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Atraviesa toda la discusión el debate sobre si es importante todavía la tierra, desde el poder

político y el económico. Una realidad fehaciente es que el problema de la tierra no se ha


resuelto, existen relaciones sociales, políticas y económicas que se derivan directamente de
la gran concentración de la propiedad de la tierra. Un sector argumentaba que la tierra ha
perdido importancia, que redistribuirla sólo haría crear pobres con tierra. Frente a esto
varios hechos demuestran su importancia:
- Crece tendencia hacia concentración de la propiedad de la tierra
- Aumentan tierras dedicadas a ganadería extensiva
- Disminuye la producción de alimentos
- Se agravan desplazamientos forzados
Sigue siendo importante abogar por una reforma integral, que incluya democratización del
acceso a los demás recursos para la producción, crédito, tecnología, infraestructura, vías,
etcétera.
Se ha evidenciado una reducción de las áreas de producción de cultivos temporales,
disminución de la producción, pérdida de empleos en la agricultura, TODO ESTO HA
LLEVADO A UN INCREMENTO EN LA IMPORTACIÓN DE PRODUCTOS AGRÍCOLAS.
La cuestión agraria en Colombia, ha estado atravesada por las dinámicas del conflicto
armado, la relación entre el problema de la tierra y la violencia ha sido una constante en el
devenir de la historia colombiana. Por esta razón este tema ocupó un primerísimo lugar en
las negociaciones de paz de la Habana, para Reyes fue el único asunto que se trato
orgánicamente como política pública en los diálogos.
“La realización de una reforma agraria efectiva, es condición ineludible para la construcción
de una paz duradera en Colombia”, es necesario reconocer las vinculaciones entre la
reorganización espacial, rural y urbana con la urgente reforma agraria. Paso obligado en el
camino de la “modernización”.
Aunado a si es importante la tierra, está la discusión sobre el modelo de desarrollo a
implementar, si privilegiar la pequeña y mediana propiedad que está demostrado hasta la
saciedad que es un esquema muy productivo, o seguir apoyando la agroindustria y la gran
propiedad, que por el contrario es un esquema que le falta mucho en cuanto a
productividad. Las nuevas tendencias del buen vivir, el desarrollo ambiental, la agricultura
orgánica, serían temas que podrían implementarse desde las economías campesinas. Las
agencias de desarrollo las están proyectando los gremios.
“Colombia es más rural de lo que se cree, pero cuenta hoy con más hectáreas en minería
que en producción de alimentos” (Informe PNUD Colombia rural, razones para la
esperanza). Se firman tratados de libre comercio para favorecer al sector agroempresarial,
pero la productividad deja mucho que desear. Por su parte, pequeños campesinos esperan
medidas de envergadura de los gobiernos para evitar que sus economías desaparezcan. La
institucionalidad estatal para atenderlos a mermado o bien ha desaparecido, y la provisión
de bienes y servicios para estos sectores ni se pueden comparar con las ayudas en
programas de subsidios sectoriales que benefician a los grandes empresarios.

¿Qué tan rural es Colombia?


De acuerdo al informe de desarrollo humano COLOMBIA RURAL, RAZONES PARA LA
ESPERANZA, el 32% de los colombianos vive en zonas rurales, y en las tres cuartas partes de
los municipios de toda Colombia se viven relaciones propias de sociedades rurales. Se
vuelve la mirada al campo por el crecimiento económico, necesidad de alimentos,
exportaciones, pero también por la necesidad de construir la paz al lado de las víctimas.
El tema del conflicto armado copó la mayor parte de la agenda de la Colombia rural, pero
la atención a otros temas hubiera podido mitigar los efectos del mismo.

Colombia entró en la modernización sin haber resuelto el problema agrario, siempre le


prestó mas atención al mercado que al Estado, lo cual amplío las brechas entre lo urbano y
lo rural. No se quiso comprender el rol estratégico que puede jugar el campo en el
desarrollo, y por el contrario se optó por preservar un orden social injusto. Este orden social
se fundamenta en:
- Una estructura de la propiedad de la tierra que privilegia la gran propiedad. Es
inamovible.
- Jerarquización social que coarta la movilidad social.
- Hegemonía política tradicional que coarta la posibilidad de representación de
sectores campesino, elecciones amañadas y corruptas.
Ausencia de un plan de ordenamiento del territorio. Todos estos procesos confluyeron en
la degradación del conflicto armado y en el arraigo del narcotráfico. Necesidad de más
Estado en el mercado, y menos mercado en el Estado.
Necesidad de un ordenamiento territorial, bajo la concepción que va más allá que una
reforma agraria, una reforma rural transformadora, que cambie la tenencia de la tierra,
combata la pobreza y miseria rural y quite sustento al orden social y político injusto e
inequitativo.

Uso del suelo


El censo agropecuario indica todas estas cuestiones, muestra el fracaso de la política
agropecuaria del país. Los mismos resultados que se presentaron en 1954, pero solo en
cambios de extensión.
Cambios dramáticos en uso del suelo. “Cosecha de ganado” hato ganadero casi similar pero
las extensiones son gigantescas.
Para 1989 Colombia era autosuficiente en la producción de alimentos. Hoy se están
importando 15 millones de toneladas de alimentos al año. Hay un retroceso evidente
marcado por factores internos y externos. Hay una relocalización de la agricultura a nivel
mundial. En Colombia se pierde y se engancha al narcotráfico. Agricultores que producían
alimentos, 7 millones de desplazados. La guerra saco a campesinos productores.

Tierra y violencia
El régimen legal de propiedad, es de lo más pobres estructurados y que más problemas
presenta. La propiedad se garantiza a los grandes propietarios, frente a un campesinado
sobre el cual rigen sistemas informales de posesión, herencia y transferencias de tierras.
Este régimen contiene dos problemas extremos: por una parte la ilegalidad en la adquisición
de las grandes propiedades (lavado de dinero, despojo violento, apropiación ilegal de
baldíos y reservas ambientales) y la informalidad de un 60% de la posesión de pequeñas
porciones de tierras.
Desde los años 20´s el Estado persiguió a los campesinos de forma violenta. Hubo grandes
confrontaciones por la tierra, crisis de las haciendas. Era la pelea por modernizar el país.
Luchas afros, indígenas. Obreros contra las petroleras.
Un sector de las clases dirigentes, pensaron en abrir el mercado dando tierras a pequeños
y medianos campesinos. Dcto 1110 de 1928 Colonias agrícolas, precedente de las zonas de
reserva campesina. La ley 160 de 1994 retoma esa figura. Termina hegemonía conservadora
pero desemboca en la guerra. La guerra empieza por un país que se quería modernizar. La
interlocución de las clases dominantes es la de los fusiles, la del horror, la violencia y el
desplazamiento.
Ley 135 de 1961 comienza avanzar lentamente, lleva en su interior la economía parcelaria.
En 1972 firman el Pacto de Chicoral para echar atrás la reforma agraria. En lugar de reforma
agraria se impulsa colonización de frontera agraria. Nunca llego el Estado, llegaron los
narcos, con su formula. Llegaron con la revolución verde. En EEUU había crisis por Vietnam,
se soluciona con droga. Ahí llega el fin de la ley 135.
Para 1994 el mundo gira hacia el libre comercio. Costos de producción en Colombia son muy
altos, en gran medida por el valor de la tierra. El Banco mundial recomienda hacer reforma
agraria en Colombia.

Esa informalidad puede alcanzar hasta un 50% en zonas de minifundio.


En las formas de adquisición de las grandes propiedades, aparecen formas ilegales de
apropiación como recursos derivados del narcotráfico, despojo, aprovechamiento de
mejoras, ampliación de cercas.
No existe además un sistema de impuestos sobre la propiedad de la tierra, no ha podido el
Estado colombiano garantizar los derechos de pequeños propietarios sobre la tierra.
La confrontación armada en Colombia, ha sido una guerra por el territorio, la tierra ha sido
fuente rentística para grandes propietarios, y el medio de subsistencia para los pequeños.
Las mejores tierras han sido colonizadas por campesinos, que después fueron despojados
de sus propiedades de manera violenta. “Ley de poblamiento” (Fajardo)
El monopolio de las mejores tierras y la ausencia del Estado, son dos de las características
del sistema de propiedad en Colombia, estas premisas operan sobre el supuesto de que
Colombia tiene una frontera agrícola inagotable, que permite pensar que no se deba
redistribuir ni tocar el sistema de propiedad asentado en las grandes extensiones.

“La guerra contra el narcotráfico aceleró la formación de una clase propietaria del campo –
ganaderos, coqueros, narcotraficantes-, que usaron el desorden y la violencia paramilitar y
estatal, para apoderarse de tierras y desplazar a los campesinos. Entonces surgió una nueva
clase de terratenientes” (Marco Palacios). Colombia es uno de los países con mayor
concentración de la tierra.

La renta aumenta a medida que crece el monopolio, es el mayor valor que ganan los
terratenientes ante la expansión y crecimiento de la población. El crecimiento urbano y de
infraestructura hace que se necesite tierra que esta monopolizada, los rentistas obtienen
un privilegio y ganancia por su monopolio. Se despoja a costa de la riqueza colectiva.

Los campesinos colonizaban y luego eran despojados, de manera legal o violenta. No ha


existido una reforma agraria que quiebre ese aprovechamiento de renta de la tierra de las
élites regionales, el resultado histórico es que las mejores tierras, las cercanas a las
ciudades, las más fértiles y cercanas a las ciudades tienen altísimos precios, están en pocas
manos y lo peor, son subutilizadas. Los campesinos tienen tierras en pendientes, en
procesos de erosión, incomunicadas y distantes de los mercados.

La concentración de tierras, hace que se sobrevaloricen los predios y además rebajan los
impuestos prediales, todo esto a costa de la exclusión del campesinado. Con el
desbordamiento de la violencia, una clase social emergente que afinca su poder en el
narcotráfico, disputa las rentas legales de las élites consolidadas, a cambio de mantener
sobre sus cauces un dominio apoyado en los grupos paramilitares en connivencia con las
fuerzas armadas.

Desde el siglo XIX se dispuso en la adjudicación de baldíos una forma de otorgar tierra a
campesinos colonizadores que abrían monte, hacían mejoras y establecían cultivos en una
zona antes no apta para la agricultura. El Estado incumplía con la promesa de adjudicación
y muchas veces estas tierras fueron a para a grandes terratenientes.
La ley 200 de 1936 crea la jurisdicción agraria, establece la función social de la propiedad y
da privilegios a la posesión efectiva de la tierra frente a quien sólo alegue la titularidad de
la misma. El andamiaje estatal y las presiones de élites no dejaron que se cumpla los
propósitos de esta legislación.

En el 61 se expide la ley 135, frente a la cual se resiste la élite terrateniente nuevamente.


La expansión de la frontera agrícola continúo llegando a zonas inhóspitas, incomunicadas,
donde fue próspero el negocio de los cultivos de uso ilícito. Los paramilitares auspician una
contrareforma agraria, con masacres, confinamientos, en todas las zonas donde se había
desarrollado la movilización campesina o donde había ocurrido la parcelación de la reforma
agraria a manos del INCORA.
El acuerdo de la Habana
Dos versiones, una la de la Habana y otra la del teatro Colón después del Plebiscito. Lo
agrario fue lo más afectado después del Plebiscito.
En la primera versión la democratización de la tierra estaba en el centro, junto a
formalización, actualización de catastro, planes de desarrollo territorial, seguridad
alimentaria, economía campesina.
El acuerdo II o después del plebiscito contiene cambios sustanciales, se habla de un
desarrollo integral del campo, donde cabemos “todos” pequeños, medianos y grandes
propietarios. No se destina el campo a la producción alimentaria, sino a la producción de
distintas agendas de desarrollo, se da vía libre al tema agroindustrial, la competitividad, el
campo productivo para generar esquemas de desarrollo, los pequeños deben estar en
alianza con los medianos y grandes, ya no es lo central la redistribución. La democratización
pierde prioridad. NO ES UNA REFORMA AGRARIA, no apunta a ser universal.
El despojo de tierras ha sido gigantesco en Colombia, no se tiene certeza cuántas son. Se
supera a Afganistán, Irán y Siria, es el país con más desplazamiento interno del mundo.
Colombia es el primero, tenía 7,7 millones de desplazados internos, Siria 6,2 millones,
Congo con 4,4 millones e Irak con 2,6 millones.
Verdades del despojo:
- Discurso contrainsurgente para legitimar despojo
- Se enfatizó en las zonas donde había habido algo de reforma agraria
- Empresa de despojo de mil factores
- Particulares, empresarios, financieros, múltiples participantes del despojo
- Las tierras pasaron a patrimonios autónomos que administran bancos
- Se hizo el despojo para generar agendas de desarrollo en el territorio (Ej. Cesar)
- Agroindustria (Zona uraba, Magdalena)
- Palma de aceite (Clan Castaño 90´s)
- Despojo para hidrocarburos
Las empresas deberían entrar a reparar, pero quedo simplemente en compensaciones.
Figuras de acaparamiento de tierras: ZIDRES:
Entrega de baldíos a empresas, concentración indebida, desprotección de tierras, sin
consulta previa. Esquema de desarrollo privilegiando la agroindustria.
Tensiones con políticas ambientales, potencial de trabajo con comunidades étnicas.

Coeficiente Gini de los más altos del mundo.


Informe Kroc habla de un 21% en cumplimiento de acuerdos. ¿Por qué tan lentos los
cambios?

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