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¿Qué son las emociones?

Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente
que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato,
influidos por la experiencia.

Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos
rodea

Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos


violentas y más o menos pasajeras.

En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto


de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una
situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación.

Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes y siempre
se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano. Pero las emociones, al
ser estados afectivos, indican estados internos personales, motivaciones, deseos,
necesidades e incluso objetivos. De todas formas, es difícil saber a partir de la emoción cual
será la conducta futura del individuo, aunque nos puede ayudar a intuirla.

Tipos de emocionea:

1. Emociones primarias o básicas


Las emociones primarias también se conocen como emociones básicas, y
son las emociones que experimentamos en respuesta a un estímulo. Para Paul
Ekman, las afirmó que las emociones básicas son 6: tristeza, felicidad,
sorpresa, asco, miedo e ira. Todas ellas constituyen procesos de adaptación y,
en teoría, existen en todos los seres humanos, independientemente de la
cultura en la que se hayan desarrollado.

Sin embargo, recientemente, una investigación llevada a cabo por la


Universidad de Glasgow, que se publicó Current Biology, concluye que no
son seis las emociones básicas, sino que son cuatro.

 Puedes saber más sobre este estudio en nuestro artículo: "Estudio demuestra
que las emociones básicas son cuatro, y no seis como se creía"

2. Emociones secundarias
Las emociones secundarias son un grupo de emociones que siguen a las
anteriores. Por ejemplo, cuando experimentamos la emoción básica de miedo
después podemos sentir las emociones secundarias de amenaza o enfado,
dependiendo, claro está, de la situación que estemos viviendo. Las emociones
secundarias son causadas por normas sociales y por normas morales.

3. Emociones positivas
Dependiendo del grado en que las emociones afectan al comportamiento
del sujeto, éstas pueden ser o bien positiva o bien negativas. Las
emociones positivas también se conocen como emociones saludables, porque
afectan positivamente al bienestar del individuo que las siente. Favorecen la
maner a pensar, de razonar y de actuar de las personas. Por ejemplo, la alegría,
la satisfacción, la gratitud no provocan una actitud positiva frente a la vida y
nos hacen sentir experiencias que nos ayudan a sentirnos bien.

4. Emociones negativas
Las emociones negativas son opuestas a las emociones positivas,
porque afectan negativamente al bienestar de las personas. También se
conocen como emociones tóxicas, y suelen provocar el deseo de evitarlas o
evadirlas. El miedo o la tristeza son algunos ejemplos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que este tipo de emociones, en pequeñas
cantidades y relativa baja intensidad, no son perjudiciales. De hecho, forman
parte del proceso de aprendizaje, ya que gracias a ellas nuestra memoria
emocional nos ayuda a recordar las consecuencias que tienen ciertas
conductas (o exponernos a ciertos contextos).

5. Emociones ambiguas
Las emociones ambiguas se conocen también como emociones neutras, puesto
que no provocan ni emociones negativas ni positivas, ni saludables ni no
saludables. Por ejemplo, la sorpresa no nos hace sentir ni bien ni mal.

La existencia de estas emociones deja claro que somos animales complejos, y


que nuestras experiencias presentan muchos matices.

6. Emociones estáticas
Algunos autores también han hecho referencia a las emociones estáticas.
Son aquellas que se producen gracias a distintas manifestaciones artísticas,
como por ejemplo: la música o la pintura.

Así, al escuchar una canción podemos sentirnos muy felices o muy tristes,
pero esa sensación sería cualitativamente diferente a la felicidad o la tristeza
que se experimenta ante cualquier otra experiencia, ya que se vive en un
contexto artístico, mediado por símbolos y atribuciones sobre las intenciones
del autor.
 Artículo relacionado: "Las 10 canciones que mejor nos hacen sentir (según
la ciencia)"

7. Emociones sociales
Las emociones sociales no se refieren a las emociones culturalmente
aprendidas, sino que es necesario que haya otra persona presente o de lo
contrario no pueden aflorar. Por ejemplo, la venganza, la gratitud, el orgullo o
la admiración, son emociones que sentimos respecto a otros individuos.

8. Emociones instrumentales
Las emociones instrumentales son aquellas que tienen como fin u objetivo
la manipulación o el propósito de lograr algo. Son complicadas de
reconocer porque puede parecer que sean naturales. Sin embargo, son
emociones forzadas y esconden una intención. En ocasiones, son fruto de la
auto-sugestión: someterse a ciertos contextos voluntariamente para hacer que
una parte de esa emoción tiña nuestra forma de comportarnos.
Funciones:
La felicidad

 Favorece la recepción e
interpretación positiva
de diversos estímulos
ambientales.
 Promueve sensaciones de
competencia,
trascendencia,
libertad, autoestima y
autoconfianza.
 Facilita la empatía generando
actitudes positivas hacia uno
mismo y los demás, que
favorecen a su vez las relaciones
interpersonales.
 Incrementa la
capacidad para disfrutar de
diferentes aspectos de la vida cotidiana.
 Favorece procesos cognitivos y de aprendizaje.
 Permite la flexibilidad mental, la curiosidad, el rendimiento cognitivo, la
solución de problemas, la creatividad y la memoria.

La ira

 Ha sido íntimamente relacionada con la hostilidad y la agresividad, como un


componente emocional, la hostilidad hace
referencia al componente cognitivo y la
agresividad al conductual.
 Promueve condiciones que generan
frustración, falta de motivación y
situaciones injustas.
 Eleva la actividad neuronal,
muscular y los índices de frecuencia
cardiaca, presión sistólica y diastólica.
 Fomenta la focalización de la atención en los
obstáculos externos que impiden a la
persona conseguir objetivos.
 Genera incapacidad o dificultad para la
ejecución eficaz de procesos
cognitivos.
 Enfoca la energía a reacciones de autodefensa o de ataque, impulsividad y
necesidad de actuar de forma intensa e inmediata (física o verbalmente) para
solucionar de forma activa la situación problemática.
 Si bien la ira no siempre concluye en agresión, genera reacciones indeseables de
otras personas que afectan la interacción social o el desarrollo de relaciones
interpersonales.

El Miedo

 Se trata de una de las emociones más intensas y desagradables.


 Genera aprensión, inquietud y
malestar.
 Incrementa la preocupación y
desconfianza por la propia seguridad o por
la salud.
 Induce sensaciones de pérdida de
control.
 Reduce la eficacia de los procesos
cognitivos e incrementa la ofuscación.
 Focaliza la percepción en el estímulo
temido. Al prestar una atención casi
exclusiva a dicho estímulo, facilita que el
organismo reaccione rápidamente ante el
mismo.
 Facilita la utilización de respuestas de escape o evitación de la situación
peligrosa.
 Moviliza gran cantidad de energía. El organismo puede ejecutar respuestas de
manera mucho más intensa que en condiciones normales y si la reacción es
excesiva, la eficacia disminuye.

La Tristeza

 Promueve el aislamiento físico o


psicológico y la sensación de
pérdida o fracaso.
 Incrementa la decepción,
especialmente si se han
desvanecido esperanzas puestas
en algo.
 Genera situaciones de
indefensión, ausencia de
predicción y control de diversas
situaciones.
 Focaliza la atención a nivel
interno de las consecuencias
negativas de la situación.
 Origina una disminución en el ritmo de actividad general, pérdida de energía,
desánimo, melancolía y desesperanza.
 Ocasiona que el individuo se centre en comunicar a los demás que no se
encuentra bien, con la intención de recibir atención y/o ayuda de otras
personas, así como empatía.

La Sorpresa

 Se trata de una reacción emocional


neutral, que se produce de manera
inmediata ante una situación novedosa o
extraña y que se disipa rápidamente, dando
paso a las emociones congruentes
con dicha estimulación.
 Facilita la aparición de la reacción
emocional y conductual apropiada ante
las situaciones novedosas presentadas.
 Genera procesos atencionales,
conductas de exploración e interés ante
la situación novedosa.
 Introduce un estado transitorio, de aparición rápida y de duración momentánea,
para dar paso a una reacción emocional posterior.
 Incrementa la sensación de incertidumbre por lo que va a acontecer.

El Asco

 Es una de las reacciones emocionales en las que las


sensaciones fisiológicas son más patentes.
 Genera respuestas de escape o evitación de situaciones desagradables o
potencialmente dañinas para la salud.
 Potencia hábitos saludables, higiénicos y/o adaptativos
 Incrementa la necesidad de evitación o alejamiento del estímulo. Si el estímulo
es aromático o gustativo aparecen sensaciones gastrointestinales desagradables,
como las náuseas.
 separador
 Hay tres componentes en una emoción: neurofisiológico, conductual, cognitiva.
La neurofisiológica se manifiesta en respuestas como taquicardia, sudoración,
vasoconstricción, hipertensión, tono muscular, rubor, sequedad en la boca,
cambios en los neurotransmisores, secreciones hormonales, respiración, etc.
Todo esto son respuestas involuntarias, que el sujeto no puede controlar. Sin
embargo se pueden prevenir mediante técnicas apropiadas como la relajación.
Como consecuencia de emociones intensas y frecuentes se pueden producir
problemas de salud (taquicardia, hipertensión, úlcera, etc.). Por eso, la
prevención de los efectos nocivos de las emociones en el marco de la educación
emocional se puede entender como un aspecto de la educación para la salud.
 La observación del comportamiento de un individuo permite inferir qué tipo de
emociones está experimentando. Las expresiones faciales, el lenguaje no verbal,
el tono de voz, volumen, ritmo, movimientos del cuerpo, etc., aportan señales de
bastante precisión sobre el estado emocional. Esta componente puede intentar
disimularse. Por ejemplo, las expresiones faciales surgen de la actividad
combinada de unos 23 músculos, que conectan directamente con los centros de
procesamiento de las emociones, lo que hace que el control voluntario no sea
fácil; aunque, siempre es posible «engañar» a un potencial observador. Aprender
a regular la expresión emocional se considera un indicador de madurez y
equilibrio que tiene efectos positivos sobre las relaciones interpersonales.
 La componente cognitiva o vivencia subjetiva es lo que a veces se denomina
sentimiento. Sentimos miedo, angustia, rabia y muchas otras emociones. Para
distinguir entre la componente neurofisiológica y la cognitiva, a veces se emplea
el término emoción, en sentido restrictivo, para describir el estado corporal (es
decir, el estado emocional) y se reserva el término sentimiento para aludir a la
sensación consciente (cognitiva). La componente cognitiva hace que
califiquemos un estado emocional y le demos un nombre. El etiquetado de las
emociones está limitado por el dominio del lenguaje. Dado que la introspección
a veces es el único método para llegar al conocimiento de las emociones de los
demás, las limitaciones del lenguaje imponen serias restricciones a este
conocimiento. Pero al mismo tiempo dificulta la toma de conciencia de las
propias emociones. Estos déficits provocan la sensación de «no sé que me pasa».
Lo cual puede tener efectos negativos sobre la persona. De ahí la importancia de
una educación emocional encaminada, entre otros aspectos, a un mejor
conocimiento de las propias emociones y del dominio del vocabulario
emocional.
 Es interesante relacionar estos tres componentes emocionales con la
clasificación de objetivos didácticos. Si bien lo observamos veremos un
paralelismo entre: a) «Hechos, conceptos y sistemas conceptuales» con la
dimensión cognitiva; b) «Procedimientos» con el comportamiento; c)
«Actitudes, valores y normas» con respecto a la dimensión emocional.
Separador
Lo que sí funciona
La verdadera inteligencia emocional requiere que identifiques y
entiendas tus propios estados de ánimo. Implica reconocer cuando y
porqué estás enfadado, nervioso o triste, y actuar sobre las causas y no
sólo los síntomas.

Sin embargo, en aquellas ocasiones en las que veas que


irremediablemente te diriges hacia un estado emocional negativo, las
siguientes técnicas pueden ser eficaces para detener o frenar esa
reacción en cadena.

1. Intenta recordar tus virtudes y éxitos


La reafirmación en tus virtudes y puntos fuertes es una de las mejores
estrategias para gestionar tus sentimientos. Consiste en pensar en lo
que te ha provocado esa emoción pero reduciendo su significado
negativo.

Ejemplo: en lugar de enfadarte porque has llegado tarde al trabajo


puedes pensar que, dado que siempre llegas a tiempo, no es tan grave.

La gente con mayor control emocional utiliza


la autoafirmación cuando la intensidad de sus emociones todavía es
baja y tienen tiempo para buscar otro punto de vista de la
situación. Curiosamente, se ha demostrado que esta estrategia
funciona especialmente bien en las mujeres.

2. Distrae tu atención hacia un asunto


concreto
Las personas que mejor gestionan sus emociones también han
aprendido a usar la distracción para bloquear sus estados emocionales
antes de que sea demasiado tarde. Y parece que resulta muy eficaz
cuando prevén que van a experimentar emociones intensas y no
tienen suficiente tiempo para usar otras estrategias.
Como sabrás, una forma muy efectiva para calmar a un niño pequeño
que no deja de llorar es desviar su atención. “¿Has visto el
muñeco?” o “¿Qué tengo en la mano?” suelen disminuir su nivel de
excitación si mantenemos su atención durante el tiempo suficiente.

La técnica de la distracción consiste en desvincularte de la emoción


negativa centrando tu atención en pensamientos neutrales. De esta
forma evitarás que la emoción coja demasiada intensidad.

Por ejemplo, si tu jefe cuestiona tu profesionalidad, en lugar de pensar


que quizás termine despidiéndote podrías pensar en la celebración de
cumpleaños que tienes el sábado. Es simple pero eficaz, tal y como se
ha demostrado en varios estudios científicos.

Aunque a largo plazo probablemente no sea la mejor estrategia, la


distracción funciona, especialmente si centras tu atención en algo
concreto en lugar de dejar que tu mente vague.

3. Piensa en tu futuro más inmediato


Las emociones muy intensas pueden provocar que te olvides de que
hay un futuro y que tus acciones van a tener consecuencias. Aunque
en ese momento tan sólo seas capaz de vivir el presente y tu
frustración, enfado o nervios te parezcan tan importantes, ¿seguirás
sintiendo eso dentro de una semana?
4. Medita habitualmente
La meditación ha demostrado científicamente su eficacia para prevenir
los pensamientos negativos repetitivos y no sólo mientras meditas,
sino también a largo plazo: es capaz de diminuir el nivel de
activación de la amígdala de forma duradera.

La meditación también tiene estudios en la reducción de la ansiedad.


En uno de ellos, cuatro clases de meditación de 20 minutos de
duración fueron suficientes para reducir la ansiedad en un 39%.

5. Date permiso para preocuparte más


tarde
Antes te he explicado que intentar suprimir una emoción o
pensamiento provoca que vuelva de nuevo con más fuerza. Sin
embargo, ¡posponerla para más tarde puede funcionar!

En un estudio se pidió a los participantes con pensamientos ansiosos


que pospusieran su preocupación durante 30 minutos. A pesar de ser
una forma alternativa de evitar pensar en algo, lo que se ha
demostrado es que tras ese período de pausa las emociones
regresan con una intensidad mucho menor.

6. Piensa en lo peor que te puede pasar


¿Recuerdas la película Sin Perdón (Unforgiven) de Clint Eastwood?

En ella, el personaje de William Munny, pese a estar viejo y acabado,


es el mejor pistolero del oeste. Y no lo es por su velocidad ni su
puntería. Como él mismo dice, lo es porque cuando las balas
empiezan a volar, él controla sus emociones y mantiene la calma.
Pues pensando en la muerte. Y mucho.

No quiero que te pongas dramático ni te vuelvas un gótico, pero


pensar en lo peor que te puede pasar te ayudará a relativizar tus
problemas y mantener el control.

7. Escribe un diario de tus emociones


La escritura expresiva consiste en escribir sobre tus pensamientos y
sentimientos más profundos y ha demostrado ser eficaz tanto a nivel
psicológico como físico (¡es capaz de acelerar la cicatrización de las
heridas!)

Mantener una especie de diario emocional sobre lo que has sentido en


algunas situaciones te ayudará a reducir la recurrencia de
pensamientos negativos.

8. Tómate un respiro (y un refresco) para


recuperar el autocontrol
Tu autocontrol no es infinito. De hecho varias investigaciones indican
que conforme te expones a situaciones y emociones, se va
consumiendo.
Piensa en ello como hacer un sprint. Tras la carrera estás exhausto y
necesitas tiempo para poder recuperarte antes de volver a correr. De la
misma manera, si logras dominar tus emociones, evita volver a
exponerte de nuevo a una situación tensa o será más probable que
sucumbas.

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La inteligencia emocional es la capacidad para identificar, entender y manejar las
emociones correctamente, de un modo que facilite las relaciones con los demás, la
consecución de metas y objetivos, el manejo del estrés o la superación de
obstáculos.

Ante cualquier acontecimiento que suceda en tu vida, las emociones, tanto


positivas como negativas, van a estar ahí, y pueden servirte de ayuda y hacerte
feliz o hundirte en el dolor más absoluto, según cómo sea tu capacidad para
manejarlas.

Las personas con una alta inteligencia emocional no necesariamente tienen menos
emociones negativas, sino que, cuando aparecen, saben manejarlas mejor. Tienen
también una mayor capacidad para identificarlas y saber qué es lo que están
sintiendo exactamente y también una alta capacidad para identificar qué sienten los
demás. Al identificar y entender mejor las emociones, son capaces de utilizarlas
para relacionarse mejor con los demás (empatía), tener más éxito en su trabajo y
llevar vidas más satisfactorias.

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DEFINICIÓN DE SENTIMIENTO
Un sentimiento es un estado del ánimo que se produce por
causas que lo impresionan, y éstas pueden ser alegres y felices, o
dolorosas y tristes. El sentimiento surge como resultado de
una emoción que permite que el sujeto sea conciente de su estado
anímico.
Los sentimientos están vinculados a la dinámica cerebral y determinan
cómo una personareacciona ante distintos eventos. Se trata de impulsos
de la sensibilidad hacia aquello imaginado como positivo o negativo.
En otras palabras, los sentimientos son emociones conceptualizadas
que determinan el estado de ánimo. Cuando éstos son sanos, es
posible alcanzar la felicidad y conseguir que la dinámica cerebral fluya
con normalidad. En el caso contrario, se experimenta un desequilibrio
emocional que puede derivar en el surgimiento de trastornos tales como
la depresión.
Los cambios en las cargas emocionales determinan
las características de los sentimientos. Las emociones pueden ser
breves en el tiempo, pero generar sentimientos que subsistan a lo largo de
los años.
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1. Intenta ponerte en el lugar del otro
En primer lugar, es necesario que te pongas en la piel de la otra
persona y te imagines que alguien viene a decirte lo que tú le vas a
decir. ¿Cómo te sentirías? ¿Qué pensarías?

Ponerte en el lugar del otro te ayudará a entender mejor la emoción


que quieres comunicar, de modo que le estarás ayudando a que te
comprenda (Decety & Ickes 2009).

2. Practica expresando un sentimiento positivo


Antes de lanzarte a expresar tus emociones negativas, te será útil
elegir una persona de confianza y expresarle algún sentimiento
positivo que hayas tenido últimamente.
Si tiene que ver con tu situación vital, la fórmula es tan fácil
como “Me siento [muy feliz]por [haber aprobado el examen]”.

Si está relacionado con un comportamiento suyo la fórmula sería la


siguiente:

“Me sentí [acompañado/halagado/satisfecho]

cuando tú [te quedaste conmigo después de que todos se hubiesen ido


/me dijiste que me sentaba bien el traje/cocinaste una cena
buenísima]”.

3. Utiliza verbos emocionales


Hay una serie de verbos sensitivos
como “siento”, “noto” o “percibo” que no pueden ser rebatidos
porque se refieren a tu estado interno, y eso es alguien que nadie
puede discutir.

Imagínate que uno de tus amigos te dice “Sé que he conseguido el


trabajo que tanta ilusión me hacía, pero aun así me
siento vacío.” ¿Crees que alguien podría rebatir una afirmación así? A
diferencia de los razonamientos, las emociones se sienten sin que
nosotros las podamos controlar, de modo que no hay discusión
posible.

4. Explica el porqué de tu emoción


Solemos creer que no es necesario que justifiquemos cómo nos
sentimos, pero lo cierto es que explicarnos nos ayudará a que el otro
nos entienda.

Cuando nos justificamos, demostramos que somos humanos, que


tenemos motivos para sentirnos así, y con eso conseguiremos que se
sienta más cercano a nosotros (Shiv & Tormala 2012).

Imagínate por ejemplo que quieres decirle a tu amigo que te sientes


muy desafortunado en las relaciones y que al final ninguna te sale
bien. Dicho así parece un lamento más, pero ¿y si lo expresases con
honestidad? “Me siento muy frustrado cada vez que una relación no
sale bien, porque me da la sensación de que hay algo malo en mí.”

En este momento estarás revelando tus sentimientos en profundidad,


te quitarás un peso de encima y tu amigo podrá apoyarte con más
empatía.

5. Usa la perspectiva subjetiva


Cuando quieras acompañar tu emoción de un razonamiento, te
recomiendo que uses la perspectiva subjetiva (también conocida como
mensajes “Yo”). Con ella evitarás que la otra persona se sienta
atacada o discuta lo que le estás diciendo.

Para conseguirlo, introduce elementos en tu mensaje que lo


conviertan en subjetivo, como “en mi opinión”, “bajo mi punto de
vista”, “considero” o “para mí”. Observa la diferencia:

“Ayer me trataste mal y me siento ofendida”. Este mensaje puede


provocar conflicto porque, si la otra persona cree que no te trató mal,
se defenderá de tu acusación.

“Considero que ayer me trataste mal y por eso me siento ofendida”.


Este mensaje es más asertivo, porque nadie puede discutir tu
perspectiva y visión de las cosas. Estás asumiendo la responsabilidad
de tus propias emociones, sin atribuirlas a nadie.

6. Di el nombre de la otra persona


Cuando quieras expresar tus sentimientos a alguien, puede serte de
gran ayuda empezar diciendo su nombre.

Oír el propio nombre activa el área cerebral de la recompensa, así


que al escuchar cómo decimos su nombre, toda su atención se dirigirá
hacia nosotros. Es una forma de generar cercanía y predisponerle para
que acepte mejor lo que vamos a decir a continuación (Howard &
Kerin 2011).
Recomendación
Imagínate que le quieres explicar a una amiga que hoy te encuentras
alterada, pero no sabes bien cómo hacerlo porque tampoco tienes
claros los motivos. Intenta expresarlo incluyendo su nombre en la
frase (“Marta, me siento muy alterada hoy, no sé por qué, pero me
siento así”).
Conseguirás captar su interés, que te escuche con más atención y que
empatice mejor contigo.
7. Asegúrate de que te entiende
El lenguaje de los sentimientos es muy subjetivo, así que es
importante que te asegures de que la otra persona te está entendiendo.

La mejor forma de hacerlo es pedirle que intente explicar con sus


palabras lo que le estás diciendo: “No sé si me estoy explicando
bien, ¿me podrías decir qué has entendido de lo que te he dicho hasta
el momento?”. Así te permitirá clarificar tus intenciones y evitarás
malentendidos.

8. Utiliza el humor
Si quieres tratar un tema serio que te genera bastante incomodidad, no
lo dramatices. Aunque expresar tus emociones te haga sentir
vulnerable, con humor podrás aligerar esa sensación y ver la situación
desde diferentes perspectivas (Sclavi 2008). Además, ayuda a evitar
que ninguna de las personas involucradas se ponga a la defensiva, por
lo que es un gran aliado.

En este artículo encontrarás muchas formas para añadir humor a tus


conversaciones.

9. Pregúntale cómo se siente


Aunque en el momento en que expresas tus sentimientos quieras ser
escuchado, todo el mundo tiene esa necesidad en las situaciones de
alta carga emocional. Y suele ocurrir que, cuando hay una emoción
enquistada dentro de nosotros que queremos expresar, se nos olvida
que probablemente la otra persona también esté sintiendo algo que
quiera expresar.
10. Practica mentalmente
Visualizarte a ti mismo
realizando paso a paso las
acciones que quieres llevar a
cabo ha demostrado ser un
potente motivador del cambio
(Boyatzis & Akrivou 2006). Si te cuesta expresar tus emociones,
siéntate o túmbate en un lugar tranquilo, cierra los ojos e imagina una
pantalla ante ti, donde se va a proyectar la escena de una persona que
se comporta como a ti te gustaría hacerlo.

Separador

Pon atención a tus sentimientos


No ignores tus sentimientos; son la clave para el
autodescubrimiento.

Los sentimientos son información relevante,


prestarles atención es un paso esencial para
el crecimiento personal y espiritual. Todo
sentimiento tiene un significado único. Los sentimientos nos educan. Son el
camino ideal para el autodescubrimiento y el autodesarrollo. Ignorar, desechar
o evadir lo que sentimos es equivalente a no abrir un email que dice “urgente,
abrir de inmediato”. Nuestros sentimientos nos enseñan qué cosas son buenas
y cuales no sobre nosotros y nuestra vida. Son nuestros supervisores de
control de calidad.

Escuchar nuestros sentimientos no significa seguirlos impulsiva o ciegamente.


Si queremos aprender de nuestros sentimientos, debemos procesarlos. He
aquí tres pasos para procesar nuestros sentimientos:
1. Identificar lo que siento por medio de ponerle nombre al sentimiento. Por
ejemplo: triste, enojado, alegre, temeroso, avergonzado, etc.
2. Clarificar por qué estoy teniendo este sentimiento particular, en este
momento en particular y en este contexto en particular.
3. Decidir qué hacer con este sentimiento ahora que entiendo su
significado.
Separador: 1- La tristeza

Este
sentimiento aparece
como respuesta a
acontecimientos que
se consideran no
placenteros o no
deseables. La persona
siente abatimiento,
deseos de llorar y baja autoestima.

Los principales desencadenantes de la tristeza son la separación física o


psicológica, la pérdida o el fracaso, la decepción o las situaciones de
indefensión.

2- La ira

Se define como una


respuesta de irritabilidad o
cólera que aparece cuando
la persona siente sus
derechos vulnerados.

Los principales desencadenantes de la ira son situaciones en las que el


individuo se siente herido, engañado o traicionado. Son situaciones que
bloquean a la persona y le impiden alcanzar su meta.

3- El miedo
Este sentimiento se produce por la aparición de un peligro o por su
posible aparición de forma inminente. Sirve como señal de alarma, de
advertencia de la proximidad de un peligro para la integridad del
individuo.

El miedo que siente la persona estará relacionado con los recursos o


capacidades reales o subjetivas que tiene para hacerle frente.

Es decir, en los casos en los que la persona crea que no tiene recursos
suficientes para afrontar la situación tendrá un sentimiento de miedo
mayor que si se sabe capaz de salir airoso del acontecimiento.

4- La hostilidad

Se define como un sentimiento de resentimiento, acritud e indignación


que va acompañado de respuestas verbales y/o motoras implícitas.

Los principales desencadenantes son la violencia física y el sufrir


hostilidad indirecta. Cuando la persona percibe que otro individuo
muestra hacia él o hacia algún ser querido de su entorno actitudes de
irritabilidad, resentimiento o recelo.

5- La desesperanza

Este sentimiento se
caracteriza por una creencia
subjetiva de la persona de
que tiene pocas o ninguna
alternativa para modificar
una situación
desagradable. O se siente incapaz de movilizar su propia energía y
utilizarla para su beneficio.
Este sentimiento se tiene muy en cuenta en los casos de personas con
depresión porque, como han demostrado numerosos estudios,
correlaciona con las ideas e intentos autolíticos.

Los principales desencadenantes suelen ser un declive o deterioro del


estado físico y/o psicológico, aislamiento social y estrés de larga
duración.

6- La frustración

Este sentimiento aparece


cuando las expectativas
de una persona no se ven
satisfechas al no poder
conseguir lo pretendido.

Cuando mayores son las


expectativas o deseos por
conseguirlo, mayor será el sentimiento de frustración si no se consigue.
El principal desencadenante es el fracaso de un deseo o esperanza de
conseguir algo.

7- El odio

Se define como la antipatía o aversión hacia algo o alguien. Además


aparece un sentimiento de desear el mal para el sujeto u objeto odiado.

Los principales desencadenantes son las personas o acontecimientos que


hacen sufrir o amenazan la existencia de la persona.

8- La culpa
El sentimiento de culpa surge de la creencia o sensación de haber
traspasado las normas éticas personales o sociales especialmente si
alguien se ha visto perjudicado.

El principal desencadenante es la falta (o la creencia de haberla


cometido) que realiza una persona y que resulta en remordimientos y
mala conciencia.

9- Los celos

Se define como el sentimiento


que experimenta una persona
cuando sospecha que la persona
amada siente amor o cariño por
otra, o cuando siente que otra
persona prefiere a una tercera
en lugar de a ella.

Diferentes situaciones reales o percibidas como amenazantes por la


persona pueden desencadenar este tipo de sentimientos.

Sentimientos positivos

Estos sentimientos son los que generan en la persona un estado de


bienestar subjetivo, en el que la situación se valora como beneficiosa e
implican sensaciones agradables y deseables.

Además numerosos estudios han indicado los beneficios de tener


sentimientos positivos, destacando entre otros:

 Mayor flexibilidad de pensamiento


 Favorece la creatividad y una visión más amplia de la situación.
10- La felicidad

Este sentimiento tiene un gran


impacto en la persona. Es la
forma en la que se valora la
vida de forma positiva en su
conjunto y en sus diferentes
vertientes como la familia, la
pareja o el trabajo.

Se han demostrado toda una serie de beneficios derivados de la felicidad


como el aumento de la empatía, la creatividad, el aprendizaje o
las conductas altruistas.

11- El humor

Se refiere a la percepción de un estímulo como divertido y puede ir


acompañado de expresiones físicas como la sonrisa o la risa. Además
dota a la persona de una buena predisposición para realizar una tarea.

Los desencadenantes pueden ser muy variados y de diversa índole


aunque suele estar implicada una situación o ambiente social.

12- La alegría

Este sentimiento se caracteriza por producir


un buen estado de ánimo y bienestar
personal, además el individuo que se
encuentra en este estado tiende a tener una
actitud constructiva y optimista.
El desencadenante suele ser un acontecimiento que la persona percibe
como favorable. También puede ir acompañado de algún signo físico
como la sonrisa.

13- El amor

Este sentimiento se define como


el afecto que sentimos por una
persona, animal, cosa o idea.
Los desencadenantes son las
percepciones o valoraciones
subjetivas que hacemos de la
otra persona.

Otros factores como la soledad o la inseguridad pueden llevar a sentir el


amor como una necesidad.

14- La gratitud

Este sentimiento es el que se experimenta cuando una persona valora el


favor o beneficio que alguien le ha concedido. Va acompañada del deseo
de corresponder con el mismo trato.

Los principales desencadenantes pueden ser las acciones llevadas a cabo


por otra persona, o un sentimiento de bienestar general que la persona
valora y por tanto agradece tener.

15- La esperanza

Este sentimiento se define como la creencia por parte de la persona de


que puede lograr los objetivos o metas que se ha propuesto. El individuo
cree que tiene la capacidad o los recursos necesario para hacer frente a
una determinada situación.
.

Sentimientos neutros

Son aquellos que cuando se producen no derivan en reacciones


agradables ni desagradables pero sí facilitarán la aparición de
posteriores estados emocionales. Algunos de los principales sentimientos
neutros son:

16- La compasión

Es el sentimiento por el cual una persona puede sentir piedad por otra
que está sufriendo o que se encuentra en una situación desagradable y
además se muestra dispuesto a acompañarla en ese proceso.

Los desencadenantes pueden ser variados, pero generalmente va unido


a una situación desagradable por la que está pasando alguna persona
del entorno, aunque no necesariamente tiene que ser un ser querido ni
una persona conocida.

17- La sorpresa

Se define como la reacción causada por algo novedoso, extraño o


imprevisto. La atención de la persona se dirige a procesar y analizar el
estímulo que ha provocado la reacción.

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