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Preocupaciones en común en “Nuestra América”, “El Ariel” y “La carta de Jamaica”

Los textos de “Nuestra América” de José Martí, “El Ariel” de José Enrique Rodó y “La carta de
Jamaica” de Simón Bolívar, contienen ciertas ideas en común y preocupaciones. Pues nacen en
un tiempo en el que la identidad de los pueblos Latinoamericanos, apenas se estaba planteando.
Ciertas problemáticas acechaban a estos nuevos estados. Primero podemos observar en los tres
textos, que se antagoniza a los poderes extranjeros, ya sea en Europa o en América del norte. En
el texto de Bolívar esto es muy claro, pues muchos pueblos luchaban en ese entonces para lograr
su independencia de España:

Este cuadro representa una escena militar de dos mil leguas de longitud, y novecientas de
latitud en su mayor estencion, en que dies y seis millones de Americanos defienden sus
derechos, ó estan comprimidos por la nacion Española; que aun que fue en algun tiempo el
mas vasto Ymperio del Mundo, sus restos son ahora impotentes para dominar al nuevo
hemisferio, y hasta para mantenerse en el antiguo. Y ¿la Europa civilizada, comerciante y
amante de la Libertad, permite que una vieja serpiente, por solo satisfacer su saña
envenenada, devore la mas bella parte de nuestro glovo.? ¡Que!

En “Nuestra América” y “El Ariel” la cosa cambia pues ahora son los norteamericanos quienes
representan lo negativo. Según José Martí: “¡América del Norte, que ahoga en sangre a sus
indios, y va de más a menos! ¡Estos delicados, que son hombres y no quieren hacer el trabajo de
hombres! Pues el Washington que les hizo esta tierra, ¿se fue a vivir con los ingleses, a vivir con
los ingleses en los años en que los veía venir contra su tierra propia?”. En “El Ariel” el
sentimiento es parecido, si bien tiene un corte más filosófico, el cual piensa al utilitarismo
estadounidense como una amenaza para el espíritu latinoamericano.
Cada uno de los textos tiene diferentes respuestas e ideas contra la amenaza de los
poderes extranjeros, ya sea militar o ideológica. Pero sobre todas estas, la idea que más se
presenta es la necesidad de configurar una identidad en los pueblos latinoamericanos. Bolívar
expone con esperanza en “La carta de Jamaica” que sería algo bueno la unión de los pueblos
Latinoamericanos en una sola nación, esto posiblemente debido a su actitud positiva y optimista
después de las exitosas campañas militares en contra de España por parte de los diversos pueblos
Latinoamericanos. Bolívar por supuesto, todavía no se había enfrentado a las numerosas
complejidades que resultarían tras este proyecto, la realización de su sueño sería imposible. Los
otros dos textos que existen en un período diferente, al haberse escrito a la llegada del siguiente
siglo, tratan los problemas de manera más puntual, si bien Bolívar solo expuso sus ideas de una
manera predominantemente geopolítica.

José Martí habla sobre una inteligencia creada a partir de la naturaleza, la cual es
necesaria para gobernar correctamente a los pueblos latinoamericanos:

Por eso el libro importado ha sido vencido en América por el hombre natural. Los hombres
naturales han vencido a los letrados artificiales. El mestizo autóctono ha vencido al criollo
exótico. No hay batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la
naturaleza. El hombre natural es bueno, y acata y premia la inteligencia superior, mientras
esta no se vale de su sumisión para dañarle, o le ofende prescindiendo de él, que es cosa que
no perdona el hombre natural, dispuesto a recobrar por la fuerza el respeto de quien le hiere
la susceptibilidad o le perjudica el interés. Por esta conformidad con los elementos naturales
desdeñados han subido los tiranos de América al poder; y han caído en cuanto les hicieron
traición. Las repúblicas han purgado en las tiranías su incapacidad para conocer los
elementos verdaderos del país, derivar de ellos la forma de gobierno y gobernar con ellos.
Esta inteligencia trata de una consideración de los elementos particulares, físicos y culturales que
constituyen a los pueblos latinoamericanos. De tal manera, no sirve de nada intentar emular la
política extranjera si se evita esto, para gobernar a Latinoamérica hay que conocerla y quien
mejor para el trabajo que sus habitantes desde hace mucho tiempo: los mestizos y los indios. Por
lo mismo, Martí es rápido en criticar a los estadounidenses por la matanza de sus indios.
También es de notar la elocuencia de Martí en el primer párrafo de Nuestra América, al llamar la
atención hacia la falta de unidad y el egoísmo que plaga a la persona latinoamericana: “Cree el
aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le
mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno
el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner
la bota encima.” Un llamado para que la gente de Latinoamérica se una bajo un mismo frente.

Por su parte, Rodó plantea sus ideas sobre la espiritualidad, una característica humana
que se encuentra en oposición al utilitarismo de ese entonces por parte de los estadounidenses. El
cual se preocupa solamente por la obtención de riqueza y su repartimiento justo entre los
pobladores. Definir la espiritualidad a la que se refiere Rodó es un asunto para un texto mucho
más largo que el presente. Pero para dar una idea de lo que se habla, se puede pensar en el
“espíritu” como voluntad de las personas para crear una alta cultura y nutrirse en las diversas
disciplinas del conocimiento, entre las cuales Rodó identifica: arte, ciencia, moral y política:

Una sociedad definitivamente organizada que limite su idea de civilización a acumular


abundantes elementos de prosperidad, y su idea de la justicia a distribuirlos equitativamente
entre los asociados, no hará de las ciudades donde habite nada que sea distinto, por esencia,
del hormiguero o la colmena. No son bastantes ciudades populosas, opulentas, magníficas,
para probar la constancia y la intensidad de una civilización. La gran ciudad es, sin duda, un
organismo necesario de la alta cultura. Es el ambiente natural de las más altas
manifestaciones del espíritu.
Para concluir, los tres textos ponen a la identidad Latinoamericana como centro de sus ideas.
Bolívar realiza un proyecto de unificación de Latinoamérica en una misma nación. José Martí
valora la idea de Latinoamérica como una región única y diferente a las demás del mundo, por lo
que es necesario el conocimiento y cultura de los primeros pobladores “los indios” para poder
conocerla y gobernarla. Y Rodó piensa que la identidad latinoamericana debe nacer por un
espíritu que se oponga al imperialismo del utilitarismo Yanqui.

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