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MATERIA: TEORIA DEL PROCESO

ACTIVIDAD 8: El DERECHO DE
DEFENSA EN EL PROCESO PENAL Y
CIVIL

PROFESOR: RUBEN REGINO


BENAVIDES ACOSTA

ALUMNO: RICARDO TAMEZ


BARBOSA

FECHA: 24-07-2018

MONTERREY NL
Derecho de Defensa
Conceptos y Tópicos

En referencia a conceptos y definiciones, prohijamos lo expresado por el


Profesor e Investigador Urtecho López, que la idea o intención de querer dar un
concepto acabado en lo jurídico, como en otras materias, puede crear muchos
problemas en su aceptación u opiniones1; pero queremos para abordarlo
presentar algunos conceptos en cuanto al derecho de defensa, desde la
perspectiva de los derechos humanos tomándolo como base sus tópicos,
acepciones y otros conceptos que se relacionan con el presentado y que de una u
otra manera forman y cumplimentan su esencia.

Así el término defensa nos alude a amparo, protección, resistencia al


ataque o mejor dicho en derecho como la razón utilizada para refutar o contradecir
lo alegado por la otra parte. Este término al completarlo como Derecho de
Defensa, encontramos la definición efectuada por el maestro Cabanellas quien le
precisa como “la facultad otorgada a cuantos, por cualquier concepto, intervienen
en las actuaciones judiciales, para ejercitar, dentro de las mismas, las acciones y
excepciones que, respectivamente, puedan corresponderles como actores o
demandados, ya sea en el orden civil, como en el criminal, administrativo o
laboral”2 continúa el citado autor y manifiesta que en lo personal, “es la potestad
(cambia de facultad a potestad) de repeler ataques directos e injustificados, en los
límites de la denominada legítima defensa” 3. Este pareciera que se relacionara
con el derecho de defensa, pero de forma antijurídica se cree, que en el proceso

1
Urtecho López, Armando. Comentarios a la Constitución de la República de Honduras de 1982. Trabajo
monográfico “El Derecho de Defensa en Honduras. Análisis del Artículo 82 de la Constitución”. Editorial
Universitaria. 1987. Honduras, C.A.
(...) A este respecto el citado autor lo define como: “la acción que una persona por si misma o por medio de
un letrado para justificar o atenuar la conducta de un ciudadano ante un juzgado o tribunal, y jamás entendido
como el rechazo a una agresión, ayuda a mantener una idea, una causa impugnada por otras personas”,
aunque nos parezca muy general hay algunos aspectos que retomaremos adelante.
2
Cabanellas, Guillermo. Diccionario de Do Usual
3
Idem. Op. Cit.
este derecho (que por cierto es mal ejercido por sus abusos), se logra a cualquier
costa, lo cual traducido no corresponde más que a un examen ético, del cual
hablaremos adelante.

El mismo Urtecho López alude en su trabajo que no debe confundirse o


tomarse elementos de los conceptos antes mencionados, pues el derecho de
defensa es relativo a los diferentes argumentos usados en el hecho controvertido.
Deja claro sus elementos o componentes, como también sus fines y alcances4.

La Corte Interamericana lo llama “El Derecho de Defensa Procesal”, pero es


más comúnmente conocido como “Derecho al Debido Proceso”5; es una garantía
procesal que debe estar presente en toda clase de procesos; es decir, no sólo en
el orden penal sino administrativo, civil, laboral o cualquier otro 6.

El Debido Proceso o Derecho de Defensa está plasmado con jerarquía


constitucional, así nuestra Carta Magna dice en su Artículo 82 que “... el Derecho
de Defensa es inviolable. Los habitantes de la República tienen libre acceso a los
tribunales para ejercer sus acciones en la forma que señalan las leyes”. Esto
implica muchos elementos que se complementan unos a otros7, y que en especial
éste confirma la legalidad, la seguridad y correcta aplicación de las leyes, todos
sirviendo de base para garantizar también el derecho de libertad.

En este sentido, su fundamento internacional se encuentra en las


convenciones, a ese respecto se han celebrado y su exigibilidad depende de la
ratificación de nuestro Estado en la forma prescrita por la Ley. Encontramos
varios principios que la conforman.

4
Urtecho López. Op. Cit.
5
Rodríguez Rescia, Víctor Manuel. El Debido Proceso Legal y la convención Americana sobre Derechos
Humanos. Idem. Op. Cit.
6
Entendido éste como “el derecho de toda persona a su vida, con las debidas garantías y dentro de un plazo
razonable por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la
Ley, en la substanciación de cualquier acusación penal formulada en su contra o para la determinación de sus
derechos de carácter civil, laboral, fiscal u otro cualquiera”, tal y como lo dispone el Artículo 8 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. C. F. Corte I. D. H. Caso Genie Lacayo. Sentencia 29 de
Enero de 1997. Párrafo 74 (citado por Idem).
7
No debemos olvidar que una de las características de los Derechos humanos es la integralidad, es de esta
manera que sostenemos, comúnmente, que es porque son propios del ser humano como un todo en su
personalidad, esta que determina y es determinada, formando un círculo irrompible en su esencia.
Principios del Debido Proceso o Derecho de Defensa

El Derecho General de la Justicia


Como bien sabemos, se lleva a cabo cuando existen hechos controvertidos
entre diferentes sujetos y que debe ser resuelto por el poder público (Juzgados y
tribunales), interpretándolo, aplicándolo parcialmente en los casos concreto, lo
cual comprende a su vez, la existencia de un conjunto de órganos judiciales
independientes especializados en ese ejercicio, la disponibilidad de ese aparato
para resolver los conflictos. Conlleva también, el Derecho de Petición y Acción
que incluye esa interposición de los recursos a otros trámites en forma expedita 8
que amparen las violaciones a sus derechos aún cuando sea cometido por
personas que actúen en ejercicio de sus funciones. En cuanto al aparato judicial
este debe reunir una serie de características para garantizar una correcta
aplicación, he aquí que es por ello necesaria la existencia de un justo equilibrio
entre el ciudadano y el Estado, donde las garantías procesales (derecho adjetivo)
que están establecidas deben adquirir sentido y actualidad al evitar la arbitrariedad
e inseguridad que provocaría en la sociedad una carencia de reglas en la
investigación policial y judicial en las que queden de lado los intereses del
individuo para proteger el interés general de la averiguación de la verdad real y el
éxito de la administración de justicia, he aquí entonces la importancia del proceso
que denota su trascendencia en el respeto y vigencia de los derechos 9. Es así,
que la constitución las leyes secundarias (Ley de Organización y atribuciones de
los tribunales, Ley de la Carrera Judicial, etc.) establecen principios éticos a los
operadores de justicia con la trascendencia de responsabilidad en el caso de su

8
El Artículo 9 de la convención Americana de Derechos Humanos, expresa que “toda persona tiene derecho a
un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los Jueces o tribunales competentes...”
Véase el Artículo 18 de la Declaración Americana de los Dos y Deberes del Hombre. Artículo 7 y 8 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Artículo 2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos.
9
Rodríguez Rescia. Op. Cit. Es por eso, que las diferentes reglas que regulan al aparato Estatal deben estar
subordinadas y limitadas por la Ley, esta no sólo en el sentido de control hacia el ciudadano, sino el control
hacia el mismo estado como medidas máximas para la intervención o limitación a los derechos fundamental, o
sea, es el mínimo grado de intervención otorgado al Estado, aunque esto sea potestativo de él.
incumplimiento. Algunos de estos son la imparcialidad, independencia, gratuidad,
celeridad, probidad, etc.10. En conclusión el derecho general de justicia.

En conclusión el Derecho General de Justicia, el de petición y acción de


defensa forman, en si mismos, una fórmula indivisible que conlleva la exigibilidad
del resto de derecho a garantías y la ruptura entre esta unión implica una violación
a ellos.

En ese sentido, el debido proceso tiene, ante todo, dimensiones


programáticas, no por esto menos vinculantes jurídicamente, que exigen la
existencia, suficiencia y eficacia de un sistema judicial y procesal idóneo para
garantizar ese derecho fundamental a la justicia, que no es, más que una
consecuencia del monopolio del poder asumido por el Estado y la más importante
manifestación del derecho de petición, que en la Legislación Internacional se
consagra11.

El Derecho y Principio General de Igualdad


Cuando requerimos al término de Igualdad se nos figura o nos referimos
sobre cosas de la misma forma, cantidad o calidad. Es propia una
correspondencia y proporción que resulta de muchas partes que uniformemente
componen algo. En nuestra materia, lo vemos como el reconocimiento a todas las
persona de la capacidad para los mismos derechos. Sobre este principio o
derecho la humanidad ha luchado arduamente por su establecimiento y respeto y
así evitar su violación; el nuevo concepto ha variado con el transcurso del tiempo y
ha empezado a dejar su nivel de enunciamiento para ser tomado como
protagónico y su concepción lisa o llana ha socavado nuestro cosmos, nuestra
historia, incluso las fundamentaciones filosóficas que parecían las más razonables

10
Con respecto a esto léase a Mora Mora, Luis Paolino. “La Independencia del Juez, como Derecho
Humano”.
11
Rodríguez Rescia, Víctor Manuel. El Debido Proceso Legal y la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.
en tiempos pasados, lo cual solo se traducía o se traduce en el término de
discriminación.

El principio de no-discriminación surge bajo la idea de llevar a la praxis la


igualdad. La discriminación se convierte así, en el término adecuado para
expresar las violaciones del derecho a la igualdad basándose en “distinciones” o
“diferenciaciones” ilegítimas, vinculando a todos los poderes públicos sin
excepción12.

La igualdad ante la ley se refiere a la imposición a la autoridad para que un


mismo órgano no modifique arbitrariamente el sentido de sus decisiones en casos
substancialmente iguales, y al hacerlo deberá ofrecer una fundamentación
suficiente y racional. En caso de ser diversos los órganos que atienden casos
similares (juzgados) debe obedecerse a la coherencia que debe existir entre unos
y otros13.

En el marco de esta idea, no puede ejercerse la igualdad de oportunidades


en desigualdad de condiciones, con lo que solamente se autorizan formas de
perjudicar lícitamente a otros14.

B.3 Justicia Pronta y Cumplida


El derecho a que la justicia se administre en forma pronta y cumplida lleva
su antónimo de retardo de justicia y tiene que ver con el derecho a una sentencia
justa.

Cabe indicar que ni la jurisprudencia de la Corte Interamericana ni de la


Corte Europea de Derechos Humanos ha llegado ha establecer una duración
determinada o absoluta en función de las normas que disciplinan el debido

12
CIPRODEH. Los Derechos Fundamentales. Texto Introductorio sobre Derechos Fundamentales. 1 Ed.
Editorial Guardabarranco. Honduras, 1996.
13
Idem.
14
Ídem.
proceso. Lo que ha establecido, es el análisis de las circunstancias de cada caso
en cuestión para poder determinar si ha existido violación o no de dicho principio.15

En la Convención Americana sobre Derechos Humanos en el Artículo 7.5


dispone: “toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin demora, ante un
juez u otro funcionario autorizado por la Ley para ejercer funciones judiciales y
tendrá derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable y a ser puesta en
libertad sin perjuicio que continúe el proceso.(...)”. Así también, en el Artículo 8.1
dice: “toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas garantías y dentro de
un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial,
establecido con anterioridad en la ley”.

El Artículo 1 del Código de procedimientos penales se establece que a los


tribunales (del orden) penal les corresponde juzgar a los infractores de la Ley y
velarán porque las autoridades correspondientes cumplan o ejecuten sus órdenes,
resoluciones y sentencias dictadas por ellos. He aquí una garantía no solo par la
sociedad sino para el mismo imputado, pues en cualquier caso que este sea
inocente y lo hay sido declarado por el tribunal o juez, las demás autoridades
deben de dar pronto cumplimiento a lo ordenado.

Cuando se establecen los términos o plazos judiciales para cada actuación


del tribunal y las partes en el proceso (sea de cualquier naturaleza) se está
garantizando este principio, incluso en nuestra legislación se establece que estos
actos deben de practicarse sin dilación.

Rodríguez Rescia cita que de acuerdo con el Tribunal Interamericano, se


deben tomar en cuenta tres elementos para determinar la razonabilidad del plazo
para que dure un proceso y son:16

a) La complejidad del caso


b) La actividad procesal del interesado
c) La conducta de las autoridades judiciales

15
Rodríguez Rescia. Idem Op. Cit.
16
Op. Cit.
Dentro del primero se deberá tomar

en cuenta la complejidad del caso, sus participantes, voluminosidad y el acervo


probatorio. El segundo, la actividad procesal del interesado sería el grado de
actividad procesal medido por los recursos, medios probatorios efectuados por los
interesados. Debemos recordar que al Juez o Tribunal en la mayoría de juicios
(por su naturaleza) se le concede que también ejerza un control sobre el uso
abusivo o de mala fe en la interposición de esos recursos. Para nuestro caso
particular, en Honduras, la Corte Suprema de Justicia se ha visto en la necesidad
de emitir autos acordados, regulando ciertos recursos. Tal es el caso del Recurso
de Inconstitucionalidad por la vía de excepción, que se han dado criterios de
interpretación para su admisibilidad y detener los actos errados o no-éticos de
algunos profesionales del derecho.17

El tercer elemento, la conducta del funcionario judicial18, se redime a que


esa tramitación lenta sea producto de un acto doloso o negligente por parte del

17
Abordaremos más adelante algunos aspectos éticos del “abogado”.
18
El funcionario judicial debe regirse dentro del marco de la ley y observar algunos aspectos éticos se han
regulados algunos por el Congreso Nacional de Honduras al emitir el Código de Ética para Funcionarios y
Empleados Judiciales. Acuerdo 158 de la Corte Suprema de justicia.

Capitulo l

§ Los jueces, magistrados, auxiliares judiciales y demás personal del poder judicial, deben ejercer su cargo
con dignidad, absteniéndose de toda conducta contraria a la seriedad y decoro que el mismo exige. En
consecuencia deberán;

a. Abstenerse de emitir opiniones públicas o privadas, sobre asuntos de que conozcan para tratar de
justificar sus actuaciones y sobre las decisiones de sus superiores por las cuales revoquen las suyas.
b. Observar en su relación con los medios de comunicación, un trato correcto, afable, indicándoles con
toda cortesía las limitaciones que la ley les impone para pronunciarse sobre asuntos sometidos a su
conocimiento.
c. Procurar que, cuando se practiquen audiencias o ventilen asuntos sobre algún juicio o proceso en su
despacho o dentro de la sala o tribunal, todas las personas que estén presentes guarden la debida
compostura, decoro y respeto a la dignidad humana.
d. Rehuir su asistencia a lugares indecorosos y su participación en eventos que puedan alterar el orden
público.
e. Precaver todo acto o hecho tendiente a ser intimidación que de alguna manera lesionen su dignidad
de autoridad.
f. Asistir puntualmente a las audiencias o reuniones señaladas por las autoridades superiores siempre
que hubiese sido convocado previamente.
g. Evitar que su nombre identifique algún Bufete y otros que ofrezca servicios al público.
h. Abstenerse de extender recomendaciones de cualquier tipo.
juzgador (o tribunal) o aquellos actos que pudieran dejar en evidencia el prejuicio
del juez.

Para determinar la razonabilidad del plazo de un proceso, se deben estudiar las


eventuales demoras y sus causas dentro de lo que se ha llamado “Análisis Global
del Proceso”. Esto está fundamentado dentro de los límites de la razonabilidad
previsto en los instrumentos internacionales.

No obstante en nuestro poder judicial se presentan una serie de problemas que


de una u otra manera influyen el derecho de justicia entre ellos tenemos los
siguientes que han sido mencionados por los Jueces y Magistrados en un estudio
efectuado por la ILANUD19:

 Presiones políticas para que le ayuden al amigo correligionario.


 Presiones de los procuradores para que resuelvan conforme su conveniencia.
 Inestabilidad personal.
 No tienen apoyo de las autoridades de la Policía Nacional.
 No se imparten curso de entrenamiento y perfeccionamiento.
 Edificios inadecuados e inseguros.
 Falta de independencia de los Jueces.
 Personal auxiliar deficiente.

Capítulo IV

§ Todo magistrado o juez, debe comportarse en su vida privada y social, atendiendo las siguientes reglas:

a. Comportarse de manera que nadie dude de su condición de ciudadano ejemplar, que ofrece serenidad
en el juicio, prudencia en el actuar y reflexión en sus decisiones.
b. Abstenerse de concurrir a lugares, cuyo único servicio sea el expendio de licores, o se practique la
prostitución, juegos de azar, o cualquier otra que sea contraria a la conducta que el cargo impone.
c. Comportarse, en toda reunión social a que asista, con el decoro que su condición de juzgador le
impone, evitando las tertulias que pueden comprometer su opinión sobre asunto que este sometido a
su conocimiento.
d. Cumplir fielmente con las obligaciones pecuniarias en su vida privada, evitando aparecer como una
persona de poco crédito o insolvente.
e. Desarrollar una vida familiar sin escándalos ni actuaciones que exhiban públicamente los problemas
que puedan existir en su hogar, conduciéndose siempre como un esposo, un padre, un amigo y un
ciudadano ejemplar.
19
Tomado de la revista Foro Hondureño. Colegio de Abogados de Honduras.
 Sueldos Ineficientes.
 Falta de vehículo para movilizarse.
 No les suministran a los juzgados el material adecuado.
 Mobiliario inadecuado.
 Existen Personas, ajenas a la institución, que creen que ellos están a su
servicio.
 Faltan textos de consulta.
 Falta de centros Auxiliares, El Cremor por ejemplo.
 La Corte Suprema no les envía gacetas ni leyes nuevas.
 Falta de Médicos Forenses.
 Enemigos por las sentencias que dictan.
 Incomunicación tardía con los Jueces de Paz.
 Algunos de los Jueces de Paz son empíricos y no conocen la Leyes.
 Acumulación de trabajo en ciertos Juzgados.
 El Fiscal no tiene la función adecuada par desarrollar sus funciones.
 Acumulación de trabajo en los juzgados que conocen de todas las materias.
 Amenazas a muerte.
 No hay sustitutos para empleados que van de vacaciones y el trabajo se
recarga.
 Problemas con la Prensa, ya que quieren pasar viendo los expedientes.

Es claro que estas situaciones pueden influir en una violación sistemática al


derecho general de justicia y por ende en el derecho de defensa.

El Derecho a la Legalidad
En el “nuevo” Estado de Derecho, el derecho o principio de legalidad es su
fundamento, pues en él está erigida su estructura, su naturaleza, sus límites, sus
alcances. La ley es el lazo que ata el binomio Estado – Derecho, esto le deja claro
una de nuestras más famosas definiciones, que se encuentra en el Código Civil de
1906, y expresa que “Es la declaración de la voluntad soberana, que manifestada
en la forma prescrita en la constitución, manda, prohíbe o permite”.

El concepto anterior lleva consigo el imperium del Estado, la soberanía del


pueblo por medio de sus representantes, conlleva al mismo tiempo si hablamos de
representantes que estos deben actuar dentro del marco de las pautas que dicte
su mandante, el pueblo, es decir están limitados en la misma ley, cerrando lo que
pareciera un círculo vicioso, el cual no es así.

Pues si impone deberes y límites la Ley, a su conjunto le denominamos


derecho. He aquí, entonces, el fundamento porque los derechos de las personas,
entendida como facultades reconocidas a ellas, están delimitadas por el derecho.
Plianiol y Ripert manifiestan al definir el concepto del derecho a que en otro
sentido, designa el conjunto de leyes, es decir, las reglas jurídicas aplicables a los
actos humanos. Así se puede decir que los derechos de los individuos están
determinados por el derecho, tomando esta palabra sucesivamente en ambos
sentidos.20

Esta declaración de voluntad, como lo dice el Código civil, debe estar


condicionada por requisitos a seguir por parte del legislador, que tiene en sí, la
obligación de evacuar, porque aún sobre él hay otra autoridad superior, la
soberanía emanada del mismo pueblo.21

Como tiro de gracia y para dejar como medular el principio o derecho a la


legalidad la constitución establece que “todos los hondureños tienen derecho a
hacer lo que no perjudique a otro y nadie estará obligado a hacer lo que no
estuviera legalmente prescrito ni impedido de ejecutar lo que la ley no prohibe(...)”
dejando claro los aspectos anteriormente dichos.

¿Por qué hablamos del principio de legalidad con relación al debido


proceso? Kant, explica la regla o ley como un deber del ser, es decir, si a  b: a =

20
Plianiol / Ripert / Marcel y Georges. Ed. Harla. Biblioteca Clásicos del Derecho. Vol. 8 México 1997.
21
La obra de Rousseau, El Contrato Social, da la base filosófica de esta concepción entre la Soberanía, el
imperio de la Ley y Gobernantes.
c, dicho de otra forma que cuando determinado acto fuese contrario a derecho
(Ley) entonces este acto es sancionado. Pero para llevar a cabo esta sanción se
necesita también de un derecho adjetivo para que se pueda aplicar. Tomemos
entonces que he aquí, porque en los Estados modernos y algunos otros antiguos,
se establece la prohibición de hacerse justicia por mano propia, continuemos pues
con lo que declara la Constitución de la República: (...) “ninguna persona podrá
hacer justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho.”
“Ningún servicio personal es exigible, ni deberá prestarse gratuitamente, sino en
virtud de ley o sentencia fundada en ley.”

En lo sucesivo, volveremos a tratar algunos puntos relacionados con este


principio que nos servirá para mayor claridad y comprensión.

El Debido Proceso o el Derecho de Defensa en General

El derecho defensa, como facultad o prorrogativa, reconocido


fundamentalmente a los hombres, es un derecho natural, porque es debido al
hombre en sí, sostiene el Licenciado Armando Urtecho López, en lo cual tiene
toda la razón y tal como lo expresa la Constitución de la República este es
inviolable, los habitantes de la república tienen libre acceso a los tribunales para
ejercitar sus acciones en la forma que señalan las leyes.
En el Derecho Internacional lo hallamos en el Artículo 8 de la convención
Americana y expresa la última parte de la fracción 1 que este es extensivo para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de
cualquier otro carácter, supra indicado, mencionamos que el derecho de defensa
es no solo en el orden penal. Por lo tanto conlleva varios caracteres, como la
igualdad y seguridad jurídicas. En la misma convención encontramos después
esas generalidades de las fracciones 2 a la 5 se refiere precisamente al proceso
penal.
Esta igualdad y seguridad, independencia e imparcialidad de los tribunales,
incluso la privacidad de los procesos a la sentencia justa para las partes, los
derechos del detenido, plazos y términos, como lo referente a la prueba son
denominadores comunes en los instrumentos internacionales ya sea de carácter
general o especial en cuanto a la materia de derechos humanos.

Los derechos y obligaciones, en forma correlativa, su abuso o


incumplimiento conllevan al quebrantamiento del derecho (caso concreto) por ello
al darse conflictos entre unos u otros nos es necesario a los seres humanos emitir
un juicio, el cual no debe ser arbitrario, debe seguir un proceso, uno que garantice
por medio de reglas previamente establecidas (garantías procesales) que este
juicio, aún correspondiendo favorablemente a una parte, deberá llenar la
expectativa del concepto de justicia, dar a cada cual lo que le pertenece.
Carnelutti expresa: “El adjetivo del derecho es poner en orden a la sociedad.
Esto quiere decir poner cada cosa en su lugar; el orden, según una adecuada,
aunque superficial, definición de San Agustín, es una compositio rerum qua
cuique loca tribuens. Es esencial, por tanto, para el derecho el concepto del
suum: lo que a cada uno corresponde”. Este mismo autor sentencia en páginas
anteriores que “el derecho sin proceso no podría alcanzar su finalidad, en una
palabra no sería el derecho”.22

El proceso se inicia con el impulso procesal de la acción (derecho de


petición), sea ésta como demanda o contra-demanda, integrada por la pretensión
(de Prae-tendo) de alguien en particular y éste encuentra una oposición o
excepción o defensa (derecho de defensa en general, la excepción, etc.)
desembocando ambas, y dando lugar a la litis que termina en la sanción,
Carnelutti dice: “la litis, pues, y no el conflicto de intereses, es el germen del
delito”.23

22
Carnelutti, Francesco. Derecho Procesal y Penal. Biblioteca. Clásico del Derecho, Volumen 4. Ed. Harla.
México 1997.
23
Carnelutti, Francesco. Op. Cit. Pág.40
En los juicios ajenos al penal, se da una característica y diferenciación muy
importantes y es la de poder continuar el proceso, de forma normal, aún con la
ausencia de una delas partes24, que puede traducirse en la renuncia,
desistimiento, rebeldía o contumacia. Con el término eremodicium, principalmente
en el derecho Justinianeo se le llamaba a la ausencia de uno de los abogados
cuando no comparecía ante el Juez en la fecha señalada; además, la rebeldía
procesal por negligencia de una de las partes y la consiguiente sanción, en
principio, la condena, si la pasividad es del demandado, y la absolución de la
demanda, por desidia del actor.25

No obstante lo anterior, existen principios comunes a ellos aparte de los ya


mencionados en los acápites anteriores, verbigratia, el principio de inmediación
por el cual se pretende el diálogo, el acercamiento de las partes a través del juez o
tribunal. Los medios del diálogo son el hablar y escribir o en términos generales,
el discurso y la figura, cada uno de ellos tiene sus méritos y sus defectos y en
algunos procedimientos se usa exclusivamente el oral (juicio laboral, juzgamiento
de menores en la actualidad, etc.) y en otros el escrito (juicio civil, mercantiles y
aún el penal).26

Por lo anterior existe entonces en los juicios laborales, de menores,


verbales, etc., el principio de oralidad, igual parte del principio de mediación, en
conclusión podemos decir que hablar y escribir, son medios no equivalentes, sino
complementarios y por lo tanto son necesarios en el juicio. En muy poco tiempo
esperamos que se adhiera a la verdadera esencia del principio de mediación, el
procedimiento penal con la entrada en vigencia del código que regiría estos actos.
Consecuencia de la utilización de los principios anteriores se incorpora a la vez el
principio de concentración, puesto que ésta alude más a la agrupación de las
varias actividades a su coordinación.

24
Nótese en el juicio laboral incluso se puede dar continuidad al proceso cuando una de las partes o las dos no
concurren al proceso y le dan el impulso necesario, he aquí que se manifiesta el principio de celeridad en el
proceso.
25
Cabanellas, Guillermo. Op. Cit.
26
Carnelutti, Francesco. Op. Cit. Pág. 100
Es por eso que todos estos principios consolidados en los textos legales de
la materia a que se refiera establecen y sirven de fundamento a las formalidades
que se den seguir en los actos procesales, garantizando así el debido proceso o
de derecho de defensa en los términos que hemos señalado. Consecuencia de su
inobservancia provoca errores in procedendo o in judicando contra los cuales
como extensión propia de este derecho y garantía proceden las nulidades, el
amparo, inconstitucionalidad y hasta el recurso de casación por quebrantamiento
de forma y/o fondo según la naturaleza del acto u omisión. Esto sin perjuicio de su
reclamación posterior a las ulteriores responsabilidades a sus protagonistas en el
ámbito nacional o internacional.

Debemos estar conscientes que estas disposiciones no sólo deben ser


formales sino materiales, pues es necesaria su aplicación, su observancia para
poder asegurar su garantía27.

Derecho de Defensa en el Derecho Penal.

En el derecho internacional, la mejor expresión del Derecho de Defensa, se


encuentra en la Convención Americana de Derechos Humanos en el artículo 8
fracciones 2 en adelante, el cual manifiesta:

“2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se le presuma su


inocencia (Principio de Inocencia) mientras no se establezca legalmente su
culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad a
las siguientes garantías mínimas:

27
Como bien sabemos, esta idea ha sido y está siendo discutida en cuanto alude a la positivación de los
Derechos Humanos, recordemos que algunas escuelas han tenido criterios antagónicos en cuanto al tema.
Posiciones que si bien han contribuido a la evolución del derecho, no han encontrado o dado verdaderas
soluciones del problema de su aplicabilidad como tal no han resuelto el problema del porqué su
quebrantamiento o su eficacia se mira en crisis y, claro está, que no estamos en contra de buenas soluciones y
posturas que de una u otra forma se están tomando en cuenta. Lo que se critica es esa postura de lo ideal
versus material, pues ambas son parte de un todo, del mismo devenir humano, propio de una “evolución”,
tema que se debería tratar en otra materia pero que no podemos olvidar.
a. Derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el
traductor o interprete, si no comprende o no habla el idioma del
juzgado o tribunal;
b. Comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación
formulada;
c. Concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados
para la preparación de su defensa;
d. Derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser
asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y
privadamente con su defensor;
e. Derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor
proporcionado por el Estado, remunerado o no según la
legislación interna, si el inculpado no se defiende por sí mismo ni
nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley;
f. Derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el
tribunal y de obtener la comparecencia, como testigo o peritos, de
otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos;
g. Derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a
declararse culpable;
h. Derecho a recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.
3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción
de ninguna naturaleza.

4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a


nuevo juicio por los mismos hechos.

5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para
preservar los intereses de la justicia.”

Así también, en la misma Convención en el artículo 9 y menciona que nadie


puede ser condenado por acciones u omisiones que en el momento de cometerse
no fueran delictivos según el derecho aplicable. Tampoco se puede imponer pena
más grave que la aplicable. Tampoco se puede imponer pena más grave que la
aplicable en el momento de la comisión del delito. Si con posterioridad a la
comisión del delito la Ley dispone la imposición de una pena más leve, el
delincuente se beneficiará de ello.

De lo mencionado por la Convención se desprenden varios principios del


derecho adoptados por ella y que mencionaremos:

 El Derecho de Defensa en sí
- El derecho del procesado a ser asistido por un traductor o interprete.
- El principio de Intimación y de Imputación.
- Concesión del tiempo y medios adecuados para la preparación de la
Defensa.
- Defensa material y Defensa Técnica.
- Acceso irrestricto a las pruebas de cargo y a la posibilidad de combatirlas.
- El derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo.
- El derecho a un Proceso público.
 El Principio de Legalidad.- Nullum crimen, nullum poena sine praevia lege.
 El Principio de Juez Regular.
 El Principio de Inocencia
 Los Derechos al procedimiento.
- El principio de Amplitud de la Prueba.
- El Principio de legitimidad de la prueba.
- El Principio de inmediación de la prueba.
- El Principio de la identidad física del juzgador.
- El impulso procesal de oficio.
- El Principio de valoración razonable de la prueba.
 El Derecho a una sentencia justa.
- Principio pro sentencia.
- Derecho a la congruencia de la sentencia.
 El Principio de Doble Instancia.
 El Principio de Cosa Juzgada.
 Derecho a la eficacia material de la sentencia.
 La reparación por error judicial. Error in judicando, error in procedendo y
derecho a indemnización.
Finalidad del derecho de defensa en el proceso civil El derecho de defensa ha
surgido como una necesidad ante los múltiples abusos que se cometían, en aras
de solucionar los conflictos que surgían entre los particulares. Resulta importante
señalar cuál es el objeto de todo proceso, puesto que el derecho de defensa
busca que se respeten todos los derechos fundamentales de los usuarios de la
justicia y en consecuencia una justa culminación del proceso. Su finalidad puede
ser visualizada en una doble vertiente, teniendo en consideración si nos referimos
a un proceso como ente abstracto, o a un proceso particular y específico. El
primero es hacer justicia, garantizar el derecho material y el mantenimiento de la
paz social; mientras que el segundo busca resolver las pretensiones que le han
sido suministrada.

Respecto al Derecho de Defensa: Una Muestra

En la Región de Occidente, Copán, Lempira y Ocotepeque, mediante las


investigaciones que se realizan en los diferentes Centros Penales, así como de
acuerdo al censo de la población penitenciaria que se han llevado a cabo se ha
podido constatar que el 65% de los internos son representados por la Defensa
Pública, y un 25% cuenta con la asesoría legal de un apoderado legal privado y un
10% de la población penitenciaria no cuenta con los servicios profesionales de un
defensor sea éste público o privado.

Además, cabe mencionar que entre algunos cuestionamientos que hacen


los internos es la indiferencia con la cual los defensores públicos ventilan los
juicios ante los Juzgados competentes siendo relativamente escasa la
comunicación del Defensor Público y su representado, sin notificar en muchos
casos los avances que se tienen en cada uno de los juicios ignorando muchas
veces los internos, inclusive si han sido sentenciados o no aunado a ésta situación
se ha evidenciado por parte de los defensores privados cobros excesivos por la
defensa, limitándose únicamente a la presentación del Escrito de Poder
abandonado posteriormente la causa violentando el derecho de defendido frente al
profesional del derecho consagrado en la Ley de Organización y Atribuciones de
los Tribunales de la República y en algunas normas de carácter convencional.
Otro de los factores que contribuyen es la poca preocupación de algunos
Defensores en general de hacer uso de los recursos ordinarios y extraordinarios
que establece la ley como garantías para proteger y defender la defensa de los
encausados.

Sin lugar a duda que la carencia de recurso humano y logística que adolece
la Defensa Pública existiendo una sobrecarga de trabajo en cada uno de los pocos
defensores públicos nombrados es casi imposible obtener una defensa eficiente si
a cada defensor le han sido asignados 90 a 100 casos, por lo que se hace
necesario que las autoridades correspondientes adopten las medidas pertinentes
para que el derecho de defensa que le asiste a la población penitenciaria no se
continúe violentando.

Entre algunos de los casos que se han registrado en la Delegación


Regional de Occidente del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos
donde se presume se han vulnerado el derecho de defensa se mencionan los
siguientes casos:

Conocimos y entrevistamos un caso en el que se denuncia lo siguiente: “Que hace


dos años el señor I. F. ingresó el Centro Penal de Ocotepeque, remitido por el
Juzgado de Paz de San Marcos, Ocotepeque, por suponérsele responsable del
delito de Homicidio en perjuicio de F. Ch. ; pero no se le ha podido trabajar en la
Defensa Pública, porque el expediente esta extraviado. La Defensora Pública a
quien le firmó poder, conoció la situación y se limitó a decir que no se podía hacer
nada porque el expediente está perdido, en el Ministerio Público no se tiene
ninguna información sobre el caso”.

Así otro presentaba dificultades como las siguientes: “Manifiesta el quejoso que de
los expedientes, que está accionando como Fiscal del Ministerio Público se
encuentra un expediente en el que está procesado W. O. V. que tiene
aproximadamente un año de estar preso acusado por el delito de Asesinato;
resulta que al imputado el Juzgado no le dictó Auto de Prisión, en su oportunidad y
hasta la fecha la Defensa no ha solicitado su excarcelación”.

De esta manera podemos relatar basados en experiencias personales, ajenas y


hasta las denunciadas en los medios de comunicación que existen muchos casos
que hacen y dejan en manifiesto una realidad nacional y nos llama la atención
atender esos problemas y darles soluciones no sólo individual sino también
sistemáticos.

CONCLUSIONES

 Lo expuesto en este artículo no pretende, en modo alguno, agotar el


tema del debido proceso, pero al menos, podría constituir un ensayo
muy básico de doctrina que puede aprovecharse útilmente para
resolver algunas dudas que puedan surgir en relación con la
violación del debido proceso y del derecho de defensa.
 Como conclusión, tenemos que el debido proceso en general, está
instaurado como garantía constitucional, pero que es en el campo
penal en el que la materia es más sensible debido a que en éste se
legitiman medidas de coerción personal que restringen la libertad del
imputado. Lo fundamental en este campo es que los Pactos
Internacionales sobre Derechos Humanos y, especialmente, la
Convención Americana, consagran al debido proceso como un
derecho humano y, además de establecer el enunciado general,
disponen una serie o sistemas de garantías a favor de la persona
privada de libertad y del imputado en general, que no
necesariamente están contempladas en las constituciones
nacionales.
 Estos tratados internacionales son vinculantes desde el punto de
vista del derecho internacional para los Estados Partes en ellos,
independientemente de la jerarquía constitucional que cada Estado
les atribuya y tiene la virtud de que parten del postulado fundamental
de la protección de la dignidad humana y vienen a ampliar y
enriquecer las garantías que ya consagran los sistemas
constitucionales. En otras palabras, los principios que informan el
debido proceso tienen un carácter dual: por una parte son una
garantía para el buen funcionamiento judicial en sí y por otra,
involucran el respeto de otros derechos fundamentales. En síntesis,
el imputado debe ser considerado y tratado como ser humano con el
respeto debido a su dignidad de tal y desde luego como sujeto
principal, no como objeto secundario de la relación procesal.
 Pretender demostrar en forma material que el derecho de defensa es
exclusivo, es pecar de fanfarrones, sólo podemos comparar y
concluir en eso, por eso a nuestro criterio puede ser considerado
como exclusivo, pero también adolece de otros vicios y defectos; y
no podemos negar ningún otro aspecto, porque es una realidad que
no podemos ocultar auque lo queramos.
Porque el único medio de saber la situación particular de la
positividad del (o algún) derecho (en su sentido filosófico), es que
concurran los aspectos de temporalidad, territorialidad, etcétera, de
él mismo frente a una realidad concreta que está sucediendo o ha
sucedido. Por lo tanto, debemos comparar sus aspectos doctrinarios
del debe ser del derecho vigente con los hechos que deberían ser
(del es); es decir, del derecho existente no aplicado u omitido por
circunstancias particulares del momento o situación especifica
determinada en las sociedades. Dicho en otras palabras, véase que
esto es uno de los fines de la doctrina de los derechos humanos, que
busca la aplicabilidad (según algunos autores usan el término
“positivación”) del derecho ya creado, un ya declarado pero no
cumplido. Sin tomar en cuenta, hasta la fecha, el derecho no creado
que debería de ser, el aspecto que debe evolucionar del derecho y
que se ve interrumpido mientras tanto no se procure en nuestras
sociedades la factibilidad del derecho anteriormente sancionado.

Bibliografía

https://es.wikipedia.org/wiki/Derecho_a_la_defensa

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