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Noaj

[PANZA LLENA, CORAZÓN CORRUPTO]


En una escena de la obra “El violinista sobre el tejado”, hay una canción que se hizo famosa con el
tiempo: “si yo fuera rico…”.
Esta es la ilusión que la gente tiene de confiar que habrán de resolverse todos los problemas “si tuviera
una Parnasá un poco más abundante…”
Seguramente sea eso lo que lleva a muchas personas a adquirir billetes de lotería semana tras semana,
con la expectativa de que quizás, con ese billete llegue la felicidad ansiada. Otros tantos son asiduos (y
adictos) concurrentes a casinos, que en sus carteles publicitarios muestran – solamente – retratos con
rostros sonrientes (quizás los que perdieron todo lo que poseían, no posan para las imágenes de
difusión).
Efectivamente los seres humanos vivimos gran parte de nuestra vida “corriendo” por nuestra
subsistencia, y siempre pareciera ser insuficiente…
Y… ¿por qué no?, ¿está mal soñar?, ¿acaso no se puede cumplir alguna vez esa fantasía que nos parece
eludir siempre?: ¡Todos los problemas se solucionarían por arte de magia!
El objeto de las líneas que siguen, no es solamente traer un poco de sobriedad a nuestro pensamiento,
sino quitarnos esa imagen por la que creemos que es “más verde el césped del otro lado del cerco”, y que
termina causándonos más angustia por utopías incumplidas, que alegría sana y tranquila –
imprescindible para vivir bien.
La vida no era fácil.
Sembraban trigo y crecían yuyos y malezas. Todo el trabajo había que hacerlo a mano. Al no existir
hoces para cosechar el trigo, ni arados para labrar la tierra, ni hachas para cortar árboles, todas estas
tareas había que hacerlas con las propias manos. Nosotros, que vivimos en la era de la tecnología y de la
computación, ni podemos imaginarnos el trabajo hecho a mano con el uso de estas herramientas –
¡mucho menos sin ellas!
Todo esto se debía a la maldición que había recibido la tierra a raíz del pecado de Adam y Javá al comer
del árbol que no debían – y que por tradición se sabía que duraría toda la vida de Adam. Adam había
fallecido. Lemej (el descendiente de Shet, no confundir con el homónimo descendiente de Kain) tuvo un
hijo, y esperanzado le dio el nombre Noaj con el deseo de que a partir de él terminaría el sufrimiento
generalizado del trabajo pesado que hacían (Bereshit 5:28). Y efectivamente, Noaj cambió el estado de
cosas. Como inventor de las herramientas de trabajo, logró aliviar eficazmente la vida de la gente.
Si viviéramos en aquella época, no solo le daríamos a Noaj el premio Nobel, sino que le estaríamos
agradecidos por hacer que nuestra vida valga la pena de ser vivida. ¡Por fin un poco de vacaciones, un
horario de trabajo más corto, tiempo para estar más con la familia, un poco más de prosperidad para esos
gastos extra y pequeños lujos que nos querríamos permitir!
Bueno. Pero la cosa no fue tan así. Si la conducta moral había decaído ya desde las primeras
generaciones después de Adam, la nueva tranquilidad y prosperidad solamente empeoró las cosas – y de
manera categórica.
Los congéneres de Noaj no sabían – o no querían saber – cómo aprovechar el respiro que se les había
dado. La tierra se llenó de violencia y de inmoralidad.
Volviendo a nuestro tema: tanto el paquete de la indigencia como el de la opulencia son difíciles de
cargar, y cada uno tiene sus ventajas y sus dificultades. Veamos:
La vida en Polonia y Rusia en la preguerra era muy afligida. Años de persecución y maltrato desde las
épocas de la emperatriz Catalina la Grande II del siglo XVIII, lograron que los millones de judíos que
habitaban esa zona – la de mayor población de judíos de la era – cayeran en un empobrecimiento
catastrófico. Gran parte de ellos vivían en la absoluta miseria y los demás sufrían de severas limitaciones
económicas. Si bien se auxiliaban mutuamente, el sufrimiento era terrible. Esta fue la principal causa de
la migración hacia estas orillas. Surgieron por entonces nuevas ideologías político-sociales que
solucionarían (mágicamente) todos los problemas de la población. Muchos de los jóvenes judíos
apoyaron esas quimeras maravillosas – y se perdieron de nuestro seno. No todos tenían la fuerza para
seguir adhiriendo a una vida desafiada por los sueños de igualdad que permitirían vivir en un standard
económicamente más digno.
Hay que tener una extensa y férrea preparación y convicción para perseverar en la ideología propia ante
la posibilidad de enfrentarse solo frente a las corrientes y actitudes en boga.
La demasía es tan – o más difícil de sostener a nivel moral que la pobreza. Esto no es nuevo. La Torá
nos advierte (Dvarim 8:11-14) del potencial riesgo que se vislumbra a raíz de la prosperidad de los
israelitas en la tierra de Israel. La contínua exposición mediática de los modelos de vida con posesiones
materiales exuberantes, hacen creer que realmente la vida es más fácil para aquellos que tienen más.
Pero no es así. Aun si – seguramente – en otros estratos sociales no se deban preocupar por ciertas
necesidades que sufren los que tienen menos, su situación para nada está exenta de problemas – muchas
veces más espinosos de resolver.
¿Acaso el dinero garantiza la tranquilidad, la salud, la comprensión en la pareja, la buena convivencia
con los hijos, la capacidad de razonar, la alegría de vivir, etc.?
La diferencia, obviamente, pasa por la preparación para estar en un estrato distinto al que uno vivió hasta
entonces. ¿Cómo dice la gente: “malo y conocido, mejor que bueno por conocer”?
(En algún momento leí acerca de una estadística de personas que se arruinaron la vida a partir del
instante en que se “sacaron la grande” en la lotería.)
El pasaje de Mishléi (30:8) nos enseña que se debe pedir: “profusión y escasez no me dés (D”s), (sino)
aliméntame el sustento (preciso) que necesito”. Pues el más sabio de los hombres (el rey Shlomó), nos
legó esta enseñanza elemental.
¿El sustento justo?, ¿y cuánto será lo justo?
Claro, los criterios para evaluar las necesidades humanas serán tan dispares como rostros de personas
hay. Obviamente también, lo que hoy puede ser una necesidad imprescindible, tal como agua potable de
la red, servicio de cloaca, conexión eléctrica, etc., eran lujos fabulosos en otras épocas.
Digamos entonces que, mientras los accesorios de la vida y la comodidad, permiten una mejor
administración del tiempo y de las fuerzas para emplear en asuntos que son realmente más valiosos, no
estamos hablando de lujos. La premisa es, sin embargo, que sepamos cómo administrar esos espacios de
tiempo y fuerza ahorrados.
Pero, aun cuando hoy gozamos de inumerables facilidades adicionales a las que conocieron nuestros
abuelos de hace apenas dos generaciones atrás, nuestra vida no se tornó más feliz. Muchos no sabemos
qué debemos hacer con el tiempo libre que tenemos a disposición, ni con el dinero que no necesitamos
para los menesteres más esenciales.
El dinero, identificado con el poder, obnubila la visión de la gente. Urge a todos a correr tras fines y
espejismos inalcanzables.
La generación de Noaj nos debe dejar una enseñanza. No siempre “más” – es mejor.
CUANDO LA FIESTA SE HACE AGUA
Siempre que se vienen elecciones, se escucha la siguiente cuestión: ¿a quién va a votar? ¿y con qué
criterio?
Cuando formulo esta pregunta a los interlocutores que me escuchan en distintas circunstancias, la
respuesta es invariablemente la misma: “al menos malo”.
¿Qué pasa? – me pregunto – ¿estoy rodeado de “indecisos”? ¿o será que la mayoría de los votantes no
confían en ninguno de los candidatos que se presentan para cubrir los cargos gubernamentales? A la
pregunta anterior, le agrego otra menos simpática: ¿Por qué, si ningún candidato inspira confianza, no
aparece otro (de entre millones de habitantes) que sea realmente bueno?
Antes de seguir, quiero que sepa, apreciado lector, que este problema no es argentino, sino que es común
a la población de la mayoría de las democracias.
“Mire” – me contestó alguno – “la política siempre es sucia…”. Otro: “cuando los políticos empiezan
son buenos, pero se corrompen con el tiempo, cuando le sienten el sabor al poder…”.
Pregunto, entonces: ¿Estamos hablando de gente con principios éticos tan sólidos que, sin embargo, se
les pierden en el camino? La próxima cuestión sería analizar a quién se puede calificar realmente como
bueno. Por ejemplo, ¿entra en la categoría de bueno “quien no mató a nadie”?
Si este es nuestro criterio de evaluación, entonces la mayoría de los ciudadanos son “buenos” (porque no
son asesinos) y están habilitados para gozar de nuestra confianza…, pero la realidad no es así.
El vecino de arriba de mi departamento es una persona muy correcta. Siempre saluda, paga sus expensas
puntualmente y nunca coloca su auto en la cochera de manera que pudiera molestar a otro vecino.
Cuando lleva a pasear a su perro, pertenece a los pocos que limpian la vereda que su perro ensucia. Es
gerente de una de las cadenas más grandes de supermercados. Realmente es muy apreciado en su
compañía en la que escaló posiciones “porque la levantó”, haciendo desaparecer a todos los pequeños
comercios de la zona. Al mismo tiempo, dado el gran prestigio del que goza, logró que su empresa
donara un pabellón en un hospital del barrio. ¿En qué categoría calificaríamos a este modelo de persona
exitosa? ¿Es buena persona?
Quizás sea oportuno, a esta altura, volver a la historia de Noaj y enfocarnos en el primero de los dos
acontecimientos principales que allí se describen. Estos eventos cambiaron la historia de la humanidad
radicalmente: el primero fue el diluvio que hizo morir ahogado a todo el género humano que vivía en la
época de Noaj (con excepción de Noaj mismo y de su familia) y, posteriormente, la torre de Bavel, en
cuyo caso, fue interrumpida la construcción por Hashem y se constituyeron los pueblos e idiomas
diseminándose sobre la faz de la tierra.
Es inadmisible para la mente del hombre aceptar que D”s destruya a todos los mortales. Si hoy nos
cuesta aceptarlo, menos lo querían o podían hacer los contemporáneos de Noaj, (obviamente, pues de
otro modo debieran haber modificado su proceder), ni tampoco Noaj mismo podía imaginar que la
amenaza de destruir a todas las personas se concretaría. ¿No es D”s, acaso, lo más compasivo que la
mente pueda concebir?
“Seguramente” – pensaba Noaj, aun después de haber trabajado durante 120 años en el proyecto del arca
que lo iba a proteger, y hasta el mismo momento en que el diluvio efectivamente comenzó (Bereshit 7:7,
Rash”í) – pasando a ser de una persona que había sido respetada por haber inventado el arado (Bereshit
5:29, Rash”í) que facilitó la tarea en el campo, a convertirse en el hazmerreír de su generación –
“seguramente, esto no debe ser sino una terrible advertencia que nunca se llevará a cabo. Es sólo para
asustar a la gente para que se arrepienta. Al final, D”s siempre perdona”.
Pero no. Esto no quedó en palabras…
-“¡Noaj!”
-“Estoy ocupado”.
-“¿Qué estás haciendo Noaj?”
-“Estoy construyendo un arca”
-“¿Qué es un arca, Noaj?”
-“Es como una casa flotante”
-“¿Para qué sirve eso?”
-“D”s va a traer un Diluvio sobre la tierra ¡y todos se van a ahogar!”
-“Noaj, parala y no hagas chistes, ¿querés que hagamos un curso de natación?”
Noaj siguió trabajando durante ciento veinte años construyendo un barco que ocuparía lo que sería un
cuarto de manzana de nuestra ciudad.
La pregunta que surge es evidente:
¡¿Para qué lo hizo trabajar D”s a Noaj durante tantos años armando un arca en el que de todos modos no
caben todos los animales de modo natural y sería necesario recurrir a un milagro?!
La respuesta reside en que los seres humanos no debemos depender de milagros, sino que debemos hacer
todo lo que está a nuestro alcance.
¿El resto?
Está en Manos de D”s. Él no nos exige lo que está fuera de nuestras posibilidades reales, pero sí quiere
que hagamos todo lo que sí podemos llevar a cabo.
La construcción del arca
D”s ocupó a Noaj en la construcción del arca precisamente durante aquellos 120 años en los que fue
objeto de burla y de amenazas de muerte (por parte de sus adversarios), para que las personas que lo
rodeaban puedan recapacitar, cosa que no ocurrió. Al final de todos esos años, se les concedió siete días
adicionales. Aun entonces, cuando ya comenzó a precipitarse la lluvia, cayó inicialmente en forma de un
aguacero que puede terminar siendo una bendición Di-vina. Pero… no pasó nada. La gente no tenía la
voluntad de cambiar.
¿Un fracaso? ¿De quién? D”s determinó desde un principio que no obligaría al ser humano a elegir el
camino correcto y que Su rol se limitaría a ser su Educador. La total libertad de las personas para elegir
su camino moral es, justamente, lo que verifica la imagen Di-vina en ellos. Si toda esa generación
obraba mal, pues entonces todo volvería a comenzar a partir de los descendientes de Noaj. El malogro de
lo que sucedía, no se puede atribuir a D”s, sino a los seres humanos.
Lo que sí debemos estudiar, es por qué D”s determinó en aquella circunstancia que esa gente ya no tenía
solución.
¿Por qué no consideró que quizás podrían arrepentirse en el futuro? ¿Por qué “perdió” la esperanza?
Aparte de eso: ¿no había otras personas buenas, aparte de la familia de Noaj?
Si seguimos analizando el texto más de cerca, encontraremos que Rash”í nos dice que en ciertas
ocasiones, cuando reinan la promiscuidad y la idolatría, esto lleva a una destrucción de magnitud tal, que
no distingue entre “buenos y malos”.
“¡Qué injusticia!” – pensamos. ¿No decimos que D”s es “Justo en todo su proceder”? ¿Por qué caen los
buenos con los malos? Sigamos mirando un poco más. Al describir a Noaj, la Torá no dice que era
simplemente “buena persona”. Miremos al comienzo de la crónica, cómo cuenta que Noaj era “justo,
íntegro, y se encaminaba con D”s”.
¿Cuál es la diferencia entre Noaj y los “buenos” de su generación que perecieron sin merecer sobrevivir?
La Torá nos dice que si bien pecaban de muchas maneras, lo que selló su destino fue el “Jamás” – robo
con violencia. ¿A qué llama la Torá “violencia”?
Presión. Obligar a otro a vender o a comprar en contra de su deseo. Buscar los agujeros dentro de la ley
para ser “inocente”. Llevar “prestado” menos de un mínimo (el valor de una prutá) pues debajo de ese
monto no ser puede iniciar juicio legalmente.
Es decir: robaban con viveza, “dentro de la ley”, con guantes blancos. Nadie se animaría a armar un
escándalo por un monto mínimo, por miedo a parecer ridículo. Nadie puede protestar por el hecho de
que los adversarios lo llevaron a la quiebra bajando sus precios hasta el punto en el cual él no podía
competir, pues, reglamentariamente, actuaron dentro de la ley.
Imagine que Ud. ha comprado una planta para decorar el frente de su casa. Se tomó el trabajo de
obtenerla, plantarla y regarla. Un buen vecino ve la hermosa planta y decide que sería bueno tener una
igual en su jardín. Se acerca y le quita un pequeño gajo, que luego plantará al fondo de su casa. “Total” –
piensa – “un pequeño gajo no es nada”. A medida que los transeúntes se llevan cada uno un pequeño
souvenir de aquella planta, esta va perdiendo su belleza. Ud. lo ve por la ventana y… no le dice nada.
“Queda mal” protestar por sutilezas. ¡Cómo se va a quejar por un gajo! Va a parecer ridículo ante la
gente. “¿Se queja por un gajito?” Tampoco le dice al otro vecino que lleva a su perro a pasear y le deja
un recuerdo en su vereda…
Los “buenos” de aquella generación entonces, eran aquellos que se consideraban relativamente mejores
que otros, es decir que no iban a la cárcel pues actuaban dentro de la legalidad, y no se les podía imputar
ninguna trasgresión. Sin embargo, D”s no creó a los seres humanos simplemente para que no vayan a la
cárcel. La expectativa de D”s con respecto a cualquiera de nosotros, es que seamos como Noaj, “justos,
íntegros, encaminados con Su voluntad” “tzadik, tamim… et haElokim hithalej Noaj”. Ser mejores que
otros, significa muy poco ante D”s. Dado que toda la generación ya había caído en aquella filosofía de
vida reglamentaria, no cabía la esperanza de que su conciencia le exigiera más. El “techo” máximo de
espiritualidad ya estaba puesto.
Más allá de Noaj, nadie, ni siquiera los “buenos” entre ellos, querrían llegar. Al desaparecer la voluntad
de vivir como seres creados a imagen Di-vina, la única opción fue comenzar todo de nuevo. ¿Ud. se
sigue preguntando por qué los candidatos son los que son? Quizás la respuesta sea que no son más que
una fiel imagen de lo que es la sociedad a la que dicen representar. No nos gusta mirarnos en el espejo.
Nuestra sociedad vive con la publicidad del tabaco, a pesar que sabe que crea vicios – y no lo denuncia.
Nuestra sociedad vive con la abundancia de diarios, revistas y publicaciones televisivas obscenas, avisos
publicitarios sugestivos por todos lados, lo cual, aparte de lo antireligioso, aporta a la insatisfacción
conyugal, destrucción familiar, a la promiscuidad, a la propagación del S.I.D.A., a los abortos
clandestinos, provoca el estímulo principal que lleva a las violaciones, etc., pero no lo denuncia.
Nuestra sociedad sabe que el capitalismo salvaje destruye al individuo y a su dignidad al quitarle los
medios para trabajar dignamente, pero no lo ayuda. La hiper-publicidad por bienes y servicios de una
población cada vez más materialista, crea más miseria que la supuesta “calidad de vida” que pretende
vender, y ¿a quién le importa?
¿Qué dice Ud.?: “Que no se puede cambiar todo…” No lo sé.
Sin embargo, seguro que no somos lo “lindos” que proclamamos ser. Por lo menos, aprendamos a
lavarnos la cara y reconocernos.
QUIEN REMÓ CONTRA LA CORRIENTE
Si bien no acostumbramos ver en la persona de Noaj un antecesor del pueblo judío, pues pertenece a la
humanidad que vivió antes de Avraham, no dejamos de invocarlo en nuestras plegarias tanto de Rosh
HaShaná como en las de Hoshaná Rabá y pedimos protección y lluvia en su mérito.
Es verdad, Noaj no llegó a la grandeza de Avraham.
Rash”í trae tanto la opinión de aquellos que señalan que Noaj no hubiese sido considerado como un
personaje especial si hubiera sido contemporáneo de Avraham, como la de aquellos que reconocen en él
al único que pudo mantenerse digno dentro de una generación corrupta, lo cual no es poca cosa.
Aprendamos algo más sobre quién fue Noaj, y la enseñanza que nos legó.
“Diez generaciones transcurrieron desde Adam hasta Noaj, para que aprendamos cuánta paciencia tuvo
el Todopoderoso con aquellos que Lo intentaron enojar hasta que trajo el diluvio sobre ellos.” El mundo
que precedió a Noaj había fracasado en lo moral. Primero se corrompió la línea de los descendientes de
Caín. A partir de la maldición de la tierra, cuando Adam fue echado del Gan Eden, trataron de revertir la
maldición haciendo de este mundo un lugar más confortable. No lo lograron. Tal como lo demuestran
los hijos de Lemej (descendiente de Caín), los seres humanos inventaron un mundo tecnológicamente
superior, pero moralmente vacío (como lo demuestra también el objetivo siniestro de la bigamia del
propio Lemej). Luego se contagiaron los primos que provenían de Shet cuyos matrimonios “mixtos”
(entre los de Caín y los de Shet) sólo contribuyeron para “nivelar hacia abajo”.
Cuando apareció Noaj en escena, ya estaba instalada la corrupción en toda la sociedad.
El desafío de Noaj
La situación de Noaj no era la de un privilegiado.
Tenía que soportar las burlas de sus contemporáneos, quienes se mofaban y amenazaban con destruir el
arca si lo veían a Noaj ingresar en ella. Asimismo, tenía la ardua tarea de reunir los alimentos para todas
las distintas dietas de animales y aves, como así también alimentarlos durante el año que estuvieron
encerrados en la nave por el diluvio. (Si tiene dudas, vaya al zoológico y averigüe cuánto comen los
elefantes, hipopótamos, rinocerontes, etc.).
Que esta misión no le resultó en absoluto fácil, lo encontramos en el versículo “Vaieshaer aj Noaj” (y
quedó “aun” Noaj), del cual deducen los Sabios que quedó herido por el peso del trabajo. El arca ha sido
siempre una fuente de inspiración para artistas que intentaron diseñar el arca con los animales y Noaj,
siempre anciano con una larga barba blanca…, y siempre contento.
Mas los Sabios, luego de afirmar todas las virtudes de Noaj, también nos cuentan de sus errores. Cuando
Noaj salió del arca y se encontró con un mundo desolado, encaró a D”s y le reclamó por haber destruido
todo. (Hasta que a uno no le atañe enfrentarse con la soledad, no sabe lo que es).
D”s le respondió: “¿Ahora te acuerdas? – ¿cuando ya está todo perdido? – ¿y por qué no pediste por
ellos antes?”
Y, en realidad, a diferencia de Avraham – quien suplicó a D”s por los habitantes malvados de Sdom –
Noaj simplemente obedeció al construir el arca y no pidió por su generación. Seguramente, como en el
caso de Avraham, su rezo no hubiese revertido la situación, lo cual no lo exime de intentarlo. (Rav Jaim
Shmuelevitz sz”l). A su vez, Noaj, aun en el arca, envió inicialmente al cuervo para conocer la situación
de la tierra. El cuervo se resistió. Al ser la única pareja en salvarse de entre toda su especie, temía que si
le llegara a suceder algo quedaría el mundo sin cuervos. “¿Y quién te necesita?” – le contestó Noaj.
(Ialkut Shim’oní)
El ejercicio del poder logra emborrachar aun a algunos de los más santos. Después de un año de servicio
abnegado a la futura humanidad, Noaj no quedó exento de esta debilidad de los humanos.
La respuesta no tardó en llegar. Al rato, envió a la paloma con la misma misión. En su primer recorrido,
la paloma volvió “con las manos vacías”. Sin embargo, una semana más tarde le trajo a Noaj hojitas de
olivo en su pico (¿símbolo de la paz?). ¿Qué quiso decir la paloma a D”s? “Amo del mundo – prefiero
que mi alimento sea entregado por Tu mano aunque sea amargo (como la oliva), y no dulce y de manos
de seres humanos”.
Hasta los propios animales pueden percibir la soberbia de los hombres.
Un nuevo orden
Noaj salió del arca, construyó un altar y trajo ofrendas a D”s. D”s pactó con él que se modificaría el
clima del planeta pero que no volvería a ocurrir un nuevo diluvio sobre la tierra, aun si la humanidad
pecara y, a su vez, volvió a impartir las 7 leyes de ética universales que obligan a todo ser humano.
Sin embargo, allí no termina la historia.
Noaj comenzó a reconstruir el mundo, se volcó a la agricultura y lo primero que decidió sembrar fue una
vid. No faltó mucho y Noaj estaba tirado en el piso de su tienda, desnudo y borracho por el vino que
había bebido. Al querer disponer de la vida de los demás (del cuervo), perdió hasta el control sobre si
mismo. (Be’ayin Iehudit I).
A partir de allí, Noaj transmitió a sus hijos (Shem, Jam y Iefet) una profecía que caracterizaría el futuro
de la descendencia de cada uno de ellos. Después de esto, ya no escuchamos nada acerca de la vida de
Noaj. Si bien vivió hasta después de la edificación de la torre de Babel, tanto él como los otros tzadikim
de su época, temieron oponerse abiertamente a Nimrod, el ideólogo de la construcción de la torre.
Nuevamente, transcurrieron diez generaciones esperando que aparezca la persona que tuviese la
voluntad de “remar contra la corriente” y desafiar al mundo con la verdad.
Ese fue Avraham, pero faltaba aún que “corra mucha agua bajo el puente…”.
EL RIESGO DE ESTAR EN EL PODER
A medida que todo cambia, todo sigue quedando igual.
Las caras de los personajes se van sustituyendo, pero no se modifica el modo de actuar.
Una de las pocas referencias que tenemos en la Torá acerca de la vida en la antigüedad, es la longevidad
que tenían las personas del mundo que existió antes del Gran Diluvio de la época de Noaj. Dada la
enorme diferencia que existe en la edad a la que llegaba la gente en aquella tan remota era y la nuestra,
esta situación siempre llama la atención.
¿Por qué vivía la gente tanto (y qué haría en tantos años…)? ¿y por qué abruptamente se redujo el plazo
de vida para los seres humanos después de aquella infausta instancia inicial?
Por un lado, podemos atribuir la disminución en la edad, posiblemente a los cambios climáticos que D”s
hizo devenir en la tierra a partir del Diluvio. Sin embargo, esta respuesta no nos da una explicación
moral al cambio estipulado.
Sin obstar a esta primera respuesta, Rav Sh.R. Hirsch sz”l nos explica que uno de los factores que
permitió un deterioro ético tan pronunciado en las generaciones previas a Noaj, fue precisamente la
longevidad a la que accedían las personas.
La permanencia en el poder de los mismos individuos por un término tan extenso, lograba que se
incrustaran en sus funciones, sin que haya cuestionamientos ni posibilidad de recambio.
En su explicación al pasaje de Bereshit (8:21), expone en su comentario que la naturaleza y la
motivación prístina de los jóvenes suele ser pura y justa, aun cuando nos pareciera que son también
cuestionadores. Esta última condición les suele valer el nombre “na’ar” en hebreo, relacionado
etimológicamente con el verbo “lena’er”, que significa sacudirse. En otras palabras, la propensión de los
adolescentes, tal como D”s los creó, es no aceptar los sistemas y las consignas sin que cumplan una
lógica correcta. Esto no está mal en sí, pues – como veremos – es el mecanismo de traer “aire fresco” de
justicia a la humanidad. Así lo dice en el pasaje del Tehilim (8:3), que “(D”s) de la boca de los lactantes
fijaste Tu fuerza”.
Si bien los jóvenes nacían puros también en aquella época y sin el perjuicio de la degeneración que
suelen sufrir los más maduros, no llegarían a “tener voz y voto” en lo que sucedía en el mundo, hasta
que ellos mismos – durante el transcurso de tanto tiempo – se corrompieran al igual que los veteranos.
A partir del diluvio, la vida de la gente se fue acortando de manera tal que nadie pudiera ejercer el
mando eternamente. Desde entonces, las nuevas generaciones podrían acceder al poder y derrocar a sus
mayores antes de corromperse ellas mismas por el mal ejemplo al que se irían acostumbrando con el
correr de largos años que habían estado sus predecesores.
La gesta ambiciosa por el poder interesado es atroz. Lo vemos todos los días.
En las elecciones para ejercer cargos públicos cunde el desprecio y la exposición de los errores, faltas e
incorrecciones reales y supuestas de los adversarios, más que cualquier propuesta seria de los que los
votantes necesitan. Este fenómeno se da con la connivencia del público que (en gran parte) ni siquiera
prestaría atención a propuestas concretas (quizás también por no creer en los candidatos), y prefiere el
“espectáculo” de pelea que se asemeja más al “show” personal al que se ha convertido su vida personal y
las comedias mediáticas (con sus fascículos diarios) y que se han traducido hasta circunstancias
criminales de renombre nacional.
Rav Eliahu Dessler sz”l (en el primer tomo de Mijtav Me’Eliahu – Kuntres haJesed) cuenta que en cierto
momento, cuando estaba en los países fríos nórdicos, se encontró con una escena muy particular:
Una manada de lobos estaba persiguiendo una presa para comerla. Finalmente la abatieron y querían
consumirla. Sin embargo, los lobos eran muchos y no alcanzaría para todos.
Comenzó entonces la riña. Se mordían y desgarraban entre ellos. Esto duró un tiempo, hasta que los más
débiles habían caído moribundos en la nieve. Aun entonces, los más fuertes que habían quedado, no
querían compartir la rapiña. Comenzó nuevamente la disputa de mordeduras y rasguños entre los más
fornidos, hasta que, por último, el más recio de todos, huyó con el botín en sus fauces. Él también estaba
muy lastimado en todo su cuerpo – a raíz de las mordeduras que había sufrido durante la refriega…
Mientras los lobos son lobos, es la naturaleza que D”s les otorgó. Cuando los “lobos” son seres
humanos, sabemos que la aventura egoísta por llegar y mantenerse en el poder, está lejos del ideal por el
cual D”s nos creó. A esta altura, no convencen ni los sloganes ni las palabras huecas que dicen o gritan
los candidatos.
¿Y qué relación tiene todo esto con nuestra vida – más allá de la obligación cívica de participar en los
comicios?
La dificultad radica en permanecer ajeno a las actitudes que no nos incumben y se constituyen en la
oficialización de la bajeza humana, aun siendo parte de una sociedad que nos acogió y a la que debemos
aportar con esfuerzo ciudadano y con buena conducta.
La Torá cuenta que cuando los israelitas se acercaron a la frontera con Edom, pidieron atravesar su país
para ingresar a la Tierra de Israel. Los edomitas se negaron, y el pueblo debió circunvalar su territorio
para alcanzar la Tierra, por otra vía. Sin embargo, en esa coyuntura perdieron a Aharón, hermano de
Moshé y también líder del pueblo de Israel.
¿Por qué?
Responde RashӒ (Bamidbar 20:23) que por el mero contacto con los edomitas (sin siquiera traspasar su
país), los hebreos se “contagiaron” de sus acciones y cayeron moralmente. ¿Podremos – o querremos –
nosotros salir ilesos e incontaminados de los embates diarios del día a día, y no copiarlos en nuestra vida
doméstica y comunitaria?
Nos queda una gran incógnita: ¿es irreversible esta situación?
El profeta Ieshaiahu (65:17-20) nos dice y pronostica que no será así. En las profecías de consuelo, nos
presagia que “crearé nuevos cielos y una nueva tierra… y recién a los cien años de edad sería
responsable de sus acciones…”. (Las palabras de los profetas no deben ser tomadas en su traducción
literal, y no sabemos la práctica de las mismas hasta que los sucesos que se describan acaezcan en la
realidad – Ramba”m, Hil. Melajim 12:2).
La humanidad no está condenada al canibalismo político o económico ni a la incrustación permanente de
regímenes autoritarios. La libertad, a la que aspiramos en este sentido, radica en permanecer libres de
réplica de actitudes nocivas del egoísmo humano.
Esperemos merecer ser realmente libres.
UNA COSA MARAVILLOSA…
¿DE QUÉ COLOR?
La humanidad había fracasado. Después de 1656 años de creado el género humano, responsable de toda
la Creación, se llegó a un punto de corrupción tal, que su fin se volvió irreversible. Los seres humanos
habían tenido hasta entonces una situación muy cómoda y un clima perpetuamente primaveral. D”s
decretó su destrucción, previamente advirtiéndoles sobre el fin que se acercaba progresivamente,
agonizando la humanidad por las consecuencias del mal que se había instalado en el poder.
Una vez concluido el diluvio, D”s modificó el ámbito en el cual iba a desarrollarse la “nueva”
humanidad desde ese momento en adelante. Como vimos recién, se acortó el período de vida para los
hombres, y habrían de experimentar los cambios de las estaciones anuales. Para educar al ser humano,
D”s tomó otras medidas y pactó nunca más exterminarla del modo en que lo había hecho en el diluvio.
Como señal de esta determinación, nos dedicó el arco iris.
El arco iris es uno de aquellos efectos naturales que provocan curiosidad. ¿Será porque aparece en muy
pocas ocasiones? ¿o se debe a sus colores?
De todos modos, vemos que despierta interés. En muchos libros y diseños infantiles aparece el arco iris
como un símbolo de encanto y hermosura.
Los judíos recitamos una bendición al avistar el arco iris, del mismo modo en que bendecimos a D”s al
divisar otros fenómenos de la naturaleza que vemos ocasionalmente. En este caso, la bendición es:
“Bendito Eres… Quien recuerda el pacto, es Leal a Su pacto y firme en Su palabra”.
Una bendición un tanto extraña que hace alusión al pacto que cerró D”s con la humanidad después de la
destrucción, producto del diluvio. Dado que el arco iris tiene un significado especial como veremos más
adelante, quien advierte la presencia del arco iris, preferiblemente no debe anunciar su presencia al
compañero (Mishná Brurá 229:1). La pregunta obvia es porqué el Todopoderoso eligió precisamente el
arco iris para utilizarlo como elemento de pacto con los seres humanos.
Rav Iosef Albo, autor del Sefer haIkarim (Libro de los Fundamentos), explica que D”s es comparado
frecuentemente con la luz, denominado Or Israel (La luz de Israel), y permite que Su Rostro se ilumine
hacia nosotros (en la bendición de los Cohanim). Esta alegoría significa que del mismo modo que la luz
no puede ser negada a pesar de no ser una sustancia material y que la esencia de la luminosidad sea
enigmática e insondeable, así tampoco se puede contradecir la Existencia de D”s, a pesar de que D”s no
se pueda describir con la materia y ser Su esencia inexplicable para el raciocinio humano.
A partir de esta explicación, sigue exponiendo el significado del versículo que está en la descripción de
Ma’asé Merkavá (“Visión del Carro Di-vino”) en el primer capítulo de Iejezkel (1:28): “Así como el
aspecto del arco iris que está sobre la nube el día de lluvia, así también es la apariencia del resplandor
alrededor. Aquel fue el aspecto de la semblanza de la Gloria del Eterno”.
Esto quiere decir que del mismo modo en que los colores del Arco Iris no son materiales – dado que el
color no está dentro de las minúsculas gotas de lluvia – sino que solo se muestran como tales al ojo
humano, así también todos los atributos con los cuales D”s se manifiesta al ser humano, no son
cualidades inmanentes de D”s, sino los modos en que nosotros Lo podemos percibir, mientras que Su
Esencia permanece inexplorable. De esa manera se entiende también lo que dice el Talmud (Jaguigá
16.), que “aquel que observa el Arco Iris, sus ojos son débiles”, se refiere a que está contemplando algo
que en la realidad concreta no está…
Si bien el arco iris es producto de la impresión visual causada por la luz fraccionada al atravesar un
prisma y ya existió (según muchas opiniones) antes del diluvio, D”s lo eligió para que sirviera como
recordatorio – para nosotros – que no somos destruidos por culpa de nuestros actos deficientes, solo por
el hecho de que D”s así lo prometió. A raíz de este concepto se señala que en las épocas de ciertos
tzadikim no apareció el arco iris en el firmamento (Rash”í, Bereshit 9:12).
Los colores del arco iris
Los colores del arco iris van desde el rojo hasta el celeste/violeta (Tejelet), es decir, desde lo más
terrenal – el rojo – cuya luz es la menos desarticulada dentro de la gama de colores – hasta el Tejelet que
es el color que se agrega a uno de los hilos del Tzitzit (hoy en día, carecemos del conocimiento acerca de
cuál es la criatura acuática de la cual se debe extraer la tintura para teñir los flecos del Tzitzit, por lo cual
observamos solamente el resto de la Mitzvá, es decir, el Tzitzit sin flecos violetas). Por más sombrío y
tenebroso (al igual que el día densamente nublado) que pudiera parecer el futuro de la humanidad, D”s la
guiará hacia su objetivo existencial, pues Su Merced y Gracia siempre están presentes (Rav Sh. R.
Hirsch). Asimismo, D”s se manifiesta y se vincula a través de toda la gama de seres humanos – por
distintos y variados que sean.
El color rojo – que se parece a la sangre – lo encontramos en la comida que deseó Eisav, hermano de
Ia’acov, quien optó por el aspecto carnal, material y terrenal de la vida, en lugar de una conducta
espiritual (Bereshit 25:30). Asimismo, la vaca roja con cuya ceniza mezclada con agua de manantial se
purifica a los impuros, es una vaca que “nunca llevó sobre sí un yugo” (que equivale a la falta de asumir
responsabilidad). (Bamidbar 19:2)
Por otro lado, la Torá nos dice que al ver los Tzitzit suspendidos de nuestras prendas, “recordaremos
todos los preceptos ordenados por el Todopoderoso y los obedeceremos”. ¿Cómo sucede esto? Los
Sabios nos enseñan que el tono del Tejelet se parece al reflejo del mar y éste se asemeja a la imagen del
firmamento. Este, a su vez, se iguala al Trono Celestial (Talmud Menajot 43). De esta manera, al vestir
el Talit, la persona tiene presente a su Creador y, por consiguiente, recuerda todas sus obligaciones
corrigiendo así su modo de vida.
Ahora bien. Ud. se puede preguntar porqué uno ve el color celeste o violeta en distintos materiales, y, sin
embargo, no le produce este efecto. La posible respuesta radica en que el resultado del que habla el
Talmud no es una indefectible consecuencia milagrosa. Para que el color celeste le recuerde la
Omnipresencia del Todopoderoso, debe existir previamente el deseo interno de la persona de estar cerca
de D”s. Si así ocurriera, entonces todo elemento que tuviese aun una semblanza remota con D”s, le haría
recordarLo…
La forma (arqueada hacia el cielo) que D”s le dio al arco iris, señala la voluntad de D”s de que nunca
más la humanidad deba ser castigada. A diferencia de la percepción que tienen algunos de cómo se
entiende a D”s, la Torá claramente muestra como D”s no desea que el ser humano sufra. Si este se
merece experimentar padecimientos, esto es solamente el fruto de su propia conducta.
La Mishná en Pirké Avot (5:9), dice que diez elementos fueron creados el sexto día de la Creación al
atardecer (en el momento de transición entre los seis días de la Creación física y el primer Shabat).
Todos estos integrantes de la Creación son factores del mundo físico, pero su propósito se asemeja más
al del Shabat: su función corresponde a entrenar al ser humano en su destino moral. Uno de aquellos
elementos es el arco iris.
Vimos, entonces, que más que algo estético o hermoso en colores, el arco iris, como “todo lo que D”s
creó correcto en su debido momento” (Kohelet 3:11) cumple su rol por su forma y los colores que posee.
(Parte del texto de este capítulo ha sido extraído de la prédica de mi padre, el Rav Iosef Oppenheimer
sz”l, de Parshat Noaj 5721)
PRIMERO EL AGUA, Y LUEGO… EL VINO
“Noaj y su familia encontraron gracia a ojos de D”s” (Bereshit 6:8).
Cuando el Todopoderoso determinó que la maldad humana había alcanzado niveles irreversibles y debía
ser aniquilada y vuelta a establecer, la familia de Noaj (su esposa, sus tres hijos y respectivas nueras)
serían las personas mediante las cuales la humanidad se volvería a fundar.
Después de 120 años de construcción del arca, Noaj ingresó a ella y permaneció allí durante un año, con
su familia y con los animales que sobrevivirían al diluvio.
Una vez acabado el diluvio, llegó el momento de comenzar la reconstrucción del mundo.
Noaj empezó un emprendimiento agrícola: “Plantó un viñedo” (Bereshit 9:20).
Bajo circunstancias comunes, este hecho hubiese sido una labor rural como tantas otras.
En este caso, era diferente: fue la primera tarea a la que Noaj se lanzó. Al haber pan que representa la
base de la alimentación, la uva y el vino lo complementan. Pero el trigo no estaba sembrado aún.
Según las palabras de los Sabios, Noaj se degradó con este comienzo.
Las consecuencias no se hicieron esperar. Bebió el vino, se embriagó y se expuso desnudo en su tienda
(o en la de su esposa).
Lo que siguió fue un grave desprecio hacia el señero patriarca por parte de su propio hijo Jam. Dado lo
escueto de los pasajes de la Torá, hay una diferencia de opiniones entre los Sabios acerca de cuál fue
exactamente el acto de Jam y cuál fue el protagonismo de Cna’an (el hijo de Jam) en este episodio.
Algunos dicen que su desprecio fue la burla al mirar al padre en su miseria, gozando de la situación y
narrando jocosamente a sus hermanos lo que había presenciado. Otras fuentes opinan que castró a su
padre, mientras que algunos Sabios expresan que lo vejó. También hay una discusión rabínica acerca de
los motivos que impulsaron a Jam.
Reacciones distintas de los hijos de Noaj y sus consecuencias
Los hermanos – por iniciativa de Shem y seguido por Iefet – se acercaron, ingresando al aposento del
padre caminando de espaldas para evitar mirar a este en aquel estado de desdicha, y lo cubrieron con una
prenda.
La acción de cada uno de ellos y el nivel de esmero fue recompensado por D”s, cada uno de acuerdo a su
gestión, y en cada caso el resultado estuvo relacionado con el cuidado y valor de la dignidad del cuerpo
humano (RashӒ):
1. Los descendientes de Shem (que fue quien tomó la decisión y desafió a Jam) fueron galardonados con
el precepto de los Tzitzit (que se colocan en las puntas de las vestimentas y que confieren un significado
espiritual a las prendas y a los cuerpos humanos que están destinadas a cubrir).
2. Los de Iefet merecerán una sepultura digna en la guerra (futura) de Gog (Iejezkel 39:11).
3. Los de Jam, en cambio, serán conducidos a su exilio desnudos y descalzos (Ieshaiahu 20:4).
Noaj supo lo que había sucedido durante su borrachera (se enteró por una visión profética, o entendió
que Jam había sido quien lo humilló a raíz de los antecedentes que tenía de él, cuando – según el
Midrash – violó la ley de abstinencia matrimonial durante la travesía en el Arca).
Fue en aquel momento, que Noaj vaticinó una profecía que tendría vigencia para todas las épocas
(Bereshit 9:25-27 – Rav Sh.R. Hirsch sz”l).
Antes de continuar, debemos esclarecer etimológicamente los nombres de estos hijos:
1. Shem – en hebreo – significa “nombre”, y la sabiduría de definir las cosas según el propósito para el
que fueron creadas, está íntimamente vinculada al intelecto de la persona.
2. Iefet – en hebreo también – está relacionado con la estética y la apertura del ser humano a percibir y
expresar artísticamente sus impresiones (Iofi = belleza).
3. Jam – por último – expresa calor, y en términos humanos representa la pasión y efusión que imprime
la persona a sus acciones.
Todos ellos eran hijos del hombre que la Torá caracteriza como “Tzadik, tamim” (Bereshit 6:9) y aun así
tuvieron caracteres tan disímiles.
D”s decretó que los tres debían sobrevivir al diluvio, o sea, todos podían y debían ser parte del mundo, y
sublimar su esencia al servicio del Todopoderoso.
En un sentido alegórico, las tres características son parte del ser humano y funciones inherentes a su
existencia, y D”s determinó que así fuese.
En aquel momento la posteridad de los tres hijos de Noaj fue presagiada:
1. Jam – (en su hijo Cna’an) fue maldecido y declarado esclavo de sus hermanos.
2. Shem –fue bendecido con un futuro en el que lo más eximio de su descendencia (en la forma del
patriarca Avraham) sería portador de la Palabra de D”s, – y Cna’an sería su esclavo.
3. Iefet – también fue bendecido con la capacidad de su prole (Grecia) a la percepción de las artes –
permitiéndole participación para que su obra adorne las Tiendas de Shem (en las que More D”s), – y
Cna’an sería también su esclavo.
Si volvemos al significado metafórico, veremos que la sensualidad es riesgosa cuando es la que
establece la trayectoria de la gente, aun más al estar manifiesta públicamente y, por lo tanto, fue
“esclavizada” a los otros hermanos.
Las naciones que dispusieron su actitud – llevados por el enardecimiento de sus pasiones, arrasaron y
dejaron solamente destrucción y desolación a su paso.
Únicamente cuando la pasión, el entusiasmo y el ímpetu están sometidos y regidos por el intelecto,
entonces cumplen el rol de enaltecer y profundizar lo que el entendimiento manda: “está sedienta de Ti
mi alma…” (Tehilim 42:3, 63:2).
También han existido aquellas naciones que han dedicado sus energías a la beldad cultivando las artes y
la estética, respondiendo al discernimiento de que debe haber un ideal superior, al que se debe aspirar.
Este criterio los ha llevado a vestir sus apetitos físicos más ásperos con un manto de elegancia. Guiados
por sus nociones de gracia y belleza, se han dedicado a actividades intelectuales y espirituales tales como
la poesía, la música y las artes delicadas – expresando aquello que fue adjudicado a Iefet.
Sin embargo, aun la estética como medio de educación, no es el mayor bien al que se puede aspirar, pues
aquella cultura que provee al individuo una creciente satisfacción de sus apetitos, como único parámetro
con el cual se miden las actividades humanas, sin proporcionarle objetivos que lo trasciendan, no puede
perdurar y se consumirá en si misma.
Solamente un ideal que permita al ser humano elevar su espíritu al conocimiento, y su emoción al
discernimiento de lo que es verdaderamente bueno y cierto, lo puede conducir a cumplir su auténtica
misión.
D”s mora en las Tiendas de Shem y el objetivo humano es construir un espacio terrenal para la Shejiná
(“morada” y “vecindad”) de D”s, permitiendo con su quehacer, la evidencia de la proximidad de D”s a la
actividad de las personas.
Las enseñanzas a futuro
¿Por qué la Torá nos ha narrado este extraordinario episodio de Noaj?
Ramba”n deduce de esta historia que incluso una persona del calibre de Noaj, que tuvo el mérito de
salvar y continuar la humanidad, no pudo abstenerse de sucumbir ante el placer del vino, lo que denota
una responsabilidad aun para aquel que ha tenido una trayectoria brillante, a no sentirse “a prueba” de
errores. Asimismo, nos hace saber los riesgos del vino y de otros excesos.
Un punto más: la Torá repite una y otra vez que Jam dio lugar a la gestación y al desarrollo de Cna’an
(Bereshit 9:18). ¿Qué significa esto?
El castigo que los hijos sufren por haber despreciado a sus progenitores, se suele plasmar en la falta de
respeto que luego sufrirán ellos mismos a manos de sus propios hijos, quienes a su vez, también
ridiculizarán su modo de vida.
Aun si los hijos llegaran a conocer ciertos defectos de sus padres, deben saber cubrir los aspectos no
deseados – no como Jam, que gozó al observar a su padre en su ignominia – y sí, en cambio, emular
deferentemente todos los buenos ejemplos que ellos – y los antepasados de generaciones anteriores – les
brindaron y el rumbo espiritual que les legaron. Esto permite que las sucesivas generaciones alimentadas
por las raíces de su estirpe, crezcan progresivamente para perfeccionar su conducta. (Rav Sh.R.. Hirsch
sz”l).
La actitud de Jam fue copiada una y otra vez en la modernidad, en particular por aquellos que buscan
convalidar su libertinaje basándose en el hecho de que en épocas anteriores existían duplicidades éticas,
y que detrás del manto ético que se pregonaba, muchos individuos violaban sus propias normas morales
declaradas. Así, so pretexto de las hipocresías de las generaciones previas, auspician un abismo y una
anarquía moral en la que “todo vale”.
Claro que son todas excusas de poco valor. Pero: ¿habrá algo de razón en sus argumentos?
Sin duda que no.
Aun si en distintas civilizaciones las personas predicaban conductas correctas, pero que no querían o
sabían sostener en la práctica, este mal es menor que el directamente no sostener criterios claros y firmes
de lo que es el bien y lo que es el mal – como suele ser en la actualidad en la que todo es aceptable y no
hay espacio para cuestionar comportamiento alguno, pues toda forma de conducta debe ser admitida bajo
la amenaza de ser declarado un “discriminador”, fanático e intolerante.
Por último: este es el primer sitio en el que la Torá menciona la esclavitud – y precisamente no en
términos de ser prisionero subordinado de terceros, sino sometido a las propias apetencias.
Frente a esta actitud, Shem lo enfrentó pavimentando el camino para quienes deseen – libremente – crear
una Morada para D”s en este mundo.
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(MASUAH)

Relató Raba bar bar Janá: Cierta vez estábamos viajando en una sefinta (barco). Le llevó al
barco tres días y tres noches navegar entre las dos shitza (aletas) de un pez, aunque éste
estaba nadando contra el viento y nosotros estábamos navegando a favor del viento. Y para
que no pienses que el barco no navegaba rápidamente, cuando vino Rav Dimi, dijo, “En el
tiempo que lleva calentar una marmita de agua, avanzó sesenta parsai. Y una parsha (jinete)
lanzó una flecha, pero el barco la precedía”. Rav Ashi dijo, “Este (pez) era una guidalna de
mar, que tiene dos aletas” (Bava Batra 73b).
Sefinta- Esto connota importancia (el término arameo para barco, sefinta, se asemeja a sefin,
que en arameo significa “importante). Corresponde a guevurá-temor, como está escrito (Isaias
33:6), “El temor a Dios es Su tesoro”.
[Rashi explica que la persona que teme a Dios merece el tesoro de Dios, y el Talmud asocia el
tesoro de Dios con guevurot gueshanim (poderosas lluvias-Taanit 2a). Esto muestra la
conexión entre temor y guevurot.]
Pues el temor al Cielo es lo más importante.
[Al exponer sobre este versículo de Isaias, el Talmud enseña que el tesoro más grande de
Dios es la Torah. Aun así, cuando la persona tiene conocimiento de Torah pero le falta el
temor a Dios, es como aquel que tiene las llaves de la puerta interior pero no tiene la llave
para abrir la puerta exterior. ¿Cómo puede entonces entrar?. Y aunque el Rebe en nuestra
lección no menciona explícitamente el concepto de Torah, ello está implícito en lo que
concerniente al intelecto, pues la sabiduría de la Torah es el opuesto a la sabiduría secular.
Así, tal como es imposible tener un intelecto puro sin temor al Cielo, también es imposible
alcanzar las profundidades internas y la verdad de la Torah sin temor al Cielo. Aunque la
persona estudie Torah, su Torah se asemeja a la sabiduría secular, el lado de la muerte,
jametz. Por lo tanto, dice el Rebe: El temor al Cielo es lo más importante. Agrega el Mei
HaNajal que es muy apropiado interpretar sefinta (barco) como una metáfora del temor al
Cielo. Pues es a través del sefinta-temor que la persona atraviesa el mar de la sabiduría-
intelecto.]
ShiTZa- Esto connota infortunio, como está escrito (Números 16:21), “(Sepárense de esta
congregación) y Yo los destruiré en un instante”. La traducción aramea de “y los destruiré” es
vaaShaTzey iathon.
[Dios le dijo esto a Moshé y Aharon cuando Koraj lideró al grupo de sus seguidores en la
rebelión en contra de ellos. En primera instancia, su desacuerdo parece ser lo que en nuestra
lección el Rebe suele llamar un conflicto entre Tzadikim. Pero, al rebelarse en contra de
Moshé, Koraj daño su mente, haciendo que fermentara como el jametz, y así fue castigado
con la muerte. Esto es shitza, lo cual indica infortunio y decretos.]
Tres días y tres noches- Esto corresponde a las mitzvot, que están divididas en tres
categorías: lo racional, lo basado en la tradición y los estatutos (aquellos incomprensibles).
Concerniente a ellas está escrito (Isaias 1:8), “estudiarás la Torah día y noche”.
Estaba nadando contra el viento y nosotros estábamos navegando a favor del viento- Esto
corresponde a “Dios Se regocija en Sus obras; Israel se regocija en su Creador” (Esto
corresponde a cumplir las mitzvot con alegría, mediante lo cual la persona puede entrar y
llegar a sentir la alegría de Dios).
En el tiempo que lleva calentar una marmita de agua- Ésta es la mente, como en, “y gotas del
Lebanon”.
[Como se explicó, la mente corresponde a la humedad, las nubes de lluvia. “Calentar una
marmita de agua” corresponde así a combinar el deseo ardiente del corazón por servir a Dios
con una mente pura para producir así el trueno.]
Avanzó sesenta parsai- Esto corresponde a las guevurot: “sesenta guiborim (hombres
poderosos)” (Cantar de los Cantares 3:7), y “el trueno de Su fortaleza”.
[“Sesenta parsai” alude a los “sesenta hombres poderosos” del versículo., “He aquí el lecho de
Salomón, rodeado por sesenta hombres poderosos…”. Dios le dio al rey Salomón la
capacidad de gobernar sobre toda la creación, incluyendo los demonios. Pero luego de
contraer matrimonio con la hija del Faraón, el rey Salomón fue asediado por temores externos,
debido a lo cual tuvo que colocar sesenta guerreros para que hicieran guardia alrededor de su
lecho. En nuestro contexto, el error del rey Salomón hizo que las guevurot descendieran y
asumieran la forma de temores externos. Para rectificar esto necesitó “sesenta hombres
poderosos”, es decir, “El trueno de sus guevurot”.
A partir de las enseñanzas de la Cabalá aprendemos que cada una de las Diez Sefirot
contiene una medida de las otras sefirot (por ejemplo, Maljut consiste de Keter de Maljut,
Jojma de Maljut, Bina de Maljut, y así en más hasta Maljut de Maljut). De esta manera, los seis
anillos de la tráquea que emite el sonido del shofar-trueno, que corresponde a las seis sefirot
desde Jesed hasta Yesod, son de hecho sesenta, es decir, los sesenta hombres poderosos
que rectifican las guevurot-temores externos corruptos y así general la voz del trueno.]
Y una parsha lanzó una flecha- PaRSha es el aspecto de Jesed (bondad). Se refiere a alguién
que saca a la luz aquello que está oculto, alguien que meFaReSh (explica) aquellos temas
que son oscuros.
[Explica el Zóhar: la diferencia entre tov (bueno) y jesed (bondad) es que la naturaleza de tov
está restringida, de modo que el bien está contenido dentro de sí mismo. Jesed, por otro lado,
se expande hacia afuera, extendiendo la bondad tanto a los rectos como a los malvados (II,
168b). Esto se conecta con lo que explicó el Rebe más arriba, que la principal revelación
comienza en la sefirá de Jesed. Así, parsha (jinete) alude a la revelación de lo oculto, como en
aquel que mefaresh (explica) y revela el significado de lo que es dificil y confuso.]
Un flecha- Como en, “Lanza Tus flechas y confúndelos” (Salmos 144:6; El Metzudat David
explica “Tus flechas” como “Tu trueno”. Así, el rey David Le pide a Dios que lo ayude en la
batallas: “Lanza Tu trueno y confúndelos”). Esto corresponde a “Siéntate a Mi diestra hasta
tanto que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies”.
[Como se explicó, esto es unir las guevurot con los jasadim. El rey David pasó toda su vida
luchando contra los enemigos de Israel. A un nivel más profundo, sus batallas simbolizaban
las batallas de los Tzadikim en contra del Otro Lado, para evitar que éste penetre en el
campamento santo. Así, aquellas plegarias y salmos que compuso el rey David para innovar la
ayuda de Dios en la batalla también son profundos pedidos de ayuda para contrarrestar toda
oposición espiritual. Ésta es la intención más profunda detrás de “Lanza Tus flechas…” y
“Siéntate a Mi diestra…”, así como de muchos otros versículos similares que el Rebe cita en
sus lecciones a partir del Libro de Salmos.]
El barco la precedía- Éste es el aspecto de temos, que “precede”. Pues el Temor al Cielo
precede a todo lo demás, como está escrito (Salmos 111:10), “El comienzo de la sabiduría es
el temor a Dios”
Raba bar bar Janá relató que había investigado con tanta profundidad el atributo del temor al
Cielo y había visto el gran poder de este temor, que ahora era capaz de utilizarlo para
discernir entre antes de la emisión del decreto y luego de la emisión del decreto, es decir,
entre dos shitza (Discernir entre los diferentes infortunios, que corresponden a los decretos).
Luego explica cómo podía discernir: Es posible discernir por medio de las mitzvot, que son el
aspecto de tres días… Y esto sólo cuando uno cumple las mitzvot con alegría, pues a través
de la alegría de las mitzvot es posible discernir. Esto se debe a que el Santo, Bendito Sea, Se
regocija en Sus obras y esta alegría está investida en las mitzvot, como se explicó. Y nosotros
aquí abajo también nos regocijamos en el Santo, Bendito Sea,, como en “Israel se regocija en
su Creador”. No deseamos recompensa alguna, ni siquiera la recompensa del Mundo que
Viene. Esto es, -estaba nadando contra el viento y nosotros estábamos navegando a favor del
viento-, nuestra alegría -debajo- está en relación con Su alegría -Arriba-. De esta manera
podemos discernir si es antes o después de que el decreto ha sido emitido.
Raba bar bar Janá explicó entonces cómo lograr esta alegría: por medio del aspecto del
trueno.
[Habiendo explicado que cumplir con las mitzvot con alegría es la clave para discernir entre
antes y después del decreto, las palabras de Raba bar bar Janá generan la siguiente
pregunta: ¿Qué valor tiene el temor? Por tanto, él indica que para alcanzar la alegría uno debe
tener el aspecto del trueno. El Rebe ha explicado que la verdadera alegría sólo es posible una
vez que ha sido enderezado el corazón torcido por medio del trueno que proviene de las
guevurot. Estas guevurot, como hemos visto, son un aspecto del temor. Así, el temor es
también un componente fundamental en el proceso. Y, debido a que no es posible generar
este trueno a no ser que la mente haya sido purificada, Raba bar bar Janá continúa las
palabras de Rav Dimi.]
Esto es, -cuando vino Rav Dimi, dijo: En el tiempo que lleva calentar una marmita de agua,
avanzó sesenta parsai-, es decir, correspondiente a “El sonido de Tu trueno estaba en la
esfera”, y a “La voz es transmitida”: esto corresponde a “La voz estimula la kavana”, y a “El
trueno sólo fue creado para enderezar el corazón torcido”.
Él dijo entonces que, en esencia, la capacidad de conquista de las guevurot sólo se debe a los
jasadim. Así, es necesario cubrir la izquierda con la derecha, como se explico. Pero aun así, la
persona debe colocar primero el temor al Cielo, pues “el dueño de un objeto perdido busca
aquello que perdió”. Como enseñaron los sabios: Es la manera del hombre buscar a la mujer.
Esto es análogo a la persona que ha perdido algo. ¿Quién busca a quién? Ciertamente, el
dueño del objeto busca aquello que ha perdido (Kidushin 2b; Java, la primera mujer, fue
creada a partir de la costilla de Adam. Ella fue tomada de él de modo que él ahora debe
buscar aquello que perdió).
La explicación de esto es: El hombre es el aspecto del amor, mientras que la mujer es el
aspecto del temor, como es sabido.
[Masculino y femenino corresponden respectivamente a las sefirot de Jesed y Guevura, amor
y temor, derecha e izquierda (Zóhar I, 70a). Anteriormente, el Rebe enseño que la principal
revelación comienza en Jesed. Así, en la Creación, Adam-hombre-jesed fue creado primero.
Pero, como afirman las Escrituras (Génesis 2:18):”No es bueno que el hombre éste solo”: no
es bueno que el amor esté sin temor. Por lo tanto Dios continuó Su creación (revelación) de
Adam con la creación de Java-mujer-guevura.]
Es por tanto necesario colocar primero el temor al Cielo, pues entonces, el amor seguirá
automáticamente. Pues el amor de Dios constantemente sale a buscar el temor al Cielo, así
como el dueño de un objeto busca aquello que ha perdido (Todo servido a Dios debe por lo
tanto comenzar con la búsqueda del temor al Cielo: el hombre que busca a la mujer). Esto es,
-Y un jinete lanzó una flecha… .
[Incluso aunque el “jinete lanzó una flecha…”, es decir, el amor estaba combinado con el
temor, “el barco la precedía”. Esto es, el temor al Cielo debe preceder a todo lo demás. El
temor debe ser siempre el atributo motivador inicial y primario, si la persona desea alcanzar un
verdadero nivel de amor y la subsecuente rectificación de su mente y de su intelecto. Como en
el versículo citado, ” El comienzo de la sabiduría es el temor a Dios”.]
Rav Ashi dijo, Este pz era una guildana de mar-. Guildana alude al santo nombre AGLA, que
es un aspecto de guevurot en el hecho de que es una sigla de “Ata Guibor Leolam Adonai (Tú
eres poderoso por siempre, Señor)”(Plegaria de Amidá).
[Ata Guibor Leolam, las palabras iniciales de la segunda bendición de la plegaria de la Amidá,
recuerdan el poder (guevurot) de Dios. La bendición también recuerda el poder de Dios para
proveer al mundo de lluvia (sustento) y Su poder para resucitar a los muertos. El Zóhar
enseña que la bendición Ata Guibor tiene 49 letras (incluyendo morid a tal, “Quien hace
descender el rocio”). Esto corresponde a Bina, que es la fuente de todos los juicios y decretos.
La persona debe buscar mitigar los decretos que emana de Bina con los jasadim de Jojma
(que corresponden a las primeras bendiciones de la Amidá). Y, dado que esta bendición
corresponde a las guevurot, los santos nombres asociados a ella, AGLA en particular, son
nombres santos de las guevurot. Así, cuando las guevurot se encuentran en un estado
rectificado, conectadas con la santidad, llevan a la persona hacia el temor al Cielo. Entonces
puede recibir las bendiciones asociadas con Ata Guibor: sustento, vitalidad e incluso
resurrección de los muertos, es decir, restaurar su intelecto hacia la santidad y librarse de la
sabiduría secular-jametz-muerte.]
Tal como está explicado (Zóhar Jadash, Teruma). GuILDaNA está compuesto enteramente
por las letras AGL y el santo nombre Adonai, es decir, el santo nombre AGLA. Y a esto se
alude con -dos aletas-.
[La Cabalá enseña que las guevurot de Bina descienden como juicios hasta Maljut-Adonai.
Enseña también que allí donde se utiliza la expansión de milui demilui, como al transformar
Adonai en AGLa, el grado de las guevurot aumenta en severidad.
(AGLA ‫ אגל‬tiene el valor numérico de 34, el número de letras del santo nombre Adonai ‫אדני‬
cuando éste es expandido en forma de milii demilui:
‫אדני‬
‫אלף = אלף למד פא‬
‫דלת = דלת למד תיו‬
‫נון = נון ואו נון‬
‫יוד = יוד ואו דלת‬
El santo nombre AGLA (35) es así la expansión milii de milui de Adonai con 1 más agregado
por la palabra misma, y es por tanto indicación de varios juicios.
El Parparaot LeJojma repasa todo esto en el contexto de nuestra lección. Dice así: Toda la
historia de Raba bar bar Janá gita en torno a la rectificación de las guevurot atemperándolas
en su fuente, la fuente de todos los juicios, Bina. Estas guevurot producen temor en la gente.
Si éstos son temores externos, guevurot corruptas, hacen que la mente “fermente”, haciendo
que la persona no pueda rectificar su intelecto. Por el contrario, cuando las guevurot están
unidas a la santidad, cuando el temor de la persona es el temor al Cielo, entonces
automáticamente merece amor a Dios. Tal amor-jesed es indicador de una mente pura. Ésta
es la rectificación final, pues entonces las guevurot son atemperadas con los jasadim de modo
que no se vuelven juicios severos-decretos. Atemperar estas guevurot-decretos en su fuente
le permite a la persona discernir en la alegría de las mitzvot que realiza si es antes o después
del decreto. Y el modo de llegar a esta alegría es generando el trueno, que es en si mismo un
aspecto de las guevurot. El trueno endereza el corazón torcido. Precisamente el corazón, pues
el corazón es el asiento de la alegría y también corresponde a la fuente de las guevurot, Bina,
y a partir del grado de su alegría, que es un espejo del grado de alegría de Arriba, puede
discernir si es que el decreto ya ha sido emitido de Bina-el corazón o no. Si el decreto aún
está por ser emitido, puede orar una plegaria regular para impedirlo. De lo contrario, la única
manera de lograr que los decretos sean pospuestos o incluso anulados es disfrazando sus
plegarias en un maamar. La razón es que hasta que el decreto sea emitido, la persona puede
orar abiertamente, expresando las palabras de su plegaria sin preocuparse por los ángeles
acusadores. Pero luego de que el decreto ha sido emitido, uno debe guardar el decreto
solamente en el pensamiento. No debe articularlo para que los mensajeros del Otro Lado no
despierten más acusaciones. Guardar el decreto en el pensamiento es precisamente lo que
hace falta para rectificar las guevurot caídas, pues esto las retorna a su fuente, Bina, el Mundo
del Pensamiento, y así deshace el sufrimiento de “Su corazón” que llevó en primera instancia
a emitir el decreto. Así, orando en el pensamiento para anular el decreto y, mientras tanto,
ocultando sus plegarias en un maamar (relato), la persona puede mitigar el decreto incluso
luego de que ha sido emitido.]
Likutey Moharan 5:6

Cain Y Hebel
ANALIZANDO AQUEL PRIMER HOMICIDIO
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Lamentablemente hoy estamos viviendo en una sociedad violenta. Esa violencia (gran parte de la cual es
verbal y emocional) se traduce en actos físicos agresivos, entre los cuales podemos citar la tortura y el
homicidio, el deseo de herir a otra persona manteniéndola con vida pero secuestrada, o querer hacerla
desaparecer.
Tantos casos escuchamos por relatos de la propia víctima o por los medios de comunicación, hasta que
llega el momento en que incluso perdemos la sensibilidad ante estos flagelos y los consideramos parte
natural de la vida, solamente deseando que nunca nos toque a nosotros o a los que están cerca nuestro.
De ahí, el continuo clamor por la falta de seguridad en ciertos estratos de la sociedad.
Sin duda, cada agresión tiene sus propios motivos y no comienza ni termina en el acto injustificable en
sí.
Si bien no deben servir como pretexto que lo convalide, existen muchísimos factores previos en la vida
del agresor y del agredido, que llevan a cada acción violenta. El común denominador en casi todos los
casos de homicidio es el menosprecio por el valor de la vida. Cuando nos referimos al “valor de la vida”
pensamos en el potencial inestimable que posee todo ser humano en cada momento, mientras el aliento
lo acompaña. (“Kol haNeshamá… – por cada vez que respiramos, Te agradecemos – D”s).
¿Resulta extraño, pues, que en esta primer lectura de la Torá encontremos un homicidio perpetrado entre
dos hermanos que nacieron de los primeros padres de la humanidad – Adam y Javá?
Recordemos que todas las historias que nos relata la Torá en el libro Bereshit, son para enseñarnos
acerca de las características humanas y cumplir con nuestra tarea Di-vina en este mundo,
adecuadamente.
Cain y Hevel
Analicemos entonces la descripción del homicidio de Hevel.
Javá dio a luz inicialmente a dos hijos, y a sus respectivas hermanas mellizas (el nacimiento de las hijas
de Adam se menciona en Bereshit 5:4).
El primero en nacer fue Cain. Ya en su nacimiento, la madre, Javá, le había puesto el nombre Cain
haciendo alusión al concepto de “Kaniti ish” = he llegado a poseer un varón.
Podemos deducir de aquí dos enseñanzas.
La primera consiste en tomar conciencia de que los nombres influyen sobre el carácter de los niños. El
nombre de la persona es su identificación y los padres expresan mediante el nombre sus ideales y el
modelo de vida que proponen para su hijo. Puede ser el nombre de un antepasado, cuyos pasos se espera
sean un ejemplo para el joven, o, por otro lado, puede ser un nombre que “esté de moda”, lo cual
también es un mensaje…
La segunda lección es que – aunque muchos padres no lo admitan públicamente – los progenitores
frecuentemente expresan con sus actos aquel mismo sentimiento que manifestó Javá respecto a “poseer
su hijo”, o sea: actúan con sus hijos como si se tratara de una de sus pertenencias.
La verdad es otra: no somos dueños ni de la vida, ni del futuro de nuestros hijos. Sí, en cambio, tenemos
la no fácil tarea de educarlos. En última instancia, si hemos sido un buen ejemplo para ellos en todo
sentido (con sus actos, en muchas instancias, los hijos demuestran ser los más implacables fiscales de la
autenticidad de nuestras convicciones) y los hemos instruido y adiestrado para ser buenas personas,
podemos rezar a D”s que nos permita sentir esa satisfacción (Najat) de verlos seguir siendo personas
judías rectas. No obstante, la elección de vida será en definitiva de ellos.
Junto al nombre que le fue dado, Cain heredó ese deseo de poseer… todo. Literalmente todo. Ver que su
hermano Hevel compartiría el mundo con él, no lo dejaba dormir en paz.
No faltan ejemplos en el TaNa”J de personas que eran muy adineradas y a quienes el apetito de “algo
más” les provocó la caída.
El Talmud (Sotá 9:) menciona a Cain en la nómina de aquellos (Koraj, Bil’am, Do’eg, Ajitofel,
Avshalom, Guejazí, etc.) que incluso pretendieron acceder a lo que no les correspondía, y terminaron
perdiendo lo que ya poseían legítimamente…
Así también sucedió muchos años más tarde con el rey Aj’av: debido a su gran ambición permitió que se
matara a su primo Navot, quien no quería acceder a venderle su viñedo, y luego espuriamente tomó
posesión de él.
Asimismo, Hamán no toleró el hecho de que Mordejai fuera el único que no se prosternara ante él, aun
cuando absolutamente todos los demás lo hacían.
Volvamos a nuestra historia:
La Torá nos cuenta mucho acerca de la vida de estos hermanos. Sin embargo hace hincapié en el oficio
que ambos tenían, y cómo su labor influyó en la actitud que tomaron posteriormente.
A pesar de ser el menor de los hermanos (hasta aquel momento), nos relata primero la labor de Hevel:
pastor de ovejas.
Lo suyo fue novedoso. Si bien Adam había sido echado del Gan Eden “para trabajar la tierra” (Bereshit
3:23), Hevel eligió una labor que lo vincularía con el cuidado del ganado.
El trato de los animales, que – al igual que los humanos – ocasionalmente pueden padecer dolor y
requieren ser atendidos compasivamente por los seres humanos que les brindan cuidados especiales,
estimula en la persona que ejerce esa profesión los sentimientos humanos más nobles y altruistas, y la
responsabilidad por estar atento y proteger a aquel que necesita de uno.
La agricultura ejercida por Cain, en cambio, ata al individuo a la tierra, y a través de los tiempos,
condujo a los pueblos a subyugarse a ella, llevándolos a venerar las fuerzas climáticas de las que
dependía para lograr el rinde de sus frutos. Esta veneración finalmente condujo a la idolatría
generalizada.
El cultivo extenso de la tierra y la ambición de los dueños de los latifundios por poseer más y más, fue
asimismo un gran motor para el sometimiento a la esclavitud de los más débiles desplegada por algunos
“seres humanos”.
Esto no significa que necesariamente un agricultor deba convertirse en idólatra ni en esclavista. La Torá
indica una serie de leyes que protegerían a los judíos de este flagelo, recordándoles periódicamente que
la tierra pertenece exclusivamente al Todopoderoso, y que en Su merced, nos permite usufructuar de ella
mediante el crecimiento de sus frutos. Nos está vedado mezclar ciertas especies en la siembra (Kil’aim),
tener provecho de los frutos que rinden los árboles en sus primeros tres años luego de ser plantados o
injertados (Orlá). Asimismo, otra leyes agrarias nos hacen recordar nuestras obligaciones con el menos
afortunado: al renunciar a lo que se olvida en el campo (Shikjá), lo que se cae (Leket) y un costado del
área cultivada que permanece intacto, para que lo recojan los necesitados (Pe’á), la Torá protege al judío
de caer en la avaricia y el egoísmo (Rav Sh.R. Hirsch sz”l).
Cain y Hevel se proveían mutuamente de los productos de su labor respectiva.
Las ofrendas
Había llegado el fin de una temporada. Ambos, Cain y Hevel, habían prosperado en sus
emprendimientos. Por lo tanto, era la ocasión adecuada para agradecer a Quien les había provisto los
medios necesarios para progresar.
A su vez, Adam también hizo saber a sus hijos que era momento de ofrendar a D”s. Era la víspera de
Pesaj, y en el futuro, en esta fecha sería obligatorio que los israelitas ofrendaran un cabrito por su
emancipación de Egipto (Pirkei d’Rabi Eliezer 21).
Cain, en carácter de primogénito (al igual que la Torá indicaría en el futuro), tomó la iniciativa y ofrendó
primero. Tomó, para este fin, del producto de sus campos, sin preocuparse por consagrar algo de una
calidad extraordinaria. La ofrenda no consistía en algo bello, pues para Cain el hecho de agradecer no
significaba un deber valioso. Por lo tanto, no se percibió en ese momento, una aceptación por parte de
D”s.
Hevel no se sintió representado con la ofrenda que ofreció Cain ante D”s, precisamente porque había
sido deficiente en calidad e intención.
Él, en cambio, trajo los mejores especímenes de su ganado, los primeros que habían parido sus hembras,
y los mejor alimentados. D”s respondió, pues, dando señal que la ofrenda de Hevel había sido aprobada.
En la manera de expresarse del pasaje de la Torá (Bereshit 4:4,5), dice que D”s oyó “a Hevel y a su
ofrenda. Y a Cain y a su ofrenda no oyó”. Del modo de expresarse, entendemos que el énfasis no está
puesto en la ofrenda sino en la persona: sus intenciones y propósitos, su modo de actuar en general, y sus
objetivos. Las ofrendas y las donaciones a beneficio de causas nobles, no eximen al donante de
conducirse de modo apropiado, y no lavan aquellas acciones de las que es culpable…
Más adelante, la Torá indicaría que los judíos debemos abstenernos de vestir prendas que poseen lana y
lino en ellas. Si bien la Torá no manifiesta un motivo para esta prohibición, el Midrash (Pirkei d’Rabi
Eliezer 21) indica que esta proscripción se remonta a aquel triste episodio de Cain y Hevel.
Cuando D”s mostró la aceptación de la ofrenda superior de Hevel, la cual, a su vez, manifestaba su
cualidad positiva de austeridad en sus ambiciones personales, Cain expresó su sentimiento de “Let Din
veLet Daián” – “No hay justicia (en este mundo) y no hay Juez” (Targum Ionatán, Bereshit 4:8)). Da lo
mismo ser justo o no serlo…
Esta expresión es grave: niega uno de los principios de la creencia del judaísmo. En el 11° Aní Ma’amin
manifestamos que D”s premia y castiga a cada uno según sus actos.
Lo peor de Cain, no fue su frustración por lo que ya había sucedido (“VaÍjar leCain me’od” – en tiempo
pasado), sino su falta de voluntad en resolver su futuro (“VaIplú panav” – en tiempo futuro Rav
Sh.R.Hirsch sz”l).
Cain hizo lo mismo que tantos otros posteriormente repitieron en situaciones similares. Al no tener la
voluntad de corregir su situación, buscando la falencia en sí mismo, Cain salió a la pesquisa del
“culpable”. ¡Y quién podía ser más culpable que Hevel – aquel que puso de manifiesto la debilidad
propia!
Sepa, querido lector, que la mayoría de las veces en las que nos parece que el culpable de nuestro dolor
es un tercero, en realidad estamos mirándonos en un espejo…
El libre albedrío
Ante los indicios de abatimiento de Cain y su falta de disposición para corregir su actitud, D”s habló a
Cain: “¿por qué tu frustración y tu falta de voluntad? – ¡todo depende de ti! Si tú decides enmendar tu
predisposición y comportamiento, serás admitido, y si no, tu pecado te acompañará hasta el castigo. Sin
embargo, ten presente que está dentro de tus facultades dominar las tendencias erradas, y el único
propósito de estas propensiones es que tú las reduzcas y te sobrepongas a ellas”. (En otras palabras, D”s
le hizo saber que, axiomáticamente, el libre albedrío es parte inherente del ser humano).
Cain escuchó, pero hizo caso omiso a las palabras de D”s. Fue así que eliminó a Hevel después de una
discusión sobre la cual la Torá no nos relata cuál fue el motivo (existen tantos temas para polemizar –
para aquel que quiere pelearse – que nos es indistinto cuál fue el pretexto que desencadenó el
homicidio).
El Midrash dice que discutieron sobre cómo se debe dividir el mundo entre Hevel y él. Otra versión
opina que contendieron acerca de las mellizas que habían nacido con ellos.
La Torá tampoco dice cuánto tiempo vivió Hevel. En el Midrash hay varias opiniones al respecto. Hevel
no dejó descendencia, motivo por el que D”s luego reclamó por “las sangres” (en plural) de Hevel. En
otras palabras: Cain no era responsable solamente por el homicidio del propio Hevel, sino por el
potencial destruido, o sea, por los sucesores que hubiesen nacido de Hevel, si no hubiese sido asesinado
por Cain.
De haber sido por la conducta de Cain, el mundo hubiese revertido a las condiciones iniciales de “tohu
va’vohu” – sin sentido ni propósito aparentes (Midrash Rabá, Bereshit 2:3).
Finalmente, muchos años más tarde, Adam tuvo más hijos. Aquel de quien desciende la humanidad se
llamó Shet. A diferencia de Cain, el nombre Shet implica “dar” o “brindar”, lo que armoniza con el
propósito de la creación de la humanidad.
El Gran Educador
También es importante destacar que al igual que después del pecado de Adam, D”s no incriminó
directamente a Cain por lo que había hecho.
Tanto en Adam (a quien D”s le cuestionó acerca de “Aieka – ¿dónde te encuentras?”, después de comer
del fruto prohibido), como en Cain (a quien le preguntó acerca del paradero de Hevel), D”s comenzó la
conversación de manera que el interlocutor pueda reflexionar sobre lo que acababa de hacer mal
(“Lehikanés imó biDvarim – entrar en conversación”), y enmendar por sí mismo el error.
D”s es el Educador de la humanidad.
Mediante ciertas reglas que Él implementa para no ponerse en evidencia en la vida de los hombres, D”s
nos conduce a situaciones en las cuales podamos evaluar nuestras acciones y corregirlas. El error es
posible por el libre albedrío, pero el castigo es evitable.
En ambos casos, en Adam y en Cain, decidieron inicialmente no aceptar la propuesta y no hacerse cargo
de su acción. Recién después que Cain se vio enfrentado con las consecuencias del homicidio, el castigo
de ser para siempre nómada, sin tener acceso a su “propiedad” que tanto ansiaba, se arrepintió y
respondió a D”s que el castigo sería difícil de sobrellevar.
Su modo de responder a D”s fue un tanto insolente: “Si Tú has de perdonar a 600.000 hombres (los
israelitas en el desierto, al haber hecho el becerro de oro, pecaron en contra de D”s, que a ojos de Cain
era aun peor que su pecado perpetrado en contra de un ser humano) – ¡¿acaso no me puedes perdonar a
mí?!” (Sanhedrin 101:).
¡¿Puede, acaso, mi poder de pecar ser más fuerte del Poder de D”s de perdonar?!
(Sefer haIkarim 4:21)
Aun así, D”s le perdonó y redujo su condena.
Si bien la tierra no le daría frutos, Cain gozaría de la protección de D”s durante siete generaciones. Para
que esto se cumpla, D”s otorgó una letra de Su sagrado Nombre, que cuidaría a Cain hasta que
finalmente sería asesinado por su propio descendiente Lemej.
Cain salió “de delante de D”s” (como si Lo pudiera “engañar” ocultándoLe sus verdaderas intenciones).
Los Sabios (Midrash Rabá 22:13,28) cuentan que Cain se encontró con su padre (que estaba acongojado
por su propio yerro de haber comido del árbol prohibido). Adam le preguntó cómo había sido juzgado
por D”s. Cain respondió que se había retractado de su error, y que había sido perdonado. La reacción de
sorpresa de Adam fue contundente: “¡¿tal es el poder de la Teshuvá?!”.
De inmediato compuso el Salmo 92: “Mizmor shir leIom haShabat” (el vocablo Shabat responde
etimológicamente también al concepto de la Teshuvá), “tov lehodot laHashem…” – es adecuado
reconocer (los pecados) ante D”s (y volcarse a la Teshuvá).
Entendamos, sin embargo, que la Teshuvá (arrepentimiento) no es la misma cuando surge del miedo al
castigo, que cuando proviene del reconocimiento personal del mal en sí.
Aun así el acto de Cain fue condonado.
Como dijimos antes, nuestra propia historia es distinta a la de los personajes de la Biblia, pero las
actitudes hacia las frustraciones con las que nos encontramos y la óptica hacia nuestros errores – cuales
fuesen – no distan de tener rasgos muy similares. ¿Cuándo vamos a aprender?
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(MASUAH)
The DARK AGES?
Amid the gloom that settled upon the earth during the long period of papal supremacy, the light of truth
could not be wholly extinguished. In every age there were witnesses for Yahuah—men who cherished
faith in Massiah as the only mediator between Yahuah and man, who held the Scripture as the only rule
of life, and who hallowed the true Sabbath. How much the world owes to these men, posterity will never
know. They were branded as heretics, their motives impugne...
Ver más
La edad oscura?
En medio de la oscuridad que se estableció sobre la tierra durante el largo período de la supremacía
papal, la luz de la verdad no podía ser totalmente extinguida. En todas las épocas había testigos de los
hombres que querido la fe en massiah como el único mediador entre yahuah y el hombre, que sostuvo la
escritura como la única regla de la vida, y que sagrada el verdadero Sabbath. Cuánto le debe el mundo a
estos hombres, la posteridad nunca lo sabrá. Fueron marcados como herejes, sus motivos desmintieron,
sus personajes difamado, sus escritos suprimidos, tergiversado, o mutilados. Sin embargo, se
mantuvieron firmes, y de la edad a la edad mantuvieron su fe en su pureza, como patrimonio sagrado
para las generaciones que vienen.
Nos haría bien estudiar el ejemplo de los fieles, porque pronto vamos a estar en el "Valle de la decisión".
no está escrito que el que busca salvar su vida lo perderá?

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