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RESUMEN
La inversión en la construcción de túneles subterráneos a nivel mundial cada vez está en
expansión, esto implica una reducción en los riesgos laborales como parte de una estrategia
financiera implementada por las constructora debido al alto riesgo de accidentabilidad. Tras
accidentes fatales en las últimas décadas la seguridad en la construcción de túneles
subterráneos se ha convertido en una política prioritaria en materia de transporte a nivel
mundial, esto ha llevado principalmente a una exigencia de análisis y evaluación de riesgos en
los túneles con características de alto riesgo.
La instalación de los túneles deben ser estables de por sí, pero sobre todo cuando se excaven.
Es por tanto necesario que los túneles se proyecten considerando cada situación. Se puede
analizar dos situaciones diferentes que deben considerarse: que el terreno sea un suelo, y que
grandes discontinuidades de la roca definan unas masas potencialmente inestables en el talud
(Valle Fernandez, 2012).
Aunque se está hablando de túneles en macizos rocosos, no se puede olvidar que muchas
veces se pueden presentar suelos rocas muy fracturadas y meteorizadas, con parámetros y
comportamientos de suelo. Los terrenos descomprimidos pueden perder sus características
geotécnicas. Es por ello importante, que no pierdan el confinamiento que tengan antes de
excavar. En estos casos se utilizan técnicas propias de los suelos, como son los micropilotes,
muros anclados, falsos túneles y rellenos de tierras.
Cuando el macizo de roca presenta zonas de características muy diferentes, con unas partes
rígidas y resistentes junto a otras muy deformables, en el talud se producirán movimientos
diferenciales importantes que pueden causar la rotura del mismo, y quedar el terreno muy en
precario para construir el túnel con seguridad. Los terrenos muy deformables, si se sitúan en
zonas del talud con fuerte concentración de tensiones, se deformarán considerablemente y
provocarán que los materiales que se encuentran por encima se rompan, apareciendo grietas,
abertura de juntas. Esto obliga a confinar los terrenos deformables, para que ellos y los de
alrededor conserven sus características geomecánicas, y su comportamiento sea el esperado
por el proyectista.
Este confinamiento se puede hacer con anclajes, con muros de contención, prolongando el
falso túnel y rellenando con tierras sobre él. Estos casos deben estudiarse con cálculos
numéricos: simulando las características más representativas del terreno, el talud con las
actuaciones sobre el mismo, y el túnel con sus fases de construcción y sostenimientos.
De esta manera se pueden estudiar las zonas plastificadas del terreno, los coeficientes de
seguridad en cada uno de los elementos estructurales, y las deformaciones esperadas en cada
una de las fases de la construcción. La bondad de la solución adoptada se podrá comprobar
durante la construcción, mediante el control exhaustivo de las deformaciones, y el
consiguiente retro análisis con los nuevos datos de que se disponga.
DISCUSIÒN
La ejecución de los túneles en la roca, de los últimos 30 años, generalmente se lleva a cabo
según una técnica ampliamente conocida, que permite aplicar fácilmente una presión de al
menos el cerramiento del túnel, de modo que la propia roca apoye los esfuerzos alrededor de
la excavación.
Esta dinámica presupone suposiciones que, en un gran número de casos, son satisfactorias,
pero no siempre son correctas. El líder entre estos supuestos suele ser la homogeneidad del
campo, es decir, una sección del túnel de un cierto tipo, el terreno está definido por un índice,
lo que conduce a ocultar de alguna manera, y para eliminar el papel, las discontinuidades
todavía existen en la roca, que son varias veces las que condicionan la estabilidad del túnel.
Además, las máscaras de roca esconden sorpresas que difícilmente se pueden recopilar en un
índice de clasificación: áreas de mayor meteorización o fracturamiento. Cuando estos
problemas se detectan a tiempo, se abordan correctamente sin problemas graves; Sin
embargo, si no se detectan, pueden tener consecuencias graves.
En este procedimiento, se detallan algunos detalles que se utilizan para mejorar los proyectos
de monitoreo y la construcción de túneles, así como los casos reales que ilustran la línea
expuesta. Esta es la definición de todo lo necesario para la construcción de la misma, tanto
durante el proyecto en sí, como durante la construcción.
Se trata de analizar todas las condiciones que pueden afectar el comportamiento del túnel y
resolver todos los problemas planteados. Puede resumirse conociendo cómo se comporta el
suelo antes de la excavación: en las diferentes fases de éste, con los soportes aplicados.
La disposición del eje del túnel está fundamentalmente condicionada por las características
del trabajo proyectado. Pero es necesario analizar si, dentro de lo que permiten los parámetros
del paquete, uno puede evitar los terrenos más conflictivos, las fallas mayores, las grandes
contribuciones del agua. La ubicación de las boquillas es particularmente importante ya que
es necesario evitar las pendientes fundamentalmente inestables y las secciones transversales
asimétricas. (Pelaez Gonzalez, 2001).
Durante la fase del proyecto es cuando debe estudiar este tema cuidadosamente, para lo cual
se necesita un trabajo completo de geología, con la ayuda de investigaciones geotécnicas
apropiadas. Ser capaz de evitar un terreno de alto conflicto es la mejor manera de intentar
hacer un proyecto para que no haya problemas durante la construcción del túnel.
Si hay otras rutas alternativas y aparentemente más económicas, las razones para la elección
deberían estar muy bien argumentadas en el proyecto, para evitar tanto como sea posible
cambiar este diseño durante la fase de construcción.
Influye tanto en la geometría como en el tamaño. Es en el proyecto que debemos estudiar y
resolver cuidadosamente este aspecto; durante la construcción, por lo general no se puede
cambiar. En lo que respecta a la geometría, está claro que las formas circulares funcionan
mucho mejor que las formas ovales y rectangulares. Las formas de la sección influirán en el
estado de tensión desarrollado alrededor del túnel; y debe evitarse que aparezcan zonas de
tracción que descompriman la tierra y faciliten la liberación de masas de roca inestables. En
este tema también influyen el secreto, el coeficiente de empuje para descansar y, por supuesto,
la calidad de la tierra.
Si la estabilidad del túnel requiere la construcción de un obstáculo, está más cerca de la forma
del túnel en relación con el círculo. Con un terreno de calidad inferior, la forma del túnel tiene
más influencia en la estabilidad de la excavación; por lo tanto, mejor, minimiza los elementos
estructurales de la sostenibilidad y hace que los trabajos sean más seguros. En los últimos
años, se han construido túneles con secciones más grandes: autopistas, estaciones de metro. El
tamaño de la sección provoca dificultades que no son linealmente proporcionales: el aumento
de los volúmenes de roca inestables, los estados que se desarrollan, pernos de tensión más,
tenga en cuenta que cuanto mayor sea la excavación, mayor será el volumen de la tierra quien
está involucrado
Con estas secciones grandes, es problemático extrapolar exactamente los experimentos de los
túneles menores; Es esencial ir a la simulación numérica para verificar el comportamiento del
túnel en general, así como los diferentes elementos o partes de él.
El método de construcción puede ser decisivo, especialmente en los casos en que otras
condiciones pueden hacer que la construcción sea crítica, ya sea porque las características
geotécnicas son muy pobres, debido a la presencia de agua, o porque el el saldo final puede
verse afectado por los pasos anteriores (Romana Ruiz , 2009).
CONCLUSIONES