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GUAYAQUIL
TOXICOLOGÍA MEDICINA
LEGAL
ESTUDIANTES:
ISAAC PEREZ
LESLIE RAMIREZ
ALEXANDRA REINOSO
RONALD MACIAS
Con frecuencia se usan los términos tóxico y veneno de forma indistinta. No obstante, se
llama veneno a las sustancias suministradas con fines lesivos premeditados; dejando el
nombre de tóxico a la sustancia que, aunque pueda ocasionar daño y no se suministra con
esta intención. El veneno es concebido como lo que tiene naturaleza intrínsecamente
peligrosa aun en pequeñas dosis, como cianuro, arsénico, plomo, etc., y tóxico es lo que
ocasiona daño, pero no por la naturaleza de la sustancia, por ejemplo el agua, oxígeno,
etcétera.
Sólido
Líquido
Gaseoso
Pulvurulento
Según el órgano blanco
Local o por contacto: este tipo de tóxicos ejerce efecto inmediato sobre piel,
mucosas, conjuntivas o árbol respiratorio y vía gastrointestinal si se inhala o
ingiere, y destruye la arquitectura celular al contacto. Ejemplos de ellos son los
ácidos, álcalis o cáusticos, óxidos nítricos y sulfúricos, disolventes orgánicos,
cloroformo, etc. Causan daño durante la absorción.
Toxicidad sistémica: el tóxico penetra al organismo y se traslada a través de
diferentes vías hasta llegar al sitio de acción. En ocasiones, la sustancia se
transforma metabólicamente hacia un metabolito activo y tóxico: el agente causal
de la intoxicación.
Según su origen
Origen mineral
Origen botánico
Origen animal
Origen sintético.
Según el tipo de exposición
ALIMENTARIA
MEDICAMENTOSA
-Por error
-Voluntaria
-Yatrogénica
TOXICOCINÉTICA
Es el estudio de los cambios de un xenobiótico desde que se absorbe hasta que se elimina
de un organismo. Parte de la idea de que el cuerpo se divide en diferentes
compartimientos, y que el tóxico debe atravesar diversas barreras orgánicas para tener
acceso al compartimiento donde efectuará su acción tóxica.
Entre los factores que influyen en los efectos de un tóxico está la concentración de
sustancia activa en el receptor; éste, con frecuencia, tiene una localización anatómica
distinta al compartimiento central, donde se toma la muestra para el análisis (por ejemplo,
la sangre). No obstante, el modelo de dos compartimientos, permite predecir los cambios
en la concentración en sangre o plasma de la mayoría de los tóxicos con eliminación
predominante por vía renal.
El compartimiento central está representado por la sangre y los órganos de elevada
perfusión (corazón, cerebro y riñón).
El compartimiento periférico está constituido por tejidos de almacenamiento y órganos
pobremente per-fundidos. Para fines de cálculo, los fármacos y tóxicos son eliminados y
absorbidos solamente en el compartimiento central.
En la práctica, los niveles en sangre de un tóxico, suelen considerarse así:
Es la manera como el organismo entra en contacto con el tóxico. Que un paciente esté
expuesto a un agente no significa que se encuentre intoxicado; aquél no se ve afectado
físicamente sino hasta que se presenta la absorción del agente. Se diferencia por las
diferentes vías de exposición, que incluyen la piel, faneras, mucosa gastrointestinal, vías
respiratorias altas y bajas, leche materna y por vía parenteral.
Absorción
Sucede en el momento que el tóxico entra a la circulación sobrepasando las barreras
biológicas. Existen diferentes membranas biológicas en el cuerpo que pueden evitar la
absorción de un agente nocivo.
Vía digestiva: constituye la más importante vía de acceso de tóxicos. Para llegar
a la vena porta y al sistema linfático, el tóxico debe atravesar la membrana epitelial
y la membrana basal de los capilares. Este pasaje puede llevarse a cabo por:
Absorción pasiva: Cuando la molécula está ionizada, su absorción depende del
pH, y cuando no, depende de la solubilidad.
Absorción convectiva: Depende de la diferencia de presión hidrostática en la
concentración en el intestino y la concentración en el plasma.
Transporte activo y facilitado: La molécula se une a un transportador que suele
ser proteico, para ser liberado una vez que atraviesa la membrana.
Absorción por par iónico: Consiste en la unión de cationes y aniones orgánicos.
Este par es liposoluble.
Pinocitosis: Consiste en la formación de una vesícula por membrana celular. La
vesícula engloba la molécula para liberarla una vez que la transporta al lado
opuesto de la célula.
Vía respiratoria: Constituye la vía de acceso de venenos gaseosos (vapores de
ácido cianhídrico, monóxido de carbono, etc.); sólidos finamente divididos y
líquidos atomizados. Los tóxicos llegan a la circulación sanguínea por simple
difusión en el alveolo pulmonar.
Vía cutánea: A través de la piel sana pueden penetrar sustancias cáusticas, tinturas
y solventes de la grasa de la piel. Un ejemplo son los insecticidas
organofosforados.
Vía parenteral: Con sus variedades subcutánea, intramuscular y endovenosa. Es
el caso de las flechas envenenadas, picaduras y mordeduras de animales
ponzoñosos. Modernamente, el mejor ejemplo es la administración de tóxicos de
farmacodependencia, como la heroína y cocaína.
Vía mucosa: Comprende la conjuntiva de los párpados (atropina), la mucosa nasal
(inhalación de cocaína), sublingual (cianuros), y rectal (ácido sulfhídrico).
Distribución
El tóxico absorbido pasa al compartimiento central (sangre) o al compartimiento
periférico (tejidos de depósito). Este proceso de redistribución constituye un mecanismo
de defensa porque permite al organismo degradar lentamente un tóxico.
Los factores que intervienen en la distribución y fijación del tóxico son el coeficiente de
liposolubilidad o de hidrosolubilidad, la unión a proteínas, la reacción química y el grado
de ionización.
Para el caso de las sustancias que son tóxicas a nivel sanguíneo, éstas se unen a albúmina
y otras proteínas acarreadoras, dando origen a un almacenamiento plasmático. La
velocidad en que estas sustancias pasan de la sangre hacia los tejidos depende de
diferentes características. Si un órgano tiene un alto nivel de perfusión, como los
pulmones, hígado o riñones, éstos se verán afectados de manera rápida. Una de las
excepciones es el cerebro, órgano protegido de las sustancias hidrosolubles por la barrera
hematoencefálica. Las características del tóxico, como su coeficiente de partición en
lípidos o líquidos y su peso molecular también afectan la velocidad en que entran a los
tejidos. Además, si una molécula se ve unida a una proteína acarreadora se reduce su
velocidad de distribución. La propiedad determinante de la entrada del tóxico al tejido es
el pH, ya que sólo las sustancias no ionizadas a pH de 7.4 tienen acceso a los órganos.
Esto hace que diferentes tóxicos tengan una distribución y acumulación selectiva hacia
ciertos órganos. Ejemplos de esto son: plomo y flúor a huesos, arsénico a uñas y pelo,
mercurio a riñón, policíclicos aromáticos a melanina ocular, plomo a huesos y dientes.
Biotransformación
Tiene por objetivo eliminar al tóxico o convertirlo en sustancias menos dañinas para el
organismo.
Es la fase final de la toxicocinética. Se trata del periodo en el cual se eliminan los tóxicos
o sus metabolitos del sistema orgánico. Cuenta con diversas vías de excreción:
Finalmente, debe advertirse que existen tóxico que ejercen su acción nociva en la etapa
de absorción. Reciben el nombre de cáusticos. De acuerdo con la vía de absorción a través
de la cual actúan, se conocen cáusticos digestivos, respiratorios, cutáneos, etc.
Además, hay tóxicos sistémicos que también tienen acción cáustica, a veces no sólo en la
etapa de absorción, sino incluso en la etapa de eliminación Es el caso del paraquat y del
mercurio elemental.
Síndromes digestivos
Pueden deberse a la acción directa, como es el caso de los tóxicos cáusticos, o a la acción
indirecta o refleja, como ocurre con el arsénico y los digitálicos.
Sensación bucal especial: puede consistir en:
Ribete gingival o liseré: es la orla de color en el borde libre de las encías, especialmente
sobre los incisivos y caninos. Los principales son los observados en las intoxicaciones
crónicas por plomo o ribete de Burton, de tono gris azuloso; por mercurio, ribete
hidrargírico o de Gilbert, de tonalidad rojo vinosa; o el ribete por bismuto, gris oscuro.
Estomatitis: puede ser:
Región superior (desde las fosas nasales hasta la glotis): en este nivel actúan los
cáusticos irritantes que se subdividen en lacrimógenos como el cianuro de
bromobencilo, yodoacetato de etilo y cloroacetona; estornutatorios como la
difenilcloroarsina y la difenilaminocloroarsina; y tusígenos como el metil, etil y
el difenil dicloroarsina. De acuerdo con los tóxicos enumerados, hay epifora y
catarro nasal, estornudos y tos quintosa. La mucosa de este segmento respiratorio
está congestiva, despulida y con hipersecreción.
Región media (vía respiratoria por debajo de la glotis, e incluye la tráquea y los
bronquios): en este nivel actúan los cáusticos vesicantes; así llamado porque
forman vesículas en la piel. En este grupo están los llamados fases de guerra, como
la iperita o gas mostaza (sulfuro de etilodiclorado). Clínicamente se manifiestan
por menos catarro y más disnea, tos quintosa y cianosis. La mucosa de la laringe,
tráquea y bronquios está edematosa y con seudomembranas.
Región inferior (comprende todo el parénquima pulmonar): en este nivel actúan
los cáusticos sofocantes que causan destrucción del tejido pulmonar (descamación
del epitelio alveolar, ruptura de tabiques y trasudación serosa). El cuadro clínico
consiste en disnea, tos incesante, dolor y opresión torácica, angustia, síncope e
hipertermia (39 y 40ºC). Entre este tipo de tóxicos están el fosgeno u oxicloruro
de carbono.
ENVENENAMIENTO
CLASIFICACION DE LOS VENENOS
Desde un punto de vista puramente toxicológico se clasifican los venenos de la siguiente
manera, con arreglo a la marcha sistemática que se sigue en su investigación. Esta
clasificación, además de su sencillez, presenta la ventaja de ofrecer una base científica
segura, no prejuzga acerca de acciones o efectos y orienta desde un principio la labor
pericial. De acuerdo con este criterio se distinguen los siguientes grupos de venenos, que
servirán de pauta para el estudio especial de los principales tóxicos:
1. Venenos gaseosos
2. Venenos volátiles: capaces de destilar, arrastrados por una corriente de vapor de
agua
3. Venenos orgánicos: que pueden ser extraídos de las vísceras por medio de
disolventes adecuados
4. Venenos minerales: por encontrarse combinados con la materia orgánica visceral,
ha de ser está destruida y mineralizada antes de proceder a su aislamiento e
identificación
5. Venenos que requieren procedimientos especiales de investigación, por lo que no
pueden ser incluidos en ninguno de los grupos precedentes.
MUESTRAS ADECUADAS
Criterios:
La recolección de muestras de viseras y líquidos orgánicos por lo común es efectuada por
el patólogo forense. Conviene tener en cuenta los siguientes criterios:
Conviene el empleo de una fórmula que es firmada por el patólogo y luego por cada una
de las personas que intervinieron en el manejo de la muestra. Este método constituye la
cadena de custodia que permite garantizar que la muestra analizada fue realmente la
tomada de la autopsia.
ANÁLISIS TOXICOLÓGICO.
Si se orienta el análisis hacia un tóxico determinado. Es conveniente
Seguir estas directrices:
Sangre. Para determinar etanol, cianuros, monóxido de carbono y psicotrópicos.
Se requiere por lo menos 10 ml.
Cerebro. Para sustancias volátiles, alcaloides y barbitúricos. Por lo menos deben
tomarse 500 gramos.
Hígado. Para etanol, alcaloides, barbitúricos, metales, compuestos halogenados,
cianuros y derivados de alquitrán. Conviene preservar medio hígado
Pulmón. intoxicaciones por inhalación, con excepción del monóxido de carbono
y otros gases que son inertes al tejido pulmonar
Orina. Para etanol, barbitúricos, alcaloides y metales.
Contenido gástrico. Para demostrar la absorción por vía digestiva y la
presentación original del tóxico (tabletas, polvo, solución, etc.) con excepción de
los cáusticos. En algunos casos, conviene preservar el estómago vacío para su
envío al laboratorio.
Contenido intestinal. Para fósforo y tóxicos cáusticos.
HALLAZGOS DE AUTOPSIA
• Permite aclarar si la muerte se debió a una enfermedad y no a agentes
fisicoquímicos. (CALABUIG, 2004)
Evidencia de la Escena
ENVENENAMIENTO
CLASIFICACION DE LOS VENENOS
Desde un punto de vista puramente toxicológico se clasifican los venenos de la siguiente manera,
con arreglo a la marcha sistemática que se sigue en su investigación. Esta clasificación, además
de su sencillez, presenta la ventaja de ofrecer una base científica segura, no prejuzga acerca de
acciones o efectos y orienta desde un principio la labor pericial. De acuerdo con este criterio se
distinguen los siguientes grupos de venenos, que servirán de pauta para el estudio especial de los
principales tóxicos:
1. Venenos gaseosos
2. Venenos volátiles: capaces de deslitar, arrastrados por una corriente de vapor de agua
3. Venenos orgánicos: que pueden ser extraídos de las vísceras por medio de disolventes
adecuados
4. Venenos minerales: por encontrarse combinados con la materia orgánica visceral, ha de
ser está destruida y mineralizada antes de proceder a su aislamiento e identificación
5. Venenos que requieren procedimientos especiales de investigación, por lo que no pueden
ser incluidos en ninguno de los grupos precedentes.
Se denomina cáusticos a los tóxicos que causan alteraciones destructivas por acción directa
sobre la piel y las mucosas.
Entre los ácidos, los principales son el sulfúrico, clorhídrico, nítrico, oxálico, acético y fórmico.
Entre los álcalis destacan el hidróxido de sodio (sosa caustica), hidróxido de potasio (potasa
caustica) y carbonato de sodio.
Algunas de estas sustancias, como los preparados para desatascar tuberías o detergentes, son de
naturaleza sólida, sin embargo, su acción irritante o cáustica la ejercen al disolverse en agua o en
saliva, si ingresan por vía oral.
Dosis tóxica
Naturaleza del ácido: El pH es un determinante de la acción corrosiva, que ocurre a
valores de pH por debajo de 2.
Cantidad ingerida: Volúmenes mayores aumentan la zona afectada de la mucosa
digestiva.
Tiempo de contacto: En aquellas zonas del tubo digestivo en que se retrasa el paso de lo
ingerido, aumenta el daño corrosivo.
Contenido gástrico: La presencia de líquidos diluye el cáustico, con lo que disminuye su
concentración.
Espasmo pilórico: Dificulta el vaciamiento gástrico, con lo que se prolonga el tiempo de
acción del tóxico.
Cuando se trata de líquidos o solidos la via habitual de entrada es la digestiva, localizándose allí
las lesiones.
Cáusticos ácidos
Su mecanismo de acción es de índole química, ya que el hidrogeno produce la lisis de proteínas
y el cloro se une a los metales de los tejidos produciendo sales. Otro mecanismo lesivo es la
coagulación de las proteínas por el calor que se desprende en las reacciones exotérmicas a que
estos productos dan lugar. Todo ello conduce a la necrosis celular seca con gran penetración
tisular, que puede llegar hasta la capa muscular; el ácido en su contacto y transformación de los
tejidos experimenta un fenómeno de “agotamiento”, de forma que las lesiones son proporcionales
a su pH y a la cantidad del producto.
Las quemaduras químicas ácidas producen unas escaras características formadas por el tejido
necrosado, las cuales limitan la penetración del cáustico en los tejidos subyacentes; son negras,
duras, secas y con forma irregular. Por el contrario, las escaras de los álcalis son blanquecinas,
blandas y untuosas y mal definidas.
Sintomatología
o Dolores en las mucosas afectadas.
o Vómitos, al inicio alimenticio y luego hemorrágico.
o Enfriamiento de las extremidades y pulso frecuente, débil e irregular.
o Convulsiones, lipotimia y puede haber colapso cardiaco mortal.
o Se produce edema de las vías aéreas que da lugar a taquipnea, disnea, estridor inspiratorio,
cianosis.
o Neumonitis grave (aspiración del cáustico y el tejido necrosado), traqueobronquitis,
síndrome de distres respiratorio.
o Puede haber perforación que según su localización produciría, mediastinitis y enfisema
mediastínico y subcutáneo (esófago) y peritonitis, aire en cavidad peritoneal (estómago).
Anatomía patológica
El examen exterior del cadáver revela huellas del ácido en la boca y parte inferior de la cara.
Consisten en escaras en forma de placas y rayas, que parten de las comisuras bucales y alcanzan
el mentón y parte inferior del maxilar.
En las vísceras digestivas, las lesiones varías según la concentración y cantidad del cáustico.
Generalmente se encuentra edema de glotis debido al paso por laringe. En estómago se encuentran
escaras de forma irregular, endurecidas, que engruesan las paredes que se ven opacas.
Con mayor frecuencia, la muerte tiene lugar precozmente y en esos casos, el estómago, aparece
retraído hasta alcanzar el tamaño de un puño, sus paredes gruesas y la red vascular se dibuja en
forma de rayas inyectadas y negruzcas. Al abrir la víscera, se observa en las partes declives un
líquido negro, color poso de café, donde hay colgajos epiteliales.
Las perforaciones vitales del estómago e intestino dan lugar a la lesión del peritoneo y demás
vísceras abdominales. El peritoneo aparece turbio y revestido de sangre coagulada, mientras que
en la superficie de los demás órganos hay escaras localizadas sobre un fondo inflamatorio.
Tratamiento
o Evacuante: Sólo si se puede iniciar dentro de la primera hora.
o Neutralizante: Se recomienda el agua albuminosa, administrada en 100 ml/h VO.
o Sintomático: Vigilancia, reposo digestivo y alimentación parenteral, mientras se espera
la evolución de la cicatrización. En caso de perforación, la cirugía es inmediata.
1. Combatir el shock
2. Calmar el dolor
3. Mantener la permeabilidad de las vías aéreas
4. Tratar las infecciones secundarias
5. Corregir los desequilibrios electrolíticos
6. Administrar corticoides.
7. Administrar anti secretores
8. Alimentación parenteral
9. Control radiológico de las perforaciones
10. Lavado prolongado con agua de salpicaduras en la piel, mucosas u ojos.
Cáusticos alcalinos
Fisiopatología
Los efectos se producen con un pH por encima de 12. La acción corrosiva que se produce es la
necrosis de licuefacción y conduce a la formación de escaras características: blandas, untuosas y
translúcidas, que se extienden en profundidad lesionando diferentes capas de órganos afectados,
al mismo tiempo que extienden la trombosis vascular y la necrosis. A consecuencia de ellos, las
secuelas (estenosis cicatricial) suelen ser de mayor gravedad que con los ácidos. Si se trata de un
álcali puro, 7 u 8 gramos son suficientes para producir la muerte.
Sintomatología
1. Fase inflamatoria aguda, los primeros 3-4 días. Se producen dolores agudos y sensación
de quemazón, los labios y la lengua están blanquecinos y edematosos. Le siguen vómitos
de color pardo amarillento que suelen arrastrar fragmentos de mucosa esofágica o
gástrica. Se produce la muerte si la cantidad y concentración del cáustico son elevadas.
2. Fase de granulación latente, 4-14 días. Aparecen las escaras que se pueden complicar y
producir perforaciones o infecciones. Además puede haber diarreas sanguinolentas y
hemorragias gastrointestinales.
3. Fase de cicatrización, desde varias semanas a años. Se producen estrecheces de esófago
y/o estómago, pueden ocasionar muerte por inanición.
Anatomía patológica
Si la muerte ocurrió durante la primera fase, en el cadáver predominan las lesiones corrosivas de
la mucosa digestiva con todas sus características específicas; si se dio en la segunda fase se
observan lesiones consecutivas a la perforación de las escaras y complicaciones infecciosas; en
los casos tardíos, el cadáver aparece enflaquecido como resultado de la inanición y se demuestran
en la autopsia las lesiones atrésicas.
Tratamiento
Se siguen las mismas pautas ya descritas en las lesiones por cáusticos ácidos.
TÓXICOS VOLÁTILES
Como tales se estudian el etanol, el monóxido de carbono y los cianuros, por su importancia
médico legal
Etanol
La determinación del etanol o alcohol etílico en el organismo humano es la prueba
más frecuente en todo laboratorio forense.
El etanol es un hidrocarburo alifático hidroxilado, claro, incoloro. Entre los productos comerciales
que lo contienen además de bebidas alcohólicas, hay solventes de perfumes, colonias y líquidos
medicinales.
Dosis Tóxicas
En adultos: 5-8g/kg de peso corporal. En niños: 3g/kg de peso corporal. En las variaciones de
estos niveles influyen condiciones con la hipoglucemia y las interacciones de medicamentos. El
alcohólico crónico desarrolla una considerable tolerancia al etanol
Toxicocinética
Absorción: el etanol puede absorberse por vía digestiva y por vía respiratoria.
Cuando el etanol es ingerido 20% se absorbe a través de la pared del estómago y 80% a través del
intestino delgado (yeyunoileon). La absorción en el estómago se inicia a los 5 minutos de la
ingestión y se prolonga por 90 minutos, según el estado de vacuidad. Es retardada por las grasas
menos por las proteínas y mucho menos, por los carbohidratos.
En general en los adultos sanos la absorción de 80 a 90% del etanol que se ingiere se lleva a cabo
entre 30 y 60 minutos, aunque se lleva a cabo entre 30 a 60 minutos, aunque por los alimentos
puede demorarse de cuatro a seis horas para ser completa.
Eliminación: 90% del etanol es transformado en bióxido de carbono y agua. El restante 10% es
eliminado como etanol, a través del riñón y del pulmón
Vías metabólicas: Los hepatocitos contienen tres vías metabólicas principales para el etanol, que
son las siguientes:
1. Sistema de deshidrogenasa alcohólica del citosol (fracción soluble de la célula). Tiene por
objetivo la oxidación del etanol y da como productos el acetaldehído y la NADH. Se efectúa
mediante deshidrogenasa alcohólica, que es una enzima soluble presente en grandes cantidades
en el hígado, y una coenzima la NAD.
2. Sistema catalasa peroxidasa Está localizado en los paroxisomas aunque en menor cantidad,
también produce la oxidación del etanol a acetaldehído; este es liberado del hígado y oxidado
periféricamente, para ser degradado por último, a dióxido de carbono y agua. Por el hecho de que
el peróxido de hidrogeno que requiere la catalasa para tal oxidación, se encuentra en poca cantidad
en los hepatocitos, se considera que este sistema solo interviene en 10% del metabolismo del
etanol
La cantidad de etanol oxidado ha sido expresado por el coeficiente de etiloxidacion del Widmark.
Esa cantidad es de 2.5 mg por kilogramo de peso corporal y por minuto. En un adulto de sexo
masculino y peso promedio, equivale a 7-10 gramos de alcohol por hora. Corresponde a una
reducción de alcoholemia de 15 a 20 mg/dl/hora. Esta cifra inicialmente publicada por Widmark
mantiene validez actual solo para bebedores moderados de sexo masculino.
En la práctica forense, la curva de descenso de la alcoholemia puede ser tan baja como 8 mg/dl/h,
para personas no habituadas al etanol, o tan elevada como 36 mg/dl/h en alcohólicos crónicos.
Este margen tan amplio de variación debe ser considerado en los procedimientos legales que
tratan estimaciones retrospectivas de la concentración de etanol en la sangre, en el momento de
cometer un delito.
En resumen, para establecer la alcoholemia de un adulto en el momento del delito, deben tenerse
en cuenta los siguientes criterios acerca del descenso por hora de la concentración de etanol en
sangre:
a) En los individuos no habituados, puede ser tan bajo como 8 mg/100 ml.
Fisiopatología
En la intoxicación aguda, el etanol es un depresor del sistema nervioso central que inicialmente
deprime en forma selectiva al sistema activante reticular.
Los lóbulos frontales son sensibles a una concentración baja, lo que resulta en una alteración del
pensamiento (desinhibición) y del estado de ánimo (euphoria) antes de los trastornos del lóbulo
occipital (alteraciones visuales) y del cerebelo (incoordinación).
EN dosis elevadas el etanol produce una depresión generalizada del sistema nervioso central
4. Gluconeogénesis reducida.
5. Posible aumento en el depósito de colágena y reducción de la síntesis proteica
La muerte es causada por depresión respiratoria cuando los niveles son superiores a 500 mg/dl
Clínica
Intoxicación aguda.
Inicialmente produce euforia que progresa, a pérdida de las inhibiciones con anormalidades del
comportamiento, locuacidad, lenguaje escandido, ataxia, trastornos de la marcha, irritabilidad,
somnolencia que puede terminar en estupor y coma. Estas manifestaciones neurológicas pueden
acompañarse de enrojecimiento de la cara, pupilas dilatadas, excesiva sedación y malestar
gastrointestinal. En ocasiones, se presentan arritmias cardiacas,
La muerte puede sobrevenir por depresión respiratoria con niveles superiores a 500 mg de
etanol/dl de sangre.
Intoxicación crónica.
Desde el punto de vista psíquico, el alcohol se caracteriza por deterioro mental con pérdida de la
memoria, temblor y alteración del juicio. Pueden originarse cuadros clínicos como el delirium
tremens con delirio (microzoopsias) y temblor; la psicosis de Korsakoff con amnesia, confusión
y polineuritis, delirio sistematizado alcohólico con celotipia y demencia alcohólica.
Desde el punto de vista orgánico, el alcohólico suele ser desnutrido y de aspecto descuidado, pero
pueden observarse casos de obesidad y un de edema asociada a insuficiencia cardiaca crónica.
Los trastornos específicos están en el hígado, corazón y encéfalo.
El hígado puede presentar desde cetoacidosis con peso superior a 2000 gramos, hasta cirrosis
finalmente granular y peso de 800 a 1200 gramos. En esta última condición existe síndrome de
hipertensión portal con esplenomegalia y varices esofágicas y ascitis.
El corazón puede presentar cardiomiopatía alcohólica con aumento de peso, focos de fibrosis e
infiltrados mixtos celulares, edema, hianilizacion e hipertrofia de fibras musculares.
El daño cerebral causado por el etanol desde las primeras descripciones caracterizadas por
engrosamiento de las meninges y una atrofia moderada, que afecta a la corteza frontal y parietal
y la sustancia blanca con ensanchamiento del sistema ventricular. Además, hay alteraciones
degenerativas que afectan más la corteza del cerebelo que la cerebral, las cuales se han atribuido
a la "vulnerabilidad selectiva", a la toxicidad directa del etanol (idiosincrasia) o a la pobre
condición nutricional (hipovitaminosis B, o de la riboflavina, o ambos).
Otras condiciones neuropatológicas que se han asociado al alcoholismo crónico son la
enfermedad de Wernicke o mielinólisis pontina central, la miopatía alcohólica, la polineuropatía
alcohólica y la mielopatía transversa, etcétera.
Entre los factores biológicos se citan las variaciones étnicas en la deshidrogenasa alcohólica que
es la encargada de la oxidación de 95 % del etanol, condición que se presenta en los chinos con
reacciones muy desagradables. Otro factor es la herencia, que explica la mayor incidencia en hijos
de alcohólicos y en gemelos homocigotos.
Entre los factores psicológicos se destaca la propiedad ansiolítica del etanol. Permite al in-dividuo
desinhibirse, relacionarse con otros, mantener seguridad en sí mismo y escapar de la realidad.
Intoxicación patológica. También llamada ebriedad complicada por algunos psiquiatras forenses.
Consiste en una conducta compulsiva, furiosa y desorganizada, de aparición brusca, que
característicamente se desarrolla con la ingesta de pequeñas cantidades de etanol.
El trastorno puede durar minutos, un día o más, y termina con prolongado sueño con amnesia al
despertar. Se le considera un trastorno mental transitorio, incompleto o completo, de acuerdo con
el grado de afección del juicio y de la conciencia.
Interpretación de la alcoholemia
De 30-120 mg/100 ml (euforia). Hay leve euforia, sociabilidad, locuacidad. Aparente confianza
en sí mismo aumentada. Inhibiciones disminuidas, lo mismo que la atención, el juicio y el control.
Se pierde la eficiencia para pruebas finas. Hay incapacidad para conducir un automóvil.
De 270-400 mg/100 ml (estupor). Hay apatía, inercia general, somnolencia. Respuesta a estímulos
disminuida. Incoordinación muscular acentuada. Incapacidad para mantenerse de pie o caminar.
Vómito, incontinencia de heces y orina. Deterioro de la conciencia. Respiración entrecortada y
suspirosa. Sueño o estupor.
De 450 mg/100 ml o más (muerte). Se produce por paro respiratorio, una o 10 horas después de
la ingesta de etanol. Si hay recuperación, ésta se demora entre 24 y 48 horas.
3. En la toma de la muestra no debe emplearse etanol como antiséptico para la piel en el sitio de
la venopunción, porque puede alterar el resultado.
5. Las venas femorales y yugular son los mejores lugares para la toma de muestras en el cadáver.
En comparación, las muestras de cámaras del corazón pueden originar una alcoholemia
falsamente más elevada.
6. El uso de humor vítreo para análisis pos-mortem de etanol permite distinguir entre etanol de
origen endógeno y etanol de origen exógeno.
b) La reacción del etanol en esta muestra con reactivos como la solución de dicromato en ácido
sulfúrico.
Una precaución elemental es tomar la muestra de aire por lo menos 15 minutos después de la
ingestión de bebidas alcohólicas. Antes de dicho periodo, los resultados están falseados por el
etanol que aún humedece la boca. Similar alteración la podría dar el vómito reciente. Por esas
posibles situaciones, debe permitirse el enjuague con agua antes de proceder a la toma de la
muestra de aire.
Tratamiento
3. En caso de coma, mantener vía aérea permeable, y vigilar espiración y circulación; administrar
medicación pertinente (glucosa, naloxona, tiamina).
Estimular la eliminación. Uno de los recursos es la hemodiálisis, que aumenta de tres a cuatro
veces la eliminación de etanol.
Profilaxis
Monóxido de carbono
Es un gas incoloro, inodoro e insípido. Debido a estas características, es inhalado sin que la
víctima se percate de su presencia. Su densidad de 0.967, menor que el aire, explica que se
acumule en las partes altas de las habitaciones.
Se produce por la combustión incompleta del carbono o materiales carbonáceos, de modo que
todos los dispositivos de combustión o llama pueden originario. Los motores de explosión
contienen entre 4 y 8 % de monóxido en los gases de escape.
Etiología
La forma suicida suele realizarse mediante la inhalación del gas producido por el motor de un
automóvil, dentro de un espacio cerrado.
La forma homicida es cada vez menos frecuente. Se llevaba a cabo inundando con el gas el
dormitorio, mientras la víctima duerme.
Dosis tóxica
Efectos clínicos perceptibles pueden ocurrir a las dos horas de exposición en concentraciones tan
bajas como 0.01 % (100 ppm).
Toxicocinética
El monóxido de carbono se absorbe rápidamente por los pulmones. Se combina con la
hemoglobina, dada la afinidad de ésta con el tóxico, que es de 210 a 300 veces mayor que para el
oxígeno; se forma así carboxihemoglobina.
Fisiopatología
Los órganos de circulación con pocas anastomosis y gran actividad metabólica, como el corazón
y el cerebro, son los más vulnerables a su acción.
Clínica
Intoxicación aguda. Progresa desde la cefalea bitemporal, tipo pulsátil, que se acompaña de
náuseas, vértigo, palpitaciones y disnea, hasta la impotencia muscular en las piernas, que impide
a la víctima movilizarse y ponerse a salvo.
La somnolencia progresiva, las convulsiones y el coma pueden durar horas o días. En los
comienzos del coma suele haber manifestaciones extrapiramidales, trismus y espasmos
carpopedales.
Esta forma de intoxicación se caracteriza por cefalea, vértigo, astenia, insomnio, amnesia,
irritabilidad ("locura de las cocineras", antiguamente) y poliglobulia.
Laboratorio
Tratamiento
Estabilización. Las medidas iniciales deben ser el retiro inmediato del paciente del ambiente
contaminado, el control de la vía aérea, respiración asistida, oxígeno al 10 % por mascarilla o
sonda endotraqueal, vías endovenosas y monitoreo cardiaco.
1. El oxígeno reduce la vida media de la carboxihemoglobina de 5-6 horas a 1/2-1 hora. El oxígeno
hiperbárico la reduce a 20-30 minutos.
5. Reposo en cama durante dos a cuatro se-manas, para minimizar las complicaciones
neurológicas tardías.
Profilaxis
Emplear ventilación para mantener la concentración del tóxico en el aire dentro de límites de
seguridad.
Los cianuros de potasio y de sodio son las sales tóxicas más difundidas. Con el tiempo pierden su
poder letal al transformarse en carbonatos de sodio y de potasio. El cianuro de mercurio es tóxico
por ambos componentes.
En condiciones normales, el cianuro aparece en la sangre de individuos sanos como resultado del
metabolismo de la vitamina B„ y de factores ambientales como alimentos, y fumado (cada ci-
garrillo libera entre 150 y 200 pg de HCN).
Anatomía patológica
Cianuros
El ácido cianhídrico (HCN) o ácido músico es uno de los venenos de efecto
letal más rápido.
Es un líquido volátil, que hierve a 253 °C, dando un olor a almendras
amargas.
El gas cianógeno es incoloro, de olor característico y más denso que el aire.
Fuentes y usos
Hay plantas que por hidrólisis, que puede ocurrir durante su cocción, liberan ácido cianhídrico y
un azúcar. Se les llama glucósidos cianogénicos. Tal es el caso de las almendras amargas, laurel
cerezo, frijoles negros, semillas de manzana, yuca y lino.
Etiología
Por inhalación, el gas cianuro es un veneno de acción rápida que produce síntomas en segundos
y la muerte en minutos.
El límite de exposición para una jornada de ocho horas es de 10 ppm; 300 ppm es mortal en pocos
minutos.
Por ingestión, la dosis para un adulto es de 50 mg por vía oral; en el caso de las sales de sodio y
potasio, es de 200 a 300 mg.
Toxicocinética
Eliminación. La enzima rodanesa convierte 80 % del cianuro en tiocianato, que es eliminado por
la orina.
El problema es que si bien la enzima está en altas concentraciones en hígado y riñón, en canabio,
el proceso requiere la presencia de tiosulfato, que se encuentra en pequeñas cantidades.
Por el pulmón y el sudor sólo se eliminan pequeñas cantidades de cianuro, que produce el olor a
almendras amargas.
Fisiopatología
Clínica
En la ingestión de cianuros, las manifestaciones clínicas son más lentas porque el tóxico debe
pasar a través del hígado y luego distribuirse sistémicamente.
Laboratorio
Pronóstico
Profilaxis
En sangre entera:
0.5-1 pg/ml, enrojecimiento y taquicardia. 1-2.5 pg/ml, estupor y agitación, más de 2.5 lig/mí,
coma y, finalmente, la muerte.
Tratamiento
Anatomía patológica
Tres signos caracterizan la intoxicación aguda ocasionada por cianuros: la tonalidad rosado cereza
de piel y mucosas, la risa sardónica y el olor a almendras amargas.
Tonalidad rosado cereza. Se debe al hecho de que la sangre venosa está tan cargada de
oxígeno como la sangre arterial. Sin embargo, cuando el coma se ha prolongado, puede
haber cianosis.
Risa sardónica. Consiste en la retracción de las comisuras labiales. Contrasta con la
apariencia triste de la mitad superior del rostro.
En la boca puede haber un hongo de espuma rosada.
Olor a almendras amargas. Se percibe al abrir las cavidades torácica y abdominal, y el
estómago.
El esófago y el estómago pueden mostrar con-gestión intensa, cuando se ingirió cianuro
de sodio o de potasio.
Los insecticidas fosforados orgánicos se usan de forma exclusiva con fines agrícolas. Se emplean
puros, mezclados con disolventes o sustancias inertes, en forma de polvos, en soluciones, en
papeles para quemar, en aerosoles, etc. Se encuentran en el comercio en estas diversas formas, a
concentraciones que varían desde menos de 1% de sustancia activa hasta más del 95%.
Dosis tóxicas
Los más tóxicos producen la muerte con 15-20mg de sustancia activa (pestox, fosdrín); un grupo
intermedio tiene dosis letales centigrámicas, de 15 a 25 cg (endotión, vapona, sumitión);
finalmente, un tercer grupo aparece como sensiblemente menos tóxico, por lo que no produce la
muerte, sino a dosis de 1 o varios gramos se manifiestan ya a los 30 minutos y la muerte tiene
lugar de 1 hora y media a 4 horas después de la absorción.
Patogenia
La absorción de los ésteres fosforados orgánicos tiene lugar fácilmente por todas las vías. A través
de la piel se absorben con rapidez, más rápida aún es la vía digestiva; la absorción respiratoria es
casi instantánea. Todos los insecticidas organofosforados se comportan como potentes
anticoliesterásicos y, al igual que la eserina, actúan de una manera selectiva sobre el sistema
neurovegetativo.
Su acción específica consiste en combinarse con las colinesterasas, formando una combinación
reversible de forma espontánea, más para lo que se requiere un tiempo muy prolongado. La
colinesterasa no es destruida, lo que abre una vía terapéutica.
Sintomatología
Se inicia rápidamente, en general a la media hora de la absorción, aunque puede retrasarse hasta
3 a 4 horas. El cuadro clínico corresponde al mecanismo de acción indicado y se distinguen en él
dos fases: muscarínica y nicotínica.
Los síntomas anteriores se combinan de forman diferente, en relación con la dosis de tóxico
absorbida, dando lugar a formas clínicas leves, moderadas y graves.
1. Formas leves: quedan reducidas a un estado nauseoso, con cefalea, vértigos y latido de
las temporales. El enfermo nota debilidad muscular y pérdida de la agudeza visual que
acompaña la miosis
2. Formas moderadas: el intoxicado aparece con una notable congestión de cara, las náuseas
son más intensas y provocan vómitos molestos; hay también calambres abdominales
dolorosos. Por estímulo exocrino hay salivación, lagrimeo y sudor profuso. Las pupilas
están puntiformes, pero además un espasmo ciliar intenso provoca sensaciones dolorosas
oculares y fotofobia; también se añaden un pulso lento y temblores musculares.
3. Formas graves: dan lugar a una sintomatología muy aparatosa que termina con frecuencia
en la muerte. A las náuseas y cefaleas iniciales siguen síntomas abdominales agudos:
cólicos, diarrea, tenesmo e incontinencia de heces y orina, gran sialorrea. El intoxicado
se colapsa y se ve frío, pálido y con abundante sudoración y miosis intensa
Los metales se redistribuyen de manera natural en el ambiente por medio de ciclos tanto
geológicos como biológicos.
Los blancos celulares para toxicidad son procesos bioquímicos específicos (enzimas) o
membranas de células y organelos. El efecto tóxico del metal regularmente comprende una
interacción entre el ion metálico libre y el blanco toxicológico. La toxicidad está determinada
por la dosis al nivel celular, y factores como la forma o la especie química y la unión a ligando
se convierten en factores críticos.
PLOMO
El plomo se utiliza en los tipos metálicos para máquinas de escribir, baterías de
almacenamiento, pinturas industriales, soldaduras, cubrimientos de cables
eléctricos, vidriado de alfarería, gomas, juguetes, gasolina (tetraetilo de
plomo) y aleaciones de latón. Entre otros materiales están las cuentas de
plástico, o joyería cubierta con plomo para dar un aspecto perlado, whisky
ilegal, cerámica casera vidriada, vidrio plomado, polvo en las galenas de
tiro, así como cenizas y humo producto de la combustión de madera vieja
pintada, periódicos, revistas, contenedores de baterías y pigmentos de
pintura artística. Las cantidades de plomo en una muestra de cenizas
producidas por la combustión de perió<dicos con tinta negra es menor de 5 mg/kg, y en una
muestra de ceniza de impresiones a color de revistas de cuentos es de 57.7 mg/kg. (Rodríguez &
Franco, 2000)
1720 a 1997 se añadieron 63 411 900 toneladas de plomo a los suministros en EUA. La mayor
parte del uso anual de plomo es en baterías, pero en total más de siete millones de toneladas de
plomo se han usado en aditivos de gasolina en EUA. Otra fuente de contaminación ambiental
con plomo proviene de los pesos utilizados para balancear las llantas de los vehículos
motorizados. Se calcula que se están utihzando 25 millones de kg de plomo para este propósito,
y hasta 10% del total se deposita en las calles y autopistas cada año. Gran parte del plomo de los
aditivos de gasolina, pesos de llantas y pinturas se distribuye en la superficie terrestre. Las
concentraciones de plomo en la superficie de las autopistas excede 10 g/kg y el polvo casero
tiene 7.5 g/kg, en comparación con un promedio de 15 mg/kg en la corteza terrestre. La tierra de
la superficie no afectada en áreas urbanas contiene más de 500 mg/kg en su centímetro superior.
Datos clínicos
Cualquier síntoma sugestivo de encefalopatía incipiente se considera como urgencia. El
diagnóstico presuntivo inmediato se basa en lo siguiente: concentraciones sanguíneas de ®
plomo > 50 a 80 |J,g/dL; protoporfirina eritrocítica libre > 200 a 250 |ig/dL y la aparición de
material radiopaco en radiografías simples de abdomen y líneas radiopacas a causa de plomo en
muñecas y rodillas. Cualquier dato positivo adicional a los síntomas sugestivos es una
indicación suficiente para iniciar el tratamiento. Cualquier niño con síntomas menores de
intoxicación desarrolla encefalopatía aguda en forma súbita si la concentración de plomo en
sangre es superior a 80 g/dL.
Para establecer una exposición anormal de plomo se administra edetato cálcico disódico, 25
mg/kg, en dosis límca por vía intramuscular o intravenosa en 1.5 h en forma de solución al 0.5%
en solución glucosada. Si la función renal es normal, se recolecta toda la orina de 24 h, o por 3 a
4 días en casos de insuficiencia renal. Después de la administración de edetato cálcico disódico
se compara la concentración de plomo urinario con las concentraciones urinarias antes de su
administración.
Se considera el diagnóstico en cualquier niño que de ambule o gatee y presente cualquiera de los
síntomas antes mencionados, así como en aquellos que vivan o visiten casas construidas antes
de 1940.
Datos de laboratorio
Los siguientes datos indican intoxicación por plomo
La protoporfirina eritrocítica libre es una prueba sensible de toxicidad por plomo (al igual que
de deficiencia de hierro) y la fluorescencia de protoporfirina eritrocítica se mide directamente en
sangre completa diluida como una prueba de detección.
2) Orina:
a) Excreción urinaria de plomo superior a 0.08 mg/día o coproporñrina urinaria superior a 0.15
mg/día. Una concentración urinaria de coproporfirina > 0.8 mg/L. ocurre sólo en adultos con
síntomas de intoxicación. Una concentración urinaria de ácido 8-aminolevulmico > 6 mg/L
indica que han ocurrido algunos efectos del plomo. Una concentración superior a 19 mg/L se
relaciona con síntomas de intoxicación por plomo. También ocurre glucosuria, hematuria y
proteinuria.
b) La excreción urinaria de más de 1 |ag de plomo por miligramo de edetato cálcico después de
la administración intramuscular de este quelante a dosis de 25 mg/lcg, sin exceder un gramo en
total.
3) Líquido cefalorraquídeo: se evitará la punción lumbar, a menos que sea necesaria para el
diagnóstico. En alrededor de 33% de los niños con intoxicación porplomo, el examen de líquido
cefalorraquídeo muestra incremento en las proteínas, pleocitosis y aumento en la presión del
líquido cefalorraquídeo.
Datos radiológicos
En casos de intoxicación crónica en niños las radiografías muestran bandas transversales de
mayor densidad en los extremos de los huesos en crecimiento y esto es más probable en edades
entre 2 y 5 años. Múltiples bandas representan episodios repetidos de intoxicación.
Prevención
No utilizar pinturas que contengan plomo en interiores. Los pintores y aquellos individuos que
trabajan con plomo deben cambiar sus ropas y bañarse antes de comer, utilizar máscaras con
filtros eficaces para controlar el polvo cuando se apliquen pinturas que contengan plomo; éstas
sólo se queman con un control adecuado de humos, ya que contienen plomo. Tomar
precauciones para mantener el plomo en el aire por debajo del límite de exposición. No permitir
que los niños jueguen con objetos que contengan plomo. La joyería de fantasía a menudo
contiene plomo.
Tratamiento
Es necesario iniciar un tratamiento en cuanto se tienen las muestras de sangre y orina para
analizar la presecia de plomo.
Tratamiento de urgencia
Eliminar los compuestos solubles ingeridos que contienen piorno mediante lavado gástrico con
sulfato de magnesio diluido o solución de sulfato de sodio, o por medio de vómito
Antídotos
A todos los pacientes con síntomas clínicos de intoxicación por plomo se les administra
dimercaprol y edetato cálcico disódico, y más tarde succímero; este tratamiento está indicado
para pacientes asintomáticos con concentraciones sanguíneas de plomo por > 80 a 100 |ig/dL, o
concentraciones de protoporfirina eritrocítica libre > 250 a 300 |ig/dL de sangre completa.
2) En niños: administrar dimercaprol, 4 mg/kg por vía intramuscular cada 4 h (30 dosis)
administrar- 4 h después edetato cálcico disódico, en un sitio de inyección separada, 12.5 mg/kg
por vía intramuscular cada 4 h en forma de solución al 20% con procaína al 0.5%, para un total
de 30 dosis. Si no ha ocurrido mejoría importante para el cuarto día, incrementar el número de
inyecciones a 10 de cada fármaco.
En pacientes sin encefalopatía que responden bien, se interrumpe el dimercaprol después del
tercero o cuarto días y el edetato se reduce a 50 mg/kg por día por los restantes cinco días de las
inyecciones. De 2 a 3 semanas después del primer ciclo terapéutico, si las concentraciones
sanguíneas de plomo son > 80 |ig/dL, administrar un segundo ciclo de 30 inyecciones de cada
fármaco. Los ciclos de edetato cálcico disódico no excederán 500 mg/kg con intervalos de al
menos una semana entre éstos.
Para la vigilancia, se coloca al niño en un ambiente protegido para asegurar que no ocurra
ingestión adicional de plomo; se administra penicilamina o succímeroI oral. La dosis de
penicilamina es de 30 mg/kg por día en 3 a 4 dosis, en 3 a 6 meses o hasta que la concentración
de plomo en sangre < 60 g/dL. La dosis máxima es de 500 mg/día. La penicilamina se
administra con el estómago vacío, 90 min antes de consumir alimentos. La dosis de succímero
es de 10 mg/kg cada 8 h por cinco días 1 y después dos veces al día durante 14 días. El ciclo se
repite después de un intervalo de 14 días hasta que la concentración de plomo en sangre se
encuentra por debajo de 25 g/dL.
3) Adultos: los adultos con encefalopatía hepática aguda reciben dimercaprol o edetato cálcico
disódico de la misma manera que los niños. Para otros adultos con síntomas, el ciclo de
dimercaprol y edetato cálcico disódico se acorta, o se administra sólo este último en dosis de 50
mg/kg por vía intravenosa, en forma de solución a 0.5% en solución glucosada al 5%, o
solución salina en no menos de 8 h, durante un periodo máximo de cinco días. Después se
administra penicilamina por vía oral, 500 a 750 mg/día durante 1 a 2 meses, o hasta que la
concentración de plomo en orina se encuentre por debajo de 0.3 mg/día.
Problemas especiales
1) En presencia de trastornos de la función renal es obligatorio el uso de diálisis.
2) El pie y muñeca péndulos se corrigen mediante feralización y ejercicios pasivos hasta que se
recupere la función.
Clínica
Intoxicaciones agudas.-
Intoxicaciones crónicas.-
Agitación, problemas de la visión, problemas de la audición, polipnea, gastritis,
hemorragias digestivas ocultas, reactivación de úlceras peptícas, hipoplasia medular,
hipoglucemia, desdenso del colesterol y elevación del ácido úrico. Puede producirse
alteraciones renales con necrosis y nefritis papilar.
Diagnóstico toxicológico
Es necesario conocer la determinación cuantitativa del salicilato para poder desarrollar el
tratamiento.
Tratamiento:
Dentro de las 4 horas postingesta debe realizarse un lavado gástrico seguido de la
administración de carbón activado.
En los enfermos sintomáticos se determinará la concentración plasmática y en función
del resultado se actuará de la siguiente manera:
1.-Concentraciones entre: 35 a 45 mg/100 ml
Aumentar la ingesta hídrica
2.-Concentraciones mayores a la anterior pero sin sintomatología neurológica central
El tratamiento sintomático estará en función del cuadro que presente el intoxicado: ajusto
hidroelectrolítico, oxígeno en caso de edema pulmonar, diazepam para combatir las
convulsiones, etc.
Paracetamol
Se ha constatado que el paracetamol es uno de los fármacos más utilizado en los suicidios
e intentos de suicidio. Se metaboliza en el hígado en dosis terapéuticas. Cerca del 8% del
fármaco se transforma en un metabolito intermedio muy toxico que en condiciones
normales se inactiva por conjugación con glutatión. En casos de dosis altas, el glutatión
se agota con rapidez, por lo que el metabolito toxico se fija a las macromoléculas de los
hepatocitos, dando lugar a su necrosis.
Clínica
* Náuseas
* Vómitos
* Dolor abdominal difuso secundario a los esfuerzos por vomitar y a la inflamación
hepática (los signos de hepatotoxicidad son raros antes de 12 a 36 horas de la
ingestión)
* Dolor en fosas lumbares por necrosis tubular renal intermedia con insuficiencia
renal aguda (es frecuente en encefalopatías de origen hepático).
* Ictericia al tercer o cuarto día postingesta.
* Cuadro de insuficiencia hepática si la necrosis hepatocelular es masiva: alteración
de la conciencia, confusión, hipoglucemia, hiperventilación y diátesis
hemorrágica secundaria a trastornos de la coagulación.
* Elevacion de las transaminasas a las 12 horas postingesta (aumento importante) y
de la fosfatasa alcalina (poco aumento).
* Aumento de la amilasa sérica
* En casos raros puede haber anemia hemolítica, metahemoglobulinemia,
exantemas cutáneos, pancreatitis y necrosis cardiacas.
* Pancitopenia (en intoxicaciones crónicas)
Tratamiento
Las lesiones hepaticas, la insuficiencia renal y la muerte pueden prevenirse mediante la
administración de dadores de grupos sulfhídrico, tales como la cisteamina, la metionina
y la N-acetil cisteina. Producen una protección total si se administran antes de las 8 horas
de la absorción. Luego de las 15 horas de ingestión, la medicació es ineficaz. En este caso
debe procederse al tratamiento sintomatico:
Monitorización de la función hepática: Tiempo de protrombia
Derivados de la prazolona
Se usan frecuentemente la fenazona, la aminofenazona y la fenilbutazona. Se usan como
analgesicos, antipiréticos y antireumaticos. Se pueden absorber por todas las vias y su
eliminación se lleva a cabo a través de la orina. La intoxicación aguda es muy grave en
los niños y se desaconseja su uso antes de los 2 años de edad.
Clínica
Intoxicación aguda.-
Alteraciones del comportamiento: Confusión y agitación en un coma vigil que se
acompaña de movimientos de tipo clónico, contracturas e incluso convulsiones.
Hiperventilación
Alteraciones digestivas: Náuseas, vómitos, diarreas, hemorragias digestivas.
Alteraciones cutáneas: Erupciones con formaciones ampollosas.
Alteraciones renales: Oliguria, hiperazoemia y diminución de la concentración
ureica urinaria.
Hipoprotrombinemia
Alcalosis metabólica
Intoxicación crónica.-
Fenazona: Somnolencia y dolores abdominales
Aminofenazona: Cefaleas, agitación, oliguria y alteraciones sanguíneas.
Fenilbutazona: Excitación, trastornos visuales, vértigo, trastornos en la diuresis
con edemas, proteinuria, hematuria, hemorragias digestivas, reactivación de
ulceras anteriores, ictericia y pancitopenia.
Clínica
Somnolencia
Apatia
Ataxia
Disartria
Ptosis palpebral
Nistagmus
Coma no profundo
Hipotension
Depresion respiratoria
Los benzodiacepinas aumentan los efectos depresores de los barbitúricos, del etanol y de
los antidepresivos tricíclicos. Como consecuencia se presenta una sobre sedación que
puede llevar a depresión completa y a la muerte.
Tratamiento
El lavado gástrico solo tiene sentido si se han ingerido más de 30 comprimidos en las
últimas 4 horas. Se realiza tratamiento sintomático cuando existen interacciones
farmacológicas que producen alteración de la conciencia e hipotensión.
Clínica
Las manifestaciones dependen de la concentración hística secundaria de catecolaminas
resultado de la administración de las IMAO. Se produce hiperestimulación del SNC y una
excesiva actividad simpática periférica.
Los efectos aparecen entre las 5 y 12 horas postingesta. El cuadro clínico se divide en tres
fases:
Tratamiento
• En las 4 horas siguientes a la ingestión se realizará un lavado de estómago o se
administraran eméticos, completando una u otra terapéutica con la administración
de carbón activado. El tratamiento se recomienda realizar así no haya
sintomatología toxica. No hay antídotos específicos de los IMAO.
• El tratamiento sintomático abarca las siguientes medidas:
• Control de la hiperactividad con haloperidol o clorpromacina.
• B bloqueantes de tipo practolol
• Mantenimiento de la ventilación y de la presión sanguínea.
• Control de la fiebre con medios físicos: bolsas de hielo o esponjas de agua fría
• Curarizacion y respiración asistida para combatir las convulsiones.
• En caso de hipotensión administrar adrenérgicos o hipertensina
• En la hipertensión paroxística se administran barbitúricos de acción rápida y
fenotiacinas.
• Los antiarrítmicos más seguros en caso de arritmias ventriculares son la lidocaína,
la fenil hidantoina y la procainamida.
• La acidificación urinaria aumenta la eliminación renal del fármaco, aunque si se
trata de un caso sin complicaciones, la diuresis osmótica puede ser suficiente.
Antidepresivos tricíclicos
Pertenecen a este grupo los derivados de iminodibencilos (Imipramina) y los derivados
del cicloheptadieno (amitriptilina). Presentan propiedades anticolinérgicas, bloqueantes
alfa adrenérgicas e inhibitorias de la descarga adrenérgica. Los principales efectos de las
intoxicaciones están dirigidos al sistema nervioso central y al circulatorio.
Clínica
La intoxicación se caracteriza por originar un coma (instaurado con gran rapidez) con
midriasis, a veces son convulsiones, acompañado de trastornos cardiacos, sobre todo de
la conducción intraventricular.
Los trastornos cardiacos se caracterizan por iniciar con taquicardia sinusal atropinica que
se puede prolongar hasta más de una semana. El cuadro prosigue con el enlentecimiento
de la conducción auriculoventricular e intraventricular con bloqueos y alargamiento del
espacio QRS, despolarización de zonas enteras del miocardio, etc. Aparecen signos de
isquemia subendocárdica, inversión de la onda T etc.
Complicaciones
La mioglobinuria, hipoxia, hipertermia, insuficiencia renal aguda y coagulación
intravascular diseminada producto de las convulsiones lesionan el SNC y desencadena un
déficit neurológico muy importante.
Se produce distrés respiratorio o neumonías por aspiración.
La muerte en la intoxicación aguda por antidepresivos tricíclicos resulta de sus efectos
cardiovasculares.
Tratamiento
Complementariamente es útil el lavado gástrico o la administración de emeticos y
subsiguientemente la administración de carbón activado. Este tratamiento es efectivo
incluso hasta 12 horas después de la ingestión.
Todo paciente con historia de intoxicación debe permanecer en observación por lo menos
6 horas con el objetivo de prevenir complicaciones por aparición inesperada de las
manifestaciones de la sobredosis.
Clínica
Depresion del sistema nervioso central (rara vez originando coma profunda e
insuficiencia respiratoria)
Hipotension
Hipotermia
Crisis oculogiras
Torticolis
Discinesias orolinguales
Convulsiones
Manifestaciones parkinsonianas (intoxicaciones cronicas)
Taquicardia
Trastornos en la conducción
Fibrilacion ventricular
La muerte se produce por sus efectos cardiacos.
Tratamiento
Clínica
Nauseas
Vomitos
Nistagmus
Disartria
Ataxia
Obnubilacion
Coma
Abolicion transitoria de las respuestas oculares a los movimientos rotatorios de la
cabeza
Las intoxicaciones no suelen ser mortales, pero pueden tener larga duración debido a que
la vida media de los fármacos es larga. Pueden quedar secuelas de los efectos
neurológicos.
Tratamiento
Clínica
Los signos y síntomas son secundarios a la acción depresora sobre el sistema nervioso
central. La sintomatología suele evolucionar en tres periodos:
Tratamiento
Las medidas se ajustan al estado de conciencia del enfermo:
En los estados de agitación que presentan algunos enfermos se hace necesaria la sedación.
Lo más importante es tener permeables las vias aéreas y aplicar una terapia antishock.
Varios autores aconsejan un tratamiento preventivo de las posibles infecciones
pulmonares. Siguiendo este plan terapéutico el pronóstico es bueno. La recuperación se
alarga cuando existen complicaciones y no por la intoxicación propiamente.
TERAPÉUTICA DEL ENVENENAMIENTO
TRATAMIENTO GENERAL DE LAS INTOXICACIONES
Un tratamiento correcto de las intoxicaciones debe proponerse, ante todo, los siguientes
objetivos:
1. Evacuante
2. Neutralizante
3. Antidótica
4. Eliminadora
5. Sintomática
6. Complementaria
Tratamiento evacuante
Tienen como objetivo primordial evacuar el toxico en la misma puerta de entrada, antes
de que se absorba, evitando que pase a la circulación general, por lo que en realidad la
intoxicación no llega a tener lugar si el tratamiento pudo ser llevado a cabo con la
necesaria precocidad. El tratamiento evacuante solo será eficaz y estará justificado
cuando se inicie inmediatamente después de haberse puesto en contacto el sujeto con el
toxico.
Las mediadas evacuantes, son lógicamente, diferentes según la vía de entrada del tóxico
Vía respiratoria
Puede considerarse la asistencia ventilatoria mediante las maniobras de respiración
artificial como un tratamiento evacuante de los tóxicos que se absorben por vía
respiratoria, aunque con limitaciones, ya que los tóxicos gaseosos y volátiles que se
absorben por esta vía lo hacen de forma prácticamente inmediata, por lo que no pueden
confiarse en una evacuación propiamente dicha.
No obstante si se inicia con gran rapidez tras haber comenzado la inhalación del toxico
gaseoso o volátil, es posible que tenga lugar una sustracción del toxico presente en el aire
pulmonar, sin que llegue a absorberse, reduciéndose la producción de fenómenos tóxicos
graves.
Cuando se lleva a cabo más tardíamente, los efectos evacuantes son nulos, pero aún son
posibles efectos eliminadores, ya que el toxico se elimina por la misma vía que se
absorbió. Hay ocasiones en que los límites entre la acción evacuante y la eliminadora son
poco definidos. En todo caso, se une siempre una acción sintomática, manteniendo la
función respiratoria, a menudo comprometida en estas intoxicaciones.
Vía digestiva
Para vaciar el estómago del toxico ingerido, puede realizarse el aspirado y lavado gástrico
o recurrir a los vomitivos.
Material necesario. Se necesita una sonda esofágica o un tubo de faucher, de goma con
una longitud de casi 2 m y un diámetro de 8 a 12 mm; su extremidad terminal es maciza
y el orificio u orificios tienen una situación lateral para que no se obstruyan por
mucosidades o pliegues mucosos. A partir de esa punta lleva una señal a los 45 o 5º cm,
que, cuando llega a la altura de la arcada dentaria durante su introducción, indica que el
extremo se encuentra, a su vez, en el estómago.
Cuando el líquido del lavado aparece claro, se procede a retirar el tubo, teniendo la
precaución de ocluirlo por completo entre los dedos para que el líquido que queda en él
no se derrame cuando salga del esófago y entre en la laringe. Se evita así el peligro de
una aspiración pulmonar, que es una de las complicaciones de mayor gravedad. Si se
produjera, se vuelve a conectar la sonda con la bomba de aspiración y se hace una
aspiración que extraiga el líquido regurgitado.
Como los líquidos de lavado suelen emplearse tanto el agua pura como disoluciones de
neutralizantes específicos del veneno de que se trate, cuando sea conocido.
Son contraindicaciones de este método:
1. Los comas profundos, por lo que habrá de extremar la precaución en las
intoxicaciones por barbitúricos.
2. Las intoxicaciones por derivados del petróleo, en que hay peligro de paso de estos
productos al pulmón, dando una neumonitis química muy grave.
3. Las intoxicaciones por sustancias corrosivas, cuando por su concentración o
tiempo transcurrido se tema que la escara gástrica sea muy profunda, cado en que
la sonda del lavado podría forzar su perforación mecánica.
4. Las intoxicaciones por venenos convulsivantes, como la estricnina, ya que las
maniobras del lavado pueden desencadenar las crisis convulsivas.
Vomitivos
Otra manera de vaciar el estómago, evacuando el tóxico aún sin absorber, es provocar el
vómito. El procedimiento es menos eficaz y bastante más molesto para el intoxicado que
el lavado gástrico, pero lo sustituye con eficacia cuando no se dispone del material
requerido para esta maniobra. En los casos con agitación, colapso o coma, los vomitivos
pueden ser peligrosos. La elección entre es aspirado-lavado gástrico y la emesis
dependerá de la edad, el nivel de conciencia y el grado de cooperación del paciente, así
como de los medios y experiencia de que se disponga.
La inducción del vómito es el método de elección para los niños, ya que en ellos no se
puede introducir un tubo lo suficientemente ancho, y por lo general, a emesis es bien
aceptada ya que psicológicamente es menos traumatizante que la introducción de un tubo
gástrico. También es aconsejable el vómito en aquellos adultos en los que está indicado
el vaciamiento gástrico y se niegan al lavado. Lo mismo puede decirse en aquellos
pacientes psiquiátricos en los cuales un lavado gástrico puede ser problemático.
Vía cutánea
Algunos tóxicos se absorben a través de la piel y otras veces ejercen efectos directamente
sobre ella. En todos estos casos se hace indispensable despojar al sujeto de los vestidos
(es aconsejable usar guantes) y realizar un enérgico lavado de piel, mantenido al menos
durante 15 min. El lavado se puede hacer con agua sola, agua jabonosa o agua con
neutralizantes, en función del tóxico de que se trate. Así, por ejemplo, en el caso de
proyección de ácidos fuertes, se usará una solución de trietanolamina al 5%; en el caso
del ácido fluorhídrico puede utilizarse una solución de una sal orgánica, soluble, de calcio;
cuando se trate de gases y líquidos vesicantes, se empleará permanganato potásico al 2%
o agua de Javel al 1%.
Otros tóxicos pueden ser inoculados en el tejido subcutáneo por intermedio de algún
dispositivo, como ocurre en el caso de las ponzoñas animales (mordedura de víboras,
picadura de insectos, etc.). En estos casos la primera medida será enfriar la zona afectada
aplicando trozos de hielo, que por medio de una vasoconstricción local retrasa la
absorción del tóxico. Se aplicará un torniquete para impedir la circulación de retorno,
cuidando que la presión no sea excesiva y aflojando durante 1 min cada 15, para evitar
fenómenos de isquemia.
A nivel del punto de inoculación, se realizará una incisión de una profundidad al menos
igual a la longitud del aparato inoculador, dejando sangrar un rato para arrastrar
mecánicamente la mayor parte del tóxico. Finalmente puede inyectarse bajo la dermis
algún neutralizante, tal como las sustancias oxidantes (permanganato potásico o
hipoclorito).
Si la proyección del tóxico ha tenido lugar sobre el ojo, la evacuación se hace aún más
imperiosa que en el caso de la piel, por las consecuencias que puede tener para la visión.
El lavado se hará de preferencia con suero fisiológico abundante y, si no se tiene a mano,
con agua, manteniendo los párpados abiertos durante la operación. Acto seguido, se
instalará un colirio anestésico y a los 5 minutos se comprobará si se han producido
lesiones corneales, instilando una solución estéril de fluoresceína, que tiñe intensamente
las pérdidas de epitelio; en caso de que la prueba sea positiva, se insistirá con el lavado
ocular durante 10 minutos más. Como se dijo a propósito de la piel, en el caso de tratarse
de sustancias de acción específica, el lavado puede hacerse con neutralizantes apropiados;
para los gases lacrimógenos, suero bicarbonatado al 2%; para líquidos y gases vesicantes,
permanganato potásico al 0,5%.
Tratamiento neutralizante
Puede sustituir el anterior, o mejor complementarlo, en los casos de absorción digestiva
al tóxico. Su objetivo es anular los efectos tóxicos den veneno en el estómago, antes de
su absorción; cuando tiene éxito, posee, como la evacuación del tóxico, un carácter
preventivo del envenenamiento. Existe, sin embargo, un condicionante para este
tratamiento; el conocimiento de la naturaleza del tóxico, ya que los diferentes tipos de
neutralizantes conocidos son específicos para un determinado tóxico o grupo de tóxicos,
careciendo de acción sobre los demás.
Una variante de la neutralización, que puede ser útil en ocasiones, es la dilución simple
del tóxico, que disminuye la absorción del veneno y reduce su acción loca. Como agentes
de dilución pueden emplearse el agua o soluciones amiláceas o albuminosas.
En cuanto a los neutralizantes propiamente dichos podemos distinguir las siguientes
variedades, según el mecanismo químico por el que actúan.
Neutralizantes universales
Con el nombre impropio de antídotos universales se ha venido pretendiendo preparar,
desde antiguo, neutralizantes que pudieran ser utilizados en cualquier intoxicación, aun
desconociendo la naturaleza del tóxico. Ahora bien, para determinados grupos de veneno,
es posible utilizar un neutralizante compuesto que abarque un mayor campo de acción.
Antes se ha señalado que el carbón adsorbente es útil en muchas intoxicaciones; por ello,
tomándolo como base, se ha propuesto lo siguiente:
Comprando la eficacia de la ipecacuana y del lavado gástrico con relación a la del carbón
activo, se acepta de modo general que el carbón activo, es más eficaz que la ipecacuana
y sólo algo menos que el lavado durante la primera hora después de la ingesta del tóxico.
Pasada la 1era hora, la eficacia del carbón supera la del lavado. Por otra parte, la
administración de múltiples dosis de carbón activado incrementa el aclaramiento de los
tóxicos, a los que absorbe de los fluidos gastrointestinales.
El carbón no es eficaz en las intoxicaciones por insecticidas organofosforados, ni tampoco
en las que son a cinauros, derivados del petróleo, litio, alcoholes, metotrexato y productos
cáusticos. Para el resto de los tóxicos la administración de carbón está siempre indicada.
La pauta terapéutica que hay que seguir es la siguiente: se administra una dosis inicial de
50g suspendidos en 300ml de agua; si el sujeto pesa menos de 50kg, no se administrarán
cantidades superiores a 5ml/kg de la suspensión. Cada 2 horas se administrarán 25g
disueltos en 150ml de agua. A partir de las 4 horas de la ingestión del tóxico, ya carece
de sentido seguir administrando el carbón, salvo que se trate de fármacos cuya vida media
sea superior a ese plazo. Se suspenderá la administración del carbón cuando desaparezcan
los síntomas de intoxicación o las concentraciones plasmáticas del tóxico se sitúen por
debajo de su nivel de toxicidad.
El tratamiento con carbón es bastante inocuo en general. No obstante, presenta algunos
inconvenientes que se deben tener en cuenta:
En las intoxicaciones por paraquat, el carbón activado se sustituye con ventaja por la tierra
de Fuller o tierra de diatomeas, siempre que se administren dentro de las 12 horas
siguientes a la ingestión del tóxico. Se administran 60g disueltos en 200ml de agua, lo
que se repite cada 2 horas durante un máximo de 2 días. Después de cada dosis se debe
administrar un catártico salino, como el sulfato sádico.
Tratamiento antidótico.
Tiene como objetivo la neutralización del tóxico ya absorbido, tanto si tiene lugar en
pleno torrente sanguíneo como en la intimidad de los tejidos. Según el mecanismo de su
acción, pueden distinguirse varios tipos de antidotismo.
Antidotismo químico
Quelantes
Son compuestos capaces de combinarse con metales y metaloides formando complejos
internos (quelatos), solubles, no iónicos y, en general, desprovistos de toxicidad o, al
menos, con una toxicidad reducida.
Los más importantes son:
Terapéutica sustitutiva
Por intermedio de reacciones diversas pretende corregir los trastornos metabólicos
producidos por las intoxicaciones, para anular así sus efectos.
1. Ácido folínico (o su sal, el folinato cálcico): anula los efectos tóxicos de los
fármacos antifólicos (metotrexato, trimetoprim y pirimetamina).
2. Alcohol etílico: en solución intravenosa al 5% neutraliza los efectos tóxicos del
metanol y del etilén-glicol, al competir con éstos en su metabolismo, evitando la
producción de los metabolitos, verdaderos responsables de la intoxicación.
3. Azul de metileno: pese a ser el mismo metahemoglobinizante, tiene gran eficacia
en el tratamiento de las intoxicaciones por otros tóxicos metahemoglobinizantes,
debido a su capacidad de reducirse a leucobase por la acción de la coenzima
difosfopiridín-nucleótido.
4. La glucosa y el glucagón anulan los efectos hipoglucemiantes de los
antidiabéticos orales.
5. La vitamina K hace que la sangre recupere su capacidad de coagulación después
de la administración de anticoagulantes del tipo cumarol
6. El sulfato de protamina anula el efecto de la heparina
7. La vitamina B6 neutraliza los efectos neurotóxicos de la isoniacida.
8. El ácido tióctico protege la glándula hepática de los efectos citolíticos de los
ciclopéptidos constitutivos de las toxinas faloidianas.
9. El ácido ascórbico es eficaz en las metahemoglobinemias que se producen en
pacientes con déficit de glucosa 6 fosfatos deshidrogenasa. La vía de
administración es la IV, a dosis de 1g c/6 horas en las primeras 24 horas del curso
tóxico. Se trata, sin embargo, de un antídoto que actúa con lentitud, por lo que en
casos graves es aconsejable administrar también azul de metileno con
oxigenoterapia a alta concentración.
10. La heparina sódica revierte la hipercoagulación debida a una sobredosis de ácido
aminocaproioco o tranexámico. Infusión IC de 30.000 a 50.000 U/día.
Antidotismo biológico
Algunos tóxicos tienen carácter antigénico (toxina botulínica, ponzoñas de serpiente,
principios tóxicos de ciertas especies de hongos, etc.), por lo que es posible obtener los
correspondientes sueros que neutralizan biológicamente sus efectos.
Antidotismo fisiológico
Estos antídotos reciben el nombre especial de antagonistas, pues sin destruir el tóxico
anulan sus efectos nocivos ejerciendo una acción antagónica.
Los principales antagonistas son:
1. La policarpina de la atropina
2. La atropina de los anticolinesterásicos (efectos muscarínicos)
3. La fisostigmina, o eserina, de los fármacos anticolinérgicos y de los
antidepresivos tricíclicos.
4. La misma acción anticolinérgica ejerce la neostigmina, que es también eficaz en
las intoxicaciones curarizantes.
5. La estricnina y los barbitúricos se antagonizan mutuamente.
6. La nalorfina y la naloxona son antagonistas de los opiáceos.
7. El isoproterenol o isoprenalina lo son de los bloqueadores B adrenérgicos.
8. Propranolol antagoniza los estimulantes B adrenérgicos, suprimiendo la
sobrecarga simpática y la isquemia miocárdica que pueden desencadenar.
Tratamiento eliminador
De modo simultáneo con el tratamiento antidótico debe instaurarse un tratamiento
eliminador que tiene por objeto reducir al máximo el tiempo de acción del tóxico,
facilitando su expulsión por el emunctorio fisiológicamente más adecuado a la naturaleza
del tóxico. Para ello se requieren los siguientes recursos:
Eliminación respiratoria
La respiración artificial cumple un triple papel: la evacuación del tóxico no absorbido, la
eliminación del que ha pasado a la circulación y el mantenimiento de la función
respiratoria.
Eliminación renal
Es la principal vía de eliminación de los tóxicos. Se favorece por uno de los siguientes
métodos:
Eliminación extrarrenal
Pretende extraer directamente el toxico de la sangre, salvando asi el obstáculo de los
emuntorios, lo que se hace indispensable cuando estos presentan una insuficiencia
funcional prácticamente total. Los métodos más útiles son:
Eliminación intestinal
Puede recurrirse a los purgantes y enemas.
TRATAMIENTO SINTOMÁTICO.
Existen grandes síndromes toxicológicos que de manera más o menos selectiva
complican la evolución de las intoxicaciones y representan el fracaso de los
tratamientos específicos. Es por ello que, con frecuencia, hay que recurrir al
correspondiente tratamiento sintomático (que en ocasiones es patogénico), bien como
complemento de las medidas terapéuticas selectivas o bien como único recurso
cuando no se dispone de otro.
La exposición con detalle de este punto resulta prohibitiva por su extensión, ya que
habría que abarcar toda la terapéutica clínica. No obstante, hay un cierto número de
manifestaciones sindrómicas que se dan con mayor frecuencia en los
envenenamientos, por lo que la presente exposición se limitará a su enumeración con
las principales terapéuticas adecuadas.
Alteraciones cardiovasculares
Las principales son:
Por lo que respecta a los primeros, debe tenerse en cuenta que las aminas vasopresoras
simpaticomiméticas tienen algunas contraindicaciones que deben respetarse:
3. Paro cardiaco. Constituye el cuadro más grave y que exige una terapéutica más
enérgica y precoz. Debe iniciarse, inmediatamente a su instauración, masaje
cardiaco externo, unido a la respiración boca a boca, ya que se le suele asociar a
menudo el paro respiratorio; el masaje irá seguido de la administración de
adrenalina o noradrenalina, intravenosa, salvo contraindicación, así como de
cloruro cálcico (este último contraindicado en la intoxicación por digital)
4. Otras alteraciones. En las intoxicaciones son también frecuentes las lipotimias, los
sincopes, el edema agudo de pulmón y a veces crisis hipertensivas, que exigen la
administración de tónicos cardiacos y circulatorios, hipertensores, plasma, (B-
bloqueadores, etc)
Alteraciones respiratorias
En las intoxicaciones agudas predomina, entre las alteraciones de este sistema, la
insuficiencia respiratoria con los correspondientes trastornos anoxemicos. Los
mecanismos que conducen a dicha insuficiencia son:
1. Depresión directa del centro respiratorio: buen número de tóxicos de acción sobre
el sistema nervioso central deprimen el centro respiratorio dando lugar según la
intensidad de la acción, a bradipnea o apnea (barbitúricos)
2. Bloqueo neuromuscular: lo producen todos los tóxicos de acción curarizante.
3. Contracturas y espasmos musculares, a nivel de la musculatura esquelética con
paralización tetánica del tórax o a nivel de la laringe.
4. Obstrucción bronquial: puede deberse a las materias vomitadas, a la implantación
de cuerpos extraños, secreciones bronquiales excesivamente abundantes, edema
pulmonar, etc.
El tratamiento en estos casos comprende, ante todo, la desobstrucción de las vías aéreas,
para lo que suele ser suficiente colocar al intoxicado en una posición tipo Trendelenburg;
otras veces se hace necesario aspirar las mucosidades que obstruyen las vías respiratorias,
intubar al enfermo e incluso realizar una traqueotomía
Libres las vías respiratorias, puede llevarse a cabo con éxito una asistencia ventilatoria,
con los medios técnicos de que se dispongan (la presión positiva intermitente de los
respiradores automáticos es capaz de luchar contra el edema pulmonar). La
administración de analépticos y estimulantes respiratorios (lobelina) se hace necesaria
muchas veces.
Comas
El tratamiento sintomático implica la vigilancia cuidadosa de la respiración (como si se
tratara de un anestesiado), los emunctorios, la alimentación, las infecciones respiratorias,
las escaras de decúbito, el equilibrio hidroelectrolítico y el aporte alimenticio si el coma
se prolonga en exceso. A veces son necesarios los estimulantes de sistema nervioso
central (cardiazol, estricnina, picrotoxina, anfetaminas, etc.)
Manifestaciones nerviosas
Son especialmente frecuentes las convulsiones (administrar barbitúricos de acción rápida
o benzodiacepóxidos), así como los trastornos psíquicos agudos (agitación, confusión
mental, delirio y alucinaciones), para los que son útiles los sedantes y neurolépticos. El
dolor puede representar un síntoma altamente molesto y peligroso por el riesgo de
desencadenar cuadros de shock; se administrarán analgésicos, controlando su acción para
evitar el peligro de su acción depresora sobre el sistema nervioso central. Señalemos,
finalmente las alteraciones del sistema nervioso vegetativo (p. ej., parasimpaticotonía de
los anticolinesterasicos), cuyo tratamiento sintomático se hace con los correspondientes
antagonistas.
Manifestaciones digestivas.
Son vómitos y diarreas, deshidratación, acidosis e infecciones intestinales sobreañadidas.
Aunque el origen de estos cuadros puede ser muy variado, predomina el carácter de
reacción hística inespecífica, dentro de un síndrome general de adaptación, por lo que a
la medicación local debe añadirse la terapéutica propia de este.
Trastornos hematológicos.
Los más graves corresponden a la hemólisis aguda, modificaciones del pigmento
sanguíneo (carboxihemoglobina, metahemoglobina), que repercuten en la oxigenación
hística, anemias, alteraciones de la coagulación, etc., que a menudo plantean problemas
de urgencia vital y exigen la realización de transfusiones, exanguinotransfusiones, etc.
Tratamiento complementario.
Como tratamiento complementario, necesario de gran número de intoxicaciones, debe
citarse la administración de vitaminas que pueden ser distintas según la intoxicación;
vitamina C, cuyo consumo está incrementado en todas las intoxicaciones, desempeñando,
además, un papel importante en los procesos de oxidorreduccion celular, vitamina B2,
lactoflavina, que forma parte integrante del fermento respiratorio de Warburg, cuya
participación en la respiración celular anaerobia es bien conocida; vitamina K para
combatir los trastornos de la coagulación sanguínea en las hepatopatías, y vitamina B1,
eficaz protector de las lesiones nerviosas periféricas, tan frecuentes en buen número de
intoxicaciones.
Para prevenir las infecciones que complican con frecuencia muchas intoxicaciones, es
necesario un tratamiento con antibióticos, a menudo incluso con carácter preventivo o
profiláctico, por lo que son más adecuados los de amplio espectro antibacteriano,
combinándolos, además, con sulfamidas y otro quimioterápicos.
Todos los tóxicos cáusticos e irritantes del aparato digestivo exigen un periodo de reposo
digestivo, durante el cual conviene la administración de emolientes (pasta de harina,
gelatina, leche o crema, clara de huevo, manteca), que favorecen la recuperación de la
mucosa gástrica.
Tras este período de se ajustará la dieta a la naturaleza y entidad de las lesiones producidas
por el tóxico.
Por todo ello, se cree que puede ser útil elaborar un esquema de la conducta general que
hay que seguir en el tratamiento en las intoxicaciones, que nos permita ajustarnos a las
diversas condiciones de la práctica clínica.
La conducta terapéutica general de las intoxicaciones comprende tres tiempos:
1. Urgencia inmediata
2. Urgencia diferida
3. Tratamiento complementario.
Urgencia inmediata
Abarca las medidas que hay que tomar inmediatamente a nuestra toma de contacto con el
enfermo, sin esperar a conocer el tóxico responsable. Según la puerta de entrada de éste
se hará:
1. Digestivas
2. Pulmonar
3. Trascutánea
Tratamiento general
Cuando el tiempo transcurrido desde la absorción del toxico es algo mayor, lo que permite
que haya aparecido síntomas del cuadro tóxico, incluso de notable gravedad, pero aún se
desconoce la naturaleza del toxico, se sigue como urgencia inmediata con un tratamiento
general destinado a combatir aquellos síndromes que pueden comprometer la vida del
intoxicado:
1. Síndromes cardiocirculatorios (shock, arritmias, paro cardiaco)
2. 2. Síndromes respiratorios (anoxia)
3. Síndromes nerviosos (dolor, convulsiones, delirio, coma)
4. Accidentes alérgicos.
Urgencia diferida
Mientras se han llevado a cabo las medias anteriores, se habrán realizado las
investigaciones necesarias para averiguar la naturaleza del toxico (anamnesis, síntomas
presentes, tipos de envases localizados en las proximidades del intoxicado,
investigaciones analíticas, etc.). Con esto puede pasarse a las medidas propias de la
urgencia diferida que podrán ser específicas o no específicas. Su nombre no significa que
necesariamente deban posponerse a la urgencia inmediata, ya que en muchas ocasiones
podrán simultanearse, si el toxico es conocido desde el primer momento. El conjunto de
medidas que comprende esta urgencia diferida pueden, en algunos casos, llevarse a cabo
en tratamiento domiciliario, pero a menudo exigen tratamiento hospitalario.
1. Tratamiento sintomático
2. Tratamiento eliminador
ESTADÍSTICAS DE DROGADICCIÓN EN EL ECUADOR
Usos y fuentes
Las preparaciones de Cannabis provienen de dos fuentes: de las flores y hojas de la planta
femenina desecada (marihuana o grifa), y de la resina pura (hachís), que es más tóxica.
Favorece la producción el cultivo en clima cálido y terreno seco. Han existido intentos
por darle aplicaciones terapéuticas en afecciones como el glaucoma agudo, el asma
bronquial, y las náuseas y vómitos que acompañan a la quimioterapia; pero sus efectos
adversos cardiovasculares y psicológicos restringen su utilidad médica. Sin lugar a dudas,
su único uso actual es como droga recreacional, cuyos efectos oscilan entre la euforia y
la psicosis maniaca, de acuerdo con la dosis, la personalidad y la actitud del usuario. Se
le consume principalmente en cigarrillos y, con menor frecuencia, fumada en pipas o
bebida como infusión.
Estructura normal
La planta Cannabis contiene alrededor de 61 compuestos monoterpenoides, llamados
cannabinoides. De ellos, el más importante con propiedades psicoactivas es el delta-9-
tetrahi-drocannabinol (delta-9-THC). En realidad, todas las partes de la planta, tanto
femenina como masculina, contienen la principal sustancia psicoactiva (delta-9-THC).
Sin embargo, la mayor concentración está en los extremos floridos (brácteas), y en sentido
decreciente en las flores, hojas, estambres, semillas y raíces. De modo general, puede
decirse que las plantas femeninas son preferidas porque producen marihuana más potente,
debido al elevado contenido de delta-9-THC de las brácteas floridas. La definición de
"planta" ha adquirido importancia judicial en juicios por tenencia de marihuana con fines
de manufactura.
Ganja: Masa resinosa, de tono verdoso. Está compuesta de pequeñas hojas y flores
secas de la planta femenina. Contiene 25 % de principio activo. Se fuma en pipa.
Mariguana Cáñamo
Marihuana mota
Cannabis hoja
Week Ganja
Hierba María
bangue de la India Grifa
vareta
Dosis tóxica
Los efectos tóxicos dependen de la personalidad, la actitud del adicto y la dosis de la
droga. En realidad, la mayoría de las intoxicaciones en adultos son benignas. Una
excepción es la inyección endovenosa de extracto crudo de marihuana, que ha causado
disfunción orgánica multisistémica Los niños son más susceptibles a las reacciones
tóxicas de la marihuana, pero su recuperación suele ser completa.
Toxico cinética
Absorción
Por inhalación se absorbe 18 % de una dosis de delta-9-THC; alcanza la concentración
máxima en plasma a los siete u ocho minutos de iniciar el fumado, y la sensación de
euforia y taquicardia aparece 20 minutos después del acmé en plasma.
Distribución
El delta-9-THC es muy liposoluble. Casi 100 % está ligado a proteínas, para distribuirse
entre lipoproteínas y albúminas, en proporción de 6 a 4, respectivamente. Después de la
inhalación, los niveles en el plasma descienden rápidamente. En cambio, la fase de
eliminación es lenta. Los usuarios crónicos parecen metabolizar el delta-9-THC más
rápidamente que los no habituados. Así, en los adictos la vida media de los metabolitos
cannabinoides es de 28 horas; en los no usuarios es más lenta, de 25 a 57 horas.
Eliminación
Casi todo el delta-9-THC es metabolizado por enzimas del hígado que lo convierten en
metabolitos hidroxilados. Menos de 1 % del principio activo es excretado por vía renal
sin cambio alguno. La excreción en heces, a través de la bilis, constituye la ruta principal
de eliminación de metabolitos cannabinoides no conjugados: 30 % de la dosis endovenosa
y 50 % de la dosis oral. La eliminación de estos metabolitos suele ocurrir después de tres
días. El delta-9-THC puede atravesar la placenta cuando se halla en niveles elevados en
el plasma de la madre. Asimismo, puede eliminarse en la leche materna.
Fisiopatología
Sistema circulatorio:
Fumar un cigarrillo con 20 mg de delta-9-THC produce un aumento del volumen
sistólico y del pulso, de 24 y 53 %, respectivamente. La presión arterial permanece
constante.
Sistema respiratorio
Tanto la inhalación como la ingestión de delta-9-THC producen bronca dilatación en
individuos sanos y en individuos asmáticos; el efecto se mantiene por una hora.
Ojos
El fumado de marihuana en individuos sanos voluntarios produjo una ligera constricción
de la pupila con preservación del reflejo a la luz, marcada congestión de la conjuntiva,
disminución de la lacrimación y reducción de la presión intraocular.
Sistema digestivo
Se ha informado de la estimulación del apetito, especialmente para dulces, y la sequedad
de la boca.
Sistema endocrino.
El fumado de cigarrillos que contienen 40 mg de delta-9-THC (cuatro cigarrillos de 500
mg de marihuana con 2 % de THC) durante un periodo de 14 a 21 días produjo tolerancia
a la taquicardia y a los efectos psicotrópicos. La abstinencia después del uso fuerte
produce un síndrome leve caracterizado por desasosiego„ inapetencia, insomnio,
sedación, náuseas e irritabilidad.
Clínica
Intoxicación aguda
Se le llama también ebriedad marihuánica. Se caracteriza por euforia, hiperexcitabilidad,
locuacidad; luego, ilusiones y alucinaciones visuales y cenestésicas, estado delirante,
desorientación, sensación de desdoblamiento psíquico y notable sugestionabilidad. Hay
aumento de la percepción de colores y sonidos; marcada perturbación de la sensación
espacio tiempo: "los minutos parecen horas y viceversa; los pies y las manos se sienten
distantes".
Hay conciencia de su estado, pero el individuo no puede dominarse. Pasa del estado de
excitación al de depresión, que termina en sueño profundo. Es común la amnesia
retrógrada. Además, hay taquicardia, taquipnea, palpitaciones, precordialgias, disnea y
sequedad de mucosas. Puede durar alrededor de tres horas.
Intoxicación crónica
Se caracteriza por episodios de confusión mental, delirios crónicos y, a veces. demencia.
Como estigma somático, el adicto suele presentar una conjuntivitis crónica. La exposición
crónica puede aumentar la incidencia de bronquitis, sinusitis, faringitis y rinitis. Al
descontinuar el consumo de la droga, pueden ocurrir cuadros depresivos y el síndrome
amotivacional. Este síndrome está caracterizado por apatía, disminución de la actividad,
perdida de interés, afectividad reducida, irritabilidad, y trastornos del sumo.
Niveles en sangre.
Después de haber fumado un cigarrillo que contenía 19 miligramos de delta-9-THC, la
concentración en plasma llego a su máximo en siete a 15 minutos (50-70 mg/ml), para
descender lentamente hasta la línea basal en cuatro horas. Los efectos subjetivos se
retardan de 20 a 30 minutos con respecto al nivel máximo en plasma. La inyección
conjuntival se ha presentado con niveles de delta-9-THC en plasma que sobrepasa los 5
ug/ml, y ha constituido un criterio más confiable para predecir los efectos clínicos.
Tamizaje de orina
Las pruebas positivas en orina solamente indican la posibilidad del use previo de
marihuana, pero no se correlacionan con el trastorno psicomotor. Un nivel bajo de THC
en orina puede deberse a dos situaciones diferentes: una dosis elevada tomada hace
mucho tiempo, o una pequeña dosis tomada recientemente.
Tratamiento
o Estabilizantes: En casos de administración endovenosa de extracto de marihuana
cruda, puede sobrevenir hipovolemia por perdida de líquidos por vía digestiva,
que requiere equilibrio hidroelectrolítico a fin de evitar trastornos respiratorios e
insuficiencia renal aguda, los cuales pueden aparecer varios después exposición.
Ante la depresión de la conciencia, deben tomarse medidas semejantes y agregar
glucosa, naloxona y tiamina.
o Estabilización psiquiátrica: La mayoría de las psicosis inducidas por la
marihuana se resuelven en un periodo de seis horas. En casos de intoxicación
crónica, suele ser necesaria la administración de diacepam (5 mg endovenoso o
10-15 mg oral) para calmar la excitation psiquica. En caso de alucinaciones
persistentes conviene administrar haloperidol (5 mg intramuscular).
Pronostico
Son frecuentes las recidivas.
Muestras para toxicología analítica
Contenido gástrico, en los casos de individuos que degluten los cigarrillos ante la
proximidad de la policía. Sangre y orina para identificar metabolitos de la droga.
COCAÍNA
Es una sustancia estimulante del sistema nerviosos central y un agente simpatomimético.
Se obtiene de la hoja de la coca, Erithoxylon coca, planta muy común en Bolivia y en el
norte de Argentina.
En su forma de base libre es muy poco soluble en agua y soluble en los disolventes
orgánicos (alcohol, éter, benceno, etc.); en forma de clorhidrato es soluble en agua,
alcohol y cloroformo e insoluble en éter.
Son necesarios de 115 a 120kg de hojas para obtener 1kg de pasta de coca (contiene de
un 60 a un 80% de cocaína). Esta pasta, tratada químicamente en un proceso denominado
en argot cocinado, da lugar a cocaína.
Se denomina en argot con diversos nombres (coca, nieve, perico, la dama blanca, etc.).
Suele consumirse sola o mezclada con otras drogas (la mezcla con la heroína se denomina
speedball). Las vías de administración son múltiples: intranasal, mucosa (esnifada),
inhalatoria (fumada: la pasta de coca, el bazuco, el crack) o intravenosa.
Desde a mediados de la década de 1980 empezó a alcanzar gran popularidad una nueva
forma conocida como crack o cocaína free base. Se obtiene “devolviendo” la cocaína sal
de alta pureza a cocaína base, mediante un procesamiento que emplea una solución salina
(amonio) y un solvente como éter o acetona. La mezcla se separa en dos capas: la superior
contiene la cocaína disuelta; el solvente es evaporado quedando los cristales de cocaína
casis pura. Sin embargo, posteriormente suele ser adulterada por el productor. La cocaína
alcaloide (free base) es una sustancia cristalina, transparente, incolora, inodora y
termorresistente, que hace un chasquido o crujido cuando se calienta; de ahí el nombre
crack, que significa crujido.
Patrones de abuso
En las áreas rurales de los Andes, el masticar hojas de coca (cocaísmo) es un hábito que
permite que los campesinos sobrellevar la pobreza y el trabajo duro.
Los adictos del mundo occidental la emplean como excitante con el fin de mejorar su
autoimagen, o aumentar su actividad o productividad. El uso prolongado de la cocaína
puede llevar a un comportamiento compulsivo orientado por las drogas, que causa
deterioro físico, económico y social.
Los patrones de abuso son la inhalación, el fumado y la inyección endovenosa de la droga.
Inhalación: Es una vía favorita de los usuarios. Los cristales de cocaína triturados hasta
ser convertidos en un polvo fino que se coloca en líneas sobre una superficie dura, lisa.
Cada línea representa entre 10 y 35 miligramos de cocaína. El usuario inhala el polvo por
medio de un cilindro de papel que introduce por los orificios nasales, permitiendo su
absorción por la mucosa de la nariz. El efecto eufórico empieza en pocos minutos y dura
de 20 a 45 minutos. Después sobreviene insomnio, irritabilidad y depresión que, a su vez,
induce al empleo continuo de la droga.
Fumado: Es posible hacerlo con el crack, que por ser termorresistente puede mezclarse
en un cigarrillo y ser fumada, o calentarse en una pipa y ser inhalada. Al ser fumada, la
cocaína se absorbe rápidamente y a través de la circulación pulmonar pasa al cerebro en
menos de 10 segundos. El efecto eufórico se intensifica y condensa en tres a cinco
minutos, y es seguido por un estado de disforia y ansiedad con gran compulsividad, en
muchos casos.
Uso endovenoso: Con frecuencia se trata de adictos endovenosos a múltiples drogas, que
recurren cuando sus preferencias habituales no están disponibles. Por esta vía, la cocaína
causa demasiada hiperactividad y excitación en algunos adictos, quienes prefieren
combinarlas con otras drogas, como la heroína.
Etiología
En la mayoría de los casos, es accidental por sobredosis.
Body packer síndrome o Síndrome del cuerpo-empaque. Esta entidad consistiría en los
aspectos siguientes:
a. Pasajero de avión procedente de Sudamérica.
Toxicocinética
Absorción: La cocaína es absorbida rápidamente por inhalación, ingestión y fumado. La
cocaína es absorbida en el organismo más rápidamente mediante fumado, seguido por
inyección endovenosa, inhalación e o ingestión.
Fumado: Cuando se fuma, el crack o cocaína free base es absorbida de manera rápida y
completa a través de la circulación pulmonar. El efecto psicológico y fisiológico de 15
miligramos de esta forma es similar al obtenido con 20 miligramos de clorhidrato de
cocaína por vía endovenosa. La euforia se produce entre seis y 11 minutos.
El nivel de cocaína en sangre permanece detectable de cuatro a seis horas. En los usuarios
crónicos, el promedio de vida media en sangre es de 48 minutos después de una inyección
de 32 miligramos por vía endovenosa.
En consumidores (que abusan) de cocaína que son también alcohólicos puede encontrarse
el cocaetileno, un metabolito activo de la cocaína, el cual es formado por la esterasa del
hígado. En ausencia de etanol, dicha enzima metaboliza la cocaína a benzoil ecgonina.
Moriya y Hashimoto (1996) han encontrado acerca del cocaetileno los aspectos
siguientes:
a) En las muestras posmortem es más estable que la cocaína.
b) El músculo y el cerebro son las muestras de elección para determinar tanto
cocaetileno como cocaína en el cadáver.
Tolerancia. Algunos adictos crónicos pue- den tolerar dosis que superan un gramo de
cocaína, que suele ser la dosis letal.
Fisiopatología
La cocaína es un potente estimulante del sistema nervioso central y un agente
simpatomimético, principalmente a través de la norepinefrina y la epinefrina.
En dosis elevadas, a la fase de excitación sigue una fase de depresión, caracterizada por
coma, hiporreflexia y depresión cardiorrespiratoria.
La muerte puede producirse por depresión respiratoria o por paro cardiaco.
Se cree que la acción estimulante de la cocaína sobre el sistema nervioso central puede
ser mediante la potencialización de las catecolaminas o deprimiendo vías inhibitorias
centrales.
Sistema circulatorio. Aun dosis bajas de cocaína (25 mg), por vía endovenosa elevan la
presión de la sangre y aceleran el pulso. Esta respuesta simpaticomimética se atribuye al
bloqueo del consumo de epinefrina y norepinefrina, con el consiguiente aumento de la
concentración de neurotrasmisores en los receptores adrenérgicos.
Con dosis elevadas de cocaína se puede producir el paro del corazón, por alteraciones de
la permeabilidad de la membrana al sodio.
Sistema digestivo. La cocaína produce náuseas y vómito por estímulo del centro del
vómito, y diarrea y cólicos abdominales por efectos simpaticomiméticos sobre la red
intestinal.
Anafilaxia. Se considera muy rara la anafilaxia para la cocaína pura. Se cree que podría
deberse a drogas más alergénicas, contenidas como impurezas en la cocaína de la calle.
Clínica
El cuadro clínico depende de la dosis ingerida y de la susceptibilidad del intoxicado.
Existen formas sobreagudas que evolucionan rápidamente, provocando la muerte por un
colapso respiratorio. La intoxicación aguda presenta una clínica muy variable, que puede
evolucionar en tres fases, que se inician con síntomas de excitación y finalizan con
depresión del sistema nervioso central:
2. Estimulación avanzada:
a) Sistema nervioso central: convulsiones tonicoclónicas, hiperreflexia, status
epilepticus, disminución de la conciencia.
b) Sistema circulatorio: marcado aumento del pulso y de la presión arterial.
c) Sistema respiratorio: cianosis, disnea, respiración irregular.
3. Depresión:
a) Sistema nervioso central: parálisis muscular, arreflexia, coma y muerte.
Muerte
Las dosis tóxicas mortales con muy variables y depende de la vía de administración (de
1-2g por vía oral y de 75 – 800mg por vía intravenosa o subcutánea). Algunos agonistas
opiáceos tienen acciones sinérgicas con la cocaína. La naloxona, sorprendentemente,
potencia los efectos euforizantes y estimulantes de la cocaína.
Con frecuencia, las muertes causadas por cocaína pasan inadvertidas, porque los métodos
de tamizaje rutinario pueden dar resultado negativo debido a la rapidez con que la droga
se elimina.
En cuanto a la rapidez de la muerte por esta droga, suele producirse de manera inmediata
por colapso respiratorio cuando la cocaína es inyectada, y puede demorarse hasta una
hora con convulsiones agónicas cuando ha sido inhalada o ingerida.
Si bien, la mitad de las muertes debidas a la cocaína ocurren por inyección endovenosa,
todas las demás vías de administración también han originado decesos.
Por otra parte, hasta 30 % de muertes relacionadas con cocaína, implica el uso simultáneo
de heroína (Nakamura y Nouguchi).
De manera general, la muerte rápida por cocaína se produce por dos mecanismos:
a) Arritmia cardiaca por la acción directa de la cocaína sobre el miocardio.
El patólogo forense debe tener muy presen- te esta eventualidad para establecer la correcta
causa de muerte, y evitar confusiones con otras lesiones que sólo tuvieron un papel
secundario (contusiones leves en la cabeza o extremidades, sufridas durante la detención)
(Mirchandani y cols., 1994).
Con una perspectiva epidemiologíca, Ruttenberg y cols. (1997) han formulado los
factores de riesgo y el posible mecanismo de este síndrome mortal de delirio con agitación
inducido por la cocaína. Como factores de riesgo establecen raza negra, sexo masculino,
edad promedio de 31 años. Estos individuos suelen tener buen índice de masa corporal y
son propensos a morir mientras están bajo custodia policial. El posible mecanismo de este
síndrome sería el siguiente: el uso crónico de la cocaína desorganiza la función
dopaminérgica y, cuando a esta condición se agrega la administración reciente de la
droga, puede precipitarse agitación, delirio, hipertermia, rabdomiólisis y muerte súbita.
Complicaciones cardiovasculares
El abuso de cocaína puede originar aumento de pulso y presión arterial y arritmias
ventriculares, especialmente en personas con enferme- dad cardiaca previa.
Además de los accidentes por sobredosis, las complicaciones más frecuentes del uso
crónico en el caso de la vía nasal son: rinitis, erosiones de la mucosa nasal, perforación
del septum nasal y sinusitis.
Por vía intravenosa o inhalatoria (fumada) son bronquitis, paro respiratorio, fibrilación
ventricular y paro cardíaco, hemorragias cerebrales, hipertermia y convulsiones, además
de los riesgos propios genéricos de cualquier droga por vía parenteral (abscesos, hepatitis
sérica, SIDA, etc)
Síndrome de abstinencia
Niveles. Por ser más elevadas las concentraciones de la droga en la orina, el tamizaje
de este líquido orgánico es más efectivo que el de muestras de sangre.
Tratamiento
Los mayores riesgos para la vida del paciente, entre otros, son las convulsiones
intratables, el paro respiratorio, la hipertermia y las arritmias.
Calabuig, la arritmia cardíaca se trata con propanolol (1 o 2mg, por vía intravenosa o 10-
20mg por vía oral, cada 4 horas)
Psicosis esquizofreniforme. Puede ser útil para tratarla con butirofenonas, haloperidol (2-
5 mg intra- muscular/ dos veces al día), cuando ha desaparecido la amenaza de
convulsiones.
Está contraindicado el uso de la fisostigmina por el peligro de arritmias.
Para Virmani y cols. (1988), la necrosis de bandas de contracción solo se encontró en 25
% de una serie de 40 casos de homicidio y “muerte natural” asociada con el uso de cocaína
y, por tanto, no lo consideran un criterio confiable de toxicidad por cocaína y únicamente
le conceden valor como evidencia adicional de apoyo de tal condición.
Dependencia crónica. El tratamiento comprende los siguientes enfoques:
Aspectos medicolegales
Para Mittleman y Wetli (1991), “el fenómeno tóxico debido a la cocaína debe ser
sospechado cuando el escenario, el estilo de vida, la historia o el evento terminal sugieren
un incidente en el cual el uso de la droga pudo haber estado presente”.
Y agregan estos autores que “aunque los hallazgos de autopsia puedan ser enteramente
inespecíficos (por ejemplo: edema pulmonar, congestión visceral), la característica
importante es, a menudo, la ausencia de alteraciones anatómicas que expliquen la muerte
adecuadamente. Es más, aun en presencia de alteraciones como aterosclerosis oclusiva
severa en las arterias coronarias, muchas veces persiste la pregunta si la cocaína
contribuyó o causó la muerte. Usualmente, la evaluación de la totalidad de la prueba
combinada con los análisis toxicólogos determinará la respuesta”.
En palabras del maestro costarricense Carlos Tiffer: “Se trata de una actuación u omisión
que afecta la salud de una persona”. La conducta que lleva a la producción de un daño
puede ser dolosa o culposa. En la conducta que busca de modo intencional causar el daño,
a sabiendas de la ilicitud de su acto, y que al cometerlo realizará un hecho tipificado como
delito, el autor incurre en responsabilidad dolosa.
Anatomía patológica
Se mencionarán las alteraciones anatómicas que se han descrito en el corazón y en los
pulmones, en estos últimos, específicamente aso- ciados a la inhalación de crack.
Piel. Los adictos a la cocaína desarrollan con frecuencia una callosidad en el lado radial
del dedo pulgar por el uso de encendedores portátiles.
Estas heridas punzantes a menudo están a lo largo del trayecto de la vena y son numerosas,
como reflejo de la corta vida de la cocaína que obliga a frecuentes inyecciones.
Quienes se aplican cocaína por vía endovenosa pueden desarrollar cicatrices planas y
atróficas. Esto se debe a que el adicto, por lo general, sólo se inyecta materiales solubles,
como clorhidrato de cocaína y manitol; en cambio, en caso de otras drogas, se inyecta en
la vena excipientes de preparados para la vía oral, como talco o almidón, y esto origina
granulomas de cuerpo extraño que dejan cica- trices hipertróficas. No obstante, debe
aclararse que de modo ocasional pueden encontrarse nódulos con cristales microscópicos
de talco en quienes se inyectan cocaína por vía endovenosa.
Otro hallazgo es de úlceras de la piel, de fondo claro y márgenes perlados, múltiples,
confluentes y que no necesariamente aparecen en sitios de inyección.
En conclusión, los cambios pulmonares causados por la cocaína siguen siendo poco claros
(Mittleman y Wetli, 1991).
Cerebro
Las complicaciones vistas pueden ser consecuencia del consumo oral o del resultado
indirecto de otras modalidades de administración.
Por otra parte, isquemia intestinal y colitis han sido asociadas con el uso de la droga y se
atribuyen a sus propiedades vasoactivas.
Se ha asociado rabdomiólisis aguda con el uso de cocaína. En muchos casos, como con-
secuencia, se ha producido insuficiencia renal aguda. El mecanismo aducido es variable.
Feto
HEROÍNA
La heroína químicamente es la diamorfina o diacetilmorfina. Es un derivado semisintético
de la morfina que en el organismo humano se metaboliza a morfina.
Por primera vez fue sintetizada de la morfina en 1874. Con el nombre de heroína fue
introducida comercialmente por la compañía alemana Bayer, en 1898. Se pensó entonces
que la acetilación de la molécula de la morfina reduciría los efectos colaterales de ésta,
mientras conservaba el efecto supresor del reflejo de la tos, aspecto importante este último
en el tratamiento de la tuberculosis. Desafortunadamente, poco después demostró crear
tanta farmacodependencia como la morfina y se convirtió en la droga preferida de los
adictos estadounidenses.
Es una sustancia con gran capacidad de provocar dependencia. Suele administrarse, por
orden de frecuencia, por vía intravenosa, intranasal mucosa (esfinada), subcutánea e
inhalatoria (fumada). En el momento actual el miedo al contagio por el virus del SIDA
ha provocado un aumento espectacular en el consumo de la heroína por vía intranasal
mucosa y fumada.
La heroína iraní es conocida como pardo pérsica, pérsica, rufus y dava. Se vende en
sobres de papel encerado y en papel de aluminio. Su pureza es de 92 %. Se administra
por fumado, insuflación nasal, vía bucal, sublingual, rectal y, a veces, endovenosa.
Una nueva forma de heroína mexicana, llamada alquitrán negro, es 40 veces más fuerte
y 10 veces más barata.
Otras heroínas de la calle se venden en “bolsas” (balones de hule con 200 a 400 mg de
polvo) o como “cucharadas” (cuatro bolsas de aproximadamente 1 a 1.5 gramos) y son
preferidas por la clase media.
En la actualidad, 55 % de la heroína proviene de Paquistán y Afganistán.
Pureza
La heroína turca tiene una pureza de 14 %; la pardo mexicana es ligeramente más pura;
Pérsica, 90 %; rosada de Malasia, 50 %; rosada de la India, 98 %; mármol de Ámsterdam,
43 %, y “alquitrán mexicano”, 37 por ciento.
En el mercado negro, la heroína es “cortada” con polvo diluyente como manitol, dextrosa,
lactosa, talco y polvo de hornear.
Patrones de abuso. Los diversos modos de consumir la heroína son: inhalación de la droga
en polvo, el cual se coloca en la tabaquera anatómica; heroína fumada, ya sea en pipa
(donde se coloca la droga en píldoras que se ponen en el hornillo de la pipa), o bajo la
forma conocida como “la caza del dragón”, en que mediante el calor se licua y el humo
se fuma través de un cilindro de papel, y la administración es por vía parenteral
(subcutánea o endovenosa).
Etiología
La muerte por heroína suele ser accidental por sobredosis, con menor frecuencia suicida,
y raramente homicida.
Toxicidad
La muerte por heroína puede ocurrir en pocos minutos. Se desconoce el mecanismo
verdadero. Se ha atribuido a choque anafiláctico, hipersensibilidad a la heroína o a alguno
de sus adulterantes; reacción tóxica a la quinina u otros diluyentes; trombosis pulmonar
por partículas introducidas en la inyección, y sobredosis.
Toxicocinética
Absorción. Se absorbe por todas las vías (nasal, mucosas, capilares pulmonares y vía
parenteral). Pasa rápidamente a la sangre y atraviesa la barrera hematoencefálica.
Clínica
Se considera que una de las causas de que un individuo caiga en la dependencia de la
heroína rápidamente, se debe a que en las primeras dosis no se sufren los efectos
indeseables que la morfina manifiesta desde el principio.
De acuerdo con Granier-Doyeux y González Carrero, los efectos de la heroína son muy
semejantes a los de la morfina, con excepción de los detalles siguientes:
a) El “mareo transitorio” es mucho mayor con la heroína, aunque más breve.
En casos graves de intoxicación aguda puede haber un segundo periodo con sopor, miosis
pupilar persistente, bradipnea (hasta cinco respiraciones por minuto), ritmo cardiaco de
Cheyne-Stokes, bradicardia, coma, cianosis e hipotermia.
La muerte puede ocurrir entre tres y 12 horas.
Pista diagnóstica. Coma, cianosis intensa y pupilas mióticas.
Pronóstico. Si hay convalecencia, suele ser larga. Las recaídas son frecuentes.
La tolerancia hacia la droga es precoz.
La evolución hacia la caquexia es rápida y grave.
Pulmones. Arteritis pulmonar por algodón, trombosis pulmonar por talco, embolia
séptica, endocarditis.
Suele tratarse de niños con bajo peso al nacer. Los síntomas suelen comenzar al segundo
día del nacimiento. El mejor tratamiento es la prevención, con un adecuado control y
tratamiento de la madre, al menos en las últimas 6 semanas del embarazo. El recién nacido
recibirá rodas las medidas de control y tratamiento general (electrólitos, glucemia, etc.),
debiendo estar en un ambiente tranquilo.
Sobredosis
Es un cuadro grave provocado por un intoxicación aguda tras la administración de
heroína. Este accidente aparece después de períodos de abstinencia forzosa (estancias en
la prisión, hospital, etc.) en los que disminuye, por la deshabituación, la tolerancia del
sujeto y se administra una dosis similar a la que se administraba antes del proceso de
deshabituación. También puede presentarse cuando en el mercado aparece una heroína
con un grado de pureza superior al habitual. En algunos casos la intoxicación puede
deberse a los adulterantes presentes en la muestra, con lo que el cuadro clínica dependerá
de la sustancia o sustancias causantes del problema.
Otro antídoto utilizado ha sido la N-alilnormorfina, a dosis de 10mg por vía intramuscular
o intravenosa, que se repiten cada cuarto de hora. Dada la inocuidad de la naloxona, éste
debe ser el tratamiento de lección, incluso ante comas donde exista sólo la sospecha.
Cuando el paciente recupera la conciencia, puede aparecer los signos del síndrome de
abstinencia. Si la agitación es intensa, pueden administrarse en un primer momento
benzodiazepinas (Valium 10mg), antes de hospitalizar al paciente. No se deben
administrar fenotiacinas ni imipramínicos que potencian la acción depresora de la
heroína. La administración de inhibidores de monoamino-oxidasa (IMAO) y de
anfetaminas puede provocar graves accidentes (convulsiones, hipertermia y grave
depresión respiratoria)
Tratamiento
1. Establecer vías aérea y endovenosa.
Anatomía patológica
Marcas de inyecciones. Las recientes son iguales a cualquier herida por aguja. Suelen
hallarse en la fosa antecubital en el pliegue del codo; en venas prominentes del antebrazo
o del dorso de la mano, especialmente en el miembro superior izquierdo para los adictos
diestros. Las venas del dorso del pie pueden ser usadas cuando las de mano y antebrazos
se vuelven in- servibles por trombosis y esclerosis. Menos comunes son las inyecciones
en muslos y pared anterior del abdomen, donde suelen ser subcutáneas, originando
necrosis grasa, abscesos, esclerosis y, cuando la inyección ha sido profunda, miositis
crónica.
Edema pulmonar. Puede presentarse con espuma que sale por la boca y los orificios
nasales. Á veces constituye un signo de muerte rápida en adictos a opiáceos,
especialmente a la heroína.
Billingham, d. K. (1988).
MAYO, L. Y. (1994).
Wetli, M. y. (1991).