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7 maneras de sobrevivir a las

transiciones de la vida
por: Fiona Veitch Smith

Como escritora que vive de enviar propuestas y aguardar las respuestas de editores y agentes, sé lo
que es esperar. Como madre de una jovencita que siente que sus sueños y aspiraciones están tan
lejanos en el tiempo que nunca llegarán, sé lo que es esperar. Como miembro de una iglesia, siempre
anhelando ver el crecimiento de la comunidad y el fruto del trabajo hecho en ella, sé lo que es
esperar. Como hija de Dios que ha sido conducida por caminos con buen y mal tiempo, y que a veces
hasta ha perdido de vista al Padre, sé lo que es esperar. Sin embargo, he aprendido que hay algunas
cosas que nos pueden ayudar a sobrevivir nuestros tiempos de espera. Aquí están algunas de ellas:

1. Prepárate para soltar y dejar ir tus sueños


Los sueños son cosas maravillosas. Ellos nos dan esperanza, nos dan dirección; nos sugieren un
futuro en el que somos plenos y los planes de Dios funcionan en, y a través, de nosotros. ¿Qué más
podría pedir un hijo de Dios? Pero a veces nuestros sueños se distorsionan, producto de nuestros
propios deseos, más que porque Dios tenga que ver con eso. Cuando la puerta se sigue cerrando,
considera la posibilidad de que Dios no quiera que avances en este momento. O quizás quiera que
dejes ir algo antes de hacerlo. El tiempo de espera es siempre un periodo en el que podemos
discernir de cuál de estos casos se trata. Puede ser un tiempo doloroso —soltar, dejar ir, siempre lo
es.

2. Busca consejo de Dios y apoyo de tus personas cercanas.


Los tiempos de espera pueden sobrevivirse mucho mejor con el apoyo de la familia y de nuestras
personas cercanas. Sin embargo, estas personas cercanas pueden simplemente tratar de hacernos
sentir bien y darnos por nuestro lado, pero sin entender exactamente la situación por la que estamos
atravesando. La oración es un encuentro con el más sabio amigo y líder. Él, directamente o a través
de tu pastor, puede arrojar luz para que te des cuenta de lo que realmente está pasando en tu vida. Él
puede sugerirte cómo debes avanzar o simplemente te puede dar la oportunidad de descargarte en
su presencia. Yo siempre me siento mejor después de haber expuesto mi confusión a Dios en oración
o a mi pastor.

3. Esperar es aprender a descansar


“Vengan a mí los que están débiles y cargados y yo les daré descanso” (Mateo 11:28)

La paz de Dios —ese maravilloso don de la paz, el descanso y el bienestar con nuestro Creador— es
algo que todos deseamos, pero experimentarlo es algo elusivo a veces. Debemos aprender a
descansar. Debemos saber lo que es permanecer en Cristo, caminar con él, permitirle tomar el
control. Debemos estar preparados para “perder el tiempo” estando solamente con él. Todas éstas
son lecciones difíciles de aprender, las cuales muchas veces no alcanzamos a entender cuando
vamos corriendo por la vida haciendo cada cosa a la que nos sentimos llamados a hacer. Y aquí es
donde entra el tiempo de espera. Es el tiempo de esperar por la cosecha de lo que se sembró,
aunque a veces esto sea claro sólo en retrospectiva.

4. Ve lo que Dios está haciendo en las cosas pequeñas - ¡ahora!


Cada día es un regalo de Dios: cada momento, cada segundo. Cuando estamos muy ocupados
mirando a lo lejos, hacia el horizonte, se nos pasa la belleza que tenemos a nuestros pies —el
caracol dejando su marca, la flor silvestre luchando por salir a través de la grieta en el pavimento…
Hay un viejo himno que dice “Haz recuento de tus bendiciones, dilas una a una”. Cuando me siento
frustrada por algún tiempo de espera, y se me cuecen las habas por continuar hacia adelante hacia
mejores y más grandes cosas, tomo mi diario y escribo una simple lista de cosas por las que estoy
agradecida al día de hoy. La llamada de una amiga, la oportunidad de ayudar a alguien en el súper
dándole algo que no alcanzaba, la pintura que mi hija hizo en la escuela…

5. Mira hacia atrás y observa lo que Dios ya ha hecho antes


He llevado un diario espiritual desde que tenía 19 años. Ahí, escribo mis oraciones a Dios. Escribo
mis frustraciones y mis celebraciones. Confieso mis pecados y mi confusión. Escribo los versículos de
las Escrituras que han tocado mi alma o algo que haya escuchado en alguna homilía y que tenga una
aplicación particular en mi vida. Cuando siento que estoy empezando un tiempo de espera, saco mis
diarios antiguos y releo las cosas que pasé la última vez. Reconozco patrones de comportamiento
que empiezo a repetir. Sí tú no llevas un diario aún, empieza uno ya —te ayudará no solamente a
procesar lo que está sucediendo ahora, sino a que también será una guía en la siguiente vez que te
suceda. Porque… sí: habrá otra vez.

6. No puedes ver lo que hay después la curva, pero Dios sí:


“Porque yo sé los planes que tengo para ti, planes de prosperidad y no de daño, para darte una
esperanza y un futuro” (Jeremías 29:11)

Me choca no poder ver hacia dónde voy. Me choca no tener el control. Me lleno de estrés cuando voy
en un automóvil como pasajero y y no esté convencida de que el conductor sepa hacia dónde va… Y
puede pasar lo mismo con Dios. Pero tengo que recordarme a mí misma que Dios sí sabe hacia
dónde va. Él sabe lo que hay después de la curva en el camino. Cuando dudo esto, voy a la Biblia y
hago oración con los muchos versículos y pasajes que me dan la seguridad de que Dios tiene el
control.

Recuerdo una vez en la que mi Libros del Joven David empezaban apenas a impactar en Inglaterra
—pero queríamos que trascendieran a todo el mundo—. No teníamos idea de cómo, pero resulta que
Dios sí sabía. Él sabía que después de la curva, yo conocería a una mujer con la que había sido
maestra y que ahora era editora digital. Él sabía que desde la última vez que nos habíamos visto, ella
había adquirido habilidades para manejar lo último en tecnología, de manera que podía transformar
simples libros ilustrados en increíbles experiencias interactivas para los niños. Él sabía que mientras
yo estaba volteando, perpleja y confundida, en todas direcciones, después de la curva estaba Brief
Lives esperando a producir la app1 “El libro del joven David”. Él sabía que algún día yo, con mis
regalías, podría contribuir financieramente con varias instituciones de caridad cristianas alrededor del
mundo. Me pregunto lo que a ti te espera después de la curva…

7. Permite que la esperanza surja nuevamente.


“Pues estoy a punto de hacer algo nuevo ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves? Haré un camino a
través de un desierto; crearé ríos en la tierra árida y baldía.” (Isaías, 43:19, NTV)

A veces hemos esperado por tanto tiempo, que nos hemos rendido y abandonado la idea de siquiera
dar un paso en la dirección de nuestro sueño. A veces hemos soltado y dejado ir nuestros sueños, y
estamos disfrutando del descanso con Dios, conformes finalmente con el lugar en el que estamos.
Pero no te sorprendas si exactamente ése es el momento en el que venga Dios a alborotar algo
dentro de ti nuevamente. Y cuando lo haga, permite que vuelva a florecer la esperanza, sé lo
suficientemente valiente y arriésgate a empezar a caminar otra vez. Tal vez te sorprenda el hecho de
que sea otra vez el mismo sueño, resucitado, que te incluye a ti, pero ahora en una mejor posición
para seguirlo; o puede ser un nuevo y mejor sueño que ni te podías imaginar mientras retenías el
anterior. Aprende a reconocer las estaciones en tu vida: hay un tiempo para esperar y un tiempo para
caminar, y luego un tiempo para esperar nuevamente…


Fiona Veitch Smith es la autora de la app interactiva “Los libros del joven David”, a la que se puede tener
acceso en “Young David Books” App for iPad, aquí [enlace faltante - N. del T.]. Para ver la aplicación en acción,
visite este sitio [id.]. Fiona es residente de Newcastle en Tyne, Reino Unido. Vive con su esposo, su hija y dos
perros.

1Se conserva el término “app” sin traducirlo, dado su uso extendido como neologismo, y además su significado
específico (pero no exhaustivo) de “aplicación informática ligera y autocontenida”, y que casi implica un
mercado objetivo de dispositivos móviles.

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