dar voz a los que no tenían voz, a los que no se
había escuchado en la historia oficial o en la sociología oficial. Sus características
básicas son las siguientes:

l. Su carácter directo y no mediado. No existen mediaciones técnicas, recoge la


expresión directa y libre del sujeto entrevistado.
2. Su carácter hipersubjetivo (salvo entrevistas con informantes cualificados) y
C

mediado por la memoria, que es su debilidad y su mayor virtud. En las entre-


ry

vistas no busco descubrir lo que es verdad o es mentira, o, en cualquier caso,


en

esto es absolutamente secundario; simplemente recojo el producto discursivo


de un individuo que debe ser contextualizado socialmente, persiguiendo pre-
H

cisamente la dimensión expresiva y no tanto denotativa de la comunicación.


En cuanto a la mediación por la memoria, es precisamente esa rememoración,
esa reconstrucción del pasado desde el presente, y ese presente visto desde el
pasado de un sujeto social lo que el investigador trata de recoger: la expe-
riencia vivida.

A partir de ahí, lo que se desea recoger es cómo los sujetos actúan y reconstruyen
el sistema de representaciones sociales en sus prácticas individuales: esto es, no sólo
lo que piensa respecto a un proceso sino cómo actúa y actuaba respecto a él. En ese
sentido, sirven como complemento a los grupos de discusión (técnica que explorare-
mos a continuación) en lo que sólo recojo las representaciones de carácter colectivo,
y no información sobre los comportamientos . Lo que busco, y en base a ello se dise-
ñarán las entrevistas, son estereotipos de comportamientos individuales.
La entrevista abierta es una técnica muy heterogénea con todo tipo de grados de
estructuración, puesto que se sitúa en lo que hay entre ei cuestionario pre-codificado
y con respuestas cerradas y la observación participante plenamente libre. Más que
ninguna otra técnica , es susceptible de ser util izada para captar distintos niveles de
la realidad social, respondiendo a distintos objetivos y objetos de investigación. Aún

38
Sociología y sociología de la empresa

así, podríamos considerar cuatros campos básicos de utilización de la entrevista en


profundidad:

1. Reconstrucción de acciones pa sadas por los sujetos implicados en ellas: enfo-


ques biográ ficos, archivos orales, etc.
2. Estudio de representaciones sociales personalizadas, como por ejemplo: sis-
temas de normas y valores asumidos; imágenes, creencias y prejuicios en torno
a un tema ; trayectorias vitales particulares (pertinentes para la investigación
por distintos motivos), etc .
3 . Estudio de las relaciones e interacciones entre constituciones psicológicas in-
dividuales y conductas sociales específicas: por ejemplo, sobre agresividad,
violencia , alcoholismo, drogadicción , etc . Esto es, las llamadas conductas des-
viadas , etc.
4. Prospección en torno a vocabularios y discursos arquetípicos de grupos y co-
lectivos, sobre los que luego vamos a pasar un cuestionario cerrado.

En cuanto a la práctica de la entrevista , debemos tener en cuenta dos cuestiones


C

fundamentales :
ry
en

1. El contrato comunicativo: puesto que la entrevista se dirige a motivaciones y


H

.experiencias personales e íntimas, se debe en primer lugar superar la para-


doja que provoca el hecho de ser una técnica destinada a recoger la intimidad
en una situación precisamente destinada a convertirla en pública . Por eso, en
toda entrevista de investigación social es fundamental definir claramente los
términos del encuentro, esto es, una especie de contrato que define los términos
de la comunicación, remitiendo normalmente al uso de la información y su
anonimato.
2. La interacción entrevistador/ entrevistado: este es un factor de enorme impor-
tancia, por supuesto . Es imprescindible ser muy cuidadoso al crea r el marco
en el que se desarrolla la entrevista (tanto en términos físicos : lugar, duración,
etc.) como lingüísticos (primeros contactos, red de captación , etc .). Es necesario
personalizar la entrevista, lo que exige la necesaria adaptación del entrevis-
tador al marco específico y personal de cada entrevista . Se requ iere además
una mínima estrategia , con unas pautas para cada entrevista determinadas
por los objetivos de la investigación que focalicen y orienten la entrevista ; no
obstante, dicha estrategia o pautas no deben estar organizadas de forma se-
cuencial , deben salir todos los temas que nos interesan , pero no con un orden
prefijado sino según la propia dinámica de la comunicación . La entrevista

39
Sociología de la empresa, el traba¡o y las organizaciones: un enfoque crítico

abierta, además, no debe ser planteada como una situación de interrogatorio,


ya que lo que se busca en más bien la confesión: se trata de invitar al sujeto
entrevistado a la confidencia. De ahí la importancia de generar una empatía
controlada, con las formas, los gestos, la introducción y arranque de la entre-
vista pensados de forma que sean capaces de crear el clima adecuado (sobre
esto no hay, obviamente, reglas: cada situación tiene las suyas).

La técnica del grupo de discusión

Una de las técnicas que podemos identificar más con el método cualitativo es, sin
lugar a dudas, el grupo de discusión. Su origen (técnico) proviene probablemente
de los grupos terapéuticos establecidos por psiquiatras y guiados por estos, pero se
aplicaron rápidamente tanto a la investigación puramente sociológica (bajo el nom-
bre focus groups) como en los estudios de mercado y publicitarios. En el caso espa-
ñol, su consolidación como técnica vino de hecho por esta vía, en buena medida;
esto es, por el impacto de una escuela sociológica, la denominada escuela cualitati-
vista madrileña, que apostaba por estas técnicas frente a las encuestas, pues consi-
C

deraba fundamental no sólo conocer las motivaciones e identificaciones grupales y


ry

culturales, sino además profundizar, más allá de la superficie, en las opiniones yac-
en

titudes que recogían las encuestas. Esta escuela se formó en la década de los sesenta
(en una España que veía aparecer los primeros signos de una sociedad de consumo)
H

entre un grupo de sociólogos fuera del ámbito académico (apartados o marginados


del mundo universitario tras su participación en las movilizaciones de 1956 y su mi-
litancia clandestina), en torno a la figura de Jesús lbáñez. El grupo de discusión va
a nacer entonces como una crítica a las limitaciones y las consecuencias sociales de
la metodología estadística, surgiendo la idea a partir de los grupos que, con motivo
de los pre-test, se realizaban antes de la puesta en marcha del cuestionario. Su pri-
mer uso se aplicó a la investigación de mercados, donde se sigue utilizando de forma
masiva por empresas del sector. En el terreno de la investigación social, se recurrió
por primera vez a ella en España en un trabajo para un ministerio en 1975 que no
vería la luz ... hasta 1977 (y es que los resultados que aparecen en los grupos no
siempre son cómodos para las autoridades).
El diseño de una muestra cualitativa para el grupo de discusión es más abierto
que el de la encuesta, pues el análisis no está pre-establecido como en una encuesta
y puede irse modificando. No existe un número establecido de reuniones de grupo,
que dependerán no sólo de los objetivos que se planteen en la investigación, sino
también de si estamos haciendo un uso complementario de los grupos como parte
de una investigación basada en una encuesta y, sobre todo, de los fondos disponi-
bles. Lo que se busca siempre, y se debe tener muy claro, es captar las distintas re-
presentaciones, los distintos discursos en torno el fenómeno social que estemos

40
Sociología y sociología de la empresa

investigando. No existen unas reglas matemáticas, de la teoría probabilística, para


diseñar la muestra de grupos de discusión que yo voy a realizar. Lo que vamos a
tratar de definir son grupos sociales asociados con posiciones sociales que conside-
remos representativas de un determinado discurso. Porque nuestro objetivo, no lo ol-
videmos, es el de tratar de reconstruir los discursos básicos existentes en torno a un
fenómeno social. Y aquí no hay reglas matemáticas, sino una discrecionalidad del
investigador que es el que tiene que decidir el diseño más pertinente de los grupos.
No existe un único diseño posible: nuestro objetivo con el grupo será el de intentar
saturar el universo ideológico en torno al fenómeno estudiado, recogiendo los dis-
cursos básicos existentes. Pongamos dos ejemplos para entenderlo mejor:

E¡emplo 1
Estudio dirigido a analizar los efectos de la ley de legalización
del aborto en la década de los ochenta:

En este estudio los investigadores buscaban fundamentalmente poder reconstruir


tres imágenes o tres discursos sobre el aborto:
C

a) Un discurso más integrista, contrario a la legalización del aborto.


ry

b) Un discurso tolerante, en casos de malformación del feto, de vial


en

de peligro para la madre, etc .


H

c) Un discurso más feminista, más reivindicativo que defendía la plena


galización del aborto, el aborto libre .

Para ello, se hizo un diseño de reuniones de grupo para tratar de captar esos
discursos, seleccionando grupos sociales que consideraban representativos de di-
chas posiciones:
a) Ámbito rural, conservador, católico para reconstruir el discurso integrista.
b) Ámbito urbano de clases medias y medias bajas, para reconstruifel dis-
curso de la tolerancia
c) Ámbito de profesionales modernos, laicos, cultos, etc. y de obreros por
otro lado, para tratar de reconstruir el discurso más reivindicativo.

Este diseño parecía muy razonable, y sin embargo hubo imprevistos: por ejem-
plo, un grupo de obreros del País Vasco resultaron ser más conservadofes de lo
que se esperaba.

41
Sociología de la empresa, el trabajo y las organizaciones: un enfoque crítico

Ejemplo 2
Estudio sobre los discursos de los españoles respecto
a la inmigración:

En este estudio se busca reconstruir los discursos o representaciones básicas de


los españoles respecto a la inmigración: se buscan los discursos más representati -
vos, más fundamentales y se trata de recogerlos en el diseño de los grupos. Por
ejemplo, podemos buscar discursos como los siguientes:
a) El discurso de los contrarios a la inmigración . Puedo pensar en primer
lugar en trabajadores de determinados sectores (albañiles, comercio mi-
norista, etc.) que se sienten amenazados; también en personas mayores
de un barrio donde haya mucha presencia de inmigrantes, y que por
falta de costumbre pueden experimentar una sensación de inseguridad
y de delincuencia a su alrededor.
b) Discursos ambiguos como los de mujeres y hombres de clase media-alta,
o clase alta que utilizan a los inmigrantes: cuidan sus niños, limpian sus
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casas pero también trabajan para ellos en negocios (empresarios de la
ry

construcción, agrícolas, etc .). Aquí se podrían incluir también los discur-
sos de la clase media urbana, reconstruyendo su argumento habitual de
en

que la inmigración está bien , pero mientras vengan a trabajar y tengan


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sus papeles en regla .


c) Discursos más tolerantes, que defienden una política de "papeles para
todos" : aquí encontraríamos a jóvenes universitarios de clase media o
media baja, muchos de ellos cursando carreras de ciencias sociales o
humanidades. Además, se incluirían otros perfiles minoritarios más
abiertos, cosmopolitas, que hayan viajado, etc .

En ambos ejemplos, el objetivo fundamental para la determinación de los grupos


pertinentes es que cada grupo reconstruya el discurso ideológico básico de su grupo
social de referencia . Lo que se busca es establecer grupos en función de su repre-
sentatividad no cuantitativa o probabilística, sino estructural: lo que importa no son
los elementos sino las relaciones entre ellos.
La formación y selección del grupo de discusión se realizará de la siguiente forma .
Se seleccionarán entre cinco y diez personas que no se conozcan entre sí (pues es la
única manera de recrear el funcionamiento real de los discursos sociales) . No deben
conocer al moderador de la reunión (normalmente el propio investigador), la diná-
mica y el funcionamiento de las reuniones (idealmente, aunque esto a veces es difícil)

42
Sociología y sociología de la empresa

ni, al menos de modo preciso, el tema que se va a discutir en la reun ión (para no lle-
var opiniones reflexionadas y pre-constru idas) . El grupo debe intentar combinar un
mínimo de heterogeneidad con una homogeneidad suficiente que permita la comu-
nicación (no se puede reunir a patrones con obreros, a mayores con jóvenes, etc.) .
Es importante contar con un local de reun ión que proporcione una sensación de in-
formalidad y confortabil idad y cuente con una adecuada disposición de mesas y si-
llas. El desarrollo de la discusión (su dinámica) se va a ver co ndic ionada por un
elemento importante: el estímulo inicial. Tratamos de que el propio grupo cree las
condiciones y el contexto desde el que quiere hablar del tema . La posición del mo-
derador debe ser, idealmente, la de intervenir el mínimo, simplemente recoger cosas
para reconducir la reunión cuando el grupo se pierda : nunca juzgar ni tomar posi-
ción (pues el moderador tiene una posición de poder desde la que influye en el dis-
curso del grupo) y, quizá , en determinadas ocasiones utilizar un estímulo final para
profundizar sobre algún aspecto concreto de la discusión.
Finalmente, el aná lisis de los grupos es una tarea que no tiene recetas: se trata
de una práctica (más que una técnica) más bien artesanal, donde el grado de impli-
cación y proyección personal -incluso afectiva- es mucho mayor por parte del inves-
tigador. Una vez que uno tiene las transcripciones, hay que segmentar, someterlo a
C
un análisis que nos permita separar unidades discursivas más tratables, identificando
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por ejemplo los cambios de tema y manteniendo siempre las mismas formas expre-
sivas empleadas por los miembros del grupo, esto es, respetando la literalidad con
en

la que se han expresado los participantes . Esas unidades discursivas nos sirven para
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identificar distintos ejes semánticos elegidos por el propio grupo en su dinámica, ejes
de sentido, de toma de posición en el discurso del grupo. Por ejemplo, en el estudio
del aborto antes mencionado, nos estaríamos refiriendo a la posición del grupo en
torno a "qué es abortar" o en torno a cómo denominar "lo concebido y no nacido",
la posición en torno a "los anticonceptivos" o la despenalización , el papel de la mu-
jer, etc .
En cualquier caso siempre es el investigador quien da forma definitiva a un dis-
curso, el que reconstruye su coherencia , puesto que en la literalidad de la reunión
no existe esa coherencia forma l. El investigador debe, así, llevar el análisis del dis-
curso más allá de la micro-situac ión del grupo, al menos en dos sentidos :

a) Por un lado con las cond iciones de producció n de dicho discu rso , ponerlo en
relación con las condiciones materiales y de vida del grupo social representado
en la reunión .
b) Por otro, debe ponerlo en relación y enfrentarlo con los discursos elaborados
por los restantes grupos, pues dichos discursos se construyen por referencia
y/o en oposición a otros discursos

43
Sociología de la empresa, el traba¡o y las organizaciones: un enfoque crítico

En definitivo, el objetivo del análisis debe ser reconstruir la motriz de los discursos
sociales, o partir del cual codo grupo social se represento su lugar en la sociedad y
se posiciono con respecto o los demás en la estructuro social.

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