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Hasta después de la segunda guerra mundial no podemos hablar de una psicología evolutiva del
envejecimiento con líneas de estudio solidas e institucionalizadas. Esta relativa tardanza estriba en
parte, en el dominio de un concepto de desarrollo que dejaba escaso margen al interés por la
vejez.
El desarrollo se contempla como un despliegue de las potencialidades de las personas que culmina
en un momento de progresión máxima, al final de la adolescencia o en la adultez, momento en
que la persona presenta unos parámetros de funcionamiento óptimos. Este modelo de desarrollo
se ajusta a los cambios que tienen lugar en la infancia, pero es muy difícil de aplicar a aquellos
cambios que se dan más allá de la adolescencia. Desde este modelo, el desarrollo se entiende que
es propio de unas ciertas fases del ciclo vital y no de otras. La consecuencia es la restricción del
desarrollo psicológico del individuo a aquellas etapas en las que se da maduración o crecimiento
físico (infancia y adolescencia) y el relativo olvido del estudio de las fases vitales posteriores desde
la psicología evolutiva.
Esta concepción maduracionista del desarrollo provoca que cuando se estudia el envejecimiento,
se haga al menos hasta los 70 años, desde un punto de vista también maduracionista asimilándolo
a deterioro y vejez. ( concepto tradicional de desarrollo). Así, mientras el desarrollo implica
maduración y progreso, el envejecimiento, debería implicar involución y deterioro. El resultado de
este concepto biológico de envejecimiento es un modelo de ciclo vital humano con forma de U
invertida con 3 fases diferenciadas:
Fase uno: desde el nacimiento hasta el final de la adolescencia.se caracteriza por aparición,
mejora y progresión general en todas las funciones y estructuras psicológicas del individuo.
(desarrollo)
Fase intermedia: las estructuras y funciones se mantendrán en un nivel óptimo y más o menos
estable, sin cambios significativos.
Última fase: que comprendería las décadas finales de la vida, en la que se experimentaría un
declive de todas esas estructuras y funciones que habían aparecido y progresado en las primeras
fases. Estos cambios “negativos” se etiquetaran como envejecimiento.
Sin embargo ,pensar que el envejecimiento equivale únicamente a declive es una simplificación .
Una serie de autores, en el ámbito de la psicología evolutiva, (años 70) manifestaron su
insatisfacción con los presupuestos del concepto clásico de desarrollo, proponiendo una nueva
perspectiva que tuviera en cuenta la evolución de las persona a lo largo de todo el ciclo vital.
El objetivo del “enfoque del ciclo vital” es reintegrar dentro del campo de estudio de la psicología
evolutiva todas las etapas vitales, reclamando la vida entera como unidad de análisis evolutivo, sin
enfatizar determinadas edades por encima de otras.
Este nuevo concepto de desarrollo presentaría, entre otras cosas, las siguientes características :
Al tratar de evaluar el estadio en el que se sitúan adultos y adultos mayores, los resultados
obtenidos sugieren que estas personas no solo en general tienen más dificultades de las previstas
para resolver tareas, sino que las dificultades parecían aumentar a medida que eran mayores.
Hipótesis de regresión: existiría un declive asociado a la edad y la secuencia de esta declive seria
inversa a la mostrada en el desarrollo cognitivo infantil. Es decir, a medida que envejecemos se
perderían antes aquellas capacidades adquiridas más tardíamente y que son también las más
avanzadas, mientras aquellas de más temprana adquisición perdurarían hasta edades mas
avanzadas.
Cada etapa supone una reestructuración total del sistema cognitivo lo que es ciertamente
incompatible con “marcha atrás “. No podemos saber si los mayores han perdido capacidades
cognitivas que antes tenían o, por el contrario, demuestran una falta de capacidades que nunca
tuvieron.
En los años 80, una serie de investigadores propusieron un nuevo estadio de desarrollo que
caracterizaría el tipo de pensamiento que muestran los adultos; “el pensamiento postformal”. Los
pensadores postformales serían especialmente hábiles en la solución de los ambiguos problemas
de la vida cotidiana, unos problemas complejos en los que estarían implicados factores
emocionales y sociales difícilmente reducibles a entidades abstractas con las que operar de
manera exclusivamente lógica. Este estadio postformal se caracterizaría por el relativismo, la
aplicación de un pensamiento dialectico, una habilidad para extraer de situaciones ambiguas
aquellos aspectos clave que definen el problema y por una mayor integración entre emoción y
cognición.
3) Erickson y las tareas evolutivas: La teoría de Erickson afronta el desarrollo desde una
perspectiva que incluye todo el ciclo vital humano.
-El yo como una entidad unificadora que asegura la coherencia del comportamiento de la persona.
Para el , la función del yo es asegurar el mantenimiento de un comportamiento efectivo, y su
teoría es una propuesta de cómo el yo evoluciona y adquiere cada vez más competencias a lo
largo de la vida.
-Para el, es la sociedad la que funciona como guía en las elecciones del individuo. Su teoría es una
teoría de la relación del yo con el contexto social que le circunda y sus demandas.
Erickson entiende el desarrollo como una secuencia de ocho etapas normativas predeterminadas.
Cada una de esas etapas confronta al individuo con una crisis o dilema de carácter psicosocial. Si el
individuo supera con éxito esa crisis, agrega una cualidad a su yo que le fortalece y le pone en
disposición de afrontar nuevas crisis. Si la crisis no es bien resuelta, dejara residuos neuróticos en
la persona y , de alguna manera dificultara el afrontamiento de nuevas crisis y la incorporación de
las nuevas cualidades. Este polo amenazante que se pone en juego en cada una de las etapas es
para Erickson, necesario para crecer.
-La generatividad: (mediana edad) se relaciona con el compromiso de la persona por la creación y
mantenimiento de algo que vaya más allá de el mismo. Las competencias asociadas al ejercicio de
la generatividad son la responsabilidad y el cuidado. La persona que no es capaz de lograr la
generatividad puede caer en el estancamiento, que supone focalizarse solo en uno mismo,
valorando su comodidad personal por encima de la asunción de nuevos desafíos vitales.
-La integridad: (vejez) se relaciona con la evaluación de la propia vida como todo lo significativo
que ha merecido la pena ser vivido, lo que a su vez permite aceptar la propia finitud y la muerte.
Lograr esta integridad promovería la adquisición de la sabiduría, de lo contrario, una resolución
negativa conllevaría un arrepentimiento y remordimientos en relación a decisiones tomadas en el
pasado.
Las tareas evolutivas implican una estructuración a priori del ciclo vital que explica el parecido en
el desarrollo evolutivo de las personas que pertenecen a la misma cultura.
Critica a la visión clásica del desarrollo. En su lugar se propone un concepto de desarrollo más
complejo y diverso en el que se pueda incluir el cambio a lo largo de toda la vida.
-El crecimiento: visión tradicional del desarrollo como ganancia y niveles de desarrollo cada vez
mas eficientes o complejos.
-La regulación de la perdida: la reorganización del funcionamiento en niveles inferiores tras una
perdida que hace imposible el mantenimiento de niveles anteriores.
Desde la perspectiva del ciclo vital también se ofrece una nueva visión de los determinantes del
desarrollo, es decir de los factores que influyen en la configuración de las trayectorias evolutivas
personales.