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Familia

Derecho Privado
VI (Derecho de
Familia)
1.1 La familia
1.1.1 Evolución histórica

Siguiendo a Bossert y Zannoni (2007), se puede decir que es importante


saber la evolución por la que atravesó la organización de la familia, ya que
permite comprender el papel que la persona desarrolló en las distintas
etapas históricas. Asimismo, conocer la evolución nos sirve para revisar
ideologías culturales. Por último, dicho conocimiento permite evaluar con
sentido crítico la estructura y desarrollo que hoy presenta la familia.

En una primera etapa, la familia se consideraba matriarcal. Este concepto


obedecía a que el grupo familiar no se asentaba sobre relaciones
monogámicas, sino que la relación sexual existía entre todos los varones y
mujeres que componían una tribu, sin distinción. Esto determinaba que se
supiera con certeza quién era la madre de un niño pero no su padre.

Luego, como evolución propia de la institución familiar, aparece lo que se


ha dado en llamar la familia sindiásmica, que se caracteriza por la
exclusividad de la relación de la mujer con un solo hombre, pero en la cual
él continúa con libertad indiscriminada de relaciones sexuales con otras
mujeres.

Por último, en la evolución familiar, nos encontramos con la actual familia


monogámica, que se caracteriza por solo dos personas que mantienen
relaciones sexuales y de ellos deriva la prole que completará el núcleo
familiar. La unión monogámica estuvo destinada a cumplir diversas
funciones, muchas de las cuales aún cumple.

La monogamia trajo consigo un orden social y sexual en la sociedad, en


beneficio del grupo familiar y del grupo social.

1.1.2 Definición sociológica y definición jurídica. El problema de la


personalidad jurídica

“Desde una perspectiva sociológica, la familia es una institución


permanente que está integrada por personas cuyos vínculos derivan de la
unión intersexual, de la procreación y del parentesco” (Bossert y Zannoni,
2007, p. 5). Esta definición admite a su vez dos acepciones de distinta
extensión.
Siguiendo a los mismos autores, Bossert y Zannoni (2007), se puede decir
que el concepto sociológico de familia permite aludir a la familia integrada
por todos los individuos vinculados por el matrimonio y el parentesco. Sin
embargo, hay que tener en cuenta que la sociología se interesa
principalmente por el estudio de la familia nuclear (conformada por los
padres y los hijos).

En un sentido amplio, se puede decir que la familia está conformada por


“todos los individuos unidos por vínculos jurídicos familiares que hallan
origen en el matrimonio, en la filiación y en el parentesco” (Bossert y
Zannoni, 2007, p. 6).

En un sentido restringido, podemos reducir el concepto de familia a los


padres y sus hijos menores.

Familia

No es posible dar un concepto preciso de familia, ya que se trata de una


palabra a la cual pueden asignarse diversas significaciones.

Siguiendo a Belluscio (2002), podemos decir que se puede conceptualizar la


familia según un sentido amplio, restringido o intermedio:

 Sentido amplio: es el conjunto de personas con las cuales existe


algún vínculo jurídico de orden familiar. Responde a este concepto
la definición de Bossert y Zannoni (1988), que la considera:
o Desde el punto de vista jurídico: conjunto de personas entre las
cuales existen vínculos jurídicos emergentes del matrimonio o del
parentesco. En este sentido, la familia comprende tres órdenes de
relaciones: las conyugales, las paterno-filiales y las parentales.
o Desde el punto de vista sociológico: restringe el concepto de
familia al núcleo paterno-filial, llamado pequeña familia o familia
nuclear. Se define en este sentido como la agrupación natural
formada por los progenitores y los hijos que viven con ellos o que
están bajo su responsabilidad.
 Sentido restringido: pequeña familia, familia conyugal, parentesco
inmediato o núcleo paterno- filial, es decir, la agrupación formada
por los progenitores y los hijos que viven con ellos o que están bajo
su responsabilidad.
 Sentido intermedio: como un orden jurídico autónomo, familia es el
grupo social integrado por las personas que viven en una casa, bajo
la autoridad del señor de ella. Era este el sentido de la familia
romana, en la primera etapa de su derecho histórico.
Fanzolato sostiene que “la familia es una comunidad natural de personas
que se agrupan sobre la base de las relaciones intersexuales que genera la
convivencia (Matrimonial o de hecho) y los vínculos de sangre o nexos
biológicos” (2007, p. 27). En esta noción, que responde a la realidad actual
de nuestro país, se destaca que la familia constituye una entidad de base
natural, queriendo significar que es una entidad prejurídica y que, por
ende, no es una institución jurídica creada o regulada por el derecho. Sin
perjuicio de que la familia englobe muchas instituciones jurídicas como el
parentesco, el matrimonio, el régimen de bienes, la filiación, la adopción, la
responsabilidad parental, la tutela, etcétera, esas instituciones jurídico-
familiares no agotan todo el ámbito de lo familiar, quedando afuera de lo
jurídico importantes aspectos antropológicos, psicológicos, afectivos,
emocionales, éticos, religiosos, culturales, sociológicos, es decir, otras
perspectivas o enfoques que pertenecen al campo del no derecho.

El problema de la personalidad

Según Fanzolato (2007), hay quienes sostienen que la familia tiene una
personalidad jurídica propia basándose en ciertos elementos, un tanto
ambiguos, que parecieran otorgarle esa caracterización legal. Así,
mencionan el apellido o nombre patronímico, el domicilio familiar, el honor
familiar, los títulos nobiliarios, los recuerdos de familia, el particular
dominio sobre los sepulcros y, en especial, la supuesta existencia de un
patrimonio afectado a la satisfacción de las necesidades familiares, la
legítima hereditaria que se trasmite a ciertos miembros de la familia, el
bien de familia y las cargas familiares que se fundamentan en el deber de
obrar en interés de la familia.

En nuestro derecho, la familia no es una persona jurídica, no es sujeto del


derecho, porque carece de los atributos propios de la persona jurídica. No
es una entidad distinta de los miembros y, por ende, no tiene derechos ni
atributos independientes de los personales atributos y derechos
patrimoniales o extrapatrimoniales de cada una de las personas físicas que
la componen; así, no tiene la aptitud necesaria o capacidad de derecho
para adquirir derechos y contraer obligaciones (Belluscio, 2002).

El nombre de la familia es un atributo de cada uno de los miembros y,


dentro de una misma familia próxima (nuclear), los distintos integrantes
podrían no tener un apellido común. Según nuestra reglamentación, los
cónyuges no llevan un apellido común. Los esposos están solo facultados
para utilizar el apellido de su consorte. Incluso, los hermanos podrían
ostentar diversos apellidos cuando no tuvieran ambos progenitores en
común (el caso de los hermanos o hermanas unilaterales).
Tampoco tiene patrimonio propio. La familia puede carecer de bienes en
absoluto y no por ello dejar de ser familia. Y aun cuando existan bienes
gananciales o se haya afectado una vivienda al régimen protector del título
III, capítulo III del Código Civil y Comercial de la Nación (CCCN), la
propiedad de ellos no es de la familia, sino que pertenece, individual o
conjuntamente, a los titulares registrales y su disponibilidad será más o
menos libre según las circunstancias y carácter de esos bienes. Ciertos
bienes de los cónyuges podrán estar afectados a cubrir las necesidades del
hogar y la familia, pero pertenecen a su dueño o al que los produjo y que
tiene sobre ellos la administración exclusiva y una libre disponibilidad solo
sujeta a específicas restricciones (art. 469 y 518, CCCN), emergentes del
deber de actuar en interés de la familia.

El dominio de la vivienda afectada por el régimen de protección del título


III, capítulo III del CCCN (art 244 y siguientes) no se transfiere al grupo
beneficiario, sino que sigue bajo la titularidad del constituyente; y aun
cuando se establece su relativa indisponibilidad e inejecutabilidad, estas
son limitaciones impuestas por la ley al derecho de sus dueños (y a las
pretensiones de los acreedores) en interés de la familia. Los pretendidos
acreedores de la familia solo podrán perseguir a todos los familiares
individualmente y, a su vez, los acreedores personales de un familiar no
podrían exigir el pago a los otros familiares. Ello ocurre, sencillamente,
porque no existe una familia como entidad jurídica con personalidad
propia.

1.1.3 Funciones

La familia tiene fines naturales o religiosos, asimilados por la sociedad, que


no siempre están consagrados por el derecho. “Con esta óptica, la familia
cumple desde el origen del hombre funciones geneonómicas, formativas y
de socialización de la descendencia, de solidaridad y ayuda material y
moral, y de perpetuación o transmisión de patrimonios” (Fanzolato, 2007,
p. 27).

La procreación y el destino de reproducción de la especie se cumplen en la


familia de manera natural obedeciendo a un instinto o impulso humano de
conservación.

 Las funciones formativas y socializadoras de la familia: el


aprendizaje básico se cumple en el seno de la familia de origen, que
constituye un núcleo formativo y transmisor de cultura, de energías
morales y de principios de solidaridad humana.

La familia envuelve la vida entera de la persona, como una sociedad total e


integradora que abarca los más diversos aspectos de la vida del ser
humano y dentro de la cual se cumplen los fines fundamentales de la vida
de este, cumpliéndose también los fines fundamentales de la vida. En la
familia, el hombre puede realizarse plenamente como persona; dentro de
ella, día a día, puede formarse y mejorar, haciéndose cada vez más un ser
humano, es decir que la familia le permite su humanización y la búsqueda
de su propia identidad. Fundamentalmente en el ámbito familiar, se
forman seres humanos en su integralidad; se culturaliza, se enseña y se
aprende el idioma; se instruye y se educa; se trasmiten valores morales y
religiosos; se rinde culto a la justicia; se generan sanas obediencias y
necesarios afectos; se inculcan y se desarrollan importantísimos hábitos de
vida, de orden, de disciplina, de ahorro y de trabajo. La creación de hábitos
tiene gran trascendencia en la formación integral porque, adquiridos por la
persona, la acompañan durante el resto de su existencia (Fanzolato, 2007).

Estas funciones son cumplidas también por otros organismos (escuela,


universidades, talleres, ámbitos laborales, empresas, etc.), pero cuando el
individuo llega a participar en esas instituciones, ya ha recibido un
importante “baño familiar” de humanidad, cultura y sociabilización, ha
aprendido a hablar, a comunicarse con los demás y a respetar a sus
semejantes, se le han impartido las mínimas reglas sobre la interrelación
personal y ha adquirido importantes hábitos de conducta, tareas todas en
las que la familia es casi imposible de ser sustituida.

Las funciones de solidaridad material y moral pueden manifestarse en las


diversas etapas del existir, de acuerdo con las particulares circunstancias
de los miembros.

La familia en las sociedades actuales, capitalistas o socialistas, cumple una


indiscutible función de perpetuación del poder económico (y político), del
patrimonio y de la riqueza, a menudo en forma extrajurídica, aunque
empleando instrumentos jurídicos (ventas simuladas, acciones de sociedad
anónima, donaciones); conservación de puestos de control, en la dirección
de empresas, en los registros notariales, cesión fáctica de privilegios, de
aprovechamiento del prestigio profesional de los padres, designaciones
políticas de asesores o coordinadores de grupos de poder. También se
cumple la función a través de la sucesión hereditaria legítima que suele
tender a perpetuar los privilegios y a perfeccionarlos.

El concepto jurídico de familia en el mudo occidental

El tema circunscribe el estudio al concepto de familia en el ámbito del


derecho. Así, la noción jurídica de familia, y su integración amplia o
restringida, dependerá de la realidad legal de cada Estado.
Nos limitamos al análisis normativo de una o varias estructuras jurídicas de
raíz romana, a fin de determinar los fundamentos de la familia moderna,
que serán distintos según el país del que se trate, puesto que, en la
actualidad, en múltiples territorios se constata una creciente desconexión
entre el matrimonio y la familia.

A la fecha, desde el punto de vista legal, en la mayoría de los países latinos


occidentales no existe un modelo único de familia. El imperativo sistema
tradicional de un único "paradigma familiar", representado por la familia
fundada en el matrimonio, ha sufrido grandes transformaciones.

De este modo, primero se produce la equiparación jurídica de la familia


natural respecto de la legítima, estableciéndose la igualación legal de los
hijos y descendientes extramatrimoniales respecto de los matrimoniales, lo
que ha gozado de un beneplácito mayoritario. Simultánea o sucesivamente
se llega a la juridización de uniones convivenciales fácticas, estables, que se
presentan como el producto de convenios privados relativamente formales
o informales o de arbitrios u opciones que la ley reconoce u homologa. Y,
en la actualidad, al tiempo que eclosionan unas interesantes y respetables
convivencias no carnales de ayuda mutua, se halla en proceso de franco
desarrollo el reconocimiento, como entidad familiar, de las uniones entre
personas del mismo sexo, y de las familias monoparentales integradas con
descendientes logrados a través de mecanismos de fecundación asistida.

1.1.4 La familia posmoderna. Distintas formas de


organización familiar
La familia posmoderna en el mundo latino se presenta bajo diversos
moldes:

1) La casi extinguida familia patriarcal: integrada por una pareja de


esposos que convive con toda su descendencia (hijos, nietos,
etcétera, y sus respectivos cónyuges). También entran en el
concepto aquellos núcleos familiares a los que se agregan, entre los
que viven en el mismo hogar, otras personas con las que están
vinculadas por lazos parentales o biológicos (tíos, abuelos, nietos,
primos) o afectivos (ahijados, criados, amigos). Todavía tiene
vigencia limitada, especialmente en zonas rurales. En las ciudades,
aunque cada vez con menos frecuencia, se observa también un
modelo de familia amplia.
2) Familia nuclear matrimonial: constituida por la pareja casada que
vive con sus hijos comunes, denotando marcada aminoración de
contactos y vínculos respecto del linaje (de las generaciones
precedentes) y de los parientes colaterales y por afinidad. Este
fenómeno aparece junto a la urbanización y se acentúa con los
alejamientos que generan las migraciones o traslados por razones
laborales o de otra índole.
3) Familia nuclear ensamblada o recompuesta: conformada por un
matrimonio que convive con sus hijos comunes y los hijos
extraconyugales o de anteriores nupcias de cada consorte (o
adoptivos de uno u otro). En esta hipótesis, las cargas
matrimoniales incluyen a los hijos afines que conviven en esa
familia nuclear ensamblada.
4) Familia matrimonial sin descendencia: es decir, una pareja de
casados sin hijos en donde el afecto, el amor, la solidaridad, la
ayuda mutua y el compañerismo entre sus miembros, cualesquiera
sean sus edades, es suficiente fundamento de perduración. La falta
de descendencia puede originarse en una imposibilidad o en una
deliberada exclusión de la prole por los esposos, pero ello no es
óbice para que exista familia.
5) Familia nuclear extramatrimonial: formada por una unión de dos
personas de igual o distinto sexo, no casadas, con hijos comunes.
También estas uniones pueden constituir una familia
extramatrimonial ensamblada si los convivientes tuvieran hijos de
convivencias o matrimonios anteriores.
6) Convivencias estables sin hijos: teniendo en cuenta la fragilidad del
matrimonio, que puede disolverse por el desistimiento unilateral de
uno de sus miembros, muchos estiman que la formalización de la
unión es intrascendente y constituye uno de los resabios de
hipocresía heredada de concepciones sociales perimidas. En este
orden de principios, defienden y practican una convivencia sin
celebrar el matrimonio, a la que consideran como la genuina y
auténtica unión, que solo está cimentada en la constante y
renovada voluntad de convivir. Tales realidades fácticas son
reconocidas como entidades jurídicas familiares en muchas
legislaciones, como es el caso de nuestro país, mientras que en
otras se le desconocen efectos específicos. En este sentido, muchas
legislaciones reconocen este tipo de organización familiar basado
en la convivencia, incluso no habiendo hijos.
7) Familia monoparental: se configura cuando un progenitor convive
solo con sus hijos. Puede ser una familia monoparental de origen
matrimonial, extramatrimonial o por fecundación con material de
donante anónimo. Son formas de familia desconyugalizadas, y a
tales situaciones se puede arribar por divorcio, viudez, mera
progenitoriedad biológica y no matrimonial, a través de prácticas de
fecundación asistida, o en virtud de la adopción unilateral, en
donde se satisface el interés de un niño, niña o adolescente que
carece de familia o que ha sido abandonado por ella, y también, el
legítimo anhelo de paternidad o de maternidad del o de la
adoptante que, por los motivos que fuera, no ha tenido
descendencia biológica deseada.
8) Familia binuclear: en donde ambos progenitores están separados o
divorciados; no conviven entre ellos, pero tienen hijos comunes en
guarda compartida y, por ende, dichos hijos conviven
indistintamente con cualquiera de sus progenitores.
9) Familia protectriz: es el grupo cuasifamiliar que, constituido sobre la
base del vínculo jurídico derivado de la tutela, de la curatela o de la
guarda, enlaza al tutor (y su descendencia), al curador o al
guardador con el pupilo, menor o persona con capacidad
restringida a su cargo o bajo su custodia.
10) Matrimonio homosexual (Argentina, Uruguay, Francia, Holanda,
Bélgica, Canadá, etcétera): pareja de igual sexo con hijos biológicos
no comunes o con hijos comunes adoptados o nacidos merced a
métodos de fecundación asistida con material heterólogo u
homólogo, según las particulares normas de algunos
ordenamientos muy recientes, como el nuestro, que admiten la
adopción por tales parejas o que consienten semejantes
procedimientos de fecundación asistida.
11) Unión de hecho homosexual juridizada con hijos: son uniones entre
dos personas del mismo sexo, con hijos de cada uno de los
convivientes o comunes logrados por los procedimientos antes
señalados. Estas uniones pueden perseguir múltiples propósitos,
tales como educar a los hijos que tuviesen o que adoptasen;
satisfacer sus requerimientos sexuales; conformar un núcleo de
consumo, de afecto, de compañerismo; y brindarse apoyo material
y moral frente a las adversidades de la vida.
12) Unión de hecho homosexual juridizada sin hijos: constituida por una
pareja de compañeros del mismo sexo que conviven en relación de
afectividad análoga a la de un matrimonio sin hijos, con
independencia de su orientación sexual. Es un modo de existencia
familiar adecuado a las aspiraciones y a los caracteres específicos
de la pareja. Los derechos familiares de los miembros varían según
la pareja esté o no registrada, o de los pactos de convivencia que
consientan, teniendo en cuenta la legislación de cada país.
13) Convivencias de ayuda mutua: otro novedoso modelo de familia
introducido hace poco tiempo en el mundo latino por la legislación
catalana son las llamadas convivencias de ayuda mutua destinadas
especialmente a las personas de edad que intentan poner remedio
a sus dificultades. Se trata de situaciones de convivencias no
carnales de personas que, sin constituir una familia nuclear,
comparten una misma residencia, unidos por vínculos de
parentesco sin límite de grado en la línea colateral, o de simple
amistad o compañerismo, y que contribuyen solidariamente a los
requerimientos patrimoniales y tareas domésticas del grupo, con
voluntad de ayuda mutua y de permanencia.
1.2. El derecho constitucional de familia

1.2.1 Normas y principios contenidos en la Constitución Nacional.


Tratados internacionales de derechos humanos. Fallos de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos

En nuestro país, algunas normas del derecho de familia tienen jerarquía


supranancional y otras pertenecen al derecho interno. Dentro de ellas,
existen preceptos de nivel constitucional y otros integran el derecho
infraconstitucional.

Dentro de las normas constitucionales, tenemos el artículo 14 de nuestra


Constitución Nacional (CN), que consagra “la protección integral de la
familia; la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar
y el acceso a una vivienda digna”1.

En el derecho de familia, tiene relevante trascendencia el artículo 75, inciso


22 de la CN de 1994, según el cual “corresponde al Congreso aprobar o
desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las
organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los
tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes”2.

La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la


Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo, la Convención
Internacional sobre Eliminación de todas las formas de Discriminación
Racial, la Convención sobre Eliminación de todas las formas de
Discriminación contra la Mujer, la Convención sobre los Derechos del Niño,
en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, no
derogan artículo alguno de la primera parte de esta Constitución y deben
entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella
reconocidos.

El Código Civil y Comercial es el ordenamiento jurídico interno, de derecho


privado, que reglamenta el parentesco, el matrimonio, la filiación
consanguínea y adoptiva, la tutela y la curatela.

1 Artículo 14, Ley N.° 24430. (1994). Constitución de la Nación Argentina. Senado y Cámara de
Diputados de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/kVaRZ4
2 Artículo 75, Ley N.° 24430. (1994). Constitución de la Nación Argentina. Senado y Cámara de

Diputados de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/kVaRZ4


Corte Interamericana de Derechos Humanos

En noviembre de 1969 se celebró en San José de Costa Rica


la Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos
Humanos. En ella, los delegados de los Estados Miembros de
la OEA redactaron la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, que entró en vigor en julio de 1978.

Con el cometido de salvaguardar y tutelar los derechos


esenciales del hombre en el continente americano, la
Convención instrumentó dos órganos para conocer de las
violaciones a los derechos humanos: La Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. (Corte
Interamericana de Derechos Humanos, 2018,
https://goo.gl/h8esfZ).

Dicha Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha dictado


trascendentales fallos en materia de derecho de familia, entre ellos, el caso
“Fornerón e hija vs. Argentina”, de fecha 27 de abril de 2012. En dicha
controversia, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sometió a
la jurisdicción de la Corte Interamericana el caso Fornerón e hija en contra
de la República Argentina, originado en una petición presentada por el Sr.
Leonardo Aníbal Javier Fornerón. Los hechos que motivaron la
presentación se originan en el mes de junio del año 2000, cuando nace una
niña fruto de la relación del Sr. Fornerón con la Sra. Enríquez. Al día
siguiente del nacimiento, la señora Enríquez, quien negaba que Fornerón
fuera el padre de la niña, entregó a su hija en guarda provisoria con fines
de adopción a un matrimonio. Tras el nacimiento de la niña, y ante las
dudas sobre el paradero de ella y sobre su posible paternidad, Leonardo
Fornerón acudió ante la Defensoría de Pobres y Menores y manifestó que
deseaba conocer la verdad biológica de la pequeña para saber si era su hija
y, en ese caso, hacerse cargo de ella.

En el procedimiento judicial sobre la guarda, Leonardo Aníbal Javier


Fornerón fue llamado a comparecer ante el juez, a quien le manifestó su
oposición a la guarda y requirió que la niña le fuera entregada. Asimismo,
se practicó una prueba de ADN que confirmó su paternidad. A pesar de
todo ello, el 23 de diciembre de 2005 se otorgó la adopción simple de la
pequeña al matrimonio a quien su madre biológica había dado en guarda.

En este sentido, la corte dispuso, entre otras consideraciones, la reparación


dineraria del Estado por daño material e inmaterial al Sr. Fornerón y su
hija; establecer de manera inmediata un procedimiento orientado a la
efectiva vinculación entre el señor Fornerón y su hija; la obligación de que
el Estado verifique la conducta de los funcionarios que intervinieron en los
distintos procesos internos relacionados con el presente caso y establecer
las responsabilidades que correspondan; implementar un programa o
curso obligatorio dirigido a operadores judiciales vinculados a la
administración de justicia respecto de niños y niñas, que contemple los
estándares internacionales en derechos humanos, particularmente, en
materia de los derechos de los niños y niñas y su interés superior y el
principio de no discriminación.

Otro fallo trascendental de la CIDH es “Artavia Murillo y otros (Fertilización


in vitro) vs. Costa Rica”, de fecha 28 de noviembre de 2012. Los hechos que
motivaron la presentación fueron los siguientes: en febrero de 1995, se
aprueba en Costa Rica un decreto ejecutivo por el cual se autoriza la
fecundación in vitro para parejas conyugales. En el mes de abril de ese
mismo año, se presenta una acción de inconstitucionalidad contra dicho
decreto, alegando, entre otros, la violación al derecho a la vida. En el año
2000, la corte declara la inconstitucionalidad del decreto que autorizaba la
fecundación in vitro (FIV). A raíz de esta situación, nueve parejas se
presentaron ante la CIDH a los fines de la resolución de la controversia
planteada.

La Corte Interamericana entendió que no se ha vulnerado el derecho a la


vida, consagrado en el artículo 4 de la convención, atento a que “entiende
el término ‘concepción’ desde el momento en que ocurre la implantación,
razón por la cual considera que antes de este evento no procede aplicar el
artículo 4 de la Convención Americana”3. Asimismo, respecto al artículo 4.1
de dicha convención, que establece que “toda persona tiene derecho a que
se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a
partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida
arbitrariamente”4, la CIDH interpretó que:

es posible concluir de las palabras “en general” que la


protección del derecho a la vida con arreglo a dicha
disposición no es absoluta, sino es gradual e incremental
según su desarrollo, debido a que no constituye un deber
absoluto e incondicional, sino que implica entender la
procedencia de excepciones a la regla general.5

3 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Artavia Murillo y otros (fecundación in vitro) vs.
Costa Rica, del 28 de noviembre de 2012.
4 Artículo 4, Ley N.° 23054. (1984). Convención Americana sobre Derechos Humanos. Senado y

Cámara de Diputados de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/gBvMvN


5 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Artavia Murillo y otros (fecundación in vitro) vs.

Costa Rica, del 28 de noviembre de 2012.


En virtud de ello, la corte resolvió que se han violado los siguientes
artículos de la Convención Americana sobre Derechos Humanos:

Art 5.1: Derecho a la Integridad Personal: Toda persona


tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica
y moral.
Art. 7: Derecho a la libertad personal.
Artículo 11.2: Protección de la Honra y de la Dignidad:
Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas
en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en
su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o
reputación.
Art. 17.2: Protección a la Familia: 2. Se reconoce el
derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a
fundar una familia si tienen la edad y las condiciones
requeridas para ello por las leyes internas, en la medida en
que éstas no afecten al principio de no discriminación
establecido en esta Convención.6

Asimismo, la CIDH dispuso, entre otras cosas, que el Estado debe adoptar
las medidas necesarias para que quede sin efecto la prohibición de utilizar
la FIV y regular los aspectos que considere necesarios para su
implementación.

6Artículos 5.1, 7, 11.2 y 17.2, Ley N.° 23054. (1984). Convención Americana sobre Derechos
Humanos. Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina. Recuperado de
https://goo.gl/gBvMvN
Referencias
Belluscio, A. C. (2002). Manual de derecho de familia. Buenos Aires, AR:
Astrea.

Bossert, G. y Zannoni, E. (1988). Manual de derecho de familia. Buenos


Aires, AR: Astrea.

Bossert, G. y Zannoni, E. (2007). Manual de derecho de familia. Buenos


Aires, AR: Astrea.

Corte Interamericana de Derechos Humanos. (2018). Historia de la Corte


IDH. Recuperado de http://www.corteidh.or.cr/index.php/es/acerca-
de/historia-de-la-corteidh

Fanzolato, E. I. (2007). Derecho de familia (Tomo I). Córdoba, AR:


Advocatus.

Ley N.° 23054. (1984). Convención Americana sobre Derechos Humanos.


Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/25000-
29999/28152/norma.htm

Ley N.° 24430. (1994). Constitución de la Nación Argentina. Senado y


Cámara de Diputados de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/804/norma.htm
Derecho de
familia

Derecho Privado
VI (Derecho de
Familia)
1.3. Derecho de familia
1.3.1. Definición. Caracteres
El derecho de familia es el conjunto de instituciones jurídicas de orden
personal y patrimonial que gobiernan la fundación, la estructura, la vida y
la disolución de la familia. Más simple y comprensiva es la definición de
Belluscio (2002), según el cual aquel es el conjunto de normas jurídicas que
reglamentan las relaciones familiares. Un concepto más amplio predica que
el derecho de familia es una rama del derecho civil compuesta por las
normas jurídicas que regulan las relaciones familiares y cuasifamiliares
(Belluscio, 2002). Tales conceptos enfocan al derecho en sentido objetivo
(Fanzolatto, 2007).

Caracteres del derecho de familia

Desde que la regulación especializada de las instituciones que componen el


derecho de familia integra una rama del derecho civil y, por lo tanto, del
derecho privado, ello significa que rige relaciones de los particulares entre
sí, pero como las relaciones familiares no solo interesan a los sujetos
involucrados, sino también y primordialmente interesan a la organización
del Estado y de la sociedad, tales relaciones jurídicas tienen características
esenciales que las diferencian de las relaciones propias del derecho civil
patrimonial.

Las características del derecho de familia son:

 El marcado fundamento moral de la regulación jurídico-familiar que


imposibilita su ejecución forzada en caso de incumplimiento. Ello
determina una coercibilidad atípica porque toda violación de un
derecho exige un escarmiento.
 El orden público familiar está presente en la mayoría de sus preceptos;
en su ámbito, en general, no se actúa sobre la base del libre juego de los
intereses de las partes ni rige la autonomía de la voluntad (como en el
derecho civil patrimonial), sino que, por encima de los intereses
individuales, se impone el interés familiar del Estado, que es la fórmula
usada en la materia para designar el orden público. Dicho interés
familiar del Estado determina que, en principio, la regulación de los
vínculos familiares sea absolutamente ajena a la autonomía de la
voluntad: las normas son mayoritariamente imperativas y no supletivas.
Los vínculos parentales, las relaciones conyugales y uniones
convivenciales, los nexos derivados de la filiación por naturaleza, por
técnicas de reproducción humana asistida o adoptiva, el ordenamiento
de la responsabilidad parental y de la tutela, y el régimen de la legítima
hereditaria están gobernados por reglas imperativas no susceptibles de
ser modificadas por la voluntad de las partes.
 En el campo del derecho de familia, existe una restringida autonomía de
la voluntad, que se tolera en la medida en que esa particular regulación
privada de los efectos de ciertos actos familiares no afecten los
contenidos del orden público que inspiran la respectiva institución
familiar. En nuestro derecho de familia advertimos diversas situaciones
en las que el propio ordenamiento jurídico reconoce la válida actuación
de la autonomía de la voluntad en la reglamentación de efectos
familiares específicos, por ejemplo, en la posibilidad de que los
cónyuges opten entre los regímenes patrimoniales matrimoniales
permitidos en nuestro ordenamiento (art. 446, inc. d, CCCN), en los
convenios reguladores de ciertas consecuencias del divorcio (art. 438,
CCCN); en los pactos de convivencia (art. 513 y sgtes., CCCN), etcétera.
 La especial naturaleza de la mayoría de los derechos subjetivos
familiares implica que en muchísimas situaciones se los deba calificar de
derechos instrumentales o derechos-deberes, porque no son derechos
puros otorgados en interés exclusivo del titular, sino que se los reconoce
para permitirles cumplir con una deber consustancial.
 Solo regula relaciones entre personas físicas, a diferencia del derecho
civil patrimonial, que regula las relaciones tanto de las personas físicas
como de las jurídicas.
 La prevalencia de lo personal sobre lo patrimonial. Aun cuando de las
relaciones jurídicas familiares personales suelen surgir consecuencias de
contenido económico, tales derivaciones patrimoniales reciben la
impronta de los vínculos jurídicos personales que se regulan atendiendo
al interés superior de la familia y escasamente al interés individual de la
persona.

El orden público y el interés familiar

Siguiendo a Fanzolato (2007), el orden público es el conjunto de principios


que sirven de fundamento a la organización del Estado (constitucionales:
políticos, económicos, industriales, éticos, religiosos), de la sociedad
(seguridad jurídica, justicia, propiedad privada, libertad de contratación) y
de la familia (organización laica, monogamia, exogamia, el favor
matrimonii, el favor minoris, es decir, la protección especial o privilegio que
concede el derecho a la familia, al matrimonio y a los menores, por razones
vinculadas con la estructura social, igualdad jurídica de los cónyuges y de
los hijos, organización económica-patrimonial del matrimonio y de la
familia, alimentos familiares, la sucesión hereditaria y la legítima).
El derecho de familia, por ser de orden público, se integra con normas
imperativas, irrenunciables, inderogables por la voluntad de los
particulares, que atienden al interés superior del Estado (el interés familiar
del Estado).

La expresión interés familiar no tiene una significación unívoca, sino que


suele usarse en dos sentidos distintos que se deben precisar: se la suele
utilizar como interés familiar privado o como interés familiar público –del
Estado–, que es el equivalente al orden público.

Interés individual e interés familiar

Los intereses individuales de los miembros del grupo están amparados en


la medida en que esa protección consulte e integre el interés familiar, a
través del cual se satisface el interés del Estado y de la peculiar concepción
acerca de la organización social que le sirve de base. Si hay colisión entre
los intereses individuales y los familiares, prevalecen estos últimos porque
son jerárquicamente superiores. La utilidad familiar constituye el objeto de
la tutela jurídica; se atiende prioritariamente a las necesidades de la familia
más que a los requerimientos individuales de sus miembros.

El interés particular de una familia

Con frecuencia se habla de interés familiar para referirse al interés común


de un grupo familiar particular, unitario, concreto, individualizado.

La referencia al interés particular de una familia se vincula con el ejercicio


de los derechos o el comportamiento de sus miembros, que debe hacerse
no solo en su personal interés, sino también en consonancia con los
objetivos o necesidades de los demás integrantes de esa familia concreta.
En este sentido, se suele hablar del deber de actuar en interés de la familia,
lo que implica compatibilizar el interés individual con el interés del resto de
la familia. Cuando se afirma que, por encima del interés individual, debe
prevalecer el interés de la familia a la que pertenece la persona, se quiere
significar que ningún derecho subjetivo familiar puede ser ejercido en
forma irregular y egoísta, sino que se debe actuar armónicamente
atendiendo al interés de los demás miembros de la familia.

Deber de actuar en interés de la familia

Este deber existe en nuestro ordenamiento jurídico. No es una mera


creación doctrinaria, sino que surge de una serie de disposiciones dispersas
en todos los ámbitos del derecho de familia, sea en las relaciones
familiares en general (art. 461, CCCN), en el ordenamiento matrimonial
(arts. 456 y 477, CCCN), en el régimen de responsabilidad parental (art.
645, CCCN) e, incluso, está presente en el fundamento de la legítima
hereditaria.

El derecho familiar, en general, rechaza el actuar con un perfil


individualista, exigiendo proceder con una orientación comunitaria,
abandonando los egoísmos en aras del interés del conjunto familiar.

El obrar en interés de la familia significa actuar en el sentido


de mantenerla unida frente a la disgregación; protegerla
frente a puntuales necesidades; en armonía y no en
discordia; favoreciendo el desarrollo de las cualidades
humanas o la cultura de quienes la integran con vista a una
convivencia más rica (fructífera); o a acrecer el patrimonio
de todos en busca de una mayor comodidad del conjunto.
(Lacruz Berdejo, 1984, p. 168).

Normas pertinentes

La exigencia implícita de obrar conciliando el interés individual con el


interés familiar aparece en nuestro derecho con la Ley 14394 y se consolida
en las sucesivas reformas y adiciones a la ley civil codificada, para
perfeccionarse con el Código Civil y Comercial unificado del año 2014.
Veamos las más importantes situaciones legales comprendidas en esta
significación sin perjuicio de que, oportunamente, sean objeto de
específico desarrollo, al tratar, en especial, cada una de las instituciones
involucradas.

El último párrafo del artículo 645 CCCN (Código Civil y Comercial de la


Nación), en materia de responsabilidad parental, resuelve un caso de
colisión entre intereses individuales pronunciándose por la solución que
consulta el interés familiar de ese grupo. Cuando los padres no se ponen de
acuerdo para permitir los actos del menor que requieren el consentimiento
de ambos progenitores, o cuando media imposibilidad para lograrlo,
“resolverá el juez teniendo en miras interés familiar”1, es decir, atendiendo
al interés del grupo familiar en el que se suscitó el problema.

Otro claro ejemplo lo encontramos en el artículo 255 inciso a del CCCN, en


referencia a los casos en que no se puede contar con el asentimiento del

1Artículo 645, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
cónyuge o conviviente del titular registral. En este caso, la desafectación
debe ser autorizada judicialmente; sin dudas, el juez tendrá en cuenta el
interés familiar. Se alude allí al interés colectivo de ese grupo familiar
concreto, interés grupal que se sobrepone al interés aislado de un
integrante del conjunto, aunque ese integrante sea el titular registral.

El artículo 468 del CCCN normatiza con idéntica pauta la autorización


judicial supletoria para otorgar un acto que requiera el asentimiento del
otro cónyuge para disponer de los derechos sobre la vivienda familiar, los
muebles indispensables de esta, y transportarlos fuera de ella. En este
caso, el artículo expresa que el juez tendrá en cuenta si la negativa del
cónyuge no está justificada por el interés de la familia. La solución legal
indica que, en ciertas cuestiones patrimoniales, se protegen los derechos
individuales de los familiares en disputa, en la medida en que su ejercicio
por el titular concuerde con los intereses de su familia.

Según el artículo 477 del CCCN:

Uno de los cónyuges puede pedir la separación de bienes si


la mala administración del otro le acarree peligro de perder
su eventual derecho sobre los bienes gananciales, así como
también podrá solicitarla si se declara el concurso o quiebra
del otro cónyuge, si los cónyuges están separados de hecho
sin voluntad de unirse o si por incapacidad o excusa de uno
de los cónyuges, se designa curador del otro a un tercero.2

Actuar en interés de la familia supone, en el ámbito económico, obrar con


diligencia, precaución, tino y cautela, ya que tales actos no solo exponen el
destino económico individual del cónyuge que negocia, sino que
repercuten también en el porvenir común tanto de los esposos como de la
familia que constituyeron sobre la base de su matrimonio.

Frente a una administración descuidada, que no respete tales pautas, el


artículo 777 del CCCN habilita al cónyuge en riesgo de daños efectivos o
potenciales para que, en interés personal y en representación del interés
familiar lesionado, solicite la disolución del régimen comunitario de bienes.

El artículo 598 del CCCN, en materia de adopción, establece el supuesto del


adoptante con hijos: pueden adoptar siempre que los descendientes sean
oídos por el juez, valorándose su opinión. En este caso, también se observa
la importancia del interés familiar.

2
Artículo 477, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
1.3.2 Naturaleza del derecho de familia y ubicación dentro
del derecho positivo
El derecho de familia, regulado en el Código Civil y Comercial de la Nación,
tiene normas que responden a la autonomía de la voluntad de las
personas, y otras que, limitadas por el deber de solidaridad familiar, son
imperativas, no susceptibles de modificación por las partes involucradas.
Así, se plantea el interrogante acerca de si las relaciones emergentes del
derecho de familia son de derecho público o de derecho privado.

Comparación:

 Relaciones jurídicas de derecho público: no se concibe el interés


individual. Hay un solo interés, el del Estado, al cual debe subordinarse
el interés individual.
 Relaciones jurídicas de derecho privado: los intereses individuales son
distintos y opuestos, encontrándose los individuos en libertad de
establecer sus fines particulares.

Si tomamos en consideración las fundamentales relaciones que se derivan


de la familia, se observa que no es posible catalogar a este derecho dentro
del encaje tradicional iusprivatista. En el matrimonio, por ejemplo, que es
quizás la más privada relación familiar, pues los individuos entran a ella
bajo el impulso de los sentimientos más íntimos, se ve perfectamente que
los particulares no tienen poderío para crearla ni para regular ciertas
cuestiones. No lo tienen para crearla porque no pueden dar vida a la unión
matrimonial en la forma y modo que estimen conveniente, sino
sometiéndose a los dictados que en este respecto ha establecido en poder
público. No lo tienen para regularla porque hay derechos y deberes que
son imperativos.

A partir de la sanción del nuevo Código Civil y Comercial de 2014, se habla


de una constitucionalización del derecho privado. Al respecto, el Dr.
Lorenzetti expresa que en este código

existe una comunicabilidad de principios entre lo público y


lo privado en casi todos los temas centrales. Por primera vez
hay una conexión entre la Constitución y el derecho privado,
basada en los aportes de la doctrina y jurisprudencia en este
tema. (2014, http://goo.gl/NNYsZl).
1.3.3 Derecho subjetivos familiares. Definición. Clasificación
De acuerdo con la doctrina moderna, el derecho subjetivo en general es un
poder concedido al individuo por el ordenamiento jurídico como medio de
protección de sus intereses.

Sus elementos constitutivos:

 Interés: consistente en la exigencia de que se satisfaga una necesidad


humana.
 Poder: atribuido y garantizado por el ordenamiento jurídico al individuo
(sujeto) a fin de que se valga de él para satisfacer un interés.

El interés puede recaer sobre un objeto o bien determinado, material o


inmaterial, que constituye el contenido del derecho subjetivo. La
diversidad de su contenido determina la existencia de distintos tipos o
clases de derecho subjetivo, entre los cuales encontramos los derechos
subjetivos familiares.

Así, podemos definir los derechos subjetivos familiares como poderes


atribuidos a las personas por el ordenamiento jurídico para la satisfacción
de sus intereses familiares.

El interés propio del derecho subjetivo familiar es, entonces, el interés del
individuo en realizarse como persona a través del matrimonio, la
paternidad (filiación: fuente de derechos subjetivos familiares) y el
parentesco.

Clases. Consecuencias y naturaleza jurídica

De acuerdo con Fanzolatto (2007), se distinguen dos clases de derechos


subjetivos familiares: a) los otorgados en interés del titular, y b) los
organizados para satisfacer intereses ajenos al titular.

 Los derechos subjetivos familiares reconocidos en interés individual,


propios de su titular, son derechos que se mantienen dentro de la esfera
potestativa del titular y su ejercicio depende de su exclusiva decisión, el
cual estaría disponiendo de un interés individual y exclusivo siendo
facultativo y no obligatorio el uso de estos derechos, la abstención de su
ejercicio es libre, lícita y no abusiva. En cuanto a la naturaleza jurídica de
esta clase de derechos, si bien muchas tienen naturaleza
extrapatrimonial, como por ejemplo, el derecho que le asiste al cónyuge
de solicitar el divorcio, a pedir la nulidad del matrimonio, el derecho de
los legitimados activamente para reclamar o impugnar un estado de
familia, etcétera; existen otros que reconocen una naturaleza
patrimonial, como las compensaciones económicas que pudieren
corresponder luego del divorcio.
 Las facultades o derechos que se otorgan para satisfacer intereses
ajenos no son derechos subjetivos puros. Con referencia a ellos, se ha
generalizado la denominación derechos-deberes, porque el
ordenamiento jurídico familiar los reconoce para facilitar, permitir y
garantizar el satisfactorio cumplimiento de su deber determinante. Su
ejercicio no es potestativo o facultativo como si fueran derechos
subjetivos puros; por el contrario, son de ejercicio obligatorio, pues
constituyen el medio necesario para la satisfacción del interés de otro
sujeto. Solo se confieren en la medida que resultan indispensables para
satisfacer el deber consustancial al derecho, por ejemplo, el derecho a la
guarda de los hijos se les reconoce a los padres para facilitarles el
cumplimiento de los deberes de educación, asistencia, comunicación,
corrección, control y vigilancia (art. 645, CCCN); el derecho de los padres
a exigir de los hijos la colaboración propia de la edad (art. 671, CCCN),
entre otros.

1.3.4 Acto jurídico familiar. Definición. Clasificación


Ha sido frecuente considerar que, como las relaciones jurídicas familiares
escapan generalmente a la autonomía privada o autonomía de la voluntad,
la teoría general del acto jurídico es extraña al derecho de familia. Se juzga
que las relaciones familiares y los derechos y deberes que tales relaciones
determinan no tienen por fuente la voluntad de los sujetos en los términos
del artículo 259 del CCCN, sino la ley que, en cada caso, dispone los efectos
de tales relaciones.

Se ha destacado, sin embargo, que cuando la constitución de las relaciones


familiares nace de la voluntad de las personas, por ejemplo, la de los
contrayentes en el matrimonio, la de quienes constituyen una unión
convivencial, la del progenitor que reconoce a un hijo, la de los adoptantes,
etcétera, se está frente a auténticos actos jurídicos que son la fuente de
relaciones familiares. Que estas, en su contenido, escapen a la regulación
de los interesados no obsta a que la fuente de la relación obedezca a un
acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato crear, modificar,
conservar o extinguir derechos familiares.

El artículo 259 del CCCN define el acto jurídico como “acto voluntario lícito
que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de
relaciones o situaciones jurídicas”3. Partiendo de este concepto que nos da

3 Artículo
259, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
el Código Civil y Comercial, se puede afirmar que el acto jurídico familiar es
el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas familiares (en
tanto la obtención de ese fin por la voluntad de los particulares esté
admitida por la ley). Sin embargo, es conveniente apuntar que, si bien,
generalmente, las relaciones familiares tienen su origen en un acto jurídico
familiar, hay casos en que aquellas están determinadas directamente por la
ley que dota de efectos a determinados hechos: así, por ejemplo, al
establecerse que la maternidad se determina por el parto de la mujer
debidamente acreditado, sin que sea menester el reconocimiento del hijo
(art. 565, CCCN) o la muerte del cónyuge que determina el estado de
viudez.

El acto jurídico familiar es una especie dentro del género de los actos
jurídicos en general. Al igual que los actos jurídicos de comercio,
sucesorios, contractuales, procesales, administrativos, etcétera, los actos
jurídicos familiares se distinguen no por su esencia (que es igual a la de
todos los actos jurídicos en general), sino por el objeto que persiguen, que
se focaliza en las relaciones jurídicas familiares, sea el emplazamiento en
un estado de familia o la regulación o ejercicio de las facultades propias de
los derechos subjetivos familiares.

Clasificación según diversos criterios

1) Según el contenido sea económico o no:


 Personales: el convenio sobre guarda de los hijos, el reconocimiento de
hijos, la solicitud del adoptado por adopción simple de agregar a su
apellido adoptivo el de su familia biológica, etcétera.
 Patrimoniales: los pactos de convivencia, el convenio de distribución de
los bienes gananciales, los convenios sobre alimentos, etcétera.
2) Según se requiera para su formación la voluntad de una persona o la
concordante de dos o más:
 Unilaterales: el reconocimiento del hijo, pues se perfecciona con el solo
reconocimiento del padre ante el oficial del Registro del Estado Civil.
 Bilaterales: matrimonio, se requiere el consentimiento de ambos
contrayentes, plan de parentalidad, etcétera.
3) Según formalidades exigidas por la ley, sean condición de existencia del
acto o solo un requisito de su prueba:
 Solemnes: matrimonio.
 No solemnes: reconocimiento de hijo.
4) Según los efectos:
 Constitutivos: cuando crean un nuevo estado de familia (matrimonio).
 Declarativos: cuando se limitan a reconocer un estado de familia
preexistente en los hechos (reconocimiento de hijo extramatrimonial).
Referencias
Belluscio, A. C. (2002). Manual de derecho de familia. Buenos Aires, AR:
Astrea.

Fanzolatto, E. I. (2007). Derecho de familia (Tomo I). Córdoba, AR:


Advocatus.

Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable


Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=235975

Lorenzetti, R. (2014). Introducción al Código Civil y Comercial. Recuperado


de http://www.nuevocodigocivil.com/wp-
content/uploads/2015/02/Introduccion-al-Codigo-Civil-y-Comercial.Por-
Ricardo-L.-Lorenzetti.pdf
Estado de familia

Derecho Privado
VI (Derecho de
Familia)
1.4
Estado de familia
1.4.1. Definición

En general, el “estado” de una persona física es la posición jurídica que


ocupa dentro de la sociedad o de la familia, de la que derivan importantes
consecuencias legales. “La ubicación o emplazamiento que a un individuo
corresponde dentro de un grupo social le atribuye un status” (Bossert y
Zannoni, 2007, p. 25).

El estado de persona reconoce una primera división según se lo contemple


en relación con el derecho público o el privado. En su aspecto de derecho
público, se trata del estado político o posición que ocupa el individuo
frente al Estado o comunidad políticamente organizada. A este respecto, el
individuo puede ser nacional o extranjero; la primera de esas calidades
importa la existencia de derechos y obligaciones de carácter político (el de
votar, el de ser elegido o designado para ocupar cargos públicos, el servicio
militar obligatorio).

En su aspecto de derecho privado, se trata del estado civil, que puede


referirse a la persona considerada en sí misma o en relación con la familia.

Considerada la persona en su relación con la familia, al tratarse del estado


de familia, se puede tener el estado de soltero, casado, viudo o divorciado,
y, en relación con otra persona determinada, el de cónyuge, pariente o
extraño.

Entonces, el estado de familia es la expresión que se emplea para precisar


la situación jurídica que tiene una persona dentro de la familia. Por lo
general, se utiliza la expresión estado de familia (o estado civil) para
referirse a la calidad que reviste la persona derivada del vínculo
matrimonial: soltero, casado, viudo, etcétera; sin embargo, el estado de
familia tiene una extensión mayor, ya que comprende la posición jurídica
integral que ocupa una persona en el seno de la familia a la que pertenece
tanto en referencia con el vínculo matrimonial como con los vínculos
paterno-filiales y parentales, en general.

1.4.2. Caracteres

Siguiendo a Belluscio (2002) y a Bossert y Zannoni (2007), los caracteres


son:
1) Universal: pues comprende todas las relaciones jurídicas familiares. No
se limita a las relaciones paterno-filiales, sino que también abarca todas
las relaciones de parentesco y las conyugales.
2) Único e indivisible: no es posible detentar frente a una persona un
estado de familia y, frente a otras, uno diferente. Por ejemplo, no puede
la persona ser considerada soltera para unos y casada para otros.
3) Correlatividad o reciprocidad: está integrado por vínculos entre
personas que son correlativos. Por ejemplo, al estado de padre, le
corresponde el estado de hijo, etcétera.
4) Oponibilidad: es oponible por las personas a quien corresponda contra
todos, es decir, erga omnes, sea mediante el ejercicio de facultades
inherentes a ese estado, sea mediante su invocación ante quienes
pretendan desconocerlo o vulnerarlo.
5) Estabilidad: el estado de familia es una situación estable o permanente,
su regulación por normas de orden público importa la imposibilidad de
modificarlo por la libre voluntad de los interesados. Sin embargo, que
sea estable no implica que sea inmutable, pues puede ser modificado en
determinados casos, ya sea por el acaecimiento de ciertos hechos
jurídicos familiares (o por el ejercicio de ciertas acciones que, acogidas
por los tribunales, tiene tal efecto, p. ej., el casado enviudó por la
muerte de su cónyuge.
6) Inalienable: significa que el estado de una persona no puede ser objeto
de disposición ni trasmitido mediante acto jurídico alguno ni puede ser
objeto de transmisión o renuncia. Excepciones de inalienabilidad:
o se puede transar sobre las cuestiones patrimoniales subordinadas
al estado de familia con tal que la transacción no trate sobre el
estado mismo (art. 1644, CCCN);
o se puede transar a favor de la validez del matrimonio,
entendiendo la doctrina que esta norma solo es aplicable en caso
de nulidad relativa;
o la ley de adopción autoriza a que los padres manifiesten
expresamente su conformidad para que el menor sea adoptado,
habilitando esa manifestación el otorgamiento de la adopción
plena.
7) Imprescriptible: el transcurso del tiempo no ejerce influencia sobre él.
Ni se pierde por el no uso de los derechos que lo integran ni se adquiere
por el uso de estos.
8) Inherencia personal: el estado de familia como atributo de la
personalidad que es inherente a la persona excluye su ejercicio por toda
otra persona que no sea su titular.

El estado de familia reconoce su origen en determinados hechos jurídicos


(nacimiento, muerte) o actos jurídicos (matrimonio, reconocimiento,
adopción, declaración judicial de filiación).
1.4.3. Título de estado

La noción de título de estado requiere una distinción previa. Se puede


hablar de título de estado en sentido material y en sentido formal.

El título de estado en sentido material o sustancial es el emplazamiento en


un determinado estado de familia; en sentido formal, es el instrumento
público o el conjunto de instrumentos públicos de los cuales resulta el
estado de familia de una persona y que conforman la prueba privilegiada
legalmente establecida para acreditar ese estado (Belluscio, 2002).

En consecuencia, se trata del medio contemplado en la ley con idoneidad


para acreditar determinada situación familiar.

1.4.4. Posesión de estado

La posesión de estado de familia es el goce público, notorio y constante de


una determinada situación familiar que surge del prologando ejercicio
fáctico de los derechos y obligaciones propios de esta, con prescindencia
de que quien los ejerza tenga el título de estado correspondiente a dicha
situación o crezca de él (Fanzolato, 2007). En otras palabras, es el disfrute
de un determinado estado de familia con independencia del título sobre el
mismo estado. Esto supone que los allegados al ámbito doméstico,
familiar, educativo, laboral o social del sujeto, tienen una opinión o
concepto generalizado acerca de la existencia real del estado que ostenta.

La concordancia plena entre el título y la posesión de estado conforma la


situación regular de la persona en relación con su estado de familia. De no
darse esa correlación, tiene privilegio el título de estado, el cual proyecta
todos sus efectos jurídicos en tanto no medie resolución judicial firme que
lo modifique o enerve.

El título de estado habilita por sí solo a ejercer todos los derechos que
resulten de él, sin otra obligación que la de exhibirlo.

A cada estado de familia le corresponde, en consecuencia, su respectivo


título de estado. Así, el título del estado de cónyuge es la partida de
matrimonio o la declaración judicial supletoria; el de hijo matrimonial, la
partida de nacimiento y de matrimonio de los padres; el de hijo
extramatrimonial, la partida de nacimiento con la constancia del
reconocimiento o la declaración judicial de filiación; el de adoptante y
adoptado, la partida donde obra inscripta la respectiva sentencia
constitutiva; el de cónyuge divorciado, la partida donde consta la sentencia
que decretó el divorcio, etcétera.

La posesión de estado es el goce de hecho de un determinado estado de


familia con título o sin él.

La posesión de estado de familia hace presuponer la efectiva existencia del


título y de allí la importancia de su acreditación cuando dicho título falta o
no concuerda debidamente con la posesión.

De modo inverso, el no ejercer en los hechos determinado estado de


familia en nada influye si se cuenta con el respectivo título, en atención al
carácter de imprescriptibilidad de dicho estado.

Mas la posesión de estado puede constituirse en elemento probatorio


cuando se carece del respectivo título o cuando el que se tiene no
concuerda con el que corresponde. Su valor probatorio varía según los
distintos casos y de un valor relativo puede llegar a uno fundamental.

La posesión de estado se admite como prueba en la segunda etapa de la


prueba supletoria del matrimonio (art. 423, CCCN –Código Civil y Comercial
de la Nación–), para el desconocimiento de paternidad matrimonial (art.
566, CCCN), para la reclamación de filiación (art. 582, CCCN), para
equiparación del reconocimiento, salvo prueba en contrario sobre el nexo
biológico (art. 584, CCCN), para impugnación de la paternidad y la
maternidad matrimoniales (arts. 589, 591 y 588, CCCN), y, en general, en
toda cuestión donde el derecho de la persona se encuentre subordinado a
la demostración de la situación que ocupa en la familia.

1.5 Acciones de estado

1.5.1 Definición

Las acciones de estado son acciones judiciales que se dirigen a obtener el


pronunciamiento judicial sobre el estado de familia correspondiente a una
persona.

Son acciones de estado los derechos públicos subjetivos a través de los


cuales se requiere la intervención del órgano jurisdiccional para la
protección de una pretensión jurídica dirigida a que se declare, constituya,
modifique o extinga un estado de familia (Belluscio, 2002).

Tienen por finalidad:


 lograr un título de estado del cual se carece (comprobar el estado);
 aniquilar un título de estado falso o inválido (destruir el estado);
 crear un estado de familia nuevo o modificar el estado de que se goza.

1.5.2 Caracteres

Las acciones de estado tienen caracteres similares a los que son propios del
estado de familia del que derivan. Son inalienables, irrenunciables,
inherentes a la persona y de ejercicio personalísimo e imprescriptibles.

Inalienables

Como las acciones de estado implican el ejercicio de derechos subjetivos


familiares de naturaleza extrapatrimonial emergentes del estado, son
inalienables al igual que el estado. “No pueden cederse los derechos
inherentes a la persona humana”1.

No puede ser objeto de transacción (art. 1644, CCCN) ni de renuncia,


porque las concesiones recíprocas en las que consiste la transacción (art.
1641, CCCN) suelen envolver mutuas cesiones o renuncias prohibidas.

Irrenunciables

Al igual que el estado de familia, las acciones destinadas a salvaguardarlo


son irrenunciables, aunque, al no ser de ejercicio obligatorio, su renuncia,
en general, podría ser tácita. Ello ocurre cuando se deja transcurrir el plazo
de caducidad sin ejercer el derecho y se extingue la acción respecto del
legitimado inactivo.

Inherentes a la persona y de ejercicio personalísimo

Las acciones de estado son inherentes a la persona. Ello determina


importantes consecuencias:

 solo el titular puede ejercerlas;


 no se transmiten inter vivos ni mortis causa;
 los acreedores no las pueden ejercer subrogándose en los derechos
inherentes a la persona de su deudor.

1Artículo 1617, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
Imprescriptibles

El emplazamiento en un estado de familia no se adquiere ni se pierde por


el transcurso del tiempo, de donde la doctrina afirma el principio de la
imprescriptibilidad de las acciones de estado.

En cuanto a si son imprescriptibles, la doctrina ha adoptado posiciones


distinguibles: para algunos, son imprescriptibles (imprescriptibilidad
absoluta) y, para otros, las acciones de estado son imprescriptibles, aunque
el derecho puede caducar (Belluscio, 2002).

La caducidad integra el supuesto de hecho que atañe a la existencia del


derecho como tal, mientras que los plazos de prescripción no afectan a la
existencia del derecho.

Otro carácter de las acciones de estado lo constituye su herencia personal,


consecuencia de las particularidades del estado de familia.

Las acciones de estado no se trasmiten por causa de muerte y, aun cuando


parezca que así acontece en ciertos supuestos, lo que ocurre es que la ley
legitima a determinados sucesores para que ejerzan una acción a título
propio y originario.

1.5.3 Clasificación de las acciones de estado

Siguiendo a Fanzolato (2007), proponemos la siguiente clasificación.

Tabla 1:

De De
Constitutivas Declarativas
emplazamiento desplazamiento
Tienen por Tienen por Tienden a Tienden a
objeto finalidad obtener una reconocer un
inmediato primordial sentencia que estado que les
ubicar a una desalojar o cree un estado corresponde a los
persona en un remover al de familia accionantes y del
estado de individuo del nuevo o que –por diversas
familia que le estado de extinga o razones– no
concierne. familia con que modifique el gozaban, o a
se muestra. existente. Por desconocer un
ello, sus estado aparente
efectos solo se que ostentan los
producen para demandados y que
el futuro (ex no se compadece
nunc), salvo la con el estado
adopción, que verdadero que les
se retrotrae al corresponde. Por
día de la ello, sus efectos
guarda, y la son retroactivos
declaración de (ex tunc).
muerte
presunta.
Por ejemplo: Por ejemplo: De estado De reclamación:
las acciones todas las matrimonial: -reclamación de
declarativas de acciones -de divorcio estado
reclamación de declarativas de vincular; matrimonial,
estado y las impugnación y cuando falta el
-declaración de
constitutivas, de acta de
muerte
salvo la de contestación. celebración;
presunta.
revocación de -reclamación de
la adopción filiación.
simple.

De estado filial: De impugnación o


-de adopción constatación
plena; (tienden a
desconocer un
-de adopción
estado aparente
simple;
que se ostenta y
-de adopción que no se
de integración. compadece con el
estado verdadero
que corresponde):
-declaración de la
inexistencia de un
matrimonio,
cuando existe un
acta;
-nulidad de
matrimonio;
-impugnación de
la filiación;
-negación de
filiación;
-impugnación de
la maternidad;
-impugnación del
reconocimiento;
-nulidad del
reconocimiento;
-nulidad de la
adopción;
-de revocación de
la adopción simple
y de integración.

Fuente: elaboración propia a partir de Fanzolato, 2007.

1.6 Proceso de familia


Los procesos de familia necesitan de una especial regulación que atienda a
la sensibilidad de las relaciones en juego, lo que impide que sea idéntico un
típico proceso civil de un proceso de familia. Esta situación fue percibida
por la comisión reformadora del Código Civil y Comercial de 2014, la cual,
tomando la postura del proyecto de 1998, procedió a regular dentro de un
código de fondo normas procesales respecto a esta peculiar rama del
derecho.

1.6.1 Principios y características básicas. Especialidad.


Multidisciplinariedad

El Código Civil y Comercial regula, a partir del artículo 705, el proceso de


familia, destacando los principios generales que deben regir estos tipos de
procedimientos. Estos principios son:

 Tutela judicial efectiva: reconocida en los artículos 8 y 25 del Pacto de


San José de Costa Rica, comprende la garantía de acceso a la justicia y se
complementa con los principios de concentración y celeridad (Bertoldi
de Fourcade y Ferreyra de De la Rua, 1999).
 Inmediación: el conocimiento directo por parte del juez de los sujetos
enfrentados y no el conocimiento indirecto que significa el mero
procedimiento escrito desarrollado ante juzgados de competencia
múltiples.
 Buena fe y lealtad procesal: estos principios importan “deberes jurídicos
de contenido ético, que tienden a impedir que los involucrados lleven
adelante actos contrarios al principio de moralidad” (Herrera, 2015, p.
570).
 Oficiosidad: implica que el impulso procesal está a cargo del juez, quien
puede ordenar pruebas oficiosamente (art. 709, CCCN).
 Oralidad: es decir que el proceso se desarrolle a través de audiencias, las
cuales permitirán el contacto directo entre las partes involucradas y el
juez, obteniendo este un cabal conocimiento de la problemática
familiar, y actuando como un verdadero director del proceso (Herrera,
2015).
 Acceso limitado al expediente: en los procesos de familia, el acceso al
expediente está limitado a las partes, sus representantes y letrados, y a
los auxiliares designados en el proceso (art. 708, CCCN).

Asimismo, el artículo 706 del CCCN resalta que las normas que rigen el
procedimiento de familia deben ser aplicadas de modo que faciliten el
acceso a la justicia, teniendo en especial consideración a las personas
vulnerables y promoviendo la resolución pacífica de los conflictos.

Por último, se hace hincapié en la necesidad de jueces especializados en


materia familiar, que cuenten además con apoyo multidisciplinario de otras
ciencias, tales como la psicología, el psicoanálisis, la sociología, la
antropología, etcétera (Mizrahi, 1998), y en que las decisiones de los jueces
tengan en cuenta el interés superior de niños, niñas y adolescentes
involucrados en las respectivas causas.

En la provincia de Córdoba, por Ley 7675, se crea un fuero de familia.


Dentro de sus disposiciones encontramos:

Artículo 3.- Créanse en la Primera Circunscripción Judicial,


con asiento en la Ciudad de Córdoba.

a) Una Fiscalía de Familia.


b) Seis Asesoría de Familia.

Artículo 4.- Créanse en la Primera Circunscripción Judicial,


con asiento en la Ciudad de Córdoba, el Cuerpo Auxiliar
Técnico Multidisciplinario que contará con médicos
psiquiatras, psicólogos, asistente sociales y demás
profesionales y técnicos que resultaren necesarios.2

Artículo 16.- Los Tribunales de Familia conocerán de las


siguientes causas:

2 Artículos3 y 4, Ley N.° 7675. (1988). Creación de Tribunales de Familia. Poder Ejecutivo de la
Provincia de Córdoba. Recuperado de https://goo.gl/YZowd5
1) Oposición a la celebración del matrimonio;
2) Venia supletoria matrimonial y otras autorizaciones;
3) Separación personal, divorcio y liquidación de la sociedad
conyugal;
4) Disolución y liquidación de la sociedad conyugal sin
divorcio (Artículos 1290 y 1294 del Código Civil);
5) Nulidad del matrimonio y liquidación del patrimonio
adquirido durante la unión;
6) Alimentos;
7) Filiación;
8) Otorgamiento de guardas judiciales no asistenciales de
niñas, niños y adolescentes y de las guardas con fines
adoptivos;
9) Régimen de Visitas;
10) Patria potestad;
11) Adopción de personas;
12) Tutela;
13) Autorización para disponer o gravar bienes de niñas,
niños y adolescentes en los supuestos del artículo 1277
del Código Civil;
14) En conflictos personales en las uniones de hecho estables,
sumariamente acreditadas aunque no haya habido
descendencia, cuando hubiere violencia y no fuere
competencia de otros fueros, y
15) Toda otra cuestión personal derivada de la relación de
familia.3

1.6.2 Efectos de la sentencia dictada en el proceso de estado de


familia

Las sentencias dictadas en estos juicios pueden ser constitutivas o


declarativas. Son constitutivas aquellas sentencias cuyo ejercicio es el
presupuesto para la constitución, modificación o extinción de un estado de
familia determinados, por ejemplo, la sentencia de divorcio y la de
adopción son constitutivas del estado de divorciado o adoptado,
respectivamente.

En cambio, son acciones declarativas aquellas en las que se declara la


existencia o inexistencia de presupuestos preexistentes que son el
fundamento del vínculo jurídico familiar. Por ejemplo, si prospera la
impugnación de filiación, la sentencia declara que existe, en realidad previa

3Artículo 16, Ley N.° 7676. (1988). Ley de Tribunales de Familia. Poder Ejecutivo de la Provincia de
Córdoba. Recuperado de https://goo.gl/6WfNvc
a la constitución del título de estado de hijo, una situación de hecho que
descarta el vínculo biológico.

Las sentencias típicamente constitutivas crean o modifican el estado de


familia para el futuro, sin efectos retroactivos. Las declarativas, en cambio,
declaran la existencia o inexistencia de los presupuestos esenciales del
estado de familia de que se trata y, en consecuencia, retrotraen sus efectos
al momento en que, según la ley, se juzgan existentes o inexistentes dichos
presupuestos. Por ejemplo, triunfante la impugnación de la filiación, el hijo
deja de ser tal ante el derecho no solo para lo futuro, sino desde el
momento de la concepción.

Efectos de la cosa juzgada en cuestiones de estado

Cabe preguntarse si la sentencia que se dicta en una acción de estado tiene


efecto solo entre las partes litigantes o si, en cambio, la cosa juzgada es
oponible erga omnes. Algunos sostuvieron que la sentencia produce
efectos erga omnes cuando el proceso fue substanciado con el legítimo
contradictor, es decir, con el principal interesado, por ejemplo, el padre, si
se trata de una acción relativa a la filiación.

Desechando este criterio se afirmó, con carácter general, la relatividad de


la cosa juzgada, por aplicación del principio general de que los efectos de
una sentencia solo alcanzan a las partes litigantes. También se ha sostenido
la tesis de la autoridad absoluta de la cosa juzgada partiendo de la
indivisibilidad del estado de familia, ya que, se afirma, una persona no
puede resultar hija en virtud de un juicio y no-hija en virtud de otro.

Frente a estas elaboraciones, parece razonable distinguir entre el efecto de


la cosa juzgada y la oponibilidad erga omnes del título de estado. El tema
de la relatividad de la cosa juzgada implica que el título de estado que la
sentencia constituye o modifica es oponible erga omnes, o sea, que se
mantiene indivisible ese estado de familia que se constituye o modifica por
la sentencia, sin perjuicio de que, en el futuro, pudiera ser alterado por
otra sentencia.

1.6.3. Participación en el proceso de las niñas, niños, adolescentes y


personas con discapacidad

En el ámbito internacional, la Convención Americana de Derechos


Humanos protege y garantiza el derecho que tienen todas las personas a
ser oídas por un juez o tribunal competente (art. 8.1, CADH –Convención
Americana sobre Derechos Humanos–).
Respecto al tema que nos convoca, la CIDH (Comisión Interamericana de
Derechos Humanos) tomó cartas en el asunto a partir del caso Atala Riffo y
Niñas c/ Chile, en donde dictaminó que el artículo 8.1 de la Convención
Americana consagra el derecho a ser oído que ostentan todas las personas,
incluidos los niños y niñas, en los procesos en que se determinen sus
derechos.

Asimismo, la Convención sobre los Derechos del Niño, en su artículo 12,


expresa que:

1) Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en


condiciones de formarse un juicio propio el derecho de
expresar su opinión libremente en todos los asuntos que
afecten al niño, teniéndose debidamente en cuenta las
opiniones del niño, en función de la edad y madurez del
niño.
2) Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de
ser escuchado en todo procedimiento judicial o
administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por
medio de un representante o de un órgano apropiado, en
consonancia con las normas de procedimientos de la ley
nacional.4

Con relación a las personas con discapacidad, la Convención sobre las


Personas con Discapacidad establece en su artículo 13 que:

Los Estados Partes asegurarán que las personas con


discapacidad tengan acceso a la justicia en igualdad de
condiciones con las demás, incluso mediante ajustes de
procedimiento y adecuados a la edad, para facilitar el
desempeño de las funciones efectivas de esas personas
como participantes directos e indirectos, incluida la
declaración como testigos, en todos los procedimientos
judiciales, con inclusión de la etapa de investigación y otras
etapas preliminares.5

4 Artículo 12, Convención sobre los Derechos del Niño. (1989). Asamblea General de las Naciones
Unidas. Recuperado de https://goo.gl/Bvhm7s
5 Artículo 13, Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. (2006). Asamblea

General de las Naciones Unidas. Recuperado de https://goo.gl/ZRh6fY


El Código Civil y Comercial actual se ha ocupado de regular esta situación,
“procurando un modelo de justicia integrador, especialmente abierto para
con los vulnerables y desfavorecidos, y en definitiva, pretende incorporar
esta óptica de los derechos humanos al plano infraconstitucional” (Herrera,
2015, p. 577). Es por ello que, con gran tino, en el artículo 707 se establece
que las personas mayores con capacidad restringida y los niños, niñas y
adolescentes tienen derecho a ser oídos en todos los procesos que los
afecten, debiendo tenerse en cuenta su opinión según su grado de
discernimiento y la cuestión debatida en el proceso.
Referencias
Convención sobre los Derechos del Niño. (1989). Asamblea General de las
Naciones Unidas. Recuperado de
https://www.ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/crc.aspx

Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. (2006).


Asamblea General de las Naciones Unidas. Recuperado de
http://www.un.org/esa/socdev/enable/documents/tccconvs.pdf

Belluscio, A. C. (2002). Manual de derecho de familia. Buenos Aires, AR:


Astrea.

Bertoldi de Fourcade, M. V. y Ferreyra de De la Rua, A. (1999). Régimen


procesal del fuero de familia. Buenos Aires, AR: Abeledo Perrot.

Bossert, G. y Zannoni, E. (2007). Manual de derecho de familia. Buenos


Aires, AR: Astrea.

Fanzolato, E. I. (2007). Derecho de familia (Tomo I). Córdoba, AR:


Advocatus.

Ley N.° 7675. (1988). Creación de Tribunales de Familia. Poder Ejecutivo de


la Provincia de Córdoba. Recuperado de
http://web2.cba.gov.ar/web/leyes.nsf/85a69a561f9ea43d03257234006a8
594/b2c0109d75a672b403257ed10054d5c8?OpenDocument

Ley N.° 7676. (1988). Ley de Tribunales de Familia. Poder Ejecutivo de la


Provincia de Córdoba. Recuperado de
http://www.saij.gob.ar/legislacion/ley-cordoba-7676-
tribunales_familia.htm

Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable


Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=235975

Mizrahi, M. L. (1998). Familia, matrimonio y divorcio. Buenos Aires, AR:


Astrea.
Parentesco

Derecho Privado
VI (Derecho de
Familia)
1.7 Parentesco
El parentesco es el vínculo jurídico existente entre personas en razón de la
naturaleza, las técnicas de reproducción humana asistida, la adopción y la
afinidad.

1.7.1 Definición. Clases. Parentesco por consanguinidad, por


afinidad y derivado de la adopción

Son cuatro las clases de parentesco:

 Por naturaleza: es el que existe entre dos personas, una de las cuales
desciende de la otra o ambas de un antecesor común.
 Por técnicas de reproducción humana asistida: “El Código permite la
fertilización con material genético de la pareja o de la persona que
pretende alcanzar la maternidad o paternidad a través del uso de las
técnicas, como así también de material de donante anónimo”
(Kemelmajer de Carlucci, 2014, p. 8). En este caso, el parentesco se
crea en base a la voluntad procreacional.
 Por afinidad: es el que vincula a una persona con los parientes
consanguíneos o adoptivos de su cónyuge (pero no existe
parentesco entre los parientes consanguíneos de uno u otro
cónyuge ni existe parentesco entre cónyuges).
 Adoptivo: existente entre adoptante o adoptantes y adoptado
(adopción simple, adopción de integración) o entre el adoptado y
sus parientes y los consanguíneos y afines de los adoptantes (en la
adopción plena). El parentesco por adopción se origina en una
sentencia judicial que constituye un vínculo jurídico familiar similar
o igual al que surge de la filiación consanguínea establecida.

1.7.2 Cómputo del parentesco. Grado, línea, tronco y rama

La proximidad del parentesco se establece por líneas y grados (art. 53,


CCCN –Código Civil y Comercial de la Nación–). Además, constituye uno de
los más sólidos fundamentos de la organización sociofamiliar y supone la
medida del afecto presunto de las personas aplicando la vieja idea de que
el afecto desciende prioritariamente, luego asciende y, por último, se
extiende.
La línea es la serie no interrumpida de grados (art. 531, CCCN). Hay dos
clases de línea: línea recta, que es la que une a los ascendientes y los
descendientes, y línea colateral, que es la que une a los descendientes de
un tronco común (art. 532, CCCN).

El tronco es el grado de donde parten dos o más líneas, es decir, el


antecesor común de dos parientes colaterales (art. 531, CCCN).

La rama es cada una de las líneas que parten del tronco por relación a su
origen (art. 531 CCCN).

Mientras en la línea recta no hay un grado que marque el fin del


parentesco, en la línea colateral existe un hito divisorio del parentesco
jurídico y la familiaridad biológica. En general, puede decirse que, entre los
colaterales, el límite más característico reconocido en doctrina para fijar el
cese del parentesco es el cuarto grado.

Los vínculos naturales que exceden el grado límite del parentesco


emplazan a las personas en la situación de simples familiares, categoría
extrajurídica pues carece de relevancia para el derecho. Son los que
comúnmente llamamos parientes lejanos. Es decir que, en la línea
colateral, más allá del cuarto grado no hay efecto jurídico (no hay vínculo
jurídico, lo que hay es familiaridad).

Colaterales más próximos

Los hermanos se diversifican en bilaterales y unilaterales según tengan


ambos progenitores en común o solo compartan un progenitor. Los
hermanos bilaterales proceden de los mismos padres y los unilaterales
proceden de un mismo ascendiente en primer grado y difieren en el otro.

Los hermanos bilaterales se llaman también hermanos carnales o


hermanos de doble vínculo. Por su parte, los hermanos unilaterales se
denominan también medios hermanos o hermanos de vínculo simple.

Comienzo y fin del parentesco

El parentesco es el vínculo jurídico (se evidencia en los efectos que


produce) en virtud del cual una persona está obligada con respecto a otra.
Comienza con la concepción y se prueba con el reconocimiento, la
inscripción en la partida. El parentesco consanguíneo o por naturaleza no
finaliza nunca, pero sí en la adopción plena, ya que se extingue y pasa al
parentesco adoptivo.

Por afinidad: por muerte y divorcio, subsistiendo en los casos de


impedimentos para contraer matrimonio.

1.7.3 Efectos jurídicos del parentesco

Civiles

 Es base de los impedimentos matrimoniales (art. 403, inc. a, b y c).


 Es fuente de la obligación alimentaria (arts. 537, 538).
 Es fuente de la vocación sucesoria ab intestato (art. 2424).
 Otorga el derecho a oponerse a la celebración del matrimonio (art.
411, inc. b).
 Confiere legitimación activa para la promoción de la acción de
nulidad del matrimonio (arts. 424, 425).
 Confiere legitimación activa para restringir la capacidad o declarar
la incapacidad (art. 33) y para solicitar la inhabilitación por
prodigalidad (art. 48).
 Impone la obligación de denunciar la orfandad o la vacancia de la
tutela bajo sanción del derecho de privación de esta (art. 111).
 Otorga el derecho al beneficio de competencia (art. 893).
 Inhabilita al oficial público para actuar como tal en los asuntos en
que están interesados sus parientes dentro del cuarto grado o
segundo de afinidad (art. 291).
 Inhabilita para ser testigos en los instrumentos públicos a los
parientes del oficial público dentro del cuarto grado y segundo de
afinidad (art. 295, inc. d).
 Inhabilita para ser testigo de un testamento por acto público a los
ascendientes, los descendientes del testador (art. 2481).
 Legitima para requerir la simple ausencia (art. 80) y también para
requerir la declaración de ausencia con presunción de fallecimiento
(art. 87).
 Fundamenta el derecho de comunicación (art. 555).

Penales

En el campo del derecho penal, el parentesco obra de tres maneras


diferentes: como agravante de ciertos delitos, como eximente de
responsabilidad y como elemento integrante de la figura delictiva.
 Como agravante de los delitos de homicidio, homicidio en estado
de emoción violenta, lesiones, violación, corrupción y prostitución,
abuso de armas, estupro, abuso deshonesto, y privación ilegítima
de la libertad.
 Como eximente de responsabilidad por hurtos, defraudaciones o
daños entre ascendientes, descendientes, afines en línea recta y
entre hermanos o cuñados que viviesen juntos y por el
encubrimiento de parientes.
 Como elemento integrante de la figura delictiva, en el caso del
delito de incumplimiento de los deberes de asistencia familiar.

Procesales

El parentesco puede operar como causal de recusación y excusación de


magistrados y funcionarios judiciales. También impide el ofrecimiento
como testigos de parientes consanguíneos y afines en línea recta.

1.8 Alimentos
Conforme a la Real Academia Española, los alimentos son toda “prestación
debida entre parientes próximos cuando quien la recibe no tiene la
posibilidad de subvenir a sus necesidades” (2014, http://goo.gl/4iGUCr).

En todas las legislaciones modernas, existe un derecho a exigir y obtener


prestación alimentaria y su correlativa obligación de prestarla. Es una
exigencia de carácter moral y equitativo. Si bien la obligación alimentaria
tiene fundamento en el interés individual, es innegable que el desarrollo y
el origen del derecho de alimentos es también una cuestión de interés
público y que, por razones de solidaridad de sangre y de vínculo parental,
debe hacerse cargo a los más estrechos miembros de la familia.

1.8.1 Diversidad de categorías alimentarias: según sus orígenes,


según sus fundamentos, según su naturaleza jurídica

Una primera gran clasificación distingue alimentos de fuente legal y


alimentos de fuente negocial.

 Alimentos legales: dentro de los alimentos legales, se diferencian


los que están fundados en razones de solidaridad de los que están
fundados en otros motivos, por ejemplo, el deber de gratitud, la
donación o el deber de resarcir el daño injustamente sufrido. La
mayoría de los alimentos ex lege tienen naturaleza jurídica familiar
extrapeculio y carácter asistencial. La raíz o principio esencial en
que estriban es la solidaridad familiar (paternal, parental, conyugal)
o la solidaridad cuasifamiliar, y su fundamento legal es el vínculo
paterno-filial o los distintos nexos parentales, o bien el ligamen
matrimonial y determinadas relaciones cuasifamiliares (como las
relaciones protectrices pupilares o las posdivorciales). También
existen cargas alimentarias que pesan sobre la comunidad en
general (Estado, sociedad, acreedores), que reconocen como su
razón última a la solidaridad social o humana.
 Alimentos negociales: frente a los alimentos de origen legal, se
ubican los alimentos negociales, que, basados en la autonomía de la
voluntad, nacen del convenio o del testamento y, como en
cualquier deuda patrimonial, se rigen por las estipulaciones del acto
jurídico que los generó y, subsidiariamente, por las reglas genéricas
de los créditos comunes.

El estatuto de cada una de las diversas categorías alimentarias está


determinado por la naturaleza jurídica de la respectiva relación, según su
origen y fundamento, y atendiendo, en ciertos casos, a la plenitud o
relajamiento del vínculo. Así:

 Los alimentos a favor de los hijos menores no emancipados se rigen


por las disposiciones específicas contenidas en el título de la
responsabilidad parental.
 La reglamentación de los alimentos entre cónyuges.
 La asistencia alimentaria entre parientes. Los alimentos que impone
la gratitud están escuetamente reglamentados en el título
contractual de las donaciones.
 Los alimentos resarcitorios responden a los principios patrimoniales
referidos al resarcimiento de los daños.
 Por último, las controversias sobre alimentos negociales se
resolverán según las normas del derecho civil patrimonial propias
de las convenciones o contratos o de los testamentos.

1.8.2 Cargas o restricciones alimentarias que pesan sobre los


acreedores

Conforme a la Ley 14443, los salarios, jubilaciones y pensiones que superen


los 5000 pesos solo pueden ser embargados hasta el 20 % mensual. Sin
embargo, estos límites no rigen para cobrar cuotas alimentarias (Bossert y
Zannoni, 2007).

Asimismo, cabe destacar que ese porcentaje del salario es sobre la base del
sueldo neto, es decir, el que surge una vez hechas las deducciones
correspondientes de ley.

1.8.3 Régimen legal de cada categoría alimentaria

Siguiendo a Fanzolato (2007), presentamos el siguiente cuadro de


categorías alimentarias.

Tabla 1:

Por el origen Fundamento Naturaleza Normas legales que lo reconocen

- Iure paternitatis maternitatis

(responsabilidad parental);

Alimentos familiares - iure coniugii;


asistenciales.
Solidaridad parental o -iIure sanguinis;
conyugal.
ALIMENTOS -iIure affinitatis;

LEGALES DEBER DE SOLIDARIDAD -iIure adotionis;

ex lege Alimentos - Iure protectionis.


cuasifamiliares
asistenciales Iure cuasi
familiae.
- Iure divortium.
Solidaridad
cuasiparental-
posconyugal.
Cargas o restricciones - Asumidas por el Estado: instrucción primaria y, en
alimentarias que otros niveles, pensiones a la vejez, guarderías,
pesan sobre la atención hospitalaria, servicios fúnebres, planes
comunidad por jefes y jefas, comedores escolares.
razones de solidaridad
social. - A cargo de los acreedores:

a) Inembargabilidad de sueldos, jubilaciones y


pensiones.

b) Ropas y muebles indispensables para uso


personal de la familia e instrumentos necesarios
para la profesión, arte u oficio.

c) Protección de la vivienda familiar. Afectación


vivienda única (Const. Pcia. de Cba., art. 58).

Alimentos iure - Deber de gratitud del donatario.


DEBER DE GRATITUD donationis

Alimentos Reparan el daño alimentario injustamente causado


resarcitorios o sufrido.

DEBER DE RESARCIR EL Ex damni


DAÑO INJUSTO
Alimenta ex delicto o
quasi ex delicto

Libertad contractual.

ALIMENTOS
Alimentos
NEGOCIABLES Ex AUTONOMÍA DE LA
convencionales
hominum VOLUNTAD
dispositione
Alimentos
testamentarios

Fuente: elaboración propia con base en Fanzolato, 2007.

1.9 Deber alimentario derivado del parentesco

1.9.1 Definición. Requisitos de exigibilidad. Prueba. Beneficiarios y


obligados. Contenido de la obligación alimentaria

Se consideran comprendidos en la obligación alimentaria gastos ordinarios


y extraordinarios.

 Ordinarios: son los de subsistencia y vestuario.


 Extraordinarios: son los de enfermedad (asistencia médica,
farmacia, internaciones, intervenciones quirúrgicas, provisión de
libros de estudio, los funerarios por sepelio del alimentado). No
comprende los gastos superfluos provenientes del lujo, vicios,
etcétera.

En los alimentos familiares, dado que su finalidad es satisfacer necesidades


vitales del hombre, asegurando a la persona los medios de subsistencia,
resulta esencial la indisponibilidad del derecho, porque la vida humana no
está en la esfera de los poderes dispositivos de nadie. Por ello, afirmamos
que es un derecho personal extrapeculio, que integra el ámbito del orden
público asistencial indisponible (Fanzolato, 2007).

Los artículos 537 a 554 del Código Civil y Comercial, bajo la denominación
Derechos y obligaciones de los parientes, se limitan a legislar
exclusivamente sobre la prestación de alimentos. En este sentido, el
vínculo jurídico determinante del parentesco establece una verdadera
relación alimentaria, que se traduce en un vínculo obligacional de origen
legal que exige recíprocamente de los parientes una prestación que
asegure la subsistencia del pariente necesitado.

Confirmando la naturaleza extrapatrimonial del derecho alimentario,


nuestro código enumera la mayoría de las características de los alimentos
familiares. Así, “la obligación de prestar alimentos no puede ser
compensada, ni el derecho a reclamarlos o percibirlos, ser objeto de
transacción, renuncia, cesión, gravamen o embargo alguno. No es repetible
lo pagado en concepto de alimentos”1.

Caracteres

El derecho a percibir alimentos –y la correlativa obligación de prestarlos–


deriva de una relación alimentaria legal de contenido patrimonial, pero
cuyo fin es esencialmente extrapatrimonial: la satisfacción de necesidades
personales para la conservación de la vida, para la subsistencia de quien lo
requiere.

 Indisponible: esta relación no está en la esfera de disponibilidad del


individuo. El derecho alimentario se le reconoce a la persona aun en
contra de su voluntad, porque no es un puro derecho que se
concede en el exclusivo interés individual, sino que se establece
jurídicamente teniendo en cuenta el interés superior de la vida
humana, que debe ser asegurada y protegida.
 Irrenunciable: los derechos concedidos en miras al orden público
son irrenunciables. En esta categoría están encuadrados los

1Artículo 539, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
alimentos parentales que, por estar fundamentados en razones de
solidaridad familiar, hacen a la superior organización del Estado, de
la sociedad y de la familia. La irrenunciabilidad es una forma de
resguardar al individuo contra su propia ligereza o inexperiencia.
 Imprescriptible e intermitente: si el derecho alimentario es
irrenunciable, se impone admitir su imprescriptibilidad, ya que la
prescripción de la acción podría ser un instrumento de renuncia no
querido por la ley, con solo dejar transcurrir el lapso de
prescripción. Como el deber se actualiza toda vez que se conjugan
las circunstancias que lo hacen exigibles jurídicamente (necesidad
de quien reclama, posibilidad del obligado y vínculo familiar) y
como, en principio, no procede reclamar la satisfacción de
urgencias alimentarias del pasado, la prescripción comenzaría
continuamente a correr en el momento presente, por lo que nunca
puede tenérsela por operada. El derecho alimentario familiar es
imprescriptible porque es un bien que no integra el patrimonio de
los sujetos relacionados. Esta afirmación requiere distinguir entre el
deber asistencial alimentario (que, en sí mismo y por su naturaleza,
no está sometido a ningún tipo de prescripción) del crédito por
atrasos en las mensualidades fijadas convencional o judicialmente.
 Inherente a la persona e intransmisibles: en los alimentos familiares
ex lege, la obligación nace simultáneamente con el estado de
familia del cual se deriva y permanece en latencia, haciéndose
exigible solo cuando en los hechos se configuran las situaciones
económicas que fundamentan la demanda. El derecho es inherente
a la persona de cada uno de los sujetos de la prelación asistencial
porque es inseparable del estado (parental o conyugal). El derecho
a los alimentos futuros es incesable, pero se podrán ceder las
cuotas vencidas, ya que se incorporaron al patrimonio del
alimentado.
 Inembargable e incompensable: en relación con la
inembargabilidad, propia de los alimentos legales, recordemos que
el sustento de la vida es el único destino de los alimentos, por ello,
quedan fuera del contenido de la prenda común de los acreedores,
siendo inembargables e incompensables.
 Intransigible: la obligación alimentaria es inhábil para ser objeto de
una transacción.

Parientes obligados

Los parientes se deben alimentos en el siguiente orden:


1. Los ascendientes y descendientes. Entre ellos estarán
obligados preferentemente los más próximos en grado.
2. Los hermanos bilaterales y unilaterales.
En cualquiera de los supuestos los alimentos son debidos
por los que están en mejores condiciones de
proporcionarlos. Si dos o más de ellos están en condiciones
de hacerlo, están obligados por partes iguales, pero el juez
puede fijar cuotas diferentes, según la cuantía de los bienes
y cargas familiares de cada obligado.2

“Entre los parientes por afinidad únicamente se deben alimentos aquellos


que están vinculados en línea recta en primer grado”3. Nuestra ley
reconoce el derecho y obligación alimentaria entre afines en primer grado.

La relación alimentaria de los afines es subsidiaria del recíproco deber


alimentario de los esposos y entre consanguíneos, por ende, el afín
requerido de alimentos podrá excepcionarse alegando la existencia del
cónyuge o de consanguíneos pudientes del necesitado.

La jurisprudencia ha entendido que los parientes por afinidad solo se


deben alimentos entre sí en caso de que no haya consanguíneos en
condición de prestarlos.

Requisitos de exigibilidad del débito alimentario

De los artículos 537 y siguientes del CCCN surge que el derecho alimentario
se hace exigible cuando en los hechos convergen simultáneamente tres
requisitos: a) vínculo familiar, b) necesidad de quien lo solicita, y c)
posibilidad del obligado.

a) Vínculo familiar: se trata de un nexo de parentesco en la clase y


grado que origina la obligación alimentaria.
b) Necesidad del accionante: el pariente que requiere alimentos
deberá acreditar su situación carenciada, es decir, que no está en
condiciones de atender, en todo o en parte, a su propio sostén. En
otras palabras, el pariente que demanda alimentos debe probar
que con el producido de su trabajo no puede satisfacer las
exigencias vitales, sea porque sus ingresos son insuficientes o sea

2 Artículo 537, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de
la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
3 Artículo 538, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de

la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


porque se encuentra desocupado sin su culpa: por incapacidad,
enfermedad o porque en el lugar de su residencia existe una
elevada tasa de desempleo.
c) Potencialidad económica del requerido: este presupuesto significa
que el requerido por alimentos debe disponer de medios o de
recursos de tal envergadura que, además de permitirle satisfacer
prioritariamente sus necesidades personales, incluidas las del grupo
familiar conviviente, y los compromisos asumidos (pago de alquiler
de su vivienda, aranceles por educación de sus hijos, impuestos,
etcétera), le hagan posible atender a la alimentación del necesitado
requirente.

Monto

El monto de la prestación parental puede ser fijado por acuerdo entre las
partes o por decisión judicial. Asimismo, siempre se tendrá en cuenta la
necesidad del alimentado y la posibilidad del alimentante. En lo legados de
alimentos, la cuantía se suele fijar en el testamento.

Modos alternativos para satisfacer la obligación

“La prestación se cumple mediante el pago de una renta en dinero, pero el


obligado puede solicitar que se lo autorice a solventarla de otra manera, si
justifica motivos suficientes”4.

1.9.2 Forma y extensión de la sentencia. Modificación, cesación,


contribución

El Código Civil y Comercial de 2014 trajo aparejada una novedosa norma


que consagra el principio de retroactividad de la sentencia de alimentos.
Así, “los alimentos se deben desde el día de la interposición de la demanda
o desde la interpelación al obligado por medio fehaciente, siempre que la
demanda se presente dentro de los seis meses de la interpelación”5.

El deber alimentario puede ser objeto de aumento o reducción, por haber


variado las circunstancias del alimentado o alimentante luego de la
sentencia.

4 Artículo 542, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de
la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
5 Artículo 548, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de

la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


1.9.3 Asimismo, se producirá el cese de la obligación alimentaria:

a) Si el alimentado incurre en alguna causal de indignidad.


b) Por muerte del obligado o del alimentado.
c) Cuando desaparecen los presupuestos de la obligación.
La pretensión de cese, aumento o reducción de alimentos
tramitarán por el procedimiento más breve que prevea la
ley local.6

1.10. Derecho de comunicación

El derecho de comunicación busca mantener los vínculos afectivos entre


parientes, dotándolos del derecho de mantener adecuada comunicación
con el pariente con quien no se convive.

1.10.1 El artículo 555 del Código Civil y Comercial establece:

Los que tienen a su cargo el cuidado de personas menores


de edad, con capacidad restringida, o enfermas o
imposibilitadas, deben permitir la comunicación de estos
con sus ascendientes, descendientes, hermanos bilaterales o
unilaterales y parientes por afinidad en primer grado. Si se
deduce oposición fundada en posibles perjuicios a la salud
mental o física de los interesados, el juez debe resolver lo
que corresponda por el procedimiento más breve que
prevea la ley local y establecer, en su caso, el régimen de
comunicación más conveniente de acuerdo a las
circunstancias.7

A su vez, a raíz de la reforma del Código Civil y Comercial, en el artículo 556


se establece que los beneficiarios del derecho de comunicación podrán ser
todas aquellas personas que puedan justificar un interés afectivo legítimo.
Esta reforma vino a contemplar lo que ya señalaba la doctrina, en el
sentido de que el derecho debe serle otorgado a quienes pueden invocar
un interés legítimo basado en el interés familiar, por ejemplo, los tíos del
menor e incluso extraños –no parientes– que mantienen con la persona a

6 Artículo 554, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de
la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
7 Art. 555 – Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.
la que piden visitar un vínculo afectivo nacido de circunstancias
respetables, como los padrinos de bautismo (que determina, según el
derecho canónico, el llamado parentesco espiritual). En estos últimos
supuestos, la visita puede ser autorizada si los representantes legales de
los menores o incapaces la impidieren sin razón justificada.

En el Código de Vélez Sarsfield no se preveía ninguna sanción ante el


incumplimiento del régimen comunicacional (antes, mal llamado régimen
de visitas). En el actual Código se prevé que el juez imponga al responsable
del incumplimiento reiterado del régimen comunicacional establecido
medidas razonables para asegurar su eficacia (un ejemplo podría ser
impedir que salga del país).
Referencias
Bossert, G. y Zannoni, E. (2007). Manual de derecho de familia. Buenos
Aires, AR: Astrea.

Fanzolato, E. I. (2007). Derecho de familia tomo I. Córdoba, AR: Advocatus

Kemelmajer de Carlucci, A. (2014). Las nuevas realidades familiares en el


Código Civil y Comercial argentino de 2014. Revista Jurídica La Ley.
Recuperado de http://www.nuevocodigocivil.com/wp-
content/uploads/2015/02/Las-nuevas-realidades-familiares-en-el-Codigo-
Civil-y-Comercial-argentino-de-2014.-Por-Aida-Kemelmajer-de-Carlucci.pdf

Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable


Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=235975

Real Academia Española. (2014). Alimento. En Diccionario de la lengua


española. Recuperado de http://lema.rae.es/drae/?val=Alimentos
Derecho
matrimonial

Derecho Privado
VI (Derecho de
Familia)
Derecho matrimonial
2.1 Matrimonio
A continuación, estudiaremos el matrimonio como institución jurídica
trascendental que se mantiene a través del tiempo y que origina cambios
personales y patrimoniales en la vida de las personas que se someten a
ella.

2.1.1 Definición y naturaleza jurídica

El derecho se ha preocupado desde antaño por regular jurídicamente la


institución del matrimonio. Esta institución ha ido variando con el paso del
tiempo, siendo primero una institución regulada por la Iglesia, que se
celebraba obligatoriamente con formas religiosas, para luego secularizarse.

Asimismo, la esencia de la institución del matrimonio en nuestro país ha


ido variando a lo largo de los siglos, conforme a los cambios culturales y
sociales propios de la evolución de cada sociedad. Comenzó como una
unión permanente e indisoluble entre un hombre y una mujer, regulada
por los cánones de la iglesia católica, que solo podía culminar con el
fallecimiento de alguno de los esposos, pasando por grandes
transformaciones hasta llegar al ordenamiento jurídico actual. Hoy
concebimos el matrimonio como una unión entre personas de distinto o
igual sexo, en la cual la disolución es posible, entre otras causas, por la
voluntad de uno o ambos cónyuges a través del divorcio, sin invocación de
causa y sin un plazo establecido para solicitarlo.

Es una institución jurídica que, basada en el consentimiento mutuo, se


constituye por la unión formal, aconfesional o civil, exclusiva, exogámica,
igualitaria, estable y plena entre dos personas de distinto o igual sexo, que
emplaza a los contrayentes en el estado de familia de cónyuges o esposos
del que se derivan importantes derechos y deberes regidos por un estatuto
legal que el Estado impone.

Se distinguen en el concepto dos aspectos:

 el matrimonio in fieri, referido a la celebración del matrimonio


como acto jurídico familiar;
 el matrimonio in facto esse, que es el estado de familia que surge
del acto jurídico inicial.
2.1.2 Acto jurídico y relación jurídica

La institucionalización del matrimonio se logra a través de un acto jurídico,


es decir, de un “acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato
establecer las relaciones jurídicas conyugales”1.

Una vez celebrado el matrimonio a través del acto jurídico, se inicia la


relación jurídica matrimonial.

La relación jurídica concierne, entonces, al desenvolvimiento


de los vínculos creados por el acto jurídico matrimonial, y se
traduce en deberes y derechos interdependientes y
recíprocos entre los cónyuges. El derecho se ocupa de
regular las condiciones de existencia y validez del acto
jurídico matrimonial, cuanto las relaciones conyugales y
familiares que determina dicho acto. (Bossert y Zannoni,
2007, p. 74-75).

Como acto jurídico, el matrimonio es voluntario, ya que el consentimiento


es uno de los elementos de existencia del matrimonio, pero una vez
celebrado, los cónyuges se someten a las normas imperativas de dicha
institución (Bossert y Zannoni, 2007).

2.1.3 Caracteres. Fines. Principios generales que informa el


derecho argentino

Caracteres

 Formal, ya que el matrimonio se perfecciona por medio de la


celebración del acto jurídico revestido de las solemnidades que la
ley impone a los contrayentes.
 Aconfesional o civil.
 Exclusivo: el régimen monogámico excluye el comercio sexual de los
esposos con otras personas distintas de las de su cónyuge.
 Exogámico: se establecen impedimentos para contraer matrimonio
cuando haya parentesco entre los pretensos contrayentes en línea y
grado prohibido.
 Heterosexual u homosexual.

1Art. 259, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
 Estable, en el sentido de que se contrae con la intención de que
perdure y de que su estabilidad quede garantizada por la ley. Esto
no debe ser confundido con la indisolubilidad.
 Pleno: “No puede someterse a modalidad alguna. Cualquier plazo,
condición o cargo se tiene por no expresado, sin que ello afecte la
validez del matrimonio”2.

Principios generales que informa el derecho argentino

 Igualdad: se veda toda discriminación en razón de la orientación


sexual de sus integrantes y del género (como lo dispone la
Convención para la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer, con jerarquía constitucional
conforme al artículo 75, inc. 22, de la Constitución Nacional [en
adelante, CN]3).
 Avance de la autonomía de la voluntad y libertad de los cónyuges: a
partir de la Ley 26994, que sancionó un nuevo Código Civil y
Comercial, se avizora un avance en la autonomía de la voluntad en
materia matrimonial, el cual se vislumbra en un principio de mayor
libertad de los cónyuges en la construcción, vida y ruptura
matrimonial, por ejemplo, en la posibilidad de elección de los
cónyuges del régimen patrimonial matrimonial, el divorcio con
expresión de causa y sin plazo de espera para solicitarlo, etcétera.
 Solidaridad familiar: el límite a la autonomía de la voluntad está
impuesto por el deber de solidaridad familiar que rige en materia
matrimonial. Conforme a ello, el Código Civil y Comercial de la
Nación (CCCN) establece que los esposos se deben asistencia mutua
(art. 431, CCCN) y también se deben alimentos entre sí durante la
vida en común y la separación de hecho (art. 432, CCCN).

Fines

Nuestro ordenamiento jurídico no ha establecido cuáles son los fines del


matrimonio civil. Antes de la sanción del Código Civil y Comercial de 2014,
si bien tampoco estaban descriptos, se infería que estos fines estaban
implícitos en los derechos y deberes que tenían los cónyuges entre sí, es
decir, fidelidad, asistencia y cohabitación.

En el nuevo Código, se enumeran los siguientes derechos-deberes de los


cónyuges: el deber de establecer y desarrollar un proyecto de vida en

2 Art. 408, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
3 Ley N. 24430. (1994). Constitución de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://goo.gl/ea75oW


común basado en la cooperación, el deber de convivencia, el deber moral
de fidelidad (art. 431, CCCN), de asistencia mutua (art. 431, CCCN), de
alimentos (arts. 432 a 434, CCCN), de contribución (art. 455, CCCN). Sin
embargo, cabe advertir que la mayoría de ellos son incoercibles, atento a
que no conllevan sanción jurídica alguna, salvo el de contribución y el de
alimentos, que tienen un contenido patrimonial.

Por lo tanto, y según la Dra. Olga Orlandi (2014):

La esencia del matrimonio se constituye en el compromiso a


desarrollar un proyecto de vida en común basado en la
mutua asistencia y cooperación. Los cónyuges se proponen
ejecutar, aunar fuerzas internas sustanciales para el logro de
su proyecto de vida autorreferencial. (P. 10).

Es decir que, con los límites impuestos por la solidaridad familiar, son los
cónyuges quienes deben determinar a qué quieren obligarse durante la
relación matrimonial.

2.2 Requisitos de existencia y validez

El matrimonio, como acto jurídico, es subjetivamente complejo y está


constituido no solo por el consentimiento de los contrayentes, sino
también por el acto administrativo que implica la intervención de la
autoridad competente para celebrar el matrimonio. Los elementos
estructurales del acto son condiciones de existencia; la ausencia de alguno
de estos provoca su inexistencia, lo cual no equivale a invalidez o nulidad.

 Inexistencia: cuando el aparente matrimonio carezca de alguno de


los elementos estructurales que hacen a la formación, es decir, el
consentimiento y la intervención constitutiva del oficial público
encargado del Registro Civil. Este no producirá efectos civiles,
aunque las partes hubieran obrado de buena fe.
 Nulidad: cuando el acto jurídico matrimonial tiene vicios o defectos
de legalidad originarios, que existen al tiempo de la celebración del
matrimonio (Bossert y Zannoni, 2007).

Para que exista matrimonio válido y lícito, es necesaria la reunión de


requisitos intrínsecos, o de fondo, y extrínsecos, o de forma. Los primeros
son consentimiento y ausencia de impedimentos, y los extrínsecos implican
que dicho consentimiento sea expresado personalmente frente al oficial
público.
2.2.1 Aptitud natural: habilidad física y mental

La ley reconoce que, para un acto de tal importancia personal y jurídica


como el matrimonio, es necesaria cierta madurez. Se pretende, así,
asegurar mayor responsabilidad para el trascendente acto de la vida civil
que significa contraer matrimonio.

Nuestro Código Civil y Comercial, en el artículo 403, inciso f, establece que


es impedimento para contraer matrimonio tener menos de 18 años.

Sin embargo, hay que diferenciar cabalmente la situación de los menores


que no han cumplido los 16 años de la de aquellos adolescentes que tienen
entre 16 y 18 años.

Para el caso de los adolescentes que tienen entre 16 y 18 años, expresa el


artículo 404 que ellos pueden contraer matrimonio con autorización de sus
representantes legales. Esta autorización también está contemplada en el
artículo 645, en el cual se enumeran los actos para los cuales los menores
requieren el consentimiento expreso de sus progenitores, estableciéndose,
entre otros, que lo requerirán los hijos adolescentes de entre 16 y 18 años
para contraer matrimonio. Si los padres o uno de ellos se niegan a prestar
el consentimiento, supletoriamente debe decidir el juez.

Distinto es el caso de los menores de 16 años, para el cual la ley exige,


como requisito ineludible, la dispensa judicial. La dispensa judicial en
materia matrimonial es el mecanismo mediante el cual una autoridad
competente procede al “levantamiento de la prohibición que obstaculiza el
matrimonio” (Méndez Costa, 2001, p. 290).

A los fines de obtener la dispensa judicial, la norma establece que el juez


debe mantener una entrevista personal con los pretensos contrayentes y
sus representantes legales, en donde el juez indagará acerca del
conocimiento y entendimiento de los efectos tanto patrimoniales como
personales del acto jurídico matrimonial que tengan los adolescentes. Así,
la norma establece que la decisión judicial debe tener en cuenta la edad y
grado de madurez alcanzados por la persona, referidos a la comprensión
de las consecuencias jurídicas del acto matrimonial. Respecto a la opinión
de los representantes legales, si bien será tenida en cuenta por el
magistrado, esta no es vinculante a la decisión judicial.

Una vez que el menor de 18 años haya contraído matrimonio, el


casamiento emancipa al menor de edad, teniendo en cuenta que, si se
hubiere celebrado sin la correspondiente dispensa, el matrimonio será
pasible de nulidad relativa.
Mención especial merece el caso configurado por el pretenso matrimonio
entre el tutor o sus descendientes con la persona bajo su tutela. En este
caso, se profundizan los recaudos legales y no bastará con que el juez
arribe a la convicción sobre la conveniencia de las nupcias (Herrera y
Lorenzetti, 2015), sino que, además, requerirá que estén aprobadas las
cuentas de la tutela. Este recaudo obedece a la necesidad de proteger el
patrimonio del pupilo, impidiendo que el tutor o sus descendientes puedan
aprovecharse del matrimonio para no rendir debidamente las cuentas de
este. Si, no obstante, el tutor o sus descendientes contrajeren matrimonio
sin estar aprobadas las cuentas de la tutela, corresponde la sanción
descripta en el artículo 403 infine, que establece que el tutor perderá la
asignación que le corresponda sobre las rentas del pupilo.

Habilidad mental

Si bien el artículo 403, inc. g establece, como impedimento matrimonial, “la


falta permanente o transitoria de la salud mental que le impide tener
discernimiento para el acto matrimonial”4, a este impedimento hay que
complementarlo con lo dispuesto en el artículo 405, el cual, bajo el
paradigma no discriminatorio, y respetando la ley de salud mental y los
principios de Naciones Unidas para la protección de enfermos mentales y
para el mejoramiento de la atención de salud mental, establece que las
personas que padezcan afecciones en su salud mental puedan celebrar el
matrimonio, previa dispensa judicial.

Los requerimientos para otorgar dicha dispensa son:

 Intervención de equipos interdisciplinarios: los cuales emitirán un


dictamen que exprese si el pretenso contrayente comprende las
consecuencias jurídicas del acto matrimonial y si goza de la aptitud
para la vida de relación conyugal.
 Entrevista personal: la norma establece que el juez debe mantener
una entrevista personal con los futuros contrayentes, pudiendo
también hacerlo con sus representantes o cuidadores.

2.2.2 Aptitud legal: impedimentos. Definición.


Clasificación
Los impedimentos matrimoniales son los hechos o situaciones que
importan un obstáculo para la celebración del matrimonio. En palabras de
Herrera y Lorenzetti, son “las prohibiciones, limitaciones y restricciones

4Art. 403, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
que el ordenamiento jurídico impone al derecho a contraer matrimonio
condicionando la capacidad para casarse de las personas” (2015, p. 572).

Clasificación

 Por la índole de la sanción:


o Dirimentes: aquellos cuya violación habilita el ejercicio de la
acción de nulidad del matrimonio.
o Impedientes: aquellos cuya violación no da lugar a dicha sanción,
sino que se resuelven en sanciones de otro tipo o bien cumplen
solo una función preventiva, de modo que si el oficial público que
los conoce debe negarse a celebrar el matrimonio, una vez
contraído ninguna consecuencia jurídica produce su
inobservancia.
 Por las personas respecto a las cuales se aplica:
o Absolutos: los que obstan a la celebración del matrimonio con
cualquier persona (falta de edad legal).
o Relativos: los que solo representan un obstáculo con respecto a
personas determinadas (parentesco).
 Por el tiempo de vigencia:
o Perpetuos: no desaparecen por el transcurso del tiempo
o (parentesco).
o Temporales: desaparecen o están sujetos a extinción por el
transcurso del tiempo (falta de edad legal).

Efectos de los impedimentos

 Son causa de oposición a la celebración del matrimonio y de


denuncia.
 Son causa de negativa del oficial público a la celebración del
matrimonio.
 Dan lugar a sanciones civiles: la nulidad del matrimonio, en el caso
de impedimentos dirimentes, y sanciones diversas, en el caso de los
impedientes.
 Dan lugar a sanciones penales: artículo 134 a 137 del Código Penal,
delitos de matrimonios ilegales (cap. I del título “Delitos contra el
Estado Civil”).

Momentos de actuación de los impedimentos

La existencia de los impedimentos matrimoniales opera fundamentalmente


en dos momentos distintos:
a) antes de la celebración del matrimonio: como causa de oposición a su
celebración por parte de los legitimados a oponerse (410 y 411, CCCN)
y, respecto a cualquier persona, como fundamento de la denuncia de
su existencia ante la autoridad competente para celebrar el matrimonio
(412, CCCN);
b) después de la celebración del matrimonio: operarán como causa de
nulidad de las nupcias si se trata de impedimentos dirimentes o de la
aplicación de sanciones civiles o penales en su caso de conformidad a lo
establecido por los artículos 134 a 137 del Código Penal.

Figura 1: Impedimentos dirimentes, artículo 403 del CCCN

Fuente: elaboración propia.

Figura 2

Fuente: elaboración propia.

Figura 3
Fuente: elaboración propia.

Figura 4

Fuente: elaboración propia.

Figura 5

Fuente: elaboración propia.


Impedimentos impedientes

Los impedimentos impedientes son meramente prohibitivos en el sentido


de que, si el matrimonio se celebra, es válido, aunque, por haber sido
irregularmente celebrado, conlleva sanciones para los contrayentes.

Falta de aprobación de las cuentas de la tutela (artículo 404 in fine):

La dispensa para el matrimonio entre el tutor o sus


descendientes con la persona bajo su tutela sólo puede ser
otorgada si, además de los recaudos previstos en el párrafo
anterior, se han aprobado las cuentas de la administración.
Si de igual modo se celebra el matrimonio, el tutor pierde la
asignación que le corresponda sobre las rentas del pupilo…5

Como vemos, en este caso no se sanciona con la nulidad, sino con la


pérdida de la asignación que le hubiere correspondido sobre las rentas del
pupilo.

2.2.3 El consentimiento

La noción de consentimiento propia del acto jurídico bi o


multilateral, supone la convergencia de dos o más
manifestaciones de voluntad en un objeto-fin determinado.
El consentimiento matrimonial es la convergencia de dos
voluntades internas y manifestadas, en la entrega y
aceptación mutua de los contrayentes para generar el
consorcio vial que es el matrimonio. (Méndez Costa, 1990,
p. 137).

“Se ha repetido que el acto jurídico matrimonial descansa en el


consentimiento de los contrayentes que es, estructuralmente, una
condición de existencia”6.

5 Art. 404, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
6 Art. 406, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


Los requisitos esenciales del consentimiento matrimonial son su contenido
interno y su manifestación en persona por los contrayentes ante la
autoridad competente para concurrir a la celebración del matrimonio.

El artículo 408 del CCCN exige que el consentimiento de los contrayentes


debe ser puro y simple, es decir que “no puede someterse a modalidad
alguna”, y que “cualquier plazo, condición o cargo se tiene por no
expresado, sin que ello afecte a la validez del matrimonio”7.

Vicios: artículo 409 del CCCN

Son los que inciden sobre alguno de los elementos del acto voluntario;
tradicionalmente, error, dolo o violencia.

El artículo 271 del CCCN define el dolo del siguiente modo:

Acción dolosa es toda aserción de lo que es falso o


disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o
maquinación que se emplee para la celebración del acto. La
omisión dolosa causa los mismos efectos que la acción
dolosa, cuando el acto no se habría realizado sin la
reticencia u ocultación.8

El dolo viene a calificar la conducta de quien, mediante la maniobra,


artificio o maquinación, ha inducido al otro contrayente a contraer
matrimonio.

La violencia se traduce en una fuerza irresistible o amenazas “que generan


el temor de sufrir un mal grave e inminente que no se puedan
contrarrestar o evitar en la persona o bienes de la parte o de un tercero”9.

El error es el vicio del consentimiento consistente en el falso conocimiento


que se tiene de algo, la discordancia o disconformidad entre la realidad y la
imagen mental que de ella se forma en quien lo sufre.

El artículo 409 del CCCN establece, efectivamente, que vician el


consentimiento “el error acerca de la persona del otro contrayente” y:

7Art. 408, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
8 Art. 271, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
9 Art. 276, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
el error acerca de las cualidades personales del otro
contrayente si se prueba que, quien lo sufrió, no habría
consentido el matrimonio si hubiese conocido el estado de
cosas y apreciado razonablemente la unión que contraía. El
juez valorará la esencialidad del error considerando las
condiciones personales y circunstancias de quien lo alega.10

2.3 Diligencias previas a la celebración

A continuación, estudiaremos las diligencias previas a la celebración del


matrimonio, particularmente lo atinente a la oposición a la celebración de
este y la denuncia de impedimentos.

2.3.1 Oposición a la celebración del matrimonio

Figura 6

10Art. 409, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
Fuente: elaboración propia.
La oposición reputada válida impide la celebración del matrimonio (art.
184, CCCN).

2.3.2 Denuncia de impedimentos

Cualquier persona puede denunciar la existencia de algunos de los


impedimentos desde el inicio de las diligencias previas y hasta la
celebración del matrimonio ante el ministerio público, para que este
deduzca, si corresponde, la correspondiente oposición (art. 412, CCCN).

2.4 Celebración del matrimonio


En este apartado estudiaremos cómo se lleva a cabo la celebración del acto
jurídico matrimonial, tanto en su forma ordinaria como extraordinaria.

2.4.1 Formas ordinarias

El artículo 418 establece que el matrimonio debe celebrarse públicamente,


con la comparecencia de los futuros cónyuges, ante el oficial público del
Registro Civil, con la presencia requerida de dos testigos de conocimiento
de los que quieren casarse, que declaren sobre su identidad y su aptitud
nupcial. El número de testigos requeridos se elevará a cuatro cuando el
matrimonio se celebra fuera de la oficina del Registro Civil.

A partir del momento en que los que pretenden casarse se han presentado
ante el oficial público encargado del Registro Civil, mediante la solicitud
que prevé el artículo 416, puede suscitarse la oposición al matrimonio o en
su caso la denuncia de impedimentos.

El oficial público persuadido de que no existen impedimentos


matrimoniales y de que son hábiles quienes pretenden casarse, celebrará
el matrimonio.
La celebración del matrimonio se consigna en un acta que debe contener
(art. 420):

a) fecha del acto;


b) nombre y apellido, edad, número de documento
de identidad si lo tienen, estado civil, nacionalidad,
profesión, domicilio y lugar de nacimiento de los
comparecientes;
c) nombre y apellido, número de documento de
identidad, nacionalidad, profesión, y domicilio de sus
respectivos padres, si son conocidos;
d) lugar de celebración;
e) dispensa del juez cuando corresponda;
f) mención de si hubo oposición y de su rechazo;
g) declaración de los contrayentes de que se toman
por esposos, y del oficial público de que quedan unidos en
matrimonio en nombre de la ley;
h) nombre y apellido, edad, número de documento
de identidad si lo tienen, estado de familia, profesión y
domicilio de los testigos del acto;
i) declaración de los contrayentes de si se ha
celebrado o no convención matrimonial y, en caso
afirmativo, su fecha y el registro notarial en el que se
otorgó;
j) declaración de los contrayentes, si se ha optado
por el régimen de separación de bienes;
k) documentación en la cual consta el
consentimiento del contrayente ausente, si el matrimonio es
celebrado a distancia.

El acta debe ser redactada y firmada inmediatamente por


todos los que intervienen en el acto o por los que lo hagan a
ruego de los que no supieren o no pudieren firmar.

El oficial público debe entregar a los cónyuges, de modo


gratuito, copia del acta de matrimonio y de la libreta de
familia expedida por el Registro de Estado Civil y Capacidad
de las Personas.11

“Si uno o ambos contrayentes ignoran el idioma nacional, deben ser


asistidos por un traductor público matriculado y, si no lo hay, por un
intérprete de reconocida idoneidad, dejándose debida constancia en la
inscripción”12.

2.4.2 Formas extraordinarias

11 Art. 420, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
12 Art. 419, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


Las modalidades extraordinarias de celebración del matrimonio son: el
matrimonio en artículo de muerte (matrimonio in extremis) y el
matrimonio a distancia.

El matrimonio in extremis (art. 421, CCCN) contempla el caso de que


alguno de los contrayentes se hallase en peligro de muerte y desease
celebrar el matrimonio ante la eventualidad, inminente, de fallecer.

Para esta hipótesis excepcional, se autoriza al oficial público a celebrar el


matrimonio con prescindencia de todas o algunas de las formalidades que
deben precederle, si se justifica con el certificado de un médico, o con la
declaración de dos vecinos donde no hubiere médicos, que alguno de los
futuros esposos se encuentra en peligro de muerte.

Para estas mismas hipótesis, si no se hallare el oficial público, encargado


del Registro Civil, se dispone que el matrimonio podrá celebrarse ante
cualquier magistrado o funcionario judicial –por ejemplo, un juez de paz
del lugar o el secretario del tribunal–, el cual deberá levantar el acta con las
enunciaciones que exige el artículo 420, que después deberá remitir al
oficial público para que la protocolice.

Respecto al matrimonio a distancia o entre ausentes (art. 422, CCCN), el


artículo 406 del CCCN exige, además del consentimiento, que este sea
prestado por ellos personalmente ante la autoridad competente para la
celebración del matrimonio.

En matrimonio entre ausentes, se admite que el consentimiento sea


prestado por uno de los contrayentes aunque el otro esté ausente si este,
luego y ante el oficial del Registro Civil de su domicilio o del lugar en que se
encuentre, expresa también su consentimiento; el matrimonio queda
entonces válidamente celebrado. La permisión del matrimonio entre
ausentes es excepcional.

El artículo 422 del CCCN regula el matrimonio a distancia, considerándose


tal aquel en el cual el contrayente ausente ha expresado su consentimiento
personalmente ante la autoridad competente para celebrar matrimonios
del lugar en el que se encuentra. Las normas reglamentan el matrimonio a
distancia disponiendo:

a) el deber del oficial público de verificar que los contrayentes no se


hallan afectados por impedimentos para contraer matrimonio y de
efectuar el control de mérito acerca de las causas que justifican la
ausencia de uno de los contrayentes;
b) el deber del contrayente ausente de haber expresado
personalmente su consentimiento ante la autoridad competente
para autorizar matrimonios del lugar en el que se encuentra;
c) la documentación que acredita el consentimiento del ausente tiene
una vigencia limitada en el tiempo; debe ser ofrecida –es decir,
presentada ante el oficial público que celebrará el matrimonio
recibiendo el consentimiento del contrayente presente– dentro de
los 90 días de la fecha de su otorgamiento;
d) el matrimonio se reputa celebrado en el lugar en que se presenta el
consentimiento que perfecciona el acto.

2.4.3 Autoridad competente. Formalidades

Tal como explicáramos ut supra, la autoridad competente para celebrar el


matrimonio es el oficial público encargado del Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas correspondiente al domicilio de cualquiera de
los pretensos contrayentes. Sin embargo, el artículo 407 del CCCN, en una
clara postura favor matrimonii, establece que:

la existencia del matrimonio no resulta afectada por la


incompetencia o falta de nombramiento legítimo de la
autoridad para celebrarlo, siempre y cuando al menos unos
de los contrayentes hubiera procedido de buena fe, y
aquellos ejercieran sus funciones públicamente.13

Esta norma implica que “se privilegia la existencia del matrimonio cuando
el encargado de celebrarlo aparentara contar con la competencia o con la
designación correspondiente y por lo menos uno de los cónyuges no
conociera la realidad de la situación” (Bueres, 2015, p. 334).

Las formalidades para la celebración están expresadas en los artículos 417


a 420 para las formas ordinarias y con las excepciones que expresamos
acerca de las formas extraordinarias de celebración del matrimonio
(matrimonio in extremis y matrimonio a distancia).

2.5 Prueba del matrimonio

Cuando se alude a la prueba del matrimonio se atiende a su necesaria


oponibilidad. El acto matrimonial que emplaza en un determinado acto de
familia exige esa oponibilidad. El artículo 423 del CCCN establece que “el
matrimonio se prueba con el acta de su celebración, su testimonio, copia o

13Art. 407, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
certificado, o con la libreta de familia expedidos por el Registro del Estado
civil y Capacidad de las Personas”14.

La prueba supletoria

Procede exclusivamente cuando existe la imposibilidad de presentar


testimonio, copia o certificado del acta de matrimonio o, en su caso, la
libreta de familia.

Quien invoca la celebración del matrimonio y pretende probarlo por otros


medios debe acreditar la imposibilidad de obtener aquellos. Probada la
imposibilidad, el hecho constitutivo de la prueba supletoria será la
celebración del matrimonio (por ejemplo, la declaración de testigos que
asistieron al acto o que concurrieron a la fiesta de bodas, participaciones
de casamientos, etcétera).

En el mismo trámite de la información sumaria, se prueba la imposibilidad


y la celebración del matrimonio.

14Art. 423, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
Referencias
Bossert, G. y Zannoni, E. (2007). Manual de derecho de familia. Buenos
Aires, AR: Astrea

Bueres, A. J. (2015). Código Civil y Comercial de la Nación analizado,


comparado y concordado. Buenos Aires, AR: Hammurabi.

Herrera, M. y Lorenzetti, R. L. (Dirs.). (2015). Código civil y Comercial de la


Nación comentado (Vol. 3). Buenos Aires, AR: Rubinzal Culzoni.

Ley N. 24430. (1994). Constitución de la Nación Argentina. Honorable


Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/804/norma.htm

Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable


Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=235975

Méndez Costa, M. J. (1990). Derecho de familia. Santa Fe, AR: Rubinzal


Culzoni.

Orlandi, O. E. (2014). Matrimonio: los principales cambios en el derecho


sancionado. En A. Kemelmajer de Carlucci y M. Herrera (Dir.as), Suplemento
especial Código Civil y Comercial de la Nación. Familia (pp. 1-16). Buenos
Aires, AR: La Ley. Recuperado de
http://www.colectivoderechofamilia.com/wp-
content/uploads/2015/05/Nuevo-Suplemento-C%C3%B3d.-Civil-primera-
parte.pdf
Efectos del
matrimonio

Derecho Privado
VI (Derecho de
Familia)
3.
Efectos del matrimonio
3.1 Efectos personales del matrimonio
Todos los efectos personales y patrimoniales del matrimonio están
signados por la igualdad jurídica de los cónyuges que expresa, a su vez, la
igualdad jurídica de los sexos.

El derecho positivo interno argentino ha experimentado una prolongada


evolución hasta la actual vigencia de la igualdad jurídica de los cónyuges,
desde el Código Civil de Vélez y la Ley 2393, mediante las leyes N. 11357 y
N. 17711, para perfeccionarse e imponerse definitivamente con la última
gran reforma del Código Civil y Comercial de la Nación, aprobado mediante
la Ley 26994, que recepta la normativa internacional en materia de
derechos humanos, entre ellos, la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer.

3.1.1 Repercusión del matrimonio celebrado sobre los


atributos de las personas: capacidad, estado, domicilio,
nombre
Los atributos son aquellas cualidades inherentes a la persona. Son los
presupuestos para que el sujeto pueda ser titular de derechos. Estos
atributos son:

 nombre (o atributo de individualización);


 estado (o atributo de la posición jurídica);
 capacidad (o atributo de titularidad);
 domicilio (o atributo de ubicación física).

El matrimonio, como acto jurídico trascendental, repercute e incide en los


atributos de las personas.

Capacidad de derecho

Los cónyuges se encuentran afectados por incapacidades de derecho en


consecuencia de su estado matrimonial. Estas son, en cuanto a lo personal,
el impedimento de ligamen y el impedimento de parentesco por afinidad y
la prohibición de adoptar unilateralmente por personas casadas, salvo
cuando los cónyuges estén separados de hecho o cuando uno de ellos ha
sido declarado persona incapaz o con capacidad restringida1.

En cuanto a lo patrimonial, pesa el requisito del asentimiento conyugal


para determinados negocios sobre bienes gananciales o sobre la vivienda
propia, pero sede el hogar conyugal.

Estado

El estado de las personas es el conjunto de cualidades que la ley tiene en


cuenta para atribuirles efectos jurídicos o bien la posición jurídica que ellas
ocupan en la sociedad dada por tal conjunto de cualidades. En el caso del
matrimonio, las personas pasan a ser de estado civil casadas.

Domicilio

El artículo 431 del Código Civil y Comercial de la Nación (CCCN) establece


que “los esposos se comprometen a desarrollar un proyecto de vida en
común basado en la cooperación, la convivencia y el deber moral de
fidelidad”2. Sin embargo, si bien se expresa el deber de convivencia, hay
que tener en cuenta que este no es un deber jurídico, ya que no tienen
ninguna sanción el que los cónyuges no convivan, ya sea por decisión de
ambos o de uno de ellos.

Es por ello que, a diferencia del Código Vélez Sársfield, donde el no


cohabitar facultaba al cónyuge a intimar al otro a reanudar la convivencia
bajo apercibimiento de negarle alimentos e incluso podía llegar a ser causa
de divorcio vincular por culpa, a través del “abandono voluntario y
malicioso”3, el Código Civil y Comercial de 2014, al receptar un sistema de
divorcio incausado, ha expresado el deber de cohabitar solo como un
deber axiológico, sin generar sanción por su incumplimiento.

Nombre

1 Art. 603, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
2 Art. 431, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


3 Art. 202, Ley N.° 340. (1869). Código Civil. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado

de https://goo.gl/ePQs48
El artículo 67 del Código Civil y Comercial de la Nación establece que
“cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con
la preposición ‘de’ o sin ella”4.

Tengamos en cuenta que, en el régimen anterior al Código Civil y Comercial


de 2014, solo la mujer casada podía optar por añadir a su apellido el de su
marido, impidiendo que el marido pudiera optar por agregar a su apellido
el de su mujer. En cambio, si el matrimonio era entre personas de igual
sexo, cualquiera podía añadir el apellido precedido de la preposición de. La
normativa actual, siguiendo los lineamientos de igualdad y no
discriminación, permite que cualquiera de los cónyuges, sean o no del
mismo sexo, pueda incorporar a su apellido el de su consorte.

Respecto a la persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado


nulo, en principio no puede seguir utilizando el apellido del otro cónyuge,
salvo que por motivos razonables el juez lo autorice a conservarlo, por
ejemplo, por ser conocido en su profesión con el apellido de su consorte.

Por último, cabe destacar el caso del cónyuge viudo. En este supuesto el
viudo o viuda puede seguir utilizando el apellido del otro cónyuge hasta
tanto no contraiga nuevas nupcias ni constituya unión convivencial.

3.2 Relaciones personales entre los cónyuges


La celebración de las nupcias da origen a un vínculo jurídico, que es el
vínculo matrimonial, del cual emergen determinados efectos legales,
clasificados genéricamente en efectos personales y efectos patrimoniales.

3.2.1 Naturaleza. El principio de igualdad y la distribución de


funciones

El Código de Vélez Sársfield, el cual estaba basado en un modelo de familia


tradicional, imponía a los cónyuges deberes personales con un marcado
fundamento moral, entendiendo que el matrimonio no era solo un vínculo
jurídico, sino y principalmente un vínculo moral-espiritual basado en
afectos y sentimientos que implican deberes éticos. Sobre ese fondo moral,
y el efecto de dar a la institución todo su desarrollo, se superponía el
elemento jurídico, pues como el matrimonio constituye la base de la
sociedad, la ley positiva sancionaba esos deberes morales erigiéndolos en
obligaciones de derecho que los cónyuges tienen entre sí, con respecto a la

4 Art. 67, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
prole y también para la sociedad (Méndez Costa y D’Antonio, 1990). Estos
deberes, con su consecuente sanción jurídica en caso de incumplimiento,
eran los deberes de fidelidad, asistencia y cohabitación.

A partir de la sanción y entrada en vigencia del Código Civil y Comercial de


2014, el paradigma del modelo familiar se transforma y, con ello, se
modifican los derechos y deberes personales de los cónyuges.

En este sentido, debemos diferenciar entre los deberes morales que


propone la ley, pero de los cuales su incumplimiento no deriva ninguna
sanción, de aquellos deberes jurídicos que pueden ser reclamados frente a
los estrados judiciales.

Así el artículo 431 del CCCN expresa: “Los esposos se comprometen a


desarrollar un proyecto de vida en común basado en la cooperación, la
convivencia, y el deber moral de fidelidad. Deben prestarse asistencia
mutua”5. De la norma citada debemos considerar que solo la asistencia es
un deber jurídico, de cuyo incumplimiento derivará una sanción, siendo los
deberes de cooperación, convivencia y el deber moral de fidelidad tan solo
deberes morales o éticos.

Este cambio de paradigma es el fruto de grandes transformaciones


producidas en el seno de la familia y de los modelos familiares
tradicionales. En este sentido, se ha dicho que:

La igualdad entre mujeres y hombres se advierte una


novedad histórica que genera importantes cambios en la
sociedad y, como no podía ser de otra manera, en las
relaciones de convivencia en el ámbito familiar. La mayor
preocupación por el acceso de las mujeres a la educación, el
impacto de los movimientos feministas, la mecanización de
las tareas domésticas, la desaparición de la familia como
unidad de producción y el paso de una sociedad de consumo
que para mantener el nivel de vida exige una mujer que
trabaje fuera del hogar y aporte ingresos a la unidad
familiar, son claros ejemplos del cambio de modelo de
mujer para la familia. (Sánchez Martínez, 2011, pp. 35 y 36).

5Art. 431, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
3.2.2. El proyecto de vida en común y los deberes morales de
cooperación, convivencia y fidelidad. El deber jurídico
de asistencia mutua. Los alimentos entre cónyuges
Los deberes que surgen a raíz de la celebración del matrimonio los
podemos clasificar de la siguiente manera:

Figura 1

Fuente: elaboración propia.

Los mencionados son deberes mínimos, recíprocos, incoercibles, salvo el


de contribución y alimentos, que tiene un contenido patrimonial6.

El proyecto de vida en común

Con la sanción del Código Civil y Comercial 2014, se perfila un nuevo orden
público familiar. En este sentido, se afirma que el legislador no debe
imponer un proyecto de vida a los contrayentes, sino que en virtud del
artículo 19 de la Constitución Nacional hay que respetar la autonomía y
libertad de cada matrimonio.

En este sentido, y según Bueres (2015), “existe amplia libertad para


determinar el proyecto de vida matrimonial” (p. 345).

El deber de cooperación

El deber de cooperación, que es claramente un deber moral e incoercible,


implica que “los cónyuges deben obrar conjuntamente en miras a la
realización de su proyecto de vida común” (Orlandi, 2014, p. 10).

6 Te recomendamos leer el siguiente material complementario: Medina, G. (2012). Matrimonio y


disolución. En J. C. Rivera (Dir.) y G. Medina (Coord.), Comentarios al derecho de familia en el
Proyecto de Código Civil y Comercial 2012 (pp. 289, 320 y siguientes). Abeledo Perrot.
El deber de convivencia

El deber de convivencia es un deber axiológico o moral que no genera


ninguna consecuencia jurídica frente a su incumplimiento.

Esto es coincidente con la idea de que los cónyuges son los protagonistas
de su proyecto de vida, pudiendo ser este un modelo que presente las
características de un matrimonio en el cual sus miembros deciden, por las
razones más diversas, habitar en domicilios distintos.

Cabe destacar que esta disposición y la incoercibilidad del deber de


cohabitación ha generado en algunos sectores grandes críticas; así, por
ejemplo, el Dr. Perrino considera que:

Sin la convivencia, la comunidad de vida y amor no puede


realizarse plenamente, porque ella es el medio natural, para
conservar y cultivar la unidad espiritual de los esposos,
adquirir cada día mayor conciencia de su unidad y por sobre
todo para la realización de la finalidad del matrimonio,
ordenado, como hemos dicho, al bien de los cónyuges y la
engendro-educación de la prole. (2012, p. 29).

Deber de fidelidad

El deber de fidelidad es expresamente un deber moral, con lo cual, como lo


hemos mencionado reiteradas veces, su incumplimiento no trae aparejado
ningún tipo de sanción civil.

La eliminación del deber de fidelidad tiene su razón de ser en la


consagración del divorcio incausado.

Recordemos que en el Código de Vélez Sársfield, al existir un sistema de


divorcio con causa, la infidelidad o adulterio era sancionada al figurar
expresamente entre las causales subjetivas de divorcio y separación
personal, pudiendo ser declarado un cónyuge culpable en la sentencia de
divorcio o separación personal si se probaban esas causales, entre otras,
con sus correspondientes consecuencias jurídicas.

Cabe resaltar que frente a la decisión legislativa de despojar a la infidelidad


de toda sanción jurídica, parte de la doctrina ha mostrado su desagrado,
expresando, entre otras cosas, que se destruye la comunidad de vida y
amor que son la base del matrimonio, así como también expresan que la
ley tiene una función educativa que debe poner de manifiesto lo que es
correcto de lo que no lo es en una relación matrimonial.

El deber jurídico de asistencia mutua

El derecho o deber de asistencia tiene dos aspectos: uno material y uno


moral.

En la faceta material, la asistencia se refleja en el verdadero derecho-deber


de alimentos que coexiste a partir de la celebración del matrimonio, e
incluso después, en algunas ocasiones expresamente previstas por el
Código.

En la faceta moral, el deber de asistencia se traduce en “ayuda mutua,


cuidados recíprocos, socorro o cooperación” (Herrera y Lorenzetti, 2015 p.
684), todos deberes morales y no jurídicos.

Los alimentos entre cónyuges

En concordancia con el deber jurídico de asistencia en sentido material, el


Código Civil y Comercial en su artículo 432 establece el deber de alimentos
entre los cónyuges, disponiendo que:

Los cónyuges se deben alimentos entre sí durante la vida en


común y la separación de hecho. Con posterioridad al
divorcio, la prestación alimentaria sólo se debe en los
supuestos previstos en este Código, o por convención de las
partes. Esta obligación se rige por las reglas relativas a los
alimentos entre parientes en cuanto sean compatibles.7

Como surge del artículo, la fuente de la obligación alimentaria entre


cónyuges puede ser legal, es decir, derivada de la ley, o convencional, es
decir, de la voluntad de las partes.

El derecho-deber alimentario rige, entonces, durante la vigencia del


matrimonio de manera igualitaria entre ambos cónyuges, incluso durante

7Art. 432, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
la separación de hecho. Para estos casos, la ley prevé cuáles son las pautas
para la fijación de alimentos:

a) el trabajo dentro del hogar, la dedicación a la crianza y


educación de los hijos y sus edades;
b) la edad y el estado de salud de ambos cónyuges;
c) la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un
empleo de quien solicita alimentos;
d) la colaboración de un cónyuge en las actividades
mercantiles, industriales o profesionales del otro
cónyuge;
e) la atribución judicial o fáctica de la vivienda familiar;
f) el carácter ganancial, propio o de un tercero del
inmueble sede de esa vivienda. En caso de ser
arrendada, si el alquiler es abonado por uno de los
cónyuges u otra persona;
g) si los cónyuges conviven, el tiempo de la unión
matrimonial;
h) si los cónyuges están separados de hecho, el tiempo
de la unión matrimonial y de la separación;
i) la situación patrimonial de ambos cónyuges durante la
convivencia y durante la separación de hecho.8

Cese de la obligación alimentaria

“El derecho alimentario cesa si desaparece la causa que lo motivó, el


cónyuge alimentado inicia una unión convivencial o incurre en alguna de
las causales de indignidad”9.

Asimismo, en base al principio de solidaridad familiar, el Código sostiene


que tras el divorcio, los cónyuges se deberán alimentos si así se hubieren
obligado por acuerdo entre partes o en los siguientes casos: 1) a favor del
cónyuge que padece una enfermedad grave y que le impide
autosustentarse, y 2) a favor del cónyuge que no tiene recursos suficientes
ni posibilidad razonable de procurárselo10. En este último supuesto, la
obligación no puede tener una duración superior al número de años que

8 Art. 433, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
9 Art. 433, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


10 Art. 434, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


duró el matrimonio y no procede a favor del que recibe la compensación
económica.

En estos casos, se tendrán en cuenta las siguientes pautas para fijar los
alimentos:

a) la edad y el estado de salud de ambos cónyuges; b) la


capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo
de quien solicita alimentos; c) la atribución judicial o fáctica
de la vivienda familiar.

Si desaparece la causa que la motivó, o si la persona


beneficiada contrae matrimonio o vive en unión
convivencial, o cuando el alimentado incurre en alguna de
las causales de indignidad.11

3.3 Efectos patrimoniales del matrimonio


El matrimonio produce complejos efectos patrimoniales. Algunos de estos
efectos operan desde la celebración misma del matrimonio, mientras que
otros lo hacen una vez acaecida la muerte de uno de los cónyuges. Los
primeros comprenden el beneficio de competencia, la suspensión de la
prescripción. Los segundos comprenden la vocación hereditaria conyugal y
el derecho de habitación viudal (Mendez Costa y D’Antonio, 1990).

3.3.1 Beneficio de competencia

“El beneficio de competencia es un derecho que se otorga a ciertos


deudores, para que paguen lo que buenamente puedan, según las
circunstancias, y hasta que mejoren de fortuna”12.

Según el artículo 893 del Código, “el acreedor debe conceder este
beneficio a su cónyuge o conviviente”13.

3.3.2 Suspensión de la prescripción

11 Art. 433, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
12 Art. 892, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


13 Art. 893, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


Con el objetivo de no perturbar la armonía entre los esposos, que podría
comprometerse si la ley los pusiera en la necesidad de ejercer las acciones
judiciales correspondientes a los efectos de conservarlas y con el fin de
superar los obstáculos que, por respeto o afecto, traban el accionar de un
cónyuge contra el otro, el artículo 2543 establece que se suspende el curso
de la prescripción tanto adquisitiva como liberatoria entre cónyuges
durante el matrimonio (así como también se suspende entre convivientes
durante la unión convivencial)14.

3.3.3 Efectos post mortem: derecho real de habitación, derecho


sucesorio

A continuación, haremos referencia a los efectos patrimoniales post


mortem, es decir, que ocurren luego de la muerte de uno de los cónyuges.

Derecho real de habitación

El cónyuge supérstite tiene derecho real de habitación


vitalicio y gratuito de pleno derecho sobre el inmueble de
propiedad del causante, que constituyó el último hogar
conyugal, y que a la apertura de la sucesión no se
encontraba en condominio con otras personas15.

Derecho sucesorio

Si bien no profundizaremos en esta temática por ser parte del derecho


sucesorio, adelantamos que el cónyuge se consagra como un heredero
forzoso frente a la sucesión de su cónyuge premuerto. Esto implica que hay
una porción de la herencia que le pertenece por ley.

3.4 Regímenes patrimoniales del matrimonio


Régimen de bienes en el matrimonio: es el establecido mediante el
conjunto de normas jurídicas que regulan las relaciones patrimoniales de
los cónyuges entre sí y con respecto a terceros (Bossert y Zannoni, 2007).

14 Art. 2543, Ley N.° 26994. (20147). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
15 Art. 2383, Ley N.° 26994. (20147). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


Así, en el derecho comparado, se han establecido varios regímenes
patrimoniales-matrimoniales, de los cuales los más utilizados en la
actualidad son el de comunidad, el de participación y el de separación.

3.4.1 Comunidad: diversas formas

El régimen de comunidad se caracteriza por la existencia de una masa de


bienes que corresponde a ambos cónyuges, y que se partirá por mitades al
disolverse (Bossert y Zannoni, 2007).

La comunidad puede asumir diferentes formas conforme a la extensión de


la masa y según el régimen de gestión de los bienes de destino común.

Según la extensión de la masa, esta puede ser universal o restringida. En la


universal, todos los bienes se hacen comunes y se dividen oportunamente
sin distinguir su origen. En la comunidad restringida, caben la comunidad
de muebles y gananciales, o simplemente la de gananciales, debiendo
distinguirse entre bienes propios y bienes gananciales (adquiridos a título
oneroso durante la vigencia del régimen).

Según la gestión de los bienes, el régimen de comunidad puede ser de


gestión del marido (en la actualidad prácticamente sin uso), de gestión
separada, de gestión conjunta o de gestión indistinta.

La administración marital admite, por ejemplo, la existencia de bienes


reservados a la administración de la esposa; la administración separada (de
cada cónyuge sobre sus bienes propios y los gananciales que adquiere)
combina siempre exigencias de gestión conjunta; la gestión conjunta (de
ambos consortes sobre los bienes de destino común) permite la presunción
de la conformidad del otro cónyuge cuando uno de ellos ejecuta actos de
menor importancia; en la gestión indistinta (a cargo de uno u otro cónyuge
sin atender a quien adquirió los bienes) se presume el asentimiento del
cónyuge de aquel que dispone por sí mismo de los bienes comunes
(Méndez Costa y D’Antonio, 1990).

3.4.2 Participación

En este régimen no existen estrictamente bienes comunes, sino que cada


cónyuge es exclusivo propietario de los que adquiere durante el
matrimonio. El régimen es semejante al de separación, pero al disolverse el
matrimonio, se reconoce a cada uno de los ex cónyuges o al supérstite el
derecho a participar en los adquiridos por el otro hasta igualar los
patrimonios de ambos (Bossert y Zannoni, 2007).

3.4.3 Separación

Es aquel en el que cada cónyuge conserva la administración y disposición


de sus bienes adquiridos antes o durante el matrimonio. Respecto a las
deudas, cada consorte responde personalmente por las deudas que
contrae (Bossert y Zannoni, 2007).

Implica absoluta separación de propiedad, gestión y responsabilidad.


Referencias
Bossert, G. y Zannoni, E. (2007). Manual de derecho de familia. Buenos
Aires, AR: Astrea

Bueres, A. J. (2015). Código Civil y Comercial de la Nación analizado,


comparado y concordado. Buenos Aires, AR: Hammurabi.

Herrera, M. y Lorenzetti, R. L. (Dirs.). (2015). Código civil y Comercial de la


nación comentado (Vol. 3). Buenos Aires, AR: Rubinzal Culzoni.

Ley N.° 340. (1869). Código Civil. Honorable Congreso de la Nación


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El régimen
patrimonial-
matrimonial
argentino

Derecho Privado
VI (Derecho de
Familia)
3.5 El régimen patrimonial-matrimonial
argentino
A partir de la sanción del Código Civil y Comercial de 2014, hubo un giro
trascendental en esta materia con la posibilidad de elección de los
cónyuges entre un régimen de comunidad y un régimen de separación de
bienes, cuestión impensada en el Código de Vélez Sársfield, donde se tenía
un único régimen legal, imperativo y forzoso llamado sociedad conyugal.

3.5.1 Caracterización

Las características del régimen patrimonial-matrimonial argentino, según


Krasnow (2014), son:

 Convencional no pleno: ya que permite que la pareja antes o en el acto


de celebración del matrimonio opte por cualquiera de los dos regímenes
que ofrece el sistema: comunidad de ganancias o separación de bienes.
Ante la falta de opción, funcionará por vía supletoria la comunidad de
ganancias.
 Mutable: durante la vigencia del matrimonio, los cónyuges pueden
cambiar de régimen la cantidad de veces que lo consideren necesario,
con la única limitación que permanezcan en el mismo régimen al menos
un año. Es decir que al momento de la celebración del matrimonio
pueden optar los cónyuges por el régimen de comunidad y, transcurrido
al menos un año, a través de una convención matrimonial, mutar al
régimen de separación de bienes o viceversa.
 Limitación a la autonomía de la voluntad: si bien los cónyuges tienen
autonomía de la voluntad para la elección del régimen antes o durante
la celebración del matrimonio e incluso la facultad de modificar de
régimen durante la vigencia del matrimonio, la ley impone un régimen
primario que es aplicable a ambos regímenes. En este sentido, Fanzolato
expresa que:

Sin perjuicio del régimen de bienes elegido, o con


vigencia forzosa o supletoria, los ordenamientos
matrimoniales actualizados contienen una normativa que
rige en toda situación. Se trata de cuestiones que, por
razones de equidad y de amparo a la familia y a los
terceros, la ley no debe dejar libradas a los preceptos
comunes ni al arbitrio de los esposos sino que impone
soluciones que, en conjunto, integran una plataforma
jurídica mínima, que gobierna a todos los matrimonios,
cualquiera sea el particular régimen de bienes aplicable.
(2004, p. 415).

3.5.2 Principios que lo informan

Los principios que informan el régimen patrimonial-matrimonial argentino


son coincidentes con los que inspiraron el Código Civil y Comercial de 2014.

 Principio de autonomía de la voluntad: que se traduce en la facultad de


opción que tienen los cónyuges para elegir entre el régimen de
comunidad o el régimen de separación de bienes.
 Principio de solidaridad: enmarcado dentro del denominado régimen
primario, compuesto por aquellas normas que imperan más allá del
régimen patrimonial elegido. Estas normas:

Se erigen en un régimen patrimonial primario, el que se


impone por sobre la voluntad autónoma de los esposos, y
que halla su justificación en la protección y plena
realización de una serie de derechos de registro
constitucional reconocidos a los miembros de la pareja, a
integrantes del grupo familiar, e incluso también a
terceros ajenos a ella. De tal modo, cualquier convenio
privado que contravenga su contenido no surtirá efecto
alguno, con excepción de aquellos casos en que sea el
mismo código el que autorice su realización. (Herrera y
Lorenzetti, 2015, p. 454).

 Principio de pluralidad: atento a que el Código reconoce distintos


modelos familiares, es claro que todas las normas de derecho de familia,
incluso las normas relativas al régimen patrimonial-matrimonial, no
distinguen entre parejas de igual o distinto sexo.

3.5.3 La opción: régimen de comunidad y régimen de separación de


bienes

Dentro de las convenciones matrimoniales permitidas, se encuentra la


opción que pueden hacer los cónyuges por alguno de los regímenes
patrimoniales previstos en el Código. Estos regímenes son el régimen de
comunidad y el régimen de separación.
Esta elección puede realizarse al momento de la celebración del
matrimonio e incluso después de su celebración por convención de los
cónyuges. En este caso, “esta convención puede ser otorgada después de
un año de aplicación del régimen patrimonial, convencional o legal,
mediante escritura pública. Para que el cambio de régimen produzca
efectos respecto de terceros, debe anotarse marginalmente en el acta de
matrimonio”1.

Asimismo, el artículo 449 expresa que “los acreedores anteriores al cambio


de régimen que sufran perjuicios por tal motivo pueden hacerlo declarar
inoponible a ellos en el término de un año a contar desde que lo
conocieron”2.

Sin perjuicio de que desarrollaremos más adelante los regímenes


patrimoniales-matrimoniales entre los cuales pueden optar los cónyuges,
aproximamos las características básicas de cada uno de ellos en nuestro
derecho:

 Régimen de comunidad
Se trata de un régimen de comunidad restringida a los gananciales, ya que
se excluyen de la comunidad todos los bienes propios, es decir, aquellos
que los cónyuges lleven al matrimonio y los que adquieran con
posterioridad por un título que la ley les confiera el carácter de propios.

En cuanto a los bienes gananciales, forman una masa que al momento de la


disolución de la comunidad se partirá por mitades.

La gestión es separada con tendencia a la gestión conjunta, teniendo en


cuenta como regla que cada cónyuge tiene la libre administración y
disposición de los bienes propios y gananciales que ha adquirido.

Sin embargo, es necesario “el asentimiento del otro para enajenar o gravar
ciertos bienes gananciales”3.

En cuanto a las deudas, “cada uno de los cónyuges responde frente a sus
acreedores con todos sus bienes propios y los gananciales por él
adquiridos”4. Asimismo la responsabilidad será solidaria en los siguientes

1 Art. 449, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
2 Art. 449, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


3 Art. 470, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


4 Art. 467, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


casos frente a “deudas contraídas para solventar las necesidades ordinarias
del hogar, el sostenimiento y la educación de los hijos comunes”.

 Régimen de separación
Implica que cada cónyuge ostenta la titularidad de los bienes que tenía
antes del matrimonio y con posterioridad a este. Cada cónyuge conserva la
independencia de su patrimonio, lo cual conlleva a que tiene la propiedad,
el exclusivo uso, goce y disposición de sus bienes y frutos. En este sistema
no hay bienes propios y gananciales, sino solo bienes personales.
Asimismo, ningún cónyuge tiene derecho actual o eventual sobre las
ganancias del otro (Fanzolato, 2004).

Respecto a la gestión de los bienes, hablamos de una gestión separada, con


la salvedad de que se requerirá el asentimiento del otro cónyuge para
disponer de los derechos de la vivienda familiar y de los muebles
indispensables de esta.

En relación con las deudas, rige el principio de separación de deudas, pero


existe un deber de contribución que se traduce en responsabilidad
solidaria de ambos cónyuges frente a deudas contraídas para solventar las
necesidades ordinarias del hogar, el sostenimiento y la educación de los
hijos comunes5.

Carácter supletorio del régimen de comunidad

El artículo 463 del Código Civil y Comercial establece que:

A falta de opción hecha en la convención matrimonial, los


cónyuges quedan sometidos desde la celebración del
matrimonio al régimen de comunidad de ganancias
reglamentado en este Capítulo. No puede estipularse que
la comunidad comience antes o después, excepto el caso
de cambio de régimen matrimonial previsto en el artículo
449.6

En los fundamentos de la reforma del Código Civil y Comercial del 2014, se


exponen las razones por las cuales el régimen de comunidad es el
supletorio, estableciéndose que los motivos son:

5 Art. 461, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
6 Art. 463, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


El régimen legal supletorio es el de comunidad fundado
en ser:
a) El sistema más adecuado a la igualdad jurídica de los
cónyuges y a la capacidad de la que gozan; b) el aceptado
mayoritariamente en el derecho comparado, y c) el más
adaptado a la realidad socioeconómica de las familias de
la Argentina, en este momento.

3.6 Capitulaciones matrimoniales


A continuación, estudiaremos las capitulaciones matrimoniales, también
llamadas convenciones matrimoniales, contrato de matrimonio o
convención prenupcial.

3.6.1 Definición

Las convenciones matrimoniales son el acuerdo celebrado entre los futuros


consortes con el fin de determinar el régimen matrimonial al cual van a
someterse, así como también pueden referirse a alguno de los aspectos de
sus relaciones patrimoniales.

El objeto de las convenciones matrimoniales varía según cada derecho


positivo (Bossert y Zannoni, 2007).

3.6.2 Convenciones permitidas

Según el artículo 446 del Código Civil y Comercial:

Antes de la celebración del matrimonio los futuros


cónyuges pueden hacer convenciones que tengan
únicamente los objetos siguientes:
a) la designación y avalúo de los bienes que cada uno
lleva al matrimonio;
b) la enunciación de las deudas;
c) las donaciones que se hagan entre ellos;
d) la opción que hagan por alguno de los regímenes
e) patrimoniales previstos en este Código.7

Estas son las únicas convenciones permitidas, por lo tanto, “toda


convención entre los futuros cónyuges sobre cualquier otro objeto relativo
a su patrimonio es de ningún valor”8.

3.6.3 Régimen legal

Como hemos apuntado, las convenciones matrimoniales permitidas en


nuestro ordenamiento jurídico son las expresamente establecidas en el
artículo 446 del Código Civil y Comercial de la Nación (CCCN). Toda otra
convención se reputará nula.

Respecto a la forma de las convenciones, estas “deben ser hechas por


escritura pública antes de la celebración del matrimonio, y producen
efectos a partir de la celebración del matrimonio y mientras el mismo no
sea anulado”9.

En caso de que la convención verse sobre la opción del régimen de


separación de bienes, y para que esta sea oponible a terceros, debe quedar
asentada y anotarse marginalmente en el acta de matrimonio (art. 448).

Respecto a la posibilidad que tienen los cónyuges de modificar el régimen


patrimonial-matrimonial durante la vigencia del matrimonio, la ley
establece que “esta convención puede ser otorgada después de un año de
aplicación del régimen patrimonial, convencional o legal, mediante
escritura pública”10. Es decir que si los contrayentes optaron por el régimen
de separación de bienes y luego quieren someterse al régimen de
ganancias, deberán esperar al menos un año de aplicación del régimen de
separación y viceversa.

Respecto a las personas menores que contraigan matrimonio, el artículo


450 establece que no pueden hacer donaciones en la convención
matrimonial ni ejercer la opción del régimen de separación de bienes,
quedando sometidos al régimen de comunidad11.

7 Art. 446, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
8 Art. 447, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


9 Art. 448, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


10 Art. 449, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


11 Art. 450, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


3.7 Contratos entre cónyuges

El artículo 1002 del Código Civil establece que “no pueden contratar en
interés propio… los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí”12.
Esto implica que la restricción alcanza únicamente a los cónyuges que
estén bajo el régimen de comunidad.

Al respecto, y en sentido crítico, Herrera y Lorenzetti (2015) expresan que


si lo que se pretendió evitar fue el perjuicio a terceros, debió haberse
impuesto la inhabilidad para contratar a todos los cónyuges, sea cual sea el
régimen patrimonial-matrimonial elegido por ellos. Asimismo, se expresa
que esta prohibición debe ser armonizada con todo el ordenamiento
jurídico, de lo que resulta que hay normas que expresamente admiten
determinados contratos entre cónyuges, tales como el contrato de
mandato (art. 459), el contrato de sociedad comercial13, contratos relativos
a una explotación productiva o a participaciones societarias de cualquier
tipo (art. 1010), entre otras.

4.
Régimen patrimonial-
matrimonial
4.1 Disposiciones comunes al régimen patrimonial-
matrimonial: régimen primario
Si bien el Código Civil y Comercial confiere a los contrayentes la posibilidad
de optar entre dos regímenes patrimoniales-matrimoniales, es decir, el
régimen de comunidad (régimen supletorio) o el régimen de separación de
bienes, se ha establecido un régimen primario.

El régimen primario implica una serie de normas que se imponen por sobre
la voluntad de los esposos y que se aplican independientemente del
régimen patrimonial-matrimonial elegido, es decir, son normas de orden
público que se aplican ya sea que los cónyuges hayan optado por el
régimen de separación de bienes o se encuentren en el régimen de
comunidad.

12 Art.1002, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
13 Art. 27, Ley N.° 19550. (1984). Sociedades Comerciales. Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de

https://goo.gl/5S5RMc
Estas disposiciones son inderogables por convención de los cónyuges,
excepto disposición expresa en contrario que prevea el Código Civil y
Comercial en el artículo 45414.

4.1.1 Deber de contribución

Los cónyuges deben contribuir a su propio sostenimiento,


el del hogar y el de los hijos comunes, en proporción a sus
recursos. Esta obligación se extiende a las necesidades de
los hijos menores de edad, con capacidad restringida, o
con discapacidad de uno de los cónyuges que conviven
con ellos.

El cónyuge que no da cumplimiento a esta obligación


puede ser demandado judicialmente por el otro para que
lo haga, debiéndose considerar que el trabajo en el hogar
es computable como contribución a las cargas.15

En relación con esta disposición, Herrera y Lorenzetti (2015) expresan:

 bajo esta norma se protege al grupo familiar más próximo, al exigirle a


los esposos efectuar erogaciones para su propio sostenimiento, el del
hogar conyugal, y el de los hijos del matrimonio, conforme a sus
recursos;
 los sujetos beneficiarios son los hijos menores de edad, con capacidad
restringida o con discapacidad, incluso cuando ellos sean hijos de uno
solo de los integrantes de la unión marital, siempre que se cumplan dos
condiciones: a) los beneficiarios deben vivir bajo el mismo techo con la
pareja matrimonial, b) los beneficiarios deben ser menores de edad, con
capacidad restringida o padecer algún tipo de discapacidad;
 cualquiera de los cónyuges está legitimado para iniciar acción judicial
contra el otro cónyuge que no dé cumplimiento con la disposición bajo
análisis.

4.1.2 El asentimiento conyugal: actos comprendidos, requisitos,


autorización judicial
14 Art. 454, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
15 Art. 455, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


El asentimiento significa la conformidad de un tercero que no es parte. En
la temática que nos ocupa, la calidad de tercero del cónyuge asentidor,
cuando interviene como tal en un acto de disposición onerosa practicado
por su consorte, solo tiene el sentido de que se notifica del acto y que
hasta ese momento no tiene nada que oponer, pero de ninguna manera
implica reconocer la onerosidad o la sinceridad del acto.

Esta conformidad del cónyuge no contratante del acto es requerida a los


fines de la validez de ciertos actos, sea cual sea el régimen patrimonial-
matrimonial bajo el que se encuentren los cónyuges.

En este sentido, el artículo 456 del CCCN establece:

Ninguno de los cónyuges puede, sin el asentimiento del


otro, disponer de los derechos sobre la vivienda familiar,
ni de los muebles indispensables de ésta, ni
transportarlos fuera de ella. El que no ha dado su
asentimiento puede demandar la nulidad del acto o la
restitución de los muebles dentro del plazo de caducidad
de seis meses de haberlo conocido, pero no más allá de
seis meses de la extinción del régimen matrimonial.

La vivienda familiar no puede ser ejecutada por deudas


contraídas después de la celebración del matrimonio,
excepto que lo hayan sido por ambos cónyuges
conjuntamente o por uno de ellos con el asentimiento del
otro.16

Requisitos del asentimiento

El asentimiento “debe versar sobre el acto en sí y sus elementos


constitutivos”17.

Es decir que:

Se impone un conocimiento efectivo del contenido que


sólo se adquiere a través de la información y de la

16 Art. 456, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
17 Art. 457, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


transparencia que le permitan al cónyuge que asiente
valorar la conveniencia del acto, particularmente en un
contexto intrafamiliar (posición vital), en el cual puedan
presentarse supuestos de “influencia injusta o de abuso
de posición”. (Herrera y Lorenzetti, 2015, p. 48).

Autorización judicial

Es preciso determinar qué sucede cuando uno de los cónyuges no puede o


no quiere prestar el aludido asentimiento, ya sea por estar ausente, por ser
persona incapaz, por estar transitoriamente impedido de expresar su
voluntad, o si su negativa no está justificada por el interés de la familia (art.
458).

En estos casos, el Código prevé la manera para suplir ese asentimiento,


permitiendo que el cónyuge que desee realizar el acto jurídico pueda
solicitar la autorización judicial para suplir dicho asentimiento. A su vez, la
norma expresa en el artículo 458 que “el acto otorgado con autorización
judicial es oponible al cónyuge sin cuyo asentimiento se lo otorgó, pero de
él no deriva ninguna obligación personal a su cargo”18.

En el caso de que uno de los cónyuges se niegue a prestar el asentimiento,


quien pretende lograr la venia judicial deberá demostrar que la falta de
conformidad de su consorte “impide la realización de los fines esenciales
de la pareja matrimonial y de su descendencia, acreditando la falta de
razonabilidad de la postura sostenida por el otro” (Herrera y Lorenzetti,
2015, p. 51).

4.1.3 Mandato entre cónyuges

Si bien el artículo 1002 del CCCN establece que los cónyuges que están
sometidos al régimen de comunidad están inhabilitados para contratar
entre sí, esta es claramente una excepción al respecto.

Así, se establece en el artículo 459 que:

Uno de los cónyuges puede dar poder al otro para


representarlo en el ejercicio de las facultades que el
régimen matrimonial le atribuye, pero no para darse a sí
mismo el asentimiento en los casos en que se aplica el

18 Art. 458, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
artículo 456. La facultad de revocar el poder no puede ser
objeto de limitaciones.

Excepto convención en contrario, el apoderado no está


obligado a rendir cuentas de los frutos y rentas
percibidos19.

Así, el reconocimiento del derecho a realizar contrato de mandato entre


cónyuges “encuentra un límite insoslayable… prohíbe dar mandato al
cónyuge cuando el encargo consiste en que el mandatario se dé a sí mismo
el asentimiento”. En este sentido, “la exclusión se limita al acuerdo del no
titular para disponer los derechos sobre la vivienda familiar y los muebles a
que hace referencia el Art. 456” (Molina de Juan, 2014).

Asimismo, es claro el artículo 459 al establecer que el cónyuge que confirió


mandato puede revocar el poder en cualquier momento, siendo nula
cualquier limitación a dicho precepto.

4.1.4 Responsabilidad solidaria por las deudas

El régimen primario, bajo el principio de solidaridad familiar que inspira el


Código Civil y Comercial, ha introducido novedosas modificaciones al
régimen de deudas, sea cual sea el régimen patrimonial-matrimonial bajo
el que se encuentren los cónyuges.

En este sentido, el artículo 461 del CCCN establece que “los cónyuges
responden solidariamente por: Las obligaciones contraídas por uno de ellos
para solventar las necesidades ordinarias del hogar o el sostenimiento y la
educación de los hijos de conformidad con lo dispuesto en el artículo
455”20. Es el deber de contribución. “Fuera de esos casos, y excepto
disposición en contrario del régimen matrimonial, ninguno de los cónyuges
responde por las obligaciones del otro”21.

Entonces, podemos concluir que, como principio general, se consagra el


principio de separación de deudas, en el cual cada cónyuge responde con
sus bienes propios y los gananciales que administra (en el caso del régimen
de comunidad) y con sus bienes personales (en el caso del régimen de
separación de bienes) por sus deudas personales, con la excepción de que

19 Art. 459, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
20 Art. 461, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
21 Art. 461, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
la responsabilidad será solidaria, es decir que el acreedor podrá atacar los
bienes de cualquiera de los cónyuges, cuando la deuda haya sido contraída
para “solventar las necesidades ordinarias del hogar o el sostenimiento o la
educación de los hijos comunes”22.

4.1.5 Administración de cosas muebles no registrables

Los actos de administración y disposición a título oneroso


de cosas muebles no registrables cuya tenencia ejerce
individualmente uno de los cónyuges, celebrados por éste
con terceros de buena fe, son válidos, excepto que se
trate de los muebles indispensables del hogar o de los
objetos destinados al uso personal del otro cónyuge o al
ejercicio de su trabajo o profesión.

En tales casos, el otro cónyuge puede demandar la


nulidad dentro del plazo de caducidad de seis meses de
haber conocido el acto y no más allá de seis meses de la
extinción del régimen matrimonial.23

En este sentido, Medina, Rivera y Esper (2014) explican que la expresión


muebles indispensables para el hogar solo comprende los muebles
destinados a amueblar la residencia familiar, e incluso a adornarla, y que
los cuadros y obras de arte forman parte de los adornos.

22 Art. 461, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
23 Art. 462, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

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Régimen de
comunidad.
Carácter
supletorio

Derecho Privado
VI (Derecho de
Familia)
4.2 Régimen de comunidad.
Carácter supletorio
Como hemos estudiado, los cónyuges pueden optar por el régimen
patrimonial-matrimonial que regulará sus relaciones patrimoniales,
pudiendo optar por el régimen de separación o de comunidad. Asimismo,
se establece un marco normativo que funcionará como régimen supletorio
a falta de opción, este es el régimen de comunidad.

Así, entonces:

A falta de opción hecha en la convención matrimonial, los


cónyuges quedan sometidos desde la celebración del
matrimonio al régimen de comunidad de ganancias… No
puede estipularse que la comunidad comience antes o
después, excepto el caso de cambio de régimen
matrimonial.1

4.2.1 Bienes propios y gananciales de los cónyuges.


Prueba del carácter de los bienes
En el régimen de comunidad, el sistema de calificación de los bienes según
sean propios o gananciales reviste gran importancia sobre cuestiones
impositivas, la responsabilidad por las deudas de los cónyuges, la
determinación de los bienes que integraran el acervo hereditario y porque
determina sobre qué bienes los esposos tendrán derecho exclusivo de
propiedad (bienes propios) y cuáles serán objeto de partición por mitades
una vez extinguida la comunidad (bienes gananciales) (Herrera y Lorenzetti,
2015).

Bienes propios

El artículo 464 establece cuáles son los bienes propios de los cónyuges.
Para mayor comprensión, los agruparemos según distintos criterios
(Medina, Riverea y Esper, 2014).

1Art. 463, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
Son bienes propios de cada uno de los cónyuges:

Los bienes aportados al matrimonio:


a) los bienes de los cuales los cónyuges tienen la propiedad, otro
derecho real o la posesión al tiempo de la iniciación de la comunidad.
Los bienes adquiridos a título gratuito:
b) los adquiridos durante la comunidad por herencia, legado o
donación, aunque sea conjuntamente por ambos, y excepto la
recompensa debida a la comunidad por los cargos soportados por
esta.

Los recibidos conjuntamente por herencia, legado o donación se reputan


propios por mitades, excepto que el testador o el donante hayan
designado partes determinadas.

No son propios los bienes recibidos por donaciones remuneratorias,


excepto que los servicios que dieron lugar a ellas hubieran sido prestados
antes de la iniciación de la comunidad. En caso de que el valor de lo
donado exceda de una equitativa remuneración de los servicios recibidos,
la comunidad debe recompensa al donatario por el exceso.
Los bienes adquiridos por subrogación real con otros bienes propios:
c) Los adquiridos por permuta con otro bien propio, mediante la
inversión de dinero propio, o la reinversión del producto de la venta
de bienes propios, sin perjuicio de la recompensa debida a la
comunidad si hay un saldo soportado por esta. Sin embargo, si el
saldo es superior al valor el aporte propio, el nuevo bien es ganancial,
sin perjuicio de la recompensa debida al cónyuge propietario.
d) Los créditos o indemnizaciones que subrogan en el patrimonio de
uno de los cónyuges a otro bien propio.
e) Los productos de los bienes propios, con excepción de los de las
canteras y minas.
f) Las crías de los ganados propios que reemplazan en el plantel a los
animales que faltan por cualquier causa. Sin embargo, si se ha
mejorado la calidad del ganado originario, las crías son gananciales y
la comunidad debe al cónyuge propietario recompensa por el valor
del ganado propio aportado.

Los bienes adquiridos por título o causa anterior al matrimonio:


g) los adquiridos durante la comunidad, aunque sea a título oneroso,
si el derecho de incorporarlos al patrimonio ya existía al tiempo de su
iniciación;
h) los adquiridos en virtud de un acto anterior a la comunidad viciado
de nulidad relativa, confirmado durante ella;
i) los originariamente propios que vuelven al patrimonio del cónyuge
por nulidad, resolución, rescisión o revocación de un acto jurídico.
Los adquiridos por accesión:
j) los incorporados por accesión a las cosas propias, sin perjuicio de la
recompensa debida a la comunidad por el valor de las mejoras o
adquisiciones hechas con dinero de ella;
Los adquiridos por un supuesto especial de accesión:
k) las partes indivisas adquiridas por cualquier título por el cónyuge
que ya era propietario de una parte indivisa de un bien al comenzar
la comunidad, o que la adquirió durante esta en calidad de propia, así
como los valores nuevos y otros acrecimientos de los valores
mobiliarios propios, sin perjuicio de la recompensa debida a la
comunidad en caso de haberse invertido bienes de esta para la
adquisición;
l) la plena propiedad de bienes cuya nuda propiedad se adquirió
antes del comienzo de la comunidad, si el usufructo se extingue
durante ella, así como la de los bienes gravados con otros derechos
reales que se extinguen durante la comunidad, sin perjuicio del
derecho a recompensa si para extinguir el usufructo o los otros
derechos reales se emplean bienes gananciales.

Los bienes propios por su naturaleza:


m) las ropas y los objetos de uso personal de uno de los cónyuges, sin
perjuicio de la recompensa debida a la comunidad si son de gran
valor y se adquirieron con bienes de esta, y los necesarios para el
ejercicio de su trabajo o profesión, sin perjuicio de la recompensa
debida a la comunidad si fueron adquiridos con bienes gananciales;
n) las indemnizaciones por consecuencias no patrimoniales y por
daño físico causado a la persona del cónyuge, excepto la del lucro
cesante correspondiente a ingresos que habrían sido gananciales;
ñ) el derecho a jubilación o pensión, y el derecho a alimentos, sin
perjuicio del carácter ganancial de las cuotas devengadas durante la
comunidad y, en general, todos los derechos inherentes a la persona.

La situación especial de la propiedad intelectual e industrial:


o) la propiedad intelectual, artística o industrial, si la obra intelectual
ha sido publicada o interpretada por primera vez, la obra artística ha
sido concluida, o el invento, la marca o el diseño industrial han sido
patentados o registrados antes del comienzo de la comunidad. El
derecho moral sobre la obra intelectual es siempre personal del
autor.
Bienes gananciales

La Dra. Méndez Costa (2011) define los bienes gananciales como aquellos
incorporados al patrimonio de uno o ambos esposos durante el régimen de
comunidad por causa onerosa, siempre que no corresponda calificarlos
como propios, presumiéndose la ganancialidad de los bienes existentes a la
culminación del régimen.

Son bienes gananciales, según el artículo 465:

a) los creados, adquiridos por título oneroso o comenzados


a poseer durante la comunidad por uno u otro de los
cónyuges, o por ambos en conjunto, siempre que no
estén incluidos en la enunciación del artículo 464;
b) los adquiridos durante la comunidad por hechos de
azar, como lotería, juego, apuestas, o hallazgo de tesoro;
c) los frutos naturales, industriales o civiles de los
bienes propios y gananciales, devengados durante la
comunidad;
d) los frutos civiles de la profesión, trabajo, comercio o
industria de uno u otro cónyuge, devengados durante la
comunidad;
e) lo devengado durante la comunidad como
consecuencia del derecho de usufructo de carácter propio;
f) los bienes adquiridos después de la extinción de la
comunidad por permuta con otro bien ganancial, mediante
la inversión de dinero ganancial, o la reinversión del
producto de la venta de bienes gananciales, sin perjuicio de
la recompensa debida al cónyuge si hay un saldo soportado
por su patrimonio propio. Sin embargo, si el saldo es
superior al valor del aporte ganancial, el nuevo bien es
propio, sin perjuicio de la recompensa debida a la
comunidad;
g) los créditos o indemnizaciones que subrogan a otro
bien ganancial;
h) los productos de los bienes gananciales, y los de las
canteras y minas propias, extraídos durante la comunidad;
i) las crías de los ganados gananciales que reemplazan
en el plantel a los animales que faltan por cualquier causa y
las crías de los ganados propios que excedan el plantel
original;
j) los adquiridos después de la extinción de la
comunidad, si el derecho de incorporarlos al patrimonio
había sido adquirido a título oneroso durante ella;
k) los adquiridos por título oneroso durante la
comunidad en virtud de un acto viciado de nulidad relativa,
confirmado después de la disolución de aquélla;
l) los originariamente gananciales que vuelven al
patrimonio ganancial del cónyuge por nulidad, resolución,
rescisión o revocación de un acto jurídico;
m) los incorporados por accesión a las cosas gananciales,
sin perjuicio de la recompensa debida al cónyuge por el
valor de las mejoras o adquisiciones hechas con sus bienes
propios;
n) las partes indivisas adquiridas por cualquier título por
el cónyuge que ya era propietario de una parte indivisa de
carácter ganancial de un bien al extinguirse la comunidad,
sin perjuicio de la recompensa debida al cónyuge en caso de
haberse invertido bienes propios de éste para la adquisición;
ñ) la plena propiedad de bienes cuya nuda propiedad se
adquirió a título oneroso durante la comunidad, si el
usufructo se consolida después de su extinción, así como la
de los bienes gravados con derechos reales que se extinguen
después de aquélla, sin perjuicio del derecho a recompensa
si para extinguir el usufructo o los otros derechos reales se
emplean bienes propios.

No son gananciales las indemnizaciones percibidas por la


muerte del otro cónyuge, incluso las provenientes de un
contrato de seguro, sin perjuicio, en este caso, de la
recompensa debida a la comunidad por las primas pagadas
con dinero de ésta2.

Prueba del carácter de los bienes

Según el artículo 466 del Código Civil y Comercial de la Nación (CCCN), “se
presume, excepto prueba en contrario, que son gananciales todos los
bienes existentes al momento de la extinción de la comunidad”3.

Es decir que todo bien que no pueda calificarse como propio es ganancial y
pertenece a la masa ganancial.

2 Art. 465, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
3 Art. 466, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


4.2.2 Gestión de los bienes en la comunidad. La intervención
del cónyuge no titular: carácter, fundamentos, fines,
actos y bienes comprendidos. Sanción por falta de
asentimiento. Bienes adquiridos conjuntamente.
Prueba. Fraude
En nuestro ordenamiento jurídico, calificamos a la gestión de los bienes
como una gestión separada con tendencia a la gestión conjunta. Ello pues
en principio cada cónyuge tiene la libre administración y disposición de los
bienes propios y gananciales que adquiere a título legítimo, requiriéndose
el asentimiento conyugal para ciertos actos de disposición y gravamen (de
ahí la tendencia a la gestión conjunta).

La gestión de los bienes en el régimen de comunidad variará según se trate


de bienes propios o gananciales de los cónyuges.

Respecto a los bienes propios, el artículo 469 del CCCN establece que “cada
uno de los cónyuges tiene la libre administración y disposición de sus
bienes propios, con excepción de los dispuesto en el Art. 456”4.

En este sentido, tenemos un principio general que es que cada cónyuge


“tiene la libre administración y disposición de sus bienes propios”5, excepto
para “disponer de los derechos sobre la vivienda familiar, ni de los muebles
indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de ella”6, sin el asentimiento
del otro cónyuge. Como vemos, esta limitación está impuesta por el
régimen primario, protegiendo la vivienda como derecho humano.

Respecto a los bienes gananciales, el artículo 470 establece que “la


administración y disposición de los bienes gananciales corresponde al
cónyuge que los ha adquirido”7.

Es decir que nuevamente como principio general el ordenamiento jurídico


recepta la libre administración y disposición de los bienes gananciales que
cada cónyuge haya adquirido. Sin embargo, y como excepción:

4 Art. 469, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
5 Art. 469, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


6 Art. 456, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
7 Art. 470, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


Es necesario el asentimiento del otro para enajenar o
gravar:
a) los bienes registrables;
b) las acciones nominativas no endosables y las no
cartulares, con excepción de las autorizadas para la
oferta pública…
c) las participaciones en sociedades no exceptuadas en el
inciso anterior;
d) los establecimientos
comerciales, industriales o agropecuarios.

También requieren asentimiento las promesas de los


actos comprendidos en los incisos anteriores.8

Recordemos que el cónyuge que no ha dado su asentimiento puede


demandar la nulidad del acto o la restitución de los muebles dentro del
plazo de caducidad de seis meses de haberlo conocido, pero no más allá de
seis meses de la extinción del régimen matrimonial9.

Al asentimiento y a su omisión se aplican las normas de los artículos 456 a


459, es decir que respecto a ello nos remitimos a los ya desarrollados en el
apartado del régimen primario.

Bienes adquiridos conjuntamente

Es momento de analizar qué sucede respecto a la gestión de los bienes


cuando estos han sido adquiridos conjuntamente por ambos cónyuges.

Esta situación es resuelta por el artículo 471 que establece:

La administración y disposición de los bienes adquiridos


conjuntamente por los cónyuges corresponde en conjunto a
ambos, cualquiera que sea la importancia de la parte
correspondiente a cada uno. En caso de disenso entre ellos,
el que toma la iniciativa del acto puede requerir que se lo
autorice judicialmente en los términos del artículo 458.10

8 Art. 470, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
9 Art. 456, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


10 Art. 471, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
Es decir, se aplican las reglas respecto a la solicitud de autorización judicial
cuando un cónyuge no puede o no quiere prestar asentimiento para un
acto que así lo requiere.

A las partes indivisas de dichos bienes se aplican los dos


artículos anteriores.

A las cosas se aplican las normas del condominio en todo


lo no previsto en este artículo. Si alguno de los cónyuges
solicita la división de un condominio, el juez de la causa
puede negarla si afecta el interés familiar11.

Ausencia de prueba

Acerca de los bienes sobre los cuales ninguno de los cónyuges pueda
justificar la propiedad exclusiva, la ley establece que se “reputa que
pertenecen a los dos cónyuges por mitades indivisas”12.

En relación con el artículo bajo análisis, Herrera y Lorenzetti (2015)


expresan que en la práctica la norma está pensada solo para los bienes
muebles no registrables que están en lugares comunes y ninguno de los
cónyuges posee de forma exclusiva. Ello por cuanto, respecto de los bienes
registrables, la titularidad surgirá del título. Pero, respecto a los bienes
muebles no registrables, de uso personal o exclusivo, se estará a lo
dispuesto sobre la tenencia y posesión, regulada en el libro cuarto sobre
los derechos reales.

Fraude

El Código regula la situación que surge cuando durante la comunidad uno


de los cónyuges se siente defraudado en los bienes por el otro; puede
iniciar la acción correspondiente a los fines de que el acto defraudatorio le
sea inoponible.

11 Art. 471, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
12 Art. 472, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


En este sentido, el artículo 473 del Código Civil establece: “Son inoponibles
al otro cónyuge los actos otorgados por uno de ellos dentro de los límites
de sus facultades pero con el propósito de defraudarlo”13.

4.2.3 Deudas personales y comunes de los cónyuges.


Caracterización. Responsabilidad. Bienes ejecutables
Como principio general, las deudas son personales de cada cónyuge. Así, el
artículo 467 establece: “Cada uno de los cónyuges responde frente a sus
acreedores con todos sus bienes propios y los gananciales por él
adquiridos”14.

Asimismo, se expresa que “por los gastos de conservación y reparación de


los bienes gananciales responde también el cónyuge que no contrajo la
deuda, pero sólo con sus bienes gananciales”15.

Queda así regulado el aspecto interno de la obligación, es


decir, aquel que rige las relaciones entre los cónyuges
consagrando a su vez, el principio de recompensa en el art.
468, expresando que el cónyuge cuya deuda personal fue
solventada con fondos gananciales, debe recompensa a la
comunidad, y esta debe recompensa al cónyuge que
solventó con fondos propios deudas de la comunidad.
(Bacigalupo de Girard, 2015, p. 3).

Sin embargo, a este artículo hay que analizarlo conforme al artículo 461
que establece que “los cónyuges responden solidariamente por las
obligaciones contraídas por uno de ellos para solventar las necesidades
ordinarias del hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 455”16 (art. que se refiere al
deber de contribución).

13 Art. 473, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
14 Art. 467, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


15 Art. 467, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


16 Art. 461, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


4.2.4 Extinción de la comunidad. Clasificación de las causas:
causas que importan la extinción del régimen
matrimonial y causas de separación de bienes
La extinción del régimen de comunidad implica el cese de la ganancialidad
(Herrera y Lorenzetti, 2015).

Las causas se clasifican según operen ipso iure o a pedido de una de las
partes.

Causas que operan ipso iure:

 Muerte comprobada o presunta de uno de los cónyuges: la muerte


disuelve el matrimonio y, como consecuencia, también se extingue la
comunidad.
 Por divorcio: el divorcio extingue el vínculo matrimonial, por lo tanto,
también se extingue la comunidad.
 Por anulación del matrimonio putativo: en este caso, en el cual hubo
buena fe de uno o ambos cónyuges (matrimonio putativo), es posible
aludir a la existencia del matrimonio y, con él, al régimen patrimonial
matrimonial, con lo cual la declaración de nulidad causa la extinción.

Causas que operan a solicitud:

 Separación judicial de bienes: se establecen las causas por las cuales un


cónyuge puede solicitar la extinción de la comunidad, sin disolver el
matrimonio.
 Modificación del régimen matrimonial convenido: si los cónyuges se
encuentran en el régimen de comunidad y mudan al régimen de
separación de bienes, se extingue la comunidad.

Separación judicial de bienes

Es preciso saber en qué casos uno de los cónyuges puede solicitar la


separación judicial de bienes.

Así, el artículo 477 establece que “la separación judicial de bienes puede
ser solicitada por uno de los cónyuges”17 si ocurriesen las causas que
expresamente establece el Código y que analizaremos a continuación.

17Art. 477, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
a) “Si la mala administración del otro le acarrea el peligro de perder su
eventual derecho sobre los bienes gananciales”18: esta norma tiende a
proteger la comunidad matrimonial. Así, si uno de los cónyuges se ve
afectado por una conducta impropia del cónyuge administrador que
pone en peligro la comunidad de bienes, la ley otorga la vía de respaldo
al cónyuge “afectado” (Hollweck, 2014).
b) “Si se declara el concurso preventivo o la quiebra del otro cónyuge”19:
como expresan Herrera y Lorenzetti (2015), esta causal de separación
de bienes es objetiva, ya que basta la declaración de concurso o
quiebra para habilitar la solicitud de separación de bienes. Esta norma
tiene un carácter preventivo e intenta proteger y tutelar el derecho del
cónyuge sobre los bienes gananciales, que podría verse frustrado por el
concurso o la quiebra de su consorte.
c) “Si los cónyuges están separados de hecho sin voluntad de unirse”20:
frente al hecho de la separación de hecho esta causal es un remedio
para evitar que los cónyuges separados de hecho tengan que compartir
las adquisiciones que cada uno de ellos realice con su propio esfuerzo
(Hollweck, 2014).
d) “Si por incapacidad o excusa de uno de los cónyuges, se designa
curador del otro a un tercero”21: los fundamentos de esta causal
residen, por un lado, en la gestión de los bienes, lo cual implicaría que
en los casos de requerir el asentimiento siempre se debería recurrir a la
autorización judicial, y, además, por las complicaciones que podría
traer aparejada la intervención de un tercero en la comunidad.

4.2.5 Indivisión poscomunitaria. Definición. Reglas


aplicables. Bienes que comprende. Administración.
Medidas protectorias. Uso de los bienes. Frutos y
rentas. Efectos. Responsabilidad de los cónyuges

Indivisión poscomunitaria. Definición

18 Art. 477, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
19 Art. 477, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


20 Art. 477, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


21 Art. 477, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


Existe indivisión cuando dos o más personas tienen derechos en común
sobre un bien o un conjunto de bienes, siempre y cuando no pueda
dividirse en partes sin alterar su sustancia.

Indivisión poscomunitaria: es la que se produce entre los cónyuges o entre


uno de ellos y lo sucesores universales del otro o entre los sucesores mortis
causa de ambos desde la extinción de la comunidad hasta la partición de
los bienes.

La indivisión poscomunitaria es la situación en que se halla la masa de


bienes gananciales desde la disolución hasta la partición. Sobre esa masa
tienen un derecho proindiviso por partes ideales iguales ambos cónyuges.

Si la disolución se ha producido en vida de ambos o de un cónyuge y los


sucesores del otro, o bien si la disolución ha operado por muerte, aplica el
artículo 481 del CCCN, que establece que:

Extinguido el régimen por muerte de uno de los cónyuges, o


producido el fallecimiento, mientras subsiste la indivisión
postcomunitaria se aplican las reglas de la indivisión
hereditaria.

Si la comunidad se extingue en vida de ambos cónyuges,


la indivisión se rige por las normas que veremos a
continuación22.

Respecto a la administración de los bienes, el artículo 482 expresa que si


los cónyuges (o excónyuges) no han acordado “las reglas de administración
y disposición de los bienes, subsisten las reglas del régimen de
comunidad”23.

Sin embargo, se establece que los copartícipes deben “informar al otro su


intención de otorgar actos que excedan de la administración ordinaria de
los bienes indivisos”24, pudiendo el otro formular oposición.

Medidas protectorias

22 Art. 481, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
23 Art. 482, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


24 Art. 482, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


Según lo dispuesto por el art 483:

En caso de que se vean afectados sus intereses, los


partícipes pueden solicitar, además de las medidas que
prevean los procedimientos locales, las siguientes:
a) la autorización para realizar por sí solo un acto para el
que sería necesario el consentimiento del otro, si la
negativa es injustificada;
b) su designación o la de un tercero como administrador
de la masa del otro; su desempeño se rige por las
facultades y obligaciones de la administración de la
herencia.25

Son medidas que se establecen para asegurar el derecho del cónyuge a


participar en la mitad de los bienes gananciales que se encuentran en la
masa de administración del otro (Herrera y Lorenzetti, 2015).

Uso de los bienes indivisos

En la etapa de indivisión, es necesario establecer quién y qué uso le debe


dar a los bienes indivisos.

En este sentido, según el artículo 484:

Cada copartícipe puede usar y disfrutar de los bienes


indivisos conforme a su destino, en la medida compatible
con el derecho del otro.

Si no hay acuerdo, el ejercicio de este derecho es


regulado por el juez.

El uso y goce excluyente sobre toda la cosa en medida


mayor o calidad distinta a la convenida, solo da derecho a
indemnizar al copartícipe a partir de la oposición fehaciente,
y en beneficio del oponente.26

25 Art. 483, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
26 Art. 484, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


Frutos y rentas

Respecto a los frutos y rentas de los bienes indivisos, el Código establece


que estos acrecen a la indivisión. Por ello, el copropietario que los percibe
debe rendir cuenta y el que tiene el uso o goce exclusivo de alguno de los
bienes indivisos debe una compensación a la masa desde que el otro la
solicita (art. 485).

Responsabilidad de los cónyuges

En las relaciones con terceros acreedores, durante la indivisión


poscomunitaria, se aplican las normas de los artículos 461, 462 y 467 sin
perjuicio del derecho de estos de subrogarse en los derechos de su deudor
para solicitar la partición de la masa común.

Es decir que subsisten las normas respecto a la responsabilidad solidaria


por deudas (art. 461), respecto a la administración y disposición de
muebles indispensables del hogar u objetos destinados al uso personal del
otro cónyuge o al ejercicio de su trabajo o profesión (art. 462) y en relación
con la responsabilidad por deudas (art. 467).

Efectos

El artículo 487 establece que “la disolución del régimen no puede


perjudicar los derechos de los acreedores anteriores sobre la integralidad
del patrimonio de su deudor”27.

4.2.6 Liquidación de la Comunidad. Procedimiento.


Recompensa: casos. Valuación de las recompensas.
Cargas de la comunidad. Obligaciones personales de
los cónyuges. Prueba. Liquidación de dos o más
comunidades. Bigamia
La liquidación de la comunidad consiste en el conjunto de operaciones que
se realizan para posibilitar la partición de los bienes gananciales
asegurando a cada cónyuge la satisfacción del derecho que les
corresponde.

27Art. 487, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
La masa poscomunitaria está destinada a ser dividida entre los cónyuges o
sus sucesores. Pero antes de proceder a la partición es necesario
establecer con precisión la composición de la masa por dividir.

Para ello, es necesario:

 concluir los negocios pendientes;


 determinar el carácter de los bienes y fijar su valor;
 ajustar las cuentas entre la comunidad y los cónyuges;
 separar los bienes de cada uno de los cónyuges para finalmente
establecer el saldo partible.

Todo ese conjunto de operaciones es lo que configura la liquidación de la


comunidad (niunomenos.org, s. f., p. 2).

Recompensas

Son indemnizaciones entre los cónyuges con el propósito de asegurar a


ambos esposos la exacta participación por mitades en los bienes
gananciales, igualdad que puede haber resultado afectada por la gestión
durante el régimen tanto en detrimento de los gananciales y a favor de los
propios como en detrimento de los propios y a favor de los gananciales
(Méndez Costa, 1990).

Estas se saldan durante la liquidación de la comunidad, nunca antes de su


disolución.

Según el artículo 488, “extinguida la comunidad, se procede a su


liquidación. A tal fin, se establece la cuenta de las recompensas que la
comunidad debe a cada cónyuge y la que cada uno debe a la comunidad”28.

Casos de recompensas (art. 491)

Según el artículo 491, “la comunidad debe recompensa al cónyuge si se ha


beneficiado en detrimento del patrimonio propio, y el cónyuge a la
comunidad si se ha beneficiado en detrimento del haber de la

28Art. 488, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
comunidad”29. En este sentido, los supuestos que se expresan a
continuación no son taxativos, sino meramente ejemplificativos.

Si durante la comunidad uno de los cónyuges ha enajenado


bienes propios a título oneroso sin reinvertir su precio se
presume, excepto prueba en contrario, que lo percibido ha
beneficiado a la comunidad.

Si la participación de carácter propio de uno de los


cónyuges en una sociedad adquiere un mayor valor a causa
de la capitalización de utilidades durante la comunidad, el
cónyuge socio debe recompensa a la comunidad. Esta
solución es aplicable a los fondos de comercio.30

Valuación de las recompensas (art. 494)

“Los bienes que originan recompensas se valúan según su estado al día de


la disolución del régimen y según su valor al tiempo de la liquidación”31.

Tal como expresa Veloso (2014), es lógico que si las recompensas se


determinan después de la disolución del régimen de comunidad, su
valuación sea realizada al tiempo de la liquidación, lo que elimina todo
problema de desvalorización de la mejora o el cambio del poder adquisitivo
de la moneda.

Cargas (art. 489)

El Código enuncia como deudas comunes, que deben ser computadas


sobre el haber ganancial, las siguientes:

Son a cargo de la comunidad:

a) las obligaciones contraídas durante la comunidad que


no revistan carácter personal,

29 Art. 491, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
30 Art. 491, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


31 Arts. 494, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


b) el sostenimiento del hogar, de los hijos comunes y de
los que cada uno tenga, y los alimentos que cada uno está
obligado a dar;
c) las donaciones de bienes gananciales hechas a los
hijos comunes, y aun la de bienes propios si están
destinados a su establecimiento o colocación;
d) los gastos de conservación y reparación de los bienes
propios y gananciales.32

Obligaciones personales de los cónyuges (art. 490)

Las deudas que se enumeran a continuación deberán ser soportadas por el


patrimonio propio del cónyuge que las contrajo o sobre los bienes que
aquel reciba en la partición de la comunidad.

Son obligaciones personales de los cónyuges:

a) las contraídas antes del comienzo de la comunidad;


b) las que gravan las herencias, legados o donaciones
recibidos por uno de los cónyuges;
c) las contraídas para adquirir o mejorar bienes propios;
d) las resultantes de garantías personales o reales dadas
por uno de los cónyuges a un tercero, sin que de ellas derive
beneficio para el patrimonio ganancial;
e) las derivadas de la responsabilidad extracontractual y
de sanciones legales.33

Prueba (art. 492)

“La prueba del derecho a recompensa incumbe a quien la invoca, y puede


ser hecha por cualquier medio probatorio”34.

Es decir que la prueba incumbe al cónyuge acreedor o sus sucesores si se


trata de recompensa a su favor, y al cónyuge no deudor o sus sucesores si
se trata de recompensa a favor de la comunidad (Veloso, 2014).

32 Art. 489, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
33 Art. 490, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso

de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


34 Arts. 492 y 503, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
Liquidación de dos o más comunidades (art. 503)

Puede ocurrir que se contraiga un segundo matrimonio sin haberse


liquidado la comunidad formada en el primero, y que pendiente esa
liquidación se disuelva la segunda comunidad. En tal caso, debe procederse
a liquidar ambas comunidades, teniendo en cuenta que la parte del bínubo
en la primera indivisión poscomunitaria es bien propio de la segunda
comunidad, y que sus frutos posteriores al segundo matrimonio son
gananciales de este (Belluscio, 2002).

Así, el artículo 503 del CCCN establece que:

Cuando se ejecute simultáneamente la liquidación de dos o


más comunidades contraídas por una misma persona, se
admite toda clase de pruebas, a falta de inventarios, para
determinar la participación de cada una. En caso de duda,
los bienes se atribuyen a cada una de las comunidades en
proporción al tiempo de su duración.35

Bigamia (art. 504)

La superposición de sociedades conyugales puede tener lugar también en


el caso de que el segundo matrimonio se haya celebrado sin estar disuelto
el primero –es decir, cuando hay bigamia– si es que hay buena fe de uno o
ambos contrayentes de aquel (Belluscio, 2002).

Así, el CCCN establece que:

En caso de bigamia y buena fe del segundo cónyuge, el


primero tiene derecho a la mitad de los gananciales hasta la
disolución de su matrimonio, y el segundo a la mitad de la
masa ganancial formada por él y el bígamo hasta la
notificación de la demanda de nulidad.36

4.2.7 Partición de la comunidad. Normas aplicables. Masa


partible. División. Atribución preferencial. Formas de la
partición. Responsabilidad por deudas anteriores
35 Art. 503, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
36 Art. 504, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


La última etapa de la liquidación de la comunidad es la partición, que es el
medio través del cual se convierte el derecho en expectativa a la mitad
indivisa que cada cónyuge tenía en una suma de valores concretos de su
absoluta propiedad (Hollweck, 2014).
En su art. 496, el CCyCN establece que “disuelta la comunidad, la partición
puede ser solicitada en todo tiempo, excepto disposición legal en
contrario”37.

Masa partible (art. 497)

“La masa común, se conforma con los bienes gananciales de uno y otro
cónyuge, a los que se deben deducir las deudas y agregar o deducir los
valores correspondientes a las recompensas” (Herrera y Lorenzetti, 2015,
p. 245).

Así, “la masa común se integra con la suma de los activos gananciales
líquidos de uno y otro cónyuge”38.

División (art. 498)

La masa común se divide por partes iguales entre los


cónyuges, sin consideración al monto de los bienes propios
ni a la contribución de cada uno a la adquisición de los
gananciales. Si se produce por muerte de uno de los
cónyuges, los herederos reciben su parte sobre la mitad de
gananciales que hubiese correspondido al causante. Si todos
los interesados son plenamente capaces, se aplica el
convenio libremente acordado.39

Según Herrera y Lorenzetti (2015), la parte más importante de la norma en


cuestión es la posibilidad de que los cónyuges acuerden la manera en que
se dividirá la masa común. Es decir que la partición por mitades rige a falta
de acuerdo o nulidad de este, gozando los cónyuges (siempre que sean

37 Art. 496, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
38 Art. 497, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


39 Art. 498, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


plenamente capaces) de plena autonomía de la voluntad para acordar
acerca de la división de los bienes gananciales.

Atribución preferencial

Como novedad, el Código Civil y Comercial de 2014 incorpora una norma


que abarca la situación en la cual, sin perjuicio de la partición por mitades,
se permite que uno de los cónyuges requiera la atribución preferencial de
determinados bienes que guarden una íntima relación con alguno de ellos,
como por ejemplo, los bienes relacionados con su actividad profesional
(Bueres, 2015).

Así, el artículo 499 expresa:

Uno de los cónyuges puede solicitar la atribución


preferencial de los bienes amparados por la propiedad
intelectual o artística, de los bienes de uso relacionados con
su actividad profesional, del establecimiento comercial,
industrial o agropecuario por él adquirido o formado que
constituya una unidad económica, y de la vivienda por él
ocupada al tiempo de la extinción de la comunidad, aunque
excedan de su parte en ésta, con cargo de pagar en dinero la
diferencia al otro cónyuge o a sus herederos. Habida cuenta
de las circunstancias, el juez puede conceder plazos para el
pago si ofrece garantías suficientes.40

Formas de la partición (art. 500)

Según el artículo 500 del CCCN, “el inventario y división de los bienes se
hacen en la forma prescripta para la partición de las herencias”41.

Asimismo, “los gastos que ocasionen el inventario y división de los bienes


de la comunidad están a cargo de los cónyuges, o del supérstite y los
herederos del cónyuge premuerto, a prorrata de su participación en los
bienes”42.

40 Art. 499, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
41 Art. 500, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


42 Art. 501, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


Responsabilidad por deudas anteriores (art. 502)

“Después de la partición, cada uno de los cónyuges responde frente a sus


acreedores por las deudas contraídas con anterioridad con sus bienes
propios y la porción que se le adjudicó de los gananciales”43.

4.3 Régimen de separación de bienes

El régimen de separación personal, por el cual pueden optar los cónyuges,


se caracteriza por ser un régimen en el cual la celebración del matrimonio
no influye en la titularidad de los bienes que pertenecen a cada cónyuge,
conservando estos todos los derechos de administración y disposición, sin
injerencia del otro cónyuge (Bueres, 2015).

Sin embargo, debemos recordar que esta libertad que tienen los cónyuges
para administrar y disponer de sus bienes está limitada por el régimen
primario, el cual, como vimos, es aplicable sea que los cónyuges estén bajo
el régimen de comunidad o bajo el de separación de bienes.

4.3.1 Gestión de los bienes. Prueba. Cese. Falta de acuerdo


“En el régimen de separación de bienes, cada uno de los cónyuges
conserva la libre administración y disposición de sus bienes personales,
excepto lo dispuesto en el artículo 456”44. Es decir, uno de los cónyuges no
puede disponer de los derechos sobre la vivienda familiar, ni de los
muebles indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de ella sin el
asentimiento de su cónyuge45.

Respecto a las deudas, el artículo 505 establece que “cada uno de ellos
responde por las deudas por él contraídas, excepto lo dispuesto en el
artículo 461”46. Es decir, “los cónyuges responden solidariamente por las
obligaciones contraídas por uno de ellos para solventar las necesidades
ordinarias del hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos”47.

43 Art. 502, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
44 Art. 505, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


45 Art. 456, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


46 Art. 505, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


47 Art. 461, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


Prueba de la propiedad de los bienes (art. 506)

El artículo 506 establece que “cada uno de los cónyuges puede demostrar
la propiedad exclusiva de un bien por todos los medios de prueba. Los
bienes cuya propiedad exclusiva no se pueda demostrar, se presume que
pertenecen a ambos cónyuges por mitades”48.

Cese del régimen (art. 507)

El artículo 507 establece que “cesa la separación de bienes por la


disolución del matrimonio y por la modificación del régimen convenido
entre los cónyuges”49 (es decirc cuando se opta por el régimen de
comunidad).

Falta de acuerdo (art. 508)

En caso de existir bienes indivisos entre los cónyuges, será necesario


proceder a su partición. En este caso, si existe acuerdo entre las partes, y
estas son plenamente capaces, prima la autonomía de la voluntad. De lo
contrario, no habiendo acuerdo o si las partes no fueran plenamente
capaces, “la partición de los bienes indivisos se hace en la forma prescripta
para la partición de herencias”50.

4.4 Protección de la vivienda familiar


La vivienda y su protección encuentran un lugar privilegiado en nuestra
legislación, atento a ser un derecho humano que debe ser tutelado por el
Estado.

A continuación, desarrollaremos las normas atinentes a la protección de la


vivienda en nuestro Código Civil y Comercial.

48 Art. 506, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
49 Art. 507, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


50 Art. 508, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


4.4.1 Necesidad del asentimiento conyugal. Inejecutabilidad:
excepciones

El artículo 456 in fine establece que “la vivienda familiar no puede ser
ejecutada por deudas contraídas después de la celebración del
matrimonio, excepto que lo hayan sido por ambos cónyuges
conjuntamente o por uno de ellos con el asentimiento del otro”51.

En este sentido, es importante destacar cómo esta norma refleja y recepta


el mandato constitucional acerca de la garantía de protección de la
vivienda familiar.

Así:

Se limita la posibilidad de ejecución de la vivienda familiar


por los acreedores de uno solo de los cónyuges a fin de
evitar que mediante el endeudamiento, el propietario de la
vivienda comprometa a ésta sin intervención del otro
cónyuge. (Medina, 2014).

4.4.2
Afectación al bien de familia: requisitos, legitimados,
beneficiarios, efectos, desafectación y cancelación de
la inscripción
El régimen de bien de familia está regulado en nuestro Código Civil y
Comercial en los artículos 244 y siguientes.

Afectación

Puede afectarse al régimen de bien de familia, un inmueble destinado a


vivienda, por su totalidad o hasta una parte de su valor.

Requisitos:

No puede afectarse más de un inmueble. Si alguien resulta


ser propietario único de dos o más inmuebles afectados,
debe optar por la subsistencia de uno solo en ese carácter

51Art. 456, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
dentro del plazo que fije la autoridad de aplicación, bajo
apercibimiento de considerarse afectado el constituido en
primer término.52

Legitimados

 La afectación puede ser solicitada por el titular


registral, y si el inmueble está en condominio, deben
solicitarla todos los cotitulares conjuntamente.
 La afectación puede disponerse por actos de última
voluntad; en este caso, el juez debe ordenar la inscripción
a pedido de cualquiera de los beneficiarios, o del
Ministerio Público, o de oficio si hay beneficiarios
incapaces o con capacidad restringida.
 La afectación también puede ser decidida por el
juez, a petición de parte, en la resolución que atribuye la
vivienda en el juicio de divorcio o en el que resuelve las
cuestiones relativas a la conclusión de la convivencia, si
hay beneficiarios incapaces o con capacidad restringida.53

Beneficiarios

El artículo 246 establece que:

Son beneficiarios de la afectación:


a) el propietario constituyente, su cónyuge, su
conviviente, sus ascendientes o descendientes;
b) en defecto de ellos, sus parientes colaterales dentro
del tercer grado que convivan con el constituyente”54.

Es importante tener presente que el artículo 247 establece que:

Si la afectación es peticionada por el titular registral, se


requiere que al menos uno de los beneficiarios habite el

52 Art. 244, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
53 Art. 245, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


54 Art. 246, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


inmueble. En todos los casos, para que los efectos subsistan,
basta que uno de ellos permanezca en el inmueble.55

Efectos de la afectación

La afectación es inoponible a los acreedores de causa


anterior a esa afectación.
La vivienda afectada no es susceptible de ejecución por
deudas posteriores a su inscripción, excepto:
a) obligaciones por expensas comunes y por
impuestos, tasas o contribuciones que gravan
directamente al inmueble;
b) obligaciones con garantía real sobre el inmueble,
constituida de conformidad a lo previsto en el artículo
250;
c) obligaciones que tienen origen en construcciones
u otras mejoras realizadas en la vivienda;
d) obligaciones alimentarias a cargo del titular a
favor de sus hijos menores de edad, incapaces, o con
capacidad restringida.

Los acreedores sin derecho a requerir la ejecución no


pueden cobrar sus créditos sobre el inmueble afectado, ni
sobre los importes que la sustituyen en concepto de
indemnización o precio, aunque sea obtenido en subasta
judicial, sea ésta ordenada en una ejecución individual o
colectiva.

Si el inmueble se subasta y queda remanente, éste se


entrega al propietario del inmueble.

En el proceso concursal, la ejecución de la vivienda sólo


puede ser solicitada por los acreedores enumerados en este
artículo.56

Desafectación y cancelación de la inscripción

Según el artículo 255:

55 Art. 247, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
56 Art. 249, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la

Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1


La desafectación y la cancelación de la inscripción proceden:
a) a solicitud del constituyente, teniendo en cuenta que
si está casado o vive en unión convivencial inscripta se
requiere el asentimiento del cónyuge o del conviviente; si
éste se opone, falta, es incapaz o tiene capacidad
restringida, la desafectación debe ser autorizada
judicialmente;
b) a solicitud de la mayoría de los herederos, si la
constitución se dispuso por acto de última voluntad, excepto
que medie disconformidad del cónyuge supérstite, del
conviviente inscripto, o existan beneficiarios incapaces o con
capacidad restringida, caso en el cual el juez debe resolver lo
que sea más conveniente para el interés de éstos;
c) a requerimiento de la mayoría de los condóminos
computada en proporción a sus respectivas partes indivisas,
con los mismos límites expresados en el inciso anterior;
d) a instancia de cualquier interesado o de oficio, si no
subsisten los recaudos previstos en este Capítulo, o fallecen
el constituyente y todos los beneficiarios;
e) en caso de expropiación, reivindicación o ejecución
autorizada por este Capítulo, con los límites indicados en el
artículo 249.57

57Art. 255, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
Referencias
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http://www.nuevocodigocivil.com/wp-content/uploads/2015/02/El-nuevo-
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comparado y concordado. Buenos Aires, AR: Hammurabi.

Herrera, M. y Lorenzetti, R. L. (Dirs.). (2015). Código civil y Comercial de la


Nación comentado (Vol. 3). Buenos Aires, AR: Rubinzal Culzoni.

Hollweck, Medina, G., Rivera, J. (Dirs.) y Esper, M. (Coord.). (2014). Código


Civil y Comercial de la Nación. Buenos Aires, AR: La Ley.

Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable


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Medina, G., Rivera, J. C. (Dirs.) y Esper, M. (Coord.). (2014). Código Civil y


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Méndez Costa, M. J. (1990). Derecho de familia. Santa Fe, AR: Rubinzal


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Niunomenos.org. (s. f.) .Medidas precautorias. Recuperado de


www.niunomenos.org.ar/.../156/B.%20F.%20C%20Z.%20M.%20C..doc

Veloso, S. Medina, G., Rivera, J. (Dirs.) y Esper, M. (Coord.). (2014). Código


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