Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
1 INTRODUCCIÓN
Japón (nombre oficial, Nihon o Nippon Koku, Japón), monarquía constitucional situada
en el este de Asia, que comprende cuatro grandes islas, así como las islas Ryūkyū y
más de 1.000 islas menores adyacentes. Limita al norte con el mar de Ojotsk, al este
con el océano Pacífico, al sur con el océano Pacífico y el mar de la China Oriental, y al
oeste con el estrecho de Corea y el mar del Japón (mar Oriental). Las islas japonesas se
extienden en un arco irregular desde la isla de Sajalín (perteneciente a Rusia) a la isla
de Formosa (Taiwan). El propio Japón consta de las grandes islas de Hokkaidō, la más
septentrional, Honshū, la isla principal, Shikoku, y Kyūshū, la más meridional. En
conjunto, estas islas tienen una superficie total de unos 362.000 km²; añadiendo las
numerosas pequeñas islas cercanas, la extensión de Japón es de 377.837 km². Tokio es
la capital y mayor ciudad del país.
La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) ocupó las islas Kuriles, situadas
al norte de Hokkaidō y conocidas con el nombre de Chishimaretto durante la
hegemonía japonesa, al finalizar la II Guerra Mundial según el acuerdo alcanzado en la
Conferencia de Yalta en 1945. Hasta la rendición incondicional de Japón a los aliados
el 2 de septiembre de 1945, el imperio nipón controlaba, además de lo que es
actualmente Japón y las islas Kuriles, un área de aproximadamente 1.651.100 km2,
que englobaba Corea, Formosa, Dongbei Pingyuan (Manchuria), el territorio
arrendado de Guangdong (Kwangtung), las islas Pescadores, Karafuto (la mitad
meridional de Sajalín), así como las islas Marshall, las islas Marianas (excepto Guam,
posesión de Estados Unidos) y las islas Carolinas, territorios bajo mandato japonés
desde el Tratado de Versalles de 1919, después de la I Guerra Mundial.
2 TERRITORIO Y RECURSOS
Las islas de Japón son las cimas de una enorme cadena de montañas que en su origen
formó parte del continente asiático, del cual se separó durante el cenozoico. La isla
principal, Honshū, con una forma alargada y estrecha, tiene una anchura máxima de
241 km y una longitud de unos 1.000 km; ningún punto de Japón está a más de
161 km del mar. La costa de Japón es muy grande en proporción a la superficie de las
islas y totaliza, con sus múltiples bahías y accidentes, unos 29.751 km. La costa del
Pacífico es muy accidentada, debido a la acción erosiva de las mareas y de las fuertes
tormentas costeras. La costa occidental de Kyūshū, en el mar de la China Oriental, es el
sector más irregular de la costa japonesa. En la costa oriental, al norte de Tokio, hay
algunas ensenadas navegables, pero las mejores bahías y puertos de Japón se
encuentran al sur. Entre Honshū, Shikoku y Kyūshū está Seto-Naikai o mar Interior,
salpicado de islas y conectado con el océano Pacífico y el mar del Japón (mar Oriental)
por tres estrechos angostos a través de los que raramente pasan las tormentas
oceánicas. La costa occidental de las islas de Japón, en el mar del Japón (mar Oriental),
donde casi no se producen mareas, es relativamente recta y mide menos de 4.830 km;
los únicos accidentes destacados en esta zona costera son las bahías de Wakasa y
Toyama en Honshū.
Japón tiene un paisaje de montañas altas y valles profundos, con muchas llanuras
pequeñas. Debido a la secuencia alternante de montaña y valle y a que la mayoría del
suelo es rocoso, se estima que sólo el 12,9% del territorio japonés está cultivado.
Aunque Japón tiene abundantes cursos de agua —prácticamente cada valle tiene una
corriente de agua— no hay grandes ríos navegables; los existentes varían en tamaño
desde los arroyos esporádicos durante el deshielo de primavera o la estación lluviosa
de verano a las pequeñas corrientes que se mantienen incluso durante la estación
seca. La sucesiones de rápidos y caídas son tan comunes que sólo los barcos con un
calado muy somero pueden navegar por los ríos. El río más largo de Japón es el
Shinano, en Honshū, con 367 km; otros ríos destacados de esta isla son el Tone, el
Kitakami, el Tenryu y el Mogami. Entre los ríos más importantes de Hokkaidō se
encuentran el Ishikari (el segundo río más largo de Japón), el Teshio y el Tokachi. El
Yoshino es el río más largo de Shikoku. Los abundantes lagos japoneses son notables
por su belleza; algunos se localizan en los valles fluviales, pero la mayoría son lagos de
montaña y muchos son áreas turísticas durante el verano. El mayor lago de Japón, que
cubre unos 685 km2, es el Biwa, en Honshū.
Las llanuras japonesas se extienden a lo largo de los cursos bajos de los ríos más
importantes, en mesetas a lo largo de las laderas inferiores de las cadenas montañosas
y en las tierras bajas junto a la costa. Las llanuras más extensas se localizan en
Hokkaidō: a lo largo del río Ishikari, en el sector occidental de la isla, siguiendo al río
Tokachi en el sureste y rodeando las ciudades de Nemuro y Kushiro en el centro de la
costa este. Honshū tiene varias llanuras importantes; en la llanura de Osaka se hallan
las ciudades de Kōbe, Kioto y Osaka, en la llanura de Kanto se asienta Tokio, y Nagoya
es la ciudad principal de la llanura de Nobi. La llanura de Tsukushi es la más destacada
de Kyūshū.
Las montañas de Japón son el rasgo más notable de su topografía. Las cordilleras
montañosas se extienden por las islas de norte a sur. Las principales cadenas radian
otras más pequeñas que se extienden lateralmente o corren paralelas a la cordillera
principal y a menudo descienden a la costa, donde forman bahías y puertos. En el
norte, la isla de Hokkaidō se caracteriza por una cordillera volcánica que desciende
desde las Kuriles y aparece en la parte suroccidental de la isla. Estas montañas se
bifurcan en dos líneas cerca de la bahía de Uchiura, en la costa suroccidental, y
reaparecen en la isla de Honshū en dos cordilleras paralelas; la menor, situada por
completo en el noreste, separa el valle del río Kitakami del océano Pacífico. La
cordillera principal continúa a través del suroeste hasta que encuentra una masa de
sierras que la cruzan, cierran la meseta del río Shinano y forman un cinturón
montañoso, el más elevado de Japón, que atraviesa la parte más ancha de la isla. El
pico más elevado, con 3.776 m, es el Fuji Yama, un volcán inactivo que se encuentra
cerca de Yokohama, y que es uno de los temas favoritos del arte nipón, por su
excepcional belleza y por ser único en altura y forma. Una de las cadenas subsidiarias
de la cordillera central recibe el nombre de Alpes Japoneses por la grandiosidad de su
paisaje; el punto más alto de la cadena es el Yariga (3.180 m). Más al sur, se encuentra
otra cadena con elevaciones destacadas, cuya altura máxima es el monte Shirane
(3.192 m). Las islas de Shikoku y Kyūshū tienen también cadenas montañosas, aunque
ninguna tiene ningún pico superior al Ishizuchi (1.982 m) en la isla de Shikoku. Los
volcanes son bastante frecuentes; se conocen unos 200, de los que unos 50 están
activos. Las fuentes termales y las áreas volcánicas emiten abundantes gases.
2.3 Seísmos
Los terremotos son frecuentes en Japón. Un estudio mostró que las perturbaciones
sísmicas, sobre todo de naturaleza menor, ocurrían más de tres veces al día. Las
investigaciones geológicas han demostrado que bajo el impacto continuo de estas
perturbaciones la costa occidental de las islas niponas se está asentando, mientras que
la del Pacífico está en ascenso. Las costas orientales están expuestas a terremotos de
gran intensidad que afectan a grandes áreas y normalmente están acompañados por
grandes maremotos; parece que estas ondas comienzan cerca de la costa nororiental
de Honshū, donde se cree que existe un gigantesco cráter marino a más de 8.000 m de
profundidad. El terremoto más catastrófico de la historia nipona tuvo lugar en 1923;
su epicentro se localizó en la bahía de Sagami y afectó a Tokio y Yokohama
provocando 150.000 víctimas. En 1995 la ciudad portuaria de Kōbe se vio afectada
por un seísmo que causó 5.000 víctimas.
2.4 Clima
Las islas japonesas ocupan una franja de 17º de latitud, y sus condiciones climáticas
varían mucho. Las temperaturas tienen un promedio que oscila desde unos 5 ºC en
Nemuro (Hokkaidō) hasta unos 16 ºC en Okinawa. Hokkaidō y el sector meridional de
Honshū se caracterizan por veranos cortos e inviernos largos y fríos debido en gran
parte a los vientos noroccidentales procedentes de Siberia y la corriente fría de Ojotsk
(u Oya Shivo), que fluye hacia el sur en el mar del Japón (mar Oriental). Hacia el sur y
el este de esta región la influencia de la corriente cálida de Kuro-Shivo modera los
inviernos. En Shikoku, Kyūshū y en el sur de Honshū los veranos son cálidos y
húmedos, casi subtropicales, y los inviernos son templados con pocas nevadas. Japón
se encuentra en el camino de los monzones surorientales, que aportan bastante de la
humedad en verano. Las precipitaciones anuales varían desde unos 1.015 mm en
Hokkaidō hasta 3.810 mm en las montañas del centro de Honshū. Desde junio hasta
octubre tienen lugar ciclones tropicales, también llamados tifones: pueden causar
graves daños, sobre todo a los barcos.
Los recursos naturales más importantes de Japón son principalmente los agrícolas.
Aunque la tierra cultivable es limitada, Japón tiene una de las mayores producciones
mundiales por área sembrada y el país produce el 71% de sus alimentos. El gran
potencial de energía hidroeléctrica de Japón se ha desarrollado en buena medida, pero
los recursos minerales son limitados; el país importa la mayor parte de los minerales
que necesita.
El gorrión, la golondrina casera y el tordo son las aves más comunes de Japón. Las
aves acuáticas constituyen casi el 25% de las especies conocidas y aparecen especies
como la grulla, la garza, el cisne, el pato, el cormorán, la cigüeña y el albatros. Las aves
canoras son numerosas; el camachuelo y dos variedades de ruiseñores son los más
conocidos. Otras aves comunes son el petirrojo, el cuco, el pájaro carpintero, el faisán
y la paloma.
En las aguas costeras de Japón abundan los peces, que se capturan en enormes
cantidades y son consumidos como pescado fresco o en conserva o utilizados para la
fabricación de fertilizantes. También son comestibles diversas especies de algas.
Japón tiene fuentes limitadas de energía natural tradicional pero igualmente posee un
sector industrial en crecimiento y una gran población con uno de los niveles de vida
más elevados del planeta. Para lograrlo ha seguido una agresiva política de energía
nuclear y actualmente obtiene cerca del 31,94% de su energía a partir de plantas
nucleares, con expectativas de llegar hasta el 60% hacia el año 2030. Hay 53 plantas
nucleares en funcionamiento. La ubicación de estas plantas, en lo que respecta a los
riesgos de terremotos, almacenamiento de desechos nucleares, importación de
combustible nuclear, y exportación del combustible consumido para su
reprocesamiento, plantea importantes riesgos medioambientales y de seguridad.
Japón tenía una gran reserva de plutonio a principios de los años noventa. Otras
fuentes de energía son la hidroelectricidad, el carbón y el petróleo. Aún con el
desarrollo de la energía nuclear, Japón produce casi el 5% del total de las emisiones de
gases con efecto invernadero. El Gobierno ha diseñado estrategias de carácter
nacional para enfrentarse a éste y a otros problemas.
La activa economía de Japón ha generado muchos problemas, también habituales en
otros países industrializados. Alguno, como la contaminación del aire, es mucho más
severo debido a la elevada concentración de zonas urbanas; el 66% (2005) de la
población es urbana y ocupa sólo un 3% de la tierra. Las concentraciones de dióxido
de azufre han caído significativamente en respuesta a las regulaciones
medioambientales, pero los óxidos de nitrógeno, que contribuyen a la lluvia ácida y
provocan enfermedades, aún son un problema. La calidad del agua ha ido mejorando
desde 1970, pero muchas superficies de agua todavía exceden los niveles relacionados
con las sustancias orgánicas. Los aumentos de desechos domésticos en los años
ochenta se encontraban entre los más altos del mundo, y Japón se enfrenta a severas
reducciones, en cuanto a espacio, para ubicar vertederos.
Los desastres naturales forman parte de los riesgos de vivir en Japón. Debido a que
este país se encuentra en el Anillo de Fuego, el círculo sísmico de la cuenca del
Pacífico, está sujeto a numerosos terremotos. El más reciente de los más graves
ocurridos se desarrolló en Kobe en enero de 1995 y provocó la muerte a más de 5.000
personas. Los terremotos más distantes de las islas generalmente llegan a la costa con
tsunamis, y algunas ciudades están protegidas con enormes muros artificiales en el
mar. En Japón también se encuentra el 20% de los volcanes activos del planeta. Por
último, los tifones a veces afectan a las islas meridionales.
Japón se encuentra entre los pocos países asiáticos que ha ratificado el Convenio de
Ramsar sobre zonas húmedas. En 1980 ya había declarado cuatro reservas de biosfera
bajo el programa El Hombre y la Biosfera de la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Otros acuerdos medioambientales
internacionales son los relativos al Tratado del Antártico, biodiversidad, cambios
climáticos, especies en peligro de extinción, cambios medioambientales, residuos
peligrosos, vertido de residuos al mar, prohibición de realizar ensayos nucleares, capa
de ozono, contaminación naval y madera tropical (1983 y 1994).
3 POBLACIÓN
Los actuales japoneses son esencialmente mongoloides, al igual que los chinos y
coreanos, aunque algo más bajos. Los ainus, individuos de un pueblo caucásico que en
la actualidad reside en Hokkaidō, suponen el único grupo foráneo significativo, pero
en la actualidad sus miembros están mezclados con japoneses. Japón es una sociedad
urbana industrializada y más de las tres cuartas partes de la población viven en áreas
metropolitanas. El japonés es el idioma oficial, pero además muchos japoneses
utilizan el inglés.
Japón tiene una población de 127.288.420 habitantes (según estimaciones para 2008).
Tiene 340 hab/km² de densidad de población.
Japón está dividido en 47 prefecturas, entre las que se encuentra Okinawa, ocupada
por Estados Unidos después de la II Guerra Mundial y devuelta en 1972 a Japón.
Tokio, el centro comercial y financiero del país, tenía una población (según
estimaciones para 2007) de 8.339.695 habitantes. Otras ciudades importantes son
Yokohama (3.562.983 habitantes), destacado puerto marítimo y centro industrial;
Osaka (2.510.459 habitantes), importante puerto marítimo, terminal aérea y uno de
los mayores centros financieros de Japón; Nagoya (2.154.287 habitantes), destacado
centro industrial; Kioto (1.389.595 habitantes), la capital histórica, famosa por su
artesanía y por ser centro industrial; y Kōbe (1.502.772 habitantes), destacado puerto
marítimo y núcleo de transportes. Otras 75 ciudades tienen poblaciones superiores a
los 250.000 habitantes.
3.4 Religión
4 EDUCACIÓN Y CULTURA
4.1 Historia
Con el comienzo del gobierno del emperador Meiji Tenno (reinó desde 1867 hasta
1912) y el inicio de la denominada época Meiji, Japón experimentó una
transformación radical en todos los aspectos que también afectó a la educación. El
Ministerio de Educación se creó en 1872 y, en ese mismo año, una ley estableció la
educación primaria universal. El gobierno envió delegados a Europa y a América para
aprender nuevos enfoques educativos, e invitó a educadores extranjeros a que
aportaran sus programas educativos e iniciaran cambios en las escuelas japonesas. En
1877, se fundó la Universidad de Tokio. Como resultado de estas reformas, Japón
surgió como una nación moderna con un completo sistema educativo nacional, en
línea con el de la mayoría de los países occidentales.
La derrota de Japón en la II Guerra Mundial dio como resultado una serie de cambios
educativos, muchos de los cuales fueron impuestos en 1946 por los estadounidenses
aunque algunos no se mantuvieron después de que Japón recobrara la soberanía en
1952. Se prohibió la enseñanza desde postulados nacionalistas, se puso un gran
énfasis en los estudios sociales y los procedimientos del aula se orientaron de nuevo a
fomentar la autoexpresión de los alumnos.
La educación es gratuita y obligatoria durante 10 años, entre los 6 y los 15 años; los
seis primeros son de escuela elemental, los siguientes corresponden a la escuela
secundaria o superior elemental. Después de este nivel, la educación es opcional en
instituciones de enseñanza superior privadas o públicas. La enseñanza secundaria
concluye a los 17 años. En 1997–1998 Japón tenía 24.376 escuelas primarias a las que
asistían anualmente alrededor de 7,39 millones de alumnos con una plantilla de
362.605 profesores. Las escuelas de secundaria contaban con 622.207 profesores. Hay
también escuelas de formación profesional, así como colegios para disminuidos
físicos. Los colegios universitarios privados están muy difundidos y son muy
competitivos.
4.4.1 Bibliotecas
Tokio tiene una categoría superior a otras ciudades niponas en cuanto al número de
bibliotecas importantes. Entre las más notables destaca la Biblioteca Nacional de la
Dieta, con siete departamentos y unos 9,4 millones de volúmenes, y la Biblioteca del
Gabinete, en Tokio, con unos 549.000 volúmenes. Entre las colecciones universitarias
importantes de la capital se encuentran la Biblioteca de la Universidad de Tokio, con
más de 6 millones de volúmenes, la Biblioteca de la Universidad Meiji, con alrededor
de 1,1 millones de volúmenes, y la Biblioteca de la Universidad de Nihon, con
aproximadamente 4,2 millones de volúmenes.
4.4.2 Museos
5 ECONOMÍA
5.1 Agricultura
Según datos para 2006, la producción anual en toneladas era: arroz, 10,7 millones;
patatas o papas, 2,60 millones; caña de azúcar, 1,25 millones; y fruta, 5,12 millones,
con una importante cosecha de mandarinas, melones y manzanas. También es
destacable la producción de remolacha azucarera, rábanos, coles, batatas, coles chinas,
cebollas y pepinos. Otros cultivos relevantes son los tomates, el trigo, las habas de
soja, el té y el tabaco.
5.3 Minería
Los recursos minerales de Japón son variados pero limitados en cantidad. La caliza es
la roca más explotada. También se extraen otros minerales como carbón, cobre,
plomo, cinc y otras rocas como la cuarcita, pero en cantidades insuficientes para
cubrir la demanda interior.
5.4 Industria
5.5 Energía
El Banco de Japón, establecido en 1882, es el banco central, actúa como agente fiscal
del gobierno y es el único emisor de moneda. Más de 85 bancos comerciales
constituyen el núcleo del sistema financiero japonés. La Bolsa de Tokio es uno de los
principales mercados bursátiles del mundo. La unidad monetaria de Japón es el yen
dividido en 100 sen (116,30 yenes equivalían a 1 dólar estadounidense en 2006).
A principios de la década de 1990, el comercio con los países asiáticos suponía cerca
del 42% de las importaciones japonesas y el 33% de sus exportaciones. Los
principales socios comerciales asiáticos de Japón eran Corea del Sur, China, Taiwan,
Hong Kong, Indonesia, Arabia Saudí y Singapur. Durante el mismo periodo, los países
de la Unión Europea —en especial Alemania, Francia y Gran Bretaña— aportaban el
13% de las importaciones japonesas y compraban el 17% de sus exportaciones.
Estados Unidos absorbe el 28% de las exportaciones japonesas y aporta el 22% de sus
importaciones. Otros socios comerciales destacados de Japón son Australia, Canadá y
los países de la antigua Unión Soviética.
5.8 Transporte
5.9 Comunicaciones
En 2005, había 460 teléfonos y 542 equipos informáticos en uso por cada mil
habitantes. Se utilizaban alrededor de 121 millones de aparatos de radio y 92 millones
de receptores de televisión. Se publican 108 periódicos diarios; su circulación
combinada excede los 73 millones de ejemplares. Los diarios japoneses tienen una de
las mayores tiradas totales del mundo. Los periódicos con mayor difusión son el
Tokyo’s Asahi Shimbun y el Yomiuri Shimbun.
5.10 Trabajo
5.11 Turismo
Unos 7,33 millones de extranjeros visitan Japón anualmente, mientras que se estima
que 12 millones de japoneses viajan fuera de sus fronteras. Los ingresos turísticos
anuales de Japón son de 26.875 millones de dólares.
6 GOBIERNO
Japón está gobernado de acuerdo con los principios de la Constitución que entró en
vigor en 1947 bajo la supervisión de las autoridades aliadas de ocupación después de
la II Guerra Mundial; según sus términos, el emperador es el símbolo de la nación.
Desde 1947 la Dieta (Kokkai) japonesa ha sido el órgano supremo de gobierno y sus
miembros eligen al primer ministro. La Dieta, bicameral, está integrada por la Cámara
de Representantes (Shugi-in, cámara baja) y la Cámara de Consejeros (Sangi-in,
cámara alta). Los 480 miembros de la cámara baja se eligen para un periodo que no
supera los cuatro años. Los 247 miembros de la cámara alta son elegidos para
periodos de seis años; cada tres años se celebran elecciones parciales para cubrir la
mitad de los escaños. La Cámara de Representantes es la más poderosa de las dos
pues puede vetar las decisiones tomadas por la Cámara de Consejeros, además de
controlar la gestión legislativa de los tratados y de los asuntos fiscales. El sistema de
votación mayoritario en vigor desde la II Guerra Mundial fue sustituido en enero de
1994 por un sistema de representación proporcional. En ambas cámaras de la Dieta
algunos escaños se ocupan ahora directamente, a través de elecciones de distrito, y
otros se conceden a los diversos partidos políticos, según los resultados de las
elecciones nacionales. En la cámara baja se ocupan directamente 300 escaños y los
180 restantes son asignados según listas de partidos; en la cámara alta, 149 se ocupan
directamente y 98 se asignan según listas de partidos. Todos los ciudadanos japoneses
mayores de 20 años tienen derecho a voto.
Tras las elecciones legislativas de 2003, las formaciones más representadas eran el
Partido Liberal Democrático, el Partido Democrático de Japón, Nuevo Komeito, y el
Partido Comunista.
El país está dividido en 47 prefecturas (en la isla de Honshū, las prefecturas están
incluidas en siete regiones, divisiones administrativas de entidad mayor), entre las
que se encuentra Okinawa, devuelta por Estados Unidos en 1972; cada una está
administrada por un gobernador electo y una asamblea. Todos los municipios de las
prefecturas tienen una asamblea legislativa compuesta por los representantes
elegidos por el pueblo. Los municipios gozan de amplios poderes; controlan la
educación pública y pueden exigir impuestos.
6.6 Salud y bienestar social
Los servicios de bienestar social han experimentado una gran expansión desde la
II Guerra Mundial, estableciendo cobertura social para personas necesitadas y
discapacitadas, tercera edad, pensionistas, infancia y maternidad. Varios sistemas de
seguros cubren por completo a la población. La mayoría de los trabajadores se jubilan
a los 55 años de edad y reciben pensiones de retiro que suponen el 40% de su salario.
Las condiciones sanitarias son excelentes en general. Según datos para 2008, la
esperanza de vida al nacer es de 78,7 años para los hombres y de 85,6 para la mujeres;
la tasa de mortalidad infantil era muy baja, 3 fallecidos por cada 1.000 nacidos vivos.
Japón tiene un médico por cada 497 habitantes y una cama de hospital por cada 70
habitantes.
6.7 Defensa
7 HISTORIA
Las culturas paleolíticas del Japón prehistórico dieron paso hacia el 10000 a.C. a la
cultura neolítica denominada Jomon, caracterizada por sus cerámicas muy decoradas,
modeladas a mano y cocidas a bajas temperaturas, cuyos restos se han encontrado por
todo Japón, y viviendas sofisticadas o chozas. Su economía estaba basada
aparentemente en la caza, en la pesca y en la recolección, quizás con técnicas muy
primitivas. La sociedad del periodo Jomon parece que era bastante igualitaria, con
pocas divisiones sociales.
Finalizado el periodo Jomon, una nueva cultura, que comenzó en Kyūshū, se fue
extendiendo lentamente hacia el este e imponiéndose de forma gradual. La cultura
Yayoi era más avanzada, introdujo el cultivo encharcado del arroz, el tejido, utilitarias
cerámicas cocidas a altas temperaturas y herramientas de hierro. La mayoría de las
innovaciones Yayoi, especialmente el hierro y el bronce, fueron introducidas
probablemente desde China a través de Corea. Unas costumbres de enterramiento
más diversas y sofisticadas indican que la sociedad Yayoi era más compleja y
estratificada que la Jomon. El advenimiento de la cultura Yayoi no implicó cambios
raciales, por lo que, probablemente, fue más un proceso de difusión cultural que una
conquista étnica.
Hacia el año 200 la emperatriz Jingu —una gobernante legendaria que llegó a ser
considerada diosa— mantuvo el gobierno a la muerte de su esposo, el emperador
Chuai (reinó desde el 192 hasta el 200). Se dice que la emperatriz guerrera equipó una
armada e invadió y conquistó una parte de Corea. Aunque hay pocas evidencias
históricas de la existencia de Jingu, las inscripciones coreanas del siglo V d.C.
registraron la existencia de una gran expedición desde Wo, alrededor del 391, fecha
en la que la corte de Yamato presumiblemente tenía asegurada la unidad nacional
como para sostener una expedición militar y establecer un dominio japonés en
Minami, en la península de Corea. El reino de Paekche, en Corea suroccidental, era un
aliado subordinado de la corte de Yamato. La cultura coreana, bajo la influencia china,
se había desarrollado de forma considerable y, durante los siguientes siglos, las
relaciones entre Japón y Corea (así como el movimiento de población) estimularon
considerablemente el desarrollo de la civilización de las islas. La escritura, literatura y
filosofía chinas se hicieron populares en la corte de Yamato, en donde a principios del
siglo V, se empezó a utilizar la escritura china. Hacia el 430 la corte imperial nombró a
sus primeros historiógrafos y se registraron los hechos de manera más formal.
El gobierno de los Yamato consolidó su poder con la creación de una forma primitiva
de sintoísmo que también servía de instrumento político. Durante el final de la cultura
Yayoi y principios del periodo Kofun, los caudillos Yamato ejercieron un control
indirecto sobre varias tribus, conocidas con el nombre de uji; cada una de ellas tenía
sus propios dioses y su propio dominio. Las más importantes de las uji fueron los
muraji y los omi entre quienes los Yamato reclutaban a los oficiales de gobierno. Las
grandes tumbas de los notables del clan se decoraban frecuentemente con figuras de
cerámica de soldados, personas y objetos, denominadas haniwa. El gobierno del clan
imperial, respetado como clan dirigente, era más nominal que real, aunque su
principal deidad, la diosa sol, era venerada por todos.
El periodo Asuka comenzó cuando la emperatriz Suiko (reinó desde el 593 hasta el
628) subió al trono y estableció su palacio en el valle de Asuka, en la provincia de
Yamato (actual prefectura de Nara). Su sobrino y regente, Shotoku Taishi, empezó un
programa reformista marcado por la pérdida del dominio coreano de Minami y los
problemas internos de Japón. En el 604, estableció la primera constitución japonesa, la
Constitución de Diecisiete Artículos, que comprendía un conjunto de principios
simples para el buen gobierno siguiendo el modelo centralista de China y
estableciendo una jerarquización entre los cortesanos. Los intentos de Shotoku por
promover el budismo en todo el país sirvieron para extender la civilización
continental en todo Japón.
Las reformas de Shotoku fueron continuadas por el príncipe Naka no Oe, el posterior
emperador Tenchi Tenno, y por Nakatomi Kamatari, fundador de la familia Fujiwara,
que en el 645 derrocó al clan Soga e inauguró las denominadas reformas Taika, que
fortalecieron la casa imperial y debilitaron las uji, cuyas tierras fueron ocupadas y
luego redistribuidas a la gente. El gran consejo, el Dajokan, dirigió el reino a través de
gobernadores locales enviados desde la capital, siguiendo el modelo chino. El fracaso
del último intento japonés durante siglos de intervenir en Corea (663) incitó a Tenchi
a realizar reformas más centralistas. Codificó estas nuevas medidas en el denominado
sistema ritsu-ryo, dividido en ritsu (códigos criminales) y ryo (códigos civiles y
administrativos), que impuso una estructura estatal elaborada sobre el país con poca
atención a la antigua importancia de la nobleza.
Denominado así por la nueva capital, este periodo introdujo a Japón en 350 años de
paz y prosperidad. Hacia el siglo IX, la corte de Yamato gobernaba todas las islas
principales de Japón excepto Hokkaidō, aunque las campañas de pacificación
prosiguieron para someter a los habitantes aborígenes del norte de Honshū. Sin
embargo, durante el siglo IX, los emperadores comenzaron a retirarse del gobierno
activo; delegando los asuntos de gobierno en sus subordinados, se retiraron de la vida
pública y, a la vez, se les consideró más como abstracciones que directores de la vida
nacional, en parte debido a los onerosos deberes rituales impuestos al emperador
como cabeza del culto estatal sintoísta. El retiro de los emperadores estuvo
acompañado por el aumento de poder de la familia Fujiwara cuyos miembros, en el
año 858, se convirtieron en los amos virtuales de Japón y mantuvieron su poder
durante los tres siglos siguientes monopolizando los altos cargos cortesanos y
controlando a la familia imperial mediante el matrimonio de sus hijas con
emperadores generación tras generación, a los que se les animaba a retirarse pronto
en favor de los sucesores infantiles dominados por los regentes Fujiwara. En el 884,
Fujiwara Mototsune pasó a ser el primer dictador civil oficial (kampaku). El más
destacado de los dirigentes Fujiwara fue Fujiwara Michinaga, cuyas cinco hijas se
casaron sucesivamente con emperadores y desde el 995 hasta 1028 dominó la corte.
En 1156, una guerra civil (el Disturbio Hogen), estalló entre los emperadores
retirados y reinantes y las ramas asociadas de la familia Fujiwara, dando entrada a los
clanes militares. Después de la segunda guerra, el Disturbio Heiji (1159-1160), los
Taira aplastaron a los Minamoto y tomaron el control de Japón, antes en manos de los
Fujiwara. El dirigente Taira, Taira Kiyomori, fue nombrado ministro jefe en 1167 y,
modelando sus políticas en las de los Fujiwara, monopolizó los cargos de la corte con
los miembros de su familia y casó a su hija con un príncipe imperial; su hijo pequeño
Antoku se convirtió en emperador en 1180. En el mismo año, un dirigente
superviviente Minamoto, Minamotono Yoritomo, erigió su cuartel en Kamakura, en el
este de Japón, y comenzó un levantamiento que después de cinco años de guerra civil,
en la batalla naval de Dannoura (1185), cerca de lo que hoy en día es Shimonoseki, en
el mar Interior, derrotó y expulsó a los Taira. Yoritomo se convirtió en el dirigente de
Japón, finalizando la era de administración imperial e inaugurando una dictadura
militar que dirigió Japón los siete siglos siguientes.
Enfatizando la casi completa ruptura entre las formas de gobierno civil y militar,
Yoritomo permaneció en Kamakura, y utilizó su cuartel de campo, el bakufu (en
japonés, ‘gobierno de tienda’), como núcleo de su nueva administración. En adelante,
el feudalismo japonés se desarrolló hasta que fue más fuerte que la administración
imperial. Yoritomo nombró guardias y administradores que dirigieran las provincias y
los estados hacendados en paralelo con los gobernantes y propietarios oficiales. En
1192, creó el cargo del Seiitaisogún (‘gran general bárbaro dominado’), por lo general
abreviado como sogún, el comandante militar en jefe, con autoridad para actuar
contra los enemigos del emperador en cualquier momento. Mediante esta red militar,
Yoritomo era ya el dirigente virtual de Japón, así como dirigente titular de su
sogunado, ante el que el emperador y su corte carecían de poder. Kamakura se
convirtió en sede del poder real, gobierno verdadero, mientras que Kioto permaneció
como la corte titular sin ningún poder.
A pesar de la conclusión violenta de la larga paz Heian, el Japón Kamakura fue fértil
culturalmente. La trágica caída de los Taira se inmortalizó en una epopeya bélica, el
Heike monogatari (‘Los relatos del clan Taira’, c. 1220). La tradición poética clásica
quizás alcanzó su punto más alto con la compilación realizada en 1205 del Shin
kokinshu (‘Nueva antología de poemas antiguos y modernos’) por Fujiwara Teika bajo
el emperador Go-Toba. Las nuevas formas de budismo, especialmente las escuelas de
la Tierra Pura y Zen, se extendieron y alcanzaron mayor popularidad que las sectas
más antiguas. Las sectas Zen y los dirigentes militares honrados estimularon la
escultura vigorosa de Unkei y sus sucesores.
Durante más de 100 años los Hojo mantuvieron su poder. Sus oficiales y
administradores de las provincias consiguieron el poder sobre las tierras y
propiedades locales y se unieron para formar nuevos clanes militares, los daimio, que
se convirtieron en el mayor desafío a la autoridad del sogunado. En 1274, y de nuevo
en 1281, el Imperio mongol, que entonces tenía el control de China y Corea, intentó
invadir Japón, ambas veces sin éxito. Las invasiones supusieron una disminución
fuerte de los recursos económicos y los Hojo fueron incapaces de recompensar a los
daimio por su apoyo durante las invasiones. El emperador Daigo II Tenno, dirigió una
rebelión contra los Hojo apoyado en los desafectos daimio, especialmente Ashikaga
Takauji, dirigente del clan Ashikaga. La revolución, denominada Restauración Kemmu,
culminó en 1333 con la deserción de los principales vasallos del sogunado y con la
caída de los Hojo.
7.5 Periodo Muromachi (1333-1568)
Desde 1333 hasta 1336, Daigo II Tenno intentó restaurar la administración imperial.
Sus ideas reaccionarias predestinaron su fracaso y Ashikaga Takauji se sublevó,
instaló su propio candidato a emperador y expulsó a Daigo de Kioto, que se refugió en
Yoshino; sus seguidores se trasladaron a Yoshino, una región al sur de Nara, en
Honshū, y establecieron una corte rival. En 1338, Takauji se convirtió en sogún y
erigió su propio bakufu en Kioto. El distrito Muromachi de Kioto (que pasó a ser la
sede del sogunado de Ashikaga), dio su nombre al periodo de su gobierno. La guerra
civil entre Daigo y sus sucesores y los emperadores controlados por los Ashikaga
continuó durante 56 años. Por fin, en 1392, un enviado Ashikaga persuadió al
emperador verdadero en Yoshino para abdicar y renunciar a las insignias imperiales
sagradas. Con sus candidatos reconocidos como emperadores de derecho, los sogunes
Ashikaga fueron, en teoría, los dirigentes legítimos de todo Japón, aunque nunca
pudieron ejercer el control absoluto sobre los poderosos daimio. El tercer sogún
Ashikaga, Yoshimitsu, se distinguió por su enérgico gobierno y por patrocinar la obra
Zeami de teatro nō. En general, el periodo Muromachi fue uno de los más refinados
temas artísticos y literarios. Esta época también vio el desarrollo del budismo como
fuerza política; durante algunos siglos, los monasterios budistas habían sido tan ricos
y poderosos que fueron grandes fuerzas en el país, cambiando la tendencia de los
enfrentamientos medievales con sus ejércitos fuertes y sus monasterios fortificados.
El vibrante pero caótico Japón del periodo de los Estados Opuestos fue finalmente
reunificado en el siglo XVI, en el periodo Azuchi-Momoyama, una época corta de
intenso cambio, que recibió este nombre por los magníficos castillos (aunque pronto
destruidos) de las dos figuras principales, Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi. Su
esplendor, realzado por las brillantes pinturas de Kano Eitoku, representa el vigor de
la época. Oda, un general descendiente de los Taira, inauguró el periodo sometiendo a
otros daimio y entrando en Kioto en 1568 para nombrar un sogún afín, que fue
expulsado de Kioto en 1573 cuando intentó adquirir mayor autonomía. Oda acabó con
el poder de los monasterios entre 1570 y 1580 y anuló el budismo como fuerza
política; combinó la sabia administración de las tierras sojuzgadas con la persecución
implacable a sus oponentes. En 1582 Oda murió a manos de un vasallo agraviado y
Toyotomi Hideyoshi —un campesino que se había convertido en uno de los
comandantes de Oda— tomó el poder y hacia 1590 unió todo Japón bajo su mandato.
El último sogún Ashikaga abdicó en 1588, e Hideyoshi aseguró su gobierno mediante
una administración sistemática: las tierras se midieron y los impuestos se
racionalizaron en función a la producción de arroz; los campesinos fueron confinados
a sus poblaciones y desarmados. Convencido de que el cristianismo ponía en peligro
su régimen, Hideyoshi comenzó a perseguir a los cristianos japoneses. Sin embargo,
nunca estableció el control completo sobre los daimio y fracasó en sus intentos de
ocupar Corea en 1592 y en 1597. Hideyoshi murió en 1598 y sus vasallos pronto
rompieron su juramento de lealtad a su hijo menor y comenzaron a pelearse por la
sucesión. Finalmente, en 1600, Tokugawa Ieyasu venció a sus rivales en la batalla de
Sekigahara, y se convirtió en el dirigente indiscutible de todo el país.
Según los códigos de Ieyasu (el denominado sistema bakuhan), los feudos daimio
(han) y sus administradores, así como el emperador y su corte, se pusieron bajo el
estricto control Tokugawa. Cada daimio estaba dirigido por un gobernador supremo
dentro de su feudo, que debía jurar fidelidad al sogún, dejar a su familia como rehenes
en Edo y asistirle personalmente en años alternativos. Las confiscaciones de tierra
realizadas después de la batalla de Sekigahara convirtieron a la familia Tokugawa en
la más rica de Japón, ya que pasó a controlar la cuarta parte de la tierra del país, bien
de forma directa o a través de sus vasallos inmediatos. Se estableció una
jerarquización de los daimio de acuerdo con sus relaciones con los Tokugawa y los
más sospechosos de estos, como los grandes feudos occidentales de Satsuma y
Choshu, fueron vigilados por feudos fieles estratégicamente localizados. El derecho de
confirmar la propiedad de cada daimio en lo sucesivo fomentó el poder del sogunado.
Las clases sociales se estratificaron de forma rígida en cuatro grupos principales:
guerreros, campesinos, artesanos y mercaderes. Los samuráis componían la
aristocracia guerrera y gozaban de varios privilegios mientras que los campesinos se
organizaron en grupos y poco a poco quedaron fijados a la tierra, pagando impuestos
en dinero o especie y otros servicios feudales. La forma de feudalismo establecida por
Ieyasu y los sucesivos sogunes Tokugawa se mantuvo hasta el final del periodo feudal
a mediados del siglo XIX.
Durante los dos siglos siguientes las formas del feudalismo se mantuvieron estáticas.
El bushido, el código de los guerreros feudales, se convirtió en el estandarte de la
conducta para los grandes señores y la clase acomodada de los samuráis que actuaron
como sus partidarios y administradores. La cultura de Edo, cerrada a la influencia
exterior, fue muy activa y produjo el teatro kabuki, el arte de Honami Koetsu y la
escuela Ukiyo-e, y la literatura de Ihara Saikaku y Matsuo Basho. El confucianismo
pasó a ser la nueva ideología del gobierno, lo que provocó una fuerte reacción
tradicionalista y una defensa del nacionalismo proimperial.
A pesar de esto, las nuevas condiciones sociales y económicas de las islas durante el
siglo XVIII comenzaron a indicar el inevitable colapso del rígido feudalismo. La
población creció rápidamente y agotó hasta el límite los recursos agrícolas. Las
comunicaciones internas, el comercio y la economía monetaria aumentaron y se
desarrollaron gracias al aumento de la riqueza de los daimio, mientras que los
mercaderes ricos aumentaron su poder social y político, constituyendo el grupo más
importante de la jerarquía social Tokugawa. Durante el siglo XVIII, Edo, con un millón
de habitantes, era la mayor ciudad del mundo, centro de una de las economías más
avanzadas y prósperas del mundo preindustrial. A la vez, los disturbios del
campesinado se hicieron más frecuentes bajo la presión de la carencia de alimentos.
Durante este periodo, Japón logró mantenerse al margen del imperialismo europeo
que, en esa época, había engullido a otros países asiáticos. Mediante una imitación
concertada de la civilización occidental en todos sus aspectos, se propusieron hacer de
Japón una potencia mundial, bajo el lema fukoku kyohei (“enriqueced el país,
fortaleced el Ejército”); oficiales franceses se encargaron de la remodelación del
Ejército, los marinos británicos reorganizaron la Armada y los ingenieros holandeses
supervisaron las nuevas construcciones en las islas. Se enviaron varios especialistas
japoneses para analizar los gobiernos extranjeros y para seleccionar sus mejores
características que se aplicarían en Japón; se redactó un nuevo código penal a imagen
del francés, se estableció un Ministerio de Educación en 1871 para desarrollar un
sistema educativo basado en el de Estados Unidos, que fomentaría una ideología
nacionalista y la exaltación del emperador a partir del desarrollo del sintoísmo. El país
experimentó un rápido crecimiento industrial bajo la supervisión del gobierno. En
1872, se decretó el servicio militar universal y, unos años después, en 1877, un
decreto abolió la clase de los samuráis, no sin un trágico enfrentamiento entre los
soldados y los samuráis en Satsuma.
El decisivo triunfo japonés indicó al mundo que estaba emergiendo una nueva y fuerte
potencia en el Lejano Oriente. Como preliminares para establecer negociaciones de
plena igualdad con las grandes potencias, Japón, en 1890, había revisado sus códigos
criminal, civil y comercial siguiendo modelos occidentales desde donde demandar la
revocación de las cláusulas de extraterritorialidad de sus tratados, lo que se consiguió
en 1899. En 1894, Estados Unidos y Gran Bretaña fueron las primeras naciones en
reconocer la libertad comercial del Imperio Japonés.
A causa de sus intereses en Corea, Japón entró inevitablemente en conflicto con Rusia,
que por entonces se había expandido por el noreste de Asia. El resentimiento contra
Rusia era elevado, ya que este país había sido la causa principal por la que Japón
perdió la península de Liaodong después de la guerra con China. Los dos países
firmaron un tratado en 1898, que garantizaba la independencia de Corea, aunque se
garantizaba la preeminencia de sus intereses comerciales. En 1900, después de la
rebelión Bóxer en China, Rusia ocupó Dongbei Pingyuan (Manchuria) y, desde allí,
comenzó a internarse en el norte de Corea; mientras Japón y Gran Bretaña acordaban
en 1904 una alianza militar.
Como resultado del acuerdo de paz de la I Guerra Mundial, Japón recibió las islas del
Pacífico que había ocupado como mandato de la Sociedad de Naciones, organización
de la que el emperador nipón fue uno de los miembros fundadores. Japón también
recibió el territorio de Jiaozhou, pero fue devuelto a China como resultado del Tratado
de Shandong (Shantung), realizado durante la Conferencia de Washington en 1922.
Esta conferencia también dio como resultado el cambio de la alianza anglo-japonesa
por el Tratado de las Cuatro Potencias, por el que Japón, Francia, Gran Bretaña y
Estados Unidos se comprometían a respetarse los territorios del océano Pacífico y
consultarse si se amenazaban sus derechos territoriales, y el Tratado de las Nueve
Potencias (Bélgica, Gran Bretaña, Países Bajos, Portugal, Japón, Francia, Italia, China y
Estados Unidos), en el que los signatarios respetaban la integridad territorial y la
soberanía de China. Un tratado adicional entre Gran Bretaña, Estados Unidos, Japón,
Francia e Italia acordó limitar los efectivos navales: la Armada japonesa se limitó a
315.000 toneladas.
El primer ministro de uno de estos partidos políticos recién creados, Hara Takashi,
tomó posesión de su cargo en 1918 y, a pesar de su asesinato en 1921, la era Taisho se
recuerda como la época de experimentos democráticos. Las demandas para establecer
el sufragio universal masculino obligaron al gobierno a promulgar en 1919 una ley
que duplicaba el electorado, alcanzando la cifra de 3 millones. En 1923, la región de
Tokio y Yokohama se convulsionó por un gran seísmo, pero la rapidez con que se
reconstruyó la zona demostró el vigor de la nueva sociedad industrializada. Las
protestas democráticas aumentaron su intensidad y, en 1925, se garantizó el sufragio
universal masculino, de manera que el electorado creció repentinamente a 14
millones de votantes. Reflejando el interés creciente en el establecimiento de un
régimen democrático, durante la década de 1920, la tendencia política se orientó hacia
gabinetes donde no se encontraban miembros de la oligarquía o dirigentes militares.
Sin embargo, este movimiento tuvo una corta duración.
En 1926, Hiro-Hito, nieto del emperador Meiji, subió al trono. Adoptó el nombre de
Showa (‘brillante armonía’) como designación oficial de su reinado, pero cuando el
general barón Tanaka Giichi se convirtió en primer ministro en 1927, se reanudó la
política agresiva hacia China. La fuerza que impulsó este cambio de política residía en
la expansión de la industria japonesa, cuyo rápido crecimiento desde el inicio de la
I Guerra Mundial (1914) requería nuevos mercados para una producción cada vez
mayor. Además, la población de Japón se había duplicado desde 1868 y cada vez era
mayor la necesidad de ampliar espacio y recursos. El colapso del mercado de la seda
estadounidense en 1929 arruinó a muchos campesinos e incrementó la presión para
realizar una acción drástica.
7.10.1 La ocupación de Dongbei Pingyuan (Manchuria)
La acción del Ejército mostró el poder que las autoridades militares tenían en la
política japonesa. En 1936, el Imperio firmó un acuerdo anticomunista con Alemania
y, un año después, un pacto similar con Italia. El establecimiento de un gobierno casi
completamente militar, con la cooperación de los zaibatsu (trusts industriales
familiares), supuso el desarrollo de una política exterior agresiva.
El 7 de julio de 1937, una patrullera china se enfrentó a las tropas japonesas, cerca de
Pekín. Utilizando el accidente como pretexto para comenzar las hostilidades, el
Ejército japonés de Dongbei Pingyuan (Manchuria) se desplazó hacia esta área,
reiniciando las hostilidades con China, aunque la guerra nunca se declaró
formalmente. Después de que una fuerza japonesa ocupara con rapidez el norte de
China y que, a finales de 1937, la Armada nipona bloqueara casi toda la costa china, el
ejército avanzó hacia el interior del este y del sur de China en 1937 y 1938, y capturó
Shanghai, Suzhou (Soochow), Nanjing (Nanking), Qingdao (Ts'ing-tao), Cantón
(Guangzhou) y Hankou (Hankow), obligando a los chinos a replegarse hacia el oeste.
Las protestas de gobiernos extranjeros y por los maltratos de las tropas japonesas a
los residentes extranjeros en China y la usurpación de sus propiedades privadas
fueron ignoradas por el Imperio. A finales de 1938, los japoneses fueron frenados en
las montañas del centro de China, donde los chinos realizaron una lucha de guerrilla
contra los invasores.
Mientras tanto, en Japón se había establecido una economía de guerra dirigida por el
gobierno. En 1937, un gabinete encabezado por el príncipe Konoe Fumimaro concedió
toda la dirección de la guerra a los dirigentes del Ejército y de la Armada.
La marcha de la guerra comenzó a cambiar en 1942, cuando una fuerza naval y aérea
aliada contuvo la invasión de la flota japonesa en la batalla del Mar del Coral entre
Nueva Guinea y las islas Salomón. Un mes después, una gran flota japonesa fue
derrotada en la batalla de Midway. Utilizando operaciones combinadas de unidades de
tierra, mar y aire bajo el mando del general estadounidense Douglas MacArthur, las
fuerzas aliadas avanzaron hacia el norte y expulsaron a los japoneses de las islas del
Pacífico Sur. En julio de 1944, después de la caída de Saipan, la base nipona más
importante en las islas Marianas, los dirigentes japoneses fueron conscientes de que
habían perdido la guerra. Tojo fue obligado a dimitir y se debilitó así la influencia de la
oligarquía militar. En noviembre de 1944, Estados Unidos comenzó una serie de
importantes ataques aéreos sobre Japón. A principios de 1945, después de la batalla
de Iwo Jima los estadounidenses llegaron a 1.200 km de Japón. Durante ese mismo
periodo, las fuerzas aliadas al mando del almirante inglés Louis Mountbatten, primer
conde Mountbatten, vencieron a los ejércitos japoneses en el Sureste asiático. En los
siguientes cuatro meses, desde mayo a agosto, los bombardeos estadounidenses
devastaron las ciudades niponas, sus comunicaciones y su industria, culminando el 6
de agosto de 1945, con el lanzamiento de la primera bomba atómica sobre la ciudad
de Hiroshima; dos días después, el 8 de agosto, la URSS declaró la guerra a Japón, y, el
9 de agosto Estados Unidos lanzó una segunda bomba atómica sobre Nagasaki,
mientras que las fuerzas soviéticas invadieron Dongbei Pingyuan (Manchuria), el
norte de Corea y Karafuto. Los poderes aliados habían acordado durante la
Conferencia de Potsdam que sólo se podría aceptar del gobierno japonés la rendición
incondicional. Venciendo la parálisis del gobierno, el emperador Hiro-Hito insistió en
la rendición. El 14 de agosto, Japón aceptó los términos aliados y el emperador se
dirigió a la nación por primera vez en un mensaje radiofónico comunicando la
rendición japonesa, a pesar de un intento de los militares de sabotear la emisión en el
último minuto. La rendición formal se firmó a bordo del acorazado estadounidense
Missouri, en la bahía de Tokio, el 2 de septiembre.
Las negociaciones aliadas durante 1950 para llegar a un tratado de paz con Japón
estuvieron marcadas por diferencias básicas entre Estados Unidos y la Unión Soviética
en varios aspectos, especialmente si China participaría en la redacción del documento.
En mayo, se eligió al estadista estadounidense John Foster Dulles, consejero del
secretario de Estado, para preparar los términos del tratado. Después de un año de
consultas y negociaciones con todos los países afectados, el 12 de julio de 1951 se
alcanzó un tratado preliminar. La URSS mantuvo que el documento favorecía la
reaparición del militarismo japonés. El gobierno estadounidense invitó a asistir a la
conferencia de paz a 55 países, entre los que no se encontraban ni la China
Nacionalista ni la República Popular China.
Según los términos del tratado, Japón renunció a todos sus derechos sobre Corea,
Taiwan, las islas Kuriles, Sajalín y las islas que fueron antiguos mandatos y abandonó
cualquier reivindicación sobre China y Corea; se reconoció el derecho de Japón a
defenderse y a entablar acuerdos de seguridad colectivos, y Japón aceptó en principio
la validez de las reparaciones de guerra, que pagaría en bienes y servicios en vista de
la insuficiencia de los recursos financieros del país.
Al mismo tiempo, Estados Unidos y Japón firmaron un acuerdo que establecía la
permanencia de las bases militares estadounidenses en territorio nipón para proteger
al país desarmado de agresiones externas o disturbios internos de importancia.
Mientras tanto, MacArthur había sido relevado de su cargo en abril de 1951, aunque
se mantuvo la ocupación del país. Estados Unidos cesó su ayuda económica a Japón a
finales de junio, pero el efecto perjudicial de esta acción sobre la economía nipona fue
compensado en gran parte por el pedido de material militar para la guerra de Corea
por parte estadounidense. Los problemas económicos del país procedían en parte de
la pérdida de mercados exteriores después de la guerra, en especial en China. Estados
Unidos reconoció la importancia del mercado chino y, en octubre, permitió a Japón
desarrollar un comercio limitado con China.
Ese mismo año, la Dieta aprobó un proyecto de ley para suprimir las actividades
subversivas de grupos organizados. En las elecciones generales del 1 de octubre, las
primeras desde el final de la ocupación, Yoshida Shigeru, dirigente del Partido Liberal,
que había encabezado el gabinete desde 1949, fue nombrado primer ministro de
nuevo.
Durante 1953 el gobierno estadounidense intentó además asegurar el país contra una
posible agresión comunista y animó activamente el rearme de Japón. En agosto, los
dos países firmaron un tratado de ayuda militar que estipulaba las provisiones para la
fabricación de armas japonesas de acuerdo con especificaciones estadounidenses. En
una declaración conjunta en septiembre, el primer ministro Yoshida y Shigemitsu
Mamoru, dirigente del Partido Progresista, recomendaron oficialmente el rearme
japonés con carácter defensivo. Las negociaciones con el gobierno estadounidense
permitieron en marzo de 1954 la firma de un pacto de defensa mutua.
La política de colaboración próxima con Estados Unidos del primer ministro Yoshida
estuvo sujeta a una fuerte crítica por los disidentes del Partido Liberal durante la
segunda mitad de 1954, que crearon el Partido Democrático de Japón, cuyo dirigente,
Hatoyama Ichiro, fue elegido primer ministro gracias al apoyo socialista, a cambio de
celebrar en febrero de 1955 elecciones nacionales.
En octubre de 1958 el Partido Socialista propuso una huelga para protestar por un
proyecto de ley gubernamental que estipulaba el incremento de poder de la policía y
que fue retirado después que 4 millones de trabajadores apoyaran la huelga de
protesta. Las elecciones de junio de 1959 para la mitad de los escaños de la Cámara de
Consejeros dieron la victoria al PLD.
En marzo de 1965 el ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Sur pasó a ser el
primer coreano que obtuvo una audiencia con el emperador japonés desde la
II Guerra Mundial. Durante su visita los gobiernos de Japón y Corea del Sur alcanzaron
un importante acuerdo de relaciones mutuas. A finales de la década de 1960, Japón fue
el escenario de manifestaciones generalizadas y a veces violentas llevadas a cabo por
los estudiantes radicales que protestaban por el apoyo nipón a la política exterior de
Estados Unidos. Las relaciones entre ambos países entraron en un periodo de
estancamiento en 1971, en 1972 Okinawa fue devuelta a Japón.
Aunque el PLD continuó sosteniendo las riendas del gobierno, a lo largo de toda la
década de 1970 fueron muy frecuentes los cambios de gobierno, consecuencia de la
aparición de facciones dentro del partido. En 1972, Tanaka Kakuei, que sucedió al
primer ministro Sato en julio, tomó medidas para mitigar el desequilibrio comercial
con Estados Unidos. También realizó una visita a China y acordó reanudar las
relaciones diplomáticas con ese país inmediatamente, al igual que con Taiwan. En
noviembre de 1974 Tanaka dimitió en favor de Miki Takeo, cuyo gobierno sufrió la
recesión económica mundial que se produjo en 1973 al dejar de recibir el petróleo
procedente de países árabes; la economía de Japón, muy dependiente del petróleo y
de otras materias primas, mostró entre 1974 y 1975 un crecimiento cero.
Ese mismo año, la lucha entre facciones desgarró al PLD, que no consiguió aprobar la
mayoría de sus principales proyectos de ley en la Dieta. El partido recibió un nuevo
golpe en 1976 cuando se descubrió que la Lockheed Aircraft Corporation, una
compañía estadounidense, había pagado al menos 10 millones de dólares en sobornos
y honorarios a los políticos e industriales japoneses desde la década de 1950. Miki
convocó elecciones para diciembre, en las que su partido perdió por primera vez su
tradicional mayoría en la cámara baja. Miki dimitió y Fukuda Takeo fue elegido primer
ministro. En diciembre de 1978 le sustituyó Ohira Masayoshi, también miembro del
PLD. Tras el fallecimiento de Ohira durante la campaña electoral de 1980, Suzuki
Zenko fue elegido para sucederle. Acosado por el faccionalismo existente en las filas
del PLD, Suzuki dimitió de forma inesperada en noviembre de 1982. Nakasone
Yasuhiro le sustituyó como primer ministro y como dirigente del partido. El PLD, que
sufrió un revés en las elecciones a la Dieta de 1983, consiguió en cambio una mayoría
abrumadora en 1986; Takeshita Noboru fue elegido en noviembre de 1987 para
sustituir a Nakasone.
Sobre un fondo de tensión continua con Estados Unidos por cuestiones comerciales, la
confianza en el gobierno continuó su descenso mientras que los japoneses se vieron
frustrados con el estancamiento de la economía nipona y la corrupción
gubernamental. En junio de 1993 varios miembros del PLD, dirigidos por Hata
Tsutomu y Ozawa Ichiro se escindieron para formar el Partido Renovador de Japón.
En las elecciones de julio los demócratas liberales perdieron su mayoría y finalizó así
un dominio del gobierno japonés que duró 38 años. Se formó una frágil coalición de
siete partidos, mientras que el PLD pasó a ser el principal partido de la oposición.
Hosokawa Morihiro, un antiguo demócrata liberal y dirigente del Nuevo Partido de
Japón, fue elegido para encabezar el gobierno, llevando a cabo un programa de
reforma electoral, que en enero de 1994 entró en vigor.
Perseguido por las acusaciones de aceptar un préstamo ilegal en 1982 y acosado por
la tensión de mantener a los demócratas liberales en la coalición, Hosokawa dimitió
en abril de 1994; ese mismo mes, la coalición de los siete partidos eligió a Hata como
primer ministro. Poco después los demócratas liberales se retiraron de la coalición y
dejaron a Hata sin la mayoría necesaria en la cámara baja de la Dieta, por lo que Hata
dimitió a finales de junio. El dirigente del Partido Socialdemócrata, Murayama
Tomiichi, fue elegido primer ministro, en coalición con sus antiguos enemigos, los
demócratas liberales, de manera que se convirtió en la primera figura de izquierdas
que dirigía Japón desde 1948. Los partidos reformistas de la oposición se reagruparon
en el Partido de la Nueva Frontera, de centro derecha.
El líder del PLD, Hashimoto Ryutaro, fue elegido primer ministro por la Dieta en enero
de 1996 y sucedió a Murayama Tomiichi al frente del gobierno tripartito formado por
el Partido Socialdemócrata, el Nuevo Partido Precursor (Shin-to Sakigake) y el PLD.
Hashimoto promovió de inmediato un plan para hacer crecer el control de lo político
sobre lo administrativo, para lo cual reorganizó los ministerios y las agencias estatales
en unidades dirigidas por el propio primer ministro.
Tras esas elecciones, Hashimoto volvió a formar un gobierno, esta vez sólo con el
respaldo de su propio partido, aunque muy necesitado del apoyo de sus antiguos
socios de gabinete. En julio de 1998 presentó su dimisión tras la derrota electoral del
PLD en los comicios parciales a la Cámara de Consejeros (cámara alta de la Dieta),
motivada por el fracaso de su gobierno en la aplicación de las necesarias reformas que
sacaran a Japón de la fuerte crisis económica, y fue sustituido por su ministro de
Asuntos Exteriores y vicepresidente del PLD, Obuchi Keizo.
Obuchi Keizo fue sustituido interinamente el 2 de abril de 2000 al frente del gobierno
por su ministro secretario del Gabinete, Mikio Aoki, debido a graves problemas de
salud que le habían llevado a entrar en estado de coma, y dos días después el PLD
eligió a Mori Yoshiro para sucederle al frente del partido y del ejecutivo. No obstante,
y debido a una prolongada situación de crisis económica, Mori Yoshiro anunció su
dimisión en ambos cargos en abril de 2001. Ese mismo mes, Koizumi Junichiro fue
elegido máximo dirigente del PLD, lo que le convertía también en sucesor de Mori
Yoshiro en la jefatura del gobierno japonés. El nuevo primer ministro manifestó su
intención de estimular la economía por medio de un conjunto de reformas radicales.
Sin embargo, el país se vio pronto inmerso en una larga serie de conflictos con China
sobre la importación y exportación de bienes y servicios. En julio se celebraron
elecciones parciales para la Cámara de Consejeros (el PLD ganó 64 de los 121 escaños
en juego), y durante el mes siguiente Koizumi Junichiro fue elegido presidente del
PLD. Asimismo, éste, en el transcurso de ese mismo mes de agosto de 2001, realizó
destacados viajes oficiales a Corea del Sur, China y Corea del Norte, pretendiendo
afrontar la plena normalización de relaciones con dichos estados.
En septiembre de 2003, tras ser reelegido presidente del PLD y formar un nuevo
gobierno, Koizumi Junichiro decidió convocar elecciones parlamentarias para el
siguiente 9 de noviembre. En esta cita anticipada con las urnas, la formación más
votada fue nuevamente el PLD, aunque no obtuvo mayoría absoluta e incluso vio
reducido a 237 el número de sus diputados en la Cámara de Representantes. Koizumi
Junichiro garantizaba su continuidad al frente del ejecutivo, pero tendría que renovar
la coalición de gobierno que mantenía con Nuevo Komeito (34 escaños) y el Nuevo
Partido Conservador (4). Por su parte, el principal grupo de la oposición, el Partido
Democrático de Japón, registró un notable avance, incrementando a 177 sus diputados
en la cámara baja. Con anterioridad a las votaciones, Koizumi Junichiro anticipó su
intención de promover un amplio programa de reformas que impulsaran la
estabilidad social y el crecimiento de una economía estancada y lastrada por la
deflación, el déficit público y el desempleo. Entre sus planes se contaba la
privatización de la red pública de autopistas y de la entidad estatal de servicios
postales (la principal empresa del país que, además de cubrir la administración del
correo, constituía la mayor caja de ahorros del mundo). En agosto de 2005, al ser
rechazado en la cámara alta su proyecto respecto a esta última, Koizumi Junichiro
dimitió y convocó elecciones para el siguiente 11 de septiembre. Ese día, el PLD
consiguió una amplia mayoría absoluta en la Cámara de Representantes al lograr 296
escaños (por 113 del Partido Democrático de Japón, y 31 de Nuevo Komeito). Esta
rotunda victoria aseguraba la reelección como primer ministro de Koizumi Junichiro,
quien vio así respaldado por la ciudadanía su proyecto de reforma. De hecho, su
rotundo triunfo se tradujo, casi de inmediato, en la materialización de su gran objetivo
político; así, en octubre de ese año 2005, ambas cámaras legislativas aprobaron la
privatización del servicio postal.
El 26 de septiembre de 2006, Abe Shinzo, elegido seis días antes presidente del PLD,
recibió la aprobación parlamentaria y fue investido primer ministro. El nuevo
gobierno sufrió una severa derrota en las elecciones para la renovación parcial de la
Cámara de Consejeros celebradas en julio de 2007; como consecuencia de los
resultados de estos comicios, el PLD se vio superado por el Partido Democrático en la
cámara alta. Poco después, en septiembre, Abe Shinzo renunció a su cargo, que pasó a
ser ejercido por el también miembro del PLD Fukuda Yasuo.