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salud
y
sexualidad
Rolando Díaz Loving
Susana Robles Montijo
coordinadores
ISBN 978-607-02-2777-6
APOYO TÉCNICO
Prólogo
E
sta obra no hubiera sido posible sin la valiosa colaboración de los
autores que suscriben cada uno de los trece capítulos que
la conforman. A todos ellos expresamos nuestro profundo
agradecimiento, reconociendo sus importantes aportaciones para la
comprensión de la sexualidad humana y la promoción de la salud,
a través de las investigaciones científicas y de alta calidad académica
que desarrollan.
S
alud y sexualidad son dos dimensiones de la existencia humana
cuya complejidad y trascendencia son tales, que históricamente
han movilizando el interés de diversas disciplinas científicas y
artísticas para su comprensión e inclusive, de acciones sociales
y gubernamentales para su control. Ambas dimensiones tienen profundas
implicaciones para el desarrollo humano y potenciarlas puede traer
posibilidades prometedoras para el bienestar de las personas y las
colectividades.
2 Prólogo
familiar y la sociocultura; en este sentido, el tema salud y sexualidad
se vuelve un reto para ser analizado a nivel conceptual, empírico y
desde luego con fines prácticos en beneficio de la población mexicana.
De este modo, el presente libro atiende en forma brillante un tema de
sobrada importancia para nuestro país.
Prólogo 3
Capítulo 1
FACTORES ASOCIADOS A LA CONDUCTA SEXUAL
PROTEGIDA: UNA REVISIÓN
D
e acuerdo con Celis de la Rosa (2003), la adolescencia se ha
considerado una etapa relativamente exenta de problemas de
salud, ya que los adolescentes son el grupo de la población
mexicana que menos servicios de salud utiliza y en quienes menos
defunciones se presentan. Sin embargo, es durante esta etapa cuando
inicia la exposición a una serie de factores de riesgo que pueden dañar
su salud, tales como el consumo de alcohol, drogas y tabaco, consumo
inadecuado de alimentos y sexo sin protección. Tener prácticas sexuales
sin protección puede desencadenar diferentes problemas afectando la
salud sexual de los adolescentes, población altamente vulnerable de
padecer alguna Infección de Transmisión Sexual (ITS), incluido el
VIH/SIDA, o de presentar un embarazo no deseado (Encuesta Nacional
de Juventud, 2006). La evidencia muestra que las ITS entre los
adolescentes y jóvenes han ido aumentando en relación a otros grupos
de la población (Magis, Bravo, Gayet, Rivera & De Luca, 2008), siendo
las más frecuentes la gonorrea y el Virus del Papiloma Humano
(Encuesta Nacional de Juventud, 2006).
6 Salud y Sexualidad
Langer, 2002; Núñez et al., 2003) y corren mayor riesgo de ganar poco
peso durante el embarazo, así como de presentar anemia y
desproporción cefalopélvica (Langer, 2002; Núñez et al., 2003).
Factores psicosociales
8 Salud y Sexualidad
vinculadas al uso del condón, así como los conocimientos sobre ITS y
VIH/SIDA, sobre la adopción de conductas sexuales de protección. Las
investigaciones señalan que las personas que tienen la intención de usar
condón es más probable que lo empleen, al igual que aquellas que
poseen actitudes favorables hacia su uso, que perciben que los otros
están de acuerdo en que lo usen, que se perciben capaces de poder
emplearlo y que poseen creencias positivas hacia su uso. En cambio, el
contar con conocimientos sobre ITS y VIH/SIDA no siempre se relaciona
con el uso del condón. En el cuadro 1.1 se ilustran algunos trabajos que
han abordado el estudio de estas variables psicosociales, la forma en
que las definen algunos autores y el principal resultado respecto a su
asociación con la conducta sexual protegida.
Creencias Certeza o convicción que tienen las Más positivas Robles et al. (2006a,
personas en relación con la hacia el uso 2007a).
veracidad de alguna información del condón,
(Pepitone, 1991). mayor uso del
mismo.
10 Salud y Sexualidad
Un efecto diferencial de las actitudes por sexo y tipo de práctica sexual,
fue reportado por Robles et al. (2006a) con estudiantes universitarios
mexicanos; estos autores encontraron que considerar que el condón
disminuye la satisfacción sexual es un predictor del uso inconsistente del
condón en las relaciones vaginales de las mujeres y en las relaciones
orales de los hombres. En el mismo sentido, López, Vera y Orozco (2001)
encontraron, en 458 adolescentes, que los hombres (63%), a diferencia
de las mujeres (37%), consideran que el uso del condón disminuye
el placer sexual, de tal forma que esta actitud desfavorable hacia el uso
del preservativo se asoció con la conducta sexual no protegida.
12 Salud y Sexualidad
los responsables de la protección durante la relación sexual, mientras que
las mujeres están más de acuerdo en que son ellas quienes debe solicitar
el condón a su pareja al tener relaciones sexuales. Así, en la medida en
que las creencias sean más positivas hacia el condón y se crea que tanto
hombres como mujeres son responsables de su uso, será más probable
que ocurra la conducta sexual protegida.
Factores conductuales
14 Salud y Sexualidad
ya que se requieren habilidades y destrezas para poder ejecutar dichas
conductas. En este sentido, el hecho de que el uso del condón ocurra en
una relación sexual que involucra a dos personas, pone de manifiesto la
necesidad de investigar aspectos que permitan entender la dinámica de
la interacción sexual. En esta dinámica entran en juego la comunicación
que hay entre los miembros de una pareja, así como la forma en la que
negocian el uso del preservativo. Al respecto, la literatura muestra
que existe una asociación entre la comunicación que tienen los miembros
de la pareja sobre diversos temas sexuales y el uso del condón, así como
una relación entre la comunicación que los jóvenes tienen con sus padres
y el desarrollo de conductas preventivas; asimismo, muestra el papel que
juega la forma en la que los jóvenes logran establecer acuerdos con su
pareja sobre el uso del condón (negociación) y la importancia que reviste
el saber usarlo de manera correcta, sobre el desarrollo de la conducta
sexual protegida. En el cuadro 1.2 se ilustran algunos estudios que han
abordado estas variables de tipo conductual; se incluye una definición de
cada variable y el principal hallazgo respecto a la relación que guardan
con el uso del condón.
Habilidad para Uso del preservativo Menor habilidad se Grimley et al. (2005);
usar de tal forma que asocia con el contagio Robles et al. (2006b)
correctamente impida el de ITS.
el condón intercambio de El autoreporte del uso
fluidos genitales consistente del condón
(Robles et al., no significa que se use
2006b). correctamente.
16 Salud y Sexualidad
dichos temas (Moreno et al., 2010). Las variables que, a su vez, se han
asociado con la forma en la que se comunican los padres con sus hijos
han sido el nivel de conocimientos sobre SIDA y sexo seguro, valores
basados en permisividad sexual, la edad de la primera relación sexual y
la experiencia personal que los adolescentes tienen con sus propios
padres sobre comunicación sexual (Lehr, Demi, Dilorio & Facteau, 2005).
Es probable que los padres que no se comunican con sus hijos estén
influenciados por algunos mitos y miedos con respecto a que hablar de
sexualidad incitará a sus hijos a iniciar su vida sexual (Givaudan & Pick,
2005). En cambio, existe evidencia científica que muestra que cuando los
hijos hablan con sus papás sobre temas de sexualidad es menos
probable que tengan la intención de tener sexo y más probable que
tengan la intención de usar condón (Frías, Barroso, Rodríguez, Moreno
& Robles, 2008).
Algunos estudios han demostrado que cuando los padres hablan con
sus hijos sobre temas de sexualidad, generalmente abordan aspectos
que tienen que ver con los riesgos que existen cuando se tiene sexo sin
protección –como por ejemplo infecciones de transmisión sexual, SIDA y
El estilo que tienen los padres para hablar con sus hijos sobre temas
de sexualidad también se ha vinculado con conductas de riesgo. Por
ejemplo, en un estudio llevado a cabo con adolescentes, se encontró que
los jóvenes que reportaron que sus padres eran amigables, atentos y
abiertos, tuvieron menos probabilidades de involucrarse en conductas
sexuales de riesgo, en comparación con los jóvenes que reportaron que
sus padres tenían estilos agresivos o dramáticos (Lefkowitz, Sigman &
Au, 2002). Este hallazgo es entendible si se considera que dicha forma
de comunicarse puede fomentar conversaciones espontáneas y, con
mayor frecuencia, sobre sexualidad entre los adolescentes y sus padres
(Lefkowitz & Stoppa, 2006). De la misma manera, los mensajes que
los padres transmiten a sus hijos pueden contribuir a prevenir que ellos
tangan conductas de riesgo. En un estudio llevado a cabo con 118
mujeres, cuyo objetivo fue identificar la relación entre la comunicación con
padres y prevención de ITS, VIH/SIDA, se encontró que las adolescentes
tuvieron más conductas preventivas en la medida que se comunicaban
con sus madres sobre las presiones que a menudo suelen hacer las
parejas para tener relaciones sexuales, y con sus padres sobre la forma
de resistir esas presiones (Teitelman, Ractliffe & Cederbaum, 2008).
18 Salud y Sexualidad
de sentimientos, deseos, derechos legítimos y opiniones de un individuo
sobre algún tema, sin violar los derechos de otras personas; en este
proceso de comunicación se deben asumir las consecuencias que
resultan de la expresión de tales sentimientos. En el mismo sentido,
Zamboni, Crawford y Williams (2000) llevaron a cabo un estudio en el que
definieron asertividad sexual como la habilidad para expresar y mantener
sentimientos sexuales, creencias e intenciones de tener sexo, y
encontraron que esta asertividad sexual, comparada con la comunicación
sexual en general, fue un mejor predictor del uso del condón.
20 Salud y Sexualidad
Cuando uno de los miembros de la pareja no está de acuerdo en
usar protección, ambos se enfrentaran a un conflicto y la manera de
resolverlo podría depender del estilo que ellos usen para llegar a un
acuerdo sobre el uso de protección. Al respecto, Robles y Díaz-Loving
(2006) evaluaron los estilos de negociación del uso del condón que
empleaban estudiantes de secundaria y preparatoria, y la relación que
éstos tenían con la conducta sexual protegida, determinado las
diferencias por sexo y nivel de escolaridad. Los estilos de negociación
que describen estos autores son los siguientes:
22 Salud y Sexualidad
acuerdo con el Modelo Integral de Fishbein (2000), también resulta
necesario poner atención en las circunstancias específicas en las que
ocurre una relación sexual, las cuales tienen que ver con el tipo de pareja
con la cual se tienen dicha relación, el lugar en el que ocurre y
otras circunstancias que no se reflejan en los factores psicosiciales
ni conductuales que hasta este momento se han comentado. En el
siguiente apartado se revisan algunos estudos que han podido demostrar
el papel que ejercen estas variables contextuales o situacionales en la
predicción de la conducta sexual protegida.
24 Salud y Sexualidad
las relaciones que se dan con pareja regular, también identificadas como
pareja primaria, principal, exclusiva, cercana y estable (Bauman &
Berman, 2005), en las cuales el énfasis está puesto en la cercanía, la
exclusividad y el romanticismo, o bien, se considera como aquella con
la cual existe un vínculo afectivo y con quien se lleva un determinado
tiempo de convivir como pareja (Robles & Díaz-Loving, 2011).
26 Salud y Sexualidad
importantes en el contexto de la prevención de ITS y embarazos no
deseados, ya que entran en juego una serie de elementos que deben
ser estudiados para lograr que las disposiciones biológicas no impidan
el desarrollo de conductas sexuales protegidas. Al respecto, Henderson
et al. (2005) señalan que el uso del condón es una conducta racional y
es incompatible con la pasión irracional del sexo. Posiblemente,
anticiparse a estas circunstancias específicas a través del desarrollo de
habilidades interpersonaes de planeación, sea una vertiente a seguir en la
investigación sobre los factores que impiden o facilitan el uso del
preservativo (Díaz-Loving & Robles, 2009).
Nivel Cada una de las etapas Cuando hay bajo nivel Menkes y
educativo que forman la educación educativo, los jóvenes Suárez (2003);
de un individuo tomando muestran pocos Snelling et al.
como base un promedio conocimientos sobre (2007).
de edad determinada. El VIH/SIDA y uso del condón;
cual al finalizar se le en las mujeres hay una
otorga un certificado de menor planeación de la
acreditación del nivel en relación sexual y una edad
cuestión (Secretaría de más temprana en la
Educación Jalisco, 2009). iniciación sexual.
28 Salud y Sexualidad
Continuación…
Variable Definición Resultado Referencia
Estereotipos Generación de Promueven González y
de género expectativas o comportamientos de riesgo Sánchez
suposiciones sobre un en hombres y mujeres. (2002).
individuo basadas en su
pertenencia a un grupo o
una categoría (Zarate &
Smith, 1990).
Personalidad Características de una Perfiles de personalidad Atkins (2008).
persona que son estables orientados al bajo control se
a través del tiempo asocian con mayor número
(Noar, 2007). de encuentros sexuales sin
protección.
30 Salud y Sexualidad
que las relaciones sexuales ocurren de forma espontánea y romántica y
están exentos de cualquier riesgo y responsabilidad (Ward, 2002).
32 Salud y Sexualidad
2008). Un interesante análisis sobre la relación entre personalidad y
conducta sexual de riesgo se presenta en el capítulo 13 de esta obra.
Conclusiones
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D
e acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención y Control del
VIH/SIDA (CENSIDA, 2005), el uso del condón es una de las
formas más efectivas para prevenir la infección por el Virus de
Inmunodeficiencia Humana (VIH) y otras Infecciones de Transmisión
Sexual (ITS), siempre y cuando no se comentan errores en el momento
de emplearlo y se utilice en todas y cada una de las relaciones sexuales,
es decir, se use de manera consistente. Las estadísticas reportadas por
CENSIDA (2010) ponen de relieve que en México más del 90% de los
casos acumulados de SIDA han sido por vía sexual, lo que lleva a
pensar que gran parte de la población mexicana: 1) no está utilizando el
condón como un método de barrera/protección contra el VIH/SIDA; 2) lo
están usando inconsistentemente; y/o, 3) está siendo erróneamente
utilizado, lo que favorece que el condón se rompa y sea más probable la
transmisión de este virus o de alguna otra ITS.
50 Salud y Sexualidad
Si el individuo se percibe como vulnerable ante el VIH/SIDA y valora la
enfermedad como grave (susceptibilidad percibida + severidad percibida
= percepción de amenaza), entonces la persona considerará llevar a
cabo un comportamiento específico para reducir el riesgo de infección por
este virus, por ejemplo, usar condón (percepción de los beneficios de la
acción); y al mismo tiempo, valorará los obstáculos (costos de la
conducta) relacionados con el uso del preservativo (percepción de las
barreras para la acción), por ejemplo, sentir pena al solicitarlo a la pareja,
tener que interrumpir las caricias para colocarlo, buscar una farmacia
para comprar el preservativo, etcétera. Sin embargo, cuando los
beneficios percibidos por usar preservativo son mayores que los costos o
las barreras, entonces el comportamiento sexual preventivo estará en
condiciones de presentarse. Finalmente, se considera la autoeficacia
percibida, es decir, qué tan capaz se siente la persona para llevar a cabo
con éxito el comportamiento requerido (usar el condón)
para producir los resultados esperados, en este caso, prevenir la
infección por el VIH/SIDA (percepción de los beneficios de la acción +
percepción de las barreras para la acción + autoeficacia percibida =
expectativas sobre la reducción de la amenaza) (Rosenstock et al., 1994).
En resumen, para que ocurra un cambio en la conducta de riesgo de una
persona, debe sentirse amenazada por sus patrones de comportamiento
actuales y creer que un cambio de cierta clase será beneficioso llevando
a un resultado positivo y a un costo aceptable, pero también debe
sentirse competente para llevar a cabo el cambio, es decir creer que usar
condón lo previene del VIH y sentirse capaz de usarlo en sus relaciones
sexuales. Cabe señalar que tanto la percepción de amenaza como las
expectativas sobre la reducción de la amenaza van a depender de
las características sociodemográficas de la persona en cuestión, tales
como su nivel de estudios, edad, sexo, raza, entre otras (Rosenstock et al.,
1994). En la figura 2.1 se ilustra este modelo.
52 Salud y Sexualidad
lo tanto, la percepción de vulnerabilidad es muy baja, de tal forma que no
hay acciones para reducir la amenaza (Moreno & Roales-Nieto, 2003).
Sin embargo, a pesar de ello, el modelo ha aportado los cimientos de
cómo las creencias juegan un papel importante para que se dé un
determinado comportamiento, aunque es necesario ubicarlas dentro de
un contexto más amplio y probablemente así se logre comprender cómo
y qué creencias se relacionan con el comportamiento sexual.
54 Salud y Sexualidad
Figura 2.2. Modelo de Autoeficacia (Bandura, 1999).
Esta teoría propuesta por Fishbein y Ajzen (1975) es una teoría general
del comportamiento humano que establece la forma en la que se
relacionan las creencias, actitudes e intenciones de una persona con su
conducta. El modelo propuesto a partir de esta teoría indica una relación
causal entre las creencias y la conducta del individuo. De modo que la
conducta de usar el condón en una relación sexual está en función de
tener la intención de usar el preservativo, es decir, de percibir
la posibilidad de usarlo en el futuro, por ejemplo, usarlo en la próxima
relación sexual (Ajzen & Fishbein, 1980).
56 Salud y Sexualidad
condón en sus relaciones sexuales) (Fishbein, Middlestadt & Hitchcock,
1994). En resumen, desde esta teoría se plantea que el comportamiento
de una persona está en función de las intenciones que tenga de realizar
dicho comportamiento; las intenciones, a su vez, están en función de la
actitud que tiene la persona para realizar el acto en cuestión y de
la norma subjetiva. En la figura 2.3 se ilustra este modelo.
58 Salud y Sexualidad
comportamiento sexual preventivo (por ejemplo, si se presentó la
posibilidad de tener relaciones sexuales con un desconocido, o si existe
la posibilidad de negociar el condón antes del encuentro sexual); así, el
control conductual percibido, junto con la evaluación de los recursos
personales y las oportunidades de llevar a cabo la conducta, afectarán
directamente la intención de usar el preservativo, y la intención, a su vez,
se relacionará con el comportamiento sexual preventivo o de riesgo
(Fisher & Fisher, 2000).
60 Salud y Sexualidad
de las personas para realizar un determinado comportamiento, en este
caso, para que usen condón en sus relaciones sexuales.
Por lo tanto, desde este modelo se plantea que para que una
persona decida usar un condón en sus relaciones sexuales, debe tener
información sobre por qué debe usar condón; debe estar motivado para
usar condón (actitudes favorables hacia el uso del condón, considerarse
vulnerable para contraer la enfermedad, que los amigos consideren
adecuado el uso del condón), y, además, debe tener las habilidades
conductuales necesarias para lograr usar el preservativo (p.e. saber
negociar con la pareja el uso del condón, saber usarlo correctamente,
etcétera). En la figura 2.5 se ilustra este modelo.
62 Salud y Sexualidad
Figura 2.6. Modelo Integral (Fishbein, 2000).
MODELOS ALTERNATIVOS
64 Salud y Sexualidad
apartado se describen brevemente dos modelos psicológicos que pueden
vincular, de manera congruente, el contexto cultural y el familiar con la
conducta sexual preventiva.
66 Salud y Sexualidad
et al., 2007); y b) el nivel de escolaridad de los padres, bajos niveles de
escolaridad se ha asociado con el comportamiento sexual de riesgo
de los hijos (Vélez-Pastrana et al., 2005).
Con base en este modelo, se plantea que para que una persona
tenga comportamientos preventivos, se requiere analizar no sólo lo que
ocurre en cada uno de estos niveles, sino la interacción entre niveles; por
ejemplo, para que una persona use condón en sus relaciones sexuales
se tiene que indagar sobre cuál ha sido su patrón de comportamiento
sexual habitual, la información que posee sobre prevención del VIH/SIDA,
lo que percibe en torno a contagiarse de VIH, los contextos en los que
tiene relaciones sexuales, si son bajo la influencia de alcohol, drogas, el
tipo de pareja (ocasional/estable), la comunicación de la y con la pareja,
la vinculación entre comportamiento sexuales con la familia y los amigos;
así como la influencia cultural que recibe la persona para tener o no
68 Salud y Sexualidad
transmisión sexual. Las variables que se ubican en el microsistema
fueron actitudes para tomar el riesgo, trastornos conductuales y uso de
sustancias; como parte del mesosistema consideraron el monitoreo
parental, soporte familiar, normas de riesgo del grupo de pares y contacto
escuela-profesor); finalmente, en el exosistema y el macrosistema
consideraron roles de género/dominancia masculina, violencia de la
comunidad e influencia de los medios.
70 Salud y Sexualidad
comunicarse sexualmente con su pareja (Noar et al., 2006; Pérez & Pick,
2006) y para negociar el preservativo (Robles & Díaz Loving, 2006;
Tschann et al., 2010). La intención estaría relacionada con el nivel de
conocimientos que una persona posee sobre VIH/SIDA, ya que al tener
información el individuo valorará los riesgos y su propia conducta
(Catania, Kegeles & Coates, 1990). Estas variables pueden ser ubicadas
en el subsistema individual, sin embargo, éstas están en relación con
otros factores ubicados en otros subsistemas.
72 Salud y Sexualidad
permite también involucrarse afectivamente con ellos; en este sentido, se
vinculan los estilos parentales con la comunicación (control-supervisión a
través de la comunicación) (Huebner & Howell, 2003).
Conclusiones
74 Salud y Sexualidad
individuo se encuentra inmerso. Esto lleva a resaltar el papel mediador
que tienen la familia (Sieverding, Adler, Witt & Ellen, 2009; Stulhofer,
Graham, Bozicevic, Kufrin & Ajdukovic, 2009) y la cultura (Cianelli et al.,
2008; Duffy, 2005; Ida & Zena, 2000; Williams, Ramamurthi, Manago &
Harawa, 2009) en el comportamiento sexual preventivo, por lo que su
influencia no puede ser ignorada.
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84 Salud y Sexualidad
Capítulo 3
APOYO Y SUPERVISIÓN PARENTAL Y CONDUCTA
SEXUAL PROTEGIDA
A
lgunas investigaciones sobre la prevención del VIH/SIDA
mencionan que, para abordar esta problemática, es importante no
sólo trabajar con el individuo, sino que se debe de considerar el
papel que juega la familia, principalmente los padres; ya que éstos
transmiten valores, emociones, afectos, pensamientos, actitudes,
creencias, usos y tradiciones (Acosta, 2003; Ruiz, 2004).
86 Salud y Sexualidad
ya que consideran que los resultados pueden variar a partir de la
etapa que esté viviendo el hijo, centrándose principalmente en hijos
pequeños o adolescentes; asimismo es importante considerar
el tiempo. Por otro lado, es importante preguntar por el periodo de
tiempo e inclusive la frecuencia en el cual se lleva a cabo el monitoreo
(meses, años), ya que según Fishbein y Pequegnat (2000) el tiempo
es un factor que afecta el autoreporte en términos de la validez.
c) Diferencias por género: según el análisis realizado por Jacobson y
Crockett (2000), en la literatura se pueden encontrar diferencias del
impacto del monitoreo parental dependiendo de si los hijos son
hombres o mujeres. La literatura sugiere que hay una asociación
más fuerte entre el monitoreo parental y las conductas de niñas que
de niños; sin embargo, puntualizan que estas diferencias también
pueden ser debidas al tipo de variable que se evalúa, como por
ejemplo la conducta sexual (Geri, Helen, Erin & Fred, 2002).
d) Evaluación respecto a la figura paterna y materna: es fundamental
evaluar el monitoreo y el apoyo con respecto al padre y la madre, ya
que normalmente se le da mayor importancia a la madre, pero se
han encontrado diferencias cuando se evalúan por separado
(Stulhofer, Graham, Bozicevic, Kufrin & Ajdukovic, 2009).
e) Contexto de evaluación: diversas investigaciones que evalúan las
variables familiares parten de contextos norteamericanos (Atzaba-
Poria & Pike, 2008; Baptiste, Tolou-Shams, Miller, Mcbride & Paikoff,
2007; Bersamin et al., 2008; Hutchinson, 2002), y aquellas
investigaciones con población mexicana (Calderón & Alzamora,
2006; Carrera, Lameiras & Rodríguez, 2007; Ruiz, 2004; Sánchez &
Muñoz, 2005) utilizan para su evaluación la traducción de
cuestionarios y escalas que no corresponden a la cultura mexicana.
MÉTODO
Participantes
Criterios de inclusión. Jóvenes que viven con sus padres con el objetivo
de poder comparar las variables familiares sobre el uso del condón en
relaciones sexuales y su relación con el apoyo y supervisión parental.
Tipo de estudio
88 Salud y Sexualidad
Variables
Instrumentos de evaluación
Procedimiento
amor
constancia 100 incondicio…
consejos confianza
50
comunica… comprensi…
0
indispens… buena
cariñosa siempre
importante amigable
Figura 3.1. Percepción de las mujeres sobre el apoyo de la madre.
dinero
100
consejos amor
alimento 80 buena
60
importante 40 incondicional
20
agradecim… necesario
0
moral constante
ayuda educación
cariño confianza
protección comprensión
90 Salud y Sexualidad
Como se puede observar, uno los puntos importantes tanto para los
hombres como para las mujeres sobre el apoyo de la madre, es el amor,
la incondicionalidad, la confianza y la comprensión; y aquellos aspectos
afectivos que resaltan son cariño, protección y confianza. Tanto hombres
como mujeres incluyen que el apoyo es importante, necesario y está
presente siempre.
economico
siempre100 comprensión
80
cercania 60 educación
40
excelente 20 incondicional
0
mucho confianza
constante amor
comunicac… bueno
cariño
familia educación
amor necesario
comprensión
consejos100 apoyo
80
cuidado amor
60
autoridad 40 comunicac…
20
0
preocupac… regaños
responsab… buena
tolerancia confianza
cercania importante
92 Salud y Sexualidad
En el caso de los hombres (figura 3.6), la percepción que tienen
sobre la supervisión de la madre, las definidoras son: buena, constante,
comprensión, cariño, necesaria, sobreprotectora, libertad, educación,
importante, molesta, apoyo, diversión, cuidadosa, atenta, adecuada,
tolerante, tiempo y útil. En lo que se refiere a la supervisión de la madre,
tanto hombres como mujeres la consideran como buena, constante,
comprensión, cariño; las mujeres incluyen regaños, cuidados y consejos,
mientras que los hombres hablan de molesta, libertad y educación.
buena
100
util constante
tiempo 80 comprensión
tolerante 60 cariño
40
adecuada 20 necesaria
0
atenta sobreprote…
cuidadosa libertad
diversión educación
apoyo importante
molesta
cercana ninguna
preocupac… comunicac…
amigable
ninguna
100
responsab… importante
protección 80 apoyo
falta 60 buena
40
amor 20 constante
poca 0 necesario
formación atención
ausente educación
comprensión respeto
estricta liberal
94 Salud y Sexualidad
Finalmente, con base en los resultados obtenidos sobre la
percepción que tienen los jóvenes sobre el apoyo y supervisión del padre
y de la madre, se diseñaron y construyeron los instrumentos de medición,
tomando como base las palabras definidoras ya antes mencionadas.
MÉTODO
Participantes
Criterios de inclusión. Jóvenes que viven con sus padres con el objetivo
de poder comparar las variables familiares sobre el uso del condón en
relaciones sexuales.
Variables e instrumentos
Procedimiento de aplicación
96 Salud y Sexualidad
Procedimiento de validación
RESULTADOS
98 Salud y Sexualidad
Se aplicó la prueba KMO para determinar la adecuación muestral,
resultando significativa (KMO= 0.953, p<.001); una vez con este resultado
se procedió con el análisis factorial. La escala de apoyo materno mostró
un factor único que explica el 57.9% de la varianza total, agrupándose
sólo catorce reactivos de los dieciséis originales (tabla 3.3). La
consistencia interna de la escala fue de Alfa=0.94. Algunos de los
reactivos que se agruparon en esta escala son: amoroso, cariñoso,
constante, confianza, comunicativo, amistoso.
DISCUSIÓN
S
on diversos los motivos por los que los varones pueden presentar
dolor o molestias en su aparato urinario o genital (González,
Vázquez, Delgadillo & Moreno, 2008). Algunos están relacionados
con: 1) malformaciones congénitas (Sebastián & Zarante, 2006);
2) infecciones por bacterias, hongos o virus; 3) inflamación en testículos;
4) enfermedades o padecimientos cuyo tratamiento requiere, además de
fármacos, la intervención quirúrgica; 5) accidentes relacionados con la
actividad laboral o con actividades deportivas de contacto; 6) traumatismos
ocasionados en riñas; y 7) juegos, bromas y maldades que implican
pellizcos, machucones y lanzamiento de objetos, cuya intención es
provocar además de dolor, la burla de la persona que lo recibió.
METODOLOGÍA
RESULTADOS Y ANÁLISIS
Aquí encontramos que la idea del dolor y el temor a sentirlo llevó a Víctor a
anticipar la experiencia de dolor e imaginar que el médico le estaba
ocasionando esta sensación, aún y cuando no se estaba haciendo
contacto con su cuerpo:
Por último, y lo más importante para dos de ellos, era constatar que
no se fuera a realizar una cirugía que atentara en contra de su virilidad,
como lo expresa Carlos: quiero ver, no sea que me vaya a hacer la
jarocha y David: me gustaría estar viendo para que no me lo vayan
a mochar (haciendo referencia al pene).
El dolor postoperatorio
Una gran preocupación tanto del médico como del paciente es el control
del dolor postoperatorio. Las indicaciones de los cuidados se le explican
al paciente en repetidas ocasiones con la finalidad de aclarar sus dudas,
a fin de evitar complicaciones y disminuir molestias estando en su casa.
Sin embargo, la percepción de dolor es variable entre personas. El apego
a las indicaciones médicas no siempre se da. Cabe destacar que algunos
Algunos pacientes señalaron que tal vez continuarían con la práctica del
rasurado del vello genital, porque les había agradado la apariencia. La
mayor queja fue la comezón que les causaba el crecimiento nuevamente
del vello genital. Uno de ellos contó que su hermano le había sugerido
“ponerse cremita o aceitito para el kiwi”, pero como no comprendía a qué
se refería, le pidió aclaración y le explicó que cuando le creciera
nuevamente el vello en los testículos, comparara la fruta que lleva ese
nombre con sus testículos y entonces lo entendería. Con el comentario
anterior podemos ver que con algunos varones con los que se tiene
confianza, sí comparten el hecho de asistir a la vasectomía y aún entre
los consejos que se dan entre ellos para aminorar las posibles molestias,
persiste el sentido de burla sobre la apariencia como consecuencia del
rasurado genital.
Confirmación de la esterilidad
Reflexiones finales
Por otro lado, las experiencias de dolor que han tenido los varones
quedan inscritas, grabadas en su cuerpo y en sus recuerdos, formando
parte de aquél y de éstos, siendo así que para algunos hombres las
formas de manipulación que se realizan en el área genital para el
procedimiento quirúrgico y que les causa molestias o dolor, pudieran ser
interpretados como actos violentos, con todas las reservas que esto
puede tener, ya que como mencionan Ervitri, Castro y Sosa (2007), aquí
están presentes el papel que tienen las construcciones genéricas en
cuanto a la sexualidad masculina y las ideas sobre la violencia sexual.
REFERENCIAS
Córdoba, D.I., Valdepeña, R., Patiño, S.P, Sapién, J.S. & Rosas, J.V.
(2007). Temores de Varones que recurren a la vasectomía sin
bisturí en el Centro de Cirugía Ambularoria del ISSSTE. Revista de
Especialidades Médico Quirúrgica, 12(3), 27-29.
E
s común que mujeres y hombres reduzcan la frecuencia de sus
relaciones sexuales durante el período de embarazo que están
viviendo. Esta disminución en la frecuencia de relaciones sexuales
y la adopción de nuevas posiciones sexuales se vuelven más
prominentes con el avance del embarazo y la aproximación inminente del
parto (Aslan G., Aslan D., z lyar, spahi & Esen, 2005; Brtnicka, Weiss &
Zverina, 2009; Onaha, Iloabachiea, Obib, Ezugwuc & Ezea, 2002;
Von Sydow, 1999).
Por ello, el objetivo del presente estudio fue conocer y analizar las
ideas que expresan los hombres en virtud de las cuales transforman su
comportamiento erótico y sexual con la compañera durante el embarazo.
MÉTODO
Participantes
Nombre Edad Origen Reside Religión Edo. civil Estudios Ocupación Hijos
Distrito Distrito
Andrés 31 Católica Casado Licenciatura Jefe administrativo Hijo de 11 meses
Federal Federal
Distrito Distrito Empleado
Juan 31 Católica Casado Secundaria Hijo de 6 meses
Federal Federal nocturno
Edo. de Edo. de Supervisor en 2 hijas: de 8 y de 4
Alberto 32 Católica Casado Secundaria
México México abarrotes años
Distrito Distrito Hijo de 4 años, hija de
César 35 Católica Unión libre Carrera técnica Repara sinfonolas
Federal Federal 1 año
Edo. de Edo. de
Axel 27 Católica Padre soltero Secundaria Cargador Hijo de 9 años
México México
Edo. de Edo. de Ejecutivo de un Hijo de 6 años e hija
Tadeo 36 Católica Casado Bachillerato
México México banco de 4 años
Edo. de Edo. de Técnico 2 hijos: de 4 y de 2
Bruno 30 Católico Unión libre Bachillerato
México México electricista años
2 hijas: la primera
Edo. de Trabajos
Rafael 20 Veracruz Cristiana Casado Secundaria falleció, la otra tiene
México esporádicos
1 año
Edo. de Maestro de la Hijo de 30 años, hija
Leo 49 Hidalgo Cristiana Separado Primaria
México biblia de 27 años
131
Se les prometió un uso científico y confidencial de la información que
proporcionaran y que sus nombres reales serían cambiados por
pseudónimos, todo lo cual se cumplió.
RESULTADOS
(1) Nuestro móvil en ese tiempo fue para tener mejor al bebé,
para no perderlo, ¡tantos años y como dicen por una
calentura perderlo! Dije “No, prefiero a mi hijo, prefiero
aguantarme en no tener relaciones a perder algo que durante
años he estado esperando”.
(2) Ya habíamos buscado y buscado y nada, entonces ella
quedó resentida en ese aspecto… Empieza a decir la gente
muchas cosas y ella agarró “Hay que suspenderlas, ¿no?”,
“Pues para mí está bien –le digo– por aquello que dicen que
si los picas abres la puerta y se salen más fácil”.
Eliminación del sexo al final del embarazo. Fue común que al final del
embarazo los varones redujeran de manera pronunciada o tendieran a
eliminar las relaciones sexuales que incluyen la penetración, aún en
contra de su propio deseo sexual:
DISCUSIÓN
REFERENCIAS
E
studiar la sexualidad humana se hace indispensable si se toma en
consideración que las interacciones sexuales entre las personas
pueden favorecer la cercanía en las relaciones de pareja y el
sentirse bien con uno mismo y con la pareja. Tal como ha sido sugerido
en la literatura (Sprecher, 2002) los sentimientos de satisfacción con los
aspectos sexuales contribuyen en la satisfacción general que se tiene con
la relación afectiva y con la estabilidad que puede lograrse a través del
tiempo. Empero, también es cierto que en la misma medida en la que el
tener relaciones sexuales puede provocar reacciones positivas en las
personas y vivirse de una forma reforzante y estimulante, en algunos
casos las reacciones pueden llegar a ser negativas y provocar estrés,
insatisfacción y conflicto (Impett, Peplau & Gable, 2005).
Cuando se alude a las razones y motivos por los cuales las personas
tienen sexo casual, la postura socioevolutiva ofrece explicación en términos
de los varones, quienes, como ya se dijo, tienen una mayor tendencia a
buscar más vínculos sexuales a corto plazo, asegurándose únicamente de
que las mujeres tenga potencial reproductivo y ellos inviertan poco en el
proceso, a menos que exista el interés de criar a los hijos (Buss, 2003).
Pero en el caso de las mujeres, como sugieren García y Reiber (2008), es
mucho más difícil explicar tal proceso, es decir, ¿por qué las mujeres
buscan sexo casual? Al menos desde la mirada tradicional se asumiría que
las mujeres buscan relaciones a largo plazo que precisamente garanticen
la posibilidad de tener los recursos y la protección para su progenie.
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 151
Considerando lo anterior, uno de los hechos más importantes dentro
del tema de la conducta sexual seguramente es el que la mayoría de los
comportamientos sexuales de hombres y mujeres en la actualidad suelen
alejarse de las expectativas e implicaciones que tiene el dimorfismo
sexual (García & Rieber, 2008). Es decir, más allá de estos lineamientos
socioevolutivos, resulta fundamental considerar que el sistema de
emparejamiento y de establecimiento de vínculos sexuales entre hombres
y mujeres tiene una alta dependencia al contexto específico, aunado a
que presentará variaciones según el tipo de relación de la que se hable (a
corto o largo plazo). En ese sentido, es factible que dada la complejidad
del contexto y la forma en la que socialmente ha evolucionado el proceso
de emparejamiento, muchos de los lineamientos socioevolutivos quedan
de lado o se vuelven menos relevantes a la hora de explicar este tipo de
conductas. Como lo sugieren García y Rieber (2008),la conducta sexual
se coloca justo en una intersección entre la biología (incluyendo
anatomía, fisiología, neurología y endocrinología), psicología y normas
culturales, así como la accesibilidad y facilidades que se dan en torno a la
posibilidad de establecer relaciones románticas y reproductivas.
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 153
aproximación) y otras personas se enfocarían en evitar estados negativos
(es decir, emplean el sistema de evitación). En el contexto de la motivación
sexual, lo que Impett et al. (2005) sugieren es que la gente puede llegar a
tener sexo por motivos vinculados a la búsqueda de resultados positivos,
como por ejemplo, búsqueda de placer personal, la felicidad de su pareja o
el fortalecer la intimidad en una relación de pareja. En tanto, algunas
personas pueden tener sexo porque pretenden evitar resultados negativos,
como puede ser no querer sentirse frustrados sexualmente, evitar que la
pareja pierda el interés en la relación o evitar un conflicto en la pareja.
Por lo tanto, las motivaciones que las personas tienen para decidir
tener sexo con alguien parecen ser cruciales en la posibilidad de
experimentar una mayor satisfacción, cercanía y menor conflicto o todo lo
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 155
mayor intimidad y ganar aprobación por parte de la pareja (Cooper,
Shapiro & Power, 1998; Hill & Preston, 1996). Lo anterior es relevante
porque los estudios sobre la sexualidad humana han dado pauta a
entender la manera en la que se intercepta la construcción social de los
géneros con la conducta sexual.
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 157
respecto es lo que sugieren Leiblum y Sachs (2002), quienes
precisamente señalan que al igual que los varones, las mujeres también
buscan excitación, variedad y estimulación sexual. Sobre todo las
mujeres jóvenes quieren placer, aunque es cierto que al final quieren algo
más porque precisamente en la identidad femenina se enfatiza el
protegerse más que el experimentar placer. No obstante lo anterior, la
autora sugiere que en la última mitad del siglo, las mujeres al tener un
mayor acceso educativo, han incrementado y cambiado sus expectativas
en torno a tener una pareja. Hoy las mujeres tienen una mayor posibilidad
de vivirse con la sensación de libertad, deseo y elección. Dentro las
posibilidades, hoy es factible elegir trabajar de tiempo completo o medio
tiempo, ir a la escuela, tener sexo casual, cohabitar con una pareja
hombre o mujer. Y al parecer el prospecto de una vida reproductiva en
donde el sexo se convierte en un vehículo para tener un hijo o una familia
es una meta distante para muchas mujeres y hombres. En contraste a lo
que plantearía una mirada socioevolutiva, muchas mujeres no buscan en
la cama a cada hombre guapo o atractivo que ven, sino que hay muchos
otros factores involucrados en la decisión de acostarse o no con alguien.
Inclusive las autoras sugieren que las mujeres jóvenes reportan tener
sexo tanto por razones positivas como negativas, por ejemplo: pasar un
rato agradable, sólo de paso, porque les gusta la persona, por obtener
una mejor calificación, por amor, porque estaba tomada y sola, porque
estaba caliente o porque estaba buscando pasar un buen rato.
1
Esta investigación está en proceso a nivel nacional, actualmente no se cuenta todavía
con toda la información y algunas de las variables que son de interés para analizar
como prácticas sexuales, escolaridad, estado civil, tipo de relación y diferencias según
los contextos socioculturales no son incluidos en el presente capítulo. Únicamente
se presentan los hallazgos con los cuales se dispone hasta el momento en la Ciudad
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 159
qué tipo de motivos ofrecen hombres y mujeres para tener relaciones
sexuales, cómo describen sus encuentros sexuales en función de esos
motivos y qué vinculo tienen los motivos que externan con el número de
parejas que han tenido, el tiempo en la relación y la edad de los
participantes.
MÉTODO
Participantes
Instrumento
RESULTADOS
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 161
Tabla 6.1. Motivos sexuales reportados de mayor a menor
frecuencia por parte de hombres.
MOTIVOS SEXUALES n FRECUENCIA
Amor 54 31
Apetito sexual 54 30
Placer 54 28
Alcohol y fiesta 54 23
Ganar experiencia 54 18
Atracción 54 14
Curiosidad 54 13
Motivos altruistas 54 13
Afecto 54 12
Emociones positivas 54 12
Lúdico 54 11
Mejora del yo 54 9
Emociones negativas 54 9
Por mantener o mejorar la relación 54 9
Fines reproductivos 54 9
Conveniencia 54 8
Presión social 54 8
Facilitadores externos 54 7
Voluntad y temperamento 54 6
Apuesta 54 3
Machismo 54 3
Evitar emociones negativas 54 2
Conquista y seducción 54 2
Forzada / obligación 54 2
Costumbre y rutina 54 2
Ingenuidad 54 2
Error 54 1
Preferencia sexual 54 1
Infidelidad 54 1
Al realizar una “ji cuadrada” (χ2) para evaluar las diferencias que eran
estadísticamente significativas en los tipos de motivos reportados por
ambos sexos, se encontró que básicamente hay 5 motivos principales en
los que hombres y mujeres pueden diferir. Como se muestra en la tabla 3,
las mujeres apelan más al amor como un motivo importante (χ2=4.90, gl=1;
p=.027), en tanto son los hombres quienes en mayor medida aluden al
tener sexo con fines reproductivos (χ2= 4.00, gl=1; p=.045), tenerlo por
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 163
efecto del alcohol y la fiesta (χ2=14.413, gl=1; p=.000), por las apuestas o
juegos, y, finalmente, por aspectos ligados con el yo (sentirse galanes,
necesitados de autoestima o valorados gracias al sexo) (χ2=4.00, gl=1;
p=.045). Sin lugar a duda, las mujeres, entonces, siguen dando una gran
importancia a la parte afectiva, en tanto los hombres refieren factores de
carácter externo e interno, predominando la cosmovisión del sexo como
algo que queda fuera de los afectos y la voluntad y se coloca más en
perseguir un fin o dadas las circunstancias “externas”.
¿Cómo se asocian entre sí los motivos que dan hombres y mujeres y qué
tipo de agrupaciones de motivos resultan similares o disímiles entre
hombres y mujeres?
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 165
razón. O bien, si la razón principal gira en torno a motivos altruistas o
búsqueda de emociones positivas, en ambos casos, se acercan otros
motivos como son el amor (r=.169, r=.169, respectivamente), al apetito
sexual (r=.127, r=.155, respectivamente). Se hace más evidente hacia el
grupo de mujeres que del de hombres, que hay una mayor similitud entre
los motivos que se dan para tener sexo. Es decir hay una mezcla de todo.
Empero existen motivos que son suficientes por sí mismos y que guardan
una gran distancia con el resto de motivos, a saber, fines reproductivos,
apuestas, emociones negativas como el despecho o la venganza, la
mejora del yo, la presión social y el resto de motivos que quedan en la lista.
VOLUNTAD 19
FACILITA 20
EMONEGAT 13
MEJORAYO 14
CONVENIE 18
APUESTA 12
PRESOCIA 15
LUDICO 11
RELACION 8
FINREPRO 9
EMOPOSIT 17
ALTRUIST 16
AFECTO 2
CURIOSID 6
ATRACCIO 3
EXPERIEN 7
ALCOHOLF 10
PLACER 4
AMOR 1
APETITOS 5
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 167
curiosidad, posteriormente el amor combinado con el apetito sexual y
finalmente como motivo independiente el placer de tener sexo.
VOLUNTAD 13
INGENUID 14
ALCOHOLF 9
ALTRUIST 11
LUDICO 10
EXPERIEN 7
EMOPOSIT 12
AFECTO 2
RELACION 8
ATRACCIO 3
CURIOSID 6
AMOR 1
APETITOS 5
PLACER 4
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 169
para tener sexo (r=.364), de la misma manera en la que aspectos
ligados al machismo (tener sexo por sentirme viril) se incrementan
conforme la población entrevistada tiene mayor edad (r=.347) o mayor
tiempo en su relación (r=.405). 2
2
Todas las correlaciones presentadas fueron estadísticamente significativas con un
nivel de significancia de .01.
Tabla 6.3. Motivos sexuales reportados por hombres y mujeres que son
coincidentes con el sistema de aproximación-evitación.
MOTIVOS VINCULADOS AL MOTIVOS VINCULADOS AL
SISTEMA DE APROXIMACIÓN SISTEMA DE EVITACIÓN
• Amor • Establecimiento y
• Afecto mantenimiento de la relación
• Placer • Apuesta
• Apetito sexual • Evitar emociones negativas
• Curiosidad • Emociones negativas
• Ganar experiencia • Presión social
• Establecimiento y • Motivos altruistas*
mantenimiento de la relación*
• Lúdico
• Mejora del yo
• Motivos altruistas*
• Emociones positivas
• Conveniencia
• Machismo
*Motivaciones sexuales que pueden tener un fin de aproximación y evitación a la vez.
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 171
persiguen un objetivo no dejan en claro cuál es el fin último, si de
aproximación o evitación, por ejemplo, fin reproductivo, tener sexo
forzado o por obligación, tener sexo por preferencia sexual, por
ingenuidad o por error.
Tabla 6.4. Motivos sexuales reportados por hombres y mujeres que aluden a
aspectos individuales, relacionales y contextuales que se interceptan
con el sistema de aproximación-evitación.
MOTIVOS SEXUALES APROXIMACIÓN EVITACIÓN
INDIVIDUALES • Placer • Evitar
(motivación de • Curiosidad emociones
beneficio personal) • Ganar experiencia negativas
• Mejora del yo • Emoción
• Emociones positivas negativa*
• Apetito sexual
• Lúdico
• Preferencia sexual*
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 173
amor a la pareja (amor), hacerla sentir bien, deseada o complacerla
(motivos altruistas) o buscando que la relación crezca (establecimiento o
mantenimiento de la relación). Por supuesto, es factible que estos motivos
también persigan como objetivo el evitar problemas en la relación o con la
pareja y por ello pueden ser ubicados en el sistema de evitación. En las
respuestas otorgadas por los y las participantes, se aludía, por ejemplo, el
hecho de querer contentar a la pareja o evitar la rutina haciendo cosas
diferentes para tener relaciones sexuales.
DISCUSIÓN
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 175
comportamiento sexual. Básicamente los motivos aportados por hombres
y mujeres no sólo refieren componentes de carácter evolutivo sino
también socio-normativo, es decir, también se evidencian pautas de
comportamiento dictadas socialmente que regulan la forma en la que
ambos sexos viven su sexualidad. Evidentemente el placer físico y sexual
no constituyen el único motor para tener relaciones sexuales, y si bien
hay coincidencia en los principales motivos que son reflejados por los
estudios citados a lo largo de este capítulo (a saber; reproducción, placer
de la pareja, promover intimidad, descargar tensión sexual, obtener
experiencia sexual, experimentar conquistas o impresionar a los pares),
también es cierto que el contexto sociocultural se vuelve fundamental en
la consideración de los hallazgos.
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 177
prevalencia en la idea del binomio amor-sexo, empero también se
refleja la búsqueda de placer, su alejamiento del propósito reproductivo
y retoma elementos asociados al propio bienestar. En el caso de los
hombres, aunque en la literatura se sugiere que lo hacen por disminuir
la tensión, complacer a la pareja o conquistar, también se observa que
existe una búsqueda del sexo como una manera de expresar el afecto y
sentirse amados.
Como corolario, queda claro, aun con una muestra sesgada en edad
y educación en un ecosistema tradicional colectivista, que aún hay
vestigios de las motivaciones originales de reproducción y protección que
han marcado la evolución de la especie. Empero, la dialéctica de
biológica y cultura se deriva en variadas formas que no responden a la
REFERENCIAS
Los motivos por los que mujeres y hombres tienen sexo 179
Hill, C., & Preston, L. (1996). Individual differences in the experience of
sexual motivation: Theory and Measurement of dispositional sexual
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Ward, L. (2003). Understanding the role of entertainment media in the
sexual socialization of American youth: A review of empirical
research. Developmental Review, 23, 347-388.
L
os seres humanos pasamos la mayor parte del tiempo en contacto
con otros humanos. Compartimos casi todo en compañía de
personas cercanas, llámese familia, amigos y compañeros
de trabajo. Desde los tiempos de nuestros ancestros que escalaban
árboles y comenzaban a caminar erguidos en las planicies de África,
hemos vivido nuestras vidas con otros grupos humanos, cazando en
grupos, cocinando, comiendo juntos y criando a los niños en conjunto con
otras familias. Derivado del proceso evolutivo, los humanos somos
entonces seres excepcionalmente sociables y gregarios; de casi todos los
fenómenos estudiados en las ciencias sociales y conductuales, son las
relaciones cercanas y el poderoso impacto que ejercen en la salud física
y psicológicalo que ha interesado y motivado a muchos investigadores a
comprender este fenómeno. Las experiencias afectivas y cognoscitivas
se manifiestan básicamente en función de relaciones interpersonales. El
“yo” incluyendo los valores, disposiciones y tendencias conductuales son
delineadas por las relaciones cercanas.
Por otro lado, se han realizado algunos estudios que refieren como
la selección sexual y la elección de pareja es diferente para hombres y
mujeres –aunque también se observa esto en otras especies– dado que
la inversión parental es distinta para cada sexo. En este sentido,
retomando la teoría de Trivers (1972), los hombres buscarán más
variedad sexual para replicar sus genes a un costo relativamente bajo.
En cambio, las mujeres son más selectivas puesto que pueden
embarazarse de un hombre que no se comprometa o no invierta en su
descendencia, esto tendría un costo muy alto. Existe una vasta literatura
que evidencia que las mujeres son menos ansiosas que los hombres a
participar en sexo promiscuo. Por ejemplo, Clark y Hatfield (1989)
hicieron un experimento en donde tenían un confederado y una
confederada que preguntaba a los estudiantes de una universidad lo
siguiente: ¿Salimos esta noche?, ¿Quieres venir a mi departamento?
y ¿Quieres acostarte conmigo? Aproximadamente la mitad de las
mujeres dijeron que sí a tener una cita, pero sólo el 3% fue receptiva de
ir con un hombre a su apartamento y ninguna dijo sí a ir a la cama con
el confederado.
MÉTODO
Participantes
Instrumento
RESULTADOS
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
REFERENCIAS
Allen S. J., & Bailey, K. G. (2007). Are mating strategies and mating
tactics independent constructs? Journal of Sex Research, 44(3),
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mate attraction tactis deployed. Personality and Individual
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the evocation of anger and upset. Journal of Personality and Social
Psychology, 56(5), 735-747.
Buss, D. (1994). Evolution of desire: Strategies of human mating. Nueva
York. Basic Books.
E
l ser humano requiere de vincularse con los demás tanto para
sobrevivir como para desarrollarse de manera eficiente, de ahí que
tenga necesidades afectivas de diferente naturaleza que buscan
concretarse a través de diversas fuentes. Según la taxonomía de López
Sánchez (2009), estas necesidades pueden agruparse en tres grandes
rubros: 1) la necesidad de seguridad emocional, que se satisface
primordialmente a través de las relaciones de parentesco o familiares; 2)
la necesidad de pertenencia, la cual se solventa mediante relaciones que
se establecen con los iguales y con los miembros de la comunidad, y se
cristaliza en los vínculos de amistad; y 3) la necesidad amorosa y sexual,
la cual se satisface con la pareja.
3
Cualquier comunicación relacionada con esta publicación favor de dirigirse a:
gina.garcia.rodriguez@gmail.com
sutil o menos explícito) y en la experiencia del contacto físico (intimidad
corporal) y del placer sexual (en un nivel más evidente o explícito). De
esta manera, en la vida en pareja se hace posible integrar la experiencia
afectiva del amor con el intercambio erótico-sexual, las cuales puede
vivirse en la cotidianidad de manera simultánea o no.
Manía
Eros Ludus
Ágape Pragma
Storge
Figura 8.1. Estilos de amor de Lee (1977).
Aunque puede haber amor sin sexo y sexo sin amor (Barrios
Martínez, 2005; Regan, 1988, en Hendrick & Hendrick, 1998), teóricos
e investigadores sociales coinciden en que el amor y la sexualidad –
aunque experiencias distintas en términos cualitativos– están
íntimamente relacionados (Aaron & Aaron, 1991; Giraldo, 2002; Hendrick
& Hendrick, 1986). En la última mitad del siglo XX, el vínculo entre amor y
sexo se materializaba socioculturalmente mediante el estándar de
‘abstinencia’ –el sexo es inapropiado antes del matrimonio– y en el ‘doble
estándar’ –el sexo antes de matrimonio es más aceptado en hombres
que en mujeres– (Reiss, 1960, 1967, en Sprecher, Christopher & Cate,
2006). Actualmente, el nexo entre amor y sexo se plasma en la premisa
de permisividad con el criterio del afecto, la cual señala que el sexo es
Participantes
Instrumentos
En cuarto lugar, los datos revelan que entre mayor sea el estilo
amoroso pragmático, mayor serán el contacto físico (no genital) y las
conductas de seducción que se practiquen. En este sentido, Fisher
(2004) señala que lo pragmático al amar no se relaciona con el ejercicio
de la sexualidad; sin embargo, lo hallado en este estudio sugiere que el
amor pragmático podría tener que ver con expresiones sexuales sutiles o
menos explícitas –como lo serían el contacto físico no genital y la
seducción. García-Rodríguez y Anaya-González (2004) reportaron que el
estilo pragmático se relaciona con la falta de exclusividad sexual, con un
mayor número de parejas sexuales y con una sociosexualidad más
abierta (permisividad), fenómenos que requieren de la ocurrencia previa
de conductas de seducción y contacto físico. Si el amante pragmático
busca principalmente cubrir sus necesidades y expectativas personales
(Lee, 1977), podría pensarse que el contacto físico y la seducción le
sirven como vías socialmente aceptadas para satisfacer sus necesidades
sexuales, con la ventaja de que estas prácticas pueden llevarse a cabo
con diversas personas y en distintos tipos de relaciones, y no
necesariamente implican intimidad física ni emocional. Por último, hay
que notar que los estilos amorosos agápico y maniaco no mostraron
asociación alguna con ninguna de las conductas sexuales ni con el
número de parejas sexuales, lo que probablemente obedece que la
sexualidad no constituye un elemento fundamental en ninguna de estas
formas de vivir al amor.
REFERENCIAS
Aron, A., & Aron, E. (1991). Love and sexuality. En McKinney, K., &
Sprecher, S. (Eds.) (1991). Sexuality in close relationships. USA:
Lawrence Erlbaum Associates, Publishers.
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Bogaert, A., & Sadava, S. (2002). Adult attachment and sexual behavior.
Personal Relationships, 9, 191-204.
Buss, D. (1985). Human mate selection. American Scientist. 73, 47-51.
A
l estar en la base de la reproducción, las relaciones amorosas
entre los seres humanos son tan antiguas como el ser humano
mismo, la sensación de “las mariposas en el estómago” ha existido
desde nuestros antepasados y siempre se ha manifestado. De hecho, la
mayoría de los seres humanos en uno o varios momentos de sus vidas
han estado involucrados en alguna relación amorosa, siendo evidente la
importancia que tienen tanto en las sociedades, como en los individuos.
La combinación de evolución biológica y cultural deviene a que en la
actualidad, la relación de pareja puede llegar a ser una de las relación
más cercanas que se tenga en la vida, ya que la mayoría de los seres
humanos a partir de la adolescencia empiezan a experimentar este tipo
de relación y generalmente las viven a lo largo de toda su existencia. En
este sentido, la antropóloga Helen Fisher (1992) afirma que nueve de
cada diez seres humanos no solo tienen relaciones cercanas derivadas
de la necesidad reproductiva, sino que contraen matrimonio al menos una
vez en la vida como vestigio de la necesidad de protección, lo que nos
indica la trascendencia de este tipo de relación en el mundo social.
MÉTODO
Participantes
Ejecutores de
35% 36% infidelidad
Receptores de
infidelidad
Sin vivencia de
29% infidelidad
Instrumentos
Procedimiento
RESULTADOS
100
80 H Ejecutores
60 M Ejecutoras
H Receptores
40
M Receptoras
20
H Sin infidelidad
0
Deseo de Infidelidad Deseo de Infidelidad M Sin infidelidad
Emocional Sexual
100
Ejecutores
80
Receptores
60 Sin infidelidad
40
20
0
InsatisfacciónInestabilidad Ideoloía Impulsividad Apatía
100
80 Infieles
60 Receptores
40
Sin infidelidad
20
0
Trasgresión a Sentimiento de Insatisfacción Amor hacia
la relación pérdida otro(a)
Figura 9.6. Conceptos de infidelidad de las mujeres de la muestra.
Conclusiones
REFERENCIAS
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S
egún la teoría del apego (Bowlby, 1969/1982, 1973, 1980), el ser
humano nace equipado con cinco sistemas conductuales: apego,
apoyo, exploración, sexo y afiliación; encaminados a mejorar sus
probabilidades de sobrevivencia y éxito reproductivo. Aunque todos
sirven a la misma meta supraordinada, cada sistema cuenta con un
objetivo y estrategias específicas para cumplirlo. La función particular del
sistema de apego es proteger al individuo de las amenazas del ambiente
y conservar un estado de equilibro emocional manteniendo la proximidad
con otro organismo más capacitado para enfrentar las amenazas del
ambiente, llamado figura de apego. Bowlby (1973) propuso que el
funcionamiento de este sistema se basa en un conjunto de creencias
formadas a partir de la eficacia con que la primera figura de apego
resolvió las necesidades de apego durante la infancia, llamadas modelos
de funcionamiento interno. Un cuidador sensible y responsivo a las
necesidades del individuo favorece la creencia de que el individuo es
merecedor de la protección y afecto de los demás (modelo del sí mismo
positivo) y que los otros son personas confiables, que le brindarán el
apoyo que se merece cuando los necesite (modelo de los otros positivo).
Estas evaluaciones positivas promueven el sentido de seguridad del
apego, una sensación dominante de que el mundo es un lugar seguro,
que las figuras de apego son útiles cuando se acude a ellas y que es
posible explorar el ambiente e interactuar con otras personas de forma
efectiva y disfrutable. Si, por el contrario, la figura de apego responde de
manera inconsistente a las necesidades del individuo, siendo algunas
veces intrusiva y otras negligente, el individuo tiende a considerarse poco
merecedor del afecto y protección de los demás (modelo del sí mismo
negativo). Finalmente, si el cuidador es negligente ante las necesidades
del individuo, éste introyecta una desconfianza generalizada en la
disponibilidad y buena voluntad de los demás (modelo del otro negativo).
Por otro lado, ante una figura de apego poco sensible y responsiva,
el fracaso de la búsqueda de la proximidad como un medio para aliviar el
estrés se hace evidente y se desarrollan estrategias de regulación
emocional secundarias. Las personas con altos niveles de ansiedad
tienden a adoptar estrategias de hiperactivación; caracterizadas por
la exageración de las señales de amenaza, dificultad para diferenciar
entre contextos inocuos y amenazantes, actitud rígida hacia la
incertidumbre e intensos esfuerzos por mantener la proximidad con las
figuras de apego (Shaver & Mikulincer, 2002; Shaver & Mikulincer, 2007).
La hiperactivación transforma la solución del problema en algo irrelevante
e incluso podría involucrar el deseo de perpetuar las situaciones
problemáticas, pues la solución del problema diluye la imagen de una
persona indefensa e incompetente, dando como resultado la pérdida de
atención y apoyo de las figuras de apego (Shaver & Mikulincer, 2007).
Por otro lado, las personas altas en evitación tienden al uso frecuente de
estrategias de deactivación, caracterizadas por la negación de sus
necesidades de apego, inhibición de la búsqueda de proximidad,
supresión de las amenazas que podrían activar el sistema de apego y
determinación a manejar el estrés sin ayuda. Al desviar la experiencia
consciente de las emociones desagradables (lo que Bowlby, 1980, llamó
exclusión defensiva), los evitantes previenen la integración de los eventos
negativos en sus estructuras cognoscitivas, limitando la posibilidad de ser
usados efectivamente en el procesamiento de la información y alcanzar
una solución del problema efectiva (Shaver & Mikulincer, 2007). A través
Así mismo, es probable que la ansiedad del apego esté asociada con
un estilo de aproximación hacia la sexualidad complejo y ambivalente. Ya
que el sexo es una ruta obvia a la cercanía e intimidad, los ansiosos
podrían sostener una actitud positiva hacia el sexo y usarlo como un
medio para resolver sus necesidades de seguridad y amor no resueltas.
Sin embargo, mientras se concentran en sus propios deseos de
protección y seguridad, podrían tener problemas para responder con
precisión a los deseos y preferencias de una pareja sexual. Su imagen
negativa de sí mismos, sus preocupaciones acerca del rechazo y la
desaprobación y sus dificultades regulatorias podrían dificultarles el
estado de relajamiento y apertura sexual, haciendo menos intenso
el placer sexual. Para ellos la activación sexual podría estar acompañada
de preocupaciones y dudas sobre su atractivo sexual, el grado en que
son queridos y valorados, su habilidad para satisfacer a su pareja y
percepción de falta de sensibilidad y responsividad de su pareja para
resolver sus deseos sexuales. Su intenso deseo de cercanía generaría un
Motivos sexuales
La orientación del apego también afecta las razones de una persona para
tener sexo (Mikulincer & Shaver, 2007). Mientras que los adolescentes
altos en ansiedad tienen sexo para evitar el rechazo de sus parejas, los
evitantes reportan que su primer intercambio sexual fue motivado por el
deseo de perder la virginidad, cuyo objetivo pudo ser incrementar su
autoestima o la aceptación de sus pares, más que acercarse
psicológicamente a su pareja (Tracy et al., 2003). Durante la edad adulta,
los ansiosos señalan el deseo de fortalecer la cercanía, asegurar a la
pareja, reducir el estrés y manipular a la pareja. Los evitantes tienen sexo
por razones de auto-afirmación, como encajar en su grupo social, ceder a
la presión de sus pares y poder alardear al respecto (Schachner &
Shaver, 2004), más que para fortalecer la cercanía y asegurar la relación
con sus parejas (Davis et al., 2004). En ellos se observa una tendencia al
sexo casual y sin compromiso motivado por el deseo de prestigio y auto-
afirmación logrado a través de actividades sexuales, libres de cualquier
deseo de intimidad (Cooper et al., 2006). Cooper et al. (2006) también
encontraron algunas diferencias por sexo en los efectos longitudinales de
la ansiedad sobre las conductas y motivos sexuales. Por un lado, las
mujeres con altos niveles de ansiedad del apego reportaron haber
tenido sexo durante la adultez temprana para fortalecer su autoestima
y satisfacer a sus parejas; irónicamente, también reportaron más
infidelidad sexual. Por otro lado, los hombres ansiosos reportaron mayor
uso del sexo para fortalecer su autoestima o enfrentar emociones
negativas durante la adolescencia y menos infidelidad sexual durante la
adultez temprana. Estos hallazgos sugieren que minimizar la intimidad y
ganar prestigio social y poder parecen ser motivos importantes que
gobiernan las relaciones sexuales de los evitantes; mientras que los
La ansiedad del apego interfiere con el sexo seguro (Mikulincer & Shaver,
2007). Los adultos ansiosos sostienen creencias negativas sobre el uso
del condón (p.e. son aburridos y reducen la intimidad), lo usan poco, se
involucran frecuentemente en actividades sexuales desviadas y dolorosas
(masoquismo), perciben bajo riesgo de contraer VIH y están poco
dispuestos a modificar sus prácticas sexuales riesgosas (Bogaert &
Sadava, 2002), como consumir alcohol y drogas antes del sexo (Feeney
et al., 2000), y en ellos se observan tasas elevadas de embarazos no
deseados durante la adolescencia (Cooper et al., 1998). Al parecer, esto
señala que el deseo de los ansiosos de acercarse a sus parejas sexuales
esperando no “apagarlas” los conduce a poner en riesgo su propia salud
y la de sus parejas (Mikulincer & Shaver, 2007).
Coerción sexual
Gratificación sexual
Infidelidad
El presente estudio
Participantes
Instrumentos
Hipótesis
Procedimiento
RESULTADOS
DISCUSIÓN
Por otro lado, el estilo evitante reportó creencias más positivas hacia
la infidelidad que el seguro, pero éstas no se tradujeron en más
conductas de infidelidad. Por un lado, las creencias positivas del evitante
representan el componente cognitivo de las actitudes menos
constructivas hacia el amor romántico que sostienen (Mikulincer &
Shaver, 2007) y a pesar de que tales creencias se han documentado
como un factor que hace más probable el involucramiento en relaciones
extra pareja (Weis & Felton, 1987; Weis & Slosnerick, 1981), puede ser
que para el evitante incluso el acercamiento mínimo necesario para
establecer una relación física representa una amenaza de intimidad,
como lo sugieren sus bajos niveles en formas de amor eróticas (Doherty,
Hatfield, Thompson & Choo, 1994, en Mikulincer & Shaver, 2007).
REFERENCIAS
D
oña Mary tiene casi cien años, le gusta contar la historia de su
vida, de hecho tiene buena memoria. Recuerda a sus padres y a
sus amigos de la infancia; la vida en el campo, la tranquilidad, el
sonido de la hierba y el calor del sol de mediodía sobre su rostro. La vida
era dura, la vida del campo exigía trabajo constante, poca comida y
pocas oportunidades de salir adelante. Recuerda también su vida de
casada, las jornadas en la milpa e, incluso, cuando conoció a su esposo.
Ella no lo conocía bien, de hecho, el día que la raptó fue la segunda
ocasión que lo había visto. La primera vez fue en el pueblo, él estaba
comprando algo y ella regresaba de la jornada, apenas si había cruzado
una mirada con él, no una sonrisa no, que hubiera pensado la gente, que
hubiera pensado él. La segunda vez, recuerda, ya es historia, llegó por la
noche a su casa, se metió a la fuerza, se la llevó en contra de su
voluntad, nadie pudo hacer nada, todos estaban durmiendo. Sólo uno de
sus hermanos se despertó con un sobresalto y salió a ayudarla. Recibió
una bala en la pierna durante la persecución, una herida que hasta el día
de su muerte lo hizo cojear.
Para Hill (2009) a través de los años se ha dado una confusión entre
los términos de sexo no consensual, coerción sexual y violencia sexual,
aunque las definiciones aún son heterogéneas y ambiguas. Sin embargo,
lo que cierto es que representan un continuo de conductas que van desde
la amenaza, violencia verbal, contacto físico no deseado hasta en
situaciones extremas el uso de la fuerza física. Aunque muchas veces
estos términos se sobrelapan; por ejemplo, la violación sexual está
caracterizada principalmente por la amenaza o uso de la fuerza física,
Tabla 11.1. Respuestas dadas por hombres y mujeres con referencia a las
tácticas utilizadas por los chicos
¿Qué hace un chico para presionar a una chica para tener relaciones
sexuales?
MUJERES P.S. HOMBRES P.S.
Sustancias: emborracharla, 418 Chantajes: "como mujer tienes 721
drogarla que cumplir" "¿me quieres?" "no
me amas" "si me quisieras"
"prueba de amor"
Chantajes: "si me quieres” 400 Amenazas: "te dejaré" "buscaré 528
"prueba de amor" “no me a otra" "terminaremos"
quieres” “hay otra
Tabla 11.2. Respuestas dadas por hombres y mujeres con referencia a las
tácticas utilizadas por las chicas.
¿Qué hace una chica para presionar a un chico para tener relaciones
sexuales?
MUJERES P.S. HOMBRES P.S.
Seducción no deseada: incita, 706 Seducción no deseada: 877
provoca, excita, besa lo seduce frente a otros, se le
insistentemente, se le avienta, se pega, se le encima, da besos
desnuda insistentemente, toca, insinúa,
baila, Vestirse
provocativa/sexy
Amenazas: con hacerlo con otro, 280 Chantajes: "no me quieres" 406
con irse, con suicidarse "si me quisieras" " voy a
buscar a alguien más"
"prueba de amor"
Chantajes: "no me quieres" "si 265 Amenazas: dejarlo, matarse 280
me quisieras" "prueba de amor"
Sustancias: emborracharlo 252 Manipula 156
Miente: engaña, dice muchas 174 Cuestiona su sexualidad 149
mentiras
Sustancias: emborracharlo 146
DISCUSIÓN
REFERENCIAS
Además de todas las actividades por las que los seres humanos
pueden apasionarse no se puede ignorar la pasión sentida hacia otra
persona conocida como pasión romántica y descrita y estudiada por
variadas disciplinas (Aron & Aron, 1991; Westermarck, 1921) y que se
caracterizará en este capítulo. Para su descripción vale la pena indicar
que para algunos autores la pasión romántica es producto de la
interacción entre la biología, la personalidad y la sociedad (Jankowiak,
1995, en Hendrick & Hendrick, 2000), representa los impulsos vinculados
al romance, a la atracción física, a la actividad sexual (Madey &
Rodhgers, 2009), a besar y a acariciar, al deseo sexual, a la felicidad, a
euforia, al afecto, al interés y a la preocupación por el otro (Swensen,
1972), así como conductas orientadas a metas, gran motivación y
energía, atención focalizada (Fisher, 1998); empero, que también se ha
asociado con estados de depresión, de dificultades para dormir y para
concentrarse (Dion & Dion, 1973), falta de apetito (Fisher, 1998) y de
emociones y conductas intensas, extrañas y desviadas (Schaeffer, 2000),
pensamientos obsesivos acerca del amado, atracción exacerbada
durante la adversidad en la relación (Fisher, 1998).
MÉTODO
Muestra
Los resultados se analizaron por escolaridad y por sexo, esto es, que
primero se presentan las definidoras dadas por las mujeres de manera
separada, las que cursan secundaria, preparatoria y licenciatura, y
posterior a las tablas separadas se presenta una figura que contiene las
coincidencias de los tres grupos de mujeres. Del mismo modo se
presentan los resultados de los hombres, agregando, además, otras
cuatro figuras que agrupan a todos las mujeres y los hombres de
secundaria, a todos las mujeres y los hombres de preparatoria, a todas
las mujeres y los hombres de licenciatura y una última que agrupa tanto
a las mujeres como a los hombres de los distintos niveles de escolaridad.
Amor
Senti-
Deseo
mientos
Satisfac-
Atracción
ción
PASIÓN
Ternura Sexo
Caricias Cariño
Entrega Besos
Amor
Respeto Deseo
Pareja Sexo
PASIÓN
Senti-
Entrega
mientos
Atrac-
Cariño
ción
Senti-
Sexo
mientos
Querer Cariño
Atrac-
Caricias ción
Besos
Amor
Pareja Deseo
Atrac-
Placer ción
Sexo
Respeto
PASIÓN
Satisfac- Entrega
ción
Senti- Cariño
mientos
Ternura Besos
Caricias
Amor
Gusto Deseo
Senti- Atrac-
mientos ción
PASIÓN
Romance Sexo
Fuerza Cariño
Pareja Entrega
Amor
Senti-
Deseo
mientos
PASIÓN
Cariño Sexo
Entrega Atracción
DISCUSIÓN
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York: Yale University Press.
U
na de las metas vitales en la psicología de la personalidad, es
identificar las dimensiones más importantes en las que los
individuos difieren. Al revisar la literatura psicológica, es evidente
el interés generado por los rasgos de la personalidad ya que es un
factor crucial en el comportamiento de los seres humanos. Entre otras
razones, porque los atributos personales preceden y dirigen a los
patrones de conducta que los individuos muestran a través de las
situaciones. Históricamente, dos de los criterios más influyentes para
determinar esta influencia han sido el criterio léxico y el criterio basado
en la personalidad (Schmitt & Buss, 2000).
Por otra parte, Wright y Reise (1997) reportan que las personas altas
en extraversión, bajas en amabilidad, y bajas en neuroticismo tienden a
estar orientadas a relaciones de periodos cortos. De hecho, Costa,
Fagan, Piedmont, Ponticas y Wise (1992) encontraron en una población
clínica, que las personas altas en neuroticismo tienden a presentar más
problemas de funcionamiento sexual, que aquellas bajas en neuroticismo.
Asimismo, refieren que las personas extravertidas tienden a exhibir un
mayor impulso o deseo sexual que las personas introvertidas. De la
misma manera, Schmitt y Buss (2000) refieren que los hombres que
reportaron tener un alto compromiso en la exclusividad de su relación
Existe la percepción común de que las actitudes sexuales difieren con base
al género; específicamente, los hombres presentan actitudes sexuales más
permisivas mientras que las mujeres tienen actitudes más conservadoras
(relativamente) hacia el sexo. Existen investigaciones que confirman esta
percepción, indicando que efectivamente los hombres tienen actitudes más
permisivas hacia el sexo que las mujeres (especialmente sexo casual
y premarital) (Chara & Kuennen, 1994; Clark & Hatfield, 1989; Hendrick, S.,
Hendrick, C., Slapion-foote & Foote, 1985; Oliver & Hyde, 1993).
Masculinidad – Feminidad
Control
Instrumental Emotivo-
Instrumental Instrumental Instrumental- Instrumental- Instrumental- Expresivo- Romántico Vulnerable- externo-
Orientado al Negativo-
Cooperativo egocéntrico Machismo Autoritarismo Rebelde social Afiliativo soñador emocional pasivo-
logro Egocéntrico
negativo
Atractivo-
.071 -.002 -.152 -.144 -.140 -.081 .029 -.017 -.192* -.126 -.130
Involucrado
Perverso .014 -.057 -.058 -.095 -.080 -.160 .095 -.010 -.095 .008 -.041
Atractivo-
.150 .042 -.209* -.240* -.193* -.169 .076 -.019 -.243* -.186 -.168
Sexual
Conquistador .057 .048 -.210* -.192* -.162 -.094 .046 -.001 -.181 -.146 -.070
Liberal .063 .015 .176 -.148 -.155 -.105 .006 -.042 -.192* -.121 -.123
Infiel .045 .024 -.103 -.050 -.059 -.159 .078 .019 -.117 .075 -.009
Personalidad sexual
Masculinidad -.006 -.039 .165 .035 -.028 -.079 .049 -.020 .082 .037 .000
Restricción
.102 .085 -.154 -.223* -.160 -.179 .200* .081 -.173 -.058 -.039
Sexual
Diversidad-
.104 .085 -.012 -.183 -.058 -.202* .144 .073 -.100 .069 -.107
327
Sexual
Tabla 13.2. Correlaciones entre a escala de masculinidad feminidad y personalidad sexual en hombres.
Masculinidad – Feminidad
Control
Instrumental Emotivo-
Instrumental Instrumental Instrumental- Instrumental- Instrumental- Expresivo- Romántico Vulnerable- externo-
Orientado al Negativo-
Cooperativo egocéntrico Machismo Autoritarismo Rebelde social afiliativo soñador emocional pasivo-
logro egocéntrico
negativo
Atractivo-
.217* .274** .157 -.213* .003 -.266* .183 .220* -.103 -.094 -.282**
Involucrado
Perverso .034 .046 .259* .170 .416** .053 -.041 .062 .044 .011 -.013
Personalidad sexual
Atractivo-
.255* .294** .085 -.182 .053 -.250* .205* .184 -.151 -.083 -.284**
Sexual
Conquistador .271** .333** .090 -.236* -.001 -.369** .245* .222* -.173 -.139 -.336**
Liberal .061 .163 .170 .088 .151 -.056 -.003 .039 -.007 -.183 -.240*
Infiel .003 .017 .197 .130 .334** .012 -.099 .064 .078 -.012 .028
Masculinidad -.120 -.248* .095 .357** .033 .271** -.270** -.278** .086 -.132 .109
Salud y sexualidad
Restricción
.289** .255* -.074 -.299** -.093 -.300** .306** .211* -.240* -.024 -.138
Sexual
Amoroso .403** .370** .016 -.428** -.233* -.446** .416** .389** -.331** -.031 -.331**
Diversidad-
.008 .186 .191 .089 .371** -.016 .030 .137 .111 .096 .021
Sexual
328
En cuanto al factor instrumental machista, se encontraron relaciones
negativas con personalidades sexuales como son atractivo involucrado,
conquistador, restricción sexual y amoroso. Mientras que se observa una
relación positiva con el factor de masculinidad que incluye reactivos como
ser varonil, masculino o macho. El siguiente factor (instrumental
autoritarismo) se conforma por características instrumentales socialmente
indeseables, como ser orgulloso, manipulador, vengativo o terco y en el
caso de los hombres se encontró que se relaciona con rasgos como ser
pervertido, sádico, lujurioso, ninfómano, polígamo y frío por ejemplo,
mientras que la relación negativa con la personalidad amorosa muestra
que no se presentan rasgos protectores o que involucren emocionalmente
a otros. En el factor instrumental-rebelde social, se presentan la
descortesía, el desinterés y la falta de flexibilidad, las cuales caracterizan
y matizan el interés que la persona muestra en la calidad de sus
relaciones interpersonales y se relaciona de manera negativa con las
personalidades de atractivo involucrado, atractivo sexual, conquistador,
restricción sexual y amoroso, ya que estas suponen rasgos de
personalidad que sí permean las relaciones. Por otro lado, existe una
relación negativa con rasgos varoniles, masculinos y machos.
*≤.05 **≤.01
Atractivo-
.188 .191 .157 .364** .251* .149 -.013 .383**
Sexual
Personalidad sexual
Restricción
-.040 .072 .225* .143 .092 -.008 .363** .136
Sexual
Diversidad-
.303** -.014 .069 .021 .326** .111 .299** .091
Sexual
*≤.05 **≤.01
De acuerdo a Schmitt (2002) una de las razones por las que los
atributos de personalidad se asocian débilmente al proceso de la
interacción romántica es porque dichas relaciones involucran un
intercambio complejo, prolongado e intimo de diferentes características.
El impacto que estas características pueden tener depende de cómo son
filtradas, distorsionadas, amplificadas o negadas dichas características
por la pareja (Buss, 1991) o bien puede depender también de la etapa en
la que se encuentra la relación (Rubin, 1973), incluso puede vincularse
también a la manera en la cual la pareja interpreta cognoscitivamente los
rasgos del otro en comparación con otras parejas potenciales (Rusbult,
1983; Thibaut & Kelley, 1959).
Temor -.214**
Alejamiento
Temor
Alejamiento
DISCUSIÓN
Por otro lado, cuando los hombres tienen una personalidad que
tiende a la restricción sexual buscan menos la variedad sexual, es decir la
infidelidad sexual y conductual, y concentran toda su energía en una sola
pareja. De acuerdo a la teoría evolutiva desde la vertiente de la inversión
parental, plantea que esta situación permite proporcionar una mayor
cantidad de recursos y protección a sus descendientes, a través del
compromiso en una sola relación (Trivers, 1972).
REFERENCIAS
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