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CONCEPTO DE COSTUMBRE.
La fuente del Derecho conocida como costumbre, es aquella
que se configura cuando una comunidad o sociedad manifiesta
comportamientos uniformes que se mantienen o reiteran durante un lapso
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prolongado, sin que dichas conductas sean ordenadas o impuestas por
autoridad alguna, sino por que la misma comunidad considera que son justas.
por ende, esas conductas van creando norma jurídica.
En sus inicios el ordenamiento romano se constituyó con base
en las llamadas mores maiorum o costumbres de los antepasados; las que
configuraron un derecho no escrito.
Lo anterior se explica por cuanto la sociedad romana de la
época profesaba el culto a los antepasados ( dii manes) y, como lógica
consecuencia, las conductas que dichos antepasados acostumbraban a
observar frente a determinados hechos eran consideradas legítimas, justas
y,como tales, sus descendientes las repetían o reiteraban.
LOS PONTÍFICES.
Se dio el nombre de pontífices a los miembros del colegio
sacerdotal exponente de la religión pagana romana.
ACTIVIDAD JURÍDICA DE LOS PONTÍFICES.
Durante la época arcaica no existió una nítida diferenciación
entre Derecho y religión; por ende las normas jurídicas tienen fuertes
componentes de religiosidad.
Los pontífices eran los conocedores de las mores maiorum,
como consecuencia de lo anterior, tienen en sus manos la administración del
ordenamiento jurídico de la civitas; es decir, son los llamados a resolver los
litigios o, en otras palabras, en caso de controversia o conflicto relacionado con
una materia de derecho, son los competentes para decidir si la conducta
específica de civite o quirite se ajusta o no a la costumbre jurídica a la que
debían ceñirse los ciudadanos en sus relaciones recíprocas.
Como sabios del derecho, cuando un particular quería conocer la opinón frente
a un problema jurídico, consultaba al colegio pontifical. La respuesta solía ser
comunicada en estilo oracular, por cuanto no expresaba las razones en las que
se fundamentaba.
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IUS Y FAS.
Los pontífices establecían cuales eran las conductas lícitas en
el ámbito civil o de relaciones entre particulares; para ello comparaban los
comportamientos específicos sometidos a su consideración con las mores o
costumbres. esto constituyó lo que se conoció como ius y más
específicamente como ius civile o ius quiritium.
en conclusión, el ius civile es el derecho propio de los cives o
ciudadanos romanos y está constituido por aquello que-en esta época- se
consideraba por los pontífices como “lo justo” en el ámbito de las relaciones
entre particulares.
Ya a fines de la época quiritarias, los romanos comienzan a
separar los ámbitos de lo civil y lo religioso, distinguiendo entre el ius y el fas.
Ya ha quedado dicho que el ius es lo lícito civil; mientras que
el fas identifica la esfera compuesta por todo lo no prohibido en el ámbito
religioso.
LA LEY DE LAS XII TABLAS.
La ley de las XII tablas fue redactada entre los años 451 y 450
a.C.
Su concreción es consecuencia de una rebelión de la plebe y responde a la
idea de establecer un derecho mínimo igualmente aplicable a patricios y
plebeyos.
Ella constituye la escrituración del ius civile vigente, constituido
a su vez por las costumbre jurídicas y, más específicamente, por aquellas que
fueron consideradas como aplicables a ambas clases.
Desde que aparece como acto legislado, recibirá el nombre de ius legitimum
o derecho de la Ley.
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a) Contiene normas del “derecho de familia romano”, estructurando la
organización de la familia, consagrando los más amplios poderes para el
paterfamilias.
b) Contiene normas que regulan el “derecho sucesorio”; específicamente se
refiere al otorgamiento de una amplia libertad para testar; a falta de
testamento, regula la llamada sucesión intestada o ab intestato.
c) En relación con el derecho de dominio o propiedad, regula los actos y
requisitos necesarios para adquirir la calidad de dueño de una cosa.
d) En una de las tablas se encuentran reproducidas las normas a las que
deben ceñirse los civites al momento de reclamar justicia en su favor; a
saber, las relativas al procedimiento civil.
e) La ley de las XII Tablas prácticamente no contiene normas relativas a las
obligaciones o deudas, así como tampoco referidas al contrato como medio
para crear obligaciones entre particulares.
Lo anterior, dado que a la época la economía romana se basaba en
la actividad agrícola y ganadera, el tráfico mercantil era muy básico o
rudimentario, el dinero ofrece sólo una escasa importancia; por ende el
ordenamiento jurídico aún no se preocupaba mucho del tema de las
relaciones de crédito y deuda.
La ley solamente contiene normas relativas al nexum, una arcaica
forma de préstamo que refleja el rechazo de los romanos hacia el
endeudamiento de los jefes de familia; ya que el mencionado nexum le
permite al que prestó tener prácticamente una actitud de amo respecto de
su deudor.
f) en materia penal, se establece un sistema de multas o penas en dinero al
que quedaban afectos aquellos que incurrían en delitos que afectaban
únicamente a la persona o los intereses de un particular; esto es, referida a
los delitos privados.
g) Se legisla en cuanto al “derecho sacro”, destacando la norma que prohíbe
la suntuosidad de los funerales.
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Para finalizar, digamos que en lo futuro los jurisprudentes sólo
tomaron la ley de las XII Tablas como una base, como una referencia
jurídica, ya que en su labor, siempre buscaron acomodar las normas civiles
en ella contenidas a la cambiante realidad social. Como fruto de este
empeño se fue gestando un nuevo derecho civil más científico que terminó
por sobreponerse al texto codificado.
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Durante la época quiritaria, Roma fundaba su economía en la actividad
agraria y los romanos eran un pueblo de campesinos y pastores.
Este escenario experimenta un cambio a partir de la era pre-clásica, por
cuanto Roma comienza su expansión, y consiguiente relación con otros
pueblos; lo que activa el tráfico mercantil o comercial.
Dada esta nueva situación socio-económica romana, la ley de las XII
Tablas se torna insuficiente para regular los cada vez más complejos aspectos
jurídicos. Por ende, se hace imprescindible la adecuación del ordenamiento a
la realidad.
Este ajuste o adecuamiento del derecho no se realizó a través de la
dictación de leyes, sino fundamentalmente a través de la labor de los
jurisconsultos o jurisprudentes romanos.
Fuentes primarias:
1. Jurisprudencia
2. Edicto del pretor
Fuentes secundarias
1. Ley pública
2. Ley privada
1. LA JURISPRUDENCIA.
La jurisprudencia es un conjunto de opiniones, respuestas, criterios
acerca de lo justo, emanados de personas consideradas por la sociedad como
sabios del derecho, denominados iurisprudens, a saber, jurisprudentes o
jurisconsultos.
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LOS JURISCONSULTOS.
Son ciudadanos versados en el derecho, verdaderos cultores de la
ciencia jurídica, aprendida a través de una enseñanza de maestro a discípulo.
Los jurisprudentes gozan de auctoritas; es decir, un saber jurídico
socialmente reconocido y, debido a esto, van asentando los principios y
criterios que vienen a enriquecer y adecuar el iuís civile; a pesar que no tienen
potestas; esto es, carecen del poder estatal para dictar normas.
En la práctica ellos son los conocedores del ius civile; tal como en la
época arcaica lo fueron los pontífices. La diferencia fundamental con estos
últimos, radica en que los jurisprudentes son laicos y no religiosos.
Cabe precisar que el acceso a esta actividad fue libre, pero en la
práctica quedó reservada a la nobleza o nobilitas, debido a que la profesión de
jurista no era lucrativa, de modo que la dedicación al conocimiento y el otium
indispensable para su ejercicio sólo era alcanzable para personajes de alta
posición social y económica.1
1
Alejandro Guzmán Brito; “Derecho Romano privado”; Editorial Jurídica de Chile; 2004
7
que efectivamente se cumplan todos los requisitos exigidos por el derecho
y, así el referido negocio produzca los efectos deseados y tenga plena
validez.
Gracias a esta actividad, los iurisprudens adaptan los antiguos actos
y negocios del ius quiritium a las nuevas necesidades.
C. RESPONDERE. Significa responder.
El responsum es la actividad de mayor relevancia, no sólo porque es
la labor más amplia y permanente, sino por que es la que refleja mejor la
auctoritas propia de los jurisprudentes.
Consiste en dar respuesta, en manifestar opinión frente a preguntas
referidas a materias de Derecho, así como también, en dar un criterio de
solución frente a un caso planteado por un particular, por el magistrado
jurisdiccional, el juez e incluso otro jurista.
Estas respuestas o responsa carecían de poder vinculante, de
obligatoriedad inmediata y general, ya que los jurisconsultos estaban
desprovistos de potestas, desde el momento que eran particulares sin cargo
oficial.
Sin embargo y gracias a su auctoritas, los criterios de solución y las
opiniones jurídicas provenientes de ellos, van asentando los principios y
reglas del ius civile, a la par de enriquecerlo y adecuarlo a la realidad social.
El reconocimiento social del saber del jurista va implícito en el acto
mismo de consultársele pero, sin duda, se aprecia en plenitud en la
aceptación que los pretores y jueces le dan a su respuesta, reflejándola en
sus edictos y sentencias2.
2
SAMPER, Francisco. Derecho Romano, Ediciones Universidad Internacional SEK, Santiago de Chile, 1993
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ACTIVIDAD JURÍDICA DEL PRETOR.
En Roma el pretor constituía un órgano jurisdiccional, su principal tarea
era la de decidir si la pretensión jurídica de una parte en contra de otra, debía
ser objeto de un juicio ante un juez privado; ello implicaba el poder de conceder
una acción al interesado o de denegarla ( con lo cual no procedía juicio
alguno).3
Cabe precisar que al pretor no le compete dictar la sentencia que
resuelve el caso, ya que esta tarea le corresponde al juez (iudex o iudice
privatum).
Sin embargo, el oficio del pretor no se agotaba en dar o no acciones;
también estaba facultado para recurrir a medios parajurisdiccionales con la
finalidad de resolver conflictos entre partes, por ejemplo, los interdictos
posesorios, las puestas en posesión de los bienes de la herencia.
Puesto que el pretor está inserto en el cursus honorum, es decir, en una
carrera política y no se ha dedicado a los estudios de Derecho; para
desempeñar sus funciones jurisdiccionales se hace asesorar por un consilium
o consejo de jurisprudentes de carácter privado y no oficial, cuya tarea es
asistirlo en cuestiones jurídicas.
3
GUZMÁM Brito, Alejandro. Op. Citada.
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El edicto del pretor está constituido por una lista de acciones procesales
que el magistrado ofrece a las personas que están en una de las situaciones
de hecho descritas en el propio texto edictal; tales acciones no se ceñían
necesariamente al ius civile, sino que podían estar superpuestas a él;
complementándolo e incluso contradiciéndolo.
Pero ello no significaba la derogación del ius por el edicto, sino que uno
y otro se incluyen como fuentes distintas en el peculiar sistema jurídico romano
de creación del derecho.
CLASES DE EDICTOS
a) Edictos perpetuos
b) Edictos translaticios
c) Edictos nuevos
d) Edictos repentinos
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d) Edicto repentino. Es el nombre que se le dio a las normas que el pretor
decidía dictar durante su año de ejercicio y que no había señalado al comienzo
de su período ni como nuevas, ni como trasladadas.
Los edictos se publicaban en el album compuesto por tablas blancas,
sobre las cuales la norma edictal se escribía en negro.
A partir de la época de Augusto (S.I d.C.), el album anual del pretor
tiende a estabilizarse y estancarse, hay poca creatividad, en el sentido que
cada vez menos los pretores del año siguiente introducían modificaciones al
edicto del año anterior.
CLASES DE PRETORES.
1. pretor urbano
2. pretor peregrino
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Con ello no derogaba ni modificaba el derecho civil, pero su nuevo
criterio tenía pleno efecto o aplicación durante su año de ejercicio y dentro del
proceso en al que se refería la nueva norma.
Ahora bien, si el nuevo principio era aceptado por los sucesivos pretores
y también por sus respectivos consejos de jurisprudentes, el nuevo criterio o
precepto se consolidaba.
Al conjunto de normas edictales emanadas de los pretores y que
establecieron nuevos principios o criterios, se le conoció como derecho
pretoriano o derecho honorario; el cual coexistió con el ius civile .
En definitiva, el ius hororarium es el que está conformado por aquel
conjunto de normas jurídicas que provienen de los edictos de los magistrados
jurisdiccionales.
En el Digesto D.1.1.7.1 se señala:”derecho pretorio es el que por razón
de utilidad pública introdujeron los pretores para ayudar o suplir o corregir el
derecho civil; el cual también se llama derecho honorario...”
SIMILITUDES:
a) El edicto mantiene un orden de materias que proviene del antiguo ius
quiritium y presenta indistintamente, acciones derivadas del ius civile,
junto con otras de creación pretoriana o edictal.
b) La elaboración de los edictos se encomienda, de hecho, a los
jurisconsultos que forman el consilium del magistrado. En la práctica, la
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jurisprudencia utiliza el edicto, de breve duración temporal, como campo
experimental para probar sus resultados en casos reales e introducir
innovaciones y así obtener una depuración previa de los criterios que,
posteriormente, serán objeto de un mayor desarrollo científico.
CONTEXTO JURÍDICO. En sus Instituciones, Gayo nos dice que el ius civile
es el ordenamiento propio del pueblo romano, aplicable solamente a sus
ciudadanos.
Pero la nueva realidad demostró que los romanos se relacionaban
jurídicamente con extranjeros, los cuales quedaban totalmente excluidos de
ese ordenamiento. Ello ocasionó innumerables problemas, sobre todo al pretor
peregrino, el cual no sabía qué normas aplicar a la hora de dirimir un conflicto
entre extranjeros en Roma o entre éstos y los ciudadanos.
Por lo anterior, el magistrado y su consejo de jurisprudentes se vieron
enfrentados a la labor de crear un nuevo derecho privado, de alcance o
aplicación general o universal, capaz de ser comprendido en sus criterios de
justicia por romanos y extranjeros, por pueblos de cultura, religión e
idiosincrasia diferentes.
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Para el establecimiento de un ius gentium, aplicable a todos por igual, el
pretor peregrino y su consilium se basaron en valores comunes a todos.
Los principios sobre los que se sustenta el derecho de gentes fueron la
bona fides o buena fe, la ratio naturalis o razón natural y la aequitas o
equidad.
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Fides significa respeto, lealtad a la palabra empeñada. Cuando se habla de bona fides se alude a una relación
recíproca, en la que dos personas quedan entregadas, la una a la otra, a la lealtad de la palabra empeñada en
un acto no formal.
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Por ejemplo, el derecho de gentes introdujo a la realidad jurídica
romana, negocios o contratos para cuya existencia y validez no se
requería el cumplimiento de ritualismos, sino que bastaba el
compromiso asumido por los involucrados para que se generaran los
efectos buscados; como son los contratos de compraventa,
arrendamiento, mandato y sociedad.
Estas características lo hacen preferido incluso en las relaciones
entre romanos, que lo utilizan frecuentemente.
En definitiva, el ius gentium termina por imponerse como el nuevo
derecho privado romano en la época clásica, ya que incorpora las
instituciones del ius civile arcaico, a la vez que lo enriquece y flexibiliza
para hacerlo más accesible a todos, manteniendo lo formal restringido a
lo estrictamente necesario.
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cívica –comicio o concilio de la plebe- a rogatio o propuesta de un
magistrado.
En Roma las asambleas legislativas no tienen poder de
autoconvocatoria y decisión, por lo tanto, se reúnen a petición de un
magistrado. Cuando la convocatoria emana de un cónsul o un pretor, se
trata de un comicio; si surge de un tribuno de la plebe, estamos frente a un
concilia plebis.
La aceptación de los comicios a la rogatio del magistrado es
meramente pasiva, se limita a manifestar si adhiere a ella, o si prefiere que
no se innove sobre la materia; pero no tienen la capacidad para proponer,
discutir o modificar el texto de la rogatio.
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Etapa de evolución del ordenamiento romano, que abarca desde el siglo
II a.C hasta la primera mitad del S. III d.C.
Su inicio está marcado por el establecimiento del procedimiento civil por
fórmulas y su fin coincide con la muerte de Alejandro Severo.
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EL IUS PUBLICE RESPONDENDI. A partir de Augusto, los Príncipes y
posteriormente los Emperadores, acostumbraron distinguir a los jurisprudentes de
su consilium, con la concesión del ius publice respondendi ex auctiritate
principis.
El ius publice consistía en la facultad de emitir criterios, opiniones,
respuestas o dictámenes sobre materias de derecho con la autoridad del príncipe;
pero sin tener fuerza obligatoria de ley.
En pocas palabras, estaban capacitados oficialmente para decir el ius en
nombre del Príncipe.
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LA ENSEÑANZA DEL DERECHO EN LA ÉPOCA CLÁSICA.
Durante este período se formaron dos grandes “escuelas”, conformadas
por juristas que mantuvieron diferencias doctrinales acerca de variados
aspectos jurídicos.
1. La escuela proculeyana. Fundada por Antistio Labeón (10 d.C),
continuador de la tradición de Servio Sulpicio Rulfo, fue conformada entre
otros, por Nerva padre e hijo y por Próculo.
2. La escuela sabiniana. Fundada por Casio Longino (70 d.C.) y Masurio
Sabino; contó entre sus adherentes más destacados con Salvio Juliano,
autor del Edicto Perpetuo.
LA LITERATURA JURÍDICA.
La jurisprudencia clásica alta se caracteriza por el florecimiento de la
actividad de respondere, es decir, la labor de los juristas se traduce en
respuestas, tanto orales como escritas.
Es precisamente esta modalidad escrita la que da pie a una literatura
jurídica abundante y de calidad, fundada siempre en un método casuístico.
La literatura jurídica de la época se divide en varios géneros literarios, a
saber:
a) Responsa. Colecciones escritas de respuestas orales dadas a privados
o a magistrados.
b) Questiones. Colecciones de casos prácticos resueltos y comentados
por prudentes, hechas con fines de enseñanza.
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c) Digesta. colecciones de casos prácticos resueltos y citados con el
propósito de comentar e ilustrar el texto de los edictos.
d) Monografías sobre determinadas materias.
e) Comentarios generales, al Edicto y al derecho civil. Destaca el
“Comentario al Edicto” del gran jurista Labeón; el “Derecho Civil” de
Masurio Sabino.
5
SAMPER, Francisco. Obra citada.
20
LOS PRINCIPALES JURISCONSULTOS DE ESTA ÉPOCA.
Juliano y su discípulo Cecilio Africano, a quien debemos la transmisión
de los estudios de su maestro.
Emilio Papiniano (212 d.C.) y sus discípulos Paulo (226) y Ulpiano .
Modestino, discípulo de Ulpiano.
Florentino y Marciano, de quienes se conservan varios fragmentos en el
Corpus Iuris.
Pero, sin duda, el más popular de los jurisconsultos clásicos es Gayo,el
cual desarrolló una labor docente y literaria. Sus Instituciones, libro de
enseñanza jurídica, hicieron famoso el nombre de su autor incluso en el
periodo post-clásico.
Además, el texto ha tenido la suerte de llegar hasta nosotros
prácticamente íntegro e inalterado, por lo que resulta precioso para el
conocimiento del derecho clásico.
La división que hace Gayo de las materias tratadas en “personas”,
“cosas” y “acciones”, ha servido de modelo a los modernos códigos civiles
europeos.
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El senadoconsulto no es fuente directa del ius civile y su validez
depende de los recursos procesales que el magistrado concede al litigante que
los invoca.
3. COSTUMBRE.
Esta fuente del derecho se mantiene viva, si bien no con la importancia y
la fuerza de épocas anteriores, sobre todo, de la quiritaria.
La costumbre mantiene su presencia a nivel provincial, donde en la
práctica judicial existe mayor tolerancia hacia los usos locales por parte de los
magistrados; ya que ellos no aplican el procedimiento per formulas sino que se
limitan a procesos interdictales.
La jurisprudencia clásica establece principios relativos a la fuerza de la
costumbre frente a la ley.
Salvio Juliano señala que si la ley ha caído en desuetudo, esto es, no
tiene aplicación práctica, no es usada por la base social, la costumbre
imperante tiene la fuerza de derogar dicha ley.
Su criterio se basa en considerar que si la ley tiene valor, tiene fuerza
vinculante por votación del pueblo; la norma consuetudinaria y no escrita debe
valer como si fuese ley, ya que se funda en el tácito consentimiento o
aceptación del pueblo.
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EL EDICTO DEL PRETOR EN EL PRINCIPADO
Durante este período histórico, la actividad creadora de derecho de los
magistrados disminuye hasta desaparecer.
Por una parte, lo anterior tiene sus causas en el hecho que
gradualmente el Príncipe va concentrando en su persona la producción
jurídica.
Por la otra, el sustancial aumento de edictos pretorianos que se
arrastraba de la era pre clásica, condujo a una cada vez mayor incertidumbre
jurídica.
Todo lo anterior llevó a la dictación del Edicto Perpetuo.
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CONTEXTO HISTÓRICO
El régimen político que acompaña el desarrollo del derecho post clásico
es conocido como Dominado o Imperio Absoluto, instaurado a partir de
Dioclesiano en el 285 d.C.
CONTEXTO JURÍDICO
Desde los inicios del siglo IV d.C. y –más específicamente bajo el
Imperio de Constantino- el Emperador se convierte en la única fuente del
derecho, ya que concentra en su persona todo el poder legislativo.
Las normas jurídicas que de él emanan se conocen como leges y tienen
carácter obligatorio general.
6
DERECHO ROMANO; A. Topasio; editorial latinoclásica, Valparaíso, 1992; pág.69
24
emanadas de jurisconsultos distintos. a mayor abundamiento, en ocasiones el
juez no tenía la posibilidad de comprobar la autenticidad de los textos citados
por las partes.
En la época del Dominado, los operadores jurídicos no manejaban los
textos originales de los grandes juristas clásicos; más bien, habían proliferado
las transcripciones y resúmenes de tales obras, en una tendencia simplista y
vulgarizante que imperó y que, consecuencialmente, trajo aparejada una “crisis
de autenticidad”.
Debido a la realidad antes descrita, los emperadores de los siglos IV y V
d.C. debieron procurar solución a la incertidumbre que asolaba a los jueces y a
la antes mencionada crisis de autenticidad. para ello, dictaron varias leyes de
citas.
Por ejemplo: en el año 321 d.C. Constantino dicta una constitución
imperial en la cual da fuerza a las opiniones de Papiniano.
En el 325 d.C. a través de otra constitución imperial el mismo
Constantino permite citar, además de Papiniano al jurisconsulto Paulo
(discípulo del anterior), concretamente su obra “Sentencias”, pero únicamente
en lo que no contradiga a Papiniano.
LA LEY DE CITAS
En el siglo V – específicamente en el 426 d.C.- el emperador de oriente
Teodosio II dicta la que se conoce como la ley de citas por antonomasia; la
cual es publicada en occidente por Valentiniano III.
Ella establece el principio en virtud del cual “la jurisprudencia vale como
derecho, en la medida que la lege imperial así lo permite”.
La mencionada ley de citas reconoce validez, a saber, fuerza vinculante,
sólo a las obras de cinco jurisprudentes clásicos, a saber, Papiniano, Paulo,
Ulpiano, Modestino y Gayo (todos habían recibido el ius publice respondendi
salvo Gayo).
Para el caso de disparidad de opiniones sobre un punto de derecho,
establecía que debía considerarse la opinión de Papiniano.
25
En el 438 d.C. se amplía el criterio, ya que también se le reconoció
validez a los textos de aquellos juristas que aparecían citados en las obras de
los cinco jurisconsultos mencionados.
26
comentarios de los últimos juristas clásicos, que ofrecían una visión bastante
completa del ius sólo se podían consultar en pocos lugares, y es fácil que las
constituciones imperiales, en principio, no se publicaran ni difundieran
oficialmente”.7
7
Kunkel, Historia del Derecho Romano, p.p. 110-111
27
En occidente el año 506 se publica el brevario de alarico que
pretende reunir en una sola colección todo el derecho romano vulgar para
que sirva de apoyo a los jueces.
Consta de dos partes que corresponden una a las leges y la otra a los
iura.
Aunque esta obra fue compuesta para el reino hispano-galo de los
godos, alcanzó gran prestigio en toda la europa occidental, donde se tuvo por
el derecho romano mismo durante toda la alta edad media.
Los reyes bárbaros centran su labor legislativa en la dictación de
edictos, entre los cuales destacan el edicto de teodorico; el edicto de
eurico y la lex romana burgundionum.
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El año 529 se publicó el nuevo código de justiniano o novus
iustinianus codex; quedando prohibido citar o recurrir a otras colecciones o a
constituciones no incluidas en él.
El año 534 se promulga una edición posterior conocida como codex
repetitae praelectionis, en la que se agregan las novelas promulgadas por
justianiano y una serie de decisiones del emperador relativas a puntos jurídcos
o administrativos.
Esta segunda versión es la definitiva y ha llegado hasta nuestros días.
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El CORPUS IURIS CIVILIS
Es el nombre que, a partir del siglo XVI se le da a la colección íntegra
que comprende la segunda edición del Nuevo Código de Justiniano, el
Digesto, las Instituciones y las Novelas dictadas después de la
publicación del Codex por Justiniano.
El corpus por su contenido y volumen es la fuente fundamental para el
conocimiento del Derecho Romano.
BIBLIOGRAFIA
D`Ors, Alvaro: Derecho Privado Romano, EUNSA, España, 2002
Guzmán, Alejandro: Derecho Privado Romano, Editorial Jurídica de
Chile, Santiago de Chile,
Samper, Francisco: Derecho Romano, Ediciones Universidad
Internacional SEK, Santiago de Chile, 1993
Topasio, Aldo: Derecho Romano. Fundamentos para la Docencia,
Ediciones latino clásica, 1992
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