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El tema que vamos a debatir son:

La estrategia de campaña electoral 2019 pro vida, PARTIDO DE LA MATANZA.

Crear foros de Redes Sociales vecinales.

FOROS VECINALES DE:


1. ECONOMÍA Y SERVICIOS PÚBLICOS.
2. SALUD PÚBLICA (CON EJE POLITICAS PRO-VIDA).
3. CULTURA Y EDUCACIÓN, (CON EJE EN TEMATICAS
CIENTIFICAS SIN IDEOLOGIAS).
4. LA PRODUCCIÓN REGIONAL.
5. DESARROLLO SOCIAL.
6. CONTROL COMUNAL, Y BROMATOLOGICO.
7. MEDIO AMBIENTE Y ESPARCIMIENTO.
8. SEGURIDAD VECINAL Y CULTURA SOCIAL.
9. ESPACIO PÚBLICO Y SERVICIOS PÚBLICOS.
10. CIENCIA, Y NUEVAS TECNOLOGIAS (CON EJE EN LA CIENCI
SIN IDEOLOGIAS)
11. TRÁNSITO Y TRANSPORTE VECINAL.
12. DEPORTES, VALORES DEPORTIVOS.
A) CADA UNA DE ESTOS FOROS DEBERIAN IR CONFROMANDO UNA RELACION TAL QUE PUEDA
REALIZAR UNA ASOCIACION CIVIL POR CADA UNA. UNIENDO LAS DISTINTAS ACTIVIDADES SEGÚN
SU INTERRALACION Y PROBLEMÁTICA VECINAL.

B) UNA VEZ, CUMPLIDO ESE PASO, EL DE LA CONFORMACION EN ASOCIACION, CADA UNA DEBE
CUMPLIR SU FUNSION, INDIVIDUAL DE OBJETO PUBLICO, SOCIAL, Y DE REPRESENTACION
ELECTORAL.

C) POR ULTIMO SE DEBE REALIZAR LA CAMPAÑA A TRAVEZ DE ESTE TIPO DE DEMOCRACIA


SEMICORPORATIVA Y MIXTA CON LA DEMO PARTIDOCRACIA.

Método de gobierno sin ideologías.

(Zaffore, 2007: 31,32) hemos dicho, en base a esta cita: "Si soberanía del pueblo quiere decir que
no existe un poder superior al pueblo mismo, no parece que un pueblo cuyas representaciones
vengan precondicionadas por las representaciones mediadas por un poder ajeno a él mismo pueda
llamarse, sin más, soberano, ni que el derecho que lo cobija pueda llamarse (...) sin más,
democrático. “Lo que la Corte ha puesto de manifiesto es la vetustez de las ideas y regulaciones del
derecho de la información social, que en esencia son las mismas que articuló la doctrina liberal
antiabsolutista, la cual tenía un solo frente de lucha: el poder condicionante de la monarquía
absoluta. La corte ha puesto de manifiesto, en síntesis, que el "hombre de nuestro tiempo" -el
pueblo- tiene enfrente unos poderes con capacidad condicionante de la información, múltiples e
intrincados. (...). Probablemente podemos adelantar parte de la problemática diciendo que la cita
precedente de la Corte pareciera dar la razón a Daniel K. Stewart (1968/1973: 88) cuando hace
notar que el simbolismo de las instituciones que incluye (...) partidos políticos y medios de
comunicación ha sufrido caminos radicales, porque han sufrido cambios en su significado en
cuanto referencia a la realidad, al punto que en algunos casos "sus principios operacionales, sus
propósitos (....) son, en muchos casos, algo completamente opuesto a lo que eran hace sólo unas
pocas décadas".

CONOCIMIENTO Y REGULACIÓN JURÍDICA DE LOS MASS MEDIA.

1. Problemática y epistemología. Necesidad de una nueva perspectiva jurídica. La comunicología,


la sociología de la cultura y de los media, la politología, entre otras muchas disciplinas académicas,
han estudiado de manera sistemática y abundante, la cuestión de la influencia de los medios en la
evolución humana. Existe un corpus de conocimientos sólido y confiable, muy rico y profuso. Tales
relatos acerca de la dinámica de las estructuras informacionales mediáticas, muestran que tienen
aptitud para torcer la evolución de personas y sociedades en función de sus intereses inherentes -
sistémicos-, que por serlo no necesariamente son coincidentes. No hay razones para suponer una
coincidencia "natural" entre el poder editorial de cualquier tipo y las necesidades de las personas y
las sociedades, ni para asegurar el "efecto de derrame" en materia de derechos de la información,
por el sólo hecho de asegurárselos a los editores de información. Pese a ello las doctrinas jurídico-
políticas conocidas, todas de naturaleza argumentativa, reivindican una coincidencia objetiva que
de existir los pondría a salvo de la crítica.

Si, en cambio, emprendemos los estudios jurídicos desde una epistemología que los ubique en el
campo de la ciencia, coincidiremos con las determinaciones vigentes sobre los efectos de los
media y afirmaremos que el derecho de los editores no siempre está alineado con el de recibirla
por parte de las personas; ni que la garantía jurídica al editor a dar, buscar y recibir información
garantice esos derechos --simétricamente- a las personas y a la sociedad.

Ni que de, manera inherente la intervención gubernamental inherentemente protege los intereses
de personas y sociedades. Es que parece evidente que tales consisten en la capacidad de las
personas y las sociedades de tomar decisiones en base a información controlable en punto a su
disponibilidad, veracidad, pluralidad y confiabilidad.

En el plano jurídico-político esa descripción se expresa como “principio” de la soberanía del


pueblo, que supone capacidad por parte de éste de autodeterminar el próximo paso evolutivo. Sin
embargo afirmaremos que ese debe ser revisado a la luz de las realidades implicadas en el
contexto de la sociedad mediática contemporánea. A tal fin se hace necesario discutir unos nuevos
modelos jurídico-políticos que incluyan a todos los actores de los procesos informacionales desde
una epistemología establezca criterios objetivos de conocimiento la regulación mediática.

Es decir que los derechos a dar, buscar y recibir información sean garantizados en términos de
realidad no sólo al poder editorial, privado o gubernamental, sino también a las personas y al
pueblo, pues en definitiva son los requirentes y motores de la producción informacional. Hasta
que ello no suceda creemos que no existen fundamentos racionales para afirmar que la situación
imperante pueda ser definida como objetivamente democrática e impulsora de la libre evolución 1
de conciencias personales e identidades sociales.

El estado de la cuestión aparece congelado en el tiempo que alumbró el nacimiento de la Edad


Moderna o en nociones más o menos contrapuestas que esconden la problemática.

Es que la mediación informacional ha devenido desde la artesanal y heroica hoja de opinión que
catalizó las luchas del liberalismo anti absolutista en los Siglos XVII y XVIII, a las actuales
estructuras de producción masiva de símbolos, concentrada en industrias multi-mediáticas

2. La prensa y la expresión cuya libertad defendió John Milton a través de su escamoteada


Areopagítica, no guarda casi relación con las industrias mediáticas contemporáneas pues ni las
estructuras de producción ni el entorno sociológico son parecidos. Aquella poseía una dimensión
humana individualizada, ésta, en cambio, forma parte del universo de las estructuras productivas,
las cotizaciones bursátiles y de las decisiones económicas estratégicas, incluso globales.

Esa descripción, por otro lado, aleja por completo a la actividad editorial de la noción de derecho
humano básico como tutela de la libertad de expresión y de formación del pensamiento, pues la
sitúa en la “lógica” de la economía, una “racionalidad” con arreglo unos fines muy distintos,
utilizando la poco racional fórmula de Weber (1922/2002).

Ello implica la superposición de un interés sistémico específico, el económico, con la cuestión de


los significados y su construcción comunicativa.

En tal circunstancia éstos últimos quedan con mucha frecuencia condicionados por los intereses
económicos del sistema, cuando no sometidos a ellos. La concentración informacional y la
correlativa disminución del pluralismo no es la única consecuencia. Simultáneamente la industria
mediática es la única que dispone de los instrumentos para su autodefensa través de las
ideologías, otorgándole un formidable poder socio-político de negociación pues todos los otros
poderes e intereses son sus tributarios a la hora de su reivindicación o exteriorización pública.

Además los intereses económicos y políticos, también concentrados e imbricados mutuamente,


entran en la escena integrando una sistematicidad abarcativa de toda la sociedad, pese a que ésta
carece de instrumentos de control sobre los mismos. Por lo que se trata, descarnadamente dicho,
de la apropiación particularista, no necesariamente privada, de los instrumentos de la formación
de la conciencia de las personas y de la sociedad, en su mutua correlación. O sea la apropiación
particularista del espacio comunicacional público.
http://sm000153.ferozo.com/memorias/pdf/2007Drzaffore.pdf

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