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Las reservas probadas de gas natural en Bolivia alcanzan los 10,7

trillones de pies cúbicos (TCF), los que al ritmo actual de consumo y


producción alcanzan para 14,7 años, reveló en su informe la empresa
canadiense Sproule.
La existencia de reservas probadas de gas natural, más las probables,
suma 12,5 TCF; y las probadas, más las probables y posibles
ascienden a 14,7 TCF.
Asimismo, las reservas de líquidos (petróleo y condensados) llegan a
los 240,9 millones de barriles probados.
Sproule fue contratada por Yacimientos Petrolíferos Fiscales
Bolivianos (YPFB) para la certificación de reservas al 31 de diciembre
de 2017. La presentación fue acompañada por el ministro de
Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, y el presidente de la estatal
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Óscar Barriga.
En 2009, la empresa Ryder Scott certificó que Bolivia contaba con
reservas probadas de 9,94 TCF y en 2013 GLJ realizó una nueva
certificación que reveló que se contaba con 10,45 TCF.
En la conferencia realizada ayer, el presidente y CEO de Sproule,
Cameron Six, explicó que la evaluación de las reservas se hizo a base
de la información técnica de todos los campos.
“Se hizo una evaluación de los volúmenes técnicos recuperables a
nivel de reservorio, pozos, campos y de contratos y a base de esto se
creó un resumen consolidado de las reservas”, añadió.
Six sostuvo que el trabajo tomó en cuenta la cuantificación y la
certificación independiente de las reservas probadas (1P), probadas
más las probables (2P) y probadas más las probables y posibles (3P)
de los 60 campos y 30 contratos con fecha efectiva al 31 de diciembre
de 2017, incluyendo los valores de reserva y los valores presentes
netos.
También se presentaron informes de la evaluación de los 37 campos
gasíferos y de los 17 campos petrolíferos a los que se les asignó
reservas en el país.
Respecto a las observaciones de la certificación, Six destacó que las
reservas de Bolivia tienen un alto índice de vida, llegando a los 14,7
años para las reservas probadas y 17,1 años para las reservas
probadas y probables.
De acuerdo con la información disponible, el presidente de Sproule
también destacó que los megacampos muestran un buen rendimiento
en los últimos años, lo que sugiere que se puedan realizar extensiones
en los mismos.
“También hemos observado que la producción de los megacampos ha
madurado positivamente reduciendo positivamente la incertidumbre
sobre los volúmenes recuperables a niveles probados”, manifestó el
ejecutivo.
Resaltó que en la evaluación se observó la existencia de proyectos de
optimización planificados en varios de los campos, sobre todo
destinados a la compresión, instalación de sartas de velocidad e
intervenciones en nuevos reservorios dentro de los yacimientos
existentes, lo cual ha aumentado los volúmenes.
Ayer, el Ministro remarcó que ahora con esta certificación se puede
garantizar la producción de gas (con el mismo ritmo de producción)
hasta por lo menos 2035.
“Hoy con la certificación estamos viendo las reservas más importantes
en la historia de Bolivia ” agregó.
Estimaciones
En diciembre pasado, durante una interpelación en la Asamblea
Legislativa Plurinacional, Sánchez señaló que las reservas de gas de
Bolivia alcanzarían los 10,5 TCF.
“Desde 2013, que certificamos 10,45 TCF, a la fecha, hemos
consumido: en 2014, 0,65 TCF; en 2015, 0,78; y en 2016, 0,75. Y la
declinación de los campos y los descubrimientos es 1,42 TCF y la
cuantificación, estimamos que va a estar por los 10,5 TCF”, indicó
Sánchez en aquella ocasión.
En 2015, el Ministro proyectó que las reservas de gas del país
alcanzaban los 13,45 TCF.
Sugieren tomar en cuenta reservas probables
El gerente para Latinoamérica de la firma canadiense Sproule
Internacional Limited, Vladimir Iglesias, aseguró ayer que las
empresas y gobiernos concretan sus inversiones en hidrocarburos a
base de las reservas de gas probadas y probables de un país, que en
el caso de Bolivia ascienden a 12,5 trillones de pies cúbicos (TCF) al
31 de diciembre de 2017.
“Muchas compañías basan sus decisiones de inversión y mercados en
las reservas probadas, más las probables, que es lo que se considera,
en nuestra práctica, el mejor estimado”, remarcó en una conferencia
de prensa.
Iglesias dijo, a base de la experiencia de Sproule, que las reservas
probadas de gas de un país son estimados muy conservadores, por lo
que muchas empresas suman las reservas probables en sus
proyectos de inversión.
Las reservas probadas de gas natural en Bolivia, más las probables,
suman 12,5 TCF; y las probadas, más probables y posibles ascienden
a 14,7 TCF.
En ese sentido, el índice de vida de las reservas probadas de Bolivia
es de 14,7 años, mientras que las reservas probadas más probables
alcanzarían hasta 17,1 años, a base de los niveles de producción
actuales en el país, según la empresa canadiense.
De acuerdo con el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez,
esta estimación del índice de vida de las reservas servirá para
garantizar los mercados interno y externo, además de abrir la puerta a
nuevos contratos con Paraguay y el sur de Brasil.

La canadiense Sproule Internacional Limited informó hoy que las reservas


probadas de gas natural de Bolivia al 31 de diciembre de 2017 son de 10,7
trillones de pies cúbicos (TCF).
Lo que significa que el país puede continuar con sus actuales volúmenes de
producción y exportación de gas durante los próximos 14 años, al ritmo de
explotación actual.
En tanto, las reservas de gas probadas y probables ascienden a 12,5 TCF; y
las reservas de gas probadas, probables y posibles llegan a los 14,7 TCF.
En 2009 la empresa Ryder Scott certificó 9,94 TCF y en 2013 la empresa GLJ
reportó 10,45 TCF.
En ese sentido, el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, destacó
las cifras expuestas por la empresa canadiense y aseveró que Bolivia tiene
reservas garantizadas para seguir con su actual ritmo de funcionamiento, por
lo menos, hasta el 2035.
"Garantizamos 14,5 años (de vida útil de las reservas de gas) con las actuales
condiciones que estamos produciendo (...). Está garantizado el
(abastecimiento) al mercado de Brasil, el mercado de Argentina y el
mercado interno también está garantizado hasta el 2035", señaló.
La canadiense presentó además un informe de los líquidos: petróleo,
condensados de gas, gasolina y GLP y dijo que hay reservas probadas de
240.9 millones de barriles, las probables llegan a 297,7 y las posibles a 376,1
millones.

Ministro de Hidrocarburos ratificó que reservas de gas


llegarán a los 10,5 TCF hasta marzo de 2018
El ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, ratificó este viernes que las reservas de
gas de Bolivia alcanzarían los 10,5 Trillones de Pies Cúbicos (TCF, por sus siglas en inglés) al
primer trimestre de 2018, por lo que se descarta las afirmaciones de algunos diputados
opositores que señalaron que el país no cuenta con reservas certificadas y que la perforación
de nuevos pozos se redujo en el actual gobierno.

El ministro Sánchez se sometió a un acto de interpelación que se extendió por casi cinco horas
y respondió una a una las 34 preguntas del pliego presentado por ocho diputados de la
oposición. Luego del acto interpelatorio, el pleno de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP)
resolvió por el Orden del Día Puro y Simple, y le dio un voto de confianza al ministro Sánchez.

“Entre el 2013, que certificamos 10,45 TCF, a la fecha hemos consumido: el 2014, 0,65 TCF, el
2015, 0,78 y el 2016, 0,75, y la declinación de los campos y los descubrimientos de Los
Sauces, Boquerón Este, reservorios Santa Rosa y Margarita de Huacaya, que es 1,42 TCF y la
cuantificación, estimamos que va a estar por los 10,5 TCF la certificación de reservas (que se
hará en los próximos meses)”, indicó Sánchez.

Recordó que cuando el presidente Evo Morales llegó al gobierno en 2006, no se encontró
documentación de las reservas de gas del país, lo cual dificultó la certificación. Añadió que
recién en 2009, la empresa Ryder Scott certificó que Bolivia contaba con una reserva de 9,94
TCF y que en 2013 la empresa GLJ realizó una nueva certificación que reveló que Bolivia
contaba con 10,45 TCF.

En ese marco, el ministro Sánchez explicó que desde el año 2013 a la fecha se hace una
cuantificación diaria de las reservas; es decir, que se descuenta lo consumido y se agrega los
nuevos descubrimientos y la producción que se tiene.

“La certificación de reservas no se hace cada año, se hace todos los días, Yacimientos tiene
una Gerencia de Reservorios; entonces hoy día produzco 30 millones de metros cúbicos para
Brasil, 12 millones de metros cúbicos para Argentina y 12 millones de metros cúbicos para
Bolivia: he consumido 50 millones de metros cúbicos; entonces, lo que hace la Gerencia de
Reservorios es que lo convierte en TCF y reduce la certificación del año 2013; entonces,
restamos lo producido o lo consumido”, detalló.

Por otro lado, el Ministro de Hidrocarburos informó que los recursos económicos obtenidos de
los gobiernos autónomos municipales y departamentales, y de las universidades, para
incentivar a las empresas petroleras a que inviertan en la exploración, explotación y
producción, están guardados en el Banco Central de Bolivia y ascienden a 211 millones de
dólares.

En ese sentido, calificó de exitosa a la Ley 767 de Promoción de Inversión en Exploración y


Explotación Hidrocarburífera, porque permitió que empresas petroleras sigan invirtiendo en
exploración en el país, a pesar de la baja en el precio internacional de los hidrocarburos. Sin
embargo, aclaró que no se paga ni un centavo a estas empresas hasta que logren producir y
vender este recurso natural. Remarcó que esta norma permitió que Bolivia firme contratos de
inversión para exploración por 1.800 millones de dólares.

Otro de los aspectos que subrayó Sánchez durante la interpelación fue que las reservas con
las que cuenta Bolivia alcanzan para cumplir los contratos de exportación que se tienen con
Brasil (que es hasta el año 2023) y con Argentina (hasta 2027), además de cubrir la demanda
interna hasta el año 2030.
Es el fin de un ciclo: urge cambiar la política hidrocarburífera
del país

Entre 2015 y 2018, la producción de gas se redujo de un promedio de 60


millones de metros cúbicos por día (MMm3d) a 50, aunque en diciembre de
2018 la producción alcanzó un promedio de 34 MMm3d.
La exportación de gas a Brasil en 2015 tenía un promedio de 30 MMm3d,
mientras que a finales de 2018 sólo alcanzó a 12. La exportación a Argentina
también se redujo en el mismo periodo, de 17 MMm3d a 8 MMm3d.
En medio de este escenario complejo, ambos mercados manifestaron su interés
de reducir los volúmenes de gas importados desde Bolivia.
Para el presidente del Consejo Nacional de Departamentos Productores de
Hidrocarburos (Codephi), Herland Soliz, estas cifras demuestran el fracaso de
la política hidrocarburífera del país, así como de la gestión del ministro del área,
Luis Alberto Sánchez, quien asumió el cargo a inicios de 2015.
“El señor Ministro de Hidrocarburos ha bajado considerablemente los números;
él no debería jactarse de las anteriores gestiones que sí los ha subido, porque él
los ha bajado”, dice.
Soliz afirma que, desde 2015, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos
(YPFB) ha firmado más memorándums de entendimiento que en cualquier otro
periodo, pero estos acuerdos no se materializaron en contratos serios de venta
de gas, pese a que el contrato con Brasil se acerca a su fin.
También hace notar que la exploración no ha tenido resultados positivos
durante los últimos 13 años y que las cifras de producción no se modificarán en
por lo menos 10 años, puesto que los resultados de esta actividad se ven a largo
plazo.
En consecuencia, Soliz propone orientar la política hidrocarburífera hacia tres
ejes: a corto, mediano y largo plazo. Señala que a corto plazo, en los próximos
tres años, se debe empezar a cambiar la matriz energética con inversiones en
energías alternativas, de modo que el uso del gas se reduzca y se destine a la
exportación.
A mediano plazo, en los próximos cinco años, señala que se debe invertir en
proyectos de mayor envergadura como la hidroeléctrica Rositas que, incluso,
permita exportar electricidad. Además, se debe priorizar la inversión en plantas
petroquímicas, pero con productos que cuenten con mercados asegurados.
A largo plazo, en los próximos 10 años, Soliz afirma que Bolivia podría
disponer de nuevas reservas de gas producto de los trabajos de exploración que
se realizan actualmente y que necesariamente deberá haber resuelto el tema
marítimo, ya sea por con una salida al Pacífico o al Atlántico, puesto que el
actual negocio del gas que se gesta es a través de la exportación de gas natural
licuado (GNL).
Fin de ciclo
Por su parte, el especialista en hidrocarburos Hugo del Granado considera que
cambió el ciclo de las materias y que por ello el precio del barril de petróleo
(WTI) ya no está por encima de los 100 dólares. También señala que los países
que eran consumidores hoy son productores: hallaron y desarrollaron reservas.
Ante ese escenario, cuestiona a las autoridades de Gobierno por no haber
tomado medidas a futuro adecuadas a las nuevas circunstancias.
Del Granado añade que “el exagerado estatismo del Gobierno en el manejo de
los recursos naturales y en su política económica” provocó que los
inversionistas alejen su atención de Bolivia, y que las inversiones sean
insuficientes para mantener el nivel de reservas y producción.
“Bolivia está demostrando no estar adecuadamente preparada para nuevo ciclo.
Lo que deberían hacer las autoridades es manifestar un cambio de actitud y no
insistir más bien con declaraciones que demuestran un gran entusiasmo de un
futuro que no es creíble”, indica.
Del Granado considera que, al mantener la política instaurada en 2006, el sector
hidrocarburos no cambiará de rumbo, los resultados serán los mismos y el país
continuará agotando “lo poco que le queda” de reservas de gas, lo que
profundizará la crisis.
Ante esta situación, el especialista propone cambiar la política estatista del
Gobierno, abrir mercados, flexibilizar el régimen fiscal, adecuar la estructura
jurídica del marco legal, crear un nivel regulatorio independiente y
técnicamente capaz que permita a los inversores tener mayor seguridad de
invertir con un árbitro imparcial.
PRONOSTICAN UN 2019 COMPLICADO
El exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, considera que la gestión
2019, en materia de exportación de gas, que es lo fundamental para el país,
será complicada, principalmente porque queda por negociar contratos con
empresas privadas y con Petrobras (Brasil) e IESA (Argentina).
“También queda esperar los resultados de la exploración para saber qué
nivel de reservas y producción se tienen para negociar. Habrá que cruzar
los dedos”, agregó.
Ríos dice que las bajas nominaciones de gas que realizan Brasil y
Argentina, que registran incremento de producción, podrían continuar en
2019.

PROPONEN CAMBIAR ESTRATEGIA DE YPFB


El especialista en hidrocarburos, Hugo del Granado, considera necesario
cambiar la estrategia comercial de YPFB y dejar de lado la subscripción
de actas de entendimiento y buena voluntad que no cierran nuevos
contratos de exportación de gas.
Sostiene que la estatal petrolera debe demostrar documentalmente las
condiciones de las reservas de gas de Bolivia para negociar nuevos
mercados, sin embargo, señala que la no publicación del último estudio
de cuantificación y certificación de reservas “es una mala señal de la
seriedad con la que puedan estar respaldado estos estudios”.

DATOS
Suman crítica al proyecto de la urea. La Secretaría de Hidrocarburos de
la Gobernación de Santa Cruz señala que la operación de la planta de urea
y amoniaco tiene 20 por ciento con relación a su capacidad máxima, que
es de 2.100 TM/D.
Regalías superan los Bs 870 MM en 2018. Entre enero y diciembre de
2018, las regalías por producción de hidrocarburos que recibieron los
departamentos productores alcanzaron a 874.143.642 bolivianos. Este
monto incluye los recursos descongelados por la producción de Incahuasi.
En 2018 volvió a caer la producción de gas. La producción de gas en la
gestión 2018 alcanzó un promedio de 50,90 MMm3d. Se trata del
volumen más bajo en los últimos cinco años, pues en 2014 el promedio
fue de 59,30 MMm3d; fue el mejor año de la historia.
YPFB pretende aumentar las conexiones de gas. La estatal petrolera
tiene previsto alcanzar el millón de conexiones a gas domiciliario en la
gestión 2019. Se alcanzaría al 65 por ciento de la población beneficiada
con este servicio.

DESARROLLO DE ARGENTINA Y BRASIL COMPLICA A


BOLIVIA
REDACCIÓN CENTRAL
Las reservas de gas con las que cuenta Argentina sólo en el yacimiento
Vaca Muerta ascienden a 500 trillones de pies cúbicos (TCF), mientras
que las reservas de Brasil, en el Presal, alcanzan a 800 TCF. Ante ese
desarrollo, ambos países dejan de depender, de modo paulatino, del gas
importado desde Bolivia.
Sin embargo, el presidente del Consejo Nacional de Departamentos
Productores de Hidrocarburos (Codephi), Herland Soliz, considera que el
poco interés de esos mercados en el gas boliviano se debe también a los
incumplimientos que registra YPFB en el envío de volúmenes de 2015.
Además, Soliz dice que otro factor que genera desconfianza en dichos
países es la cantidad de reservas de Bolivia, puesto que la última
certificación fue en realidad una evaluación de reservas.

YACIMIENTOS APUESTA POR LA INTERNACIONALIZACIÓN


REDACCIÓN CENTRAL
Ante el nuevo escenario del mercado del gas, en el que las negociaciones
ya no se realizan de Estado a Estado, Yacimientos Petrolíferos Fiscales
Bolivianos (YPFB) asumió una política de internacionalización con la
finalidad de buscar una participación activa en el mercado brasileño y
argentino, donde las negociaciones se efectuarán con actores privados,
informa el presidente de la estatal petrolera, Óscar Barriga.
“Vamos a buscar una diversificación de nuestros clientes, buscando
valorizar mejor nuestro gas”, declara Barriga, y agrega que YPFB ya entró
en contacto directo con las distribuidoras de Brasil con la finalidad de
diversificar clientes y ganar, en esa cadena de distribución, una parte de
las utilidades.
Añade que esa política se aplicará en el mercado argentino y paraguayo.

OPINIÓN
Álvaro Ríos. Exministro de Hidrocarburos
“Las reservas y capacidad de producción de gas natural están en caída”
Bolivia tiene un gran potencial gasífero en una zona tradicional,
geológicamente madura y de alta competitividad. Además, cuenta con una
infraestructura desarrollada para cubrir su mercado interno y los de exportación
a Brasil y Argentina. Esas son sus ventajas.
Las reservas (P1, P2 y P3) y capacidad de producción de gas natural están en
caída —de 60 a 54 millones de metros cúbicos por día (MMm3d)— entre 2014
a 2018 debido a que la exploración ha estado bastante detenida por los últimos
10 a 12 años.
En 2016 se ha introducido algunos incentivos que están detonando algo de
nueva exploración entre 2017 y 2021 en una zona muy tradicional y con mucha
infraestructura y con gran productividad. Se deben esperar los resultados y
Boyui es un ejemplo de esta nueva realidad. Los primeros resultados se verán a
partir de 2019 y vamos a cruzar los dedos para que la geología resulte favorable.
El contrato Bolivia-Brasil está pronto a vencer en 2019/2020 y esto implica
serias negociaciones en los próximos dos años con Petrobras y agentes
privados. Brasil tiene nueva producción en camino del Presal y también oferta
de GNL para las termoeléctricas y es definitivamente competencia para el gas
de Bolivia.
El contrato con Argentina fue firmado en 2006 y concluye en 2026 y ha tenido
muchas particularidades e incumplimientos de ambos lados, y Argentina ha
planteado su revisión con diferentes volúmenes y precios, principalmente por
la nueva producción en Vaca Muerta y los suministros del GNL.

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