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UNA BOMBA EN MONTE GRANDE

La explosión de una bomba casera fabricada a base de dinamita


provocó daños materiales, pero no víctimas, en una finca de la localidad
bonaerense de Monte Grande habitada por la ex esposa de un
gendarme, y su hija, Isabel A., de 47 años, separada de un suboficial de
Gendarmería Nacional, atribuyo el atentado a “una venganza pasional’’
de su ex marido, que en varias oportunidades la había amenazado con
“volarle la casa’’ si no le permitía regresar a ella.
De la investigación practicada resulta que, realmente, el autor del
atentado con la bomba era el ex marido de Isabel A., de nombre
Gustavo B. Al ser detenido, el gendarme confeso que a sabiendas de
que su ex esposa gustaba de otro hombre, prefería ‘’ hacerla
desaparecer del mapa’’ antes que verla junto a él. Cegado por los celos,
G u s t a v o B . To m o m a t e r i a l e s d e l a a r m e r í a d e l a c u a l e s t a b a e n c a r g a d o ,
y siguiendo un manual castrense, confecciono una bomba casera de
dinamita, con mecanismo de relojería. Por un error de interpretación del
manual, Gustavo B. Colocó una cantidad de dinamita de cuatro veces
menos potencia de la que se proponía alcanzar con la detonación. Como
tenia una llave de la antigua casa común, Gustavo B. se deslizo dentro
de ella sin hacer ruido, en momentos en que su esposa dormía la
siesta, y coloco el artefacto debajo de su cama. La hija de ambos,
Margarita, de ocho años de edad, no estaba en la casa. Gustavo B.
sabia perfectamente que en ese momento era traída de la escuela por
su suegro, que también habitaba la vivienda. La bomba fue colocada a
la hora 13: 30, para que estalle a las 16:15. Al retirarse del lugar tuvo
dudas, por cuanto era casi seguro que al momento del estallido se
hallarían dentro de la casa no solo su esposa, sino también su suegro y
Margarita. Sin embargo, prevaleció su odio, en el razonamiento de “con
tal de que muera ella no me interesa cuantos más deban caer”. Gustavo
B. sabia también que la vivienda era lindera de un asilo de ancianos
con muchos internos, que a la hora de la explosión estarían en el patio
tomando sol, junto a la medianera del dormitorio de Isabel. Esta duda
fue resuelta por Gustavo mediante el razonamiento de que el estallido,
con toda seguridad, seria ahogado dentro del propio domicilio sin
afectar a los linderos.

1. - Analizar estratificadamente el caso

2. - Analizar la conducta de Gustavo en referencia a los bienes jurídicos


que puso en peligro. Discriminar el elemento subjetivo y objetivo del
tipo en referencia a Isabel, Margarita, el suegro y los internos del asilo.

3. - Analizar la existencia de errores sobre la causalidad y sobre el tipo,


en referencia al tipo subjetivo.
4. - Realice una explicación teórica de su análisis estratificado del
caso.
2

1-
Primeramente cabe analizar la conducta de la persona que cometió el
hecho ilícito, (hacer explotar una bomba), que en este caso, es Gustavo
B., quien se propuso un fin, matar a su ex esposa, el medio que
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seleccionó fue una bomba casera. El aspecto externo se observa


cuando Gustavo B. entra a la casa de su ex esposa y coloca la bomba
debajo de su cama, para que explotara a una determinada hora.
En cuanto a la tipicidad, el presente hecho ilícito encuadra dentro de
los siguientes artículos del Código Penal: art. 42, “El que con el fin de
cometer un delito determinado comienza su ejecución, pero no lo
consuma por circunstancias ajenas a su voluntad, sufrirá las penas
determinadas en el artículo 44.”; art. 79, “Se aplicará reclusión o
prisión de ocho a veinticinco años, al que matare a otro, siempre que en
este Código no se estableciere otra pena.”; art. 80, “Se impondrá
reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto
en el artículo 52, al que matare: 1. A su ascendiente, descendiente o
cónyuge, sabiendo que lo son... 5. Por un medio idóneo para crear un
peligro común...”; art. 186, “El que causare incendio, explosión o
inundación, será reprimido: 1. Con reclusión o prisión de tres a diez
años, si hubiere peligro común para los bienes... 4. Con reclusión o
prisión de tres a quince años, si hubiere peligro de muerte para alguna
persona...”.
El artículo 42 trata sobre la tentativa de un delito, y en este caso la
conducta de Gustavo B. no llega a consumarse por una causa externa a
su propia voluntad, pero claramente se sabe que su fin era matar a su
m u j e r, s i n i m p o r t a r l e q u e t a m b i é n m u r i e r a n s u h i j a y s u s u e g r o , p o r l o
que podría aplicarse, además los artículos 79 y 80, incisos 1 y 5.
Existe una acción por parte de Gustavo B. Los sujetos son: Gustavo
B., sería el sujeto activo, como este tipo es cometido por un solo
sujeto, aunque podría haberse cometido por varios, sin ser este
requisito necesario, es un tipo unisubjetivo; el tipo mencionado
individualiza una conducta que puede ser cometida por cualquiera, por
lo que da lugar al llamado “delicta comunia”. En este caso encontramos
más de un sujeto pasivo, que serian Isabel A., Margarita y el padre de
Isabel A, también los ancianos quienes habitaban en la casa contigua y
su patio era lindero con la habitación en la cual el sujeto activo había
colocado la bomba. Asimismo se puede observar que hay un resultado,
que son los daños ocasionados por el estallido de la bomba. La relación
de causalidad se da porque la conducta de Gustavo B. es la que
produce el resultado a causa de los medios utilizados por el sujeto
activo.
Lo dicho en el párrafo anterior configura el tipo objetivo de la tipicidad.
En este caso Gustavo B., actúa con dolo (aspecto subjetivo de la
tipicidad). Gustavo B. tenía un conocimiento efectivo de los elementos
del tipo objetivo y voluntad de realizarlos. El autor previó el curso
causal y la producción del resultado.
La conducta de Gustavo B. no está permitida por ninguna causa de
justificación en parte alguna del orden jurídico. Además es contrario a
dicho ordenamiento jurídico, por lo que se concluye que la conducta de
Gustavo B. es antijurídica.
La conducta de Gustavo B. es culpable, debido a que el autor tenia
conocimiento de la antijuridicidad de su actuar y le es exigible otra
conducta conforme a los parámetros sociales, no se motivo en la norma
cuando le era exigible hacerlo, además no se encuentra ningún
supuesto que excluya esta culpabilidad.
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Por el análisis realizado en los párrafos precedentes es posible


concluir que la conducta de Gustavo B. es típica, antijurídica y
culpable.

2-

Los bienes jurídicos que puso en peligro Gustavo B. con su conducta


fueron la vida, la integridad física y psíquica y la propiedad.
En este punto analizaré el aspecto conativo del dolo , debido a que no
es igual para todos los sujetos pasivos.
En relación con Isabel A., Gustavo B., actúa con dolo directo de
segundo grado, debido a que éste quería la muerte de su esposa en
forma directa, pero ese resultado sería consecuencia necesaria del
medio elegido (una bomba), así se observa el resultado efectivo de la
conducta del nombrado, los daños ocasionados en la propiedad de
Isabel A.
La conducta dolosa con respecto a su hija (Margarita) y a su suegro, es
un dolo eventual, ya que Gustavo se representó la posibilidad del
resultado concomitante (muerte de estos sujetos pasivos) y la incluye
dentro de la voluntad realizadora de su conducta, aceptando dichos
resultados concomitantes.
Con respecto a los ancianos, la conducta de Gustavo B., encuadra
dentro del tipo culposo, sería, entonces, una culpa con
representación, porque previó el resultado (afectación de los bienes de
los ancianos por el estallido de la bomba) pero rechazó esa posibilidad,
mediante el razonamiento de que el estallido sería ahogado dentro del
domicilio sin afectar a los linderos.

3-

Dentro de la tipicidad encontramos ciertos supuestos que excluyen la


misma, dentro de estos supuestos se encuentran los errores de tipo y
los errores sobre la causalidad.

ERRORES SOBRE LA CAUSALIDAD


 Aberratio ictus:
Es el caso en que una conducta se dirige contra un objeto, pero afecta
a o t r o o b j e t o , a l q u e n o s e q u e r í a n i s e a c e p t a b a a f e c t a r.
5

Puede suceder que el objeto de la conducta y el ente que resulta


afectado no sean equivalentes, entonces desaparecerá el dolo con
respecto al objeto que resulte afectado.
Si los objetos son equivalentes, hay una parte de la doctrina que opina
que el tema tendría que ser tratado igual que en le caso de los objetos
no- equivalentes. Otra parte dice que, al ser los objetos equivalentes, el
dolo no quedaría eliminado, ya que se quería afectar a un determinado
objeto y se afectó a otro, pero con iguales características.
 Error en el objeto:
Es el que se da cuando se cree dirigir la conducta contra un objeto pero
en realidad se la dirige y se afecta otro objeto. Aquí, cuando los objetos
no son equivalentes desaparecerá el dolo. Cuando los objetos son
equivalentes, la desviación resulta irrelevante para el dolo.
 Dolus generalis:
Es un error sobre la causalidad en que el autor cree haber alcanzado el
resultado, pero en realidad éste sobreviene dentro del curso causal con
posterioridad.
ERROR DE TIPO
El error de tipo es el fenómeno que determina la ausencia de dolo
cuando, habiendo una tipicidad objetiva, falta o es falso el conocimiento
de los elementos requeridos por el tipo objetivos. El error recae sobre
uno de los requerimientos del tipo objetivo. Desaparece la finalidad
t í p i c a , e s d e c i r, l a v o l u n t a d d e r e a l i z a r e l t i p o o b j e t i v o . N o h a b i e n d o
q u e r e r d e l a r e a l i z a c i ó n d e l t i p o o b j e t i v o , n o h a y d o l o y, p o r e n d e , l a
conducta es atípica. Son casos en que hay tipicidad objetiva, pero no
hay tipicidad subjetiva, porque falta el dolo.
S i e m p r e q u e s e h a b l a d e e r r o r, s e d i s t i n g u e e n t r e e l e r r o r e v i t a b l e o
vencible y el error inevitable o invencible. Es evitable el error en que no
se hubiese caído en caso de haberse aplicado la diligencia debida. Es
inevitable el error de quien poniendo la diligencia debida no hubiese
s a l i d o e r r o r.
En caso que el error de tipo sea inevitable (o invencible) además de
eliminar la tipicidad dolosa, descarta cualquier otra forma de tipicidad.
Siendo el error vencible (o evitable) también elimina la tipicidad dolosa,
pero en caso de que haya tipo culposo y se den sus extremos, podrá ser
la conducta típicamente culposa.

C o m o p u e d e a d v e r t i r s e , d e s p u é s d e e s t a s i n t é t i c a e x p o s i c i ó n , e l a u t o r,
G u s t a v o B . , n o i n c u r r i ó e n n i n g ú n t i p o d e e r r o r, p a r a q u e s e e x c l u y a e l
d o l o e n s u a c t u a r.

4-

C O N D U C TA
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El derecho pretende regular conducta humana, no pudiendo ser el delito


otra cosa que una conducta.
Algunos autores utilizan en particular sentido penal la voz “hecho”,
considerando que “hecho” es la conducta más el nexo causal y el
resultado. El “hecho”, según el Código Civil: “son todos los
acontecimientos susceptibles de producir alguna adquisición,
modificación, transferencia o extinción de los derechos u obligaciones”
(art. 986).
El Código Penal usa la expresión “hecho” como la mera exterioridad de
delito, una conducta, una conducta típica, un injusto o un delito.
Los hechos pueden ser humanos o de la naturaleza, en que no participa
el hombre. No todo hecho en que participa el hombre es una conducta,
no es conducta el hecho humano en que el hombre toma parte como una
mera masa mecánica.
Los hechos humanos se subdividen en voluntarios e involuntarios, los
hechos humanos voluntarios son las conductas.
To d a c o n d u c t a d e b e s e r v o l u n t a r i a , e s d e c i r, q u e s i n v o l u n t a d n o h a y
conducta.
“ Vo l u n t a r i o ” e s e l “ q u e r e r ” a c t i v o , e l q u e r e r q u e c a m b i a a l g o , e l “ d e s e a r ”
es algo pasivo, que no se pone en movimiento para cambiar nada. El
que quiere tiene voluntad, se mueve hacia el resultado. El que desea
sólo espera el resultado.
La voluntad implica siempre una finalidad, siempre la voluntad tiene un
contenido, que es una finalidad.
Una voluntad sin contenido no es voluntad.
En razón de que es inconcebible la conducta sin voluntad, y la voluntad
sin finalidad, resulta por consecuencia que la conducta requiere
siempre una finalidad.
Que una acción sea voluntaria no implica que sea “libre”: lo “querido”
no siempre es “libremente querido”.
Se puede considerar en el análisis de la conducta aspectos de la
misma, y distinguir el aspecto interno del aspecto externo.
Al aspecto interno de la conducta pertenece la proposición de un fin y la
s e l e c c i ó n d e l o s m e d i o s p a r a s u o b t e n c i ó n . Te r m i n a d a e s t a e t a p a ,
pasamos a la exteriorización de la conducta (aspecto externo),
consistente en la puesta en marcha de la causalidad en dirección a la
producción del resultado.

A U S E N C I A D E C O N D U C TA

No constituyen conductas los hechos de la naturaleza en que no


participa el hombre.
Los supuestos en que no hay voluntad pese a participar un hombre son
los siguientes:
a) Fuerza física irresistible (art. 34 inc. 2, Código Penal);
b) Involuntabilidad (estado de inconciencia y, parcialmente,
“incapacidad de dirigir las acciones”, art. 34, inc. 1, Código Penal).

 Fuerza física irresistible:


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En el Código Penal está legislada en el art. 34, inc. 2, “El que obrare
violentado por fuerza física irresistible”.
Por fuerza física irresistible debe entenderse aquellos supuestos en que
opera sobre el hombre una fuerza de tal entidad que le hace intervenir
como una mera masa mecánica. No debe confundirse la fuerza física
irresistible con los casos de la segunda parte del mismo inc. 2 del art.
3 4 , C ó d i g o P e n a l : “ E l q u e o b r a r e v i o l e n t a d o p o r. . . a m e n a z a s d e s u f r i r
un MAL grave e inminente”, como tampoco con supuestos del inc. 3, en
estos casos el sujeto dirige la conducta (hay voluntad), sólo que la
voluntad no está “libremente” motivada.
La fuerza física irresistible puede provenir de la naturaleza o de la
acción de un tercero.
La fuerza física irresistible elimina la conducta, puede provenir de
“fuera” del sujeto (externa), pero dentro de la que proviene de la
naturaleza caben acontecimientos que se originan en el propio cuerpo
del sujeto (interna) y que dan lugar a movimientos que no son
controlables por la voluntad, por ejemplo: movimientos reflejos,
respiratorios, etc.

 Involuntabilidad:
La involuntabilidad es la incapacidad psíquica de conducta, el estado en
que se encuentra el que no es psíquicamente capaz de voluntad. Se
requiere una capacidad psíquica de voluntad para que haya conducta,
una cierta capacidad psíquica para que haya tipicidad y otra para que
haya culpabilidad. A la suma de los tres la llamamos “capacidad
psíquica del delito”.
La consciencia en el sentido clínico es el resultado de la actividad de
las funciones mentales. En ocasiones en que la consciencia está
perturbada no hay ausencia de conducta, porque no desaparece la
voluntad del sujeto, en cambio, cuando la consciencia no existe, porque
está transitoriamente o permanentemente suprimida, no puede hablarse
de voluntad y desaparecerá la conducta. Cuando hay inconsciencia no
h a y v o l u n t a d y, p o r e n d e , n o h a y c o n d u c t a .
Cuando la insuficiencia de las facultades o la alteración morbosa de las
mismas, da lugar a una incapacidad para dirigir los movimientos, habrá
un caso de involuntabilidad, es decir de ausencia de conducta.

T I P O A C TI V O D O L O S O
El tipo activo doloso tiene dos aspectos : uno objetivo y otro
subjetivo, es decir que la ley mediante el tipo, individualiza conductas
atendiendo a circunstancias que se dan en el mundo exterior y a
c i r c u n s t a n c i a s q u e e s t á n d a d a s e n l o i n t e r n o , e n e l p s i q u i s m o d e l a u t o r.
El tipo doloso implica siempre la causación de un resultado (aspecto
externo), pero también requiere la voluntad de causarlo (aspecto
interno). Esa voluntad del resultado, el querer del resultado, es el dolo.
E l a s p e c t o i n t e r n o d e l t i p o d o l o s o , e s d e c i r, l a m a n i f e s t a c i ó n d e l a
voluntad en el mundo físico requerida por el tipo, la llamamos aspecto
o b j e t i v o d e l t i p o l e g a l o t i p o o b j e t i v o . A l a s p e c t o i n t e r n o , e s d e c i r, a l a
voluntad misma, la llamamos aspecto subjetivo del tipo legal o tipo
subjetivo.
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 Tipo objetivo:
Los elementos de este tipo objetivos son los siguientes:
a) Las referencias: hay tipos que individualizan acciones que pueden
cometerse en cualquier contexto circunstancial, en tanto que hay otros
que son específicamente circunstanciados. Puede haber requerimientos
d e t i e m p o , d e l u g a r, d e m o d o , d e o c a s i ó n , d e m e d i o s .
Las referencias a los medios dan lugar a los llamados tipos de
formulación casuística, por oposición a los tipos de formulación
libre, que son los que individualizan acciones que pueden cometerse
por cualquier medio.
b) Elementos descriptivos: son los que predominan y no necesitan
acudir a ninguna valoración para su individualización.
c) Elementos normativos: son los que remiten a una valoración jurídica
o ético social.
d) El resultado material: toda conducta tiene una manifestación en el
mundo físico; esa manifestación en el mundo físico es un cambio que se
opera en éste. Antes de la conducta las cosas estaban en un estado
diferente al que se hallan después de la conducta.
Cada conducta causa una mutación en el mundo externo: el resultado.
El resultado es un ineludible fenómeno físico que acompaña a toda
conducta: no hay conducta sin resultado.
Lo que en definitiva sucede es que todos los tipos requieren un
resultado.
e) La relación de causalidad: para quienes conciben al tipo en forma
o b j e t i v a , e s d e c i r, c o m o l a c a u s a c i ó n d e u n r e s u l t a d o , n o q u e d a o t r a
alternativa que buscar una limitación a la relevancia penal de la
causalidad. La causalidad como categoría del ser es un proceso ciego,
u n a c a d e n a d e c a u s a s y e f e c t o s . “ To d a c o n d i c i ó n q u e n o p u e d e s e r
mentalmente suprimida sin que con ello desaparezca el efecto, es
causa”. La relevancia penal de la causalidad se halla limitada, dentro
d e l a m i s m a t e o r í a d e l t i p o , p o r e l t i p o s u b j e t i v o , e s d e c i r, p o r e l q u e r e r
del resultado. Dentro de una teoría del tipo concebida con un aspecto
objetivo y uno subjetivo, la causalidad puede ser admitida conforme a
su realidad, porque no cierra por sí sola el juicio de tipicidad,
restringiéndose su relevancia típica con el dolo. Sólo es relevante la
causalidad material dirigida por la voluntad de acuerdo a un fin.
f) Los sujetos: pueden ser activo o pasivo. Sujeto activo es el autor de
la conducta típica. Sujeto pasivo es el titular del bien jurídico tutelado.
El sujeto pasivo de la conducta, puede no ser el sujeto pasivo del
delito.
El sujeto activo generalmente puede ser cualquiera, pero en ciertos
tipos se requieren caracteres especiales en el sujeto pasivo. Los tipos
que individualizan conductas que pueden ser cometidas por cualquiera
dan lugar a los llamados “delicta comunia”, en tanto que los que
requieren características especiales en el sujeto activo dan lugar a los
denominados “delicta propia”. Los delicta propia pueden obedecer a
características naturales o requerimientos jurídicos.
Según el número de sujetos activos, hay tipos que sólo pueden ser
cometidos por una persona o que, puedan ser cometidos por varios
autores, lo que no es necesario. Estos se llaman tipos unisubjetivos,
monosubjetivos o individuales. Cuando deben ser cometidos
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necesariamente por varias personas se llaman plurisubjetivos,


colectivos o de concurso necesario.

 Tipo subjetivo:
a) Concepto de dolo: el dolo es el elemento nuclear y principalísimo del
tipo subjetivo, y frecuentemente, el único componente del tipo subjetivo
(en los casos en que el tipo no requiere otros).
El dolo es el querer del resultado típico, la voluntad realizadora del tipo
o b j e t i v o . To d o q u e r e r p r e s u p o n e u n c o n o c e r. E l d o l o e s u n q u e r e r. E l
conocimiento que presupone este “querer” es el de los elementos del
tipo objetivo en el caso concreto.
Si queremos perfeccionar un tanto la definición del dolo que hemos
dado sea conveniente conceptuarlo como la voluntad realizadora del
tipo objetivo, guiada por el conocimiento de los elementos de éste en el
caso concreto.
El dolo es una voluntad determinada que presupone un conocimiento
determinado.
El reconocimiento de que el dolo es una voluntad individualizada en un
tipo, nos obliga a reconocer en su estructura los dos aspectos en que
consiste: el del conocimiento presupuesto al querer (aspecto
cognoscitivo) y el querer mismo (aspecto conativo), que no puede
existir sin el conocimiento.
b) Aspecto cognoscitivo: el dolo requiere siempre conocimiento
efectivo; la sola posibilidad de conocimiento (llamada “conocimiento
potencial”) no pertenece al dolo.
El conocimiento efectivo puede ser actual o actualizable. Es
conocimiento actual el que tenemos acerca de un objeto cuando
focalizamos sobre él nuestra actividad consciente. El dolo requiere
siempre un cierto grado de actualización del conocimiento.
El grado de actualización que requiere el dolo no exige siempre un
“ p e n s a r e n e l l o ” , e s d e c i r, u n c o n o c i m i e n t o a c t u a l , s i n o q u e p u e d e
también integrarse con algunos conocimientos actualizables.
El concepto legal de dolo puede obtenerse de la fórmula de la tentativa
(art. 42, Código Penal), que dice “el que con el fin de cometer un delito
determinado comienza su ejecución...”. El dolo es precisamente “el fin
de cometer un delito determinado”. Por delito debe entenderse como “un
tipo objetivo”.
El conocimiento de los elementos normativos del tipo requiere un
conocimiento de la valoración jurídica o ética a que responde estos
elementos.
El dolo debe abarcar el conocimiento de los elementos positivos
requeridos en el tipo objetivo, debe también abarcar el conocimiento de
los “caracteres negativos”.
El dolo presupone que el autor haya previsto el curso causal y la
producción del resultado típico. Sin esta previsión jamás se podría
hablar de dolo.
No obstante, no se requiere que la previsión de la causalidad o de la
forma en que se produzca el resultado lo sea en sus más mínimos
detalles. La doctrina suele hablar de “interrupción” o de “ruptura” del
curso causal, cuando en realidad, lo que sucede es que hay un
apartamiento o desviación del curso causal respecto de la previsión que
d e l m i s m o h a b í a t e n i d o s u a u t o r, e n f o r m a q u e r e s u l t e r e l e v a n t e y
10

elimine el dolo. Una desviación relevante del curso causal elimina el


dolo.
c) Aspecto conativo: se llama dolo directo a aquél en que el autor
quiere directamente la producción del resultado típico, sea como fin
directamente propuesto o sea como uno de los medios para obtener ese
fin. Cuando se trata del fin directamente querido se llama dolo directo
de primer grado y cuando se quiere el resultado como necesaria
consecuencia del medio elegido para la obtención del fin, se llama dolo
directo de segundo grado o dolo de consecuencias necesarias.
En el dolo directo, el resultado se quiere directamente (como fin o como
consecuencia necesaria del medio querido), y esta forma de querer es
diferente del querer un resultado concomitante cuando se lo acepta
como posibilidad: este es el dolo eventual.
Cuando el sujeto programa la causalidad para obtener una finalidad, se
representa los posibles resultados concomitantes de su conducta y
actúa admitiendo la posibilidad de que sobrevengan, el caso será de
dolo eventual.

ANTIJURIDICIDAD

La antijuridicidad no surge del derecho penal, sino de todo el orden


jurídico, porque la antinormatividad puede ser neutralizada por un
permiso que puede provenir de cualquier parte del derecho.
La antijuridicidad es el choque de la conducta con el orden jurídico,
entendido no sólo como un orden normativo, sino como un orden
normativo y de preceptos permisivos.
El método según el cual se comprueba la presencia de la antijuridicidad
consiste en la constatación de que la conducta típica (antinormatividad)
no está permitida por ninguna causa de justificación (precepto
permisivo) en ninguna parte del orden jurídico.

 Causas de justificación:
a) Legitima defensa: tiene lugar cuando media una situación de
necesidad, lo que la vincula a otra causa de justificación: el estado de
necesidad. En la legitima defensa el medio lesivo se hace necesario
para repeler una agresión antijurídica.
La defensa “propia o de sus derechos” abarca la posibilidad de defender
legítimamente cualquier bien jurídico. El requisito de la racionalidad de
la defensa no excluye la posibilidad de defender ningún bien jurídico,
sino que exige una cierta proporcionalidad entre la acción defensiva y
l a a g r e s i v a , e s d e c i r, q u e e l d e f e n s o r d e b e u t i l i z a r e l m e d i o m e n o s
lesivo que tiene en sus manos.
Se requiere que la agresión sea intencional, no siendo admisible la
agresión “culposa”.
La autoría de la agresión antijurídica es lo que da el carácter de sujeto
pasivo de la acción de defensa, porque la misma no puede dirigirse
c o n t r a o t r o q u e n o s e a e l p r o p i o a g r e s o r. Q u i e n e n l a d e f e n s a a l c a n z a a
un tercero, actuará respecto de este tercero en estado de necesidad o
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simplemente en forma inculpable, pero no lo cubrirá el tipo permisivo de


legitima defensa.
El carácter antijurídico de la agresión excluye la posibilidad de una
legitima defensa contra una legítima defensa.
La agresión antijurídica no es necesario que se haya iniciado. La ley
dice que la defensa puede ser “para impedirla o repelerla”.
La ley niega el permiso para defenderse legítimamente a quien ha
provocado suficientemente la agresión.
L a d e f e n s a , p a r a s e r l e g í t i m a , d e b e s e r, a n t e t o d o , n e c e s a r i a , e s d e c i r,
que el sujeto no haya estado obligado a realizar otra conducta menos
lesiva o inocua en lugar de la conducta típica.
En el tipo permisivo de legítima defensa se requiere el conocimiento de
l a s i t u a c i ó n d e d e f e n s a , e s d e c i r, e l r e c o n o c i m i e n t o d e l a a g r e s i ó n , y l a
finalidad de defenderse. Es innecesario el conocimiento de la
legitimidad de la acción defensiva.
b) El estado de necesidad justificante : está previsto en el art. 34, inc.
3, Código Penal: “El que causare un mal para evitar otro mayor
inminente a que ha sido extraño”.
El mal que se quiere evitar puede provenir tanto de una fuerza de la
naturaleza como de una acción humana.
El fundamento general del estado de necesidad justificante es la
n e c e s i d a d d e s a l v a r e l i n t e r é s m a y o r, s a c r i f i c a n d o e l m e n o r, e n u n a
situación no provocada de conflicto extremo.
El tipo permisivo de estado de necesidad justificante requiere el
conocimiento de la situación de necesidad y la finalidad de evitar el mal
m a y o r, n o i m p o r t a n d o q u e e l m a l m a y o r s e h a y a e v i t a d o e f e c t i v a m e n t e .
Por mal debe entenderse la afectación de un bien jurídico, que puede
ser del que realiza la conducta típica como de un tercero o incluso del
m i s m o q u e s u f r e e l m a l m e n o r.
El mal debe ser inminente, es el mal que puede producirse en cualquier
momento.
El mal amenazado debe ser inevitable de otro modo menos lesivo.
E l m a l c a u s a d o d e b e s e r m e n o r q u e e l q u e s e q u i e r e e v i t a r. E l m a l
menor se individualiza mediante una cuantificación que responde
fundamentalmente a la jerarquía de bienes jurídicos en juego y a la
cuantía de la lesión amenazada a cada uno de ellos.
La ajenidad del autor a la amenaza del mal mayor implica que el mismo
no se haya introducido por una conducta del autor en forma que hiciera
previsible la posibilidad de producción del peligro.
El agente no debe estar obligado a soportar el riesgo.

C U L PA B I L I D A D

S u c o n c e p t o g e n e r a l e s l a r e p r o c h a b i l i d a d d e l i n j u s t o a l a u t o r, p o r q u e
no se motivó en la norma y le era exigible que se motivase en ella. Un
i n j u s t o , e s d e c i r, u n a c o n d u c t a t í p i c a y a n t i j u r í d i c a , e s c u l p a b l e , c u a n d o
al autor le es reprochable la realización de esa conducta porque no se
motivó en la norma siéndole exigible, en las circunstancias en que
actuó, que se motivase en ella. Al no haberse motivado en la norma
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cuando podía y le era exigible que lo hiciese, el autor muestra una


disposición interna contraria al derecho.
El principio de culpabilidad entendido como “no hay pena si la conducta
no le es reprochable al autor”, debe fundarse necesariamente en la
aceptación de que el hombre es un ente capaz de autodeterminarse.
El inc. 1 del art. 34 del Código Penal excluye la responsabilidad cuando
el sujeto no pudo comprender la antijuridicidad de su conducta.
La culpabilidad sólo puede edificarse sobre la base antropológica de la
autodeterminación como capacidad del hombre. Cuando se suprime esa
base, desaparece la culpabilidad.
Por definición “culpabilidad” es un concepto normativo; un juicio de
r e p r o c h e q u e s e l e f o r m u l a a l a u t o r.
Son requisitos generales de la culpabilidad entendida como
reprochabilidad, que al sujeto le haya sido exigible la posibilidad de
comprender la antijuridicidad de su conducta y que las circunstancias
en que actuó no le hayan reducido su ámbito de autodeterminación por
debajo de un umbral mínimo. Se exige que la posibilidad de motivarse
en la norma se halle por sobre un umbral mínimo de exigibilidad.
Este umbral mínimo de exigibilidad no se alcanza y la culpabilidad se
encuentra excluida, cuando no lo es exigible al sujeto la comprensión
de la antijuridicidad, supuesto que puede darse porque carece de
suficiente capacidad psíquica para ello (inimputabilidad) o porque se
halla en un estado de error acerca de la antijuridicidad (error de
prohibición).
El umbral mínimo de exigibilidad no se alcanza cuando el autor se halla
en estado de necesidad inculpante (“amenazas de sufrir un mal grave e
inminente”, art. 34, inc. 2, Código Penal); en los diferentes supuestos
de inexigibilidad de una conducta diferente, motivada en la norma, que
se halla en la parte especial (art. 86, inc. 2; art. 278; etc., Código
Penal); o en la imposibilidad de dirigir la conducta conforme a la
comprensión de la antijuridicidad emergente de incapacidad psíquica,
que es otra forma de inimputabilidad.

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