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La narrativa

CONTENIDOS
Leer, escuchar, hablar y escribir
Una novela por encargo
Educación literaria
La narrativa
1. Elementos de la narrativa
2. Subgéneros narrativos
3. Tipos de novela
Comentario de texto
El jinete polaco, de Antonio Muñoz Molina

COMPETENCIAS BÁSICAS
Comunicación lingüística
• Leer y comprender textos pertenecientes a distintos
subgéneros narrativos.
• Narrar oralmente una leyenda manteniendo el inte-
rés de los oyentes.
Cultural y artística
• Comprender e interpretar información de textos litera-
rios.
• Conocer los rasgos más importantes del género narra-
tivo.
• Distinguir los principales subgéneros narrativos
a partir de sus características.
Tratamiento de la información y competencia digital
• Usar de forma habitual y autónoma Internet como
herramienta para investigar, informarse y recabar infor-
mación.
Autonomía e iniciativa personal
• Tomar decisiones y saber escoger la manera más ade-
cuada de recuperar y de presentar la información.

174 9. La narrativa
EL AUTOR Y SU OBRA

Nombre. Daniel Pennac.


Obra. Este escritor francés de origen marroquí com-
binó durante años su tarea como profesor de lengua
y literatura con la escritura. Tras el éxito de Como una
novela y de la saga El señor Malaussène, dejó de im-
partir clases para centrarse en la escritura.
Este texto. Es una adaptación de la obra Mal de escuela, que aborda el te-
ma de la educación desde el punto de vista de los malos estudiantes.

Una novela por encargo


Imagina que tu profesor te encarga que escribas una no-
vela. ¿Sobre qué trataría? ¿Qué elementos tendrías en cuen-
ta para crearla?

Llegó luego mi primer salvador.


Un profesor de francés.
A los catorce años.
Que me descubrió como lo que era: un fabulador1 sincera y ale-
gremente suicida. 5

Pasmado, sin duda, ante mi capacidad de forjar2 excusas cada vez


más inventivas para las lecciones no aprendidas o los deberes no
hechos, decidió exonerarme3 de las redacciones para encargar-
me una novela. Una novela que yo debía redactar durante el
trimestre, a razón de un capítulo por semana. Tema libre, pero me 10
rogaba que las entregas llegaran sin faltas de ortografía, «para
poder elevar el nivel de la crítica». (Recuerdo esta fórmula aun-
que haya olvidado la propia novela.) Aquel profesor era un hom-
bre muy anciano que nos consagraba los últimos años de su vi-
da. Debía redondear su jubilación en aquel antro4 absolutamente 15
privado de un arrabal5 al norte de París. Un viejo caballero de an-
ticuada distinción que había descubierto al narrador que lleva-
ba en mí. Se había dicho que, con faltas de ortografía o sin ellas,
era preciso emprenderla conmigo por medio del relato si se que-
ría tener alguna posibilidad de abrirme al trabajo escolar. Escri- 20
bí con entusiasmo aquella novela. Corregía escrupulosamente
cada palabra con la ayuda del diccionario (que, desde aquel
día, ya no me abandona) y entregaba los capítulos con la pun-
tualidad de un folletinista6 profesional.

1 4
fabulador: que inventa cosas fan- antro: lugar de mal aspecto.
tásticas. 5
arrabal: barrio marginal ubicado en
2
forjar: inventar. las afueras.
3 6
exonerarme: liberarme de la obli- folletinista: escritor que entrega
gación. por fascículos.

Leer, escuchar, hablar y escribir 175


LEER, ESCUCHAR, HABLAR Y ESCRIBIR
Imagino que debía de ser un relato bastante triste, pues en- 25 revelaron insaciables. No obtenía ningún beneficio escolar
tonces estaba muy influido por Thomas Hardy1, cuyas nove- inmediato de aquellas lecturas. Contra todas las ideas reci- 70
las van del malentendido a la catástrofe y de la catástrofe a bidas, aquellos miles de páginas devoradas —y olvidadas
la tragedia, lo que alimentaba mi gusto por el fatum2: nada enseguida— en nada mejoraron mi ortografía, todavía vaci-
que hacer desde el comienzo, esa es mi opinión. lante9 hoy, de ahí la omnipresencia10 de mi diccionario. No, lo
No creo haber hecho progresos sustanciales en nada aquel 30
que acabó provisionalmente con mis faltas (pero esa provi-
año pero por primera vez en toda mi escolaridad un profe- sionalidad demostraba que la cosa era definitivamente po- 75
sor me concedía un estatuto; existía escolarmente para al- sible) fue la novela encargada por aquel profesor que se ne-
guien, como un individuo que tenía una línea que seguir y gaba a rebajar su lectura a consideraciones ortográficas. Yo
que la podía aguantar duraderamente. Enorme agradeci- le debía un manuscrito sin faltas. Un genio de la enseñan-
miento hacia mi benefactor, claro está, y aunque fuese 35
za, en suma. Tal vez solo para mí, y tal vez solo en aquellas
bastante distante, el viejo caballero se convirtió en el confi- circunstancias, ¡pero un genio! 80

dente3 de mis lecturas secretas.


—¿Qué estamos leyendo en estos momentos, Pennac-
chioni?
Pues había lectura.
Por aquel entonces, yo ignoraba que la lectura iba a sal-
varme.
En aquella época, leer no era la absurda proeza4 que
es hoy. Considerada como una pérdida de tiempo, con
fama de perjudicial para el trabajo escolar, la lectura
de novelas nos estaba prohibida durante las horas de
estudio. De ahí mi vocación de lector clandestino: no-
velas forradas como libros de clase, ocultas en todas
partes donde era posible, lecturas nocturnas con una
linterna, dispensas5 de gimnasia, todo servía para que-
darme a solas con un libro. Fue el internado lo que des-
pertó en mí esta afición. Necesitaba un mundo pro-
pio, y fue el de los libros. En mi familia, yo había visto,
sobre todo, leer a los demás: mi padre fumando su pi-
pa en el sillón, bajo el cono de luz de una lámpara, pa-
sando distraídamente el anular por la impecable ra-
ya de sus cabellos y con un libro abierto sobre las
piernas cruzadas; Bernard, en nuestra habitación, re-
costado, con las rodillas dobladas y la mano derecha
sosteniendo la cabeza… Había bienestar en aquellas
actitudes. En el fondo, fue la fisiología6 del lector lo que
me impulsó a leer. Tal vez al comienzo solo leí para re-
producir aquellas posturas y explorar otras. Leyen-
do, me instalé físicamente en una felicidad que aún
perdura.
No era un lector refinado. Diga Flaubert7 lo que diga, yo
leía como Emma Bovary8 a los quince años, solo para sa-
tisfacer mis sensaciones que, afortunadamente, se

1 6
Thomas Hardy: escritor inglés del s. XIX. fisiología: postura, forma.
2
fatum: destino irremediable según la tradición clásica grecolatina. 7
Flaubert: escritor francés del s. XIX, conocido por su famosa novela Ma-
3
confidente: persona a quien se confía secretos. dame Bovary.
8
4
proeza: hazaña, acción valerosa. Emma Bovary: protagonista de Madame Bovary.
9
5
dispensas: permisos para librarse de alguna obligación. vacilante: dudosa.
10
omnipresencia: presencia en todas partes.

176 9. La narrativa
LEER, ESCUCHAR, HABLAR Y ESCRIBIR

Competencia en comprensión
Escucha o lee el texto de Daniel Pennac y resuelve las actividades que
tienes a continuación.
1. Contesta estas preguntas sobre la lectura.
• ¿Qué estrategia utilizó el profesor de francés para motivar al protagonista?
• ¿Cómo influyeron los gustos literarios de Pennacchioni en el relato que escri-
bió ?
• ¿Cómo surge el gusto por la lectura en el protagonista?
• ¿Acabaron con sus faltas de ortografía la escritura y la lectura? Justifica tu res-
puesta.
• ¿Qué recuerdo guarda el protagonista de su profesor de francés?

2. Explica con tus propias palabras las siguientes afirmaciones del texto.
• «Por primera vez en toda mi escolaridad un profesor me concedía un esta-
tuto.»
• «En aquella época, leer no era la absurda proeza que es hoy.»
• «En el fondo, fue la fisiología del lector lo que me impulsó a leer.»

3. El protagonista se compara con Emma Bovary. ¿En qué sentido?


4. ¿En qué persona gramatical está escrito el texto? ¿Qué tipo de narrador apare-
ce en la lectura?

5. ¿En qué momento de la vida del protagonista ocurre la historia: presente, pa-
sado o futuro? Señala todas las expresiones que ayuden a situar la historia tem-
poralmente.

6. Escribe un sinónimo para los siguientes términos subrayados.


• «De ahí, mi vocación de lector clandestino.»
• «Aquellos miles de páginas devoradas en nada mejoraron mi ortografía, to-
davía vacilante hoy.»
• «Se revelaron insaciables.»
• «Esa provisionalidad demostraba que la cosa era definitivamente posible.»

Competencia escrita
7. El autor del texto recuerda al maestro que tuvo cuando te-
nía catorce años como «un genio de la enseñanza» por-
que había descubierto al narrador que había en él.
Ahora haz memoria y redacta tú un breve relato sobre algu-
na experiencia de tu etapa escolar que te haya marcado po-
sitivamente.
Para ello, sigue estos pasos:
• Utiliza la 1ª persona, si el protagonista eres tú, o la 3ª, si
vas a contar una historia ajena.
• Ten en cuenta que el relato debe estar estructurado en in-
troducción, nudo y desenlace.
• Cuenta la historia describiendo de manera clara los per-
sonajes que la protagonizan.
• Recuerda que debes situar tu historia en un tiempo y un
espacio.

Leer, escuchar, hablar y escribir 177


EDUCACIÓN LITERARIA

La narrativa La narrativa
Elementos de la narrativa
1. Elementos de la narrativa
Estructura narrativa
Pertenecen al género narrativo todos aquellos textos en los que un narrador cuen-
ta unos hechos que realizan o experimentan unos personajes y que se desarrollan
Narrador en un tiempo y un espacio determinados.

Tiempo y espacio
Son elementos imprescindibles de un texto narrativo, por tanto, los que vamos a
analizar a continuación: la estructura, el narrador, el espacio y el tiempo, los per-
sonajes y las técnicas narrativas.
Personajes

Técnicas narrativas La narrativa es un género literario que se caracteriza por la presencia de un na-
rrador que cuenta unos hechos protagonizados por unos personajes en un
tiempo y un espacio determinados.
Subgéneros de la narrativa

Épica
1.1. La estructura narrativa
Mito En todo texto narrativo los hechos y las acciones se dan a conocer en un orden de-
terminado. Ese orden es lo que llamamos estructura narrativa, y puede ser exter-
Leyenda na o interna.
— Se denomina estructura externa a la forma en que aparece dividida la narración
Cuento (partes, capítulos, etc.).
— La estructura interna, en cambio, se refiere al orden en que aparecen los hechos
Novela que forman la historia. Existen muchas formas de organizar los sucesos en una
narración, pero la más básica suele ser una estructura lineal que consta de tres
Tipos de novela partes: introducción, nudo y desenlace.
• Introducción. Es el inicio de la narración. Por lo general, se presentan el
tiempo y el lugar donde transcurren los hechos, y los personajes que van a in-
tervenir.
• Nudo. Es la parte central de la narración. Con frecuencia es la parte más exten-
sa. Se plantea un conflicto y se desarrollan los acontecimientos.
• Desenlace. Es el final de la narración, donde se resuelve el conflicto plantea-
do. Puede ser de dos tipos:
— Final cerrado. En él se soluciona el conflicto planteado en el nudo y se
concluye el relato, sin dejar lugar a interpretaciones.
— Final abierto. La acción se interrumpe antes de llegar al desenlace. El lec-
tor debe imaginarse el final, por tanto, habrá tantos finales posibles como
lectores.

1.2. El narrador
El narrador constituye el elemento central del texto narrativo, ya que su presencia
es el rasgo diferenciador de este género frente a la poesía y el teatro.
No hay que confundirlo con el autor, que es la persona que escribe la obra. El na-
rrador es un elemento ficticio creado por el autor para presentar los hechos, dar
voz a los personajes y caracterizarlos, y seleccionar la información que quiere dar
en cada momento. El narrador es, por tanto, el elemento central que domina to-
do el relato.

178 9. La narrativa
EDUCACIÓN LITERARIA
Tipos de narrador
Existen distintos criterios para clasificar el tipo de narrador de un relato: la perso-
na gramatical utilizada, la cantidad de información de que dispone sobre la his-
toria y sus personajes, y el punto de vista que adopta respecto a la historia.

Ahora mismo yo estoy casado y no hace ni un año que regre-


Narrador en La persona gramatical desde sé de mi viaje de bodas con Luisa, mi mujer, a la que conozco
primera la que está contada la historia desde hace solo veintidós meses.
persona es la primera (yo).
Javier Marías, Corazón tan blanco, Anagrama.

Don Primitivo autorizó y bendijo la boda de Ramiro con Ro-


Narrador en La persona gramatical desde sa. Y nadie estuvo en ella más alegre que lo estuvo Gertrudis.
PERSONA A tal punto, que su alegría sorprendió a cuantos la conocían,
tercera la que está contada la historia
GRAMATICAL sin que faltara quien creyese que tenía poco de natural.
persona es la tercera (él/ella).
Miguel de Unamuno, La tía Tula, Taurus.

Tú cerrarás los ojos, consciente de que tus párpados no son


Narrador en La persona que se utiliza para opacos, de que a pesar de que los cierras la luz penetra hasta
segunda contar la historia es la segunda. la retina.
persona Es la menos utilizada de las tres.
Carlos Fuentes, La muerte de Artemio Cruz, Alfaguara.

Del latín omnis «todo» y sciens Antes de casarse, ella había creído estar enamorada, pero co-
«que sabe». Su conocimiento de mo la felicidad resultante de este amor no había llegado, de-
Narrador
los hechos, de los sentimientos bía de haberse equivocado, pensaba.
omnisciente
y de los pensamientos de los per-
sonajes es absoluto. Gustave Flaubert, Madame Bovary, Cátedra.

CANTIDAD DE
INFORMACIÓN
Tony hizo un gesto de fastidio. La vio cruzar la calle hacia
Solo cuenta aquello que puede donde estaba el director mirando su reloj de bolsillo, y unirse
Narrador al último grupo. Acto seguido el director colocó una cadena en-
observar de los personajes, pe-
testigo tre los orificios de la cerca, y le aplicó un candado a la puerta.
ro no su intimidad.
Sindo Pacheco, Las raíces del Tamarindo, edebé.

Participa en el desarrollo de la
historia. Puede coincidir con el Después los monjes nos trajeron vino, queso, aceitunas y bue-
protagonista (como en el rela- na uva, y se retiraron para que pudiéramos comer y beber.
Narrador Lo hicimos con gran deleite. Mi maestro no tenía los hábitos
to autobiográfico de la lectura),
interno austeros de los benedictinos.
o con un personaje secunda-
rio que aparece como testigo de Umberto Eco, El nombre de la rosa, Lumen.
PUNTO los hechos.
DE VISTA
Fue su primera noche verdaderamente feliz. Se regodeaba de
Se sitúa fuera de la historia y no su primicia, de su auténtica conquista. La había realizado solo,
Narrador
participa en ningún aconteci- sin ayuda de nadie, la había ganado por su propio esfuerzo.
externo
miento.
Max Aub, «La gabardina», Ciertos cuentos.

El narrador es un elemento de ficción creado por el autor para contar los he-
chos. Hay distintos tipos de narrador según la persona gramatical, la cantidad
de información que aporta y el punto de vista adoptado.

Educación literaria 179


EDUCACIÓN LITERARIA

1.3. La ambientación
Toda narración se enmarca en un tiempo y un espacio determinados. Veamos a con-
tinuación las características de cada uno de estos elementos.

El tiempo
A la hora de analizar el tiempo en una narración, conviene distinguir entre tiempo
externo o histórico y tiempo interno.
— El tiempo externo se refiere al momento histórico en que se sitúa la narración;
por ejemplo, la Edad Media. Puede aparecer explícitamente o deducirse por los
datos sobre el ambiente, los personajes, etc. que el narrador va dando a lo lar-
go de la historia.
— El tiempo interno hace referencia a dos aspectos: el orden y la duración.
• Orden. Está estrechamente relacionado con la estructura narrativa. Se refie-
re a la ordenación temporal de los sucesos en la narración. Existen varias for-
mas de presentar el desarrollo temporal de los acontecimientos en un texto
narrativo.
— La narración lineal. Es aquella en la que los hechos siguen un orden crono-
lógico. Este tipo de narraciones suelen iniciar la historia desde el principio,
es decir, presentan una estructura denominada ab initio.
— La narración discontinua. La narración suele comenzar con algún momen-
to de gran interés que puede estar en mitad de la acción (in medias res) o al
final (in extremas res). Se interrumpe la narración para presentar sucesos an-
teriores o posteriores al acontecimiento narrado. Los personajes pueden
«saltar» hacia el pasado, para recordar, y hacia el futuro, para imaginar o pro-
yectarse. El salto temporal hacia el pasado se denomina analepsis o flash-
back, y hacia el futuro, prolepsis o anticipación.

Espacios simbólicos
ANTICIPACIÓN
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coro-
A veces un espacio real puede adquirir
nel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en
una nueva dimensión convirtiéndose que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una
FLASHBACK
en un espacio simbólico, reflejo de una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de
idea. un río de aguas diáfanas […].
Macondo y Vetusta son dos de los más Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, Cátedra.
conocidos en nuestra literatura.
• Macondo es la ciudad en que se sitúa
Cien años de soledad, y está inspirada
en Aracataca, el pueblo natal de su
• Duración. Se refiere al tiempo que dura la historia contada (un día, un mes, un
autor, el colombiano Gabriel García
año…). Hay novelas cuya acción solo dura unas horas, coincidiendo casi con
Márquez. Macondo simboliza un es-
el tiempo de su lectura. Por ejemplo, Cinco horas con Mario de Miguel Deli-
pacio mágico, esencia del exotismo bes transcurre durante las cinco horas, a las que se refiere el título, que una viu-
de toda América latina. da pasa velando el cuerpo de su marido.
• Vetusta, escenario donde se desarro-
lla La Regenta de Clarín, esconde de- El espacio
trás otra ciudad real, Oviedo. En este
El espacio es el lugar donde transcurre la acción. Puede ser de dos tipos:
caso, la elección del nombre conlleva
connotaciones simbólicas (Vetusta, — Real. Se corresponde con lugares auténticos e identificables. Por ejemplo el
‘vieja, antigua’) que sirven para refle- Madrid que muestra Pérez Galdós en Fortunata y Jacinta.
jar una sociedad conservadora, rancia — Ficticio. No tiene ninguna relación con espacios reales. Por ejemplo, el colegio
y chapada a la antigua. Hogwarts en Harry Potter.

180 9. La narrativa
EDUCACIÓN LITERARIA

ACTIVIDADES
1. Lee el siguiente texto y contesta a las preguntas.
B

Cuando la presión se hizo insorportable, las lágrimas se


Bandidos asaltan la ciudad de Mexcatle y ya dueños del asomaron a la frontera de sus párpados, pero ella las
botín de guerra emprenden la retirada. El plan es refugiar- obligó a retroceder contando hacia atrás, primero desde
se al otro lado de la frontera, pero mientras tanto pasan la cien hasta cincuenta de tres en tres, luego desde cincuen-
noche en una casa en ruinas, abandonada en el camino. A ta hasta cero pensando solo en los números impares, has-
la luz de las velas juegan a los naipes. Cada uno apuesta ta que llegó al veintitrés con la certeza de que sus ojos
las prendas que ha saqueado. Partida tras partida, el azar estaban secos y entonces se detuvo. Desde que vivía en la
favorece al Bizco, quien va apilando las ganancias deba- casa de la playa, solo había llorado tres veces, una por-
jo de la mesa: monedas, relojes, alhajas, candelabros... Tem- que se acordaba de su madre y las otras dos porque
prano por la mañana el Bizco mete lo ganado en una estaba triste sin saber por qué, pero siempre lloraba de
bolsa, la carga sobre los hombros y agobiado bajo ese pe- noche, cuando nadie podía verla ni escucharla.
so sigue a sus compañeros, que marchan cantando ha-
cia la frontera. La atraviesan, llegan sanos y salvos a la Almudena Grandes, Los aires difíciles, Tusquets.
encrucijada donde han resuelto separarse y allí matan al
Bizco. Lo habían dejado ganar para que les transportase 3. Analiza el tiempo del siguiente fragmento narrativo. ¿Observas
el pesado botín. en el texto algún salto temporal? Señálalo.
Enrique Anderson Imbert, «El ganador».
El cura esperaba sentado en un sillón con la cabeza incli-
nada sobre la casulla de los oficios de réquiem. En un rin-
cón había un fajo de ramitas de olivo de las que habían
sobrado el Domingo de Ramos.
Esperaba que los parientes del difunto acudirían. Estaba
seguro de que irían —no podían menos— tratándose de
una misa de réquiem, aunque la decía sin que nadie se
la hubiera encargado.
El monaguillo entraba, tomaba una campana que había
en un rincón y, sujetando el badajo para que no sonara,
iba a salir cuando mosén Millán le preguntó:
—¿Han venido los parientes?
—¿Qué parientes? —preguntó a su vez el monaguillo.

— Explica la estructura de este texto. ¿Es lineal o discontinua? —No seas bobo. ¿No te acuerdas de Paco el del Molino?
— A continuación, vuelve a escribir la historia in medias res. —Ah sí, señor. Pero no se ve a nadie en la iglesia, todavía.
El chico salió otra vez al presbiterio pensando en Paco el
2. Justifica qué tipo de narrador aparece en estos textos. Ten en del Molino. ¿No había de recordarlo? Lo vio morir, y des-
cuenta la persona gramatical en que está escrito, la canti- pués de su muerte la gente sacó un romance.
dad de información y el punto de vista.
Recordaba mosén Millán el día que bautizó a Paco en aque-
lla misma iglesia. La mañana del bautizo se presentó fría
A y dorada, una de esas mañanas en que la grava del río que
habían puesto en la plaza durante el Corpus crujía de frío
Vagaba el humo por los campamentos. Se deshacía hacia
bajo los pies. Iba el niño en brazos de la madrina, envuel-
las copas de los árboles, con un olor de guisos y de ar-
to en ricas mantillas, y cubierto por un manto de raso blan-
bustos quemados. Hervía densamente una paella en el co-
co, bordado en sedas blancas también.
rro vecino y la mujer de negro se apartaba de las llamas y
el humo que querían subirle a la cara. La veía Daniel afa- Ramón J. Sender, Réquiem por un campesino español,
narse, recogerse las puntas del pelo chamuscado. Le ense- Destino (adaptación).
ñaba las corvas, muy blancas bajo la tela negra igual que
la sartén, cada vez que volvía a doblarse para hundir la cu- — Analiza todos los elementos narrativos que hemos estu-
chara en el espeso burbujeo. Llegó la niña, chorreando, con diado.
su traje de baño celeste. Le pasaba a la madre por el cue-
llo aquel brazo delgado y brillante de agua y le besó el ca- 4. Imagina que ves en tu clase cómo un chico o una chica abre
rrillo afogonado. «¡Ay, quita , hija mía; que me mojas…!». la mochila de su compañero, saca una libreta, escribe algo en
Y saltaron sus piernas desnudas por cerca del fuego. Reco- ella y vuelve a dejarla dentro de la mochila.
gió la correa del perro y escapaba hacia el agua. Los ojos — Escribe una breve narración adoptando el punto de vista de
de la madre la siguieron, sorteando los troncos, hasta un narrador testigo.
que el flaco cuerpecillo se encendía, dorado, bajo el sol.
— A continuación, escribe la historia desde el punto de vista
Rafael Sánchez Ferlosio, El Jarama, Planeta.
de un narrador ominisciente.

Educación literaria 181


EDUCACIÓN LITERARIA

Origen del héroe 1.4. Los personajes


El personaje principal de una narración Los personajes son seres de ficción que protagonizan la historia. Por ello, junto al
se denomina héroe. El origen del héroe narrador, constituyen los actores principales de la narración.
se remonta a la mitología clásica. En es- Según la función que cumplen en la historia, en toda narración podemos distinguir
ta el héroe era un personaje semidivi- dos tipos de personaje: protagonista y antagonista.
no, ya que nacía de la unión de un ser
humano y un dios, y poseía la capaci- — El protagonista o héroe. Es el personaje principal de una narración. Encarna los
dad de llevar a cabo hazañas extraordi- valores morales de la sociedad a la que pertenece. Estos valores no son siempre
narias. los mismos, sino que evolucionan a la par que las sociedades humanas. En el
caso de que el protagonista represente un contraejemplo moral y un rechazo a
Progresivamente, estos héroes fueron los valores tradicionales se denomina antihéroe.
perdiendo sus poderes sobrenaturales,
aunque mantenían la valentía y la no- En la narrativa actual abunda la presencia del antihéroe de «carne y hueso» lle-
bleza encarnados en los guerreros de no de vicios e imperfecciones.
los cantares de gesta medievales. — El antagonista o villano. Es el personaje que se opone al protagonista, impidien-
En esta pérdida progresiva de poderes, do u obstaculizando sus fines.
llegan a la narrativa moderna y contem- Los personajes se pueden clasificar también según otros dos criterios: el grado de
poránea convertidos en personajes participación y la evolución.
de «carne y hueso» y reflejan los va-
lores de la sociedad a la que
pertenecen. TIPOS DE PERSONAJES

Principales Son imprescindibles para desarrollar la historia.


Sin
GRADO
embar- DE Su presencia es menos importante que la del prota-
go, los atri- PARTICIPACIÓN Secundarios gonista, y solo influyen de alguna manera en lo que
butos del hé- quieren conseguir los personajes principales.
roe mitológico
vuelven a aparecer Suelen ser estáticos, no cambian ni evolucionan a lo
recuperados en los largo de la historia. Encarnan o simbolizan una sola
Planos
superhéroes del idea (el avaro, el donjuán). Actúan siempre de la
cómic actual. EVOLUCIÓN misma manera y nunca sorprenden.

Presentan una gran complejidad psicológica y evo-


Redondos
lucionan a lo largo de la historia.

La caracterización de los personajes se puede llevar a cabo de diferentes formas:


— Mediante la descripción física, psicológica o de ambos tipos.

Era el muchacho más apuesto de la tierra, un joven dios bruñido por la intempe-
rie […]: ni gota de grasa, espaldas anchas que descendían en una tersa línea de
músculos hasta la cintura de avispa y unas largas piernas duras y ágiles que habrían
hecho palidecer de envidia al mejor boxeador. […] Estaba en primer año de arquitec-
tura, y según Roberto y Margarita, sus padres, había sido siempre un modelo:
estudioso, obediente, bueno con ellos y con su hermana, sano, simpático.
Mario Vargas Llosa, La tía Julia y el escribidor, Alfaguara.

— A través de su actuación: acciones, hábitos o pensamientos reflejados por el


narrador o por el propio personaje.
— A través de los diálogos, ya que la forma de hablar de los personajes es un ras-
go distintivo de su edad, su nivel cultural…
Generalmente, en los textos narrativos se suelen combinar las tres formas para ca-
racterizar a los personajes: su descripción, su forma de actuar y su forma de hablar.

182 9. La narrativa
EDUCACIÓN LITERARIA

1.5. Técnicas narrativas TIPOS DE DESCRIPCIÓN


Es posible contar una misma historia utilizando distintas técnicas narrativas para Podemos distinguir varios tipos de des-
desarrollar el relato. Los diversos procedimientos estructurales y lingüísticos que cripción de un personaje según los as-
un autor puede emplear para contar una historia es lo que se conoce como técni- pectos que se consideren:
cas narrativas. Ya hemos visto las diferentes formas de estructurar el orden de la na- • Prosopografía. Se describen solo los
rración. A continuación, nos centraremos en las técnicas lingüísticas: las modalida- rasgos físicos de un personaje.
des discursivas y el uso de los tiempos verbales.
• Etopeya. Cualidades morales y psí-
Modalidades discursivas quicas de un personaje.
• Retrato. Combinación de prosopo-
Además de la narración, que sirve para relatar cómo suceden los acontecimien-
grafía y etopeya.
tos, en los textos narrativos aparecen otras dos modalidades discursivas, según la
intención del autor en cada momento: descripción y diálogo. • Caricatura. Exageración o deforma-
ción de los rasgos de los personajes
— Descripción. Ayuda a caracterizar a los personajes o los ambientes donde se va
descritos.
a desarrollar la acción. Normalmente, son descripciones subjetivas, ya que in-
cluyen sentimientos y opiniones del autor, expresadas a través de recursos expre-
sivos.

Porque la hija de su hermano Roberto era en mujer lo que Richard en hombre:


una de esas bellezas que dignifican a la especie y hacen que las metáforas so-
METÁFORAS
bre las muchachas de dientes de perla, ojos como luceros, cabellos de trigo y
cutis de melocotón, luzcan mezquinas. Menuda, de cabellos oscuros y piel muy
blanca, graciosa hasta en su manera de respirar, tenía una carita de líneas clá- HIPÉRBOLE

sicas, unos rasgos que parecían dibujados por un miniaturista de oriente.


Mario Vargas Llosa, La tía Julia y el escribidor, Alfaguara.

— Diálogo. En el texto narrativo, además de la voz del narrador, pueden apare-


cer también las palabras y los pensamientos de los personajes. Existen varias
formas de reproducir este discurso. A continuación te presentamos las más ha-
bituales.

FORMA EN QUÉ CONSISTE EJEMPLO


Reproducción literal de las pa-
labras de los personajes. Se —De modo que has venido —le dijo a Biralbo, y al abrazarlo se apoyó en él
reconoce porque suele ir prece- como un boxeador tramposo—. No quisiste tocar conmigo en Lisboa, pero has
ESTILO dida de signos ortográficos (ra- venido para verme morir.
DIRECTO ya, comillas…). —Vengo a pedirte trabajo, Billy —dijo Biralbo—. Me ha dicho Oscar que no tie-
nes pianista.
Antonio Muñoz Molina, Un invierno en Lisboa, Seix Barral.

Reproducción del discurso de los


personajes a través de la voz del …el forastero le suplicó con los ojos llenos de lágrimas que se casara con él.
narrador. Se reproduce el senti- Ella le contestó sinceramente que nunca se casaría con un hombre tan sim-
ESTILO ple que perdía casi una hora, y hasta se quedaba sin almorzar, solo por ver ba-
do pero no las palabras exactas.
INDIRECTO ñarse a una mujer.
Va introducido por un verbo de
lengua, seguido de un nexo (nor- Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, Cátedra.
malmente que).

Reproducción del pensamiento


de un personaje en la voz del na- Le había dado la absolución y ella no había dicho nada de su inclinación a
rrador, pero sin verbos de lengua don Álvaro. «Sí, inclinación. Ahora que consideraba vencido aquel impulso pe-
ESTILO caminoso, quería mirarlo de frente. Era inclinación. Nada de disfrazar las fal-
INDIRECTO ni de pensamiento para introdu-
cirlo. Implica cambios en la per- tas. Había hablado sin precisar nada, de malos pensamientos, pero le parecía
LIBRE indecoroso e injusto para con ella misma. […]»
sona y el tiempo verbal.
Leopoldo Alas, «Clarín», La Regenta, Cátedra.

Educación literaria 183


EDUCACIÓN LITERARIA
Uso de los tiempos verbales
El verbo es un elemento esencial en los textos narrativos, ya que expresa acciones,
sucesos o estados de ánimo, y a diferencia de otras palabras, indica tiempo. Por ello
el género narrativo se caracteriza por el predominio del verbo.
Según las formas verbales que utilice el narrador, el texto adquiere distintos mati-
ces. A continuación, te ofrecemos un breve resumen de algunos de los tiempos ver-
bales más usados en los textos narrativos y sus principales significados.
— El pretérito perfecto simple. Es el tiempo clásico de la narración, y se utiliza
para contar sucesos del pasado que se consideran terminados. Su uso aporta
agilidad al texto.
— El pretérito imperfecto. Se utiliza para insertar descripciones de personas, co-
sas, ambientes o acciones habituales en pasado.
— El presente. Se utiliza cuando la narración ocurre al mismo tiempo que los hechos.
— El pretérito perfecto, el pretérito pluscuamperfecto y el pretérito anterior. Se uti-
lizan en los flashback, para recordar acciones anteriores a las narradas en pasado
y para la indagación psicológica.
Generalmente en los textos narrativos se suele utilizar una combinación del preté-
rito perfecto simple y el pretérito imperfecto. Observa este ejemplo.

HECHOS A Daniel, el Mochuelo, le duró el nombre lo que la primera infancia. Ya en la escuela


TERMINADOS dejó de llamarse Daniel, como don Moisés, el maestro, dejó de llamarse Moisés a
EN PASADO
poco de llegar al pueblo.
DESCRIPCIÓN Don Moisés, el maestro, era un hombre alto, desmedrado y nervioso. Algo así como
ACCIONES
un esqueleto recubierto de piel. Habitualmente torcía media boca como si intentase
HABITUALES morderse el lóbulo de la oreja. La molicie o el contento le hacían acentuar la mueca
EN PASADO de tal manera que la boca se le rasgaba hasta la patilla, que se afeitaba muy abajo.
Miguel Delibes, El camino, Destino.
ACTIVIDADES

5. Lee el siguiente fragmento e indica qué procedimientos ha 6. Reconoce la voz del narrador y de los personajes en este frag-
utilizado el narrador para caracterizar al personaje de Ángela. mento y señala la modalidad discursiva utilizada.

Porque Ángela, a sus dieciséis años, era perfecta. No solo Cuando estaba todo dispuesto yo pregunté si se tenían
era una rubia de ojos azules despampanante, sino que ade- noticias del ciego. Nadie sabía nada. Yo dije que no iría al
más era lista, simpática, responsable, ligona y encantado- colegio mientras no me demostraran que el ciego estaba
ra. Ángela compaginaba con la misma sol- protegido, y dos días después me dijeron que lo habían me-
tura el violín, el Windows, el perfilador tido en un asilo.
de labios o la raqueta de tenis. Da-
Hacía frío. Mi padre, con un telegrama del director del co-
ba lo mismo. Ángela era un crack y
legio, el P. Miró, a quien conocían en casa, dispuso que
también la peor jugada que el azar
nos pusiéramos en marcha inmediatamente.
podía deparar a una hermana sobre-
venida. […] Ángela era tan perfecta El viaje siguió tranquilizando a mi padre, aunque estuvo a
que nunca jamás de los jamases falta- punto de recaer ante algunas de mis preguntas. Pensan-
ría a una cita sin avisar ni colgaría su do yo en la última carta que le había enviado a Valentina le
móvil sin más. Y menos aún fal- pregunté:
taría a una cita con Andy y des-
—¿Los santos se casan?
conectaría su móvil sabiendo
—porque lo sabía todo, lo cal- Como había otras personas en el departamento, mi padre
culaba todo— que Andy la lla- contuvo sus nervios y me dijo que no. Los santos no se
maría. casaban de ningún modo.
Maite Carranza, —¿Entonces es pecado casarse?
Magia de una noche de verano, edebé.
Ramón J. Sender, Crónica del alba, Alianza.

184 9. La narrativa
EDUCACIÓN LITERARIA

ACTIVIDADES
7. Lee el siguiente texto y contesta las preguntas. 8. Escribe en estilo indirecto el siguiente texto. Ten en cuenta los
cambios en los verbos y los nexos que debes incluir.

Había una vez un niño llamado David N., cuya puntería —Bueno, vale, papá, que te digo que no tienes que mirar-
y habilidad en el manejo de la resortera despertaba tan- lo desde ese punto de vista…
ta envidia y admiración en sus amigos de la vecindad y
—¿Pero hay otro?
de escuela, que veían en él —y así lo comentaban entre
ellos cuando sus padres no podían escucharlos— a un —Sí, papá. Yo aquí aprendo…
nuevo David. —Esta señora, Óscar, no es profesora de música. Esta se-
Pasó el tiempo. ñora tiene un negocio y gana mucho dinero y a ti…
Cansado del tedioso tiro al blanco que practicaba dis- —Tenemos suerte de que nos deje tocar, papá. Aquí, si
parando sus guijarros contra las la- quieren, nos vendrán a ver los de la discográfica, papá…
tas vacías o pedazos de botella, Da- —También podrían haberos ido a ver a casa de Aliaga…
vid descubrió un día que era
mucho más divertido ejercer —¿Con público, con copas, en plan profesional, como aquí?
contra los pájaros la habilidad Que no, papá, que no…
con que Dios lo había dotado, de Andreu Martín, El blues del detective inmortal, edebé.
modo que de ahí en adelante la
emprendió con todos los que
se ponían a su alcance, en es- 9. Explica el uso de los tiempos verbales en este fragmento. A
pecial contra pardillos, alon- continuación identifica el tipo de narrador.
dras, ruiseñores y jilgueros,
cuyos cuerpecitos san- Sintió tanta amargura que tuvo ganas de llorar. Pero un
grantes caían suave- guerrillero no lloraba jamás en medio de una batalla.
mente sobre la hier-
Si no lo mataba una bala enemiga, lo haría el mismo Tori-
ba, con el corazón
bio.
agitado aún por el
susto y la violencia La siguiente esquina estaba truncada. Formaba un extra-
de la pedrada. ño ángulo sin apenas visión, y se abría casi sobre una pla-
cita en cuyo centro una fuente ya no daba agua.
David corría jubilo-
so hacia ellos y los Al otro lado los guerrilleros ocuparon también su corres-
enterraba cristiana- pondiente esquina, pero no se detuvieron en ella. Salieron
mente. a la luz para avanzar hasta la fuente y ampararse bajo ella.
Cuando los padres No pudieron.
de David se entera-
Los dos disparos fueron secos, casi consecutivos, hechos
ron de esta cos-
por armas distintas, no por un solo tirador experto. Los dos
tumbre de su buen hijo se alarmaron mucho, le dijeron
soldados cayeron fulminados, uno de espaldas, otro de
que qué era aquello, y afearon su conducta en términos
lado. [...]
tan ásperos y convincentes que, con lágrimas en los ojos,
él reconoció su culpa, se arrepintió sincero y durante mu- Nino metió la ametralladora por delante, sin asomarse. La
cho tiempo se aplicó a disparar exclusivamente sobre los hizo girar y disparó a ciegas, arriba y abajo y de lado a lado.
otros niños.
Jordi Sierra i Fabra, Donde el viento da la vuelta, edebé.
Dedicado años después a la milicia, en la Segunda Gue-
rra Mundial David fue ascendido a general y condecora- 10. El monólogo interior es una variante del estilo indirecto libre.
do con las cruces más altas por matar él solo a treinta y A Consiste en un flujo de pensamientos tal como brotan de la
seis hombres, y más tarde degradado y fusilado por de- conciencia del personaje, sin orden lógico alguno, como si es-
jar escapar viva a una paloma mensajera del enemigo. tuviera hablando consigo mismo.
Augusto Monterroso, «La honda de David», — Justifica si podemos afirmar que el siguiente fragmento es
La oveja negra y demás fábulas, Punto de lectura. un monólogo interior.

Quiero dormir. Allí viene la punzada. Allí viene. Aaaah-ay.


— Señala la estructura narrativa teniendo en cuenta cómo se Y las mujeres. No, no estas. Las mujeres. Las que aman. ¿Có-
inicia y cómo se acaba la narración. mo? Sí. No. No sé. He olvidado el rostro. Por Dios, he olvi-
dado ese rostro. No. No lo debo olvidar. Era mío, cómo lo
— Indica el tipo de narrador que aparece. voy a olvidar. Aaaah-ay. Te amé a ti, cómo te voy a olvi-
— ¿Es una narración lineal o discontinua? Justifica tu respues- dar. Fuiste mía, cómo te voy a olvidar.
ta.
Carlos Fuentes, La muerte de Artemio Cruz, Alfaguara.
— Señala el protagonista y el antagonista de esta historia.

Educación literaria 185


EDUCACIÓN LITERARIA

Competencia oral
2. Subgéneros narrativos
Hasta ahora hemos estudiado los diferentes elementos que caracterizan la narrati-
Contar un cuento o una leyenda va. Sin embargo, no todos los textos narrativos son iguales. Según el tipo de argu-
El cuento y la leyenda son dos subgéne-
mento, el origen de la historia y su extensión, podemos distinguir varios subgéne-
ros narrativos con una gran difusión oral. ros narrativos: épica, mito, leyenda, cuento y novela.

Saber contarlos bien es fundamental pa- Observa en la siguiente tabla las principales características de estos subgéneros.
ra despertar interés en el receptor.
Te proponemos que cuentes a tus com- LA ÉPICA
pañeros y compañeras alguna leyenda Es el subgénero más antiguo y el punto de partida de la narrativa tal como se concibe
que conozcas y te parezca interesante. en la actualidad (epos significa en griego ‘narración’).
Puede ser una leyenda urbana. Para ello
sigue estas pautas. A diferencia del resto de subgéneros narrativos, las obras épicas estaban escritas en ver-
so, ya que eran compuestas para el canto o la recitación.
• Da la entonación adecuada a cada si-
tuación. Se distinguen según la época dos tipos de manifestaciones épicas:
• La epopeya, en la que se cuentan las hazañas de héroes históricos o legendarios, me-
• Modula la voz de manera diferente pa-
morables para la historia de un pueblo. Suele incluir elementos fantásticos y episodios
ra distinguir cada uno de los perso-
protagonizados por dioses. La Iliada y La Odisea del poeta griego Homero son las epo-
najes y utiliza la tuya propia para el na-
peyas más famosas.
rrador.
• En la Edad Media la epopeya pasó a llamarse cantar de gesta (gesta = hazaña). Al
• Emplea onomatopeyas y sonidos para igual que la anterior, está protagonizada por un héroe caracterizado por su valentía y
representar efectos. nobleza, aunque en los cantares de gesta no suelen aparecer elementos fantásticos ni
• Haz pausas antes de los momentos de dioses. En España el más famoso es el Cantar de Mio Cid.
tensión para mantener la intriga. EL MITO
Es característico de las primeras civilizaciones, por ejemplo, la antigua Grecia. Nació con
la función de explicar el origen y el destino de la humanidad, y todos aquellos fenóme-
nos para los cuales todavía no había una explicación racional. Está protagonizado por
personajes sobrenaturales como dioses o héroes de fuerza prodigiosa.
Aunque en la actualidad se consideren historias fantásticas, en su origen los mitos tenían
carácter verídico, ya que las explicaciones sobrenaturales eran atribuidas a las divinidades
en las que los pueblos creían.
LA LEYENDA
Combina hechos y personajes reales con cualidades o acontecimientos fantásticos. Sue-
le ser anónima y se transmite oralmente.
A diferencia del cuento, la leyenda se desarrolla en un lugar y un tiempo precisos y rea-
les, y se presenta como verdadera, ya que tiene una pequeña base histórica.
Comparte con el mito el hecho de intentar explicar costumbres, sentimientos y maneras
de entender la vida de determinadas culturas en un momento concreto, y de presentar,
a menudo, personajes cuya existencia no ha sido probada.
EL CUENTO
Se caracteriza por su brevedad, y por presentar un tiempo y un espacio indeterminados,
pocos personajes, un argumento centrado en una única historia, y un desenlace sor-
prendente. Se distinguen dos tipos:
• Cuentos populares: anónimos, y transmitidos oralmente.
• Cuentos literarios: escritos por autores conocidos. Se caracterizan por un estilo narrati-
vo más complejo que el popular y se difunden a través de libros.
LA NOVELA
Es la forma narrativa de mayor variedad y difusión y la que resulta más difícil de definir.
Es una narración más extensa que el cuento. A diferencia de otras formas narrativas, se ca-
racteriza por la complejidad en aspectos como el argumento (además de la historia cen-
tral, suele haber historias secundarias), los personajes y las técnicas narrativas empleadas.

186 9. La narrativa
EDUCACIÓN LITERARIA

ACTIVIDADES
11. Lee estos textos y completa la tabla con las características
de cada uno. A continuación justifica el subgénero narrativo
al que pertenece cada texto.
Dado que Minos, el rey, controlaba la tierra y el mar, Dé-
A dalo se puso a trabajar para fabricar alas para él y su joven
Se cuenta que en los primeros años del siglo XIII vivían en hijo Ícaro. Aseguró las más grandes con hilo y las más
Teruel dos familias, la de los Segura y la de los Marcilla, bien pequeñas, con cera, y le dio al conjunto la suave curva-
conocidas en la ciudad. A la primera pertenecía Isabel y tura de las alas de un pájaro. Cuando al fin terminó el
a la segunda, Diego, que al llegar a la juventud se enamo- trabajo, Dédalo batió sus alas y se halló subiendo y sus-
raron perdidamente. Sin embargo, el antiguo linaje de Die- pendido en el aire. Equipó entonces a su hijo de la mis-
go no estaba acompañado por una hacienda desahoga- ma manera, y le enseñó cómo volar. Cuando ambos es-
da, y los padres de Isabel veían con muy malos ojos la tuvieron preparados para volar, Dédalo advirtió a Ícaro de
relación entre los jóvenes. que no volase demasiado alto porque el calor del sol
derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la espuma del
El joven pensó que acaso podía conseguir prosperidad y
mar mojaría las alas y no podría volar. Entonces padre e hi-
riqueza si participaba en la guerra contra los árabes, y
jo echaron a volar.
decidió incorporarse a los ejércitos cristianos, no sin antes
hacer prometer a Isabel que esperaría cinco años a que El ardiente sol ablandó la cera que mantenía unidas las
él regresase para hacerla su mujer, provisto de los bienes plumas y estas se despegaron. Ícaro agitó sus brazos, pe-
necesarios. Si el plazo vencía sin que retornase, quedaba ro no quedaban suficientes plumas para sostenerlo en el
ella libre de cualquier compromiso. Mientras tanto, los Se- aire y cayó al mar. Su padre lloró lamentando amargamen-
gura prepararon para su hija una boda que acrecentaría te sus artes. En su memoria llamó Icaria a la tierra cerca-
de modo extraordinario su patrimonio, y que sería muy na al lugar del mar en el que Ícaro había caído.
beneficiosa para toda la familia.
Cuando se iba aproximando el cumplimiento del plazo sin
noticias de Diego, la presión de los padres de Isabel se
TEXTO A TEXTO B
hizo tan acuciante que no pudo retrasar el enlace ni un so-
lo día más allá del término de su compromiso de espera. ACCIÓN
Diego regresó a la ciudad y supo de la boca de la gente
que aquella misma mañana Isabel había celebrado sus bo- PERSONAJES
das. Cuando Diego reclamó el amor de Isabel, ella, con mu-
cho sentimiento, le hizo ver que todo había acabado en- ESPACIO
tre ellos. Diego sintió que su corazón se rompía y cayó
muerto a los pies de su amada.
TIEMPO
En el funeral, Isabel se acercó al cadáver, se inclinó para
besarlo y se desplomó sobre el cuerpo muerto. SUBGÉNERO
NARRATIVO
Cuando los presentes se atrevieron a acercarse, alarmados
por la larga inmovilidad de Isabel, pudieron comprobar
que la muerte había unido para siempre a los desdicha-
dos amantes. 12. Busca información en Internet sobre los siguientes persona-
José M.ª Merino, Leyendas españolas de todos los tiempos, @ jes y relaciónalos con el subgénero narrativo que protagoni-
«Los amantes de Teruel» (adaptación), Temas de Hoy. za cada uno de ellos.
• Prometeo • épica
• Pascual Duarte • mito
B
• El rey Arturo • leyenda
Dédalo era un arquitecto de gran renombre en Grecia. Con
la esclava Naucrates, Dédalo tuvo un hijo: Ícaro. • El Cid • cuento
El rey de Creta, Minos, lo llamó a su palacio para encargar- • Hansel y Gretel • novela
le la construcción de un edificio que sirviera a la vez de re-
sidencia y de prisión al Minotauro, el hijo nacido de la unión 13. Explica qué es una «leyenda urbana», y escribe alguna que co-
de su esposa Pasífae con un toro. Este monstruo tenía la A nozcas.
cabeza de toro y se alimentaba de carne humana.
La construcción fue llamada «el laberinto de Creta», y era 14. Averigua quién era Sant Jordi y qué tipo de subgénero narra-
un lugar de donde resultaba imposible escapar. Al termi-
A tivo surge en torno a su figura. A continuación, escribe con
nar la obra, el rey Minos prohibió a Dédalo y a su hijo sa- tus propias palabras en qué consiste esta historia.
lir de la isla, para que no se divulgase el secreto que solo @
Para ello puedes consultar la siguiente dirección de Inter-
Dédalo poseía de cómo escapar de aquella fortaleza. net: www.gencat.cat/catalunya/santjordi/cas/llegenda.htm.

Educación literaria 187


EDUCACIÓN LITERARIA

3. Tipos de novela
En el apartado anterior definimos la novela como una narración extensa de ficción
escrita en prosa. Pero dentro de esta definición general caben muy distintos tipos
de novelas.
Existe una gran diversidad de novelas según las épocas en que se escribieron y el te-
ma que abordan, aunque muchas de ellas suelen contener elementos que permiten
clasificarlas en más de un tipo.
A continuación, te ofrecemos una clasificación según el contenido.

Bajo este título se incluyen novelas muy heterogéneas, ya que el intimismo es una característica de la
NOVELA
novela actual. Aborda una amplia gama de problemas existenciales, generalmente relacionados con
INTIMISTA
la desesperanza y la frustración, causados por distintos motivos.

Expone las peripecias y los viajes de sus personajes, que viven situaciones de riesgo. Se pueden in-
NOVELA cluir dentro de este grupo clásicos como el Quijote.
DE
AVENTURAS En la actualidad se dirige mayoritariamente al público lector más joven: la saga de Harry Potter es un
ejemplo.

Narra sucesos alejados de la realidad, con un trasfondo de magia y mitología. Los personajes suelen
ser sobrenaturales. Recrea mundos en los que todo es posible, sin límite alguno. A la hora de leer es-
NOVELA tas novelas el lector debe renunciar a la lógica, y aceptar que los hechos del relato transcurren bajo
otras leyes.
FANTÁSTICA
Dentro de este grupo hay que distinguir la novela de terror, que se caracteriza por el cultivo del
miedo.

Surgió a mediados del siglo XIX como una rama dentro de la novela fantástica. Sin embargo, en el siglo
NOVELA XX adquirió una gran relevancia, hasta considerarla un subgénero por sí misma.
DE CIENCIA
A diferencia de la novela fantástica, que no tiene una base racional, la novela de ciencia ficción se sitúa
FICCIÓN
en un tiempo futuro y reflexiona sobre el destino de la humanidad y los avances de la ciencia.

Este tipo de novela suele presentar un ordenamiento riguroso de la trama. La estructura no coin-
cide con la tradicional de introducción, nudo y desenlace, sino que suele comenzar por un hecho
NOVELA
enigmático, generalmente de tipo criminal, cuya resolución se descubre a lo largo de la novela. Se
POLICÍACA suele utilizar la técnica del suspense y se caracteriza por ir dosificando la revelación de los aconte-
cimientos para mantener la tensión y el interés del lector.

Describe los problemas de una colectividad. Su función es la denuncia y la crítica social, por ejem-
plo, de las crueldades de la guerra, los horrores vividos, las luchas políticas… Dentro de este grupo
destaca la novela costumbrista, que refleja el ambiente y la forma de vida de un grupo social de-
NOVELA terminado.
SOCIAL
Aunque la novela social surgió en Europa en el siglo XIX, en la literatura española los temas sociales
ocuparon un importante lugar a partir de 1939, sobre todo en las décadas de los 40 y los 50.
Un título destacado de esta época es La Colmena, de Camilo José Cela.

Es aquella que sitúa su acción en épocas pasadas y combina una serie de elementos de ficción con
acontecimientos históricos bien documentados. Aparecen mezclados, por tanto, personajes inven-
tados con personajes históricos. Surgió durante el Romanticismo en el siglo XIX.
NOVELA Este subgénero exige del autor un gran conocimiento y una gran preparación documental sobre la
HISTÓRICA época histórica en que ambienta la narración, para recrear ese pasado de manera rigurosa.
En la actualidad, la literatura está viviendo un auge de este tipo de novelas: Los Pilares de la Tierra de
Ken Follet, Peregrinatio de Matilde Asensi, El asedio de Arturo Pérez Reverte… son algunos ejemplos.

188 9. La narrativa
EDUCACIÓN LITERARIA

ACTIVIDADES
15. Lee estos fragmentos y justifica a qué tipo de novela pertenece cada uno. Fíjate especialmente en el tema y los personajes.

A D
Tras inspeccionar concienzudamente todos los escondri- Ocho días me acosté con la esperanza de que el amanecer
jos de la casa sin descubrir nada nuevo, el grupo se abrió siguiente fuera distinto y las ocho mañanas posteriores
camino hasta un pequeño patio pavimentado, situado en desperté con la misma obsesión en la cabeza: Ramiro Arri-
la parte trasera del edificio, donde se encontraba tendido bas. Su recuerdo me asaltaba en cualquier quiebro del día y
el cadáver de la anciana, con el cuello tan perfectamente ni un solo minuto conseguí apartarlo de mi pensamiento:
cercenado que, al intentar incorporarla, la cabeza se des- al hacer la cama, al sonarme la nariz, mientras pelaba una na-
prendió. Tanto el cuerpo como la cabeza estaban terrible- ranja o cuando bajaba los escalones uno a uno con su me-
mente mutilados, el primero hasta tal punto que apenas moria grabada en la retina.
conservaba ninguna apariencia humana.
Ignacio y mi madre se afanaban entre tanto con los pla-
Creemos que aún no se ha encontrado ni la más mínima nes de la boda, pero eran incapaces de hacerme compar-
pista que ayude a resolver este horrible misterio. tir su ilusión. Nada me resultaba grato, nada conseguía
Edgar Allan Poe, «Los asesinatos de la calle Morgue», causarme el menor interés. Serán los nervios, pensaban.
Historias extraordinarias, edebé. Yo, entretanto, me esforzaba por sacarme a Ramiro de la
cabeza, por no volver a recordar su voz en mi oído, su de-
do acariciando mi boca, la mano recorriéndome el mus-
B lo y aquellas últimas palabras que me clavó en los tímpa-
nos cuando le di la espalda en el café convencida de
Desde hacía más de cien años, cuando Ramón de Penyafort
que con mi marcha pondría fin a la locura. Vuelve otro día,
recibió el encargo del papa Inocencio IV de ocuparse de la
Sira. Vuelve.
Inquisición en el reino de Aragón y el principado de Narbo-
na, aquellos pueblos habían sufrido las indagaciones de María Dueñas, El tiempo entre costuras, Planeta.
los frailes negros. La mayoría de las doctrinas consideradas
heréticas por la Iglesia pasaron desde Francia a Cataluña:
los cátaros y los valdenses primero, los begardos des-
pués, y los templarios, perseguidos por el rey francés, por E
último. Las zonas fronterizas fueron las primeras en recibir
las influencias heréticas; en aquellas tierras se condenó y Había una idea que no podía quitarme de la cabeza. Si
ejecutó a sus nobles: el vizconde Arnau y su esposa Ermes- los libros eran tan emocionantes, ¿por qué los habían prohi-
senda; Ramon, señor del Cadí, o Guillem de Niort, veguer bido?
del conde Nunó Sanç en Cerdeña y Coflent, tierras en las De nuevo en el salón, se lo pregunté a Pa.
que fra Joan debía ejercer su ministerio.
—No los prohibieron. No fue necesario —me contestó—
Ildefonso Falcones, La catedral del Mar, Grijalbo.
. Eso era lo que quería decirte. Simplemente, la gente de-
jó de utilizarlos. Hubo un tiempo en que aún los compra-
ban, porque se hablaba de ellos en los medios o porque
C los libros en general conservaban algo de prestigio, pe-
Cartucho pertenecía a la jurisdicción más lamentable de ro ya eran pocos quienes los leían. Y luego dejaron de
los distintos distritos de chabolas. Mientras que la mortuo- comprarlos. ¿Para qué, si todos habían sido escaneados
ria del Muecas había sido establecida del modo legal y dig- o lo estaban siendo, y se encontraban disponibles en Cos-
no que corresponde al inmigrante honrado, la de Cartu- monet, en forma de archivos digitales? La gente entraba
cho (o más bien la de la anciana madre de Cartucho) era en la red y leía un fragmento, un par de párrafos. Luego
una chabola avinagrada, emprecariante y casi nueva. Es- buscaban otro título, y leían otro fragmento. Pero los bue-
tas chabolas marginales y sucias no pretendían ya como nos libros había que leerlos enteros. Su mérito no depen-
las otras tener siquiera apariencia de casitas, sino que se día solo del argumento que contaban, sino del orden de
resignaban a su naturaleza de agujero maloliente sin las palabras y las frases y del ritmo de la historia. ¿Me
pretensiones de dignidad ni de amor propio en estricta co- sigues?
rrelación con la vida de sus habitantes. […] La ocupada por
—Más o menos —contesté con dificultad, porque tenía la
Cartucho era una formación de un único espacio y los ob-
boca llena de helado.
jetos robados no podían ser trasladados a un departamen-
to especial, sino enterrados bajo una piedra redonda (que —En algún momento —continuó Pa— se inventaron los
sirve también para sentarse). Los lamentables habitantes lectores electrónicos portátiles. No solo podías leer li-
de estos barrios no mostraban en sus manos callosas los bros en ellos, sino también estar al tanto de las noticias.
estigmas de los peones no calificados, sino que preferían Y servían para navegar por Cosmonet.
ostentar sus cuerpos en actitudes graciales y favorece-
doras con pretensiones de sexo ambidextramente esta- —Los he visto en el Museo Virtual. Se parecían a los anti-
blecido y comercialmente explotado. guos teléfonos móviles.
Luis Martín-Santos, Tiempo de silencio, Seix Barral. Vicente Muñoz Puelles, 2083, edebé.

Educación literaria 189


COMENTARIO DE TEXTO

EL JINETE POLACO, DE ANTONIO MUÑOZ MOLINA

Yo llevaba tan solo unos pocos días en Madrid, en una pen-


sión modesta y aseada de la calle San Bernardino, muy cerca
de la plaza de España, y ya me acordaba de Mágina como si
hubiera pasado mucho tiempo desde que me marché: sentía,
5 inconfesablemente, desamparo y nostalgia, sobre todo al ano-
checer, cuando me sentaba ante un libro de texto y miraba
por la ventana las paredes de un patio de luces por donde su-
bían voces de conversaciones familiares y olores de guisos.
Llevaba patillas largas y bigote, y cuando mi padre llegó ya te-
10 nía las mejillas sombreadas de barba: una barba irregular, al-
go escasa, que tal vez se acabaría pareciendo a la de Che Gue-
vara. Pensé afeitármela cuando mi padre llamó por teléfono a
la pensión y me dijo a gritos que vendría a pasar conmigo el
día de mi cumpleaños. La noche antes, delante del espejo, con
15 la brocha espumosa en una mano y la cuchilla en la otra, me
armé de valor y decidí que no me afeitaría. Mi padre llegó, me
dio un abrazo largo y un beso en cada mejilla, me apartó de sí
para ver si había adelgazado o si tenía ojeras y no me dijo
nada de la barba. Traía un gran paquete de embutidos y bo-
20 rrachuelos preparado por mi madre y lo guardó él mismo
bajo llave en mi armario: en Madrid había mucho sinvergüen-
za, y yo era un infeliz, de modo que debía ir con cien ojos abier-
tos para que no me engañaran ni me robaran.
Examinó la habitación: era pequeña, dijo, pero cómoda, maban churros. Juzgó que en cualquier caso no tenían com-
25 aunque tuviera el inconveniente de recibir solo aire viciado, paración con los buñuelos de Mágina. Estábamos sentados el
mucho mejor que los cuartos de las pensiones donde él ha- uno frente al otro, en una mesa pequeña de plástico rojo, y yo
bía dormido durante los viajes que había hecho a Madrid en 45 le veía rudo, más bien incongruente entre los habituales de la
su juventud. Le impresionó el cuarto de baño: dijo que en cuan- cafetería, con su abrigo gris de hombreras tan anchas, sus mo-
to él pudiera haría instalar uno parecido en nuestra casa de dales inseguros y ceremoniosos y sus manos grandes y agrie-
30 Mágina. Había llegado muy temprano, en el expreso, y yo tadas, oscuras, con los dedos muy anchos, posadas sobre el
me quedé dormido y no fui a Atocha a esperarlo. Inmune a plástico rojo de la mesa con un vigor lento y torpe. A los cua-
la fatiga de la noche en el vagón de segunda y a la falta de sue- 50 renta y cinco años ya tenía el pelo blanco, pero muy fuerte to-
ño, apareció en la pensión con el mismo aire de fortaleza jo- davía, ondulado, brillante, como en las fotos de su boda. Son-
vial y juventud con que llegaba todas las madrugadas al mer- reía, se limpiaba los labios con una servilleta de papel, me
35 cado de abastos, vestido tan cuidadosamente como cuando miraba cortar el croissant con cuchillo y tenedor y se le nota-
iba a un entierro, con su abrigo gris y su corbata, con unos za- ba un cierto orgullo. «Hay que ver», dijo,«dieciocho años, si me
patos grandes y negros que crujían al andar. «Pero hombre, la 55 parece que fue ayer cuando naciste. Hacía tanto frío en el cuar-
hora que es y todavía tienes pegados los ojos.» Lo llevé a de- to de la viga y tú eras tan poca cosa que pensábamos que te
sayunar a la cafetería de abajo y me preguntó qué era lo que nos ibas a morir.»
40 yo había pedido: era la primera vez que veía un croissant. Él pi-
Antonio Muñoz Molina, El jinete polaco, Planeta.
dió buñuelos, y yo le dije, corrigiéndolo, que en Madrid les lla-

1.a FASE: ESTUDIO DEL TEXTO

COMPRENSIÓN
1. Busca en el diccionario el significado de las siguientes pala- 2. ¿Quién es el protagonista del fragmento? ¿Dónde vive? ¿Es su
bras del texto: modesta, guisos, borrachuelos, viciado, inmune, lugar de nacimiento? ¿Qué hace allí? ¿Por qué va su padre a
rudo, incongruente. visitarlo? ¿Qué opinión tiene él de su padre? ¿Y su padre de
él? ¿Qué le parece al padre el lugar donde vive su hijo?
— Incluye aquellas palabras que desconozcas.
— Haz un resumen de lo que ocurre en este fragmento.

190 9. La narrativa
COMENTARIO DE TEXTO

LOCALIZACIÓN EXPRESIÓN

3. Haz un resumen con los datos más importantes que pue- 7. Analiza las modalidades discursivas que aparecen en el texto.
das recabar sobre el autor, la obra a la cual pertenece el frag-
— El discurso de los personajes se introduce de distintas for-
mento y su contexto histórico.
mas en el discurso del narrador. Busca un ejemplo de es-
— Autor y datos biográficos de interés. tilo directo y otro de estilo indirecto, e indica en qué
líneas aparecen.
— Subgénero narrativo al que pertenece este fragmento.
— En el siguiente fragmento: «en Madrid había mucho sin-
— Justifica, por el tema del fragmento, de qué tipo de no-
vergüenza, y yo era un infeliz, de modo que debía ir con
vela forma parte.
cien ojos abiertos para que no me engañaran ni me roba-
— Indica en qué momento histórico se sitúa la novela. ran» (líneas 21-23), ¿de quién es el pensamiento expresa-
do? ¿Aparece en el discurso del narrador o de un perso-
— Explica si sigue teniendo vigencia el tema del texto.
naje? ¿Cómo se llama este estilo?
— Señala qué tiene de especial el estilo que se utiliza entre
las líneas 24-28.
8. Estudia los verbos del texto y responde.
ANÁLISIS DEL CONTENIDO
— ¿Qué tiempos verbales predominan en la narración? Ex-
Y DE LA ESTRUCTURA
plica qué quiere transmitir el autor con cada uno de ellos.

4. Di de qué trata el fragmento y cuál es la idea principal que se — En el texto hay un flashback. Indica dónde está y qué
desarrolla en él. se recuerda en él.

5. Atendiendo al contenido, indica: 9. Analiza el léxico del texto y describe cómo es.
— ¿En cuántas partes se divide el texto? — Señala los procedimientos que utiliza el autor para ca-
racterizar a los personajes que aparecen en el texto.
— Indica qué idea se desarrolla en cada parte.
— ¿Qué imagen de su padre transmite el protagonista a
6. Explica el contenido del texto analizando los elementos na- partir de la descripción que hace de él?
rrativos:
10. Explica el uso de las comillas en el texto.
—Narrador. ¿Quién cuenta la historia? ¿Qué persona grama-
tical utiliza? ¿Se encuentra dentro o fuera de la historia? 11. ¿Qué significa que el protagonista veía a su padre «incon-
gruente entre los habituales de la cafetería» y con «moda-
—Ambientación. ¿Dónde se desarrolla la acción? ¿Qué otro les inseguros y ceremoniosos»?
espacio se nombra en el fragmento? ¿Qué tipo de relación
se establece entre los ambientes de ambos espacios? ¿En
qué momento de la vida del protagonista se sitúa este frag-
mento? ¿Coincide con el momento en que cuenta la his- OPINIÓN PERSONAL
toria?
12. Por el fragmento que has leído, ¿qué crees que quiere trans-
— Personajes. ¿Cuál es la relación entre el padre y el hijo que mitir el autor en esta novela? ¿Te parece que tiene vigencia
podemos observar en este fragmento? ¿Crees que el pro- el tema propuesto en el texto?
tagonista de esta novela es un personaje plano o re-
dondo? — ¿Te anima el fragmento a continuar la lectura de la no-
vela?
— Busca información en Internet sobre Che Guevara, y con
los datos del fragmento sitúa la acción en un tiempo — ¿Te has sentido identificado en algún aspecto con la dis-
más concreto. tancia generacional que el protagonista siente con su pa-
dre? ¿De qué modo?

2.a FASE: EXPOSICIÓN DEL COMENTARIO

REDACCIÓN

13. Redacta de manera clara y ordenada un comentario sobre el fragmento que has analizado. Puedes seguir este guion:
• Introducción. Sitúa el texto, el autor, el período...
• Análisis. Presenta el tema y explica su contenido y su forma.
• Conclusión. Expón tu opinión personal. Valora, con tus conocimientos, la capacidad expresiva del texto.

Educación literaria 191


SÍNTESIS
Educación literaria
• La narrativa es un género literario que incluye textos y obras — El tiempo interno hace referencia al orden (narración
en las que existe la presencia de un narrador que cuenta unos lineal y discontinua) y la duración.
hechos protagonizados por unos personajes en un tiempo y
— El espacio puede ser real o ficticio.
un espacio determinados.
• Los personajes son seres de ficción que protagonizan la
• La narración presenta una estructura externa y una estruc-
narración. Se clasifican según su función (protagonista y an-
tura interna.
tagonista), su grado de participación (principales y secun-
— En la estructura interna se suelen distinguir tres partes: darios) y su evolución (planos y redondos).
introducción, nudo y desenlace.
• En los textos narrativos, además de narración, también
— El desenlace o final puede ser: cerrado o abierto. aparecen otras modalidades discursivas: la descripción y el
diálogo.
• El narrador es un elemento de ficción creado por el autor pa-
ra contar los hechos. Se clasifica según tres criterios: la perso- — El diálogo puede aparecer en estilo directo, indirecto, e
na gramatical, la cantidad de información y el punto de indirecto libre.
vista adoptado.
• Los principales subgéneros narrativos son: la épica, el mi-
• Toda narración se desarrolla en un tiempo y un espacio. to, la leyenda, el cuento y la novela.
— El tiempo puede ser externo e interno. • La novela se clasifica según su contenido en: intimista, de
aventuras, fantástica, de ciencia ficción, policíaca, social e his-
— El tiempo externo es el momento histórico en que se si-
tórica.
túa la narración.

¿SABÍAS QUE...?
LA NOVELA Y EL CINE

Ya sabes que la novela es el subgénero narrativo más extendido en la ac-


tualidad, pero ¿sabías que películas exitosas como El señor de los anillos,
Charlie y la fábrica de chocolate, o Harry Potter son adaptaciones de obras
literarias?

La relación entre cine y novela suele ser polémica, ya que generalmen-


te se considera de inferior calidad la versión cinematográfica frente al ori-
ginal. Ver una película después de haber leído la obra correspondiente
siempre produce un impacto especial en el lector-espectador, puesto que
lo imaginado en la lectura no siempre coincide con lo ofrecido en la pe-
lícula. Además, la limitada duración de una película siempre conlleva la
reducción del material literario.

Sin embargo, antes de menospreciar cualquier adaptación cinemato-


gráfica, hay que tener en cuenta que el cine y la literatura son dos for-
mas de contar historias que pertenecen a medios de expresión artísti-
ca diferentes. Por tanto, una película es una obra independiente y no
tiene por qué ser rigurosamente fiel a la novela que la inspiró. De hecho,
a menudo, el director solo utiliza la idea del libro como excusa para
crear su propia obra. Un buen ejemplo es la adaptación libre que Tim
Burton hizo en el año 2010 del clásico de Lewis Carroll, Alicia en el país
de las maravillas, en su película homónima.

192 9. La narrativa
EVALUACIÓN
1 Lee el siguiente texto y contesta, en una hoja aparte, las cuestiones que se plantean.

En las tierras en que Hércules habría de fundar la ciudad


de Segovia reinaba un rey viudo, con una sola hija que era
lo que más quería en el mundo, y que le correspondía con
un amor tan grande que había jurado que nunca habría
5 de compartirlo con nadie más. Sin embargo, llegó un día
Hércules, acompañado de un joven, y la princesa se sintió
prendada por aquel forastero, que era también príncipe
en lejanas tierras.
El rey asistió, cada vez más aturdido, a aquella atracción de
10 su hija hacia el joven príncipe acompañante de Hércules. Un
día el príncipe le pidió al rey su hija en matrimonio, y al
verla tan feliz el rey no se atrevió a negarse, pero al conside-
rar que la boda de su hija supondría su alejamiento a los con-
fines del mundo, y que acaso no volvería a verla nunca más,
15 y al comprobar que ella no parecía sentir ninguna tristeza
ante la definitiva separación, el rey sintió mucha ira y un des-
pecho que trocó su amor en odio.
Para despedirse de su hija el rey pidió que lo acompañase a un paraje alejado y montuoso, pues quería hablar con ella a solas
y con tranquilidad. La princesa se fue con su padre y estuvieron apartados del palacio durante toda una jornada. Cuando el
20 sol se puso, el rey regresó solo de su excursión y, sin dar explicaciones a nadie del paradero de su hija, ni interesarse por los pre-
parativos de los esponsales que llenaban todo su palacio de signos festivos, se encerró en sus aposentos.
Cada vez más extrañados por la ausencia de la princesa, Hércules y su joven compañero decidieron buscarla en los lugares a
los que parecía haberse dirigido con el rey, pero cuando la encontraron estaba muerta, con las manos cruzadas sobre el pecho.
Ante aquel terrible suceso de celos y muerte, Hércules, turbado en lo más hondo de su ánimo, decidió construir un monu-
25 mento a la princesa y, con sus propias manos, movió las montañas hasta darles la silueta que recuerda la de una mujer tum-
bada boca arriba en la inmovilidad de la muerte. A continuación fundó la ciudad de Segovia en un punto en el que su obra fue-
se particularmente visible, para que el recuerdo de la desdichada princesa perdurase en la memoria humana.
José María Merino, «La mujer muerta», Leyendas españolas de todos los tiempos, Ediciones Temas de Hoy (adaptación).

2 Responde las preguntas referidas al texto. 7 Completa esta tabla con la información correspondiente al ti-
po de narrador que aparece en esta historia.
• ¿Qué es lo que más le molestó al rey al enterarse de que su
hija estaba enamorada?
PERSONA
• ¿Qué hizo el rey para despedirse de su hija antes de su boda? GRAMATICAL
3 Explica la estructura narrativa del texto. ¿Presenta una estruc- CANTIDAD DE
tura lineal o discontinua? Justifica tu respuesta. INFORMACIÓN
4 Analiza los personajes de la historia. PUNTO DE VISTA
• Justifica quién es el protagonista y el antagonista.
8 Fíjate en los verbos del texto.
• Señala los personajes de esta historia según su grado de par-
ticipación. — ¿Qué tiempo verbal predomina en el relato? Justifica el
uso del mismo.
• ¿Los personajes son reales o fantásticos? ¿Se puede probar
su existencia? Justifica tu respuesta. 9 Justifica a partir de todas las características analizadas de qué
5 Justifica en qué tiempo histórico puedes situar la narración. tipo de subgénero narrativo se trata.
A continuación señala la duración y el orden temporal de la
misma. 10 Explica brevemente las principales características del resto de
subgéneros narrativos.
6 ¿En qué tipo de espacio transcurre la acción, real o ficticio?

Evaluación 193

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