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Contradicciones principales

En la lógica formal, la contradicción como proposición, no posee valor de verdad,


es siempre falsa, ej. Llueve y no llueve.

Pero si avanzamos un poco más en el recorrido que iniciamos al analizar el


concepto de dialéctica, en la lógica dialéctica se acepta la presencia simultánea de
pares de fuerzas contradictorias que intentan forzar la realidad en sentidos
opuestos. Entonces la realidad será determinada por la resultante de esas luchas
dialécticas, y cambiará en el tiempo a medida que ellas cambien y que predomine
una u otra. En la búsqueda dialéctica, las contradicciones, avanzan hacia una
síntesis superadora que las contiene.

Veamos a continuación algunos de los pares contradictorios que se presentan en


los procesos grupales y que son, en definitiva, los que tenderán a la promoción
de transformaciones creativas de lo existente, redundando en una mayor -y
mejor- adaptación activa a la realidad.

Las cinco contradicciones fundamentales que aquí abordaremos son las


siguientes: 1) “sujeto - grupo”, 2) “necesidad - satisfacción”, 3) “lo viejo - lo nuevo”,
4) “proyecto - resistencia al cambio”, y 5) “lo manifiesto - lo latente”.

Caracterizadas por el movimiento espiralado, cada situación grupal, cada una de


sus etapas constitutivas que la determinan, va a estar marcada por el predominio
de alguna de estas contradicciones, a la que llamaremos, consecuentemente,
contradicción dominante o principal.

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Sujeto - Grupo:

Conocemos a este par dialéctico como verticalidad (lo referido a la historia


personal del individuo) y horizontalidad (aquello que involucra a todos los
miembros de un grupo). Esta contradicción suele aparecer fuertemente en
las primeras reuniones de un grupo nuevo, jugándose aquí el impacto subjetivo
de cada integrante frente a los demás.

Ser soporte de las escenas transferenciales de los otros es siempre inquietante.

Vemos, además, que un polo está contenido en el otro, pues todo grupo está
integrado por sujetos y en todo sujeto siempre encontramos presente su grupo
interno (familia, maestros, referentes ideológicos, etc.).

Es importante el respeto a la singularidad y a las diferencias, pues un grupo con la


fantasía de ser “todos iguales” logra convertirse en una masa amorfa, ya que
no se discute, no hay oposición… y no hay crecimiento. Jaime Rozenbom dice:
“para ser dos lo mejor es que cada uno sea uno”.

Necesidad - Satisfacción:

Entendemos al individuo como un ser de necesidades, que sólo se satisfacen


socialmente en relaciones que lo determinan.

En los grupos advertimos que cada miembro tiene sus propias necesidades, como
así también puntuales expectativas de satisfacción. La necesidad es el
fundamento motivacional del vínculo. Pues, entonces, nos encontraremos con
necesidades comunes, complementarias y contradictorias. El proyecto grupal será
la estrategia que va a permitir cubrir esas necesidades. Podríamos plantear una
fórmula ideal: a partir de la satisfacción de las necesidades complementarias,
marchemos a la búsqueda de satisfacerlas necesidades comunes, resolviendo
en el trayecto las necesidades contradictorias. Un posible peligro surge en

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grupos donde siempre se está acríticamente “conforme” con lo producido.
Hablamos aquí de estancamiento en la satisfacción.

Lo viejo - Lo nuevo:

Tal como podemos apreciar, lo nuevo tiene muchas veces la tendencia a colocarse
como “enemigo” del sujeto, pues requiere de recursos operativos para su
resolución.

Por apasionante que pueda ser una tarea grupal, siempre está al acecho su par
opuesto: la resistencia. Esta contradicción dialéctica es permanente, es constante.

Un polo está contenido en el otro, pues lo viejo alguna vez fue nuevo y el destino
de lo nuevo es transformarse en viejo.

Desde nuestra óptica psicosocial, en los cambios hay por lo menos tres
momentos de relevancia: a) la negación de aspectos sustanciales de lo viejo; b)
la conservación “de otro modo” de algo de aquello que era lo anterior; y c)
la superación dialéctica y la ulterior emergencia de lo nuevo.

Tal superación es el fundamento principal, la síntesis de un orden superior y


más acabado.

Proyecto - Resistencia al Cambio:

El proyecto es la estrategia para la acción que permitirá la satisfacción de las


necesidades. Implica, por ende, elaborar un futuro adecuado de un modo
dinámico, con un estilo propio y con una concepción que contemple la propia
finitud del individuo. Pero sabemos que toda situación grupal es potencialmente
generadora de ansiedades, produciendo tanto desestructuraciones como
reestructuraciones en sus integrantes. Si ese umbral de ansiedades se eleva
bastante, suele aparecer la resistencia al cambio.

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Frente a la tarea del grupo surgen dos miedos básicos: 1) el miedo a la
pérdida del equilibrio ya logrado; y 2) el miedo al ataque de la nueva situación, en
la que el sujeto no se siente adecuadamente instrumentado. Ambas ansiedades
básicas, que coexisten y cooperan entre sí, configuran -cuando su monto aumenta-
la aludida resistencia al cambio.

Lo manifiesto - Lo latente:

Existen dos categorías de fenómenos que los Psicólogos Sociales debemos


distinguir: por un lado, la dimensión de lo manifiesto o explícito; y por el otro, el
mundo de lo latente o implícito, lo subyacente u oculto.

Ello toda vez que incluimos los contenidos inconscientes para comprender el
acontecer grupal.

Cada miembro del grupo, al hablar “dice más” de lo que voluntariamente


quiere. Más que hablar, somos hablados. Pues, al hacerlo cada sujeto se
hace portavoz -inconscientemente- de sus modelos de pensar, sentir y hacer…
de sus matrices de aprendizaje. Toda vida psíquica es considerada como la
interacción entre aspectos del mundo interno (grupo interno) en permanente
interrelación dialéctica con el mundo exterior.

Aplicando técnicas de acción idóneas podemos lograr hacer explícito


un contenido oculto pues todo pozo, por profundo que sea, empieza por la
superficie.

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