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CRISTIANISMO

Nombre de la religión bajo la que se agrupa a todos los cristianos o creyentes que
han depositado su fe en la muerte y resurección de Jesús, el hijo de Dios. Se les
llama por primera vez cristianos en Antioquía, debido a que mediante su fe
imitaban a Jesús, el Cristo, identificándose como genuinos seguidores de la fe.

DONDE SURGIÓ

El cristianismo comenzó como un movimiento religioso dentro del judaísmo, y así


lo consideraron las autoridades romanas durante muchas décadas. Aunque la
tradición afirma que uno de los discípulos de Cristo, Pedro, fundó la iglesia
cristiana en Roma, el personaje más importante de los primeros tiempos del
cristianismo, después de Jesús, fue Pablo. Quien estuvo mucho despues de la
muerte de Cristo, pero era mas bien una secta muy dividida en cuanto a creencias
(divinidad, milagros, resurreccion, etc.), Pablo se acercó a los no judíos y
transformó el cristianismo de una secta judía en un movimiento religioso más
amplio. Llamado el “segundo fundador del cristianismo”, Pablo fue un judío,
ciudadano romano, muy influido por la cultura griega helenística. Creía que el
mensaje de Cristo debería ser predicado no sólo a los judíos, sino a los gentiles,
los no judíos. Pablo fue pionero en la fundación de comunidades cristianas a todo
lo largo de Asia Menor y en las costas del mar Egeo. Pero cuando cobro mas
importancia. Fue Pablo quien proveyó un fundamento universal para la difusión de
las ideas de Cristo. Enseñó que Cristo era, en efecto, un Dios redentor, el hijo de
Dios, que había venido a la Tierra para salvar a todos los seres humanos,
pecadores, de hecho, a causa del pecado original cometido por Adán al
desobedecer a Dios. Con su muerte, Cristo había expiado los pecados de la
humanidad y había hecho posible que todos los hombres y mujeres
experimentaran un nuevo comienzo con la posibilidad de la salvación personal.
Aceptando a Cristo como salvador, ellos también podrían ser salvados. Al
principio, el cristianismo se diseminó con lentitud. Aunque las enseñanzas del
primitivo cristianismo se difundían mayormente por la prédica de los cristianos
proselitistas, también hicieron su aparición materiales escritos. Pablo escribió una
serie de cartas, o epístolas, que delineaban las creencias cristianas en diferentes
comunidades. Asimismo, algunos de los discípulos de Cristo bien pudieron
conservar algunos de los dichos del maestro en forma escrita, y los transmitieron
como memorias personales, que más tarde llegaron a constituir las bases de los
evangelios escritos, la buena nueva respecto a Cristo, los cuales trataron de
formular un registro de la vida y de las enseñanzas de Cristo, y establecieron el
núcleo del Nuevo Testamento. Aunque Jerusalén fue el primer centro del
cristianismo, su destrucción por los romanos en el año 70 de nuestra era dejó a las
iglesias cristianas con una considerable independencia. Alrededor del año 100 se
hablan fundado iglesias cristianas en muchas de las ciudades principales del
oriente, así como en algunos lugares de la parte occidental del imperio. Muchos de
los primeros cristianos provenían de las filas de los judíos helenizados y de las
poblaciones del oriente de habla griega. Pero en los siglos III y IV, un creciente
número de seguidores hablaban latín. Una traducción latina del Nuevo
Testamento, escrito originalmente en griego, aparecida poco después del año 200,
ayudó a este proceso.

¿Por qué fue el cristianismo capaz de atraer a tantos seguidores? Los


historiadores no están del todo seguros, pero han ofrecido varias respuestas a
esta pregunta. Ciertamente, el mensaje cristiano tuvo mucho que ofrecer al mundo
romano. La promesa de la salvación, posible por la muerte y resurrección de
Cristo, ejerció un inmenso atractivo en un mundo lleno de sufrimiento e injusticia.
En el siglo IV, el cristianismo prosperó como nunca antes.
El Constantino desempeño una función importante en el cristianismo, al que apoyo
aparentemente desde el 312, cuando su ejército debía librar una batalla crucial
contra Majencio en el puente Milvio, que cruzaba el río Tiber al norte de Roma. De
acuerdo con una historia tradicional, al entrar en una batalla decisiva tuvo la visión
de una cruz cristiana con la leyenda: “Con este signo, vencerás”. La tradición
prosigue que habiendo ganado la batalla, Constantino se convenció del poder del
dios cristiano. A pesar de que no fue bautizado sino hasta el final de su vida, en el
año 313 promulgó el famoso Edicto de Milán, por el que oficialmente se toleraba la
existencia del cristianismo. Después de Constantino, los emperadores fueron
cristianos, con excepción de Juliano (360-363), quien trató brevemente de
restaurar la religión politeísta grecoromana tradicional. Sin embargo, él murió en
una batalla y su gobierno fue demasiado corto Como para causar algún efecto.
Bajo Teodosio “el Grande” (378-395), el cristianismo fue declarado la religión
oficial del Imperio Romano. Una vez en poder del control, los líderes cristianos
utilizaron su influencia para proscribir las prácticas religiosas paganas. El
cristianismo había triunfado.

EN QUE ÉPOCAS

El cristianismo surgió en Palestina, durante la primera mitad del Siglo I de la Era


Cristiana.
Fundador y cofundadores del cristianismo
El fundador del cristianismo fue un humilde carpintero llamado Jesús de Nazaret,
quien afirmó, según sus seguidores, ser Hijo de Dios, es decir, Dios hecho hombre.
Al señalar cofundadores, se tendrá que mencionar 12 personas que Jesús mismo
preparó, quienes son conocidos como los apóstoles: Simón Pedro, Andrés, Juan,
Jacobo hijo de Zebedeo, Felipe, Bartolomé, Judas Tadeo, Tomás, Simón el
cananista, Mateo y Jacobo hijo de Alfeo.

El libro sagrado del Cristianismo es la Biblia. Esta se divide en Antiguo Testamento


y Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento tiene 39 libros y el Nuevo 27 para un
total de 66. Se escribió durante unos 1.500 años en diferentes lugares y épocas.
En ella se encuentra una variedad de temas y géneros literarios como:
Narraciones, cartas, poesía, proverbios, evangelios, apocalípticos, profecías, entre
otros. Se escribió en tres idiomas: Hebreo bíblico, Griego Koiné y algunas
porciones en Arameo. Según la creencia cristiana evangélica la Biblia fue inspirada
por Dios, eso quiere decir, que es la Palabra de Dios y en palabras de los hombres.

Principios morales, ética y valores que promueve.


Describir los principios morales que promueve el cristianismo es algo bastante
amplio; sin embargo, el mejor resumen lo encontramos en lo que se conoce como
el decálogo, o los 10 mandamientos:

El primero, amarás a Dios sobre todas las cosas.


El segundo, no tómarás el nombre de Dios en vano.
El tercero, santificarás las fiestas.
El cuarto, honrarás a tu padre y a tu madre.
El quinto, no matarás.
El sexto, no cometerás actos impuros.
El séptimo, no hurtarás.
El octavo, no dirás falso testimonio ni mentirás.
El noveno, no consentirás pensamientos ni deseos impuros.
El décimo, no codiciarás los bienes ajenos.

Estos diez mandamientos se resumen en dos:


Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.

Klaus Wengst
Al plantear la pregunta: “¿Cuándo empezó el cristianismo?”, es sorprendente la
naturalidad con que suelen usarse, hablando del Nuevo Testamento y su tiempo,
las expresiones “cristianos”, “primeros cristianos” o “cristianismo temprano o
primitivo”. A veces se oye decir que “los primeros cristianos eran judíos”. Pero esta
es una frase muy complicada. Efectivamente, todos ellos eran judíos. Pero ¿eran
también cristianos?
Con qué no empezó el cristianismo
El cristianismo se refiere a Jesús de Nazareth. Pero no empezó con él. Jesús fue
judío. Nació como judío, vivió como judío y murió como judío. Si se lo define como
fundador del cristianismo, entonces fue un fundador que perteneció durante toda
su vida a una religión diferente de la que se supone que fundó. Su muerte en la
cruz, con la inscripción “Rey de los judíos” como causa de su ejecución, muestra
que el poder romano, en la persona del prefecto Poncio Pilato, lo ajustició como
agitador judío. Esto es un hecho, aunque los romanos no hayan entendido su
actuación. Los Evangelios representan a Jesús como un judío que vivió en un
contexto judío y pocas veces tuvo contacto con no judíos. Lo muestran a veces en
conflicto y a veces en consenso con otros grupos judíos. Quien interprete al Jesús
que aparece en los Evangelios, fuera del judaísmo -o como si hubiera trascendido
o superado al judaísmo, o hubiera roto con él- sólo podrá hacerlo si ignora,
desprecia o malinterpreta las fuentes judías. Esto ya está ampliamente aceptado:
Jesús era judío.

A CAUSA DE QUIEN

Todos los fieles se sentían llamados a realizar una tarea apostólica”

Al leer algunos relatos biográficos de los primeros cristianos llama la atención


la enorme capacidad expansiva del cristianismo que latía en sus vidas.

El apostolado en los primeros cristianos

LA RAPIDEZ CON QUE SE EXPANDE EL CRISTIANISMO EN EL SIGLO I


INCITA A PREGUNTARSE QUÉ FACTORES PUDIERON INFLUIR EN ESTE
FENÓMENO DE TAN AMPLIA DIFUSIÓN.

Efectivamente, nos encontramos con factores extrínsecos y con factores


intrínsecos al propio cristianismo. Entre los primeros se puede decir que el
cristianismo se beneficia de los elementos que cohesionaban el
Imperio Romano, a partir de Augusto.

En primer lugar, hemos de mencionar la paz que establece este emperador,


apoyada por treinta legiones que protegen las fronteras de sus vastos dominios.
Después, podemos aludir a la facilidad de comunicaciones que unía los
territorios más alejados con el corazón del Imperio. Una excelente red de
calzadas terrestres unida al Mar Mediterráneo, al que llamaban Mare nostrum,
constituía una especie de inmensa autopista que comunicaba entre sí los grandes
centros comerciales de la época.

Otro factor muy valioso fue la lengua griega en versión popular, el griego de
la koiné, que era como el inglés en la actualidad, y permitía circular y hacerse
comprender en todos los centros urbanos de la oikumene. Es verdad que en
algún caso particular los evangelizadores cristianos tuvieron que usar “un dialecto
bárbaro”, como hizo S. Ireneo de Lyon para evangelizar a los galos, pero esto era
menos frecuente. Con todo, el motor principal de la expansión cristiana es
el dinamismo que se encuentra ínsito en el mismo mensaje cristiano. Así
pues, del interior del mismo mensaje saldrían esos factores intrínsecos.

SEGÚN ESTO, ¿CUÁL SERÍA PARA VD. EL HECHO DETERMINANTE DE


ESOS FACTORES INTRÍNSECOS AL CRISTIANISMO?

Sin dudarlo le diría que el punto de arranque es la venida del Espíritu Santo en
Pentecostés. Piense que en ese día, tras la predicación de S. Pedro, se
convierten tres mil de sus oyentes. Es decir, el mero hecho de la conversión
lleva consigo compartir el don recibido con otras personas más cercanas.

Tal vez, sin exagerar, se podría afirmar que en estas primeras etapas de la vida
cristiana hay tantos apóstoles como fieles. La predicación se extiende ella sola
casi por todas partes, la mayor parte de las veces, por la actividad de gentes
desconocidas. El impulso interior de hacer partícipes a otras personas de la fe
cristiana era y es una consecuencia inmediata de la recepción del bautismo.
Tenemos un testimonio muy expresivo de esto que decimos en un tratado que
escribe S. Cipriano, a mediados del siglo III, dirigido a un amigo suyo pagano de
nombre Demetriano, en el que le cuenta su propia experiencia de conversión,
las dificultades y dudas que hubo de superar y cómo cambió su vida
totalmente al recibir el bautismo.

EN LA ACTUALIDAD NOS ENCONTRAMOS CON PERSONAS QUE


CONSIDERAN LA LABOR APOSTÓLICA COMO ALGO EXCLUSIVO DE
SACERDOTES O RELIGIOSOS. ¿OCURRÍA LO MISMO ENTRE LOS
PRIMEROS SEGUIDORES DEL CRISTIANISMO?
En absoluto. En los escritos del Nuevo Testamento aparecen destacadas las
actuaciones de algunos Apóstoles, como S. Pedro, S. Pablo y S. Juan,
pero también se menciona a una multitud de fieles, cuyos nombres han
llegado hasta nosotros.

En la Didaché, que es un escrito cristiano de finales del siglo I, se habla de


unos cristianos corrientes que llevan una vida itinerante, de ciudad en
ciudad, comunicando el mensaje de Jesús a todo aquel que quisiera oírles.

De estos cristianos nos hablará también Orígenes en el siglo III, cuando escribe:
“Los cristianos no desaprovechan nada de lo que está en su mano para
extender su doctrina en el universo entero. Para conseguirlo los hay que se
han dedicado a ir de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, para llevar a los
demás al servicio de Dios” (Contra Celso, III, 9).

Es decir, como ya hemos indicado anteriormente, todos los fieles se sienten


llamados a realizar una tarea apostólica, aunque algunos se comprometían más
especialmente a llevarla a cabo.

¿NOS PODRÍA DECIR QUÉ PAPEL DESEMPEÑABA LA MUJER CRISTIANA


EN EL TERRENO APOSTÓLICO?

Se puede decir que el trabajo apostólico de las mujeres en la Antigüedad cristiana


tuvo una importancia extraordinaria. Un índice de la relevancia que tuvieron es
la crítica que manifestaron por este motivo algunos paganos ilustres, como
Plinio, Celso y Porfirio, que hacen un derroche de ironía contra el cristianismo, al
reconocer la rápida profusión de conversiones entre las mujeres.

Desde los orígenes cristianos, la mujer desempeña un papel insustituible en la


difusión evangélica. Un ejemplo, podía ser el de Priscila, que evangeliza a
Apolo, según nos narra S. Lucas (Hch 18, 26). Clemente de Alejandría describe el
papel de estas cristianas, que ayudaban a los primeros Apóstoles y que son
las únicas que pueden entrar en los gineceos, servir de intermediarias y llevar
a esas estancias la doctrina liberadora del Señor (Stromata, III, 6, 53).

En la literatura apócrifa cristiana encontramos los Hechos de Pablo y Tecla, que


son una especie de novela histórica del siglo II, cuyo anónimo autor narra
el protagonismo de Tecla y la presenta como la evangelista del Apóstol entre
las mujeres. Los ejemplos podrían multiplicarse.
SI TUVIERA QUE SEÑALAR ALGUNOS RASGOS CARACTERÍSTICOS DEL
CRISTIANO QUE PRESENTARAN UN ATRACTIVO ESPECIAL PARA LOS
PAGANOS, ¿CUÁLES PODRÍAN SER?

Lo que llama más la atención es la coherencia de su vida, justamente la


antítesis de lo que actualmente se considera como “lo políticamente
correcto”. Tenga usted en cuenta que el ambiente cultural-religioso de la
época era muy sincrético y relativista, especialmente en el siglo II, en el que
muchos paganos vivían una especie de religión a la carta. El contraste con la
vivencia cristiana era muy fuerte y los apologistas cristianos subrayan esta
coherencia.

Podemos traer a colación lo que dice Atenágoras para salir al paso de una
calumnia contra los cristianos que los acusaban de asesinato y antropofagia:
“¿Cómo podemos matar, los que ni siquiera queremos ver matar [alusión a la
crueldad de los combates del Coloseo] para no mancharnos con tal impureza? Al
contrario, nosotros afirmamos que los que practican el aborto cometen homicidio y
habrán de dar cuenta a Dios del aborto…Nosotros somos siempre y en todo
consecuentes y acordes con nosotros mismos” (ATENÁGORAS, Leg., 35).

BASES BÍBLICAS

I. PRIMERA BASE: DEBEMOS ACUDIR DIARIAMENTE A LA BIBLIA.

Es necesario que conozca algunos aspectos importantes acerca de la Biblia.

A. ¿QUÉ ES LA BIBLIA?

La Biblia es la Palabra de Dios. En ella encontrará consejo Divino para toda


circunstancia de su vida. El acercarse diariamente a ella producirá en usted, el
carácter y estilo de vida que Dios quiere que viva.

“Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2Timoteo 3:16-17)

B. ¿POR QUIÉNES Y EN CUÁNTO TIEMPO FUE ESCRITA LA BIBLIA?

Una de los aspectos más notables y asombrosos de la Biblia es su estructura,


pues si bien es cierto que para su compilación fue necesaria la labor de más de 40
hombres entre los cuales encontramos legisladores, reyes, sabios, hombres de
estado, pescadores, médicos, entre otros; a lo largo de un período de 1600 años,
y de diferentes continentes y culturas, todo lo cual contribuye a que su mensaje y
sus principios sean universales y aplicables a toda persona en cualquier época y
lugar del mundo, sin embargo, la Biblia tiene un solo autor o inspirador que es el
Espíritu Santo lo cual explica su sorprendente unidad.

“Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los
santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
(2Pedro 1:21)

C. ¿PARA QUIÉN FUE ESCRITA LA BIBLIA?

La Biblia es una de las fuentes de revelación divina para la humanidad. Lo cual


significa que:

 Dios quiso revelarse a los hombres a través de su Palabra.

 La Biblia fue escrita para todos.

 Usted puede entender la Biblia.

Lamentablemente muchos creyentes tienen la idea que no van a poder entender la


Biblia. Piensan que fue escrita para teólogos o para ministros, de manera que se
limitan a escuchar conferencias y sermones de “los entendidos en la Palabra” o a
leer libros sobre la Biblia en vez de estudiarla por sí mismos. Lo sorprendente es
que la Biblia fue escrita para la gente común. El Señor dice en su Palabra:

“Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido


perdonados por su nombre ... porque habéis conocido al Padre”. (Juan 2:12-
13)

Resulta evidente que los “hijitos”, o sea los cristianos recién convertidos, pueden
entender la Biblia. Y esto significa que ¡usted también puede entender la
Biblia! Lo importante es que nos lleguemos a ella en una actitud sencilla, con una
mente sumisa a la acción del Espíritu Santo, y con un corazón enseñable.

A pesar de que existen pasajes difíciles, podemos decir que es mucho más lo que
sí entendemos que lo que dejamos de entender, y no hay razón para perderse de
una inmensa bendición por unos pocos pasajes difíciles.
Podríamos decir que para “llegar al Cielo” es suficiente con conocer Juan 3:16,
pero si queremos tener una vida victoriosa y feliz, tendremos que alimentarnos
regularmente con la Palabra de Dios.

Es necesario, eso sí, saber que el estudio de la Palabra exige el esfuerzo más
grande que se nos puede pedir, el de pensar; pero es la única forma en que se
puede aprender.

II. SEGUNDA BASE: DEBEMOS ORAR.

A. QUÉ ES ORAR?

Orar es conversar y compartir con Dios. Al principio puede parecerte extraño, pero
en la medida en que continúes haciéndolo, la oración llegará a ser más y más
significativa. Aprende a ver a Dios como tu Padre, como tu amigo así te parecerá
natural la oración pues esto es lo que normalmente hacemos con nuestros amigos
y con nuestros seres queridos.

B. CUÁNDO DEBEMOS ORAR?

Si bien es cierto que la oración debe llegar a ser un estilo de vida, debemos tener
también momentos especiales de oración. Empieza el día con oración, y ora en el
transcurso del día. Lleva a Dios todos tus problemas. El se interesa en todo lo que
te ocurre. Ya hemos dicho que la oración es la práctica de conversar y compartir
todo con Dios, en una forma sencilla y libre durante todo el día.

C. CÓMO DEBEMOS ORAR?

Nuestra vida de oración debe ser tal, que lleguemos a conocer al Señor Jesús
íntimamente. La eficacia de nuestra oración tiene relación directa con la comunión
que mantengamos con Cristo. Antes de enseñar a orar a sus discípulos, Jesús dio
unas orientaciones básicas para que ellos las tuvieran en cuenta:

“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu


Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará
en público.” (Mateo 6:6)

Como podemos ver, la oración se traduce en momentos de intimidad con Jesús.


“Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que
por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos;
porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que
vosotros le pidáis.” (Mateo 6:7,8)

Orar es hablar con Dios de manera espontánea; por eso Jesús dijo que no
usáramos vanas repeticiones. Se trata de un diálogo natural con Dios.

“Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en
pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los
hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.” (Mateo 6:5)

La oración es un acto personal. No existen "fórmulas mágicas”, por lo tanto,


cuando ores no pretendas hacerlo como lo hacen otros, eres tú delante de Dios, y
preséntate a Él con humildad.

CUANTO TIEMPO LLEVO LA REVOLUCIÓN CRISTIANA

Raíces judaicas
Jesús y sus primeros discípulos fueron judíos. El cristianismo continuó utilizando
las escrituras sagradas hebreas, convirtiéndose el Tanaj en lo que hoy se conoce
como el Antiguo Testamento. Aceptando muchas doctrinas fundamentales
del judaísmo, como el monoteísmo, el libre albedrío y el Mesías,
término hebreo usualmente traducido como mesías en español, y su
equivalente Cristo (Cristos "[el] ungido" en griego).

Relaciones con el mundo helenista


La Tierra de Israel fue sumamente disputada por los antiguos imperios, debido en
gran parte a su ubicación geográfica. Estaba en medio de dos grandes rutas
comerciales: Egipto y Mesopotamia, Arabia y Asia Menor. Alejandro Magno que
derrotó a los persas y se adueñó de Palestina, cuando fue recibido en triunfo en
Jerusalén, fue considerado por muchos el mesías tan esperado. Tras la muerte de
Alejandro (323 a. C.), Ptolomeo I se posesiona de Egipto, Seleuco I se adueña
de Asiria y nuevamente Palestina queda en discordia. Recordando la ideología de
Alejandro, que era unir a toda la humanidad bajo una misma civilización de
tonalidad marcadamente griega (fusión denominada Helenismo), esta fusión
combinaba elementos griegos con otros tomados de las civilizaciones
conquistadas, aún variando de región en región. Esto le dio una unidad a la
cuenca del Mediterráneo, que serviría a la expansión del Imperio romano y al
cristianismo mediante la predicación del Evangelio. Para los judíos el helenismo
era una amenaza para su religión, pues la filosofía helenística era politeísta. La
presión del helenismo era constante y la fidelidad de los judíos a su Dios y a sus
tradiciones también. Esta presión desató una rebelión por una parte de los
judíos macabeos, quienes se rebelaron contra el helenismo de los seléucidas,
quienes pretendían imponer sus ideales.
Posteriormente, se presenta el romano Pompeyo en el 63 a. C. quien toma
Palestina deponiendo al último de los macabeos, Aristóbulo II. La política romana
era tolerante a la religión y las costumbres de los pueblos conquistados.
Herodes I, que no era de etnia hebrea sino idumeo, aunque judío por religión, hizo
todo lo posible por introducir el helenismo, a tal grado que, para agradar a los
romanos, intentó colocar un águila en la entrada del Templo de Jerusalén, lo cual
provocó una rebelión nuevamente, que se sofocó con dos mil crucifixiones.
Durante este tiempo existían grupos religiosos como los fariseos que eran un
partido del pueblo y no gozaban de las ventajas materiales que otorgaba el
régimen romano y velaban por cumplir la ley, creían en la resurrección y en la
existencia de los ángeles. Los saduceos eran el partido de la aristocracia, cuyos
intereses les llevaban a colaborar con el régimen. Eran aristócratas y
conservadores, no creían en la resurrección ni en los ángeles. Los zelotes eran
extremistas militantes que se oponían tenazmente al régimen romano. Jesús y
los apóstoles estaban más cerca de los fariseos en la doctrina (Jesús no los criticó
por ser malos judíos, sino porque en su afán de cumplir la ley se olvidaban de los
seres humanos). Todos los partidos y todas las sectas judías tenían algo en
común, compartían el monoteísmo ético y la esperanza escatológica.

 El monoteísmo ético: Creencia en un solo Dios. Dios requiere algo más que
un servicio apropiado, requiere "la justicia" entre los seres humanos (aunque la
justicia la interpretaba cada grupo de manera distinta) y honrar a Dios con toda
la vida misma.

 La esperanza escatológica: Guardaban la esperanza mesiánica, creían


firmemente que el día llegaría cuando Dios interviniera en la historia de Israel y
el cumplir un "reino de Paz y Justicia".
Estas fueron las bases para el cristianismo, ya que ayudaron a su expansión por
todo el Imperio romano.
El cristianismo también continuó con muchos de los patrones encontrados en el
judaísmo de la época de Jesús, como la adaptación de la forma litúrgica de la
adoración en la sinagoga a la iglesia o templo; la oración; la utilización de las
sagradas escrituras; un calendario religioso; el uso de la música en himnos y
oración; además de disciplinas como el ayuno. Los cristianos adoptaron
inicialmente las traducciones griegas de las escrituras judías, conocidas como
la Septuaginta, como su propia Biblia, y más tarde se canonizaron muchos de los
libros del Nuevo Testamento.

Inicios del cristianismo


El cristianismo comenzó entre un pequeño número de judíos. En el libro de
los Hechos de los Apóstoles 1:15 se mencionan cerca de 120. En el siglo III, el
cristianismo creció hasta convertirse en la congregación dominante en el norte
del mundo mediterráneo. También se extendió de forma importante al este y al sur
del Mediterráneo. Esta sección examinará aquellos primeros 300 años.
Los hechos que acontecieron en los primeros años del cristianismo se relatan en
el libro de los Hechos de los Apóstoles. Actualmente se cuestiona la veracidad de
algunos de estos relatos debido a la gran proliferación de libros falsos sobre los
Hechos (o Actos) de los apóstoles que abundaban durante el cristianismo
primitivo, pero la mayor parte ha mantenido la esencia del mensaje, confirmado
por evidencia arqueológica reciente.

La Iglesia cristiana primitiva


El concepto "judeocristianos primitivos" es utilizado a menudo al discutir sobre
el cristianismo primitivo. Jesús de Nazaret, sus doce apóstoles, los ancianos y la
mayor parte de sus seguidores eran judíos. Así como los 3000 convertidos
en Pentecostés luego de la crucifixión descrita en los Hechos de los Apóstoles 2,
donde todos los judíos, prosélitos y todos los convertidos al cristianismo eran
no gentiles antes de la conversión del oficial romano Cornelio por Simón Pedro en
Hechos 10, quien es considerado según la tradición como el primer gentil en ser
convertido al cristianismo. La más grande división en el cristianismo antes de ese
tiempo se presentó entre los judíos helenísticos y no helenísticos o los de habla
griega y los de habla aramea (Hechos 6). Sin embargo, después de la conversión
de Cornelio y su aceptación como cristiano, ahora existía otro grupo, los cristianos
gentiles. Como un movimiento escatológico, anticiparon que los gentiles se
transformarían al Dios de Israel como lo profetizaba Isaías en los versículos 56:6-
8. El Nuevo Testamento no utiliza el término "gentil-cristiano" o "judío-cristiano". En
cambio, el apóstol Pablo escribe contra quienes, estando circuncidados, se
separaban de los no circuncisos, o querían obligar a los adultos no circuncisos a
circuncidarse para pertenecer a la comunidad cristiana:
Porque en Cristo Jesús, ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen valor, sino
solamente la fe que actúa por la caridad.
Epístola a los gálatas 5, 16

Circuncisos y no circuncisos se interpretan generalmente


como judíos y griegos respectivamente, siendo estos últimos quienes
predominaban. Sin embargo, esto puede ser una simplificación excesiva de la
realidad en la provincia de Judea del siglo I: existían algunos judíos que no
seguían circuncidándose, y algunos griegos (llamados prosélitos o judaizantes)
que sí lo hacían además de otros tales como egipcios y etíopes.

Final de la etapa apostólica


Hacia el año 62, el sumo sacerdote del judaísmo, Ananías, hizo arrestar
a Santiago, que encabezaba la Iglesia de Jerusalén y lo ajustició. Uno de sus
hermanos, Simón, fue llamado a sucederlo, pero la situación política de Israel se
agravaba y los conflictos internos del judaísmo eran cada día mayores. Se cree
que Pablo fue decapitado y Pedro fue muerto crucificado boca abajo en Roma
durante la persecución por parte de Nerón. Al final del siglo I, de los apóstoles
originales vivía tan solo Juan, que se había trasladado a Éfeso, cuya iglesia se
considera madre de muchas de Asia Menor y Grecia, donde se manifestaban
brotes gnósticos.
Con el emperador Vespasiano, el cristianismo siguió extendiéndose, hasta que en
el año 90 con el imperio bajo el emperador Nerva (de quien dice su
biógrafo Xifilino que «no permitió que se acusase a nadie por haber observado las
ceremonias de la religión judaica o haber descuidado el culto de los dioses»),
pudo regresar Juan a Éfeso, y pocos años después falleció, a edad muy
avanzada. Con su muerte (hacia el año 100) concluye la etapa apostólica.
La Didaché y otros escritos de los Padres Apostólicos documentan las principales
prácticas de la iglesia primitiva.

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