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CRÍTICA DE LIBROS

DAVID LYON: Jesús en Disneylandia. La religión en la postmodernidad, Cátedra,


Madrid, 2002. 232 páginas.
El escenario es una ciudad de California, con la consiguiente entronización de la
Anaheim, hogar de Disneylandia, en razón, no ha conseguido, a su juicio, des-
donde se desarrolla un multitudinario fes- terrar finalmente a aquélla del espectro de
tival religioso que concentra a distintos la vida cultural. Así, Lyon va a afrontar
artistas cristianos y a un predicador evan- con valentía el reto de volver a reconside-
gelista. La factoría Disney, que ya ha rar el análisis sociológico de la religión
incorporado en los últimos años a gays y una vez consolidadas las perspectivas teó-
lesbianas en los valores familiares esta- ricas que, en sus distintas modalidades,
dounienses, lo hace ahora con la religión. habían sospechado de lo religioso al iden-
Este evento es el que sirve de pretexto a tificarlo a lo ideológico (marxismo) o a lo
DAVID LYON para elaborar una sugestiva sublimatorio (psicoanálisis). Lo hace, ade-
reflexión sociológica acerca de las rela- más, en un momento histórico, el actual,
ciones entre sociedad y religión en la cul- especialmente sugerente para ello, en el
tura postmoderna. Autor que mantiene que estaríamos siendo afectados por el
unas declaradas distancias con respecto al despliegue pleno de la modernidad. No en
postmodernismo, LYON busca escudriñar vano la literatura sociológica de los últi-
la lógica explicativa del florecimiento de mos años (GIDDENS, LUHMANN, BARMAN)
un abigarrado abanico de religiosidades se ha encaminado a diagnosticar las conse-
cotidianas que se desmarcarían de la tradi- cuencias culturales, y también las patolo-
cional concepción que le habíamos atri- gías psico-sociales, resultantes de este des-
buido a lo religioso. Religiones, para pliegue.
decirlo en los términos por él utilizados, Pero es necesario, como hace Lyon,
“desregularizadas” y “postinstitucionales” dar un paso más: ¿Qué sucede después de
(p. 41). que el desierto de sentido haya colonizado
La cultura postmoderna, ya radiogra- plenamente la experiencia social? ¿Cuál
fiada en una obra anterior traducida al es el capítulo siguiente a la absoluta des-
español1, nos revelaría la efervescencia de magización y desencantamiento del
un elemento de la vida social que había- mundo que MAX WEBER profetizara como
mos creído zanjado a raíz de la moderni- destino definitivo de Occidente? Para
dad: lo religioso. Merece la pena, y ésta es expresarlo en sus propias palabras, “si la
la virtud fundamental de la obra de LYON, modernidad desafía a la religión ¿Qué
repensar nuevamente en qué ha consistido sucede cuando la propia modernidad es
realmente el proceso de secularización desafiada?” (p. 30). Pues bien, LYON es
occidental y cuáles han sido los efectos tajante: “La secularización como metana-
culturales derivados de éste. El desafío rración ha muerto” (p. 204). Las teorías de
impuesto por la modernidad a la religión, la secularización, afirma LYON, fueron

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D. LYON, Postmodernidad, Alianza, Madrid, 1996.

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productos de las sociologías europeas generis religiosidad actual que llegaría a


confiadamente racionalistas de mediados acomodarse a diferentes modulaciones
del siglo XX. Volvieron a diversos temas culturales y que se metamorfosearía bajo
decisivos de la sociología clásica, busca- nuevos rostros. Desde esta mirada socio-
ron confirmación en tipos particulares de lógica, es posible encontrar lo religioso
evidencia y dieron por supuesto un pro- incluso en la moda o en un desaforado
greso lineal general hacia un mundo secu- consumismo; basta con reconocer que lo
larizado. Hoy las dificultades de esta religioso, con independencia de su ads-
visión se han multiplicado (p. 44). Es una cripción institucional, es aquello que
tarea sociológica necesaria, pues, volver a abastece de una demanda de sentido y que
reinterpretar nuevamente el proceso de propicia la solidificación de lazos de agre-
secularización instaurado por la moderni- gación social. De este modo, recientes
dad. Quizás, y este es uno de los aciertos expresiones de la cultura actual, tales
de Lyon, al identificar unívocamente a la como la publicidad o la misma moda,
religión con unos falsos dogmas y una estarían contribuyendo a forjar unas
idolatría que era urgente superar histórica- nacientes formas de identidad social en
mente, hemos, al mismo tiempo y sin per- otro tiempo impulsadas desde otro tipo de
catarnos de ello, también despojado a la instancias sociales.
experiencia humana de una oferta de sen- Así, la postmodernidad nos estaría
tido, lo que ha propiciado una búsqueda mostrando, paradójicamente, el rebrote de
de sentido en nuevos espacios ahora pro- una religiosidad que, lejos de evaporarse
fanos. como pronosticara el racionalismo ilustra-
Al concebir a la religión como un irre- do, discurriría por cauces ajenos al con-
mediable “recurso cultural” (p. 60), LYON texto de la religión tradicional, configu-
nos permite reconsiderar la naturaleza rando un verdadero reencantamiento de la
esencial del fenómeno religioso, al mismo existencia. Ese recurrente elemento reli-
tiempo que nos ayuda a extender y ampli- gioso consigue ensamblarse incluso, en
ficar el dominio de la religión a paisajes o una perfecta amalgama simbiótica, con
figuraciones profanas. Por eso, a su juicio, los desarrollos tecnológicos, publicitarios
el análisis sociológico de la religión debe- o comunicacionales más recientes; coha-
ría fijarse más en las prácticas vivas que bitar y, en definitiva, operar en el seno de
suceden fuera del marco de las institucio- éstos. Hay, pues, una urgente redefinición
nes religiosas oficiales que en la participa- de lo sagrado en la cultura postmoderna
ción concreta en cultos religiosos propia- que exige una interrogación filósofico-
mente oficiales. Ya DURKHEIM, obsesiona- sociológica, aun cuando éste adopte una
do al final de su itinerario intelectual por fisonomía fragmentaria, versátil, fluctuan-
la dimensión religiosa de la vida social, te y, todo hay que decirlo, condenada a la
nos había advertido que cualquier cosa inconsistencia.
podría llegar a ser sagrada. En esta línea, En suma, por una parte la obra de LYON
Lyon, desligándose tanto de prejuicios trata de hacer justicia a un fenómeno, el
progresistas como de un espíritu confesio- religioso, del cual la racionalidad moderna
nal, aborda la interpretación de una sui no llegó a descifrar toda su complejidad y

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significación. Por otra parte, nos despierta bajo formas nuevas en una cultura en
una seductora inquietud sociológica y tam- donde la modernidad parece haber alcanza-
bién un irrefrenable desafío intelectual do su culminación.
orientado a elucidar cómo es posible que
un elemento arcaico logre pervivir y actuar ÁNGEL ENRIQUE CARRETERO

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