Вы находитесь на странице: 1из 2

Moderadora: Un joven acaudalado se marcha de casa de su padre para

despilfarrar su herencia. ¿Podrá volver a casa y obtener su perdón?

Personajes: Padre, Hijo mayor, Hijo pródigo, Hombre 1, Hombre 2

PRIMER ACTO

Se abre el telón mostrando una casa antigua y muy lujosa. Hay tres personas
sentadas a la mesa: un padre junto a su primogénito y a su hijo menor.

Padre: Ya son unos hombres y ha llegado la hora de repartirles mi fortuna. Les voy
a dar lo mismo a los dos y espero que sean lo bastante inteligentes como para
gastarlo con sabiduría.

Abre un cofre de madera lleno de monedas de oro y entrega a sus hijos la misma
cantidad de dinero.

Padre: Hijo mío, mi primogénito, ¿qué piensas hacer con tu parte?

Hijo mayor: Yo me voy a quedar a tu lado padre y voy a invertir estas monedas en
ganado, para que a tu hacienda nunca le falte nada.

Hijo pródigo (resoplando): ¡Qué aburrido! ¿Para qué quieres gastarlo en eso, si
padre ya tiene suficiente?

Padre: ¿Y tú qué piensas hacer con tu dinero, querido hijo?

Hijo pródigo: Yo sí lo voy a aprovechar, ¡me marcho de aquí a conocer el mundo!


(Toma su parte y se levanta). ¡Hasta nunca!

Sale del escenario mientras su hermano niega con la cabeza.

SEGUNDO ACTO

El hijo pródigo se encuentra bebiendo de una jofaina, completamente borracho. A


su alrededor, la gente bebe, baila y juega. Él sonríe y se tambalea.

Hijo pródigo: ¡Qué bonito es vivir de fiesta!

Dos hombres se acercan a él con rostros enojados.

Hijo pródigo: ¿Se les ofrece algo, señores? (Ríe)

Hombre 1: No has pagado la cuenta de este día, ni la de ayer.

Hombre 2: ¿No dijiste acaso que eras un joven muy acaudalado?

Hijo pródigo: ¿No les he pagado? Qué raro… estoy seguro de que tengo algo por
aquí…
Se palpa la ropa intentando encontrar algo de dinero, en vano.

Hombre 1: Ya terminaste de despilfarrar todo lo que tenías, ¿no es así?

Hijo pródigo (asustado): Por favor, no llamen a las autoridades, ¡yo hago lo que sea
con tal de pagar mi deuda!

Los dos hombres se ven con malicia y sonríen.

Hombre 2 (empujando al hijo pródigo al suelo): Siendo así, ponte a limpiar nuestra
taberna. ¡Y queremos que quede bien reluciente!

Los dos ríen, mientras el muchacho recoge cosas del piso y llora de humillación.

TERCER ACTO

Moderadora: El padre se encuentra en casa con su hijo mayor, contando unas


monedas de oro.

Padre: Has usado tu dinero sabiamente, hijo mío. Nuestros negocios están mejor
que nunca.

Alguien toca a la puerta. El padre se levanta para abrir y se encuentra con su hijo
menor, triste, sucio y mal vestido.

Padre: ¡Hijo mío! ¡Qué alegría tenerte en casa! (Lo abraza) Creí que nunca más te
tendríamos de vuelta.

ijo pródigo (con tristeza): Tenía miedo de que no me recibieras de vuelta, padre. Sé
que no tengo cara para presentarme ante ti, gasté neciamente todo lo que me
diste.

Padre: Eso no tiene la menor importancia, Dios nos ha enseñado a amarnos a


pesar de las adversidades. Y tú siempre serás mi hijo. (Dirigiéndose a su
primogénito). ¡Manda traer ropas nuevas para tu hermano! Hoy somos una
familia de nuevo.

FIN

Вам также может понравиться