Donoso, 70 años

ÑA '9

porque de manera oral no lo sé

José Donoso nació en Santiago en 1924. Estudió Pedagogía en Inglés en la hacer. Entonces sucede que
cuando voy narrando, voy
Universidad de Chile, y Literatura Inglesa en la Universidad de Princeton. viendo esta maravilla que es la
novela, porque ahí van entran-
Desde 1964 y hasta 1981 vivió fuera de Chile, fundamentalmente en México, do cosas que jamás uno se ima-
gin6 que estarían, cosas que
Estados Unidos y España. Ha recibido innumerables premios internacionales uno no sabía que quería decir y
que no conocía de sí mismo.
por sus novelas. Entre las más importantes se encuentran Coronación (19571, Cuando escribo no voy a decir
nada, sino que voy a buscar lo
El lugar sin límites (1966), El obsceno pájaro de la noche (1970),Casa de que quiero decir.

campo (1978), El jardín de al lado (1981 ) y f a desesperanza (1986). J.A.P.: ¿Hay posturas que
han cambiado en todos estos
aíios respecto a tu personal
visión conto escritor?
J.Donoso: Al comienzo mi
pasión como escritor estaba
puesta en otra parte: en llegar a
mediados de la década ción está prevista para fin de ser, en llegar a merecer el nom-
del 50, Pablo Neruda año, como culminación a los bre de escritor. Como se sabe,
auguró para el entonces homenajes por sus 70 años, y desde los 14 años yo decía que
incipiente escritor osé que cuenta la historia de los iba a ser escritor, aunque no
Donoso el destino de es- amores sobrexpuestos entre un había redactado una línea. Pero
cribir la «gran novela social de profesor universitario en Esta- poco apoco se fue construyendo
Chile», profecía que con los dos Unidos y Ruby, una gorda la «persona» escritor, gracias a
:ilmente se cumplió. inolvidable. En la presente las experiencias, las enferme-
Donoso, alolargo de conversación, Donoso no sólo dades, los amores, los viajes y
s, fue instalando una se refirió a la literatura, sino lalectura ...Lo quepredominaba
mucho más experi- también reflexionó sobre el siempre era esto de contar un
3e autosuficiencia li- Chile actual, una tema sobre el cuento que tuviera una validez
I universo a ratos de- que ha abundado críticamente estética y que fuera abierto al
rotesco que funciona en el último período. lector. Cuando empecé a escri-
la realidad, como una bir y publicar, en la década del
ie la misma. Así, con Juan A. Piña: Cumples 70 50, no existía esa ambición
literatura chilena da aiios de edad y casi 40 depubli- desesperada, esa especie de
enteunsalto más allá cación de tu primer libro. ¿Si- histeria que hay ahora por
no, por el progresivo gues teniendo ln nzisnia idea triunfar en el mercado.
:nto de oscuras capas respecto de la literatura o, al
1yloindividual ypor menos, ln misma percepción? J.A.P.: Predominaba la
._ - ambigüedades en- José Donoso: Para mí l a ii- búsqueda de identidad.. .
tre lo perceptible y lo escondi- teratura sigue obedeciendo a lo J. Donoso: Claro.. . Antes
do que contienen sus relatos. mismo: contar un cuento. que la desesperación por apa-
Actualmente termina de es- Siempre estuvo esa fascinación recer en primera página, im-
cribir Donde van a morir los mía de contar algo en forma portaba el sentido de la identi-
elefantes, novela cuya publica- escrita, en imágenes escritas, dad, saber quién era uno. Pero

MENSAjE N" 4
 -
h! ENSAJE

también la identidad viene por

lo que no fui. En el fondo, la
estructura interna de lo que es-
cribo está dada por las frustra-
ciones, las añoranzas, las cosas
no cumplidas. Uno es escritor
desde sus limitaciones y de esa
manera descubre su identidad.

El oscuro gemelo

J.A.P.: Muchas veces te has

resistido a dar interpretacio-
nes de lo que escribes y dejar
abiertas las posibilidades al
lector. 2 Sigues pensado lo mis-
mo .?
J. Donoso: Las novelas es-
tán ahí y son lo que el lector
quiera ver o pueda ver en ellas.
En todo caso no deja de ser
curioso que todas las novelas
mías tengan tantos niveles de
interpretación. Para mí una
buena novela -que te insisto, es
básicamente contar un cuento-
es aquélla que permite un corte
vertical como el que se le hace
a una torta milhojas: que apa-
rezca una multitud de capas su-
perpuestas. Así, algunos lecto-
res podrán percibir más la capa
sicológica, otros, la capa socio-
lógica, otros el manejo del idio-
ma ... Todas esas capas existen
y forman una trenza que es la
metáfora. Por lo tanto, quizá,
una novela de calidad será
aquélla que tenga esa riqueza,
sumada a las viejas cualidades
de la narrativa: elegancia, me-
sura, ironía, penetración.
J.A.P.: También Iios dicho
que la literuturo no tiene una
misión deterniinado, un deber
ser; pero, ¿cual es su propósi-
to, qué pretende el escritor en
el acto de escribir?
J. Donoso: Faulkner decía
que la novela «es el oscuro ge-
melo», la vida secreta del escri-
tor. El propósito del escritor no
es iluminar el oscuro gemelo
Gonzalo Santana
que todos tenemos, sino que
proyectarlo en cuanto oscuro.
De esta manera está proyectán-
dose a sí mismo, está proyec-
tando su historia, un pasado.
Empujar más allá la frontera de
la oscuridad. De eso se trata:
empujar hacia el descubri-
miento personal, hacia la aven-
tura personal. Mi literatura no
tiene misiones externas a ella,
aunque síinternas respectos del
autor. Creo que nunca se debe
aplicar el «deber ser» cuando
se lee una novela. Las cosas son
malditamente lo que son. Me
interesa la literatura que no se
pueda reducir a una frase racio-
nal. Toda literatura que es
reductible, distinta al texto
mismo, no me interesa.
J.A.P.: Seguraniente E1
obsceno pbjaro de la ~iochees
tu novela mn's coniplejo, lo niNs
trubujndu y la que ni& meuífo-
rus de la realidud contiene. ¿A José Donoso:
El propósito
qué le atribuyes su éxito? del escritor no
J . Donoso: Sí, es verdad que es iluminar el
el El olxceno pájaro de la oscuro gemelo
noche es una novela complica- que todos
tenemos, sino
da y que por lo mismo no debe- 9ue
ría haber sido tan leída, editada proyectarlo en
y traducida. Pero quizá se debe cuanto oscuro.
De esta
a que tiene una verdad y una manera está
poesía muy grandes. Tiene una pro yectán dose
cáscara muy amarga y dura, a sí mismo,
pero ésa era mi verdad en ese está
proyectando su
momento. Creo que esa sensa- historia, un
ción de la verdad -más allá de pasado
la facilidad con que se lee una
cosa- pladuce en el lector una
gran seducción. El caso d e
Proust, por ejemplo: es compli-
cado, pero lo lee un cenáculo
que se expande entre la gente a
la cual le interesa la literatura.
También es curioso que El
obsceno pbjaro de la noche,
siendo tan chilena, sea una de
las novelas mías más amplia-
mente internacionales. Y no

MENSAIE N" 4.32, rrplronbw 19%


tiene ni siquiera el referente
fácil de Casa de campo, por
ejemplo.
Tupidos velos
J.A.P.: En el Último tiempo
-y ya en un tema no estricta-
mente literario- has insistido
en el término «tupidos velos»
para designar el ocultamiento
que hace la sociedad chilena
de ciertos temas o realidades
dolorosas.
J. Donoso: Yo creo que los
tupidos velos responden no
tanto a la hipocresía, sino al
temor. Considero que en este
momento hay un segmento de
Chile que es dictatorial: el que
dice que este país está en el
mejor de los mundos. En Esta-
dos Unidos oí a un gran econo-
mista chileno decir: «Chile ya
no es un país subdesarrollado;
es un país del primer mundo».
Qué vergüenza: trataba d e
venderles una pomada del por-
te de un buque a los norteame-
ricanos, que por supuesto no se
la tragaron. Porque, cómo es
posible pensar que seamos de-
sarrollados si siguen existiendo
más de cuatro millones de po-
bres ... Es decir, se pretende
correr un tupido velo sobre una
realidad amarga y evidente.
Pero los tupidos velos no sólo
operan en el aspecto político
social, sino que también en las
relaciones humanas y sobre
todo de una falsa memoria.
J.A.Piña: i Dequémanera?
J. Donoso: Creo que la his-
toria de este país fue inventada
por el año 1880: su pretendida
grandeza, su inteligencia, su
cultura, su refinamiento.. . Y
eso que se llamó la «aristocra-
cia chilena» es un poco una
creación ficticia. La aristocra-
cia chilena se reduce a un asun-
to de plata, y no de cultura.
Acuérdate de que antes la gente
no viajaba, no sabía qué pasaba
más allá de La Serena y de
Talca, te fijas... Dudaban de
que existiera un mundo más
allá de esas fronteras. Con
grandes y maravillosas excep-
ciones, por supuesto. No había
una forma de comparación; te-
nían que nutrirse de su propia
existencia.Tampocoexistióuna
inmigración, como a Argenti-
na, que traía otra imagen, otros
mundos que se contraponían al
del estanciero argentino y que
enriquecieron el espesor cultu-
ral. Tienen aún cerca el mundo
extranjero como para olvidarse
de que son ellos. En cambio
nosotros pertenecemos, hasta
hace muy poco, a una sociedad
cerrada, todos descendientesdel
mismo puñado de españoles que
llegaron a Chile durante la Co-
lonia.
¡Qué cultura, por favor!
J.A.P.: Pero la historia de
Chile parece recoger un lega-
do que dejaron nuestros clases
altas, como su amor por la
cultura, por ejemplo.
J. Donoso: Lo que pasa es
que la historia de Chile la in-
ventó la gente que se hizo rica a
fines del siglo pasado, y por
supuesto se dejaron a sí mis-
mos como reyes. Esa gente via-
jó efectivamente a Europa en
esaépoca,pero,porejemplo,se
trajeron los peores cuadros.
Piensa que los Subercaseaux,
los Concha, los Cousiño estu-
vieron en París en los momen-
tos en que nacía el surrealismo
y el impresionismo, pero ellos
no trajeron ni una pintura de
esas escuelas. Se traían pintura
académica, sin aventura ni
creación. i Qué cultura, por fa-
vor! En general, era una socie-
dad de huasos. Incluso la im-
portancia de los apellidos des-
h
apareció, se murieron: ahora
todo funciona por plata y, por
supuesto, por apellidos con
plata.
J.A.P.: El triunfo de los
economistas, del economicis-
nzo.. .
J. Donoso:Total, pues. Este
mundo es de los economistas y
lo digo condolor ... Antes creía-
mos que el mundo sería de los
sociólogos y uno se reía de que
pensaran eso. Ahora, ojalá fue-
ra de ellos, porque por Último
los sociólogos están preocupa-
dos de las personas.
J.A.P.: ,jEchas de menos el
humanismo, tan boga hace al-
gún tiempo?
J. Donoso: Siento cada día
más que los políticos son malos
porque les falta el humanismo
necesario que da el haber leído
las grandes obras. En general
son de una gran incultura, con
excepciones, por supuesto, ex-
cepciones que no aparecen en-
tre la generación joven de polí-
ticos. Hay ausencia de huma-
nismo como sentido del indivi-
duo, de la individualidad. Yo
tengo recuerdos de haber ama-
do algunas plumas fuente y lo
sacrificaba todo por tener la
más fina, la más bonita. Las
conservabay las buscaba. Aho-
ra eso no importa: tengo 30
lápices Bic iguales que me
cuestan cien pesos cada uno.
Todo es descartable, desecha-
ble. Santiago es unaciudadpre-
caria, Chilees un mundo preca-
rio. Las cosas cambian, las co-
sas caen. Uno tiene que aceptar
que en esta sociedad moderna
sólo cuenta aquello que es re-
ducible a cantidad con la cual
se puede operar y que entra en
los cálculos, enlas estadísticas.
Eso es lo que vale y somos
muchos los que tenemos la sen-
sación de ser sobrevivientes de
un mundo que va desapare-
ciendo.