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La Loca de la Iglesia

Según la narración popular fue una mujer a la que dejaron plantada en el altar el día de su boda,
pues su novio llamado Bitico no asistió. Algunos dicen que se arrepintió, otros que no tuvo
suficiente valor para asumir su rol. Los asistentes a la boda cuentan que la mujer lloraba y daba
gritos, mientras se desgarraba la ropa de una manera desesperada.

Desde ese entonces quedó desequilibrada y camina por las calles de Ocumare y las carreteras
aledañas. Lo más curioso es que aún en nuestros días la gente bromista le dice "Bitico no te
quiere", y ella se pone a llorar y a gritar. Es una historia verdadera. Esta señora también es
conocida como "La Loca Eva".

"La loca Eva era dueña de la Casa de los Retazos... Yo se que por un desengaño que tuvo se
puso loca y se pone brava cuando le dicen <Bitico te dejo>' "
Cipriano Alberto Moreno (Historiador y poeta).

"Hay personas que le dicen <<La Loca Eva>>. Hasta donde sé, su novio que era militar, la
dejo plantada en el altar por que le gustaba la muchacha de servicio, y por eso ella
se volvió loca."
Carlina García (Catequista).

El Señor Juan Alberto Paz (Escritor y poeta), comento que esto era pura habladuría de las
personas, ya que para él, este cuento no tiene validez histórica, ni mucho menos validez
científica por que solo son palabras que se van pasando de una persona a otra, e igualmente
en el libro realizado por el Instituto de Cultura Mirandino; "Tradición Oral" notificado por el
Instituto de Patrimonio Popular, nos comenta que los cuentos que contiene "se transmiten de
generación en generación mediante la narración oral de: cuentos, cantos, rezos, leyendas o las
recetas curativas o culinarias."
"Ella no es de aquí de Ocumare, creo yo... Ella viene loca de hace tiempo. Dicen que la
dejaron plantada pero ella no tiene un historial aquí, esos son comentarios de la gente,
una persona que la allá conocido tal vez nos pueda contar."
Jesús Tereso Sánchez (Cacique Mayor de los Indios Coromotanos).

"Lo que le paso fue por un desengaño y cuando ve a algunas mujeres con traje de
novia, se desespera."
José Luís Arandia (Ex Ministro Laico).

Tras una larga investigación la mayoría de las personas entrevistadas coinciden que este cuento
casi en su totalidad es real por que durante largo tiempo es lo que han escuchado pero con
variantes que afectan la historia de que todo esto sucedió en la Iglesia San Diego de Alcalá.

Su paradero era desconocido, debido a que nadie la había vuelto a ver por estos lados, sin
embargo las personas que la conocieron de vista la describen como una persona: de cabello
rubio, aproximadamente de 70 años, de 1,75 metros de altura y de una contextura
medianamente delgada.

Gracias a la colaboración de nuestros lectores, sabemos que "Eva" no se perdió, ella se


encuentra en Santa Teresa del Tuy merodeando las calles de esta localidad.
1. El aroma u olor especial que ya en la misma fecha de muerte y entierro advierten
que emana del cadáver teresiano (1582), se traslada también a cuantos miembros
y trozos de carne se separan de él, como también a objetos con ella relacionados.
El capellán de las monjas carmelitas de Alba, Pablo González, atestiguaba
(13.5.1610) que corazón y brazo estaban guardados en ambos relicarios de plata,
pero que ha advertido y notado, que el olor del corazón es más encendido y acentuado
que el del brazo (BMC 20, 245). Pero incluso ha percibido un fenómeno un tanto
extraño por lo que toca al viril de cristal que lo contiene: por la parte que el corazón
no llega a la vidriera, la vidriera está sana, y por la otra, que es fuerza que llegue al
mismo corazón, al improviso que llega quiebra y salta la vidriera, como lo han hecho
dos o tres vidrieras que se la han puesto (Ibid., p. 246). No es el único que ha
recordado esta rotura o explosión de aquel vidrio que preserva a la víscera del
exterior, como si ésta tuviera todavía fuerza o cierto impulso al que no resiste
cualquier medio.

A imprenta encontramos esta versión, con matices, en una obra de Nemesio Cardellac
publicada en 1876: Movida una hermana lega con especial y grande impulso del Señor, y sin
saberlo las demás religiosas, fue armada de un cuchillo a la preciosa caja en que estaba
depositado el santo cuerpo, y con más amor que destreza abrió brecha en aquel pecho virginal,
y con un valor sobrehumano le arrancó ese bendito y privilegiado corazón en cuya vista y
posesión tanto nos gozamos, y que tantos alientos presta al alma.

Viéndose ya la hermana con el corazón de la Santa en las manos, le colocó entre dos platos de
madera, y lo llevó a su celda; por donde la hermana pasaba con el santo corazón iba
derramando sangre fresca, y un olor tan celestial se esparció por toda la casa, que todas las
monjas acudieron al sitio en que la hermana lo tenía escondido.

Temerosas las monjas del hecho dieron cuenta a los prelados que sintieron mucho el arrojo
de la hermana, y dicen la penitenciaron y la mandaron a otro convento de la Orden. (Texto
de Cardellac reproducido en J. de Lamano, Santa Teresa de Jesús en Alba de Tormes,
Salamanca 1915, p. 355).

Puede ser que la historia legendaria –como decíamos- haya partido del mismo
convento de las carmelitas, que en el siglo XIX ya no sabían ni les constaba lo que
realmente había sucedido a finales del siglo XVI, pero que no acababan de estar
convencidas de esa tradición, a juzgar por lo que escribe la priora al Procurador general
de la Orden del Carmen en Roma, justo un año antes de que saliera el libro de Nemesio
Cardellac, del que hablaremos después: También le remito a Vuestra Reverencia una copia
(que la Madre Josefa Ignacia me sacará) de la tradición que lleva esta santa casa de cómo
sacaron el corazón de Nuestra Santa Madre de su cuerpo, para que la sepa Vuestra Reverencia
antes que salga a luz. Muchos nos han preguntado esto, y unas veces decíamos no se sabía; y
a otras les decíamos la verdad de lo que sabemos por tradición, y yo creo, Padre Nuestro, que
Nuestra Santa Madre quiere se sepa para que no den crédito a las fábulas, como dice Vuestra
reverencia, que andan; y una es la de que frieron en una sartén el Santo Corazón, aunque a
nuestros oídos no ha llegado hasta ahora (27.7.1875). El texto aquí aludido estaba inédito
y ahora lo damos a conocer por primera vez en lugar aparte. Un texto y explicación de
gran valor, porque ha salido del Carmelo de Alba de Tormes.
La explicación, absolutamente fantástica, tuvo una difusión increíble, sobre todo
durante todo el siglo XIX, a la que prestaron atención no pocas personas, incluso
algunas de santidad relevante y hasta muy cultivadas intelectualmente. Y es que ya se
había perdido la memoria de lo sucedido en 1592 según el testimonio de la Priora,
Catalina de San Ángelo, un texto que por entonces era inaccesible al no estar
publicados los procesos de beatificación.

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