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cotidiana.
Los estereotipos acerca de los atributos de mujeres y hombres son un grave
problema para la sociedad ya que limitan nuestro potencial para desarrollar
el máximo de nuestras capacidades pues si los aceptamos como guías de
nuestro propio comportamiento nos impedirá que hagamos cosas que
realmente queremos hacer por el “qué dirán”, desanimando, por ejemplo, a
hombres a realizar trabajos que la sociedad considera que son de mujeres o
que se comporten como realmente quieren por miedo a qué harán o dirán
los demás sobre ellos por ser así, ya que según el estereotipo que la sociedad
ha creado los hombres tienen que ser duros, fuertes, deportistas, líderes
natos e insensibles, mientras que las mujeres son todo lo contrario a un
hombre. Y si no encajamos con esas descripciones el resto piensa que puede
juzgarte.
Todo está fomentado por los medios de comunicación, sobre todo por los
anuncios de televisión que nos muestran cada día los estereotipos más
comunes, influyendo en nosotros sin darnos cuenta: mujeres adultas en los
anuncios de productos de limpieza, mujeres normalmente jóvenes y guapas
en los anuncios de maquillaje y alcohol y siendo siempre los hombres los
conductores en los anuncios de coches. Nunca veremos a un hombre en
anuncios de maquillaje porque la sociedad ha impuesto que maquillarse es
de chicas.
Si queremos acabar con los estereotipos lo único que podemos hacer es ser
como queramos ser y nunca juzgar a nadie por ser cómo quieren ser.
Y por eso mismo los estereotipos están presentes en nuestra vida diaria,
queramos o no, estamos rodeados de ellos y a veces ni cuenta nos damos.
Hay estereotipos tanto buenos como malos: