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héroe
Edipo (en griego antiguo Οἰδίπους, cuyo significado es pies hinchados[1]) era un rey mítico de Tebas, hijo
de Layo y Yocasta que, sin saberlo, mató a su propio padre y desposó a su madre.
El mito
Nacimiento e infancia
Layo, rey de Tebas, había recibido una profecía del oráculo: que si alguna vez engendrase un hijo, el niño,
una vez adulto, le mataría ya que Layo había violado a un joven, y el joven se suicidó ahorcándose. El
padre del joven le pidió a los dioses un castigo para Layo. Sin embargo, estando ebrio, se unió a su esposa
Yocasta, y tuvo un hijo en Tebas. Al nacer el niño, Layo le atravesó con fíbulas los pies y lo entregó a un
pastor para que lo abandonara. Layo esperaba escapar así del oráculo puesto que matarlo directamente
habría sido una impiedad y creía que nadie recogería a un recién nacido con los pies atravesados. Así
pues, fue abandonado en el monte Citerón, pero fue hallado por otros pastores que lo entregaron aPólibo,
rey de Corinto. Peribea o Mérope, la esposa de Pólibo y reina de Corinto, se encargó de la crianza del
bebé, llamándolo Edipo, que significa ‘de pies hinchados’.[2][3]
Al llegar a la pubertad, Edipo, por habladurías de sus compañeros de juegos, sospechó que no era hijo de
sus padres. Para salir de dudas, visitó el Oráculo de Delfos, que le auguró que mataría a su padre y luego
desposaría a su madre. Edipo, creyendo que sus padres eran quienes lo habían criado, decidió no regresar
nunca a Corinto para huir de su destino. Emprendió un viaje y, en el camino hacia Tebas, Edipo se encontró
con Layo, que viajaba a Delfos en una encrucijada. El heraldo de Layo, Polifontes, ordenó a Edipo que le
cediera el paso pero ante la demora de éste, mató a uno de sus caballos. Edipo se encolerizó y mató a
Polifontes y a Layo sin saber que era el rey de Tebas y su propio padre. El rey de Tebas pasó a ser Creonte,
cuñado de Layo, hermano de su esposa Yocasta.[2][4]
Más tarde Edipo encontró a la esfinge, un monstruo enviado por Hera que se había aposentado en el monte
Ficio y daba muerte a todo aquel que no pudiera adivinar sus acertijos, incluido Hemón el hijo de Creonte, y
atormentando al reino de Tebas.
Al acertijo de: «¿cuál es el ser vivo que cuando es pequeño anda a cuatro patas, cuando es adulto anda a
dos y cuando es mayor anda a tres?», Edipo respondió correctamente que es el hombre puesto que cuando
es un bebé gatea, camina con sus dos piernas cuando es adulto y cuando es anciano se apoya sobre un
bastón.[5][4][Hay otra versión de este acertijo que hace referencia a Edipo Que camina por el día a dos
patas, por la tarde a cuatro y por la noche a tres? ya que Edipo era un hombre (dos piernas), al matar a su
padre se convirtió en una bestia (cuatro patas) y luego al arrancarse los ojos y quedar ciego debió usar
bastón (tres patas)].
Había también otro acertijo: «Son dos hermanas, una de las cuales engendra a la otra y, a su vez, es
engendrada por la primera». Edipo contestó: el día y la noche.[6] Furiosa, la Esfinge se suicidó lanzándose
al vacío y Edipo es nombrado el salvador de Tebas. Como premio, Edipo fue nombrado rey y se casó con la
viuda de Layo, Yocasta, su verdadera madre. Tuvo con ella cuatro hijos: Polinices, Eteocles, Ismene y
Antígona y los dos hermanos se enfrentarían más tarde entre ellos a muerte por el trono tebano. Otra
tradición afirma que los hijos de Edipo no fueron de Yocasta sino de Euriganía.[5]
Destierro y muerte
Al poco tiempo, una terrible plaga o escasez de alimentos cayó sobre la ciudad, ya que el asesino de Layo
no había pagado por su crimen y contaminaba con su presencia a toda la ciudad.
Edipo emprende las averiguaciones para descubrir el culpable, y gracias a Tiresias descubre que en
realidad es hijo de Yocasta y Layo y que es él mismo el asesino que anda buscando. Sobre lo que sucedió
a partir de ese momento circulan múltiples versiones:
Al saber Yocasta que Edipo era en realidad su hijo, se dio muerte, colgándose en el palacio. En versiones
alternativas, siguió viviendo hasta que en el ataque de los siete contra Tebas sus hijos se dieron muerte el
uno al otro, momento en el que ella se suicidó.[7][8]
Edipo se quitó los ojos con los broches del vestido de Yocasta, huyó o fue exiliado de Tebas, o fue
encerrado por sus hijos en el palacio, o siguió reinando en Tebas por algún tiempo. Maldijo a sus hijos
Polinices y Eteocles y sólo su hija Antígona le acompañaba en su destierro para servirle de guía.[4][7][8]
En Colono, fue acogido por el héroe mítico Teseo y allí murió. Se decía que su tumba se encontraba en un
santuario de las Euménides que había entre la Acrópolis y el Areópago de Atenas.[9][10]
Sin embargo, existía otra tradición, recogida por Lisímaco de Alejandría que decía que, cuando murió
Edipo, los habitantes de Tebas y de otra aldea beocia llamada Ceo no quisieron que sus restos quedaran
enterrados en sus territorios y su cuerpo fue transportado a Eteono, donde fue enterrado, de noche, en un
recinto consagrado a Deméter. Cuando los habitantes de Eteono se enteraron del hecho, consultaron el
oráculo sobre lo que debían hacer y la respuesta fue que no se debía turbar al adorador de la diosa, por
tanto los restos quedaron enterrados allí.[11]
La referencia más antigua del mito de Edipo se encuentra en la Odisea, en el capítulo Evocación de los
muertos. Allí, Epicasta, su madre, marcha a la morada de Hades a purgar el incesto, mientras Edipo,
aunque con contratiempos, sigue reinando sobre los cadmeos de Tebas.
Sófocles trató el tema de Edipo y sus descendientes en tres obras, Edipo Rey, Edipo en Colono y Antígona.
Estas obras se estrenaron en años distintos: Antígona en el 442 a.C., Edipo Rey hacia 430-425 y Edipo en
Colono, su última obra, en el 406. No forman, pues, una trilogía.[12]
Al comienzo de Edipo Rey aparece el pueblo de la ciudad de Tebas postrado a los pies de Edipo, que es el
gobernante de la ciudad (tras haberla salvado de las garras de la Esfinge). Un sacerdote, en nombre de los
demás suplicantes, pide a Edipo que ponga fin a la terrible epidemia que azota a la población. Edipo tratará
de averiguar la causa de la crisis enviando a su cuñado y a la vez tío, Creonte, a Delfos a consultar al
oráculo. Al volver de Delfos, Creonte transmite a Edipo y al pueblo de Tebas, la sentencia del oráculo: "los
dioses exigen que las tierras mancilladas con el asesinato de Layo sean purificadas con el destierro del
responsable del crimen". Edipo toma, entonces, la determinación de perseguir sin descanso al asesino y
castigarlo muy duramente, sin saber que así, se está cavando su propia tumba. A partir de este momento, y
mientras el protagonista realiza todo lo posible por desenmascarar al asesino,varios personajes de la obra,
como Tiresias, su madre Yocasta, y hasta un criado —habiendo tomado conocimiento de quién es al que se
busca—, tratarán de hacerle desistir de tal propósito. Pero, a pesar de todo, Edipo seguirá desentrañando el
caso hasta saber la verdad.
En la obra, el pueblo tebano, (representado como el coro), cobrará un papel muy importante, opinando
sobre todas las decisiones que toman los gobernantes de la ciudad, y teniendo mucha influencia sobre esas
decisiones. Sófocles hace insistente uso de la ironía trágica y aparece la idea de que el personaje acaba
por reconocerse a sí mismo, por saber quién es él en realidad (anagnórisis). Se alcanzan momentos de
máxima tensión: el conflicto entre Tiresias y Edipo, la discusión entre Creonte y Edipo, y finalmente la
conversación entre Edipo y Yocasta, que trata de distraerlo a toda costa para que abandone la investigación
sobre su destino trágico.
Ya lo había dicho el Oráculo de Delfos a Layo cuando él nació: "matará a su padre y se casará con su
madre". Para evitarlo, Layo había mandado matarlo: lo dejaron colgado de los pies en un bosque. Lo halló
un criado piadoso que lo entregó en crianza a otros padres.
Ya adulto, en una encrucijada del camino hacia Tebas, Edipo había tenido un mal encuentro con un hombre
a quien dio muerte, y ese hombre era Layo, su padre. Yocasta —con quien había tenido cuatro hijos—, era
su propia madre. Cuando Edipo conoce su destino trágico, se quita los ojos con sus propias manos y se
autoexilia de la ciudad, de la mano de una de sus hijas, Antígona, que no lo abandonará hasta su muerte.
Cabe mencionar que el destierro era una pena de máxima en la Antigua Grecia, pena considerada en sí
misma como una muerte.
Prácticamente el último año de su vida, Sófocles escribió Edipo en Colono, libro en el cual, el protagonista,
convertido en ese mendigo que vaga sin rumbo, ciego, y de la mano de Antígona, acabará muriendo en un
bosque cercano a Atenas, donde será enterrado y se le rendirán grandes honores. Se presenta también en
esta obra el trágico conflicto entre los dos hijos de Edipo (Eteocles y Polinices)
Hay muchas otras versiones sobre el personaje de Edipo de distintos escritores clásicos en distintos
periodos de la Antigüedad.
En la Edad Media versiones del mito de Edipo sobreviven en las leyendas cristianas de San Albano, San
Gregorio y San Julián.
En Edipo Filósofo (1988), Jean-Joseph Goux sostiene que Edipo representa el poder de la razón, capaz de
develar los acertijos con el ejercicio de la inteligencia sin tener que apelar a los dioses ni a ningún saber
ancestral, siendo quien inicia el camino del pensar filosófico "que llega a la cima con Descartes".
Edipo de Séneca
Layos, la historia de un mito griego de Josep Asensi (2009), Ediciones Evohé, ISBN 978-84-936908-1-6
Edipo en la música
Edipo en Colonna de Sacchini (1786) (ópera)
The End de The Doors del álbum The Doors (álbum) (1967) (canción)
Edipo de Tebas de Les Luthiers en Viejos Fracasos (1977) (cantar bastante de gesta)
Miseria de Night R.I.P del álbum Black Diamond (Diamante Negro) (2011) (canción)
Edipo Rey de Def Con Dos del álbum Tercer Asalto (álbum) (1991) (canción)
Edipo en el cine
Edipo re de Pier Paolo Pasolini, 1967, con Franco Citti, Silvana Mangano y Alida Valli.[13]
Edipo re, de Giuseppe De Liguoro, 1909
En la obra del dúo teatral colombiano El Águila Descalza, Va la madre se cuenta de una manera
humorística la tragedia de Edipo Rey.
Edipo en la comedia
Complejo de Edipo
Este mito inspiró a Sigmund Freud su teoría del complejo de Edipo (el agregado complejo infantil de
sentimientos amorosos con el progenitor del sexo opuesto y hostiles con el del mismo sexo). En La
interpretación de los sueños (1899), Freud aclara la relación que él encuentra entre el Mito de Edipo y el
Complejo: “Si Edipo Rey es capaz de conmover al lector moderno, como a sus contemporáneos los griegos,
es porque el efecto de la tragedia… no depende del conflicto entre el destino y la voluntad humana, sino de
la naturaleza peculiar del material que se revela…”
Predecesor: Sucesor:
Reyes de Tebas
Layo Creonte
Véase también
Edipo, obra de Séneca en la que se ofrece una versión más oscura y filosófica del mito de Edipo
Categoría:Edipo (ópera)
Psicología
Parricidio
Complejo de Edipo
Referencias
1. ↑ Antonio Ruiz de Elvira (1982). Mitología clásica. Madrid: Editorial Gredos. p. 196. ISBN 84-249-0204-1.
3. ↑ Antonio Ruiz de Elvira (1982). Mitología clásica. Madrid: Editorial Gredos. p. 197. ISBN 84-249-0204-1.
«Escolio a Las fenicias, 24».
4. ↑ a b c Higino, Fábulas 67.
6. ↑ Pierre Grimal (1981). Diccionario de mitología griega y romana. Barcelona: Paidós. p. 148. ISBN 84-
7509-166-0.
10. ↑ Antonio Ruiz de Elvira (1982). Mitología clásica. Madrid: Editorial Gredos. p. 204. ISBN 84-249-0204-
1.
11. ↑ Natale Conti, Mitología pp. 78-79, Murcia: Universidad de Murcia (1988), ISBN 84-8371-599-6.
Bibliografía
Sófocles, Tragedias: Áyax, Las Traquinias, Antígona, Edipo Rey, Electra, Filoctetes, Edipo en Colono,
Editorial Gredos: Madrid, 1981/2002 [1ª edición, 4ª reimpresión]. ISBN 84-249-0099-5.
Sobre Edipo
Bettini, Maurizio y Giulio Guidorizzi (2008): El mito de Edipo. Imágenes y relatos de Grecia a nuestros
días, tr. M. A. Castiñeiros González, Móstoles: Akal, ISBN 978-84-460-2430-9.
Ruipérez, Martín S. (2006): El mito de Edipo. Lingüística, psicoanálisis y folklore, Madrid: Alianza, ISBN
84-206-6016-7.
García Gual, Carlos (2012): Enigmático Edipo. Mito y tragedia, Madrid: FCE, ISBN 978-84-375-0686-9.
Sigmund Freud, Obras completas, Amorrortu Editores: Buenos Aires/Madrid, 1978/2006. ISBN 950-518-
575-8.
Mas, Pasqual y Vellón, Javier, El mito de Edipo en la comedia baroca espanyola, New York, Peter Lang,
1995.
Enlaces externos
Rodríguez Adrados, Francisco (1993). «Edipo, hijo de la fortuna» . Estudios clásicos. 35, No. 104: 37-48.
ISSN 0014-1453 . Consultado el 7 de octubre de 2015.
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