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Crisis en Nicaragua: ¿quién es

monseñor Silvio Báez, el obispo


herido por simpatizantes del
presidente Daniel Ortega y uno
de sus principales críticos?

Reuters

Monseñor Silvio Báez es el obispo auxiliar de Managua, la capital de Nicaragua.

"Bueno hermano, ahora sí literalmente esto me está costando


sangre".

Luego de ser herido en el brazo derecho por simpatizantes del presidente


Daniel Ortega el lunes pasado, monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar
de la Arquidiócesis de Managua, tomó el teléfono y llamó a su hermano
menor, Javier.

"Pero el Señor está con nosotros. Y vos, por favor, cuídate", le dijo también
el religioso, según le contó el mismo Javier a BBC Mundo.
Monseñor Báez es, para muchos, el obispo nicaragüense más crítico
de Ortega.

Y ese mismo lunes -al día siguiente de la jornada más sangrienta desde que
empezaron las protestas antigubernamentales que sacuden a Nicaragua
desde hace casi tres meses- las imágenes del religioso de 60 años con su
sotana blanca manchada de sangre le dieron la vuelta al mundo.

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Vaticano

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sangriento desde que iniciaron las protestas contra Daniel Ortega

Más temprano, el cardenal Leopoldo Brenes, el nuncio apostólico


Waldemar Stanilaw Sommertag y 20 sacerdotes de la Arquidiócesis de
Managua habían viajado hasta Diriamba, 35 kilómetros al sur de la capital,
para solidarizarse con un grupo de jóvenes que estaban refugiados en una
iglesia local.

Un día antes, grupos de civiles armados leales al gobierno y de policías


habían empezado a quitar las barricadas que algunos pobladores
habían levantado en señal de protesta y rechazo al Ejecutivo, en una
operación que dejó numerosos muertos.

Y los jóvenes habían buscado refugio dentro de la Basílica de San


Sebastián, hasta donde llegaron los sacerdotes para tratar de protegerlos.
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"Vivimos un momento muy duro", le contó después Monseñor Báez a


BBC Mundo.

"Nos encontramos desde el inicio con una turba violenta que comenzó a
agredirnos verbalmente, nos impedía caminar y progresivamente se volvía
más hostil. Cuando finalmente logramos entrar al templo, esta gente
también irrumpió en modo amenazante y agresivo", detalló.

EPA

Monseñor Silvio Báez pide calma a unos hombres con pasamontañas que llegaron a la Basílica San Sebastián
en Diriamba, a 35 km de Managua, a agredirlo.

Las imágenes de la televisión y las transmisiones en vivo de las redes


sociales mostraban todo: "¡Asesinos! ¡Curas golpistas!
¡Criminales!", les gritaban en medio de la iglesia.

"En medio del tumulto que se produjo la turba se ensañó en modo especial
contra mí, lanzándome todo tipo de ofensas verbales, golpeándome
fuertemente en el estómago y la cabeza, arrancándome con violencia el
pectoral episcopal y provocándome en el brazo una profunda herida
con algún instrumento corto punzante que probablemente iba
dirigido a mi cabeza o a mi estómago", describió luego la escena el mismo
Báez.

"Logré esquivarlo con el brazo. Me limité a soportar, sin responder palabra


y sin reaccionar agresivamente", le contó a BBC Mundo.

Los obispos de Nicaragua son garantes y testigos del Diálogo


Nacional que tiene al gobierno y a representantes de la sociedad civil en
una mesa para buscarle salidas pacíficas a la crisis que comenzó el 19 de
abril que ya ha dejado cerca de 300 muertos, así que lo ocurrido en
Diriamba tomó por sorpresa a muchos.

Pero los nicaragüenses han aprendido a conocer mejor a Monseñor Báez


gracias a su quehacer ahí y por su incansable actividad desde que
empezaron las protestas. Y muchos de los simpatizantes del gobierno lo
ven como un enemigo.

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pese a la crisis

Obispo intelectual
Báez tiene 60 años, es de la orden de los Carmelitas Descalzos y es el
obispo más preparado de la Conferencia Episcopal de Nicaragua: es
doctor de las Sagradas Escrituras y exégeta.

Esta es una especialidad que consiste en descubrir lo que significó


originalmente el texto bíblico para las primeras personas a las que iba
dirigido y presentarlo y explicarlo con el lenguaje y los problemas de la
actualidad.
Cortesía de Javier Báez

Silvio Báez dijo a uno de sus hermanos (los tres que lo acompañan en la foto) que las protestas en Nicaragua
ahora sí le estaban costando sangre.

Además, el obispo auxiliar habla italiano, español, inglés, francés y lee en


alemán.

Y cuenta que para convertirse en exégeta aprendió arameo (idioma en el


que se escribieron varios libros de la biblia), griego y hebreo antiguo y otra
lengua que solo queda en su versión escrita.

"Báez es el obispo más preparado intelectualmente que ha tenido


Nicaragua nunca", le dijo a BBC Mundo una religiosa local que pidió no
ser identificada.

Y cuando el papa Benedicto XVI lo nombró obispo en 2009 y le


informó que se regresaba a Nicaragua, el religioso tenía 30 años de vivir en
Roma.

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devuelvan la democracia"

En la capital italiana Báez pasaba su mejor momento, codeándose con la


intelectualidad del Vaticano, impartiendo clases y con contratos firmados
con editoriales para escribir libros y persiguiendo un sueño que todavía
tiene: publicar un manual de Antropología Bíblica, "una obra todavía hoy
necesaria en el campo bíblico", le dijo a BBC Mundo.

AFP

El gobierno de Nicaragua ha recurrido a civiles armados para tratar de acabar con las protestas.

"A Roma llegué a los pocos meses de ser ordenado sacerdote (en 1985)
para estudiar la Licenciatura en Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto
Bíblico", relató también el sacerdote.

"Después de un corto período en Guatemala como Rector del Seminario de


mi Orden Religiosa de los Padres Carmelitas Descalzos, volví a Roma para
realizar el Doctorado en Sagrada Escritura en la Pontificia Universidad
Gregoriana. Luego mis superiores me pidieron que permaneciera en
Roma como Profesor de nuestra Pontificia Facultad Teológica
Teresianum".

Y al momento de ser nombrado obispo auxiliar de Managua, Báez era


vicepresidente de la Facultad, profesor ordinario de Sagrada Escritura y
director de la revista de alta divulgación teológica "Teresianum". Pero
había llegado el momento de volver a su país natal y enfrentar nuevos
retos.
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País convulso
Báez había salido de Nicaragua en 1979 para estudiar en el seminario de
los carmelitas en Costa Rica, luego de abandonar sus estudios de ingeniería
en la universidad de los jesuitas en Managua y terminar su relación con
una novia.

Y dice que desde su regreso, en 2009, fue consciente de las dificultades que
le esperaban.

EPA

La Basílica de San Sebastián, en Diriamba.

"No es fácil para un académico en lo más alto de su carrera, luego de casi


30 años, ser nombrado obispo en un país tan convulso como
Nicaragua", dice de él Israel González, un periodista local especializado
en temas religiosos.

Ortega había regresado al poder en 2007. Y, un año después, varios


observadores electorales acusaron al gobernante FSLN de haber
perpetrado un fraude en 40 municipios, lo que causó los primeros brotes
de violencia.

Según Báez, él era consciente que su trabajo como obispo lo iba a obligar
"a acompañar las aspiraciones de justicia y de libertad" del pueblo
nicaragüense.

"Sabía que las recientes elecciones municipales fraudulentas del 2008 irían
gestando estructuras políticas cada vez más autoritarias, con todo lo que
esto conlleva de consecuencias negativas para el país: corrupción,
ilegalidad, exclusión social, etc.", le explicó a BBC Mundo.

"Era un momento tenso y de mucha polarización. Al ser nombrado


obispo sabía que me vería involucrado como creyente y como pastor en la
vida social y política del país, pero nunca movido por motivos ideológicos o
partidarios sino inspirado por la fe cristiana", dijo.

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gobierno de Daniel Ortega?

Mensajes sociales y amenazas


Así, y para sorpresa de muchos en un país en el que la mayoría de figuras
públicas se cuidaban de criticar públicamente al presidente Ortega, Báez
comenzó a hablar en sus homilías de derechos humanos y de Estado de
derecho.

Obviamente, hablaba de Dios. Pero también comenzó a denunciar lo


que consideraba injusticias.
Reuters

Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, habla de derechos humanos y denuncia injusticias en sus homilías.

"La debilidad de Báez, puede ser el haber pasado tanto tiempo fuera de
Nicaragua, y también, que su modelo teológico es más europeo que
latinoamericano", valora por su parte el periodista González.

"Y para ciertos sectores resulta incómodo que un obispo hable de


derechos humanos, de democracia, del compromiso social que tienen
los cristianos para el cambio de las estructuras injustas que posee el país",
asegura.

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Nicaragua en el marco de las protestas contra el gobierno

De hecho, a medida que Báez ha ido subiendo el tono de sus homilías y


distribuyendo mensajes por su cuenta de Twitter (es el religioso más
activo en las redes sociales), las amenazas en su contra se ha ido
multiplicando.

A través de perfiles falsos han dicho que lo van a matar.

Y el mismo Ortega se refirió a él como un "bravucón" e intentó


restarles méritos como obispos por sus tantos años en Roma y porque no
estuvo en Nicaragua durante la guerra civil de los ochenta.

Reuters

Silvio Báez llegó a Diriamba con el cardenal Leopoldo Brenes (izquierda), arzobispo de Managua.

Báez, por su parte, dice estar consciente del papel que le toca jugar.

"Fue difícil al inicio que mucha gente entendiera que era falso eso de que
la Iglesia no debe meterse en política", explica.

"Siempre insisto que todos somos políticos por vivir en sociedad y para los
obispos y sacerdotes el problema no es estar metidos o no en política, sino
saber estar en la política amplia, grande, la de la defensa de la justicia y los
derechos humanos, pero siempre inspirados por el Evangelio y en sintonía
con la Doctrina Social de la Iglesia", le dijo a BBC Mundo.

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La religiosa que pidió anonimato, por su parte, dice que Báez es quien
formula las críticas al régimen de Ortega con mayor solidez y exactitud.

"Dice con más claridad que ninguno lo que no le conviene al régimen. Su


voz es la que más peso internacional tiene. Por eso, lo temen más que a
ninguno, y lo convierten en el objetivo que más les interesa silenciar",
advierte.

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