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El estudio de las causas y fines del derecho, como futuros profesionales del
definido el principio de causa como algo que da origen luego de ese origen
podríamos decir cuál es el efecto y separando de ello tanto la norma jurídica del
orden social, por lo tanto como miembros del grupo número dos de exposiciones
tema con el objeto de hacer una presentación para los compañeros de la clase
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CAUSA Y FINES DEL DERECHO
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para aprender. Pero mientras éstos, aunque capaces de aprender en alguna
medida, viven de imágenes y recuerdos, el hombre dispone del arte y del
razonamiento.
El recuerdo en los hombres, produce la experiencia y a través de ésta les llega el
arte y la ciencia. constitución, afectados todos por la misma enfermedad, les
resulta provechosa la misma medicina, corresponde al arte. Esto se debe a que la
experiencia es el conocimiento de las cosas singulares, mientras que el arte lo es
de las universales. Ahora, el saber y el entender pertenecen más al arte que a la
experiencia y se reputan más sabios los conocedores del arte que los expertos. Y
esto es así porque los expertos conocen el qué, pero no el porqué, mientras que
los sabios conocen el porqué, o sea la causa. Aristóteles usa aquí el ejemplo de
los jefes de obra, a quienes reputa más sabios que a los simples operarios porque
aquellos conocen la causa de los que se hace, mientras que éstos, a quienes
compara con algunos seres inanimados, hacen por cierta costumbre, pero sin
saber lo que hacen. El porqué es propio del sabio, el qué del experto. Éste sabe
que el fuego es caliente, aquél sabe porqué.
“En conclusión, causa es aquello que real y positivamente influye en una cosa
haciéndola depender de ella”.
Decíamos anteriormente que causa es aquello que influye en una cosa haciéndola
depender de ella. Si la causa es un modo de dependencia, habrá tantas clases de
causa cuantos modos de dependencia.
CAUSA MATERIAL:
Aristóteles la define como aquello de lo que algo se hace y en lo cual es. La
materia es el sustrato que recibe la forma. Es también sujeto permanente de todos
los cambios físicos. La recta comprensión de la materia requiere de su relación
con la forma. La primera es principio determinable y potencial mientras que la
forma es principio determinante y actual. La causa material y formal son causas
intrínsecas.
Las diferentes especies, la diversidad de la materia, “recortada” por la forma,
determina la diferencia de individuos. Por último podemos distinguir con Aristóteles
entra materia prima y materia segunda. La materia prima es aquel principio de
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suyo indeterminado y potencial aunque apto para recibir cualquier forma. La
materia segunda en cambio es el mismo principio material en el compuesto.
CAUSA FORMAL
Es aquello por lo que intrínsecamente una cosa es lo que es. La forma determina y
especifica al compuesto. Como se anticipara anteriormente, su recta comprensión
supone su relación con la materia, de suerte que la forma se une a la materia
como el acto a la potencia, o mejor aún la forma, principio determinante, actualiza
la materia, principio potencial o determinable.
CAUSA FINAL:
fin es aquello por lo que el agente se determina a obrar. Santo Tomás enseña que
el fin es la causa de la causalidad de la causa eficiente porque él es el que hace
que la causa eficiente sea eficiente. Ahora, fin puede entenderse de dos maneras,
como término o efecto de la acción o como aquello que con la acción se persigue.
Al decir de Millán Puelles, el fin como causa no es principalmente aquello en que
termina la acción, sino más bien aquello por lo que el agente se pre-determina. La
noción de causa final implica cierta idea de tensión previa del agente, de pre-
tensión. La atracción que genera el fin en el agente es la que mueve a la causa
eficiente a producir su efecto. De ahí que el fin es lo primero en el orden de la
intención mientras que la causa eficiente es primera en orden a la ejecución. Toda
vez que por la influencia o atracción del fin la causa eficiente opera dando la causa
formal a la causa material, Santo Tomás insistirá en que el fin es la causa de las
causas.
Siguiendo nuevamente al Aquinate, podemos distinguir diversos modos de tender
al fin, “Debemos considerar, no obstante, que una cosa en su acción o movimiento
tiende al fin de dos modos: sea moviéndose por si misma al fin, como el hombre, o
bien movida por otro, como la saeta tiende a un fin determinado movida por el
arquero que le imprime su dirección a tal fin. De este modo, los seres dotados de
razón se mueven por si mismos al fin merced al dominio de sus actos que les
presta el libre albedrío, facultad de la voluntad y de la razón; más los que de razón
carecen, tienden al fin por una inclinación natural, como movidos por otro y no por
si mismos, pues no conocen la función del fin. Y nada pueden, por lo tanto ordenar
al fin sino han de ser ordenados por otro”.
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Quedó sentado con Aristóteles que causa material es aquello de lo que algo se
hace y en lo cual es. La materia es sustrato. Ahora, ¿qué es aquello en lo cual el
derecho es?, o ¿cual es el sustrato del derecho? La calificación de “jurídico” o
“derecho” se atribuye principalmente a la conducta. También adjetivamos como
conforme a derecho, a una persona, una situación, un título, pero en todos estos
casos lo que hace posible la predicación es su relación o pertenencia a una
conducta, cuya forma es jurídica. A la persona se la juzga y califica, en virtud de
sus actos, una situación se genera a partir de determinado tipo de acciones, los
títulos son investidura racional de una situación, etc. Derecho es en definitiva,
cualidad de una conducta. Pero es evidente que no toda conducta es jurídica, por
lo que será necesario determinar qué propiedades debe tener la conducta causa
material del derecho.
Santo Tomás establece que el derecho es el objeto de la justicia. En la cuestión
siguiente dirá que el objeto de la virtud de la justicia (o sea el derecho) consiste en
una acción exterior, dirigida a otro, por la que se le da a éste lo que le es debido o
su derecho. El Aquinate describe la conducta objeto material del derecho como
una acción exterior dirigida a otro. Veamos que implica esto. Ahora, como todo
acto se especifica (se explica, determina o torna inteligible) por su objeto debemos
analizar, por un lado la acción misma, por otro, su objeto.
La acción humana: En primer lugar debemos advertir que se trata de una conducta
humana. Para comprender rectamente esta afirmación, podemos distinguir entre
actos humanos y actos del hombre. Éstos últimos son aquellos que el hombre
“realiza” prácticamente sin su intervención. Podría decirse que es más propio
hablar de que el hombre los padece o acontecen en él más que de realización. Así
ocurre por ejemplo con las funciones orgánicas. La circulación sanguínea o la
digestión, son del hombre, pero se trata de procesos de los que no tiene pleno
gobierno. De hecho ocurren al margen del estado conciente del sujeto, por
ejemplo mientras duerme. Los actos humanos en cambio son aquellos en que el
sujeto tiene o puede tener pleno gobierno de la acción. En el derecho la
calificación de jurídica o antijurídica de una acción, requiere la posibilidad de
dirección o gobierno de la misma. “Los hechos que fueren ejecutados sin
discernimiento, intención y libertad, no producen por sí obligación alguna”.
Las notas de discernimiento, intención y libertad enunciadas por el codificador son
constitutivas del acto humano voluntario. Analicemos detenidamente el ato
humano en cuestión. Sabemos ya que se trata de acción human exterior.
La estructura básica de toda conducta supone tres grandes momentos, en los que
inteligencia y voluntad intervienen alternativamente:
1.- Intención del fin: lo primero en la operación es el fin. En este primer momento
se dan el conocimiento y querer del fin en cuanto tal.
2.- Elección de los medios: la inteligencia tiene a su cargo la consideración y
deliberación racional de los medios aptos para alcanzar el fin. La voluntad por su
parte, acepta los medios propuestos por la inteligencia y elige uno o algunos de
ellos.
3.- Imperio y ejecución: elegidos él o los medios la inteligencia realiza el acto de
imperio por el que ordena los medios seleccionados al fin propuesto; la moción
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eficaz de la voluntad lleva a cabo lo imperado.
Descrito el acto humano podemos abordar una nueva clasificación, la de actos
inmanentes y transeúntes. Los primeros son aquellos cuya perfección queda o
concluye en el sujeto que obra. Son actos inmanentes, amar o pensar. La
intensidad del amor o pensamiento, aumentan cualitativa y cuantitativamente en el
sujeto amante o pensante. Los actos transeúntes salen del sujeto para generar un
efecto -exterior- propiamente dicho. Es el caso, por ejemplo de la acción
fabricadora cuya perfección consiste en la cosa hecha o fabricada, producto de la
acción. .
La causa formal La forma actualiza y especifica la materia. Ambas son con
principios o causas constitutivas del ente. Las notas de exterioridad y alteridad
constituyen el género remoto de la conducta jurídica. La nota de obligatoriedad en
cambio, es género próximo. Resta entonces encontrar la diferencia específica o
formalidad que torna jurídica a una conducta.
Decimos que la conducta jurídica es conducta referida a otros. Por su parte, la
virtud es una modalidad de la conducta, hábito perfectivo que rectifica la
operación, “hace buena la operación y bueno al que obra”. La rectificación de las
conductas referidas a otro, compete a la justicia, cuyo objeto, según toda la
tradición jurídica occidental, es el derecho, lo justo o lo debido. Y lo justo o debido,
lo es según una medida estricta y objetiva, por lo que la especificidad de lo jurídico
viene de la nota de objetividad.
Nota que por una parte consiste en la consideración de la “intención objetiva” que
implica la realización de la conducta debida, prescripta por la norma, al margen de
la intención virtuosa o viciosa relativa a la justicia como virtud. Por otra, y en lo
cual propiamente radica la objetividad, la medida de lo justo, de lo debido, no se
determina en función del sujeto obligado, sino por referencia o adecuación a una
medida objetiva que es la misma medida del título de aquel a quien se está
obligado y a su vez es la medida establecida por la norma que rige la relación. Así
lo debido constituye un término medio real y objetivo y a su vez un término medio
de razón.
Decíamos que lo justo es la cualidad propia de ciertas conductas referidas a otro.
A su vez, identificamos a lo justo con lo igual. Lo justo entonces será aquello que
corresponde a otro según una medida estricta y objetiva. Pero esa medida estricta
importa cierta conmensuración, igualación o adecuación a algo del otro. Ese algo
del otro es cierta cualidad o investidura -a la que podemos llamar título-, en virtud
de la cual alguien ocupa una posición relativa en una determinada situación
jurídica. La causa de ésta cualidad puede ser un hecho natural, como la
paternidad que genera el título de la patria potestad; puede ser atribuida por otros,
por ejemplo a través de una elección; o ser resultado de una conducta que sitúa
de un modo determinado a las partes en una relación, dando lugar a las
investiduras o títulos respectivos. “Pero en todo caso, tal investidura tiene su
fuente en una norma que al definir las conductas preceptuadas, prohibidas,
permitidas, define a la vez los sujetos relativos de las mismas”.
A su vez, los títulos son opuestos y correlativos. Lo primero, porque uno de los
títulos es de signo positivo y lo llamamos título de mérito, mientras que su opuesto
es de signo negativo, de merecimiento negativo, o demérito. Pero son correlativos
porque se co-implican ya que al ser posiciones relativas no pueden existir el uno
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sin el otro, es más, son dos aspectos de una misma relación. En tanto dos
aspectos de una relación, son idénticos en cuanto a su medida porque el objeto de
ambos es el mismo, uno debe “lo mismo” ( to ison, lo igual) que el otro merece.
Por lo cual el débito, consiste en cierta igualdad, proporción o adecuación entre los
sujetos de la relación. Lo justo entonces es la adecuación, ajuste o igualación de
la conducta en función de un título de merecimiento cuyo quantum es el mismo
que el de lo debido.
Por último, lo justo es también lo legal, regla y medida de los actos que
predetermina lo que es conducente al bien del todo. La norma describe o enuncia
de forma racional imperativa, y a su vez causa, la igualdad necesaria e inmanente
de las relaciones. Lo justo entonces resulta de una doble adecuación, al título del
otro y a la ley que establece el modelo de la adecuación al título.
La seguridad o certeza jurídica es, según muchos autores, el fin del derecho más
importante y el único propiamente jurídico . La seguridad jurídica persigue obtener
orden, certeza, previsibilidad de los comportamientos de relevancia jurídica y la
protección de los bienes jurídicos. Básicamente consiste en que los sujetos
conocen las normas jurídicas que regulan determinados comportamientos de
modo que saben cómo comportarse y cómo se conducirán los demás. Si el
derecho es generalmente observado, los individuos conocen y pueden preveer las
consecuencias del propio actuar y las del actuar ajeno. En otras palabras sabemos
la barrera entre lo lícito y lo ilícito. El individuo también conoce o tiene cierta
garantía que su persona, bienes y sus derechos no serán objeto de ataques
violentos o antijurídicos y, si lo son en el hecho, sabe que (con una alta
probabilidad) se sancionará al culpable y/o se repararán los perjuicios sufridos.
Según algunos autores, este fin sólo se logra a través del derecho, a diferencia de
la paz y justicia que se puede lograr por otros medios y órdenes normativos.
Además es el único fin que podemos atribuirle a cualquier sistema jurídico, con
independencia a si éste es justo o injusto.
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DERECHO CONDICIONES DE LA SEGURIDAD JURÍDICA: LA “MORAL
INTERNA”
Para que podamos obtener seguridad jurídica, debe cumplirse con determinadas
condiciones. Según el autor norteamericano Lon Fuller, estos requisitos configuran
lo que se denomina “moral interna del derecho” y, en el fondo, estas condiciones
pretenden que el derecho cumpla su función inmediata: regular y orientar
conductas. Fuller distingue entre “moral de deber” (morality of duty) y “moral de
aspiración” (morality of aspiration). La moral del deber implica conductas que la
mayoría está dispuesta a “tolerar” y dice relación con un límite al actuar,
estableciendo un standard mínimo de conducta exigible. La moral de aspiración es
más exigente y persigue la virtud en el ser humano. Sin embargo, Fuller entiende
que el derecho debe ser empleado para poner en vigor la moral del deber y no
puede ser usado para lograr los objetivos de la moral de aspiración. La idea fue
a) El derecho debe ser eficaz; es decir, debe ser normalmente obedecido por los
sujetos normativos y generalmente aplicado por los Tribunales de Justicia.
c) Las normas jurídicas deben ser lo más precisas posibles: delimitar claramente
la conducta regulada y sus consecuencias (manifestaciones de ello son el principio
de tipicidad penal y la legalidad tributaria
e) Las normas jurídicas deben ser conocidas por los destinatarios, para ello es
importante la escrituración del derecho y una adecuada publicidad. La
interpretación de las normas debe ser lo más fácil posible, por ello es necesario
claridad en el lenguaje.
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Nuestro derecho contempla varias instituciones que tiene por fin obtener certeza o
seguridad jurídica. Entre las más importantes destacan: la ficción de conocimiento
de la ley; la prescripción; la caducidad; el principio de legalidad como límite de la
actuación de los entes públicos; la estructura piramidal del ordenamiento y la
supremacía constitucional; la cosa juzgada; etc. Analizaremos los instrumentos
más importantes:
b) Principio de legalidad Los entes estatales sólo pueden hacer aquello que la ley
expresamente les permite.
c) Irretroactividad de la ley
se puede dar efecto retroactivo a la ley es en el ámbito penal: el delito debe estar
regulado en una ley vigente en el momento de su perpetración; es decir, los delitos
no pueden sancionarse con efecto retroactivo
g) Cosa juzgada: Todo conflicto debe tener un punto final , por ello existe la cosa
juzgada, la cosa juzgada es una cualidad de los efectos de determinadas
sentencias que cumplen con ciertos requisitos, en virtud del cual por no existir ya
medios de impugnación en contra de ella, ésta es inmutable o inmodificable y, por
lo tanto, puede seguirse su cumplimiento forzado.
PAZ SOCIAL
Este fin del derecho se logra a través de varios cometidos del derecho:.
Regulación coactiva de las conductas más relevantes para el orden social
El derecho pretende lograr la paz social regulando las conductas jurídicamente
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relevantes y reprimiendo por el uso legítimo de la fuerza socialmente organizada
los actos más gravemente atentatorios contra el orden social. justicia.
Imposibilidad de erradicar los conflictos y el uso de la fuerza.
La paz social que garantiza el derecho es relativa, ya que el derecho nunca logra
erradicar íntegramente los conflictos y el uso de la fuerza.
JUSTICIA
EN RESUMEN
Para poder precisar cuáles son los fines del derecho, es necesario preguntarse
qué busca el derecho?, cuál es su objeto?, qué persigue?.
La Justicia: Son numerosas las definiciones dadas por diferentes autores sobre la
justicia, y es que incluso la justicia puede ser analizada desde diferentes
perspectivas: como valor, como derecho, y como fin, siendo esta última la que
interesa en este análisis. De todas las definiciones que puedan citarse, la
definición clásica de justicia y que además enmarca muy bien su esencia es la
propuesta por Ulpiano, quien la definió así:
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El Bien Común: Es el Conjunto de valores, bienes y experiencias que contribuyen
a la conservación y al progreso de la comunidad y al bienestar material, moral e
intelectual de las personas que viven en ella.
ORDEN SOCIAL
EL ORDEN JURÍDICO
Orden es disposición o colocación de las cosas de modo que cada una ocupe el
lugar que le corresponda. Al referirse al Orden Jurídico se debe considerar que los
mandatos jurídicos están constituidos por reglas de conducta concatenadas y
ordenadas con estrecha vinculación entre sí, dando origen a los ordenamientos
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normativos de la conducta humana. Se considera que el vínculo de unión entre las
normas jurídicas es la “razón de validez”. Kelsen nos enseña que cada norma vale
si hay otra norma superior que la soporte, por lo que todas las normas que se
funden en una misma normativa superior tienen la misma razón de validez y el
conjunto organizado de esas normas constituyen el Ordenamiento Jurídico de un
Estado. Las normas Jurídicas de un mismo sistema pueden tener igual o diferente
rango.
En sentido lato se puede aceptar que el Orden Jurídico es “el conjunto de normas
que integran el Derecho Positivo”. Pero si nos referimos a determinado Estado,
restringimos el concepto a la normativa de ese Estado. Al respecto señala García
Maynez que el Orden Jurídico es una larga jerarquía de preceptos, que cada
ordenamiento jurídico tiene un límite superior y otro inferior. Siguiendo a Kelsen,
estos extremos serían: La Norma Fundamental y las normas individualizadas.
Dice Merkl: “Es un error entre legos y doctos, el creer que el orden jurídico se
agota en un conjunto más o menos numeroso de preceptos de general
observancia, al lado de las leyes aparecen los actos jurídicos en su infinita
variedad y multiplicidad”. Como vemos, Merkl señala que examinando el derecho
se descubre la posibilidad de establecer una ordenación jurídica entre las diversas
normas y los actos jurídicos.
Por su lado Hans Kelsen expone, en su “Teoría Pura del Derecho” que: “Una
pluralidad de normas constituyen una unidad, un sistema o un orden cuando su
validez reposa, en último análisis, sobre una norma única”. Siendo esta norma
única la fuente común de validez de todas las normas pertenecientes a un mismo
orden, constituyendo así su unidad. Luego agrega que una norma pertenece a un
orden determinado sólo cuando existe la posibilidad de hacer depender su validez
de la norma fundamental que se encuentra en la base de la estructura del orden
jurídico.
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Constitución, las normas generales emanadas de los procedimientos legislativos,
incluyendo estas las de origen administrativo como las normas reglamentarias y
luego las normas individualizadas.
EQUIDAD
Es decir que para que la equidad sea real no puede ser aplicada la norma en
general a todos los individuos, sino que deben ser acatadas ciertas excepciones
para cada caso particular. Además cada persona debe ser capaz de hacer valer
sus derechos, sin importar de donde provenga.
Equidad social
Equidad de género
CONCEPTO DE DERECHO
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Primer grupo de definiciones
la primera categoría corresponde a la llamada “escuela de los comentaristas del
código civil”. A ella pertenecen: Toullier, quien a pesar de dar diversas
aceptaciones del derecho, las hace derivar todas de la ley; marcadé, quien dice
que el derecho “c” est i´ensemble ou plutôt le r´resultat general des dispositions
lois.”i (Es el conjunto, o más bien el resultado general de las disposiciones de
las leyes), o bien “une conséquence particuiére et plus éloignée”.ii (Una
consecuencia particular y más alejada) de las mismas, y que, como objeto de
estudio, es “1´art de distinguen le juste de i´injuste, de discerner le bien du
mal”.iii (El arte de distinguir lo justo de lo injusto, de discernir el bien del mal);
Demante, dice que el derecho es la conformidad a la ley, y que como ciencia es
el arte de conocerla y aplicarla o, más brevemente, de distinguir lo justo de lo
injusto;iv Demolombe, para quien, como definición general, el derecho es
también el resultado o el conjunto de las reglas legales, aun cuando después
hacen la distinción entre el derecho positivo y el derecho natural. Todos estos
autores consideran al derecho como un resultado de la ley estatal o como el
conjunto de las normas legales.
Para refutar esta concepción que subordinar el derecho a la ley, recurrirá
a Georges Renard, quien, con su estilo apasionante, la ha demolido con el
mazo de su crítica. El primer argumento que esgrime este autor, es el mismo al
que ya nos hemos referido y el que Lauret y Kelsen, por ejemplo, han hecho
notar: el derecho es anterior a la ley. Si así fuera, dice Renard, “nos ancetres
vivaient donc sans droit, avant i´etablissement du régime d´etat”. v (Nuestros
antepasados vivían entonces sin derecho, antes del establecimiento del régimen
de estado.) el segundo argumento que hacen valer Renard, es el de que “Même
sous le regne de la loi, il reste une place pour une élaboration scientifique
complémentaire de la loi,”vi (aun bajo el reino de la ley, queda un lugar para una
elaboración científica complementaria de la ley.) Esto obedece a la imperfección
de los textos legales, a sus oscuridades e incoherencias, y a las ranuras que
toda legislación presenta, por muy completa y muy bien construida que esté,
debido a su generalidad, a su fijeza y a sus irremediables lagunas. Es imposible
tapar estas ranuras, llenar estos vacíos, “par une simple interpretación
exhaustiva de la loi, il faut donc bien faire appel a des sources de droit autres
que la loi”.vii (Por una simple interpretación exhaustiva de la ley, es muy
necesario entonces hacer un llamado a fuentes de derecho distintas a la ley.)
finalmente, Renard hace valer untercer argumento “non seulement il existe un
droit antérieur a la loi et un droit complémentaire de la loi, mais que la loi sé
heurte a la double résistance des fait et des croyances”.viii No solamente existe
un derecho con la doble resistencia de los hechos y de las creencias.) Os
hechos, dice Renard, son en primer lugar materiales como el día y la noche,
cuya duración la ley no puede alargar ni reducir, aun cuando puede adelantar la
hora en verano; son también “estados de espíritu”, que no tienen nada de
creencia, como “ i´opposition des paysans a i´heure d´ete”.ix (La oposición de los
campesinos a la hora de verano.) Esta resistencia de los hechos es opuesta en
dos momentos: cuando la ley establecida y cuando es aplicada.
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En cuanto atañe a las creencias, Renard escribe: “tout juriste est un
croyant. II y a des juristes qui sé disent et qui sé croient positivistes: il n´y a pas
de jurisconsultes positivites.”x (Todo jurista es un creyente. Hay juristas que se
dicen y que se creen positivistas: no hay jurisconsultos positivistas.) y después
de referirse a las creencias de León Duguit (la opinión pública), Gaston Jeze
(limitación del poder legislativo), Edouard Lambert (el derecho común
legislativo), René Demogue (un derecho ideal), Aillet (un método de “reflexión
crítica”) y Jellinek (él resulto del desarrollo histórico de los pueblos), termina
diciendo estas bellas palabras que no quiero dejar de trascribir textualmente:
Et voil les substitus qu´on nous propose du droit naturel!
Rien de plus étrange et de plus triste que cette agitation de la science du droit a
la recherché de son étoile perdue. Elle interroge tous les sages; elle consulte
tous les oracles; et cet effort fiévreux s´abime dans le cri loyal et déchirant
d´Emile Durkheim: “rien de plus facile que de prouver que les idées morales
sont absurdes; cependant nous devons y soumettre avec respect.”
Je ne me sens pas disposé a souscrire a ce credo quia absurdum; mais je crois
en la justice, comme je croi en dieu.xi
(¡Y he ahí los sustitutos del derecho natural que se nos proponen!
Nada más extraño y más triste que esta agitación de la ciencia del derecho a la
búsqueda de su estrella perdida. Interroga a todos los sabios; consulta todos los
oráculos; y este esfuerzo febril se abisma en el grito leal y desgarrador de Emilio
Durkheim: “Nada más fácil que probar que las ideas morales son absurdas; Sin
embargo, nos debemos someter a ellas con respeto.”
No me siento dispuesto a suscribir este credo quia absurdum; pero creo en la
justicia, como creo en Dios.)
De todos los argumentos de Renard, el más sólido, a nuestro parecer, es el que
se refiere a que “el derecho es anterior a la ley”, como ha escrito también
Laurent. Debemos tener en cuenta, además, la existencia de un derecho
supralegal, objetivo, eminentemente justo, clavado en la conciencia del hombre,
que guía y orienta a la imperfecta legislación del estado.
Segundo grupo de definiciones
Este grupo comprende, de acuerdo con la clasificación de Lévy-Ullamann, a los
autores que, tomado en consideración los distintos aspectos del derecho, dan
múltiples definiciones de éste.
Según el mismo Lévy-Ullmann, los primeros que emprendieron esta tarea
fueron Valette y Charles Beudant. Rompiendo el viejo lazo que ligaba al derecho
con la ley, y acometieron directamente la noción de aquel, enfocándola en sus
diversos aspectos: como ciencia, como derecho natural, como derecho positivo,
como derecho subjetivo. En estos dos autores se inspiraron los civilistas
franceses del siglo XX, a los que nos vamos a referir en forma breve, al
proporcionar sus varias acepciones del derecho.
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Dice Lévy-Ullmann que en las primeras ediciones del précis de droit civil de g.
Baudry- Lacantinerie, este autor comenzaba por dar una definición única del
derecho, de la cual deducía después los dos aspectos principales del mismo: el
derecho natural y el derecho positivo. Posteriormente, tanto Baudry-Lacantinerie
como su colaborador G. Chéneaux, sin dar explicaciones de los motivos, en la
última edición del précis, cambian de método, y situación, en el mismo plano,
cuatro definiciones del derecho: la del objetivo, la del subjetivo, la del positivo y
la del derecho natural o racional.
En su revolución libro intitulado modestamente traité élementaire de droit civil,
Marcel Planiol dice que la palabra derecho tiene dos sentidos principales: Como
facultad (derecho subjetivo), y como conjunto de leyes (derecho objetivo). El
derecho positivo y el derecho natural, para él, son simples distinciones que no
entran en la definición.
F. Surville, en sus élement d´un cours de droit civil francais, dice que en la legua
francesa hay tres aceptaciones principales de la palabra derecho: La primera se
refiere seguramente al objetivo; la segunda, al derecho como ciencia, y la
tercera, al “derecho- prerrogativas”, o sea, a las facultades (derecho subjetivo).
Distingue después el derecho positivo y el natural.
Para Ambroise Colin y Henrí Capitant, igualmente, en su cours élementaire de
droit civil francais, la palabra derecho puede ser tomada en tres acepciones
diferentes: como conunto de preceptos, reglas y leyes (derecho objetivo o
derecho con “D”
mayúscula, según estos autores); como facultades o prerrogativas (derecho
subjetivo o simplemente derechos, con d minúcula y en plural, según los
mismos autores), y como ciencia. Después distinguen también el derecho
positivo y el derecho natural.
Este método de las definiciones múltiples del derecho, no es, sin embargo,
exclusivo de los civilistas, adverte Lévy-Ullmann. También los publicistas, los
tratadistas del derecho público, lo emplean. León Durguit, por ejemplo, hace la
distinción entre derecho objetivo y derecho subjetivo; pero para él no tiene
exactamente el mismo significado que para Baudry-Lacantinerie, colin y
capitant, por ejemplo. Al hablar del derecho objetivo, estos últimos tienen en
cuenta al derecho en sí, formal, haciendo caso omiso de su fin. Durguit, por el
contrario, lo toma desde el punto de vista social, del papel que debe
desempeñar en la sociedad, por oposición al derecho subjetivo, que tiene un fin
meramente individual, de beneficio personal.
Nos abstenemos de transcribir las definiciones que todos estos autores dan de
los diversos aspectos del derecho, ya que, por una parte, lo consideramos inútil,
y, por otra, bastante conocidos son los conceptos de derecho objetivo, derecho
subjetivo, derecho positivo, derecho natural (en el significado que generalmente
se le da) y el del derecho como ciencia, a que los mismos autores se refieren.
Además, lo que nos interesa es encontrar la definición única que abarque todos
los aspectos posibles del derecho.
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Tercer grupo de definiciones
Inspirándose en la definición del jurisconsulto alemán C.S. Zachariae, xii los
juristas franceses C. Aubry y C. Rau, después de dar en la primera edición de
su obra cour de droit civil francais, un concepto del derecho, en las
subsecuentes ediciones de la misma da uno definitivo en los siguientes
términos: “le droit est i´ensemble des préceptes ou regles de conduite a
i´observation desquels il est permis d´astreindre i´homme par une coercition
extérieure ou physique.”xiii (El derecho es el conjunto de preceptos o reglas de
conducta para cuya observación se permite constreñir al hombre por una
coerción exterior o física.)
Lévy-Ullmann señala los méritos de esta definición:
1 evoca tanto el derecho positivo como el derecho natural;
2 puede ser aplicada al derecho internacional, puesto que “toute regle
légitimement suscreptible de devenir i´objet d´une coercition extérieure est par
cela même une regle juridique”.xiv (toda regla legítimamente susceptible de
devenir el objeto de una coerción exterior es eso mismo una regla jurídica),
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2 la segunda crítica nos parece muy acertada;
3 a nuestro parecer, no es la fuerza física, exterior, la que caracteriza al
derecho; puede haber, según hemos dicho, un derecho no coercitivo
exteriormente, como o es el ideal no positivo, y
4 si por derecho objetivo entendemos un conjunto de leyes, un cuerpo
de normas, un código o reglamento, establecidos para bien de la sociedad, los
autores criticados sí aluden implícitamente a este aspecto del derecho; en
cambio, no toman en cuenta el aspecto subjetivo que es, por decirlo así, más
amplio: todo derecho objetivo es, al mismo tiempo, subjetivo, visto por el lado de
la persona, pero no todo derecho subjetivo es, al mismo tiempo, objetivo,
cuando no se encuentra plasmado en una ley exterior coactiva.
Por lo demás, ni la definición de Aubry y Rau ni la zachariae nos parece
aceptables, pues no todas derecho pueden ser impuestos por medio de una
coerción exterior o física; Pensemos, por ejemplo, en un derecho que no puede
ser exigido judicialmente y, por tanto, no puede ser impuesto por la fuerza
pública, ya sea por falta de pruebas o por cualquiera otra causa: no deja, sin
embargo, de ser derecho.
C. Bufnoir, por su parte, dice: “le droit, c´est i´ensemble des regles auxquelles
est soumise sous la sanction du pouvoir social, la liberté de i´homme en conflit
avec la liberté d´autrui.”xvii (El derecho es el conjunto de reglas a las cuales está
sometida, bajo la sanción del poder social, la libertad del hombre en conflicto
con la libertad de otro.) Esta definición nos parece criticable, porque sólo toma
en consideración el aspecto estatal del derecho, no así demás aspectos. Esta
misma crítica podemos hacer a la definición de Falck, inspirada también en la
de Zachariae:
Nous entendons par droit un ensemble de préceptes et de regles auxquels les
hommes vivant dans un estat ou dans une sociéte civile sont soumis, de telle
maniere qu´ils puissent, en cas de besotin, éter contraints a les observer par
i´application de la forcexviii
(Entendemos por derecho un conjunto de preceptos y de reglas a los cuales los
hombre que viven en un estado o en una sociedad civil están sometidos de tal
manera que pueden, en caso de necesidad, ser constreñidos a observarlos por
la aplicación de la fuerza.) la definición de Gaston may incurre en el mismo
defecto
un ensemble de preceptos que tous les membres de la sociedad reconnaissent
comme regles de leurs rapports reciproques est dont le pouvoir social assure le
maintien par voie de sancion.xix
(Un conjunto de preceptos que todos los miembros de la sociedad reconocen
como reglas de sus relaciones recíprocas y cuyo poder social asegura el
mantenimiento por vía de sanción.)
Francois Gény da esta definición
Le droit sé présente a nous comme i´ensemble des regles, auxquelles est
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soumise la conduite extérieure de i´homme dans ses rapports avec ses
semblables, et qui, sous i´inspiration de i´idée naturelle de justice, en un état
donné de la conscience collective de i´humanité apparaisssent susceptible
d´une sanction sociale, au besoin coercitive, sont ou tendent a éter pourvues de
pareille sanction et d´ores et deja se posent sous la forme d´injonctions
catégorique dominant les volontés particulieres pour assurer i´ordre dans la
sociéte.xx
(El derecho se presenta a nosotros como el conjunto de las reglas, a las cuales
será sometida la conducta exterior del hombre en sus relaciones con sus
semejantes, y que, bajo la inspiración de la idea natural de justicia, en un estado
dado de la conciencia colectiva de la humanidad, aparecen susceptibles de una
sanción y de ahora en adelante se ponen bajo la forma de mandatos
categóricos dominando las voluntades particulares para asegurar el orden en la
sociedad.)
Levy-Ullmann le hace a dicha definición las observaciones siguientes:
es excesivamente larga;
señala el continente por el contenido, y se limita a las relaciones entre
humanos;
sólo enfoca el aspecto objetivo (social) del derecho, y no el subjetivo
(individual), y
se funda en la idea de justicia, que es movediza, oscilante y confusa,
para distinguir las normas jurídicas, de las morales, las religiosas y las
de las costumbres.
A estas críticas, agregamos las que hemos hecho a las otras definiciones.
OTRAS DEFINICIONES
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Enseguida salta a la vista lo defectuoso e incompleto de esta definición: las
normas morales, por ejemplo, también son ordenaciones generales que regulan
la vida social del hombre. Además, según Kelsen, hay normas jurídicas
particulares: las sentencias judiciales, por ejemplo.
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carácter autárquico lo distingue de las “reglas convencionales”. Mas la
arbitrariedad es también una manifestación de la “voluntad autárquicamente
vinculatoria”: ¿cómo la diferenciaremos del derecho? Desde luego, la justicia y
la legalidad no pueden ser los datos diferenciales, ya que pueden existir un
derecho ilegal (el implantado, por ejemplo, por una revolución triunfante) y una
arbitrariedad justa. Lo que distingue al uno de la otra, es la inviolabilidad del
primero. Con esto se quiere decir que el derecho debe tener como característica
“su permanencia uniforme en la vinculación de los fines humanos”;xl o sea, que
no debe ser violado caprichosamente por el que lo impone, ni ser aplicado al
antojo de éste en cada caso concreto. “Los dictados del poder arbitrario abrigan
la intención de que el que los dicta no queda sujeto por sí mismo a ello.
Proclaman una voluntad vinculatoria, que el titular del poder acatará sí
voluerit.”xli El derecho, por el contrario, debe ser acatado por la misma autoridad
que lo dicta, “y no disponer una regulación nueva para cada caso, a merced de
las veleidades del que ocupa el poder”.xlii Reuniendo todos estos elementos
característicos del derecho, Stammler ha formulado su definición: la voluntad
vinculatoria, autárquica e inviolable.
Si bien nos fijamos, esta definición sólo comprende el derecho que llamaremos
social, el derecho impuesto por la sociedad; no así el derecho subjetivo, el
derecho que no es una voluntad vinculatoria ni autárquica ni inviolable, como,
por ejemplo, un derecho consuetudinario no exigible judicialmente, o un derecho
cualquiera no legislado. Adolece, por tanto, del mismo defecto que las
definiciones sociológicas.
TESIS DE GOODHART
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expide;
no la reconocen, y no se somete a esta ley;
la reconocen, pero no quieren someterse a la ley que promulga, y
no la reconocen, pero se sujetan a esta ley. En la segunda y cuarta
actitudes habrá, en el sentir de los particulares, no una sujeción al
derecho, sino una sujeción al poder.
En cuanto a la segunda pregunta, la autoridad legisladora contestará,
naturalmente, que un precepto jurídico es obligatorio porque es impuesto y
sancionado por ella. Los destinatarios de la norma, en cambio, responderán que
ésta es válida y obligatoria porque ellos reconocen la autoridad del legislador.
En caso contrario, si se sometiesen a ella sólo por el temor al castigo, no habría
una obediencia a la ley, sino una sumisión al poder arbitrario.
García Máynez dice que “cuando la regla no emana de una autoridad, la
obediencia no se puede explicar como resultado del reconocimiento.” En
nuestra opinión, sí. El derecho consuetudinario, el derecho religioso y el
derecho preestatal, por ejemplo, que no son o no han sido dictados por el poder
legislativo del estado, son o han sido obedecidos porque han sido aceptados
tácitamente por los destinatarios. Respecto del primero, o sea, el nacido de la
costumbre, el mismo García Máynez cita el principio adoptado por la teoría
romano-canónica: “Si a un uso más o menos reiterado se halla unida la
convicción de que es obligatorio, el uso se convierte en derecho
consuetudinario”. Este principio, a nuestro parecer, puede ser aplicado a los
demás cosas mencionados, ya que la convicción de obligatoriedad a que se
refiere no es sino el reconocimiento de la validez normativa. En el caso de los
preceptos religiosos (derecho canónico) dictados por una autoridad eclesiástica,
la aceptación y observancia de los mismos constituye la base de su validez y
eficacia.
Lo esencial para Goodhat “es, por tanto, el fenómeno del reconocimiento, ya
sea que se dé en el espíritu de quien formula la formula la regla, o que surge en
el de las personas a quienes va dirigida”.
Esta doctrina del reconocimiento, empero, por ser “una aplicación radical y
consecuente de la postura subjetivista al ámbito de lo jurídico”, es inaceptable
para definir al derecho.
Pero no prosigamos con la interminable tarea de exponer las distintas
definiciones que de él se han dado, pues sería hasta cierto punto inútil: siempre
encontraríamos en ellas vacíos y defectos. Si labor difícil es definir, lo es más
tratándose del derecho y la justicia. No obstante esto, intentaremos proporcionar
algo de luz sobre este problema.
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CONCLUSIÓN
Mientras que los fines del derecho son propósitos que las normas jurídicas
pretenden conseguir. Están fuera del derecho mismo, son algo externo a él.
Estado para atender a sus ciudadanos y tener una convivencia pacífica y el orden
así también concluimos que la equidad es ser justo con darle a< cada ujnmo lo
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OBJETIVOS.
3. entender la oposición entre orden jurídico y tal vez no como oposición sino
4. hacer una presentación breve pero bien explicada de cada uno te los
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RECOMENDACIONES-.
tema porque sabemos que lo que trataremos de explicar se queda corto ante lo
bride una explicación del tema desde su punto de vista y experiencia como
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E grafía.
http://mlezica.blogspot.com/2009/07/las-causas-del-derecho.html
Fuente: https://concepto.de/equidad/#ixzz5RgFAeVVh
http://derechomx.blogspot.com/2012/04/fines-del-derecho.html
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