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Nombre: Alejandro Gonzalez Bolivar

Código: 201912657

DEL SUEÑO A LA INCERTIDUMBRE

La historia de la filosofía nos ha mostrado que, algunos pensadores han planteado sus

tesis a partir de aquella realidad en constante construcción y transformación denominada

Estado (Restrepo Saldarriaga, 2019). Entre aquellos personajes encontramos dos teóricos

que dan respuesta a unas preguntas de carácter fundamental para comprender de fondo que

es el Estado. El primero es John Locke, este responde a la pregunta, ¿para que el Estado?,

en su obra (Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil), la cual nos dice que el ser humano

“está deseoso de unirse en sociedad con otros que ya están unidos o que tienen intención de

estarlo con el fin de preservar sus vidas, libertades y sus posesiones” (Locke, 2006, p. 124).

En segundo lugar, encontramos a John Stuart Mill, quien responde a la pregunta, ¿Cuál es

el deber del estado?, en su obra (Principios de Economía Política), en la cual, está “la idea

de que el estado debe hacer las cosas de tal modo que estimule y eduque todo elemento de

esfuerzo individual que pueda encontrar” (Mill, 1951, p.836). De este modo procederemos

a observar que a pesar de que haya 158 años de diferencia entre los textos, estos se

complementan de una manera excepcional.

En el texto (Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil), Locke nos habla de un estado de

naturaleza que se caracteriza por la libertad e igualdad de todos los hombres, que a su vez

tiene una ley de la naturaleza que lo gobierna. Esta ley, que es la razón en sí, proclama unos

derechos y deberes para el hombre, como el derecho a defender su vida, a la libertad, y a la

propiedad privada. Aunque los hombres posean esa ley natural, no podemos asegurar que

todos la cumplan y tampoco que respeten los derechos de los demás, sumado a esto en el

estado de naturaleza según Locke (2006), “el hombre está expuesto constantemente a la
incertidumbre y a la amenaza de ser invadido por otros” (p. 125), razón por la cual este

busca ponerse bajo un Estado el cual le otorgué garantías para la preservación de su

propiedad. Para defender su tesis de la necesidad de crear el Estado Locke se basa en 3

fundamentos, el primero es la falta de una ley establecida en el estado natural, que sea

aceptada por todos en común, en segundo lugar, está la falta de un juez público e imparcial

capaz de resolver los conflictos que surjan entre los hombres y en tercer lugar está la falta

de un poder que respalde y de fuerza a la sentencia. Por tanto, llego a la conclusión de que

para Locke, el Estado es necesario para que haya justicia entre los hombres, asimismo

considero a la teoría de Locke una base para la teoría de Mill y el punto de partida del

Idealismo Weberiano.

John Stuart Mill, establece las obligaciones del estado y a que debe limitarse. A lo largo

de su obra (Principios de Economía Política), toma una postura intermedia frente al laisser-

faire, ya que considera que en algunos casos es necesaria la intervención del Estado. Frente

a esto, ha recibido múltiples críticas por su incongruencia, pero en el fondo, Mill estableció

cuales serían los casos en los que el estado debía intervenir y en cuales no, diciendo, a

grandes rasgos que el estado debe actuar “haciendo las cosas que la incapacidad del público

hace recaer sobe el, en forma tal que no tienda a perpetuar esa impotencia, sino a

corregirla” (Mill, 1951, p.836), estos nos dice, en resumidas cuentas, que la obligación del

estado para Mill consiste en ayudar al pueblo, como lo dice Locke en su teoría, pero

ayudándolo de forma en que esta ayuda se convierta en un impulsador de la empresa

privada, generando un sentimiento de autonomía en las personas y sobre todo teniendo en

cuenta que el Estado debe educar al pueblo mas no mantenerlo.


En definitiva, podemos observar la relación entre Locke y Mill, en donde el primero

establece una base donde explica las condiciones que llevaron a la construcción del Estado,

y el segundo extiende esa teoría, mostrando el camino que debe tomar el Estado para no

convertirse en una autoridad totalitarista. De este modo y teniendo en cuenta la cantidad de

años que distancian a estos autores, podríamos llegar a la conclusión de que el Estado es

una entidad inmóvil, que no cambia mucho al pasar de los años, pero si por un momento

observamos nuestra realidad, nos encontraríamos con que los Estados de nuestra década

están un constante cambio, lo que hace que aquellas teorías que de alguno modo llevan a

cabo del idealismo weberiano, caigan en un sinfín de contradicciones, llevándonos hacia

unas serie de preguntas que, en resumidas cuentas, terminan envolviendo la definición de

Estado un ambiente obscuro y de incertidumbre, haciéndonos pensar si alguna vez hemos

vivido en uno.

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