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Reuters
"Pero el Señor está con nosotros. Y vos, por favor, cuídate", le dijo también
el religioso, según le contó el mismo Javier a BBC Mundo.
Monseñor Báez es, para muchos, el obispo nicaragüense más crítico
de Ortega.
Y ese mismo lunes -al día siguiente de la jornada más sangrienta desde que
empezaron las protestas antigubernamentales que sacuden a Nicaragua
desde hace casi tres meses- las imágenes del religioso de 60 años con su
sotana blanca manchada de sangre le dieron la vuelta al mundo.
"Nos encontramos desde el inicio con una turba violenta que comenzó a
agredirnos verbalmente, nos impedía caminar y progresivamente se volvía
más hostil. Cuando finalmente logramos entrar al templo, esta gente
también irrumpió en modo amenazante y agresivo", detalló.
EPA
Monseñor Silvio Báez pide calma a unos hombres con pasamontañas que llegaron a la Basílica San Sebastián
en Diriamba, a 35 km de Managua, a agredirlo.
"En medio del tumulto que se produjo la turba se ensañó en modo especial
contra mí, lanzándome todo tipo de ofensas verbales, golpeándome
fuertemente en el estómago y la cabeza, arrancándome con violencia el
pectoral episcopal y provocándome en el brazo una profunda herida
con algún instrumento corto punzante que probablemente iba
dirigido a mi cabeza o a mi estómago", describió luego la escena el mismo
Báez.
Obispo intelectual
Báez tiene 60 años, es de la orden de los Carmelitas Descalzos y es el
obispo más preparado de la Conferencia Episcopal de Nicaragua: es
doctor de las Sagradas Escrituras y exégeta.
Silvio Báez dijo a uno de sus hermanos (los tres que lo acompañan en la foto) que las protestas en Nicaragua
ahora sí le estaban costando sangre.
AFP
El gobierno de Nicaragua ha recurrido a civiles armados para tratar de acabar con las protestas.
"A Roma llegué a los pocos meses de ser ordenado sacerdote (en 1985)
para estudiar la Licenciatura en Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto
Bíblico", relató también el sacerdote.
País convulso
Báez había salido de Nicaragua en 1979 para estudiar en el seminario de
los carmelitas en Costa Rica, luego de abandonar sus estudios de ingeniería
en la universidad de los jesuitas en Managua y terminar su relación con
una novia.
Y dice que desde su regreso, en 2009, fue consciente de las dificultades que
le esperaban.
EPA
Según Báez, él era consciente que su trabajo como obispo lo iba a obligar
"a acompañar las aspiraciones de justicia y de libertad" del pueblo
nicaragüense.
"Sabía que las recientes elecciones municipales fraudulentas del 2008 irían
gestando estructuras políticas cada vez más autoritarias, con todo lo que
esto conlleva de consecuencias negativas para el país: corrupción,
ilegalidad, exclusión social, etc.", le explicó a BBC Mundo.
Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, habla de derechos humanos y denuncia injusticias en sus homilías.
"La debilidad de Báez, puede ser el haber pasado tanto tiempo fuera de
Nicaragua, y también, que su modelo teológico es más europeo que
latinoamericano", valora por su parte el periodista González.
Reuters
Silvio Báez llegó a Diriamba con el cardenal Leopoldo Brenes (izquierda), arzobispo de Managua.
Báez, por su parte, dice estar consciente del papel que le toca jugar.
"Fue difícil al inicio que mucha gente entendiera que era falso eso de que
la Iglesia no debe meterse en política", explica.
"Siempre insisto que todos somos políticos por vivir en sociedad y para los
obispos y sacerdotes el problema no es estar metidos o no en política, sino
saber estar en la política amplia, grande, la de la defensa de la justicia y los
derechos humanos, pero siempre inspirados por el Evangelio y en sintonía
con la Doctrina Social de la Iglesia", le dijo a BBC Mundo.
La religiosa que pidió anonimato, por su parte, dice que Báez es quien
formula las críticas al régimen de Ortega con mayor solidez y exactitud.