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UNIVERSIDAD DE TARAPACÁ

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y JURÍDICAS

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES

APROXIMACIÓN BIOGRÁFICA-NARRATIVA A LA ELECCIÓN DE

CARRERA PROFESIONAL EN ESTUDIANTES DE PSICOLOGÍA

Memoria para optar al grado de

Licenciado en Psicología

Alumno:

Mauricio Alejandro Marín Gutiérrez

Profesora guía:

Paola Gioanna Muzatto Negrón

Iquique – Chile

2017
A mis abuelos Jorge y Carmen

2
AGRADECIMIENTOS

Recuerdo que cuando comencé este proyecto de investigación supe desde el

inicio que no sería fácil. Eternas fueron las noches e incontables las horas de

mi vida que invertí para darle forma al libro que hoy tienes en las manos.

Asimismo, durante este proceso logré darme cuenta que el concluir mi tesis no

sólo era un último desafío que debía superar para concluir mis estudios

universitarios, también significa una prueba personal. Indagar en las razones

más profundas sobre quién soy y quién quiero llegar a ser y comprender el

trayecto que me condujo hasta este punto fueron los propósitos que me

llevaron a desarrollar este trabajo. En esta búsqueda de respuestas me vi

expuesto ante mi mismidad, llegué hasta el límite de lo conocido, me

transformaba y mi vida pasaba cambiando vertiginosamente, muchas veces

quise darme por vencido. Pero pese a todo, las convicciones son más fuertes

y hoy estoy aquí, fortalecido, triunfante y deseoso de seguir caminando.

Este trabajo significa la culminación no sólo de mi formación profesional,

también representa el cumplimiento de uno de mis más grandes sueños: ser

psicólogo. Por supuesto este sueño no se vería realizado sin la existencia de

todas y todos aquellos que han dejado una huella en mí. No obstante,

aprovecho esta ocasión para dar gracias con todo mi corazón a mis abuelos

Jorge y Carmen por su amor incondicional; a mis padres Germán y Silvana

porque a pesar de todo nunca me dejaron solo; a mi tío Claudio por siempre

creer en mí; a Francy por todos los desafíos superados juntos; a Alvaro,

Gerardo, Ashton y Francisca por demostrarme que las distancias no existen y

que los amigos están en todas; a mis profesores Marcos, José Miguel, María

3
Carla y Paola por su dedicación, paciencia y cercanía; a Verónica por

acompañarme en la recta final; a quienes generosamente me regalaron una

parte de sus vidas y decidieron ser parte de este trabajo.

Agradezco a los que ya no están más, a los que permanecen, a los que se han

ido y a los que aún no llegan, a todos muchas gracias.

4
INDICE

RESUMEN 9

I. INTRODUCCION 10

II. PROBLEMATIZACION 13

III. MARCO TEORICO 21

3.1. La elección de carrera profesional 21

3.1.1. La construcción del proyecto de vida en jóvenes 21

3.1.2. Identidad y elección profesional 24

3.1.3. El ingreso a la universidad 27

3.2. Psicología vocacional y elección profesional 30

3.2.1. Psicología vocacional 30

3.2.2. Sobre el concepto de elección de carrera 35

profesional

3.2.3. Condicionantes de la elección 38

3.3. La elección profesional desde la comprensión 43

evolutiva y posmoderna

3.3.1. Enfoque evolutivo: la elección como proceso 43

3.3.2. Enfoque posmoderno: narratividad y la 54

elección como construcción

3.3.3. Teoría de construcción de carrera de Mark 60

Savickas

IV. OBJETIVOS 68

4.1. Objetivo general 68

4.2. Objetivos específicos 68

V. MARCO METODOLOGICO 69

5.1. Tipo de estudio 69

5
5.2. Enfoque y diseño de investigación 70

5.3. Focos de estudio 71

5.4. Participantes 72

5.5. Dispositivo y procedimiento para la producción de 73

información

5.6. Análisis de la información 74

5.6.1. Análisis Holístico de contenido 76

5.6.2. Análisis Categórico de contenido 76

5.7. Aspectos éticos 78

VI. RESULTADOS 79

6.1. Historias biográfico-narrativas de la elección 79

profesional

6.1.1. Historia de Lorena: Me criaron para ser 80

odontóloga pero termine estudiando psicología

para quedarme con mi familia

6.1.2. Historia de Dante: Al final me di cuenta que 84

la Psicología respondía todas mis dudas

6.1.3. Historia de Julián: Psicología era la idea 88

central

6.1.4. Historia de Anna: Cuando llegue a escoger la 91

carrera no hubo una duda en mi cabeza

6.1.5. Historia de Fabiana: En octavo básico decidí 95

estudiar Psicología, desde ahí mi decisión

no cambia

6.2. Temáticas compartidas por los participantes 98

6.2.1. Fundamentos biográficos de la elección 99

profesional

6
6.2.2. Problemáticas, conflictos e inseguridades del 103

mundo social

6.2.3. Tendencias personales asociadas a la elección 106

profesional

6.2.4. Intereses personales y académicos 111

6.2.5. Aproximaciones personales a la Psicología 115

6.2.6. Elección de carrera profesional 121

6.2.7. Implementación de la elección profesional 130

6.2.8. Significados asociados a la elección profesional 137

6.2.9. Cambios personales asociados a la formación 139

profesional

6.2.10. Metas proyecciones profesionales posterior 141

al ingreso a la universidad

VII. CONCLUSIONES 145

7.1. Sobre el desarrollo de la elección profesional de los 145

estudiantes de psicología

VIII. DISCUSIONES 168

IX. REFERENCIAS 173

X. ANEXOS 188

10.1. Documento de consentimiento informado 188

10.2. Guion de entrevista 191

10.3. Códigos de transcripción 196

10.4. Temáticas y significados compartidos por los 197

participantes

7
INDICE DE TABLAS

Tabla 3.1. Proceso de admisión a las universidades 29

Tabla 3.2. Síntesis de enfoques en psicología vocacional 33

Tabla 3.3. Etapas de desarrollo y tareas vocacionales de Super 50

Tabla 5.1. Caracterización de los participantes 72

INDICE DE FIGURAS

Figura 3.1. Condicionantes de la elección de carrera 42

Figura 7.1. Desarrollo de la elección de Psicología como carrera 161

profesional

Figura 7.2. Proceso de implementación del proyecto y la elección 163

8
RESUMEN

Autor: Marín Gutiérrez, Mauricio Alejandro, 2017.

Título: APROXIMACIÓN BIOGRÁFICA-NARRATIVA A LA ELECCIÓN DE


CARRERA PROFESIONAL EN ESTUDIANTES DE PSICOLOGÍA

Iquique, Chile: Universidad de Tarapacá. Actividad de Graduación para optar


al Grado de Licenciado en Psicología.

La presente investigación tuvo por objetivo analizar el proceso de la elección


de carrera profesional en estudiantes de Psicología. Este proceso es
conceptualizado como un fenómeno anclado al desarrollo de la propia vida y
que tiene fuertes implicancias identitarias, lo que resulta coherente con la
adopción de un enfoque metodológico biográfico-narrativo. En el estudio
participó un grupo de siete estudiantes de Psicología de una universidad
estatal de la ciudad de Iquique. Los datos fueron producidos utilizando
entrevistas semiestructuradas y trabajados por medio del análisis narrativo.

Entre los hallazgos más relevantes encontramos que existe un conjunto de


antecedentes biográficos (eventos y quiebres vitales) que fundamentan de
manera directa o remota la elección profesional de los participantes. Asimismo,
la necesidad de darle continuidad a la propia vida a partir de estas experiencias
incide en el desarrollo de disposiciones personales hacia la comprensión del
ser humano e intereses por las humanidades lo que orienta esta vía
profesional. Finalmente se identifica un conjunto de experiencias que les
aproximan a la Psicología y reafirman la intención de seguir estar carrera. La
conclusión se centra en exponer como los diversos elementos identificados
configuran la elección de los participantes hasta que dan inicio a su formación
profesional. En tanto, la discusión expone los alcances y limitaciones de la
investigación, desprendiéndose reflexiones que permitan complementar los
hallazgos y abordar fenómenos relacionados.

Palabras claves: Elección profesional – Narrativa – Estudiantes de

psicología

9
I. INTRODUCCIÓN

El propósito de este trabajo consistió en analizar el proceso de elección de

carrera profesional que siguió un grupo jóvenes estudiantes universitarios de

la licenciatura en Psicología residentes de la ciudad de Iquique.

La elección de carrera universitaria o profesional progresivamente se ha

posicionado como un hito presente en la trayectoria de miles de jóvenes

chilenos que acceden a la educación superior en búsqueda de la realización

de sus proyectos personales y/o profesionales. Respecto a la oferta

académica de las instituciones educativas, se ha observado que en los últimos

diez años que la cantidad de matriculados en programas de Psicología ha

aumentado en un 48% en los últimos 10 años, llegando a posicionarse como

la quinta carrera más poblada a nivel nacional ascendiendo a un total de

31.768 estudiantes (CNED, 2016).

En consideración con lo anterior y lejos de los análisis de mercado, nos resulta

interesante conocer y comprender desde la perspectiva de los protagonistas

que lleva a que estos jóvenes decidan ingresar a la carrera de Psicología. La

relevancia de la presente investigación reside en analizar, desde el relato de

los propios participantes, los trayectos, significados y procesos de la elección

profesional en estudiantes de la carrera de Psicología aportando en la

comprensión sobre el cómo, por qué y para qué de la elección de esta

profesión, desde una perspectiva contextualizadora dadas las características

de nuestro sistema de educación superior y realidad local.

10
Este reporte se encuentra dividido en 10 capítulos que permiten seguir, de

principio a fin y en detalle, el proceso que siguió la presente investigación. Tras

la introducción, el segundo capítulo presenta la problemática a tratar por el

estudio, exponiendo la relevancia y complejidad del proceso de elección de

carrera profesional, para luego concluir con las preguntas orientadoras de la

investigación.

El tercer capítulo corresponde al marco teórico, el cual permite abordar

conceptualmente el fenómeno de estudio y aproximarnos a su posterior

análisis desde los aportes del enfoque evolutivo y posmoderno de la elección

de carrera profesional.

En el cuarto capítulo se explicita el objetivo general y objetivos específicos,

que condujeron la investigación y, a los cuales se pretende dar respuesta hacia

el final de este reporte.

El quinto capítulo expone el marco metodológico del estudio, describiendo el

tipo, enfoque y diseño de estudio, los focos a estudiar, los participantes y los

procedimientos para la generación y análisis narrativo de la información.

El sexto capítulo presenta los resultados del estudio en tres secciones. En

primera instancia, se presenta una reconstrucción narrativa y comprensiva del

proceso de elección de Psicología como carrera profesional que siguió cada

uno de los participantes y los significados asociados a esta decisión.

Posteriormente, se exponen las categorías temáticas comunes que surgen en

torno a la elección de su carrera, para finalmente dar cuenta de los temas

11
emergentes no contemplados inicialmente en el estudio pero que permiten

complementar los hallazgos anteriores.

En el séptimo capítulo se tratan las principales conclusiones a las que se llegó

en el estudio y sus aportes, contrastando la evidencia empírica con los

antecedentes conceptuales para así dar respuesta a los objetivos planteados

inicialmente en la investigación.

El octavo capítulo profundiza los hallazgos más allá de los objetivos, a la vez

que se problematiza sobre los mismos. Incluye además las limitaciones a las

que se enfrentó el presente estudio y sugerencias para orientar futuras

investigaciones.

El noveno capítulo presenta las referencias de la bibliografía consultada,

fundamentales para el desarrollo del estudio.

Finalmente, el décimo capítulo se encarga de exhibir los anexos, documentos

que permiten complementar la información presentada en el reporte de

investigación.

12
II. PROBLEMATIZACIÓN

Las personas a diario nos encontramos tomando innumerables decisiones

frente a las circunstancias cambiantes de la vida. Sin embargo, llegado ciertos

momentos de la vida, se nos presentan encrucijadas entre las que debemos

optar por un camino u otro marcando la dirección de nuestras trayectorias.

Nuestra sociedad establece que uno de los momentos cruciales a los que se

enfrentan las personas corresponde a la tarea de elegir una profesión.

Diversos teóricos coinciden que este evento ocurre preferentemente en la

adolescencia y juventud asociado al egreso de la educación secundaria,

debiéndose optar por un trabajo o la especialización mediante estudios

técnicos o profesionales (Rivas, 1998; Sepúlveda y Valdebenito, 2014).

Las transformaciones que ha experimentado la sociedad chilena en materia

educativa y la ampliación sostenida de la matrícula en educación superior ha

impactado profundamente en las aspiraciones profesionales de los jóvenes y

las familias actuales, quienes ven como una alternativa cada vez más posible

el ingreso a la universidad (Sepúlveda y Valdebenito, 2014). Como reflejo de

lo anterior, se estima que del total de estudiantes que ingresan a la universidad

un 67% de la matrícula corresponde a jóvenes de entre 17 y 24 años quienes

optan por este medio buscando mejorar su calidad de vida y realizarse

personalmente a través el ejercicio futuro de la profesión escogida (Montero,

2000; SIES, 2014).

Aquellos que desean ingresar a la universidad deben enfrentarse a la compleja

tarea de elegir que profesión les gustaría desempeñar. Esto desencadena un

proceso que invita al joven a reflexionar sobre sí mismo, su vida y su futuro,

13
buscando determinar qué es lo que se desea ser y qué se quiere lograr en la

vida, facilitando la organización de sus proyectos vitales (Romo, 2009). Al

concluir este proceso de elección se espera que el joven haya optado por la

mejor opción para sí, una elección que se traducirá en un posible éxito en los

estudios y buen desempeño de la profesión, disminuyendo a su vez la

probabilidad de deserción universitaria (Castillo, 2006 en Covarrubias, 2013;

Carrasco, 2014; González, 2009; Quintana, 2014).

Escoger una carrera profesional no siempre resulta fácil, dado que no todos

quienes enfrentan este proceso tienen claros sus intereses y aptitudes e

incluso muchos no disponen de apoyo social ni la orientación adecuada sobre

las profesiones que podrían seguir. Sumado a la presión que genera el proceso

de admisión a las universidades, resulta común que experimenten inseguridad

y/o temor a fracasar a partir de una decisión desacertada o derechamente

miedo y frustración al no poder ingresar a la carrera que desean (Benítez,

Salazar y Bojórquez, 2011; Covarrubias, 2013; Montero, 2000; Romero y

Pereyra, 2003).

La implicancia de la elección de carrera universitaria no se restringe al ámbito

personal, puesto que también conlleva una serie de consecuencias familiares

y financieras dado el estado actual de nuestro sistema educativo, de acuerdo

con Carrasco (2013, p. 51): “caracterizado como un caso paradigmático de

profunda inequidad, lo que repercute en una educación superior (ES)

altamente segregada y desregularizada”, donde no todos tienen las mismas

condiciones y oportunidades de acceso y permanencia a éstas instituciones.

14
Podría parecer que los acontecimientos históricos no poseen incidencia alguna

en la elección profesional de un individuo, sin embargo no son ajenos a ella

(Super, 1980). En este sentido, Montero (2000) expresa que la oferta

académica de las instituciones educativas está articulada con los valores

sociales y culturales, y se encuentra determinada por un momento histórico y

político concreto.

En el contexto nacional, la dictadura militar impactó profundamente en todas

las esferas de nuestro país, repercutiendo también en el sistema universitario

y las Ciencias Sociales en particular (Garretón, 2005). El cierre de las

instituciones universitarias, la interrupción de las carreras y la estigmatización

de los científicos sociales, por parte del Gobierno Militar, devinieron en la

precarización de éstas disciplinas. Lo que a la larga se tradujo en una

desvalorización social y reducción del mercado ocupacional para los

profesionales del área de las Ciencias Sociales (Garretón, 2005; Letelier,

2011).

Tuvieron que pasar décadas para que, tras la desvalorización que sufrieron

estas carreras, comenzaran a emerger desde su adormecimiento para

convertirse hoy en una de las áreas profesionales más demandadas por los

estudiantes que ingresan a las universidades (Garretón, 2005; MINEDUC,

2015; SIES, 2014). Según las estadísticas del Consejo Nacional de Educación

Superior (CNED, 2016) dentro de las Ciencias Sociales, Psicología es la

carrera universitaria que más ha crecido en términos de matrícula y se

posiciona como la quinta carrera más poblada a nivel nacional para el año

2016.

15
Hacia el final de los años sesenta, Chile contaba aproximadamente con 270

psicólogos graduados y solo dos programas de formación (Bravo y Tschorne,

1969). No obstante, a partir de la promulgación de la Ley General de

Universidades (LGU) en 1981 se generó una proliferación de los programas

de formación de pregrado donde tanto universidades tradicionales como

privadas comenzaron a incluir la carrera de Psicología dentro de su oferta

académica (Urzúa y cols., 2015).

Desde entonces, estas cifras se han incrementado considerablemente y

aunque no se tiene certeza del número exacto de psicólogos titulados, según

lo informado por el Colegio de Psicólogos de Chile (2016), en la actualidad

existen 132 programas de formación en Psicología, impartidos en 49

universidades a lo largo del país. Urzúa y cols. (2015) indica que la cantidad

de matriculados en programas de Psicología ha aumentado en un 48% en los

últimos 10 años, ascendiendo a un total de 31.768 estudiantes de Psicología

para el año 2016 según cifras del CNED (2016).

Dada la relevancia que tiene la elección de carrera universitaria para el

desarrollo profesional y personal de los jóvenes, y observándose la creciente

tendencia a escoger la carrera de Psicología para la consecución de sus metas

personales y profesionales, se torna importante ofrecer información que ayude

a entender cómo los individuos llegaron estudiar Psicología, lo que podría

mejorar los procedimientos de orientación y formación de los futuros

profesionales de la disciplina (Del Corso & Rehfuss, 2011).

A la fecha se han conducido diversas investigaciones que buscan dar

respuesta al porqué de la decisión de estudiar Psicología. Por ejemplo Gámez

16
y Marrero (2000; 2003) indagaron en los motivos que guían la elección de ésta

carrera están relacionados con temas afectivos (buscan superar problemas

personales), interpersonales (tienen interés y preocupación por las relaciones

sociales) y de logro (desean ser independientes y tener un trabajo que les

brinde prestigio).

Rovella, Sans de Uhrlandt, Solares, Delfino y Diaz (2008) en cambio indican

que los estudiantes de Psicología escogen orientados principalmente por la

necesidad de conseguir logros afiliativos, de prestigio y poder, añadiendo que

la elección de esta carrera ya no se fundamente en la búsqueda de superación

de problemas personales. En tanto Castañeda (2014) indica que quienes

escogen estudiar Psicología buscan ser autosuficientes, creen que sus

habilidades encajan con el perfil de psicólogo y se hallan interesados en

comprender al ser humano y su conducta, poder ayudar a las personas y

trabajar en áreas que les permita orientar y/o enseñar a otros.

Farber, Manevich, Metzger y Saypol (2005) realizan una completa revisión de

la literatura sobre las motivaciones que conducen a la decisión de convertirse

en psicoterapeuta, que aunque no se refieren específicamente a la elección

de estudiar Psicología sin duda se hallan relacionados distinguiendo 12 temas

recurrentes: 1) experiencias de marginación cultural o social; 2) soportar

experiencias dolorosas durante la infancia; 3) desarrollo de una mentalidad

psicologizada, es decir, centrada en la dinámica del comportamiento humano;

4) servir como confidente de otros; 5) influencia de un mentor; 6) experiencia

de psicoterapia personal; 7) necesidad de ayudar a otros; 8) necesidad de

comprender a otros; 9) necesidad de autonomía; 10) necesidad de intimidad

17
(segura); 11) necesidad de estimulación intelectual; 12) necesidad de

autodesarrollo y sanación.

Los estudios revisados no están exentos de críticas y muchos de sus

resultados contradicen las conclusiones de otros trabajos. A excepción de la

publicación de Farber et al. (2005) se observa una predilección por métodos

cuantitativos limitando su comprensión a un conjunto reducido de factores

(intereses, metas y motivos) para explicar la elección de Psicología,

hallándose muy lejos de representar la verdadera complejidad de este

proceso.

La psicología vocacional aparece como marco para el estudio de las

elecciones profesionales, disciplina de la cual han emergido numerosas

teorías que han aportado en la comprensión de este fenómeno (Gichard &

Lenz, 2005). No obstante, sus enfoques tradicionales siguen explicando las

elecciones de carrera basándose en la estabilidad de las profesiones que

prevaleció en la sociedad norteamericana del siglo XX (Aisenson, 2011). Hoy

se plantea que la elección tiene lugar en una sociedad que experimenta

cambios vertiginosos, donde la flexibilidad y precarización del mercado laboral

han reducido la capacidad integradora e identitaria que históricamente había

mantenido la ocupación, urgiendo la necesidad de actualizar estos

conocimientos (Carrasco, 2013; Sisto y Fardella, 2008).

En el ámbito nacional los estudios sobre las elecciones de carrera son

incipientes, y tanto Salazar (2013) como Quintana (2014) reconocen que no

existe suficiente desarrollo teórico o empírico en torno a este tema y exponen

la necesidad de conducir investigaciones que permitan aproximarse a los

18
procesos involucrados, atendiendo tanto los determinantes objetivos como el

mundo subjetivo de los estudiantes, de cara a ofrecer una visión

contextualizada dadas las particularidades del sistema de educación superior.

Recientemente se ha observado una progresiva tendencia hacia la adopción

de metodologías cualitativas en los estudios de elecciones de carrera,

amparados bajo una comprensión constructivista y narrativa del ser humano

(Bujold, 2004; Guichard & Lenz, 2005; Palladino, 2007). La narrativa como

enfoque posmoderno de la elección profesional sugiere que el proceso de

construcción de significados revela mucho sobre el contexto personal y social,

tiempo y lugar en que la decisión fue tomada, proporcionando así un

conocimiento integral en torno a esta problemática (Mensinga, 2009).

Desde esta perspectiva se atiende narrativamente a las biografías o

trayectorias vitales, éstas últimas permiten reconocer cómo las necesidades,

objetivos y propósitos personales, así como los distintos escenarios y

experiencias inciden en la elección profesional de los sujetos (Savickas 2001,

en Bujold, 2004; Leiva, s.f.; Mensinga, 2009).

La adopción de este enfoque se presenta como la alternativa para ofrecer una

respuesta comprensiva al proceso de elección de la carrera de Psicología,

especialmente en un contexto donde las nuevas formas de ordenamiento

social tienen como correlato la producción de nuevas subjetividades y nuevas

formas de ser actor social (Sisto y Fardella, 2008).

En coherencia a lo expuesto con anterioridad, a través de la presente

investigación se buscaba responder a las siguientes interrogantes: ¿cómo se

19
desarrolla el proceso de elección de carrera profesional en estudiantes de

Psicología?, ¿qué elementos biográficos inciden en la elección de sus

carreras? y ¿cuáles son los significados asociados a la elección profesional de

los participantes?

20
III. MARCO TEÓRICO

3.1. LA ELECCIÓN DE CARRERA PROFESIONAL

3.1.1. La construcción del proyecto de vida en jóvenes

A lo largo de la vida, las personas continuamente están tomando decisiones

que, en mayor o menor medida, configuran el rumbo de sus trayectorias

vitales. En este recorrido, es posible encontrar momentos que se presentan

como encrucijadas en que las personas inevitablemente deben elegir (o se les

induce a elegir) ciertos caminos y no otros, modificando o alterando la dirección

del curso de su vida (Villar y Triadó, 2006).

El término de la enseñanza secundaria es uno de estos momentos críticos, en

donde se espera que los jóvenes realicen el ejercicio de imaginar sus vidas a

futuro, tomando decisiones que marcarán y definirán sus trayectos, por

ejemplo, debiendo optar por una carrera profesional o insertarse directamente

en el mundo laboral, entre otras posibilidades. La elección de carrera “conlleva

a serios cuestionamientos sobre un quién soy y un quién llegar a ser” (Montero,

2000), dejando de ser una mera elección por un plan de estudios para

convertirse en un plan de vida.

Es en la juventud, más que en cualquier otra etapa de la vida, en que la tarea

de la formación de proyectos vitales cobra mayor realce puesto que se trata

de un futuro en estado de elaboración casi total (D’Angelo, 1986). De acuerdo

con Leiva (2012), la sociedad deja de manifiesto a los jóvenes la importancia

21
de orientar sus proyectos vitales hacia “horizontes de realización personal que

les permitan construir su propia historia desplegando para ello todo su

repertorio personal, y ejerciendo en plenitud su libertad”.

Aun reconociendo el rol activo que tiene el sujeto en la construcción del curso

de su vida, sus opciones siempre están limitadas por las instituciones sociales

y la cultura a la que pertenece (Elder, 1998; Elder, Kirkpatrick & Crosnoe,

2003). En este sentido, Villar y Triadó (2006) advierten que en función de

factores socioculturales como la clase social, el género y valores familiares

harán que algunas posibilidades profesionales puedan ser menos factibles que

otras e incluso simplemente no presentarse. De este modo, las proyecciones

profesionales de éstos no se dan en el vacío social puesto que los jóvenes no

se encuentran aislados del contexto en el cual desarrollan sus expectativas

Los cambios culturales que ha experimentado la sociedad chilena han

impactado fuertemente en los jóvenes, generando un periodo existencial

donde se busca prolongar la etapa juvenil a través del desplazamiento de

determinados hitos asociados al término de este periodo, generando

trayectorias que se manifiestan de forma cada vez más dinámicas (Leiva,

2012). Lo anterior deviene en un panorama donde, independientemente del

nivel socio-económico y modalidad de estudios cursados, la gran mayoría de

los jóvenes secundarios aspiran a ingresar a la educación superior y obtener

un título profesional, postergando su inserción al mundo laboral (Sepúlveda y

Valdebenito, 2014).

La idea de escoger una carrera, ir a la universidad y convertirse en profesional

cobra sentido en el marco de un proyecto de vida concreto, en donde los

22
jóvenes articulan las formas, medios y acciones necesarias para el logro de

dichos objetivos. En este sentido, la construcción del proyecto vital se

encontraría estrechamente relacionado con la biografía de los sujetos, siendo

el resultado de “modos de enfrentamiento y experimentación de la historia de

vida personal en el contexto en el que las actuaciones han tenido lugar, de

aquí que es necesario tomar como referente la propia estructura de la realidad

en que se ha desplegado la actividad individual” (D’Angelo, 1998).

El proyecto de vida se traduce en una representación de lo que el individuo

quiere ser y lo que él va hacer para lograrlo en determinados momentos de su

vida (D’Angelo, 1986). En consecuencia, de acuerdo con Leiva (2012) la

definición del proyecto vital requiere de una revisión y ajuste constante con el

fin de enfrentar y superar “los conflictos y tensiones cotidianas, las crisis

personales y sociales inherentes al dinamismo y la complejidad de la vida”

para la toma de decisiones efectivas y la consiguiente realización de los

anhelos personales.

Un momento relevante en la construcción del proyecto de vida de los jóvenes

corresponde al proceso de elección de una profesión (D’Angelo, 1986). La

decisión profesional aparece como una tarea a resolver previo al ingreso a la

educación superior y está en función de diversos aspectos relacionados con

el individuo, sus vivencias e historia, su familia y demás contextos donde

transita.

23
3.1.2. Identidad y elección profesional

El proceso de elección transita y se realiza en el periodo de la adolescencia,

etapa en la cual la tarea principal es que el joven logre definirse a sí mismo,

en otras palabras, la formación de una identidad personal (Garzuzi, 2009).

El desafío fundamental al que se enfrenta el sujeto adolescente o juvenil

consiste en “reorganizar su identidad y dotarla de coherencia tomando como

núcleo un conjunto congruente y estable de aspiraciones y percepciones sobre

sí mismo” (Moreno, 2005 en Aparicio y Garzuzi, 2010). Razón por la cual, las

personas comienzan a reconstruir su pasado, ordenar su presente y

anticiparse al futuro, buscando darle coherencia a su vida y a sí mismo

(McAdams, 2001).

El concepto de identidad se refiere al reconocimiento y reencuentro constante

del sujeto consigo mismo a través de su vida. En otras palabras, la identidad

trata de la capacidad de experimentarse a sí mismo en una continuidad

temporal-espacial y social, organizado a través de una historia vital, que se

expresa como respuesta a preguntas sobre ¿quién soy?, ¿quién fui? y ¿quién

llegaré a ser?, indiscutiblemente relacionadas con la construcción del proyecto

de vida (Aparicio y Garzuzi, 2010).

La adolescencia es una etapa marcada por todo tipo de cambios, incluyendo

los biológicos, cognitivos, psicológicos y sociales, que obligan al joven a

replantear y redefinir su identidad. En la construcción de la identidad personal,

el sujeto debe realizar una síntesis de las imágenes del yo previas, con las

autoevaluaciones previas y los ideales futuros en relación a las posibilidades

24
que brinda el contexto, siendo la identidad el resultado del intercambio entre

las características estructurales e internas del sujeto y las tareas sociales

exigidas al grupo social de referencia (Aisenson, Batlle, Aisenson, Legaspi,

Vidondo, Nicotra, Valenzuela, Davidzon, Ruiz de Isaac, Polastri y Alonso,

2005).

Al adolescente se le exige definirse a sí mismo y ante este desafío comienza

a cuestionarse los modelos de la niñez y trata de asumir nuevos roles,

encaminándose en un proceso de exploración y búsqueda que culmina con el

compromiso de una serie de valores ideológicos y sociales, y con un proyecto

futuro, que definirán su identidad personal y profesional (Aisenson y cols.,

2005). En este sentido, para Garzuzi (2009) la identidad personal representa

“la integridad de los distintos componentes que forman la personalidad del

sujeto y confiere significado y consistencia a sus acciones y elecciones en el

mediano y largo plazo”.

McAdams (2001) añade que es en este momento del curso vital que las

personas por primera vez exploran sus opciones ideológicas y profesionales

disponibles en la sociedad, y desempeñan una amplia gama de roles sociales

con el objetivo de consolidar sus creencias y valores y asumir compromisos

respecto a un proyecto de vida.

De acuerdo con Quintana (2014) el resultado del proceso de elección

profesional reviste gran importancia en la vida de las personas, ya que de

algún modo se está eligiendo una forma de vida, vinculándose así con la

identidad personal. En esta línea, para Montero (2000) el nivel de madurez

alcanzado por los jóvenes propicia procesos de toma de conciencia de sí

25
mismo y de reflexión sobre su identidad, lo que permite el desarrollo de la

capacidad para elegir una carrera y construir un plan de vida.

La elección profesional es un proceso complejo en el que interactúa un

universo de factores personales y contextuales, pero también porque se

traduce en un hito o punto de inflexión en la trayectoria juvenil, en el sentido

que dicha elección significa tomar una senda distinta al de las otras alternativas

posibles (Guichard, Concha, Henríquez, Cavalli, y Lalive d’Epinay, 2013). Por

lo que la conformación de la identidad orientará y facilitará la elección madura

y adecuada de la profesión (Aparicio y Garzuzi, 2010).

Elegir una profesión comporta más profundamente “un delicado proceso de

desarrollo del concepto de sí mismo, proceso de desarrollo de la identidad

personal en el que va integrando informaciones vocacionales desde la

infancia, experiencias escolares, el mundo de los padres y de las ocupaciones,

etc.” (Garzuzi, 2009). Siendo la carrera o profesión escogida uno de los

momentos de la vida en que el joven declara de manera explícita el concepto

que tiene de sí mismo hasta ese entonces (Super, 1988).

La elección profesional, en conjunto con el egreso de la educación secundaria

e ingreso a la educación superior, actúan simbólicamente como un “rito de

pasaje” hacia una nueva etapa vital, marcando un antes y después en el

trayecto de los jóvenes (Guichard y cols., 2013; Jara, 2010). No obstante, la

consolidación de los proyectos personales no queda totalmente resuelta con

la elección profesional, y es que antes de ponerse a trabajar para acercarse al

Yo que se desea llegar a ser, se debe someter a una última prueba: el proceso

de admisión a la universidad.

26
3.1.3. El ingreso a la universidad

En nuestro país, la Educación Superior (ES) está constituido por un sistema

integrado por tres tipos de instituciones que aparecen como alternativas de

formación y/o especialización para aquellos egresados de educación media.

Estas instituciones son: los centros de formación técnica (CFT), los institutos

profesionales (IP) y las universidades. Respecto a estas últimas, el Centro

Nacional Tuning de Chile (2004) declara que las universidades “constituyen el

más alto nivel de enseñanza, donde convergen las funciones de docencia,

investigación y de extensión. Es en este nivel donde se imparten los programas

de licenciatura y otorgan los grados académicos”.

En la actualidad, el sistema de ES reconoce la existencia de 59 universidades,

excluyendo en esta cifra a aquellas instituciones que se encuentran en proceso

de cierre, y congregan en su conjunto a más de 720.000 estudiantes (SIES,

2016). Asimismo, aunque podemos encontrar diversas tipologías para

clasificar a las universidades, estas suelen dividirse en:

 Universidades estatales o públicas: constituidas como corporaciones

de derecho público, son creadas por ley, poseen sus propios estatutos

y son parte del Estado.

 Universidades tradicionales no estatales: constituidas como

instituciones de derecho privado o bien pertenecen a la Iglesia Católica

en Chile.

 Universidades privadas: establecimientos controlados y gestionados

por organizaciones no gubernamentales.

27
El conjunto de universidades estatales y tradicionales no estatales conforman

las 27 universidades pertenecientes al Consejo de Rectores (CRUCH),

organismo responsable del proceso de admisión a las universidades que lo

conforman.

En el proceso de admisión a las universidades CRUCH, y universidades

privadas que adscriben al sistema de admisión, existen un criterio unificado

para el ingreso a estas instituciones, este es: la Prueba de Selección

Universitaria (PSU), examen que busca medir las habilidades cognitivas y

contenidos curriculares en distintas disciplinas para seleccionar a los

estudiantes que ingresan a las carreras de pregrado (Cárcamo, Fugellie, Mella

y Judikis, 2011).

Con el tiempo el proceso de admisión a las universidades se ha ido

perfeccionando, incluyendo otros factores de selección como las Notas de

Enseñanza Media (NEM) y el Ranking de Notas. No obstante, la estructura del

proceso se mantenido invariable (ver Tabla 3.1).

El proceso para ingresar a la educación universitaria es en esencia selectivo y

la PSU como una de las tantas herramientas del sistema colabora como

barrera en el mantenimiento de la inequidad en el acceso a estas instituciones,

suponiendo un sesgo que afecta a los estudiantes provenientes de la

educación municipal y particular subvencionada (Leyton, 2015). En respuesta,

algunas universidades han comenzado a diversificar sus vías de acceso

ofreciendo oportunidades a un grupo de la población estudiantil que quedaba

desfavorecida dadas las características del proceso de admisión regular

(CINDA, 2011).

28
El proceso de admisión a la universidad en Chile actuaría como un agente

relevante en la problemática de la elección profesional, existiendo la

posibilidad de que el postulante no pueda ingresar a la carrera deseada al no

ponderar el puntaje mínimo requerido para postular o por obtener un puntaje

insuficiente para cubrir una vacante en la carrera escogida. En este sentido,

adscribimos a lo planteado por Aimino (2011) en que la elección profesional

también es “una acción intencionada de un actor que elige sobre bienes

sociales siempre escasos, en los contextos de una tensión entre el

determinismo social y su libertad”.

Tabla 3.1. Proceso de admisión a las universidades

Etapa 1. Consiste en la declaración voluntaria de las personas


Inscripción interesadas en participar en el proceso de admisión, mediante
online su inscripción de modo individual e intransferible en la página
web del DEMRE (www.demre.cl)
Etapa 2. Consiste en la rendición de a lo menos tres de las cuatro
Aplicación pruebas que conforman la batería PSU y que consta de dos
de Pruebas pruebas obligatorias (Lenguaje y Comunicación, y
Matemática) y dos pruebas electivas (Historia, Geografía y
Ciencias Sociales, y Ciencias).
Etapa 3. Consiste en la declaración que realiza el postulante de sus
Postulación preferencias de las carreras y universidades que participan en
el SUA (Sistema Único de Admisión), con posterioridad a la
entrega de resultados de las PSU.
Etapa 4. Consiste en la asignación jerarquizada de los cupos ofrecidos
Selección por las universidades, de las postulaciones de los estudiantes,
según estricto orden de preferencias, ponderaciones y
factores de selección de cada carrera y universidad.
Etapa 5. Consiste en la formalización de la selección, mediante un
Matrícula procedimiento administrativo de inscripción en la universidad y
carrera en la que el postulante haya quedado seleccionado.
Fuente: Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (2017)

29
3.2. PSICOLOGÍA VOCACIONAL Y ELECCIÓN PROFESIONAL

3.2.1. Psicología Vocacional

El estudio sistemático que busca a dar respuesta a las preguntas sobre cómo

y porqué las personas eligen sus carreras y profesiones recae en la Psicología

Vocacional. Esta disciplina centra su interés en la conducta vocacional

entendida como el conjunto de procesos psicológicos (entre ellos

pensamientos, sentimientos y acciones) que un sujeto moviliza en el proceso

de elegir y adaptarse a una carrera u ocupación, buscando aportar en el

conocimiento de este fenómeno, mejorar los procedimientos de orientación

profesional e informar a las políticas públicas sobre materias relativas al ámbito

educacional y laboral (Jackson & Verdino, 2012; Lobato, 2002; Savickas,

2002).

Desde una perspectiva histórica, el interés por comprender las elecciones

profesionales y ocupacionales de las personas se remonta a fines de siglo XIX,

de la mano de las reformas educativas y laborales que experimentaba la

sociedad norteamericana (Brown, 2002). Sin embargo, no fue hasta 1909 que

Frank Parsons cimentó las bases formales para el estudio de las elecciones

vocacionales con la publicación de su obra póstuma “Choosing a vocation”

donde expone que para realizar una prudente elección sobre sus futuros

ocupacionales las personas deben (Aisenson, 2011; Brown, 2002; Escoda,

Guiu & Alzina, 2009):

 Poseer una clara comprensión de sí mismo, de sus aptitudes,

habilidades, intereses, recursos, limitaciones y sus causas.

30
 Conocer los requerimientos y condiciones de éxito, ventajas y

desventajas, recompensas, oportunidades y perspectivas de los

distintos rubros laborales.

 Realizar un auténtico razonamiento sobre la relación de los dos grupos

de factores ya mencionados.

Durante la primera mitad del siglo XX, con la creciente necesidad –producida

tras las guerras mundiales y la Gran Depresión– de clasificar a las personas y

ubicarlas en ocupaciones que podrían desempeñar satisfactoriamente, se

desarrollaron instrumentos para medir las diferencias individuales de los

sujetos, como los intereses, aptitudes y personalidad (Brown, 2002). Esto

permitió la realización de numerosas investigaciones para corroborar

empíricamente los supuestos de Parsons y su modelo pasó a llamarse teoría

de los rasgos y factores de la elección vocacional.

En la década de los cincuenta, Ginzberg, Ginsburg, Axelrad y Herman (en

Ginzberg, 1952; Super, 1953) expusieron una teoría radicalmente nueva de la

elección de carrera basada en el desarrollo evolutivo que rompería con la

visión estática que el enfoque de los rasgos tenía sobre el fenómeno

vocacional. Años más tarde, Super comenzaría a trabajar en su teoría sobre

el desarrollo de carrera, elaborando un modelo que integraba la psicología del

desarrollo, el modelo de los rasgos, la teoría de los constructos personales y

de la sociología del curso de vida, expresando que la conducta vocacional es

un aspecto más del desarrollo total del individuo y por tanto debía estudiarse

a lo largo de las distintas etapas de la vida (Brown, 2002; Osipow, 2008; Super,

1953, 1980).

31
En 1963 Bordin, Nachman y Segal propusieron un esquema basado en su

totalidad dentro de la corriente psicoanalítica, considerándose que el proceso

de elección de carrera representa el estado general del desarrollo psicológico

del individuo (Osipow, 2008). Una década más tarde, John Holland, publicaría

la versión definitiva de su teoría tipológica de las carreras, expresando que la

elección de una profesión representa una extensión de la personalidad y que

en el proceso de elección los individuos proyectan la visión que tienen de sí

mismos y del mundo laboral buscando un ajuste entre ambos aspectos.

En los años noventa, Lent, Brown y Hackett publican su teoría socio-cognitiva

de las carreras anclada en la teoría de la autoeficacia de Bandura,

desarrollando un modelo explicativo de los intereses, las decisiones

académico-profesionales y la estabilidad educacional y profesional (Leung,

2008). Finalmente, Savickas integra los aportes del trabajo de Super y desde

el enfoque posmoderno desarrolla su teoría de construcción de carrera (TCC),

sugiriendo que las personas tienen uno o más temas vitales (‘life themes’) que

guían sus elecciones profesionales y que construyen sus carreras sobre éstos

atribuyéndoles significados que les ayudan a dar sentido a sus vidas.

Desde entonces, la psicología vocacional ha evolucionado más allá del

proceso de elegir una ocupación, profesión o carrera en un momento de la vida

para incluir una definición más amplia del trabajo a lo largo del curso vital en

interacción con el contexto educacional, sociocultural y económico (Jackson &

Verdino, 2012).

El desarrollo teórico de la psicología vocacional es vasto y diverso, es por esto

que en un esfuerzo por esquematizar y hacer más comprensible este

32
panorama, Carrasco (2013) propone una taxonomía que distingue cinco

enfoques principales de la elección profesional, estos son: Rasgo-factor,

Psicodinámico, Rogeriano, Evolutivo y Posmoderno (ver Tabla 3.2).

Tabla 3.2. Síntesis de enfoques en psicología vocacional

Enfoque Autor(es) Eje teórico

F. Parsons; J. Medición de dimensiones descriptivas

Holland; R. Dawis y estables del comportamiento, importantes


Rasgo-factor

L. Lofquist para el desempeño profesional. Se centra

en las diferencias individuales y grupales,

y el desarrollo de instrumentos

psicométricos.

Brill; E. Bordin; A. El problema vocacional es subsidiario al

Roe; R. Boholavsky análisis global del comportamiento y de


Psicodinámico

los conflictos intrapsíquicos del sujeto,

basado en las experiencias infantiles

primarias y el desarrollo de la subjetividad.

C. Rogers Se centra en los procesos de


Rogeriano

comunicación interpersonal, la aceptación

incondicional y el desarrollo de la libertad

y la afectividad.

33
E. Ginzberg; R. Resalta la dimensión temporal de la

Tiedemen y R. P. conducta vocacional, que se encontraría

O’Hara; D. Super inserta en el desarrollo psicológico


Evolutivo

entendido como un continuo. Las

conductas vocacionales estarían

organizadas en períodos evolutivos según

la edad de los sujetos.

F. Rivas; G. El ser humano va construyéndose a sí

Peterson, J. mismo a partir de significaciones


Socio-cognitivo

Sampson, J. Lenz y personales que elabora a partir de sus

R. Reardon; R. Lent, vivencias. El sujeto es activo en la

S. Brown y G. construcción de su carrera, siendo las

Hackett creencias un concepto clave de estos

enfoques.

L. Gottfredson; Se centran en la comprensión, no en el

M. Savickas; R. establecimiento de causa-efecto. Su foco


Posmoderno

Young, L. Valach y está en los propósitos, valores y

A. Collin significados que lo sujetos construyen, y

que no pueden ser concebidos fuera de

sus contextos.

Fuente: Carrasco (2013).

Coincidimos con Osipow (2008) quien señala que independientemente de su

orientación “todas las teorías sobre la elección de carrera están de algún modo

con las teorías de la personalidad”, sin embargo, no todas abordan el proceso

de elección con la misma profundidad. Bajo el supuesto en que la elección

profesional es un proceso que se extiende mucho más allá del momento en el

34
cual el sujeto se ve enfrentado a decidir y que encuentra sus bases y cobra

sentido bajo la propia historia, el presente trabajo se ve fundamentado en los

aportes del enfoque evolutivo y enfoque posmoderno.

3.2.2. Sobre el concepto de elección de carrera profesional

En la literatura especializada resulta común encontrarse con diversas

expresiones para referirse al fenómeno de elección generando confusión entre

los lectores: elección vocacional (‘vocational choice’), elección ocupacional

(‘occupational choice’), elección de carrera (‘career choice’), elección

académica-profesional, elección de estudios universitarios, elección de carrera

universitaria y elección profesional son algunas de estas formas. Sin embargo,

no todos estos enunciados son utilizados para abordan el fenómeno de la

elección de carrera universitaria.

En primera instancia, se define elección vocacional como el proceso que

consiste en elegir una carrera, profesión u oficio que más conviene a una

persona de acuerdo a sus aptitudes y las posibilidades que le ofrece el medio

(Mira y López, 1947, en Cepero, 2009). Como se aprecia el concepto es

utilizado ampliamente para designar a la elección realizada en diversos

contextos, ya sea la de los estudios profesionales o del mundo laboral.

El concepto vocación desde sus orígenes aparece íntimamente ligado a la

religión. En este sentido, desde la concepción antropológica cristiana,

Quintana (2014) explica que la vocación correspondería a “un llamado desde

un mandato superior de orden divino que se vive internamente en plano

35
individual, que traza el camino del sujeto y, de algún modo, determina la

distribución de las labores en la sociedad”.

Bajo esta visión el término es utilizado para describir algo que le adviene al

sujeto de improviso o al menos no racionalmente (Rivas, 1998) y asumiríamos

que la elección que realizan las personas para cursar estudios o elegir una

ocupación dependería de la vocación, entendida como un don que está dado

y que debe ser descubierto (Aisenson, 2011).

En concordancia con lo hasta aquí desarrollado, rechazamos la expresión

elección vocacional para referirnos al proceso de elección profesional, dado

que creemos firmemente que ésta es el resultado de una construcción

autobiográfica. Asimismo, y asumiendo que la elección es producto de la

vocación, todos los sujetos decidirían seguir la carrera que les llama, no

obstante, por la naturaleza selectiva de nuestro sistema de educación superior

(ES), no todos los sujetos tienen esta posibilidad y, muy por el contrario, se

ven forzados de una u otra manera a optar por aquellas en las que si aparecen

habilitados para postular de acuerdo a las reglas de admisión.

El término de elección ocupacional, suele ser utilizado por aquellos autores

que estudian el proceso de elección de un empleo, oficio u ocupación, ligados

íntimamente al mundo laboral (Ginzberg, Ginsburg, Axelrad & Herma, 1950).

Dados los propósitos de esta investigación, no resulta adecuado para designar

el proceso de elección de estudios universitarios.

Respecto al concepto de elección de carrera, históricamente ha estado

anclado al trabajo, es utilizado para referirse a la ocupación/profesión que

36
desempeñaba la persona durante su trayectoria laboral (Svennungsen, 2011).

El concepto tiene su origen en el curso predecible de labores que

desempeñaban los trabajadores durante su vida laboral hacia la cúspide de la

pirámide organizacional durante la sociedad norteamericana de fines del siglo

XIX (Savickas, 2000).

Más tarde, Super (1980) redefiniría la carrera como “secuencia de roles

ocupados por una persona durante todo el curso de vida”, es decir, como el

conjunto roles que desempeña una persona a través de su vida pre-

profesional, profesional y post-ocupacional, incluyendo roles laborales y

sociales asociados que van desde estudiante, profesional y/o trabajador hasta

jubilado (Cepero, 2009; Rivas, 1998).

Si bien la perspectiva de las carreras que aporta Super es ampliamente

compartida por los teóricos, su uso excede por mucho el alcance de nuestro

estudio, ya que tan solo abordamos la trayectoria vital previa y conducente a

la elección de carrera universitaria. No obstante, Rivas (1998) puntualiza que

en el contexto hispanoamericano la carrera ha estado estrechamente

relacionado a los estudios superiores, en concreto a los estudios universitarios,

y “lleva implícita la idea de competencia en función de conseguir algo escaso

y apetecible por todos” dado el prestigio social que gozan estas profesiones.

Del mismo modo, la Real Academia Española (2016) comprende carrera como

el “conjunto de estudios, generalmente universitarios, que habilitan para el

ejercicio de una profesión”, siendo este acepción la que más se ajusta a

nuestro objeto de investigación. A partir de aquí, emplearemos los términos

elección de carrera y elección profesional, elección académica-profesional

37
para referirnos indistintamente a la elección de estudios universitarios que

habilitaran para el desempeño futuro de una profesión.

3.2.3. Condicionantes de la elección

Ya sea que se escoja una ocupación, una profesión o una carrera universitaria,

el carácter multidimensional de la conducta vocacional se refleja en la

diversidad de factores que condicionan la elección de una u otra manera.

Asimismo, la identificación de estos determinantes resulta importante para: 1)

comprender su incidencia en el proceso de elección; y 2) desarrollar

procedimientos de orientación dirigidos a personas que se ven enfrentadas a

la compleja tarea que supone la decisión de una carrera u ocupación.

Parsons, pionero en el estudio de la elección profesional identificó que

variables personales como las aptitudes, intereses y motivaciones del sujeto,

así como la oferta de profesiones disponible del mercado laboral inciden la

elección profesional donde el sujeto opta por la alternativa que le reporta

mayor congruencia en la relación de estos dos grupos de factores (Rivas,

1998).

Ginzberg (1952) advierte sobre la importancia que tiene el desarrollo en la

conducta vocacional, explicando que además de los intereses, aptitudes y

valores, en la elección profesional incide el grado de conciencia de la realidad

que el sujeto tiene y que se desarrolla medida que se avanza por medio de los

diferentes estadios evolutivos. Super, recogiendo las nociones anteriores

añade que la elección profesional se realiza intentando plasmar el concepto

38
que el sujeto tiene de sí mismo, es decir, sería el resultado de un proceso de

formación identitaria (Osipow, 2008).

Bordas (1980) indica que la elección de profesión no es una cuestión que

quede resuelta con el conocimiento que un individuo tenga de sí mismo y sus

intereses, aptitudes y su personalidad, señalando que “factores como la suerte

o la casualidad y las necesidades del mercado laboral, hasta el ambiente

familiar o los medios económicos que se disponen para lograr una preparación

adecuada” intervienen en el momento de la elección.

Respecto a lo anterior, la sociología también se ha interesado en la elección y

desarrollo de carrera debido a la relación que tiene en las desigualdades

socioeconómicas y la movilidad social, aquí cobra relevancia el contexto

histórico, socio-económico, cultural y local en el cual las personas viven sus

vidas los que proveen oportunidades y constricciones que limitan las opciones

profesionales (Brown, 2002).

En el modelo “life-span/life-space” del desarrollo de carrera Super (1980)

intenta integrar estas aportaciones, distinguiendo dos tipos determinantes de

la conducta vocacional: 1) personales, tales como la herencia biológica,

autoconcepto, autoconocimiento, actitudes, intereses, necesidades y valores,

logros, aptitudes generales y específicas; y 2) situacionales de tipo remotos e

inmediatos, entre estos menciona la estructura social, cambios históricos,

organización socioeconómica y sus condiciones, escuela, comunidad y familia.

Royo y Jimenez (1993 en Mosteiro, 1997) clasifican los factores que influyen

en la elección de carrera en: 1) socioeconómicos, incluyendo las

39
características personales del sujeto (raza, sexo, edad), la familia (integrantes,

actitudes, recursos y profesión de los padres) y medio social donde se

desenvuelve el individuo (lugar de residencia, oportunidades de estudio y

trabajo, etc.); 2) psicológicos, como la inteligencia, aptitudes, intereses,

motivaciones, madurez vocacional, entre otros; 3) pedagógicos, refiriéndose al

rendimiento académicos y servicios de orientación escolar de las instituciones

educativas; 4) institucionales, como las limitaciones que impone los centros

universitarios en el acceso a los estudios, la oferta de vacantes de postulación,

prestigio de los mismos, entre otros.

Mosteiro (1997) advierte que la importancia de estos elementos queda

supeditada a las diferentes aproximaciones teóricas que han puesto énfasis

en unos o en otros de acuerdo con sus supuestos, encontrándose distintas

clasificaciones de los factores que condicionan las elecciones de los sujetos.

De ahí que, estudiando las preferencias vocacionales de estudiantes

universitarios, Cepero (2009) realiza una completa revisión de las diferentes

perspectivas teórica en psicología vocacional y sintetiza los determinantes de

la elección de carrera profesional (ver Figura 3.1) proponiendo la siguiente

clasificación:

 Determinantes individuales o personales: acá se integran las

variables que conforman y constituyen al sujeto y su historia, incluyendo

indicadores que hacen referencia a hechos del presente y del pasado

inmediato. Se incluyen condicionantes: 1) físicos: sexo y género; edad;

pertenencia a minorías y necesidades educativas originadas por déficits

físicos o perceptivos. 2) psicológicos: aptitudes y destrezas; intereses y

40
preferencias; desarrollo y madurez vocacional; motivaciones y

expectativas; personalidad, cognición y psicoemocionales (identidad

personal, autoconcepto vocacional, autopercepción, estilos de decisión,

entre otros); valores; toma de decisiones y oportunidad. 3) pedagógicos

y académicos: rendimiento escolar individual; curriculum escolar (horas

de estudio, actividades escolares y extraescolares); biodatos

educativos o historia académica (experiencias y actitudes relacionadas

con la formación académica; estilo y estrategias de aprendizaje, tipo de

educación recibida).

 Determinantes coyunturales o contextuales: Son factores que

rodean e influyen la conducta vocacional de la persona desde un plano

supraindividual, muchas veces al margen de su voluntad y control.

Afectan el curso de vida de la persona, no obstante su influencia

depende de la riqueza de las vivencias que ella tenga en su medio

sociocultural. Estas variables se agrupan: 1) institucionales: mundo

laboral (estructura económica, cambios tecnológicos y de producción,

estereotipos profesionales y la valoración personal que se hace de

estos, etc.) y sistema educativo (estructura y políticas educativas,

formación profesional, sobreeducación). 2) socioeconómicos:

estructura sociofamiliar, incluye la familia, los pares y amigos

(experiencias con los grupos con que se relaciona la persona, profesión

de los padres, indicadores educativos del medio familiar, entre otros);

medio social (lugar de residencia y estereotipos sociales). 3) azar o

fortuismo, referido a posibilidades y eventos no previstos a nivel social:

circunstancias y fortuismo situacional: hábitat geográfico; distancia de

los centros educativos.

41
Figura 3.1. Condicionantes de la elección de carrera

Sexo / Género

Físicas Edad

Pertenencia a minorías
y NEE

Aptitudes y destrezas

Intereses y preferencias

Desarrollo y madurez
vocacional
Determinantes
Motivación y
individuales o Psicológicas
expectativas de logro
personales
Personalidad, cognición
y psicoemocional

Valores

Toma de decisiones y
oportunidad
Rendimiento
académico
Elección de Carrera Pedagógicos o
Curriculum escolar
académicos

Biodatos educativos

Mundo laboral
Institucionales
Sistema educativo

Estructura sociofamiliar
Determinantes Socioeconómicos
coyunturales o
contextuales Medio social

Fortuismo situacional

Azar o Fortuismo Hábitat y recursos

Distancia

Fuente: elaboración propia, a partir de Cepero (2009).

En síntesis, en ningún caso podemos concebir la elección de carrera

profesional como un fenómeno unidimensional ni causal cuando en realidad

son múltiples factores tanto de orden individual como contextual que

intervienen, siendo la elección el resultado de la compleja interacción de estos

elementos. Al mismo tiempo, y aunque resulta importante la consideración de

42
estos condicionantes, metodológicamente abandonamos la idea de comprobar

la incidencia cada uno de los mismos, puesto que la importancia e influencia

que ejercen unos u otros en el proceso de elección de carrera dependerá de

las diferencias individuales, experiencias y momento social e histórico en que

vive el sujeto (Cepero, 2009).

3.3. LA ELECCIÓN PROFESIONAL DESDE LA COMPRENSIÓN

EVOLUTIVA Y POSMODERNA

3.3.1. Enfoque evolutivo: la elección como proceso

La fundamentación teórica del enfoque evolutivo descansa bajo la concepción

del desarrollo psicológico como un continuo a lo largo de la vida, donde la

conducta vocacional vendría siendo un aspecto más del desarrollo total del

individuo (Rivas, 1998).

Este enfoque se considera evolutivo en cuanto asume que dentro del

desarrollo del sujeto el proceso de elección de carrera está ligado

intrínsecamente a la constitución de su propia identidad y que se manifiesta

en conductas concretas orientadas a su consecución” (Quintana, 2014). En

otras palabras, se considera que la elección de carrera no ocurre en un

momento determinado de la vida, sino que constituye un proceso continuo de

sucesivas elecciones a lo largo del ciclo vital (Lobato, 2002).

Esta concepción acerca del fenómeno de elección de carrera se enmarca

dentro de las teorías modernas en psicología vocacional y se desarrolla de la

mano de autores como Ginzberg, Tiedeman y O’Hara, sin embargo, los

43
aportes realizados por Super son de tal envergadura que, aun reconociendo

las otras contribuciones, muchas veces se hace sinónima la obra de este autor

con el enfoque evolutivo de la carrera (Carrasco, 2013; Quintana, 2014; Rivas,

1998).

La contribución más conocida y trascendente del enfoque evolutivo a la

psicología vocacional consiste en la proposición de periodos o estadios

evolutivos diferenciales de la conducta vocacional asociados a la edad de los

sujetos, siendo Ginzberg, Ginsburg, Axelrad y Herman pioneros en el campo

(Rivas, 1998).

A. Las proposiciones teóricas de Ginzberg, Ginsburg, Axelrad

y Herma

Estos autores desarrollan su teoría de la elección profesional como reacción

directa a la ausencia de marcos teóricos elaborados en psicología vocacional

hasta esa época (Osipow, 2008) y supone una elaboración que intenta explicar

el paso de la infancia, con actividades lúdicas, a la adultez, en el mundo del

trabajo (Rivas, 1998), reconociendo la existencia de tres periodos en los que

se desarrolla la elección vocacional (Cepero, 2009; Ginzberg, 1952, 1972;

Osipow, 2008; Quintana, 2014; Rivas, 1998):

 Período fantástico (hasta los 11 o 12 años): se caracteriza por

equiparar lo vocacional con los intereses o, más concretamente, con los

deseos infantiles, así el niño cree que puede llegar a ser lo que quiere

y desea en cada momento, ignorando sus habilidades y

44
potencialidades, aspectos de la realidad y la perspectiva del tiempo,

elementos importantes en la elección vocacional. De esta forma, a

través del juego, los niños practican roles profesionales mediante la

imitación e identificación con determinadas figuras significativas, sin

embargo a medida que crecen y socializan reorientan gradualmente sus

preferencias hacia actividades que les provoquen satisfacciones más

abstractas, como la aprobación de los padres, los éxitos y sus

recompensas, entre otros.

 Periodo tentativo (desde los 12 hasta 17 años): está caracterizado

por los cambios madurativos del desarrollo, lo que desemboca en un

progresivo aumento de la conciencia de la realidad y la identificación de

los intereses y habilidades. En este sentido, los adolescentes

comienzan sus consideraciones profesionales preguntándose a sí

mismos en qué están interesados y que les gusta hacer, posteriormente

logran distinguir el hecho que realizan algunas actividades de manera

más hábiles que otras, al igual que reconocen que existen actividades

que tienen más valores extrínsecos y/o intrínsecos que otras.

 Periodo realista (variable, a partir de los 18 años): en esta etapa se

es consciente que el ambiente plantea opciones cada vez más

restringidas: iniciar estudios universitarios, encontrar el primer empleo,

ser seleccionado para un trabajo, etc. Aquí urge la necesidad de tomar

una elección certera pues se capta, en parte, las consecuencias que

conlleva. Se espera idealmente que el sujeto elija una profesión o, al

menos, se incline por un área vocacional/profesional, en base a un

45
conocimiento relativamente acabado de sí mismo y de sus posibilidades

y condicionantes.

En palabras de Ginzberg (1952), el supuesto básico de su aproximación es

que “el individuo alcanza su decisión final, no en un momento único en el

tiempo, sino a través de una serie de decisiones en un periodo de muchos

años”, en el que el efecto acumulativo (de dichas decisiones) es un factor

determinante. No obstante, una de las principales críticas que se le hace a

este modelo es el de imponer una mirada normativa del proceso de elección

de carrera con independencia del sujeto y sus diferencias individuales (sexo,

nivel socioeconómico, formación académica, entre otras limitantes) (Ginzberg,

1972; Rivas, 1998).

A pesar de lo anterior, destacamos su relevancia puesto que genera un cambio

en la forma tradicional de concebir la elección vocacional, posicionándola

como un proceso que forma parte del desarrollo del sujeto en lugar de un

hecho particular sobre el que se deben tomar ciertas decisiones, además de

distinguir la relevancia que tienen los intereses, aptitudes y valores como

determinantes de dicha elección (Cepero, 2009; Ginzberg, 1953; Quintana,

2014; Rivas, 1998).

B. Teoría del desarrollo vocacional de Donald Super

Hace más de medio siglo Donald Super (1953) planteó que una adecuada

teoría de la elección de carrera debería sintetizar los resultados de

investigaciones previas y tendría en cuenta la continuidad que tiene el proceso

46
de elección durante el desarrollo, explicando cómo los intereses, las

capacidades, valores y oportunidades interactúan convergiendo en una opción

concreta. Así, incorporando elementos de la teoría de los rasgos psicológicos,

del concepto de sí mismo y del ciclo vital se propondría desarrollar un modelo

integrador del desarrollo vocacional (Cepero, 2009; Osipow, 2008).

A este punto, conviene aclarar que el autor prefiere utilizar el término

“desarrollo” en lugar de “elección”, pues éste es más amplio e incluye

conceptos como preferencia, elección, ingreso y adaptación de las

ocupaciones de las personas (Super, 1953). De similar forma, distingue entre

“ocupación”, para hacer referencia a la profesión o empleo que desempeña la

persona y “carrera”, entendida como el conjunto de roles que ésta ocupa a lo

largo de su vida y que progresan de la mano con su desarrollo evolutivo

(Super, 1980). De lo anterior, comprenderemos que la teoría de Super se

concentra más en las carreras que en la elección misma de una ocupación y/o

profesión.

En primera instancia, el modelo de Super reconoce la importancia de las

diferencias individuales en el desarrollo vocacional (aptitudes, intereses y

personalidad), elaborando la noción del “factor característico” para expresar la

idea de que las personas poseen una cualificación diferencial para las

ocupaciones, a la vez que plantea que poseen la capacidad para

desempeñarse exitosamente en un amplio espectro de profesiones, a esto

último le llamó “multipotencialidad vocacional”. De lo anterior se desprende la

idea de que las personas obtendrían mayor éxito y satisfacción en sus trabajos

o estudios al optar por una profesión que requieren de habilidades e intereses

47
que se relacionan con sus características personales (Osipow, 2008; Rivas,

1998; Super, 1953).

Con la idea de ajuste que hace el sujeto entre sus características y las

exigencias del mundo laboral se hace evidente la influencia del enfoque de los

rasgos en el pensamiento de Super, no obstante el autor va más allá al

reconocer la importancia que tiene el tiempo en el desarrollo de la conducta

vocacional, así las preferencias y competencias no se concretarían

definitivamente al llegar un momento dado en la vida sino que cambiarían

continua y paulatinamente en interacción con sus experiencias y el medio

(Super, 1953, 1980, Quintana, 2014).

Para Super la conducta vocacional es un elemento inherente del desarrollo

global del sujeto y, como tal, se propone que la persona se desarrollaría

vocacionalmente durante toda su vida buscando expresarse a sí mismo en

cada una de las profesiones escogidas (Betz, 1994; Quintana, 2014; Super,

1988).

De este modo el sujeto, sirviéndose de los procesos de auto-diferenciación e

identificación desarrollaría el concepto que tiene de sí mismo; en etapas

tempranas estos mecanismos se traducirán en cuestiones concretas, por

ejemplo el niño aprendería a reconocer su propio reflejo y a distinguirse de

aquello, sin embargo a medida que madura sería capaz de construir

percepciones más complejas sobre sí mismo, poniéndose a prueba en

diferentes formas (practicar y/o imitar determinados roles) y contextos (como

el hogar, la escuela, con el grupo de amigos) (Osipow, 2008, Super, 1988).

48
Respecto a lo anterior, Rivas (1998) señala que en el proceso de formación de

su identidad el adolescente sería capaz de trasladar “el concepto que tiene de

sí mismo al estereotipo o imagen que se forma de la profesión sobre la que

recae la consideración de su posible elección”. Si bien el proceso de desarrollo

del sí mismo es mucho más complejo que lo aquí expresado, se concluye que

esta progresiva toma de conciencia tendría una serie de implicaciones tanto

educativas como vocacionales pudiendo llevar al sujeto a seguir unos u otros

trayectos profesionales (Osipow, 2008, Rivas, 1998; Super, 1988).

Dentro de la teoría de Super el trabajo, dada su extensión temporal, adquiere

un papel fundamental al brindar organización y continuidad a la vida de los

sujetos, facilitando el desarrollo y la actualización del sí mismo (Rivas, 1998).

De este modo, para explicar de mejor manera como se desarrolla la conducta

vocacional Super se extendió al análisis de las etapas del ciclo vital,

planteando la existencia de etapas asociadas a determinadas tareas

vocacionales que el sujeto debe atravesar durante su vida (Osipow, 2008;

Super, 1963, 1980).

En consonancia con lo anterior Super distingue cinco etapas del desarrollo

vocacional: crecimiento (hasta los 14 años), exploración (15 a 24 años),

establecimiento (25-44 años), mantenimiento (45-64 años) y retiro (65 años en

adelante), las que se exponen en la Tabla 3.3.

Super propuso que el proceso de desarrollo vocacional ocurre a través de

cinco actividades a las que denominó tareas del desarrollo vocacional:

cristalización, especificación, práctica, estabilización y consolidación, las

cuales están ligadas a las etapas anteriormente mencionadas. Dado lo

49
extenso que resultaría tratar adecuadamente cada una de las etapas del

desarrollo vocacional, focalizaremos nuestra atención en las dos primeras las

que por sus características nos implican notoriamente al abarcar el trayecto

vital recorrido hasta ahora por los participantes del estudio.

Tabla 3.3. Etapas de desarrollo y tareas vocacionales de Super

Etapas de desarrollo Tareas vocacionales

Crecimiento Cristalización de una preferencia vocacional (14-

(0-14 años) 18 años)

Exploración

(15-24 años) Especificación de una preferencia vocacional

(18-21 años)

Práctica de la preferencia (21-24 años)

Establecimiento Estabilización de la preferencia (25-35 años)

(25-44 años) Consolidación del estatus obtenido dentro de la

Mantenimiento ocupación elegida (desde los 35 años en

(45-64 años) adelante)

Retiro (65-en adelante)

Fuente: elaboración propia, a partir de Cepero (2009), Osipow (2008), Super

(1980).

 Crecimiento: Abarca desde los primeros años de vida hasta los 14. En

esta etapa el concepto de sí mismo se va consolidando a través de las

identificaciones que el sujeto toma de su medio. A medida que crece el

niño es cada vez más capaz de comparar sus diversos intereses y

capacidades con la realidad, en especial con la escolar. La tarea

vocacional a la que se enfrenta correspondería a la cristalización de una

50
preferencia vocacional, siendo común que se presente entre los 14 y 18

años, lo cual requiere que el sujeto se evalúe a sí mismo y piense

acerca de la profesión que sería más adecuada para él.

De acuerdo con Cepero (2009) el concepto de preferencia vocacional

consiste en la selección de un determinado campo académico-

profesional, compuesto por un conjunto de actividades profesionales,

que el sujeto desea y proyecta desempeñar, siendo equivalente a la

expresión del “querer ser”, superando el concepto de interés vocacional,

el cual solo es tentativo (“podría ser”). Por su parte, Super (1953; 1957)

plantea que las preferencias vocacionales se desarrollan durante el

proceso evolutivo y expresan la idea que la persona tiene de sí misma,

buscándola poner en práctica mediante la profesión y cambiarían

permanentemente bajo el influjo del tiempo y la experiencia.

 Exploración: Se extiende a lo largo de la adolescencia hasta los 24

años. Se procede desde la autoevaluación del conjunto de

características personales al análisis de roles y actividades

profesionales que considera más adecuadas para sí mismo, pasando

de ideas tentativas a la elección concreta de una preferencia

vocacional. A este respecto, Rivas (1998) señala que el sujeto se

enfrenta al imperativo de tener que decidir dando respuesta a las

opciones de elección que el sistema laboral o educacional presentan al

finalizar la educación secundaria.

En esta etapa la primera tarea vocacional que se debe superar se le

denomina especificación de la preferencia vocacional, la cual requiere

51
que el sujeto pase del campo general de su carrera (profesión o estudios

universitarios) a un área específica de la misma, dando los pasos

necesarios para practicar esa decisión. Finalmente lo que queda es que

el sujeto ponga en práctica de su preferencia vocacional, lo que requiere

que el individuo haya concluido su entrenamiento o formación y haya

iniciado un trabajo.

Cabe considerar que tanto las etapas de desarrollo como las tareas

vocacionales no deben ser concebidas de forma rígida, puesto que los

trayectos de los sujetos pueden variar durante el curso de vida, pudiendo

presentarse más temprana o tardíamente.

En el estudio del desarrollo vocacional durante el ciclo vital, Super intentó

ofrecer una visión comprensiva como las personas construyen sus carreras

profesionales a lo largo de la vida (Cepero, 2009). Parte de la premisa de que

las personas desempeñan una variedad de roles durante su vida, algunos de

éstos comienzan en etapas determinadas del ciclo vital (ser estudiante, ser

trabajador, ser padre o madre, entre otros), y que en ciertos momentos durante

sus trayectos las personas juegan predominantemente unos roles sobre otros;

asimismo reconoce que éstos roles se representan en escenarios (o esferas

vitales) tales como el hogar, la comunidad, el centro de estudios y lugar de

trabajo (Super, 1980).

Super (1980) introduce el término puntos de decisión para exponer momentos

vitales críticos que ocurren cada vez que se asume un nuevo rol, se deja atrás

otro, o se realizan cambios significativos en la naturaleza de uno ya existente.

Durante la carrera, los puntos de decisión se ilustran por ejemplo con la

52
decisión de entrar en una escuela, colegio o universidad, escoger una carrera

profesional o un trabajo en particular, capacitarse, cambiar de ocupación, entre

otros eventos. En todas estas situaciones, interactúan una variedad de

determinantes personales y situacionales que incidirán las decisiones y rumbo

que tome la carrera del sujeto.

La teoría del desarrollo vocacional supuso un punto de inflexión en el estudio

de elecciones profesionales, al posicionar la elección como un proceso que se

desarrolla permanentemente a lo largo de la vida de las personas. No obstante,

en palabras de Osipow (2008), Super no logró exponer de forma clara cómo

el sujeto afronta los eventos vitales críticos (o puntos de decisión) ni cómo los

factores económicos y sociales influyen directamente en la decisión

vocacional.

Por último, es importante mencionar que los cambios que ha experimentado

el mercado del trabajo durante estas décadas ha impactado notoriamente en

la forma en que las personas desarrollan sus carreras (Kaliris & Kriwas, 2013).

Las teorías tradicionales sobre la elección de carrera proyectaban que éstas

seguían un desarrollo lineal e invariable a través del ciclo vital, no obstante,

diversos autores abogaron que resultaba insostenible seguir teorizando sobre

este fenómeno basándose en la visión de la estabilización de las profesiones

que prevaleció durante el siglo XX (Aisenson, 2011; Maree, 2010).

53
3.3.2. Enfoque posmoderno: narratividad y la elección como

construcción

Recientemente en psicología vocacional ha comenzado a ocurrir un cambio

paradigmático que va desde el positivismo hacia el constructivismo y

construccionismo social, representado y englobado en el enfoque

posmoderno, que viene a subsanar y complementar una serie de supuestos y

limitaciones que emergieron de los enfoques teóricos anteriores (Bujold, 2004;

Maree, 2010; Sampson, 2009).

Según Kaliris y Kriwas (2013), el cuestionamiento de la teoría y práctica de los

modelos de desarrollo de carreras tradicionales contribuyó a la formación del

enfoque posmoderno o constructivista, principalmente caracterizado por: 1)

asumir que los fenómenos sociales son construcciones multifacéticas no

determinados por relaciones causales; 2) conceptualizar la realidad como una

construcción social; y 3) destacar y atender el proceso de construcción de

significados como herramienta fundamental para examinar el desarrollo y la

comprensión de las acciones humanas.

Esta perspectiva asume que los individuos se relacionan, interactúan y

construyen significados activamente a través de experiencias sociales, por lo

que el comportamiento humano sólo puede ser comprendido atendiendo al

contexto en el que ocurre. A su vez, dice Brott (2001) “si los sujetos participan

activamente en la creación de su propia realidad, entonces se sigue que

también crean su propia historia en relación con sus experiencias”. En este

sentido cobran relevancia las narrativas que, sirviéndose del lenguaje y

formándose a través del diálogo, permiten elucidar la forma en que los seres

54
humanos construyen sus identidades y sus carreras (Brott, 2001; Kaliris &

Kriwas, 2013), siendo el enfoque posmoderno esencialmente un enfoque

narrativo, sobre esto último nos detendremos con el objeto de elaborar con

detalle esta idea.

Los enfoques narrativos de las Ciencias Sociales provienen de las

epistemologías constructivistas y construccionistas, cuya premisa fundamental

se basa en la construcción de la realidad (Aya, 2011; Bruner, 2004). Éstos

surgen como una alternativa al paradigma positivista al replantear las formas

de conceptualizar y estudiar la condición humana, situando a la narrativa como

esencia ontológica de la vida social (Capella, 2011; Crossley, 2000; Sarbin,

1986).

Cuando hablamos de narrativa o narrativas no existe una definición única que

cubra todas sus acepciones (Fernández-Núñez, 2015). Por ejemplo,

Polkinghorne (1988) expresa que “narrativa” puede referirse al proceso de

elaborar una historia, al esquema cognitivo de la historia, o al resultado del

proceso también llamado relatos, cuentos o historias. Sin embargo, en un

sentido amplio las narrativas también pueden ser entendidas como aquellos

instrumentos, que al tomar la forma de textos (escritos o hablados), permiten

organizar y otorgar sentido y significado a las experiencias de las personas,

haciendo posible forjar una historia unificada, coherente y significativa

respecto a los aspectos cambiantes de nuestras vivencias (Aya, 2010; Bruner,

1991; Marín y Ramírez, 2011).

Entendiendo la narrativa como principio organizador de la experiencia y acción

humana, Sarbin (1986) sostiene que los seres humanos piensan, perciben,

55
imaginan y actúan según estructuras narrativas. Sin embargo, las narrativas

no surgen de un acto mental individual sino que es una producción discursiva

de naturaleza interpersonal (Goncalves, 2002).

A modo general, Barthes (1966, en Polkinghorne, 1988) explica que “no existe,

y nunca ha existido, un pueblo sin narrativa”. Así, y aunque el ser humano

siempre está realizando relatos y cada sujeto cuenta sus historias, ninguna de

ellas pertenece exclusivamente a uno mismo, puesto que éstas se construyen

en un contexto interpersonal, inseparable del contexto cultural donde ocurren

(Aya, 2010).

Como planteó Serrano (1995) nuestras historias “son el resultado de nuestros

encuentros con otras historias, y nuestra experiencia es el resultado de esos

encuentros y esos diálogos con los demás”. Los relatos son y serán co-

construidos permanentemente con las personas, los contextos sociales en los

que se encuentra inmerso, la cultura a la que pertenece y el tiempo histórico

que le tocó vivir, los que proveen estructuras que configuran, facilitan o

dificultan ciertos relatos (Capella, 2011; McAdams, 2006).

Concebir al ser humano como un sujeto narrativo implica necesariamente

posicionar el dominio del significado en un lugar preeminente de la experiencia

psicológica (Serrano, 1995). Los significados no constituyen representaciones

ni propiedades estables de los objetos, del mismo modo que las narrativas no

son historias predeterminadas que sencillamente se comunican a los demás

(Dominguez y Herrera, 2013).

56
Los significados se desarrollan, construyen y modifican narrativamente,

determinando fuertemente la manera en que se le da sentido a la experiencia.

Así, para Dominguez y Herrera (2013) la narrativa actúa como “marco en el

que se da significado a las experiencias, las hacen significativas y le dan

sentido”.

En tanto, se plantea que los seres humanos organizamos nuestra experiencia

de modo narrativo a través de historias o relatos, la realidad es inseparable de

estos (Bruner, 1991; Escalante, 2013). En este sentido, “en un mundo

construido y constituido por palabras existe una relación entre la vida y las

narrativas, es decir que damos sentido narrativo a nuestras vidas, y asimismo,

damos vida a nuestras narrativas” (Dominguez y Herrara (2013).

Cotidianamente construimos relatos para explicar quiénes somos y el porqué

de nuestras conductas, para darle sentido al actuar de los otros y de lo que

sucede a nuestro alrededor (Polkinghorne, 1988). Tales historias expresan

cómo nos sentimos, pensamos y posicionamos frente a una determinada

temática o decisión, definiéndonos y diferenciándonos de otros, cumpliendo

así una función en la construcción identitaria (Duero, 2006; Marín y Ramírez,

2011).

Por último es importante señalar que numerosos autores avalan la idea de que

el discurso narrativo es una forma privilegiada de auto-construcción (Bruner,

2004; McAdams, 2001; 2006; 2008). De acuerdo con Serrano (1995), las

historias que narramos “nos dicen quiénes somos, y si bien una de sus

funciones es la de describir las experiencias del pasado y los anhelos del

57
futuro, lo fundamental es constatar la función constitutiva que ellas poseen en

la construcción de la experiencia”.

Los historias que hablan sobre la propia vida han sido denominados de

diversas maneras: narrativa personal, narrativa autobiográfica, relatos de vida,

historia de vida, historia personal, son solo algunas de estas expresiones que,

a menudo, son utilizadas como conceptos intercambiables (Gaydos, 2005).

La narrativa personal se define como una forma de relato autobiográfico que,

aun cuando no sea verbalmente relatada, estructura y da forma a las

experiencias vitales, cumpliendo un papel de organización personal (Gaydos,

2005; Neimeyer, Herrero y Botella, 2006). Asimismo, Bruner (2004) plantea

que la propia historia no es un registro lineal de lo ocurrido sino una

interpretación y reinterpretación de nuestra experiencia, por lo cual es un

proceso de construcción de la vida.

La identidad es construida y la experiencia organizada mediante la narración

de lo vivido. La narrativa personal ofrece representaciones subjetivas de

eventos y situaciones tal como son interpretadas por el sujeto, y donde lo

realmente importante no es el hecho en sí mismo “sino el significado que el

hecho ha asumido en la historia subjetiva” (Ricoeur, 1970 en Kirshner, 2007).

De este modo, Lindon (1990) explica que una de las características centrales

de las narrativas autobiográficas es su carácter experiencial, en ellas se narran

experiencias vividas por el narrador, las cuales son recordadas, interpretadas

y conectadas, ofreciendo una versión de lo ocurrido tal como fue experienciado

por el autor.

58
Como señalara Sartre (2008), el hombre es siempre “un narrador de historias;

vive rodeado de sus historias y de las ajenas, ve a través de ellas todo lo que

le sucede; y trata de vivir su vida como si la contara”. La forma en cómo vivimos

la vida es inseparable de cómo la contamos, damos sentido al mundo y a

nosotros mismos, al mismo tiempo, explicamos el accionar de otros y el

nuestro a través de los relatos que construimos (Bruner, 2004).

En relación con lo anterior, Reid (2005) expone que “las personas no separan

el resto de sus vidas de las elecciones que hacen sobre sus carreras…; las

decisiones en un mundo cambiante están influenciadas y fundamentadas en

la experiencia previa”, la cual es organizada mediante la construcción

narrativa.

Para Fernández-Núñez (2015) la forma a la que recurren los actores para

referirse a sus experiencias vitales como historias puede aportar luz para ver

los personajes, acontecimientos y sucesos esenciales de estas experiencias.

Así, accediendo a las narrativas de la propia vida se hace posible el acceso

tanto a los elementos biográficos como a los significados personales que

guiaron las elecciones profesionales (Marín y Ramírez, 2011; McIlveen &

Paton, 2007).

Todas estas asunciones se encuentran en la base de la Teoría de

Construcción de Carreras de Savickas, la cual a rasgos generales expone que

las personas eligen y construyen sus vidas y carreras imponiendo significado

a su comportamiento y sus experiencias vitales (Maree, 2010).

59
3.3.3. Teoría de construcción de carrera de Mark Savickas

La teoría de construcción de carrera (TCC) suele ser concebida como una

versión expandida y actualizada de la teoría del desarrollo vocacional de Super

que, sustentada en el constructivismo y construccionismo social (McMahon,

2014), busca explicar cómo las personas activamente construyen, dirigen y

dan significado a sus carreras a través de sus relaciones e interpretaciones del

mundo (Leong & Flores, 2013).

Savickas (2011) sostiene que las teorías existentes sobre el desarrollo de

carreras no contemplan adecuadamente los rápidos cambios que experimenta

la estructura ocupacional ni las consecuencias que tiene en la vida de los

sujetos, por lo que desarrolló un marco teórico sensible al contexto en el que

las personas viven y construyen sus vidas.

La teoría ve las carreras desde una perspectiva contextualista, donde se

desarrollan impulsadas por la búsqueda activa de adaptación al entorno más

que por la maduración de estructuras internas. En este sentido, desde esta

perspectiva resulta crucial la noción de que las carreras no se limitan a

desarrollarse, más bien son construidas por los sujetos al otorgarle significado

a su conducta vocacional y sus experiencias (McMahon 2014; Savickas, 2002,

2005).

En este sentido, propone que las personas construyen sus carreras en una

ecología social determinada, entre otras variables, por el entorno físico, la

cultura, grupo racial, familia, vecindario, centro educativo y un tiempo histórico

concreto, configurando una visión más o menos unificada acerca de cómo las

60
relaciones sociales deben llevarse a cabo y cómo la vida debe ser vivida

(Savickas, 2002).

Otra dimensión relevante sobre el contexto en cual son construidas las

carreras coincide con la visión de Super (1980), en que los roles sociales que

asumen los individuos a lo largo de su vida, así como los ‘teatros culturales’

en que éstos roles son desplegados juegan un papel importante en la elección

y construcción de sus carreras (Savickas, 2002).

Finalmente, la teoría de la construcción de carrera busca ofrecer un marco

holístico de la elección y desarrollo de carreras al incorporar las perspectivas

diferencial, del desarrollo y dinámica– representando el qué, porqué y el cómo

de la conducta vocacional – bajo la personalidad vocacional, los temas de vida

y la adaptabilidad de carrera, conceptos fundamentales de este enfoque

(McMahon, 2014; Savickas, 2005).

A. Personalidad vocacional

La personalidad vocacional es definida como el conjunto de habilidades,

necesidades, valores e intereses asociados a la carrera de una persona

(McMahon, 2014; Savickas, 2005). Este componente de la teoría de la

construcción de carrera se basa en la tipología de personalidad vocacional de

Holland, la cual considera que existen seis diferentes tipos de personalidad en

las que pueden ser clasificados los individuos (Béjar, 1993; Brown, 2002;

Cadde, 1997; Osipow, 2008):

61
 Realista: las personas de orientación realista suelen ser conformistas,

estables, persistentes y prácticas. Se caracterizan por tener un gran

interés en actividades que requieren coordinación motriz, habilidades

manuales y fuerza física. Evitan tareas que implican habilidades

verbales e interpersonales y buscan resolver situaciones problemáticas

concretas.

 Intelectual: son personas analíticas, originales, curiosas e

independientes. Prefieren aquellas actividades que implican pensar,

organizar y comprender, más que las de actuar, dominar o persuadir.

Les gusta analizar las situaciones y trabajar con conceptos.

 Artístico: se trata de personas imaginativas, idealistas y emotivas,

manifiestan una fuerte autoexpresión y se relacionan con otras

personas indirectamente por medio de sus expresiones artísticas.

Prefieren actividades ambiguas y poco sistemáticas que facilitan la

expresión creativa.

 Social: son personas sociables, amigables, cooperativas y

comprensivas. Las personas con orientación social parecen satisfacer

sus necesidades de atención por medio de una situación terapéutica y/o

de ayuda o mediante una situación de enseñanza. Buscan situaciones

interpersonales íntimas y son muy hábiles en ellas.

 Emprendedor: son personas con autoconfianza, ambiciosas,

enérgicas y dominantes. Las personas de esta orientación tienen gran

habilidad verbal, se interesan por el poder y el estatus, prefiriendo

actividades interpersonales que ofrecen la posibilidad de influir en los

demás.

 Convencional: son personas conformistas, eficientes y prácticas. Se

caracteriza por un gran interés en las normas y las regulaciones, la

62
subordinación de las necesidades personales y una fuerte identificación

con el poder y el estatus. Este tipo de personas prefieren la organización

y el orden, buscando así aquellas situaciones laborales donde sea

posible la organización.

Los tipos de personalidad vocacional definidos por Holland son constructos

teóricos para comprender en qué difiere la personalidad, comportamiento e

intereses profesionales de las personas (Cadde, 1997). Asimismo, Holland

concibe el fenómeno de elección como un acto expresivo donde la persona

refleja sus motivaciones, conocimientos y aptitudes hacia una dirección

ocupacional, considerando la personalidad vocacional como un conjunto de

rasgos estables capaces de predecir la elección futura (Béjar, 1993; Savickas,

2005).

Los estilos de personalidad son útiles para caracterizar similitudes y

diferencias entre personas y grupos. No obstante, para Savickas (2005), éstos

no tienen valor real ni reflejan una ‘verdad’ fuera de sí mismos porque

dependen de las construcciones sociales del tiempo, lugar y cultura que las

sustentan, prefiriendo concebirlos como procesos dinámicos que presentan

posibilidades más que certezas.

En este sentido, la teoría de construcción de carrera considera los tipos de

personalidad y los intereses ocupacionales como fenómenos relacionales que

reflejan significados emergentes y socialmente constituidos, que se modifican

y transforman con las experiencias (McMahon, 2014). Los sujetos van

formando sus personalidades en sus familias de origen y las desarrollan en

relación a sus contextos (vecindario, escuela, etc.), mientras se preparan para

63
entrar al mundo laboral. No obstante, antes que estas características se

expresen en ocupaciones, se ensayan en actividades tales como quehaceres

domésticos, juegos, pasatiempos, lectura y estudio, entre otras, lo que dan

luces sobre tentativas e intereses profesionales (Savickas, s.f; 2005).

B. Temas vitales (‘life themes’)

La teoría de construcción de carrera propone que, a través de la narrativa, los

individuos comparten quienes son y lo que les importa, lo que permite capturar

la experiencia de vida subjetiva de un individuo en forma de historia (Del Corso

& Rehfuss, 2011).

A través de la narración, surgen los temas vitales concebidos como un

producto en forma de historia que son elaborados y producidos

permanentemente en conversaciones con los demás y consigo mismo, en un

proceso activo de creación de significado (Bujold, 2004; McIlveen, 2011).

En este sentido, los temas vitales son descritos como el componente narrativo

de la teoría, y se focalizan en explicar el porqué de la conducta vocacional,

permitiendo explorar las carreras profesionales de un modo en que la

personalidad vocacional y la adaptabilidad de carrera no permiten hacerlo

(McMahon, 2014; Savickas, 2005).

Al concebir los temas vitales, Savickas recoge la comprensión adleriana en

que tanto la percepción sobre los acontecimientos pasados, así como su

interpretación influyen permanentemente en la vida de las personas (McIlveen,

64
2011). En este sentido, el tema biográfico trata sobre lo que importa en la

historia de vida de una persona, y resulta importante para éstos porque da

sentido y propósito a su conducta vocacional, (Savickas, 2005).

Un tema de vida (‘life theme’) se define como “la representación afectiva y

cognitiva de un problema o conjunto de problemas, percibidos o

experimentados consciente o inconscientemente, que constituyó una fuente

fundamental de estrés psíquico para una persona durante la infancia y para lo

cual se busca una resolución por encima de todo” (Csikszentmihaly & Beattie,

1979).

La teoría de construcción de carrera afirma que todas las personas han

experimentado algún tipo de dolor que se esfuerzan por superar o, en palabras

de Savickas, “dominar activamente aquello que sufrieron pasivamente” (1997).

Como resultado de lo anterior, las necesidades e intereses personales se

presentan repetidamente en la vida del individuo en el intento de implementar

su sufrimiento personal en roles públicos, en otras palabras, convertir sus

preocupaciones en ocupaciones (Del Corso & Rehfuss, 2011; Savickas, 2005).

Para Savickas (2005) “el problema es la preocupación, y la solución, al menos

en el ámbito laboral, es la ocupación”, sugiriendo que los intereses

vocacionales se originan como soluciones a las preocupaciones vitales,

trazando estrategias para la adaptación integral y óptimo desarrollo del

individuo, lo que constituye la esencia misma de los temas vitales.

En consecuencia, los temas de vida complementan la perspectiva objetiva de

la personalidad vocacional al posibilitar la interpretación de los significados

65
personales que las personas tienen sobre sí mismas y de su mundo. Son estas

concepciones subjetivas las que revelan el propósito y, el propósito en lugar

de los rasgos, componen los temas vitales que controlan el comportamiento,

explican su continuidad, otorgan el sentido de coherencia a la identidad y

prevén la acción futura (Savickas, 2005).

Finalmente, los temas de vida y la personalidad vocacional son perspectivas

que deben ser integradas en conjunto con la adaptabilidad de carrera, en el

esfuerzo de comprender de manera integral los esfuerzos que hacen las

personas para construir sus carreras profesionales e insertarse a los

ambientes (Savickas, 2005).

C. Adaptabilidad de carrera

La construcción de la carrera, incluyendo la iniciación de los estudios

superiores como una parte de esta, es vista como una serie de intentos de

implementar la imagen que se tiene de sí mismo en los distintos roles sociales

centrando su atención en la adaptación a una serie de transiciones vitales (ej.

del liceo a la universidad, de la universidad al trabajo, de trabajo a trabajo, etc.)

(McMahon, 2014; Savickas, s.f.).

En esta construcción, los jóvenes, y las personas en general, se adaptan en el

esfuerzo de aumentar la congruencia entre su autoconcepto y su contexto para

así convertirse en la persona que se quiere llegar a ser (Savickas, 1997). El

concepto de adaptabilidad se refiere a la cualidad de ser capaz de cambiar

para adaptarse a las circunstancias nuevas y/o cambiantes de la vida, en

66
especial a aquellas relacionadas con las transiciones de ambientes laborales

y educativos, como lo es el ingreso a la universidad (Savickas, 1997; 2005).

La capacidad de adaptarse implica la ejecución actitudes planificadas, la

exploración del ambiente y de sí mismo, y la toma de decisiones informadas,

lo que depende de una serie de recursos para hacer frente a las complejidades

de estas transiciones. Al considerar la adaptabilidad pone de relieve un

conjunto de actitudes (attitudes), creencias (beliefs) y competencias

(competences) – el ABC de la construcción de carrera – que configuran las

estrategias de resolución de problemas y de afrontamiento que los individuos

utilizan para sintetizar sus auto-conceptos con los nuevos roles que se asumen

(Savickas, 2005).

La adaptabilidad de carrera es una construcción psicológica que denota la

disposición y los recursos para hacer frente a las tareas transicionales y del

desarrollo vocacional, que aumenta a medida que el individuo: a) se ve

preocupado (‘concerned’) por su futuro vocacional; b) aumenta el control que

tiene sobre su propio futuro vocacional; c) exhibe curiosidad (‘curiosity’) o

interés por explorar otros yoes posibles y escenarios futuros; y d) fortalece la

confianza (‘concerned’) que tiene para seguir sus aspiraciones (Savickas, s.f.;

2005).

67
IV. OBJETIVOS

4.1. Objetivo general:

 Analizar el proceso de elección de carrera profesional en estudiantes

de Psicología.

4.2. Objetivos específicos:

 Identificar y describir los eventos vitales que los estudiantes de

Psicología relacionan con su proceso de elección de carrera

profesional.

 Identificar los referentes personales asociados a la elección de carrera

profesional de los estudiantes de Psicología.

 Identificar los significados asociados al proceso de elección de carrera

profesional en estudiantes de Psicología.

68
V. MARCO METODOLÓGICO

5.1. Tipo de estudio

La presente investigación está construida desde la perspectiva cualitativa,

pues se enfatiza en la comprensión del fenómeno de estudio desde la visión

de los participantes (Hernández, Fernández & Baptista, 2010; Peña, 2006). Su

alcance es exploratorio-descriptivo y, en base al criterio temporal, transversal

pero con interés retrospectivo en los relatos biográficos de los participantes.

Las investigaciones de corte cualitativo se centran en la comprensión de la

realidad tal como nos la presentan las personas, es decir, vista a partir de la

lógica y el sentir de sus protagonistas (Peña, 2006). Asimismo parte del

supuesto básico que la realidad está construida de significados y símbolos

socialmente concertados, motivo por el cual la intersubjetividad es el punto de

partida para intentar captar y comprender profundamente los significados y

definiciones que la personas utilizan para describir su mundo (Lévano, 2007).

La investigación se realizó a partir de la recolección de información sobre las

trayectorias vitales previas a la elección de Psicología como carrera

profesional en jóvenes estudiantes universitarios (18 a 24 años) de la ciudad

de Iquique, haciendo uso de entrevistas semi-estructuradas individuales. Los

datos generados por el procedimiento anterior fueron tratados por medio de

dos fases de análisis: holístico de contenido y categórico de contenido, las

cuales serán descritos más adelante en el presente capítulo.

69
5.2. Enfoque y diseño de investigación

El enfoque del estudio es el biográfico-narrativo que, sustentado en el

paradigma interpretativo, se define como una perspectiva amplia y pertinente

para el abordaje de la identidad, de los significados y elementos cotidianos

presentes en los procesos de interrelación, identificación y reconstrucción

personal y cultural (Bolívar & Domingo, 2006). Este enfoque aparece como

alternativa a la de los modos paradigmáticos de generar conocimiento, donde

se replantea el papel del sujeto investigador y la necesidad de incluir la

subjetividad en el proceso de comprensión de la realidad (Díez, Rodríguez &

Romo, 2013).

El enfoque biográfico-narrativo descansa sobre cinco premisas, así es: 1)

Narrativo, por cuanto el conocimiento práctico y experiencial son transmitidos

por medio de narrativas; 2) Constructivista, en tanto el pasado se explica,

construye e interpreta con referencia al presente, existiendo una continua

atribución de significados de las múltiples historias; 3) Contextual, ya que las

narraciones biográficas e historias que se relatan sólo tienen sentido dentro de

los contextos (sociales, culturales e institucionales) en que se produjeron; 4)

Interaccionista, puesto que los significados se construyen e interpretan en

función y continua interacción con el contexto en el que se desenvuelven los

actores; 5) Dinámico, dado que posee un componente temporal importante

que se construye y reconstruye en un proceso continuo aunque no homogéneo

(Álvarez & Porta, 2012; Bolívar & Domingo, 2006).

En este enfoque, el investigador recolecta datos sobre las historias de vida y

experiencias de determinadas personas para describirlas y analizarlas

70
(Lévano, 2007), no obstante, Quintana (2014) clarifica que adoptar este

enfoque no necesariamente implica abordar todo el curso vital, siendo

conveniente una focalización en cierto ámbito de la vida del entrevistado,

definiendo un eje temático de acuerdo al interés teórico-práctico del

investigador.

Respecto al diseño de investigación se utilizó el retrospectivo (Flick, 2009)

característico de los estudios biográficos, resultando especialmente adecuado

en la exploración de acontecimientos y procesos que transcurrieron en el

tiempo como lo son, en este caso, las elecciones de carrera de estudiantes de

Psicología.

5.3. Focos de estudio

A partir de los referentes teóricos revisados, se consideraron los siguientes

focos de estudio:

 Elección de carrera profesional: entendido como un proceso

identitario que haya sus raíces en las experiencias significativas de la

propia vida y la construcción activa de significados, cuya culminación

coincide con el momento en que la persona se decide por una carrera

en particular e ingresa a la universidad para comenzar su formación

profesional.

 Eventos vitales: entendido como aquellos sucesos que son relevantes

en la vida de las personas y que son reconocidos como importantes

para el cambio personal por las mismas. Ejemplos de eventos vitales

son el cambio de hogar o de colegio, la pérdida de un familiar, o la

71
elección de una carrera universitaria de cara a desempeñar una

profesión determinada a futuro.

 Referentes de elección: cualquier sujeto significativo al que las

personas le atribuyen cierto grado de influencia en su proceso de

elección de carrera profesional, pudiendo ser familiares, amigos,

compañeros, profesores, entre otros (Quintana, 2014).

5.4. Participantes

Los participantes fueron tres hombres y cuatro mujeres estudiantes de la

Universidad de Tarapacá (ver Tabla 5.1); todos residentes de la ciudad de

Iquique y con edades comprendidas entre los 18 y 24 años, que: 1) al egresar

de educación media optaron por estudiar la carrera universitaria de Psicología;

y 2) que al momento de la entrevista, se encontrasen cursando sus estudios

superiores.

Tabla 5.1. Caracterización de los participantes

Avance
Identificación Sexo Edad Año de ingreso
curricular

Lorena Mujer 21 2013 Cuarto año

Dante Hombre 21 2013 Cuarto año

Julián Hombre 20 2015 Segundo año

Anna Mujer 24 2011 Egresada

Fabiana Mujer 23 2011 Egresada

Mateo Hombre 18 2017 Primer año

Leonor Mujer 19 2017 Primer año

72
El muestreo de los participantes fue por conveniencia y se realizó siguiendo la

estrategia conocida como bola de nieve (“snowball”), en el que el investigador

solicita a los entrevistados que sugieran a otras personas que pueden resultar

buenos candidatos para participar del estudio (Martínez-Salgado, 2012). Se

continuó con este procedimiento hasta que se alcanzó la saturación de los

elementos necesarios para obtener una visión más o menos acabada del

fenómeno de estudio (Peña, 2006).

5.5. Dispositivo y procedimiento para la producción de información

El dispositivo de producción de información fue la entrevista semiestructurada

con guión temático, construyéndose así una línea argumental orientada a

indagar en el proceso de elección de carrera profesional y demás elementos

asociados presentes en la trayectoria de los participantes.

Para Villar y Triadó (2006) la entrevista semiestructurada es el instrumento

más adecuado y utilizado para la obtención de información relacionada a las

historias de vida de los sujetos, puesto que permite acceder a información de

gran riqueza y profundidad al no limitar la respuesta del narrador con formatos

prefijados y porque a pesar de lo anterior los temas a tratar son definidos a

priori por el investigador, permitiendo seguir un guión flexible que al recoger

los temas a tratar y preguntas fundamentales a realizar facilita la comparación

entre los distintos relatos.

Cabe señalar que a medida que avanzaba el proceso de investigación, el guión

de la entrevista fue sucesivamente modificado para aprehender de cuestiones

73
no previstas que surgieran de encuentros previos y que aportaran información

relevante del tema de estudio hasta convertirse en la versión que se incluye

en los anexos.

El procedimiento que se siguió para la producción de datos comenzó con el

contacto cara a cara con los potenciales participantes donde se explicó la

investigación, sus objetivos y propósitos, así como potenciales beneficios y

riesgos derivados de ésta. Posteriormente se concertó una fecha y hora a

convenir con las personas que aceptaron participar del estudio para la

realización de la entrevista, las cuales se condujeron individualmente y se

llevaron a cabo en una sola sesión, con una duración que oscilaba entre hora

y media a dos horas aproximadamente.

Hernández y cols. (2010), señalan que resulta recomendable que las

entrevistas ocurran en ambientes naturales y cotidianos de los participantes,

razón por la cual éstas se llevaron a cabo en las dependencias de la sede

Esmeralda de la Universidad de Tarapacá o en el Centro de Atención y

Actividades Prácticas de Psicología (CAAPps) de la misma institución, según

la comodidad de cada participante.

5.6. Análisis de la información

El material producido tras las entrevistas ha sido trabajado por medio del

análisis narrativo, el cual resulta particularmente útil para tratar de entender

cómo las personas organizan sus experiencias, construyen significados y dan

sentido a sus vidas (Hiles, Čermák & Chrz, 2010; Riessman, 2000).

74
En tanto, Phoenix (2010) advierte que no existe un único método de análisis

narrativo, sino que más bien encontramos una multitud de maneras distintas

en que los investigadores trabajan narrativamente con los datos (ver por

ejemplo Braun & Clark, 2006; Clandinin & Conelly, 1990; Riessman, 2005;

2008). Por su parte Sparkes (2003) sugiere tratar los datos narrativos con

múltiples formas de análisis para captar de mejor manera la complejidad de

los fenómenos estudiados. Finalmente en este estudio se determinó llevar a

cabo dos tipos de análisis: Holístico de contenido y Categórico de contenido.

El procedimiento de análisis de la información recogió principalmente las

propuestas de Braun y Clark (2006; 2012) y de Hiles y Čermák (2009)

comenzando por la transcripción a texto del audio grabado durante la sesión

de entrevista a fin de construir el corpus de datos a analizar. De acuerdo a

Bamberg (2012) la transcripción de la entrevista tiene tres objetivos: 1) intentar

representar aquello que ha ocurrido en la conversación, discusión o diálogo;

2) suponer una primera interpretación de dicha realidad; 3) expresar aquello

que para el investigador ha resultado relevante comunicar, incluyendo

elementos lingüísticos y paralingüísticos del encuentro.

Acto seguido se realizaron lecturas sucesivas del material en bruto para

construir una primera impresión global del relato y se realizó un trabajo de

edición de aspectos que pudieran hacer reconocibles a los narradores

(nombres propios de personas y lugares, entre otros). A partir de aquí el

modelo de Hiles y Čermák (2009) continúa adoptando varias perspectivas

distintas de interpretar los datos, no obstante, tal como se señala más arriba,

dos fueron los enfoques interpretativos utilizados:

75
5.6.1. Análisis Holístico de contenido

Esta forma de análisis se sirve del relato completo del sujeto para el estudio

del contenido presente en éste, separándolo en secciones y analizando cada

uno de estos segmentos en relación con el resto del relato o conjunto de la

historia (Sparkes, 2003), apuntando así apuntando a dar una imagen global o

integral del contenido de la historia del sujeto. De acuerdo a lo señalado por

Hiles y Čermák (2009), se siguieron los siguientes pasos:

 Lectura del material (transcripción de la entrevista) sin un foco especial,

esperando que emerjan patrones.

 Se destacan los temas que emergen reiteradamente y a su vez se

consideran los aspectos o eventos que aparecen como contradictorios

entre si y que le restan coherencia a la historia global.

 Se releen y se establecen relaciones entre los temas y entre los temas

específicos y el tema principal.

 Se construye una nueva narración que da cuenta del tema central.

5.6.2. Análisis Categórico de contenido

Esta forma de análisis está especialmente emparentado con el análisis

temático (AT) propuesto por Riessman (2005; 2008). Según Lieblich, Tuval-

Mashiach y Zilber (1998) en Sparkes (2003) el proceso de análisis consiste en

descomponer el texto en pequeñas unidades de contenido o temas los cuales

de analizan por separado. Los temas en los que se enfoca el análisis están

definidos por las preguntas de investigación, que en este estudio apuntan al

76
proceso de elección de carrera universitaria y a las trayectorias previas a dicha

elección. El procedimiento de análisis fue el siguiente:

 Se consideraron los temas específicos que salen a la luz en el análisis

holístico de contenido al que se sometieron los datos narrativos. Se hizo

foco en aquellos que resultaban pertinentes a las preguntas de

investigación que guiaron este estudio, especialmente los relacionados

con el proceso de elección de carrera universitaria.

 Se definieron unidades de significado desde los enunciados del corpus

de datos, que representaban o evidencian cada categoría temática y se

asociaron a éstas.

 Se establecieron relaciones entre los temas que emergen en los

distintos participantes, se construyeron categorías mayores que

incluían y permitían dar respuesta a las preguntas planteadas.

 Se describieron categorías amplias inter-participantes.

 Se consideraron las categorías: elección de carrera, eventos vitales y

referentes de elección, como categorías predefinidas como foco de

estudio. No obstante, en el análisis también se consideraron aquellas

categorías emergentes o no contempladas que estuvieran asociadas a

la elección de carrera profesional de los participantes.

Los resultados y hallazgos de la investigación emanados por medio del

Análisis Holístico de Contenido se entregaron caracterizando individualmente

a cada participante, en tanto, del Análisis Categórico de Contenido se

integraron las distintas perspectivas de todos los participantes del estudio

estableciendo temas comunes. Lo anterior, con el objeto de dar cuenta tanto

de las particularidades como de las coincidencias presentes en los recorridos

77
vitales de cada participante y que permiten teorizar sobre el proceso de

elección de carrera.

5.7. Aspectos éticos

El marco ético por el cual se rige la presente investigación, corresponde a los

principios básicos expuestos en el Informe Belmont (1979), estos son: 1)

Respeto, 2) Beneficencia y 3) Justicia.

De acuerdo con el principio de respeto, se realizó un proceso de

consentimiento informado, donde se entrega un documento explicitando los

objetivos, procedimientos y desarrollo del estudio, e informando del carácter

voluntario y confidencial de su participación, lo anterior con el propósito de

resguardar la autonomía de la persona respecto a su decisión de participar en

el estudio. En relación al principio de beneficencia, se informó a los

participantes respecto a los riesgos y beneficios potenciales de implicarse en

la investigación, ofreciendo la posibilidad de recibir atención psicológica en el

caso que lo estimase necesario y la capacidad de terminar su participación en

el estudio en cualquier momento. Finalmente, el principio de justicia se

salvaguardó mediante la imparcialidad de la selección de los sujetos de la

investigación.

78
VI. RESULTADOS

Los resultados de la investigación son presentados en dos etapas. En la

primera parte, se presenta una reconstrucción narrativa y comprensiva del

desarrollo de la elección de carrera profesional que siguió cada uno de los

participantes. En segunda instancia, son expuestos los resultados del análisis

del conjunto de los relatos lo que da cuenta de los temas y significados

comunes que surgen en torno a la elección profesional.

6.1. Historias biográfico-narrativas de la elección profesional

De manera inicial y a modo de relatos se presentan los resultados del análisis

holístico de contenido, lo que permite visualizar las temáticas centrales que

giran en torno a la trayectoria vital y proceso de elección profesional de cada

uno de los participantes. A partir de los relatos, se realizó una reconstrucción

narrativa que aportará comprensión sobre la construcción y desarrollo de la

elección profesional a nivel individual, considerando para ello tanto las

circunstancias subjetivas del proceso de elección como los eventos e hitos

biográficos que le anteceden y que se encuentran asociados a éste.

Para realizar el análisis holístico se consideró todo el material generado tras

las entrevistas de los primero cinco participantes del estudio, siendo trabajadas

de manera individual. Los resultados son presentados en forma de historias

individuales que permiten seguir el desarrollo y construcción de la elección

profesional, partiendo por caracterizar al participante, para posteriormente, dar

cuenta del contexto biográfico y subjetivo del sujeto y su elección. Al realizar

79
este trabajo de reconstrucción de las narraciones, se han puesto en cursiva

aquellas palabras o frases que resumen los sentidos centrales de la historia

de elección profesional de cada participante.

6.1.1. Historia de Lorena: Me criaron para ser odontóloga pero

terminé estudiando Psicología para quedarme con mi familia.

Lorena es una joven de 21 años que cursa el octavo semestre de la carrera de

Psicología en la Universidad de Tarapacá. Nació en Iquique y ha estado

radicada en la ciudad desde entonces. En el presente vive junto a sus padres,

su hermana menor y su pareja, con quien sostiene una relación desde hace

algo más de un año, finalmente su actividad principal es ser estudiante

universitaria.

La historia de su elección profesional se remonta a experiencias tempranas de

su vida. A la edad de seis, su madre sufre de cáncer y parte a Santiago junto

a su padre para tratar dicha enfermedad debiendo quedar al cuidado de sus

abuelos durante un largo periodo. Lorena explica que la ausencia materna y

las circunstancias estresantes que generó este acontecimiento se erigen como

un momento traumático de su vida, obligándole a “madurar antes de tiempo”.

“empecé a ver la vida de otra forma, o sea yo sabía de qué tenía que

estudiar algo para mantener a mi familia, una cuestión así cachai, era

como bien cuadrá'”.

80
Durante la misma época, Lorena comenzaba a definir que estudiaría para ser

odontóloga, idea que a partir de ahí se instaló de manera inamovible en su

proyecto profesional. Lo anterior se comprende bajo la fuerte influencia que

ejerció su tía materna durante su infancia. Ésta última de profesión odontóloga,

deseaba explícitamente que Lorena desempeñara su misma profesión,

estimulando el desarrollar de intereses profesionales a través de experiencias

lúdicas. De la misma manera, Lorena relata que su familia siempre le reforzó

el deseo que tenía de dedicarse a esta profesión.

“[Mi tía] me crió para ser odontóloga, o sea me hacía jugar con los

dientecitos y meterme allá y toda la cuestión, y no se po brackets y todo”

“[Mis papás] me preguntaban que quería ser, y yo les decía no se po

odonto, ‘ah ya va a ser odontóloga’ y me compraban esas cuestiones

de Play-Doh, de tapar muelas y todo lo que quería po”

Si bien se puede remontar los orígenes de su preferencia profesional a la fuerte

identificación lograda con su tía durante su niñez y el permanente estímulo del

grupo familiar, el medio escolar jugó un rol particularmente importante en esto.

Lorena estudió durante su enseñanza básica en un establecimiento particular,

donde desde un principio vivenció situaciones de acoso escolar de parte de

sus compañeros con burlas alusivas a su peso. Buscando sentirse cómoda en

este contexto, Lorena recuerda con rechazo y un dejo de vergüenza la imagen

que se obligó a asumir para cumplir con los estándares sociales y ser incluida

por el grupo de pares, comprendiendo que debía aparentar “para poder

sobrevivir”. Así, para Lorena una profesión como la odontología estaba a la

81
altura de las expectativas que se esperaban de una estudiante de dicho centro

escolar.

“[En el colegio] nos preguntaban a cada rato que quería ser, que quería

ser y si tú no eras médico eras así como pobre”.

Durante años conservó la odontología como única opción, no obstante un

acontecimiento vital experimentado en su adolescencia comenzaría a cambiar

silenciosamente su destino profesional. Lorena explica que producto de una

serie de malas experiencias con sus relaciones sociales le llevaron a adoptar

una actitud introvertida y de desconfianza general hacia las personas. Insegura

de sí misma, como refiere, volvería a sucumbir ante la presión social

desarrollando bulimia y viviendo con este trastorno por casi dos años.

Una vez que su familia logra darse del estado en que se encuentra Lorena, le

brindan el apoyo e intervención profesional necesaria. De igual forma el

establecimiento escolar le brinda la posibilidad de concluir anticipadamente su

año académico y continuar con su escolaridad cursando de inmediato cuarto

medio mediante la modalidad de exámenes libres. Aun recuperándose y

siendo tarde para iniciar un preuniversitario Lorena comenzó a prepararse para

rendir la PSU por cuenta propia con la firme intención de estudiar odontología.

La obstinación de Lorena por dedicarse a la odontología le llevó a desestimar

sus intereses personales como el deseo de comprender la mente de las

personas. Sin embargo, en este momento es particularmente relevante la

figura de su madre quien, consciente de las complicaciones de Lorena, asume

82
el rol de “orientadora” vocacional, logrando canalizar sus intereses y

sugiriéndole considerar la Psicología como alternativa profesional.

“me empezó a orientar, porque yo no tenía nada de conocimientos

sobre psicología (…) me empezó a orientar y yo me empecé a meter, a

investigar, a buscar y dije ‘si, ya, la voy a tomar como opción’”.

Tiempo más tarde, Lorena determinada decide postular a la carrera de

odontología en otras regiones del país, seleccionando Psicología en la

Universidad de Tarapacá como su tercera opción. Esta vez, su madre es

mucho más directa con ella y le expresa su preocupación por que se marche

de la ciudad ante el temor de que volviera a padecer de una complicación

similar a la que sufrida con su trastorno alimenticio. Lorena explica que en ese

momento reconsidera su futuro profesional y comprende que para ella el partir

de la ciudad implicaría separarse de su principal fuente de apoyo afectivo, su

familia.

“yo la entendí en ese aspecto y yo dije ‘sabí que, si, tení razón’, dije ‘ya,

matriculémonos en psicología, por ultimo si no me gusta espero que se

abra aquí [odontología] o no se po, me voy a otra carrera o me voy’”.

En la historia de Lorena, ella comprende que la decisión de entrar a la carrera

de Psicología es consecuencia de “factores emocionales”, anteponiendo la

seguridad y apoyo que le ofrecía su familia por sobre el deseo, casi irreflexivo,

de estudiar odontología en otra ciudad. Termina quedándose en Iquique a

pesar de estar insegura de su elección profesional y no renunciaría a su deseo

de estudiar odontología hasta que, de la mano de la formación profesional, al

83
cabo de un tiempo logra adaptarse a la universidad e “identificarse con la

carrera” de Psicología.

6.1.2. Historia de Dante: Al final me di cuenta que la Psicología

respondía todas mis dudas.

Dante es un joven de 21 años que al momento de la entrevista se haya

cursando el octavo semestre de la carrera de Psicología en la Universidad de

Tarapacá. “Nacido, crecido y establecido en Iquique”, es el segundo hijo de

tres hermanos varones. Actualmente vive junto a sus padres y su hermano

menor en la ciudad y dedica la mayor parte de su tiempo a su carrera

universitaria.

Para comprender la historia de su elección profesional es preciso remontarse

a su niñez, donde se hace posible encontrar los orígenes remotos de sus

intereses profesionales y decisiones futuras. Dante señala que su infancia

estuvo marcada casi transversalmente por la ausencia de sus padres por

razones laborales. No obstante, a pesar del poco tiempo de calidad que

recuerda haber compartido con sus progenitores, su madre desarrolló una

relación aprensiva con él, sobreprotegiéndole y siendo en extremo estricta en

comparación con sus hermanos. En tiempos donde Dante realizaba su

elección profesional, este vínculo en particular incidiría en que finalmente

desistiera de la intención estudiar una carrera universitaria fuera de la región.

Desde pequeño y con el aliento de su padre desarrolló una mentalidad

despierta y curiosa, por lo que para él siempre fue importante cuestionar,

84
preguntar y buscar sus propias respuestas a las interrogantes que le surgían.

En esta línea, el haber sido víctima de acoso escolar durante gran parte de su

trayectoria educativa le llevaron a preguntarse constantemente sobre el

porqué y para qué de las conductas de las personas, buscando dar sentido a

sus experiencias personales.

“siempre me preguntaba porque la gente me molestaba, por qué hacían

eso a cada persona, por qué las personas llegaban y actuaban de esta

manera”.

Dante relata que su adolescencia fue un periodo lleno de complejidades a nivel

personal. En este tiempo comenzó a darse cuenta que tenía dificultades para

socializar, evitando todo tipo de eventos sociales dada la ansiedad que le

provocaban. En el ámbito escolar, no pudo seguir aguantando el hostigamiento

constantemente por parte de sus compañeros, llevándole a considerar la

posibilidad de cometer suicidio. Estas situaciones motivaron el inicio de un

proceso psicoterapéutico que impactaría positivamente en el desarrollo de su

personalidad, y a partir de ahí se implicaría en una serie de actividades y

grupos sociales, tales como grupos religiosos, de debate y centro de alumnos,

con el objeto de aumentar su confianza y seguridad.

Pese al cambio positivo que Dante experimentó tras la terapia, seguía

considerando el colegio como un ambiente agobiante deseando únicamente

egresar de la educación secundaria y así “estar encerrado en un lugar para

estar tranquilo”. Sin embargo, tenía claridad que la universidad era un paso

necesario que debía dar en su vida. Ante este imperativo, intentó compensar

su desánimo y falta de energía eligiendo una carrera que se ajustara a sus

85
intereses personales. Motivado por la fascinación que le despertaban los

temas tratados en la asignatura de filosofía, la tomó como su opción

profesional, consolándose con la idea de estudiar una carrera de su agrado.

“Me encantaba por ejemplo el cómo percibían las cosas, el cómo

pensaban, el cómo se le daba sentido a todo, siempre me llamó eso de

encontrarle el significado a todo, (…) siempre fue como el querer

entender las cosas, explicar la palabra, el todo, la filosofía me

encantaba”.

Dante veía en esta disciplina la posibilidad de encauzar sus cuestionamientos

y darles respuesta. En otro plano, y de manera paralela, proyectaba

emprender una vida junto a su polola fuera de la región. Según relata su plan

era estudiar filosofía en Santiago y así estar cerca de su novia quien deseaba

estudiar por esa zona. No obstante, estos planes se ven truncados ante la

repentina idea de no ser capaz de dar inicio a su proyecto, intencionando el

término de su relación.

Consciente de haber cometido un “error”, Dante seguía conservando la

esperanza de obtener un puntaje en las PSU que le permitiera partir de la

ciudad a estudiar lo que quería. No obstante, sus resultados no fueron

suficientes para lograr su objetivo y, al mismo tiempo, sus padres le negaron

toda posibilidad de que partiera de la ciudad para estudiar filosofía al

considerarla como una carrera no-rentable. Todo parecía complicársele y ante

el inminente proceso de postulación debía definir una nueva carrera a seguir,

intentando armar un nuevo proyecto de vida.

86
En el fallido intento de definir una opción profesional por sí mismo, su madre

le sugiere que considerar la carrera de Psicología, este momento resulta

crucial para comprender el porqué de su elección de carrera profesional. En

Dante ocurre lo que él define como un “clic”, una epifanía o revelación que le

permite comprenderse a sí mismo y darle sentido a sus circunstancias vitales,

facilitando así la resolución de su problemática vocacional.

“me hizo como un clic y empecé a acordarme de todo, de las clases que

tuve sobre psicología en la clase de filosofía y… sobre también todo

esto que sucedió y me llamó mucho la atención mi manera de accionar,

como mi manera de… predecir y prevenir otras situaciones, el saber de

qué esto me ocurre a mí, le ocurre a otros y a diario, entonces me

terminé, terminé escogiendo psicología”.

Dante termina escogiendo Psicología como única opción profesional al

recordar sus experiencias académicas y encontrarle similitud con la disciplina

filosófica, pero más profundamente porque encuentra en ésta la posibilidad de

darle sentido a su comportamiento, sus experiencias vitales y demás

cuestionamientos personales. En palabras de Dante, al final de todo el camino

era la Psicología, y no la filosofía, la que le permitía dar respuesta a todas sus

preguntas.

“pensé que la filosofía como que me respondía a eso, porque me gustaba

eso de pensar más allá, pero... me di cuenta al final que la psicología me

respondía todas esas dudas que tenía”.

87
6.1.3. Historia de Julián: Psicología era la idea central.

Julián tiene 20 años y se encuentra cursando el cuarto semestre de la carrera

de Psicología en la Universidad de Tarapacá. Nació en Talca, pero desde los

tres años que reside en Iquique. Sus padres se encuentran separados, razón

por la cual convive junto a su madre, su media-hermana quién se desempeña

como psicóloga y su sobrina. En la actualidad compatibiliza su tiempo entre

sus estudios y su actividad laboral, la cual le permite costear su carrera

universitaria.

Para Julián la Psicología nunca estuvo ajena a su vida, expone que sus

hermanos mayores la escogieron como carrera antes de él, mientras que su

madre trabajó por mucho tiempo en instituciones cercanas a esta profesión.

Según relata, crecer ojeando regularmente textos especializados que se

encontraban en su hogar y siendo participe de conversaciones familiares

donde trataban temáticas atingentes a esta disciplina, le significaron

desarrollar un interés temprano por la Psicología.

En otro orden de cosas, Julián recuerda su infancia como un periodo de gran

tranquilidad, carente de problemas y/o situaciones traumáticas que

amenazaran la estabilidad de su vida hasta ese entonces. Sin embargo, junto

a los cambios puberales que estaba experimentando, su vida comenzaba a

tomar un trayecto distinto, alejado de la estabilidad a la que estaba

acostumbrado. El inesperado embarazo de su hermana, llevó a que sus

padres tomaran la determinación de mudarse buscando una vivienda con el

espacio suficiente para albergar a la creciente familia. Para Julián, el cambio

88
de hogar marca el inicio de un periodo de su vida caracterizado por numerosos

cambios vitales.

“el cambio de casa fue muy, fue bien potente porque ahí como que

cambió todo, ahí, si ahí fue todo distinto”

Julián ingresa a un nuevo establecimiento educativo lo que implicó separarse

de aquellas amistades que por años lo habían acompañado. En este contexto,

además es víctima de bullying por parte de compañeros de curso, sufriendo

permanentemente de violencia física y verbal. Relata que por ese tiempo

comenzaron los conflictos entre sus padres y que ni siquiera sus hermanos

estaban disponibles para prestarle apoyo, debiendo afrontar todas estas

complejidades en solitario.

“Fueron muchos cambios, me acuerdo que en el colegio lo pasaba mal,

después mi papá se fue a trabajar a Antofagasta, entonces era como

que estaba totalmente solo”

Este cúmulo de experiencias, vividas como negativas por Julián, le llevó a

encontrar refugio en la música, adoptando gustos por géneros que le

permitieran expresar con mayor exactitud sus emociones y practicando

regularmente con la guitarra y otros instrumentos. En su familia, y en particular

sus hermanos, se percatan de sus aptitudes y le hacen notar que tiene

potencial para seguir una carrera ligada a la música, idea que comenzaría a

considerar de ahí en adelante. No obstante, Julián explica que a pesar del

desarrollo de estos intereses y habilidades, para él, la “psicología siempre fue

una idea que estuvo entremedio”.

89
Relata que desde que entró a la enseñanza media que tuvo el deseo de

estudiar Psicología, pero solo hacia el final de esta etapa es capaz de darle

sentido a esta permanente intención. Explica que durante su adolescencia

adopta un carácter “rebelde y agresivo” al identificarse con los thrasher. La

razón de su adherencia a esta tribu urbana reside en la posibilidad de

pertenecer a un grupo y así lograr dejar de sentirse solo. Con esta nueva

imagen, Julián comienza a consumir alcohol, insertarse en el mundo

underground de la ciudad y a implicarse en rencillas con otros grupos. Lo

anterior como forma de tramitar la rabia, resentimiento y soledad debido a las

experiencias adversas que tuvo que vivir en el colegio y en su hogar. Sin

embargo, al mismo tiempo se cuestionaba si esta era la forma en que quería

vivir su vida, lo que desencadenó una reflexión que para él resulta

trascendental para comprender su elección profesional.

“en el desarrollo de un adolescente hay hartas cosas que se dejan pasar

(…) o hay decisiones que uno toma muy a la ligera po, entonces

encuentro que ahí hace falta una persona que te guíe en esas

decisiones, que te guíe en la adolescencia en realidad”.

Al verse desprovisto de apoyo social, Julián buscó amparo implicándose con

“malos grupos” como única solución que encontró para poder sobrellevar su

malestar. En este sentido, proyecta en el sujeto adolescente la necesidad que

él tuvo de un guía que le orientara y/o protegiera durante esta etapa y ve en la

Psicología, a través de su ejercicio profesional, la posibilidad de ayudar a que

otros jóvenes no tengan que pasar por experiencias similares.

90
En claridad de éste propósito, Julián definió que “la idea central era estudiar

psicología”, descartando de sus posibilidades otras carreras que estaban en

sintonía con sus intereses profesionales. Concretada su preferencia

vocacional, persiguió con obstinación el objetivo de estudiar Psicología, a

pesar de la constante negativa de su madre y al “haber fracasado” en su primer

intento de ingresar a la universidad por los resultados obtenidos en la PSU.

Así, en ausencia del apoyo social y económico del grupo familiar, al año

siguiente Julián decidió matricularse en un preuniversitario y asumir los gastos

del mismo para prepararse mejor, alcanzando finalmente su meta profesional.

6.1.4. Historia de Anna: Cuando llegué a escoger la carrera no hubo

una duda en mi cabeza.

Anna es una joven de 24 años que se encuentra en proceso de finalizar sus

estudios universitarios para así convertirse en psicóloga. Nacida en

Valparaíso, años más tarde se trasladaría a Santiago para concluir su

educación básica y terminaría por radicarse en Iquique por el trabajo de su

padrastro en el año 2009. En la actualidad se encuentra conviviendo junto a

sus padres y su hermano menor. Al momento de la entrevista se encuentra

centrada exclusivamente en concluir sus estudios.

La elección de estudiar Psicología de Anna no fue concretada y/o finalizada

sino hasta el último momento, cuando se enfrentaba al proceso de postulación

a las universidades. Sin embargo, al igual que en las historias de los otros

participantes, es posible encontrar elementos biográficos enlazadas a su

decisión profesional. Así, haciendo un breve recorrido por su trayectoria vital,

91
Anna se recuerda en la infancia como una niña al que le gustaba su espacio y

que prefería jugar sola, manifestando poco interés en compartir con otros

niños.

Anna relata que por motivos laborales, su madre debía ausentarse

frecuentemente por lo que debió crecer en casa de sus abuelos maternos, a

quienes llegó a considerar como sus segundos padres. Cuando cumplía 12

años, por motivos laborales del grupo familiar, debe mudarse a Santiago. Este

hecho le marcó significativamente dado que al abandonar el hogar donde

había crecido toda su infancia tuvo alejarse inevitablemente de sus “segundos

papás”. En esta ciudad, ingresa a un establecimiento educativo donde vivencia

por vez primera lo que es ser víctima de acoso escolar por parte de sus

compañeros. En referencia a lo anterior, para Anna el cambio de ciudad dio

inicio a un periodo vital en el que llegó a sentirse particularmente sola, logrando

solo encontrar refugio en su mascota.

“yo estaba como sola, no existía mi hermano, no existían mis primos

chicos con los que jugar, nada y ahí estaba mi mascota po, ese fue un

cambio bueno, se aliviana todo lo que fue cambiarse de ciudad, de

colegio, todo, y ahí yo seguía como se podía no más”.

En aquella época, y por las complicaciones personales que le trajo el cambio

de casa, su madre decide que Anna inicie un proceso psicoterapéutico. Esta

experiencia constituye la primera aproximación que tuvo con la Psicología y su

ejercicio profesional.

92
“ella estaba preocupada sobre mi obviamente y fui po, y la psicóloga no

sé, me encantó, me encantó ella porque yo hablaba, ella estaba ahí, me

preguntaba cosas y nunca me miró de forma juzgadora, nunca me retó,

no me alabó tampoco, sino que estaba ahí”.

Anna relata que la terapia, y en particular la relación de ayuda con su

psicóloga, le permitieron recuperarse de su estado depresivo e incluso

incidieron positivamente en las relaciones que generó durante su enseñanza

media. Así, durante su adolescencia le resultó habitual asumir el rol de

confidente y/o consejera con sus amigos y compañeros, en retrospectiva,

cuenta que intentaba transmitirles lo que su psicóloga logró con ella.

En otro ámbito, Anna ya tenía claro que en su proyecto de vida tenía que

“entrar a la universidad, sacar un título y trabajar”, por lo que previamente

debía definir la carrera a seguir. Sin embargo, su proceso de elección

profesional estuvo caracterizado por la constante dificultad que tuvo para

definir una preferencia vocacional, lo que tuvo efectos emocionales

perjudiciales a nivel personal, aumentando sus niveles de ansiedad ante la

cada vez más próxima fecha de inicio para el proceso de postulación a la

universidad.

Anna barajaba entre sus opciones profesionales la carrera de veterinaria pero

terminaría descartándola al percibirse como poco competente en asignaturas

científicas como química y biología, pero sobre todo por el temor y culpabilidad

que le producía la fantasía de ver perecer a un animal que se encontrase bajo

su responsabilidad. Posteriormente comenzaría a considerar la carrera de

diseño gráfico impulsada fundamentalmente por su afición hacia el dibujo, sin

93
embargo, en conversaciones con otras personas le permitió darse cuenta que

resultaba una profesión poco rentable.

“de nuevo me quede sin nada y decía pucha que hago y estaba como

en la mitad de año y mientras estaba todavía… yo lo único que sabía

es que iba a ser humanista en lo que eligiera”.

En la resolución de esta problemática resultó especialmente importante el

contexto preuniversitario y escolar. El primero, porqué le permitió plantearle

estas inquietudes a su orientador vocacional, quién al escucharle hablar sobre

sus relaciones y el rol que asumía con sus cercanos le plantea la carrera de

Psicología como una alternativa profesional, haciéndole reflexionar sobre esta

posibilidad. En el segundo, porqué pudo tener contacto con profesionales

psicólogos que le hablaron sobre la carrera y le sugirieron seguirla dados sus

intereses y porqué percibieron que Anna podía beneficiarse personalmente al

dedicarse a ésta, permitiéndole afianzar esta idea.

Más tarde, comentaría con sus cercanos que tenía la intención de estudiar

Psicología recibiendo apoyo de éstos, quienes le hicieron saber que sería una

“buena psicóloga”. Finalmente se reuniría con la jefa de carrera de la

universidad para conocer de primera mano la institución, la carrera y sus

salidas profesionales. Sin embargo, como se mencionó con anterioridad, en

Anna la indefinición de una preferencia vocacional fue una constante durante

su proceso de elección, la cual no quedó resuelta sino hasta el mismo

momento de la postulación a las universidades.

94
“cuando llegué a ver lo de las postulaciones y todo, no sé fue como, no

sé ‘todo pasa por algo, estoy aquí por esto’, y ahí no sé, no hubo una

duda en mi cabeza cuando llegué a las postulaciones y escogerla, y ver

todo lo que significaba la universidad en sí, la gente, la jefa de carrera

en ese momento, y todo ya había quedado muy claro, no sé,

simplemente surgió así, surgió como de todo lo demás”.

Si bien, en retrospectiva Anna plantea que escoger Psicología no fue una

decisión “muy pensada”, cobró sentido en el momento en que realizó su

elección. El análisis de su historia permite dar cuenta que necesitó e hizo todo

lo posible para reunir la evidencia necesaria que le permitiera estar segura de

su elección profesional, ya sea buscando información por cuenta propia o

intencionando encuentros con otras personas y reafirmándose a través del

comentario de éstas.

6.1.5. Historia de Fabiana: En octavo básico decidí estudiar

Psicología, desde ahí mi decisión no cambia.

Fabiana tiene 23 años y se encuentra en proceso de formalización de sus

estudios universitarios para convertirse en psicóloga. Nació en Iquique y desde

entonces ha hecho toda su vida en la ciudad. En el presente vive junto a sus

padres y su hermano mayor en la misma casa en la que creció. Al momento

de la entrevista se encuentra trabajando como orientadora de un colegio de la

localidad, mientras dedica el resto de su tiempo en terminar su actividad de

graduación.

95
Su historia de elección profesional tiene claros antecedentes biográficos, los

cuales se hallan vinculados principalmente a su trayectoria escolar. Sobre ésta

Fabiana se pronuncia diciendo que inmediatamente “no surge una emoción

agradable” y es que muchos de los eventos que marcaron su vida ocurrieron

en este contexto. Si bien siempre fue una alumna destacada académicamente,

explica que notaba que tenía complicaciones en el ámbito social, y es que

desde el inicio de su escolaridad le costó insertarse socialmente debido a su

“extrema timidez”.

“no me gustaba mucho estar ahí [en el colegio], porque no me sentía

como parte del grupo ya, creo que lo que es la básica estaba marcada

por eso, más estaba sola que otra cosa, me quería ir a la casa porque

era el lugar donde me sentía segura”

A medida que iba creciendo se hacía cada vez más consciente de su dificultad

para establecer vínculos. Respecto a lo anterior, cuando cursaba octavo

básico, ocurre un hecho que marca sustancialmente su vida y es que debido

a su baja autoestima Fabiana se “entregaba de una manera desbordante” a

aquellas personas que le prestaban atención, lo que le generó graves

complicaciones cuando una compañera de curso decide alejarse de ella sin

darle motivos claros.

“establecía vínculos que eran casi obsesivos, mi estabilidad, el yo

sentirme bien radicaba o descansaba más bien dicho en si la otra

persona me hablaba, si me consideraban, no se po si me contaba sus

problemas, si me permitía ayudarla, era la consideración del otro me

hacía un poco estable a mi o me hacía como valorarme un poco a mí”.

96
El distanciamiento afectivo con quién consideraba su amiga, la desestabilizó

emocionalmente al punto de llegar a somatizar físicamente su ansiedad. El

estado depresivo de Fabiana es advertido por la orientadora del

establecimiento, quién toma contacto con su madre, y en conjunto deciden que

sería beneficioso que acudiera a terapia. Para ese entonces Fabiana ya

manifestaba interés por la Psicología y tenía la vaga idea de “cuando la gente

tiene problemas va al psicólogo” y que se les podía ayudar “estableciendo un

vínculo de confianza”. Sin embargo esta experiencia se convierte en el punto

de inflexión que explica su elección profesional. Aunque en su relato no se

pronuncia respecto a la efectividad del tratamiento, el ser partícipe del proceso

terapéutico le permitió darse que cuenta que vivenciar éste tipo de relaciones

le ayudarían a comprenderse mejor a sí misma y superar sus dificultades.

“tenía una idea vaga de lo que era ser psicóloga, ¿cuándo hago él clic?,

cuando me mandan a la psicóloga a mí por tener problemas con una

compañera en él colegio ya, y ahí tengo un primer alcance con una

psicóloga (…) me acuerdo que le dije que yo quería ser psicóloga,

desde ahí mi decisión no cambia”.

Fabiana relata que, desde ese entonces se implicó en actividades que le

ayudaran a solucionar sus propias complicaciones y de paso consolidar su

preferencia vocacional. Así, hizo lo posible por aprender sobre esta disciplina,

opinando, preguntando y estudiando para la asignatura de Psicología “como

para ninguna otra”. Asimismo, se le hizo común ejercer el rol de confidente y

consejera con sus cercanos intentando replicar en éstas relaciones el papel

que cumplió su psicóloga cuando ella atravesaba dificultades. Por otra parte,

97
externo al contexto escolar, fue designada coordinadora del grupo de jóvenes

en su iglesia obligándose a perder “la vergüenza y miedo” para hablar en

público. Finalmente, cuando se encontraba próxima a terminar su educación

secundaria, ella ya tenía claras sus intenciones profesionales. A modo de

síntesis, Fabiana relata que su elección profesional se fundamenta en su

historia de vida y en la necesidad que tenía de comprenderse a sí misma.

“a esa altura era que me quería ayudar a mí misma, necesitaba resolver

mis propios asuntos, y vi en psicología la posibilidad de hacerme cargo

de estas cosas que me complicaban”.

Con miras a lograr su objetivo profesional y consciente de estar jugándose lo

que “quería en los próximos cinco o seis años” se preparó inscribiéndose en

un preuniversitario para rendir de manera efectiva la PSU, obteniendo el

puntaje necesario para postular tranquilamente a la carrera, logrando así su

cometido.

6.2. Temáticas compartidas por los participantes

En el presente apartado se presentan los resultados del análisis de categórico

de contenido, dando cuenta de aquellas temáticas compartidas por los

participantes en relación a sus trayectorias vitales y el proceso de elección

profesional. En esta ocasión, para realizar el análisis de los elementos

comunes se consideró a la totalidad de los participantes, es decir, se

incluyeron los relatos de aquellos participantes que actuaron como parte de la

98
muestra de confirmación del estudio y que no fueron considerados para el

análisis holístico presentado con anterioridad.

Para la presentación de estos resultados se utilizaron extractos de los relatos

que permiten dar cuenta de los principales hallazgos referidos a los temas y

subtemas comunes que se encuentran asociados al desarrollo de la elección

profesional de los participantes. Respecto al orden de presentación de estos

temas, planteamos continuar con aquella provista por la línea argumental

seguida en las historias de elección profesional de los participantes. Intentando

así proveer al lector una mirada secuencial al proceso de elección – desde los

antecedentes biográficos de la elección profesional hasta la concreción de la

preferencia vocacional y su implementación–, todo esto sin olvidar que muchas

veces el orden de aparición de estos temas varía o se presentan

simultáneamente dependiendo de la trayectoria cada sujeto.

6.2.1. Fundamentos biográficos de la elección profesional

Desde la fundamentación del marco teórico, se comprende que la elección

profesional no se resume al proceso de toma de decisiones a la que se

enfrentan los jóvenes que culminan su educación secundaria sino que tiene

raíces más profundas, éstas son posibles hallarlas en la exploración de sus

historias de vida. En claridad de esta proposición, en los fundamentos

biográficos de la elección profesional se resumen aquellos eventos vitales y

acontecimientos críticos que aparecen previos a la concreción de la elección

profesional de los participantes.

99
Estos elementos biográficos pueden hacer referencia a enfermedades graves

y/o fallecimiento de personas significativas, quedar al cuidado de otros por

ausencia de los padres, problemáticas familiares, cambios de contextos,

experiencias de acoso escolar y/o lo que ellos llaman “bullying”, y resultan

comunes porque: son sucesos vivenciados como angustiantes, dolorosos y/o

“traumáticos”; los sujetos los consideran como relevantes y hasta decisivos en

el curso de sus vidas; y se encuentran ligados a ésta por medio del surgimiento

de inquietudes personales a lo que se busca responder o por desencadenar

experiencias personales que les permiten tener una primera aproximación a la

Psicología.

Para ejemplificar, observamos que aquellos participantes que debieron

enfrentarse a la experiencia de presenciar la enfermedad de la madre o sufrir

con el fallecimiento algún familiar significativo, se vieron obligados a

replantearse la forma que tenían de ver la vida hasta ese entonces. En algunos

de los participantes, estos eventos repercutirían de manera directa dentro del

proceso de elección profesional, creyendo que la Psicología proveería las

respuestas necesarias para comprender las razones de aquellos sucesos,

logrando así aportar coherencia a sus vidas.

“siempre me pregunté (…) por qué a mi mamá le dio estrés post

traumático, por qué no podía acordarse de sus hijos, esas cosas igual

me fueron dando vuelta y... yo por lo menos siento que de algún modo

esas cosas me afectaron al final para que yo escogiera la psicología”

(Dante).

100
Para los participantes, experimentar la ausencia de uno u ambos padres

durante la infancia o ser testigo de problemáticas entre éstos, son eventos que

afectaron la dinámica y/o composición del grupo familiar, incidiendo en el

desarrollo de relaciones distantes y/o problemáticas con los padres durante su

adolescencia. Este tipo de relaciones trajo consigo complicaciones en el

proceso decisional de los entrevistados, experimentando una falta de apoyo

de parte de los padres o, en el otro extremo, desestimando totalmente los

consejos y sugerencias de estos.

“[La separación de mis padres] me afectó en muchos sentidos (…), mi

mamá había descubierto algo que mi papá había hecho y fue como

que… ese drama fue súper brígido porque fue como bien agresivo (…)

fue algo como súper, súper choqueante y decepcionante ver eso,

entonces ahí mi relación con mi papá fue mala” (Julián).

En los relatos también resulta común el haber experimentado diversos

cambios de contextos. Trasladarse de ciudad, mudarse de casa o ingresar a

un nuevo establecimiento escolar marca un quiebre importante en sus vidas,

significando inevitablemente la pérdida o debilitación de vínculos familiares y

sociales que sostenían hasta ese entonces. Todos estos eventos ocurrieron

motivados por proyectos familiares donde los participantes no tuvieron

incidencia en la determinación de estos planes, debiendo adaptarse

forzosamente a estas nuevas circunstancias vitales.

“mi mamá consiguió trabajo en Santiago y me dijo nos vamos y yo dije…

‘ok, tengo que dejar toda mi vida acá’, o sea había vivido toda mi vida

en el mismo colegio (…) me afectó más en la casa, o sea como dejar a

101
mis abuelos, porque yo había crecido… eran como mis segundos

papás, entonces era como dejar a mi otra mamá y a mi otro papá”

(Anna).

“el cambio de casa fue muy, bien potente porque ahí como que cambió

todo, ahí, si ahí fue todo distinto (…), me afectó harto por las relaciones

que tenía con mis cercanos ahí, igual cuando nos cambiamos de casa

empezaron como otros dramas (…), fue bien fuerte el cambio de casa,

fue como que cambió todo en realidad” (Julián).

Otro evento común entre los participantes refiere al haber experimentado uno

o más episodios de acoso escolar y/o bullying durante su infancia o

adolescencia. Estas vivencias tienen relación con haber sido víctima de malos

tratos por parte de compañeros de colegio mediante conductas de

hostigamiento y maltrato físico y/o verbal. En relación a los cambios de

contexto expuestos con anterioridad, el ingresar a un nuevo contexto educativo

y ser reconocido como un sujeto externo al grupo predominante provocó que

los participantes se sintieran rechazados y/o marginados por sus pares,

incidiendo en el desarrollo de problemáticas de acoso escolar.

“ahí llegué y ahí sí que era bullying por lo de mi acné, entonces dije ‘ay’,

ahí si fue… de hecho yo decía ‘no, que lata, porque en Santiago toda la

gente es mala’, mala porque molestaban po, pero bueno eso fue cómo

lo complicado ahí porque yo no había vivido nunca antes eso en mi otro

colegio” (Anna).

102
Para Lorena en particular, el haber sido víctima de acoso por parte

compañeras fue la razón por la que dio inició un proceso psicoterapéutico

cuando se aproximaba al término de su educación básica.

“[Mis compañeras] llegaban a escribir a los baños cosas mías,

cuestiones así y yo dije ‘sabi' que, pa' no hacerme más problemas

sáquenme, quiero irme a otro colegio’, por eso más que nada, ahí tuve

tratamiento psicológico, fue por el bullying en octavo” (Lorena).

Estas experiencias son destacadas no sólo porque desestabilizan o alteran la

vida de los participantes sino también porque logran incidir en el desarrollo de

su elección profesional. Éstos aparecen como antecedentes de dificultades

posteriores en la esfera social, desencadenan experiencias aproximantes a la

Psicología como puede ser el inicio de un proceso psicoterapéutico, pero sobre

todo porque son afrontados por éstos mediante una fuerte necesidad de

comprenderse a sí mismo y así lograr darle sentido a su experiencia vital, como

veremos más adelante, rasgo caracterizador de los participantes.

6.2.2. Problemáticas, conflictos e inseguridades del mundo social

Por medio del análisis, vemos surgir como temática común entre los

participantes la percepción de diversas problemáticas referidas a la esfera

social durante su adolescencia. Estas hacen referencia tanto a los

sentimientos de inadaptación e incomprensión que surgen como resultado de

experiencias asociadas al ámbito social como también a la autopercepción

sobre una incapacidad para establecer relaciones sociales apropiadas.

103
Para la mayoría de los participantes, las complicaciones en el ámbito

interpersonal se deben al conjunto de experiencias personales asociadas a los

incontables encuentros sociales acumuladas y que derivan, en buena parte,

de los cambios contexto (ciudad, hogar y establecimiento educacional)

presentes en sus trayectorias. Sin embargo, hacen especial énfasis en que

gran parte del sufrimiento afectivo ocurre a raíz de problemáticas vivenciadas

con compañeros durante su historia escolar.

“fue bien fome porque dije ‘ya, me voy a cambiar de colegio y voy a

hacer amigos nuevos’ y… en realidad no fue tan, tan así po, porque el

recibimiento igual fue como pesao’, los cabros igual eran como distintos,

entonces fue como, como que no me hicieron sentir tan aceptado ahí

en el curso, y en realidad nunca me sentí aceptado” (Julián).

Experiencias como ser víctima de acoso escolar y/o el ser marginado por el

grupo de pares, como se aprecia en el ejemplo anterior, tienen consecuencias

afectivas asociadas a problemas de ajuste personal (ansiedad, inseguridad y

baja autoestima, inhibición, retraimiento social, sentimientos de inadaptación,

entre otros). En Dante por ejemplo, el haber sido dañado física y

emocionalmente por sus compañeros de colegio disminuyó su autoestima

derivando en una autopercepción de incompetencia generalizada en el ámbito

social.

“yo siempre he tenido complicaciones para las cosas sociales, siempre

he tenido el miedo por ejemplo yo no puedo... siempre he tenido este

miedo de socializar adecuadamente” (Dante)

104
El rechazo experimentado en el contexto escolar, produjo en la mayoría de los

participantes sentimientos de soledad e incomprensión a los que se buscó

suprimir realizando permanentes esfuerzos por acercarse a los otros. Esta

búsqueda de aceptación se hizo presente particularmente en los relatos de las

participantes. A través de las narraciones se observa que las participantes

estuvieron dispuestas a adoptar una actitud de sumisión o acatamiento con el

objeto de ser integradas al grupo.

“me acuerdo que me puse a hacer cosas, a juntarme con gente que no

me agradaba solamente porque yo quería sentirme más aceptada en el

curso y no me gustaba pero yo no decía que no, eso fue un problema

así por harto tiempo porque yo me había acostumbrado a decir que si

solamente, pero solamente para agradarle a esa gente que me

molestaba incluso” (Anna)

En el caso de los varones, se aprecia que el malestar producido por las

problemáticas sociales es afrontado pasivamente, expresándose en la

necesidad de haber tenido un acompañante o consejero que les ayudase a

sobrellevar dichas dificultades. Esta necesidad experimentada durante

momentos críticos durante su adolescencia se manifiesta más tarde en un

interés o propensión por ayudar a sanar el dolor y sufrimiento de otros con

quienes el sujeto se vería identificado.

“tampoco me entendía bien como me sentía, y no tenía las palabras

para describirlo, pero si hubiera tenido tal vez algún acompañamiento

me hubiera servido a… entenderme un poco más a mí mismo y hacer

esta realidad un poco menos cruda, un poco más sencilla, entonces

105
siento que eso fue al final, o sea, fue como un factor importante a la

hora de tener que decir sí, quiero estudiar psicología” (Dante).

Finalmente, la percepción de tener dificultades personales para establecer

vínculos sociales apropiados fue una de las cuestiones a las que se les buscó

encontrar respuesta a través de su elección profesional, constituyéndose como

otra de las razones por los cuales los sujetos terminarían siguiendo la carrera

de Psicología.

“yo sé de qué algo me llamaba a estudiar psicología, de que quizá de

verdad necesitaba primero verme a mí misma, saber lo que me pasaba,

saber porque... no se po no me llevaba muy bien con la gente, yo siempre

pensé que tenía un problema en ese aspecto” (Lorena)

6.2.3. Tendencias personales asociadas a la elección profesional

Tanto las complejidades experimentadas en el ámbito de las relaciones

interpersonales así como los elementos biográficos presentados con

anterioridad son considerados como una fuente común de sufrimiento,

ansiedad y/o angustia en los participantes. El carácter traumático o

desestabilizador de estos constituyen hitos significativos a los que los

participantes buscan dar respuesta y así poder volver a darle continuidad a

sus vidas. En este sentido, la necesidad de comprenderse a sí mismo y darle

sentido a su experiencia vital surgiría a raíz del impacto personal producido

por este tipo de elementos biográficos.

106
Estas experiencias, llevó a que los participantes se plantearan

permanentemente interrogantes y cuestionamientos sobre sí mismos y sus

circunstancias. La constante búsqueda de respuestas fomentó el surgimiento

de intereses personales relacionados con el explicarse el comportamiento

humano; comprenderse a sí mismo; y a desarrollar el deseo de ayudar a los

demás. En base a los relatos, se afirma que estas tendencias personales

aparecen como motivaciones explicitas por las que los participantes

terminarían escogiendo la carrera de Psicología como opción profesional.

A. Orientación hacia la comprensión del ser humano

En este subtema se engloban aquellos comportamientos que dan cuenta de la

propensión que tienen los participantes hacia la comprensión del ser humano

en todas sus vertientes. Los análisis realizados permiten dar cuenta que esta

orientación se ve evidenciada en la necesidad que tienen los participantes de

encontrar respuestas al comportamiento de las otras personas y al interés por

explicarse la dinámica subyacente a este, haciendo referencia al

funcionamiento de la mente humana.

Se aprecia como característica común en los participantes una propensión a

atender, contemplar y analizar el comportamiento ajeno, lo que les lleva a

formular preguntas y buscar explicaciones sobre el porqué de la conducta de

las personas.

“cuando chica siempre me pregunté porque hacían esas cosas las

personas, porque las personas actúan de esta forma y luego de otra, o

107
como cuando están en un entorno y luego en otro cambian su

personalidad” (Leonor).

En otros participantes, esta tendencia se manifiesta como una curiosidad

intelectual un poco más abstracta referida a interrogantes sobre el

funcionamiento de la mente humana y sus alteraciones, haciendo mención a

los trastornos mentales.

“siempre me ha interesado el tema de la mente, el hecho de saber que

sucede en las personas cuando hacen algunas cosas o pasan distintas

situaciones… por ejemplo como era la mente de un enfermo que estaba

esperando su muerte… o lo que piensan las personas al hacer daño o

como uno podía tener la capacidad de ser tan fuerte como para pasar

eventos cruciales, eso me llamaba la atención” (Lorena).

En relación al ejemplo anterior, se destaca que la mayoría de los

cuestionamientos elaborados por los participantes se generaron en interacción

con su contexto inmediato o surgieron a partir de experiencias significativas a

las que se intentó, consciente o inconscientemente, encontrar respuestas y así

lograr darles sentido.

B. Orientación hacia el autoconocimiento y el desarrollo

personal

Se observa en los participantes una marcada tendencia hacia el

autoconocimiento, esta es entendida como una búsqueda activa por mejorar

108
la comprensión que tienen de sí mismos y así darle sentido a sus

personalidades y patrones comportamentales. Junto al deseo de

comprenderse a sí mismo aparece una propensión por el desarrollo personal,

el cual hace referencia a la manifestación consciente que tienen los

participantes por el deseo de “trabajar” y “mejorar” aspectos de sí mismo y

demás complicaciones personales.

En los participantes, el deseo por comprenderse a sí mismo y desarrollarse

surge a raíz de cuestionamientos personales derivados de aquellos eventos

vitales experimentados como dolorosos y/o traumáticos a las que se busca dar

sentido.

Para la mayoría de los participantes, la decisión de estudiar Psicología se vio

fundamentada no solo en el interés por comprender el comportamiento

humano sino también porque, bajo sus propios conceptos, la carrera le

brindaba la posibilidad de trabajar aspectos de su personalidad.

“había algo que me, que también me decía ‘sabi’ que si hueón, estudia

psicología’ y siento que pucha tiene que ver igual en parte con lo social,

con las complicaciones que siempre he tenido, él poder trabajarlo, como

lo he trabajado solo” (Dante).

“Yo creo que a esa altura ya se había transformado en un deseo de

poder resolver mis propios problemas, (…) a esa altura era que me

quería ayudar a mí misma, necesitaba resolver mis propios asuntos, y

vi en psicología la posibilidad de hacerme cargo de estas cosas que me

complicaban” (Fabiana)

109
De este modo, durante el proceso de elección los participantes vieron en la

carrera de Psicología una solución para lograr comprender de mejor manera

aspectos de la propia personalidad y así resolver complicaciones o dificultades

asociadas, lo que explica buena parte de sus decisiones profesionales.

C. Orientación por el deseo de ayudar a otros

El análisis permitió dar cuenta que en algunos de los participantes se presentó

un interés y/o deseo por ayudar a otros desde el desempeño de la profesión

del psicólogo. Aunque esta orientación no se encontró en la totalidad de los

participantes, se observó que en aquellos en los que si se hacía presente, el

deseo de ayuda surgía en relación a eventos dolorosos de su propia historia.

“siempre he querido como ayudar a la gente de esa manera, entonces

me interesa de que muchas veces que hay problemas es que la gente

no entiende bien cómo se siente y que incluso yo también pasé por eso

y tampoco me entendía bien como me sentía” (Dante).

De estas experiencias, los participantes desarrollaron sentimientos de

compasión y un fuerte deseo por brindar ayuda, presumiéndose una necesidad

de reparar el daño personal mediante la asistencia y protección de otras

personas, lo que finalmente cobra sentido durante la formación académica y

ejercicio profesional.

me llama la atención este espacio, este contexto más educacional porque

creo que puedo revertir la historia (…), porque finalmente no soy yo la que

110
vuelve al colegio con uniforme y a las salas de clase no, a transformar la

historia, poder cambiar el contexto de la mano de cambiarle el destino a

otros ya, estando en este espacio como psicóloga educacional pongo

mucho ojo al que veo tímido o tímida, al que veo con dificultades en el aula

y entrego herramienta, este deseo viene de la mano de mi experiencia,

tiene que ver con que estos alumnos no tengan que vivir lo mismo que yo,

si va por ahí” (Fabiana).

6.2.4. Intereses personales y académicos

Los intereses y preferencias aparecen como un tema recurrente en la literatura

sobre las elecciones de carreras del mismo modo que lo hace en el estudio a

través de los relatos de los participantes. En estos se distingue la existencia

de intereses y preferencias asociados al desarrollo evolutivo (fantasías

ocupacionales durante el periodo infantil y preadolescente), ligados al contexto

escolar y el ocio (intereses académico-profesionales) y tendencias personales

que los participantes asociadas a la elección de Psicología como opción

profesional (orientación hacia al entendimiento del ser humano y el deseo de

ayuda).

A. Fantasías ocupacionales durante la niñez y adolescencia

Bajo la denominación de fantasías ocupacionales, se agrupan aquellos

intereses y preferencias ocupacionales que surgen durante el periodo infantil

y la adolescencia temprana en la trayectoria de los participantes. El concepto

es recogido del modelo de Ginzberg (1952; 1972) y hace alusión al deseo de

111
‘querer ser’ a través de una profesión, ésta última es escogida por lo placentero

que resulta la realización de determinadas actividades o por la identificación

con determinadas figuras significativas, en ausencia de la consideración de

otros elementos relevantes en la elección profesional (aptitudes y habilidades,

personalidad, proyectos vitales, entre otros).

Se observó que todos los entrevistados tuvieron el deseo de desempeñar una

ocupación distinta a la que finalmente terminarían escogiendo tras el proceso

de elección profesional.

“tengo el recuerdo que me gustaban los dinosaurios y yo quería ser

arqueólogo, pero estoy hablando de cuando era muy chico en realidad,

porque me gustaba el tema de la historia, de las civilizaciones antiguas

y cosas así, siempre hubo como un interés ahí, él saber lo que pasó

antes (…), pero fue como una idea no más, fue cuando era chico nomás,

habré tenido unos 7 u 8 años” (Julián).

En el siguiente ejemplo, la fuerte identificación que logró Lorena con su tía y

los deseos explícitos con que ésta última deseaba que la participante

desempeñara su misma profesión, estimularon una cadena de

acontecimientos que reforzaron la fantasía ocupacional, considerándola como

su única alternativa profesional durante gran parte del proceso de elección.

“yo toda mi vida había querido estudiar odontología, porque mi tía es

odontóloga y como yo iba todas las vacaciones para allá, ella siempre

como que me crio para ser odontóloga (…) quería ser odontóloga

112
prácticamente desde que iba como en segundo o tercero básico”

(Lorena).

A este respecto, se espera que la mayoría de estos deseos ocupacionales

tempranos terminen por ser descartados cuando se cursa la adolescencia.

Aquí junto a los cambios madurativos del desarrollo, el sujeto logra un

progresivo aumento de conciencia sobre la realidad y de sí mismo. En esta

línea, la persistencia de estas fantasías durante la adolescencia, y la

desatención de otros factores relevantes a considerar en el proceso, derivarían

en problemáticas vocacionales asociadas a la indecisión o a la inseguridad de

la elección.

B. Gusto por las humanidades y las artes

Durante la adolescencia, los jóvenes comienzan a considerar opciones

profesionales no sólo preguntándose sobre los que les interesa y gustan hacer,

sino también identificando sus habilidades e implicándose en actividades que

les permiten ponerlas en práctica. En este periodo, los jóvenes exploraron sus

límites realizando actividades en el contexto escolar y tiempos de ocio, lo que

permite el desarrollo nuevos intereses y/o el reforzamiento de los intereses

previos.

En el ámbito escolar, resultó común en los entrevistados el gusto e interés por

asignaturas humanistas y artísticas en el contexto escolar, tales como

lenguaje, historia, filosofía (y/o psicología), artes visuales y música,

reconociendo en ellos mismos mayores capacidades para desarrollar tareas y

113
actividades ligadas a estas disciplinas, en contraposición con una

autopercepción de menor aptitud hacia las áreas matemáticas y científicas.

“Siempre he tenido una tendencia a la parte de lenguaje, historia…

bueno cuando era más chica tenían otros nombres las asignaturas pero

como esa línea, matemáticas siempre me ha costado un poco, y he sido

resistente a la asignatura (ríe), pero mi fuerte iba ahí por él lenguaje, mi

mamá también me lo fomentaba mucho, entonces por ahí yo fortalecía

más, desde chica me ha gustado mucho leer” (Fabiana).

Tal como se aprecia hacia el final del extracto anterior, estos intereses suelen

ser reforzados en el contexto familiar, pero también realizando actividades o

practicando pasatiempos durante sus tiempos libres. En el caso de Julián, el

haber aprendido a tocar guitarra durante su adolescencia gracias a la ayuda

de su hermano mayor, le permitió desarrollar un interés particular hacia la

música llevándole a considerarla como una alternativa profesional, aunque

más tarde sería reemplazada por la intención de estudiar Psicología.

“con la música eh, me acuerdo, mi hermano fue como que me incentivó

a aprender, porque como cuando yo era chico lo iba a ver y él se ponía

a tocar guitarra” (Julián).

En el caso de Dante, el conocer la asignatura de filosofía durante la enseñanza

media le permitió canalizar su interés por conocer y dar respuesta a sus

permanentes inquietudes personales, considerándole como opción profesional

durante un extenso periodo.

114
“la filosofía, que fue lo que... como que iba más a menos a lo que me

interesaba, el conocer las cosas, el conocer la palabra, el fallo en la

palabra, el todo, siempre tuve una gran pasión por la filosofía” (Dante).

Se puede afirmar que, si bien no todas estas tendencias personales

condujeron a la elección definitiva de una carrera profesional, resulta relevante

destacarlas dado que varias de éstas son el motivo principal de la elección de

un plan diferenciado de estudio durante la enseñanza media y/o porque se

encuentran relacionadas a la consideración de diferentes alternativas

profesionales, importantes durante el desarrollo del proceso de elección de

carrera universitaria.

6.2.5. Aproximaciones personales a la Psicología

Se identificó que los participantes atravesaron por eventos vitales de diversa

índole que, previas a su elección profesional, les aproximaron a la Psicología

ya sea mediante el acercamiento al conocimiento disciplinar o el quehacer

profesional. Estas experiencias comunes hacen referencia a: haber asistido a

psicoterapia; estudiar Psicología durante la enseñanza media; conversar con

personas sobre la Psicología; asumir el rol confidente o consejero de alguien

cercano; y ser señalado por otro como posible psicólogo. La relevancia de

estas experiencias radica en que permitió que los participantes desarrollaran

una concepción previa de lo que es la Psicología y el ser psicólogo,

proveyéndoles de información útil al momento optar por una opción

profesional.

115
A. Encuentro con un psicólogo en el contexto psicoterapéutico

La mayoría de los participantes pudo aproximarse a la Psicología mediante la

experiencia de asistir a psicoterapia tomar contacto con un psicólogo en este

contexto. El inicio del proceso psicoterapéutico, se vio desencadenado en

todos los casos por eventos que aparecen como disruptivos en sus

trayectorias como ser objeto de acoso escolar y cambios de contextos.

“tuve tratamiento psicológico, fue por el bullying en octavo (…) esa

experiencia fue liberadora en ese momento porque podía mostrarme

débil ante alguien que no tenía que apoyar” (Lorena).

“cuando tenía como 12 años que fue él cambio de Valpo a Santiago, mi

mamá me dijo ‘ah vamos a ir al psicólogo’, ella estaba preocupada sobre

mi” (Anna).

Para una de las participantes, el tener un primer alcance con el quehacer

profesional al recibir ayuda de éste le significó determinar que quería

convertirse en psicóloga, transformándose en la principal influencia que orientó

su elección de carrera.

“me mandan a la psicóloga a mí por tener problemas con una

compañera en el colegio ya, y ahí tengo un primer alcance con una

psicóloga (…) me acuerdo que le dije que yo quería ser psicóloga,

desde ahí mi decisión no cambia” (Fabiana).

116
B. Acercarse a la Psicología mediante su estudio

En los participantes, la experiencia de haber estudiado Psicología mediante el

transcurrir de alguna asignatura escolar durante la enseñanza media se

transformó en el primer acercamiento académico a la disciplina.

“en tercero y cuarto medio tuve el ramo de filosofía y psicología, ahí fui

conociendo un poco más de que trataba la psicología, no me acuerdo

que contenidos vimos pero me interesaba caleta, el cómo explorar lo

que somos pero desde adentro, internamente, si en otras clases me

dedicaba a puro molestar, acá no, estaba cien por ciento concentrado

en la clase, era mi asignatura favorita” (Mateo).

El conocer el campo psicológico permitió que los participantes ahondaran en

sus cuestionamientos personales y del ser humano, lo que despertó un interés

hacia la Psicología.

C. Conversar de Psicología con otras personas

El análisis permitió dar cuenta que los participantes durante su adolescencia

sostuvieron diálogos una o más personas, que sin necesariamente ser

psicólogos, les hablaron sobre Psicología. En estas conversaciones, que se

produjeron con familiares, profesores y profesionales de la Psicología, se les

sugirió a los participantes considerar la Psicología como opción profesional, lo

que promovió la búsqueda de información relacionada con la carrera durante

el proceso de elección.

117
“mi mamá me dijo... me empezó a orientar, porque yo no tenía nada de

conocimientos sobre psicología, de hecho jamás la miré como una

opción, (…) me empezó a orientar y yo me empecé a meter, a

investigar, a buscar y dije si ya, la voy a tomar como opción” (Lorena).

“le dije a mi mamá que quería ir al psicólogo pero para saber de qué

trataba la carrera, al final no sé cómo pasó pero terminé yendo donde

una psicóloga, de mi antiguo colegio, ahí yo le hacía preguntas de cómo

era estudiar la carrera, que cosas se aprendían, le pregunté de los

sueños y de hartas cosas en realidad, me sirvió para poder hacerme

una idea más completa antes de entrar a estudiar” (Mateo)

Se observó que en la mayoría de los participantes estos diálogos ocurrieron

hacia el final de sus trayectorias escolares mientras cursaban su proceso de

elección de carrera. Sin embargo, contrario a esta tendencia, para Julián la

Psicología siempre estuvo presente en su vida.

“Es que en realidad siempre estuvo eso en la casa, por mis hermanos,

porque mi hermano empezó a estudiar y hablábamos un poco y mi

hermana igual, mi hermana en realidad me compartía como libros, me

pasaba cosas o a veces me explicaba cosas y yo escuchaba”. (Julián).

Al crecer siendo testigo de cómo sus hermanos mayores se formaban como

psicólogos, pudo acceder a literatura especializada de manera temprana y ser

partícipe de conversaciones familiares donde cotidianamente se abordaban

temáticas relacionadas a la Psicología, lo que facilitó el desarrollo de intereses

profesionales hacia esta carrera.

118
D. Asumir el rol de confidente o consejero con sus cercanos

En otros casos, algunos de los participantes asumieron el rol de confidente o

consejero con sus cercanos durante su adolescencia. En estas relaciones los

sujetos adoptaron una actitud empática con sus cercanos intentando aplicar

de manera rudimentaria las formas, procedimientos y técnicas habitualmente

atribuidas a los psicólogos

“en esos últimos cuatro años comencé a ser como… no se bastante

solicitada por como mis amistades en momentos de crisis de ellos, así

como los que pasaban en mi adolescencia, entonces yo ahí empezaba

como a dar consejos o simplemente estaba ahí y varias siempre me

confiaban cosas (…) y se sentían escuchados, o al menos eso es lo que

yo siento que pasaba ahí, porque yo no sabía lo que estaba haciendo”

(Anna).

“mis compañeros siempre me decían que querían hablar, siempre

alguien me buscaba para hablar, entonces yo digo “ah, tengo algo

bueno” (ríe), entonces me empezó a gustar eso de que la gente tuviera

confianza en mí y me contara y yo poder decirle un consejo, darle un

consejo o decirle, no mira tienes mi hombro, apóyate aquí y esas cosas”

(Leonor).

Como se observa en los ejemplos anteriores, tanto la experiencia de asistir a

un cercano desempeñando el rol de confidente y/o consejero así como el

asumir que se poseen características y/o aptitudes para desempeñar estas

funciones, influyó posteriormente en el desarrollo de elección profesional

119
llevándoles a considerar la Psicología como una carrera afín con sus intereses

y habilidades.

E. Tener ‘pinta de psicólogo’

Si bien la mayoría de los participantes expresan que la elección profesional

corresponde a una decisión personal, se pudo apreciar que durante los

intercambios sociales previos a ésta resultó habitual que, ya sea familiares,

amigos, compañeros de curso y/o profesores, les señalaran tener “pinta de

psicólogo” atribuyéndoles características y aptitudes propias para

desempeñarse como tal de acuerdo a sus preconceptos y estereotipos.

“los profesores siempre, cuando por lo menos en media, cuando nos

preguntaban que querían estudiar yo decía psicología siempre, me

decían ‘ah si tení’ pinta de psicólogo’ porque me decían ‘por la pinta de

loco’ y cosas así (ríe), pero eso no más, a lo mejor eso igual que tantas

personas me dijeran que a lo mejor que si tenía la pinta de ser algo o

me veían haciendo algo a lo mejor puede que haya influido también en

mi decisión po, pero ninguna persona en particular en realidad” (Julián).

Los participantes destacan que a pesar que estas personas les señalaron

tener potencial o aptitudes para convertirse en psicólogo ninguna influyó en su

decisión profesional. Sin embargo, el ser señalado por otros tuvo un efecto en

el proceso de elección al reafirmar la intención que ya tenían los participantes

de estudiar Psicología en la universidad.

120
“fue mío, no necesité a otra persona, fue mi interés, mi deseo.... cuando

hablábamos sobre que quería estudiar mis compañeras me decían ‘no

si tu tení’ pasta pa’ eso’” (Fabiana).

6.2.6. Elección de carrera profesional

En este apartado se aborda la elección de carrera como el proceso de toma

de decisiones en el cual los participantes buscan darle solución a la

problemática vocacional previo ingreso a la universidad. En este sentido, la

toma de decisiones corresponde a un proceso mental en el que los sujetos

buscan concretar sus preferencias profesionales eligiendo una carrera entre

las distintas alternativas disponibles. El análisis nos permite constatar que en

los participantes este proceso varía en cuanto a sus tiempos de inicio y

extensión, y también en sus formas de resolución, lo que es dependiente del

sujeto, su historia personal y contexto más próximo. Finalmente el proceso de

elección sigue un recorrido con etapas y elementos comunes fácilmente

identificable en los relatos de los participantes, cuestión que revisaremos a

continuación.

A. La interrogante profesional y la búsqueda de alternativas

El proceso de elección de carrera inicia cuando la interrogante sobre el futuro

profesional se instala en la subjetividad de los participantes. Durante la

adolescencia los sujetos se enfrentan a la tarea de tener que definir quién se

quiere llegar a ser mediante el ejercicio futuro de una profesión lo que conlleva

una serie de cuestionamientos personales. El establecimiento de este tipo de

121
cuestionamientos en el plano personal les conduce a la búsqueda y

exploración de diversas opciones profesionales.

Para los participantes la búsqueda de alternativas comienza cuando

reconocen la necesidad de darle dirección a sus proyectos profesionales,

manifestándose en un interés creciente por identificar las actividades que les

gustan y/o que desearían desempeñar, siendo la elección de una profesión el

medio para ejecutarlas. En esta exploración, los participantes comienzan

también a tomar en cuentas sus habilidades, objetivos y necesidades

sopesando permanentemente estas consideraciones con la información que

reciben del medio externo.

Durante este proceso se observó que la mayoría de los participantes

consideraban una o más alternativas profesionales distintas a Psicología,

carrera la cual terminarían siguiendo. La consideración de estas opciones se

basaba principalmente en el gusto e interés que despertaba el desempeño de

ciertas actividades.

“Yo quería primero estudiar filosofía, porque además me gustaba, me

encantaba, lo conocí en la media y me enamoré de la filosofía” (Dante).

En otros casos, algunos participantes ya tenían en mente la idea de estudiar

Psicología, no obstante durante el desarrollo del proceso de elección también

llegaron a considerar otras alternativas profesionales. Éstas fueron tomadas

como opciones tentativas basándose en la idea de tener aptitudes para

desempeñar determinada profesión bajo la propia consideración y/o

señalamiento de otras personas de sus habilidades y características.

122
“igual me iba bien en inglés y pensé en su momento en estudiar

pedagogía en inglés, pero era porque me iba bien no más, no era algo

que de lo que yo estuviera seguro, después lo descarté” (Mateo).

“Igual yo soy súper deportista y tengo como una voz así, como fuerte,

entonces siempre me decían que fuera profe o… sobretodo de

educación física o algo con el deporte o algo así más como derecho o

psicología” (Leonor)

Se puede afirmar que, para muchos de los participantes, la carrera de

Psicología no fue ni la primera ni única opción profesional en la elaboración de

sus proyectos juveniles. No obstante, durante el desarrollo del proceso de

elección, la mayoría de estas consideraciones profesionales terminaron por

ser descartadas a medida que los participantes iban concretando sus

intenciones de estudiar Psicología.

B. Psicología como opción profesional

El análisis permite dar cuenta que no existe un momento único ni transversal

en la trayectoria de los participantes en el cual la Psicología aparece como

opción profesional. Así, se encontró que algunos participantes incluyeron la

idea o intención de estudiar Psicología tempranamente en sus proyectos

profesionales, lo que ocurrió durante el tránsito de la enseñanza básica a la

educación secundaria. En estos participantes esta intención surgió de manera

autónoma y en independencia de las opiniones de otros sujetos.

123
“como entrando a la media yo recuerdo que dije que quería estudiar

psicología, mis papás me decían que estudiara alguna ingeniería o

derecho que eran cosas que te dejaban plata, pero a mí no me

interesaban esas cosas, yo les dije que quería estudiar psicología y

punto, por más que me decían otras cosas, yo ya estaba claro” (Mateo).

A su vez, la consideración de esta alternativa profesional ocurre en respuesta

tanto a las experiencias personales –a las que se les busca dar sentido–, como

a las propias necesidades y/o motivaciones que derivan de estas, y en donde

los participantes son orientados por el pre-concepto que habían conformado

sobre el psicólogo y su quehacer profesional.

“Yo en octavo básico decidí estudiar psicología, en cierta parte había

averiguado algo sobre esa profesión ya, como que me gustaba el hecho

de que tener una consulta y que uno trabajaba con las personas, y que

mediante la conversación, él vinculo de confianza, en ese tiempo era la

única información que manejaba, que estableciendo un vínculo de

confianza uno podía ayudar a las personas, por una parte era eso, así

que tenía una idea vaga de lo que era ser psicóloga” (Fabiana).

En otros casos, la Psicología apareció como una alternativa profesional

sugerida por otras personas los cuales percibían en los participantes una

dificultad para concretar sus preferencias profesionales y definir una carrera a

seguir. En los relatos los participantes mencionan que profesores, orientadores

y/o psicólogos les ayudaron a considerar la Psicología como una posible salida

hacia la esfera universitaria. No obstante, el rol ejercido por la madre de dos

124
de estos participantes resultó especialmente importante para llegar a la

resolución de este proceso.

“igual mi mamá influyó en eso (…) en que igual podía ver otra carrera,

de que porque a ella le gustaba harto lo que era psicología, entonces

me preguntó ‘oye ¿porque no te metes a esta carrera?, por mientras

para probar, por último si no te gusta te vas el otro año” (Lorena).

“me acuerdo que estaba escogiendo las carreras y era como pucha

estaba pensando que podría estudiar, tampoco mi puntaje fue el mejor,

yo estaba como que viendo que estudiar y mi mamá me dijo ‘oye Dante

y ¿qué opinai’ de psicología?’ (…) mi mamá fue como que me hizo el

clic” (Dante).

Tanto Lorena, conflictuada por tener que decidir entre quedarse junto a su

familia o marcharse de la ciudad para estudiar odontología, como Dante, ante

la negativa de sus padres sobre seguir la carrera de filosofía, se enfrentaron a

una problemática que les obligó a tener que replantearse sus opciones

profesionales. Del mismo modo, ambos reconocieron que sus madres fueron

fundamentales en la apertura de sus proyectos profesionales al orientarles y

sugerir seguir la carrera de Psicología.

C. Dificultades del proceso de elección

Mientras que algunos participantes no tuvieron problemas para concretar sus

preferencias profesionales escogiendo la carrera de Psicología, otros

125
experimentaron dificultades propias del desarrollo de la elección profesional,

principalmente referidas a la indefinición o indecisión vocacional. Esta

problemática alude a la dificultad que experimentaron algunos de los

participantes para concretar una preferencia profesional, lo que prolongó el

proceso de elección retrasando su decisión de carrera hasta las últimas

instancias.

“después [de descartar la idea de ser veterinaria] no tuve nada, ninguna

idea así, pasé en blanco durante hartos años, nunca supe así “huy a

qué me voy a dedicar”, yo lo único que se es dibujar y dibujaba y seguía

dibujando” (Anna).

Para Dante por ejemplo, los bajos resultados obtenidos en la PSU y la negativa

de sus padres respecto a la idea que tenía de partir de la ciudad le obligaron

a replantearse sus proyectos profesionales y tener que definir una nueva

carrera universitaria.

“mi puntaje y mis padres tampoco querían que me fuera, entonces fue

como empezar a armar, como ya tenía un puzle armado y lo que venía

a futuro y se te cayó entero, entonces tuve que empezar a armarlo de

nuevo y... era como pisar eh... piso frágil” (Dante).

D. El papel de la familia en el proceso de elección

Los participantes reconocen que su núcleo familiar desempeñó un papel

fundamental durante el proceso de elección profesional al facilitar u

126
obstaculizar sus decisiones de carrera. De esta forma, algunos entrevistados

señalan que aunque sus familias no influyeron en su elección profesional,

lograron constituirse como una importante fuente de apoyo emocional durante

esta etapa, al orientarles durante el proceso y/o al brindarles la libertad para

decidir sobre sus futuros profesionales y respaldando sus elecciones de

carrera.

“Ellos no tuvieron ningún problema, estaban contentos, conformes igual,

me dejaron en libertad de poder escoger” (Fabiana).

“[Su apoyo] es fundamental e incondicional en todo... lo que ellos han

hecho, en lo que han influido en mí, porque más que la educación, le

doy la atribución a ellos, ellos me orientaron” (Lorena).

En oposición con el apoyo percibido en los casos anteriores, algunos de los

participantes señalaron que sus padres intentaron orientar su futuro

profesional de acuerdo a sus propios juicios, oponiéndose a sus elecciones y/o

presentándoles diversas exigencias o prohibiciones sobre sus proyectos. A

pesar de esta falta de apoyo percibida por uno u ambos padres, la mayoría de

los participantes persistieron en sus decisiones originales logrando concretar

sus elecciones profesionales.

“mi mamá me decía ‘no, tu tení que estudiar algo que te dé’ y esas

cosas, yo le decía ‘no, yo voy a estudiar algo que a mí me guste, no

algo que le guste a usted, algo que a mí me guste’, entonces siempre

tuve problemas con mi mamá por eso” (Leonor).

127
En el caso de Dante, sin embargo la situación fue distinta. La oposición de sus

padres respecto a la intención que tenía de estudiar filosofía le significó

replantearse su proyecto profesional y buscar otra alternativa de carrera,

sumiéndolo en un estado de ansiedad e indecisión.

“mis viejos dijeron ‘no, no vas a estudiar filosofía y no’, y no, fue como

‘puta la huea, que puedo estudiar’” (Dante).

E. Elección profesional

Los participantes distinguen el momento concreto en el cual decidieron seguir

la carrera de Psicología. En este sentido, se encontró dos momentos o

periodos distintos en los que los participantes arriban a su elección profesional.

En primera instancia, encontramos aquellos que determinaron seguir la carrera

de Psicología tempranamente en sus vidas, posicionándola como la idea

central dentro de sus proyectos profesionales.

“yo me acuerdo que siempre he tenido esa idea de estudiar psicología,

desde que entré a la media” (Julián).

“como entrando a la media yo recuerdo que dije que quería estudiar

psicología, mis papás me decían que estudiara alguna ingeniería o

derecho que eran cosas que te dejaban plata, pero a mí no me

interesaban esas cosas, yo les dije que quería estudiar psicología y

punto, por más que me decían otras cosas, yo ya estaba claro” (Mateo).

128
En estos participantes el momento de elección profesional o, al menos la

declaración de sus intenciones profesionales, ocurrió durante el periodo de

transición de la enseñanza básica a la educación secundaria, momento en el

cual las dudas sobre el futuro profesional recién comienzan a cobrar relevancia

y pasa a ser un elemento recurrente en las conversaciones con compañeros,

amigos y familiares

En tanto, se observó que en algunos participantes la decisión de estudiar

Psicología sucedió durante el periodo entre la culminación de sus estudios

secundarios y la finalización del proceso de admisión a las universidades. En

estos participantes, Psicología aparece como una alternativa de elección tras

haber descartado otras opciones profesionales y/o al ver imposibilitado sus

proyectos originales.

“no hubo una duda en mi cabeza cuando llegué a las postulaciones y

escogerla, y ver todo lo que significaba la universidad en sí, la gente, la

jefa de carrera en ese momento, y todo ya había quedado muy claro,

no sé, simplemente surgió así, surgió como de todo lo demás” (Anna).

“mi mamá me dijo ‘oye Dante y ¿qué opinai’ de psicología?’ y estaba

tratando de acordarme, ah ahora me acorde de eso y mi mamá fue

como que me hizo el clic y me acordé que la psicología era parecido a

la filosofía, y en conjunto con todo lo que dije anteriormente, fue como

‘oh si, ya po, me interesa caleta estudiar psicología’, no era como haber

estudiado filosofía y tampoco le quitaba el hecho de que iba a ver cosas

no tan lejanas a lo que me interesaba” (Dante).

129
Si bien el punto de partida del proceso de toma de decisiones nos retorna al

surgimiento de interrogantes sobre el futuro profesional, su resolución obedece

al esclarecimiento de los deseos, necesidades, intereses y características

personales de los participantes, acentuando en sus relatos que ellos tuvieron

la primera y última palabra en sus decisiones de carrera.

6.2.7. Implementación de la elección profesional

En paralelo con la elección profesional ocurre un proceso que tiene

correspondencia temporal con el periodo en que la persona se prepara para

rendir la prueba de selección universitaria (PSU) hasta el ingreso a la

universidad y cuyo objetivo es implementar la carrera escogida en la realidad,

mediante el ingreso a la universidad y su posterior formación académica-

profesional.

La implementación de la carrera involucra eventos ineludibles propios del

proceso de admisión a las universidades chilenas y del proceso de toma de

decisiones profesional, esto es: rendición de la PSU, elección de una

universidad donde se proyecta preferentemente estudiar la carrera escogida,

postulación a estas instituciones con posterioridad a la entrega de resultados

y el ingreso al sistema universitario y la formación profesional.

A. Preparación y rendición de la PSU

La implementación de la elección de carrera comienza con las acciones y

esfuerzos que realizan los participantes para concretar sus proyectos

130
profesionales. El sujeto debe superar una serie de tareas previas al ingreso a

la universidad, comenzando con la prueba de selección universitaria (PSU).

Los participantes tienen conocimiento que del rendimiento en la PSU, junto a

otros factores de ingreso propios del sistema de admisión, depende que pueda

estudiar la carrera universitaria que se desea, resultando una fuente común de

tensión y ansiedad entre los participantes.

“me estaba jugando lo que yo quería en los próximos cinco o seis años

cachai, tampoco me preparé así como en demasía, hice un

preuniversitario en el segundo semestre de cuarto medio, rendí la PSU

muy nerviosa pero me fue bien po, pude postular a la carrera

tranquilamente” (Fabiana).

En cuanto a los medios y estrategias utilizadas por los participantes para rendir

de forma satisfactoria la PSU, encontramos resultados que varían entre: una

preparación independiente y autodidacta, con o sin ayuda de otros; y

preparación formal ingresando a un preuniversitario. Anna el inició del

preuniversitario fue impuesto ante el dictamen de su madre.

“cuando mi mamá me dijo que iba a hacer un preuniversitario, mi mamá

me dijo que lo tenía que hacer en cuarto medio para dar la PSU altiro y

bien, fue como impuesto pero a la vez me ayudo un montón” (Anna)

“cuando yo di la PSU me fue como él ajo (risas), así que obligao’ a hacer

un preu nomás po, para retomar todo eso que había perdido, o si no

estaría ahora en tercero”.

131
Para Julián el trayecto que debió recorrer fue distinto, se enfrentó al proceso

de admisión universitaria dos veces. En la primera ocasión, rindió la PSU

apenas egresó de la enseñanza media obteniendo resultados insuficientes

para ingresar a la carrera. Con la meta fija de estudiar Psicología, se preparó

un año entero en un preuniversitario para mejorar sus posibilidades de ingreso.

“la primera vez que di la PSU yo me acuerdo que podía entrar pero

estaba así como al borde, estaba en lista de espera, y no quería entrar

en lista de espera po, porque a lo mejor se podía más entonces era

como… dije “no”, me preparé mejor no más, no postulé al final porque

sabía que mi puntaje era bajo e iba a quedar en lista de espera y dije

“no, mejor me preparo mejor” (Julián).

B. Elección de universidad

La elección de una universidad aparece como una tarea que se debe resolver

previo al ingreso del participante al sistema universitario. Asimismo, de

acuerdo a los relatos se afirmar que la definición de la institución universitaria

queda supeditada a la elección profesional dado que aparece como medio

concreto por el cual viabilizar la carrera que se proyecta seguir, ocurriendo de

forma posterior o paralela al proceso de elección profesional, pero nunca antes

de este.

En cuanto a los hallazgo, resultó común en los participantes el deseo por

aspirar a ingresar a una universidad que les entregara la mejor formación

posible respecto a la carrera escogida, comenzando a considerar algunas

132
instituciones universitarias basándose principalmente en juicios generados a

través de conversaciones con otras personas, (familiares, amigos,

compañeros y amigos). De acuerdo a los relatos, estudiar fuera de la ciudad

surgió como una intención inicial en algunos de los participantes que luego

sería descartada por razones económicas o familiares.

“llevada por los comentarios de otras compañeras o de profesoras o la

orientadora del colegio, quería estudiar en una universidad de Santiago,

el puntaje que obtuve en la PSU si me alcanzaba para postular, si no

me fui a otra ciudad porque no estaban las lucas para eso” (Fabiana).

“[Mis padres] me dijeron que no podía estudiar fuera de Iquique, tenía

que estudiar acá en Iquique” (Dante).

Ya sea que fuere por opción personal o por condicionantes externos, los

participantes evaluaron sus posibilidades profesionales reduciéndolas a la

oferta académica presente en las instituciones universitarias locales. A partir

de ahí la elección de universidad procedió a realizarse mediante comparación

y descarte considerando el tipo de institución (pública o privada), así como su

imagen y prestigio.

“yo tenía una muy mala imagen de la UNAP, tengo una imagen de que

pasa en paro, en tomas y cosas así, y yo desde antes yo veía cómo

pasaban en paro y pensaba que lata, y yo nunca había venido tanto a

la UTA, sabía que por ser estatal igual había una probabilidad de que

habrían paros e iban a ver cosas, pero dije ‘pucha, pero una estatal a lo

mejor va a servir mucho más que una privada’” (Anna)

133
“mirando las universidades que estaban acá, opté por estudiar en la

UTA porque la consideraba mejor que la UNAP y también, por lo menos,

me mantenía en una estatal y no una privada” (Fabiana).

En otros casos, además de los elementos anteriores, los participantes

consideraron otros aspectos tales como la tendencia disciplinar de la malla

curricular prefiriendo aquella que más ajustaba a sus preferencias personales

y por la idea de recibir la mejor formación académica posible.

“me dijeron que no podía estudiar fuera de Iquique, tenía que estudiar

acá en Iquique, entonces fui a revisar a la UNAP, tenían, mezclaba él

área de biología en la UNAP, tenían el área de mi gusto ahora que lo

pienso, pero no me interesaba en ese momento biología, quería

meterme más a lo… humanizado, y… ahí fue cuando terminé en la UTA,

en la Universidad de Tarapacá” (Dante).

“dentro de las opciones de psicología que están acá está la Santo

Tomás, la UNAP, la Bolivariana y la UTA, dentro de esas cuatro

opciones la mejor que encuentro yo que es la UTA, aparte como mi

hermana estudió acá, igual yo conocía a los profesores un poco (…) son

buenos profesores, son buenos profesionales también, entonces

encuentro que tener educación de parte de ellos igual te hace aprender

hartas cosas más, son buenos docentes yo creo, aparte por lo que me

contaba mi hermano y mi hermano igual los conoce a algunos entonces

esa decisión fue en conjunto con saber dónde estaba mejor el área de

psicología acá en Iquique” (Julián).

134
Un último aspecto considerado por los entrevistados hace referencia al deseo

de estudiar en una universidad por su proximidad con el hogar y/o porque les

permitía sentirse acogidos y cómodos en dicho entorno.

“la universidad fue más que nada por un factor de comodidad, aparte

que igual me queda cerca, bueno la UNAP igual me queda cerca, pero

es el tema de espacio, yo lo vi porque le dije a mi papá que quiero ir a

una universidad que no sea tan grande y fuimos a la UTA y dije a

chiquitita, piolita, en esta” (Lorena).

“vinimos para acá y le dije “sabis’ que papá, me quiero quedar acá, acá

en la UTA, se ve chica, se ve acogedora, no se ve como gigante”,

porque yo me imaginaba que mientras más grande fuera la universidad

uno se convertía más en un número, porque cuando la u es muy grande

tiene mucha gente y no está como esa familiaridad, yo quería algo más

familiar entonces y era chica y sigue estando chica y dije “no, quiero

estar acá” (Anna).

Finalmente, dado que la elección de institución universitaria sería un proceso

dependiente de la elección de carrera, ante dificultades como la indefinición

vocacional, éste podría extenderse hasta el periodo postulación a las

universidades momento crítico en el cual se debe definir obligatoriamente una

preferencia profesional, esta afirmación será expuesta en el siguiente

apartado.

135
C. Postulación e ingreso a la universidad

El paso del liceo a la universidad puede comprenderse como una transición,

donde el sujeto experimenta un periodo de cambios activos, orientados a

mejorar el ajuste entre su vida y su nuevo contexto y rol social. La última etapa

de la implementación de la elección profesional tiene que ver con facilitar esta

transición mediante la superación efectiva de la etapa de postulación al

sistema universitario y el consiguiente ingreso a una de estas instituciones.

La postulación a la universidad corresponde a una etapa del proceso de

admisión a las universidades chilenas, que aparece como un evento en los

relatos de los participantes ayudándoles a consolidar la elección profesional

mediante la expresión concreta de una o más preferencias profesionales en el

sistema de postulación. La mayoría de los entrevistados expresó que

Psicología fue seleccionada como opción preferencial para dar inicio a sus

estudios superiores.

“mi mamá me sugirió ‘oye y que opinai sobre psicología’ y eso me hizo

como el clic y me acordé y dije ‘si sabi’ que, me interesa, me interesa

mucho estudiarlo’ y ahí escogí [psicología en] la UTA, la UNAP y no me

acuerdo cual fue mi tercera opción” (Dante).

En el caso de Lorena, que había desarrollado la intención fija de estudiar

odontología terminó seleccionándola como preferencia y Psicología como una

tercera opción. Hasta este momento su elección profesional definitiva aún no

estaba resuelta y solo decide ingresar a la carrera de Psicología previo el

136
ingreso a la universidad, desistiendo de la idea de emigrar de la ciudad y

optando por la seguridad y apoyo que le brindaba el grupo familiar.

“Marqué odonto en La Serena, odonto en Antofagasta porque ahí

también tengo familia y psicología (ríe) aquí (…) de hecho postulé a

odonto, quedé en odonto (ríe), pero por una cosa de no dejar a mi

familia..., y aparte de que igual era chiquitita, porque entre a la u de

cuanto, de 17 años y lo cumplía como a mitad de semestre los 18..., me

iba ir a una ciudad que no conocía, con gente de que si, bueno me crie

harto con ellos en la infancia pero de que más allá no tenía otra relación,

de que prácticamente no era tan cercana a mis primos, lo pensé bien y

dije no, igual mi mamá influyó en eso” (Lorena).

Posteriormente, siguiendo el proceso de admisión a las universidades todos

los participantes fueron seleccionados y habilitados para matricularse en la

carrera de Psicología dando inicio a su formación académica profesional.

6.2.8. Significados asociados a la elección profesional

En los participantes, los significados asociados a la elección de carrera

aparecen indisociablemente unidos a la experiencia de ingreso a la

universidad, dado que este hito les permite ver concretada por primera vez en

el contexto real su decisión profesional. Siguiendo con lo anterior, para muchos

participantes el conseguir entrar a la carrera significa ver cumplida una meta

personal que se habían propuesto, lo que es motivo de satisfacción y alegría.

No obstante, otros reconocen que esto solo representa haber dado el primer

137
paso de un proyecto profesional más amplio y que el objetivo central de éste

es poder concluir sus estudios universitarios.

“es lo que siempre quise po, entrar a la U para estudiar psicología, es

una meta que me puse cuando estaba más chico y lo logré, pude

hacerlo po, logré lo que me propuse y eso me pone feliz obviamente”

(Mateo).

“es algo que quise y logré entonces, entonces es una meta cumplida en

realidad, pero que no está totalmente cumplida, como que estoy en un

nivel de lo que quiero hacer, como que ya pasé un nivel, pero ahora mi

metas es sacar la carrera obviamente, sacarla y poder ejercer bien y

poder hacer algo con respecto a lo que quiero” (Julián)

De manera similar, otros participantes mencionan que el haber podido ingresar

a la carrera y estudiar Psicología es un orgullo dadas las dificultades

personales y familiares que tuvieron que pasar para llegar hasta donde se

encuentran.

“me siento como orgullosa de mí, de mi misma, de lo que estoy

estudiando, de la carrera que elegí, porque en mi familia nadie tiene,

casi nadie terminó el cuarto (…), nadie nos tenía expectativa, entonces

como que terminé el cuarto y fue un orgullo tan grande no solo para mí,

para mi familia entera y ahora que estoy en la U también po, digo que

hasta ahora estoy donde quiero estar y si quiero estar más arriba voy a

poder lograrlo si yo quiero estar ahí po, o sea me siento contenta”

(Leonor).

138
6.2.9. Cambios personales asociados a la formación profesional

La formación académica es una actividad que tiene por objetivo educar, formar

y desarrollar competencias para el ejercicio futuro de una profesión. Sin

embargo, los participantes coinciden que esta experiencia no sólo es

transformadora en el ámbito académico-profesional, sino también personal,

reconociendo en ellos una serie de cambios asociados al hecho de estudiar la

carrera de Psicología.

En primera instancia algunos entrevistados reconocen que, junto al ingreso a

la universidad, la formación profesional les abrió “la mente” al facilitarle el

acceso a conocimientos y materias ignoradas hasta ese entonces, lo que

alimentó sus inquietudes intelectuales y reforzó sus intereses sobre el

comportamiento humano.

“o sea aún no he visto muchas cosas en la carrera, pero si las clases

son re interesantes, como que te dejan pensando en cosas que no

sabías que eran así, en cosas que muchas veces ni siquiera sabía que

existían, entonces me ha permitido conocer algunas cosas y abrirme la

mente por así decirlo” (Mateo).

Otros participantes resaltan el hecho que el estudiar Psicología les ha

permitido desarrollar distintas competencias socioemocionales, mejorando su

capacidad para reconocer y regular las propias emociones y comportamientos,

y/o aumentando su capacidad para comprender estados emocionales y puntos

de vista ajenos, lo que les ha ayudado a desenvolverse de mejor forma con

sus relaciones sociales.

139
“Si he cambiado caleta, por lo que yo te contaba de como fui cuando

era más chico a como soy ahora igual he cambiado harto, ya no soy

como tan prepotente, tan explosivo, (…) ya no me comporto de forma

más primitiva por decirlo así” (Julián).

“[Puedo] entender más a la otra gente igual, poder sociabilizar más,

desde otro punto de vista, ver las cosas desde otro punto de vista, no

ser tan desconfiada, eso, me ha cambiado obviamente” (Lorena).

Finalmente, varios participantes reconocen que durante la formación

profesional ocurre un proceso de descubrimiento personal lo que facilita el

desarrollo de una mejor comprensión de sí mismos y de experiencias

problemáticas en sus vidas. Esto último les ayudó a sanar parte de sus heridas

emocionales y facilitó el crecimiento y cambio personal.

“el mayor crecimiento o cambio o cualquier cosa que haya pasado en

mi ehm… ha sido a nivel personal, creo que mientras estaba estudiando

psicología después pasaron tantas cosas que me hicieron darme cuenta

de tantos aspectos que yo nunca en mi vida hubiera considerado si

hubiera estudiado otra cosa, nunca me habría puesto a pensar sobre

no sé cosas que ahora yo hago tanta retrospectiva que al final me

terminó ayudando, nunca me habría sanado en ese sentido si no

hubiera sacado algunas cosas que tenía guardadas” (Anna).

140
6.2.10. Metas y proyecciones profesionales posterior al ingreso a la

universidad

Un último tema que surge en los relatos de los participantes trata sobre los

significados asociados al término de su formación universitaria y aspiraciones

profesionales. Si bien los entrevistados no se refieren en extenso a éstos

asuntos, se consideró relevante exponerlos puesto que permiten visualizar la

conducta vocacional futura a través de sus proyectos profesionales.

A. Terminar la carrera

La formación universitaria culmina con la obtención del título profesional y/o

licenciatura según corresponda de acuerdo a la carrera escogida. A su vez,

esto último corresponde a un momento anhelado en la vida de aquellas

personas que se embarcaron por la senda universitaria para alcanzar sus

metas personales y consolidar sus proyectos de vida. A través de los relatos,

podemos dar cuenta que los pronunciamientos y significados construidos en

torno al término de su formación profesional divergen de acuerdo a sus

experiencias vitales.

En este sentido, la construcción que hace Julián (estudiante de segundo año)

varía hacia dos vertientes. Por un lado, el término de sus estudios aparece

como un objetivo personal que se empecina a cumplir independientemente del

esfuerzo que requiera, por otra parte también se manifiesta como temor a

fracasar y no lograr el éxito de sus hermanos mayores, temática recurrente

dentro de su historia de vida.

141
“[Tengo miedo de] echarme la carrera sí, de no terminarla igual y yo dije

que iba a entrar y aunque me demorara cien mil años en sacar esta

cuestión igual iba a terminar, porque igual a mis hermanos les fue súper

bien en la U, mi hermana no se echó nada, salió con buen promedio, le

fue bien en la tesis, mi hermano igual el examen de grado le fue

excelente y… entonces igual está esa presión y esa comparación

también, “mira a tu hermanos le fue bien y la cuestión” (Julián).

Por otra parte, para Dante el término de sus estudios universitarios constituye

una meta personal asociada al demostrar que es capaz de cumplir con éxito

este proyecto, lo que le permitiría recobrar la confianza perdida tras años de

haberse sentido inseguro de sí mismo.

“terminar la carrera para mí significa cómo “hueón, lograste terminar una

carrera, puedes con otra, puedes seguir estudiando paso a paso y vas

a llegar lejos, tenis que ir simplemente paso a paso” (Dante).

Finalmente e independiente de los matices personales todos los entrevistados

coinciden en que el término de la carrera corresponde a una meta a alcanzar,

revestida por un fuerte sentimientos de satisfacción personal y que tiene la

función de abrir caminos hacia nuevos proyectos profesionales.

“es importante por una cuestión personal, de que yo igual estoy así con

ganas de salir así y poder ver el mundo con los otros ojos cachai, y

poder estar en el ámbito laboral y lo que me toque en la vida po (ríe)”

(Lorena).

142
“terminar la carrera, claro, significa un gran logro personal, una meta

cumplida y un orgullo familiar, también, ya que sería la primera hija y

nieta con un título profesional, mi hermano y primos aún están

estudiando, para mí es fundamental concretar mis estudios, porque

deseo continuar estudiando y lograr especializarme en un área más

avanzada, situación que no podría ser si no termino la carrera y no

obtengo mi título de psicóloga” (Fabiana).

B. Proyecciones profesionales

La capacidad de imaginar futuros posibles donde representarse a sí mismo

permite el establecimiento de metas o aspiraciones profesiones que se

encuentran articulados al proyecto de vida de las personas. Si bien, no todas

las aspiraciones lleguen a concretarse o siguen el curso deseado, su mirada

permite una primera aproximación a las salidas profesionales de los

participantes.

Dante por ejemplo manifestó el interés por iniciar una segunda carrera

universitaria que le permita complementar sus conocimientos actuales y así de

desarrollar una visión integrativa del funcionamiento humano y aportar a partir

de esto. Esta intención es congruente con la necesidad de estimulación

intelectual y el permanente deseo de comprender la conducta humana que

desarrolló a temprana edad.

“yo quiero seguir estudiando, quiero seguir conociendo, quiero seguir

investigando, quiero dedicarme a conocer las cosas, quiero saber cómo

143
funcionan las cosas tanto como la personalidad de las personas a nivel

químico, a nivel estructural psíquico, quiero incluso el poder mezclar

esas cosas, quiero, quiero ahondar en el conocimiento, quiero saber

aquello que sentía antes que estaba limitado y que antes ni siquiera

llegaba a pensar en mi cabeza, quiero (…), por ejemplo quiero después

estudiar medicina, quiero enfocarme a la neurología” (Dante).

En otros casos, algunos participantes manifestaron la intención de dedicarse

al ámbito clínico o educacional y trabajar con niños y jóvenes. Esto aparece

como una oportunidad para gestionar el daño sufrido tras las malas

experiencias durante su adolescencia y “revertir la historia” desde el quehacer

profesional, ayudando a que otros no tengan que verse expuestos a este tipo

de vivencias.

“a medida que fui avanzando y conociendo otras áreas en las que el

psicólogo se puede insertar conozco la psicología educacional y ahí

surge algo interesante, me llama la atención este espacio, este contexto

más educacional porque creo que puedo revertir la historia y me inserto

en la psicología educacional, estando en la U desde los electivos de

esta línea, bueno yo ocupé electivos clínicos y educacionales porque

son mis dos pasiones ya, pero me inserto en la psicología educacional

por lo mismo, por la historia” (Fabiana).

144
VII. CONCLUSIONES

Este estudio se propuso comprender y analizar el proceso de elección de

carrera profesional que siguieron los estudiantes de Psicología. Atendiendo a

los relatos de los participantes, la búsqueda se focalizó en identificar

elementos biográficos y determinantes subjetivos implicados en sus

elecciones profesionales. Tras contrastar e integrar la evidencia empírica con

los antecedentes teóricos y conceptuales se buscó dar respuesta a la pregunta

inicial que orientó el desarrollo de la investigación: ¿cómo se desarrolla el

proceso de elección de carrera profesional en estudiantes de Psicología? y así

poder dar cumplimiento a los objetivos propuestos.

7.1. Sobre el desarrollo de la elección de profesional de los

estudiantes de Psicología

La elección de carrera profesional se conceptualizó como producto de un

proceso evolutivo que va de la mano con el desarrollo de la propia identidad.

Desde este planteamiento se propone que durante el transcurrir de la vida las

experiencias infantiles, escolares, familiares y del mundo laboral son

paulatinamente integradas en un proyecto personal donde el sujeto establece

quién desea ser a futuro y los caminos que seguirá para lograrlo (Garzuzi,

2009; Super, 1988).

De igual forma, se postula que la elección profesional es resultado de un

interminable proceso de autoconstrucción, donde el discurso narrativo asume

un rol privilegiado al organizar la experiencia personal y darle coherencia a la

145
vida. En este sentido, las decisiones profesionales están influenciadas y

fundamentadas en la experiencia previa, y más concretamente en el conjunto

de significados construidos por las personas hasta el momento en que realizan

su elección (Reid, 2005).

Desde esta fundamentación se asume que la vida de las personas y las

decisiones que toman sobre sus carreras se hallan vinculadas. Ambas

posturas, aunque desde elaboraciones teóricas y metodológicas distintas,

resaltan que la elección profesional es la conclusión de un proceso que se

extiende más allá, o mejor dicho, más atrás del periodo en el cual el sujeto

realiza el ejercicio cognitivo y consciente de tener que decidir por una

profesión, y donde la experiencia personal previa resulta fundamental para

comprenderla.

Buscando responder al cómo los participantes llegaron a escoger la carrera de

Psicología, las indagaciones realizadas nos permitieron identificar un conjunto

diverso de antecedentes biográficos (entre ellos eventos, quiebres,

experiencias y características personales) que se encuentran implicados en

esta decisión, lo cual permite sustentar nuestra proposición. Estos elementos

se presentan de forma gráfica en la Figura 7.1.

En primer lugar, como antecedentes remotos de la elección de carrera

destacan diversos eventos vitales que por su significación personal resultan

trascendentales para comprender como se configura la trayectoria de los

participantes y sus decisiones profesionales. Problemáticas familiares,

cambios de contexto, enfermedades graves y la pérdida o distanciamiento de

146
vínculos significativos, son vivencias comunes en el curso de vida de los

participantes y también de los chilenos en general (Guichard et al., 2013).

Sin embargo, lo relevante de destacar estas condicionantes biográficas no

radican en el hecho en sí mismo sino en “el significado que el hecho ha

asumido en la historia subjetiva” de los participantes (Ricoeur 1970 en

Kirshner, 2007). Los relatos dan cuenta de aquellas representaciones

subjetivas que los participantes generaron sobre estas vivencias, las cuales

son interpretadas como angustiantes, dolorosas y traumáticas, llegando al

punto de ser identificados como acontecimientos decisivos en el curso de sus

vidas.

Estos eventos generan crisis personales y/o quiebres biográficos, lo que

inmediatamente da lugar a la necesidad de construir nuevos significados y así

poder reorganizar dichas experiencias, comprender lo sucedido y volver a

darle continuidad a sus vidas (Dominguez y Herrera, 2013).

Desde la perspectiva narrativa de la psicología, se concibe que los seres

humanos piensan, viven y actúan de acuerdo a estructuras narrativas (Sarbin,

1986). Estas estructuras se refieren al proceso por medio del cual los

diferentes elementos de la narrativa son integrados en una trama que

proporciona coherencia narrativa y continuidad vital. Entendiendo que la

necesidad de dar sentido a las experiencias es un acto natural del ser humano,

tras estos eventos los participantes iniciaron una serie de movimientos internos

intentando encontrar respuestas que les ayudaran a resolver esta ruptura

biográfica y mitigar el sufrimiento personal.

147
Savickas (1997) se aventura a proponer que todas las personas han

experimentado algún tipo de dolor psíquico que queda inscrita en la trama

biográfica; estos “temas de vida” como les llama, orientan la acción humana

en la búsqueda por “dominar activamente aquello que sufrieron pasivamente”.

Por otra parte, Frankl (1985 en Goncalves, 2002) asume una postura similar

al plantear que frente a la irrupción del transcurrir experiencial las personas

buscan restablecer su coherencia narrativa guiados por la tendencia universal

de búsqueda de significado.

Varios autores afirman que tanto la percepción así como la interpretación que

realizan las personas de sus experiencias pasadas influye permanentemente

en sus vidas (Csikszentmihaly & Beattie, 1979; Savickas, 2005; McIlveen,

2011). Nuestros hallazgos nos hacen presumir que el impacto subjetivo

producido por este tipo de eventos condujo a que los participantes se

implicaran en sus escenarios naturales asumiendo una posición reflexiva y de

introspección en la búsqueda por resignificar aquellas experiencias

discrepantes en sus tramas personales. No obstante, el daño subjetivo

quedaría arraigado tan profundamente en la red de significados personales

que la integración de estas informaciones siempre quedaría incompleta.

Lo anterior, nos invita a retomar el concepto de tema biográfico o tema de vida.

Estos son elaborados dialógicamente con otros y consigo mismo; y que al

tomar forma de historia o relato se integran en una trama biográfica que da

sentido y propósito a la conducta (Bujold, 2004; McIlveen, 2011). En palabras

de Savickas (2001; 2005) el tema es la representación del problema o conjunto

de problemas que preocupan a la persona a lo largo de su vida, sugiriendo que

148
los intereses y orientaciones personales son originados en respuesta a estas

las preocupaciones vitales.

En la búsqueda de darle sentido a sus propias experiencias y así sanarse del

daño sufrido, los participantes desarrollaron una disposición a preguntarse

sobre el porqué de la conducta de las personas. Constatándose así que el

impacto subjetivo de este tipo de experiencias fomentó en los participantes

una especial preocupación por la dinámica del comportamiento humano.

Esta disposición de los participantes a ver la vida desde una óptica que se

centra en comprender los motivos del comportamiento de las personas resulta

coherente con lo documentado en otras investigaciones, donde se explica que

en este tipo de profesiones los sujetos ya poseen una “mente psicologizada”

(psychological-mindedness) desde antes de escoger sus carreras (Farber et

al., 2005; Marín y Ramírez, 2011).

Estas experiencias no sólo condujeron a que los participantes buscaran

explicarse sus contextos sino que también les llevó cuestionar sus propias

conductas y características. El deseo por comprenderse a sí mismo surge a

raíz de cuestionamientos personales derivados de experiencias dolorosas, en

su mayoría, ocurridas en el contexto escolar. Ansiedad, inseguridad, baja

autoestima y retraimiento social son algunas de las consecuencias que trajo

consigo el ser víctima de acoso escolar y/o bullying en uno o más periodos de

la vida. La agresión y rechazo experimentado a causa de los pares en el

contexto escolar sembró en los participantes dudas respecto a su competencia

social y derivó en cuestionamientos sobre su personalidad.

149
Este deseo por lograr una mejor comprensión de sí se manifiesta de forma

permanente durante la adolescencia de los participantes, lo que coincide con

la necesidad de definir la propia identidad. Asimismo, durante este periodo

comienzan a ver en la Psicología una posibilidad para “ayudarse a sí mismo”,

creyendo que en dicha carrera encontraran respuesta a sus preocupaciones,

inseguridades y demás cuestionamientos internos.

De las experiencias vitales antes mencionadas, el sufrimiento personal

también estuvo acompañado de sentimientos de angustia, soledad y

aislamiento. Así el tener que atravesar por estas vivencias y, por decirlo de

alguna forma, “saber lo que se siente sufrir” ayudó a que los participantes

desarrollaran una mayor sensibilidad al padecimiento de las otras personas.

A modo general planteamos que el sufrimiento personal permitió a los

participantes comprender mejor a los demás y responder empáticamente ante

las problemáticas de otros que pasaban por circunstancias similares. La

metáfora del sanador herido, común en la literatura, resulta un buen recurso

para explicar el fuerte deseo que los participantes desarrollaron por ayudar a

los demás y protegerlos del sufrimiento, consignada bajo la expresión “que

[otros] no tengan que vivir lo mismo que yo”.

Podríamos decir que el conjunto de estas orientaciones, llamémosles, hacia la

comprensión y asistencia del ser humano se configuran como la fórmula que

encontraron los participantes para poder atender sus necesidades personales.

Si para Savickas (2005) el problema es la preocupación, “la solución, al menos

en el ámbito laboral, es la ocupación”. Dicho de otra forma, resulta congruente

plantear que estas predisposiciones ayudan a que los individuos tracen

150
estrategias que les invitan a optar por un camino profesional que asegure su

adaptación y desarrollo.

Los participantes comparten la característica de atender y procesar las

informaciones del medio desde una postura que focaliza en la comprensión de

la conducta del ser humano, la cual se torna comprensible al atender sus

historias personales. Este tipo de patrones de relación que establecen los

sujetos y su mundo se pueden ver representados en uno de los diferentes tipos

de personalidad vocacional (Holland, 1959; Osipow, 2008; Savickas, 2001).

Holland (1959) considera la personalidad vocacional como un conjunto de

rasgos motivacionales y actitudinales estables capaces de predecir la elección

futura, lo que nos lleva a suponer que gran parte de las personas escogerán

sus carreras consistentemente con sus orientaciones personales. Bajo esta

consideración, no ha de extrañarnos que la mayoría las características de

nuestros participantes coincidan en buena medida con el estilo social descrito

por este autor, relación ya advertida en investigaciones previas (ver Camp &

Chartrand, 1992; Wicherts & Vorst, 2010).

Según Osipow (2008) las personas con orientación social parecen satisfacer

sus necesidades afectivas “por medio de una situación terapéutica o mediante

una situación de enseñanza”, sugiriéndonos que los participantes a lo largo de

sus trayectorias buscaron escenarios y, en última instancia, escogieron seguir

una profesión que les permitiera satisfacer dichas necesidades, como por

ejemplo, al asumir el rol de confidente y/o de consejero con sus relaciones.

151
Concerniente a lo anterior, los intereses académico-profesionales representan

la expresión concreta de las orientaciones personales y estilos vocacionales

en escenarios donde se desarrollan los pasatiempos, actividades académicas,

recreativas y en el trabajo. Considerando que en el desarrollo del curso de vida

los sujetos se ven implicados en un incontable número de experiencias y

actividades, los intereses son “un tipo motivación socialmente aprendida”

producto de la interacción de los determinantes personales y los influjos

culturales (Hernández, 2001).

De la mano del interminable proceso de construcción identitaria, los intereses

surgen desde edades tempranas y varían permanentemente durante el curso

de la vida (Ginzberg, 1972; Super, 1988). No obstante, es a partir del periodo

adolescente donde los intereses personales adquieren una naturaleza mucho

más estable puesto que los jóvenes suelen encontrarse frecuentemente con

oportunidades para ensayar actividades “pre-profesionales” específicas, lo

que refuerza o extingue elementos que se han incorporado en su autoconcepto

(Hernández, 2001).

En cuanto a los participantes se observó que desde la adolescencia estos ya

poseían una inclinación por las humanidades, lo que se veía reflejado en el

gusto y o atracción por asignaturas escolares como historia, lenguaje, filosofía

y las artes y, algo menos explícito, en actividades de ocio como dibujar, tocar

algún instrumento, escribir poesía y la lectura. El interés manifestado hacia las

humanidades se ve reforzado por aquellas experiencias significadas como

logros personales, como por ejemplo obtener buenas calificaciones o ser

reconocido por los sujetos significativos. De acuerdo con Hernández (2001),

las experiencias de éxito o dominio en una determinada materia o actividad

152
inciden en las expectativas de autoeficacia que una persona tiene hacia la

misma.

Respecto a lo anterior, al revisar la trayectoria de los participantes podemos

deducir que tanto el interés como el sentido de competencia personal hacia

estas actividades llevaron a que la mayoría de estos optara por una formación

humanista en la elección del plan diferenciado cuando cursaban segundo año

de enseñanza media. Asimismo, estos y los otros antecedentes mencionados

con anterioridad permiten configurar en los proyectos de los participantes una

preferencia por el área de las Ciencias Sociales y las humanidades.

La preferencia profesional, en palabras de Cepero (2009), consiste en “la

selección de un determinado campo académico-profesional compuesto de un

conjunto de actividades lúdico-laborales que se quieren realizar

profesionalmente”. Continuando con el autor, estas consisten en un elemento

amplio de referencia ocupacional, que orienta a las personas a la hora de

decidir sobre sus futuros profesionales.

En cuanto al proceso de elección de los participantes, la preferencia de estos

permite deducir que, en claridad de sus proyectos vitales y con la orientación

adecuada, resulta previsible que optaran seguir por una carrera profesional

perteneciente a alguna de estas áreas. Lo anterior se ve corroborado de

acuerdo a la consideración de los participantes por carreras universitarias

como pedagogía en historia, derecho, filosofía, Psicología y otras similares

como alternativas en la construcción de sus proyectos profesionales previos al

ingreso a la universidad. No obstante, la determinación de sus preferencias

profesionales no consigue explicar del todo cómo los participantes

153
consiguieron arribar al sendero que les condujo a elegir la carrera de

Psicología.

En relación con lo anterior, en la trayectoria de los participantes existen otros

elementos biográficos que aparecen involucrados en su elección profesional.

Así se logró identificar un conjunto de experiencias personales que de alguna

forma logran aproximarles a la Psicología posicionándose como un precedente

relevante en la construcción de su elección profesional. Haber asistido a

psicoterapia, estudiar Psicología durante la educación secundaria, conversar

con otros sobre esta materia, asumir el rol de confidente o consejero y ser

señalado por otros como futuro psicólogo son eventos que se hacen presente

en la trayectoria previa a la elección de carrera profesional de los participantes.

Investigaciones anteriores ya han documentado la relación entre estas

experiencias con la elección de estudiar Psicología (ver por ejemplo Farber et

al., 2005; Huynh & Rhodes, 2011; Marín y Ramírez, 2011). La trascendencia

de estas recae, como se dijo anteriormente, en el valor subjetivo que asumen

en la historia personal al facilitar la resignificación de experiencias dolorosas y

orientar sus preocupaciones, necesidades e intereses hacia una vía

profesional concreta. A modo de ejemplo, iniciar un proceso psicoterapéutico

y recibir ayudar profesional constituye el fundamento de la elección profesional

para una de los participantes, es a partir de esta experiencia donde comienza

a ver en la Psicología la posibilidad de usar su propia experiencia para ayudar

a otros en el permanente ejercicio por sanarse a sí misma.

De igual forma, estudiar y discutir sobre Psicología durante la adolescencia a

través de encuentros con familiares, profesores y psicólogos, resultaron

154
experiencias influyentes en el desarrollo de la elección profesional. Sin

embargo, llama la atención que ninguno de los participantes señaló que estas

personas fueron fundamentales en la elección de su carrera, asumiendo

solamente un rol instrumental al promover la búsqueda de información

relacionada con la carrera durante el proceso de elección. En aquellos casos

donde no existía claridad del futuro profesional o que por diversos factores

debían reformular sus proyectos estas experiencias resultaron sumamente

orientadoras al permitirles a los participantes instalar la carrera de Psicología

como una alternativa de elección dentro de sus proyectos profesionales.

Por otra parte, tal como se advirtiera en otras investigaciones, el ser

reconocido por otros como futuros psicólogos resultó ser una condición común

en el desarrollo de la elección profesional de los participantes (Farber et al.,

2005). Ser visto por otras personas como un potencial candidato para

desempeñar esta profesión se convierte en un aliciente que facilita que los

participantes identifiquen en ellos características que se adecúen al perfil que

hasta ese momento han construido del profesional psicólogo. Asumir que se

tiene “pinta de psicólogo” ya sea por los señalamientos que hacen otras

personas y/o por reconocer en sí mismo las cualidades que se cree debiese

tener el psicólogo termina por clarificar o consolidar la intención de escoger

esta carrera.

Afirmamos que es a partir de estas experiencias dialógicas que los

participantes logran elaborar una imagen personal sobre la Psicología y del

profesional psicólogo, cuestión que guía su elección profesional durante el

proceso de toma de decisiones. Esto cobra sentido, si consideramos que las

personas suelen ver el mundo académico y ocupacional en términos de

155
imágenes o estereotipos profesionales en los que se basan para realizar sus

elecciones profesionales (Holland en Béjar, 1993).

Finalmente, para comprender cómo los participantes determinaron seguir la

carrera de Psicología debemos prestar atención al proceso de toma de

decisiones cuyo principal objetivo es concretar una opción profesional de entre

las distintas alternativas profesionales sobre las que el sujeto medita durante

la construcción de sus proyectos futuros.

El proceso decisional inicia cuando el sujeto comienza a cuestionarse respecto

a la dirección que tomara su trayectoria en torno al ámbito académico-

profesional, siendo la finalización de la educación secundaria la última

instancia para lograr definirlo (Rivas, 1998; Super, 1980). En este sentido, la

elección no suele ser una decisión drástica ni puntual, sino resultado de una

serie de elecciones sucesivas más o menos evaluadas por la persona que le

van orientando hacia una dirección concreta (Ginzberg, 1952; Super, 1957)

Resulta común que durante la toma de decisiones las personas barajen una

variedad más o menos amplia de opciones de carrera derivadas de los ámbitos

académico-profesionales de su preferencia. En la consideración de estas

alternativas incide por supuesto el conjunto de experiencias e informaciones

acumuladas a lo largo de sus trayectorias de las carreras de interés, haciendo

posible la conformación de una imagen profesional de las mismas, pero

también la conciencia que se tiene sobre las propias aptitudes y demás

condicionantes personales. Por esta razón el interés manifestado por los

participantes hacia las Ciencias Sociales y humanidades así como la idea y

capacidad para realizar de manera efectiva actividades asociadas a estas

156
áreas será congruente con la consideración respecto a seguir una carrera

perteneciente a este campo del conocimiento.

En línea con lo reportado por Quintana (2014), el descarte de alternativas

profesionales basados en los intereses personales fue una estrategia común

utilizada por los jóvenes durante la toma de decisiones. Empero, la resolución

de este proceso obedece al esclarecimiento de las propias necesidades o

preocupaciones vitales y a la determinación de las metas personales y

profesionales, siendo la elección profesional aquella alternativa que aparece

más congruente con estos elementos.

De cualquier modo, se debe tener claro que en el desarrollo de la elección

profesional existen trayectos distintos para arribar a un mismo punto. Así,

encontramos a quienes en claridad de sus necesidades y propósitos delimitan

su opción profesional en momentos tempranos de su vida, la cual desde ese

momento es acompañada por distintas estrategias en el esfuerzo por

incrementar la seguridad en la decisión que se está tomando. Por otra parte,

también existen los casos donde la decisión de estudiar Psicología ocurrió

tardíamente, es decir, hacia el término de sus estudios secundarios. En dichos

participantes, Psicología aparece como una alternativa de elección tras haber

descartado otras opciones profesionales y/o al ver imposibilitado sus proyectos

originales asociados a cuestiones familiares diversos.

Dado lo anterior, el proceso también es relacional pues se encuentra

mediatizado por las oportunidades de desarrollo que ofrece el contexto, siendo

el grupo familiar el escenario más próximo en el cual el sujeto debe transar sus

proyectos personales. La familia es uno de los condicionantes sociales y

157
económicos que incide en el desarrollo de la elección profesional de dos

formas posibles: positiva o negativa (Vega, 2003).

En primer lugar podemos agrupar aquellos casos en que la familia actuó como

un elemento facilitador de la elección profesional al proveer orientación y

sugerir alternativas de carrera a los participantes ante problemáticas como la

indefinición de una preferencia y la indecisión profesional. Asimismo, se

encontró que algunos padres brindaron libertad de elección lo que es

interpretado como un hecho positivo por los participantes, constituyéndose así

en una fuente primordial de apoyo durante esta etapa. Por otra parte, cuando

la influencia familiar resultó problemática esta se tradujo en sugerencias o

prohibiciones para seguir una determinada carrera obligando al participante a

replantearse su proyecto profesional y condicionando el respaldo afectivo y

económico a estas exigencias.

Sin embargo, ya sea que la decisión se tome temprano o tarde en la trayectoria

vital, cuando extendemos nuestro foco de análisis hacia la propia subjetividad

podemos identificar una serie de determinantes biográficos que marcan el

preludio de una elección profesional aparentemente previsible.

Damos cuenta que en el desarrollo de la elección profesional existen

determinantes personales que actúan de forma prioritaria apareciendo como

la razón principal de la decisión de carrera (Cepero, 2009). Así, en los relatos

de los participantes destaca que el ingreso a la carrera se vio motivado

principalmente por el deseo de dar respuesta a sus preguntas existenciales,

sanarse a sí mismos, desarrollarse personalmente, comprender y ayudar a las

otras personas, entre otros. No obstante, como aquí se ha demostrado lo más

158
adecuado sería concluir que la elección profesional se alcanza como resultado

de una interacción entre múltiples determinantes biográficos-contextuales que

confluyen en una persona a lo largo de su historia.

Por otra parte, comprender que el proceso de elección carrera no queda

finiquitado con la selección de una opción profesional constituye un hallazgo

imprevisto considerando la fundamentación teórica de nuestro estudio. De

manera paralela al tiempo en que los jóvenes se encuentran definiendo su

futuro profesional y se enfrentan a la tarea de definir la carrera que seguirán,

ocurre el proceso de implementación del emergente proyecto profesional (ver

Figura 7.2). Los resultados nos permiten afirmar que no basta con determinar

qué carrera se desea seguir si no se realizan las acciones necesarias para

conseguirlo, por lo que durante este periodo los jóvenes también deben pasar

de la intención a la acción.

Si bien, investigaciones dan cuenta de la incertidumbre e inseguridad que

pueden experimentar los jóvenes en esta etapa de decisiones esto no les

impide realizar, de manera intuitiva, las acciones necesarias que les conducen

a implementar sus proyectos en la realidad (Sepúlveda, 2014). Podríamos

establecer que el inicio de la implementación de la elección de carrera y

proyecto profesional comienza con aquellos esfuerzos y acciones que realizan

los jóvenes para concretarlos.

El sistema de admisión a las universidades chilenas establece como uno de

los requisitos previos para el ingreso a alguna de estas instituciones la

rendición de las pruebas de selección universitaria (PSU), condición que es

asumida como una importante fuente de ansiedad por los jóvenes (Quintana,

159
2014). La tensión que despierta la temida PSU es suficiente como para que se

comience con la preparación para rendir un buen examen, aunque el sentido

último de esto no sea obtener los mejores resultados posibles sino poder hacer

posible los proyectos personales.

Tras la rendición de la batería de pruebas de selección, la elección de una

universidad es otra de las tareas que los jóvenes deben resolver durante el

proceso de admisión a las universidades chilenas. Para los participantes, la

definición de la institución educativa tiene apenas un valor utilitario al viabilizar

los proyectos profesionales, no encontrándose fundamentos biográficos ni

implicancias personales relevantes como los que tiene la elección de carrera.

La elección de universidad queda supedita a la decisión profesional puesto

que sólo es posible realizarla cuando se tiene claridad respecto a la carrera

que se desea seguir, siendo una tarea mucho más sencilla de resolver.

Asimismo y en línea con Quintana (2014), las estrategias de selección de la

universidad utilizadas por los jóvenes estuvieron fundamentadas en el

conjunto de informaciones recogidas a través de la búsqueda personal en

páginas web institucionales y de conversaciones con distintas personas.

En claridad de esto, los participantes privilegiaron estudiar en una universidad

pública por sobre una privada orientados por la imagen institucional y prestigio

que proyectan, así como las posibilidades de becas y demás facilidades de

estudio. Posteriormente, en la búsqueda por recibir la mejor formación

académica posible, procedieron a comparar la malla curricular de los distintos

planes de estudio de las universidades consideradas prefiriendo aquellos que

más se ajustaba a su formación académica y sus intereses personales. Como

160
último criterio de selección, se basaron en la proximidad de la institución con

su hogar así como la seguridad y comodidad que les brindaba el entorno e

infraestructura del mismo.

Figura 7.1 Desarrollo de la elección de Psicología como carrera

profesional

161
Siguiendo con el proceso de admisión a las universidades y con posterioridad

a la entrega de resultados de las PSU, la etapa de postulación invita a los

participantes a expresar de manera concreta sus preferencias de carrera y

universidades ayudándoles a consolidar la elección profesional. Por otra parte,

aunque no fue el caso de los participantes se advierte que la posibilidad de

concretar parte de los proyectos personales a través de la elección de carrera

y de universidad son siempre dependientes de las reglas que impone el

sistema acceso a la educación superior (Carrasco, 2013; Leyton, 2015).

Finalmente, tras la etapa de selección universitaria la matrícula es el

procedimiento administrativo que posibilita el inicio de la formación académica-

profesional materializando la intención y metas personales propuestas por los

participantes.

El ingreso a la universidad se erige como el hito que consolida la elección

profesional y parte de los proyectos vitales de los participantes. Junto con esta,

el inicio de la formación académica-profesional significa ver cumplida una meta

propuesta que fue perseguida persistentemente a pesar de las variadas

dificultades personales y/o familiares que debieron sortear en el trayecto que

les condujo hasta este punto.

Para otros, este hecho deriva además en una sensación de orgullo personal y

familiar al convertirse en los primeros miembros de sus familias en ingresar a

la universidad, lo que es evidencia del cambio generacional que experimenta

la sociedad en lo que a nivel educativo se refiere (Sepúlveda y Valdebenito,

2014). No obstante, la mayoría reconoce que sus proyectos profesionales aún

se encuentran inclusos y que el ingreso a la universidad significa un primer

paso dentro planes mucho más amplios y ambiciosos, el objetivo principal de

162
para los participantes es concluir con éxito sus estudios de pregrado para así

poder convertirse en los profesionales que desean ser.

Por otra parte, desde la perspectiva de la construcción de una carrera,

Savickas (1997; 2005) introduce el concepto de adaptabilidad para referirse al

permanente esfuerzo que realizan las personas por adaptarse a las

circunstancias cambiantes de la vida, como la transición de ambientes

laborales y educativos, en la búsqueda por convertirse en la persona que se

quiere llegar a ser. La adaptabilidad de carrera resulta un elemento útil para

comprender como los jóvenes logran adecuarse a la transición que implica

dejar la educación media e insertarse en el contexto universitario, sin embargo,

dado que nuestro estudio no indaga en las trayectorias que siguen los

estudiantes tras la elección profesional nos resulta imposible tratar este

planteamiento con la adecuada profundidad.

Figura 7.2. Proceso de implementación del proyecto y la elección

profesional

163
Por último, comprendiendo que todos estos procesos ocurren enmarcados en

un periodo de transición en el que el sujeto debe adaptarse a los nuevos roles

(de secundario a universitario), contextos (del colegio a la universidad) y

situaciones, se generan una serie de condiciones que impactan en la

subjetividad y ocasionan cambios personales (Leyton, 2015; Super, 1980). En

este sentido, para los participantes la formación académica-profesional

además de incidir en el desarrollo de competencias, valores y saberes para el

ejercicio futuro de la profesión se presenta como una experiencia

transformadora con implicaciones identitarias.

Para Pierella (2011) en tanto la educación como una forma privilegiada en el

trabajo de construcción del sujeto humano, el nexo entre la experiencia

universitaria y la identidad es indisociable. Si bien, la identidad comienza a

estabilizarse hacia el término de la adolescencia, continúa evolucionando a lo

largo del curso de vida como resultado de las experiencias vitales y las

decisiones que se realizan en interacción con sus comunidades y sus

contextos (Guichard, 2005).

La universidad como contexto en el que ocurre la transmisión del conocimiento

disciplinar representa una apertura de “mente” para los participantes. Es

durante el transcurrir de los estudios universitarios donde se provee el acceso

a conocimientos diversos sobre la dinámica del comportamiento humano,

otorgando las respuestas necesarias acallar parte de las inquietudes

personales e intelectuales que orientaron parte de la elección profesional.

Para D’Angelo (2004) la educación es ante todo un mecanismo que provee la

formación de sentido personal, el cual es facilitado por la adquisición de las

164
capacidades intelectuales, emocionales y sociales a lo largo del desarrollo

vital. La consecuente capacidad de adquirir un mayor conocimiento y

discernimiento del mundo conduce inevitablemente a una mejor comprensión

de sí mismo del lugar que se ocupa en el mundo (González, 2016).

Por un lado, la universidad como experiencia de apertura y por otro la carrera

como oráculo donde se hallan las respuestas a las preguntas personales y

sociales, generan las condiciones para que los participantes comiencen un

proceso de descubrimiento personal cada vez más profundo. La idea de que

cursar la carrera de Psicología es un desafío que invita a los estudiantes a

examinarse a sí mismo, a la vez que provee las herramientas teórico-prácticas

para hacerlo es una noción compartida por los participantes. El examen

personal al que se somete el sujeto, ya sea por propia voluntad o por

compromisos derivados de ciertas asignaturas incluidas en la malla curricular,

facilita un mejor entendimiento sobre de sí y permite dar sentido a las

experiencias problemáticas de la propia vida.

Con el desarrollo de una mejor comprensión de sí mismos los participantes

son capaces de sanar parte de sus heridas emocionales, lo que también facilita

el crecimiento y cambio personal. Entre estos progresos, los participantes

destacan que durante la formación han desarrollado o mejorado sus

competencias socioemocionales, lo que les permite reconocer y regular las

propias emociones y comportamientos con mayor facilidad con que lo hacían

antes de entrar a la carrera, además de aumentar su capacidad para

comprender estados emocionales y puntos de vista ajenos, lo que les ha

ayudado a desenvolverse de mejor forma con sus relaciones sociales.

165
Finalmente, a modo de síntesis concluimos que durante el curso vital, la

construcción biográfica asume una función orientadora estableciendo

propósitos y trazando los caminos posibles para el desarrollo personal. Bajo

esta comprensión nos aventuramos a afirmar que la elección profesional no

corresponde a un proceso acotado al periodo de culminación de los estudios

secundarios, en lugar, planteamos que es el resultado de un conjunto sucesivo

de elecciones derivadas de los interminables encuentros que ocurren en el

transcurso de una vida (Ginzberg, 1952; Super, 1980).

No obstante, si bien el discurso narrativo tiene un rol privilegiado en la

autoconstrucción no es capaz de captar la totalidad y complejidad de la

experiencia, por lo que sería erróneo presumir que la elección deriva

netamente de la voluntad de decidir. Los condicionantes históricos-culturales

y contextuales-situacionales más próximos pueden escapar de la capacidad

que tiene la función narrativa para dar orden al mundo y a las propias

circunstancias impactando en las subjetividades de formas que se hacen

difíciles de descifrar.

De este modo, aun cuando existen determinantes biográficos como los aquí

expuestos, resulta muy probable que las personas escojan sus carreras en

ausencia de una total consciencia de las influencias que incidieron en la

construcción del trayecto que les condujo a realizar su elección profesional.

Sin embargo, estos antecedentes facilitan la construcción de sentido que

permite reafirmar la elección profesional aun cuando la carrera escogida no

ocupara un lugar central en los proyectos profesionales ni se hubiese

determinado con anterioridad a diferencia de otros casos.

166
De acuerdo a los hallazgos, se concluye que la elección de carrera profesional

es un proceso resultado de un proceso gradual e interno que se construye en

el transcurrir de la vida y que se basa en el conjunto de informaciones y

experiencias significativas que confluyen durante el periodo en que se realiza

la elección. Finalmente, la elección de carrera no queda finiquitada sino hasta

el momento en que se es capaz de implementar esta intención profesional a

la propia realidad.

167
VIII. DISCUSIONES

Como se señaló en capítulos anteriores, el presente estudio focalizó en la

comprensión de los procesos biográficos y subjetivos involucrados en el

desarrollo de la elección profesional de los estudiantes de Psicología,

obteniendo resultados consistentes con lo evidenciado por la literatura

especializada.

Los hallazgos permiten deducir que la elección de carrera profesional es un

fenómeno que se construye de manera gradual durante el curso de una vida y

apoyan la propuesta de que ciertos acontecimientos vitales estresantes y/o

traumáticos juegan un rol relevante en la elección de estudiar Psicología

(Huynh & Rhodes, 2011). En este sentido, la elección profesional de los

participantes se encuentra influenciada y fundamentada en la experiencia

previa, siendo posible identificar un conjunto de eventos vitales y experiencias

de quiebre que por el valor subjetivo que asumen en la historia vital son

significativamente relevantes para comprender el origen remoto de esta

decisión. De aquellas experiencias vividas como angustiantes y/o dolorosas

deriva la necesidad de construir significados alternativos que ayuden a los

sujetos a resolver esta ruptura en la continuidad vital y mitigar el sufrimiento

personal.

En la búsqueda por construir significados alternativos que provean coherencia

a la narrativa biográfica, los sujetos tienden a desarrollar una especial

preocupación por el comportamiento de las personas y asumen una posición

reflexiva e introspectiva sobre lo que ocurre en sus contextos y en sí mismos.

Podemos decir que los participantes distinguen por haber desarrollado una

168
visión de la vida que focaliza en la comprensión de la dinámica del

comportamiento humano, lo que parece ser una característica común entre las

personas que deciden seguir esta carrera (Marín y Ramírez, 2011).

Esta disposición a ver la vida desde una óptica que se centra en comprender

los motivos del comportamiento humano se configura a partir de la necesidad

de comprender el propio sufrimiento provocado por las personas que les

dañaron y a las experiencias dolorosas que han debido afrontar en la vida. Y

al mismo tiempo les conduce a implicarse en escenarios y actividades que

fomentan el desarrollo de intereses académicos relevantes en la elección y les

aproximan prematuramente a la Psicología, haciendo posible considerar como

vía profesional un proyecto de sí mismo en el que se es psicólogo.

Junto a estos antecedentes, la decisión profesional de los jóvenes es facilitada

por la idea que en el transcurso de la carrera se logrará encontrar respuestas

que les ayuden comprender mejor sus vidas y a los otros; conocerse mejor y/o

superar las propias dificultades; y contribuir en el bienestar y sanación de los

demás. En este sentido, para los participantes la carrera de Psicología se

presenta como una posible salida al deseo de interior por comprender la vida

y sus propias experiencias. Y junto a esto, la imagen de que la Psicología es

una profesión donde además de ayudar a los otros se puede ayudar a resolver

las propias dificultades se posicionan como una poderosa razón por la que los

participantes deciden seguir esta carrera.

A partir de lo anterior, hallamos nexo con la idea de que las personas que se

dedican a este campo profesional lo hacen impulsados por el deseo de superar

sus propias dificultades (Harrsch, 2005). Este planteamiento forma parte de lo

169
que Gámez y Marrero (2000) denominan “psicología popular” y desde sus

orígenes ha generado opiniones que dividen a los expertos. La evidencia

empírica respecto a esta cuestión es divergente y resulta probable que la razón

de esto resida por optar por opciones metodológicas que invisibilizan algunos

fenómenos del proceso de elección o simplemente por el desinterés que existe

por conducir este tipo de investigaciones y la nula presencia de estudios que

repliquen estos resultados. Por otra parte, si bien el deseo por superar las

dificultades personales no es el único motivo por el cual los participantes

deciden seguir esta carrera, nuestros hallazgos permiten sustentar esta

proposición.

En este punto es preciso advertir que todas las personas han experimentado

algún tipo de dolor que se esfuerzan por superar (Savickas, 2007), por lo que

las vidas y dificultades que atraviesan los participantes no son necesariamente

más problemáticas ni traumáticas que las de los demás. Tener buenas

relaciones sociales, formar parte de un grupo, sentirse aceptado y amado,

encontrar respuestas a las preguntas existenciales son preocupaciones

comunes de durante la adolescencia que también se hacen presente en los

relatos de los participantes. Al respecto, Gámez y Marrero (2000) señalan que

probablemente lo que distinga a los estudiantes de Psicología de los

estudiantes de otras carreras es que éstos lograron desarrollar una mayor

sensibilidad y preocupación por las vicisitudes de la experiencia humana.

Por otra parte, si bien estos elementos son importantes para comprender la

elección de los participantes (jóvenes universitarios de la ciudad de Iquique

cuya primera carrera es Psicología), es necesario señalar que los resultados

de esta investigación no deben ser adjudicados a la población total de

170
estudiantes de Psicología. Asumiendo que nuestra muestra dista de exponer

el conjunto particularidades posibles que se hallan intrincados en la elección

de Psicología nos resulta imposible conocer como sujetos con otras

trayectorias y características se ven determinados a seguir esta opción

profesional.

Al respecto, sería interesante conocer por ejemplo los trayectos que conducen

a los adultos a seguir esta carrera o comprender el desarrollo de esta elección

en personas que ya han ingresado a la educación superior, buscando

establecer la existencia de elementos biográficos comunes que inciden en esta

elección y que sean transversales a las distintas poblaciones. De igual forma,

son pocos los estudios que han mostrado interés en profundizar cómo este

tipo de eventos configuran un curso de vida que logra hacer coherente el

desarrollo de esta opción profesional, haciéndose necesario seguir aportando

evidencia empírica en torno a esta temática.

Recapitulando, el presente trabajo representa un esfuerzo por subsanar la

carencia de investigaciones respecto al fenómeno de elección de carrera

profesional en el contexto nacional. Asimismo, la decisión de conducir un

estudio desde una perspectiva cualitativa deriva del voluntario esfuerzo por

fracturar la tradición metodológica predominante en la psicología vocacional y

la psicología a modo general.

Finalmente, la fundamentación teórica seleccionada obedece al deseo por

encontrar las razones más profundas de un proceso aparentemente sencillo y

acotado para la mayoría de los modelos teóricos existentes. Así, desde este

posicionamiento se intentó ofrecer una mirada comprensiva del fenómeno de

171
elección al visibilizar los procesos biográficos y subjetivos tradicionalmente

ignorados e inadvertidos por otros enfoques a la vez se genera conocimiento

contextualizado a la realidad local.

En el ámbito de la psicología vocacional creemos importante seguir avanzando

en la construcción de saberes donde se incorpore la trama personal como un

elemento esencial para la comprensión de las decisiones carrera y la

construcción de las trayectorias profesionales.

A partir de lo anterior surge la necesidad de conducir investigaciones con

diseños prospectivos con muestras de estudiantes secundarios de modo que

se pueda apreciar longitudinalmente el desarrollo de la elección de Psicología

como carrera universitaria y visibilizar los dinamismos inherentes a la

construcción de los proyectos personales, de este modo se aportará evidencia

que contribuya corroborar y complementar los hallazgos previos.

Finalmente, sería interesante indagar en la trayectoria que conduce a la

finalización exitosa de los estudios universitarios, al focalizar en los elementos

facilitadores y obstaculizadores de este proceso permitirá a las instituciones

educativas el desarrollo de estrategias de retención y apoyo fundamentadas

adecuadamente a las necesidades y características de su estudiantado.

172
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